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TEMA 4.

EL RECONOCIMIENTO, EL EXEQUÁTUR Y LA EEJCUCIÓN DE DECISIONES JUDICIALES


EXTRANJERAS.
1. La eficacia extraterritorial de las decisiones judiciales extranjeras.

ASPECTOS GENERALES. Una vez que un proceso con elemento extranjero ha concluido con la pertinente
resolución judicial, el siguiente problema que se plantea en DIPR es el de la eficacia extraterritorial de dicha
resolución en otro Estado porque en virtud de la exclusividad de la soberanía estatal, una decisión sólo produce
efectos en el territorio del Estado donde fue dictada (117.3 CE).
Ahora bien, esta solución es contraria a la continuidad de las relaciones y a la seguridad jurídica, ya que obligaría
a los sujetos que han obtenido una resolución en su favor a tener que reiniciar el proceso en el Estado donde
quieren hacer valer sus derechos, aumentando el riesgo de duplicidad de soluciones. Para superar este principio de
soberanía territorial se articulan mecanismos que garantizan la eficacia extraterritorial de las resoluciones judiciales
al no existir, en Derecho internacional, ninguna regla que obligue a los Estados a conceder dicha eficacia.
Argumentos tales como el principio de cooperación internacional, la seguridad jurídica, la economía procesal y la
continuidad de las relaciones jurídicas fundamentan la exigencia de conceder efectos a las decisiones judiciales
extranjeras.
Los mecanismos que los distintos sistemas de DIPR conocen para garantizar la eficacia extraterritorial de las
resoluciones judiciales extranjeras son el reconocimiento y el exequátur.
- El reconocimiento se configura como la aceptación por el Derecho del foro de que la resolución extranjera
puso fin al objeto de la controversia y que puede desplegar determinados efectos en su territorio. Ahora bien,
conceder eficacia a una resolución extranjera no significa su aceptación incondicionada en el Estado
requerido (Estado del reconocimiento), ya que es necesario realizar un control destinado a comprobar que
dicha resolución cumple con determinadas condiciones de regularidad. Señalar que las distintas normas que
componen el sector de la validez extraterritorial de las resoluciones establecen en su articulado diversas
soluciones sobre cómo se realiza el reconocimiento y cuáles son los requisitos que deben cumplirse. El
concepto de reconocimiento hay que distinguirlo del de exequátur o declaración de ejecutividad.
- Si lo que se quiere es ejecutar en el Estado requerido el mandato de dicha resolución será necesario
previamente convertirla en título ejecutivo porque la resolución extranjera no lo es. El exequátur es el
procedimiento mediante el cual se declara ejecutiva la resolución extranjera en el Estado requerido. Una vez
que la resolución es convertida en título ejecutivo podrá procederse a la ejecución propiamente dicha, es
decir, hacer efectiva la sanción en ella contenida, incluso con medidas coactivas si el demandado no cumple
voluntariamente. El exequátur o declaración de ejecutividad se configura, por tanto, como presupuesto de la
ejecución. Solo las resoluciones de condena obtendrán el exequátur, no las declarativas ni constitutivas que
no son susceptibles de ejecución. Como regla general el procedimiento de exequátur es un procedimiento
que se desarrolla en el Estado requerido. No obstante, la tendencia en las normas europeas es la supresión
de dicho procedimiento. Si la sentencia es ejecutiva en origen extiende su efecto al Estado requerido,
solicitándose directamente al tribunal requerido su ejecución. Distintas fórmulas se han utilizado en los
Reglamentos para lograr esta solución (establecer un conjunto de normas procesales mínimas, armonizar
normas de conflicto, etc).
¿Cómo son los efectos que se pueden producir? Hay 2 teorías:

- teoría de la equiparación de los efectos. Según esta teoría, la resolución extranjera tiene que ser equiparada
a una resolución nacional, desplegando los mismos efectos que tendría una resolución dictada en el restado
requerido. Inconveniente: a veces se pueden derivar efectos que no hayan sido queridos por las partes.
- teoría de la extensión de efectos. Según esta tesis, la resolución extranjera tendría en el estado requerido los
mismos efectos que tiene en el estado de origen. De este modo, la resolución extranjera extiende sus efectos
al estado requerido. Cn esta tesis se garantiza la seguridad jurídica y la continuidad de las relaciones.
Dificultades: puede ser que algún efecto que se reconozca o que se ejecute, no se reconozca en el
ordenamiento de dicho estado.
LOS EFECTOS DE LAS DECISIONES JUDICIALES EXTRANJERAS EN ESPAÑA.
Hay que partir de la base de si es necesario el reconocimiento de dicha resolución en España. Hay que tener en cuenta
la doble dimensión que toda resolución judicial presenta: la resolución puede concebirse como un acto jurisdiccional
(debiendo reconocerse para desplegar efectos en nuestro territorio), o bien como un documento público (no
necesitando ser reconocida para tener eficacia extraterritorial).
Los efectos asociados al reconocimiento de la sentencia extranjera como acto son:
a. efecto de cosa juzgada. Instrumento a favor de litigante vencedor. en el juicio que ya ha sido
desarrollado en el extranjero, ya que, si el litigante perdedor inicia un proceso en España entre las
mismas partes y con la misma causa, el vencedor podrá oponer la excepción de cosa juzgada. En su
aspecto positivo el efecto de cosa juzgada supone que el juez español estará vinculado por esa
decisión. En su aspecto negativo significa que no se puede volver a plantear ante las autoridades
españolas el asunto ya resuelto por la resolución extranjera.
b. efecto constitutivo. Si una resolución extranjera crea, extingue o modifica un derecho o relación
jurídica, deberá reconocerse para que despliegue en nuestro OJ dicho efecto.
c. efecto registral. la decisión extranjera que constituye o declara un hecho o un derecho que debe
tener acceso al Registro Civil español, debe ser reconocida previamente porque dicha resolución es
el título que permite realizar la inscripción registral.
Si consideramos la resolución extranjera como documento público, no será necesario el reconocimiento de
dicha resolución para que despliegue efectos en España. Los efectos NO vinculados al reconocimiento son:
a. efecto probatorio. La resolución judicial, aunque sea extranjera, es un documento público y como
tal documento servirá de prueba en un proceso español si reúne los requisitos exigidos por el 323
LEC. La fuerza probatoria de la resolución extranjera se apreciará por el juez español conforme a
nuestro derecho como lex fori.
b. efecto de la determinación de la capacidad para determinados actos inscribibles en el Registro
español, es decir, la resolución extranjera puede servir de prueba para la realización de un acto
que debe inscribirse. Por ejemplo: si un extranjero quiere contraer matrimonio en España, puede
demostrar la disolución de su matrimonio anterior aportando la sentencia extranjera de divorcio, sin
necesidad de que sea reconocida. En este caso, y a diferencia del efecto registral, como el primer
matrimonio no estaba inscrito en el RC español, no hace falta el reconocimiento.

2. El sistema español de eficacia extraterritorial de decisiones judiciales extranjeras: pluralidad de fuentes.


Las normas españolas en materia de reconocimiento y exequátur son normas de origen internacional (Convenios y
Reglamentos) y de origen interno. En virtud del principio de jerarquía normativa sólo podrá acudirse a las normas
internas en defecto de las internacionales (96 CE, 288 TFUE y 2 LCJIMC).
Por lo que se refiere a las normas internacionales, el principal protagonismo lo tienen los Reglamentos europeos.
Hay que distinguir entre Reglamentos en materia patrimonial y Reglamentos en materia de derecho de familia.
- Ámbito del derecho patrimonial: en primer lugar, tenemos el Reglamento(UE) nº.1215/2012 del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de diciembre, relativo a la competencia judicial, el
reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil (refundición).
Conforme a lo previsto en los artículos 67 y 71, el presente Reglamento no afectará a la aplicación
de las disposiciones que, en materias particulares, regulen el reconocimiento o la ejecución de las
resoluciones en actos de la UE (o en legislaciones armonizadas en ejecución de dichas
disposiciones), o en convenios en que los EE.MM sean parte. No obstante, el Reglamento sustituye
a los convenios bilaterales firmados entre EE.MM en materia de reconocimiento y ejecución de
resoluciones (artículo 69).
- Junto a este instrumento existen otros Reglamentos que, en la materia patrimonial, recogen como
solución la supresión del exequátur: Reglamento (CE) nº.805/2004 del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 21 de abril, por el que se establece un título ejecutivo europeo para créditos no
impugnados. Hay otros muchos más Reglamentos que suprimen el exequátur.

- En la materia familiar, destaca por su importancia el Reglamento (CE) nº.2201/2003 del Consejo,
de 27 de noviembre, relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones
judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental. En virtud de lo dispuesto en su
artículo 60, en las relaciones entre los EE.MM el Reglamento primará sobre el Convenio europeo
de 20 de mayo de 1980 relativo al reconocimiento y ejecución de decisiones en materia de
custodia de menores, así como al restablecimiento de dicha custodia; y conforme establece el
artículo 61, en las relaciones con el Convenio de La Haya de 19 de octubre de 1996 relativo a la
competencia, la ley aplicable, el reconocimiento, la ejecución y la cooperación en materia de
responsabilidad parental y de medidas de protección de los niños, el Reglamento se aplicará en
lo que respecta al reconocimiento y ejecución en el territorio de un EM de una resolución dictada
por el órgano jurisdiccional competente de otro EM, aun cuando el menor afectado tenga su
residencia habitual en un Estado no miembro que sea parte contratante del citado Convenio. Al
igual que el Reglamento 1215/2012, el Reglamento 2201/2003 prevalece sobre los convenios
bilaterales que España tiene firmado con otros Estados de la UE y que regulan el reconocimiento
y exequátur de resoluciones en materias cubiertas por el Reglamento. También contienen normas
sobre eficacia extraterritorial de resoluciones en el ámbito familiar el Reglamento (CE) nº.4/2009
del Consejo, de 18 de diciembre, relativo a la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la
ejecución de las resoluciones y la cooperación en materia de obligaciones de alimentos; etc.

3. El reglamento 1215/2012, de 12 de diciembre (refundición).

LOS PRESUPUESTOS DE APLICACIÓN. La regulación detallada de la cji que realiza el Reglamento


1215/2012, se complementa con las disposiciones contenidas en el Capítulo III (artículos 36 a 57), relativas al
reconocimiento y a la ejecución de resoluciones judiciales. Esta normativa inspira la confianza recíproca al
establecerse como solución el reconocimiento y exequátur automáticos (sin procedimiento alguno), en aras del
principio de reconocimiento mutuo y la libre circulación de resoluciones judiciales en el espacio judicial europeo.
Ahora bien, no toda decisión dictada por un tribunal de un EM se beneficia de los mecanismos de eficacia
previstos en el Reglamento, porque para ello deben cumplirse los siguientes presupuestos: ha de tratarse de
una resolución judicial dictada por un órgano jurisdiccional de un EM en una materia cubierta por el Reglamento.
Desglosando esto:
- Ha de tratarse de una resolución judicial y al respecto el Reglamento contiene, en el artículo 2.a),
un concepto autónomo, un concepto propio, de resolución. Establece lo siguiente: a los efectos del
presente Reglamento se entenderá por resolución cualquier decisión adoptada por un tribunal de
un EM, con independencia de la denominación que reciba, tal como auto, sentencia, providencia o
mandamiento de ejecución, así como el acto por el cual el LAJ liquide las costas del proceso. A
los efectos del Capítulo III, resolución engloba las medidas provisionales o las medidas cautelares
acordadas por un órgano jurisdiccional competente, en virtud del presente Reglamento, para
conocer sobre el fondo del asunto. No se incluyen las medidas provisionales y cautelares que el
órgano jurisdiccional acuerde sin que el demandado sea citado a comparecer, a no ser que la
resolución relativa a la medida haya sido notificada al demandado antes de su ejecución.
- La resolución debe haberse dictado en una materia incluida en el Reglamento, es decir, en materia
civil y mercantil tal y como aparece delimitada en su artículo 1, con independencia de la naturaleza
del órgano jurisdiccional que conozca del asunto. Si la resolución es dictada en una materia
excluida de su ámbito de aplicación (materia fiscal, aduanera, administrativa, acto iure imperii, etc),
el Reglamento no es aplicable.
- Por último, la resolución debe haberse dictado por un órgano jurisdiccional de un EM (incluido
Dinamarca), quedando excluidas, en consecuencia, las dictadas por órganos jurisdiccionales de
terceros Estados. El dato relevante es el Estado de origen de la resolución con independencia de
que las partes estén o no domiciliadas en un EM y sea cual fuere su nacionalidad. El artículo 2
establece que se entenderá por EM de origen aquel en el que se haya dictado la resolución y por
EM requerido, el EM en el que se invoque el reconocimiento o se inste la ejecución de la
resolución.

EL RECONOCIMIENTO Y EL EXEQUÁTUR AUTONÓMICO.


Como regla general las resoluciones dictadas en un estado miembro se reconocen automáticamente en el
estado miembro requerido. las resoluciones dictadas en un EM serán reconocidas en los demás EE.MM sin
necesidad de procedimiento alguno. El reconocimiento automático significa que toda decisión dictada por un
tribunal de un EM puede ser invocada directamente ante las autoridades de cualquier otro EM, sin necesidad de
que se desarrolle ningún procedimiento. La resolución es reconocida de pleno derecho y los efectos que de ella
se derivan se extienden al EM requerido.
La parte que solicita el reconocimiento deberá presentar al órgano jurisdiccional requerido la documentación
que señala el art. 37 del reglamento. Esta documentación consiste en una copia de la resolución y, además,
un certificado expedido en el estado de origen conforme al formulario establecido en el Anexo I. Este Anexo I
contiene una serie de datos que se tienen que cumplimentar. Además, cualquier parte interesada podía solicitar,
conforme al procedimiento previsto para la delegación de la ejecución, que se dicte una resolución en la que se
especifique que no concurren ninguno de los motivos de delegación del reconocimiento, es decir, este
automatismo solo se rompe si alguna de las partes alega uno de los taxativos motivos que se exponen en el art.
45 del reglamento.
Las resoluciones dictadas en un estado miembro que tengan fuerza ejecutiva en él gozaran también de esta
en los demás EEMM sin necesidad de una declaración de fuerza ejecutiva.
Podemos decir que se ha establecido un exequátur automático a raíz del reglamento de 2012. Esto quiere
decir que ya no hay que solicitar al tribunal requerido que declare ejecutiva la resolución, sino que lo que se le
pide directamente es su ejecución. Si la resolución es ejecutiva en el EM de origen extiende su efecto al EM
requerido debiendo ser ejecutada en las mismas condiciones que si se hubiera dictado en ese EM. En este caso,
a petición de la parte interesada, el órgano de origen expide el certificado con arreglo al Anexo I que deberá
presentar a la autoridad del EM de la ejecución. En España esos juzgados son los tribunales de 1ª instancia.
Una vez solicitada la ejecución, se tiene que notificar el certificado contra la persona contra la que se insta, y a
petición de ella se puede denegar la ejecución por los motivos contemplados en el art. 45. También, se pueden
alegar los motivos de denegación previstos en la propia legislación interna del EM requerido.
Nuestro ordenamiento, la disposición final nº 25 establece medidas para facilitar la aplicación de medidas en
España del reglamento 1215. En cuanto al reconocimiento, la disposición final 2ª LEC establece medidas para
facilitar el reconocimiento en España de las sentencias con arreglo a este reglamento.
LOS MOTIVOS DE DENEGACIÓN.
Los motivos de denegación vienen enumerados de forma taxativa en el artículo 45. Son comunes para el
reconocimiento y la ejecución. Su interpretación debe ser restrictiva y su aplicación excepcional. En ningún caso la
resolución puede ser objeto de una revisión en cuanto al fondo.
Los motivos de denegación, que en el reconocimiento pueden ser invocados por cualquier parte interesada y en
fase de ejecución sólo por la persona contra la que se insta la ejecución, son los siguientes:
La contrariedad manifiesta del reconocimiento de la resolución con el orden publico del EM requerido. El orden
público es un concepto jurídico indeterminado que comprende el conjunto de valores o principios básicos,
fundamentales e irrenunciables del OJ del Estado requerido. Esta clausula rechaza la eficacia de una resolución
cuando de ella se derive una violación manifiesta de los principios esenciales del EM requerido. Por ello, su
aplicación es muy excepcional.
El orden publico comprende tanto la dimensión material como la dimensión procesal, ya que se enlaza con el
derecho fundamental a la tutela judicial efectiva. Lesión de los derechos de defensa del demandado. Se denegará
el reconocimiento cuando la resolución se haya dictado en rebeldía, si no se entregó al demandado la cédula de
emplazamiento o documento equivalente de forma tal y con tiempo suficiente para que pudiera defenderse, a
menos que no haya recurrido contra dicha resolución cuando pudo hacerlo. El presupuesto de operatividad es que
la resolución haya sido dictada en el procedimiento de origen en rebeldía del demandado
(por lo que, a sensu contrario, si el demandado compareció no puede aplicarse este motivo de
denegación). El concepto de rebeldía ha sido interpretado de forma autónoma por parte del TJUE, al
entender que se encuentra en tal situación aquel demandado que no tuvo conocimiento del
procedimiento entablado contra él y no tuvo posibilidades de defenderse.
Ahora bien, esto no quiere decir que a todas las resoluciones dictadas en rebeldía se les denegará la eficacia ya
que dicha rebeldía debe conectarse con las condiciones exigidas en la norma (notificación de la cédula de
emplazamiento o documento equivalente en forma tal y con tiempo suficiente para preparar su defensa). Por
tanto, si el demandado fue rebelde por conveniencia, es decir, tuvo conocimiento del procedimiento entablado
contra él, no sufrió lesión de sus derechos de defensa y no compareció porque no quiso hacerlo, la resolución
será reconocida y ejecutada en el EM requerido.
Con respecto a la primera garantía, notificación de la demanda en forma tal, hay que afirmar que se entenderá
que la notificación se ha realizado correctamente con independencia de lo que establezca el derecho del EM de
origen. Sólo se denegará el reconocimiento y la ejecución si dicha irregularidad motivó la indefensión del
demandado.
Por lo que se refiere a la notificación con tiempo suficiente, ésta deberá ser apreciada por el juez requerido en
función de todas las circunstancias presentes en el caso, no estando vinculado en dicho examen ni por los
plazos del OJ del juez del EM de origen, ni por los establecidos en su propio ordenamiento.
La norma exige que el demandado haya observado un comportamiento diligente durante el proceso de origen,
ya que, si pudo recurrir la resolución y no lo hizo, el reconocimiento y la ejecución no serán denegados al haber
dejado pasar la oportunidad de defenderse.
Inconciliabilidad de resoluciones. Caben distinguir 2 supuestos:
a. la resolución es inconciliable con una resolución dictada entre las mismas partes en el EM
requerido. La norma exige que se hayan dictado dos resoluciones inconciliables y existirá esa
inconciliabilidad cuando las sentencias implican consecuencias jurídicas que se excluyen
recíprocamente. Por ejemplo: una sentencia prohíbe la utilización de una marca y la otra autoriza
su utilización. sólo contempla la inconciliabilidad de resoluciones, por lo que se excluyen las
transacciones judiciales; dictadas entre las mismas partes (al no existir la triple identidad); y con
independencia de que la del EM requerido haya sido dictada con anterioridad o no a aquella cuyo
reconocimiento se ha solicitado.
b. cuando la resolución es inconciliable con una resolución dictada con anterioridad en otro EM o en
un estado tercero entre las mismas partes en un litigio que tenga el mismo objeto o causa cuando
esta última resolución reúna los requisitos necesarios para su reconocimiento en el estado
requerido. Se exige la triple identidad y de la prioridad temporal.
Control de la competencia judicial internacional en los supuestos de vulneración de los foros en materia de
seguros, contratos celebrados por los consumidores y contrato individual de trabajo, o no se hubieran respetado
los foros exclusivos del artículo 24. Como regla general, hay que afirmar que en el Reglamento se prohíbe el
control de la CJI, es decir, el juez del EM requerido no puede verificar si el órgano jurisdiccional de origen se
declaró competente respetando las disposiciones del Capítulo II del Reglamento. El principio de confianza
recíproca entre los jueces de los EE.MM justifica esta ausencia de control, ya que se presupone que el juez que
dictó la resolución cumplió con las previsiones del Reglamento. Además, en esta materia no puede invocarse la
cláusula del orden público (artículo 45.3). Las dos únicas excepciones en las que el juez requerido puede controlar
la competencia judicial internacional del juez de origen son las que se contemplan expresamente en el artículo
45.1. e):
- Cuando se vulneraron los foros de protección en el supuesto de que el demandado sea la
parte débil.
- Cuando no se respetaron los foros exclusivos del artículo 24.

En la apreciación de estos criterios de competencia, el órgano jurisdiccional requerido quedará vinculado por los
antecedentes de hecho en los que el órgano jurisdiccional del EM de origen haya fundado su competencia.
4. El reglamento 2201/2003 del consejo, de 27 de noviembre.

EL SISTEMA GENERAL DE RECONOCIMIENTO Y EXEQUÁTUR. La regla general es el


reconocimiento automático, es decir, que la resolución dictada en un EM puede ser invocada ante la autoridad
competente del EM requerido sin necesidad de un procedimiento ad hoc (especifico de homologación) ni de
ninguna otra decisión de sus órganos. En este terreno, una de las repercusiones prácticas que tiene este
reconocimiento automático viene establecida en el párrafo segundo del art. 21. Conforme a él, las resoluciones en
materia matrimonial firmes pueden tener acceso directo al registro civil sin que sea preciso procedimiento especial
ad hoc. A través de estas resoluciones, una vez que acceden al registro, se logra una actualización de los datos
que están en el registro. Esto interesa a los sujetos para volver a contraer matrimonio. Una vez que llega la
sentencia, el encargado del registro civil comprueba que no hay motivo de oposición y accede la sentencia al
registro civil. Se habla de un reconocimiento registral.
¿Cuáles son los motivos de denegación? Estos motivos están enumerados en el art. 21 (para situaciones de
crisis matrimonial) y en el art. 22 (para responsabilidad parental). Las del art. 21 son las mismas que se han
estudiado en sede de Bruselas I bis. Con respecto a la responsabilidad parental hay novedades:
- el orden público debe valorarse teniendo en cuenta el interés superior del menor;
- se denegará el reconocimiento si la resolución se dicto en el estado de origen excepto en
caso de urgencia sin haberse dado el derecho de audiencia al menor;
- también, si no se da la posibilidad de audiencia a cualquier persona que alegue que la
resolución menoscaba el ejercicio de su responsabilidad parental;
- si la resolución fuera inconciliable por otra dictada posteriormente en relación con la
responsabilidad parental en el EM requerido;
- la denegación del reconocimiento si no se respeto el procedimiento del art. 56 relativo al
acogimiento transfronterizo.
En todo caso, el juez requerido no puede denegar el reconocimiento por el hecho de que el tribunal de origen no
era competente, o porque aplicó una ley distinta de la que él hubiese aplicado, ya que el Reglamento lo prohíbe
expresamente en los arts. 24 y 25. La resolución no podrá ser objeto nunca de una revisión en cuanto al fondo.
Procedimiento del exequatur. El execuátur está contemplado en los arts. 28 a 36. ¿Qué es? El procedimiento por el
que la resolución se convierte en un titilo ejecutivo, y cuando se exige, es un paso imprescindible para después
llevar a cabo la ejecución propiamente dicha. El exequatur solo es necesario para aquellas resoluciones dictadas en
un EM sobre el ejercicio de la responsabilidad parental con respecto al menor, siempre y cuando duchas
resoluciones fuesen ejecutivas en el EM de origen.
La solicitud se presenta en España ante los juzgados de primera instancia. A esta solicitud se le tiene que
acompañar de documentos consignados en los arts. 37 a 39. Una vez presentada esta solicitud junto con los
documentos, el órgano jurisdiccional se pronuncia en breve plazo y solo puede denegar el exequatur por los motivos
de denegación del reconocimiento que se acaban de examinar. En esta primera fase, el procedimiento es unilateral
de forma que ni la parte contra la que se solicita el exequatur ni el menor pueden presentar alegaciones. Acabada la
fase, se abre una contradictoria, es decir, que una vez notificada la decisión y se entra en la fase contradictoria en la
que cualquiera de las partes puede recurrir la sentencia. Se recurrirá ante la Audiencia Provincial, substanciándose
conforme a las normas que rigen el procedimiento contradictorio.
Si el exequatur fuese denegado, el solicitante puede interponer recurso, debiendo ser citado a compadecer la parte
contra la que se solicita el exequatur. En cambio, si el exequatur es concedido, la parte contra la que se solicitó
podrá interponer recurso en el plazo de 1 mes desde la fecha de la notificación ampliándose a 2 meses si dicha
parte reside en otro EM. Finalmente, contra dicha resolución, solo se puede interponer un recurso extraordinario de
casación ante el TS.
LA SUPRESIÓN DEL EXEQUÁTUR PARA UN DETERMINADO TIPO DE RESOLUCIONES. Este sería el íter
procedimental general, pero este reglamento establece una notable especialidad: hay dos tipos de sentencias que
supusieron la consagración por primera vez en un instrumento comunitario de la supresión del exequátur a través del
procedimiento regulado en los art. 40 a 45 de Bruselas II BIS.
Estas sentencias hacen referencia a:

- Por un lado, al derecho de visita.


- Por otro lado, a determinadas resoluciones que ordenan la restitución del menor (secuestro
internacional de menores).
Para estas dos sentencias, dada su finalidad se suprime el exequátur. Este reglamento en esta parte fue el
pionero que estableció la supresión.
Como se dijo anteriormente está regulado en los arts. 40 a 45. Estas resoluciones se tienen que certificar para
que proceda la supresión del exequátur las certifica el órgano jurisdiccional del estado de origen a traes de unos
modelos de formularios que parecen en los anexos III y IV del reglamento que hacen referencia al derecho y
visita y restitución del menor. Una vez certificados por el estado de origen ya sí que gozan de fuerza ejecutiva
en cualquier otro estado miembro sin que requiera ningún procedimiento adicional, es un reconocimiento
automático y sin que quepa impugnar su reconocimiento.
Para que el certificado pueda emitirse hay que cumplir una serie de requisitos:
- Con carácter general, la resolución tiene que ser ejecutiva en el estado miembro de origen. Sin embargo,
no se le exige que haya adquirido la autoridad de cosa juzgada puesto que hay que tener en cuenta
cuáles son los derechos sobre los que versan este tipo de resoluciones que son el derecho de visita y la
restitución del menor por ello requiere una rápida ejecución de la sentencia.
- Se establecen requisitos específicos para cada una de las sentencias.

En materia de derecho de visita el órgano jurisdiccional de origen debe comprobar que se han cumplido ciertos
requisitos que son los siguientes:
- Si el procedimiento se hubiera desarrollado en rebeldía tiene que quedar acreditado que el escrito de
demanda o documento equivalente ha sido notificado a la parte rebelde con la suficiente antelación y de tal
manera que esta pueda defenderse. O bien incluso, si a pesar de no cumplirse estas condiciones, consta de
forma inequívoca que el demandado rebelde ha aceptado la resolución.
¿Cómo se obtiene esta certeza con respecto a un demandado que no ha comparecido si consta que no se le
haga trasladado la demanda de forma regular y con tiempo suficiente y sin embargo tenemos la certeza de
que acepta la resolución? porque renuncia a ejecutar cualquier tipo de recurso, el demandado tiene que agotar
todas sus posibilidades de defensa y si a pesar de no haber sido notificado ha podido tener conocimiento por
cualquier vía del recurso que va contra él, y aun así no se ha defendido, no ha agotado su defensa.
- Se haya dado la posibilidad de audiencia a todas las partes afectadas.
- Que se le haya dado al menor la posibilidad de audiencia.
En materia de la restitución del menor deben cumplirse los siguientes requisitos establecidos en el artículo 42.2
- Que se le haya dado al menor la posibilidad de audiencia.
- Que se le haya dado a las partes posibilidad de audiencia
- Que el órgano jurisdiccional haya tenido en cuenta que al dictar la resolución las razones y
las pruebas en base a las cuales se haya emitido la resolución en virtud del art. 13 del
Convenio de la Haya.
EJEMPLO. Imaginemos que una pareja tiene la custodia compartida. Los dos padres residen en España y el
padre coge al niño y se lo lleva a Francia y no lo devuelve. Esto es una sustracción de menores.
El padre se va a los tribunales franceses y a través del art. 13 del Convenio de la Haya se pueden dar razones
para que el menor no tenga que volver a su país de origen (España). ¿Qué hace la madre? Se va a los tribunales
españoles. El juez español dicta una orden de restitución del menor, esta segunda resolución es la que se puede
ejecutar automáticamente. Una vez se cumplen estos requisitos, la sentencia se ejecuta automáticamente en el
estado requerido.
Aquí no cabe impugnar, ningún motivo de oposición de los contemplados en el reglamento. Lo único que cabría
una vez emitido el certificado con arreglo a los anexos III y IV es una rectificación en el caso de cometerse un error
material, es decir, cuando el certificado no refleje correctamente el contenido de la resolución judicial.
Como regla general, no es posible impugnar la resolución solo cabe un motivo de denegación que sería la
incompatibilidad de la resolución con otra resolución ejecutiva dictada con posterioridad. Si la resolución hubiera
sido dictada con anterioridad entraría en juego la litispendencia. Por eso el reglamento solo habla de la
incompatibilidad con respecto a la posterioridad.
Este es un procedimiento muy especial y además tiene carácter potestativo, el legislador no lo impone
obligatoriamente, sino que podrán las partes si se cumplen los requisitos, o bien acogerse a este a procedimiento
(que es mucho más ágil) o siempre tiene la posibilidad de acogerse al procedimiento normal que sigue siendo muy
favorecedor para ejecutar las sentencias, pero no es tan ágil como el anterior.
Aquí vemos una vez más la tendencia que se va imponiendo hacia la supresión del exequátur.

5. La regulación en defecto de instrumento supraestatal.

ÁMBITO DE APLICACIÓN. La LCJIMC se aplica en materia civil y mercantil con independencia de la


naturaleza del órgano jurisdiccional, incluyendo la responsabilidad civil derivada de delito y los contratos de
trabajo.
Son susceptibles de reconocimiento y exequátur:
- las resoluciones extranjeras firmes recaídas en un procedimiento contencioso.
- las resoluciones extranjeras definitivas adoptadas en el marco de un procedimiento de
jurisdicción voluntaria.
- los documentos públicos extranjeros.
- las medidas cautelares y provisionales, pero solo en el supuesto de que su denegación
suponga una vulneración de la tutela judicial efectiva y siempre que se hubieran adoptado
previa audiencia de la parte contraria.
Se entiende por resolución: Cualquier decisión adoptada por un órgano jurisdiccional de un Estado, con
independencia de su denominación, incluida la resolución por la cual el secretario judicial o autoridad similar
liquide los costes del proceso.
Por regla general se exige la firmeza de la resolución, es decir, que no quepa ningún recurso contra ella en el
Estado de origen. Desde el punto de vista temporal, las nuevas reglas de la Ley se aplican a las demandas de
exequátur que se presenten ante los órganos jurisdiccionales españoles con posterioridad al 21 de agosto de
2015, con independencia de la fecha en que se hubiese dictado la resolución extranjera.
EL RECONOCIMIENTO. Como regla general, se somete al reconocimiento del exequátur. Es el procedimiento
para “declarar a título principal el reconocimiento de una resolución judicial extranjera, y en su caso, para autorizar
la ejecución". El mismo procedimiento se puede utilizar para declarar que una resolución extranjera no es
susceptible de reconocimiento, por incurrir en alguna causa de denegación.
Se pueden obtener con este procedimiento dos reconocimientos:
- si la STC es declarativa o constituya obtendrá el reconocimiento.
- si la STC es de condena será convertida en título ejecutivo. Las resoluciones extranjeras que
tengan fuerza ejecutiva en origen podrán ejecutarse en España una vez que se haya
obtenido el exequátur.
Se admite también el reconocimiento automático sólo cuando el reconocimiento de la resolución extranjera se
plantee de forma incidental en un procedimiento judicial. EL juez que conozca del procedimiento deberá
pronunciarse respecto al reconocimiento. La eficacia del reconocimiento incidental quedará limitada a lo resuelto
en el proceso principal y no impedirá que se solicite el exequátur de la resolución extranjera.
En virtud del reconocimiento, la resolución extranjera podrá producir en España los mismos efectos que
produce en el Estado de origen, y si la extensión contiene una medida que es desconocida en nuestro
ordenamiento, se adaptará a una medida conocida que tenga efectos equivalentes y persiga una finalidad e
intereses similares, si bien tal adaptación no tendrá más efectos que los dispuestos en el Derecho del Estado de
origen.
Con respecto a las resoluciones judiciales extranjeras susceptibles de modificación, se establece una doble
posibilidad:
- Solicitar el reconocimiento por vía principal o incidental, de forma que una vez reconocida la
resolución podrá ser modificada por los órganos jurisdiccionales españoles.
- Plantear una nueva demanda en un procedimiento declarativo ante los órganos
jurisdiccionales españoles.
LAS CAUSAS DE DENEGACIÓN. Las resoluciones extranjeras firmes no se reconocerán si concurre alguna de
las causas del art. 46.
Se mantienen de forma actualizada las condiciones del art. 954 LEC (ya derogado). Se prohíbe la revisión de
fondo y el control de la competencia legislativa, y se permite el reconocimiento parcial.
La mayor novedad introducida ha sido la inversión de la carga de la prueba que ahora será la parte demandada en
el proceso de exequátur la que tendrá que invocar y probar, en su contestación a la demanda, la concurrencia de
alguna de esas causas.
Las causas de denegación son las siguientes:
a. Contrariedad de la STC con el orden público.

El orden público español es un orden público constitucional. La contrariedad se entiende que


debe de ser manifiesta, es decir, el orden público debe intervenir siempre de forma excepcional y su
interpretación debe ser restrictiva.
b. Lesión de los derechos de defensa de cualquiera de las partes.

Se recoge aquí la dimensión procesal del orden público ya que se denegará el reconocimiento de la STC
extranjera cuando se hubiera dictado con manifiesta infracción de los derechos de defensa. Aquí se cubren
todos los supuestos de lesión de los derechos de defensa por lo que el orden público debe considerarse como
material.
En nuestro derecho autónomo no se exige que la notificación se haya realizado de manera regular, sino en una
forma o manera que haya permitido el demandado preparar su defensa, y, por otra parte, establece que no se
denegará el reconocimiento si el demandado pudo recurrir la resolución y no lo hizo.
c. Control de competencia judicial internacional.

Se denegará el reconocimiento cuando la resolución extranjera se hubiere pronuncia sobre una materia
respecto a la cual fueren exclusivamente competentes los órganos jurisdiccionales españoles, o, respecto a las
demás materias si la competencia del juez de origen no obedeciere a una conexión razonable.

La finalidad de lo anterior es verificar que existía un principio de proximidad entre el órgano jurisdiccional
extranjero que dictó la resolución y el litigio. Se denegará el reconocimiento si la STC extranjera se dictó
vulnerando los foros exclusivos españoles. Se considera que hay una conexión razonable cuando el órgano
jurisdiccional extranjero hubiere basado su competencia judicial internacional en criterios similares a los previstos
en la legislación española.
Técnica bilateralista: Si el tribunal extranjero se declaró competente sobre la base de unos foros parecidos a los
previstos en la legislación española se entenderá que era competente porque en un supuesto similar, un tribunal
español lo hubiera sido.
d. Insociabilidad de resoluciones.
El principio de seguridad jurídica justifica esta condición y, al respecto, se recogen en la norma dos supuestos
de inconciabilidad:
- De un lado, cuando la resolución fuera inconciliable con una resolución dictada en España.
- De otro lado, cuando la resolución fuera inconciliable con una resolución dictada con anterioridad
en otro estado, cuando ésta última resolución reuniera las condiciones necesarias para su
reconocimiento en España.
Para que exista inconciabilidad se considera que existe contradicción entre sentencias cuando ambas no pueden
cumplirse al mismo tiempo. En el supuesto de que la inconciabilidad sea con una resolución española no se
exige que ésta se haya dictado con anterioridad a aquélla cuyo reconocimiento se solicita. La española
prevalece siempre.
e. Pendencia de un proceso en España.
También se denegará el reconocimiento cuando existiera un litigio pendiente en España entre las mismas
partes y con el mismo objeto, iniciado con anterioridad al proceso en el extranjero. El proceso debió haberse
iniciado con anterioridad al proceso en el extranjero y, además, se exige la identidad de las partes y el objeto. Se
evitan comportamientos fraudulentos de las partes.
ACCIONES COLECTIVAS. Hay una previsión especial para el reconocimiento de las acciones colectivas
extranjeras. Es una de las novedades más importantes de la Ley.
La acción colectiva permite a un grupo de personas demandar la protección de sus derechos lesionados por
empresas. Las resoluciones extranjeras dictadas en procedimientos derivados de acciones colectivas serán
susceptibles de reconocimiento ejecución en España.
Se exige que la acción colectiva haya sido comunicada o publicada en España por medios equivalentes a los
exigidos por la legislación española y que dichos afectados hayan tenido las mismas oportunidades de
participación o desvinculación en el proceso colectivo que aquellos afectados domiciliados en el Estado de
origen,
La resolución extranjera no se reconocerá cuándo la competencia del tribunal de origen no se hubiera basado
en un foro equivalente a los previstos en la legislación española.
EL PROCEDIMIENTO DE EXEQUÁTUR. Se trata de un procedimiento de control formal que debe
desarrollarse siempre que se solicite el reconocimiento a título principal y el exequátur de una resolución
judicial extranjera.
Es competente el Juzgado de Primera Instancia del domicilio de la parte frente a la que se solicita el
reconocimiento de ejecución, o de la persona a quien se refieren los efectos de la resolución judicial extranjera.
La competencia territorial se determinará por el lugar de ejecución o por el lugar en el que la resolución deba
producir sus efectos siendo competente en último caso el Juzgado de Primera Instancia ante el que se
interponga la demanda del exequátur.
Corresponde a los Juzgados de lo Mercantil conocer de las solicitudes de exequátur de resoluciones judiciales
extranjeras que versen sobre materias de su competencia.
El proceso se inicia mediante demanda a instancia de cualquier persona que acredite un interés legítimo y se
habrá de dirigir contra aquella/s parte/s frente a las que se quiera hacer valer la resolución judicial extranjera.
Las partes tienen que contar con procurador y letrado. En el mismo escrito se puede recoger el exequátur y la
demanda de ejecución. La demanda deberá de ir acompañada de una serie de documentos. La parte
demandada tendrá un plazo de 30 dias para oponerse.
Cuando se formaliza la oposición o pasado el plazo para ello sin que se realice, el órgano jurisdiccional
resolverá en un plazo de diez días mediante auto, El Ministerio Fiscal intervendrá siempre en el exequátur.
Contra el exequátur sólo cabe recurso de apelación, y en segunda instancia se puede interponer el
extraordinario por infracción procesal o casación conforme a la ley.
Una vez que la resolución judicial extranjera ha sido declarada ejecutiva podrá ejecutarse en España como si
fuese una STC española, siguiendo la LEC.

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