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Unidad

La Obligación
Las Obligaciones

Orientaciones de la Unidad I
En esta unidad encontrarás las competencias que debes alcanzar en la misma, el
esquema de contenido, el desarrollo de la unidad, un resumen, actividades y ejercicios
de autoevaluación para que evalúes tu propio aprendizaje. Es importante concentrarse
bien en el estudio de las obligaciones y su clasificación. Ellas son fundamentales para la
comprensión de todo el curso de las obligaciones y los contratos.

Competencias concretas de la Unidad I

1-Demuestra dominio de los fundamentos teóricos acerca de las obligaciones para su


aplicación en el campo del derecho civil en su quehacer profesional

2-Aplica los conocimientos adquiridos en las obligaciones en la resolución de casos


dados, para un mejor desempeño profesional.

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UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

Esquema de contenidos Unidad I

1. Etimología de la palabra Obligación.


2. Evolución de las obligaciones.
3. Las obligaciones legales y la moral.
4. Influencia de los factores sociales en el legislador.
5. Evolución técnica del derecho de las obligaciones.
6. Formación de la obligación.
7. Definición de las obligaciones.
8. Los sujetos de la obligación.
9. Vínculo jurídico o relación jurídica.
10. El objeto de la obligación.
11. Importancia de las obligaciones.
12. Caracteres de las obligaciones.
13. Diferencias del derecho y real y las obligaciones.
14. Clasificación de las obligaciones.
14.1 Clasificación según su objeto.
14. 2. Obligaciones de dar, hacer y de no hacer.
14.3. La puesta en mora.
14.4. Cómo opera la puesta en mora.
14. 5. Obligaciones positivas y negativas.
14. 6. Obligaciones civiles y naturales.
14. 7. Obligaciones reales y obligaciones ordinarias.
14. 8. Obligaciones de resultado (o determinadas) y obligaciones de
medios
(o de prudencia y diligencia)
15. Obligaciones de los profesionales de la salud.
16. Coexistencia de dos obligaciones.
17. Las inyecciones.
18. La colocación de prótesis.

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Las Obligaciones

19. Los productos materiales e instrumentos.


20. Otras especies de obligaciones.
21. Obligaciones condicionales.
22. Obligaciones a término fijo.23. Obligaciones alternativas 24.
Obligación solidaria.
25. Obligaciones divisibles e indivisibles.
26. Obligaciones con cláusula penal.
27. Clasificación según sus fuentes.
28. Voluntarias e involuntarias.

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UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

Desarrollo de la Unidad I
1. Etimología de la palabra Obligación

Etimológicamente, el vocablo “obligación”, se compone de dos términos:


“obligatio” que enfocados separadamente responden: a “ligatio”, por un lado, que
significa: “acción de ligar, de atar” y, por otro lado, la sílaba “ob”, partícula que
representa: “en vista de, entorno de, entorno a”. Es decir, que “obligación”,
simboliza: “atar alguien a alguien”. A las obligaciones como institución jurídica se
la denomina: “derecho de las obligaciones”, “obligaciones”, “derecho de
obligación”, “derecho personal”, “derechos personales”, “obligación”, “derecho de
crédito”.

2. Evolución de las obligaciones.

El derecho de las obligaciones, como todas las instituciones, se encuentra


modificado por influjo de las ideas morales, de las condiciones sociales y del
ambiente económico. Ninguna de las grandes condiciones, ni la de Justiniano, ni la
de Napoleón, ha podido detener la evolución del derecho.

La afirmación según la cual el derecho romano ha establecido, de una vez para


siempre, los principios del derecho de las obligaciones, no es enteramente falsa;
pero no es valedera –introduciendo, además, serias reservas en ello- más que para
las reglas técnicas que se refieren al mecanismo jurídico de la obligación: si el
razonamiento lógico abstracto sobre el cual descansa esta construcción se ha
conservado en parte, el espíritu del derecho de las obligaciones ha cambiado
hondamente en el curso de la evolución del derecho romano: En la Edad Media
por influencia de los canonistas, como últimamente, después del Código civil; por
el legislador, al que impulsan las necesidades sociales y económicas,
fundamentalmente la moral en esta parte del derecho.

La obligación lleva consigo una restricción de los derechos del individuo, que sitúa
al deudor bajo la dependencia del acreedor. Para los redactores del Código Civil,
tal atentado no es tolerable más que si el deudor ha consentido voluntariamente en
él. Es así como la obligación fundada en el contrato es la regla; la obligación
extracontractual, la excepción. Los filósofos fundamentan la autoridad de la ley
sobre la voluntad de los ciudadanos: “la ley es la expresión de la voluntad general”,

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Las Obligaciones

voluntad general a la que cada cual se ha adherido, anticipadamente, por el contrato


social.

El legislador, siendo respetuoso de la libertad, no debe intervenir en las relaciones


de los contratantes, al menos que estas relaciones atenten contra el orden público y
las buenas costumbres. El individuo, que tan sólo excepcionalmente se obliga
contra su voluntad, puede obligarse como bien le plazca. Tal es el principio,
esencial para los redactores del Código civil, de la autonomía de la voluntad; es
decir, de la libertad del contratante.

En materia contractual, el legislador no establece, por lo tanto, salvo excepción,


más que reglas supletorias, destinadas a facilitar el comercio jurídico y que
descansa sobre la voluntad presunta de las partes. Tan sólo el respeto de la moral y
de un orden público estrictamente limitado restringirá la libertad de contratar: “La
libertad de contratar no puede ser limitada sino por la justicia, por las buenas
costumbres, por la utilidad pública”.

Los redactores del Código civil extrajeron del principio de la autonomía de la


voluntad su consecuencia necesaria: el respeto de la palabra dada. Puesto que el
deudor se ha comprometido libremente, debe cumplir lo que ha prometido. Es la
fórmula del artículo 1134, párrafo1, del Código civil: “Las convenciones
legalmente formadas tienen fuerza de ley entre aquellos que las han hecho”; sus
redactores la tomaron de un texto de DOMAT (Loix civiles, lib. I,tít, I, sec. II:
VII)”. Formuladas las convenciones, todo lo convenido tiene fuerza de ley entre
aquellos que las han hecho: y no pueden ser revocadas más que por su común
consentimiento, o por las causas autorizadas por la ley.

Después de varios siglos de aplicación, subsisten los principios establecidos por los
redactores del Código civil, los cuales han perdido su alcance. Por una parte, se
han multiplicado las obligaciones extracontractuales y por otro lado, los
contratantes encuentran restricciones cada vez más numerosas a su libertad de crear
obligaciones. Se ha advertido que la autonomía de la voluntad, lejos de hacer que
reinen el orden y la justicia en el comercio jurídico, permitía el aplastamiento del
más débil por el más fuerte; y que de ello resultaban graves desórdenes que
infligían ataques al grupo por entero. Por último, se ha llegado hasta hacer que
ceda el principio del respeto de los compromisos libremente consentidos, para
liberar al deudor de obligaciones que, según se estimaba, se habían tornado
gravosas.

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UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

3. Las obligaciones legales y la moral.

La influencia de la moral sobre el derecho de las obligaciones es anterior a la


redacción del Código civil. El derecho romano, como consecuencia del
movimiento ético que se desarrolló a partir del siglo VII de Roma, por influjo de la
filosofía griega, introdujo ideas nuevas en el derecho. El principio de la restitución
del enriquecimiento injusto se afirmó desde los tiempos de Quinto Mucio
Escévola: “Jure naturae aequun est, nominen cum alterius detrimento et injuria fieri
locupletiorem” (Es equitativo, por derecho natural, que nadie se haga más rico con
perjuicio y daño de otro).

Asimismo, la idea de la buena fe penetra el derecho romano de los contratos: el


dolo es sancionado; las acciones de buena fe adquieren un lugar importante en el
procedimiento, y la excepción de dolo modera el carácter riguroso de las acciones
de estricto derecho. La culpa se exige como requisito de la responsabilidad civil.

La aportación moral más considerable han sido atribuidas a los teólogos y a los
canonistas que asimilaron a la mentira (mendacium) y consideraron como un
pecado el hecho de no cumplir su promesa: pacta sunt servanda (los pactos han de
ser cumplidos). Para permitir la moralización de los canonistas averiguan el móvil
(causa) perseguido por las partes, y anulan las convenciones cuya causa es inmoral
o ilícita.

En el derecho de las obligaciones extracontractuales, al dar una definición amplia


de la culpa, amplían el concepto de responsabilidad, por estar obligado el hombre,
en conciencia, a reparar todo daño derivado por su culpa. Las ideas morales de los
canonistas tuvieron una ligera influencia sobre los juristas laicos, por demás
respetuosos del derecho romano.

Esas ideas morales, aun cuando no fueron perdidas de vista por los redactores del
Código civil, que tomaron mucho de Domat, ya fuera directamente, o a través de
Pothier, pasaron no obstante a un segundo plano de sus preocupaciones. La
filosofía nueva, fundada sobre la primacía del individuo, y sobre la creencia en sus
cualidades innatas, construía un orden nuevo que descansaba sobre la libertad. Los
redactores afirmaron, casi sin reservas, la omnipotencia de la voluntad individual.
Al consagrar así la autonomía de la voluntad, debían permitir los excesos a que se
llegó en el siglo XIX. Afirman los Mazeaud, que el hombre no es bueno por

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Las Obligaciones

naturaleza; y, cuando se da libre curso, puede aprovecharse de su superioridad. El


derecho del dinero, el derecho de los negocios no es moral por naturaleza.

Los tribunales intervinieron entonces al esforzarse por asegurar mayor moralidad


en las relaciones de los individuos. Ampliaron las nociones de dolo y de lesión.
Retornando a la idea de causa, desenvuelta por los canonistas, y que DOMAT había
rechazado como demasiado audaz, escrutando los móviles perseguidos por los
contratantes, generalizaron el principio del enriquecimiento sin causa, en virtud del
cual la persona que se haya enriquecido injustamente a expensa de otra está
obligada a restituir el importe.

4. Influencia de los factores sociales en el legislador.

El liberalismo del siglo XIX, que se apoyaba sobre los Códigos napoleónicos,
condujo al aplastamiento de los más débiles por los más fuertes. La clase obrera,
sin organización todavía, fue reducida a miserables condiciones de vida que le eran
impuestas por el patronato, sometido a su vez al régimen de la libre competencia.
La intervención del Estado apareció como necesaria para reaccionar contra los
excesos del liberalismo. Los intereses del grupo, el bien común, no deben ser
sacrificados a los intereses individuales.

En lo concerniente a la formación de los contratos, la libertad contractual apareció


con frecuencia como un simple engaño, por no tener libertad alguna en realidad, y
en ciertas situaciones, libertad alguna el contratante. El obrero, el pasajero
transportado, el asegurado, están obligados, por la fuerza de las cosas, a contratar
sin poder discutir las condiciones que se les imponen. Los redactores del Código
civil sólo habían considerado el contrato nacido de una libre discusión, concluido
de mutuo acuerdo por dos contratantes situados en plano de igualdad.

Los contratos impuestos o de adhesión, constituyen un ataque más directo todavía


contra la libertad contractual. El siglo XIX ha dejado el recuerdo de los conflictos
sociales más graves que el mundo ha conocido. Para evitarlos, no basta tan sólo
con que el contrato de trabajo sea dirigido; es preciso que todos sus requisitos sean
impuestos: salario, duración del trabajo, higiene, etc. Todo contrato de trabajo no es
más que la reproducción de las cláusulas de las convenciones colectivas, discutidas
por las organizaciones sindicales bajo el “control” del ministro del trabajo. Se
abandona el terreno del contrato para penetrar en el del estatuto, en el cual todos

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UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

los requisitos se fijan por una reglamentación legal o casi legal. Las reglas
supletorias ceden su puesto a las reglas imperativas.

El legislador no sólo interviene en la conclusión del contrato, cuyos requisitos fija


imperativamente, sino también en su cumplimiento: libera a las partes de
compromisos que han suscrito válidamente o atenúa sus obligaciones. Esta
intervención es mucho más grave que la precedente; está en contradicción con el
principio esencial del respeto de la palabra dada, afirmado por los canonistas:
“pacta sunt servanda”.

Esta evolución hacia una reglamentación estricta, asfixiante, del contrato ha


conducido a algunos juristas a pensar que el derecho privado le cede el paso al
derecho público. La observación se basa en una confusión. La distribución de las
materias entre el derecho privado y el derecho público no depende de la
reglamentación a que se encuentren sometidos, sino de su objeto: el derecho
privado rige las relaciones entre los particulares; el derecho público, las relaciones
de los particulares y las colectividades públicas.

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Las Obligaciones

Algunas materias del derecho privado han constituido siempre objeto de


disposiciones imperativas: el carácter estatutario, institucional del matrimonio no
se discute; todas las relaciones de familia se hallan reglamentadas estrictamente,
asimismo la organización de las incapacidades; sin embargo, no por ello dejan de
ser materias de derecho privado.

Las intervenciones del legislador se justifican por las necesidades del orden público
y del interés social. Pero la apreciación de ese interés es delicada; hay que temer
que aquí prevalezca una concepción política sobre la concepción jurídica.

5. Evolución técnica del derecho de las obligaciones.

Suele admitirse que la noción de obligación, más exactamente, el estado de


obligado, ha surgido a propósito de los actos ilícitos; es decir, en materia delictual.

La víctima de un “agravio” tenía el derecho, con la asistencia de su clan, de ejercer


su venganza sobre el responsable. Esa venganza, sin freno en un principio, fue
reglamentada por la ley del grupo, la costumbre. La primera limitación parece
haber sido la ley del talión: “ojo por ojo, diente por diente”. Después, para librarse
de la venganza, se permitió al autor del daño que propusiera una composición
(poema); se celebraba un acuerdo (pactio) sobre el importe de ese poema, de la
cual se convertía así en deudor, frente a la víctima, el autor del daño. Más tarde
aún, el legislador obligó a la víctima a aceptar la composición, y fijó su cuantía; es
el sistema de la composición legal.

El estado de obligado no surgió en materia contractual, sino mucho tiempo


después. Los pueblos arcaicos viven dentro de una economía cerrada; las permutas,
muy raras, se realizan en forma de trueque por medio de procedimientos que
concretan la transmisión inmediata de propiedad, pero no crean ninguna
obligación. Los primeros obligados como consecuencia de actos lícitos fueron, en
Roma, los nexi, plebeyos compelidos a pedirle prestado a los patricios, y que
comprometían su persona en garantía de su deuda. La situación del nexus era muy
parecida a la del autor de un delito; estaba encadenado (ob ligatus) y podía ser
matado o vendido como esclavo.

La noción de obligación, derecho personal opuesto al derecho real, no surge más


que cuando, por haberse vuelto más humana la coacción, como resultado de la ley
Poetelia Pateria (año 428 de Roma), el derecho del acreedor sobre el deudor se
separa del derecho de propiedad. La obligación no permite ya el cumplimiento

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sobre su patrimonio, considerado como la prenda del acreedor. Por ello,
históricamente, el derecho real no se reduce, como quería Planiol, a una variedad
de derecho personal; por el contrario, el derecho personal es el que deriva del
derecho real.

6. Formación de la obligación.

El antiguo derecho romano, como todos los derechos del mundo antiguo, no
conocían sino cierto número de negocios jurídicos, catalogados, fuera de los cuales
no era susceptible que naciera ninguna obligación.

En la esfera de los actos ilícitos, la ley enumera taxativamente los diversos delitos
que son fuentes de responsabilidad; esta noción es todavía la del derecho penal
moderno (nulla poena sine lege).

En materia contractual, la voluntad es impotente para crear obligaciones, que no


pueden nacer sino del cumplimiento de formalidades: ex nudo pacto actio non
nasxitur (del simple pacto no nace acción). El contrato-tipo del antiguo derecho
romano era la stipulatio, que exige la pronunciación de palabras solemnes.

El formalismo pierde, no obstante, parte de su rigidez antes del final de la


República. Se admite que las formalidades no eran suficientes; además, para la
conclusión del contrato es indispensable una voluntad sana. Pero, sobre todo,
aparecen los contratos consensuales, contratos para los cuales no se requiere
formalidad alguna. Por último, para los restantes negocios jurídicos, se abandonó
el rigor de formalismo, del que ya no se comprendía la necesidad: la estipulación
subsiste, pero sus formas se simplifican, y se convierte en el molde donde resulta
fácil vaciar todos los contratos.

Respecto de los actos ilícitos, desde fines del siglo XII, germina la idea de que toda
culpa –y no solamente aquellas catalogadas por la ley en los casos por ella
previstos- obliga a su autor a reparar el perjuicio que haya causado. La idea será
afirmada en el siglo XVII por Domat; y luego, en el artículo 1382, por los
redactores del Código civil francés (Código Napoleónico).

Reteniendo del contrato la promesa, la fe jurada, y no las formas que rodean a esa
promesa, los canonistas fueron llevados, por la misma época, a afirmar la validez
de la promesa en sí misma, independientemente de cualquiera formalidad. Se
invierte la regla del derecho romano: ex nudo pacto actio nascitur (del simple pacto
nace una acción). Los juristas laicos vacilaron, sin embargo, ante esta innovación.
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Las Obligaciones

La regla canónica no triunfará definitivamente sino en el siglo XVII, gracias a


Loysel, y luego por la autoridad de Domat.

El consensualismo fue adoptado por los redactores del Código civil francés como
corolario de la autonomía de la voluntad. Posteriormente, las dificultades de
prueba, la protección de los terceros y la inspección del Estado han conducido, en
ciertos casos, a afirmar de nuevo, por medio de una verdadera regresión, la
necesidad de formas para la validez del contrato. Al mismo tiempo, una parte de
nueva fuente de obligaciones, tomada de los derechos extranjeros, la promesa
unilateral de voluntad, que permite al deudor obligarse, fuera de una convención,
por su exclusiva voluntad.

7. Definición de las obligaciones

Las obligaciones que asumen las partes podría decirse es la esencia del contrato,
porque sin ellas no tuviera razón de ser. Es precisamente la naturaleza de la
obligación que asumen las partes la que determina la responsabilidad civil, por eso
es conveniente definir las obligaciones.

Cuando existe una obligación contractual, la obligación creada por el contrato es


ejecutar las obligaciones en él contenida. Cuando una parte no cumple con sus
obligaciones o la cumple mal, surge una nueva obligación: Reparar el daño sufrido
por la víctima, como una consecuencia del incumplimiento del deudor de la
obligación.

La obligación consiste en el derecho que tiene una persona llamada acreedor, de


exigirle a otra persona llamada deudor, a que cumpla con una prestación en
beneficio del acreedor mismo.

La obligación es una relación jurídica, que asigna a una o varias personas la


posición de deudores, frente a otra u otras personas, que se desempeñan el rol de
acreedores, y respecto de las cuáles están obligadas a una prestación, sea positiva
(obligación de dar o hacer) o negativa (obligación de no hacer).

Desde el punto de vista del acreedor, la obligación es un crédito y desde el punto


de vista del deudor, la obligación es una deuda.

Brenes (1998), refiere que la obligación es un vínculo jurídico, en virtud del cual
una persona se halla compelida a dar, hacer o no hacer alguna cosa.

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Para ilustrar mejor la definición, si A le vende un inmueble a B, A asume
obligaciones a favor del comprador que es B. Esa obligación consiste en transferir
el inmueble a favor de B, es la llamada obligación de dar, pero B, asume la
obligación de pagar el precio, es decir, la obligación de hacer. Es posible que B,
como comprador del inmueble asuma algunas obligaciones de no hacer, como por
ejemplo, posponer el pago.

Si el deudor de unas de esas obligaciones no cumple lo pactado, entonces el


acreedor puede exigir su cumplimiento. O sea que una obligación contiene tres
elementos: los sujetos de la obligación, el vínculo jurídico y el objeto de la
obligación.

8. Los sujetos de la obligación.

En una contratación intervienen dos personas el acreedor y el deudor. Entre el


deber de uno y el derecho del otro, existe un vínculo jurídico. Así que si el deudor
tiene la obligación de cumplir en la forma y en la fecha convenida, y no lo hace, el
acreedor puede exigir el cumplimiento de aquello que el deudor se obligó a
cumplir y no quiso o no pudo cumplir.

9. Vínculo jurídico o relación jurídica.

La obligación descansa en una relación de dependencia. El deudor, en lo referente


al cumplimiento de la prestación que le incumbe, está sometido al acreedor. La
libertad del primero, resulta limitada por el querer del segundo.

De Ruggiero (1931), refiere que este vínculo permite que el acreedor pueda ver
satisfecha sus pretensiones, ya que si el deudor se niega a cumplir lo pactado, el
derecho sería ineficaz, al dejar desarmado al acreedor. Estos medios de
constreñimiento que atan, que ligan, que vinculan el sujeto pasivo al activo,
constituyen el vínculo jurídico.

10. El objeto de la obligación.

El objeto de la obligación consiste en la obligación que tiene el deudor de cumplir


la prestación debida en beneficio del acreedor.

Esa prestación puede consistir en un hecho positivo: el pago de un préstamo, la


ejecución de un mandato; otras veces consiste en un hecho negativo: no construir
una vivienda de madera. Suele afirmarse también, que la prestación debida consiste
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Las Obligaciones

en una obligación de dar, de hacer o de no hacer una cosa en beneficio del titular
del derecho, que lo es el acreedor.

11. Importancia de las obligaciones.

El estudio de las obligaciones es de mucha importancia para el ejercicio del


derecho, ya que a diario las personas viven contrayendo obligaciones. Cada vez
que alguien va un supermercado o tienda y compra un artículo está contratando,
por lo tanto está asumiendo obligaciones, sea como acreedor o deudor. Estas
obligaciones por tener un carácter pecuniario caen dentro del ámbito jurídico, y
están reguladas por la ley.

La mayoría de las obligaciones que se asumen son obligaciones voluntarias, porque


las partes así lo han querido, pero en ocasiones una parte se obliga fuera de la
voluntad, como es el caso de una persona que se ve obligada a reparar un daño
fruto de una infracción penal.

12. Caracteres de las obligaciones.

Las tres características de las obligaciones son: 1) Es un vínculo de derecho, 2)


carácter pecuniario, 3) es una relación personal.
Vínculo de Derecho
Características de
las obligaciones Carácter pecuniario

Es una relación personal

1) Vínculo de derecho. Es un vínculo que se establece entre acreedor y


deudor para que ninguno sea perjudicado. Significa que si el deudor se niega
o no puede cumplir con la prestación debida, el acreedor no puede hacerse
justicia por sus propias manos, y debe en consecuencia ejercer las vías de
derecho que el legislador pone a su alcance.

Si el acreedor no tiene a su alcance las vías de derecho para hacer que su deudor
cumpla lo prometido, entonces, el derecho carecería de eficacia.

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Este vínculo de derecho implica que si el deudor no pudo o no quiso cumplir
voluntariamente con lo pactado, el acreedor puede recurrir a la ejecución
forzada del crédito para que este cumpla por la vía coactiva lo que éste no
pudo o no quiso cumplir voluntariamente.

2) La obligación tiene una naturaleza pecuniaria. No todos los


compromisos que asumen las partes son obligaciones. Sólo se consideran
obligaciones en sentido jurídico, aquellas que tienen un carácter pecuniario,
este es un elemento esencial que caracteriza las obligaciones. Cuando se
habla de que la obligación debe tener un carácter pecuniario, quiere decir
que sea susceptible de apreciarse en dinero. Si un amigo invita a otro para
que vayan al río, y éste no va, no se puede hablar de una obligación jurídica,
porque eso más bien cae dentro del campo de la moral. 3) Es una obligación
personal. Significa que el derecho de crédito u obligacional existe entre dos
o más personas, es decir, la relación que existe es de persona a persona. Ej.
Si Juan debe una suma de dinero a José, y Juan no cumple su obligación,
José como acreedor no tiene derecho a tomar para sí un objeto mobiliar o
inmobiliar que exista en el patrimonio de Juan, porque el derecho de crédito
u obligacional no genera derecho entre la persona y la cosa, si no de persona
a persona. Tampoco puede José cobrarle a otra persona que no sea con quien
contrajo la obligación.

Esta característica es la que le la nota distintiva del derecho de crédito u


obligacional del derecho real. Un derecho personal es una relación de persona a
persona y un derecho real es una relación de persona a cosa.

Al ser un vínculo personal, no puede el acreedor exigir el cumplimiento de la


obligación a una persona distinta a aquél que contrajo la obligación.

13. Diferencias del derecho y real y las obligaciones.

Antes de entrar en detalle sobre las diferencias del derecho real y las obligaciones,
es conveniente definir el derecho real, el cual es un derecho absoluto, de contenido
patrimonial, cuyas normas substancialmente de orden público, y que guardan una
relación directa entre la persona y la cosa, y que previa publicidad se hace oponible
a todo el mundo, por tener el carácter erga omnes.

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Las Obligaciones

El derecho real por excelencia es el derecho de propiedad, llamado derecho real


principal, pero este a su vez tiene algunas desmembraciones como son: el
usufructo, el uso y la habitación, la servidumbre, y la enfiteusis.

Existen los llamados derechos reales accesorios, como son: la prenda, la anticresis
y la hipoteca. Se les llama así porque constituyen lo accesorio de una obligación,
con la finalidad de asegurar su cumplimiento.

Como consecuencia del absolutismo del derecho de propiedad, el titular de un


derecho real principal, tiene las siguientes facultades:

1-Jus utendi: facultad que tiene el titular de la cosa de gozar de los bienes, dentro
de los parámetros legales.

2-Jus fruendi: derecho de recibir los frutos del bien mobiliar o inmobiliar.

3-Jus abutendi: derecho de abusar de la cosa.

4-Jus disponiendi: derecho de disponer de la cosa, enajenarla, donarla o


abandonarla.

5-Jus judicati: facultad de demandar en justicia para revindicar la propiedad frente


a atentados hechos por terceras personas.

El titular de un derecho real accesorio tiene un derecho determinado sobre una


cosa, por lo tanto el acreedor puede perseguir la cosa aunque haya salido del
patrimonio del deudor, porque tiene el derecho de persecución, pero si concurre
con otros acreedores no garantizados (quirografarios), tiene el derecho de ser
preferido (arts.2093 y 2094), es decir, de ser pagado primero. En conclusión el
acreedor garantizado tiene el derecho de prelación y persecución. No ocurre con el
acreedor quirografario, dado que su crédito no está garantizado con una cosa.
Entonces, si el deudor disipa su patrimonio, el acreedor solo puede solicitar
medidas conservatorias para evitar que el deudor se insolvente, pero no puede
perseguir la cosa en manos de quien se encuentre como lo haría el acreedor titular
de un derecho real accesorio (prenda e hipoteca).

Otras diferencias considerables son las siguientes:

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Limitación de los derechos reales: Los derechos reales son limitados, mientras que
las obligaciones son ilimitadas. Esto quiere decir que los derechos reales están
sometidos al principio de legalidad, en tanto sólo pueden existir en virtud de la ley,
y no pueden ser el fruto de un acuerdo de voluntades. Es únicamente la ley la que
puede crear derechos reales, de precisar los poderes de una persona sobre una cosa.
Por el contrario las personas pueden crear todos los derechos personales que crean
conveniente, en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, conforme al
cual las partes son libres para obligarse y pactar sobre cualquier cosa, con la única
restricción que impone el artículo 6 del Código civil, relativo al orden público y a
las buenas costumbres.

Transmisibilidad: Los derechos reales son de fácil transmisión, significa que se


puede transmitir el derecho de propiedad sobre una vivienda a quien el propietario
le plazca, siempre que respete el orden público y las buenas costumbres. En tanto
que las obligaciones, por lo menos desde el lado del deudor son en principio
intransferible, ya que el acreedor puede ceder su crédito mediante un acto que se
denomina cesión de crédito, a quien le parezca, pero el deudor no puede transferir
su deuda a otro si el acreedor no otorga su consentimiento.

Del pasivo y el activo: La obligación desde el punto de vista del acreedor


constituye un elemento del activo de su patrimonio, mientras que desde el punto de
vista del deudor constituye un elemento del pasivo del patrimonio. Sin embargo,
cuando se trata de derechos reales, estos siempre constituyen un elemento del
activo en el patrimonio de su titular, porque no hay un deudor. Nunca un derecho
real constituye un elemento del pasivo para el titular de ese derecho.

Oponibilidad de los derechos: Los derechos reales son oponibles (erga omnes) a
todo el mundo, esto quiere decir que surten efectos con respecto a todos, nadie
puede desconocer la existencia de un derecho real una vez que este haya sido
sometido a los requisitos de publicidad organizados por la ley.

De acuerdo al artículo 1165 del Código Civil, las obligaciones, sólo surten efectos
entre las partes contratantes, no perjudican ni aprovechan a terceros, “res inter alios
acta”. De esto resulta que solamente puede pedir la ejecución de la obligación el
acreedor y que la única persona obligada a cumplir con la obligación es el deudor,
y solo benefician a otro cuando se ha estipulado en provecho de un tercero, tal
como prevé el artículo 1121 del mismo Código Civil.

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Las Obligaciones

Existen ciertas diferencias entre del derecho y real y las obligaciones, ya que El
titular de un derecho real tiene un derecho determinado sobre una cosa, porque
tiene el derecho de prelación y el de persecución (arts.2093 y 2094), en tanto que el
acreedor quirografario o no garantizado tiene que concurrir a prorrata con otros
acreedores.
Por el derecho de persecución el acreedor garantizado puede perseguir la cosa en
manos de quien se encuentre, y por el de prelación debe ser preferido que los
demás acreedores quirografarios o no garantizados.

14. Clasificación de las obligaciones.

La clasificación más socorrida de las obligaciones, es según su objeto y según sus


fuentes.

14.1. Clasificación según su objeto.

Según su objeto estas se clasifican en: 1) De dar, hacer y no hacer, 2) Obligaciones


positivas y negativas, 3) Obligaciones civiles y naturales, 4) Obligaciones reales y
ordinarias, 5) Obligaciones de resultado (o determinadas) y obligaciones de
medios (o de prudencia y diligencia).

Dar, hacer y no hacer

Positivas y negativas
1- Según su objeto
Civiles y naturales

Reales y ordinarias

De resultados
(determinada) y de medios
(prudencia y diligencia
)

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Clasificación de las
obigaciones

1- Voluntarias El contrato

2- Según sus fuentes


2- Involuntarias 1 El cuasicontrato
-

La gestión de
negocios ajenos

1- La ley El pago de lo
indebido

1- La El enriquecimiento
responsabilidad sin causa
civil

14.2. Obligaciones de dar, hacer y de no hacer.

Esta clasificación se encuentra fundamentada en la definición que da el artículo


1101 del Código Civil, según el cual el contrato es un convenio en cuya virtud una
o varias personas se obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer o no
hacer alguna cosa.

La obligación de dar implica transferencia: el deudor de una obligación de dar tiene


que cumplir con una prestación que consiste en una dación, quiere decir que ese
deudor tiene que transmitir el derecho de propiedad que posee sobre una cosa a su
acreedor y hacerle entrega de la cosa. Tal es la formula del artículo 1136 del
Código Civil, “La obligación de dar, comprende la de entregar la cosa y
conservarla hasta su entrega, a pena de indemnizar los daños y perjuicios al
acreedor”.

No debe confundirse la obligación de dar con la donación, porque donar es


desprenderse de una cosa a cambio de nada, mientras que la obligación de dar
recae siempre sobre un derecho real. Ej. La obligación del vendedor es una
37
Las Obligaciones

obligación de dar, porque está obligado a transferir el derecho de propiedad que


tiene sobre esa cosa y al mismo tiempo hacerle entrega de la cosa; pero la
obligación del comprador es de hacer, porque debe pagar el precio.

La obligación de entregar la cosa es perfecta, basta con el consentimiento de los


contratantes. Hace al acreedor propietario y pone a su cargo aquella desde el
instante en que debió entregársele, aun cuando no se haya verificado la tradición, a
no ser que el deudor esté puesto en mora de entregarla; en cuyo caso queda la cosa
por cuenta y riesgo de este último. (Art. 1118 C. C. ).

14.3. La puesta en mora.

La puesta en mora puede convenirse en el contrato o bien por una intimación que
hace el acreedor al deudor, exigiendo el cumplimiento de la obligación. En efecto
el artículo 1139 del Código Civil, prevé, que “Se constituye el deudor en mora, ya
por un requerimiento u otro acto equivalente, por efecto de la convención, cuando
ésta incluya la cláusula de que se constituirá en mora el deudor, sin que haya
necesidad de acto alguno, y por el hecho solo de cumplirse el término.

El retraso del deudor en hacer efectiva una obligación, no solamente de pago de


dinero, sino de cualquier índole, como la entrega de mercancía o de un inmueble o
la conclusión de una obra, ocasiona un daño al acreedor. Para que el acreedor
pueda reclamar este daño es necesario que el deudor sea puesto en mora.

El simple hecho de que la deuda se haya vencido, no es suficiente para que el


deudor esté en mora. La necesidad de constituir en mora al deudor existe no sólo
en las obligaciones de duración indeterminada, como manera de ponerle término,
sino también en las obligaciones que tienen un término fijo, tal como lo expresa el
artículo 1139 antes señalado.

14.4. Cómo opera la puesta en mora.

Existen dos maneras de poner en mora a un deudor: 1) por un requerimiento o acto


equivalente; y 2) por una cláusula que hace que la mora se produzca
automáticamente al vencimiento de la deuda. Cuando el contrato no prevé la mora
de pleno derecho, la constitución en mora es un recordatorio al deudor de que su
obligación ha vencido y que debe cumplir.

38
El requerimiento o intimación es un acto de alguacil en que se requiere el
cumplimiento de la obligación. La Suprema Corte de Justicia, en funciones de
Corte de Casación, decidió que, con un acto de alguacil intimando a la parte
demandada a entregar el terreno para la ejecución del proyecto, se puso en mora a
ésta y procede la reclamación de daños y perjuicios. Un mandamiento de pago, con
el que el acreedor, si tiene un título ejecutorio, inicia un procedimiento de
ejecución, es también ´´otro acto equivalente´´ a una intimación. La interposición
de una demanda es otro ´´acto equivalente´´ por ser igualmente formal. (B.J.
891.455, citada por Headrick, 2007).

Sin embargo, no se requiere que el requerimiento sea notificado por acto de


alguacil. La jurisprudencia francesa ha dado una interpretación liberal a la
expresión “acto equivalente´´. Reconoció desde temprano la costumbre entre
comerciantes de ponerse en mora mediante carta o telegrama y, a partir de 1956, la
Corte de Casación estima suficiente el envío de una carta por correo registrado, con
tal de que contenga ´´una interpelación suficiente”.

Headrick (2007), refiere que el legislador francés recogió esta jurisprudencia en


una ley del 9 de julio de 1991, que añade al artículo 1139, después de ´´o por otro
acto equivalente´´, las palabras ´´tal y como una carta misiva si de ella se
desprende una interpelación suficiente”, es decir, una exigencia de pago inmediato.
Para tener la prueba de haber puesto al deudor en mora, si el acreedor envía una
carta, le conviene que sea registrada con acuse de recibo. Si el deudor es una
empresa organizada, la prueba de la recepción puede obtenerse también con el
sello de ´´recibido´´ puesto por su recepcionista.

En esta época de la comunicación y la información, un fax o un e-mail, intimando


al deudor a cumplir su obligación, constituye también una puesta en mora, salvo el
problema de obtener una copia dura de su recepción para depositar en el
expediente en caso de desembocar en un litigio.

Como señala expresamente el citado artículo 1139, una cláusula contenida en el


contrato puede eximir al acreedor de la necesidad de poner en mora al deudor. Los
daños moratorios corren entonces de pleno derecho a partir del vencimiento de la
obligación. Un préstamo puede contemplar una tasa de interés hasta el vencimiento
y otra tasa, más elevada, en caso de mora, que se produce sin necesidad de
interpelación.

39
Las Obligaciones

Las circunstancias pueden también dispensar de la puesta en mora, según el


artículo 1146, que exime de la puesta en mora ´´el caso en que el objeto que aquél
[el deudor] se había obligado a dar o hacer debía ser dado o hecho en determinado
tiempo, que ha dejado pasar´´. El sastre que se ha comprometido a tener listo un
traje de novia para el día de la boda no necesita ser puesto en mora ese día. La
entrega de materiales para una obra, cuyo cronograma es conocido del proveedor,
implica también dispensa de la puesta en mora ese día. La existencia de una
cláusula penal en un contrato de obra, de tanto por cada día de retraso, da también
lugar a una mora de pleno derecho. La cláusula de que ´´el tiempo es de rigor, de
estilo en muchos contratos, es un elemento a tener en cuenta para determinar si las
circunstancias justifican la puesta en mora automática, pero en sí no es una
cláusula de excepción de la puesta en mora.

La obligación que asume un ingeniero o un maestro constructor de terminar y


entregar una casa es una obligación de hacer. La obligación de hacer siempre
implica una acción positiva.

Las obligaciones de no hacer consisten en una abstención del deudor a favor de


acreedor, como cuando en un Proyecto urbanístico se le prohíbe al comprador
construir de tal o cual manera. Si el comprador hizo lo que le estaba prohibido el
acreedor tiene derecho a solicitar al juez que se destruya lo que al deudor le estaba
prohibido hacer y solicitar los daños y perjuicios que fueren procedentes, si hubiere
motivo para ello. (Headrick , 2007).

Incluso de conformidad con el artículo 1144 del Código Civil, se puede autorizar al
acreedor, en caso de falta de cumplimiento, para ejecutar por sí y a costa del
deudor, la obligación.Si la obligación consiste en no hacer, el contraventor debe
daños y perjuicios, por el solo hecho de la contravención. (Art. 1145 del Código
Civil).

14.5. Obligaciones positivas y negativas.

Esta clasificación tiene los mismos fundamentos que las obligaciones de hacer y no
hacer, antes referidas. Es decir la positiva consiste en realizar una prestación y las
segundas una abstención.

En las obligaciones positivas, para que el deudor se encuentre obligado, es


menester que se encuentre en mora, de lo contrario el acreedor no puede solicitar
daños y perjuicios. En las negativas basta con la contravención, y se deben los

40
perjuicios desde el momento en que el deudor ejecutó el hecho que le estaba
prohibido.

14.6. Obligaciones civiles y naturales.

Las obligaciones civiles son aquellas susceptibles de un cumplimiento forzoso,


como por ej: por la vía de los embargos; mientras que las obligaciones naturales
solamente son susceptibles de cumplimiento voluntario: el deudor cumple si quiere
cumplir, pero el acreedor no tiene mecanismos de hacer que éste cumpla con sus
obligaciones si no lo hace voluntariamente. Ej. Los padres están obligados a
proporcionar alimentos a sus hijos hasta la edad de 18 años, pasado ese tiempo, la
obligación es natural, ya que si ellos no quieren hacerlo, no existen mecanismos
coactivos para que lo hagan.

14.7. Obligaciones reales y obligaciones ordinarias.

El deudor de una obligación ordinaria está obligado al cumplimiento con todo su


patrimonio, su patrimonio constituye la prenda común de su acreedor. El artículo
2093 Código Civil dominicano expressa: “Los bienes del deudor son la prenda
común de sus acreedores, distribuyéndose el precio entre ellos a prorrata, a menos
que existan entre los mismos causas legítimas de preferencia”.

Mientras que el deudor de una obligación real no compromete su patrimonio más


allá de la cosa a la cual está unida la obligación. Tal es el caso del fiador real, que
es la persona que garantiza la deuda de otro con un bien de su propiedad, el cual
solamente está obligado hasta el valor de la cosa dada en garantía. Si esta no es
suficiente para el pago de la deuda, el fiador real se libera. Todo lo contrario ocurre
cuando el propietario hipoteca un inmueble de su propiedad, el cual es responsable
de la obligación con todo su patrimonio, y si el inmueble dado en garantía es
insuficiente para el pago de la deuda sus demás bienes pueden ser perseguidos.

14.8. Obligaciones de resultado (o determinadas) y obligaciones de medios (o


de prudencia y diligencia).

Las obligaciones de resultado, son aquellas en las cuales el deudor se compromete


a realizar algo determinado, es decir, promete un resultado específico. Ej. Un
Ingeniero que se compromete a construir y entregar una vivienda en una fecha
específica. Si no cumple, su responsabilidad civil podría quedar comprometida, a

41
Las Obligaciones

menos que demuestre que su incumplimiento se debió a la intervención de un caso


fortuito o fuerza mayor.
Algunos contratos imponen distintos niveles de obligación. Todo depende de las
obligaciones que asuman las partes, si de medios o de resultados. En efecto, el
artículo 1147 del Código Civil parte de que desde el momento en que hay
incumplimiento, la culpa del deudor se presume, al establecer que el deudor será
condenado al pago de daños y perjuicios a menos que justifique que su
incumplimiento procede de causas extrañas a su voluntad.

Si una persona moral (institución pública o privada) asume la obligación de


entregar mercancías a un comprador en una fecha, lugar y forma establecida, y no
lo hace, su responsabilidad civil podría quedar comprometida por incumplimiento
a una obligación principal (obligación de resultado o determinada). En este caso
existe una presunción de culpa, que sólo puede liberarse demostrando la
intervención de una causa extraña como es el caso fortuito o fuerza mayor.

El caso fortuito o fuerza mayor, es un acontecimiento irresistible e imprevisible,


que escapa al control del deudor de la obligación. No es un acontecimiento
cualquiera, porque si se trata de un acontecimiento que el deudor pudo prever,
entonces no quedaría exonerado de responsabilidad civil.

Sólo si el objeto del contrato es una cosa específica, que se destruye sin culpa del
vendedor, estará exonerado de su obligación de entrega, tal como prevé el artículo
1302 del Código Civil. El transportista que se compromete a llevar una mercancía
a determinado lugar se obliga también a lograr un resultado y solamente el caso
fortuito durante el transporte lo exonerará. Cuando la obligación es de resultado, el
acreedor tiene la carga de probar únicamente el incumplimiento de la obligación,
como hecho material. El caso fortuito es una excepción cuya carga de la prueba
descansa sobre el deudor.

En relación con los daños físicos que experimentan las personas por efecto de un
incumplimiento contractual, la jurisprudencia y la doctrina hablan de una
obligación de seguridad que, al igual que la obligación de entrega, puede también
ser de resultado. La jurisprudencia estableció esta obligación con la sentencia de la
Sala Civil de la Corte de Casación del 21 de noviembre de 1911 como obligación
de resultado para el contrato de transporte de pasajeros. (Grands arrets No. 262,
citada por Headrick). Sentencias posteriores la han limitado a los casos que el
viajero se lesionó dentro del tren, autobús o avión, no cuando el accidente se

42
produjo en la estación del ferrocarril o en la terminal del aeropuerto. (RTD civ.
1999.843, citada por Headrick).

En la República Dominicana, la Suprema Corte de Justicia aplica también la


obligación de seguridad resultado al contrato de transporte, al señalar la obligación
del transportista de conducir al pasajero sano y salvo a su punto de destino.
(B.J.1089.44, de agosto de 2001 Headrick).

En las obligaciones de medios de prudencia o diligencia, el deudor, se compromete


a poner todo su cuidado o empeño para lograr un resultado. Pero no compromete
su responsabilidad civil si no lo logra, ya que él no se compromete a obtener un
resultado. Tal es el caso de la obligación que asume el médico frente a su paciente,
que por lo general es de medios y no de resultado.

En la obligación de medios le corresponde al acreedor demostrar que él puso todo


su empeño para obtener el resultado pero no logró. Contrario a lo que ocurre con la
obligación de resultado, en que al acreedor le basta con demostrar que el deudor de
la obligación no cumplió con lo pactado en la forma convenida. Es decir, no tiene
que probarle la falta porque ésta siempre se va a presumir. Tratándose de una
obligación de medios, el acreedor debe probar la culpa del deudor en el
incumplimiento del contrato o en la producción del daño o perjuicio.

El artículo 1137 del Código Civil, establece lo que se ha venido a llamar una
obligación de medios, en que el deudor no está obligado sino en caso de haber
actuado en forma culpable en relación con su obligación. Cuando la obligación es
de medios, la culpa debe probarse. Este artículo da como ejemplo la obligación de
conservar una cosa, que obliga al custodio a poner todo el cuidado de un buen
padre de familia”.
Si el deudor está obligado únicamente a entregar la cosa en el estado en que se
encuentre, ha satisfecho su obligación de la simple entrega, sin obligación de
conservación, a menos que el acreedor demuestre que el daño o deterioro se debió
a una culpa de su parte, lo cual sucede en el comodato. (Art. 1884 Código Civil).

Cuando el deudor está obligado a entregar la cosa en el mismo estado en que la


recibió, aunque responde solamente de su culpa, la carga de la prueba se revierte
contra él. En efecto el artículo 1732 del Código Civil, prevé, que el arrendatario
´´es responsable de los deterioros y pérdidas que ocurran durante su posesión, a no
ser que demuestre que han sobrevenido sin culpa suya ´´. En este caso, pesa sobre

43
Las Obligaciones

el arrendatario una presunción de culpa. Para eximirse de responsabilidad, tiene la


carga de probar que no hubo culpa de su parte.

En el depósito pesa también sobre el depositario una presunción de culpa si no


entrega la cosa depositada en el mismo estado en que la recibió, y para liberarse de
esta responsabilidad, debe probar que no hubo culpa de su parte en el deterioro de
la cosa depositada. (Art.1927 del Código Civil)

La misma presunción de culpa pesa sobre el que recibe un a cosa para darle
servicio, como en el contrato de lavado en seco de ropa. (RTD civ.1994.611 citada
por Headrick),. Sobre quien descansa la carga de la prueba es determinante en los
casos en que el origen del daño es desconocido, cosa que sucede a menudo en
materia de incendio (RTD civ. 1993.773)

En el contrato de reparación de un vehículo, hay también una obligación de


medios con presunción de culpa. El mecánico que repara un vehículo es
responsable del accidente de origen mecánico acontecido después de la reparación.
La culpa del mecánico se presume, pero puede liberarse probando que no hubo
culpa de su parte, sobre todo porque el accidente fue el resultado de un defecto de
fabricación. En un asunto el mecánico pudo satisfacer esta prueba señalando que
había sido descargado en lo penal. (RTD civ. 1993.828, RTD civ. 1994.614, citada
por Headrick).

En el contrato de estacionamiento de un vehículo tampoco hay presunción de


culpa, porqué ese contrato no es de depósito, sino de arrendamiento de un espacio.
Para responsabilizar al dueño del parqueo, el dueño del vehículo dañado tiene la
carga de probar su culpa. (RTD civ. 1994.616), citada por Headrick)

15. Obligaciones de los profesionales de la salud.

En el contrato médico, el profesional de la salud asume frente al paciente un


conjunto de obligaciones, las cuales son decisivas para la responsabilidad civil.

Después de la sentencia Mercier del 20 de mayo de 1936, numerosas decisiones


han reafirmado la obligación de medios puesta a cargo del médico, en la que él
debe poner todo su empeño para lograr la curación de su paciente, sin poder
prometer los resultados que lo obligarían a garantizar esa curación. Esa obligación
de medio implica un deber de prudencia y diligencia en el ejercicio de su arte.

44
Ha sido juzgado que la obligación que pesa sobre el médico es en principio una
obligación de medios. (Rapport annuel 1999, Cour de cassation, p. 396). Una
simple imprudencia o negligencia puede ser retenida para caracterizar el caracter
faltoso del acto médico. (Cass. 1re civ., 3 févr. 1998, Bull. civ. I, No. 46, pour un
dentiste.- Cass. 1re civ., 27 mai 1998, Bull. civ. I, No. 187; D. 1998, jur. p. 530,
note F. Laroche-Gisserot, pour un obstétricien).

El médico se obliga frente al paciente, a dar los cuidados conscientes y atentos


conforme a los conocimientos adquiridos por la ciencia.

El Doctor C., cirujano vascular, trató a un paciente que presentaba una isquemia
aguda del miembro inferior derecho, que había sido tratada en vasodilatadador y
heparina. El doctor había practicado una desobstrución del miembro isquémico y
mantuvo el tratamiento con heparina. Los peritos concluyeron en una falta del
cirujano que no había examinado esta hipótesis, sobre todo que el diagnóstico
había sido hecho inmediatamente en el hospital.

La Corte de Casación rechazó el recurso del médico estimando que “sin poner a
cargo del médico una obligación de resultado. La Corte de Apelación retuvo las
conclusiones de los peritos, en el sentido de que los cuidados no habían sido
conforme a los dados por la ciencia médica, porque no se estudiaron la numeración
de las plaquetas, como debe ser la regla para los tratamientos con heparina. (Cas.
Civ. 14 oct. 1997 non publié, cité, par Vincent, Catherine Paley, Responsabilité dtu
médecin, Masson, Paris).

La obligación del médico, en ocasiones puede ser de resultado, la cual se opone a


la de medios o de prudencia diligencia. Se promete un resultado determinado, y de
no cumplir lo prometido, está en falta; a menos que se demuestre el caso fortuito o
fuerza mayor. El médico no puede prometer un resultado porque eso iría en contra
del ejercicio médico, debido a los factores de incertidumbre de la ciencia médica,
la característica individual del paciente y la enfermedad.

En principio la obligación que asume el médico frente a su paciente es de medios o


de prudencia y diligencia, pero como se verá más adelante en ocasiones éste tiene
una obligación de resultado, que lo hacen responsable independientemente si ha
actuado con prudencia o diligencia.

16. Coexistencia de dos obligaciones.

45
Las Obligaciones

En el contrato de cuidados médicos, coexisten dos obligaciones: una principal de


medios, por los daños relativos a la ejecución de los cuidados, y otra accesoria, de
seguridad resultado, por las infecciones nosocomiales y los daños que han sido el
resultado de la utilización de un producto o material defectuoso o un aparato.

En el mismo contrato médico, pueden coexistir otras obligaciones de naturaleza


diferentes como lo permite el artículo 1135 del Código Civil, al contemplar que las
convenciones obliga, no sólo a lo que se expresa en ellas, sino también a todas las
consecuencias que la equidad, el uso o la ley dan a la obligación según su
naturaleza.

17. Las inyecciones.

Inyectar es un acto corriente, efectuado por los médicos, auxiliares paramédicos y


por las mismas enfermeras. La jurisprudencia admite que una infección
consecutiva a una inyección permite presumimir una falta de asepsie. (Cass. Civ.
1re. 28 fév. 1984 (Bull. Civ. I, No. 77), voir, Cass. Civ. 1re. 29 nov. 1989 (Bull.
Civ. I, No. 366), citada por Hernández, 2012).

La inyección administrada por un profesional de la salud o un paramédico da lugar


a una obligación de seguridad y de resultado, en cuanto a la inocuidad del
producto. Así acontece en los casos de transfusión sanguínea, como el caso del
SIDA y hepatitis C, fruto de una transfusión.

18. La colocación de prótesis.

La jurisprudencia considera que la colocación de una prótesis dental conlleva una


obligación de seguridad-resultado, aunque ella conserva la calificación de la
tradicional obligación de medios.

Numerosas decisiones han consagrado la obligación para el médico de poner la


prótesis sin defecto. Cass. Civ. 1re, 29 de oct. 1985, Bull. No. 273; Cass. Civ, 1re,
15 nov. 1988, Bull. No. 162; Cas. Civ. 1 re, 12 juin 1990, Bull No. 162, citada por
Hernández, 2012). En otra decisión del 22 de noviembre de 1994, la Corte de
Casación reforzó esta exigencia, considerando que un ortodoncista había cometido
una falta preconizando, para un niño un aparato dañino. Ella determinó que él
estaba obligado a una obligación de resultado concerniente a la seguridad. (Cass.
Civ. 1re, 22 de nov. 1994: Bull. No.
240; D. 1995, IR, p. 12, citada por Hernández, 2012).

46
UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

19. Los productos materiales e instrumentos.

Cuando se trata de poner a disposición del paciente productos, medicamentos y


materiales, la Corte de Casación no ha dado marcha atrás. Actúa en lo sucesivo
como una obligación de resultado, ligada a la obligación de seguridad exigida para
el paciente. La aplicación de un producto desinfectante había generado quemaduras
de primer y segundo grado en un paciente. El médico fue exonerado de toda
responsabilidad, pero la clínica que había provisto el producto empleado fue
condenada. La Corte de Casación sostuvo el criterio de que el contrato de
hospitalización y de cuidados de un paciente pone a cargo del centro, la obligación
de seguridad de resultado en lo que tiene que ver con los productos, incluyendo los
medicamentos que él provee. (Cass. Civ. 1re, 7 nov. 2000: D. 2000, No. 42. IR, p.
293-D. 2001, No. 7, p. 570, Yvonne Lambert-Faivre, citada por Hernández, 2012).

20. Otras especies de obligaciones.

Además de las obligaciones antes referidas, existen las siguientes obligaciones:


Condicionales, a término fijo, alternativas, solidarias, divisibles e indivisibles y
obligaciones con cláusula penal.

47
Las Obligaciones

1- Condicionales

2- A témino fijo

Otras obligaciones 3- Alternativas

4- Solidarias

5- Divisibles o indivisibles

6- Obligaciones con
clausura penal
21. Obligaciones condicionales.

Para Brenes (1998), la condición es un acontecimiento futuro e incierto de que


depende el nacimiento o la resolución de un derecho.

La obligación condicional, es aquella que hace depender de un suceso futuro e


incierto, sea suspendiendo sus efectos hasta que aquél se verifique, o bien
dejándola sin efecto, según ocurra o no. La condición casual depende de un suceso
eventual, ajeno a la voluntad de las partes contratantes. (Arts. 1168-1169 Código
Civil).

La condición potestativa hace depender el cumplimiento del contrato, de un suceso


a que puede dar lugar o que puede impedir la voluntad de los contratantes. (Art.
1170 Código Civil).

Por su parte la condición mixta es la que depende a un mismo tiempo de la


voluntad de una de las partes contratantes y de un tercero. (Art. 1171 Código
Civil).

Toda condición de una cosa imposible, o que sea contra las buenas costumbres, o
que esté prohibida por la ley, es nula y hace también nula la convención que de ella
dependa. (Art. 1172 Código Civil).

48
UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

Es distinto cuando se trata de la condición de no hacer una cosa imposible, ya que


esto no hace nula la obligación que bajo ella se pactó. Sin embargo, es nula toda
obligación cuando se contrajo bajo una condición potestativa de parte del que se
obliga. (Arts. 1173-1174 del Código Civil).

Cuando se asume una obligación bajo condición de que tal y tal cosa sucederá
dentro de un tiempo fijo, se considera sin efecto esta condición, luego que haya
expirado el término sin haberse verificado el suceso. Si no hay tiempo
determinado, puede verificarse siempre la condición y no se considerará sin efecto
mientras no se sepa de cierto que el suceso no se verifica. (Art. 1176 Código Civil).

Si cuando se contrajo una obligación bajo la condición de que no se verificaría un


suceso dentro de un término señalado, deberá tenerse por cumplida la condición,
luego que el tiempo expire, sin que dicho acontecimiento haya sucedido. De igual
manera, si antes de cumplirse el plazo hubiese certeza de que el suceso no se
verificará y si no se hubiese señalado tiempo, no se tendrá por cumplida la
condición, hasta que de cierto conste que no se realizará el acontecimiento. (Art.
1177 Código Civil).

Se reputa por cumplida la condición, siempre que el deudor, en ella incluido, es


quien ha impedido su cumplimiento. (Art. 1178 Código Civil).

La condición una vez verificada, tiene efecto retroactivo al día en que se contrajo la
obligación. Si el acreedor hubiese muerto antes que la condición se verificase,
pasan sus derechos a su heredero. (Art. 1179 Código Civil).

El acreedor puede, antes que se verifique la condición, ejercer todos los actos
conservatorios de sus derechos. (Art. 1180 Código Civil).

Se entiende contraída una obligación bajo condición suspensiva, cuando pende de


un suceso futuro e incierto, o de un suceso ya acaecido, pero que aun es ignorado
por las partes. En el primer caso, no puede cumplirse la obligación, hasta que el
suceso se haya verificado. En el segundo, produce todo su efecto desde el día en
que se contrajo. (Art. 1181 Código Civil).

Cuando la obligación se contrajo bajo una condición suspensiva, la cosa que fue
materia de la convención continúa de cuenta y riesgo del deudor, que no se obligó a
entregarla hasta que se verifique la condición. (Art. 1182 Código Civil).

49
Las Obligaciones

Si la cosa ha perecido enteramente sin culpa del deudor, queda extinguida la


obligación. Si la cosa se hubiere deteriorado sin culpa del deudor, el acreedor podrá
escoger o rescindir la obligación, o pedir la cosa en el estado en que se halle, sin
disminuir su precio. Si hubiere sucedido por culpa del deudor, el acreedor tiene
derecho a rescindir la obligación, a pedir la cosa en el estado en que se halle, y a
más los daños y perjuicios. La condición resolutoria es aquella que, una vez
verificada, produce la revocación de la obligación y vuelve a poner las cosas en el
mismo estado que tendrían si no hubiese existido la obligación. No suspende el
cumplimiento de la obligación, sólo se obliga al acreedor a restituir lo que recibió,
en caso de que el acontecimiento previsto en la condición llegue a verificarse. (Art.
1183 Código Civil).

La condición resolutoria se sobreentiende siempre en los contratos sinalagmáticos,


para el caso de qué una de las partes no cumpla su obligación. En este caso no
queda disuelto el contrato de pleno derecho. (Art. 1184 Código Civil).

La parte a quien no se cumplió lo pactado, será árbitra de precisar a la otra a la


ejecución de la convención, siendo posible, de pedir la rescisión de aquella y el
abono de daños y perjuicios. La rescisión debe pedirse judicialmente, y podrá
concederse al demandado un término proporcionado a las circunstancias.

22. Obligaciones a término fijo.

La obligación a término es aquella que está sujeta a la llegada del término, y se


diferencia de la condicional, en que la primera no suspende la obligación, sino que
dilata su cumplimiento. (Art. 1185 Código Civil).

Por principio general quien debe a término, no debe; esto se resume en el adagio
qui á term n´est doit pas. Esto implica que la obligación no se puede exigir antes de
la fecha del cumplimiento, y se pagó antes del vencimiento, no puede repetirse.
(Art. 1186 Código Civil).

El término se presume que siempre se estipuló a favor del deudor, salvo que se
haya convenido que estipuló a favor del acreedor. A pesar de ello, el deudor no
puede reclamar el beneficio del término, cuando ha quebrado, o cuando por acto
suyo han disminuido las garantías dadas en el contrato a su acreedor. (Arts. 1187-
1188 Código Civil).

50
UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

Tal como prevé el artículo 1188 del Código Civil, la obligación se hace exigible
antes de su vencimiento, si el deudor ha disminuido las garantías dadas en el
contrato, lo cual faculta al acreedor para tomar las medidas conservatorias que
fueren pertinentes, para salvaguardar su crédito.

23. Obligaciones alternativas.

Para Brenes (1998) la obligación alternativa, es la que tiene por objeto dos o más
prestaciones, pero debidas de tal suerte, que el deudor queda libre de su
compromiso con satisfacer una sola de ellas.

El deudor de una obligación alternativa, queda libre por la entrega de una de las
dos cosas que estaban comprendidas en la obligación. En este caso la elección
pertenece al deudor, si no le ha sido acordada de manera expresa al acreedor. Sin
embargo, el deudor puede liberarse, entregando una de las dos cosas prometidas;
pero no puede obligar al acreedor a que reciba una parte de una, y una parte de la
otra. (Arts. 1189-1191 Código Civil).

La obligación alternativa se convierte en pura y simple, particularmente, cuando


una de las cosas prometidas perece y no puede ser entregada, aunque sea por falta
del deudor. El importe de la cosa no puede ofrecerse en su lugar. Si perecen las dos,
y el deudor está en descubierto respecto a una de ellas, debe pagar el importe de la
que ha perecido últimamente. (Art. 1193 Código Civil).

De conformidad con lo previsto por el artículo 1194 del Código Civil, cuando en
los casos previamente indicados, la elección hubiese sido otorgada por el convenio
al acreedor, se harán las distinciones siguientes:

1) Si ha perecido una sola de las cosas, sin culpa del deudor, el acreedor debe
tomar la que queda;

2) Si el deudor ha incurrido en falta, el acreedor puede pedir la cosa que queda


o el precio de la que ha perecido.

3) Si las 2 cosas han perecido, entonces, si el deudor ha incurrido en falta con


respecto a las dos, o bien respecto de una de ella solamente, el acreedor puede
pedir el precio de una o de otra, según le parezca.

51
Las Obligaciones

Si las dos cosas han perecido, sin que mediare culpa por parte del deudor, y antes
que esté en mora, la obligación se extingue conforme el artículo 1302 del Código
Civil.- Los mismos principios se aplican al caso en que haya más de dos cosas
comprendidas en la obligación alternativa. (Art. 1195-1196 Código Civil).

24. Obligación solidaria.

La solidaridad puede ocurrir tanto entre acreedores como en los deudores.

Es solidaria la obligación entre muchos acreedores, cuando el título da


expresamente a cada uno de ellos el derecho de pedir el pago del total del crédito, y
que el pago hecho a uno de ellos libre al deudor, aunque el beneficio de la
obligación sea partible y divisible entre los diversos acreedores. (Art. 1197 Código
Civil).
Cualquier acto que interrumpa la prescripción respecto a uno de los acreedores
solidarios, aprovecha a los demás acreedores, por existir entre ellos la solidaridad.
(Art.1198 Código Civil).

Respecto de los deudores, existe solidaridad cuando están obligados a una misma
cosa, de manera que cada uno de ellos pueda ser requerido por la totalidad, y que el
pago hecho por uno, libre a los otros respecto del acreedor. (Art.1199 Código
Civil).

La obligación puede ser solidaria, aunque uno de los deudores esté obligado de una
manera distinta que el otro, al pago de la misma cosa; por ejemplo, si el uno no está
obligado sino condicionalmente, mientras que el compromiso del otro es puro y
simple; o si el uno tiene un término que no le ha sido concedido al otro. (Art.1200
Código Civil).

Es importante, apuntar que la solidaridad no se presume; es necesario se haya


establecido expresamente. Esta regla no deja de existir sino en el caso en que la
solidaridad tiene lugar de pleno derecho en virtud de una disposición de la ley.
(Art.12001 Código Civil).

La solidaridad permite que el acreedor de una obligación contratada


solidariamente, pueda dirigirse a aquel de los deudores que le parezca, sin que éste
pueda oponerle el beneficio de división. Incluso, las acciones ejercidas contra uno

52
UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

de los deudores, no impiden al acreedor ejercer otras iguales contra los demás.
(Arts. 1203-1204 Código Civil).

Si la cosa debida ha perecido por la culpa o durante la mora de uno o varios


deudores solidarios, los otros codeudores no quedan libres de la obligación de
pagar el precio de la cosa, aunque no están obligados a los daños y perjuicios. El
acreedor puede solamente exigir los daños y perjuicios, lo mismo contra los
deudores, por falta de los cuales ha perecido la cosa, que contra los que estaban en
mora. Las acciones ejercidas contra uno de los deudores solidarios, interrumpen la
prescripción respecto a los demás. (Arts. 1205-1206 Código Civil).

25. Obligaciones divisibles e indivisibles.

La obligación es divisible o indivisible, según tenga por objeto o una cosa que en
su entrega, o un hecho que en su ejecución es o no susceptible de división, bien sea
material o intelectual. (Art. 1217 Código Civil). Es indivisible la obligación,
aunque la cosa o el hecho de que es objeto, sea divisible por su naturaleza si el
punto de vista bajo el cual se considera en la obligación no la hace susceptible de
ejecución parcial. (Art. 1218 Código Civil).

Según el artículo 1220 del Código Civil la obligación divisible produce algunos
efectos:

1) Debe ejecutarse entre el acreedor y el deudor, como si fuese indivisible.

2) La divisibilidad no tiene aplicación sino respecto de sus herederos, que no


pueden reclamar la deuda o que no están obligados a pagar sino por las partes
que les corresponden, o por las que están obligados como representando al
acreedor o al deudor.

El principio establecido en el artículo 1220 del Código Civil, tiene su excepción


respecto a los herederos del deudor, según lo que se consigna en el artículo 1221
del referido Código:

1) En el caso en que la deuda sea hipotecaria;


2) Cuando es de un objeto determinado;
3) Cuando se trata de la deuda alternativa de cosas que son de elección del
acreedor, y de las cuales una sola es indivisible.

53
Las Obligaciones

4) Cuando uno de los herederos está encargado, sólo por el título, de la ejecución
de la obligación;
5) Cuando resulta, bien sea por la naturaleza del compromiso, bien sea de la cosa
de que es objeto, sea por el fin que se ha propuesto en el contrato, que la
intención de los contratantes ha sido que la deuda no pueda satisfacerse
parcialmente.

En los tres primeros casos, el heredero que posee la cosa debida o el predio
hipotecado por la deuda, puede ser apremiado por el todo sobre la cosa debida o
sobre el predio hipotecado, salvo el recurso contra sus coherederos. En el caso 4to,
el heredero sólo gravado con la deuda; y en el 5to., cada heredero puede también
ser apremiado por el todo, salvo el recurso contra sus coherederos.

Respecto de los efectos de la obligación indivisible, cada uno de los que han
contratado conjuntamente una deuda indivisible, está obligado por el todo, aunque
la obligación no haya sido contratada solidariamente. (Art. 1222 Código Civil).Lo
mismo sucede, respecto de los herederos del que ha contraído una obligación
semejante. (Art. 1223 Código Civil).

Cada heredero del acreedor puede exigir en totalidad la ejecución de la obligación


indivisible. No puede él solo otorgar quita por la totalidad de la deuda; no puede
tampoco recibir él solo el precio en lugar de la cosa. Si uno solo de los herederos
ha dado la quita o recibido el precio de la cosa, su coheredero no puede pedir la
cosa indivisible, sino teniendo en cuenta la porción del coheredero que ha dado la
quita o que ha recibido el precio. (Art. 1224 Código Civil).

26. Obligaciones con cláusula penal.

La cláusula penal es un convenio en cuya virtud, el deudor se compromete a una


prestación cualquiera accesoria, por lo general consistente, en el pago de una suma
de dinero, para el caso en que no satisfaga su deuda de la manera convenida, o que
fuere constituido en mora. (Brenes, 1998).

La exigencia a la que se somete el deudor, se considera como una pena, una multa
civil convencional, y tiende a constreñirlo a cumplir puntualmente su compromiso,
y por otro lado, a indemnizar al acreedor, sea por falta de cumplimiento o por el
retardo en su cumplimiento. (Brenes, 1998).

54
UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar la ejecución de
un convenio, se obliga a alguna cosa en caso de faltar a su cumplimiento. (Art.
1226 Código Civil).

La nulidad de la obligación principal, lleva consigo la de la cláusula penal. Sin


embargo, la nulidad de ésta no implica de ningún modo la de la obligación
principal. (Art. 1227 Código Civil).

El acreedor, en lugar de pedir la pena estipulada contra el deudor que está en mora,
puede apremiar para la ejecución de la obligación principal. (Art. 1228 Código
Civil).

La cláusula penal es la compensación de los daños y perjuicios, que el acreedor


experimenta por la falta de ejecución de la obligación principal. No puede pedir a
la vez el principal y la pena, a menos que ésta se haya estipulado por el simple
retardo. (Art. 1129 Código Civil).
Bien sea que la obligación primitiva contenga o no un término en el cual deba ser
cumplida, no se incurre en la pena sino cuando aquél que está obligado a dar, a
tomar o a hacer, se constituye en mora. (Art. 1130 Código Civil).

La pena puede modificarse por el Juez cuando la obligación principal ha sido


ejecutada en parte. (Art. 1131 Código Civil).

27. Clasificación según sus fuentes.

Según sus fuentes, las obligaciones se clasifican en voluntarias e involuntarias.

28. Fuentes voluntarias e involuntarias.

La fuente voluntaria por excelencia lo constituye el contrato, porque si las partes se


obligan es porque así lo han querido. Las fuentes involuntarias surgen al margen
del contrato, como es el caso del cuasicontrato, la responsabilidad civil y la ley.
Estos aspectos serán abordados más adelante.

55
Las Obligaciones

Resumen de la unidad I
La obligación consiste en el derecho que tiene una persona llamada acreedor, de
exigirle a otra persona llamada deudor, a que cumpla con una prestación en su
beneficio.

El objeto de la obligación consiste en la obligación que tiene el deudor de cumplir


la prestación debida en beneficio del acreedor.

Las obligaciones tienen tres características: 1) Es un vínculo de derecho, 2)


carácter pecuniario, 3) es una relación personal.

Según su objeto, las obligaciones se clasifican en: 1) Dar, hacer y de no hacer, 2)


positivas y negativas, 3) civiles y naturales; 4) reales y ordinarias; y, 5) De
resultado (o determinadas) y obligaciones de medios (o de prudencia y diligencia).

Según sus fuentes: voluntarias e involuntarias. Dentro de las voluntarias, la fuente


por excelencia lo constituye el contrato, y dentro de las involuntarias: 1) Los
cuasicontratos (La Gestión de negocios ajenos, el pago de lo indebido y
enriquecimiento sin causa).

La clasificación de las obligaciones de dar, hacer y de no hacer, se encuentra


fundamentada en la definición que da el artículo 1101 del Código Civil, según el
cual la obligación es un es un convenio en cuya virtud una o varias personas se
obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer o no hacer alguna cosa.

Las obligaciones positivas y obligaciones negativas, tienen los mismos


fundamentos que las obligaciones de hacer y no hacer, antes referidas.

Respecto de las obligaciones reales y ordinarias hay que decir, que el deudor de
una obligación ordinaria está obligado al cumplimiento con todo su patrimonio, el
cual constituye la prenda común de sus acreedores. (ver art. 2093 C. C. ) Mientras
que el deudor de una obligación real no compromete su patrimonio más allá de la
cosa a la cual está unida la obligación.

Es importante resaltar las diferencias de las obligaciones civiles y las naturales. Las
civiles tienen su fundamento en la ley, son susceptibles de un cumplimiento
forzoso, en caso de incumplimiento por parte del deudor, mientras que las

56
UNIDAD I. LA OBLIGACIÓN

obligaciones naturales al carecer de fuerza coercitiva sólo son susceptibles de


cumplimiento voluntario.

Existen también obligaciones de resultado (o determinadas) y obligaciones de


medios (o de prudencia y diligencia). Las de resultado, son aquellas en las cuales el
deudor se compromete a realizar algo determinado, es decir promete un resultado
específico. Las de prudencia o diligencia, el deudor, se compromete a poner todo
su cuidado o empeño para lograr un resultado, pero no compromete su
responsabilidad civil sino lo logra.

Otra clasificación de las obligaciones es según sus fuentes, y pueden ser


voluntarias e involuntarias.

La fuente voluntaria por excelencia es el contrato, ya que las partes se obligan


porque así lo han querido, porque en virtud del artículo 1134 del Código Civil las
partes son libres y soberanas para crear obligaciones, siempre que respeten el orden
público y las buenas costumbres, tal y como se prevé en el artículo 6 del Código
Civil.

Con las fuentes involuntarias, el deudor se obliga al margen del contrato, por eso se
dice que la obligación se impone al deudor fuera de su voluntad. Dentro de las
fuentes no voluntarias se destacan: Los cuasicontratos, la ley y la responsabilidad
civil.

Actividades Unidad I.
Responde lo que a continuación se te pide. Justifica la respuesta con los textos
legales, doctrina o jurisprudencia.

1) Elabora un concepto de obligación


2) Elabora un cuadro de doble entrada donde resaltes la diferencia entre el derecho
personal y el derecho real.
3) Enumera 5 actividades de la vida cotidiana que constituyan obligaciones.
4) Acércate a una oficina de abogados, busca un contrato y señala los tipos de
obligaciones asumidas por las partes y entrégalo al facilitador para su
discusión.

57
Las Obligaciones

5) Busca un contrato celebrado entre un médico y un paciente para que identifique


las obligaciones asumidas por las partes en el mismo.

Caso No. 1.
En fecha 15 de febrero de 2017, el señor Juansito El Guavinoso, vendió un terreno
al señor Sabe mucho, en un proyecto urbanístico de la ciudad de San Francisco de
Macorís, por la suma de UN MILLON DE PESOS (RD$1,000,000.00). En dicho
contrato se acordó, que el comprador debía construir sólo en blokcs y cemento, y
mosaico, y conforme a las especificaciones del proyecto. Sin embargo, el
comprador hizo todo lo contrario y construyó una casa de madera, techada de cana,
aduciendo que él como propietario del inmueble puede hacer lo que le parezca, en
virtud del principio absolutista que el legislador le ha impregnado al derecho de
propiedad.

Responda.

1) Qué tipo de obligación asumió el vendedor.


2) Qué tipo de obligación asumió el comprador.
3) Tiene derecho el vendedor a demandar en daños y perjuicios al comprador.
Justifique su respuesta, invocando textos legales, doctrina y jurisprudencia.

Caso No. 2.
En fecha 30 de enero de 2017, el señor Juansito, contrató los servicios del Ing.
Trabuquero para que le construyera una vivienda familiar. En el contrato se
estableció, que el ingeniero terminaría la casa en un plazo de 6 meses, es decir, a
más tardar el 30 de julio de 2017. Sin embargo, el ingeniero se retardó, y llegada la
fecha había terminado

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el 50% de la obra, no obstante había recibido todo el dinero. Adujo que no tenía
dinero para terminar la obra, debido a que lo gastó en una enfermedad de un
pariente de él, que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

Responda.

1) Qué tipo de obligación asumió el contratista.


2) Qué tipo de obligación asumió el propietario de la obra.
3) Procede una demanda en daños y perjuicios en contra del contratista. Justifique
su respuesta, invocando textos legales, doctrina y jurisprudencia.
4) A quién incumbe la carga de la prueba en este caso.
5) Puede el contratista invocar el caso fortuito o fuerza mayor para liberarse de
responsabilidad.

Caso No. 3.
La sociedad comercial llanuras del Mar, de la ciudad de Las Terrenas, compró en
fecha 23 de marzo de 2017, unos materiales de construcción a la Ferretería La
Rapidita representada por su Presidente Juaniquito Alcatraz, comprometiéndose
ésta última a llevar los materiales en fecha 25 de marzo de 2017. Sin embargo,
estos materiales no fueron llevados en la fecha indicada, alegando que se presentó
un temporal lluvia, que le impidió llevar dichos materiales en la fecha convenida.
Llanuras del mar alegó que tuvo un retraso en la construcción fruto de la entrega
tardía de los materiales, y demandó en daños y perjuicios al señor Juaniquito
Alcatraz, por incumplimiento contractual.

1) Qué tipo de obligación asumió cada una de las partes.


2) Es factible la demanda iniciada por la compradora en contra del señor Juaniquito
Alcatraz. Justifique su respuesta, invocando textos legales, doctrina y
jurisprudencia.
3) Es correcto que la parte demandada invoque el caso fortuito.
Las Obligaciones
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Ejercicios de autoevaluación Unidad I
Escoge V o F, según que el enunciado sea verdadero o falso.

1) V. F. En un contrato de compraventa, las obligaciones del vendedor es de


hacer. 2) V. F. La obligación de resultado impone la obligación al deudor de
entregar un resultado, sin importar el caso fortuito y la fuerza mayor.
3) V. F. La obligación que asume el médico frente a su paciente es siempre de
resultado: lograr la curación del éste.
4) V. F. El acreedor quirografario es aquél cuyo crédito está desprovisto de
garantía.
5) V. F. La obligación de dar implica transferencia.

Bibliografía Básica Unidad I


Las Obligaciones

-Código Civil, República Dominicana.

- Hernández Ramos, Pedro Pablo, 2012. Teorías de las Obligaciones, 2da. Ed.
Editora Nelson Soto Castillo, Santo Domingo, D. N.

-Subero Isa, Jorge A., 2000. Teoría General de las obligaciones en derecho
dominicano, El Contrato y Los Cuasicontratos, Tomo I, Asociación Hipólito
Herrera Billini, Ediciones Capeldom, Santo Domingo, D. N.

-Código Civil, República Dominicana.

-Hernández Ramos, Pedro Pablo, teorías de las obligaciones, Editora Nelson Soto
Castillo, Santo Domingo, D. N., 2da. Ed. 2012.

-Subero Isa, Jorge A., Teoría general de las obligaciones en derecho dominicano,
el contrato y los cuasicontratos, Tomo I, Asociación Hipólito Herrera Billini,
Ediciones Capeldom, Santo Domingo, D. N., 1995.

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