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03 Tema 16. Malformaciones Congénitas
03 Tema 16. Malformaciones Congénitas
03 Tema 16. Malformaciones Congénitas
Malformaciones Congénitas
Dr. Fernando López
Objetivos
Contenidos
Introducción
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Nociones de Embriología
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membrana timpánica y los cuerpos de los huesecillos derivan del primer arco branquial. Las
apófisis largas, el lóbulo de la oreja y la parte alta de la mandíbula y el cóndilo, derivan del
segundo arco branquial. La formación de los huesecillos se inicia a la octava semana y a la
decimoquinta están plenamente formados como elementos condrales. A la decimoséptima
semana comienza a osificarse el yunque, el martillo y el estribo (vigesimoquinta semana),
siendo lo último en osificarse la región distal del mango del martillo. Puede haber
malformaciones de huesecillos aisladas, pero es más frecuente su asociación. La platina del
estribo tiene un origen doble; por un lado su parte superficial procede del segundo arco, pero
la medial deriva de la cápsula ótica y puede permanecer como una estructura cartilaginosa
gran parte de la vida adulta. Las cruras se formarán por el latido de la arteria estapedial que se
atrofia y da lugar a la arteria meníngea media. El oído interno se desarrolla a partir de las
placodas auditivas, engrosamientos ectodérmicos (neuroectodermo) que aparecen a cada lado
del mesencéfalo a partir de la cuarta semana de vida embrionaria. Progresivamente, la parte
central se va invaginando hasta dar lugar a la vesícula ótica, en cuyo interior se localiza el
líquido que será la futura endolinfa; esta vesícula queda en posición profunda al rodearse de
mesénquima y hasta ella llegan prolongaciones neurales emitidas por el tubo nervioso, lo que
constituirá el nervio estatoacústico u octavo par craneal, Posteriormente se diferencian dos
vesículas que constituirán el utrículo y el sáculo (formados al final de la sexta semana). Entre la
cuarta y séptima semanas se forman los conductos semicirculares. La cóclea se inicia como una
prolongación anteroinferior de la vesícula auditiva y es identificable entre la quinta y sexta
semanas de gestación; las rampas timpánica y vestibular van permeabilizándose
progresivamente hasta la decimoquinta semana.
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Malformaciones del Pabellón
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nervio facial y parótida. Fístula bajo el arco mandibular delante del músculo
esternocleidomastoideo. Se diagnostican por la clínica: infecciones con inflamación y pus por
fístula, y su tratamiento es la cirugía. Desde el punto de vista logopédico su interés radica en los
condicionamientos que pueden suponer para la adaptación protésica.
Atresias de oído
Las atresias del oído, como malformaciones de los dos primeros complejos
branquiales, se identifican, en muchos casos como microsomías craneofaciales, ya que pueden
asociarse con otras malformaciones de otras estructuras que comparten origen: globo ocular y
anejos, región pterigomandibular, base del cráneo,… con defectos de formación y fusión
esqueléticas y de los tejidos blandos de la cara. Es frecuente también observar asociación con
malformaciones que, aunque de origen distinto, se producen al mismo tiempo, produciendo
diferentes cuadros sindrómicos
Atresia mínima: pequeñas malformaciones del pabellón, discreta estenosis del CAE y/o
alteraciones de la morfología, conexiones o movilidad de los huesecillos.
Atresia media: obliteración del CAE y alteraciones en huesecillos y tímpano. Cavidad
aérea en oído medio y aceptable neumatización mastoidea.
Atresia mayor: no hay estructuras reconocibles en oído externo y medio. No hay
neumatización mastoidea. Se puede asociar a anomalías del oído interno.
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pabellones, CAE, tímpano, otras anomalías; en realizar un estudio audiológico: vía ósea y
aérea; y en los estudios de imagen mediante tomografía computarizada.
La cadena osicular puede afectarse en las atresias, aunque a veces constituyen la única
manifestación de la afectación. Lo más común es la fusión incudomaleolar, seguida por la
alteración del mango del martillo. La clínica es de hipoacusia de conducción no progresiva
desde la infancia (no traumatismo, infección ni otoesclerosis). La confirmación se realiza
mediante timpanotomía exploradora. Así mismo se pueden observar, asociado a
malformaciones del oído externo o medio, o en oídos normales, un colesteatoma primario por
inclusión de tejido epidérmico en el interior de cavidades aéreas. El diagnóstico se realiza
mediante técnicas de imagen y su tratamiento es quirúrgico.
Los agentes patógenos que actúan sobre el oído interno dan lugar a la detención de su
desarrollo, por lo que el futuro laberinto permanece en la situación que había alcanzado en el
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momento de actuación de la noxa. En raras ocasiones coinciden malformaciones del oído
interno y del oído medio.
Desde el punto de vista logopédico, es evidente que conocer las malformaciones del
oído interno es clave para la rehabilitación de la función auditiva, de cara a establecer la
severidad de la pérdida auditiva, y las posibilidades de rehabilitación que pueden ofrecerse a
los pacientes.
Síntesis