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“HACER LA CALLE.

Experiencia y construcción de lo urbano público”2007


FERNANDEZ; Roberto (Arquitecto, Argentina).

En la tradición occidental y en la no occidental, el concepto de calle es constitutivo del hábitat social, de toda clase de
agrupamiento comunitario, desde luego, de las ciudades. No hay idea de ciudad y urbanidad sin la vigencia de la calle.
Todo lo que tiene que ver con lo que debe suceder fuera del ámbito privado se posibilita por la existencia de la calle, un enlace
topológico que permite eslabonar y relacionar todos los puntos de acceso a las privacidades que inevitablemente se clipean
sobre las calles.
Para poder usarlas y dar seguridad se crean artefactos de protección extra como las murallas e instituciones, como la policía,
debido al contacto e intercambio entre personas, entre lo privado y lo público.

El intercambio de bienes y productos, también el de los cuerpos y el simbólico, se da mediante la existencia del concepto de
calle. La expresión coloquial ¨hacer la calle¨, trata del intercambio de servicios sexuales que alude a las prostitutas,
innegablemente negado a la idea de calle.
Sin embargo, hacer la calle nunca fue un objetivo del pensamiento y de la práctica arquitectónica, sino una tarea
política, una razón de estado.

La arquitectura se limitó a desarrollar piezas llenas del tejido urbano, no calles, ya que siempre ha tenido la incapacidad de
pensar, moderar o proyectar el vacío. Más bien, la arquitectura deshizo la calle, de manera abierta y programática en la
modernidad, desde su vertiente organicista (La Garden City y Broadcre) hasta la racionalista (Le Corbusier y Gropius).
Pero antes aparecían fenómenos que iban a distorsionar la antigua tradición de la calle como lugar de intercambio, como los
passages (galerías), calles artificiales que atraviesan los tejidos históricos de las ciudades generando una nueva urbanidad, y
destruyendo de a poco la idea de calle tradicional, a favor de un espacio ilusorio, controlado por fuerzas de producción
burguesas de consumo.
La galería en América Latina, es el primer elemento diversificador de la urbanidad moderna, contenedor de nuevas formas de
intercambio social, donde se incubaba el comienzo del fin de la calle, como modus vivendi político, aunque la galería Güemes
1915 o las del centro histórico de Santiago de Chile, significaron elementos potentes de urbanidad, verdaderas calles-plazas,
no contaminadas por la apología del branding.
El movimiento moderno había instituido un credo anti calle según el cual la arquitectura debía incluir las calidades de la
espacialidad social y no la calle. Le Corbusier, redujo la idea de calle a un enlace entre funciones (autopistas de BsAs) o bien
un catálogo de soportes para la circulación. La modernidad racionalista, y su concepto de Siedlung o conjuntos periurbanos de
interés social (torten de Gropius en Desseau 1928) al prescindir de tejidos tradicionales y proponer otra manera de articular lo
público y lo privado, supone otra actitud anti calle.
La renovación pos moderna corrigió el término anti calle de la modernidad, y por vías indirectas validó lo que llamaríamos las
pos calles, por ej. Las elegantes Front Rivers de Puerto Madero, o los Ducks Lands de Londres, los reductos artificiales de los
shoppings, la regresión urbana romántica de los barrios cerrados o los enclaves de los parques temáticos, los híper museos o
los grandes centros comerciales periféricos. En casi todos estos ej. no sólo no habrá calle (siendo público o de uso libre) sino
que tampoco hay ciudad, sino islas dispersas en los archipiélagos territoriales, clusterizadas y segregadas del entorno y
conectadas de manera segura.
Estos enclaves tradicionales o guetos sotificados se articulan a través de corredores urbanos, y alrededor de megacentros,
cines, restaurantes, ambientes controlados, a los que se llega de forma segura, en auto sin detenerse en ningún semáforo e
ingresando a través de un portón eléctrico o a través de un control policial de un barrio cerrado.
Por otra parte, se construyó una descalificación del espacio público y de la calle con el fin de consumir espacios públicos de
gestión privada, donde no se constatan las penurias de la calle, su falta de seguridad, su suciedad, la carencia de iluminación,
el déficit de transporte público, la congestión vial, la ausencia de estacionamiento y la presencia de minorías consideradas
peligrosas (chicos de la calle, travess, yonkees). Se nos ha enseñado a abandonar las calles por peligrosas, ya que son
carentes de garantías en lo que ofrecen como consumo.
Por otra parte, empieza una reivindicación múltiple de la calle, estandarte de la resistencia al mundo globalizado. Se promueve
la necesidad de reconstruir la identidad y subjetividad, volviendo a callejear y exigiendo de los poderes locales la
posibilidad de un modo de vida que por lo social sea público. El antropólogo García Canclini, afirma que un ciudadano de
México DF consume hasta 10 veces más tiempo televisivo que uno de Bruselas, en relación a la disminución creciente de las
alternativas de vida social en el espacio público real.

Tipología de calles que estuvieron y que podrían volver a resurgir en las ciudades:
1. LA CALLE TEMÁTICA:
Predomina cierta homogeneidad (sobre todo comercios) como la calle 47 en NY (judíos ligados al comercio de diamantes) o la
calle Libertad (joyeros de Bs.As), calle Warnes (venta de repuesto de autos) Carnaby Street de los años ´60 londinenses
(negocios psicodélicos), las callecitas del Soho londinense o Tribecca en Ny (restaurantes).
También este concepto acoge nuevas modalidades de consumo como las calles Outlet, en Av. Mitre en Munro o Av. Cordoba
en Villa Crespo.

2. CALLE ÉTNICA:
Ha sido un receptáculo acumulativo de un grupo específico de la sociedad, minoritario, que busca seguridad y ayuda mutua
(judíos, armenios, coreanos, negros, puerto riqueños, como ser Lile Italy en Ny para inmigrantes italianos.)
3. CALLE EMBLEMÁTICA:
A veces de origen étnico o temático, son calles que concentran y expresan la identidad de una ciudad, el modo de ser o el
carácter idiosincrático urbano.
Calle Corrientes es el mejor ejemplo. Porteño, la Napolitana Vía Dei Tribunali es una radiografía popular del sur italiano. Si uno
está de paso por la ciudad y cuenta con pocas horas, debe recorrer dicha calle y nada más.

4. CALLE HISTÓRICA:
Es aquella con alguna clase de referencia documental a la historia de un país o ciudad.
La Av. de Mayo, donde se conformó el primer bv. Porteño, se colocó el primer ascensor. La gran vía madrileña

5. CALLE CON MICRO HISTORIA:


Recoge pequeñas historias barriales o algún suceso o práctica significativa.
En Flores o Barracas hay calles de este tipo, donde sus habitantes son conocedores de historias casi secretas o mitos
barriales.

6. CALLE PEATONAL:
Se ha conquistado el derecho a la peatonalidad, imposible pensar de otro modo, de usos signados por el paseo lento, llenas de
comercios y cafés.
Ej. Calle Florida en Bs.As o Sierpes en Sevilla.

Una buena manera de ser arquitecto y crítico del aplanamiento de la cultura, que la globalización tiende a homogeneizar para
abajo, es hacer la calle, analizarla, proyectarla y revitalizarla.

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