Está en la página 1de 19

Casa de Empeño.

Cinco años atrás.

—Mi nombre es Vanya Hargreeves y esta es mi historia. Nunca fuimos una familia
de verdad. Éramos la creación de nuestro padre. Familia en nombre… pero no en
realidad. Al final, luego de la muerte de nuestro hermano Ben, no había nada que nos
uniera. Solo éramos extraños viviendo bajo el mismo techo, destinados a estar solos,
hambrientos de atención, dañados por nuestra crianza.

—Dios mío. ¿Ella escribió eso? No puedo creer que hiciera eso.

—Y atormentados por lo que pudo haber sido. Todos queríamos ser amados por un
hombre incapaz de dar amor. Nuestro padre nunca perdió la oportunidad de
recordarme que era ordinaria. Algo difícil de escuchar para una niña. Si te crían para
creer que nada de ti es especial, si el punto de referencia es extraordinario, ¿qué haces
si no lo eres?

50 % de descuento.

Hoy.

—Mierda. Mierda. Lamento llegar tarde.

—No lo había notado. Desde arriba.

—De nuevo.

—Lo hemos visto una y otra vez, Luther, es lo mismo cada vez.

— ¿Qué está haciendo? El té. ¿Lo enveneno?

—No sé.

— ¿Dónde encontraste esto?

—Veía grabaciones viejas de cuando éramos niños y vi la cinta justo allí.

—Sí, papá debe haber comenzado a usar el sistema de seguridad. Se estaba volviendo
más paranoico. Pensaba que había gente tras de él. Bueno… Supongo que quizás
tenía razón.

—Pero ¿mamá? Ella no es capaz de… ¿O sí?


— ¿Mamá? Debemos preguntarte sobre la noche en la que murió papá. ¿Recuerdas
algo?

—Claro. Atardecer, 7:33 p.m. La luna estaba en cuarto creciente, la cena fue gallina,
arroz y zanahorias.

—No… Más tarde esa noche. En su habitación. ¿Fuiste a verlo?

—No recuerdo.

— ¿Alguna vez estuviste… no se… enojada con papá?

—Su padre fue un buen hombre. Un hombre amable. Fue muy bueno conmigo.

—Sí, pero al irnos, debe haber sido difícil.

—Habían días… Ustedes me tenían tan ocupada y luego…

— ¿Qué?

— ¿Qué ibas a decir?

— ¡Los huevos están listos! El desayuno es la comida más importante del día. Ahora
coman. Los dos.

— ¿De verdad no entiendes la cadena de custodia? Si lo tocas, no puedo usarlo.

—Te ahorrare tiempo de pruebas balísticas. Estas balas de 9 mm no han sido hechas
desde…

—El año 1963. Raro, lo sé. Se encontraron casquillos iguales en otro lugar anoche.
Grúas Ishmael.

— ¿El chofer?

—Estaba colgado del techo. Parece que sabía algo después de todo.

—Lástima que nadie te dijo que hablaras con él.

—En el transcurso de 24 horas, he tenido ataques en tres lugares distintos de la


ciudad. Sea lo que sea, quienquiera que sea, avanza rápido. Si esto te importa y tienes
ideas diferentes, soy toda oídos.
— ¿El hijo de ese tipo? En la tienda de dónuts.

—Tengo unidades rastreando a su familia en caso de que vayan por él.

—Deben tener videos de vigilancia.

—No, no existen. La primera unidad en la escena vio a dos tiradores huyendo,


usando… Oye esto… mascaras aterradoras para niños.

—La ciudad de verdad se va a la mierda, ¿no?

— ¿Lo dice el de los pantalones elásticos?

—No son elásticos, son de cuero. Y solían gustarte, mucho, si mal no recuerdo.

—Dios, por favor olvida eso.

—Grabado en el banco de datos, Eudora.

—Y terminamos.

—Anda a contemplar tus formularios mientras yo cazo a estos animales. Detective…


Sí me importa.

—Aun no supero que ustedes solían…

—Ni una palabra más, Beeman. Ni una maldita palabra más.

—Helen. Hoy estuviste genial. Realmente genial.

—Gracias.

—Son esas partes en la de Stravinski. Las he practicado durante semanas y tú solo…

— ¿Hago que se vean fáciles? ¿Cómo te llamas?

—Vanya.

—Vanya. ¿Cuántos años has estado estancada en el tercer asiento? Hasta cierto punto
no se trata de práctica. Se trata de si tienes algo especial. Y quizás… no tienes el
talento. Puedes ponerle 10.000 horas, o… puedes ir y buscar algo que realmente te
apasiona y dejar de sudar con Stravinski como una adolescente asustada. Piénsalo
bien.

—…como si fueran casas rodantes pero pueden tener generadores. Pueden tener su
propio tanque de desechos. Estos materiales son lo que usaría en una cada normal.

—No entiendo cómo puedes ver esta mierda.

— ¿No encuentras interesante como las personas normales viven su vida?


Preocupados por gabinetes de cocina como si el destino del universo dependiera de si
escogen azul celeste o verde esparrago.

— ¿Y eso qué?

—A veces hay belleza en lo mundano, ¿sabes?

—Entonces esta es la habitación más bella que he visto.

—“Reducción del siete por ciento en el pago debido a retrasos. Reducción adicional
cada 24 horas hasta que sea completado”. Eso es solo… Digo, solo ha pasado un
miserable día. Que salgan de atrás de sus escritorios y ensucien sus manos para
variar. Malditos perezosos.

— ¿Terminaste?

—Sí.

—Volvamos a salir y matemos al pequeño desgraciado.

Curitas.

—Maldición. ¿Dónde están las cosas de papá?

— ¿Podemos ver una película o algo? ¿O el océano?

— ¡Cállate! Trato de hallar cualquier… mierda invaluable que estaba en esa caja,
¡para que Pogo me deje en paz!

—Te preguntaría que estás haciendo, Klaus, pero luego pensé… No me importa.

— ¡Oye! Hay vías más fáciles para salir de la casa, amigo.

—Esta implica la menor cantidad de charla, o eso pensé.


—Oye, ¿hoy necesitas algo más de compañía? Podría… despejar mi agenda.

—Parece que ya estas ocupado.

—Oh, ¿esto? No, puedo hacer esto en cualquier momento. Solo… Solo se me perdió
algo. Es todo. ¡Acá esta! ¡Gracias a Dios! Delicioso.

—Ya no financiare tu drogadicción.

— ¡Vamos! Tu no… Quizás solo quiero estar con mi hermano. Tu no. ¡Mi hermano!
¡Te amo! Incluso cuando no te ames a ti mismo.

Rocco y Familia: Plomería.

Especialistas en Desagües e Inodoros.

—Lamento tenerte ahí tanto tiempo, Dolores. No, no estoy borracho. Trabajo. Sí, es
sobre la cosa del ojo. Aquí es donde se hizo. O… será hecho. Solo debemos esperar.

—No me gusta esto más que a ti, pero ella oculta algo.

— ¿Ocultar? Para mí solo sonaba confundida.

—Viste la cinta. Grace sabía lo que hacía.

— ¿Grace? Esta mañana era mamá.

—Es una máquina, Allison.

—Ella nos leyó cuentos, limpio y nos llevó a dormir. Y luego la dejamos aquí, sola,
en esta casa por 13 años. Por supuesto que perdió la cordura. ¿Estar lejos de tus
niños?

— ¿Qué paso con… Claire? ¿Con Patrick? Nunca me dijiste.

—Sí, no quiero hablar de eso.

—Solo que… cuando éramos niños, solíamos sentarnos aquí y contarnos todo.

—Sí, y luego crecimos. Las cosas se pusieron mal entre Patrick y yo. Ahora, el
tribunal dice que debo ir a terapia obligatoria antes de poder hacer visitas.
— ¿Por qué? Usaste tu poder con ella.

—Habían días en los que ella hacia berrinches tremendos. Y sin importar lo que
dijera, no se detenía. Ella tenía tres años, y yo… Sé que eso es lo que deben hacer los
niños de tres años. Así que dije que lo haría solo una vez. Solo que no fue solo una
vez. Me dije… que cualquier… padre con mi poder haría lo mismo. Que no estaba
mal. Solo tenía una ventaja. Desde que era pequeña obtenía lo que quería. Con mi
papá, mi carrera. Pero ahora sé que nada en mi vida fue verdadero. Estoy empezando
de nuevo. No pensé que sería tan difícil.

—Se hará más fácil. Algunas cosas toman tiempo.

—Sí. Y algunas cosas se mantienen rotas.

Imperial: Artículos de Madera.

—Sigues buscando al Sr. Puddles.

—Salí del ensayo y estaba cerca, así que pensé…

— ¿Viniste hasta Bricktown? Pero ya que estas aquí, será mejor que entres.

—Son hermosas.

—Gracias. Restauración de antigüedades. Es mi especialidad. Pero si hago otras


cosas.

— ¿Cómo qué?

—No sé. Es algo vergonzoso. Ven.

— ¿Hiciste estos?

—Cuando era niño, mi imaginación era mi escape. Y claramente nunca crecí.

—No, es asombroso. ¿Cuál es tu favorita?

—La bailarina es la mejor. O quizá el pato. O el otro pato. O el otro pato. Pero hay
uno que deberías ver.

— ¿Eso es…?

—Tal vez… me desvele haciendo esta.


—Vaya. Es hermosa.

—Gracias. Llévatela.

—No. Yo…

—Insisto. Por favor. La hice para ti. Me inspiraste.

—Esto es tan raro. Nos hemos conocido por… ¿Dos días? Siento que me conoces
mejor que mi familia.

—Oye. No sé si esto está bien, considerando que soy tu… estudiante joven e
influenciable, pero… ¿te gustaría cenar conmigo esta noche? No debes hacerlo si no
quieres.

—Sí.

—Está bien.

—No, yo…

—Lo sé, pero…

—Me gustaría.

— ¿Si?

— ¿Allison?

—Oye.

—Leonard, esta es mi hermana Allison.

—Un segundo… Sé quién eres. Te vi en esa película. Estas en la película, el… Eras
la abogada. La ruda en la silla de ruedas, ¿no?

—Si. Si era yo.

—No me dijiste que tu hermana era estrella de cine. Vaya. Estuviste en lo de


Umbrella también, ¿cierto? Pero tú no, ¿verdad?

—No, yo era como el quinto Beatle de la familia.


—Nunca me gustaron los Beatles. Soy más de los Rolling Stones.

—Perdón por interrumpir, pero ¿podrías regresar a casa? Habrá una reunión familiar.

— ¿Y ustedes me quieren ahí?

—Por supuesto. Es sobre mamá.

—Perdón.

—No te preocupes. La cena será otro día.

—Gracias.

— ¿Quién es el chico?

—Él es… un amigo.

— ¿Amigo?

—No, no es… Quizás solo intento no separarme de todo y de todos.

—Pe… Perdón. No debí decir esas cosas ayer. Estaba enojada con Patrick y yo… Me
desquite contigo. Discúlpame. Yo… No soy buena en esto de ser hermana.

—Me di cuenta.

—Dime cómo te sientes de verdad.

—Quizás lo hare.

— ¡Ya!

— ¡No!

—Cinco. ¡Cinco! Oye, Cinco.

— ¡No!

— ¡Cinco!

—Que estas…
—Dios mío… ¿Estas bien?

—No deberías estar… ¿Cómo me encontraste?

—Algo de privacidad, chicos. Estamos progresando aquí atrás.

— ¡Fuera! ¡No puedes estar aquí! Estoy trabajando.

— ¿Tuviste suerte hallando al tipo de un ojo?

— ¿De qué hablas?

— ¿Importa? Es Klaus. ¿Qué quieres, Luther?

—Puede que Grace tenga que ver con la muerte de papá. Así que necesito que
vuelvas a la academia, ¿sí? Es importante.

—Es importante. No sabes lo que es importante.

— ¡Oye! ¿Les dije de la vez que depile mi trasero con pudin de chocolate? Fue tan
doloroso.

— ¿Por qué sigues aquí?

—Ay, ay, ay…

— ¿Qué? Yo… ¿Qué? ¿Necesito una excusa para estar con mi familia?

—No, solo intentamos tener una conversación seria.

— ¿Qué? ¿Soy incapaz de ser serio? ¿Es lo que dices?

—Luther tiene razón. Deberías irte.

— ¿Qué? ¡Está bien!

— ¿Qué diablos tramas, Cinco?

—Créeme, no entenderías.

—Dime. Hasta donde sé, sigo siendo el líder de la familia.


—Pues hasta donde sé, soy 28 años mayor que tú.

— ¿Sabes cuál es tu problema?

—Espero que me lo digas.

—Crees que eres mejor que nosotros. Siempre ha sido así. Incluso cuando éramos
niños. Pero la verdad es que estas tan jodido como el resto. Solo puedes contar con
nosotros. Y lo sabes.

—No creo que soy mejor que tú, Numero Uno. Sé que lo soy. He hecho cosas
inimaginables, cosas que no podrías comprender.

—Claro.

—Solo para regresar aquí y salvarlos.

Tienda de Abarrotes.

— ¡Oye! ¡Para ahora mismo!

— ¡Oigan, idiotas!

— ¡Vuelve acá!

— ¡Fuera de mi camino!

—Estoy empezando a preguntarme si esa fue la mejor decisión.

—Sí que te gustan las dónuts, ¿no?

— ¿Hay algo mejor en este mundo?

—Supongo que no. Aunque supongo que no soy imparcial ya que las hago todos los
días.

—Todo el día, todo los días. Explícate.

—Pues… Vengo antes de que salga el sol. Mido los ingredientes secos, añado la
mezcla muy lento y las pongo en la extrusora.

—Extrusora.
—Sí. Es lo que hace que tengan la forma de dónut. El truco esta… en que las dejo
reposar por media hora entes de freírlas. Eso es lo que las hace tan… ligeras y
esponjosas.

— ¿Cómo eres tan ligera y esponjosa?

—Supongo que eres lo que comes.

— ¿Puedo probar una de jalea de frambuesa?

—Seguro. El secreto está en la jalea.

—Agnes. Hermoso nombre.

—Pues, gracias. Significa pureza.

—Claro que sí. Entonces… ¿Hay algo más que podrías decirnos sobre la noche en
que dispararon aquí?

—Bueno, ya le había dicho a la policía todo lo que se. Dos veces, de hecho.

— ¿Recuerdas al niño de esa noche?

—No me fije mucho en él, para ser sincera. El y su padre se sentaron ahí.

—Ese definitivamente no era su padre.

—Solo nos preocupamos por su… seguridad ya que es un mundo peligroso. No


quisiera que nada malo le pase.

— ¿Están con la policía?

—Nos contrató su familia para llegar al fondo de esto.

—Así que si hay algo que puedas decirnos, lo apreciaríamos. Yo realmente… lo


apreciaría.

—Me gustaría ayudar, pero no sabría nada sobre eso. Aunque ahora que lo pienso si
había una cosa. Tenía un tatuaje en su muñeca. ¿Quién deja que un niño se tatué?

—Increíble.

— ¿Podrías dibujarlo?
—Claro, yo… Un circulo…

— ¿De verdad crees que mamá lastimaría a papá?

—No has estado aquí en mucho tiempo. Quizás ya no conoces a Grace.

—Si fue envenenado, eso se vería en el informe del forense.

—No necesito un informe que me diga lo que puedo ver con mis ojos.

—Quizás la baja gravedad del espacio te arruino la vista. Mira de cerca. Papá tiene su
monóculo. Mamá se levanta. El monóculo desaparece.

—Si.

—No lo estaba envenenando. Lo estaba tomando para limpiarlo.

— ¿Y dónde está? No, he buscado en la casa, incluyendo todas sus cosas. Ella no lo
tiene.

—Eso es porque yo se lo quite. Luego del funeral.

— ¿Lo tuviste todo este tiempo? ¿Qué te pasa?

—Dámelo.

—Lo bote.

— ¿Tu qué?

—Mira, sé que si lo hubieses visto en mamá habrías perdido la cabeza, justo como lo
haces ahora.

—Diego, hijo de puta.

—Cálmate. Sé que papá no era exactamente… un libro abierto. Pero si recuerdo algo
que dijo. Mamá fue diseñada para cuidar, pero también para proteger.

— ¿Qué significa eso?

—Fue programada para intervenir si alguna vida estaba en peligro.


—Si su hardware se está degradando… Debemos apagarla.

—Espera. Ella no es una aspiradora que puedes lanzar al armario. Ella siente cosas
¡Lo he visto!

—Diego, se quedó ahí parada viendo a nuestro padre morir.

—Coincido con Luther.

—Que sorpresa.

—Cállate.

—Yo…

—Ella no debería tener voto.

—Iba a decir que coincido contigo.

—Bueno. Ella debería tener voto. ¿Qué hay de ti, chico drogado? ¿Qué dices?

— ¿Ahora qué? ¿Necesitan mi ayuda? “¡Sal de la furgoneta, Klaus!”. Pues de vuelta


a la furgoneta.

— ¿Qué furgoneta?

— ¿Qué dices, Klaus?

—Estoy con Diego, porque… ¡jodete! Y si Ben estuviera aquí, coincidiría conmigo.

—No, no es cierto.

— ¿Entonces son tres? Dos.

—La votación no termina.

— ¿Qué?

—Cinco no está aquí. Toda la familia debe votar, nos debemos eso.

—Cierto.

—Esperemos.
—Oye. ¿Desde cuándo estas ahí?

—Se ven molestos. Hare galletas.

—Te has preguntado… Todos esos momentos con mamá, las cosas que dijo… ¿Fue
ella o en realidad fue papá?

— ¿De que estas hablando?

—El la construyo. Y la programo para ser una mamá, para ser nuestra mamá. A veces
cuando la veo, solo lo veo a él,

—Quizá eso fue verdad al inicio. Pero ella evoluciono.

— ¿Cómo lo sabes?

—Porque papá solo se amó a sí mismo.

— ¡Pasando! ¡Vamos, Luther!

— ¿Cómo es que la academia Umbrella será capaz de terminar con el crimen si no


podemos salir a tiempo para las misiones? ¡Vamos, niños! ¡Vamos!

—No veo mi mascara de domino.

—Necesitaba una lavadita.

—Gracias, mamá.

— ¿Listo para salir?

— ¿Y mis cuchillos?

—Suena hermoso, Vanya.

—Gracias, mamá.

— ¡Klaus!

—Gracias, madre.

—Así son los niños.


—Ben.

—Esta atorado. Chicos, espérenme.

—No te mue… No te mue…

—Recuerda, Diego, solo ve la palabra en tu mente.

—No te mue… No te mue… No te muevas.

— ¡Lo hiciste! ¡Estoy tan orgullosa!

—Mamá, tenemos que hablar.

—Bueno, pero solo por un rato. Debo terminar este punto cruz.

—Lo que hiciste por nosotros cuando éramos niños, por mí, ¿por qué lo hiciste?

—Porque ser su madre es el regalo más grandioso de mi vida.

— ¿Eres tu quien dice eso?

—No sé a qué te refieres, Diego.

—Nuestro padre, el… te hizo. Cuando piensas algo, ¿es como si él te dijera lo que
debes decir?

—Tu padre no está aquí, tontito. ¿Hice algo mal?

—No, no es… Mira. Está bien… si lo odiabas. Él fue malo contigo, con nosotros.

—No digas eso.

— ¿Por qué no? Fuimos herramientas en un experimento para él. Nada más. Lo que
digo es que entendería si… ya sabes, si querías hacerle daño.

—Tranquilo. El Sr. Hargreeves fue un gran hombre. Empresario, inventor, medallista


de oro olímpico. Hizo del mundo un lugar mejor.

— ¡Basta! ¿Me escuchas? Deja de tratar de defenderlo. Mamá, debes sentir algo. Te
trato peor que a nadie. Trabajaste para el por 30 años. Ni siquiera te dio una
habitación para dormir.
—Pero aquí tengo vistas hermosas.

—Mamá, esas son solo pinturas.

—Claro que lo son. Qué mundo maravilloso en el que ella vive. A veces me pregunto
si se siente sola.

—No tienes que decirme eso. Sé que solo quedan seis días. Si, ¿tienes una mejor
idea? Está bien. Ahí está el tipo. ¿Qué diablos trama?

—Cha-Cha.

—Es nuestro niño.

— ¡Klaus!

— ¡Klaus!

— ¡Klaus!

— ¡Klaus!

—Alguien se ha comido sus vegetales.

—Vaya, mira eso.

—Hogar, dulce hogar. Las cosas son más sencillas allá arriba.

— ¿Cómo es?

—Silencioso. Frio. Y… Solitario. Aunque, de vez en cuando… cuando el sol salía de


la manera justa y le llegaba la luz, todo se veía como vidrio blanco. Es… Es hermoso.
Lo que sea que le hayas dicho a Claire, nunca me sentí como un superhéroe ahí
arriba, pero… esos momentos en los que mi mundo brillaba, sentía que quizás mi
destino era estar ahí.

—Desearía haber estado ahí contigo.

—Lo estabas.

— ¿Es eso…?
—Viene de las habitaciones.

—Cha-Cha, dispárale.

—Apártate, imbécil. Vamos.

— ¡Suéltala!

— ¿Quién diablos son estos tipos?

— ¿Quién diablos es esta gente?

—No sé, pero al menos sabemos de quien son los zapatos.

—De nada.

—Estaba bien.

—Sí que los tenías…

— ¿Saben del “contra las cuerdas”?

— ¡Salgan de aquí! ¡Vamos!

— ¡Luther, vete!

—Perdí mi arma.

—Iré tras ellos.

— ¿Hola? ¿Chicos? ¿Están todos bien? ¿Hola? Chicos.

—Oye, imbécil.

— ¿Le harías el rumor a la psicópata?

—No es necesario. Esta perra me acaba de hacer enojar.

—Solo queremos al niño.

—Oh. Pues, en ese caso… Ve por ella.

—Vamos.
— ¡Klaus! ¡Klaus!

— ¡Vanya, sal de aquí! ¿Vanya?

— ¡Ven acá!

— ¡Luther! Vamos, Luther. Arriba.

—Debes dejar la comida rápida, soldado.

— ¡Apártense!

— ¡Luther!

—Mierda.

— ¿Tú sabías?

—No.

—Mierda. Mamá. Mamá. ¿Estás bien?

—Claro que lo estoy.

— ¿No escuchaste el ruido? ¿Los de las máscaras que dispararon la casa?

— ¿De qué hablas, tontito? Diego, ¿qué haces?

—Todo saldrá…

—Recuerda en lo que trabajamos. Solo visualiza la palabra en tu mente.

—Todo saldrá bien… Mamá.

—Diego. Recuerda.

— ¿Quiénes eran esos tipos?

—No sé. Pero tenemos suerte de estar vivos. ¿Segura que estas bien? ¿Diego?

— ¿Por qué sigues aquí?


—Solo intento ayudar.

—No, pudiste haber muerto. O hacer que nos mataran. Ella es un riesgo.

— ¿Allison?

—Creo que lo que intenta decir es que estas cosas son peligrosas. Tu…

—No soy como ustedes.

—Eso no es lo que… Vanya, espera.

—Déjala ir. Es lo mejor.

— ¡Vanya! Dios mío. Estas sangrando. ¿Qué ocurrió?

—Perdón… No sabía adónde ir.

—Está bien. Pasa.

— ¿Dónde diablos estabas?

—Como no saliste, supuse que nos encontraríamos aquí.

— ¿Y te detuviste… a comprar una dónut de jalea?

—Tal vez.

— ¿Después de todo lo que acabamos de pasar?

—Necesitaba algo de comida reconfortante después de ese desastre.

—Esta noche fue una pérdida total.

—Yo que tu no diría eso.

También podría gustarte