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Clase 4: Roma, Cicerón y Agustín

Roma, tanto en su etapa republicana como imperial, cobijó a varios de los pensadores más importantes en la
historia de Occidente. En el caso de Cicerón, su extensa obra literaria lo ha convertido en el gran sintetizador
de la sabiduría griega y la cultura romana. Agustín, por su parte, ha sido otro gran sintetizador, pero ahora de
la cultura grecolatina con el cristianismo. Ambos han dejado reflexiones muy eruditas acerca del bien humano,
la justicia y los regímenes políticos; reflexiones que han servido para forjar el pensamiento y la experiencia
política en Occidente en los siglos venideros. Para trabajar estos temas nos detendremos en el análisis de la
República de Cicerón, y en la Ciudad de Dios de Agustín.

Biografía de Cicerón

Cicerón nació el 106 a. C. en Arpino, un municipio localizado a 110 kilómetros de Roma, en el seno de una
familia plebeya elevada al ordo equester, electoralmente perteneciente a la tribu Cornelia. Cuando era niño lo
enviaron a Roma para estudiar Derecho con los más importantes letrados del momento, como Escévola o Craso
Orator. Como todos los ciudadanos romanos, a los diecisiete años comenzó el servicio militar durante la Guerra
Social. Cuando terminó el conflicto (81 a. C.) retomó los estudios y comenzó su carrera como letrado. En 79 a.
C. pronunció el Pro Roscio Amerino, en el que hacía un ataque implícito al dictador Sila. Para evitar la ira del
dictador, marchó a Grecia (79 a. C.-77 a. C.). El primer año recibió las enseñanzas de Antíoco de Ascalón —
académico ecléctico y sucesor de Filón de Larisa, muy marcado por la doctrina aristotélica y estoica—, Zenón
y Fedro —epicúreos— en Atenas; y entre 78 y 77 a. C del estoico Posidonio de Apamea y del retórico Apolonio
Molón en Rodas. Finalizado el periodo de formación retórica y filosófica retornó a la capital y se casó con
Terencia.
En 75 a. C. empezó su carrera política al alcanzar el cuestorado —primer paso del cursus honorum— en Lilibea
(Sicilia). En 69 a. C. obtuvo la edilidad y en 66 a. C. la pretura. Cuando más próximo estaba al partido optimate
obtuvo el consulado imponiéndose en las elecciones a Catilina (63 a. C.). Durante los tiempos convulsionados
del triunvirato de César, Pompeyo y Craso, y luego bajo la dictadura de César, Cicerón se recluyó gran tiempo
en su residencia de Tusculum, donde se dedicó a escribir prosa y poesía, y a traducir las obras de los sabios
helenos.
En Marzo del 44 acaeció el asesinato de César, en el que no intervendría Cicerón, aunque era conocida su
oposición al dictador. Luego de un año de luchas civiles, se estableció un nuevo triunvirato con plenos poderes,
compuesto por Octavio, Antonio y Lépido. Los triunviros no tardaron en atacar a sus adversarios políticos, entre
ellos a Cicerón. El 7 de diciembre de 43 a. C. el cónsul ordenó su asesinato, y Cicerón no opuso resistencia a
su ejecución, y, ofreciendo la cabeza, se limitó a pedir que se le matara con corrección.

Guía de lectura Cicerón

1. Explique cuál es el mejor modo de vida para Cicerón y Escipión


2. ¿Cómo define Escipión a la república?
3. ¿Qué opinión tiene sobre la democracia?
4. ¿Cuál es la mejor forma de gobierno?
5. Desarrolle la opinión de Filón sobre la justicia
6. Desarrolle la opinión de Lelio sobre la justicia

Biografía de Agustín

Aurelio Agustín nació el año 354 d.C. en Tagaste, ciudad situada en la antigua provincia romana de Numidia
(actual Argelia). Hijo de Patricio, un pequeño propietario rural, y de Mónica, nació en el seno de la familia con
una posición económica desahogada, lo que le permitió acceder a una buena educación. Sus primeros estudios
los realizará en Tagaste, continuándolos, el año 365, en la cercana ciudad de Madaura; a partir del año 370
estudiará en Cartago, dedicándose principalmente a la retórica y a la filosofía, destacando de una manera
especial en retórica, y encontrando dificultades en el aprendizaje de la lengua griega, que nunca llegó a dominar.
Pese a los esfuerzos de su madre, Mónica, que le había educado en el cristianismo desde su más tierna
infancia, Agustín llevará en Cartago una vida disipada, orientada hacia el disfrute de todos los placeres
sensibles. En esa época convivirá con una mujer con la que mantendrá una relación apasionada y con la que
tendrá un hijo, Adeodato, el año 372. La lectura del Hortensio de Cicerón le causara una honda impresión que
le acercará a la filosofía, adhiriéndose a las teorías de los maniqueos, hacia el año 373. Luego de un año en
Tagaste, donde enseñará retórica, regresa a Cartago, donde abrirá una escuela en la que continuará sus
enseñanzas hasta el año 383, cuando abandonará el maniqueísmo.
Ese mismo año se trasladará a Roma, y luego a Milán, donde enseña retórica. De nuevo la lectura de Cicerón,
le acercará al escepticismo de la Academia nueva, hasta que escucha los sermones del obispo de Milán,
Ambrosio, que le impresionarán hondamente y le acercarán al cristianismo. En este período descubre también
la filosofía neoplatónica, leyendo las traducciones que había hecho de Plotino al latín Mario Victorino, y le
también las epístolas de San Pablo.
En el año 386 se convierte el cristianismo. Ese mismo año se establecerá en Casiciaco, cerca de Milán, con su
madre, su hijo y algunos amigos, y comienza a escribir sus primeras Epístolas. El año siguiente se bautiza en
Milán y opta por una vida ascética y casta. Tras la muerte de su madre, se traslada a África el año 388,
estableciéndose en Tagaste donde fundará un monasterio en el que permanecerá hasta el año 391. Dicho año
se trasladará a Hipona, (actualmente Annaba, también en Argelia), ciudad cercana a Tagaste, en la costa,
donde será consagrado sacerdote por el obispo Valerio. Allí fundará otro monasterio, en terrenos cedidos por
el obispo, desarrollando una fecunda actividad filosófica y religiosa, destacando el carácter polémico contra las
diversas herejías (donatistas, pelagianistas...) a las que se enfrentaba el cristianismo, y que San Agustín
consideraba el principal problema con el que habría de enfrentarse.
El año 396 es nombrado obispo auxiliar de Hipona por Valerio, pasando a ser titular tras la muerte de éste. En
los años 418 y 422, en plena descomposición del imperio tras el saqueo de Roma por Alarico, participa en el
concilio de Cartago y continúa su activa producción filosófica y religiosa que abarcará más de 100 volúmenes,
sin contar las Epístolas y Sermones. El año 430, estando sitiada Hipona por las huestes de los vándalos de
Genserico, morirá, poco antes de que la ciudad fuera completamente arrasada.

Guía de lectura Agustín

1. Explique la diferencia que Agustín establece con los filósofos respecto del sumo bien. Refiérase a su
visión de los bienes corporales y espirituales en ésta vida.
2. Desarrolle las dificultades que encuentra Agustín en la vida social del hombre. Refiérase a la justicia
humana, la diversidad de lenguas, las relaciones amistosas y familiares.
3. Cómo relaciona Agustín el orden, la ley y la paz?
4. Desarrolle la teoría agustiniana sobre la esclavitud y el justo dominio.
5. Caracterice a la ciudad de dios y a la ciudad terrena
6. Para Agustín, ha sido Roma una república en términos de Cicerón? Por qué?
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 72

SOBRLE L A
REPÚBLICA
INTRODUCCI~N,T R A D U C I C I ~ N
APÉNDICE
, Y NOTAS DE
ÁLVAFIO D'ORS

EDITORIA,L GREDOS
LIBRO PRIMERO

SINOPSIS

Importancia de la actividad po1,ltica entre las propias del sabio. Oca-


sión del ditílogo. Presentación de los personajes. Tema coyuntural (la
aparición de dos d e s ) , al que se renuncia ante la mayor importancia
del de la existencia de diferentes formas de gobierno. Escipión se en-
carga de la exposición de las tres fundamentales: monarquía, aristo-
cracia. democracia. Sus degeneraciones: tiranía, oligarquía, anarquía.
Lelio le cuestiona acerca de cuál considera mejor. Escipión se inclina
por una mixta.

*' Así como son más los beneficios de la patria, y la


es ésta más antigua que un progenitor particular, así
también se debe más gratitud a ella que a un padre 2.
(NONIO [Apéndice (= Ap.) XV 99D.
(PLINIo [ibid. XVII 21.)
(PLINIO [ibid. XVII 11.)
(ARIJSIANO Mesao [ibid. V.)

1 Vid. Introducción, 5 6: -Nuestra traducción., para todo lo rela-


cionado con los diversos aspectos de la presentación del texto, espe-
cialmente de los ttestimonios. Sobre estos úitimos, cf. tambitn 5 2: *La
obra y su transmisión..
La superioridad de la piedad con la patria vuelve a aparecer
en VI 16. 16.
34 SOBRE LA REP~~BLICA

le * En verdad, todo el discuirso de estos (filósofos), gre el incendio surgido con la segunda guerra púnica 7,
aunque contenga manantiales riquísimos de virtud y de ni, después de ha6erse aquél incrementado, Quinto Má-
ciencia, me temo, sin embargo, que, habida cuenta de ximo lo hubiera s o f ~ c a d a ,ni
~ , Marco Marcelo lo hu-
sus actos y de las obras que ellos hicieron ', resulte no biera eliminado 9, ni Publiio Africano, expulsándolo de
haber aportado tanta utilidad ;i los negocios humanos las puertas de esta urbe, 10 hubiera encerrado entre las
cuanto deleite a los ocios (LACTANCIO
[ibid. XIII 2J).
murallas del enemigo lo. Y Marco Catón -hombre des-
if * Tampoco Cartago hubierai tenido tanta fuerza du- conocido y sin alcurnia, por el que todos los que nos
rante casi seiscientos años sin un buen gobierno y una dedicamos a cestas lides nos dejamos llevar, como por
moral (NONIO[ibid. XV 663). un modelo, a la sagacidaid y fortaleza 11- pudo sí vi-
vir sosegadaniente en Tús~ulo,lugar agradable y pró-
ximo, mas, como hombre loco, según dirán éstos 12,
prefirió lanzarse hasta muy viejo, sin que nada le obli-
i ... ( de no existir esta natural tendencia de valor, gara, a estas olas tempestuosas, y no vivir gustosamen-
nunca les) hubieran liberado de:l asalto; ni Cayo Duelio, te en aquella tranquilidad y sosiego 13. Nada diré de
Aulo Atilio y Lucio Metelo, del miedo a Cartago 6; tam- otros muchos que, cada irno a su manera, fueron sal-
poco los dos Escipiones hubieran extinguido con su san- vadores de nuestra ciudad, (aunque) olvidados en nues-
-

3 Se trata de las doctrinas políticas de los filósofos, de sus obras 7 Los hermanos Publio y Gneo Cornelio Escipión murieron el 211
literarias, en contraposición a la inoperante vida activa y social de a. C., en España,, luchando contra los cartagineses.
los mismos -sus acta y sus perfectae res: agere y facere-, pero no 8 Quinto Fab~ioMáximo, el Cunctator (Temporizador), consiguió
para establecer un contraste ponderativo entre sus escritos y su vida con su thctica evasiva impedir la explotación de la victoria por los
(collata curn... .en comparación con...m, como suele traducirse), sino cartagineses tras su triunfo en I'rasimeno (217 a. C.) y el incremento
para derivar de los nulos efectos prácticos la ineficacia de las mismas de fuerzas por la defección de muchos itáiicos.
doctrinas. Cicerón viene a decir: de poco les valieron sus doctrinas, 9 Marco Claudio Marcelo, c m sus victorias en Nola (216 y 215
pues no supieron hacer nada práctico. a. C.) pudo parar la ofensiva caritaginesa (vid. infra, n. 68).
4 Obsérvese la expresa contraposiciibn de otium - negotium. Sobre lo Publio Cornelio Escipión Alfricano expulsó a los cartagineses de
el ideal del otium cum dignitate, vid. Introducción, 5 3: *El didogo Italia, y llevó la guerra a Africa, donde venció a Anibal el 202 a. C.
y sus preámbulos*. l 1 Cicerdn habla aquí de inalustna y virtus, asociando lo intelec-
El palimpsesto Vaticano (Introducción 5 2: [La obra y su trans- tual y lo moral.
misión~)empieza con una gran laguna (de unas 34 páginas). Recons- 12 Se refiere a los filósofos epidreos, desinteresados de la acti-
truimos la idea inmediatamente anterior, de la naturalidad de la vir- vidad política.
tud de la fortaleza. que se ilustra con los ejemplos históricos que si- l3 Marco Poncio Catón, .el Censor* (234-149 a. C), pertenecia a una
guen en el texto conservado. En la anterior parte perdida, Cicerón de- familia que no se habia distinguido por la carrera política, aunque
bía de hablar del modelo platónico de su obra (vid. Plinio [Apéndice había tenido una intervención prestigiosa en la Segunda Guerra Púni-
XVII 2B, de su discrepancia con los epbiúreos y de la importancia de ca y en las campafias contra Antioco, hasta la derrota de éste el aiio
la vida,politica activa. Quizá citaba tamlbién unos versos del poeta sa- 191. En este momento, con cuarenta y cuatro años de edad, inicid su
tírico Lucilio (s. 11 a. C.), vid. Plinio (Ap. XVII l). actividad políticai, y llegó a la censura el aiio 184, cuando tenia cin-
6 Los cartagineses fueron vencidos por Cayo Duelio el 260 a. C.;
cuenta. En su ve!jez se dedicó también al estudio de los autores grie-
por Aulo Atilio Calatino, en 249; y por Lucio Metelo, en el 251. gos. (vid. infra, 11. 152).
36 SOBRE U REP~~BLICA

tros días; no los mencionaré, para que nadie pueda que- equidad la?, ¿de dónde la vergüenza, la templanza, el
jarse de que no se le nombre, a él o algún antepasado rechazo del desprestigio, y el deseo de gloria y de hon-
suyo 14. Sólo quiero decir que el género humano tiene ra?, ¿de dónde la virilidald en los trabajos y riesgos?
por naturaleza tanto instinto de: fortaleza, y recibió tan Pues d e los que confirmaron lo que nos enseña la doc-
gran apetencia de defender el bien común, que esta vir- trina: los qué lo hicieron con sus hábitos, y los que lo
tud (del valor ) ha superado siempre todos los hala- sancionaron con sus leyes 19. Dicen. a este propósito, 3
gos del ocio gustoso 15. aue Jenócrates. filósofo d'e los más célebres M, al pre-
kntiírsele quk provecho sacaban de él sus discip~los,
2,2 Y no basta tener esta fortalleza en teoría 16,si no se respondió que: el hacer libremente lo que las leyes les
practica. Así como puede ciertamente tenerse la teoría obligaban a hacer. Por lo tanto, el ciudadano que es ca-
de una ciencia aunque no se piractique, la virtud de la paz de i m m i e r a - t e s los demás, con el pode7 y la 1
- --
fortaleza consiste enteramente en la práctica, y la prác- coicción de las leyes, lo que i& filósofos, con su pala- \
. . r'
tica principal de la misma es el gobierno de la ciudad, brrt híhlmente- pueden-uiculcar a wos. pwa. debe ,
y la realización efectiva, no de palabra, de todas aque- ser más estimado que los-mismos maestros que ense- -
llas cosas que éstos predican en la intimidad de sus reu- ñan talescaggs.s~Qué disc:urso_pue_cle-n-hacgestos tan
niones. Porque nada de lo que ciicen los filósofos, cuan- perfecto que-:-a preferible a una república bien consti-
do lo dicen recta y honradamente, dejó de ser actuado tuida @r su derecho comiún y sus costumbres? Por-
y confirmado por los que han sentado las bases justas que, así como me parecen mejores las que Ennio llama
de las ciudades. En efecto ¿de dónde procede la pie- aurbes grandes y poderosas* que los pueblos y al-
dad?, ¿de quiénes la observancia religiosa?, ¿de dónde deas, del mismo modo creo y o que son con mucho supe-
el derecho común de los pueblos y este mismo que
se llama civil 17?,¿de dónde la justicia, la lealtad y la l8 lustitia. fitles, sequitas. Loa juristas, que 5610 se interesan por
lo justo concreto (el ius), utilizan aeqdtas en lugar de iustitia. La fides,
en cambio, es la lealtad al deber, y se refiere especialmente a las rela-
Quid menor etsi que el et qui thi ukiice; no se trata de dis- ciones con los exirranjeros, ajenos al ius en sentido estricto; por tanto,
tinguir unos personajes más recientes (con la corrección que suelen el ius gentium (d.n. ant.).
hacer los editores: í hauá ) procul ab aetatis huius ,memoria), sino l9 Mores y leges ( d a c o s t u m l ~ r ey~*la ley.) reproducen el tópico
de los mismos personajes salvadores de la patria cuya relación podría griego de los agntphoi nómoi y engrdphoi nómoi; tópico filosófico que
resultar incompleta. sólo muy tardíamente penetrara1 en el mundo del derecho romano.
l5 Voluptas otiumque -*ocio gustoso*- es el ideal de los epicú- 20 Jenócrates de Calcedonia (396-314 a. C.) fue discípulo de Pla-
reos, con los que aquí se enfrenta Cicerón. tón, muy influido también por el Pitagorismo, y de gran severidad moral.
l6 Ars es la ciencia que debe ser lltwada a la practica equivalente 21 Publicum i w (contrapuesito aquí a mores) no tiene el sentido
a la tdchnS griega. moderno de aderctcho públicos, sino el del derecho legislado para todo
l7 Cicerón habla aquí de ius gentium y i w ciuile, pero no quiere el populus, pues llas leyes son .piiblicass: derecho común de todos los
esto decir que sean contrapuestos, pues el primero no es un derecho ciudadanos. Vid. introducción, I 4: *E1 tema: la res publica-, sobre
diferente del de Roma, sino éste misnm en cuanto resulta aplicable consensus iuris.
también a los nociudadanos como más; anaturals. Cf. CIC., ik Off. 111 Ennio (239-169 a. C.) trató en verso la historia romana. Este
17. 69, donde se dice que el derecho de gentes es tamlbih civil. pero pasaje -urbes miagnos atque imperiosas- se recoge como fr. 579 de
no al revks. sus Anales (ed. de VAHLEN).Cicr:rón citará luego sus tragedias.
38 SOBRE LA REPI~BLICA LIBRO 1 39

riores, incluso por su sabiduría, los que rigen esas ciu- heridas que había recibido de frente en una brillante
dades con la prudencia de su autoridad a 110s que son victoria, acabtj su vida, que había salvado de las armas
ajenos a cualquier asunto público. Como lo que más nos enemigas 24, en una prisión de su ciudad; que Temísto-
atrae es contribuir al aumento de los recursos del géne- cles, expulsado violentamente de la patria, a la que ha-
ro humano, y nos afanamos por asegurar y enriquecer bía liberado, tuvo que huir, no a puertos de la Grecia
la vida de los hombres con nuestros consejols y nuestro que él habia defendido, sino al interior de una tierra
esfuerzo, y nos vemos estimulados a ese placer por la bárbara que té1 mismo había humillado 25; y no faltan
misma naturaleza, observemos la conducta que fue siem- otros ejemplos de la veleidad y crueldad de los atenien-
pre la de los mejofes, y no ateindamos las s&ales que ses padecidos por conciu<iadanosilustres; lo que, apa-
tocan a retirada y harían retroceder a los que se hallan recido y divulgado en Grecia, dicen que vino a invadir
ya en vanguardia. nuestra más sensata ciudlad; recuerdan ellos el exilio 6
3.4 Contra estas razones tan ciertas y tan claras, nues- de Camilo 26, y la animadversión contra Ahala 27, y el
tros contradictores alegan, en primer lugar, los muchos odio contra hlasica 28, y el destierro de Lenas m, la con-
trabajos que hay que sufrir para defender la república, dena de Opirr~io la huida de Metelo " o la aciaga caí-
lo que, en verdad, es una carga ligera para un hombre
24 Milcíades. vencedor en M~aratón(490. a. C.) y herido después
activo y prudente, y-que puede despreciarse, no sólo
en asuntos tan importantes, silno incluso en otras afi- en el asedio de Paros, murió de !ms heridas, cuando estaba en prisión
por haber sido ;icusado por los atenienses.
ciones o deberes, incluso gesticmes, que lo son menos. 25 Expulsado, de Atenas el año 471 a.c., Temistocles, despues de
Añaden luego los riesgos para lia vida, y pretenden inti- la victoria sobre los persas en Salamina (480 a. C.), encontró asilo en
midar a personas valientes con un vergonzcso miedo a tierra enemiga, ;acogido por Artajerjes, y murió en Magnesia el año
la muerte, cuando tales personas suelen estimar como 461 a. C.
26 Marco Furio Camilo, después de sus victorias sobre faliscos y
mayor desdicha el consumirse por la vejez natural que fidenates (396 a. C.), obtuvo los Imnores del triunfo, pero fue acusado
el tener ocasión de dar enteramente por la patria aque- luego, el 391 a. C., por mala distribución del botín tomado en la con-
lla vida que, después de todo, debe darse a la natura- quista de Veyes, y huyó a Ardea. de donde volvió a ser llamado el
leza 23. Y se creen copiosamente: elocuentes cuando ale- año siguiente para librar a la IUrbe del asalto de los galos.
2' Cayo Senrilio Ahala cayó en desgracia y hubo de huir de Ro-
gan el tópico de las desgracias de los hombrtes famosos,
ma a causa de hriber dado muerte, como ajefe de caballería. del dicta-
y de las ofensas con que les carga la ingratitud de los dor Cincinato, el 439 a. C., a Espurio Melio (cf. infra, n. 233), en pleno
5 conciudadanos, y ponen entonces los ejemplios también foro, por haberre negado este a comparecer ante Cincinato.
de Grecia: que Milcíades, después de haber vencido y Publio Comelio Escipión Nasica (cónsul el 138) cayó en desgra-
dominado a los persas, sin haber sanado todavía de las cia, y murió en sl exilio. por su responsabilidad en la muerte de Tibe-
n o Graco, el 133 a. C.
23 Pues hemos de morir por necesidad natural, vale mas morir 29 Publio Popilio Lenas fue desterrado en 122 a. C, por su severi-

en servicio de la patria. El ideal de morir por la patria quedará acuña- dad, como oónsul del 132 a. C., en la represión de la revolución gracana.
do por Hoiucio (Odas 111 2, 13) en la forma proverbial dulce et decm M También en venganza par su intervención en la represión con-
m m est pro patria mori (dulce y honrom es morir por la patria). VIR- tra los partidarios de Graco, Lucio Opimio fue desterrado el año 110
GWO (Eneida VI 660) coloca en su paraíso a los que fi~charonpor la a. C., acusado de soborno a favor de Yugurta, en la división de Nurni-
patria: hic m a n w ob patriam pugnando mlnem passi (aquí esta el ejer- dia para la que el habia sido delegado el año 115.
cito de los que sufrieron heridas luchiando por la patria). l Quinto Ctxilio Metelo Nu.midico se retiró a Rodas y Tralles por
LIBRO 1 41

da de Cayo Mario 32..., jefes políticos asesinados y ma- dos, no dudé en hacer frente a la tempestad y diría que
sas de ciudadanos exterminadas poco despiués; y tam- a los mismos rayos para salvar a los ciudadanos y pro-
poco dejan de nombrarme a mí, y lo haceni, creo, con curar común. sosiego a los demás a costa de mis pro-
más fuerte y amistoso lamento porque consideran ha- pios riesgos; porque no nos engendró ni educó la patria 8
ber salvado su vida tranquila gracias a mi arriesgada con la condicrión de que no pudiera esperar de nosotros
decisión ". Pero no sabría decir cómo, cuando cruzan unos, diríamios, alimento!;, y nos procurara ella a nues-
ellos los mares con afán de estudios o de ver mundo... tro ocio un refugio seguro, sirviendo sólo a nuestra co-
4.7 ... cuando, al dejar mi consiilado, pude jurar en la modidad un lugar tranqu.ilo y en paz, sino que se tomó
asamblea que yo había salvado1 ( la república ), y el ella en garantía, para su1 propio interés, gran parte y
pueblo romano lo juró Fambién, compensé sobradarnen- lo mejor de nuestro vabr, ingenio y prudencia, y nos
te la cuita y disgusto de todas las ofensas recibidas; aun- dejó para nuestro particlular provecho tan sólo lo que
que es verdad que los sucesos de mi consulado más tu- le pudiera sobrar a ella M.
vieron para mi de honor que de sufrimient~o,y fueron Ningún c,asohemos dte hacer, ciertamente, de aque- s.9
causa, no tanto de disgusto cuanto de gloria, y sentimos 110s subterfuigios que se alegan como excusa para dis-
mayor alegría por el apoyo de la gente honrada que do- frutar mejor del ocio; cuiando dicen que s610 suelen ac-
lor por la alegría de la mala. Mas, si, como he dicho, ceder a la política personas que no valen para nada,
no hubiera sido así, ¿cómo podría quejarme cuando por con las que es cosa ruin el alternar, y desgraciado y
tan grandes hechos no me sucedió ningún mal impre- arriesgado el enfrentara:, sobre todo ante una muche-
visto ni mayor de lo que yo esperaba? pudiendo yo dis- dumbre ena:rdecida; por lo cual, no sería digno de un
frutar con el ocio más que otras personas a causa del sabio tomar las riendas cuando no es posible frenar los
deleite de los estudios en que había vivido desde niño. arrebatos lo8cosy salvajes de la masa, ni propio de un
y pudiendo sufrir la misma mala suerte que los demás, hombre'librce luchar con adversarios sin escrúpulos ni
y no más, en caso de que ocurriera algo malo para to- humanidad, o exponerse a injurias indignas de un sa-
bio: como si para dedicarse a la política las personas
no jurar acatamiento a la ley agraria de:l demagogo Saturnino, el año honestas, firmes y de gran valor, no hubiera causa más
100 a. C. justa que la de no someterse a los malvados y no sopor-
32 Gayo Mario, el Famoso vencedor de cimbrios y teutones, hubo
de escapar, al dominar Sila en 88 a. C., y llegó a Cartago, de donde
tar que estos arruinen la república, porque, si ellos mis-
pudo volver, al año siguiente, bajo el dominio de C i ~ ay, empezaron mos quisieran poner remedio, tampoco lo podrían
entonces las violencias contra los silanos a las que se refiere CICERON conseguir.
en De Omt. 111 2, 8 con unas palabras 'que quid puedrm servir para En fin, ¿#quiénpodría, aprobar la afirmación de que 6.10
reconstniir la laguna que sigue: acerbissimam C. Mari fugam, non illam el sabio no debe tomar ptartealguna en la política, salvo
post reditum eius caedem omnium crude!lissimm (el amarguísimo exi-
lio de Gayo Mario, no, en cambio, la cruellsima matanim general que que le obligue a ello el ;apremio del momento? ¿Acaso
siguió a su regreso). puede verse alguien apremiado por mayor necesidad que -
Cicerón recuerda, como tantas otras veces, su atctuación en el M Alude Ciicerón a que el acreedor pignoraticio 210debe devol-
consulado del 63 a. C., al reprimir la rev~oluciónde CatiLna, y la subsi- ver al deudor el sobrante del valor de lo dado en garantía, una vez
guiente caída en desgracia política. cobrado su cdidito.
42 SOBRE LA REP~BLICA LIBRO 1 43

la que tuvimos nosotros, en la que nada hubiera podido ción a la política. Pero, si hay quienes se dejan llevar
hacer de no ser yo cónsul en aquel momento? Pero ¿có- por la autoridiad de los filhsofos, que presten atención
mo hubiera podido yo ser cónsul si no hubiera seguido por un momento y escuchein a aquellos filósofos que tie-
desde mi juventud la carrera por la que, aun habiendo nen la máxima autoridad y fama entre las personas más
nacido como simple caballero, llegué a alcanzar la má- doctas, y que yo considero que, por haber tratado y
xima magistratura? En efecto, no se puede tener la p escrito extensamente sobrt: la república, han desempe-
testad de salvar a la república en cualquier niomento ñado ya algunia función en ella, aunque no la hayan go-
o cuando se quiere, aunque se vea aquélla amenazada, bernado personalmente; en efecto, yo veo a los que los
a no ser que se halle uno en posición de poder griegos llarnairon los .Siete Sabios* como expertos,
conseguirlo. casi todos ellos, en toda la materia política, pues no hay
1i Y siempre me ha parecido por demás sorprendente, nada en lo que la capacidad humana se acerque más
en el discurso de tales teóricos, que se nieguen a tomar a lo divino que la constitución de nuevas ciudades y
el timón en mar tranquilo, porque no aprendieron ni la conservacihn de las ya constituidas.
jamás se preocuparon de saber hacerlo, y en cambio En esta ma,teria, como lhemos tenido la suerte de ha- 8,13
reconozcan que lo tomarían en caso de levantarse las ber conseguido algo de farna como políticos y, a la vez,
olas tempestuosas; porque suelen proclamar que nada cierta aptitud para tratar la ciencia de los asuntos civi-
han aprendido jamás, ni enseñado, acerca de la, ciencia les, ( podemcos ) tener autoridad, no sólo por la prác-
de constituir o defender las repúblicas, jactándose mu- tica, sino también por la idedicación al estudio y ense-
cho de ello, y piensan que debe dejarse tal ciencia, no ñanza, siendo así que, de los anteriores, unos fueron
a los hombres cultos y sabios, sino a los prácticos en muy eruditos en sus obras pero carecieron de experien-
la materia. ¿Cómo es posible prometer sus servicios a cia conocida, y otros, dignos de alabanza en sus actos
la república cuando se vean apremiados-por lai necesi- pero incultos como autores. Con todo, no vamos a tra-
dad, si no son capaces de. gobernar la república cuando, tar de una nueva ciencia inventada por nosotros, sino
como sena mucho más hacedero, nada les obligue a ello? que hemos de: recordar lo tratado por los más ilustres
En fin, para que sea verdad lo de que el sabio no suele y sabios de nuestra ciudad en una misma época, que
descender por su propia voluntad a los asumas públi- fue objeto de una exposición que nos hizo Publio Ruti-
cos, sino tan sólo cuando le apremia .la ocasi6n, y en- lio Rufo c~landotu, todavía joven entonces, y yo
tonces no deba rehusar ese servicio, 'me parece que el
sabio no debe en modo alguno descuidar esa ciencia de Los *Siete Sabios de Grecia* (SS.vn-VIa. C.): Tales de Mileto,
los asuntos civiles, por la razón de que debe pre!pararse Solón de Atenas, Bias de Priene, Pítaco de Mitilene, Clebbulo de Lindo,
en todo aquello que no sabe si alguna vez tendrii necesi- Periandro de Caainto, Quilón dle Esparta. Según CIC., De Orat. 111
34, 137, todos tuvieron funcionies de gobierno, excepto Tales.
dad de ejercitar. M Publio Rutilio R u f ~entra1 en nuestro dihlogo como interlocu-
7,n He hablado de esto con cierta extensión porque en tor secundario. ]Era un jurista tlestacado, discípulo de Publio Mucio
esta obra me he planteado y me propongo desarrollar Escévola, pero que también sigui6 el magisterio filodfico de Panecio
el tema de la república, y, para que no resultara inútil, de Rodas. Nacido entre el 156 11 el 154 a. C., figuraba como todavía
joven en el momiento en que se finge nuestro didogo. Llegó a ser cón-
debía antes de nada quitar toda duda sobre la dedica- sul el año 105 a. C. En el 93 6 92 fue injustamente acusado y condena-
44 SOBRE LA REP~BL:ICA

coincidimos varios días en Esminia ", exposiciión de la pión le preguntó: Tuberón, jcómo madrugas tanto? Por-
que no creo omitir nada que interese especia.lmente a que estas ferias eran una, buena ocasión para darte a
lo principal de nuestro tema. la lectura.
9.14 Como Publio Africano, el hijo (de Paulo M, e:n las fe- A lo que respondió TUIBER~N: Tengo todo el tiempo
rias latinas 39 del año que fueron cónsules Tuditano y libre para mis libros: sieimpre están a mi disposición;
Aquilio ", decidió quedarse en su villa de recre:o, y mu- en cambio, cosa grande es encontrarte libre, y más en
chos de sus más íntimos amigos dijeron que iríian a visi- este momento de agitacidh política 42.
tarle por esos mismos días, precisamente el día de las Escmb~.-- ¡Por el cielo!, que me encuentras más ii-
ferias latinas, por la mañana, llegcó a su casa, primero, bre de activi~dadque de preocupaciones.
el hijo de su hermana, Quinto Tuberón ", y al-saludar- TUBERON.-- Pero convilene que te despreocupes, pues
le cortésmente, complaciéndose con su presencia, Esci- somos muchos los que hemos convenido abusar de tu
do. Como exiliado, se hizo ciudadano de Eismirna, donde le visitaron
ocio de hoy, si es que podemos hacerlo a tu gusto.
Cicerón y su hermano, como aquí se recuerda. Vid. infra, n. 55. ( ESCIP.--) Desde lueigo,me gustaría tratar alguna
" El año 78 6 77 a. C., Cicerón y su heimano Quinto, dl que aquel vez un tema de nuestros estudios doctrinales.
se dirige (.tú.), visitaron a Rutilio Rufo ein Esmirna, en un viaje a TUB.- Africano 43, ya que en cierto modo me invi- 10.15
Asia Menor. Quinto era cuatro años mhs joven que nuestro ;autor, tuvo tas y me das esperanzas t k conseguirlo de ti, ¿quieres
una formación muy similar a la suya y le acompañaba en sus viajes.
Fue muerto, como su hermano. el afio 43 a. C. que veamos ahora, antes de que vengan los otros, qué
M Publio Escipión Emiliano Africano Numantino, anfitrión de la es eso del segundo sol de que se ha dado noticia en el
reunión e interlocutor principal del diziloga~,era hijo de bisb &dio Senado? Porque no son ]%as, ni personas desprecia-
Paulo Macedónico (vid. infro, n. 76). pero fue adoptado por el hijo de bles, las que dicen haber visto dos soles, y no es cosa
Escipibn. el vencedor de Aníbal (vid. supra, n. 10). Tuvo fama especial
como destructor de Numancia y Cartago, pero también por,~q%ClJuira.
de desconfiar tanto como de buscar una explicación u.
Murió a los 56 aiios, en abril o mayo del 129 a. C. (poco despuCs del -
ESCIP. iC6mo quisiera tener con nosotros a nues-
momento en que se finge el diálogo), sin que llegara a aclararse la tro querido F1anecioU! Él suele investigar con sumo in-
causa de su muerte, debida quizás ai odia1 del partido grncano (vid.
infra, n. 42).
39 Las denas latinas* eran una soleminidad oficial eii honor de 4 1 Los partidlarios de la refa~rmaagraria gracana encontraron en
Júpiter Lacia1 (como deidad protectorá de la confederacióin de ciuda- Escipión y en Lelio (que aparecerá luego en el diálogo. cf. n. 57) unos
des latinas), que se celebraba en el monte Albano y en Ronia a la vez, fuertes contradictores. Escipión asumió la defensa de los itálicos que
en una fecha variable; en esta ocasión, toclavía en invierno, como se poselan las tierras públicas e iban a ser expropiados contra lo cstable-
dice en 1 12, 18. Durante los tres días quci duraban, había vacaci6n cido en las alianzas federales, y habfa conseguido paralizar la reforma
oficial, y por eso Escipión se había retirado a su finca de los alrededo- (vid. n. 360). Sobre la muerte soslpechosa de Escipión, vid. supra, n. 38.
res de Roma. 43 -Africano. es siempre el mismo Escipión (vid. n. 38) que reci-
El año 129 a. C. - Poco después de este momento de las fe- be aquí a los otros interlocutores.
rias latinas, tendrzi lugar la muerte de Eticipión (vid. sujwa, n. 38). 4 Se trata dle un fenómeno de refracción. ya conocido en la Anti-
41 Quinto Elio Tuber6n e n hijo de una hermannJy"-"$"" fiedad; SÉwa, C~uestionesnutuirales 1 11, 3, lo explica como imagen
infra, n. 94), como hija de Paulo Emilio (cf. n. 76). Aunque fiue tam ien doble del sol qu~ese forma en u n a nube, y Cic.. Dc Diuin. 1 11, 3, lo
jg&ta, se distinguió por su filiación eorit- de estricta olxervancia, interpreta como presagio de males.
y era entendido en ggsmmm&. No tuvo la carrera polftica de su clase. 45 Panecio de Rodas fue el imaestro estoico protegido por los Es-
Interviene aquí como interlocutor h d o . cipiones. Murió en Atenas antes del 111 a. C. Cicer6n lo sigue menos
en su pensamiento político, que en el moral (De Officiis).
LIIBRO 1

terés estos fenómenos celestes, lo mismo que todo lo do los descub.rimientosde Pitágoras, y que estuvo mu-
demás. Pero yo, Tuberón -pues puedo decirte sincera- cho tiempo con Arquitas de Tarento y Timeo de Lo-
mente lo que pienso-, en todas las cosas de e:ste géne- cris 51, y se hizo con los comentarios de Filolao, y que,
ro no sigo demasiado a aquel amigo nuestro cuando afir- como la fama de Pitágoras dominaba en ese momento
ma de tal modo la existencia de lo que apenas se puede y lugar, se entregó a la escuela de Pitágoras y a esos
sospechar por conjetura, como si lo estuviera viendo él estudios. Así, pues, como !s610 Sócrates era su maestro
con los ~ j o so, tocándolo directamente con su mano. Por predilecto y le quería atribuir todo, combinó la ironía
lo que yo suelo considerar, tambikn en esto, más sabio socrática y la sutileza de su, manera de hablar con la
a Sócrates, que dejó de interesarse de todo esal, y decfa obscuridad dt: Pitágoras y aquella profundidad de va-
que lo relativo a la investigación (de la naturaleza o es rias ciencias.
superior al alcance de la razón huimana o en nada afec- (Pmro [Ap. XV'II 21.)
taba a la vida de los hombres &. Habiendo dicho esto Esicipión, vio de repente que ve- 11.17
16 TUB.- NO sé, Africano, cómo se dice que Sócrates nía Lucio Furio 52, le saludó, le cogió muy cordialmen-
despreció toda esta ciencia y tan sólo solía interesarse te de la mano y le hizo s,entar en el divád a su lado,
por la vida y las costumbres, porque, sobre Sócrates, y como llegara a la vez Piublia Rutso 53, que es el tesi
¿qué otro autor podemos nombrar mejor que IPlatón "? tiga de este nuestro discurso, le saludó igualmente y
Y en los libros de éste, en muchos lugares aparece le hizo sentar iunto a Tuiberón 54.
hablando Sócrates de modo que no1 sólo trata de las cos- -
FURIO. ¿De qué tratalbais? ¿Acaso nuestra llegada
tumbres y virtudes, sino que también se interesa por ha interrumpido vuestra conversación?
unir, a la manera de Pitágoras '9, Ila Aritmética,, la Geo- AFRICANO.- De ningún modo, pues también tú sue-
metría y la Harmonía. les investigar con gustó las cosas de este tipo que aca-
ESCIP.- Así es, como dices, pero creo que tú, Tube- baba de plantear Tuberóri, y también nuestro querido ,
rón, habrás oído decir cómo Plathn, después (de haber Rutilio solía, a veces, preguntar cosas de éstas, en mi
muerto Sócrates, se fue primero a. Egipto, con el deseo compañía, bajo las murallas de Numancia 55.
de aprender, luego a Italia y Sicilisi, para estudiiar a fon-
m Arquitas die Tarento habiri vivido en tomo al año 400. Fue un
conspicuo seguidlor del Pitagorismo.
" La filosofia de Socrates (469-399) es conocida por su decidida 5l Fue este otro filósofo de Ila escuela de Pitágoras. Ejerció gran
reducción a los temas humanos. Véanse JENOFONTE, Memor. I[ 1.11 SS., y influjo en Platóni, una de cuyas obras lleva su nombre.
P U T ~ NFedón
. 96a SS. 52 Lucio Furio Filo, que entra como interlocutor secundario, era
47 Platón (429-347 a. C.) recoge, como es sabido, el pensamiento amigo de Escipid~ny de Lelio. Sa~bresaliócomo orador, y tuvo una in-
de su maestro Sócrates, que habla ejercido un magisterio puramente tecención más diiplomhtica, que de derecho, al mantener la invalidez
oral. de los tratados hechos con los inumantinos y entregarles a i h u i n o
TON, República VI1 522 SS.; Leyes V 737 y 747. como culpable de haber hecho por su cuenta una paz ilicita (vid. n. 305).
49 La filosofia de Pitágoras de Samos (s. vr a. C.), que ejerció su Sobre este Rutilio, cf. supra, n. 36.
magisterio principal en Crotona, en la Magna Grecia, se caracteriza Sobre las sucesivas entradas de los interlocutores en escena,
por la reducción de toda la realidad al nQrnem. Su influencia sobre vid. Introduccioii, !j 3: -E1 diálogo y sus prezímbulos~.
Platón aparece rn8s notablemente despuks de la muerte de S&rates, Rutilio (vid. supra, n. 36) estaba como tribuno militar de Esci-
como explica Cicerón a continuación. pión en Numancia, el aíío 134, antes de la destrucción de la ciudad
en 133.
48 SOBRE LA REP~BLICA

FILO56. - ¿Cuál era, pues, el tema? respetaba Lelio a Africano como si fuera un personaje
ESCIP.- De esto que dicen de los dos soles, sobre divino, a causa de su gran fama bélica, a su vez, Esci-
lo que deseo, Filo, escucharte lo que piensas. pión, en la vida cívica, respetaba a Lelio, dándole el pues-
iz,is Acababa de decir esto Escipión, cuando un joven cria- to de un padre, pues era mayor que él. Luego, después
do anunció que venía a verlo Lelio, y que ya había sali- de haber camlbiado unas pxas palabras, parando un par
do de su casa 57. Entonces Escipión, se calz~ó,se puso de veces en su marcha, como la llegada de aquCllos fue
su manto y salió de la habitación, y tras haber andado tan bien recibida por Esciipión y tan grata, convinieron
un poco en dirección al pórtico de la casa, saludó a Le- sentarse en el lugar más abrigado del pequeño jardín,
lio que llegaba y a los que venían con él, Espurio Mum- pues era invierno, y tras decidirlo así, llegó Manio Ma-
mio al que estimaba especialrnente, Cayo F-o? y nilio 62, varón prudente y por todos ellos bien acogido
yernos de Lelio, jóvenes de cultura,
~ u i n t oEscévola @, y apreciado, el cual, después de haberle saludado cor-
y con edad para ser cuestores 61. Después de: haber sa- dialmente Eslcipibn y todos los otros, se sentó al lado
ludado a todos, se dio la vuelta, en el pórtico de la casa, de Lelio.
y puso en medio a Lelio, pues había en su amistad co- FIL. -Me parece que, al venir éstos, no debemos i3,is
mo una recíproca cortesía de que, aunque eri la milicia buscar otro tema de diálogo, sino que debemos esfor-
zarnos por decir algo que sea digno de sus oídos.
Como ~Filomse designa siempre a Funo Filo (vid. supm, n. 52).
-
LELIO. ¿Qué tratabais, pues, o qué conversación
Cayo Lelio Sabio, nacido hacia el 190 a. C. de familia plebeya, hemos venido a interrumpir?
m-tuvo desde su infancia una gran amistad con Escipiim. lo que m e FIL. -Me había preguntado Escipión qué pensaba
t h ó el titulo de la obra de Cicerón sobre la amistad. Tuvo una qarrera yo acerca de lo que todo el mundo dice de haberse visto
militar y política menos brillante que Escipión, pero un may-ti- dos soles.
gio intelectukl, como se refleja en esta (escena de su recepción entre
los dialogantes. -
LEL. ¿De veras, Filo? ¿Acaso sabemos ya todo lo
Este Mummio es hermano del m8s conocido Lucio Mummio que atañe a nuestras casas y a la república, que quere-
Acaico, el vencedor de Corinto (el aiio 146 a. C.), al que: acompahba mos indagar lo que pasa en el cielo?
como lugarteniente: acompañó luego a Escipión en algunas embajadas FIL. - ¿Crees acaso que no atañe a nuestras casas
diplomziticas. Figuraba también entre los secuaces de Panecio.
59 Cayo Fannio, que combatió en Espaila contra Viriato el aiio 141
el saber qué ocurre y paisa en la casa? Porque no es
a. C. y fue cónsul el año 122 a. C., estaba casado con la hija m s610 casa la que encierran nuestras paredes, sino este
de Lelio. Es problemhtica su identificaci~bncon otro Cayo Fannio, ana- mundo todo él, domicilio y patria que los dioses nos
lista, del que también habla C i c W (Brut. 99 SS.)Aunque aparece aquí dieron en camún con ellos. Siendo así que, si ignora-
entre los interlocutores, parece estar ausente cuando se trata de la mos esto, es mucho y muy importante lo que vamos a
Justicia, en la segunda jornada del diáilogo (cf. CIC., L.elio 25).
Quinto Mucio Escévola. .el Auguir*, estaba casaido con-
ignorar, y mt: gusta -¡vive Dios!- como también a ti,
mayor de Lelio. Fue cónsul el año 117 a. C. Aunque fonmado t a Lelio, como gusta a toda persona ansiosa de saber, el
eg el estoicismo de Panecio, se dedicó principalmente al es- conocer esas cosas y meditar sobre ellas.
derecho. Pertenecía a una familia de i l u s m s t a s í y i d . n. 64).
6' La edad minima para ser cuestoir era la de 27 años, y los dos
yernos de Lelio debían de tener entonces (el 129 a. C.): alrededor de Manio Monilio. cónsul el 149, era jurista de mkrito. Entra en
los 40, Fannio, y de los 30, Escévola. el diálogo como figura secundaria (vid. n. 205).
LUBRO 1 51

20 LEL.- NO me opongo, y menos estando de vacacio- sualmente en casa de Ma:rco Marcelo 66, que había si-
nes como estamos. ¿Venimos a tiempo para oír algo, do colega suyo. en el consuilado, mandó sacar un plane-
o hemos llegado tarde? tario 67,que ell abuelo de Marco Marcelo a, al caer Si-
FIL. - Nada hemos hablado todavía acerca del asun- racusa, se había llevado d'e aquella riquísima y bellísi-
to, y, estando por empezar, con gusto te daría la pala- ma ciudad, como único botín que se trajo a casa, a pe-
bra para que tú, Lelio, disertes sobre el tema. sar de la importancia del saqueo. De este planetario ha-
LEL. - Por el contrario, somos nosotros los que te bía oído yo hablar muchas veces, a causa de la fama
vamos a escuchar, a no ser que Manilio esté pensando de Arquímedes 69,pero no quedé demasiado admirado
en arreglar el asunto de los dos soles con un ]interdicto, de su forma, pues hay otro planetario más hermoso y
de modo que sigan poseyendo el cielo como cada uno popular, hecho por el mismo Arquímedes, y que el cita-
de ellos lo poseía 63. do Marcelo había puesto dentro dei templo de la diosa
MANILIO. - Lelio jcontinúas burlándote de aquella Fortaleza 'O. En verdad, después de que Galo empezó a 22
ciencia en la que tú mismo sobresales, y sin la que, ade- explicar científicamente ese aparato, pensé que aquel
más, nadie puede saber qué es lo propio y quiJ lo ajeno? siciliano tuvo más inteligeincia de la que puede alcanzar
Pero de esto discutiremos en otro momental; escuche- la naturaleza humana. Plorque decía Galo 71 que era
mos ahora a Filo, que parece haber sido consultado acer- muy antigua ]la invención de aquella otra esfera sólida
ca de cosas más elevadas que las que nos consultan a /
y entera que había torneaido Tales de Mileto primera-
Publio Mucio M a mí. mente, y que luego Eudoxo de Cnido 72,discípulo, se-
14.21 FIL.- Nada nuevo voy a deciros, nada que yo haya
Este Marco Marcelo, colega de Sulpicio en el consulado, vol-
pensado o descubierto, pues recuerdo que Cayo Sulpi- vió a ser elegido diez d o s después y alcanzó cierta reputación por
cio Galo 6S, hombre doctísimo, según bien sabéis, al de- su guerra contra los lusitanos. Era nieto de Marco Claudio Marcelo,
cir alguien que había visto eso, como se hallase él ca- el conquistador de Siracusa (vid. infra. n. 68).
67 Cicerón utiliza aquí la palabra sphaera, tomada del griego, aun-
que, en De Nat. deor. 1147, habia empezado a traducirla por globrcs (véa-
63 Cicerón alude al interdicto que daba el pretor pa.ra que el po-
se A. Ameare GoiuzA~ez,en Duritis 3 [1975], 159-161).
seedor de una finca pudiera seguir en ella (interdicrum muti posside- 68 Marco Claudio Marcelo (viid. supra, n. 9) conquistó Siracusa, el
tis.). Pero no resulta ajustado a la controversia entre los dos soles,
afío 212 a. C., tras un asedio de tios años. Arquímedes (nacido el 287).
si, como parece indicar Cicerón, se tratai de un reparto entre los dos
el famoso matemático, que había contribuido con su ciencia e ingenio
y no de rechazar al intruso. Naturalmente, Cicerón no pone, a conti-
a tan larga resi~~tencia, fue mut:rto por los soldados romanos.
nuacibn, en boca del jurista Manilio es1.a observación del desajuste.
69 Vid. n. ant.
1;?¡133-2&., jurista ins@e, 70 Marcelo, tras la conquista de Siracusa, quiso erigir un templo
h i n t o Rucio ~ ~ á ~ Z n s u i
]primo de Quinto Mucio Escé- a Honor y Fortaleza (Honos y Virtus). pero el primero tenia ya un tem-
aue inttkviene en el &=(vid. &- plo erigido en 233 a. C., por Quinto Fabio Máximo, y entonces dedicó
pra, n. 60). Cicerón presume de conocer bien el derecho, como un ju- el templo, en un llugar vecino. a r Fortaleza. separadamente, y lo ador-
rista más, pero no deja de burlarse de bos verdaderos jiuristas (sobre nó con objetos del botín ganado en Siracusa.
7' Vid. supra, n. 65.
todo en el Pro Murena), y sus conocimiento's jurídicos son bastante super-
72 Famoso astrónomo y gdmetra de la segunda mitad del siglo
ficiales.
65 Cayo Sulpicio Galo, cónsul el año 166 a. C., hombre culto, que N a. C.. al que S:atribuye la primera descripción del movimiento de

había escrito un libro sobre los eclipses solares. los planetas.


52 SOBRE LA REP~BILICA

gún él decia, de Platón, le habiia puesto astros y es- to, quedó turblado nuestro ejército por un terror supers-
trellas 73 fijos en la órbita celestial, cuyo aderezo de fi- ticioso, al ver que, en una noche serena, de repente, se
guras hecho por Eudoxo, muchos años después, tomó produjo un eclipse en una luna llena y luminosa. Enton-
Arato para celebrar con unos versos, no tanto por tener ces él, que había sido nuestro legado, casi un año antes
ciencia astronómica cuanto por cierta vena poética de ser nombrado cónsul 77, no dudó, al día siguiente,
Pero este otro tipo de planetario, en el que se movían en explicar a todo el camlpamento que no había prodi-
el sol y la luna, y también aquellas cinco estrellas que gio alguno, y que lo ocurrido había de repetirse siem-
se llaman *errantes» y en cierto modo vagabundas, no pre en períod'os determinados, cada vez que el sol que-
podía acomodarse a aquel tipo de esfera sólida, y por dara colocado de forma que no pudiera llegar su luz
eso es admirable el invento de Arquímedes ;15, pues se a la luna.
las ingenió para reducir a una sala rotación varios cur- TUB.-¿De veras? ¿Pudo enseñar él estas cosas a
sos que eran desiguales por sus propias trayectorias. unos hombres tan nísticois, y se atrevía a hablar de es-
Al mover Galo este planetario, se veía cómo la luna gi- tas cosas ante ignorantes,?
raba en aquella esfera metálica tantas veces alrededor ESCIP.- Sí, ciertamente, y con gran...
del sol cuantos eran los días naturales, de modo que (ESCIP.-.) ...y no era pedantería insolente, ni ma- 24
en la esfera se proyectaba el eclipse de luz solar y la nera de hab1a.r impropia de un personaje como él, pues
luna entraba en la iona tapada por la tierra, porque consiguió una gran cosa ail quitar de aquellos hombres
el sol, desde la región (de la luna quedaba intercepta- aterrados un infundado temor supersticioso.
do por la tierra ...) -
ESCIP. AJgo por el estilo se dice que explicó tam- 16.25
bién a sus ~o~nciudadanos el gran Pericles 78. personali-
dad sin par e:n su ciudad, tanto por su autoridad, como
por su elocuencia y su prudencia, cuando en aquella
:15,23 ( ESCIP.- ) ... ( Galo ) era ( amigo) , porque gran guerra que tuvieroai tan enconadamente los ate-
también yo le estimaba y sabía (que mi padre Paulo le nienses y lacedemonios entre sí, se hicieron las tinie-
tenía por amigo muy querido. Recuerdo que, siendo yo blas de repente, por haberse oscurecido el sol, y un gran
todavía muy joven, cuando mi padre estaba en Macedo- pavor había embargado los ánimos de los atenienses;
nia como cónsul 76 y nos hallábalmos en el campamen- Pericles se lo había oído explicar a Anaxágoras 79, cu-
73 El palimpsesto da una lectura corrompida: astellisq., que los
victoria fue deciisiva para el domiinio 'de Roma en Grecia, y la apertura
editores corrigen en astris quae, pero es mejor leer astris stellisque, a la cultura helenistica; el historiador Polibio fue hecho prisionero
como hace ESTH~R BR@GUET (ed. eBel1es-Lettres-, y Rev. Bt. Lat. [1975], y llevado a Roma (vid. infra, n. 101). Nuestro Escipión tenia entonces
22). unos 17 años.
74 Arato de Soli, en Cilicia, floreció hacia el 270 a,. C. Autor de
n El 166 a. C. (vid supra, n. 65).
un poema astronómico, Los Fendmenos, que Cicerón tradujo en su 78 Pericles dominó la vida política de Atenas desde el año 469 a.
Aratea. C., y todavía durante el comienzo de la guerra del Peloponeso (431-404)
75 Véase n. 68. a que se refiere Cicerón, pues él murió en la peste del 429.
76 Lucio Emilio Paulo, padre de nuestro Escipión tvid. supra, n. 79 AnaxAgor:as de Clazomense (Jonia) nació hacia el año 500 a. C.
38), vencedor, en Pidna, del rey Perseo de Macedonia (168 a. C.). Esta Tuvo estrecha amistad con Periicles, al que tuvo por discípulo y fue
LIBRO 1 55
yas lecciones había seguido él: que debía ocurrir eso permanente quien sepa lo que es eterno, o como glorio-
por determinado tiempo, y necesariamente, cuando la so quien vea qud pequeña es ya la tierra entera, y más
luna entera se hallase en el extremo opuesto del disco aquella parte de la mismsi que habitan los hombres, y
solar, de modo que, aunque no en todo interlunio, siem- que nosotros, instalados en una mínima parte de ella,
pre tenía que ocurrir en ese monnento; y así, habiéndo- desconocidos para una infinidad de pueblos, tengamos
les explicado y aclarado esto, liberó al puebla1 de su pa- esperanza de que nuestra fama vuele y se extienda hasta
vor, porque entonces resultaba nuevo y desconocido ese muy lejos? ¡Qué afortunado debemos considerar a quien 27
cálculo del eclipse del sol por interposición de la luna, no suele considerar y desear como bienes las finkas, ca-
que dicen haber descubierto Tales de Mileto. Esto no sas, rebaños, - cantidades de plata y de oro, por-
escapó tampoco a la atención de nuestro Ennio ", que que estima que es poco el *fruto. de tales cosas, exiguo
escribió cómo unos trescientos cincuenta años después SU *USO# e inseguro su dominio^, y, que con frecuen-
de la fundación de Roma ael cinco de junio, la luna cia la aposesiiónm sin límites es propia de los hombres
se enfrentó al sol, y se hizo noche,. Y el hábil cálculo más indignos! O'. S610 él podría reivindicar como pro-
de esta ciencia llega al extremo de que, a partir de ese pias todas la!j cosas, y no por el derecho de propiedad
día que vemos consignado en Ennio y en los Anales má- quiritaria M, sino por el derecho de los sabios; no por
ximos, se pudieron fijar los anteriores eclipses de sol, un vinculo civil, sino por Ila ley común de la naturaleza,
hasta el eclipse famoso del siete de julio bajo el reinado según la cuil se prohíbe que nada pertenezca a quien
de R6muloa2,tinieblas en las que se dice que, aunque no sepa usar y servirse de las cosas; que no juzgue que
Rómulo fue arrebatado de la vidai por la naturaleza, fue el gobierno supremo y 10s consulados que se pueden
sin embargo llevado al cielo por su valor. alcanzar son cosa de obligacibn y no de ambición, con
117.26 TUB.- ¿NOves tú, Africano, cómo lo que hace poco las que uno dlebe cargar en función de servicio y no por
te parecía de otra manera ...? el afán de teiner premios o fama; en fin, que, como es-
cribe Catón a!' que solía decir mi abuelo u, pudiera p r o
clamar de sí mismo que nunca hacía más que cuando
nada hacia, y nunca se hallaba menos solo que cuando
( ESCIP.- ) ... lo que otros vean. En verdad, ¿qué estaba solo. Porque iquiién puede pensar en serio que 28
puede considerar como importante en las cosas huma-
nas quien haya investigado los reinos divinas, o como m Cicerón distingue fructw; uus. dominatus, possesio, en alusión
a la expresión 1t:gal por la que se enunciaba el contenido de la propie-
por el defendido en un proceso criminal. Murió retirado en Lampsaco dad: uti, frui, habere. possidere.
el año 428. M Quirites es el nombre sabino tradicional de los ciudadanos de
ENNIO. Anales fr. 163 (ed. VAHLEN). Roma, y ius Quiritium es su derecho, el derecho acivils, que aquí se
8' El dato parece sólo aproximado, pues del 404 a. C. no hay no- contrapone al de los sabios. Vidl. infra, n. 192, sobre Ouirinus, apelati-
ticia de eclipse; si hubo uno el 21 de junio del 400, pero cabe pensar vo del rey Rórriulo deificado.
en un error de número que permita conjeturar en otros eclipses poste- 85 Vid. supra, n. 13.
riores. alos Anales máximos* de los que se habla a contiriuacióii quizá & Lucio Cornelio Escipión,,cónsul el 259 a. C., y censor el 258,

sean los de los pontífices. expulsó a los cartagineses de Cárcega y Cerdefia. Es el padre de Publio
82 Del 716 a. C. (vid. supra, n. 110) y abuelo de nuestro Escipión.
56 SOBRE LA REP~BLICA LIBRO 1 57

Dionisio 87 hizo más cuando arrebató la libertad a los indicios de ciencia. Por lo cual, siempre me gustó la
ciudadanos apoderándose de todo el gobierno,,que cuan- ciencia, y los hombres cultos y estos estudios a los que
do Arquímedes, su conciudadano, sin aparente activi- tú, Tuberón, eres aficionado.
dad alguna, fabricó esta esfera de la que se hablaba ha- LEL. - No me atrevo, en verdad, a objetar nada a es- 18.30
ce un momento? ¿Quién dejará de pensar que los que to que dices, Escipión; nii a ti, ni a Filo, ni a Manilio...
en medio de la muchedumbre del foro no tienen el gus-
to de encontrar con quien hablair están más solos que
los que hablan con ellos mismos; sin nadie que los juz-
gue, y se deleitan con lo que discurrieron y e:scribieron ( LEL. -) ... ese amigo nuestro era de su parentela
los autores más sabios, como si estuvieran reunidos con paterna, y digno de ser imitado por él,
ellos? ¿A quién considerará más rico que al {quede na-
Hombre tfe egregio talento, el sagaz Elio Sexto*,
da carece de cuanto de verdad pi'de la naturaleza, o más
poderoso que al que consigue todo lo que de:sea, o más
pues fue 'ude egregio talentos y asagazs, como ya lo di-
dichoso que al que tiene su ánimo libre de cualquier
ce Ennio, y no porque buscase lo que nunca podía en-
intranquilidad, o de suerte más segura que al que posee
lo que, como suele decirse, podría salvar de iun naufra- contrar, sino porque daba respuestas que resolvían las
dificultades y negocios ¿le los que le consultaban, y que
gio "? ¿Qué gobierno supremo, qué magistriatura, qué
siempre tenia en su boca, contra la afición especulativa
reinado puede ser más excelente que el de quien, des-
de Galo, lo que dice el Aquiles de la Zfigenia 91:
preciando todo lo humano y considerándolo iindigno de
la filosofía, no medita más que lo sempiterno y divino. ¿Para qué observar los signos celestes de los astrólogos:
y esta convencido de que aunque los otros hombres pue- Cuándo Arieis y Escorpión u otro nombre animal aparece,
den llamarse tales, sólo lo son realmente los educados si no mira 10 que tiene a los pies, al escudrifiar las zonas
29 en las humanidades? Y así, me parece muy acertado [celestes?
aquello que dijo Platón, o quien fuera 89, de ,aquel que,
al ser arrojado por una tempestaid en el mar, a la costa Y también decía -pues y o le escuchaba siempre con
desierta de unas tierras desconocidas. y temer sus com- gusto- que: el famoso Zeto de Pacuvio era demasiado
pañeros por el desconocimiento del lugar, dicen que vio enemigo de la ciencia 92 y mejor le parecía el Neoptó-
dibujadas en la arena unas figuras geométricas, y, al
90 Este ve.rso se recoge como fr. 331 (ed. de VAHLEN) de los Ana-
mirarlas, exhortó a aquéllos para que tuviesen confian-
les de ENNIO.!;esto Elio Peto, re1 Sagaz., fue cónsul el 198 a. C. Es-
za, puesto que había vestigios huimanos, lo que no dedu- cribió una obra titulada Tripcrtita por reunir los preceptos de la ley
jo del cultivo del campo que él podía ver, sino de los de las Doce Tablas (s. v a. C.), una interpretación de las mismas y
un formulario de las acciones procesales.
87 Dionisio el Viejo, tirano de Siracusa del 405 al 366 a. C. 9' Ennio escribió una tragedia, imitación de la Ifigenia de Eurí-
Este dicho se atribuye a Aristipai de Cirene, discípulo de S&- pides, a la que pertenecen estos versos (RIBBECK. Tragicorum Roma-
crates. aunque hedonista. Vivió algunos aiíos en la corte de Dionisio, norum fragmt!nra,w. 199 SS.).
tirano de Siracusa. 92 El autor de tragedias P'acuvio(220-130,aprox.) fue continuador
89 El dicho se atribuía también a Aristipo (vid. n. ant.). de Ennio. En su tragedia Anifiopa, aparece este Zeto como defensor
58 SOBRE LA REP~BLIICA LIBRO 1 59
lemo de Ennio, que decía .querer filosofar, pero mode- so y Apio Claudio 96, dominan, aun después de muertos
radamente, pues no le gustaba hacerlo sin miedidam 93. aquéllos, una parte del senado, que se enfrenta contra
Porque, si tanto os deleitan los es tudios de los, griegos, vosotros, bajo la autoridad de Metelo y Publio Mucio m;
hay también otros estudios más Iliberales y generales, y cuando los aliados y los pueblos del Lacio están su-
que podemos aprovechar para la práctica de La vida y blevados, se han violado los tratados, unos triunviros
para el mismo gobierno público. Estas otras ciencias, revolucionarios están cambiándolo todo cada día y las
en cambio, si para algo sirven, es para despertar un po- personas honradas y de posición han perdido la seguri-
co y estimular el ingenio de los j~óvenes,para que les dad, no dejan que éste, el iúnico que podría hacerlo, pon-
resulte más fácil el aprender cosas de mayor impor- ga orden a todos estos prdigrosos desórdenes ga. Por lo
tancia. cual, si, jóveines como sois, me queréis hacer caso, no
isl.31 TUB.- No disiento de ti, Lelio, pero pregunto qué os preocupéiis de ese otrc~sol, tanto si no existe, como
entiendes por cosas de mayor importancia. si es como se le ha visto, con tal de que no nos moleste;
32 LEL. - ¡Vive dios que sí te lo tiiré! Y quizái me des- o no podemo!~,de estas cosas, saber nada. o, si sabemos
precies, ya que has preguntado a Eiscipión acerca de esas mucho, no podemos hacemos mejores ni más dichosos
cosas celestes, y yo pienso que deben estudiarse prefe- con ese conocimiento; en cambio, el tener un solo sena-
rentemente las que tenemos a la vista. Porque, jcómo do y un solo pueblo, es cosa posible, y sabemos que
el nieto de Lucio Paulo, del que Escipión es tiio mater- iría muy mal que no fuera así, y antes bien sabemos
now, nacido en una familia tan noble y en esta tan y vemos que podemos vivir mejor y más felices si esto
ilustre república, me pregunta c6mo se han visto dos se consigue.
soles y no me pregunta por qué no hay en una misma MUCIO.- ¿Qué crees tú, Lelio, que debemos apren- 2 0 ~ 3
república dos senados o incluso dos pueblos? Como sa- der para conseguir eso que pretendes?
béis, la muerte de Tiberio Graco %, y ya antes de su LELc Las disciplinas que nos hacen útiles a la ciu-
muerte la conducta de su tribunado, dejó dividido un dad: ése creo que es el mayor servicio de la sabiduría,
pueblo único en dos partes; luego, los detractores y ene- y la máxima prueba y máximo deber de la virtud. Por
migos de Escipión, ya desde los tiempos de Publio Cra- eso, a fin dt: que estas iferias sirvan sobre todo para
-
dialogar con el mayor provecho de la república, pida-
de la vida activa, contra la especulativa, de manera excesivamente ra- u p s a Escipión que nos explique cuál cree él que es
dical, según decía Sexto Elio.
93 Este Neoptólemo debía de ser un personaje de una tragedia de -

Ennio titulada Andrdmm Rmaac~.Trag. Rom. frag., v. 3.W; vid., so- 96 Defensories de la causa de Graco. Publio Licinio Craso Mucia-

bre el tópico, Introducción, § 5: *Método y fuentes*. no, cónsul el 131 a. C., y hombi-i que destacó por su elocuencia. Apio
La hermana de nuestro Escipión, Emilia. era madre de Tube- Claudio Pulcro era suegro de Tiberio Graco, cónsul el 143 a. C.
rón (vid. supra, n. 41). m Publio Mucio Eschola (n. 64) era hermano de P. Licinio Cra-
95 Tiberio Sempronio Graco, tnbuno dle la plebe el 133 a. C., en- so, y partidario con él de la causa gracana. con Quinto Cecilio Metelo
contró la hostilidad de los Escipiones en su intento de reforma agraria Macedónico, cónsul el 143 a. C.
(vid. supm, n. 38). También Cicerón lo recuerda siempre con cierta Contra la causa gracanii se asociaba la clase conservadora y
hostilidad. De hecho, la revolución gracana seiiala el comienzo de la los latinos aliadlos a Roma, a los que tambikn perjudicaba la reforma
& la República. Vid. infra, n. 148.
a r i s i s -- agraria. en contra de lo convenido en los tratados de alianza. Vid. su-
pra, n. 42.
--
l a ~ ~ ~ ; p r i s t i t u c i ~ ~a&c di ewJ y luego ya bas y explicabas muchos argumentos para decir q u e k
preguntaremos otras cosas, con cuyo conocimiento es- mejor forma- 4
-.- -.&-lq.dudad_m la que nos
pero que podremos llegar a ese mismo tema por ( otra hahieri transmitido nue_'-mteaad~s. Como tú eres
nueva ) 99 vía, y podremos explicanlos los acontecimien- el mejor para este tema, nos darás gusto a
tos que actualmente nos interesan. todos -para hablar también en nombre de estos otros-,
2 1 , ~ Una vez que ,Filo, Manilio y Murnmio se hubieron de- si nos ex&asJa+e pie:nsas sobre..la república.
clarado de pleno acuerdo... No hay, ciertamente, otro tipo de reflexión 22.35
en que me suela encontrar más viva y diligentemen-
te interesado (que en ésta que tú, Lelio, me propones.
... no hay modelo al que prefiramos ajustar la re- En efecto, así como un trabajador de cualquier oficio,
pública... (DIOMEDESp. IX 2). si es que sobresale en él, aidvierto que sólo piensa, me-
( LEL. -) ... no sólo quise hacerlo por la r a z h de ser dita y procura, cómo mejorar en él, así yo, a quien mis
muy justo que hablara sobre la re:pública ante: todo el padres y ante:pasados no ine dejaron más trabajo que
que es la personalidad más destacada de ella, sino tam- gobernar y administrar lar república, ipo iría,a reco-
bién porque yo recuerdo que tú trataste muchas veces nocerme más inexperto que cualquier otro trabajador,
con Panecio lW,en presencia de Polibio 'O', amlms grie- si no hubiera trabajado en un oficio tan importante
gos muy expertos en los asuntos de la ciudad, jr aporta- como ellos en otros más modestos? Pero no me satis- 36
facen los escritos que sobre esta cuestión nos dejaron
autores griegos muy importantes y sabios, ni me atrevo
99 Sugerimos suplir ( n o u a ) uia. Cicerón va a seguir una doble
a enmendarles con lo que a mí me parece; por esto, os
vía: la especulativa, al modo griego, sobre la, mejor forma dt: gobierno,
y la positiva fundada en la experiencia histórica de Roma. Al mismo pido que me escuchéis como a quien no es del todo ig-
tiempo, cambiamos la puntuación corriente (... deinde alia quaeremus. norante de las doctrinas griegas, ni las prefiere, sobre
quibus cognit h...)para poner estas aotras cosas. que se van a conside- todo en esta materia, a las nuestras, sino como a un
rar como el antecedente del quibus cognitis (= c o n cuyo amocimien- ciudadano romano educadlo con cierto nivel de cultura
to.). En 11 11, 22, Cicerón habla precisamente de esta notia ratio de
la experiencia romana, que es precisamentle lo que 61 aporta de más
gracias a la diligencia de su padre, y movido desde su
original a la teoría constitucional griega. CIF. infra, nn. 195 y 275; vid. juventud por e1 afán de aprender, pero mucho más alec-
Introducción, f 5: aM6todo y fuentes.. cionado por la práctica y lo aprendido en casa que por
Vid. supra, n. 45. los libros.
101 Polibio de Megalópolis (Arcadia) hablía nacido hacia el año 204
FIL. - No cabe duda alguna, jpor el cielo!, de que na- 2 3 , ~
a. C. El aiio 168 fue llevado a Roma como prisionero de guerra (vid.
suprz n. 76) y consiguió la protección de nuestro Escipión. Volvió a
die en ingenio te aventaja., Escipión, y que superas fá-
Grecia en 151, y murió en 122. Su obra histórica empieza con los he- cilmente a todos por la experiencia en los graves asun-
chos del 220 a. C. y termina el 146, año de la destrucción de Corinto; tos de la repiíblica, y sabemos a qué estudios te dedi-
los dos primeros libros constituyen una intiducción sobre la historia caste siempre, por lo que, si, como dices, te aplicaste
mas antigua de Roma, desde el 390 a. C. De los 40 libros qut: compren- también a esta teoría y en cierto modo ciencia, debo
día su historia, 5610 se conservan íntegros los cinco primeros. Esta
obra, y concretamente la teoría de Polibio sobre las formas de gobier- estar agradecido a Lelio, pues espero que lo que tu di-
no, son una fuente principal de nuestro dliáiogo. Vid. Introducción,
9 5: aM6todo y fuentes*.
62 SOBRE LA REPUBLICA LIBIRO I 63

gas será más provechoso que toda1 lo que nos escribie- to de hombres reunido de cualquier manera, sino el con-
ron los griegos. junto de una rnultitud asociada por un mismo derecho,
ESCIP. - Excesivo es lo que esperas de mi discurso, que sirve a tados por iguial 'O2. La causa originaria de
pues ya es muy grave la carga del que se propone ha- esa conjunción no es tanta, la indigencia humana cuan-
blar de asuntos tan importantes. to cierta coma)tendencia asociativa natural de los hom-
FIL.-Por importante que sea, la superarás como bres, pues el género humano no es de individuos solita-
siempre, y no hay miedo de que te falte elocuencia para rios, sino que fue engendriado de suerte que, en el con-
hablar sobre la república. curso de todas las cosas lo', no...
24.38 ESCIP. - Haré lo que queréis lo mejor que ,pueda, y
entraré en el discurso con aquella regla que debe tener-
se en cualquier disertación, si se quiere evitar errores,
y que es la de explicar qué significa el nombre, una vez [Ap. XV 361; hcrficra~[ibid. XIII 81.)
(NONIO 40
que se acepta el nombre de lo que se va a tratar, pues ... eran corno simples comienzos, y no consta ense- 2 6 ~ 1
sólo cuando se está de acuerdo en esto se puedle entrar fianza alguna de otras cap,acidades humanas ni de vida
en el razonamiento; en efecto, nunca podrá entenderse pública. Estos grupos, pues, establecidos por la causa
aquello de lo que se va a hablar si no se entiende antes de que acabo de hablar, decidieron asentarse primera-
lo que es. Y puesto que vamos a tratar sobre la repali- mente en un lugar determinado con el fin de tener sus
ca, veamos ante todo- eso de lo que tiratamos. viviendas, y alllí, una vez que lo defendieron con los ac-
Después de aprobar esto Lelio, siguió diciendo el cidentes naturales y la obra de sus propias manos, de-
AFRICANO: No voy a disertar de cosa tan clara y conoci- nominaron poblado o ciudad a tal reunión de techos,
da remontándome a aquellos principios de los que los dejando espacio para templos y otros lugares de uso
sabios hacen uso en estas ocasiones, empezandlo por la común. Así, pues, todo pueblo, que es tal conjunción de
primera unión del varón y la hemblra, luego por la filia- multitud, como he dicho, toda ciudad, que es el estable-
ción y el parentesco, para definir rleiteradamenite lo que cimiento de un pueblo, && repú-!&a, que, como he
es cada cosa y las distintas acepciones. Como hablo a dicho, es lo que pertenece: al pueblo, debe regirse, pa-
pérsonas prudentes y versadas en una república princi- ra poder perclurar. por un gobierno. Éste debe servir 42
pal, de mucha fama tanto en la guerra como ein la paz, siempre y ante todQ a aquella causa que lo es también
'
no quiero que el objeto mismo sobire el que habllo resul- de la formación d e la ciudad; luego, puede atribuirse
te más claro que mi propio discui-so; porque no es mi este gobierno a una sola persona o a unas pocas escogi-
propósito el analizar todo como uin maestro, ni tampo-
co prometo que en este discurso no quede punto alguno 'O2 Sobre esta definición de la república, vid. Introducción. 5 4:
sin tratar. .El tema: la res publican. Aquí empieza propiamente el discurso de
LEL. - E x t& de discurso que prometes es el que teoría política.
'03 Cjcerón se aparta aquí de la doctrina contractualística epicú-
yo espero.
z s , ~ AFRIC. - Así, pues, la cosa pública (repúblilca) es lo
rea, y sigue la aristotélica, de la sociabilidad natural del hombre, pero
continúa viendo la unión en formia de res publica como un acto racio-
queprtenece al pyeblo; pero puehbgp es toda conjun- nal y voluntario, no meramente instintivo.
I .
LIBRO 1 65
das o puede dejarse a la muchedumbre de todos.'O' muy justo y sabio, sin embarga, la gestión del pueblo
Así, cuando tiene uno solo el gobierno de todas las co- -que es, com~ohe dicho antes, la república- no parece
sas, llamamos rey a esa persona iúnica y reino a la for- haber sido la más deseable, pues se regía a la señal .
ma de tal república; cuando lo tienen unos pocos selec- y medida de uno solo IM; si los de Marsella, nuestros
tos, se dice que tal ciudad se ri,ge por el arbitriode clientes la, se rigen muy justamente por ciudadanos
los-nobles; y, por último, es ciudad popular -así la principales y selectos, sin (embargo,presenta el pueblo,
llaman- aquella en la que todo 10 puede el pueblo. Cual- en tal condicihn, un aspecto de servidumbre; y aunque
quiera de estas tres formas, si sirve para mantener aquel los atenienses, en algún tiempo, desaparecido el Areó-
vínculo que empezó a unir en s~ociedadpública a los pago lW, nada decidían sin el sufragio y decretos del
hombres, no es perfecta ciertarnen,te,ni ninguna de ellas, pueblo, no mantenía aquella ciudad el debido decoro,
en mi opinión, es l a n e j o r , pero sí es tolerable, y cada pues no tenían discriminados los grados de la dignidad.
una puede tener ventajas sobre las otras los. 1En efecto, Y me refiero a estas tres formas de gobierno sin mez- ~ , 4 4
un rey justo y sabio, o los principiales ciudadanos selec- clas ni combinaciones, conservadas en su pureza; cada
tos, incluso el mismo pueblo, aunque esto sea. lo menos una de ellas tiene los defectos que he dicho, pero tienen
deseable, puede ofrecer cierta estabilidad, sie:mpre que además otros perjudiciales defectos, pues no hay ningu-
no se interfieran injusticias y codicias. na de ellas que no tienda a una mala forma próxima
por una pendiente resbaladiza "O. Así, a Ciro, por nom-
brar uno especialmente, aquel rey tolerable, y aun, si
27.43 Sin embargo, en los reinos, quedan los otros ciuda- queréis, digno de ser ama.do, puede suceder: con cam-
danos demasiado apartados de toda actividad en el de- bio desenfrenado de conducta, un crudelísimo Fala-
recho y gobierno; en el dominado de los mejores, la ris 111, a cuya semejanza fácilmente degenera, por cami-
muchedumbre difícilmente puede participar de la liber-
107 El palimpciesto da unius nutu ac modo, que suele considerarse
tad, pues carece de toda potestad para el gobierno de
corrupción (también Ziegler).
la comunidad; y cuando todo lo gobierna el pueblo, aun- los De un patronato de los Ericipiones sobre Marsella no hay cons-
que sea éste justo y moderado, la misma ikwaldad es tancia, y quizá deba entenderse ese término en un sentido mas vago.
injusta, pues no distingue grados de dignidad. Así, pues, referido a Roma en general. (viid. infra, n. 182).
aunque el famoso Círo, rey de Persia Im, fue un rey El Areópago era el consejo aristocr8tic0, integrado por los an-
tiguos magistrados, que asesoraba al gobierno de los nueve arcontes.
lM Aparese ya el tópico de las tres_- de gobierno: monar- Ya Clístenes (s. vi a. C.) había reformado la prepotencia de este conse-
quía, aristocracia y democracia. jo, pero fue Pericles, en 462-461, quien democratizó la constitución
'O5 Cicerón distingue entre formas tolerables, que son las que sir- de Atenas quitando poderes al Areópago.
ven al bien común & la ciudad y no al interbs particular idel gobernan- I1O Cicerón sigue aquí la doctrina aristotélica, también seguida por
te, de la forma que pudiera considerarse como perfecta. La definición Polibio, que distingue las formas puras de las degeneradas, y conside-
de res publica que ha dado, m& arriba, en 1 25,39, corresponde, pues, ra un cierto fatallismo en la corrupción de aquéllas, sólo evitable por
a la forma tolerable y no a la perfecta. Vid. Introducc:ión, 9 4: .El una forma mixta.
- tema: la res publicam. lI1 Falaris, tiirano de Agrigeinto de la primera mitad del s. VI, es
'O6 un prototipo del mal rey. El palimpsesto de la frase ad inmutandi ani-
Ciro el Viejo, hijo de Cambises, y rey de Persiri. vivió hacia
599-530 a. C. Es el príncipe ideal de la Ciropcdia de Jienofonte. mi licentiam, que no encaja sint6cticamente. Nuestra traducción co-
no inclinado, el dominado de una, solo. Al gobierno pú- ESCIP.- ... cada república es según la naturaleza o la 31.47
blico de unos pocos principales marselleses se parece voluntad del que la gobierina; así, no encuentra acogida
la unión facciosa de los famosos Treinta, que existió en la libertad en ninguna otra forma de ciudad que no sea
otro tiempo en Atenas lI2. Y la potestad popular abso- aquella en la que la potestad suprema es del pueblo,
luta de los atenienses, estos mismos, sin tener que bus- y, ciertamente, ninguna miás agradable que ella puede
car,otros, ( puede verse ) como degenerada en locura haber, pues, si no es justa, tampoco hay libertad. Pero
y libertinaje pestífero ... jcómo puede ser justo, no digo ya el reino, donde la
servidumbre no es oscura ni dudosa, sino en estas re-
públicas en que todos son libres sólo de palabra? En
m45 ( ESCIP. - ) ...el más detestable, y de esta forma de ellas los ciudadanos votan, nombran a los magistrados
gobierno de los nobles, o de aquella otra facciosa y tirá- con mando supremo, participan en las elecciones y en
nica, surge la regia, o incluso muchas veces la popular. la votación de: las leyes 113, p r o dan lo que ha de dar-
Asimismo, de ella suele surgir otra forma de gobierno se aunque no quieran, y d h a quien se lo pide lo que
de las que he dicho, y es admirable el recorrido como ellos mismos no tienen; porque están apartados del man-
circular de los sucesivos cambios en las repúlolicas, cu- do, del gobienno público, dlel juício y de poder ser elegi-
yo conocimiento corresponde al hombre sabio; pero el dos jueces, pues esto depeinde del abolengo y la fortuna
prever las degeneraciones, coma) timonel que modera de las familias. En un pueblo libre como Rodas y Ate-
el curso de la república y la conserva con su potestad, nas, no hay ciudadano que... lI4.
corresponde a un gran hombre, casi divino. Así, pues,
creo que debe considerarse como mejor esta cuarta for-
ma de gobierno, que se modera por la combinación de
aquellas otras -tres que antes mencioné. ...consta que esta ( discriminación ) nació al haber 32.48
!10,46 -
LEL. Ya sé que ésta es la que te gusta a ti, Africa- surgido en el pueblo alguna o algunas personas más ri-
no, pues muchas veces te lo he oído decir; sin embargo, cas y acaudaladas, al ceder los perezosos y débiles ante
si no resulta inoportuno, yo quisiera saber cuál de es- el desdén y solberbiade aqiuéllos, y quedar vencidos por
tas tres formas de gobierno consideras la mejor, pues la arrogancia (delos ricos. Pero cuando los pueblos con-
sea que sirva para conocer, ( slea) ... servan su derecho, niegan que pueda haber algo mejor,
más liberal y más feliz, ya que son entonces señores
11' Los ciudadanos participan en las asambleas de los comicios
rresponde a un conjeturado inmutato animo ad licentiam, que se apro- para elegir magistrados y aprobair leyes. Ambiuntur se refiere a la cap-
xima a la conjetura inmutando animo atf licentiam de Jl. T. Hoo-, tación de votos para una elecciión, y rogantur, al acto de solicitar
en iutomus 32 (1973), 387, con referencia de otras conjeturas para sa- la aprobación de una ley.
nar este pasaje. Il4 Cicerbn dlebia de contraponer aquí la democracia griega, en
El aiio 404 a C., tras la derrota infligida a Atenas, Esparta la que todos los ciudadanos poidían acceder a las magistraturas, al
impuso allí el gobierno despótico de los u'rreinta* iiamados uTiranoss, régimen aristocr;btico romano, caracterizado por la reserva de aqué-
hasta que, en el 403, Trasíbulo restaur6 la democracia. llas a determinajda clase social.
68 SOBRE LA REPUBLICA

de las leyes, de los juicios, de la guerra y (de la paz, pública. Pues ¿qué es una ciudad sino una sociedad en
de los tratados con otros pueblos, de la vida de todo el derecho de los ciudadanos?
ciudadano, y del dinero. Sólo ésta creen ellos que se
puede llamar propiamente república. precisamente por-
- 1
que ., eblg. Así, pues, la repúbli-
ca suele salir de una vindicación de la libertad contra ...las otras repúblicas creen ellos que ni siquiera de- 33.50
el dominado de los reyes o de los senadores, en tanto ben ser denominadas como ellas mismas pretenden. 1Có-
los pueblos libres no suelen reclamar un ga~biemode mo voy a llamar *rey,, con el nombre del óptimo Júpi-
reyes ni la prepotencia de los nobles. Niegan también ter, a un hombre ambicioso de dominio y de poder per-
49 ellos que deba repudiarse toda esta forma de gobierno sonal, que se impone oprimiendo al pueblo, y no mejor
por el defecto de un pueblo rebelde: cuando el pueblo .tirano*? Tanta probabilildad hay de que un tirano sea
está en paz y lo refiere todo a su seguridad y libertad, clemente como de que un verdadero rey sea cruel, pues
nada hay más permanente que esa forma de gobierno, lo que los pueblos distinguen es entre estar sometidos
nada más firme; y puede darse fácilmente esa paz en a un señor liberal o a uno irritable, ya que no es posible
tal república si todos tienen las ~nismasmiras, pues las que no estén sometidos a alguien. Pero ¿de qué manera
discordias nacen de la contraposición de intereses, ya la famosa Eslparta, en su época considerada de esplen-
que no todo el mundo tiene los mismos intereses; mas dor político, podía conseguir que la gobernasen unos
cuando los nobles se apoderan del gobierno, nunca ha reyes justos s i debía ser su rey cualquiera que hubiera
perdurado la estabilidad de la ciudad, y aun menos en nacido de estirpe regia?, ¿(quiéntolerará a unos que asu-
los reinos, pues, como dice Enmio: mieron el noinbre de nobles no por concesión popular
sino por arrogación en suis propias asambleas? 'lb, icó-
no puede darse en el reino una sociedad mo debe juzg,arse la nobl~ezadel que dice serlo? -Por
y una lealtad inviolable l15. su educación, por su cieincia y estudios-. ( Bien, ya
lo sé, pero cuando ) .'l
Porque, dicen ellos, como la ley es el vínculo de la so-
ciedad civil, y el derecho es la igualdad de l i ~
ley, ¿qué
derecho puede mantener a la sociedad de los ciudada-
nos cuando son éstos desiguales,? Porque, si no convie-
ne igualar las fortunas, si tampoco pueden ser iguales Il6 La arrogación era la forma de someter a la potestad de una

las inteligencias de todos, sí qule deben ser iguales los persona a otra independiente (sui iuris) con toda su descendencia. Se
celebraba este acto, en un principio. en la asamblea de las treinta cu-
derechos de los que son ciudadanos de una misma re- rias de Roma presidida por el pontífice máximo. El pueblo tenía una
función de simple testigo, y a esta falta de poder decisorio alude aquí
N . Off. 1, 26, vuelve a citar este verso de una trage-
C I C ~ ODe Cicerón, al contraponer tales asiambleas al sufragio de los verdaderos
dia (~Tiestes?)de ENNIO (fr. 381 de VAHLEN). En su intención origina. comicios.
ria, se refería a que no podia haber lealtad entre dos reyes (Rbmulo Il7 Este complemento procede de una cita de NONIO MARCELO,
y Tito Tacio); Cicerón le da un nuevo sentido critico de la monarquía. 239, 9.
70 SOBRE LA REPUBLICA LCBRO 1 71

i ~ 1 ... Si se hace a la suerte, naufragará con la mis- ran como el rnás noble y llegaran a consentir en ello,
ma rapidez que una nave en la que el timonel es elegido nadie buscaría ya otros jefes. Fue así la dificultad de
a suerte entre los pasajeros. Y si un pueblo libre elige tomar decisiones la que trasladó el gobierno, de un rey
a sus gobernantes, y elige, si es que quiere estair seguro, a varias personas, y la ignorancia y temeridad de los
al que es más noble, entonces la seguridad de las ciuda- pueblos la que lo trasladó, de la muchedumbre, a unas
des depende del gobierno de los nobles, teniendo en pocas personas; de este modo, entre la insuficiencia de
cuenta sobre todo que, por naturaleza, no sólo los supe- uno y la temeridad de muchos, los más nobles vinieron
riores por su valor y espíritu se imponen a los más dé- a ocupar un lugar intermedio, y eso es lo mejor. Defen-
biles, sino que también éstos están dispuestos a obede- diendo ellos Ila república, necesariamente los pueblos
cer a los que son superiores. Pero dicen que la mejor vivirán muy felices, libres de toda cuita y preocupación,
estabilidad pública se corrompe por el capricho de los confiando su ocio a los que deben defenderlos sin dar
hombres; que, por equivocarse acerca de la virtud motivo a que (elpueblo piense que sus intereses son des-
-pues, como ésta es de pocos, pocos son tarnbién los cuidados por sus jefes. Ciertamente, la igualdad del de- 53
capaces de apreciarla y distinguirla-, se creen que los recho, a la qu~easpiran los pueblos sin moderación, tam-
hombres opulentos y acaudalados o los de abolengo son poco se puede mantener, porque los mismos pueblos,
los más nobles. A consecuencia de este error del vulgo, aunque carezcan de vínculos y de todo freno, no pue-
una vez que las riquezas de unos pocos, y no sus virtu- den menos de atribuir cargos de gobierno a ciertas per-
des se hacen con el gobierno, tales personajes retienen sonas, y no deja de haber en ellos una distinción de per-
pertinazmente el nombre de nobles, sin merec:drlo real- sonas y dignidades; y l a que se llama igualdad es muy
mente; porque la riqueza, el apellido, los caudales ca- injusta, porque cuando es una misma la dignidad de los
rentes de prudencia y de medida para saber vivir y go- superiores y la de los inferiores que componen el pue-
bernar a los demás, son causa de (oprobioy de insolente blo, necesariamente esa igualdad resulta muy injusta;
soberbia, y no hay más degenerada forma de gobierno lo que no puede suceder en las ciudades que se gobier-
que aquella en la que se considera1 más nobles a los más nan por los más nobles. Esto y otras cosas parecidas
52 opulentos. En cambio, ¿qué puede haber mejor cuando es, Lelio, lo que suelen decir los que ponderan esta for-
la virtud gobierna la república? (Cuando el que manda ma de gobierno.
a los demás no es esclavo de su ambición, cuando él LEL. - Y tú, Ekipión,, de estas tres formas de go- 35.54
mismo vive todo aquello que predica y exige a los ciu- bierno jcuál es, en especial, la que consideras mejor?
dadanos, sin imponer al pueblo unas leyes a las que él ( WIP. -- ) Con razón preguntas cuál de las tres en
no obedece, sino ofreciendo a sus ciudadanos su propia especial, porque no apruebo ninguna de ellas por sepa-
conducta como ley. Si pudiera gobernar un isolo hom- rado, y doy preferencia a. aquella otra en la que se re-
bre, no habria necesidad de más; si todos le considera- funden todas Il9. Pero si hay que elegir una de ellas en

" V n la parte perdida .que precede, Escipión debía de pasar a 1l9 La constituci6n mixta, q p gín el modelo romano, se basa
exponer las razones de-los que defendian, no ya la democracia, como en un equilibrio de poder, libertaa anstocrhtica y defensa de los inte-
en la parte anterior, sino la aristocracia. Vid. infra, f 53. eraes comunes. (Vid. Introducción, 5 4: *El tema: la res publica.).
72 SOBRE LA REPUBLICA LIBRO 1 73
su forma simple, pfeferiría el reino... se menciona a Homero, gobierna el Olim,po entero con su gesto l2I, y
este propósito; se presenta el nonibre de rey como pa- que se le debe tener a la vez por rey y padre de todos,
ternal, porque gobierna a sus ciudadanos y los conser- pues hay autoridades sum,as y muchos testigos, por de-
va como a hijos, con más cuidaldo... por el gobierno cir muchos en vez de todos, de que los pueblos han acep
55 de una sola persona más noble y superior. Pero he aquí tado unánimeimente la voluntad de sus jefes, de que na-
los nobles que declar- poder conseguir esto miismo más da hay mejor que un rey, ]pues creen que todos los dio-
fácilmente, y que el gobierno de v,arias personas es me- ses son gobernados por el poder de uno de ellos. Pero
jor que el de una sola, y con la misma justicia y lealtad. si decimos que esto se debe a error de los ignorantes
En fin, tenéis al pueblo que clama. a voces que no quie- y son como fiibulas, escuc:hemos a los maestros comu-
re obedecer a una sola persona ni a unas pocas, alegan- nes, diríamos, de los hombres cultos, que vieron como
do que incluso para los animales nada hay más agrada- con sus propiios ojos lo que nosotros conocemos apenas
ble que la libertad, y que carecen de ella todos los que de oídas.
sirven a un rey o a unos nobles. Así, los reyesi~ossedu- LEL. - ¿Quiénes son ésos?
cen por su amor, los nobles por su prudencia, los pue- ESCIP. - Los que pensaron por 'la investigación de
blos por su libertad, de modo que es difícil comparar la naturaleza {detodas las cosas, que todo el mundo (es
entre ellos para elegir con cuál te quedas. dirigido ) por una inteligencia...
LEL. -Así lo creo, &ro no podemos pasar a lo que
sigue si dejas inconclusa esta cuestión.
361.56 -
( ESCIP. ) Imitemos, pues, a Arato, que cree debe
empezarse por Júpiter cuando se va a tratar de cosas (LACTANCIO [ibid. XV 111.)
[Ap. XIII 91, NONIO 57
importantes IM. ( ESCIP. --) ...si quieres tú, Lelio, te citaré testi- 37.58
( LEL. -) ¿Por qué Júpiter? 2 En qué se parece es- gos y no demasiado antiguos ni en modo alguno bár-
te discurso al poema de Arato? baros Iz2.
( ESCIP. -) Es sólo por empezar convenicentemen- ( LEL. -) Así lo dese:o.
te el discurso invocando a aquel que todos los hombres, ( ESCIP.-. ) ¿No ves, pues, que esta ciudad lleva m_e
sabios o no, consienten en tener por Único rey de todos nos_decuatrocientos años sin reyes?
los dioses y hombres. LEL. -) Algo menos, ciertamente .'21
( LEL. - ) ¿Qué quieres decir?
-
( ESCIP. ) ¿En qué vas a pensar sino en lo que es- 12' HOMERO, Ilíada 1 530. El poder absoluto no gobierna con pala-
tá a la vista? Si es verdad que los jefes de las repúbli-
bras, sino con gestos (nutu)
cas han establecido por convenienc:ia de la vida la creen- 122 Probablemente, en la parte anterior que se ha perdido, debía
cia de que hay en el cielo un solo rey que, como dice de objetar Lelio que los ejemplos aducidos por Escipión eran de tiem-
pos rniticos o de pueblos bárbaros, como los persas (vid, infra, en este
mismo 5 al finail).
En Los Fenómenos, AMTO empezaba diciendo ac~~mencemos 12' Desde el momento en que, según la tradición, había d e s a ~
por Júpiter*, como ya había hecho el filósofo estoico C m m DE Asos cid0 la monarquía en Roma (509 a. C.), no se habían cum- en el
en su Himno a Zeus, y se repetir&en ot:ros autores. 129 más que trescientos ochenta y un años (vid. infra, n. 126).
( ESCIP.-) ¿Y qué? jacaso este período de cuatro- LEL.- Te veo, Escipión,,bien pertrechado de testima- 3 8 , ~ s
cientos años es muy largo para la Urbe, o para una ciu- nios, pero para mí, como para un buen juez, valen más
dad cualquiera? las razones que los testigos lZ8.
( LEL.-) No, pues apenas ha llegado a la mayoría ESCIP.- Puedes valerte, Lelio, de la razón de tu pro-
de edad. pia experiencia.
(ESCIP.-) Pues bien, hace cuatrocientos años ha- LEL.- ¿Cuiál?
bía un rey en Roma. (ESCIP.-) ¿Alguna vez te has irritado acaso con-
( LEL.-) Sí, y ciertamente soberbio Iz4. tra alguien?
( ESCIP.-) ¿Y antes? ( LEL.-) i Yo? ¡Más de lo que quisiera!
(LEL.-) Uno muy justo, y luego, retrocedien- ( ESCIP.-) Entonces: cuando te irritas ¿permites
do, tenemos a Rómulo, que fue rey hace seiscientos a la ira que domine tu ánimo?
años Iz6. ( LEL.- ) No, jvive ditos!, sino que imito al famoso
(ESCIP.- ) Por lo tanto, ¿ni :siquiera éste es muy Arquitas de T,arento, quien, al llegar una vez a su finca
antiguo? y encontrarse con todo al revés de como él lo había dis-
( LEL.- ) No, casi de los tiernpos de la senectud puesto, dijo a11mayoral: .Feliz de ti, que, si no fuera
de Grecia. porque estoy irritado, ya te habría matado a palos..
( ESCIP.- ) Admitámoslo, pero ¿fue Rómulo rey de ESCIP.- Muy bien. Así, pues, Arquitas considera- 60
un pueblo bárbaro? ba con razón que la ira erai una alteración del alma con-
( Lu.-) Si, como dicen los griegos, todos los hom- traria a la razón, y por ello quería apaciguada con su
bres son griegos o bárbaros, me teimo que fuera un rey prudencia; lo mismo pued(esdecir de la avaricia, la am-
de bárbaros; mas si lo de bárbaro debe decirse por la bición de manido o la de gloria, las concupiscencias des-
manera de vivir, y no por el idioma, no creo que los honestas. y vcrrás que, si las almas de los hombres se
griegos sean menos bárbaros que los romanos. s-bsnrInrtpiin gobierno debe ser de
ESCIP.- Pero para nuestro pro'pósito no se trata de iInn.~o,_eg_chic de la ]prudencia -pues es la parte
pueblos, sino de la manera de pensar. De que unos hom- principal del alma-, y, gobernando la prudencia, no ten-
bres, no sólo prudentes, y no muy antiguos, quisieran dsialiigar la concupiscencia deshonesta, ni la ira, ni la
tener reyes, tengo testigos ni demasiado antiguos, ni in- temeridad.
humanos y salvajes Iz7. ( LEL.-) Así es, en efecto.
'24 Tarquinio re1 Soberbio.. último rey de Roma. A su fama se
(ESCIP.-.) ¿Admites, pues, que así se gobierna el
debe la intolerancia de la monarquía que sentía el pueblo romano; alma?
así lo dice el mismo autor, infra, 40, 62, y 11 27. 49 y 30, 52. ( LEL.-) Nada más razonable.
2 5 Servio Tulio, del que se hara el elatgio despues (11 21, 37 SS).
126 Rómulo, primer rey de Roma, del que se trata mas adelante 128 El juez rcxnano, en la &oca de Cicerón, no estaba vinculado
(11 2 , 4 SS.).Aquí el chlculo de años es por defecto, pues habían transcu- por las pruebas judiciales, que tampoco podía procurarse él contra
rrido (en el 129) seiscientos veinticinco añios desde la fundación de la voluntad de los litigantes. La ,argumentaciónde los abogados podía
la Urbe (vid. supra, n. 123). influir en el juez mucho mhs que la evidencia testimonial.
"7 Vid. supra, n. 122. 129 Vid. supra, n. 50.
LIBRO 1

(Esco~.- ) En consecuencia, jno aprobarías que, ( ESCIP.- ) Entonces jacaso manda en toda la ca-
expulsada la prudencia, las concupiscencias, que son in- sa alguien mis que tú?
numerables, las iras lo dominaran todo? ( LEL.-) No.
( LEL.- ) Nada me parecería más digno d~econmi- (ESCIP. -:) ¿Por qué, .pues, no admites que ese mis-.
seración que un alma así, que un hombre animado de mo &minadnCJP-+-
r w i l i f i i t es el meior?
este modo.
ESCIP.- Entonces, ¿te gusta que todas las partes del (LEL.-) Casi me veio obligado a darte la razón.
alma estén gobernadas por un rey y se rijan polr la pru- ESCIP.- Y más me la darás tú, Lelio, si -0mitien- 40.62
dencia? do la companción con el único timonel, el único médi-
(LEL.-) Sí. co, a los que conviene confiar la nave o el enfermo me-
(ESCIP.-) Así, pues, jpor qucé dudas acerca de lo jor que a muchos, siempre que sean competentes en sus
que debes pensar sobre la república? En ella, si el no- respectivos oficios 13*- paso a argumentos de mayor
bierno se deia a-ygv@s_zxs~~ yg.pi1ede-gntenderse importancia.
q a o h g h r á w d e r = g e & ~ . n s , ps+a- ( LEL.-) ¿Cuáles?
mente, no_puedehaber poder sim1 es línico IM. -
( ESCIP. ) ¿No ves tu acaso que, por la crueldad
39,61 -
LEL. ¿Qué diferencia, pregunto yo, puede haber y soberbia de: un solo Tairquinio, el nombre de rey se
ha hecho odiloso para nuestro pueblo? 13'.
entre una sola y varias personas si éstas soni justas?
ESCIP.-Como entiendo que a ti, Lelio, no te mue- ( LEL.- ) Así lo veo. en efecto.
ven mucho mis testimonios, no dejaré de utilizarte a ( ESCIP.-) Luego, tú ves también -de lo que pien-
ti como testigo, para probar lo que digo. so hablar más en la continuación de mi discurso- có-
(LEL.-) ¿A mí?, ¿cómo? mo, al ser expulsado Tarquinio, se exaltó el pueblo con
-
( ESCIP. ) Pues que advertí hace poco, cuiando es- increíble abuso de la libertad; hombres inocentes fue-
ron entonces tksterrados y las haciendas de muchos fue-
tábamos en tu finca de Formia '", cómo tú ordenabas
a la servidumbre para que obedeciera a lo que imandara ron robadas; :los cónsules se hicieron anuales, los haces
uno. se humillarori ante el pueblo '"; empezaron las apela-
-
( LEL. ) ¡Claro, al mayoral! ciones contra todo y las secesiones de la plebe '%; en
-
( ESCIP. ) Entonces en tu casa jno gobiernan va- '3Z Estas analogías constituíatn un antiguo tópico en la defensa del
rias pers&as tus negocios? régimen monárquico o monocriitico.
( LEL.- ) No. Una sola. '33 Vid. supla, n. 124.
1" Según la tradici6n. con r:l cónsul Publio Valerio Poblicola los
'm Esta miixima -impenum nullum rtisi unum- capta la esen- haces (fasces), sirnbolo del i m p e h m , que llevaban los lictores, debían
cial indivisibilidad del poder; de manera an,hlogaa la palabra evangéli- abatirse en pressncia del pueblo, al que se reconoció entonces la ama-
ca (SANMATEO, 12, 25, cf. SANMARCOS. 3. 24): atodo reino en sí dividi- jestad. (vid. 11 31, 55).
do sera desolado.. Sobre la máxima ciceroniiana, vid. K. BII~HNER, .Im- '35 La apelación ante el pueblo contra las decisiones ejecutivas de
perium nullum nisi unum., en Colloque de Dijon: L'idéo10,gie de IFm- los magistrados -la llamada prouocatio- fue una de las instituciones
@tialisme romain, Dijon, 1972, piigs. 134-145. principales en defensa de la libertad republicana (vid. infra, n. 241).
3 Lugar de la costa de Campania, en el que la aristocracia ro- Con estas secesiones, desde comienzo del s. v a. C., la clase
mana solía tener sus villas de verano. plebeya coaccioriaba a los patricios, de modo similar a lo que sucede
LIBRO 1 79
fin, se hicieron las cosas para que todo estuviera en po- ESCIP. - Sabiamente, pues. aquéllos de la antigüe-
der del pueblo. dad...
LEL. - Es cierto lo que dices.
3 ESCIP.-Ocurre empero, en la paz y el ocio como
en una nave, y muchas veces también como en una en-
fermedad leve, que sueles descuidsirte cuando inada te- ...Cuando el pueblo se ve privado de un rey justo, 4 1 , ~
mes. Pero como el que navega, al empezar de repente la nostalgia embarga largamente los corazones, como
una tormenta en el mar, y aquel enfermo, cuando se dice Ennio, después de m~orirun rey óptimo 'j9:
agrava su enfermedad, imploran el remedio de ima sola
persona, así también nuestro pueblo, en tiempos de paz a la vez que entre ellos lo evocan así: ajoh. Rómulo,
doméstica, se impone incluso a sus mismos rriagistra- [divino Rómulo!
dos: amenaza, recurre y apela; pero, en la guerra, obe- ;qué gran defensor de la patria los dioses te hicieron!
dece como si fuera a un rey, pues la seguridad puede joh padre, oh ,genitor, o sangre oriunda de los dioses!,
más que el capricho. Y en las guerras más graves, qui-
sieron nuestros antepasados que t~odonuestro imperio Y no llaman aimos ni señores a los que justamente obe-
estuviese en manos. de magistrados únicos, sini colega, decieron, ni siquiera reyes, sino defensores de la patria,
cuyo nombre demuestra ya el poder que tenían, pues padres y dioses, y no sin razón, pues ¿qué más dicen?:
se le llama dictador porque es impuesto, aunque en nues- Tú nos llevaste a riberas de luz.
tros archivos 13' ves tú, Lelio, que se le llamaba maes-
tre del pueblo '%. Estimaban que debían su vida, su honor y su decoro
LEL. - Así, es. a la justicia del rey. Hubiera perdurado esa misma vo-
luntad en su posteridad, si hubiese, permanecido igual
en el mundo moderno con las huelgas de obreros para conwguir ven- la conducta de: los reyes, pero ya ves cómo por la injus-
tajas frente a los empresarios (vid. infra, 11. 250). Una vez superada
ticia de uno de ellos se arruinó totalmente esa forma
la discriminación de los plebeyos. sus jefes --los tribunos de la plebe-
se convirtieron en magistrados ordinarios de la república, y fueron de gobierno Iu'.
frecuentemente instrurnentalizados por los diversos grupos oligbrqui- -
LEL. Así es, en efecto, y desearía conocer estos
cos en pugna. cambios, no s61o de nuestra república, sino de otra cual-
13' Se refiere a los archivos del colegio augural. al que pertene- quiera.
cía tanto Escipión como Lelio (vid. 11 31, 54). ESCIP.- Cijertamente, después de haber dicho lo que 42,6s
'" Magister populi es el título que ostentan los magistrados con
pienso sobre aquella forma de gobierno que considero
poderes absolutos que se registran en la historia romana de los siglos
v y IV a. C. El dictator es un magistrado de: emergencia y por tiempo
l W Versos de los Anales de ENNIO (ed. VAHLEN. 1 110-114). a los
limitado. La etimología que aquí presenta Cicerón -dicttztor... quia
dicitur- sorprende, pues dictator tiene sentido activo y no pasivo; sin que los editores incorporan ya las palabras ala nostalgia embarga lar-
embargo, la da tambien VARRON. De ling. Lat. 5, 82 y 6, 611, según el gamente los corazones*, que quizá sólo sean de Cicerón. Diu (larga-
cual, el dictum al que se obedece es el del ctinsul que nombra al dicta- mente) es una corrección de durtz (los duros corazones) que da el pa-
toc cui dicto audientes omnes essent. PUISCIANO (Gramm. Lot. 11432,25), limpsesto y conserva Ziegler.
en cambio, deriva dictator de dictare. '40 Vid. supru, n. 124.
LIBRO I 81
la mejor 141, me parece que debo ahora tratar imás de- blo insiste, acusa, discute y les llama déspotas, reyes,
tenidamente de los cambios en las formas de gobierno, tiranos.* Creo que conoces el pasaje.
aunque no sea fácil que sucedan en aquella relpública. ( LEL. -) hile es muy conocido. 43,66
De la forma de gobierno de reyes sí que es natural y ESCIP. - Y continúa diciendo Platón: uy a los .que 67
muy cierto el siguiente cambio: cuando el rey empieza obedecen a sus jefes les aciusa el pueblo y les insulta
a ser injusto, pronto perece aquella forma, y el rey se como esclavos voluntarios, en tanto alaba a los que, sien-
convierte en tirano, forma pésima próxima a la mejor; do magistrados, quieren parecer como si fueran parti-
entonces, si los nobles suprimen al rey, lo que ordina- culares, y a los particulares que pugnan para que no
riamente ocurre, la república pasa a la segunda de las haya diferencia entre un particular y un magistrado, y
tres formas de gobierno: la que má:j se acerca all gobier- les colman de honores, de modo que resulta necesario
no de reyes, o sea, el gobierno paternal de unos jefes en tal república que todo sea enteramente libre, y que
que dirigen bien a su pueblo. Si es el pueblo, en cam- no sólo toda casa privada qiiede libre de todo dominio,
bio, el que por sí mismo mata o expulsa a uni tirano, sino también que este mal alcance a los animales; en
entonces el pueblo se comporta coin mayor moderación fin, que el padre tema a su hijo, y el hijo abandone a
mientras se da cuenta y valora su hazaña, y s~ealegra su padre; que no haya pudor alguno para que sean del
de ella, deseando conservar la república por él consti- todo libres, no haya difereincia entre un ciudadano y
tuida; pero cuando el pueblo mata a un rey justo o le un extranjero, el maestro tema a sus discípulos y sea
despoja de su reino, o también, como ocurre imás fre- complaciente con ellos, los v discípulos se burlen de sus
cuentemente, le toma gusto a la sangre de las nobles maestros, los jhvenes asuman las funciones de los vie-
y somete la república entera a su propio capricho, en- jos, y los viejos desciendan ai las diversiones de los jóve-
tonces, pienso que no hay mar ni fuego que sea más nes, para no hacerse odiosos y pesados frente a ellos.
difícil de aplacar que la muchedumlbre desenfrenada por De lo que se sigue que también los esclavos se conduz-
su insolencia. Sucede entonces lo que dice Plattjn admi- can como libreis, las mujeres tengan los mismos dere-
rablemente, si es que puedo decirlo en latín, cosa difícil chos que los hoimbres, y, en tan amplia libertad, incluso
de conseguir, pero que intentaré 142: uCuando, siecas por los perros y los caballos, hasta los asnos corran tan de-
la sed de la libertad las fauces insaciables del pueblo, senfrenados que haya que apartarse de su camino. Así,
ha bebido éste por la maldad de sus servidores una li- pues -dice Platón-, de este libertinaje sin límites re-
bertad no templada por la medida, sino excesivamente sulta al fin que los ciudadanos acaban por hacerse de
pura, entonces, si los magistrados y jefes no son muy mentalidad tan desdeñosa :y enervada que, en cuanto
complacientes y les procuran una amplia libertad, el pue- se produce el mínimo acto de gobierno se irritan y
143 La frase si minima uis adiiibeatur imperii muestra cómo, en
141 Tratándose de formas puras, la regia es la mejor fc~rmade go- el texto de Platón (República 56349 que Cicerón tenia a la vista, se
bierno, pero, dada su proclividad a la tiranlia, resulta preferible l a h r - leía: kan hotioun douleias prosphdnetai. El tís que aparece ahora debió
ma mixta. de ser interpolado por un lector qiue no entendió el sentido imperso-
le2 Sigue una traducción muy libre de I;a República de E'LATÓN, VI11 nal, y con ello creó dificultad para la voz media. Vid. E. BERTI.en
562d ss. Riv. di Filol. e di Isttuz classica 101 (1973), 301 s.
LIBRO 1 83
no lo toleran; por lo que también empiezan a despre- que les elevaron al poder. Cuando las personas de bien
ciar las leyes, para que nadie les mande., los superan, como ocurre frecuentemente, vuelve a res-
414.68 LEL. - Has traducido muy bien lo que dice Platón. tablecerse la ciudad; pero, si lo hacen hombres auda-
( ESCIP. - ) Ahora para volveir a la fuente de mi dis- ces, entonces surge una fracción, otra forma de tiranía,
curso, dice él Iu que de este libertinaje, que ellos con- en que degenera también algunas veces la mejor forma
sideran como la única libertad posible, surge: como de de gobierno dle los nobles, cuando algún vicio los desvía
la misma raíz, y diríamos que nace, el tirano. Porque, del recto camino, De esto modo vienen como a quitarse
del mismo modo que del poder excesivo de los gober- entre sí la pelota de la rep~ública,los tiranos a los reyes,
nantes nace su ruina, así también la misma libertad so- y a aquéllos los jefes o los pueblos, y a éstos las faccio-
mete a servidumbre a tal pueblo excesivamente libre. nes o los tiranos, y nunca dura mucho el mismo tipo
Así, todos los excesos, cuando resultan más propicios, de república,,
así en el clima como en la fertilidad de los csunpos, co- -ato así.3~ ~~ la mejor forma de go- 45.69
mo en la salud corporal, se mudan en sus contrarios, bierno de aquellas tres primeras a mi juicio, la de los
y esto sucede sobre todo en las repúblicas, de suerte reyes, pero mejor que éstia será aquella forma combina-
que aquella excesiva libertad, 10 mismo para los pue- da y modera.da que se compone de los tres primeros
blos que para los particulares, se muda en excesiva ser- tipos de repiiblica la. En efecto, conviene que haya en
vidumbre. Por lo tanto; de esta excesiva libertad se en- la república algo superior y regio, algo impartido y atri-
gendra el tirano y una servidumb~remuy injusta y dura. buido a la autoridad de los jefes, y otras cosas reserva-
Un pueblo así sublevado, o mejor, salvaje, elige general- das al arbitrio y voluntad (dela muchedumbre. Esta cons-
mente a un caudillo contra aquellos jefes no respetados titución tiene:, en primer lugar, cierta igualda4 de la que
y desplazados; un caudillo audaz, deshonesto, que per- no pueden carecer los hohmbres libres por mucho tiem-
sigue con saña a personas beneniéritas de la república, po; luego estabilidad, puesto que una forma pura fácil-
y premia al pueblo con bienes propios y ajenos; un cau- mente degen~eraen el defiecto opuesto, de modo que del
dillo al que, a causa del miedo que siente de convertirse rey salga un déspota, de 10s nobles, una facción, del pue-
en simple particular, se confiere todo el poder, y un blo, una turba y la revolución, puesto que aquellas far-.
poder que se hace permanente, amparándose incluso con mas generalmente se rqUldan en -o lo que n !
la fuerza militar, como hizo Pisístrato en Atenas las; y sucedeen esta otra constitución mixta y moderada de
caudillos que se convierten en tiranos de los mismos república, si no es por graves defectos de los gobernan-
tes, pues no hay motivo para el cambio cuando cada
Sigue el pensamiento de F'LA~N,República VI11 !563e, pero no uno se halla seguro en su puesto, y no hay lugar para
ya en forma de traducción o paráfrasis;. caídas precipitadas.
145 Pisistrato se apoderó del gobierno de Atenas con la ayuda de Pero me terno que tú, Lelio, y vosotros, amigos míos 46.70
una guardia armada que consiguió so pretexto de hallarse amenazado muy prudentes, si continiio en este tono, consideréis que
por sus enemigos; expulsado del poder, lo recuperó por segunda, y mi discurso es el de alguien que pretende preceptuar
aun por tercera vez, pero esta última, no ya como déspota, sino como
gobernante respetuoso con las leyes esiablecidas por Ciolón y como
protector de la cultura, hasta su muerte el año 527 a. C. la Vid. supra, n. 141.
y adoctrinar, y no del que reflexiiona juntamente con
vosotros; por lo cual, pasaré ahora a lo que todios cono-
cen, y está debatido entre nosotros desde hace tiempo.
Digo, pues, solemnemente, así lo pienso y afirmo '",
que, de todas las repúblicas, no hiay ninguna que, por
su constitución, por su estructura ID por su régimen, sea
comparable con aquélla que nuestros padres recibieron
de los antepasados y nos transmitieron a nosotros. Si LIBRO SEGUNDO
os parece, puesto que habéis querido escuchar de mí
lo que ya vosotros también sabíais, mostraré,, no sólo
cómo es nuestra república, sino también cómo es la me-
jor, y una vez expuesta aquélla conno ejemplo, eicomoda- SINOPSIS
ré a ella, si puedo hacerlo, todo el discurso que he de
hacer sobre la mejor forma de ciudad; y si consiguiera
hacerlo, habría cumplido suficient~emente,según mi opi- Orígenes de lai monarquía roniana: Rómulo. Numa: su pitagorismo,
nión, lo que Lelio me propuso hacer. un imposible histórico. Restantes reyes: Servio Tulio, el primero no
4;r,n -
LEL. De ti. y solamente de ti depende esto. Porque
designado por el pueblo; sus reformas. Tarquinio y la abolición de
la monarquía.
¿quién mejor que tú puede hablar, teniendo tú mismo los
más ilustres de ellos, de la experiencia de nuestros an-
tepasados? Porque, si se trata de la mejor fonna de re- (Viendo IS0 a todos- animados por el deseo) de es- i , i
pública y nosotros tenemos esa forma perfecta, aunque cucharle, empezó a hablar ESCIPI~N de este modo:
no sea ahora, S' -tkmpol", Pertenece esto que voy a decir a Catón el Viejo, al
¿quién más bri1l""y""nismo que si S; trata que, como sabéis, amé singularmente y admiré más que
de proveer para el gobierno futuro, siendo así que tú a nadie, y al que me dediqué enteramente desde mi ju-
tuviste una previsión para siempre al superar por dos ventud, sea por voluntad de nuestro padre de nacimien-
veces momentos terribles de estia urbe 149. to como del de adopción ,'51 sea por afición propia; Ca-
(NONIO[Ap. XV 261.) tón, cuya ora.toria nunca llegó a cansarme, pues tanta

147 Esta forma solemne -sic eninz decerno, sic sentio, sic Continúa el coloquio de la primera jornada de las tres de las
affinno- afecta la propia de un senador romano que emitle su parecer *ferias latinas.. ]En el libro anterior, tras el preámbulo, se ha introdu-
en la Curia. cido el tema con la consideración teórica, al modo griego (aunque no
, .
1" C ~ g & J ~ i ~ J a S r L ~ c r i u i i d e l a s e p ue u h l i ~ sin una consideración anticipadai de la forma mixta propia de Roma).
con la revolución gracana. q decir, poco antes de las tres formas de gobierno y del ciclo degenerativo de las mismas.
del año 129 a. C., eq quesefLagehabarSatPide.lugrrr-este diálogo (vid. En este segundo libro se va a hablar ya de la experiencia histórica
supra, n. 95). romana. Suplimos la frase con que se iniciaba este segundo libro a
Parece referirse a las dos victorias sobre Numancia y Carta- base de lo ya conjeturado por el cardenal Mai.
go, o quizá mejor a esta última y a la reacción contra la revolución 1st MARCO PORCIO C A T ~ (vid..
N supra, n. 38) murió cuando Escipión
gracana (vid. supra, n. 38). tenia 36 años, y era amigo de la familia.
LIBRO 111 125

parecían sonidos infinitos quedaron todos representa-


dos por signos mediante la invención de unas pocas gra-
fías, gracias a las cuales se hizo posible la comunica-
ción a distancia, las constancias formales de la volun-
tad y los monumentos ccnmemorativos. Se inventó tam-
bién el número, cosa tan necesaria para la vida como
única, inmutable y eterna, que movió por primera vez
LIBRO TERCERO a que contempláramos e:l cielo, y no viéramos en balde
los movimbntos de los astros, así como para que contá-
ramos los días y las noches...

SINOPSLS

Filo asume la defensa de la causa del interts, que puede contrapo- ... cuyos ánimos se ellevaronhasta ser capaces de ha- 3.4
nerse a la justicia. En favor de ésta se pronuncia Lelio~.Tiberio Graco cer o penstu algo digno, como antes he dicho ", del
es censurado por haber pasado, con suis reformas, por encima de los don de los dioses. Por lo que, cuantos disertan acerca
derechos de los aliados. Escipión y loti otros aprueban la defen.qa del orden de la vida deben ser considerados por noso.
la justicia que Lelio acaba de hacer. tros, y efectivamente lo ison, como grandes hombres, sa-
bios, maestros de verdad y de virtud, siempte que lo
hallado por personas versadas en los distintos asuntos
de las repúblicas, o lo <tratadoen su ocio literario, no
sea aigo despreciable, y no lo es, siendo la razón civil
y cultura de los pueblos, que produce en los ingenios
(S.AGUST~N[I 131; S. AMBROSIO [ibid. U].) superiores, como muy frecuentemente ocurre, una subli-
2 [ibid. XIII 131.)
(LACTANCIO me y divina virtud. Y si alguno creyó que debía añadir- 5
se, a las fac:ultades que tiene el alma por su naturaleza
y educación civil, un estudio superior y un más pleno
conocimiento de las cosas. como esos mismos que se
2 , ~ ....y con medios de expresión a su torpeza y como dedican al i:studio de estos libros, nadie dejar6 de ante-
la misma ( inteligencia humana ) hubiese eimpezado con poner tales personas a las demds. Porque ¿qué puede
unos hombres que emitían algo imperfecto y confuso haber más ilustre que la unión del ejercicio práctico
con sus sonidos inarticulados, fraccionb y articuló és- de los asuntos más importantes y del estudio y conoci-
tos distintamente, y dio a las cosas sus nombres, como
signos de las cosas, y relacionió por el vin'culo felicísi- 274 En un lugar perdido dk la laguna inicial del preómbulo de es-
mo de la palabra a los hombres que antes se hallaban te libro 111, es; decir, del segundo día del coloquio, en el que se trata
disociados. De la misma manera que con la voz, los que ya de la wndlición moral del1 hombre.
miento de aquellas disciplinas?, ¿qué cabe imaginar más ciones de los sabios. Además: ¡qué dignas de alabanzas
perfecto que un Publio Escipióin, un Cayo ILelio o un son, y fueron, aquellas ciudades -pues está en la natu-
Lucio Filo? Los cuales, para no dejar de cumplir lo que raleza de las cosas que corresponda a la superior inteli-
correspondía a la máxima alabianza de unos hombres gencia el saber constituir una república que pueda du-
ilustres, aplicaron la doctrina extranjera de un Sócra- rar mucho-, en las que, si contamos las personalida-
6 tes a la tradición patria de los antepasados; ]por lo que, des que cada, una de ellas tuvo, resulta una multitud
quien quiso y pudo hacer ambas cosas, esto es, instruir- de hombres ilustres! Porique, si queremos representar
se a la vez con la enseñanza de los antepasados y la en nuestra imaginación la fama del Lacio en Italia, o,
doctrina, creo que ha conseguido todo lo necesario pa- en esta misma, las gentes sabinas o volscas, el Samnio,
ra tal alabanza. Porque, si debiera elegirse una de las la Etruria o ].a que llamamos Magna Grecia, o también
dos vías 275 de la prudencia, aunque alguien pudiera los sirios, los persas, los fenicios, si estas...
considerar más feliz la vida dedicada al estudio de las
mejores ciencias, sin embargo, es ciertamente más ilus- -
FILO. Al querer que defienda la injusticia ¡vaya 5,s
tre esta otra vida civil que honraron los más célebres causa ilustre que me ofrecéis! 278.
hombres, como, por ejemplo, Manio Curio ;"6, -
LELIO. Lo que debes temer es que se crea que lo
piensas de verdad, al deciir lo que suele decirse contra
a quien nadie conquistar pudo por el hierro
la justicia; pero tú eres un modelo casi sin par de la
O con el oraz7'
antigua justicia y lealtad, y todo el mundo sabe tu cos-
o también.. .
tumbre de defender posiciones contrarias, por creer que
de este modo se puede llegar más fácilmente a la verdad.
[Ap. XX 21.)
(SENECA -
FIL. Bueno, os daré gusto ensuciándome a concien-
4.7 ... ( aunque ) tuviera ( tamlbién cierta ) sabiduría, cia, pues, del mismo modlo que los que buscan oro no
sin embargo, había esta diferencia entre los dos géne- tienen escrúpulos, así también, cuando buscamos la jus-
ros: que aquéllos cultivaron los :principios de: la natura- ticia, cosa más preciosa que todo el oro, no debemos
leza en el arte de las palabras, en tanto ésttos lo hicie- en verdad rehuir ningún esfuerzo. ¡Ojalá pudiera valer-
ron con la ensefianza-de la experiencia y las leyes; y me de un rostro ajeno del mismo modo que voy a valer-
más provecho pudo sacar una misma ciudad, con tener me de una manera de hablar ajena! Ahora tiene Lucio
menos sabios,-si es que se entiende este tCrmino tan Furio Filo que decir lo que Carnéades, hombre griego
estrictamente, pero sí ciertamente hombres dignos del hábil también para hablar según las conveniencias 279...
mayor encomio, pues observaroin los preceptos e inven-
-- -

275 Sobre la doble vla que caracteriza el método tie Cicerón en Z78 Se ha encargado a Filo el defender la doctrina de que los es-
este diálogo, cf. M. 99 y 195; vid. Introducción, 5 5: .M6tch y huites.. crúpulos morales son impeditivtx para el exito político: una doctrina
Manio Curio Dentado, personaje famoso por sus victorias wn- sostenida por allpnos filósofos antiguos. que viene a ser como un pre-
tra los samnitas y por su honradez en ellas (U1 28, 40); fue cónsul en cedente del .matquiavelisrno=.
279 Carn6adt:s de Cirene. filtisofo escéptico, fundador de la Terce-
los años 290, 284, 275 y 274 a. C.
277 Verso de los Anales de ENND ((:d. VAHLBN, fr. 373). ra Academia, h e enviado como embajador de Atenas a Roma, el año
128 SOBRE LA REP~IBLICA

9 (NONIO[Ap. XV 251.) pero no existe: uno natural, ya que, si existiera, lo justo


6 (LACTANCH) [ibid. XIU 41.) y lo injusto seria lo mismo para todos, como lo es lo
, 1 1 1 ~ C T A N U O[ibid Xiii 111.) caliente y lo frío, lo amargo y lo dulce
...la justicia mira hacia afuera, y se ve enteramen- Ahora, si alguien, s e g h lo que dice Pacuvio: 9,14
te proyectada y se alza... (NONIO [ i l a . XV 4433.
llevado en el carro (de aladas sierpes
* ...la cual virtud tiende más que las otras a defen-
der y explicar las conveniencias ajenas ( N O I ~ O[ibid xv pudiera ver desde lo alto y echar una mirada sobre mu-
m. chos y varios pueblos y urbes, vería, en primer lugar,
s,iz 4 FIL .-) ...encontrara y defendiera; pero el otro en el muy incorrupto pueblo egipcio, que conserva me-
llenó cuatro gruesos libros acerca de la miisma justi-
cia =. Porque de Crisipo nada grande o elevado po- moria escrita de muchos siglos y gestas, cómo to-
man por dios a un buey, al que los egipcios llaman Apis,
día yo esperar, pues habla como suele hacer siempre,
y otros muchos monstruc~sque tienen, y animales de
de suerte que todo lo trata por el valor de las palabras
todo género que consagran como dioses; luego, los tem-
y no por el peso de la realidad. Fue siempre cosa propia
plos magnificcm de Grecia,,y también los nuestros, con-
de aquellos héroes el levantar y colocar, en el trono di-
sagrados a iniágenes humanas, cosa juzgada como irn-
vino, no lejos de la sabiduría, aquella virtud que, si es
pía por los persas, siendo Csta la única causa por la
que existe, es la única generosa y liberal por excelencia,
que se dice que Jerjes dispuso que se quemaran los san-
13 nacida para los demás más que para sí misma. No les
tuarios de Atenas '*', pues consideraba una profana-
faltó la voluntad -pues ¿qué otiro motivo tenían, o qué
ción el encerrar entre unias paredes a los dioses cuyo
otro propósito, para escribir?- ni el ingenio, por el que
hogar es todo este mundo; después, Filipo, que lo pro- 1s
destacan entre todos, pero la causa que defendían so-
yectó, y Alejandro 2'6. que lo ejecutó, alegaban como
brepasaba su voluntad y sus facultades. Pues el dere-
pretexto m para hacer la guerra a lbs persas el querer
cho de que podemos hablar es tal o cual derecho civil,
el argumento siempre esgrimido contra el derecho natural:
el hecho de que lo justo e injust~ovaría según los tiempos y lugares;
es decir, la pretensión de identificar la norma del deber ser con lo
155 a C.,a la vez que Critolao y Di6genes de Babiloriia, con el fin .nonnilmente* aceptado; en el fc~ndo,una conhsión de la Verdad con
de defender a los atenienses de una mul.ta de 500 talentos que les ha- la estadística.
bía impuesto el gobierno romano a causa de la destrucc:ión de Oropo. m Fragmento WWK. Trag:ic.Roman fragmenta, núm. 150) de
Deslumbró a los romanos por su habili'dad para defender posiciones una tragedia de P'acuvio (s. u a. C.).
contradictorias. L*~~ANQo, Institución divina V 14, 35, cuenta que, des- a4 Alude a las inscripcioneri jeroglificas del antiguo Egipto.
pués & haber hecho valer los argumentos & Plath y .Anstóteles so- m Noticia que nos da HeRc)itmo, 1 131.Tambitn Esouno, Persas
bre la justicia, los rebatió en otro discurso al día sig:uiente.
809-812,se refien: a esa destxuccidn de templos e imagenes por Jerjes.
Se refiere a Platón, y a una obiu suya hoy perdida, sobre la
Alejandro,,rey de Macedania (356-323a. C.). realizó el proyec-
Justicia, que constaba de cuatro volúnlenes. to de guerra contra los persas que la muerte impidió hacer a su padre
m Crisipo de Soli, filósofo estoico, y discípulo de Cluntes, vivió
Filipo (382-336a. C.).
entre el 281 y el 204 a. C. Su complicada dial&tica siblgística le hizo
POUBIO.111 6, 12 SS., que pudo ser la fuente de Cicerón para
tan poco apreciado por los antiguos como apreciado, en cambio, por
este dato, explicaba que no se trataba propiamente de .causa*, sino
los modernos cultivadores de la ibgiui formal.
de .pretexto*.
72. - 9
LIBRO 111 131

vengar a los santuarios de Grecia; pero los griegos ni a veces de la justicia 2w.Pero Licurgo, el famoso inven-
siquiera pensaban reconstruirlios, para que la posteri- tor de óptimas leyes y de un derecho justísimo, hizo
dad tuviera a la vista un documento permanente del cri- que la plebe cultivara como sierva las fincas de los
men cometido por los persas. iCuántos, comlo los tauros ricos 295.
en el Axino m,como el rey de Egipto Busiris, como los Si quisierai describir lais distintas instituciones jurídi- io,i7
galos y los cartagineses, creyeron que era piaidoso y muy cas, usos y costumbres, mostraría cuán diferentes son,
grato a los dioses inmortales el hacer inmolaciones hu- no sólo en taintos pueblos, sino dentro de una misma
manas! lag. Pero son tan aberrantes las tradiciones hu- ciudad, incluso en esta misma nuestra, podría yo pro-
manas, que los cretenses y loa; etolios '* tienen el ro- bar cómo ha cambiado mil veces, de modo que este nues-
bar como cosa honesta, los espiartanos solían decir que tro querido iintérprete del1 derecho, Manilio, podría de-
eran suyos todos los campos que podían alcanzar con cir cómo ha cambiado ahora el derecho de los legados
su dardo 29'; los atenienses solían jurar incluso públi- y herencias de las mujeres, y cómo solía dar otros dic-
camente que les pertenecía toda la tierra que produjera támenes cuando era joven, antes de promulgarse la ley
aceite y cosechas 292; los galos tienen como vergüenza Voconia, ley ésta que, ha.biéndose dado en ventaja de
el cultivar los campos, y por eso cosechan, con las ar- los hombres, es del toda1 injusta para las mujeres 296.
16 mas en las manos, los campos ajenosz9);y nosotros, ¿Por qué no puede ser rica una mujer? ¿Por qué puede
que nos tenemos por los más justos, no permitimos que tener heredero una virgen Vestal y no su madre? 297.
los pueblos transalpinos planten olivos y cepas, para ¿Por qué, si debe ponerse un limite a la fortuna de las
así dar más valor a nuestros oliivares y viñedo$ lo que mujeres, puede la hija de IPublio Craso, si fuera hija úni-
podemos decir que hacemos prudentemente, pero no con ca, tener legalmente cien millones de sestercios y la mía
justicia, para que entendáis cómo la prudencia discrepa no puede tener tres mill(ones?298.
................................................
2 El Mar Negro, que se llamó luego Ponto Euxirio (es decir, de Esta medida protec~ionis~ta fue una decisi6n senatorial del ter-
buena hospitalidad), se denominó orighariamente Axino (Inh6spito) por cer cuarto del siglo n a. C. a favor de Italia. aunque Marsella, como
la femidad de los pobladores de sus costas. ciudad aliada, que& excluida de la prohibición y, por lo tanto, resultó
Tanto del mítico rey Busiris, cc?mo de los galos y de los anti- favorecida.
295 Se refiere a los hilotas de Laconia, convertidos en siervos de
guos cartagineses (antes de la helenización), había fama de sacrificios
humanos. la gleba.
2% La ley V ~ d a plebiscito
, del 169 a. C. propuesto por el tri-
m Pueblo de la Grecia occidental. Su mala fama, como la de los
cretenses, era un tópico entre los antiguos. El mismo S ~ PABLO
N (Epfst. buno Quinto Vwonio Saxa por iiifluencia de Catbn, excluía a las muje-
a Tito, 1, 12) se hace eco de lo que dtxia el poeta Epimhides (s. VI res de la herencia testamentaria de los ciudadanos más ricos. El fin
a. C.) contra los cretenses. de la ley era coimbatir la nuwa moda del lujo, considerada general-
mi PLWTARCO, Lisandro 22, 2, habla de este criterio, que se justifi- mente como lesiiva para la tradicional austeridad r o ~ l ~ ~ a .
ca desde el punto de vista negativo de que excede de la pertenencia Las Vesttdes (vid. supra, n. 206) quedaban exentas de la patria
personal lo que excede del alcance de las propias armas. potestad de sus padres o de la ~x>testadde sus tutores, de modo que
292 Tal era la fórmula de juramento de los efebos ateniases, se- podían hacer testamento libremente, como no podía hacerlo otra mu-
gún PLUTARCO, Alcibíades 15, 8. jer, que se hallalba siempre bajo la potestad paterna, o bajo la tutela
Este dato se encuentra tambibn en Diono~o.'V 32, 4. de sus parientes.
Publio Liicinio Craso Muciano, adoptado por Publio Licinio Cra-
132 SOBRE LA REP~IBUCA

11.1s ( FIL.-...si
la naturaleza ) nos hubiera promulga- [Ap. XIII 71; TERTULIANO
(LACTANCIO fibid. XXII];LACTANCIO
[ibid. XIII 12.20-22
do el derecho de todos los pueblos, sería el mismo para 51.)
todos, y no distinto para unos y para otros. Yo me pre- -
( FIL. ) ...todos los que tienen la potestad sobre 13.23
gunto, si es propio de un hombre justo y de uno bueno la vida y la muerte de su pueblo son tiranos, aunque
el cumplir las leyes, ¿cuáles delbe cumplir? ¿Acaso sea prefieran llamarse reyes, apropiándose el nombre de Júl
cual sea? Pero la virtud no es compatible con la incons- piter Máximo. Cuando hay determinadas personas que,
tancia, ni la naturaleza puede variar; las leyes se cum- en razón de sus riquezas, abolengo u otra ventaja, do-
plen por su sanción penal y no por nuestra justicia; así, minan la república, son una facción, aunque ellos se lla-
pues, el derecho natural carece de contenido, de lo que men gente nolble; cuando el pueblo tiene todo el poder,
resulta que tampoco hay justos por naturaleza. ¿Dirán y todo se gobierna a su arbitrio, se habla de libertad,
acaso que las leyes pueden tener variedad, pero que los pero lo que h,ay es libertinaje. Mas cuando hay un res-
hombres buenos deben observar por naturaleza la justi- peto recíproco, de hombre a hombre, y de clase a clase,
cia que lo es de verdad y no la que se piensa que lo entonces, conlo nadie confía en si mismo, se da como
es? Porque es propio del hombre bueno y justo dar a un pacto entre el pueblo y los poderosos, gracias al cual
19 cada uno también lo que se merece. Porque, ante todo: se produce ese tipo mixto de ciudad que elogiaba Esci-
¿vamos a atribuir algo a los animales mudos? No son pión. En efecto, la madre (dela justicia no es la natura-
hombres mediocres, sino grandes y sabios, PitAgoras y leza ni la volimtad, sino la indigencia humana ". Por-
Empédocles 299, los que declaran que es una misma la que hay que decidirse por una de tres cosas: ofender
naturaleza la de todos los seres animados, y reclaman y no ser ofendido, ofender y ser ofendido, o ni lo uno
que se amenace con penas implacables a los que hagan ni lo otro. Sería lo mejor, si pudieras, poder ofender
daño a un animal, pues es un crimen el dañar a un bru- impunemente; luego, no ofender ni ser ofendido; y lo
to, cuyo crimen si alguien quiere... peor es andar siempre a ciuchilladas para cometer o su-
frir las ofensas. Así, los que consiguen adelantarse ...
so Dives (ael Rico.), figura siempre conio ejemplo de miultimillonario;
fue d n s u l el 97 a. C. La ley Voconia, al disponer tarnbikn que se podía
adquirir por legado la mitad de la herencia, permitía, al menos, que
una mujer adquiriera, por legado. la mitad del patrimonio del difunto, * ...pues, como se le preguntara qué impulso criminal 1 4 , ~
de modo que la limitación seguía siendlo causa de desigualdad, como le movía a piratear por el mar con un solo bergantín,
ocurriría al comparar la hija de Craso,,que tendría doscientos millo- contestó: re1 :mismo con e:l que tú lo haces por toda la
nes, con la de Filo, que tendría menos de seis: aun con esa mitad podía tierras (Nonio [Ap. XV 1:33).
una mujer ser muy rica. En la época dt: Cicerón, la ley Voconia había
caido ya en desuso.
Emptdocles seguía las doctrincis pitag6ricas sobre la natura-
leza animal, la transmutación de las alimas, el habito v~egetariano,etc. m Se hace eco Filo de la doctrina epicúrea, de que la sociedad
La idea de que el derecho natural es comiin a hombres e irracionales no surge por instinto humano .natural., sino por la necesidad que
aparece tambikn en un texto del Digesto (Dig. 1, 1, 1, 3). que lo define la indigencia humana impone de un pacto social.
como aquel que ala naturaleza enseñó ,a todos los aniniales, pues este m SANAGUST~N,Ciudad áe Dios 4, 4, amplifica esta ankdota de
derecho no es propio del genero humano sino de todos los animales Alejandro Magno y el pirata.
que viven en la tierra y en el mar. y tambiCn de las aves...m
134 SOBRE LA REP~B~LICA

1s ( FIL.- ) ...recordad todo. Lsi prudencia lleva a au- ni maliciosos: niegan, pues, ellos que el sabio sea un
mentar los recursos, a ampliar llas riquezas, a dilatar hombre bueno por el hechio de que, espontáneamente
los confines -¿de dónde, pues vendría el elogio de los y por sí mismas le deleiten la bondad y la justicia, sino
grandes generales, que figura en 110s epitafios dedicados porque la vida de los hombres buenos está libre de te-
en su honor, de uarnplió los confines del imperio, m2, mores y cuitas, preocupaciones y peligros, en tanto que,
si no es de que arrebató algo ajeno?-, a some:ter a más a los que no son honrados,, siempre se les pega algún
hombres, a disfrutar de los placeres, a prevale:cer, a rei- escrúpulo en el alma, siempre tienen miramiento por
nar y dominar; en cambio, la justicia manda respetar algún juicio o castigo, y no hay provecho en la injusti-
a todos, proveer por el género humano, dar a cada uno cia, ni premio, cuando siempre temes que, en cualquier
lo suyo. no tocar lo sagrado, lo piíblico y lo ajeno. ¿Qué momento, te venga, y pienses que te amenaza, alguna
resulta cuando obras con prudencia? Rique:zas, pode- pena, o daños...
res, recursos, cargos, mandos su~oremosy reinos, tanto
para los particulares como para 110s pueblos. Mas como
estamos tratando de la república, y los asuntos públi- (FIL. -) ( Y yo pregunto, si hay dos personas, 17.27

cos son de mayor relieve, y como la razón del derecho una de ellas que es un hombre cabal, muy justo, de má-
es la misma en los dos casos, creo que debo hablar de xima justicia, de lealtad sin par, y el otro conocido por
la prudencia del pueblo, y, para no hablar de otros, este su maldad y su audacia, y la ciudad padece el error
nuestro pueblo romano, cuya historia desde su princi- de creer que aquel hombre: bueno es un criminal, faci-
pio recordó Africano en su discurso de ayer y cuyo im- neroso, malvado, y, por el contrario, considera que el
perio domina ya todo el orbe, ¿se convirtió e:n grande, que es muy malo es de ac~endradahonradez y lealtad,
de ser el mínimo de todos los pueblos, gracias a su jus- y, a consecuencia de esta opinión de todos los ciudada-
ticia o a su prudencia?... nos, aquél fueira maltratado en su persona y bienes, se
le cortasen las: manos, se le arrancaran los ojos, se le
condenara, apresara, quemara, expatriara) " y redu-
( FIL.- ) ...aparte Arcadia y Atenas, que por te- jera a la miseria, resultari, en definitiva, ser justamen-
mer, creo yo, que apareciera en a,lgún momento tal pre- te el más desgraciado; por el contrario, si el otro malo
cepto de la justicia, se inventaron que habían salido de fuera elogiado, reverenciado, querido por todos, y se le
la tierra como esos ratoncillos que salen de 101scampos. dieran todos los honores, todos los poderes, todos los
A esto suele añadirse lo que dicen, en primer lugar, recursos y riquezas, y, en fin, resultara ser, en la esti-
cuantos no discuten con malicia y tienen en esto más mación de todos, el mejor, y se le juzgara más digno
autoridad, porque, cuando se tra~tade ver lo que es un de la mejor fortuna, iquii5n será tan loco como para
hombre honrado, que deseamos :sea un hombre abierto dudar cuál de: los dos prefiere ser?
y franco, no son astutos en la argumentación,,taimados Lo que sucede con los particulares, sucede también 18,za
en los pueblos: no hay ciudad tan necia que no prefiera
m Esta fórmula de la propagaio imperii no se nos conserva en
monumentos epiflcos, pero pudo ser coiniente en la tpaa de Cicerón. m Este trozo se reintegra gracias a L A ~ A N C IInstitución
O, divina
303 Arcadia, región central del Peloponeso. v 12, 5 s.
dominar injustamente que ser justamente dominada. Y que prefiero, entonces es su discurso el que es desme-
no iré más lejos: tuve que juzgar, siendo chnsul yo y surado (NONIO [ibid XV 3733.
vosotros miembros de mi consejo. sobre el tratado de * ( LEL. - ) La verdadiera ley es una recta razón "",u,33
paz hecho con Numancia =. ¿Quién ignoraba que Quin- congruente con la naturaleza, general para todos, cons-
to Pompeyo había hecho tal trat,ado de paz, y lo mismo tante, perdurable, que impulsa con sus preceptos a cum-
Mancino? Éste, hombre cabal, (defendió la :Ley que yo plir el deber, y aparta del mal con sus prohibiciones;
propuse en virtud de un consejo senatorial; el otro se pero que, aunque no inútilmente ordena o prohíbe algo
defendió obstinadamente. Si se lbusca el honor, la hon- a los buenos, no conmueve a los malos con sus precep-
radez, la lealtad, Mancino las tenía a su favoi.; si se bus- tos o prohibiciones. Tal ley, no es lícito suprimirla, ni
ca la habilidad, la inteligencia, la prudencia, le aventaja derogarla parcialmente, ni abrogarla por entero, ni po-
Pompeyo. ¿Cuál de ellos...? demos quedar exentos de ella por voluntad del senado
................................................ o del pueblo, ni debe buscarse un Sexto Elio que la ex-
plique como intérprete -,, ni puede ser distinta en Ro-
19.29
ma y en Atenas, hoy y mafiana, sino que habrá siempre
zh3@31 U m i C i o [Ap. XIII 41.)
una misma ley para todos los pueblos y momentos, per-
21,32 ( ESCIPION.- ) ...NO me parecería mal, Leiio, si durable e inmutable; y halbrá un único dios como maes-
no creyera que también éstos quieren, y lo rnismo tam- tro y jefe coniún de todos, autor de tal ley, juez y legis-
bién yo desearía. que trates en este discurs~oun cierto lador, al que, si alguien dlesobedece huirá de sí mismo
tema, sobre todo después de qiie dijiste ayer que ibas y sufrirá las imáximas penias por el hecho mismo de ha-
a excederte. La verdad es que no puede ser así: todos ber despreciado la naturaleza humana, por más que con-
te rogamos que sigas... (Aum Geiuo [ibid. VI ll). siga escapar de los que !se consideran castigos (LACTAN-
cio [ibid. XIII 61).
* ...no emprende la ciudad perfecta guerra alguna que 23.34
...p ero no debe hacerle caso nuestra juventud; por-
que si piensa lo que dice, es un sinvergüenza; si no, lo no sea por lealtad a las alianzas o por su propia
seguridad... Aunque de estas penas que incluso los más
Lucio Furio Filo (vid. supra, n. 52) fue c6nsul t:1 136 a. C., y necios entienden -indigencia, destierro, prisión,
tuvo que intervenir en la decisión sobre los tratados de paz que Quin- azotes-, esciapan muchas veces los hombres privados
to Pompeyo y Hostilio Mancino hablan lhecho con los niumantinos, en por la pronta salida que les ofrece la muerte, sin em-
los años 141 y 137 a. C., respectivamente. Reconociendo I t b n t e Man-
cino que había hecho tal tratado, sufri6 la peor parte, pues fue entre- bargo, para las ciudades, esa misma muerte que libera
gado, aunque no aceptado por los numauitinos, como cidpable de ha-
ber pactado indebidamente,, en tanto qiie Quinto Pompleyo no sufrió " Este concepto de ley es estoico. TambiCn para SANTO TOMAS.
nada por haber negado falsamente su propio tratado con los numantinos. Summa Theologica.1:2 qucicstio 91,art. 4, la ley es una .ordenación
m Ha terminado ya el discurso de Filo en defensa convencional de la razón. para el bien común, pero promulgada solemnemente, es
de los que contraponen la prudencia po~liticaa la justicia ideal, y se decir, positiva, tcn tanto que Cicerón parece hablar aquí de una ley
pasa a defender la tesis contraria. Primero. Lelio defenderá el valor dictada por la razón natural.
absoluto de la ley natural, y luego, Escipión llevará de nuevo el di8lo- Sexto Elio (vid. suprcr, ni. m), intbrprete famoso de la ley de
go al tema de las formas corrompidas de gobierno. las XII Tablas.
LIBRO xn 139

a los particulares de sufrir una pena, es ya luna pena, pasiones y demás pert~rb~aciones
del alma (s. Acusrh
porque una ciudad debe constituirse de manera que re- [ibid 1 13l).
sulte eterna. Por ello, la muerte no es natural para una (NONIO [ibid. XV 121.)
república como lo es para un hombre, para 4-1 cual, la (CICERON [ibid. VI11 7 y 51.) M.38
muerte, no sólo es necesaria, sino muchas veces desea- ( C i c ~ n 6[ibid
~ VIIi 23.) 27.39
ble. Cuando desaparece una ciudad, cuando se arruina * ...en esto admito que no es propia del hombre pru-
y extingue, es, en cierto modo, por comparar lo menor dente la justicia solícita y arriesgada... (PRISCUNO [ibid.
con lo mayor, como si muriera y se destruyera todo es- XVIII 21.)
te mundo... (S. A G ~ Eibid.
N 1 1 ll). * ( LEL.- ) ...la virtud aspira a la honra y no tiene 2 ~ 0
35 * ...son injustas las guerras que se acometen sin cau- otra retribucicín... La virtud la acepta gustosa, pero no
sa, pues no puede haber guerra justa si no se hace a la exige con ri:gor... ¿qué riquezas, qué mandos, qué rei-
causa de castigo o para rechazar al enemigo invasor..., nos puedes ofrecer tú .a u n tal hombre?, si considera
y no es justa si no se ha declarado y anunciado, y si estos bienes como hurnano:~, y juzga divinos los suyos...,
no se hace por reclamar la restitución de algo (s. I S I ~ mas, si todos Nos ingratos, muchos envidiosos, o los po-
RO [ibid. XIQ. derosos enemigos despojan a la virtud de sus premios,
(NONIO [ibid. XV 561.) ella no se comlplace con muchos gustos, sino que se man-
1~4.36 * ¿No vemos acaso cómo la misma naturaleza da el tiene con su :propia honrii... (LCTANCXO [ibid. X I I I 4n.
dominio a los fuertes con gran utilidad de los débiles? (S. A G U S [&d.
~ 1 101; NONIO
[ibid XV 14, 15 y 651.)
¿Por qué, si no, manda dios en el hombre, el alma en .( LEL. )- ... en Asia. Tiberio Graco, aunque fue jus-
el cuerpo, y la razón sobre la cc~ncupiscenciii,la ira y to con los ciudadanos, despreció los derechos conve-
demás partes defectuosas de la misma alma? (S. AGUST~N nidos por tra.tados con los pueblos de estirpe latina
[ibid. 1 8n. aliados de Roma -. Si esta conducta arbitraria se em-
25.37 * ...Pero se deben reconocer las diferencias que hay pieza a difundir más, y trimsforma nuestro imperio de
en el mandar y el obedecer, pues así como se dice que ser derecho en fuena, de nmnera que los que todavía nos
el alma manda al cuerpo, se dice que tambilén manda obedecen voluntariamente: quedaran sujetos por el te-
a la concupiscencia, aunque manda al cuerpo como un rror, aunque ya tenemos h.oy bastante cuidado, temería
rey manda a sus ciudadanos o un padre a sus hijos, yo por nuestra posteridad y por la perennidad de la re-
y en cambio, manda a la concupiscencia como un dueño pública, que :poda ser perpetua viviendo la tradición
manda a sus esclavos, pues le halce violencia :y quiebra; patria.
así, pues, los mandos de los reyes, de los generales, de
los magistrados, de los padres y de los pueblos se ejer-
cen sobre los ciudadanos y los aliados como el del alma Tiberio Stmpronio Graco,.tribuno de la plebe m 133 a. C., con
sobre los cuerpos, en tanto los (dueños oprimen a sus su propuesta de ireparto de tiernas lesionaba los derechos de los alia-
dos itálicos (vid. supm, n. 42) y 110sintereses de ciertos grupos aristo-
esclavos como la parte superior del alma, e:; decir, la cráticos con los que se hallaba iemparentado (vid. infra, n. 357). Fue
sabiduría, oprime las partes defectuosas y más débiles asesinado píibliaamente por Esciipi6n Nasica (cf. supra, n. 28). al que
de la misma alma, como son las concupiscr:ncias, las Cicerón considera como glorioso tiranicida, merecedor de una estatk.
40.42 Habiendo dicho esto Lelio, aunque todos los presen- LEL. -Tienes mucha razón, y veo ya a dónde se 32.44
tes se manifestaron muy complac~idospor él, sin embar- orienta tu discurso.
go, más complacido que ninguno, y como impuilsado por ( ESCIP.- :) Ya comprienderás, por tanto, que tam-
su mismo entusiasmo, dijo ESCIPI~N: poco puede llamarse república la que está dominada por
-Tú, Lelio, has defendido sí muchas caus,as de mo- una facción 3'2,.
do que yo ( te compararía ) , no sólo con nuestro cole- ( LEL. - ) Así lo creo en verdad.
ga Servio Galba 3L0, que tu mismo, mientras, él vivió, ( ESCIP.- :) Y haces :muy bien en creerlo, pues
preferías a todos los oradores, sino incluso con cual- ¿qué república pudo haber en Atenas cuando, tras la
quiera de los oradores hticos, por la elegancia... gran Guerra de:l Peloponeso, gobernaban tan injustamen-
te la ciudad las célebres treinta jefes?, jacaso podían
hacer de Atenas una repúlblica la antigua gloria de la
[ibid. IIIi S].)
[Ap. XV 241, y ANON.
(NONIO ciudad, o la he:rmosa apariencia de sus casas, el teatro,
31.43 ( ESCIP.- ) ... alcanzar.
Por lo tanto, ¿quién dirá los gimnasios, los pórticos, los famosos propileos, la
que hay cosa del pueblo, es decir, república cuando to- acrópolis, las admirables obras maestras de Fidias o
dos están oprimidos por la crueldad de uno solo y no aquel magnífico Pireo
hay la sujeción a un mismo derecho ni la unidad social LEL.- De ningún modo, pues nada había del pueblo.
del grupo, que es el pueblo? Así ocurriría en Siracusa, -
( ESCIP. ) Y ¿qué decir, cuando los decenviros de
aquella ciudad famosa, que dice Timeo "' era la mayor Roma estuvieron exentos del recurso de apelación al pue-
de las griegas, la más bella de todas: ni la fori.aleza dig- blo, en aquel célebre tercer año 3'4, cuando la misma li-
na de verse, ni los puertos que penetraban en la ciudad bertad personal había perdlido su derecho a ser respeta-
con sus muelles urbanos, ni las amplias avenidas, ni los da salvo pruel>a en contra 31s?
pórticos, templos y muros podiari hacer de ella una re- -
( LEL. ) Nada era del pueblo, y tuvo el pueblo que
pública, mientras gobernaba Dioriisio, pues nada de eso litigar para que se le restituyera lo que era suyo.
pertenecía al pueblo, sino que el mismo pueblio pertene-
cía a una sola persona. Así, pues, allí donde hay un tira-
no, hay que reconocer que no existe una repiiiblica de- Después de descalificar a la tiranía unipersonal, Escipión pa-
fectuosa, como decía ayer, sino que, como ahora la ra- sa a censurar el gobierno oligárquico.
313 El más importante puerto de Atenas, potenciado por Temisto-
zón obliga a decir, no existe relpública alguna. cles (vid. supra, in. 25).
n4 Vid. infra,, n. 262.
Servio Sulpicio Galba (que habia muerto poco antes del mo- l 5 Cicer6n allude aquí al caso de Virginia (cf. infra, n. 264). cuya
mento en que se finge nuestro dialogo: :129 a. C.) figuraba como el libertad provisionial no h e respetada, como exigía el derecho. en tanto
principal orador de su ¿poca; , h e cónsul el 144, y se habLa hecho tris- no se probara su condición servil, y traslada este abuso en el derecho
temente famoso tarnbiCn por una matanzai de lusitanos, siendo pretor privado al orden público de la libertad ciudadana.
el 151. "6 Siguiendo la analogía con el proceso privado de Virginia ( n e
"' Timeo de Taurornenio (aproximadiamente, entre 359 y 262 a. ta anterior), Ciceirón habla de agicre (actuar procesalmente) para refe-
C.) habia escrito una Historia de Sicilia, de donde pudo tomar Cicerón rirse a la reaccith polttica del pueblo contra el despotismo de los
esta referencia. decenviros.
142 SOBRE LA REP~BLICA

33.45 ( ESCIP.- ) Llegamos ahora a aquel tercer tipo de ( ESCIP.- ) ...y podría decirse por qué es repúbli- ~ , 4 6
gobierno, en el que quizá parecerá haber dificultades: ca y cosa del pueblo, calmo dijimos a propósito del
cuando se dice que todo el gobierno es del pueblo y reino
que todo está bajo su potestad cuando la muche- ( MUMMIO.-) Y aún con más razón, porque el rey
dumbre puede condenar a muerte a cualquier persona; tiene semejanza con un dueño, por ser sólo uno, en tan-
cuando se reclama, se roba, se requisa y malbarata to- to si vanas personas buenas gobiernan una república,
do. ¿Acaso dirás tú, Lelio, que es ésa una república por- resulta ésta la más feliz; pero prefiero incluso el gobier-
que todo es del pueblo, ya que decimos que lía república no de un rey a un pueblo sin gobierno. Así, te toca ha-
es cosa del pueblo? blar ahora de este tipo de república que es el peor de
( LEL. - ) Ninguna otra fonrna de gobierno negaría todos.
mejor que constituye una república que esa que está ESCIP.- Conozco, Espurio, tu tendencia contraria al 35.47
absolutamente bajo la potestad de la masa. Porque si principio de gobierno popular, y aunque sea m8s sopor-
no admitíamos que hubiera una república en Siracusa, table de lo que te parece,, estoy contigo, sin embargo,
ni en Agrigento "'B ni en Atenas cuando gobernaban los en que, de las tres formas de gobierno, es ésta la menos
tiranos, ni aquí, en Roma, cuando lo hacían los decenvi- digna de aprobación. Pero no estoy contigo en que el
ros, no veo cómo puede darse el nombre de: república gobierno de los más nobles sea mejor que el de un rey,
al dominio de la masa; porque, en primer lugar, no creo porque si es lía prudencia la que gobierna una república
que haya pueblo donde, como tú, Escjpión, has definido ¿qué más da que sea la prudencia de una que la de va-
rectamente, no hay una comunidlad de derecho, pero es- rias personas? Cuando argumentamos así, incurrimos
ta unión de la masa es tan tiráiiica como la tiranía de en cierto error, pues, al hablar de los más nobles, nos
una sola persona, y aún más terrible, pues no hay bes- parece que no puede haber nada mejor, pues ¿qué pue-
tia m& abominable que esa que .tiene aparentemente de haber mejor que lo mdis noble? En cambio, cuando
el nombre de popular. Y no es congruente que, si están se nombra al rey, viene a nuestras mentes también el
los bienes de los locos en poder de los que son sus pa- rey injusto, siendo así que nosotros, al hablar de una
rientes paternos, porque ya su 319... república gobernada por im rey, no nos referimos para
nada a un rey injusto. Piensa, pues, en reyes como Ró-
mulo, Pompiliio o Tulo, y quizá no te parecerá mal tal
317 Descalificadas la tiranía y la oligarquía, Escipihn pasa a des-
calificar la democracia revolucionaria. tipo de república.
3'8 Ciudad griega en la costa meridional de Sicilia, que en algún MUM.- Entonces ¿.qué juicio te merece la repú- 48
momento fue regida por Falaris (vid. supra, n. 111) y por el tirano blica popular?
Terón (primera mitad del s. v a. C.).
Siendo los locos incapaces de administrar su patirimonio (cuan-
do lo tenían por no estar bajo patria potestad), la ley los sometía a
la curatela de sus parientes aagnados.,, es decir, por la línea de la Del mismo modo que hay república cuando rige un rey no ti-
patria potestad. en primer lugar, sus hermanos. Escipitln diría, en la ránico. también puede decirse ciue la hay cuando tiene el poder un
laguna que sigue, que no es congruente que el pueblo, incapaz de go- pueblo noenloquecido, una buena democracia, o cuando los
bernarse como los locos, no esté regido también por alguien que cuide nobles con prudencia; con esto último enlaza la continuación del diaogo.
de sus intereses.
ESCIP.-) ¿Acaso no te parece, Espurio, que es
una república la de los rodios, en la cual no hace mu-
cho que estuvimos juntos? 32'.
( MUM.-) Sí, creo que lo es, y nada censurable.
( ESCW.-) Dices bien, y, si te acuerdas, todos eran
allí unas veces de la asamblea pllebeya y otras del sena-
do, y se turnaban por meses para desempeiñar la fun-
ción de pueblo y la de senado; en ambos lugares reci- LIBRO CUARTO
bían unas dietas por reunirse, y juzgaban las causas
criminales y todas las demás, tanto en el te:atro como
en la Curia 322. Tanto podía y valía ( el senado) como
la masa... SINOPSIS

Comparación de la estnictura de la república romana con las de


otras ciudades: la Esparta de Licurgo, la ideal de Platón. Reflejo de
(NONIO[Ap. XV 32.43 y 511; ANON.[ibid III61; -10 [ibid XWü la política en la escena y en la oratoria.
11; S. A ~ u s m[ibid 1 4 y 91.)

321 Entre el 141 y el 139 a. C., Espurio Mummio (:vid. supra, n.-
58) había acompdado a Escipión en unla embajada para dirimir con- (LACTANCIO
[ A p XIII 121; Nonno [ibid XV 581.) 1,1
flictos dinásticos entre algunos reyes de Oriente, aliados de Roma, y Porque, si no hay quien no prefiera morirse que
pasaron por la isla de Rodas.
El pueblo sc reunía en el teatro y lqs senadores en la Cuna. convertirse en una forma de aspecto animal, aunque sea
conservando la inteligencia humana; ¡cuánta mayor des-
gracia es un alma animaliizada aunque sea con figura
de hombre! Al menos a mí, me parece que es así por
cuanto el alma es superior al cuerpo (LACTANCIO[ibid XIII
38.
[ibid :KV 22, 41 y 161.)
(NONIO
( ESCIPI~N. -) ...el favor, y qué convenientemente 2.2
fueron distribuidas las c1,ases sociales 323, por edades,
por rango, por' pertenecer ii los caballeros, entre los que
votan también los senadores, aunque hay ahora mucha
gente que neciamente desea alterar este orden y preten-

323 Se vuelve al elogio de la organización del comicio centuriado,


en el que se reservaba la ventaja de la mayor fortuna.
BIBLIOTECA OBRAS
DE
DE
AUTORES CRISTIANOS
Declarada de i títeres nacional
SAN AGUSTÍN
ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA
EDICIÓN BILINGÜE
DIRECCIÓN DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
TOMO XVII
LA COMISIÓN D E DICHA PONTIFICIA
U N I V E R S I D A D E N C A R G A D A D E LA La Ciudad de Dios
INMEDIATA REDACIÓN CON LA B. A. C ,
E S T Á I N T E G R A D A E N E L A N O 1958
POR LOS S E Ñ O R E S S I G U I E N T E S : KRICIÓN PREPARADA POR El, PADRE

FR. (OSE MORAN, O . S. A.


PRESIDENTE :

Exorno, y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. FRANCISCO BARBADO


VIEJO, O. P., Obispo de Salamanca y Gran CancUler
de la Pontificia Universidad.
VICEPRESIDENTE f limo. Sr. Dr. LORENZO TURRADO,
Rector Magnífico.

VOCALES : R. P. Dr. Fr. AGAPITO SOBRADILLO,


O. F . M. C , Decano de la Facultad de Teología;
M. I. Sr. Dr. LAMBERTO DE ECHEVERRÍA, Decano de
la Facultad de Derecho; M. I. Sr. Dr. BERNARDO RIN-
CÓN, Decano de la Facultad de Filosofía; R. P. Dr. JOSÉ-
JIMÉNEZ, C M. ,F., Decano de la Facultad de Huma-
nidades Clásicas; R. P. Dr. Fr. ALBERTO COLUN-
GA, O. P., Catedrático de Sagrada Escritura; reveren-
do P. Dr. BERNARDINO LLORCA, S. I., Catedrático de
Historia Eclesiástica.
SECRETARIO :M. I. Sr. Dr. Luis SALA BALUST, Profesor.
V
LA EDITORIAL C. L< >LICA, S. A. APARTADO 466 BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS
MADRID . MCMLV11I MADRID . MCMLVIII
Í N D I C E G E N E R A L

Nihil obstat: Dr. Vicente Serrano, Censor.


Imprimí potcst: Fr. Crescencio Fernández, Provincial. • •
lmpihnatnr: t José María, Ob. aux. y V i c gen.^
Madrid, 15 abril 1958.

INTRODUCCIÓN GENERAL
Págs.

. I. Estructura interna de la «Ciudad de Dios» 3


II. La «Ciudad de Dios», apología de la religión 13
III. La «Ciudad d e Dios», enciclopedia de la cultura antigua. 24
IV. La «Ciudad de Dios», hermenéutica de la historia 34
V. . La «Ciudad de Dios» y las (¡Confesiones» 45
VI. La «Ciudad de Dios» y sus ediciones , $3
AUTOCRÍTICA 56

LA CIUDAD DE DIOS
LIBROS :
I. E n defensa de la religión cristiana 61
Notas al libro I 129
II. Los dioses y la degradación de Roma 134
Notas al libro II 194
III. Los dioses y los males físicos en Roma 199
Notas al libro I I I 263
IV. La grandeza de Roma como don divino 268
Notas al libro IV 326
V. El hado y la Providencia 331
Notas al libro V 399
VI. La teología mítica, según Varrón 404
Notas al libro VI 443
VII. La teología civil y sus dioses 445
Notas al libro V I I 509
VIII. Teología natural y filosofía 514
Notas al libro VIII 577
IX. Cristo, Mediador 583
Notas al libro I X 626
X. El culto del verdadero Dios 629
Notas al libro X 706
XI. Origen de las dos ciudades 714
Notas al libro X I 778
XII. Los ángeles y la creación del hombre 791
Notas al libro X I I 847
XIII. La muerte como pena del pecado 858
Notas al libro X I I I 913
XIV. E l pecado y las pasiones 920
Notas al libro X I V 987
XV. Las dos ciudades en la tierra 994
Notas al libro X V 107&
Vi ÍNDICE CISNRJML
Págs.

XVI. 0 e Noé a los profetas 1076


Notas al libro X V I 1166
XVII. De los profetas a Cristo 1170
Notas al libro X V I I 1341
X V l l l . Paralelismo entre las dos ciudades 1245
Notas al libro X V I I I 1354
XIX. Fines de las dos ciudades 1361
Notas al libro X I X 1432
XX. El juicio final 1438
Notas al. libro X X 1536
X X I . El infierno, fin de la ciudad terrena 1540
Notas al libro X X I 1630
X X I I . Bl cielo, fin de la Ciudad de Dios 1635
Notas al libro X X I I 1723
1360 LA CIUDAD DJS DIOS

[91] Aquí me vienen a la memoria aquellos versos inmortales del


Santo, que no puedo menos de citar: LIBRO XIX
Omnes qui gaudetis de paco, modo verum iudicate.
Abundantia peccatorum solet fratres conturbare :
propter quod Dominus noster voluit nos praemonere,
comparans regnum caelorum retículo misso in mare,
congregante multos pisces, omne genus hinc et inde.
Quos cum traxissent ad littus, tune coeperunt separare,
bonos in vasa miserunt : reik^uos malos in mare.
(Psalmus contra partem Donati.)
[92] La Iglesia católica ha sido siempre inflexible en sus dogmas. La
obediencia y la humildad son las dos grandes virtudes del católico fer- Versa sobre los fines de las dos ciudades, de la celestial y de
viente. Es preciso acatar la corrección; de lo contrario, la Iglesia se- la terrena. En él se hace una recensión de la diversas opi-
para de sil seno al reacio y terco en defender sus erróneas posturas, y, niones de los filósofos en torno a la felicidad de la vida.
una vez tachado con el anatema, no participa de la vida íntima de la Y al paso que las refuta con gran lucidez y trabajo, prueba
sociedad cristiana. en qué consisten la felicidad y la paz de la ciudad o del
[93] He aquí la conciencia que debe formarse la Iglesia, y, por con- pueblo cristiano. Y cuál puede gozarse en la vida presente
siguiente, sus miembros. Las persecuciones durarán tanto como el mundo; y esperarse en, la futura.
pero, en medio de ellas, Dios envía sus consuelos y al final da la re-
compensa.
194] Gotia era el país habitado por los godos en el norte de Europa.
Estaba limitado: al norte, por Suecia y Noruega; al este y sur, por el C A P I T U L O !
Báltico, y al oeste, por el Cattegat y el Sund. Es la región que hoy se
llama Gothland. VARRÓN MENCIONA DOSCIENTOS OCHENTA Y OCHO SISTEMAS
195] Una de las causas de las persecuciones que los autores suelen SOBRE EL PROBLEMA DEL FIN
aducir es la ley del imperio romano en la que se prohibía la magia. Ba-
ronio refiere esta leyenda al año 313 después de Cristo. Como la magia
estaba condenada, a los cristianos se les buscaba como hechiceros, ma- 1. Y a q u e m e veo en la p r e c i s i ó n de t r a t a r de l o s fines de
gos, y, por tanto, perturbadores del pueblo y gente que protegían los las d o s c i u d a d e s , de la t e r r e n a y de la celestial, v o y p r i m e r o
alzamientos contra la potestad imperial. La leyenda sobre la magia de a e x p o n e r , c u a n t o l o p e r m i t a el p l a n de la p r e s e n t e o b r a , l o s
Pedro, mediante la cual arrastraba a los hombres a Cristo, fué, sin duda, a r g u m e n t o s en q u e los h o m b r e s h a n f u n d a d o el l o g r o de l a
base para perseguir con más encono esas artes. felicidad en la i n f e l i c i d a d de esta v i d a . A l m i s m o t i e m p o h a r é
[96] Tertuliano en el Apologético habla de que el crimen de infan- ver n o s ó l o p o r la a u t o r i d a d d i v i n a , sino t a m b i é n p o r l a r a z ó n ,
ticidio solían achacarlo a los cristianos. La verdad es que esto tenía su
fundamento, pero era falsamente atribuido a los cristianos. Agustín en
De haeresibus (haer.26 y 27) dice que los herejes conocidos con el nom-
bre de catafrigos y pepucianos acostumbraban a matar un niño pequeño LÍBER XIX
y lo prensaban bien, formando de este modo el cuerpo y la sangre para
la Eucaristía. Indudablemente, esto dio pie a los paganos para que, al In quo de finihus utriusque civitatis, terrenae ac caelestis, disputatur.
hablar de la ley del arcano, pensaran en estos crímenes de los here- Recensentur de bonorum et malorum finibus opiniones philosophorum,
jes, y lo achacaran también a los cristianos. qui beatitudinem in hac vita faceré ipsi sibi frustra conati sunt: qui
[97] Los sabios no están de acuerdo en esta fecha. San Agustín da durn. operosius refelluntur, ipsius civitatis caelestis, seu populi christia-
la fecha de Tertuliano y de Lactancio. ni beatitudo et pax quaenam, sit, qualisve hic haberi, vel in futurum
[98] Aquí nos indica con bastante probabilidad la época de compo- sperari possit, demonstratur.
sición de este libro XVIII de la Ciudad de Dios. Baronio la fija en el
año 426; en cambio, Vives la alarga hasta el 429, fecha que creemos de CAPUT I
todo punto inadmisible.
Q ü O D IN QÜAESTIONE, QUAM DE FINIBUS BONORUM ET MALORUM PHILOSO-
PHICA MSPUTATIO VENTILAVIT, DUCENTAS OCTOGINTA ET OCTO SECTAS ESSE
POSSE VARRO PERSPEXERIT

1. Quoniam de civitatis utriusque, terrenae scilicet et caelestis, de-


bitis finibus deinceps mihi video disputandum; prius exponenda sunt,
quantum operis huius terminandi ratio patitur, argumenta mortalium, qui-
bus sibi ipsi beatitudinem faceré in huius vitae infelicitate moliti sunt,
ut ab eorum rebus vanis spes nostra quid differat, quam Deus nobis de-
1372 U CIUDAD DB DIOS XIX, 3 , 2
q u e nina los b i e n e s d e los a m i g o s p o r sí m i s m o s c o m o los p r o - XIX, 4, 1 FINES DK LAS DOS CIUDADIt.4 1373
p i o s y desea p a r a e l l o s lo q u e p a r a sí m i s m o . Y esto sea q u e
vivan en la m i s m a casa, c o m o la esposa, los h i j o s o los d o - C A P I T U L O IV
m é s t i c o s ; o e n el l u g a r m i s m o en q u e está sita la casa, e s
decir, en la m i s m a c i u d a d , c o m o los c i u d a d a n o s ; o en t o d o el S E N T Í R DE L O S CRISTIANOS SOBRE E S T E PUNTO DEI.
o r b e , c o m o las n a c i o n e s u n i d a s p o r la s o c i e d a d h u m a n a ; o en SUPREMO BIEN
el m u n d o , c o m p r e n d i d o b a j o el n o m b r e de cielo y t i e r r a , c o m o 1. Si se n o s p r e g u n t a cuál es el s e n t i r de la C i u d a d de
los dioses, q u e , según esos filósofos, s o n a m i g o s del h o m b r e D i o s s o b r e c a d a u n o de estos p u n t o s , en p r i m e r l u g a r s o b r e el
s a b i o , y a los c u a l e s n o s o t r o s d a m o s c o n s c i e n t e m e n t e el n o m - fin de los b i e n e s y de los m a l e s , e l l a m i s m a r e s p o n d e r á q u e la
b r e d e á n g e l e s [ 5 j . Sostiene, a d e m á s , q u e s o b r e la cuestión vida e t e r n a es el s u m o b i e n , y l a m u e r t e e t e r n a , el s u m o m a l .
del s u m o b i e n y del s u m o m a l n o h a y l u g a r a d u d a s . E n esto Y, c o m o consecuencia, q u e d e b e m o s vivir b i e n p a r a l o g r a r
r a d i c a la d i s t i n c i ó n q u e los s e p a r a de los n u e v o s a c a d é m i c o s , a q u é l l a y e s q u i v a r ésta. E s t á e s c r i t o : El justo vive de la fe,
a m é n d e q u e les i n t e r e s a u n c o m i n o , q u e el filósofo siga este p o r q u e , c o m o n o v e m o s a ú n n u e s t r o b i e n , es p r e c i s o q u e l o
o el otro g é n e r o d e vida, el d e los cínicos u o t r o , p a r a alcan- b u s q u e m o s p o r la fe. E l m i s m o vivir b i e n n o lo t e n e m o s d e
z a r el s o b e r a n o b i e n . E n fin, e n c u a n t o a los t r e s g é n e r o s d e p r o p i a cosecha si el q u e n o s d i o la fe, q u e n o s l l e v a a c r e e r
vida, ocioso, activo y m i x t o , les p l a c e m á s el t e r c e r o . V a r r ó n en n u e s t r a d e b i l i d a d , n o n o s a y u d a a c r e e r y a s u p l i c a r . Quie-
a s e g u r a q u e éste es el s e n t i r y las e n s e ñ a n z a s d e los a n t i g u o s n e s c r e y e r o n q u e el fin de los b i e n e s y d e los m a l e s se h a l l a e n
a c a d é m i c o s , c u y o a u t o r fué A n t í o c o , m a e s t r o d e C i c e r ó n y s u y o , esta v i d a , y así r a d i c a r o n el s u m o b i e n en el c u e r p o o en el
a u n q u e en r e a l i d a d p a r e c e q u e C i c e r ó n siguió e n m á s p u n t o s a a l m a , o en los d o s j u n t o s , o, p a r a e x p r e s a r l o m á s e x p l í c i t a m e n -
los estoicos q u e a los a n t i g u o s a c a d é m i c o s [ 6 ] . M a s ¿ q u é n o s te, en e l p l a c e r , o en la v i r t u d , o en a m b o s a l a v e z ; en la
i m p o r t a a n o s o t r o s , q u e d e b e m o s j u z g a r d e las eosas en sí, sa- q u i e t u d , o en la v i r t u d , o en a m b o s ; en el p l a c e r y en la quie-
b e r la o p i n i ó n de c a d a u n o de los h o m b r e s ? tud u n i d o s , o en la v i r t u d , o en a m b o s ; e n los p r i n c i p i o s d e l a
n a t u r a l e z a , o en la v i r t u d , o en u n o y o t r o ; éstos, con e x t r a ñ a
v a n i d a d , h i c i e r o n d e p e n d e r la felicidad d e sí m i s m o s [ 7 ] . L a
bona propter se ipsa diligat sicut sua, eisque propter ipsos hoc velit quod V e r d a d se r i ó de este o r g u l l o al d e c i r p o r su p r o f e t a el S e ñ o r :
sibi; sive in domo sint, sicut coniux et liberi et quicumque domestici; Conocí que los pensamientos de los hombres son vanos, o se-
sive ¡n loco, ubi donuis eius est, sicuti est urbs, ut sunt hi qui cives vo- g ú n el a p ó s t o l S a n P a b l o : El Seño?- conoce los pensamientos de
cantur; sive in toto orbe, ut sunt gentes, quas ei societas humana coniun-
los sabios y sabe que son vanos.
git; sive in ipso mundo, qui censetur nomine caeli et terrae, sicut esse
dicunt déos, quos volunt amicos esse homini sapienti, quos nos familia-
rius Angelos dicimus. De bonorum autem et e contrario malorum finibus CAPUT IV
negant ullo modo esse dubitandum, et hanc Ínter se et novos Académicos
affirmant esse distantiam, nec eorum interest quidquam, sive cynico, sive DE SUMMO BONO ET SUMMO MALO QUID CHRISTIANI SENTIANT CONTRA
alio quolibet habitu et victu in his finibus, quos veros putant, quisque PHII.OSOPHOS, QÜI SUMMUM LIONUM IN SE SIBI ESSE MXERUNT
philosophetur. Ex tribus porro illis vitae generibus, otioso, actuoso, et 1. Si ergo quaeratur a nobis, quid civitas Dei de his singulis interro-
quod ex utroque compositum est, hoc tertium sibi placeré asseverant. gata respondeat, ac primum de finibus bonorum malorumque quid sentiat,
Haec sensisse atque docuisse Académicos veteres, Varro asserit, auctore respondebit aeternam vitam esse summum bonum, aeternam vero mortem
Antiocho, magistro Ciceronis et suo, quem sane Cicero in pluribus fuisse summum malura: propter illam proinde adipiscendam, istamque vitandam,
Stoicum, quam veterem Academicum vult videri. Sed quid ad nos, qui recte nobis esse vivendum. Propter quod scriptum est, Iustus ex fide vi-
potius de rebus ipsis iudicare debemus, quam pro magno de hominibus vitl: quoniam ñeque bonum nostrum iam videmus, unde oportet ut cre-
quid quisque senserit scire? dendo quaeramus; neque ipsum recte vivere nobis ex nobis est, nisi cre-
dentes adiuvet et orantes, qui et ipsam fidem dedit, qua nos ab illo
adiuvandos esse credamus. lili autem qui in ista vita fines bonorum et
malorum esse putaverunt, sive in corpore, sive in animo, sive in utroque
ponentes summum bonum; atque, ut id explicatius eloquar, sive in vo-
luptate, sive in virtute, sive in utraque; sive in quiete, sive ln virtute,
sive in utraque; sive in voluptate simul et quiete, sive in virtute, sive in
utrisque; sive in primis naturae, sive in virtute, sive in utrisque: hic beati
esse, et a se ipsis beati fieri mira vanitate voluerunt, Irrisit hos Veritas
per prophetam dicentem, Novit Dominus cogitationes hominum; vel, sicut
hoc testimonium posuit apostolus Paulus, Dominus novit cogitationes sa-
pientium, quoniam vanae sunt'.
1
Hab. 3,4; Gal. 3,11. '¿ Ps. 93,11; 1 Cor. 3,20.
1374 M CIUDAD DE DIOS XDC, 4, 2 X I X , 4, 3 FINES DE IAS DOS CIUDADES 1375

2. ¿ Q u é c a u d a l de e l o c u e n c i a b a s t a r í a p a r a d e s c r i b i r l a s visto, b i e n lo i m a g i n e m o s , a p e n a s p o d e m o s c o n t e n e r l a s l á g r i -
m i s e r i a s de esta v i d a ? C i c e r ó n lo h a e n s a y a d o a su m o d o en m a s y l l o r a m o s [ 8 | . Y ¿ q u é d i r é de q u i e n e s sufren l a posesión
Acerca de la Consolación a la m u e r t e de su h i j a ; p e r o ¡ q u é cor- de los d e m o n i o s ? ¿ D ó n d e está s e p u l t a d a su i n t e l i g e n c i a c u a n d o
to q u e d a ! L o s p r i n c i p i o s de la n a t u r a l e z a , ¿ c u á n d o , c ó m o , dón- el e s p í r i t u m a l i g n o usa, a su c a p r i c h o , del a l m a y del c u e r p o
de p u e d e n p o s e e r s e en esta v i d a sin q u e estén sujetos a vaivenes d e e l l o s ? Y ¿ q u i é n a s e g u r a q u e este m a l n o p u e d e s o b r e v e n i r
sin c u e n t o ? ¿ A q u é d o l o r y a q u é i n q u i e t u d , afecciones o p u e s t a s a l s a b i o en esta v i d a ? A ú n h a y m á s : ¡ c u a n defectuosa es la
al p l a c e r y a la q u i e t u d , n o está e x p u e s t o el c u e r p o del s a b i o ? p e r c e p c i ó n de la v e r d a d en esta c a r n e , según l a s p a l a b r a s de
L a a m p u t a c i ó n o d e b i l i d a d de m i e m b r o s es c o n t r a r i a a la inte- la S a b i d u r í a : El cuerpo corruptible agrava al alma, y la mo-
g r i d a d del h o m b r e ; la d e f o r m i d a d , a la b e l l e z a ; la e n f e r m e d a d , rada terrena deprime el sentido, que imagina muchas cosas!
a la s a l u d ; la l a x i t u d , a las f u e r z a s ; la flojedad o pesadez, a E l í m p e t u o a p e t i t o de acción, si es q u e la e x p r e s i ó n t r a d u c e
la a g i l i d a d . Y ¿ d e c u á l de estos m a l e s está exenta la c a r n e del fielmente l a p a l a b r a g r i e g a ópu-r|v, c o n t a d o t a m b i é n e n t r e los
s a b i o ? E l e q u i l i b r i o y el m o v i m i e n t o del c u e r p o , c u a n d o son p r i m e r o s p r i n c i p i o s de la n a t u r a l e z a , ¿ n o es a c a s o en los furio-
p r o p i o s y a d e c u a d o s , se c u e n t a n t a m b i é n e n t r e los p r i n c i p i o s sos c a u s a de sus m o v i m i e n t o s y de esas a c c i o n e s q u e n o s h o r r o -
de la n a t u r a l e z a . P e r o ¿ q u é s u c e d e r á si a l g u n a m a l a d i s p o s i c i ó n r i z a n , al p e r v e r t i r s e el s e n t i d o y t r a s t o r n a r s e l a r a z ó n ?
h a c e t e m b l a r los m i e m b r o s ? ¿ Q u é s u c e d e r á si la e s p i n a d o r s a l 3 . E n fin, la m i s m a v i r t u d , q u e n o e n t r a en el n ú m e r o de
se c u r v a h a s t a q u e a r r a s t r e las m a n o s p o r el s u e l o , h a c i e n d o , e n los p r i n c i p i o s de la n a t u r a l e z a , p u e s q u e es f r u t o t a r d í o de l a
cierto m o d o , c u a d r ú p e d o al h o m b r e ? ¿ N o d a r á esto al t r a s t e ciencia, p e r o q u e r e c l a m a p a r a sí el p r i m e r p u e s t o e n t r e los
con la b e l l e z a y el d e c o r o del e q u i l i b r i o y del m o v i m i e n t o cor- b i e n e s h u m a n o s , ¿ q u é h a c e s o b r e la t i e r r a sino g u e r r a c o n t i n u a
p o r a l ? ¿ Q u é d e c i r de los b i e n e s p r i m a r i o s del a l m a , el sen- c o n t r a l o s vicios, n o c o n t r a los e x t e r i o r e s , sino c o n t r a l o s inte-
tido y el i n t e l e c t o , u n o d a d o p a r a p e r c i b i r la v e r d a d y o t r o r i o r e s ; n o c o n t r a los a j e n o s , sino c o n t r a los p r o p i o s y p e r s o -
p a r a c o m p r e n d e r l a ? M a s en c u a n t o a lo p r i m e r o , ¿ q u é t a l que- n a l e s ? E s t a g u e r r a la l i b r a s o b r e t o d o l a v i r t u d , l l a m a d a en
d a r á o a q u é se r e d u c i r á el s e n t i d o , si, p o r n o d e c i r o t r a cosa, g r i e g o ccú<ppoaúvr| y en c a s t e l l a n o t e m p l a n z a , q u e t i e n e p o r o b j e t o
el h o m b r e se t o r n a ciego y s o r d o ? Y en c u a n t o a lo s e g u n d o , f r e n a r l a l i b i d o c a r n a l , a fin de q u e ésta n o lleve a l a m e n t e a
¿ a d o n d e i r á a p a r a r la r a z ó n y la i n t e l i g e n c i a , d ó n d e s e r á n c o n s e n t i r , d e s p e ñ á n d o s e en mil c r í m e n e s . Y n o p e n s e m o s q u e
s e p u l t a d a s , si p o r a l g u n a e n i e r m e d a d se t o r n a loco el h o m b r e ? n o h a y en n o s o l r o s vicio, c u a n d o la carne, c o m o dice el A p ó s -
C u a n d o los frenéticos d i c e n a b s u r d o s sin c u e n t o y h a c e n extra- tol, desea contra el espíritu. A ese vicio se o p o n e directa-
v a g a n c i a s a j e n a s y h a s t a c o n t r a r i a s a su b u e n p l a n de v i d a y a m e n t e u n a v i r t u d , s e ñ a l a d a p o r él en estos t é r m i n o s : Y el es-
sus c o s t u m b r e s , si lo c o n s i d e r a m o s s e r i a m e n t e , bien lo h a y a m o s

2. Quis enim sufíicit, quantovis eloquentiae ilumine, vitae huius mi- patiuntur incursus? ubi habent absconditam vel obrutam intelligentiam
serias explicare;" Quam lamentatus est Cicero in Consolatione de morte suam, quando secundum suam voluntatem et anima eorum et corpore
filiae, sicut potuit: sed quantum est quod potuití t a quippe quae dicun- malignus utitur spiritus? Et quis confidit hoc malum in hac vita evenire
tur prima naturae, quanuo, ubi, quomouo tam cene se nauere m hac vita non posse sapienti? Deinde perceptio veritatis in hac carne qualis aut
possunt, ut non sub mcertis casibus íluctuent? Quis enim dolor contra- quanta est, quando, sicut legimus in veraci libro Sapientiae, Corpus cor-
rius voluptati, quae inquietudo contraria quieti, in corpus cadere sapientis ruptibile aggravat animam, et deprimit terrena inhabitado sensum multa
non potesti1 Membrorum certe amputatio vel debilitas hominis expugnat cogitantem? 3 ímpetus porro vel actionis appetitus, si hoc modo recte la-
incolumitatem, deíormitas pulchrítuüinem, imbecillitas samtatem, vires ias- tine appellatur ea quam Graeci vocant ópuriv, quia et ipsam primis natu-
situdo, mobilitatem torpor, aut tarditas: ecquid horum est, quod nequeat rae deputant bonis, nonne ipse est, quo geruntur etiam insanorum ílli
in carnem sapientis irruere? Status quoque corporis atque motus, cura miserabiles motus, et facta quae horremus, quando pervertitur sensus ra-
decentes atque congruentes sunt, Ínter naturae prima numerantur: sed tioque sopitur?
quid si aliqua mala valetudo membra tremore concutiat'í1 quid si usque 3. Porro ipsa virtus, quae non est inter prima naturae, quoniam eis
ad ponendas in terram manus dorsi spina curvetur, et hominem quodam- postea doctrina introdúceme supervenit, cum sibi bonorum culmen vindi-
modo quadrupedem faciat? nonne omnem statuendi corporis et movendi cet humanorum, quid hic agit nisi perpetua bella cum vitiis, nec exterio-
speciem decusque pervertet? Quid ipsius animi primigenia quae appetlan- ribus, sed interioribus; nec alienis, sed plañe nostris et propriis; máxime
tur bona, ubi dúo prima ponunt propter comprehensionem perceptionem- illa, quae graece aco<ppocrúvr|, latine temperantia nominatur, qua carnales
que veritatis, sensum et inteilectum? Sed qualis quantusque remanet sen- frenantur libídines, ne in quaeque flagitia mentem consentientem trahant?
sus, si, ut alia taceam, fiat homo surdus et caecus? Ratio vero et intelli- Ñeque enim nullum est vitium, cum, sicut dicit Apostolus, Caro cocu-
gentía quo recedet, ubi sopietur, si aliquo morbo efiiciatur insanus? piscit adversas spiritum: cui vitio contraria virtus est, cum, sicut ídem
Phrenetici multa absurda cum dicunt, vel faciunt, plerumque a bono suo dicit, Spiritus concupiscit adversus carnem. Haec enim, inquit, invicem
proposito et moribus aliena, imo suo bono proposito moribusque contraria, adversantur; ut non ea quae vultis faciatisi. Quid autem faceré volumus,
sive illa cogitemus, sive videamus, si digne consideremus, lacrymas tenere
3
vix possuraus, aut forte nec possumus. Quid dicam de his, qui daemonum S a p . 0,15.
4
G a l . 5,17.
1376 « CIUDAD DE DIOS XDC, 4, 4
/>¿/-¿¿w t/esea contra la carne. Son principios, a ñ a d e él, contra- XDC, 4, 4 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1377
rios entre sí, y por eso vosotros no hacéis cuanto queréis.
¿Qué q u e r e m o s h a c e r c u a n d o q u e r e m o s l l e g a r a la perfec- está, en efecto, t a n t o m e n o s s o m e t i d a a D i o s c u a n t o m e n o s p i e n -
ción del s u m o Lien sino q u e la c a r n e n o desee c o n t r a el es- sa en E l . Y la c a r n e está t a n t o m e n o s s o m e t i d a al e s p í r i t u c u a n t o
p í r i t u n i cree en n o s o t r o s este vicio c o n t r a el q u e desea el espí- m á s desea c o n t r a el e s p í r i t u . Y m i e n t r a s a r r a s t r e m o s esta de-
r i t u ? M a s , a u n q u e q u e r a m o s h a c e r esto en la p r e s e n t e v i d a , b i l i d a d , este m o r b o , esta t a r a , ¿ c ó m o o s a r e m o s d e c i r q u e esta-
c o m o n o p o d e m o s , p r o c u r e m o s s i q u i e r a , con la a y u d a de D i o s , m o s ya s a l v a d o s ? Y si n o e s t a m o s t o d a v í a s a l v a d o s , ¿ c ó m o
n o ceder r i n d i e n d o el e s p í r i t u a la c a r n e , q u e desea c o n t r a él, nos l l a m a r e m o s felices con la b i e n a n d a n z a final? L a forta-
y n o c o n s e n t i r en la p e r p e t r a c i ó n del p e c a d o . D i o s n o s l i b r e leza, v a y a a c o m p a ñ a d a de c u a l q u i e r s a b i d u r í a q u e sea, es el
de c r e e r q u e , d e s g a r r a d o s y l u c h a n d o a ú n en esta g u e r r a intes- testigo m á s i r r e f r a g a b l e de los m a l e s del h o m b r e , q u e e l l a se
tina, h e m o s l o g r a d o ya la felicidad sin la p o s e s i ó n de la victo- ve o b l i g a d a a t o l e r a r con p a c i e n c i a . M e m a r a v i l l a q u e los es-
t o r i a . ¿ H a y a l g ú n s a b i o q u e n o sostenga este c o m b a t e i n t e r i o r toicos h a y a n t e n i d o la o s a d í a de n e g a r la existencia de esos
c o n t r a sus p a s i o n e s ? [ 9 ] . m a l e s y de a c o n s e j a r al sabio q u e , si son t a n fuertes q u e o n o
4. ¿ Q u é d i r e m o s de la v i r t u d q u e se l l a m a p r u d e n c i a ? p u e d e n o n o d e b e n s o p o r t a r l o s , se suicide y e m i g r e de esta v i d a .
¿ T o d a su v i g i l a n c i a n o se e n c a m i n a a d i s c e r n i r los b i e n e s de T a l es la e s t u p i d e z y el o r g u l l o de estos h o m b r e s q u e p r e t e n d e n
los m a l e s , p a r a b u s c a r sin e r r o r u n o s y h u i r o t r o s ? E l l a mis- h a l l a r el p r i n c i p i o de la felicidad en esta v i d a y en sí m i s m o s .
m a es u n a p r u e b a de q u e e s t a m o s en el m a l y de q u e el Y t a l es su d e s v e r g ü e n z a , que l l a m a n feliz al s a b i o , s e g ú n lo
m a l está en n o s o t r o s . E l l a n o s e n s e ñ a q u e es u n m a l c o n s e n t i r d e s c r i b e su v a n i d a d , a u n q u e q u e d e ciego, s o r d o , m u d o , física-
en la l i b i d o p e c a m i n o s a y q u e es u n b i e n n o c o n s e n t i r en e l l a . m e n t e i m p o s i b i l i t a d o , o esté a t o r m e n t a d o con a q u e l l o s c r u e l e s
Y ese m a l q u e la p r u d e n c i a n o s e n s e ñ a a n o c o n s e n t i r y la d o l o r e s , o le s o b r e v e n g a otro m a l q u e se vea p r e c i s a d o a d a r s e
t e m p l a n z a n o s h a c e c o m b a t i r , n i la p r u d e n c i a n i la t e m p l a n z a la m u e r t e , f i n a l i z a n d o así esta v i d a . ¡ O h v i d a d i c h o s a , q u e re-
lo d e s c a r t a n en esta vida. c u r r e a la m u e r t e p a r a d e j a r de s e r ! Si es feliz, siga v i v i e n d o ,
¿ Q u é d e c i r de la j u s t i c i a , c u y o o b j e t o es d a r a cada u n o lo y si h u y e de e l l a m o v i d o p o r estos m a l e s , ¿ c ó m o es f e l i z ? ¿ N o
s u y o ? (Así, e n el h o m b r e h a y u n o r d e n j u s t o y p r o c e d e n t e de son m a l e s a c a s o los q u e t r i u n f a n s o b r e la f o r t a l e z a y la o b l i g a n
la n a t u r a l e z a , según el c u a l el a l m a está s o m e t i d a a D i o s y la n o s o l a m e n t e a la r e n d i c i ó n , sino t a m b i é n al d i s p a r a t e de con-
c a r n e a l a l m a , y el a l m a y la c a r n e a D i o s . ) [ 1 0 ] . ¿ N o es ver- s i d e r a r feliz u n a v i d a que d e b e h u i r s e ? ¿ Q u i é n es t a n ciego
d a d q u e t a m b i é n esta v i r t u d p r u e b a q u e a ú n t r a b a j a en esa q u e n o vea q u e , si es feliz, n o d e b e h u i r s e ? Y si a d m i t e n q u e
o b r a y q u e t o d a v í a n o h a l l e g a d o al fin de la m i s m a ? E l a l m a debe h u i r s e p o r el p e s o de la e n f e r m e d a d q u e la o p r i m e , ¿poi-
q u é n o r e c o n o c e n q u e es m i s e r a b l e , a l l a n a n d o su s o b e r b i a cer-
cum perfici volumus finem summi boni, nisi ut caro adversus spiritum viz? U n a p r e g u n t a : ¿ C a t ó n se m a t ó p o r p a c i e n c i a o m á s b i e n
non concupiscat, nec sit in nobis lioc vitium, contra quod spiritus con-
cupiscat? Quod in hac vita quamvis velimus, quoniam faceré non vale-
mus, id saltem iu adiutorio Dei faciamus, ne carni concupiscenti adversus nondum salvos, quomodo iam beatos illa finali beatitudine dicere audebi-
spiritum, spiritu succumbente cedamus, et ad perpetrandum peccatum mus? Iam vero illa virtus, cuius nomen est fortitudo. in quantacumque
nostra consensione pertrahamur. Absit ergo ut, quamdiu in hoc bello in- sapientia evidentissima testis est humanorum malorum, quae compellitnr
testino sumus, iam nos beatitudinem, ad quam vincendo volumus pervenire, patientia tolerare. Quae mala Stoici philosophi miror qua fronte mala
adeptos esse credamus. Et quis est usque adeo sapiens, ut contra libídines non esse contendant, quibus fatentur, si tanta fuerint, ut ea sapiens vel
nullum habeat omnino conflictum? non possit, vel non debeat sustinere, cogi eura mortem sibimet inferre,
4. Quid illa virtus, quae prudentia dicitur? nonne tota vigilantia sua atque ex hac vita emigrare. Tantus autem superbiae stupor est in his
bona discernit a malis, ut in illis appetendis istisque vitandis nullus error hominibus, hic se habere finem boni et a se ipsis fieri beatos putantibus,
obrepat? Ac per lioc et ipsa nos in malis, vel mala in nobis esse testatur. ut sapiens eorum, hoc est, qualem mirabili vanitate describunt, etiamsi
Ipsa enim docet nos, malum esse ad peccandum consentiré, bonumque esse excaecetur, obsurdescat, obmutescat, membris debilitetur, doloribus cru-
ad peccandum non consentiré libidini. Illud tamen malum, cui nos non cietur, et si quid aliud talium malorum dici aut cogitan potest, incidat
consentiré docet prudentia, facit temperantia, nec prudentia, nec tempe- in eum, quo sibi mortem cogatur inferre, hanc in his malis vitam consti-
rantia tollit huic vitae. Quid iustitia, cuius munus est sua cuique tribuere tutam, eos non pudeat beatam vocare. O vitam beatam, quae ut finiatur,
(unde fit in ipso homine quidam iustus ordo naturae, ut anima subdatur mortis quaerit auxilium! Si beata est, maneatur in ea: si vero propter
Deo et animae caro, ac per hoc Deo et anima et caro), nonne demonstrat ista mala fugitur ab ea, quomodo est beata? Aut quomodo ista non sunt
in eo se adhuc opere laborare potius, quam in huius operis iam fine re- mala, quae vincunt fortitudinis bonum, eamdemque fortitudinem non
quiescere? Tanto quippe mirras anima subditur Deo, quanto minus Deum solum sibi cederé, verum etiam delirare compellunt, ut eamdem vitam et
in ipsis suis cogitationibus concipit; et tanto minus animae subditur caro, dicat beatam, et persuadeat esse fugiendam? Quis usque adeo caecus est,
quanto magis adversus spiritum concupiscit. Quamdiu ergo nobis inest ut non videat quod, si beata esset, fugienda non esset? Sed si propter
haec infirmitas, haec pestis, hic languor, quomodo nos iam salvos; et si infirmitatis pondus, qua premitur, hanc fugiendam fatentur; quid igitur
causae est, cur non etiam miseram fracta superbiae cervice fateantur?
Ptrum, obsecro, Cato ille patientia, an potius impatientia se peremit? Non
1378 LA CIUDAD DE DIOS XIX, 4, 5
XIX, 4, 5 FINES DE I<AS DOS CIUDADIiS 1379
p o r i m p a c i e n c i a ? Y o creo q u e n o lo h u b i e r a h e c h o de h a b e r
sufrido p a c i e n t e m e n t e la v i c t o r i a de C é s a r . ¿ D ó n d e está su for- g r a n fuerza q u e o b l i g a al h o m b r e e i n c l u s o al s a b i o , según ellos,
t a l e z a ? Cedió, se r i n d i ó , fué t a n v e n c i d o , q u e a b a n d o n ó y de- a d e j a r de ser h o m b r e . P o r q u e d i c e n — y dicen v e r d a d — q u e éste
sertó de la v i d a feliz. ¿ O es q u e ya n o e r a feliz? E n t o n c e s e r a es el g r i t o p r i m e r o y s u p r e m o de la n a t u r a l e z a : q u e el h o m b r e
m i s e r a b l e . Y ¿ c ó m o n o s e r í a n m a l e s los q u e h a c í a n l a v i d a mi- se a m e a sí m i s m o y h u y a , c o m o c o n s e c u e n c i a , n a t u r a l m e n t e
s e r a b l e y d i g n a de h u i r s e ? [ 1 1 ] . la m u e r t e [ 1 2 ] . Y es t a n a m i g o de sí p r o p i o , q u e q u i e r e ser
5. A u n los p e r i p a t é t i c o s , los de la a n t i g u a A c a d e m i a , de a n i m a l y c o n s e r v a r esta u n i ó n í n t i m a de c u e r p o y a l m a , y a p e -
los q u e V a r r ó n se m u e s t r a defensor, y c u a n t o s a d m i t e n la exis- tece esto con v e h e m e n c i a . H a y u n a g r a n v i o l e n c i a en esos ma-
t e n c i a de esos m a l e s , h a b l a n con m á s t o l e r a n c i a . P e r o su erról- les, q u e s u p e r a n el s e n t i d o de la n a t u r a l e z a , q u e lleva a e v i t a r
es t o d a v í a e x t r a ñ o , p o r q u e sostienen q u e la v i d a es feliz, a u n q u e la m u e r t e a t o d a costa y p o r t o d o s l o s m e d i o s . Y lo s u p e r a de
esos m a l e s sean t a n d u r o s q u e o b l i g u e n p a r a h u i r l o s a inferirse tal f o r m a , q u e a h o r a desea y a p e t e c e l a m u e r t e , y si n o h a y
la m u e r t e p o r p r o p i a c u e n t a . Los tormentos y los dolores del q u i e n se la dé, el h o m b r e se la infiere a sí m i s m o p o r su p r o p i a
cuerpo son males—dice V a r r ó n — , y tanto peores cuanto más m a n o . H a y u n fuerte p o d e r en esos m a l e s q u e h a c e n a la for-
pueden aumentarse. Por eso, para verte libre de ellos, debes t a l e z a h o m i c i d a , si es q u e en este caso d e b e l l a m a r s e fortaleza,
huir de esta vida. — ¿ D e q u é v i d a ? , p r e g u n t o y o . — D e esta p u e s q u e , v e n c i d a p o r e l l o s de f o r m a t a l que. e l l a , q u e c o m o
vida t a n c a r g a d a de m a l e s , r e s p o n d e él. v i r t u d se h a b í a h e c h o c a r g o del g o b i e r n o y de la defensa del
h o m b r e , n o sólo n o p u e d e c o n s e r v a r su ser p o r l a p a c i e n c i a ,
¿ Q u e es feliz en m e d i o de estos m a l e s , p o r los q u e dices que
s i n o q u e — ¡ y esto es lo t r i s t e ! — s e ve o b l i g a d a a d a r s e la m u e r -
d e b e h u i r s e ? ¿ O es q u e la l l a m a s feliz j u s t a m e n t e p o r q u e te
te. E s v e r d a d q u e el s a b i o d e b e sufrir p a c i e n t e m e n t e la m u e r t e ,
es lícito a p a r t a r t e de esos m a l e s con la m u e r t e ? ¿ Q u é p a s a r í a
p e r o c u a n d o viene de m a n o e x t r a ñ a . Si, p u e s , s e g ú n ellos, se ve
si, p o r u n o c u l t o j u i c i o de D i o s , f u e r a s r e t e n i d o e n t r e estos
o b l i g a d o a i n f e r í r s e l a a sí m i s m o , es p r e c i s o a d m i t i r q u e t a l e s
m a l e s , sin p e r m i t í r s e t e m o r i r ni s e p a r a r l e j a m á s de e l l o s ? A la
a c c i d e n t e s son p a r a e l l o s n o sólo m a l e s , s i n o m a l e s i n t o l e r a b l e s ,
v e r d a d q u e e n t o n c e s d a r í a s a esta vida, p o r lo m e n o s , el cali-
q u e les o b l i g a n a c o m e t e r ese d e s a f u e r o . U n a v i d a o p r i m i d a p o r
ficativo de m i s e r a b l e . N o deja, p u e s , de ser m i s e r a b l e p o r ser
el p e s o de t a n t a s y t a l e s m i s e r i a s , o sujeta a los a c o n t e c e r e s
p r e s t o a b a n d o n a d a , p u e s t o q u e , si fuera e t e r n a , tú m i s m o l a
e x t e r n o s , n o sería j a m á s l l a m a d a feliz si los h o m b r e s , q u e le
t a c h a r í a s de m i s e r a b l e . Y n o p o r ser b r e v e d e b e p a r e c e m o s q u e
d a n ese n o m b r e , c o m o ceden a la i n f e l i c i d a d v e n c i d o s p o r ese
n o es m i s e r i a , o q u e — m a y o r a b s u r d o t o d a v í a — , p o r ser u n a
a l u d de m a l e s q u e los l l e v a a d a r s e m u e r t e , se d i g n a r a n ceder
m i s e r i a b r e v e , d e b e l l a m a r s e f e l i c i d a d . H a y en esos m a l e s u n a
a la f e l i c i d a d r i n d i é n d o s e a la e v i d e n c i a de l a s r a z o n e s e n la
enim hoc fecisset, nisi victoriara Caesaris impatienter tulisset. Ubi est b ú s q u e d a de la v i d a feliz, y n o c r e y e r a n q u e en esta m o r t a l i d a d
fortitudo? Nempe cessit, nempe succubuit, nempe usque adeo superata est, se d e b e g o z a r del s u m o b i e n . A q u í l a s v i r t u d e s m i s m a s , lo m á s
ut vitam beatam derelinqueret, desereret, fugeret. An non erat iam beata? n o b l e y útil del h o m b r e , c u a n t o m a y o r a y u d a n o s b r i n d a n con-
Misera ergo erat. Quomodo igitur mala non erant quae vitam miseram
fugiendamque faciebant?
5. Quapropter etiam ipsi, qui mala ista esse confessi sunt, sicut Pe- propterea mortem naturaliter fugiat; ita sibi amicus, ut esse se animal, et
ripatetici, sicut veteres Academici, quorum sectam Varro defendit, tole- in hac coniunctione corporis atque animae vivere velit, vehementerque
rabilius quidem loquuntur: sed eorum quoque mirus est error, quod in appetat. Magna vis est in eis malis', quibus iste naturae vincitur sensus,
his malis, etsi tam gravia sint, ut morte fugienda sint, ab ipso sibimet quo mors Omni modo ómnibus viribus conatibusque vitatur; et ita vinci-
illata, qui haec patitur, vitam beatam tamen esse contendunt. «Mala sunt, tur, ut quae vitabatur, optetur, appetatur, et, si non potuerit aliunde con-
inquit, tormenta atque cruciatus corporis; et tanto sunt peiora, quanto tingere, ab ipso homine sibimet iníeratur. Magna vis est in eis malis, quae
potuerint esse maiora; quibus ut careas, ex hac vita fugiendum est». Qua fortitudinem faciunt homicidam: si tamen adhuc dicenda est fortitudo,
vita, obsecro? Hac, inquit, quae tantis aggravatur malis. Certe ergo beata quae ita his malis vincitur, ut hominem, quem, sicut virtus, regendum
est in eisdem ipsis malis, propter quae dicis esse fugiendam? An ideo tuendumque suscepit, non modo non possit per patientiam custodire, sed
beatam dicis, quia licet tibi ab his malis morte discedere? Quid si ergo ipsa insuper cogatur occidere. Debet quidem etiam mortem sapiens ierre
in eis aliquo iudicio divino tenereris, nec permittereris mori, nec unquara patienter, sed quae accidit aliunde: secundum istos autem si eam sibi
sine illis esse sinereris? Nempe tune saltem miseram talem díceres vitam. ipse iníerre compellitur, proferto fatendum est eis, non solum mala, sed
Non igitur propterea misera non est, quia cito relinquitur: quandoquidem intolerabilia etiam mala esse, quae hoc eum perpetrare compellunt. Vita
si sempiterna sit, etiam abs te ipso misera iudicatur. Non itaque propterea, igitur, qua istorum tam magnorum tamque gravium malorum aut premitur
quoniam brevis est, nulla miseria debet videri; aut, quod est absurdius, oneribus, aut subiacet casibus, nullo modo beata diceretur, si nomines qui
quia brevis miseria est, ideo etiam beatitudo appellari. Magna vis est in hoc dicunt, sicut victi malis ingravescentibus, cum sibi ingerunt mortem,
eis malis, quae cogunt hominem, secundum ipsos etiam sapientem. sibimet cedunt infelicitati, ita victi certis rationibus, cum quaerunt beatam vitam,
auferre quod homo est: cum dicant, et verum dicant, hanc esse naturae dignarentur cederé veritati, et non sibi putarent in ista mortalitate fine
primam quodammodo et maximam vocem, ut homo concilietur sibi, et summi boni esse gaudendum; ubi virtutes ipsae, quibus hic certe nihil
melius atque utilius in homine reperitur, quanto maiora sunt adiutoria
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i3'g£> CIUDAD DE DIOS X I X , 4, 5
XIX, 5 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1S81
tra la v i o l e n c i a d e los p e l i g r o s , de los d o l o r e s y de los t r a b a j o s ,
t a n t o m á s fieles testigos son d e las m i s e r i a s . P o r q u e , si n o son
C A P I T U L O V
v e r d a d e r a s v i r t u d e s — y éstas n o p u e d e n p o s e e r l a s sino los q u e
tienen u n a verdadera piedad—, no permiten a nadie librarse L A VIDA S O C I A L Y S U S D I F I C U L T A D E S
de m i s e r i a a l g u n a . Y n o h a c e n esta p r o m e s a p o r q u e l a s ver-
d a d e r a s v i r t u d e s n o s a b e n m e n t i r . P r o m e t e n , eso sí, q u e la v i d a N u e s t r a m á s a m p l i a a c o g i d a a la o p i n i ó n de q u e la v i d a del
h u m a n a , c o n s t r e ñ i d a a , ser m i s e r a b l e e n t r e los m i l m a l e s de sabio es v i d a d e s o c i e d a d . P o r q u e ¿ d e d ó n d e se o r i g i n a r í a ,
este m u n d o , p u e d e ser feliz con la e s p e r a n z a y a la vez sal- c ó m o se d e s a r r o l l a r í a y c ó m o l o g r a r í a su fin la C i u d a d d e
va [ 1 3 ] . P o r q u e ¿ c ó m o será feliz si n o es a ú n s a l v a ? P o r e s o , D i o s — o b j e t o d e esta o b r a , cuyo l i b r o X I X e s t a m o s e s c r i b i e n d o
el a p ó s t o l S a n P a b l o , h a b l a n d o , n o de l o s h o m b r e s i m p r u d e n - a h o r a — s i la v i d a d e los s a n t o s n o f u e r a v i d a s o c i a l ? M a s
tes, i m p a c i e n t e s , i n t e m p e r a n t e s e i n i c u o s , s i n o de los q u e viven ¿ q u i é n será c a p a z d e e n u m e r a r l a infinidad y g r a v e d a d de l o s
s e g ú n la v e r d a d e r a p i e d a d y tienen v i r t u d e s a u t é n t i c a s , d i c e : m a l e s a q u e está sujeta la s o c i e d a d h u m a n a e n esta m í s e r a
Porque no somos salvos sino en esperanza. Pero no se dice que condición m o r t a l ? ¿Quién bastará a p o n d e r a r l o s ? Escuchen a
uno tenga esperanza de aquello que ya ve, pues lo que uno ya u n o d e s u s p o e t a s c ó m i c o s , q u e p o n e e n b o c a de u n p e r s o n a j e ,
ve, ¿cómo lo podrá esperar? Si esperamos, pues, lo que no con la a p r o b a c i ó n d e t o d o el a u d i t o r i o , estas p a l a b r a s :
vemos todavía, lo aguardamos por la paciencia. L a felicidad Tomé esposa y allí experimenté toda miseria. Me nacieron los hijos,
s i g u e el m i s m o c a m i n o q u e la s a l v a c i ó n , el d e la e s p e r a n z a . y otro cuidado más.
Y c o m o la s a l v a c i ó n n o la t e n e m o s p r e s t o , sino q u e la e s p e r a -
Y ¿ q u é d e c i r d e los c h o q u e s de a m o r , d e s c r i t o s p o r el m i s m o
m o s f u t u r a , así p a s a con la f e l i c i d a d . E s t a c l á u s u l a : por la pa-
Terencio, injurias, sospechas, enemistades, guerra h o y y maña-
ciencia, está p u e s t a p o r q u e v i v i m o s e n t r e m a l e s , q u e es p r e c i s o
n a p a z ? ¿ N o e s v e r d a d q u e las c o p a s h u m a n a s r e b o s a n d e estos
tolerar pacientemente, hasta que logremos los bienes inefables
l i c o r e s ? ¿ N o es v e r d a d q u e esto s u c e d e t a m b i é n con f r e c u e n c i a
que nos deleitarán plenamente. Entonces no h a b r á ya nada que
en los a m o r e s h o n e s t o s e n t r e a m i g o s ? [ 1 4 ] . ¿ N o es v e r d a d q u e
t o l e r a r . L a s a l v a c i ó n de la o t r a v i d a será, p o r c o n s i g u i e n t e , la
los h o m b r e s s e n t i m o s p o r d o q u i e r i n j u r i a s , s o s p e c h a s , enemista-
felicidad final. Y los filósofos, q u e n o q u i e r e n c r e e r p o r q u e n o
des y g u e r r a s ? E s t o s son m a l e s c i e r t o s , p e r o la p a z es u n b i e n
ven, se f o r j a n a su a n t o j o el f a n t a s m a de u n a felicidad t e r r e n a ,
i n c i e r t o , p o r q u e d e s c o n o c e m o s los c o r a z o n e s d e a q u e l l o s c o n
f u n d a d o s e n u n a v i r t u d t a n t o m á s e n g a ñ o s a c u a n t o m á s so-
q u i e n e s q u e r e m o s t e n e r l a , y, a u n q u e los c o n o z c a m o s h o y , n o sa-
berbia.
b e m o s q u é s e r á n m a ñ a n a . ¿ Q u i é n e s s u e l e n o, a l m e n o s , d e b e n

contra vim periculorum, laborum, dolorum, tanto fideliora testimonia m¡-


seriarum. Si enim verae virtutes sunt, quae nisi in eis, quibus vera inest CAPUT V
pietas, esse non possunt; non se profitentur hoc posse ut nullas miserias DE SOCIAM VITA, QUAE CUM MÁXIME EXPETENDA SIT, MULTIS OFFENSIOWBUS
patiantur nomines, in quibus sunt: ñeque enim mendaces sunt verae vir- SAEPE SUBVERTITDR
tutes, ut hoc profiteantur; sed ut vita humana, quae tot et tantis huius
saeculi malis esse cogitur misera, spe futuri saeculi sit beata, sicut et Quod autem socialem vitam volunt esse sapientis, nos multo amplius
salva. Quomodo enim beata est, quae nondum salva est? Unde et aposto- approbamus. Nam unde ista Dei civitas, de qua huius operis ecce iam
lus Paulus non de hominibus imprudentibus, impatientibus, intemperan- undevicesimum librum versamus in manibus, vel inchoaretur exortu, vel
tibus et iniquis, sed de his qui secundum veram pietatem viverent, et ideo progrederetur excursu, vel apprehenderet débitos fines, si non esset so-
virtutes quas haberent, veras haberent, ait, Spe enim salvi facti sumas. cialis vita sanctorum? Sed in huius mortalitatis aerumna quot et quantis
Spes autem quae videtur, non est spes: quod enim quis videt, quid sperat? abundet malis societas humana, quis enumerare valeat? quis aestimare
Si autem quod non videmus speramus, per patientiam exspectamus s . Sicut sufficiat? Audiant apud cómicos suos hominem cum sensu atque consensu
ergo spe salvi, ita spe beati facti sumus: et sicut salutem, ita beatitudinem, omnium hominum dicere:
non iam tenemus praesentem, sed exspectamus futuram: et hoc per pa- Duxi uxorem, quam ibi raiseriatn vidi! Nati filii,
tientiam; quia in malis sumus, quae patienter tolerare debemus, doñee Alia cura G.
ad illa veniamus bona ubi omnia erunt, quibus ineffabiliter delectemur; Quid itidem illa, quae in amore vitia commemorat idem Terentius, iniu-
nihil erit autem, quod iam tolerare debeamus. Talis salus, quae in futuro riae, suspiciones, inimicitiae, bellum, pax xursum': nonne res humanas
erit saeculo, ipsa. erit etiam finalis beatitudo. Quam beatitudinem isti ubique impleverunt? nonne et in amicorum honestis amoribus plerumque
philosophi, quoniam non videntes nolunt credere, hic sibi conantur fal- contingunt? nonne his usquequaque plenae sunt res humanae, ubi iniu-
sissimam fabricare, quanto superbiore, tanto mendaciore virtute. rias, suspiciones, inimicitias, bellum, mala certa sentimus; pacem vero
5
incertum bonum, quoniam corda eorum, cum quibus eam tenere volumus,
Rom. 8,24 «t 25. ignoramos; et si nosse hodie possemus, qualia eras futura es-sent utique'
« TERENT., Aielphorum aot.5 scen.4 v. 13-14. . » Eunuch. act.i scen.t v.14-16,
1382 I,A CIUDAD DE DIOS XIX, 5 XIX, 6 FINES DE LAS DOS CIUDADÍS . 1383
t e n e r m á s a m i s t a d e n t r e sí q u e q u i e n e s se c o b i j a n b a j o u n m i s m o
t e c h o , en u n a m i s m a c a s a ? Y, sin e m b a r g o , ¿ q u i é n de ésos está
CAPITULO VI
seguro cuando v e l o s males acaecidos p o r ocultas maquinaciones,
m a l e s t a n t o m á s a m a r g o s c u a n t o m á s d u l c e fué la p a z considera-
d a c o m o v e r d a d e r a , s i e n d o u n a a s t u t a ficción? E s t o h i z o d e c i r a E R R O R D E L O S J U I C I O S H U M A N O S CUANDO LA VERDAD E S O C U L T A
C i c e r ó n estas p a l a b r a s , q u e h i e r e n el c o r a z ó n , i n v i t a n a l l o r a r y
a r r a n c a n l á g r i m a s : « N o h a y t r a i c i o n e s m á s p e l i g r o s a s q u e aque- ¿ Q u é d e c i r de l o s j u i c i o s q u e l o s h o m b r e s d a n s o b r e l o s
l l a s q u e se c u b r e n con la m á s c a r a del afecto o con n o m b r e d e h o m b r e s , a c t i v i d a d q u e n o p u e d e f a l t a r en l a s c i u d a d e s p o r
p a r e n t e s c o . P o r q u e es fácil p o n e r s e en g u a r d i a c o n t r a el enemi- m á s en p a z q u e e s t é n ? ¿ H e m o s p e n s a d o a l g u n a vez en cuá-
g o d e c l a r a d o ; p e r o , ¡ay, c u a n difícil es d a r con el m e d i o de les, c u a n m i s e r a b l e s y c u a n d o l o r o s o s s o n ? J u z g a n q u i e n e s
r o m p e r u n a t r a m p a secreta, i n t e r i o r y d o m é s t i c a , q u e e n c a d e n a n o p u e d e n l e e r en l a s c o n c i e n c i a s de q u i e n e s son j u z g a d o s .
a n t e s de p o d e r r e c o n o c e r l a y d e s c u b r i r l a ! » P o r este m o t i v o n o D e a q u í n a c e con f r e c u e n c i a l a n e c e s i d a d de r e c u r r i r con tor-
p u e d e oírse t a m p o c o sin d o l o r en el c o r a z ó n a q u e l l a voz divi- m e n t o s a testigos inocentes p a r a d e c l a r a r la v e r d a d de u n a
n a : Los enemigos del hombre serán los habitantes de su propia causa a j e n a . Y ¿ q u é d i r é del t o r m e n t o q u e se h a c e sufrir a l
casa. P o r q u e , a u n c u a n d o a l g u i e n sea t a n fuerte q u e a g u a n t e a c u s a d o en su p r o p i a c a u s a ? Y ¿ q u é , c u a n d o p a r a s a b e r si es
con p a c i e n c i a o t a n v i g i l a n t e q u e se g u a r d e con p r u d e n c i a de c u l p a b l e le a t o r m e n t a n , y, siendo i n o c e n t e , se le i m p o n e n p e n a s
l a s m a q u i n a c i o n e s q u e h a c e c o n t r a él u n a a m i s t a d fingida, nece- c i e r t a s p o r u n c r i m e n i n c i e r t o , n o p o r q u e se d e s c u b r e q u e lo
s a r i a m e n t e h a de ser p a r a él u n g r a v e t o r m e n t o el m a l de esos h a c o m e t i d o , s i n o p o r q u e se i g n o r a q u e n o lo h a c o m e t i d o ?
pérfidos h o m b r e s , si él es b u e n o , al d a r s e c u e n t a de q u e e l l o s L a i g n o r a n c i a del j u e z es, con frecuencia, la d e s d i c h a del ino-
son p é s i m o s . Y esto, b i e n f u e r a n s i e m p r e m a l o s y se fingieran cente. Y lo eme es m á s i n t o l e r a b l e , m á s de l l o r a r y m á s d i g n o ,
t a l e s , b i e n h a y a n t r o c a d o su b o n d a d en m a l i c i a [ 1 5 ] . Si la casa, si fuera p o s i b l e , de u n r i e g o a b u n d o s o de l á g r i m a s es q u e , orde-
refugio c o m ú n en estos m a l e s q u e a c e c h a n a los h o m b r e s , n o n a n d o el j u e z a t o r m e n t a r al r e o p a r a n o h a c e r m o r i r a u n ino-
está s e g u r a , ¿ q u é será de la c i u d a d ? ¿ Q u é será de la c i u d a d , cente p o r i g n o r a n c i a , sucede, p o r la m i s e r i a de esa i g n o r a n c i a ,
t a n t o m á s l l e n a de p l e i t o s , civiles y c r i m i n a l e s , c u a n t o m a y o r q u e m a t a al a t o r m e n t a d o e i n o c e n t e a q u i e n h a b í a a t o r m e n t a d o
es, a u n q u e e s c a p e a las t u r b u l e n t a s sediciones, con frecuencia p a r a n o m a t a r l e i n o c e n t e . Si, s e g ú n la d o c t r i n a de estos filóso-
s a n g r i e n t a s , y a l a s g u e r r a s civiles, sucesos de los q u e a veces fos, el reo a m a r a m á s h u i r de la v i d a q u e s u f r i r p o r m á s t i e m p o
se ven l i b r e s las c i u d a d e s , p e r o de los p e l i g r o s n u n c a ? esos t o r m e n t o s , d i r í a q u e h a c o m e t i d o u n c r i m e n q u e n o come-
tió. Y h e l o ya c o n d e n a d o y m u e r t o , y el j u e z a ú n n o s a b e si h a

nesciremus? Qui porro Ínter se amiciores solent esse, vel debent, quam
qui una etiam continentur domo? Et tamen quis inde securus est, cum
tanta saepe mala ex eorum occultis insidiis exstiterint; tanto amariora, CAPUT VI
quanto pax dulcior fuit; quae vera putata est, cum astutissime fingeretur?
Propter quod omnium pectora sic attingit, ut cogat in gemitum, quod ait DE ERRORE HUMANORDM IUDICIORUM, CUM VERITAS LATET
Tullius: «Nullae sunt occultiores insidiae, quam hae quae latent in simu- Quid ipsa iudicia hominum de hominibus, quae civitatibus in quanta-
latione officii, aut in aliquo necessitudinis nomine. Nam eum qui palam libet pace manentibus deesse non possunt, qualia putamus esse, quam
est adversarius, facile cavendo vitare possis: hoc vero occultum, intestinum misera, quam dolenda? quandoquidem hi iudicant, qui conscientias eorum,
ac domestícum malum non solum existit, verum etiam opprimit, antequam de quibus iudicant, cerneré nequeunt. Unde saepe coguntur tormentis
prospicere atque explorare potueris» 8. Propter quod etiam divina vox illa, innocentium testium ad alienam causam pertinentem quaerere veritatem.
Et inimici hominis, domestici eius 9, cum magno dolore cordis auditur; Quid cum in sua causa quisque torquetur; et cum quaeritur utrum sit
quia etsi quisque tam fortis sit, ut aequo animo perferat; vel tam vigi- nocens, cruciatur, et innocens luit pro incerto scelere certissimas poenas;
lans, ut próvido consilio caveat, quae adversus eum molitur amicitia si- non quia illud commisisse detegitur, sed quia non commisisse nescitur?
mulata: eorum tamen hominum perfidorum malo, cum eos esse pessimos Ac per hoc ignorantia iudicis plerumque est calamitas innocentis. Et quod
experitur, si ipse bonus est, graviter excrucietur necesse est; sive semper est intolerabilius, magisque plangendum, rigandumque, si fieri possit,
mali fuerint, et se bonos finxerint, sive in istam malitiam ex bonitate mu- fontibus lacrymarum; cum propterea índex torqueat aecusatum. ne occi-
tati sint. Si ergo domus commune perfugium in his malis humani generis dat nesciens innocentem, fit per ignorantiae miseriam. ut et tortum et
tuta non est, quid civitas, quae quanto maior est, tanto forum eius litibus innocentem occidat, quem ne innocentem occideret torserat. Si enim se-
et civilibus et criminalibus plenius, etiamsi quiescant, non solum turbu- cundum istorum sapientiam delegerit ex hac vita fugere. quam diutius illa
lentae, verum saepius et cruentae seditiones, ac bella civilia, a quorum sustinere tormenta; quod non commisit, commisisse se dicit. Qno damnato
eventis sunt aliquando liberae civitates, a periculis nunquam? et occiso, utrum nocentem an innocentem iudex occiderit, adhuc nescit,
8 quem ne innocentem nesciens occideret torsit: ac per hoc innocentem
CICER., in Vcrrem act.2 l.i C.15.
» Mt. 10,36. et ut sciret torsit, et dum nesciret occidit. In his tenebris vitae so-
1384 I/A CIUDAD DE DIOS XIX, 6
XIX, 7 FINES DE I,AS DOS CIUDADES 1365
dado muerte a un culpable o a un inocente, habiéndolo ator-
mentado para no matar por ignorancia a un inocente. Lo ator-
mentó para conocer su inocencia y lo mató sin conocerla. En CAPITULO VII
estas tinieblas de la vida civil, un juez que sea sabio, ¿se sen-
tará o no en el tribunal? Se sentará, sin duda, porque le cons-
triñe a eso y le obliga la sociedad humana, a la que considera DIVERSIDAD DE LENGUAS Y MISERIA DE LAS GUERRAS
crimen abandonar. ¡Y no considera crimen atormentar a testigos
inocentes en causas ajenas, y que los acusados, a menudo ven- Después de la ciudad o la urbe viene el orbe de la tierra,
cidos por la vehemencia del dolor, declarando de sí mismos tercer grado de la sociedad humana, que sigue estos pasos;
cosas falsas, sean condenados siendo inocentes, después de ha- casa, urbe y orbe. El universo es como el océano de las aguas:
ber sido atormentados inocentes! ¡Y no considera crimen tampo- cuanto mayor es, tanto más abunda en escollos. El primer foco
co que a veces los acusadores, quizá con el deseo de ser útiles a de separación entre los hombres es la diversidad de lenguas. Su-
la sociedad humana y con el fin de que no queden impunes los pongamos que en un viaje se encuentran un par de personas,
crímenes, mintiendo los testigos, y el reo haciendo con bravura ignorando una la lengua de la otra, y que la necesidad les obli-
frente a los tormentos, no confesando, sin poder probar aque- ga a caminar juntas un largo trecho. Los animales mudos, aun-
llos sus declaraciones, aunque sean verdaderas, son condenados que sean de diversa especie, se asocian más fácilmente que estos
por un juez ignorante! Estos no creen pecados tantos y tan dos, con ser hombres. Y cuando únicamente por la diversidad
enormes males, porque el juez sabio no los hace con voluntad de lenguas los hombres no pueden comunicar entre sí sus sen-
perversa, sino por ignorancia invencible, y como le fuerza a timientos, de nada sirve para asociarlos la más pura semejanza
ello la sociedad humana, lo hace también obligado por su ofi- de naturaleza [ 1 6 ] . Esto es tan verdad, que el hombre en tal
cio. Pero, si esto no puede achacarse a malicia del todo, sí me- caso está de mejor gana con su perro que con un hombre ex-
rece el nombre de miseria humana. Y si la necesidad, es decir, traño. Se ha trabajado para que la ciudad imperiosa imponga
su ignorancia y su oficio de juez le constriñen a castigar y a no sólo su yugo, sino también su lengua, a las naciones dome-
atormentar a los inocentes, ¿es poco no ser reo si no es además ñadas por la paz de la sociedad. Esta paz ha motivado esa
feliz? ¡Ah! ¡Cuánto más cuerda y dignamente oblaría recono- abundancia de intérpretes que vemos. Es verdad, pero esto ¡a
ciendo su miseria en esta necesidad y odiándola en sí mismo, costa de cuántas y cuan enormes guerras, de cuántos destrozos
y, si tiene algún sentimiento de piedad, clamando a Dios: Lí- y de cuánto derramamiento de sangre se ha logrado! Pasaron
brame de mis necesidades! estos males, y, sin embargo, su miseria no se acabó. Si bien es
cierto que no han faltado, ni faltan, naciones enemigas extran-

cialis, sedebit iudex ille sapiens, an non sedebit? Sedebit plañe. Constrin-
git enim eum, et ad hoc officium pertrahit humana societas, quam de-
serere nefas ducit. Hoc enim nefas esse non ducit, quod testes inno- CAPUT VII
centes in causis torquentur alienis: quod hi qui arguuntur, vi doloris
plerumque superati, et de se falsa confessi, etiam puniuntur innocentes, DE DIVERSITATE UNGUARUM, QUA SOCIETAS HOMINUM DIRIMITUR; ET DE
cum iam torti fuerint innocentes: quod etsi non morte puniantur, in ipsis MISERIA BELLORUM, ETIAM QUAE IUSTA DICUNTUR
vel ex ipsis tormentis plerumque moriuntur: quod aliquando et ipsi qui Post civitatem vel urbem sequitur orbis terrae, in quo tertium gradum
arguunt, humanae societati fortasse, ne crimina impunita sint, prodesse ponunt societatis humanae, incipientes a domo, atque inde ad urbem,
cupientes, et mentientibus testibus, reoque ipso contra tormenta durante deinde ad orbem progrediendo venientes: qui utique, sicut aquarum con-
immaniter, nec fatente, probare quod obiiciunt non valentes, quamvis vera geries, quanto maior est, tanto periculis plenior. In quo primum Ungua-
obiecerint, a iudice nesciente damnantur. Haec tot et tanta mala non rum diversitas hominem alienat ab homine. Nam si dúo sibimet invicem
deputat esse peccata: non enim haec facit sapiens iudex nocendi volún- fiant obviam, ñeque praeterire, sed simul esse aliqua necessitate cogantur,
tate, sed necessitate nesciendi; et tamen quia cogit humana societas, ne- quorum neuter norit linguam alterius; facilius sibi animalia muta, etiam
cessitate etiam iudicandi. Haec est ergo quam dicimus, miseria certe ho- diversi generis, quam illi, cum sint nomines ambo, sociantur. Quando enim
minis, etsi non malitia sapientis. An vero necessitate nesciendi atque iudi- quae sentiunt, Ínter se communicare non possunt, propter solam linguae
candi torquet insontes, punit insontes, et parum est illi quod non est diversitatem, nihil prodest ad consociandos nomines tanta similitudo na-
reus, si non sit insuper et beatus? Quanto consideratius et homine dignius turae: ita ut libentius homo sit cum cañe suo, quam cum homine alieno.
agnoscit in ista necessitate miseriam, eamque in se odit; et, si pie sapit, At enim opera data est, ut imperiosa civitas non solum iugum, verum
clamat ad Deum, De necessitatibus meis eme me? 10 etiam linguam suam domitis gentibus per pacem societatis imponeret; per
10
PS, 2/),T7. quam non deesset, imo et abundaret etiam interpretum copia. Verum est:
sed hoc quam multis et quam grandibus bellis, quanta strage hominum,
quanta effusione humani sanguinis comparatum est? Quibus transactis,
non est tamen eorumdem malorum finita miseria. Quamvis enim non
1386 U CIUDAD DE DIOS XIX, 7 XIX, 8 FINES DE U S DOS CIUDADES 1387

jeras contra las cuales se han librado siempre y se libran aún


hoy guerras, sin embargo, la misma grandeza del imperio ha
CAPITULO VIII
dado origen a guerras de peor laya, a las guerras sociales y a
las civiles. El género humano padece con ellas tremendas sacu-
didas, tanto cuando se guerrea para conseguir la paz como INSEGURIDAD DE LA AMISTAD EN ESTA VIDA
cuando se teme un nuevo levantamiento. Si quisiera exponer
como se merecen los mil estragos de esos males, sus duras e Y si no se da esa ignorancia rayana en la demencia, fre-
inhumanas crueldades, aunque por una parte me sería imposi- cuente, por cierto, en la mísera condición de esta vida, que nos
ble pintarlo como exige, por otra, ¿cuál sería el fin de este hace creer al amigo enemigo, o al enemigo amigo, ¿qué conso-
prolijo discurso? lación mejor hallamos, entre las agitaciones y penalidades de
la sociedad humana, que la fe sincera y el mutuo amor de los
El sabio—añaden ellos—ha de librar guerras justas. ¡Como buenos y auténticos amigos? Pero cuantos más y en más lugares
si el sabio, consciente de que es hombre, no sentirá mucho más los tenemos, tanto más tememos que les suceda algún accidente
verse obligado a declarar guerras justas, pues, si no fueran de esos que llenan el mundo [ 1 8 ] . Porque no nos preocupa so-
justas, no debía declararlas, y, por tanto, para él no habría lamente que no sean afligidos por el hambre, las guerras, las
guerras! La injusticia del enemigo es la causa de que el sabio enfermedades, la cautividad y los males que esto lleva consigo,
declare guerras justas [ 1 7 ] . Y esa injusticia, aunque no fuera imposibles de imaginar, sino que además tememos—y es te-
acompañada de la guerra, simplemente por ser tara humana, mor mucho más amargo—que se tornen pérfidos y malvados.
debe deplorarla el hombre. Es evidente, pues, que quien consi- Y cuando esto sucede (evidentemente tanto más cuanto más y
dere con dolor males tan enormes, tan horrendos y tan inhu- más diferentes son nuestros amigos) y llega a nuestro conoci-
manos, reconoce en ellos la miseria. Y el que los sufre o miento, ¿quién podrá darse cuenta de las llamas en que arde
considera sin dolor es mucho más miserable al creerse feliz, nuestro corazón sino el que siente tales reveses? Preferiríamos
porque ha perdido el sentimiento humano. saber a nuestros amigos muertos, aunque aun esto no podría-
mos saberlo sin dolor. ¿Cómo es posible que la muerte de per-
sonas cuya vida nos deleitaba con los solaces dé la amistad
defuerint, ñeque desint hostes exterae nationes, contra quas sempor bella no nos inyecte la tristeza en el alma? [ 1 9 ] . Quien proscribe
gesta sunt, et geruntur: tamen etiam ¡psa imperii latitudo peperit peioris esta tristeza, proscriba, si puede, las charlas entre amigos. In-
generis bella, socialia scilicet et civilia; quibus miserabilius quatitur ge-
nus humanum, sive cum belligeratur, ut aliquando conquiescant; sive cum
timetur, ne rursus exsurgant. Quorum malorum multas et multíplices cla-
des, duras et dirás necessitates, si ut dignum est eloqui velim, quanquam CAPUT VIII
nequáquam sicut res postulat possim; quis erit prolixae disputationis mo-
dus? Sed sapiens, inquiunt, iusta bella gesturus est. Quasi non, si se Q ü O D AMICITIA BONORUM SECURA ESSE NON POSSIT, DÜM A PERIfULIS QUAE
hominem meminit, multo magis dolebit iustorum necessitatem sibi exsti- IN HAC VITA SUNT, TREPIDARI NECESSE SIT
tisse bellorum; quia nisi iusta essent, ei gerenda non essent, ac per hoc sa-
pienti nulla bella essent. Iniquitas enim partís adversae iusta bella ingerit Si autem non contingat quaedam ignorantia similis dementiae, quae
gerenda sapienti: quae iniquitas utique homini est dolenda, quia hominum tamen in huius vitae misera conditione saepe contingit, ut credatur vel
est, etsi nulla ex ea bellandi necessitas nasceretur. Haec itaque mala tam amicus esse qui inimicus est, vel inimicus qui amicus est; quid nos con-
magna, tam horrenda, tam saeva, quisquís cum dolore considerat, mise- solatur in hac humana societate erroribus aerumnisque plenissima, nisi
riam fateatur. Quisquís autem vel patitur ea sine animi dolore, vel cogitat, fides non ficta, et mutua dilectio verorum et bonorum amicorum? Quos
multo utique miserius ideo se putat beatum, quia et humanum perdidit quanto plures et in locis pluribus habemus, tanto longius latiusque rae-
sensum. tuimus, ne quid eis contingat malí de tantis malorum aggeribus huius
saeculi. Non enim tantummodo solliciti sumus, ne fame, ne bellis, ne
morbis, ne captivitatibus affligantur, ne in eadem servitute talia patiantur,
qualia nec cogitare sufficimus: verum etiam, ubi timor est multo amarior,
ne in perfidiam, malitiam nequitiamque mutentur. Et quando ista con-
tingunt (tanto utique plura, quanto illi sunt plures, et in pluribus locis)
et in nostram notitiam perferuntur, quibus cor nostrum flagris uratur,
quis potest, nisi qui talia sentit, advertere? Mortuos quippe audire
mallemus: quamvis et hoc sine dolore non possimus audire. Quorum enim
nos vita propter amicitiae solatia delectabat, unde fieri potest ut eorum
mors nullam nobis ingerat moestitudinem? Quam qui prohibet, prohibeat,
si potest, amica colloquia, interdicat amicalem vel intercidat affectum.
1388 LA CIUDAD DE DIOS XIX, 8 XIX, 9 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1389
terrumpa o corte el hilo del afecto amigable, rompa los lazos
más dulces de las relaciones humanas, y esto no lo hará sin CAPITULO IX
cruel estupor. O, si no, crea que es preciso usar de ellos sin
que la amistad aliente en el espíritu ese aire de dulzura. Y si
todo esto es imposible, ¿cómo no nos ha de ser amarga la LA AMISTAD DE LOS SANTOS ÁNGELES Y EL PORQUÉ DE QUE
muerte de aquel cuya vida nos es dulce? [ 2 0 ] . De aquí nace SE NOS OCULTE
esa melancolía, esa especie de herida o llaga del corazón, no
inhumana, que sólo halla curación en los dulzores de las con- En cuanto a los santos ángeles, es decir, a la cuarta socie-
solaciones. Decir que esas heridas se restañan tanto más presto dad que establecieron los filósofos que pretenden que tengamos
y fácilmente cuanto mejor es el alma, no es decir que no hay a los dioses por amigos, pasando del orbe al mundo y abarcan-
llaga en el alma. Aunque la muerte de los seres más queridos, do así en cierto modo también el cielo, no tememos que tales
sobre todo si son forjadores de los lazos sociales, pinche más amigos nos contristen con su muerte o con su depravación.
blanda o más duramente en la vida de los mortales, sin em- Pero, como no tenemos con ellos esa familiaridad que tenemos
bargo, preferimos verlos morir a verlos desertar de la fe o de con los demás, hombres (que es uno de los gajes de la vida)
las buenas costumbres, que es morir en el alma. De esta in- y como a veces Satanás, según la Escritura, se transfigura en
mensa cantidad de males está llena la tierra. Por eso está es- ángel de luz para ,tentar a aquellos que o tienen necesidad de
crito : ¿No es verdad que la vida del hombre sobre la tierra es ser así probados o merecen ser engañados, la gran misericordia
tentación? Y por eso dice el Señor: ¡Ay del mundo por los de Dios es necesaria, para que nadie, creyendo tener por ami-
escándalos! Y asimismo: Porque abundó la iniquidad se en- gos a los ángeles buenos, tenga por amigos fingidos a demonios
friará la caridad de muchos. He aquí por qué debemos felici- malos, enemigos tanto más dañinos cuanto más astutos y fala-
tarnos por la muerte de nuestros mejores amigos. Y cuando ces. Y ¿quién tiene necesidad de la gran misericordia de Dios
nuestro corazón sea presa de la angustia, consolémonos y pen- sino la gran miseria humana, que se ve oprimida por una ig-
semos que la muerte ha librado a los amigos de los males que norancia tan supina, que la simulación de los demonios la en-
hieren, depravan o, al menos, ponen en peligro en esta vida gaña fácilmente? Es certísimo que esos filósofos que dijeron
aun a los hombres buenos. tener a los dioses por amigos cayeron en la ciudad impía en la
trampa de los demonios, dominadores de toda esta ciudad, que
ha de tener con ellos un suplicio eterno. Porque a la vista de
omnium humanarum necessitudinum vincula mentís immiti stupore dis-
rumpat; aut sic eis utendum censeat, ut nulla ex eis animum dulcedo
perfundat. Quod si fieri nullo modo potest, etiam hoc quo pacto futurum CAPUT IX
est, ut eius nobis amara mors non sit, cuius dulcís est vita? Hinc est
enim et luctus, quoddam non inhumani cordis quasi vulnus, aut ulcus, DE AMICITIA SANCTORUM ANGELORUM, QUAE HOMIOT IN HOC MUNDO NON
cui sanando adhibentur officiosae consolationes. Non enim propterea non POTEST ESSE MANIFESTA, PROPTER FALLACIAM DAEMONUM, IN QUOS INCIDERUNT
est quod sanetur, quoniam quanto est animus melior, tanto in eo citius QUI MULTOS SIBI DÉOS COLENDOS PUTARUNT
faciliusque sanatur. Cum igitur etiam de charissimorum mortibus, máxime In societate vero sanctorum Angelorum, quam philosophi illi, qui nobis
quorum sunt humanae societati officia necessaria, nunc mitius, nunc as- déos amicos esse voluerunt, quarto constituerunt loco, velut ad mundum
perius affliga tur vita mortalium; mortuos tamen eos, quos diligimus, quam venientes ab orbe terrarum, ut sic quodammodo complecterentur et cae-
vel a fide, vel a bonis moribus lapsos, hoc est, in ipsa anima mortuos lum; nullo modo quidem metuimus, ne tales amici vel morte nos sua,
audire seu videre mallemus: qua ingenti materia malorum plena est térra: vel depravatione contristent. Sed quia nobis non ea qua homines familia-
propter quod scriptum est, Numquid non tentatio est vita humana super ritate miscentur (quod etiam ipsum ad aerumnas huius pertinet vitae) et
terram? u Et propter quod ipse Dominus ait, Vae mundo ab scandalis l z : aliquando satanás, sicut legimus transfigurat se velut angelum lucis li, ad
et iterum, Quoniam abundavit, inquit, iniquitas, refrigescet chantas muí- tentandos eos quos ita vel erudiri opus est, vel decipi iustum est; magna
torum13. Ex quo fit, ut bonis amicis mortuis gratulemur, et cum mors Dei misericordia necessaria est, ne quisquam, cum bonos Angelos amicos
eorum nos contristet, ipsa nos certius consoletur: quoniam malis carue- se habere putat, habeat malos daemones amicos fictos, eosque tanto no-
runt, quibus in hac vita etiam boni nomines vel conteruntur, vel depra- centiores, quanto astutiores ac fallaciores patiatur inimicos. Et cui magna
vantur, vel in utroque periclitantur. ista Dei misericordia necessaria est, nisi magnae humanae miseriae, quae
11
I o b 7,i. ignorantia tanta premitur, ut facile istorum simulatione fallatur? Et illos
12
M t . 18,7. quidem philosophos in impia civitate, qui déos sibi amicos esse dixerunt,
13
I b i d . , 2<],i2. in daemones malignos incidisse certissimum est, quibus tota ipsa civitas
subditur, aeternum cum eis habitura supplicium. Ex eorum quippe sacris,
14
2 C o r . 11,14.
1300 U CIUDAD DE DIOS xrx, 10
X I X , 11 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1391
todos está p o r l o s sacrificios, o p o r m e j o r decir, p o r l o s sacri-
legios con q u e p e n s a r o n q u e d e b í a n r e n d i r l e s c u l t o y p o i los C u a n d o n o s o t r o s , m o r t a l e s , e n t r e l o efímero d e l a s cosas, p o -
j u e g o s n e f a n d o s con q u e r e p r e s e n t a b a n , a e x i g e n c i a s y a peti- s e e m o s esta p a z q u e p u e d e existir en el m u n d o , si v i v i m o s rec-
ción d e l o s i n m u n d í s i m o s d e m o n i o s , esas m a l d a d e s e i g n o m i n i a s t a m e n t e , l a v i r t u d u s a c o n r e c t i t u d d e sus b i e n e s ; m a s , c u a n d o
q u e les s e r v í a n d e a p l a c a m i e n t o , los q u e e r a n sus a d o r a d o r e s . n o l a p o s e e m o s , l a v i r t u d u s a b i e n a u n de l o s m a l e s de n u e s t r a
c o n d i c i ó n h u m a n a . L a v e r d a d e r a v i r t u d consiste, p o r lo t a n t o ,
en h a c e r b u e n u s o d e l o s b i e n e s y d e los m a l e s y e n r e f e r i r l o
C A P I T U L O X t o d o a l fin ú l t i m o , q u e n o s p o n d r á en p o s e s i ó n d e u n a p a z per-
fecta e i n c o m p a r a b l e .
FRUTO D E LA V I C T O R I A A P A R E J A D O A L O S S A N T O S

L o s s a n t o s y l o s fieles a d o r a d o r e s d e l ú n i c o D i o s v e r d a d e r o CAPITULO XI
y s u m o n o están a ú n a salvo de sus e n g a ñ o s y de s u s multifor-
m e s t e n t a c i o n e s . E n este v a l l e d e d e b i l i d a d y de m i s e r i a , esa L A F E L I C I D A D D E LA P A Z E T E R N A , F I N Y VERDADERA PERFECCIÓN
p r u e b a n o carece d e s e n t i d o , p u e s q u e excita y e n a r d e c e el deseo DE L O S SANTOS
de esa s e g u r i d a d en q u e h a b r á u n a p a z perfecta y e n t e r a m e n t e
c i e r t a . A l l í se d a r á n cita t o d o s l o s d o n e s d e l a n a t u r a l e z a , es P o d e m o s , en consecuencia, d e c i r d e l a p a z lo q u e h e m o s
decir, l a s p e r f e c c i o n e s d a d a s p o r el C r e a d o r a n u e s t r a n a t u r a - d i c h o d e l a v i d a e t e r n a , q u e es el fin d e n u e s t r o s b i e n e s , y a q u e
leza, b i e n e s e t e r n o s n o s ó l o p a r a el a l m a , c u r a d a p o r l a sabi- u n s a l m o , h a b l a n d o d e l a c i u d a d o b j e t o de esta l a b o r i o s a o b r a ,
d u r í a , sino t a m b i é n p a r a el c u e r p o , r e n o v a d o p o r l a r e s u r r e c - se e x p r e s a a s í : Alaba al Señor, Jerusalén; alaba, Sión, a tu
c i ó n . A l l í l a s v i r t u d e s n o l u c h a r á n c o n t r a los vicios o c o n t r a los Dios. Porque el que afianzó con fuertes barras tus puertas y
m a l e s , s i n o q u e p o s e e r á n , c o m o p r e m i o de su victoria, u n a p a z ha bendecido a tus hijos y moradores, ése ha establecido la paz
e t e r n a , q u e n o será t u r b a d a p o r n i n e ú n e n e m i g o [ 2 1 ] . Y ésta a tus fines. U n a vez q u e los p e s t i l l o s de sus p u e r t a s fueren afian-,
será la b e a t i t u d final, el fin de la perfección, q u e n o t e n d r á fin. z a d o s , y a n o e n t r a r á n i s a l d r á n a d i e d e e l l a . P o r esos fines de
El m u n d o n o s l l a m a felices de v e r d a d c u a n d o g o z a m o s de p a z , q u e h a b l a el s a l m o d e b e m o s e n t e n d e r a q u í l a p a z , q u e quere-
tal cual p u e d e gozarse en esta v i d a ; p e r o esta felicidad, com- m o s p r o b a r c o m o final. E l n o m b r e místico de esa C i u d a d , es
p a r a d a con la final d e q u e h a b l a m o s , es u n a v e r d a d e r a m i s e r i a . decir, J e r u s a l é n , significa V i s i ó n d e p a z , c o m o y a h e m o s h e c h o
n o t a r . M a s , c o m o el n o m b r e de p a z es t a m b i é n c o r r i e n t e en l a s
vel potius sacrilegiis, quibus eos colendos, et ex ludís immundissimis, ubi
eorura crimina celebrantur, quibus eos placandos putaverunt, eisdem ipsis quando habemus, si recte vivimus, bonis eius recte utitur virtus: quando
auctoribus et exactoribus talium tantorumque dedecorum, satis ab eis qui vero eam non habemus, etiam malis, quae homo patitur, bene utitur virtus.
colantur apertum est. Sed tune est vera virtus, quando et omnia bona quibus bene utitur, et
quidquid in bono usu bonorum et malorum facit, et se ipsam ad eum
CAPUT X finem refert, ubi nobis talis et tanta pax erit, qua melior et maior esse
non possit.
Q ü I S FRUCTUS SANCTIS DE SUPERATA HÜIÜS VITAE TENTATIONE PARATUS SIT CAPUT XI
Sed ñeque sancti et fideles unius veri Dei summique cultores, ab
D E BEATITUDINE PACIS AETERNAE, IN QUA SANCTIS FINÍS EST, ID EST
eorum fallaciis et multiformi tentatione securi sunt. In hoc enim loco
VERA PERFECTIO
infirmitatis et diebus malignis etiam ista soliicitudo non est imitilis, ut
illa securitas, ubi pax plenissima atque certissima est, desiderio ferven- Quapropter possumus dicere, fines bonorum nostrorum esse pacem,
tiore quaeratur. Ibi enim erunt naturae muñera, hoc est, quae naturae sicut aeternam esse diximus vitam: praesertim quia ipsi civitati Dei, de
nostrae ab omnium naturarum Creatore donantur, non solum bona, verum qua nobis est ista operosissima disputatio, in sancto dicitur Psalmo, Lau-
etiam sempiterna; non solum in animo, qui sanatur per sapientiam, verum da, Ierusalem, Dominum; collauda Deum tiium, Sion. Quoniam confirma-
etiam in corpore, quod resurrectione renovabitur. Ibi virtutes, non contra vit seras portarum taarum, benedixit filios tuos in te, qui posuit fines tuos
ulla vitia vel mala quaecumque cenantes, sed habentes victoríae prae- pacem l s . Quando enim confirmatae fuerint serae portarum eius, iam in
mium aeternam pacem, quam nullús adversarius inquietet. Ipsa est enim illam nullus intrabit, nec ab illa ullus exibit. Ac per hoc fines eius eam
beatitudo finalis, ipse perfectionis finis, qui consumen tem non habet debemus hic intelligere pacem, quam volumus demonstrare finalem. Nam
finem. Hic autem dicimür quidem beati, quando pacem habemus, quan- et ipsius civitatis mysticum nomen, id est Ierusalem, quod et ante iam
tulacumque hic haberi potest in vita bona: sed haec beatitudo illi, quam diximus, Visio pacis interpretatur. Sed quoniam pacis nomen etiam in his
finalem dicimus, beatitudini comparata, prorsus miseria reperitur. Hanc rebus mortalibus frequentatur, ubi utique non est vita aeterna; propterea
ergo pacem, qualis hic potest esse, mortales homines in rebus mortalibus
ls
P s . i47¡ 13-14.
1392 LA CIUDAD DE D I O S XIX, 12,1 X I X , 12, 1 FINES DE LAS DOS CIUDADES 13^3

cosas m o r t a l e s , d o n d e n o se d a la v i d a e t e r n a , h e p r e f e r i d o re- h a y n a d i e q u e n o q u i e r a gozar, así «no h a y n a d i e q u e n o q u i e r a


s e r v a r este n o m b r e de v i d a e t e r n a p a r a el fin en q u e la C i u d a d de tener p a z » [ 2 2 ] . E n efecto, los m i s m o s a m a n t e s de la g u e r r a
D i o s e n c o n t r a r á su b i e n s u p r e m o y s o b e r a n o . D e este fin dice el no d e s e a n m á s q u e vencer, y, p o r c o n s i g u i e n t e , a n s i a n l l e g a r
A p ó s t o l : Ahora, libres del pecado y convertidos siervos de Dios, g u e r r e a n d o a u n a p a z g l o r i o s a . Y ¿ q u é es l a v i c t o r i a m á s q u e
tenéis por fruto vuestro la santificación y por fin la vida eterna. la sujeción de los r e b e l d e s ? L o g r a n d o este efecto l l e g a la p a z .
M a s , c o m o t a m b i é n los n o f a m i l i a r i z a d o s con las S a g r a d a s Es- L a p a z es, p u e s , t a m b i é n el fin p e r s e g u i d o p o r q u i e n e s se afa-
c r i t u r a s p u e d e n e n t e n d e r p o r v i d a e t e r n a la v i d a de l o s p e c a d o - n a n en p o n e r a p r u e b a su v a l o r g u e r r e r o p r e s e n t a n d o g u e r r a
res, b i e n , s e g ú n a l g u n o s filósofos, p o r la i n m o r t a l i d a d del a l m a , p a r a i m p e r a r y l u c h a r . D e d o n d e se sigue q u e el v e r d a d e r o
b i e n , s e g ú n n u e s t r a fe, p o r las p e n a s i n t e r m i n a b l e s de los im- fin de la g u e r r a es la p a z [ 2 3 ] . E l h o m b r e , con la g u e r r a , b u s -
p í o s , q u e n o s e r á n e t e r n a m e n t e a t o r m e n t a d o s si n o viven eterna- ca l a p a z ; p e r o n a d i e b u s c a l a g u e r r a con l a p a z . A u n l o s q u e
m e n t e , debe l l a m a r s e fin de esta c i u d a d en q u e g o z a r á del s u m o p e r t u r b a n la p a z de i n t e n t o n o o d i a n la p a z , sino q u e a n s i a n
b i e n , o la p a z en la v i d a e t e r n a , o la v i d a e t e r n a en la p a z . Así, c a m b i a r l a a su c a p r i c h o .
t o d o s p u e d e n e n t e n d e r l o con f a c i l i d a d . Y l a p a z es u n b i e n t a n S u v o l u n t a d n o es q u e n o h a y a p a z , sino q u e la p a z sea se-
n o b l e , q u e a u n e n t r e las cosas m o r t a l e s y t e r r e n a s n o h a y n a d a g ú n su v o l u n t a d . Y si l l e g a n a s e p a r a r s e de o t r o s p o r a l g u n a
m á s g r a t o al o í d o , n i m á s d u l c e al deseo, n i s u p e r i o r en exce- sedición, n o e j e c u t a n su i n t e n t o si n o tienen con sus c ó m p l i c e s
l e n c i a . A b r i g o la convicción de q u e , si m e d e t u v i e r a u n p o c o u n a especie -de p a z . P o r eso l o s b a n d o l e r o s p r o c u r a n e s t a r en
a h a b l a r de él, n o sería o n e r o s o a los lectores, t a n t o p o r el fin p a z e n t r e sí, p a r a a l t e r a r con m á s v i o l e n c i a y s e g u r i d a d l a p a z
de esta c i u d a d de q u e t r a t a m o s c o m o p o r la d u l c e d u m b r e de la de los d e m á s . Y si h a y a l g ú n s a l t e a d o r t a n f o r z u d o y e n e m i g o
paz, ansiada por todos. de c o m p a ñ í a s q u e n o se confíe a n a d i e y saltee y m a t e y se dé
al p i l l a j e él solo, al m e n o s tiene u n a especie de p a z , sea cual
C A P I T U L A XI J fuere, con a q u e l l o s a q u i e n e s n o p u e d e m a t a r y a q u i e n e s quie-
re o c u l t a r lo q u e h a c e . E n su casa p r o c u r a vivir en p a z , con
L A P A Z , A S P I R A C I Ó N S U P R E M A DE L O S SERES
su esposa, con los h i j o s , con l o s d o m é s t i c o s , si los tiene, y se
d e l e i t a en q u e sin c h i s t a r o b e d e z c a n a su v o l u n t a d . Y si n o se
1. Q u i e n q u i e r a q u e r e p a r e en l a s cosas h u m a n a s y en l a le o b e d e c e , se i n d i g n a , r i ñ e y castiga, y si la n e c e s i d a d lo exige,
n a t u r a l e z a de las m i s m a s , r e c o n o c e r á c o n m i g o q u e , así c o m o n o c o m p o n e la p a z f a m i l i a r con c r u e l d a d . El ve q u e la p a z n o
p u e d e existir en la f a m i l i a si los m i e m b r o s n o se s o m e t e n a
finem civitatis huius, ubi erit summum bonum eius, aeternam vitam ma-
luimus commemorare quam pacem. De quo fine Apostolus ait, Nunc vero
liberan a peccato, servi autem facti Deo, habetis jructum vestrum in qui pacem habere nolit. Quandoquidem et ipsi qui bella volunt, nihil
sanctificationem, finem vero vitam aeternam". Sed rursus quia vita ae- aliud quam vincere volunt: ad gloriosam ergo pacem bellando cupiunt
terna ab his qui familiaritatem non habent cum Scripturis sanctis, potest pervenire. Nam quid est aliud victoria, nisi subiectio repugnantium? quod
accipi etiam malorum vita; vel secundum quosdam etiam philosophos, cum factum fuerit, pax erit. Pacis igitur intentione geruntur et bella, ab
propter animae immortalitatem; vel etiam secundum fidem nostram, prop- his etiam qui virtutem bellicam student exercere imperando atque pugnan-
ter poenas interminabiles impiorum, qui utique in aeternum cruciari non do. Unde pacem constat belli esse optabilem finem. Omnis enim homo
poterunt, nisi etiam vixerint in aeternum: profecto finís civitatis huius, in etiam belligerando pacem requirit: nemo autem bellum pacificando. Nam
quo summum habebit bonum, vel pax in vita aeterna, vel vita aeterna in et illi qui pacem, in qua sunt, perturban volunt, non pacem oderunt, sed
pace dicendus est, ut facilius ab ómnibus possit intelligi. Tantum est enim eam pro arbitrio sito cupiunt commutari. Non ergo ut sit pax nolunt, sed
pacis bonum, ut etiam in rebus terrenis atque mortalibus nihil gratius so- ut ea sit quam volunt. Denique etsi per seditionem se ab alus separave-
leat audiri, nihil desiderabilius concupisci, nihil postremo possit melius rint, cum eis ipsis conspiratis vel coniuratis suis nisi qualemcumque pacis
inveniri. De quo si aliquanto diutius loqui voluerimus, non erimus, quan- speciem teneant, non efficiunt quod intendunt. Proinde latrones ipsi, ut
tum arbitror, onerosi legentibus, et propter finem civitatis huius, de qua vehementius et tutius infesti sint paci caeterorum, pacem volunt habere
nobis sermo est, et propter ipsam dulcedinem pacis quae ómnibus cha- sociorum. Sed etsi unus sit tam praepollens viribus, et conscios ita cavens,
ra est. ut nulli socio se committat, solusque insidians et praevalens, quibus po-
CAPUT XII tuerit oppressis et exstinctis praedas agat, cum eis certe quos occidere non
potest, et quos vult latere quod facit, qualemcumque umbram pacis tenet.
QlTOD ETIAM BELLANTIUM SAEVITIA OMNESQUE HOMINUM INQUIETUDINES AD In domo autem sua cum uxore et cum filiis, et si quos alios illic habet,
PACIS FINEM CUPIANT PERVENIRE, SINE CUIUS APPETITU NULLA NATURA SIT studet profecto esse pacatus: eis quippe ad nutum obtemperantibus sine
dubio delectatur. Nam si non fiat, indignatur, corripit, vindicat: et domus
1. Quod enim mecum quisquís res humanas naturamque communem suae pacem, si ita necesse sit, etiam saeviendo componit; quam sentit
uteumque intuetur agnoscit, sicut nemo est qui gaudere nolit, ita nemo est esse non posse, nisi ouidam principio, quod ipse in domo sita est, caetera
ie
R o m . 6,22. in eadem domestica societate subieeta sint. Ideoque si offerretur ei serví-
1394 U CIUDAD DE DIOS XIX, 12, 2 XIX, 12, 2 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1395

Ja cabeza, q u e es él en su casa. Y si u n a c i u d a d o p u e b l o qui- la p a z de su v i d a y s a l u d . Si q u i s i e r a t e n e r con los d e m á s esa


s i e r a s o m e t é r s e l e c o m o d e s e a b a q u e le e s t u v i e r a n sujetos los p a z q u e b u s c a b a t a n t o p a r a sí en su c a v e r n a y en sí m i s m o , n i
d e su casa, n o se e s c o n d i e r a ya c o m o l a d r ó n en u n a c a v e r n a , se l l a m a r a m a l o , n i m o n s t r u o , n i s e m i h o m b r e . Y si l a s extra-
sino q u e se e n g a l l a r í a a vista de t o d o s , p e r o con la m i s m a cu- ñ a s f o r m a s de su c u e r p o v el t o r b e l l i n o de l l a m a s v o m i t a d o
p i d i d a d y m a l i c i a . T o d o s desean, p u e s , t e n e r p a z con a q u e l l o s p o r su b o c a a p a r t ó a los h o m b r e s de su c o m p a ñ í a , e r a c r u e l
a q u i e n e s q u i e r e n g o b e r n a r a su a n t o j o . Y c u a n d o h a c e n la n o p o r deseo de h a c e r m a l , s i n o p o r n e c e s i d a d de vivir. M a s
g u e r r a a o t r o s h o m b r e s , q u i e r e n h a c e r l o s suyos, si p u e d e n , e éste n o h a existido o, lo q u e es m á s c r e í b l e , n o fué t a l c u a l lo
i m p o n e r l e s l u e g o l a s c o n d i c i o n e s de su p a z . p i n t a el p o e t a , p o r q u e , si n o a l a r g a r a t a n t o la m a n o en a c u s a r
2 . S u p o n g a m o s a u n o d e s c r i t o con l a s p i n c e l a d a s de l a a C a c o , s e r í a n p o c a s l a s a l a b a n z a s de H é r c u l e s . E s t e h o m b r e , o
f á b u l a y de los p o e t a s . Q u i z á p o r su i n v a r i a b l e fiereza prefirie- p o r m e j o r decir, este s e m i h o m b r e , n o existió, c o m o t a n t a s o t r a s
r o n l l a m a r l e s e m i h o m b r e a h o m b r e [ 2 4 ] . S u r e i n o s e r í a l a es- ficciones de los p o e t a s . P o r q u e a u n l a s fieras m á s c r u e l e s — y
p a n t o s a s o l e d a d de u n a n t r o d e s i e r t o , y su m a l i c i a t a n e n o r m e , éste p a r t i c i p ó t a m b i é n de esa fiereza, se l l a m ó semifiera—custo-
q u e recibió el n o m b r e g r i e g o de KCCKÓS (malo). Sin e s p o s a con d i a n la especie con cierta paz, c o h a b i t a n d o , e n g e n d r a n d o , pa-
quien tener charlas amorosas, ni hijos pequeñitos que alegra- r i e n d o y a l i m e n t a n d o a sus h i j o s , a p e s a r de q u e con frecuen-
r a n s u s d í a s , n i m a y o r e s a q u i e n e s m a n d a r a . N o g o z a b a de la cia son i n s o c i a b l e s y s o l í v a g a s , son n o c o m o l a s ovejas, los
c o n v e r s a c i ó n de a l g ú n a m i g o , n i s i q u i e r a de V u l c a n o , su p a d r e , ciervos, l a s p a l o m a s , los e s t o r n i n o s y l a s a b e j a s , s i n o c o m o l o s
m á s feliz a l m e n o s q u e este d i o s , p o r q u e él n o e n g e n d r ó o t r o leones, las raposas, las águilas y las lechuzas. ¿ O u é tiere hay
m o n s t r u o semejante. Lejos de d a r n a d a a nadie, r o b a b a a los q u e n o a m e b l a n d a m e n t e a s u s c a c h o r r o s v, d e p u e s t a su fiereza,
d e m á s c u a n d o y c u a n t o p o d í a y q u e r í a . Y , sin e m b a r g o , en su n o los a c a r i c i e ? ¿ O u é m i l a n o , p o r m á s s o l i t a r i o o u e v u e l e s o b r e
a n t r o s o l i t a r i o , c u y o s u e l o , según el p o e t a , s i e m p r e e s t a b a rega- l a p r e s a , n o b u s c a h e m b r a , h a c e su n i d o , e m p o l l a l o s h u e v o s ,
d o de s a n g r e , s ó l o a n h e l a b a la p a z , u n r e p o s o sin m o l e s t i a n i a l i m e n t a sus p o l l u e l o s y m a n t i e n e c o m o p u e d e la p a z en su
t u r b a c i ó n de v i o l e n c i a o m i e d o . D e s e a b a t a m b i é n t e n e r p a z con casa con su c o m p a ñ e r a , c o m o u n a especie de m a d r e de f a m i l i a ?
su c u e r p o , y c u a n t a m á s tenía, t a n t o m e j o r le i b a . M a n d a b a a ¡ C u á n t o m á s es a r r a s t r a d o el h o m b r e p o r l a s leves de su natu-
sus m i e m b r o s , y éstos o b e d e c í a n . Y con el fin de pacificar cuan- r a l e z a a f o r m a r sociedad con t o d o s los h o m b r e s y a l o g r a r l a
to a n t e s su m o r t a l i d a d , q u e se r e b e l a b a c o n t r a él p o r la indi- p a z en c u a n t o esté de su p a r t e ! [ 2 5 1 . L o s m a l o s c o m b a t e n p o r
g e n c i a y el h a m b r e , q u e se c o l i g a b a n p a r a d i s o c i a r y d e s t e r r a r la p a z de los suyos, v q u i e r e n s o m e t e r , si es n o c i b l e , a t o d o s ,
el a l m a del c u e r p o , r o b a b a , m a t a b a y d e v o r a b a . Y a u n q u e in- p a r a aue todos sirvan a u n o solo. ¿ P o r o u é ? Porrrue desean
h u m a n o y fiero, m i r a b a , con t o d o , i n h u m a n a y f e r o z m e n t e p o r e s t a r en p a z con él, sea p o r m i e d o , sea p o r a m o r . Así, la sober-

tus plurium, vel civitatis vel gentis, ita ut sic ei servirent, quemadmodum se ex indigentia rebellantem, ac seditionem famis ad dissociandam atque
sibi domi suae serviri volebat; non se iam latronem latebris conderet, sed excludendam de corpore animam concitantem, quanta posset festinatione
regem conspicuum sublimaret, cum eadem in illo cupiditas et malitia per- pacaret, rapiebat, necabat, vorabat; et quamvis immanis ac ferus, paci
maneret. Pacem itaque cum suis omnes habere cupiunt, quos ad suuni ar- tamen suae vitae ac salutis immaniter et ferociter consulcbat: ac per hoc
bitrium volunt vivere. Nam et cum quibus bellum gerunt, suos faceré, si si pacem, quam in sua spelunca atque in se ipso habere satis agebat, cum
possint, volunt, eisque subiectis leges suae pacis imponere. alus etiam habere vellet, nec malus, nec monstrum, nec semihomo voca-
2. Sed faciamus aliquem, qualem canit poética et fabulosa narratio; retur. Aut si eius corporis forma, et atrorum ignium vomitus ab eo deter-
quem fortasse, propter ipsam insociabilem feritatem, semihominem quam rebat hominum societatem; forte non nocendi cupiditate, sed vivendi
hominem dicere maluerunt. Quamvis ergo huius regnum dirae speluncae necessitate saeviebat. Verum iste non fuerit, vel, quod magis credendum
fuerit solitudo, tamque malitia singularis, ut ex hac ei nomen inventum est, talis non fuerit, qualis vanitate poética describitur: nisi enim nimis
sit; nam malus graece KOKÓS dicitur, quod ille vocabatur: nulla coniux ei accusaretur Cacus, parum Hercules laudaretur. Talis ergo homo, sive
blandum ferret referretque sermonem, nullis filiis vel alluderet parvulis, semihomo, melius, ut dixi, creditur, non fuisse, sicut multa figmenta poe-
vel grandiusculis imperaret, nullo amici colloquio frueretur, nec Vulcani tarum. Ipsae enim saevissimae ferae, unde ille partem habuit feritatis
patris, quo vel hinc tantum non parum felicior fuit, quia tale monstrum (nam et semiferus dictus est) l s , genus proprium quadam pace custodiunt,
ipse non genuit: nihil cuiquam daret, sed a quo posset quidquid vellet, et
coeundo, gignendo, pariendo, fetiis fovendo atque nutriendo, cum sint
quando posset, et quantum vellet auferret: tamen in ipsa sua spelunca
pleraeque insociabiles et solivagae: non scilicet ut oves, cervi, columbae,
solitaria, cuius, ut describitur, semper recenti caede tepebat h u m u s " ,
nihil aliud quam pacem volebat, in qua nemo illi molestus esset, nec eius sturni, apes; sed ut leones, vulpes, aquilae, noctuae. Quae enim tigri?.
quietem vis ullius terrorve turbaret. Cum corpore suo denique pacem ha- non filiis suis mitis immurmurat, et pacata feritate blanditur? quis mil-
bere cupiebat: et quantum habebat, tantum illi bene erat. Quandoquidem vus, quantumlibet solitarius rapinis circumvolet, non coniugium copulat,
membris obtemperantibus imperabat; et ut suam mortalitatem adversum nidum congerit, ova confovet, pullos alit, et quasi cum sua matrefamilias
societatem domesticam quanta potest pace conservat? Quanto magis homo
" VIRGIL., Aeneid. 1.8 v.195-196. 18
VIRGIL., Aeneid. 1.8: v.267. -' í ;
t

1396 LA CIUDAD DE DIOS XIX, 12, 3 X I X , 13, 1 PINSS DE LAS DOS CIUDADES I397

Lia i m i t a p e r v e r s a m e n t e a D i o s . O d i a b a j o él la i g u a l d a d con m a , d e s u e r t e q u e se i m p i d a la d i s o l u c i ó n del c a d á v e r , t o d a v í a


s u s c o m p a ñ e r o s , p e r o desea i m p o n e r su s e ñ o r í o en l u g a r de u n e s u s p a r t e s e n t r e sí cierta p a z , y h a c e q u e t o d o el c u e r p o
él. O d i a la p a z j u s t a de D i o s y a m a su i n j u s t a p a z p r o p i a . b u s q u e el l u g a r t e r r e n o y c o n v e n i e n t e y, p o r c o n s i g u i e n t e , pací-
E s i m p o s i b l e q u e n o a m e la p a z , sea cual fuere. Y es q u e n o fico. E m p e r o , si n o es e m b a l s a m a d o y se le d e j a a su c u r s o na-
h a y vivir tan c o n t r a r i o a la n a t u r a l e z a q u e b o r r e los vestigios t u r a l , se e s t a b l e c e u n c o m b a t e de v a p o r e s c o n t r a r i o s q u e ofen-
ú l t i m o s de la m i s m a . den n u e s t r o s e n t i d o . E s el efecto de l a p u t r e f a c c i ó n , h a s t a q u e
3 . E l q u e s a b e a n t e p o n e r lo recto a lo t o r c i d o , y lo orde- se a c o p l e a los e l e m e n t o s del m u n d o y r e t o r n e a su p a z , pieza
n a d o a lo p e r v e r s o , r e c o n o c e q u e la p a z de los p e c a d o r e s , en a p i e z a y p o c o a p o c o . D e estas t r a n s f o r m a c i o n e s n o se s u b s t r a e
c o m p a r a c i ó n de la p a z de los j u s t o s , n o m e r e c e n i el nombre, n a d a a l a s leyes del s u p r e m o C r e a d o r y O r d e n a d o r , q u e go-
de p a z . L o q u e es p e r v e r s o o c o n t r a el o r d e n , n e c e s a r i a m e n t e b i e r n a la p a z del u n i v e r s o . P o r q u e , a u n q u e los a n i m a l e s p e q u e -
h a de e s t a r en p a z en a l g u n a , de a l g u n a y con a l g u n a p a r t e de ñ o s n a z c a n del c a d á v e r de a n i m a l e s m a y o r e s , c a d a c o r p ú s c u l o
las cosas en q u e es o de q u e c o n s t a . D e lo c o n t r a r i o , d e j a r í a de de e l l o s , p o r ley del C r e a d o r , sirve a sus p e q u e ñ a s a l m a s p a r a
ser. S u p o n g a m o s u n h o m b r e s u s p e n d i d o p o r los p i e s , cabeza su p a z y c o n s e r v a c i ó n . Y a u n q u e u n o s a n i m a l e s d e v o r e n l o s
a b a j o . L a s i t u a c i ó n del c u e r p o y el o r d e n de los m i e m b r o s es c u e r p o s m u e r t o s de o t r o s , s i e m p r e e n c u e n t r a n l a s m i s m a s leyes
p e r v e r s o , p o r q u e está i n v e r t i d o el o r d e n e x i g i d o p o r la natu- d i f u n d i d a s p o r t o d o s los seres p a r a l a c o n s e r v a c i ó n de l a s es-
' r a l e z a , e s t a n d o a r r i b a lo q u e d e b e e s t a r n a t u r a l m e n t e a b a j o . pecies, pacificando c a d a p a r t e con su p a r t e c o n v e n i e n t e , sea
E s t e d e s o r d e n t u r b a l a p a z del c u e r p o , y p o r eso es m o l e s t o . c u a l q u i e r a el l u g a r , la u n i ó n o las t r a n s f o r m a c i o n e s q u e h a v a n
P e r o el a l m a está en p a z con su c u e r p o y se a f a n a p o r su s a l u d , sufrido [ 2 7 ] .
y p o r eso h a y q u i e n siente el d o l o r . Y si, a c o s a d a p o r l a s do-
lencias, se s e p a r a r a , m i e n t r a s subsista la t r a b a z ó n de los m i e m - C A P I T U L O XIII
b r o s , h a y a l g u n a p a z e n t r e ellos, y p o r eso a ú n h a y a l g u i e n
s u s p e n d i d o . E l c u e r p o t e r r e n o t i e n d e a la t i e r r a , y al o p o n e r s e
LA PAZ U N I V E R S A L Y S U INDEFECTIBILIDAD
a eso su a t a d u r a b u s c a el o r d e n de su p a z y p i d e en cierto
m o d o , con l a voz de su peso, el l u g a r de su r e p o s o [ 2 6 ] . 1. Así, l a p a z del c u e r p o es la o r d e n a d a c o m p l e x i ó n de
Y, u n a vez e x á n i m e y sin s e n t i d o , n o se a p a r t a de su p a z natu- sus p a r t e s [ 2 8 ] ; y la del a l m a i r r a c i o n a l , la o r d e n a d a c a l m a
r a l , sea c o n s e r v á n d o l a , sea t e n d i e n d o a e l l a . Si se le e m b a l s a - de sus a p e t e n c i a s . L a p a z del a l m a r a c i o n a l es la o r d e n a d a
fertur quodammodo naturae suae legibus ad ineundam societatem pacem- nis non recedit, vel cum tenet eam, vel cum fertur ad eam. Si enim adhi-
que cum hominibus, quantum in ipso est, ómnibus obtinendam: cum etiam beantur medicamenta, atque curatio, quae formam cadaveris dissolvi dila-
mali pro pace suorum belligerent, omnesque, si possint, suos faceré velint, bique non sinat, adhuc pax quaedam partes partibus iungit, totamque mo-
ut uni cuncti et cuneta deserviant; quo pacto, nisi in eius pacem, vel lem applicat terreno et convenienti, ac per hoc loco pacato. Si autem
amando, vel timendo consentiant? Sic -enim superbia pervérse imitatur nulla adhibeatur cura condiendi, sed naturali cursui relinquatur, tamdiu
Deum. Odit namque cum sociis aequalitatem sub illo: sed imponere vult quasi tumultuatur dissidentibus exaltationibus et nostro inconvenientibus
sociis dominationem suam pro illo. Odit ergo iustam pacem Dei et amat sensui: id enim est quod in putore sentitur, doñee mundi conveniat ele-
iniquam pacem suam: non amare tamen qualemcumque pacem nullo mentis, et in eorum pacem partioulatim paulatimque discedat. Nullo modo
modo potest. Nullum quippe vitium ita contra naturam est, ut naturae tamen inde aliquid legibus summi illius Creatoris Ordinatorisque subtra-
deleat etiam extrema vestigia. hitur, a quo pax universitatis administratur: quia etsi de cadavere maio-
3. Itaque pacem iniquorum in pacis comparatione iustorum ille videt, ris animantis animalia minuta nascantur, eadem lege Creatoris quaeque
neo pacem esse dicendam, qui novit praeponere recta pravis ct ordinata corpuscula in salutis pace suis animulis serviunt: etsi morluorum carnes
perversis. Quod autem perversum est, hoc etiam necesse est ut in aliqua ab alus animalibus devorentur, easdem leges per cuneta diffusas ad sa-
et ex aliqua et cum aliqua rerum parte pacatum sit, in quibus est, vel ex lutem generis cuiusque mortalium, congrua congruis pacificantes, qua-
quibus constat; alioquin nihil esset omnino. Velut si quisquam capite quaversum trahantur, et rebus quibuscumque iungantur, et in res quaslibet
deorsum pendeat, perversus est utique situs corporis et ordo membrorum; convertantur et commutentur, inveniunt.
quia id quod desuper esse natura postulat, subter est, et quod illa subter
vult esse, desuper factum est; conturbavit carnis pacem ista perversitas,
et ideo est molesta: verumtamen anima corpori suo pacata est, et pro eius CAPUT XII í
salute satagit, et ideo est qui doleat; quae si molestiis eius exclusa dis-
cesserit, quandiu membrorum manet compago, non est sine quadam par- D E PACE UNIVERSAL!, QUAE ÍNTER QUASLIBET PERTURBATIONES PRIVAKI NON
tium pace quod remanet, et ideo adhuc est qui pendeat. Et quod terrenum POTEST LEGE NATURAE, DUM SÜB IUSTO IDDICE AD ID QUISQUE PERVENIT
corpus in terram nititur, et vinculo quo suspensum est renititur, in suae ORDINATIONE, QUOD MERUIT VOLÚNTATE
pacis ordinem tendit, et locum quo requiescat quodammodo ponderis voce 1. Pax itaque corporis, est ordinata temperatura partium. Pax ani-
poscit, iamque exanime ac sine ullo sensu, a pace tamen naturali sui ordi- mae irrationalis, ordinata requies appetitionum. Pax animae rationalis,
ordinata cognitionis actionisque consensio. Pax corporis et animae, ordi-
1398 LA CIUDAD DE DIOS XIX, 13,1
X I X , 13, 2 UNES DK U S DOS CIUDADES 139í>
armonía entre el conocimiento y la acción, y la paz del cuerpo
sino por los agitadores de las guerras, que son naturalezas, y
y del alma, la vida bien ordenada y la salud del animal. La
no lo fueran si la paz no les diera subsistencia.
paz entre el hombre mortal y Dios es la obediencia ordenada
por la fe bajo la ley eterna. Y la paz de los hombres entre 2. Existe una naturaleza en la que no hay ningún mal, en
sí, su ordenada concordia. La paz de la casa es la ordenada la que no puede haber mal alguno. Mas no puede existir natu-
concordia entre los que mandan y los que obedecen en ella, raleza alguna en la que no se halle algún bien. Por tanto, ni la
y la paz de la ciudad es la ordenada concordia entre los ciuda- misma naturaleza del diablo, en cuanto naturaleza, es un mal.
danos que gobiernan y los gobernados. La paz de la ciudad La hace mala su perversidad [ 3 1 ] . No se mantuvo en la ver-
celestial es la unión ordenadísima y concordísima para gozar dad, pero no escapó al juicio de la misma. No se mantuvo en
de Dios y a la vez en Dios. Y la paz de todas las cosas, la tran- la tranquilidad del orden, pero no escapó a la potestad del
quilidad del orden [ 2 9 ] . Y el orden es la disposición que asigna Ordenador. La bondad de Dios, que aparece en su naturaleza,
a las cosas diferentes y a las iguales el lugar que les corres- no le substrae a la justicia de Dios, que le ordena a la pena.
ponde [ 3 0 ] . Por tanto, como los miserables, en cuanto tales, Dios no castiga en él el bien por El creado, sino el mal que él
no están en paz, no gozan de la tranquilidad del orden, exenta cometió [ 3 2 ] . No priva a la naturaleza de todo lo que le dio,
de turbaciones; pero como son merecida y justamente misera- sino que substrae algo, y le deja algo, a fin de que haya quien
bles, no pueden estar en su miseria fuera del orden. No están sufra la substracción. El dolor es el mejor testigo del bien
unidos á los bienaventurados, sino separados de ellos por la ley substraído y del bien dejado, porque, si no existiera el bien
del orden. Estos, cuando no están turbados, se acoplan cuanto dejado, no podría dolerse el bien quitado. El que peca es peor
pueden a las cosas en que están. Hay, pues, en ellos cierta si se alegra en el daño de la equidad, y el que es atormentado,
tranquilidad en su orden y, por tanto, tienen cierta paz. Pero si de él no reporta bien alguno, sufre el daño de la salud. Y es
son miserables, porque, aunque están donde deben estar, no que la equidad y la salud son dos bienes, y de la amisión del
están donde no se verían precisados a sufrir. Y son más mise- bien es preciso dolerse, no alegrarse (si es que no hay una
rables si no están en paz con la lev que rige el orden natural. compensación en lo mejor, y es mejor la equidad del ánimo
Cuando sufren, la paz se ve turbada por ese flanco; pero sub- que la salud del cuerpo). Es más razonable, sin duda, el do-
siste por este otro en que ni el dolor consume ni la unión se lerse el pecador de sus suplicios que el alegrarse de sus críme-
destruye. Del mismo modo que hav vida sin dolor y no puede nes. Así como el alegrarse del bien abandonado al pecar es una
haber dolor sin vida, así hav cierta paz sin guerra, pero no prueba de la voluntad mala, así el dolor del bien perdido en el
puede haber guerra sin paz. Y esto no por la guerra en sí, suplicio es testigo de la naturaleza buena [ 3 3 ] . Quien siente

quae aliquae naturae sunt: quod nullo modo essent, si non qualicumque
nata vita et salus animantis. Pax hominis mortalis et Dei, ordinata in fide pace subsisterent.
sub aeterna lege obedientia. Pax hominum, ordinata concordia. Pax do- 2. Quapropter natura est, in qua nullum malum est, vel etiam in qua
mus, ordinata imperandi atque obediendi concordia cohabitantium. Pax nullum potest esse malum: esse autem natura, in qua nullum bonum sit,
civitatis, ordinata imperandi atque obediendi concordia civium. Pax cae-
lestis civitatis, ordinatissima et concordissima societas fruendi Deo et in- non potest. Proinde nec ipsius diaboli natura, in quantum natura est,
vicem in Deo. Pax omnium rerum, tranquillitas ordinis. Ordo est parium malum est: sed perversitas eam malam facit. Itaque in veritate non ste-
dispariumque rerum sua cuique loca tribuens dispositio. Proinde miseri, tit", sed veritatis iudicium non evasit: in ordinis tranquillitate non
quia, in quantum miseri sunt, utique in pace non sunt, tranquillitate qui- mansit, nec ideo tamen a potestate Ordinatoris effugit. Bonum Dei, quod
dem ordinis carent, ubi perturbatio nulla est: verumtamen quia mérito illi est in natura, non eum subtrahit iustitiae Dei, qua ordinatur in poena:
iusteque miseri sunt, in ea quoque ipsa sua miseria praeter ordinem esse nec ibi Deus bonum insequitur quod creavit, sed malum quod Ule com-
non possunt; non quidem coniuncti beatis, sed ab eis tamen ordinis lege misit. Ñeque enim totum aufert quod naturae dedit; sed aliquid adimit,
seiuncti. Qui cum sine perturbatione sunt, rebus in quibus sunt, quanta- aliquid relinquit, ut sit qui doleat quod adimit. Et ipse dolor testimo-
cumque congruentia coaptantur: ac per hoc est in eis ordinis nonnulla nium est boni adempti et boni relicti. Nisi enim bonum relictum esset,
tranquillitas: inest ergo nonnulla pax. Verum ideo miseri sunt, quia, etsi bonum amissum doleré non posset. Nam qui peccat, peior est, si laetatur
in aliqua securitate non dolent, non tamen ibi sunt, ubi securi esse ac in damno aequitatis. Qui vero cruciatur, si nihil inde acquirat boni, dolet
doleré non debeant: miseriores autem, si pax eis cum ipsa lege non est, damnum salutis. Et quoniam aequitas ac salus utrumque bonum est, bo-
qua naturalis ordo administratur. Cum autem dolent, ex qua parte dolent, nique amissione dolendum est potius quam laetandum (si tamen non sit
pacis perturbatio facta est: in illa vero adhuc pax est, in qua nec dolor compensatio melioris, melior est autem animi aequitas, quam corporis
urit, nec compago ipsa dissolvitur. Sicut ergo est quaedam vita sine do- sanitas), profecto convenientius iniustus dolet in supplicio, quam laetatus
lore, dolor autem sine aliqua vita esse non potest: sic est pax quaedam est_ in delicto. Sicut ergo laetitia deserti boni in peccato testis est volun-
sine ullo bello, bellum vero esse sine aliqua pace non potest; non secun- tatis malae; ita dolor amissi boni in supplicio testis est naturae bonae.
dum id quod bellum est, sed secundum id quod ab eis vel in eis gerirur, Qui enim dolet amissam naturae suae pacem, ex aliquibus reliquiis pacis
lo. 8,44.
X I X , 14 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1401
1400 U CIUDAD DI; DIOS XIX, 14
m o s m á s q u e la o r d e n a d a c o m p l e x i ó n de l a s p a r l e s del c u e r p o
h a b e r p e r d i d o la p a z de su n a t u r a l e z a , lo siente p o r ciertos res- y l a q u i e t u d de l a s a p e t e n c i a s . N o a p e t e c e r í a m o s , p o r consi-
tos de p a z q u e h a c e n q u e a m e su n a t u r a l e z a . L o s i n i c u o s e im- g u i e n t e , n a d a fuera d e eso, con el fin de q u e la p a z del c u e r p o
p í o s l l o r a n e n sus t o r m e n t o s la p é r d i d a de los b i e n e s n a t u r a l e s r e d u n d a r a en p r o v e c h o de la p a z del a l m a . P o i q u e la p a z del
y sienten a D i o s c o m o j u s t í s i m o r o b a d o r de los m i s m o s p o r a l m a i r r a c i o n a l es i m p o s i b l e sin la p a z del c u e r p o , p u e s sin
h a b e r l e d e s p r e c i a d o c o m o b e n i g n í s i m o d a d o r . D i o s , p u e s , Crea- e l l a n o p u e d e l o g r a r la q u i e t u d d e sus a p e t e n c i a s . P e r o a m b o s
d o r s a p i e n t í s i m o y O r d e n a d o r j u s t í s i m o de t o d a s l a s n a t u r a l e - se a y u d a n a esa p a z q u e t i e n e n e n t r e sí el a l m a y el c u e r p o , p a z
zas, q u e p u s o c o m o r e m a t e y colofón de su o b r a c r e a d o r a en l a de v i d a o r d e n a d a y de s a l u d . Así c o m o los a n i m a l e s m u e s t r a n
t i e r r a al h o m b r e , n o s dio ciertos b i e n e s c o n v e n i e n t e s a esta q u e a m a n la p a z del c u e r p o c u a n d o e s q u i v a n el d o l o r , y la p a z
v i d a , a s a b e r : la p a z t e m p o r a l s e g ú n la c a p a c i d a d de l a v i d a del a l m a c u a n d o , p a r a c o l m a r sus n e c e s i d a d e s , s i g u e n la voz
m o r t a l p a r a su c o n s e r v a c i ó n , i n c o l u m i d a d y s o c i a b i l i d a d . N o s de sus a p e t e n c i a s [ 3 4 ] , así h u y e n d o l a m u e r t e i n d i c a n a l a s
d i o a d e m á s t o d o lo n e c e s a r i o p a r a c o n s e r v a r o r e c o b r a r esta c l a r a s c u á n t o a m a n la p a z , q u e a u n a el a l m a y el c u e r p o . P e r o
p a z ; así lo p r o p i o y c o n v e n i e n t e al s e n t i d o , la luz, la n o c h e , l a s el h o m b r e , d o t a d o de a l m a r a c i o n a l , somete a la p a z de esta
a u r a s r e s p i r a b l e s , l a s a g u a s p o t a b l e s y c u a n t o sirve p a r a ali- a l m a c u a n t o t i e n e de c o m ú n con l a s b e s t i a s , con el fin de con-
m e n t a r , c u b r i r , c u r a r y a d o r n a r e l c u e r p o . T o d o esto n o s l o d i o t e m p l a r a l g o con l a m e n t e y según ese a l g o o b r a r de s u e r t e
b a j o u n a c o n d i c i ó n , m u y j u s t a p o r c i e r t o : q u e el m o r t a l q u e q u e h a y a en él u n a o r d e n a d a a r m o n í a e n t r e el c o n o c i m i e n t o
u s a r a r e c t a m e n t e de tales b i e n e s l o s r e c i b i r á m a y o r e s y m e j o r e s . y l a a c c i ó n , e n q u e consiste, c o m o h e m o s d i c h o , la p a z del
R e c i b i r á u n a p a z i n m o r t a l a c o m p a ñ a d a de g l o r i a y el h o n o r a l m a r a c i o n a l [ 3 5 ] . A esto d e b e e n d e r e z a r su q u e r e r , a q u e el
p r o p i o de la v i d a e t e r n a , p a r a g o z a r de D i o s y del p r ó j i m o en d o l o r n o le a t o r m e n t e , n i el deseo la i n q u i e t e , n i la m u e r t e la
D i o s . Y el q u e u s a r a m a l n o r e c i b i r á a q u é l l o s y p e r d e r á éstos. s e p a r e p a r a c o n o c e r a l g o útil, y s e g ú n ese c o n o c i m i e n t o com-
p o n e r su v i d a y sus c o s t u m b r e s . M a s , c o m o su e s p í r i t u es
d é b i l , p a r a q u e el afán de c o n o c e r n o l e p r e c i p i t e e n e r r o r
C A P 1 T II L O X 1 V
a l g u n o , tiene n e c e s i d a d del m a g i s t e r i o d i v i n o p a r a c o n o c e r con
certeza, y de su a y u d a p a r a o b r a r con l i b e r t a d [ 3 6 ] . Y c o m o ,
E L O R D E N Y LA L E Y C E L E S T I A L Y T E R R E N A
m i e n t r a s m o r a en este c u e r p o m o r t a l , a n d a lejos de D i o s y ca-
E l uso de l a s cosas t e m p o r a l e s dice r e l a c i ó n al l o g r o d e la m i n a p o r la fe y n o p o r la especie, p o r eso es p r e c i s o q u e
p a z t e r r e n a l , y e n l a C i u d a d d e D i o s , a l l o g r o d e l a p a z celes-
t i a l . P o r eso, si f u é r a m o s a n i m a l e s i r r a c i o n a l e s n o a p e t e c e r í a -
pacis aeternae. Quapropter si irrationalia essemus animantia, nihil ap-
peteremus praeter ordinatam temperaturam partium corporis et réquiem
id dolet, quibus fit, ut sibi árnica natura sit. Hoc autem in extremo sup-
appetitionum: nihil ergo praeter quietem carnis et copiam voluptatum,
plicio recte fit, ut iniqui et impii naturalium bonorum damna in cru-
ciatibus defleant, semientes eorum ablatorem iustissimum Deum, quem ut pax corporis prodesset paci animae. Si enim desit pax corporis, impe-
contempserunt benignissimum largitorem. Deus ergo naturarum omnium ditur etiam irrationalis pax animae; quia réquiem appetitionum conse-
sapientissimus conditor et iustissimus ordinator, qui terrenorum ornamen- qui non potest. Utrumque autem simul ei paci prodest, quam Ínter se
torum máximum instituit mortale genus humanum, dedit hominibus quae- habent anima et corpus, id est, ordinatae vitae ac salutis. Sicut enim pa-
dam bona huic vitae congrua, id est, pacem temporalem pro modulo mor- cem corporis amare se ostendunt animantia, cuín fugiunt dolorem; et pa-
talis vitae in ipsa salute et incolumitate ac societate sui generis, et quae- cem animae, cura propter explendas indigentias appetitionum voluptatem
que huic paci vel tuendae vel recuperandae necessaria sunt, sicut ea quae sequuntur: ita mortem fugiendo satis indicant quantum diligant pacem,
apte ac convenienter adiacent sensibus, lux, nox, aurae spirabiles, aquae qua sibi conciliantur anima et corpus. Sed quia homini rationalis anima
potabiles, et quidquid ad alendum, tegendum, curandum ornandumque inest, totum hoc quod habet commune cum bestiis, subdit paci animae
corpus congruif. eo pacto aequissimo, ut qui mortalis talibus bonis paci rationalis, ut mente aliquid contempletur, et secundum hoc aliquid agat,
mortalium accommodatis recte usus fuerit, accipiat ampliora atque me- ut sit ei ordinata cognitionis actionisque consensio, quam pacem rationa-
liora, ipsam scilicet immortalitatis pacem, eique convenientem gloriam et lis animae dixeramus. Ad hoc enim velle debet nec dolore molestan, nec
honorem in vita aeterna ad fruendum Deo, et próximo in Deo: qui autem desiderio perturban, nec morte dissolvi, ut aliquid utile cognoscat, et
perperam, nec illa accipiat, et haec amittat. secundum eam cognitionem vitam moresque componat. Sed ne ipso studio
cognitionis propter humanae mentís infirmitatem in pestem alicuius er-
CAPUT XIV roris incurrat, opus habet magisterio divino, cui certus obtemperet, et
adiutorio, ut liber obtemperet. Et quoniam, quamdiu est in isto mortali
DE OKDINE AC LEGE, SIVK CAELESTI, SIVE TERRENA, PER QUAM SOCIETATI corpore, peregrinatur a Domino; ambulat per fidem, non per speciem 20 :
(UJMANAE ETIAM DOMINANDO CONSULITUR, CUI ET CONSULENDO SERVITUU ac per hoc omnem pacem vel corporis, vel animae, vel simul corporis et
Omnis igitur usus rerum temporalium refertur ad fructum terrenac z
" 3 Cor. 5,6 et y.
pacis in civitate terrena: in caelesti autem eivitate refertur ad fracturo
1402 LA CIUDAD DE DIOS X3X, 14 XIX, 15 FINES DE U S DOS CIUDADKS 1403

r e l a c i o n e t a n t o la p a z del c u e r p o con l a del a l m a , c o m o l a d e d o m i n a r . L a r a z ó n es q u e n o m a n d a n p o r deseo d e d o m i n i o ,


los d o s j u n t o s , a a q u e l l a p a z q u e existe e n t r e el h o m b r e m o r t a l sino p o r d e b e r de c a r i d a d ; n o p o r o r g u l l o d e r e i n a r , s i n o p o r
y el D i o s i n m o r t a l , d a n d o así m a r g e n a la o b e d i e n c i a o r d e n a d a b o n d a d de ayudar.
p o r l a fe b a j o l a l e y e t e r n a . Y p u e s t o q u e el d i v i n o M a e s t r o
e n s e ñ a d o s p r e c e p t o s p r i n c i p a l e s , a s a b e r : el a m o r d e D i o s y el
a m o r del p r ó j i m o , e n los c u a l e s el h o m b r e d e s c u b r e t r e s seres C A P I T U L O X V
c o m o o b j e t o d e su a m o r : D i o s , él m i s m o y el p r ó j i m o , y e l
q u e a m a a D i o s n o p e c a a m á n d o s e a sí m i s m o , es lógico q u e LA L I B E R T A D N A T U R A L Y LA S E R V I D U M B R E DEL PECADO
c a d a c u a l l l e v e a a m a r a D i o s a l p r ó j i m o , q u e se l e m a n d a
a m a r c o m o a sí m i s m o [ 3 7 ] . Así d e b e h a c e r c o n l a esposa, c o n E s t o es p r e s c r i p c i ó n del o r d e n n a t u r a l . Así creó D i o s a l
los h i j o s , con los d o m é s t i c o s y con l o s d e m á s h o m b r e s q u e h o m b r e . Domine, dice, a los peces del mar, y a las aves del
p u d i e r e , c o m o q u i e r e q u e el p r ó j i m o m i r e p o r él si p o r ven- cielo, y a todo reptil que se mueve sobre la tierra. Y q u i s o q u e
t u r a lo n e c e s i t a r e . Y así t e n d r á p a z con t o d o s e n c u a n t o de él el h o m b r e r a c i o n a l , h e c h o a su i m a g e n , d o m i n a r a ú n i c a m e n t e
d e p e n d a , esa p a z d e los h o m b r e s q u e es l a o r d e n a d a c o n c o r d i a . a los i r r a c i o n a l e s , n o el h o m b r e a l h o m b r e , sino el h o m b r e a
E l o r d e n q u e se h a de s e g u i r es é s t e : p r i m e r o , n o h a c e r m a l a la b e s t i a . E s t e es el m o t i v o d e q u e l o s p r i m e r o s j u s t o s h a y a n
n a d i e , y s e g u n d o , h a c e r b i e n a q u i e n se p u e d a . E n p r i m e r l u g a r s i d o p a s t o r e s y n o r e y e s . D i o s con esto m a n i f e s t a b a q u é p i d e el
d e b e c o m e n z a r el c u i d a d o p o r los suyos, p o r q u e l a n a t u r a l e z a o r d e n d e l a s c r i a t u r a s y q u é exige el c o n o c i m i e n t o d e los peca-
y la s o c i e d a d h u m a n a le d a n acceso m á s fácil y m e d i o s m á s d o s . E l y u g o d e la fe se i m p u s o c o n j u s t i c i a a l p e c a d o r [ 3 8 ] .
o p o r t u n o s . P o r eso dice el A p ó s t o l : Quien no provee a los P o r eso e n l a s E s c r i t u r a s n o v e m o s e m p l e a d a la p a l a b r a siervo
•suyos, mayormente si son familiares, niega la fe y es peor que a n t e s d e q u e el j u s t o N o é c a s t i g a r a c o n ese n o m b r e el p e c a d o
un infiel. D e a q u í n a c e t a m b i é n l a p a z d o m é s t i c a , es decir, la d e s u h i j o . E s t e n o m b r e lo h a m e r e c i d o , p u e s , la c u l p a , n o l a
o r d e n a d a c o n c o r d i a e n t r e el q u e m a n d a y los q u e o b e d e c e n e n n a t u r a l e z a . L a p a l a b r a siervo, en la e t i m o l o g í a latina, d e s i g n a
casa. M a n d a n los q u e c u i d a n , c o m o el v a r ó n a la m u j e r , l o s los p r i s i o n e r o s , a q u i e n e s los v e n c e d o r e s c o n s e r v a b a n la v i d a ,
p a d r e s a los h i j o s , los a m o s a los c r i a d o s . Y o b e d e c e n q u i e n e s a u n q u e p o d í a n m a t a r l o s p o r d e r e c h o d e g u e r r a . Y se h a c í a n
son o b j e t o d e c u i d a d o , c o m o l a s m u j e r e s a los m a r i d o s , l o s
h i j o s a los p a d r e s , l o s c r i a d o s a los a m o s . P e r o en casa del videntur imperare. Ñeque enim dominandi cupiditate imperant, sed officio
j u s t o q u e vive d e l a fe y p e r e g r i n a a ú n lejos d e la c i u d a d celes- consulendi; nec principandi superbia, sed providendi misericordia.
tial sirven t a m b i é n los q u e m a n d a n a a q u e l l o s q u e p a r e c e n
CAPUT XV

animae, refert ad illam pacem, quae homini mortali est cum immortali DE LIBÉRTATE NATURALI, ET DE SERVITUTE, CUIDS PRIMA CAUSA PECCATUM
Deo; ut ei sií ordinata in fide sub aeterna lege obedientia. Iam vero quia EST, QUA HOMO MALAE VOLUNTATIS ETIAMSI NON EST MANCIPIUM ALTERIDS
dúo praecipua praecepta, hoc est, dilectionem Dei et dilcctionem proximi, HOMINIS, SERVUS EST PROPRIAE LIBIDINIS
docet magister Deus; in quibus tria invenit homo quae diligat, Deum, se
ipsum, et proximum; atque ille in se diligendo non errat qui diligit Hoc naturalis ordo praescribit; ita Deus hominem condidit. Nam, Do-
Deum: consequens est, ut etiam próximo ad diligendum Deum consulat, minetur, inquit, piscium maris, et volatilium caeli, et. omnium repentium
quem iubetur sicut se ipsum diligere. Sic uxori, sic filiis, sic domesticis, quae repunt super terram ~2. Rationalem factum ad imaginera suam noluit
sic caeteris quibus potuerit hominibus; et ad hoc sibi a próximo, si forte nisi irrationabilibus dominari: non hominem homini, sed hominem peco-
indiget, consuli velit: ac per hoc erit pacatus, quantum in ipso est, omni ri. Inde primi iusti, pastores pecorum magis quam reges hominum consti-
homini, pace hominum, id est ordinata concordia: cuius hic ordo est, tuti sunt: ut etiam sic insinuaret Deus, quid postulet ordo creaturarum,
primum ut nulli noceat, deinde ut etiam prosit cui potuerit. Primitus ergo quid exigat meritum peccatorum. Conditio quippe servitutis jure intelligi-
inest ei suorum cura: ad eos quippe habet opportuniorem facilioremque tur imposita peccatori. Proinde nusquam Scripturarum legimus servum,
aditum consulendi, vel naturae ordine, vel ipsius societatis humanae. Unde antequam hoc vocabulo Noe iustus peccatum filii vindicaret 2S . Nomen
Apostolus dicit: Quisquís autem suis, et máxime domesticis non providet itaque istud culpa meruit, non natura. Origo autem vocabuli servorum in
fiderq. denegat, el est infideli deterior 21. Hinc itaque etiam pax domestica latina lingua inde creditur ducta, quod hi qui iure belli possent occidi, a
oritur, id est, ordinata imperandi obediendique concordia cohabitantium. victoribus cum servabantur, servi fiebant, a servando appellati; quod.
Imperant enim qui consulunt: sicut vir uxori, parentes filiis, domini ser- etiam ipsum sine peccati mérito non est. Nam et cum iustum geritur bel-
vis. Obediunt autem quibus consulitur: sicut mulieres maritis1, filii paren- lum, pro peccato et a contrario dimicatur: et omnis victoria, cum etiam
tibus, servi dominis. Sed in domo iusti viventis ex fide, et adbuc ab illa malis provenit, divino iudicio victos humiliat, vel emmendans peccata, vel
caelesti civitate peregrinantis, etiam qui imperant, serviunt eis, quibus
=* G«n. 1,26.
23
11 Ibid., 9.25
i Tim- .5,8,
1404 L,A CIUDAD DE DIOS XIX, 15 XIX, 16 FINES DE LAS D O S CIUDADES 1405
siervos, p a l a b r a d e r i v a d a d e s e r v i r . E s t o es t a m b i é n m e r e c i - que, si s u s d u e ñ o s n o l e s d a n l i b e r t a d , t o r n e n e l l o s , e n c i e r t a
m i e n t o d e l p e c a d o . P u e s , a u n q u e se l i b r e u n a g u e r r a j u s t a , l a m a n e r a , l i b r e su s e r v i d u m b r e , n o s i r v i e n d o c o n t e m o r f a l s o ,
p a r t e c o n t r a r i a g u e r r e a p o r el p e c a d o . Y t o d a v i c t o r i a , a u n l a s i n o c o n a m o r fiel, h a s t a q u e p a s e l a i n i q u i d a d y se a n i q u i l e n
c o n s e g u i d a p o r los m a l o s , h u m i l l a a l o s v e n c i d o s p o r j u i c i o el p r i n c i p a d o y l a p o t e s t a d h u m a n a y sea D i o s t o d o e n t o d a s
d i v i n o , o c o r r i g i e n d o los p e c a d o s , o c a s t i g á n d o l o s . T e s t i g o es las cosas [ 4 0 ] .
de ello D a n i e l , ese h o m b r e q u e e n l a c a u t i v i d a d confiesa a D i o s
sus p e c a d o s y l o s p e c a d o s de su p u e b l o y r e c o n o c e , c o n p i a d o s o C A P I T U L O X V I
d o l o r , q u e ésta es l a r a z ó n d e a q u e l c a u t i v e r i o . L a p r i m e r a cau-
sa d e la s e r v i d u m b r e es, p u e s , el p e c a d o , q u e somete u n h o m b r e LA JUSTICIA EN E L DOMINIO
a o t r o c o n el v í n c u l o d e l a p o s i c i ó n s o c i a l . E s t o es efecto del
j u i c i o d e D i o s , q u e es i n c a p a z de i n j u s t i c i a y s a b e i m p o n e r pe- Asi v e m o s q u e n u e s t r o s p a t r i a r c a s , a u n q u e t e n í a n esclavos,
n a s s e g ú n l o s m e r e c i m i e n t o s d e l o s d e l i n c u e n t e s . E l S e ñ o r su- administraban la paz doméstica, distinguiendo a los hijos d e
p r e m o d i c e : Todo aquel que comete pecado, es esclavo del los e s c l a v o s s o l a m e n t e e n l o r e l a t i v o a l o s b i e n e s t e m p o r a -
pecado. Y p o r eso m u c h o s h o m b r e s p i a d o s o s sirven a a m o s ini- les. E n l o referente al culto a D i o s , d e l q u e se d e b e n e s p e r a r
cuos, p e r o n o l i b r e s , porque quien es vencido por otro, queda los b i e n e s e t e r n o s , m i r a b a n c o n i g u a l a m o r a t o d o s l o s miem-
esclavo de quien le venció. b r o s de su casa. Y esto es t a n c o n f o r m e c o n el o r d e n n a t u r a l ,
A l a v e r d a d q u e es p r e f e r i b l e s e r esclavo de u n h o m b r e q u e q u e el n o m b r e de p a d r e de f a m i l i a t r a e de a q u í su o r i g e n ,
de u n a p a s i ó n , p u e s v e m o s lo t i r á n i c a m e n t e q u e e j e r c e su do- y está t a n d i v u l g a d o , q u e a u n l o s s e ñ o r e s i n j u s t o s se p r e c i a n
m i n i o s o b r e el c o r a z ó n d e l o s m o r t a l e s l a p a s i ó n d e domi- de é l . L o s a u t é n t i c o s p a d r e s de f a m i l i a m i r a n a t o d o s l o s
n a r , p o r e j e m p l o . M a s en ese o r d e n d e p a z q u e somete u n o s m i e m b r o s d e su f a m i l i a c o m o a h i j o s en l o t o c a n t e a l c u l t o
h o m b r e s a o t r o s , l a h u m i l d a d es t a n v e n t a j o s a a l e s c l a v o y h o n r a d e D i o s . Y d e s e a n y a n h e l a n l l e g a r a l a casa celestial,
c o m o nociva l a s o b e r b i a al d o m i n a d o r . S i n e m b a r g o , p o r natu- d o n d e n o sea n e c e s a r i o m a n d a r a los h o m b r e s , p o r q u e e n la
raleza, tal como Dios creó al principio al hombre, nadie es inmortalidad n o será preciso subvenir a necesidad alguna.
esclavo d e l h o m b r e n i del p e c a d o . E m p e r o , l a e s c l a v i t u d p e n a l Y h a s t a allí d e b e n t o l e r a r m á s l o s s e ñ o r e s , q u e m a n d a n , q u e l o s
está r e g i d a y o r d e n a d a p o r l a ley, q u e m a n d a c o n s e r v a r el siervos, q u e s i r v e n . S i a l g u n o en casa t u r b a la p a z d o m é s t i c a
o r d e n n a t u r a l y p r o h i b e p e r t u r b a r l o [ 3 9 ] . S i n o se o b r a r a n a d a p o r d e s o b e d i e n c i a , es c o r r e g i d o p a r a su u t i l i d a d con l a p a l a -
c o n t r a esta ley, n o h a b r í a q u e c a s t i g a r n a d a c o n esa e s c l a v i t u d . b r a , c o n el p a l o o con c u a l q u i e r o t r o g é n e r o d e p e n a j u s t a
P o r eso, el A p ó s t o l a c o n s e j a a l o s siervos el e s t a r s o m e t i d o s
a sus a m o s y s e r v i r l e s de c o r a z ó n y d e b u e n g r a d o . E s d e c i r , a dominis liberi fieri, suam servitutem ipsí quodammodo liberam fa-
ciant; non timore subdolo, sed fideli dilectione serviendo, doñee transeat
puniens. Testis est homo Dei Daniel, cura in captivitate positus, peccata iniquitas, et evacuetur omnis prineipatus, et potestas humana, et sit Deus
sua et peccata populi sui confitetur Deo, et hanc esse causam illius capti- omnia in ómnibus.
vitatis pió dolore testatur 2l. Prima ergo servitutis causa peccatum est; ut
homo homini conditionis vinculo subderetur: quod non fit nisi Deo iudi- CAPUT XVI.
cante, apud quem non est iniquitas, et novit diversas poenas meritis dis-
DE AEQUO IURE DOMINANDI
tribuere delinquentium. Sicut autem supernus Dominus dicit, Omnis qui
facit peccatum, servus est peccatiM: ac per hoc multi quidem religiosi Quocirca etiamsi habuerunt servos iusti patres nostri, sic quidem ad-
dominis iniquis, non tamen liberis serviunt: A quo enim quis devictus ministrabant domesticam pacem, ut secundum haec temporalia bona, fi-
est, huic et servas addictus est2C. Et utique felicius servitur homini, quam liorum sortem a servorum conditione distinguerent; ad Deum autem co-
libidini; cum saevissimo dominatu vastet corda mortalium, ut alias omit- lendum, in quo aeterna bona speranda sunt, ómnibus domus suae mem-
tam, libido ipsa dominandi. Homimbus autem illo pacis ordine, quo aliis bris pari dilectione consulerent. Quod naturalis ordo ita praescribit, ut
alil subiecti sunt, sicut prodest humilitas servientibus, ita nocet superbia nomen patrumfamilias hinc exortum sit, et tam late vulgatum, ut inique
dominantibus. Nullus autem natura, in qua prius Deus hominem condidit, etiam dominantes hoc se gaudeant appellari. Qui autem veri patresfamilias
servus est hominis, aut peccati. Verum et poenalis servitus ea lege ordi- sunt, ómnibus in familia sua tanquam filiis ad colendum et promerendum
natur, quae naturalem ordinem conservan iubet, perturbari vetat: quia si Deum consulunt; desiderantes atque optantes venire ad caelestem domum,
contra eam legem non esset factum, nihil esset poenali servitute coer- ubi necessarium non sit officium imperandi mortalibus, quia necessarium
cendum. Ideoque Apostolus etiam servos monet subditos esse dominis suis, non erit officium consulendi iam in illa immortalitate felicibus: quo doñee
et ex animo eis cum bona volúntate serviré " : ut scilicet, si non possunt veniatur, magis debent patres quod dominantur, quam servi tolerare quod
serviunt. Si quis autem in domo per inobedientiam domesticae paci adver-
-° Dan. 9,5-19.
25 satur, corripitur, seu verbo, seu verbere, sen quolibet alio genere poenae
=
lo. 8,34-
" * Petr. 3,19- iusto' atque licito, quantum societas humana concedil, pro eius qui cor-
-' Eph, 6,5.
XIX, 17 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1407
1406 . U CIUDAD DE DIOS X I X , 1?

y lícita a d m i t i d o p o r la s o c i e d a d h u m a n a p a r a a c o p l a r l e a l a r a l e s c o m o v i a j e r o s . E s t o s n o los p r e n d e n n i desvían del c a m i n o


p a z de q u e se h a b í a a p a r t a d o . C o m o n o es b i e n h e c h o r el q u e q u e l l e v a a D i o s , sino q u e l o s s u s t e n t a n p a r a t o l e r a r c o n m á s
viene en a y u d a d e o t r o p a r a h a c e r l e p e r d e r u n b i e n , así n o e s facilidad y n o a u m e n t a r l a s c a r g a s del c u e r p o c o r r u p t i b l e q u e
i n o c e n t e e l q u e p e r m i t e , p e r d o n a n d o , q u e se i n c u r r a e n u n m a l a p e s g a a l a l m a . P o r t a n t o , el u s o d e los b i e n e s n e c e s a r i o s a esta
m á s g r a v e . L a i n o c e n c i a exige, p u e s , n o s o l a m e n t e n o h a c e r m a l vida m o r t a l es c o m ú n a l a s d o s clases de h o m b r e s y a l a s d o s
a n a d i e , s i n o r e t r a e r a l p r ó j i m o del p e c a d o o c a s t i g a r el p e c a - c a s a s ; p e r o , e n el u s o , c a d a u n o tiene u n fin p r o p i o y u n pen-
d o . Y esto con el fin d e q u e el c a s t i g a d o se c o r r i j a en cabeza s a r m u y d i v e r s o del o t r o [ 4 3 ] . A s í , l a c i u d a d t e r r e n a , q u e n o
p r o p i a y o t r o s e s c a r m i e n t e n en l a a j e n a . L a casa d e b e ser el vive d e la fe, a p e t e c e t a m b i é n l a p a z , p e r o fija la c o n c o r d i a en-
p r i n c i p i o y el f u n d a m e n t o de l a c i u d a d [ 4 1 ] . T o d o p r i n c i p i o tre l o s c i u d a d a n o s q u e m a n d a n y los q u e o b e d e c e n e n q u e sus
dice r e l a c i ó n a su fin, y t o d a p a r t e a su t o d o . P o r eso e s c l a r o y q u e r e r e s estén a c o r d e s de a l g ú n m o d o en lo c o n c e r n i e n t e a l a
ló gico q u e la p a z d o m é s t i c a d e b e r e d u n d a r e n p r o v e c h o d e l a v i d a m o r t a l . E m p e r o , la c i u d a d celestial, o m e j o r , l a p a r t e d e
paz c í v i c a ; es decir, q u e la o r d e n a d a c o n c o r d i a e n t r e los q u e e l l a q u e p e r e g r i n a en este v a l l e y vive de l a fe, u s a d e esta
m a n d a n y los q u e o b e d e c e n d e b e r e l a c i o n a r s e con la orde- paz p o r necesidad, hasta que pase la mortalidad, que precisa
n a d a c o n c o r d i a e n t r e los c i u d a d a n o s q u e m a n d a n y los q u e de t a l p a z . Y p o r e s o , m i e n t r a s q u e e l l a está c o m o v i a j e r o cau-
o b e d e c e n . D e d o n d e se sigue q u e el p a d r e de f a m i l i a d e b e tivo en la c i u d a d t e r r e n a , d o n d e h a r e c i b i d o la p r o m e s a d e su
g u i a r su casa p o r l a s leyes de l a c i u d a d , de tal f o r m a q u e se r e d e n c i ó n y el d o n e s p i r i t u a l c o m o p r e n d a d e e l l a , n o d u d a en
a c o m o d e a la p a z de la m i s m a [ 4 2 ] . o b e d e c e r estas leyes q u e r e g l a m e n t a n las cosas n e c e s a r i a s y el
m a n t e n i m i e n t o d e la v i d a m o r t a l . Y c o m o ésta es c o m ú n , e n t r e
las d o s c i u d a d e s h a y c o n c o r d i a con r e l a c i ó n a e s a s cosas. P e r o
r e s u l t a q u e la c i u d a d t e r r e n a t u v o ciertos s a b i o s c o n d e n a d o s p o r
C A P I T U L O X V 1 1 l a d o c t r i n a de D i o s , q u e , o p o r s o s p e c h a s o p o r e n g a ñ o de l o s
d e m o n i o s , d i j e r o n q u e d e b í a n a m i s t a r m u c h o s dioses con l a s
¿EN Q U É RADICA LA P A Z D E LA S O C I E D A D C E L E S T I A L CON LA cosas h u m a n a s . Y e n c o m e n d a r o n a su t u t e l a d i v e r s o s seres, a
CIUDAD T E R R E N A „Y E N Q U É LA D I S C O R D I A ? u n o el c u e r p o , a o t r o el a l m a ; y en el m i s m o c u e r p o , a u n o la
cabeza y a o t r o la c e r v i z ; y d e l a s d e m á s p a r t e s , a c a d a u n o la
M a s l o s h o m b r e s q u e n o v i v e n d e la fe b u s c a n l a p a z te- s u y a . Y d e i g u a l m o d o en el a l m a : a u n o e n c o m e n d a r o n el
r r e n a en los b i e n e s y c o m o d i d a d e s d e esta v i d a . E n c a m b i o , los i n g e n i o , a o t r o la d o c t r i n a , a o t r o la i r a , a o t r o la c o n c u p i s c e n -
h o m b r e s q u e viven d e la fe e s p e r a n e n los b i e n e s f u t u r o s y eter-
nos, s e g ú n la p r o m e s a . Y u s a n d e los b i e n e s t e r r e n o s y t e m p o - renisque rebus ac temporalibus tanquam peregrina utitur, non quibus
ripitur utilitate, ut pací unde dissiluerat coaptetur. Sicut enim non est capiatur et avertatur quo tendit in Deum, sed quibus sustentetur ad faci-
beneficentiae, adiuvando efficere ut bonum quod maius est amittatur; ita lius toleranda minimeque augenda onera corporis corruptibilis, quod ag-
non est innocentiae, parcendo sinere ut in malum gravius incidatur. Per- gravat animam 2S . Idcirco rerum vitae huic mortali necessariarum utris-
tinet ergo ad innocentis officium, non solum nemini malum inferre, ve- que hominibus et utrique domui communis est usus; sed finís utendi cui-
rum etiam cohibere a peccato, vel puniré peccatum; ut aut ipse qui plecti- que suus proprius, multumque diversus. Ita etiam terrena civitas, quae non
tur, corrigatur experimento, aut alii terreantur exemplo. Quia igitur ho- vivít ex fide, terrenam pacem appetit; in eoque defigit imperandi obe-
minis domus initium sive partícula debet esse civitatis, omne autem ini- diendique concordiam civium, ut sit eis de rebus ad mortalem vitam per-
tium ad aliquem sui generis finem, et omnis pars ad universi, cuius pars tinentibus humanarum quaedam compositio voluntatum. Civitas autem
est, integritatem refertur: satis apparet esse consequens, ut ad pacem ci- caelestis, vel potius pars eius, quae in hac mortalitate peregrinatur, et vi-
vicam pax domestica referatur, id est, ut ordinata imperandi obediendique vit ex fide, etiam ista pace necesse est utatur, doñee ipsa cui talis pax
concordia cohabitantium referatur ad ordinatam imperandi obediendique necessaria est, mortalitas transeat. Ac per hoc dum apud terrenam civi-
concordiam civium. Ita fit, ut ex lege civitatis praecepta sumere patrem- tatem, velut captivam vitam suae peregrinationis agit, iam promissione
familias oporteat, quibus domum suam sic regat, ut sit pací accommodata redemptionis et dono spirituali tanquam pignore accepto, legibus terrenae
civitatis. civitatis. quibus haec administrantur, quae sustentandae mortali vitae ac-
commodata sunt, obtemperare non dubitat: ut. cpioniam communis est ipsa
CAPUT XVII mortalitas, servetur in rebus ad eam pertinentibus inter civitatem utram-
que concordia. Verum quia terrena civitas habuit quosdam suos sapientes,
UNDE CAELESTIS SOCIETAS CÜM TERRENA CIVITATE PACEM HABEAT,
quos divina improbat disciplina, qui vel suspicati vel decepti a daemoni-
bus crederent mnltos déos conciliandos esse rebus humanis, ad quorum
ET UNDE DISCORDIAM
diversa quodammodo officia diversa subdita pertinerent, ad alium corpus,
Sed domus hominum qui non vivunt ex fide, pacem terrenam ex huius ad alium animus, inque ipso corpore ad alium caput, ad alium cervix, et
temporalis vitae rebus commodisque sectatur. Domus autem hominum ex
fide viventium, exspectat ea quae in futuxum aeterna promissa sunt, ter- •"• S a p . 9.IS-
XIX, 18 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1409
1408 EA CIUDAD DE DIOS X I X , 17
gión, y s u p e d i t a l a p a z t e r r e n a a la p a z celestial. E s t a ú l t i m a
c i a ; y en l a s cosas n e c e s a r i a s a l a v i d a , a u n o el g a n a d o , a o t r o es la p a z v e r d a d e r a , l a ú n i c a d i g n a de ser y d e decirse p a z d e
el t r i g o , a o t r o el v i n o , a o t r o el aceite, a o t r o l a s selvas, a o t r o la criatura racional, a saber, la unión ordenadísima y concordí-
el d i n e r o , a o t r o l a n a v e g a c i ó n , a o t r o l a s g u e r r a s y l a s victo- s i m a p a r a g o z a r de D i o s y a la vez en D i o s . En l l e g a n d o a esta
rias, a otro los matrimonios, a otro los partos y la fecundidad, m e t a , l a v i d a y a n o será m o r t a l , s i n o p l e n a m e n t e vital [ 4 6 ] .
y a otros l o s seres. L a c i u d a d celestial, en c a m b i o , conoce a u n Y el cuerpo ya n o será a n i m a l , q u e , m i e n t r a s se c o r r o m p e ,
solo D i o s , ú n i c o a l q u e se debe el c u l t o y esa s e r v i d u m b r e , q u e a p e s g a al a l m a , s i n o e s p i r i t u a l , sin n i n g u n a n e c e s i d a d , some-
en g r i e g o se dice AccrpEÍcc, y p i e n s a c o n p i e d a d fiel q u e n o se tido d e l l e n o a l a v o l u n t a d . P o s e e esta paz a q u i p o r la fe y de
d e b e m á s q u e a D i o s . E s t a s d i f e r e n c i a s h a n m o t i v a d o el q u e esta esta fe vive j u s t a m e n t e c u a n d o refiere a la c o n s e c u c i ó n d e l a
c i u d a d n o p u e d a t e n e r c o m u n e s c o n la c i u d a d t e r r e n a l a s leyes üaz verdadera todas las buenas obras q u e hace p a r a con Dios
r e l i g i o s a s . Y p o r éstas se ve en l a p r e c i s i ó n d e d i s e n t i r d e y c o n el p r ó j i m o , p o r q u e la v i d a d e la c i u d a d es u n a v i d a
e l l a y s e r u n a c a r g a p a r a l o s q u e s e n t í a n en c o n t r a y s o p o r t a r social.
sus i r a s , sus o d i o s y s u s v i o l e n t a s p e r s e c u c i o n e s , a m e n o s de
r e f r e n a r a l g u n a vez l o s á n i m o s de s u s e n e m i g o s c o n el t e r r o r C A P I T U L O X V I I I
de su m u l t i t u d , y s i e m p r e con l a a y u d a d e D i o s [ 4 4 ] . L a ciu-
d a d celestial, d u r a n t e su p e r e g r i n a c i ó n , va l l a m a n d o c i u d a d a -
LA NUEVA A C A D E M I A Y LA F E C R I S T I A N A . U N PARANGÓN
nos p o r todas las naciones y formando de todas las lenguas u n a
s o c i e d a d v i a j e r a [ 4 5 ] . N o se p r e o c u p a de l a d i v e r s i d a d d e le-
N a d a h a y m á s c o n t r a r i o a l a c i u d a d de D i o s q u e esa incer-
yes, d e c o s t u m b r e s n i de i n s t i t u t o s , q u e r e s q u e b r a j a n o m a n t i e -
t i d u m b r e en q u e V a r r ó n h a c e r a d i c a r el distintivo d e la n u e v a
n e n la p a z t e r r e n a . E l l a n o s u p r i m e n i d e s t r u y e n a d a , a n t e s
A c a d e m i a . U n a d u d a tal a l o s ojos c r i s t i a n o s es u n a l o c u r a . E l
bien l o c o n s e r v a y a c e p t a , y ese c o n j u n t o , a u n q u e diverso en
c r i s t i a n o , s o b r e l a s cosas q u e c o m p r e n d e con la m e n t e y c o n
l a s diferentes n a c i o n e s , se flecha, c o n t o d o , a u n ú n i c o v m i s m o
l a r a z ó n , tiene u n a ciencia c e r t í s i m a , a u n q u e l i m i t a d a p o r el
fin, l a p a z t e r r e n a , si n o i m p i d e l a r e l i g i ó n q u e e n s e ñ a q u e debe
c u e r p o c o r r u p t i b l e q u e a p e s g a al a l m a , p o r q u e , c o m o dice el
ser a d o r a d o el D i o s ú n i c o , s u m o y v e r d a d e r o . L a c i u d a d celes-
A p ó s t o l , conocernos en parle. Cree a los s e n t i d o s q u e manifies-
tial u s a t a m b i é n e n su viaje de l a p a z t e r r e n a y de l a s cosas
t a n con e v i d e n c i a u n a r e a l i d a d , y de e l l o s se sirve el á n i m o p o r
necesariamente relacionadas con la condición actual de los
m e d i o d e l c u e r p o , p u e s q u e es m á s m i s e r a b l e el e n g a ñ o del q u e
h o m b r e s . P r o t e g e y desea el a c u e r d o d e q u e r e r e s e n t r e l o s
p i e n s a q u e n o se les d e b e fe n u n c a [ 4 7 ] . En fin, a ñ a d e la fe e n
h o m b r e s c u a n t o es p o s i b l e , d e j a n d o a salvo l a p i e d a d y l a reli-
pacem refert ad caelestem pacem: quae veré ita pax est, ut rationalis
duntaxat creaturae sola pax habenda atque dicenda sit, ordinatissima sci-
caetera singula ad singulos; similiter in animo ad alium ingenium, ad licet et concordissima societas fruendi Deo, et invicem in Deo; quo cum
alium doctrina, ad alium ira, ad alium concupiscentia; inque ipsis rebus ventum fuerit, non erit vita mortalis, sed plañe certeque vitalis; nec
vitae adiacentibus, ad alium pecus, ad alium triticum, ad alium vinum. corpus animale, quod dum corrumpitur, aggravat animam, sed spirituale
ad alium oleum, ad alium silvae, ad alium nummi, ad alium navigatio, ad sine ulla indigentia, ex omni parte subditum voluntati. Hanc pacem, dum
alium bella atque victoriae, ad alium coniugia, ad alium partus ac fecun- peregrinatur in fide, habet; atque ex hac fide iuste vivit, cum ad illam
ditas, et ad alios alia caetera; caelestis autem civitas unum Deum solum pacem adipiscendam refert quidquid bonarum actionum gerit erga Deum
colendum nosset, eique tantummodo serviendum servitute illa, quae graece et proximum, ,quoniam vita civitatis utique socialis est.
Aa-rpdct dicitur, et non nisi Deo debetur, fideli pietate censeret: factum
est, ut religionis leges cum terrena civitate non posset babere communes,
proque his ab ea dissentire haberet necesse, atque oneri esse diversa sen- CAPUT XVIII
tientibus, eorumque iras et odia et persecutiomim Ímpetus sustinere, nisi
cum ánimos adversantium aliquando terrore suae multitudinis, et semper Q ü A M DIVERSA SIT AcADEMIAE NOVAE AMBIGUITAS A CONSTANTIA FIDEI
divino adiutorio propulsaren Haec ergo caelestis civitas dum peregrinatur CHKISTIANAE
in térra, ex ómnibus gentibus cives evocat, atque in ómnibus linguis pe-
regrinara colligit societatem; non curans quidquid in moribus, legibus, Quod autem attinet ad illam differentiam, quam de Academicis novis
institutisque diversum est, quibus pax terrena vel conquiritur, vel tenetur; Varro adhibuit, quibus incerta sunt omnia, omnino civitas Dei talem du-
nihil eorum rescindens, nec destruens, imo etiam servans ac sequens: quod bitationem tamquam dementiam detestatur, habens de rebus, quas mente
licet diversum in diversis nationibus, ad unum tamen eumdemque finem atque ratione comprehendit, etiamsi parvam propter corpus corruptibile,
terrenae pacis intenditur, si religionem qua unus summus et verus Deus quod aggravat animam, quoniam sicut dicit Apostolus, Ex parte scimus ",
colendus docetur, non impedit. Utitur ergo etiam caelestis civitas in hac tamen certissimam scientiam: creditque sensibus in rei cuiusque eviden-
sua peregrinatione pace terrena, et de rebus ad mortalem hominum natu- tia, quibus per corpus animus utitur: quoniam miserabilius fallitur, qui
ram pertinentibus, humanarum voluntatum compositionem, quantum salva 2
» i Cor. 13,9.
pietate ac religione conceditur. tuetur atque appetit, eamque terrenam
S. Az. 16
1410 LA CIUDAD DE DIOS X I X , 19 XIX, 18 FINES DE US DOS CIUDADES 1411
las S a n t a s E s c r i t u r a s , a n t i g u a s y n u e v a s , q u e l l a m a m o s canóni- p l a c i ó n de D i o s [ 4 9 ] . E n el ocio n o se d e b e a m a r la i n a c c i ó n ,
cas, q u e son l a s fuentes de la fe de la q u e vive el j u s t o . G r a c i a s sino la b ú s q u e d a y h a l l a z g o de la v e r d a d , a fin de q u e c a d a
a e l l a c a m i n a m o s sin t i t u b e o s m i e n t r a s p e r e g r i n a m o s lejos del cual a v a n c e e n ese c o n o c i m i e n t o y n o e n v i d i e a n a d i e . Y e n l a
S e ñ o r . P e r m a n e c i e n d o a salvo y cierta esa fe, p o d e m o s d u d a r , acción n o debe a m a r s e el h o n o r o la p o t e n c i a en esta v i d a , por-
sin m i e d o a r e p r e n s i ó n , a l g u n a s cosas q u e n o h a n l l e g a d o a q u e c u a n t o h a y b a j o el sol es v a n i d a d , s i n o el t r a b a j o q u e
n u e s t r o c o n o c i m i e n t o y n o l a s h e m o s c o n o c i d o n i p o r los senti- a c o m p a ñ a a l h o n o r o a la p o t e n c i a , si se o b r a r e c t a y ú t i l m e n -
dos n i p o r la r a z ó n , n i n o s las h a n a n u n c i a d o la E s c r i t u r a te, es decir, c o n t r i b u y e n d o a la s a l u d d e los q u e n o s están so-
c a n ó n i c a n i testigos a q u i e n e s fuera a b s u r d o n o c r e e r [ 4 8 ] . m e t i d o s s e g ú n D i o s . D e esto y a h e m o s h a b l a d o m á s a r r i b a . E s t o
hace d e c i r a l A p ó s t o l : Quien desea el obispado, desea un buen
trabajo. Su i n t e n c i ó n e r a d a r a e n t e n d e r q u e el e p i s c o p a d o e r a
C A P I T U L O X I X
un n o m b r e d e t r a b a j o , n o d e h o n o r . L a p a l a b r a es g r i e g a
y significa q u e el q u e está a l frente es s u p e r i n t e n d e n t e de sus
VIDA Y COSTUMBRES DEL PUEBLO CRISTIANO
s u b o r d i n a d o s , es decir, tiene el c u i d a d o de e l l o s . 'ETTÍ significa
E n r e a l i d a d n o i m p o r t a n a d a a esta c i u d a d el g é n e r o d e sobre, y CTKOTTÓS, intención; p o r t a n t o , si se n o s a n t o j a , p o d e m o s
vida q u e a d o p t a el q u e a b r a z a la fe q u e l l e v a a D i o s , con t a l t r a d u c i r ÉTriaKOTTelv p o r s u p e r i n t e n d e r . S e g ú n esto, n o es o b i s p o
de q u e n o v a y a c o n t r a los p r e c e p t o s d i v i n o s . P o r e s o , a los el q u e a m a p r e s i d i r , n o el s e r ú t i l . A s í , p u e s , t o d o s p u e d e n a p l i -
filósofos q u e se h a c e n c r i s t i a n o s n o se les o b l i g a a c a m b i a r su carse a la b ú s q u e d a y a l e s t u d i o d e la v e r d a d , e n q u e consiste
t r e n d e v i d a si n o lo i m p i d e l a r e l i g i ó n , s i n o sus d o c t r i n a s el ocio l o a b l e ; p e r o el l u g a r s u p e r i o r , sin el cual el p u e b l o n o
falsas. A s í , le d a d e l a d o la diferencia s e ñ a l a d a p o r V a r r ó n e n p u e d e s e r g o b e r n a d o , a u n q u e sea c o m o es d e b i d o , es i n d e c o r o s o
los cínicos, con tal de q u e n o se h a g a n a d a c o n t r a la h o n e s t i d a d d e s e a r l o . P o r eso, el a m o r a la v e r d a d b u s c a el ocio s a n t o , y la
y l a t e m p l a n z a . E n c u a n t o a los t r e s g é n e r o s d e v i d a , el ocioso, n e c e s i d a d d e la v e r d a d c a r g a c o n el n e g o c i o j u s t o [ 5 0 ] . Si n a -
el activo y el m i x t o , a u n q u e , salva la fe, c a d a u n o p u e d e e l e g i r die n o s i m p o n e esta c a r g a , d e b e m o s e n t r e g a r n o s a la b ú s q u e d a
el q u e le p l a z c a y l l e g a r p o r él a los p r e m i o s e t e r n o s , interesa, y a la c o n t e m p l a c i ó n de la v e r d a d . Y si a l g u i e n n o s la i m p o n e ,
sin e m b a r g o , cuál se a b r a z a p o r a m o r a l a v e r d a d y c u á l p o r d e b e m o s a c e p t a r l a p o r n e c e s i d a d d e la c a r i d a d [ 5 1 ] . A u n en
d e b e r de c a r i d a d . N o se debe u n o e n t r e g a r a l ocio desentendién- este caso n o d e b e n a b a n d o n a r s e de p l a n o l a s d u l z u r a s d e la
dose de ser útil al p r ó j i m o , ni a la a c c i ó n o l v i d a n d o l a contem- v e r d a d , n o sea q u e , p r i v a d o s de esa s u a v i d a d , n o s o p r i m a la
necesidad.
hunquam putat eis esse credendum. Credit etiam Scripturis sanctis et ve-
teribus et novis, quas Canónicas appellamus, unde fides ipsa concepta sic actuosus, ut contemplationem non requirat Dei. In otio non iners va-
est, ex qua iustus vivit 3 "; per quam siue dubitatione ambulamus, quamdiu catio delectare debet; sed aut inquisitio, aut inventio veritatis: ut in ea
peregrinamur a Domino 3 '; qua salva atque certa, de quibusdam rebus, quisque proficiat, et quod invenerit teneat, et alteri non invideat. In
quas ñeque sensu, ñeque ratione percepimus, ñeque nobis per Scripturam actione vero non amandus est honor in hac vita, sive potentia; quoniam
canonicam claruerunt, nec per testes quibus non credere absurdum est, in omnia vana sub solé: sed opus ipsum, quod per eumdem honorem vel po-
nostram notitiam pervenerunt, sitie iusta rcprehensione dubitamus. tentiam fit, si recte atque utiliter fit, id est, ut valeat ad eam salutem
subditorum, quae secundum Deum est; unde iam superius disputavimus 3~.
Propter quod ait Apostolus, Qui episcopatum desiderat, bonum opus deside-
CAPUT XIX
rat3S. Exponere voluit quid sit episcopatus: quia nomen est operis, non ho-
DE HABITO ET MORIBUS roruLi CHRISTIAM noris. Graecum est enim, atque inde ductum vocabulum, quod ille qui prae-
ficitur, eis quibus praeficitur superintendit, curam eorum scilicet gerens:
Nihil sane ad istam pertinet civitatem quo habitu vel more vivendi, ÍTTÍ quippe, Super; aKoirós vero, Intentio est: ergo ÉiriaKoirEiv, si velimus,
si non est contra divina praecepta, istam fidem, qua pervenitur ad Deum, latine Superintendere possumus dicere; ut intelügat non se esse episco-
quisque sectetur: unde ipsos quoque philosophos, quando Christiani fiunt, pum, qui praeesse dilexerit, non prodesse. Itaque a studio cognoscendae
non habitum vel consuetudinem victus, quae nihil impedit religionem, sed veritatis nemo prohibetur, quod ad laudabile pertinet otium: locus vero
falsa dogmata mutare compellit. Unde illam quam Varro adhibuit ex superior, sine quo regi populus non potest, etsi ita teneatur atque admi-
Cynicis differentiam, si nihil turpiter atque intemperanter agat, omnino nistretur ut decet, tamen indecenter appetitur. Quamobrem otium sanctum
non curat. Ex tribus vero illis vitae generibus, otioso, actuoso, et ex quaerit chantas veritatis: negotium iustum suscipit necessitas charitatis.
utroque composito, quamvis salva fide quisque possit in quolibet eorum Quam sarcinam si nullus imponit, percipiendae atque intuendae vacandum
vitam ducere, et ad sempiterna praemia pervenire; interest tamen quid est veritati: si autem imponitur, suscipienda est propter charitatis neces-
amore teneat veritatis, quid officio charitatis impendat. Nec sic quisque sitatem: sed nec sic omní modo veritatis delectatio deserenda est, ne
debet esse otiosus, ut in eodem otio utilitatem non cogitet proximi; nec subtrahatur illa suavitas, et opprimat ista necessitas.
30
Hab. 2,4. 32
C.6.
" 2 Cor. s,6. 33
i T i m . 3ji.
1412 LA CILDAD DE DIOS XIX, 20 XTX, 2 1 , 1 FINES DE U S DOS CIUDADES 1413

CAPÍTULO XX C A P I T U L O X X I

L O S CIUDADANOS DE LA CIUDAD SANTA EN ESTA VIDA SON F E L I C E S


EXISTENCIA DE LA REPÚBLICA ROMANA. D E F I N I C I Ó N DE ESCIPIÓN
EN ESPERANZA
1. Este es precisamente el lugar propio para decir, lo más
Siendo, pues, el sumo bien de la ciudad de Dios la paz eter- concisa y claramente que pueda, lo que prometí en el libro I I
na y perfecta, no esta que atraviesan los mortales entre el naci- de esta obra. Y es mostrar que, según las definiciones de que
miento y la muerte, sino en la que permanecen una vez inmor- Escipión se sirve en los libros Sobre la república de Cicerón,
tales y libres de todo padecimiento, ¿quién hay que niegue que no ha existido nunca la república romana. En pocas palabras
esa vida será muy dichosa, o que no estime, en su compa- define la república, diciendo que es la cosa del pueblo. Si esta
ración, misérrima ésta, por más llena de bienes anímicos, cor- definición es verdadera, no ha existido nunca la república ro-
porales o externos que esté? Y, sin embargo, quien se conduce mana, porque no ha sido nunca cosa del pueblo, que es la
de tal forma que refiere el uso al fin de aquella que ardentísi- definición de república. Define el pueblo diciendo que es una
ma y fidelísimamente espera, puede llamarse con razón feliz sociedad fundada sobre derechos reconocidos y sobre la comu-
en este mundo, más, en verdad, por la esperanza que por nidad de intereses. Luego explica qué entiende por derechos
la realidad. La realidad presente, sin aquella esperanza, es una reconocidos. Y añade que la república no puede ser gobernada
felicidad falsa y una auténtica miseria, porque no usa de los sin justicia. En consecuencia, donde no hay verdadera justicia
verdaderos bienes del espíritu. No es verdadera sabiduría la rio puede darse verdadero derecho. Como lo que se hace con
que en estas cosas, que discierne con prudencia, soporta con derecho se hace justamente, es imposible que se haga con de-
fortaleza, reprime con templanza y ordena con justicia, no se recho lo que se hace injustamente. En efecto, no deben lla-
propone el fin supremo, en que será Dios todo en todas las marse derecho las constituciones injustas de los hombres, pues-
cosas por una eternidad cierta y una paz perfecta. to que ellos mismos dicen que el derecho mana de la fuente de
la justicia y que es falsa la opinión de quienes sostienen torci-
damente que es derecho lo que es útil al más fuerte [ 5 2 ] . P o r
C A P U T XX tanto, donde no existe verdadera justicia no puede existir comu-
Q ü O D CIVES SANCTORUM IN VITAE HUIUS TEMPORE SPE BEATI SINT

Quamobrem summum bonum civitatis Dei cum sit aeterna pax atque
perfecta, non per quam mortales transeant nascendo atque moriendo, sed CAPUT XXI
in qua immortales maneant nihil adversi omnino patiendo; quis est qui
AN SECUNDUM DEFINITIONES SCIPIONIS, QUAE IN DIALOGO ClCERONIS SUNT,
illam vitam vel beatissimam neget, vel in eius comparatione istam, quae
UNQUAM FUERIT ROMANA RESPUBLICA
hic agitur, quantislibet animi et corporis externarumque rerum bon¡9
plena sit, non miserrimam iudicet? Quam tamen quicumque sic habet, 1. Quapropter nunc est locus, ut quam potero breviter ac dilucide
ut eius usum referat ad illius finem, quam diligit ardentissime, ac fide- expediam, quod in secundo huius operis libro me demonstraturum esse
lissime sperat, non absurde dici etiam nunc beatus potest, spe illa potius, promisi3S, secundum definitiones, quibus apud Ciceronem utitur Scipio
quam re ista. Res vero ista sine spe illa, beatitudo falsa et magna miseria in libris de República, nunquam rempublicam fuisse Romanam. Breviter
est: non enim veris animi bonis utitur. Quoniam non est vera sapientia, enim rempublicam definit esse rem populi. Quae definitio, sí vera est,
quae intentionem suam in his quae prudenter discernit, gerit fortiter, nunquam fuit Romana respublica: quia nunquam fuit res populi; quam
cobibet temperanter, iusteque34 distribuit, non in illum dirigit finem, ubi definitionem voluit esse reipublicae. Populum enim esse definivit coetum
erit Deus omnia in ómnibus , aeternitate certa et pace perfecta. multitudinis, iuris consensu et utílitatis communione sociatum. Quid autem
34
i C o r . 15,38.
dicat iuris consensum, disputando explicat; per hoc ostendens geri sine
iustitia non posse rempublicam: ubi ergo iustitia vera non est, nec íus
potest esse. Quod enim iure fit, profecto inste fit: quod autem fit iniuste,
nec iure fieri potest. Non enim iura dicenda sunt vel putanda iniqua
hominum constituta: cum illud etiam ipsi ius esse dicant, quod de iusti-
tiae fonte manaverit; falsumque esse, quod a quibusdam non recte sen-
tientibus dici solet, id esse ius, quod ei qui plus potest, utile est. Quo-
circa ubi non est vera iustitia, iuris consensu sociatus coetus hominum
C.si n.4.,.-
1414 I,A CIUDAD DE DIOS XIX, 21, 2 XIX, 21, 2 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1415

nidad de hombres fundado sobre derechos reconocidos, y, por porque se portarían peor indomados. En apoyo de esta prueba
tanto, tampoco pueblo, según la definición de Escipión o de Ci- se adujo un ejemplo brindado por la misma naturaleza. «Pues
cerón. Y si no puede existir el pueblo, tampoco la cosa del pue- ¿por qué, dice él, Dios manda al hombre, el alma al cuerpo,
blo, sino la de un conjunto de seres que no merece el nombre de la razón a la libido y a las demás pasiones del ánimo?» Este
pueblo. Por consiguiente, si la república es la cosa del pueblo ejemplo mostró con llaneza que la servidumbre es útil a algu-
y no existe pueblo que no esté fundado sobre derechos recono- nos y que servir a Dios es útil a todos. Y cuando el alma está
cidos, y no hay derecho donde no hay justicia, sigúese que don- sometida a Dios, impera con justicia al cuerpo, y en el ánimo
de no hay justicia no hay república. Ahora bien, la justicia es la razón, sometida a Dios, manda justamente a la libido y a las
la virtud que da a cada uno lo suyo. ¿Qué justicia es esta que demás pasiones. Por tanto, cuando el hombre no sirve a Dios,
aparta al hombre del Dios verdadero y lo somete a los inmun- ¿ qué justicia hay en él ? La verdad es que, si no sirve a Dios,
dos demonios? ¿Es esto acaso dar a cada uno lo suyo? ¿O es el alma no puede imperar con justicia al cuerpo, ni la razón
que quien quita la heredad al que la compró y la da a quien humana a las pasiones. Y si en un hombre semejante no existe la
no tiene derecho a ella, es injusto; y quien se quita a sí mismo justicia, en una reunión de hombres, que es un conjunto de esa
al Dios dominador y creador suyo y sirve a los espíritus ma- ralea, tampoco la habrá. No existe, por consiguiente, ese dere-
lignos, es justo? [ 5 3 ] . cho reconocido que constituye en pueblo a la sociedad de hom-
2. En esta obra Sobre la república se disputa acalorada bres, que es lo que se llama república. Y ¿qué diré de la utili-
y duramente contra la injusticia en pro de la justicia. Primera- dad que auna el clan de hombres, elemento que hace entrar en la
mente trataron los defensores de la injusticia contra la justi- definición de pueblo? Si se presta a eso un poco de atención, no
cia. Y decían que la república no puede mantenerse y acrecerse es tampoco útil a los impíos, que viven como todo aquel que no
sino sobre la injusticia. Pusieron como argumento irrebatible sirve a Dios y sirve a los demonios, tanto más impíos cuanto más
que es injusto que los hombres estén sometidos a hombres do- desean que se les sacrifique a ellos como dioses, siendo inmun-
minadores. La ciudad imperiosa, capital de gran república dísimos espíritus. Mas tengo para mí que cuanto hemos dicho
—añadían—, no puede señorear a sus provincias si no acoge sobre el derecho es suficiente para mostrar que, según esta de-
esta injusticia. finición, no existe el pueblo si no hay justicia, y, por consi-
Los partidarios de la justicia respondieron que eso es justo, guiente, tampoco república. Pretender que los romanos sirvie-
porque la servidumbre es ventajosa a tales hombres, y que esa ron en su república no a inmundos demonios, sino a dioses
acción, hecha con ese fin, es recta, es decir, priva a los malos santos y buenos, ¿no es acaso querer hacernos repetir cuanto
de su licencia para hacer mal. Y los tendrán mejor domados, hemos dicho sobre el particular por activa y por pasiva?

non potest esse; et ideo nec populus, iuxta illam Scipionis vel Ciceronis natura sumptum nobile exemplum, atque dictum est, «Cur igitur Deus
definitionem: et si non populus, nec res populi; sed qualiscumque multi- homini, animus imperat corpori, ratio libidini caeterisque vitiosis animi
tudinis, quae populi nomine digna non est. Ac per hoc, si respublica res partibus?» Plañe hoc exemplo satis edoctum est, quibusdam esse utilem
populi est, et populus non est qui consensu non sociatus est iuris, non est servitutem; et Deo quidem ut serviatur, utile esse ómnibus. Serviens autem
autem ius, ubi milla iustitia est: procul dubio colligitur, ubi iustitia non Deo animus, recte imperat corpori, inque ipso animo ratio Domino Deo
est, non esse rempublicam. Iustitia porro ea virtus est, quae sua cuique subdita, recte imperat libidini vitiisque caeteris. Quapropter ubi homo
distribuit. Quae igitur iustitia est hominis, quae ipsum hominem Deo vero Deo non servit, quid in eo putandum est esse iustitiae; quandoquidem
tollit, et immundis daemonibus subdit? Hoccine est sua cuique distri- Deo non serviens, nullo modo potest iuste animus corpori, aut humana
buere? An qui fundum aufert ei a quo emptus est, et tradit ei qui nihil ratio vitiis imperare? Et si in homine tali non est ulla iustitia, procul
in eo babet iuris, iniustus est; et qui se ipsum aufert dominan ti Deo, a dubio nec in hominum coetu, qui ex hominibus talibus constat. Non est
quo factus est, et malignis servit spiritibus, iustus est? hic ergo iuris ille consensus, qui hominum multitudinem populum facit,
2. Disputatur certe acerrime atque fortissime in eisdem ipsis de Re- cuius res dicitur esse respublica. Nam de utilitate quid dicam, cuíus etiam
publica libris adversus iniustiam pro iustitia. Et quoniam, cum prius communione sociatus coetus hominum, sicut se habet ista definitio, popu-
ageretur pro iniustitiae partibus contra iustitiam, et diceretur nisi per lus nuncupatur? Quamvis enim, si diligenter atiendas, nec utilitas sit ulla
iniustitiam rempublicam stare augerique non posse; hoc veluti validissi- viventium, qui vivunt impie; sicut vivit omnis qui non servit Deo. servit-
mum positum erat, iniustum esse, ut homines hominibus dominantibus que daemonibus, tanto magis impiis, quanto magis sibi, cum sint immun-
serviant; quam tamen iniustitiam nisi sequatur imperiosa civitas, cuius dissimi spiritus, tanquam diis sacrifican volunt: tamen quod de iuris con-
est magna respublica, non eam posse provinciis imperare: responsum est sensu diximus, satis esse arbitrar, unde appareat per hanc definitionem
a parte iustitiae, ideo iustum esse, quod talibus hominibus sit utilis servi- non esse populum, cuius respublica esse dicatur, in quo iustitia non est.
tus, et pro utilitate eorum fieri cum recte fit, id est, cum improbis Si enim dicunt non spiritibus immundis, sed diis bonis atque sanctis in
aufertur iniuriarum licentia; et domiti se melius habebunt, quia indomiti sua república servisse Romanos; numquid eadem toties repetenda sunt,
deterius se habuerunt: subditumque est, ut ista ratio firmaretur, veluti a quae iam satis, imo ultra quam satis est, diximus? Quis enim «d hunc
1416 LA CIUDAD DE DIOS XIX, 22 XLX, 2 3 , 1 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1417
¿Quién que haya leído hasta éste los libros anteriores puede Dios que Varrón, el más docto de los romanos, cree ser Júpiter,
dudar de que los romanos sirvieron a demonios malos e im- bien que no sabe lo que dice [ 5 4 ] . Esto hace ver, a mi juicio,
puros, de no ser un tonto de remate o un desvergonzado dispu- que un hombre tan erudito no ha pensado que ese dios no
tador? Mas, para no repetir de qué ralea eran aquellos a quie- existe o que era despreciable, pues creyó que era éste por él
nes sacrificaban, citaré lo escrito en la ley de Dios: El que tenido como Dios supremo. En fin, es el mismo Dios de quien
sacrifique a otros dioses fuera del único Señor, será extermi- Porfirio, el más sabio de los filósofos, aunque acérrimo enemigo
nado. Este mandato y esta amenaza entrañan la voluntad de de los cristianos, confiesa que es un Dios grande, aun según los
que no se sacrifique a los dioses, ni buenos ni malos. oráculos de aquellos que juzga dioses.

CAPITULO XXII CAPITULO XXIII

¿ E S EL VERDADERO DlOS EL DE LOS CRISTIANOS?' SENTIR DE P O R F I R I O SOBRE LOS ORÁCULOS DE LOS DIOSES

Mas puede replicarse: ¿Quién es ese Dios o cómo se prueba 1. En los libros que titula ÉK Aoyícov <piAoao<pías [ 5 5 ] , en
que ninguno otro merece el culto de los romanos? Se necesita los que examina y consigna esa especie de respuestas divinas
estar muy ciego para preguntar a estas alturas quién es ese tocantes a la filosofía, dice, usando las palabras de la tra-
Dios. Es el Dios de quien han predicho los profetas las cosas ducción latina del texto griego, que «a uno que preguntaba
que vemos cumplidas. Es el mismo Dios que dijo a Abrahán: a Apolo a qué dios debía aplacar para apartar a su esposa del
En tu descendencia serán benditas todas las generaciones. Que cristianismo», Apolo le respondió—he aquí sus p a l a b r a s — :
esto se realizó en Cristo, nacido de esa estirpe según la carne, «Quizá te sería más fácil escribir en el agua letras impresas
lo reconocen, aun contra su voluntad, los enemigos de este o volar por el aire como desplegando tus ligeras plumas que
nombre. Es el mismo Dios que ha inspirado por su Espíritu desviar el sentido manchado de tu impía esposa. Déjala, pues,
todas las predicciones cumplidas en la Iglesia, extendida ya por en su ridículo error, cantar con voz lúgubre v ficticia a un Dios
todo el orbe, y que he citado en libros anteriores. Es el mismo muerto a quien, condenado por jueces justos, quitó la vida a
la fuerza una muerte pública e ignominiosa». Tras estos versos
locura per superiores huius operis libros pervenit, qui dubitare adhuo
de Apolo, traducidos al latín sin ritmo ni medida, añadió:
possit, malis et impuris daemonibus servisse Romanos, nisi vel nimium «Estos versos hacen ver la tergiversación de esa sentencia irre-
elolidus, vel impudentissime contentiosus? Sed ut taceam quales sint, quos
sacrificas colebant; in lege veri Dei scriptum est, Sacrificans diis eradi- quod tamen ideo commemorandum putavi, quoniam vir tantae scientiae
cabitur, nisi Domino tantum 3". Nec bonis igitur, nec malis diis sacrificari nec nullum istum deum potuit existimare, nec vilem. Hunc enim eum
voluit, qui hoc cum tanta comminatione praecepit. esse credidit, quem summum putavit Deum. Postremo ipse est Deus, quem
doctissimus philosophorum, quamvis Christianorum acerrimus inimicus,
etiam per eorum oracula, quos déos putat, Deum magnum Porphyriua
CAPUT XXII ' confite tur.
CAPUT XXIII
A N VERÜS SIT DEUS, CUI CHRISTIANI SERVIUNT, CÜI SOLÍ DEBEAT
SACRIFICARI
QüAE PoRPHYRIUS DICAT 0RACÜLIS DEORUM RESP0NSA ESSE DE CHRISTO
Sed responden potest: Quis iste Deus est, aut unde dignu3 probatur, 1. Nam in libris quos ÍK Aoylwv <piAoo-o<p(as appellat, in quibus exse-
cui deberent obtemperare Romani, ut nullum deorum praeter ipsum cole- quitur atque conscribit rerum ad philosophiam pertinentium velut divina
rent sacrificiis? Magnae caecitatis est, adhuc quaerere quis iste sit Deus. responsa, ut ipsa verba eius, quemadmodum ex lingua graeca in latinara
Ipse est Deus, cuius Prophetae praedixerunt ista quae cernimus. Ipse est ínterpretata sunt, ponam: «Interrogante inquit, quem deum placando re-
Deus, a quo responsum accepit Abraham, In semine tito benedicentur vocare possit uxorem suam a Christianismo, haec ait versibus Apollo».
omnes gentesS7. Quod in Christo fieri, qui secundum carnem de illo se- Deinde verba velut Apollinis ista sunt: «Forte magis poteris in aqua
mine exortus est, iidem ipsi qui remanserunt huius nominis inimici, velint impressis litteris scribere, aut adinflans pennas leves per aera ut avis
nolintve, cognoscunt. Ipse est Deus, cuius divinus Spiritus per eos locuíus volare, quam pollutae revoces impiae uxoris sensum. Pergat quomodo vult
est, quorum praedicta atque completa per Ecclesiam, quam videmus toto inanibus fallaciis perseverans, et lamentationibus fallacissimis mortuum
orbe diffusam, in libris superioribus posui. Ipse est Deus, quem Varro Deum cantans, quem a iudicibus recta sentientibus perditum, pessima in
doctissimus Romanorum Iovem putat, quamvis nesciens quid loquatur: speciosis ferro viñeta mors interfecit». Deinde post hos versus Apollinis,
36
E X . 22,20. qui non stante metro latine interpretati sunt, subiunxit atque ait: <-In bis
87
G e n . 22,18. quidem tergiversationem irremediabilis sententiae eorum manifestavit, di-
1424 LA CIUDAD DE D I O S XIX, 23, 5 XIX, 24 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1425
m o s t r a r á n con luz m e r i d i a n a q u e el D i o s v e r d a d e r o y s o b e r a n o lleva al h o m b r e a a m a r a D i o s c o m o d e b e y al p r ó j i m o c o m o
n o q u i e r e q u e se sacrifique a n a d i e f u e r a d e E l . ¡ H e a q u í u n a sí m i s m o [ 5 9 ] . E n c o n c l u s i ó n , d o n d e n o existe esta j u s t i c i a
dicho breve, m á s diríamos, grandioso, amenazador, pero verda- no existe t a m p o c o la c o n g r e g a c i ó n d e h o m b r e s f u n d a d a s o b r e
d e r o , de a q u e l D i o s a q u i e n p r e d i c a n t a n e x c e l s a m e n t e sus va- d e r e c h o s r e c o n o c i d o s y c o m u n i d a d de i n t e r e s e s . Y si esto n o
r o n e s m á s s a b i o s ! E s c ú c h e s e , témase, c ú m p l a s e , n o sea q u e existe, n o existe el p u e b l o , si es q u e es v e r d a d e r a la definición
s o b r e v e n g a a los d e s o b e d i e n t e s el d e s a r r a i g o . d a d a de p u e b l o . P o r c o n s i g u i e n t e , n o existe t a m p o c o r e p ú b l i c a ,
Quien sacrificare a los dioses-—dice—, no a solo el Señor, p o r q u e d o n d e n o h a y p u e b l o n o h a y cosa del p u e b l o .
será exterminado, n o p o r q u e t e n g a n e c e s i d a d de a l g u n a cosa,
s i n o p o r q u e n o s c o n v i e n e ser cosa s u y a . Así, en l a s S a g r a d a s
L e t r a s de los h e b r e o s se c a n t a : Dije al Señor: Tú eres mi Dios, C A P I T U L O X X I V
porque no necesitas de mis bienes. N o s o t r o s , es decir, su c i u d a d ,
s o m o s su sacrificio m á s n o b l e y excelente. T a l es el m i s t e r i o O T R A D E F I N I C I Ó N MÁS A C C E S I B L E Y M Á S A D A P T A B L E D E PUEBLO
q u e c e l e b r a m o s en n u e s t r a s o b l a c i o n e s , b i e n c o n o c i d a s de los
fieles, c o m o h e m o s d i c h o en l i b r o s a n t e r i o r e s . L o s o r á c u l o s di- Y si d e s c a r t a m o s esa definición de p u e b l o y d a m o s esta o t r a :
v i n o s h a n a n u n c i a d o p o r los p r o f e t a s h e b r e o s q u e l a s v í c t i m a s « E l p u e b l o es u n c o n j u n t o de s e r e s r a c i o n a l e s a s o c i a d o s p o r l a
' q u e ofrecían l o s h e b r e o s en figura del p o r v e n i r c e s a r í a n , y q u e c o n c o r d e c o m u n i d a d de objetos a m a d o s » , p a r a s a b e r q u é es
l a s n a c i o n e s , de l e v a n t e a p o n i e n t e , n o ofrecerían m á s q u e u n c a d a p u e b l o , es p r e c i s o e x a m i n a r los objetos de su a m o r . N o
sacrificio, el q u e a h o r a v e m o s c u m p l i d o . Y a he c i t a d o a l g u n o s o b s t a n t e , sea c u a l fuere su a m o r , si es u n c o n j u n t o , n o d e b e s - '
de esos t e s t i m o n i o s , los suficientes, y he s a l p i c a d o de e l l o s esta tias, s i n o de seres r a c i o n a l e s , y están l i g a d o s p o r la c o n c o r d e
o b r a . P o r t a n t o , d e b e exigirse esta justicia q u e h a c e q u e el c o m u n i ó n de o b j e t o s a m a d o s , p u e d e l l a m a r s e , sin a b s u r d o nin-
D i o s ú n i c o y s u p r e m o i m p e r e , según su g r a c i a , a la c i u d a d g u n o , p u e b l o . Cierto q u e será t a n t o m e j o r c u a n t o m á s n o b l e s
o b e d i e n t e , q u e n o sacrifique a n a d i e fuera de E l . De esta suerte, sean los intereses q u e los l i g a n , y t a n t o p e o r c u a n t o m e n o s
en t o d o s los h o m b r e s , c i u d a d a n o s de esta c i u d a d y o b e d i e n t e s n o b l e s s e a n . Según esto, el p u e b l o r o m a n o es u n p u e b l o , y su
a D i o s , el a l m a i m p e r a r á fielmente y con o r d e n l e g í t i m o al g o b i e r n o , u n a r e p ú b l i c a . L a h i s t o r i a da fe de lo q u e a m ó este
c u e r p o , y la r a z ó n a las p a s i o n e s . Y de esta m a n e r a , c o m o u n p u e b l o en su o r i g e n y en las é p o c a s s i g u i e n t e s y de c ó m o se
solo j u s t o vive de la fe, así v i v i r á t a m b i é n e l , c o n j u n t o y el h a n i d o i n f i l t r a n d o l a s m á s s a n g r i e n t a s sediciones, l a s g u e r r a s
p u e b l o de esos j u s t o s d e esa fe q u e o b r a p o r la c a r i d a d , q u e
nem, qua homo diligit Deum, sicut diligendus est Deus, et proximum
poneré: quibus luce clarius apparet, nulli omnino nisi tantum sibi Deum sicut semetipsum: ubi ergo non est ista iustitia, pwfecto non est coetus
verum et summum voluisse sacrificari. Ecce hoc unum breviter, imo gran- hominum iuris consensu et utilitatis communione sociatus. Quod si non
diter, minaciter, sed veraciter dictum ab illo Deo, quem tam excellenter est, utique populus non est, si vera est haec populi definitio. Ergo neo
eorum doctíssimi praedicant, audiatur, timeatur, ímpleatur, ne inobedien- respublica est: quia res populi non est, ubi ipse populus non est.
tes eradicatio consequatur. Sacrijicans, inquit, diis eradicabitur, nisi Do-
mino tantum: non quo rei egeat alícuius, sed quia nobis expedit ut res
eius simus. Hinc enim canitur in sacris Litteris Hebraeorum: Dixi Do- CAPUT XXIV
mino, Deus meus es tu, quoniam bonorum meorum non eges 4 °. Huius
Q ü A DEFINITIONE CONSTET POPULI ET REIPUBLICAE NUNCUPATIONEM RECTE
autem praeclarissimum atque optimum sacrificium nos ipsi sumus, hoc
est civitas eius, cuius rei mysterium celebramus oblationibus nostris, quae SIBI NON SOLÜM ROMANOS, SED ETIAM REGNA ALIA VINDICARE
fidelibus notae sunt, sicut in libris praecedentibus disputavimus ". Cessa- Si autem populus non isto, sed alio definiatur modo, velut si dieatur,
turas enim victimas, quas in umbra futuri offerebant Iudaei, et unum Populus est coetus multitudinis rationalis, rerum quas diligit concordi
sacrificium gentes a solis ortn usque ad occastim, sicut iam fieri cernimus communione sociatus: prefecto ut videatur qualis quisque populus sit,
oblaturas, per Prophetas Hebraeos oracula increpuere divina: ex quibus illa sunt intuenda quae diligit. Quaecumque tamen diligat, si coetus est
quantum satis visum est, nonnulla protulimus, et huic iam operi aspersi- multitudinis, non pecorum, sed rationalium creaturarum, et eorum quae
mus. Quapropter ubi non est ista iustitía, ut secundum suam gratiam diligit concordi communione sociatus est, non absurde populus nuncupa-
civitati obedienti Deus imperet unus et summus, ne cuiquam sacrificet, tur; tanto utique melior, quanto in melioribus; tan toque deterior, quanto
nisi tantum sibi; et per hoc in ómnibus hominibus ad eamdem civitatem est in deterioribus concors. Secundum istam definitionem nostram Roma-
pertinentibus atque obedientibus Deo, animus etiam corpori, atque ratio nus populus, populus est; et res eius sine dubitatione respublica. Quid
vitiis, ordine legitimo fideliter imperet; ut quemadmodum iustus unus, autem primis temporibus suis, quidve sequentibus populus ¡lie dilexerit,
ita coetus populusque iustorum vivat ex fide, quae operatur per dilectio- et quibus moribus ad cruentissimas seditiones, atque inde ad socialia
*° PS. 15,2. atque civilia bella perveniens, ipsam concordiam, quae salus quodammodo
« L.ro có et alibi. est populi, ruperit atque corruperit, testatur historia: de qua in praece-
#c
1426 U CIUDAD DE D10.-Í XIX, 25 XIX, 26 FINES DE LAS DOS CIUDADES 1427
civiles, y de cómo se rompió y se corrompió la concordia, que tener, al mandar al cuerpo y a las pasiones, para el logro y con-
es en cierta manera la salud del pueblo. En los libros prece- servación de algo, si no las refiere a Dios, son más bien vicios
dentes hay muchos datos a este respecto. Por eso, yo no diría que virtudes. Y es que, aunque algunos piensen que las virtudes
que no es un pueblo o que su gobierno no es república mien- son verdaderas y honestas cuando son referidas a sí mismas
tras subsista un conjunto de seres racionales unidos por la co- y puestas como fin propio son hinchadas y soberbias. Por
munión concorde de objetos amados. Lo dicho de este pueblo ende, no son virtudes, sino vicios [ 6 0 ] , y por tales deben
y de esta república llágase extensivo al pueblo de los atenien- tenerse. Así como no procede del cuerpo, sino que es supe-
ses o de otros griegos, al de los egipcios, a la primera Babilo- rior al cuerpo, lo que hace vivir al cuerpo, así no procede
nia de los asirios, cuando en sus repúblicas sostuvieron imperios del hombre, sino que es superior al hombre, lo que hace vivir
grandes o pequeños, y de cualesquiera otras naciones. Porque, al hombre felizmente, y no solamente al hombre, sino también
en general, la ciudad de los impíos, refractaria a las órdenes de a toda otra potestad y virtud celestial.
Dios, que prohibe sacrificar a otros dioses fuera de El, y por
eso incapaz de hacer prevalecer el alma sobre el cuerpo y la
razón sobre los vicios, desconoce la verdadera justicia.
C A P 1 T ti L O XXVI

D E LA PAZ DEL PUEBLO SEPARADO DE DlOS Y USO QUE DE ELLA


CAPITULO XX V HACE EL PUEBLO DE DlOS EN SU PEREGRINACIÓN

N o PUEDEN DARSE VERDADERAS VIRTUDES DONDE NO HAY De donde se sigue que, así como el alma es la vida del
VERDADERA RELIGIÓN cuerpo, así Dios es la vida feliz del hombre. De El dicen las
Sagradas Letras de los hebreos: Feliz el pueblo que tiene por
Por más dichoso que parezca el imperio del alma sobre el Señor a su Dios. ¡Miserable, pues, el pueblo enajenado de ese
cuerpo y de la razón sobre las pasiones, si el alma y la razón Dios! También él goza de una cierta paz suya, que no debe ser
no están sometidas a Dios y no le rinden el culto que El manda, despreciada; paz de que no gozará al fin, porque no usa bien
ese imperio no es justo y verdadero. ¿ Cómo una mente que des- de ella antes del fin. Mas interesa también a nuestra ciudad que
conoce al Dios verdadero y que, en lugar de estarle sujeta, se goce de ella en este mundo, porque, mientras están mezcladas
prostituye a los más infames demonios, que la violan, puede las dos ciudades, usamos también nosotros de la paz de Babilo-
ser señora del cuerpo y de los vicios? Las virtudes que cree
corpori et vitiis ad quodlibet adipiscendum vel tenendum, nisi ad Deum
dentibus libris multa posuimus. Nec ideo tamen vel ipsum non esse po- retulerit, etiam ipsae vitia sunt potius quam virtutes. Nam licet a qui-
pulum, vel eius rem dixerim non esse rempublicam, quamdiu manet qua- busdam tune verae et honestae putentur esse virtutes, cura ad se ipsas
liscumque rationalis multitudinis coetus, xerum quas diligit concordi referuntur, nec propter aliud expetuntur; etiam tune inflatae ac superbae
communione sociatus. Quod autem de isto populo et de ista república sunt: et ideo non virtutes, sed vitia iudicanda sunt. Sicut enim non est
dixi, hoc de Atheniensium vel quorumcumque Graecorum, hoc de Aegyp- a carne, sed super carnem, quod carnem facit vivere: sic non est ab homi-
tiorum, hoc de illa priore Babylone Assyriorum, quando in rebus suis ne, sed super hominem, quod hominem facit beate vivere; nec solum
publicis imperia vel parva vel magna tenuerunt, et de alia quacumque hominem, sed etiam quamlibet Potestatem Virtutemque caelestem.
aliarum gentium intelligar dixisse atque sensisse. Generaliter quippe civitas
impiorum, cui non imperat Deus obedienti sibi, ut sacrificium non offerat, CAPUT XXVI
nisi tantummodo sibi, et per hoc in illa et animus corpori, ratioque vitiis
recte ac fideliter imperet, caret iustitiae veritate. DE PAI:E VOPULI ALIENATI A DEO, QUA UTITUR AD PIETATEM POPULUS DET,
MJM IN HOC PERECRINUS EST MUNDO
CAPUT XXV
Quocirca ut vita carnis anima est, ita beata vita homínis Deus est,
QüOD NON POSSINT IBI VERAE ESSE VIRTUTES, UBI NON EST VERA REEIGIO
de quo dicunt sacrae Litterae Hebraeorum. Beatus populus, cuius est
Dominus Deus ipsius *". Miser igitur populus ab isto alienatus Deo. Diligit
Quamlibet enim videatur animus corpori, et ratio vitiis laudabiliter tamen ipse etiam quatndam pacem suam non improbandam, quam quidem
imperare; si Deo animus et ratio ipsa non servit, sicut sibi serviendum non habebit in fine, quia non ea bene utitur ante finero. Hanc autem ut
esse ipse Deus praecepit, nullo modo corpori vitiisque recte imperat. Nam interim habeat in hac vita, nostra etiam interest: quoniam quamdiu per-
qualis corporis atque vitiorum potest esse mens domina, veri Dei nescia, mixtae sunt ambae civitates, utimur et nos pace Babylonis: ex qua ita
nec eius imperio subiugata, sed vitiosissimis daemonibus corrumpentibus per fidem populus Dei liberatur, ut apud lianc interim peregrinefur.
irostituta? Proinde virtutes, quas sibi habere videtur, per quas imperat
142)8 LA CIUDAD DE DIOS X I X , 27
XDC, 27 FINES DE US DOS CIUDADES 14,29
n i a . El p u e b l o de D i o s es l i b e r a d o p o r la fe y p a r a q u e con e l l a
c a m i n e m i e n t r a s viva. E s t e es el m o t i v o q u e m u e v e a l A p ó s t o l a eficaz p a r a a q u e l l o s c u y a fe sin o b r a s es m u e r t a , p e r o sí l o es
a d v e r t i r a la Iglesia q u e o r e p o r los reyes y p o r los constituí-' p a r a a q u e l l o s c u y a fe o b r a p o r la c a r i d a d . L o s m i s m o s j u s t o s
d o s en d i g n i d a d , a fin de que—dice é l — l l e v e m o s una vida cal- tienen n e c e s i d a d d e esta o r a c i ó n , p o r q u e , a u n q u e su a l m a esté
mosa y tranquila en el ejercicio de la piedad y de la caridad. s o m e t i d a a D i o s , la razón n o i m p e r a p e r f e c t a m e n t e a los vicios
El profeta J e r e m í a s , al a n u n c i a r al a n t i g u o p u e b l o de D i o s su en esta vida m o r t a l y en este c u e r p o c o r r u p t i b l e q u e a p e s g a a l
c a u t i v i d a d y r e c o m e n d a r l e q u e fuese a B a b i l o n i a sin m u r m u r a r a l m a . A u n q u e m a n d e , n u n c a lo h a c e sin c o m b a t e y sin resisten-
y d a n d o p r u e b a a D i o s de su p a c i e n c i a , le a c o n s e j a q u e o r e cia p o r p a r t e d e l a s p a s i o n e s . Y s i e m p r e es v e r d a d q u e a u n a l
p o r esa c i u d a d , porque en su paz encontraréis vuestra paz, es m á s fuerte l u c h a d o r y d o m i n a d o r d e t a l e s e n e m i g o s en este v a l l e
decir, esa p a z t e m p o r a l c o m ú n a los b u e n o s y a los m a l o s . de flaqueza se le e n t r o m e t e a l g o q u e , si n o le h a c e p e c a r con
fácil o b r a , sí le h a c e con h á b i l l o c u c i ó n o con i n c o n s t a n t e pensa-
m i e n t o . P o r e s o , m i e n t r a s se i m p e r a a l a s p a s i o n e s , n o h a y p a z
p e r f e c t a , p o r q u e l a s q u e resisten se d e b a t e n en p e l i g r o s a p e l e a ,
C A P I T U L O X X V I I
y l a s v e n c i d a s a ú n n o tienen a s e g u r a d a la v i c t o r i a , sino q u e
r e q u i e r e n t o d a v í a u n a v i g i l a n t e o p r e s i ó n . E n estas t e n t a c i o n e s ,
L A PAZ DE L O S ADORADORES DE D I O S de l a s c u a l e s dice b r e v e m e n t e la E s c r i t u r a : ¿No es acaso una
continua tentación la vida del hombre sobre la tierra?, ¿quién
M a s la p a z , p r i v a t i v a n u e s t r a , la g o z a m o s a q u í con D i o s p r e s u m i r á d e q u e su v i d a sea t a l q u e n o p r e c i s a d e c i r a D i o s :
p o r la fe, y e t e r n a m e n t e la d i s f r u t a r e m o s c o n El p o r la visión Perdónanos nuestras deudas, sino el h o m b r e s o b e r b i o ? Y sober-
c l a r a . A q u í a b a j o la p a z , t a n t o la c o m ú n c o m o la p r i v a t i v a b i o n o p o r síT g r a n d e z a , s i n o p o r su h i n c h a z ó n . A éste resiste
n u e s t r a , es m á s b i e n solaz de n u e s t r a m i s e r i a q u e gozo d e nues- con justicia el q u e da su g r a c i a a los h u m i l d e s . P o r eso e s t á
t r a d i c h a . N u e s t r a m i s m a j u s t i c i a , a u n q u e v e r d a d e r a en t a n t o e s c r i t o : Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humil-
q u e la r e f e r i m o s al b i e n s u p r e m o , es tal en esta v i d a , q u e m á s des. A q u í la j u s t i c i a consiste en q u e D i o s m a n d e al h o m b r e
b i e n consiste en la r e m i s i ó n d e los p e c a d o s q u e en la perfección o b e d i e n t e ; el a l m a , al c u e r p o , y la r a z ó n , a los vicios, a u n q u e
de las v i r t u d e s . T e s t i g o es d e e l l o la o r a c i ó n de la C i u d a d de se r e b e l e n , o v e n c i é n d o l o s o r e s i s t i é n d o l o s , y en q u e se p i d a
D i o s , p e r e g r i n a en el m u n d o . E l l a c l a m a a D i o s p o r b o c a de a D i o s la g r a c i a del m é r i t o y el p e r d ó n d e los p e c a d o s y se
t o d o s s u s m i e m b r o s : Perdónanos nuestras deudas, así como den g r a c i a s p o r los b i e n e s r e c i b i d o s [ 6 1 1 -
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Esta oración no es
ribus nostris". Nec pro eis est efficax haec oratio, quorum fides sine
Propter quod et Apostolus admonuit Ecclesiam, ut oraret pro regibus operibus mortua est 4 6 : sed pro eis quorum fides per dilectionem opera-
eius atque sublimibus, addens et dicens, ut quietam et tranquillam vitam tur " . Quia enim Deo quidem subdita, in hac tamen conditione mortali, et
agamus cura omni pietate et chántate 4S. Et propheta Ieremias cum populo corpore corruptibili quod aggravat animam 4S, non perfecte vitüs imperat
Dei veteri venturam praenuntíaret captivitatem, et divinítus imperaret ut ratio, ideo necessaria est iustis talis oratio. Nam profecto quanquam im-
obedienter in Babyloniam irent, Deo suo etiam ista patientia servientes, peretur, nequáquam sine conflictu vitüs imperatur. Et utique subrepit
monuit et ipse ut oraretur pro illa, dicensí, quia in eius est pace pax aliquid in hoc loco infirmitatis etiam bene confligenti, sive hostibus tali-
vestra", utique interim temporalis, quae bonis malisque communis est. bus victis subditisque dominanti, unde, si non facili operatione, certe labili
locutione aut volatili cogitatione peccetur. Et ideo quamdiu vitüs impe-
CAPUT XXVII ratur, plena pax non est: quia et illa quae resistunt, periculoso debel-
lantur praelio; et illa quae victa sunt, nondum securo triumphantur otio,
DE PACE SERVIENTIUM DEO, CUIUS PERFECTA TRANQUILLITAS IN HAC TEMPO- sed adhuc sollicito premuntur imperio. In his ergo tentationibus, de qui-
RALI VITA NON POTEST APPREHENDI bus ómnibus in divinis eloquiis breviter dictum est, Numquid non tenta-
do est vita humana super terram? 49 quis ita vivere se praesumat, ut di-
Pax autem nostra propria, et hic est cum Deo per fídem, et in aeternum cere Deo, Dimitte nobis debita nostra, non necesse habeat, nisi homo ela-
erit cum illo per speciem. Sed hic sive illa communis, sive nostra propria, tus? Nec vero magnus, sed inflatus ac tumidus, cui per iustitiam resistit
talis est pax, ut solatium miseriae sit potius quam beatitudinis gaudium, qui gratiam largitur humilibus. Propter quod scriptum est: Deus superbis
Ipsa quoque nostra iustitia, quamvis vera sit propter veri boni finem, resistit, humilibus autem dat gratiam 50. Hic ¡taque in unoquoque iustitia
ad quem refertur, tamen tanta est in hac vita, ut potius peccatorum re- est, ut obedienti Deus homini, animus corpori, ratio autem vitüs etiam
missione constet, quam perfectione virtutum. Testis est oratio totius civi- repugnantibus imperet, vel subigendo, vel resistendo; atque ut ab ipso
tatis Dei. quae peregrinatur in terris. Per omnia quippe membra sua cla- Deo petatur et meritorum gratia, et venia delictorum, ao de acceptis bonis
mat ad Deum, Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debito- gratiarum actio persolvatur. In illa vero pace final i, quo referenda, et
43
i Tim. 3,2. 13
Mt. 6,12. 4S
Sap. 9,15.
" 1er. S9,7. *» lac. 2,17.26. " Iob 7,i, sec. I.XX.
" Gal. 5,6 "" lac. 4,6; 1 Petr. ,5,5.
1430 LA CIUDAD DE DIOS XTX, 28
XIX, 28 FINES DE 1,AS DOS t l l l l l A D H S 1431
En la paz final, empero, que debe ser la meta de la justicia
que tratamos de adquirir aquí abajo, como la naturaleza estará sición y el choque de dos cosas entre sí. ¿Qué guerra; pues, más
dotada de inmortalidad, de incorrupción, y carecerá de vicios grave y más amarga puede imaginarse que aquella en que la
y no sentiremos resistencia alguna interior ni exterior, no será voluntad será tan contraria a la pasión, y la pasión a la volun-
necesario que la razón mande a las pasiones, pues no existi- tad, que su enemistad no cesará jamás por la victoria de una
rán. Dios imperará al hombre, y el alma al cuerpo. Y esto o de otra? [ 6 2 ] . Y ¿cuál más cruel que aquella en que la fuer-
se hará con una facilidad y un dulzor tal cual corresponde a za del dolor combate a la naturaleza del cuerpo, sin que nin-
una felicidad triunfante y gloriosa. Este estado será eterno y es- guno de los dos se rinda? Cuando en el mundo se desencadena
taremos ciertos de su eternidad. Y por eso en la paz de esta ese combate, o vence el dolor, y la muerte priva del sentido,
felicidad y en la felicidad de esta paz consistirá el sumo bien. o vence la naturaleza y la salud arroja el dolor. Empero, en la
otra vida subsiste el dolor para atormentar y la naturaleza para
sentir el dolor, y no falta ni el uno ni la otra para que la pena
CAPITULO XXVIII dure siempre. Mas, como tanto los buenos como los malos pa-
san por el juicio final, unos al bien supremo, que debe apete-
F I N DE LOS IMPÍOS
cerse, y otros al mal soberano, que debe esquivarse, trataré
sobre este punto en el libro siguiente,, cuanto Dios me diere.
Al contrario, los que no pertenecen a esta ciudad de Dios
tendrán por lote una miseria eterna, por otro nombre muerte
segunda, porque ni el alma ni el cuerpo viven. El alma, porque et videbit nihil aliud esse, quam inter se rerum adversitatem atque con-
flictum. Quod igitur bellum gravius et amarius cogitari potest, quam ubi
estará separada de su vida, que es Dios, y el cuerpo, porque voluntas sic adversa est passioni, et passio voluntati, ut nullius earum
sufrirá dolores eternos. La muerte segunda será más dura, por- victoria tales inimicitiae finiantur; et ubi sic confligit cum ipsa natura
que no podrá terminar con la muerte. Mas, siendo la guerra corporis vis doloris, ut neutrum alteri cedat? Hic enim quando contingit
contraria a la paz, como la miseria a la felicidad y la muerte iste conflictus, aut dolor vincit, et sensum mors adimit; aut natura vincit,
a la vida, puede preguntarse, y con razón, si a la paz, tan cele- et dolorem sanitas tollit. Ibi autem et dolor permanet, ut affligat; et na-
brada y alabada como sumo bien, responderá una guerra en el tura perdurat, ut sentiat: quia utnimque ideo non déficit, ne poena de-
mal supremo. Quien esto pregunte, repare qué es lo dañino ficiat. Ad hos autem fines bonorum et malorum, illos expetendos, istos
cavendos, quoniam per iudicium transibunt ad illos boni, ad istos mali;
y pernicioso en la guerra, y hallará que no es más que la opo- de hoc iudicio, quantum Deus donaverit, in consequenti volumine dis-
cuius adipiscendae causa habenda est ista iustitia, quoniam sanata ira- putabo.
mortalitate atque incorruptione natura vitia non habebit, nec unicuique
nostrum vel ab alio vel a se ipso quidquam repugnabit, non opus erit ut
ratio vitiis, quae nulla erunt, imperet: sed imperabit Deus homini, ani-
,mus corporí; tantaque obediendi ibi erit suavitas et facilitas, quanta vi-
vendi regnandique felicitas. Et hoc illic in ómnibus atque in singulis ae-
ternum erit, aeternumque esse certum erit: et ideo pax beatitudinis huius,
vel beatitudo pacis huius, summum bonum erit.

CAPUT XXVIII
IN QUEM FINEM VENTURUS SIT ÉXITOS IMPIORUM

Eorum autem qui non pertinent ad istam civitatem Dei, erit et con-
trario miseria sempiterna, quae etiam secunda mors dicitur51: quia nec
anima ibi vivere dicenda est, quae a vita Dei alienata erit; nec corpus,
quod aeternis doloribus subiacebit. Ac per hoc ideo durior ista secunda
mors erit, quia finiri morte non poterit. Sed quoniam sicut miseria bea-
titudini, et mors vitae, ita bellum paci videtur esse contrarium; mérito
quaeritur, sicut pax in bonorum finibus praedicata est atque laudata,
quod vel quale bellum in finibus malorum e contrario possit intelligi.
Verum qui hoc quaerit, attendat quid ¡n bello noxium pemiciosumque sit,
41
Aipoc. 2,IT ; 2o,6 ; 2T,8.
NOTAS AL LIBRO XIX NOTAS \l LIBRO XIX 143S
enriqueciendo con los valores del cristianismo, hasta dar en definir la
filosofía como el amor a la Sabiduría, es decir, el amor a Cristo, que es
la Sabiduría del Padre. El sabio, para los antiguos, sobre todo para los
estoicos, era el ser perfecto y el más equilibrado de la humanidad. El ya
no lucha contra las pasiones, porque ya no las tiene, como afirmaban los
estoicos. Y mientras no consiga esto, no ha llegado a la cumbre de la
sabiduría.
[10] Y en esto consiste la perfección, en guardar el equilibrio y el
[1] Muy bien, añadiríamos nosotros. Si seguimos haciendo cálculos,
orden. ]Así es de fácil y de positiva la espiritualidad agustiniana!
fácilmente llegaríamos a un número infinito. Verdad es que teóricamente
pueden darse, como él prueba, todas esas sectas diferentes; pero en reali- [11] Ha comenzado el ataque de frente. Es innegable la existencia
dad no son más que pura teoría, y todas ellas se reducen a las tres que en el mundo de eso que llamamos males morales. Después de la caída, la
luego refiere en los capítulos siguientes. vida no puede hallarse sin alguna de esas taras. Basta echar una mirada
en nuestro derredor y a nosotros mismos para percatarnos de que esos
[2] La felicidad es el trascendental más arraigado en la naturaleza
males nos rodean por todos los flancos.
humana. La memoria Del se basará sobre todo en él con el tan sabido
argumento de que el amor supone el conocimiento. El apetito de felici- [12] Este es un hecho de experiencia propia y ajena: Todo ser bus-
dad lo hallamos apuntado en los siguientes lugares: De mor. Eccle. cath. ca la propia conservación. Es la primera tendencia del ser y la máxima
I 3,4; De lib. arb. I 14,30; II 9,26; De mag. 14,46; Confess. X 20,29; lucha que el ser libre se dirige contra su destrucción, contra la nada, que
21,31; De Trin. XIII 9,11; 20,25; De nat.et grat. 46,54; En. in Ps. 33,2,15; quiere sumirle también a él en su seno. [Qué profundos y patéticos son
118,1.1; Opus imp. contra Iulian. VI 11,12; Epist. 104,4.12; Serm. 150,4; los análisis que Agustín hace en De libero arbitrio sobre el amor al ser y
231,4, etc. sobre la huida de la nada! Aun los suicidas, dice él, aman su ser, porque
prefieren terminar su miseria, creyendo, falsamente, es cierto, que se aca-
[3] Esta es una gran lección para todos esos que aun hoy se cierran bará su miseria y perdurará su ser.
al problema del hombre. El hombre, que es el filósofo y el ontólogo, es el
[13] Esta esperanza es la salvación de la presente vida humana. Si
primero que debe ser estudiado. Por el hombre se creó el mundo, y so-
en la actual economía, desterrados como estamos de nuestra patria, no nos
lamente por él será salvado. De aquí la conveniencia de su estudio y de
alimentara la esperanza de conseguirla al fin, no habría más que una sa-
su análisis detallado.
lida, la desesperación. Eso que Marcel ha llamado en nuestros días «la
[4] San Agustín aprovecha, sobre todo en esta obra, muchos de los metafísica de la esperanza», tiene raigambre plenamente agustiniana.
conceptos expresados, según él, por Varrón. La concatenación lógica que Y toda su teoría puede condensarse en aquella lapidaria frase del Santo:
hace de ellos nos deja al descubierto su gran capacidad y su asimilación, Vita vitae mortalis spes est vitae immortalis (En. in Ps. 103,3,17).
juntamente con el espíritu de síntesis y de compendio. [14] ¡La experiencia le había enseñado esta verdad a él mismo! Si
[5] En su afán de conciliación y eclecticismo, ese afán, humilde a alguna vez he sentido el escalofrío en mi alma al leer una página, ha sido
fuer de heroico, de aprovechar la verdad donde la hallare, identifica loa cuando con las Confesiones en mis manos temblorosas leí y releí aquel pa-
dioses intermedios de los platónicos con los ángeles de los cristianos. Em- saje en que Agustín describe la muerte de su amigo y la angustia en que
pero, hay que decir que esos diosecillos, o esos eones, como les llamarán quedó sumida su alma. «¡Con qué dolor se entenebreció mi corazón!
los gnósticos, no pueden ni deben identificarse con los santos ángeles, Cuanto miraba, era muerte para mí. La casa me era un suplicio, y la casa
aunque en las funciones y ministerio que se les asignan sean muy se- paterna un tormento insufrible, y cuanto había comunicado con él se me
mejantes. volvía sin él cruelísimo suplicio. Buscábanle por todas partes mis ojos, y
[6] Este fué Antíoco Ascalonita, preceptor y maestro de Cicerón, de no parecía. Y llegué a odiar todas las cosas porque no le tenían ni podían
Varrón, de Lúculo y de algunos otros nobles romanos. Seguía la vieja decirme ya como antes, cuando venía después de una ausencia: «He aquí
Academia, pero con inclinaciones estoicas, mejor, zenonianas. que ya viene». Me había hecho a mí mismo un gran lío, y preguntaba a
[7] Agustín ha ensalzado más de una vez el género de los filósofos mi alma por qué estaba triste y me conturbaba tanto, y no sabía qué
antiguos, pero con más frecuencia ha fustigado su orgullo. El hombre es responderme» (Confess. IV 4,9).
muy interesante, pero no lo es todo, y por sí mismo es incapaz de ser [15] El hombre de la interioridad no podía dejar de perseguir la
feliz. Hacer radicar, por consiguiente, la fuente de su felicidad en él insinceridad, la hipocresía. Estas tristes pinceladas que aquí da nos están
mismo es un error atrevido y altanero. Y la soberbia nunca ha dicho bien diciendo que él probó de esos tragos dentro y fuera de sus monasterios.
con los discípulos de Cristo. Cf. Epist. 118, dirigida a Dióscoro. Los hombres somos así, y aun entre los santos mordemos la honra de
[8] [Qué gran corazón! ¡Qué sentimientos tan dignos de un amor nuestros prójimos.
como el suyo, encendido por la humanidad! Se nos presenta a veces [16] Va analizando y viviseccionando con carácter de psicólogo la
llorando, porque tiene que llorar las desgracias de los otros jos, de los desunión y la separación de los hombres entre sí. La unidad se protege
hombres, que son sus hermanos. Las lágrimas son privilegio de los gran- con la comunicación de sentimientos. Sentir lo mismo, basados en los
des enamorados. principios comunes que todos tenemos, es el lema que puede superar las
[9] San Agustín participaba aún en gran parte la mentalidad de los deficiencias humanas. Y a él recurre el Santo en su vida monacal.
antiguos filósofos sobre el sabio. En sus primeros escritos resuenan to- [17] Cf. Quaest. in Hept. VI q.10.
davía los ecos de esa filosofía, que luego él poco a poco fué sublimando y [18] La amistad es un continuo sobresalto. Hay en la amistad una
doble preocupación, la propia y la del amigo, la del otro yo... Agustín
1434 l¿ CIÍDAD DE DIOS NOTAS AI, UBRO XIX 1435
podría darnos lecciones sobre este punto, porque amó como no ha amado [30] Y esto nos mueve a pensar en el peso, que es el amor, en el
nadie después de él. Y es que cuanto más fidelidad se tiene al amigo, pondus. El amor inclina al lugar propio de cada ser, y el orden obliga
tanto más sobrecoge el celo y el miedo. [Léanse y reléanse una y mil ve- a conseguirlo. Si nos detenemos un poco a considerar estas definiciones,
ces las inmortales páginas de las Confessiones a este respecto, sobre todo caemos en la cuenta de que todo radica y gira sobre un mismo gozne, el
los seis primeros libros y el relato de su conversión! equilibrio. Virtus = ordo amoris; ordo = dispositio reram; amor = pon-
[19] Palpablemente vemos cumplida esta verdad en el relato antes ci- dus; pax = tranquillitas ordinis. Este es el vasto proceso seguido por la
tado de la muerte del amigo. Cf. Confess. IV 4,7-9; 5,10. lógica impresionante del Santo.
[20] Una vez más nos está hablando de su propia experiencia. El [31] Los lugares paralelos son innumerables. Pueden verse entre
amargor que aquella muerte dejó en su alma tiene resabios en todas las otros: De mor. Manich. II 9,14; De ver. relig. 11,21; 18,35-36, etc.;
ocasiones propicias. Llevaba el alma rota y no sabía dónde ponerla. Hubie- De div. quaest. 83 q.10; q.21; q.51; Contra Epist. Manich. 33,36; De
ra querido morir también él, porque no quería vivir a medias, y su otro yo Trin. VIII 3,5; XI 5,8; De nat. bon. 1,2.6.8.12.13.17, etc.
ya había muerto. [32] Este mismo pensamiento, ampliado y expuesto quizá con menos
[21] Cf. De Trín. XIV 9,12. hondura metafísica, lo emplearon los escolásticos, sobre todo a partir de
[22] El gran mérito de Agustín ha sido el hallazgo de los principios Santo Tomás, para probar que Dios no quiere ningún mal de culpa y que
metafísicos que regulan los seres humanos e irracionales. El apetito de el mal de pena y el de naturaleza lo quiere per accidens, es decir, en
paz supone un conocimiento de la misma, pero este conocimiento, si es cuanto va unido a un bien superior.
que puede llamarse tal, es inconsciente y nos aboca directamente a la [33] Estos grandes principios de moral son ya la cumbre y la per-
memoria Dei. La teoría, como ya hemos apuntado varias veces, es de una fección del cristianismo. El gozo y el dolor no son morales por lo que
trascendencia enorme en toda la filosofía agustiniana. tienen de malos en sí mismos, sino por- el objeto. Son lo que los mora-
[23] Este es el gran capítulo de la psicología humana. Así somos los listas llaman hoy los pecados internos.
hombres. No queremos la paz, porque nadie nos sirve; pero, cuando nos [34] Este apetito en los animales lo hace notar en varios lugares.
vemos encumbrados, anhelamos que todos se nos rindan, sin pensar en Cf. De quant. anim. 28,54; Confess. X 17,26; De Trin. X 10,13; De Gen.
nuestra anterior postura, y ahora cambiamos la chaqueta y deseamos la ad litt. III 8,12; De civ. Dei XI 27; En. in Ps. 148,3; De gest. Pelag.
paz, la paz con nuestros inferiores, esa paz que habíamos negado a nues- 6,18, etc.
tros superiores. [35] La perfección consiste, por consiguiente, en la paz, y ésta en la
[24] Alude al perro de la fábula, Caco. Vid. Eneida 1.8 v.185-275. armonía del conocimiento con la acción. La conclusión es fácil: destierra
[25] Esatendencia natural no puede faltar en el hombre, el ser más la hipocresía del corazón de los hombres, porque su perfección comienza
perfecto de la creación. Ella nos lleva a la fundamentación metafísica de por el interior y no para en meras apariencias externas.
los hechos que encuadran y prueban la existencia de la memoria Dei. [36] Trata de conciliar la libertad con el auxilio de la gracia. El
[26] El sistema agustiniano es una gama lógica en toda su dilatada concurso es cierto, pero la obediencia es libre; por consiguiente, ni se
extensión. La paz entre los trascendentales exigiría la unidad, el descan- quita la libertad ni se priva de la ayuda divina. El cómo es ya problema
so, el reposo. Todos los cuerpos, los seres todos, tienen su peso; todos más intrincado y difícil.
buscan por medio de él la paz que les es propia. El lugar de su equili- [37] El pensamiento es claro. El hombre, con la ayuda de la fe, tie-
brio, de su «estar», ésa es la paz peculiar de cada ser. Pero él tiene un ne ya marcado el camino que ha de seguir en su amor. Por tanto, amando
peso, que es su amor y que tiende hacia arriba, y por eso estará inquieto a Dios, puede amarse también y rectamente a sí mismo y al prójimo, por-
hasta que repose, hasta que llegue a la patria y consiga su paz. que estos tres preceptos no se contraponen ni se oponen, sino que se com-
[27] Sería difícil hallar en la filosofía corriente un término apropia- ponen entre sí y se implican.
do para designar éste de paz, que usa Agustín. La paz en los seres lo es [38] Precisamente ésta era la conclusión a que miraban las premi-
todo para el Santo. Es de orden ontológico como unidad, es de orden mo- sas anteriores. La servidumbre es una condición y una pena impuesta al
ral como equilibrio, es de orden lógico como memoria Dei. Lo es todo y pecador. Por naturaleza, el hombre es libre y nadie debía señorear a
es de un alcance inigualable. otro. El recto uso exigía eso, que el hombre dominara sólo a los irracio-
[28] Comienza en este capítulo—el más hermoso y profundo, sin nales; pero, al quebrantar el orden, siguió la pena de esa transgresión.
duda, de cuantos han brotado de la pluma de San Agustín—esa filigrana [39] Esa es la ley eterna, según la definición ya conocida: Ratio di-
literaria y filosófica de definiciones en torno a la paz. Baker ha llamado vina vel voluntas Dei ordinem naturalem conservan iubens et perturban
al libro XIX de la Ciudad de Dios «tratado de sociología», y no se equi- vetans (Contra Faust. XXII 27 y 30).
voca. En él se dan cita todos los problemas de esa materia con una ri- [40] Son palabras del Apóstol en su Epístola a Filemón y también
gidez que asombra. La paz es el fundamento de todas las sociedades, do- en la Epístola a los Romanos.
méstica, civil, nacional o internacional. [41] He aquí la más exacta visión de la sociedad. La sociología no
[29] Es la definición clásica, que ha pasado ya a aforismo de es- ha descubierto otro foco de irradiación más potente y fecundo para la
cuela. Es, ni más ni menos, el compendio de la espiritualidad agustiniana vida de las naciones. La familia es el germen de las sociedades y de las
y de su moral. A conseguir la paz se encamina toda la vida ascética y naciones, y su formación, el índice de lo que una nación es y vale.
todo el ejercicio de lucha y de refriega que espera al hombre en el mun- [42] Por consiguiente, la familia tiene dos leyes bien definidas y
do. Virtud, paz y orden son los términos que definen la trayectoria de marcadas, que debe seguir y obedecer: la natural y la civil. Y a su
este pensamiento, y unos se completan con los otros. Añadamos a éstos vez tiene también dos fines, uno social y otro doméstico, interno. En lo
el .amor, y tenemos el cuadro cerrado por los cuatro flancos, que la ley civil no vaya contra la natural, la familia en su régimen debe
1436 W CIUDAD DE DIOS NOIAS AL UBRO XIX 14S7

atemperarse a ésta, y es el único modo de que las sociedades marchen sin Philosophia selectorum, pero impropiamente. Su contenido nos lo deja
desviarse y sin sufrir quebrantos en sus miembros. He aquí el consejo entrever aquí Agustín, y el mismo Eusebio en su Pracparatio evangélica.
prudente y sabio de Agustín. [56] Hécate era, según la fábula, hija de Júpiter y Latona y herma-
[43] Las acciones se definen por su fin, y la intención determina na de Apolo. Fué llamada también con los nombres de Proserpina, Dia-
el fin. Atención e intención son los dos ingredientes básicos de la moral na: la Luna.
agustiniana, interiorista por antonomasia. [57] Cf. De haer. haer.44-45. Quizá Agustín, al interpretar los orácu-
los referidos por Porfirio, vaya más allá del pensamiento de éste. Sin em-
[44] La tragedia por la que ha atravesado en el transcurso de los
bargo, es de advertir que la gran preparación de Porfirio en filosofía y
tiempos la Iglesia de Dios en general y los santos en concreto. Dios es
su iniciación en el cristianismo es fácil que le permitieran llevar esa mira
celoso y no puede permitir ser comparado a los dioses falsos. Por eso los
y alguna otra más aviesa. Porfirio es el gran combatiente literario del
adoradores de éstos se oponen acérrimamente a aquéllos y los oprimen, y
cristianismo, que surgió de laa cenizas de Celso y de Filóstrato con su
de aquí nacen los padecimientos de los ciudadanos de la Ciudad de Dios.
Apolonio de Tiana.
Pero la religión cristiana no puede ser contemporizadora. Tiene tina
meta fija y unos dogmas invariables, y éstos debe defenderlos por todos [58] Es muy acertada la observación en plan de objeción. Cristo, se-
los medios, aunque sufra la muerte. gún confesión del oráculo, es un ser, un hombre piadosísimo, santísimo,
A esto opone Agustín: Siendo eso, ¿cómo es que da fatalmente a los cris-
[45] Este grito de guerra parece el grito de nuestros últimos misio- tianos el implicados en error? Puede hacer esto queriendo o sin que-
neros. Hay que henchir la Ciudad de ciudadanos, hay que unir a Cristo rer. Si lo primero no es justo, tampoco, por tanto, piadosísimo y santí-
al mundo entero. Y bajo esta consigna se lanzan las redes y los pesca- simo. Y si lo segundo no es feliz, tampoco, por tanto, santísimo.
dores acuden a los mares. Agustín escribe esto con un sentimiento traspa- [59] Este es el desiderátum de toda sociedad bien organizada. La co-
sado de alegría y de gozo. Ve que la Iglesia va creciendo y dilatándose, y, munidad, el clan, debe ser considerado en función del individuo para
como buen hijo, no puede por menos de saltar de regocijo y dar ante el tender a su fin, y sólo así podrá lograrlo. Cuando la sociedad, el pueblo,
mundo testimonio de esta verdad. viva de la fe, como el justo, como el individuo perfecto, entonces estará
[46] Son las paradojas de la vida que tantas veces ha expresado: salvada, y, mientras no consiga esto, seguirá dando palos de ciego y azo-
Vita mortalis et vita vitaiis (En. in Ps. 89,17). Son las dos vidas que él tando con sus leyes al viento.
conoce, y que tanto gusta de nombrar. [60] Cf. De Trin. XIII 20,25-26; XIV 1,3. En estas palabras y en
[47] Cf. Contra Acad. y más particularmente De Trin. XV 12,21; general en este capítulo se ha querido ver una condenación de las virtu-
De civ. Dei XI 26; Ench. 20,7. des naturales de los paganos. En realidad creo que la apreciación carece
[48] La duda en el cristiano puede nacer, pero como último recurso, de fundamento. San Agustín no niega valor natural a las acciones natu-
cuando ni la fe habla, ni la razón entiende, ni el sentido percibe. Única- ralmente buenas; lo que sí niega es que esas acciones naturalmente bue-
mente entonces le es lícito dudar, porque el asentir a algo sería ir contra nas, sin la regeneración, gocen de un valor sobrenatural. Por eso dirá
todos los principios de la evidencia, que le dice que en esos casos debe que la virtud por la virtud, sin dejar de ser virtud, no da la felicidad.
dudar. [61] A todo esto obliga la justicia y todo esto implica. El problema
[49] Pensaba indudablemente en sus monjes y en sus religiosas. Ante social es problema de conciencia. El dar a cada uno lo suyo indica que
todo, el equilibrio y Dios al frente. Caridad y contemplación, pero en per- hay que someter a cada cual su inferior. El alma a Dios, el cuerpo al
fecta armonía y bien entendidas, sería su lema. alma y los vicios a la razón. Exige, además, que lo que no es propio se
[50] He aquí cómo comenta este punto el P. Lope Cilleruelo en su reconozca como dádiva y se den gracias al Dador y se le pida su gracia
interesante obra El monacato de San Agustín y su Regla (Valladolid para seguir obrando con sus talentos.
1947): «El apostolado se convierte en uno de los grados de la subida a [62] ¡Buen recuerdo le quedaba grabado en la memoria de aquella
Dios. Así se llega a estereotipar una fórmula famosa en la historia: ¡El lucha titánica que hubo de sostener antes de su conversión, en sus dos
apostolado se ejerce por necesidad, y la contemplación, por espontanei- voluntades, que luchaban entre sí y le desgarraban el alma!
dad!» (p.42).
[51] Cf. Epist. 48,2.
[52] Así define lo justo Trasimaco en el libro 1 De república, de
Platón. Pero esta definición la refuta a renglón seguido Sócrates.
[53] El argumento corre con una lógica aplastante. Ya dio otro paso
en la justicia, que es una de las virtudes bases de la vida humana. Los
hombres habían ordenado la justicia sin contar a Dios en esa escala.
Por tanto, el fundamento de la justicia estaba destruido, y, al no haber
justicia, no hay ya derecho, y sin derecho no hay pueblo, y, como con-
clusión, si no existe pueblo, no puede existir la república, que es la cosa
del pueblo.
[54] Cf. De consensu evangelistarum I 30.
[55] Estos libros los citan repetidas veces Teodoreto y Eusebio
con el título De Philosophia ex oraculis, si bien el mismo Eusebio en la
Demonstratio evangélica 1.3 c.6, y a veces también Teodoreto, con el De

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