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TRABAJO PRESENTADO A:
FELIX MATIZ PINZON
1. Introducción...................................................................................................................2
2. Definición de Inteligencia Artificial.................................................................................2
3. Tipos de inteligencia artificial.........................................................................................2
4. Efecto de la Inteligencia artificial sobre la gerencia en los próximos 30 años...............2
5. Efecto de la inteligencia artificial sobre la mano de obra...............................................2
6. Ventajas y riesgos de la inteligencia artificial................................................................2
7. Conclusiones.................................................................................................................2
8. Referencias Bibliográficas.............................................................................................2
1. Introducción
Establecer un concepto que defina que es la Inteligencia Artificial (IA) por extraño
que parezca es algo que enfrenta a diario a científicos e ingenieros, en especial
por la falta de certeza que se tiene alrededor del mismo concepto de inteligencia.
Y es que se dice que los seres humanos somos una especie inteligente con
capacidades para la resolución de problemas, hablar, desplazarnos, inventar,
crear, entre otras habilidades y destrezas que quizás en el resto de especies
existen y pasan desapercibidas por el hombre. Lo cual puede cuestionar la
existencia de la inteligencia no solo en el ser humano, sino también en los
animales, convirtiendo el concepto de inteligencia en algo amplio y con
limitaciones al momento de definirlo.
Según lo reseña Pérez Orozco (2018) en 1950 Turing publicó un artículo llamado
Computing machinery and intelligence donde argumentaba que si una máquina
puede actuar como un humano, podría decirse que es inteligente. En su artículo
proponía una prueba, llamada Test de Turing, la cual permitiría afirmar si una
máquina es o no inteligente. Para llegar a esa conclusión, un ser humano se
comunicaría a través de un terminal informática con una entidad que se hallaría en
una habitación contigua. Esta entidad podría ser un humano o una máquina
inteligente. Si tras una conversación la persona no es capaz de distinguir si lo que
hay en la otra habitación es un humano o una máquina, entonces, en caso de ser
una máquina, Turing la consideraba inteligente.
El Test de Turing, pese a los años, según García Serrano (2012) tiene una gran
importancia, ya que exige una serie de capacidades a la máquina inteligente cuyo
conjunto conforma, a grandes rasgos, lo que es la Inteligencia Artificial. De esta
manera, la IA se reconoce cuando una máquina es capaz de imitar las funciones
cognitivas propias de la mente humana, como: creatividad, sensibilidad,
aprendizaje, entendimiento, percepción del ambiente y uso del lenguaje En efecto,
una máquina que sea capaz de pasar el Test de Turing ha de tener las siguientes
capacidades: reconocimiento del lenguaje natural; razonamiento; aprendizaje y
representación del conocimiento.
Existe además, una prueba llamada Test de Turing Total en la que la terminal
informática que permite la comunicación dispone de cámara de vídeo e imagen,
por lo que la comunicación se produce como si fuera una videoconferencia.
También se permite el paso de objetos a través de una puerta. Para pasar esta
prueba, una máquina ha de tener dos capacidades adicionales: visión y robótica.
Efectivamente, la máquina tiene que ser capaz de reconocer el lenguaje natural
en el que hablan los humanos. De ahí, que el habla se asocia a una inteligencia
superior, y para que una máquina sea capaz de reconocerla y también de
construir frases tiene que ser capaz de realizar complejos análisis morfológicos,
sintácticos, semánticos y contextuales de la información que recibe y de las frases
que genera.
Así mismo, García Serrano (2012) determina que la prueba propuesta por Turing
exige también una capacidad de razonamiento automático. Los humanos somos
capaces de llegar a conclusiones a partir de una serie de premisas, ejemplo de
ello es al saber que está lloviendo, el individuo establece que el suelo estará
mojado y en consecuencia es muy probable que esté resbaladizo. Un primer
intento de conseguir que las máquinas razonaran fue llevado a la práctica
mediante los llamados sistemas expertos. Estos tratan de llegar a conclusiones
lógicas a partir de hechos o premisas introducidas a priori en el sistema.
Actualmente, se utilizan otras técnicas más versátiles como las redes
probabilísticas, que permiten hacer predicciones y llegar a conclusiones incluso
cuando hay cierto nivel de incertidumbre en las premisas.
Por otra parte, García Serrano (2012) destaca que como parte de la IA, se incluye
también el aprendizaje automático, condición necesaria para que un ente artificial
pueda ser considerado inteligente. Si una máquina no es capaz de aprender cosas
nuevas, difícilmente será capaz de adaptarse al medio, condición exigible a
cualquier ser dotado de inteligencia. En IA, las líneas de investigación actuales
buscan hacer que las máquinas sean capaces de hacer generalizaciones a partir
de situaciones del entorno.
Por su parte, Pascal (2019) reconoce el trabajo de expertos como John McCarthy,
Newell, Simon o el mencionado Marvin Minsky, quienes usaron por vez primera en
1956 el término "inteligencia artificial" en una conferencia en Dartmouth (Estados
Unidos). Minsky creó el primer simulador de redes neuronales, inventó el
microscopio confocal y patentó el primer casco de realidad virtual en 1963.
Además fue el principal asesor de la película 2001: Una Odisea en el Espacio,
dando vida al ordenador inteligente HAL 9000.
Para Pascal (2019) el momento en el que la IA pasó de ser parte del imaginario
colectivo a una realidad sucedió en 1997, cuando el ordenador Deep Blue de IBM
venció en una partida de ajedrez al que por aquel entonces era el mejor jugador
de ajedrez de la historia, el ruso Gary Kaspárov. De allí en adelante, los
ordenadores dotados de inteligencia artificial han vencido a los mejores jugadores
en todo tipo de juegos.
3. Tipos de inteligencia artificial
Los cuatro tipos de inteligencia artificial definidos por Hintze dan una idea sobre
las intenciones que el hombre tiene acerca del futuro de la máquina. Puede que
estemos lejos de al IA autoconsciente. No obstante, está claro que eso es lo que
se persigue en última instancia y lo que se espera en los próximos años lograr a
nivel tecnológico.
En este mismo apartado podemos señalar también, lo que podría decirse es una
división de la IA, es decir, la IA débil y la IA fuerte. Quien introdujo esta distinción
entre IA débil y fuerte fue el filósofo John Searle en un artículo publicado en 1980.
Para Searle (1980) la IA fuerte implicaría que un ordenador convenientemente
diseñado no simula una mente sino que es una mente y por consiguiente debería
ser capaz de tener una inteligencia igual o incluso superior a la humana. Searle en
su artículo intenta demostrar que la IA fuerte es imposible. En este punto conviene
aclarar que no es lo mismo IA general que IA fuerte. Existe obviamente una
conexión pero solamente en un sentido, es decir que toda IA fuerte será
necesariamente general pero puede haber IA generales, es decir multitarea, que
no sean fuertes, que emulen la capacidad de exhibir inteligencia general similar a
la humana pero sin experimentar estados mentales.
Para Pérez Orozco (2018) la IA es una realidad para los entornos administrativos,
su impacto en el sector productivo, llevara consigo una serie de mejoras entre
ellas la incorporación de métodos automáticos para la toma de decisiones. En la
manufactura, se usan robots con capacidades de desplazamiento y localización de
objetos. En la agricultura, se desarrollan tecnologías para diagnosticar
oportunamente enfermedades en cosechas, así como sistemas de vigilancia del
suelo utilizando sensores, imágenes satelitales y registros históricos para predecir
la productividad de los plantíos. Sin embargo, estas tecnologías y su acceso a
ellas traen consigo un alto costo social y económico. En cuanto a su costo social,
hablamos de un incremento en las tasas de desempleo, debido a la falta de
oportunidades laborales en actividades que con la llegada de las maquinas
reemplazaran la mano de obra del hombre. Así mismo, por su alto costo, la
implementación de la IA sólo será accesible para grandes empresas, obligando
incluso a desarrollar en los gerentes nuevos conocimientos y habilidades en
tecnología y robótica necesarios para conocer las falencias y beneficios de estas
máquinas en los contextos organizacionales.
Asimismo, Pérez Orozco (2018) reconocen que dentro del ámbito laboral nacional
como internacional, los empleos requerirán de conocimientos en computación y
análisis de datos y por otro, disminuirá la oferta de aquellos empleos que pueden
ser automatizados, como la albañilería, manufactura, o las ventas por teléfono.
Con estos cambios de paradigma, la competitividad favorecerá a profesionales y
en especial a gerentes con habilidades de razonamiento computacional,
abstracción de conceptos y capaces de trabajar en ambientes multidisciplinarios.
Es importante destacar que estos cambios, tienen áreas con mayor probabilidad
de automatización aquellas que requieren habilidades manuales repetitivas. Sin
embargo, aquellas que necesitan habilidades sociales, de análisis, negociación,
tutoría, empatía y creatividad por parte del colaborador son las que menos riesgos
obtienen.