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Ciudad Marginal y violenta

Ciudad Marginal

Primer Premio "Compilación de Poesías"


Certamen Literario Provincial "Alfredo Veiravé" 2003

Marginal y violenta

Premio C.F.I. 2003


Ciudad

Te amaré,

si perdonas mis dudas y mis olvidos.

Las verdades también.

Son las más dolorosas.


1
Ciudad llena de duendes,
vendedora de sueños,
compradora de ilusiones.
Ciudad con una plaza
que te cuenta historias diferentes
y esculturas que te mienten
orígenes inciertos
y amores eternos.
Te amo con lluvias, con sol abrasador,
con llamaradas d chivatos,
brisas de lapachos embusteros.
Te amo por el calor de tus rincones
rescatados del olvido.
Donde un sueño cuesta un café
y una promesa un poema.
2
Ciudad enamorada
de mis constantes seducciones.
Te descubro bajo la lluvia,
te robo un beso
a cambio de un rayo de sol.
Te encuentro vacía en las madrugadas
y te cobijo en mis brazos de frío.
Ciudad, no me amas, pero me buscas.
Me muestras tus postales descoloridas
para que me encuentre y me resigne.
Conoces mis secretos
y mis continuas borracheras
tratando de recordar
la hora y el lugar de la próxima partida,
de la primera muerte,
de la última resurrección,
del deseo, del beso, del desencuentro.
Ciudad que me enseñaste a reconocer todos mis dolores.
Unas de estas noches, te desconozco.
Sobriamente borracho
me meto en tus sábanas
y vivo ese amor marginal
que me libere del exilio.
3
No me interesa si vienes o vas.
Me interesa saber
si te quedas un instante
para que te susurre mi secreto.
No temas. A esta altura de la vida
¿qué arriesgas? o mejor dicho,
a esta altura de la noche
¿Qué esperas?
Escucha los pasos que se alejan.
En esta jodida ciudad
estar solo es una provocación,
y estar acompañado
una tentación y un alivio.
Por eso te revelo mi secreto:
Soy el que buscas.
pregunto, conjeturo, arriesgo,
divago, maldigo, reniego...
Me desvela la inquietud, la impaciencia,
la duda de no saber
si me amarás tanto que me buscarás
cuando comiences a extrañarme.
4
Eso de compartir una vereda
en el oscuro secreto de la noche
me lleva a pensar que es una trampa
de los duendes que tejen confusiones.
Y escribo la lluvia en un cuaderno
que atrape la dimensión de tu silencio.
5
Esta lluvia que no es lluvia
que me moja,
me lleva a recordar otros caminos,
a recordar el nombre de otras cosas.
Esta lluvia que no es lluvia
que me moja,
me embriaga con aromas de jazmines
y tu sombra desvelada se me antoja
que vaga junto a mí por los lugares
olvidados que juntos descubrimos.
6
Todo el tiempo gastando veredas,
buscando la huella cómplice
que me siga por el túnel infinito
de mis inquietudes.
Todo el tiempo gastando veredas,
dilapidando lluvias,
derrochando soles,
masticando olvidos,
inventando un incendio de agendas,
ajustando relojes
para llegar libre y puntualmente
a la hora ineludible de la espera.
7
Con que encantos supiste enamorarme,
porque me duele con un dolor de angustias
el olvidarte, también el recordarte.
Buenos Aires, nada te debo.
Nada me debes.
Sin embargo, esperas mi retorno
cuando muere el verano en cada otoño.
Entonces soy una pieza más de ese tablero
de asfalto, cristal, cemento y hierro.
Busco los pasos ciegos del maestro,
busco el amor, busco el horror,
busco el espanto.
Busco descubrir
entre las luces y la sombras,
porque escribió una vez te quiero tanto.
8
Ciudad sitiada
por arrabales históricos y villas marginales.
Último reducto de fantasmas exiliados
porque la luz
invadió los rincones
de la misteriosa Malos Aires.
Ángeles que bostezan
en portones que no se abren.
Gárgolas que vigilan
portones que no cierran.
Cielos que no llueven,
porque la lluvia no es lluvia
sin nada que descubrir.
La luz se perdió con la sombra del bastón.
La rosa espera se reinventen los colores
para recobrar el color del colorado.
9
Volveré.
No importa.
Mi nombre volverá a saltar los charcos.
Incendiaré la memoria
de los que me aman y odian por igual.
Golpearé las puertas
de todos y de nadie.
Maldeciré por las veredas desparejas.
En alguna esquina desconocida
fumaré el cigarrillo que nunca fumé
y cometeré nuevamente el error
que me condenó.
10
Despojado de triunfos y derrotas,
de acercamientos y de retiradas,
de bendiciones y traiciones,
regreso.
Busco la estrella de agua que olvidé
en mi retirada
para alumbrar mi camino y mis días.
Busco la pluma y el papel que abandoné
para escribir el último mensaje:
He regresado.
Búscame: www.esteban.infinito.com"
11

Volver a encontrarte
es beber de tus arterias
hasta embriagarme.
Dilatar la memoria,
encontrar el día que me regalaste
una tarde de sol
y una noche de tormentas.
Volver a encontrarte
es ahondar en la memoria
y recordarte
que cada vez tienes menos cielo
para regalarme.
12

Ciudad desierta.
No la de Piglia, ni de la de Calvino.
Hay un poeta borracho en la plaza.
Un artista dormido en la mesa de un bar.
Una prostituta alimenta la fantasía de un joven,
que tan sólo es un joven.
Hay dos amantes, dos traidores y dos víctimas.
Hay un cura predicando en un motel de cuarta
y un hombre oscuro en cada esquina.
alocadamente enajenada,
resistes a creer que eres una más.
Ni menos, ni más,
Pero nunca la de antes.
Al borde de la marginalidad

Algunos amores
Enceguecen a Dios,
enardecen al diablo
y despiertan la envidia y el deseo
de otros hombres.
1
Se terminaron los días de gloria.
Pasaron con una brisa fresca
y el corazón quedó como un pañuelo...
las huellas no llevan a ninguna parte
y los pasos desorientados
terminan su recorrido
en el vasto territorio del olvido.
Los perros ladran a un hombre
que se quedó sin sombras
sin saber que es una sombra que se quedó sin hombre.
2
Yo amo.
Tú amas.
Él ama.
En esta conjugación extremadamente perfecta
nadie revela a quién
y todos somos inocentes
a la hora del juicio
y al conocer el fallo
descubrimos que somos culpables por omisión.
3
El amor marginal no sabe de comodidades.
Sabe más de deseos y límites,
de la tiranía del reloj,
de miradas acusatorias,
de no saber que decir
cuando se mezclan los nombres con las direcciones.
El amor marginal se vive en los terrenos
donde no pisan los ángeles
y Dios por pudor o por vergüenza desvía la mirada,
apaga las estrellas y medita.
4
Un amor se torna marginal
cuando vemos el cielo
en los ojos de otro en un lugar diferente
y el miedo a zozobrar es una constante.
Nos acercamos a un cielo prometido en las estampitas
y el estar o no estar acompañado es una maldición
o una bendición según como se lo mire.
Un amor marginal ya no es amor puro
es un cigarrillo de peligro, desilusiones y fracasos
con una fuerte dosis de algo robado
a los distraídos, a los desafortunados, a los inocentes.
A los que todavía creen en los cien años de perdón
para el que roba a un ladrón
aunque no vivan para sentirlo.
5
Amores suburbanos, mezquinos, perros.
cobijados bajo un cielo de chapas
sin sabanas ni estrellas multicolores.
Amores villeros.
Con ritmo de cumbia y perfume barato.
Amor de submundo, pero amor al fin.
Amor de un día, de un año, eterno.
Amor que despierta envidia por su sencillez.
Amor que sobrevive al naufragio de las inundaciones.
A las sequías, a los incendios.
A la tala indiscriminada de corazones,
a la ausencia de metáforas y poseías.
6
Lo peor de un triángulo amoroso
no es quedarse encerrado
entre los tres ángulos internos,
ni en el desierto ilimitado
del plano interior.
Lo más peligroso de vivir un triángulo
es morir crucificado
en uno de sus vértices.
Amar así tiene sus riesgos
Por eso es mejor transitar atento
las callecitas sinuosas del paraíso
de los ángulos exteriores
para burlar a la muerte,
para engañar a la vida.
7

El amor marginal
es un pájaro que se precipita al filo de los días.
Tiene límites,
lo vivimos en el precipicio de los viernes,
o en los abismos de los sábados después de las trece,
nos convierte en cazadores y cazados.
El temor puede más que la razón
y no somos anónimos en las sombras.
Amar así tiene sus riesgos.
Amar así tiene su precio.
Un riesgo y un precio que siempre deja deudas
porque se bebe a sorbitos
y el vaso en que bebemos no es nuestro
y queda siempre medio lleno,
o medio vacío.
8
En este juego de placeres escondidos
hay un secreto que nos une:
el punto del encuentro
y la hora de partida.
En este juego de reyes y reinas de incógnito
cada partida es un desafío
para esquivar al peón
que sin saberlo
carga la corona de las espinas.
9
Intento vanamente escribir una carta.
Me faltan letras, me faltan palabras.
Salgo a cazarlas con un lápiz y un papel
y me doy cuenta que no se escribir.
Ha pasado el tiempo sobre nuestras sábanas,
bajo ella también.
La cama aún está deshecha.
Sin teclado y sin celular
sencillamente no existimos
y el amor se fue a la papelera de reciclaje
o se escapó por los bolsillos descosidos.
10
Cuatro estaciones no bastan
para armar un calendario.
Acorto los días
y las semanas
y armo el mes de las deserciones,
el mes de los encuentros,
el mes de los perdones.
el mes de compartir el pan y racionar el vino.
el mes de confesar las culpas
sin olvidar el mes de los perdones.
Cuatro estaciones no alcanzan para vivir un gran amor
a menos que cada estación dure una vida
entonces tenemos cuatro eternidades para jugar,
pero también el riesgo de una eternidad para perder .
11
Harto de palabras que no puedo entender
parto sin ecos y sin sombras.
Salgo en busca de nuevos soles
y pueblos abandonados.
Voy en busca de humedad de madreselvas,
de la frescura de lapachos,
del silencio por donde ya no pasan los trenes.
Las letras duelen como puñales
y los puntos suspensivos hieren más.

Austero de recuerdos
me exilio en el laberinto de una biblioteca
que he tallado sobre mis días de gloria
y me libero de los fantasmas de mis miedos
acosados por los tuyos que nunca terminarás de vencer
porque son fantasma que insisten en robarte el sueño
y que no pueden quedarse con los míos.
12
Espero.
Solamente espero la hora
en que el deseo apure tus pasos
acelere tus latidos
y le ponga alas a mi imaginación.
Si el deseo se ausenta,
el corazón no acelera sus latidos
y la imaginación está de duelo
nos abrigaremos en el confesionario del chat
y nuestra carga es más liviana,
es solo engaño virtual
y ese tipo de engaños no figuran en la tabla de castigos.
13
Vine.
Bajo sospecha
de omisión
e intento de soborno.
Bajo sospecha
de falso testimonio
y corrupción.
Bajo sospecha
de silencio calificado y crucificado.
De ausencias injustificadas.
Bajo sospecha
de rebelión interior
y cobardía.
Amigos, enemigos y jueces
me absolvieron
Yo, sintiéndome culpable
arrojo las esposas de las culpas
y levanto vuelo
al obsceno refugio de mis dudas.
Mi corazón queda amarrado
en la celda de los tormentos de tu pecho.
14
Algún día entenderás
Que las oraciones no alivian las cargas,
Que las separaciones no alivian las culpas,
Que las distancias son un pretexto para engañar al corazón.
Y que el corazón no habla el lenguaje de la gente común.
No piensa.
No hace conjeturas.
Sólo late y a veces hace falta tener varios corazones.
No para vivir un gran amor.
Para resucitar cuantas veces sea necesario.
15
En esta noche que duerme entresueños
siento tu corazón latiendo en las paredes.
Tiemblo. Conozco ese rumor,
mis manos aprietan el vaso de vino
y conjuro al genio que libero en cada botella.
El genio me concede solo tres deseos
y vos sin saberlo me robas uno
y acabas con los otros dos.
16
Amar sin códigos de faltas
Sin leyes
Sin culpas,
Sin perdón.
Amar como a veces Dios no manda
Amar como lo dicta el corazón
Amar en el límite profano
Sin cadenas, con razón sin corazón
Amar de espaldas a las luces
Por vergüenza, por miedo o por pudor
Amar bajo la plena luz del día
A la luz de una vela, de un farol
Amar sin relojes y sin prisa
Y en cada adiós no olvidar al corazón.
Amor extraño, oportuno, inoportuno
Negociable, intransferible, al portador
Con ropas si hace frío un desafío
Sin ropas que placer si hace calor.
17
Es el amor que perdió el tren infinito
de las veinte y llegó tarde.
El amor que irrumpió sorpresivamente
y quebró todos los sentidos.
Es el amor que tomó el sentido equivocado
y acertado. Que nunca llega a tiempo
y que siempre parte apurado.
Amor mezquino de tiempos y placeres,
de obligados silencios,
de austeros encuentros
y frases que no se olvidan
aunque no se repitan
Amor al fin.
Transitando entre sombras
el corazón tratando de resistir por instinto
por necesidad de calor,
apuesta una vez más
por la esperanza que es eterna.
18
Amor de sombras, entre sombras, pintado en las sombras.
Amor que se bebe a escondidas
por temor o por cobardía.
Amor en el refugio del anonimato.
Amor que no es una letra de tango ni de rock.
Amor que no tiene conjugación regular
porque le faltan tiempos perfectos.
En definitiva, a quien le importa las conjugaciones
mientras tenga un presente ocasional y discreto.
Ciudad Marginal
En esta desconocida ciudad
estar solo es una tentación
y acompañado una provocación.
1

Yo te dejé venir con la certeza

de una charla informal sin restricciones

y te dejé marchar con la esperanza

de encontrarte en la región de desertores.

Nos reunió la línea imaginaria

de mi mano y tu mano en el camino,

del trazo que dibuja tu memoria

del trazo que recorre mi destino.

El lápiz se consume en amenazas,

mi teclado es un constante desafío,

el papel espera irreverente

tu rendición

mi redención

nuestro castigo.
2

En este cavilar de medias tintas

descubriendo mi idas y venidas

descubro que el amor pasó a mi lada

hace noches en un hotel de mala suerte.

No sé si por cobarde o por prudente

o el temor de sentirme acorralado

vago solo por la acera de la noche

ocultando mis temores y fracasos.

Asilado en un país de medias sombras

discutiendo con Dante y con Bocaccio

Y ahora vienes a mí como la brisa

deteniendo mi andar despreocupado

y en la frontera sofocante de la siesta

reconcilias mi presente y mi pasado.


3

¿De qué lado estas?

De este lado del río que ofrece resistencia,

o del otro arrastrado en la corriente.

¿De qué lado estas?

Estás conmigo, contigo,

o solo en la búsqueda

de unos ojos amarillos

de perro siberiano

de perro andaluz,

o de perro azul.

Para abrazarte a su sombra,

como a una tabla de salvación

y navegar las huellas

que llevan a su encuentro

y te encuentres o te pierdas definitivamente.


4

Soy un paria buscando asilo

en los rincones de esta ciudad acogedora y vulgar.

Acogedora en lo folletos,

los avisos publicitarios,

en la página de internet.

Ciudad invadida por cumbia villera,

por ángeles exiliados de la otra orilla.

Por el olor repelente de la siesta vagabunda.

Soy un paria buscando asilo

que encuentro entre las ocho calles

que custodian la plaza,

tierra de nadie y de todos

en la frontera de la impaciencia.
5

Las sombras se llenaron de fulgores.

De un destello, diáfano, encendido.

Con estrellas diminutas despojadas

que esa noche Dios tiró al descuido.

Las palabras vagaron como un beso,

el silencio, era un culpable malherido.

Hablamos, nos movimos como peces

estar callados era un terrible desafío.

Nos envolvió la noche como nunca,

el abrigo fue casual, provocativo.

Uno vaga otra vez como si nada

y hay una llave, una puerta y un camino.


6

En la vereda de sombras irregulares

la noche se recuesta enardecida

entre sueños de cartoneros y desertores.

La vergüenza esconde su cara más visible,

el amor su costado más oscuro,

la vida sus aristas más doloridas,

el hombre sus debilidades.

Es noche cerrada.

Cada uno es nadie en la tierra de todos,

pero es alguien para alguien

en el terreno oculto de las suposiciones.

La felicidad se reduce a pequeñeces

y la noche desnuda se abriga

en la niebla sugestiva del amanecer.


7

Entonces Dios creó el amor.

Los hombres la infidelidad.

Dios intentó con el perdón.

Los hombres el reproche.

Dios creó el olvido.

Los hombres el amor libre


8

En esos ojos de profanador de sueños

veo la línea de tus dibujos

dibujándose, dibujándote.

El lápiz tropieza

con la impunidad del papel

y se siente culpable

de tanta desolación y amargura.

En la enajenación del creador

hablas con la gama de los grises.

Yo conocedor de almas sombrías

te entiendo, te admiro, me embeleso

y transformo en letras y palabras

tus trazos y tramas.

Nos buscamos en la voracidad

del trajín cotidiano, nuestra condena,

y los sueños llueven como perdones.

Nos pagamos un café mutuamente,

nos regalamos una chanza

y nos prometemos seguir creando

para resistir y no desaparecer

en la mediocridad de los días sin soles,

y burlar al destino con barajas falsas.


9

Adónde vas cuando sueñas

y te acosan porque callas,

cuando descansas del fuego

bendito de las palabras,

cuando te bebes el vino

trasnochado de nostalgias,

cuando no tienes el pan

de la impronta cotidiana,

cuando te duele el amor,

sangra el cuerpo, tiembla el alma,

cuando te encuentras muy solo

en las calles muy pobladas,

cuando te falta un cigarro,

la transparencia del agua,

cuando te falta una llave,

cuando te sobra una cama.

Si lo dices te condenas,

y me condenas si callas.
10

El sueño se escapa

me abandona toda la noche

en busca de encuentros reales y ficticios.

Lo rescato llegada la mañana.

Lo dejo amarrado a mi almohada

y salgo, caballero herido,

en mi corcel modelo 96

radiante a seducir al día

para vengarme de la noche.


11

Hay un hombre que espera a una mujer.


Una mujer, que espera a un hombre.
Un hombre que solo sabe lo que espera.
Una mujer que espera a muchos hombres.
Un hombre que espera a cualquier mujer.
Una mujer impaciente desea.
Otra no espera, desespera.
Alguien desde una altura,
bendice a la noche y reparte.
Cada uno tiene lo que espera.
Excepto uno que El en su infinita sabiduría
no alcanza a comprender.
12

Me peino cien veces


los cabellos con las manos.
Miro. Pienso. Conjeturo.
Me acaricio la barba.
Apoyo mis ojos en los renglones
de una hoja insultante.
Los genios no vendrán esta noche.
La musa se maquilla rabiosamente en un rincón,
apurando su búsqueda de flash-sexo y monedas.
13

Hace frío.
Yo pido un café.
Tu un cigarrillo.
Él espera un silencio.
El alma, un abrazo.
La soledad, cómplices.
El amor, la hoguera de las sábanas.
14

La lluvia descubre los colores


que se apagaron con el sol.
El último charco es un cielo en miniatura.
Los árboles y el viento organizan lluvias pasajeras.
Las veredas flojas, sorprenden a los distraídos.
Un río finito vaga prendido a la vereda.
Las sombras solitarias buscan compañías
para escuchar la lluvia de noviembre que vuelve.
Unos que otros tienen suerte, o la pierden
según el paraguas que aceptan compartir.
15

Voy y vengo.
De un extremo al otro
de la violencia improvisada.
Estalla mi íntima tranquilidad.
El impacto se expande,
a la otra línea,
cruza la frontera indómita
de la razón invisible.
Encuentro la bronca real
de la memoria
en el estruendo salvaje de justicia.
16

Llovizna.
¿Con ve corta o con be larga?
¿Con zeta o con ce?
Alguien que tampoco importa quien
tiene hambre. Con be larga,
con hache y con ve corta.
Todos pasamos indiferentes
con grandes letras de molde
en imprenta mayúscula y color,
antes de perder el brillo
que se lleva la lluvia
que nos permite vagar
vestidos de gris y humo
hasta perdernos en el anonimato.
17

La radio anuncia sol,


Lloverá.
Un afiche
te miente una promesa electoral.
Yo, vos, él y alguien que no conozco
organizan un encuentro.
Nos movemos como una ola viva
en las calles acostumbradas
a las manifestaciones.
Alguien cae.
Nos dispersamos y de nuevo,
alguien que no conocemos
organiza otra movilización en honor al caído.
Y así...
18

En la apacible soledad de un ciber


alimento mi ilusión y aliento una respuesta.
Con la complicidad del cartero invisible
llego, vuelvo y retorno
a una búsqueda de lo que queda del amor,
lo que no fue negociado, vendido, regalado, olvidado.
Te encuentro, corazón de sed, mirada abierta a la caricia.
Harta de tantas pantallas y cielos prometidos,
de tanta tierra sin huellas acompañándote,
acompañándome.
Toda la música salvada resonando en los oídos.
Al fin, creo que me encontraste. Pienso que te encontré.
...si nos ponemos de acuerdo un día de estos,
y decidimos confesarnos mutuamente
que estamos solos y nos necesitamos.
19

Si el amor fuese eterno


no existirán los relojes
ni calendarios.
Te amaría plácidamente
bebiéndote sorbo a sorbo
en la palma de la mano.
Tus tiempos de lluvias
serían mis tiempos de lluvias.
Tus tiempos de soles,
mis tiempos de soles.
Y tus tiempos de ausencias
mis tiempos de angustias.
Me arderían los ojos de tanto
esperar que regreses.
Me sangrarían las manos
de tantos adioses y bienvenidas.
Si el amor fuese eterno
te amaría igual
pero se también,
lo sé,
que sufriría mucho más.
20

El escritor no tiene quien lo llame.


El teléfono mudo, avergonzado
intenta vanamente recordar el último llamado.
A veces en la soledad de las madrugadas
despierta agazapado esperando
para atrapar la voz en el primer intento.
Otras veces lo descuelga y juega a no estar.
Pero está.
Espera.
Se fumó el último cigarrillo prestado.
El último tomado al descuido.
El último regalado.
El último mendigado.
El último levantado en la calle.
Se bebió todo el vino de la paciencia,
de la incertidumbre,
del engaño,
de la amargura.
El vino de los amigos,
de los leales y de los traidores.
Hoy, harto de esperas
sin paraguas y sin sombrero
vaga bajo la lluvia que se inventó.
Por primera vez se siente un fracasado.
Angustiado por la espera
quedó solo.
Olvidó el mundo pequeño de las cosas tranquilas
y tu presencia.
No recuerda como hacer para volver a escribir,
para poder describirte, encontrarte...
Y encontrarse.
21

La vida araña los cristales


como pájaros olvidados
en la mañana de julio-agosto.
Seguirá lloviendo
y los aleteos seguirán como manos pálidas
porque no conocen el calor interior de la sangre.
Intento vanamente recordar
la última melodía de pájaros libres
y una llamarada incendia la ventana.
He perdido un instante.
Libre de culpas trato de descubrir la otra vida.
Descubro una bandada de pájaros mudos
en memoria de los asesinados.
22

Camino.
Mientras camino pienso.
Mientras pienso recuerdo.
Mientras recuerdo olvido
Mientras olvido muero.
Mientras muero intento
una nueva resurrección.
Entonces me detengo.
Me siento en un banco de la plaza
y no pienso.
No recuerdo.
No olvido.
No muero.
No necesito inventarme
una nueva resurrección.
Me levanto
y sigo
23

La noche arrastra a la tarde


y lentamente la devora.
Un viento de arena fresca
marca el compás de las horas
y un aroma de naranjos
invade la calle angosta.
Ya no se piensa en ayer,
en hoy, ¿qué será de ahora?
Lentamente uno se entrega,
mansamente se desploma
en el hueco que proyecta
y que dibuja su sombra.
24

El humo del tabaco


y de las sombras
me lleva por los márgenes de las horas.
El amor ese miserable
me ofrece placer una noche
a cambio de tanta ausencia.
Pero tu ausencia me regala
el placer de recordarte.
25

Me peino, me despeino.
Miro. Pienso. Espero.
Bebo mi vino en silencio.
Dibujándote,
me pierdo
en las curvas de tus caderas abundantes
y me detengo en tus senos perfectos a las caricias.
Mujer que no llegas
y multiplicas mis deseos.
No llegarás, es noche de traiciones,
El reloj lo sabe y me lleva de la mano al sueño
que me salva del insomnio de una noche más.
26

El solitario ademán de escribir y la nada.


El hilo finito de los renglones
impecables y eternos.
El misterioso mundo de las profundidades.
Los silencios, las voces.
La música del teclado.
En una orilla del universo del libro: él.
En el margen de la resistencia: el otro
Uno cree en el otro y el otro también.
Se confunden y desconocen
en el anonimato de un colectivo.
Se cruzan con la gente de la calle.
Se desconocen
en la discusión interminable de las ideologías.
Se reencuentran en el límite exacto
de sus realidades y ficciones
compartiendo un café en el exilio
marginal de la noche.
27

Bebo el vino que dejaron los apresurados a mi paso.


Me detengo en el tiempo exacto
en que me piensas.
Nos cruzamos en la longitud
de la insistencia y el deseo.
Bebo mi vino
bruñido en la apacible luz de tu ausencia.
Brindo en silencio.
Recorro la ruta secreta de fibras
y descanso en tu memoria ram
que descansa porque duermes.
28

Estoy austero de palabras,


de alegrías
de lágrimas,
de asombros,
de canciones,
de caricias,
de susurros,
de verdades,
de mentiras,
de pecados
de bendiciones,
de maldiciones,
de tristezas,
de monedas,
de billetes,
de cospeles,
de tarjetas.
En definitiva,
soy un desocupado más.
Despreocupado de las sub-versiones
y las revoluciones,
las de ahora y las de mañana.
Resisto en honor a viejos recuerdos
o por mala costumbre.
29

El sueño se escapa
me abandona toda la noche
en busca de encuentros reales y ficticios.
Lo rescato llegada la mañana.
Lo dejo amarrado a mi almohada
y salgo, caballero herido,
en mi corcel modelo 96
radiante a seducir al día
para vengarme de la noche.
30

He hallado
en la confidencia de l anoche
al buscador del alma.
Yo, que organizo palabras
quedo en el margen inhóspito
de la sorpresa,
con oraciones incompletas
y pensamientos inconclusos.
La intimidad edifica las palabras
y el verso vaga por una acera
que no ofrece Resistencia.
Nos une el exilio,
el vino imaginario de la ausencia del reloj,
el temor de no saber conjugar
el presente y el futuro perfecto
de un verbo cualquiera
de la primera conjugación.
31

Ahora se que el margen de la noche


empieza cuando Tú llegas,
imprevistamente,
con ese aire distante que es una invitación
para el naufragio.
El exilio está allí,
a cualquier lado de la acera,
en la multitud de la calle,
en el vacío de la noche que nunca promete nada
pero actúa de campana.
Ciudad Violenta
Si llueve pan.
todos comeremos pan.
si llueve justicia
algunos serán justificados,
otros serán ajusticiados.
1
Esta ciudad no es la tierra prometida,
es la tierra de los equívocos,
de los incendios y las inundaciones.
Del viento norte y los piquetes.
Esta ciudad no se la prometo a nadie.
No se la prometas a nadie.
Yo llegué por accidente
de un Padre confundido
entre tantas voces y tanta sangre
que quiso hacerme un salvador
y me puso en la vereda equivocada.
2
Malditos los portadores de botones dorados
y charreteras,
los traidores de camisa y corbata,
que me dejaron más jodido que radiante
y no viceversa.
Que enarbolaron banderas
y vendaron nuestros ojos.
Gatillaron treinta mil veces en las luces
y las sombras.
Malditos lo que duermen en paz
y no descansarán en paz
porque resucitarán treinta mil veces siete
por cada uno, vivo o muerto
que dejaron a su paso.
4

Las casas que enmudecieron


algún día rendirán cuentas de sus noches de horror.
Entonces las lágrimas se oxidarán.
Sellarán candados y cerraduras.
No serán jamás casas tomadas.
Serán una alerta
para los verdugos anónimos.
5

Tengo miedo por vos,


por él,
por mí.
Porque no sabemos rezar ni remar.
Porque no hiciste lo suficiente
para ganarte un cielo.
Porque no hizo bastante
para soñar un paraíso.
Porque no hice nada
para que me recuerden.
Ellos que saben tanto
se condenan con nuestra ayuda,
y se salvan solos.
6

Ni jodido
ni radiante.
Quizás más terco,
despreocupado,
despojado,
deslunado,
descarriado,
descreído,
despeinado,
despoblado,
desplazado,
diluido,
disfrazado,
irónico,
filosófico,
naufragado.
En fin,
creo que, analizando mi situación,
estoy más que ayer,
menos que mañana
e igual que siempre.
7

El hombre salió a las calles


a reclamar el trabajo que no tenía.
Luego reclamó pan.
Mas tarde igualdad y justicia.
Entonces decidieron
arrojarle un poco de pan,
prometerle trabajo
y vino la represión.
8
Estoy despojado de trabajo,
de billetes,
de bonos provinciales y nacionales,
de tarjetas de créditos provinciales
y foráneas.
Austero de sexo y de lujuria,
de paz y de intranquilidad.
Sólo nos aumentaron la tristeza y la miseria.
Dicen que si Dios los ayuda
podemos estar peor.
9
En una hilera interminable
de plegarias organizadas,
al norte del paralelo del olvido,
al este del meridiano de las sombras,
mis hermanos
pidieron justicia.
Dios confundido con tanta geografía
indultó a los culpables,
resucitó a los inocentes,
y multiplicó a los verdugos.
10
Volver y encontrar
que la pobreza es miseria.
La miseria que se espanta
de las otras miserias
Miseria que silencia
y amordaza de tanta bronca.
Y uno se pregunta ¿dónde estuve?
¿Dónde estás?
11
Los uniformados salieron a las calles
a pacificar a los oprimidos.
Su extraña manera de pacificar
generó la violencia,
cuando los oprimidos
entonaron cantitos
y batieron cacerolas.
Las víctimas fueron declaradas culpables
de tratar de sobrevivir
en un país que se incendiaba
y salir a la calle sin protección.
12
Eso de reducir el mundo
a mínimas palabras escritas
es la magia que nos acompaña.
Nos resucita en cada trazo
en cada grafiti,
y nos corona en abrazos de silencios.
Eso de bendecir y maldecir a
a los que elegimos,
de sorprender a Dios,
y enardecer al Diablo
con un gesto, una mirada,
es una provocación a la vida
y a la muerte.
Y la vida, vanidosa
y peligrosamente sensual
nos abraza y nos arroja papeles y letras
para que sigamos cantando.
Y la muerte busca aliados
en las filas enemigas.
13
Hasta mañana.
Hasta el primer chispazo del día de nuestras zozobras.
Hasta el primer ruido de ramas quebradas en el amanecer.
Hasta el primer grito en busca del pan
del trabajo y la justicia.
Hasta mañana.
Hasta que los señores despierten de sus sueños multicolores.
Hasta que los niños despierten de sus sueños en blanco y negro.
Hasta mañana.
¿Y después?
Otra vez el fuego, los gritos, la bronca comprada al mejor postor.
El silencio alrededor de fuego y ver como se queman nuestros sueños.
14
Nunca seremos mayoría
pero igual resistiremos
en el lado visible
de los días soleados y claros.
Nunca seremos mayoría
pero algunos corazones tiemblan,
otros pierden el sueño
y los menos como vos
toman un café conmigo,
se cobijan en mi saco
y me hacen sentir menos solo que nunca,
porque luchan,
porque aman,
porque no temen.
Porque han aprendido a no olvidar,
a morirse un poco todos los días.
A suicidarme y a resucitarme
sin dejar rastros.
Nunca seremos mayoría
los mal alumbrados,
los disidentes, los enardecidos,
los exiliados
Pero los tendremos en jaque.
No me abandones.

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