Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Espeluznante visión
"Me acuerdo de una vez en que dos jóvenes soldados
alemanes iban por la calle, no sé si borrachos, charlando. De
pronto uno, con carcajadas, sacó su revólver y empezó a
disparar al frente y mató un montón de gente que iba
delante", relata.
Pero antes que la muerte estaba el hambre. Tan extrema que
cuando alguien tenía un alimento en la mano y otro lo veía,
tenía que metérselo a la boca para que no se lo pudieran
quitar, aunque lo golpearan, porque tampoco tenía fuerzas
para salir corriendo.
"En la película El pianista—dice- muestran unos cadáveres
tirados en la calle. No. Eran cientos. Mucha gente desfallecía.
A diario, pasaban.
Así comenzaron a convivir con la muerte masiva,
indiscriminada, como en una peste medieval.
furgones empujados por hombres que los recogían".
En invierno, rememora, los ale-manes lanzaban papas por
encima del muro a los judíos, que por el frío se dañaban.
"Con ellas lo único que se podía hacer era tortilla, pero para
esto se necesitaba aceite, entonces la gente buscaba el
aceite quemado de los carros y las freían. Por dentro les
echaban aserrín. Alguna vez me atoré con un trozo de
madera que había en el aserrín".
Se acuerda de que en el gueto no había luz eléctrica y para
preparar algo caliente las familias hacían leña con sus
muebles. Y de la epidemia de tifo. No había casi agua, ni
jabón, ni higiene. Varias personas dormían en la misma cama.
No había cómo lavar la ropa.
“Todo el mundo en mi casa se enfermó excepto yo. Pensé:
voy acostarme con los enfermos, a ver si me contagio y me
muero. Pero no", dice.
La salvación personal de Gutman comenzó con sus
escapadas nocturnas del gueto, saltando de un segundo piso
o a través de túneles, para cambiar piezas de platería o
manteles por comida para su familia, en poblaciones vecinas
de Varsovia. La última vez que logró salir, hacia julio o agosto
de 1942, ya no tenía cosas que cambiar, y al intentar el
regreso sus vías de escape estaban rodeadas de tropas.
“Quedé yo solo. Lo demás es una historia muy larga y
complicada. Lo que uno más aprende es a desconfiar de
todos y de todo, que los amigos se vuelven enemigos y que
las cosas cambian. Uno no piensa sino en sobrevivir".
Para Gutman, es difícil de creer y comprender lo que pasó.
Por eso no se resigna a las limitaciones del cine o del
periodismo para reflejar uno de los episodios más oscuros de
la historia humana. "Es totalmente imposible concentrar
varios años de acontecimientos en dos horas o en un artículo
de prensa", protesta.
PREGUNTAS
2. ¿En qué orden sucedieron los hechos históricos que se
narran en la crónica?
• Dolorosa
• violenta
• desdichada
• desesperanzada
• atropellada