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Una T eoría Realista de la


P olítica Inter n a cional

La finalidad de este libro consiste en presentar una teoría de la política


internacional. El modo en que debe validarse una tal teoría debe ser
empírico y pragmático antes que apriorístico y abstracto. En- otras pala-
bras, la teoiia no debe ser juzgada mediante algunas nociones abstractas
y preconcebidas, y conceptos desligados de la realidad, sino por su pro-
pOrito, aportar oid"n y iignificadó a una masa de fenómenos que, sln
p"rr.runecerán deiasidos e ininteligibles. se debe hallar un doble
"llu,
sisteÁa de compróbación, lógióo y empírico a la vez. Los hechos tal
como .se preisenian, ¿asimilan la interpretación que de ellos ha hecho
la teoría? Y con respecto a las conclusiones,-¿podemos sostener que son
consecuencia directa y necesaria de sus premisas? En suma, ¿podemo§
sostener que Ia teoría es compatible con los hechos y consigo misma?
La problemática que esta teoría afronta concierne a la naturaleza
de toda política. La historia del pensamiento político moderno es la his-
toria de la confrontación entre dos escuelas que en lo sustancial difieren
en sus concepciones sobre la naturaleza del hombre, de la sociedad y de
ta política. uno piensa que puede realizarse aquí y ahora un orden polí-
ticó, moral y racional, dárivado de principios abstractos y universalmente
aceptados. §uporr" la bondad esencial y la infinita maleabilidad de la
natüraleza humana, y sostier:e que la razón por la que el orden social no
llega a estar a la altura de los patrones racionales reside en la falta de
eOñOcimientos o de comprensión, en la obsolescencia de las instituciones
locltles o en la perversi6n de ciertos individuos y grupos aislados. Confía
Ca la educaciónl en ¡¿ reforma y en el ocasional uso de la fuerza para
rÉñ€dlar estos defectos.
Le otra escuela afirma que el mundo, imperfecto desde un punto de
VIft¡ faClOnal, es el resultado de fuerzas inherentes a la naturaleza hu'
lllli¡, Para mcJorar al mundo, se debe trabajar con eEtai fuorzar y no
€trfte ella¡, Al-:er sl nuéltro un mundo de lntorece¡ oPyGtto. y coqlllc.
§r prlnglp§ mor¡lo¡ nqllgr Pr,¡édon mrllnfi§ plcnrmenlc, Foro
, :1 :.,:]j i], :-
I
12 Teorla y prdctica de la potítica internacional I

lJna'tearía.realista de la política internacionaL 13

al merroa podemos acercarnos a ellos mediante el siempre temporario


lqulllbrlo de intereses y Ia siempre precaria conciliacióf de los Lonfric- ¿a-flgs-.,ssnUqo 1 q¡3.v5i ¡e-lsgzóD-supone que el carácter de. una políti-
toa,. Esta escuela, por lo tanto, extrae de un sistema de represiones y cá"áiterioiElóEéáé-surgir del análisis de los hechos políticos que se

:qullibrlos un principio universal aplicable a todas las sociedades plurá- producen y de las consecuencias previsibles de estos actos' Podemos,
llstas, Recurre a precedentes históricos antes que a principios abstractos entonces, observar los actos contemporáneos de los estadistas y de las
y aspira a que úüurra el menor mal posible antes que el bien absoluto. consecuencias previsibles de estos hechos llegaremos a averiguar los
Debido a su preocupación teórica por la naturaléza humana tal como objetivos que han tenido en mente.
,s y por los procesos históricos tal como han ocurrido, la teoría que Sin embargo, no basta con el simple análisis de los hechos. Para dar
,resentamos ha sido llamada realista. ¿Cuál es la doctrina del realismo. sentido a los elementos iniciales y fácticos de la polltica exterior debe-
rolftico? Resulta imposible exponer aquí la filosofía del realismo políti- mos acercarnos a la realidad política con una especie de esquema racio-
)o, por lo que nos limitaremos a destacar seis principios fundamentalejs nal, una t.r"it" de mapa q.r" not sugiera los posibles sentidos de Ia polí-
¡ue frecuentemente han sido mal interpretados. tica exterior. En otras palabras, debemos ponernos en el lügar del esta-
dista que tiene que colocar cierto problema Ce política exterior bajo
ciertas circunstancias; conviene entonces preguntarnos cuáles son las
alternativas racionales (presumiendo siempre que actúa de modo racio-
SEIS PR,INCIPIOS DE REALISMO POLITICO nal) que debe elegir y que encuadran eI problema, y cuáles de estas
alternátivas racionálei deberá elegir eI estadista que actúa bajo aquellas
l. El realismo político supone que la política, al igual que toda la socie- circunstancias. La comprobación de esta hipótesis racional, contra los
lad, obedece a leyes objetivas que arraigan en la naturaleza humana. A hechos reales y sus coniecuencias, da sentido teórico a los hechos de la
os efectos de cüalquier mejoramiento de la sociedad es nece*sario enten- política internacional.
ler previamente las leyes que gobiernan la vida de esa sociedad. El fun- 2. El elemento principal que permite al realismo político encontrar
:ionamiento de esas leyes es completamente ajeno al curso de nuestras su rumbo en el panorama de la política internacional es el concepto de
¡referencias; desafiárlás significa-el riesgo di exponerse al fracaso. interés definido en términos de poder. Este concepto proporciona el
El realismo cree tanto en la objetividad de las leyes de la política enlace entre la razón _.en trance de comprender la polÍtica internacio-
)omo en la factibilidad de elaborar una teoría racional que explique, nal- y los hechos que reclaman comprensión. Fija a la política como
runque sea imperfecta y parcialmente, estas leyes objetivas. Jambién una esfera autónoma de ácción y comirensión distinta de otras esteras
:ree, como no podía ser de otro modo, en la posibilidad de discernir en- tales como la econórnica en términos de interés definido
re verdad y opinión en el campo de la política, entre lo que es verdad -entendida
como beneficio-, la ética, la estética o la reli'giosa' Sin tal concepto, cual-
rbjetiva y racionalmente, entre lo sustentado por la evidencia e ilu- quier teoría política, internacional o interna, sería totalmente imposible
ninado por la razón y lo que sólo es un juicio subjetivo, desprendi{o yu q,r" no pod.Íamos distinguir entre hechos políticos y los que no lo
le los hechos tal cual son e influido por el prejuicio y el optimismo. ion, ni estiríamos en condiciones de introducir la menor medida de
La naturaleza del hombre, en la que arraigan las leyes de la polí- orden sistemático dentro de la esfera política.
ica, no ha variado desde el mcimento en que las filosofías clásicai de Debemos suponer que los estadistas piensan y actúan movidos por un
)hina, India y Grecia descubrieron estas leyes. Por lo tanto, la novedad interés que se traduce ón poder, ya que todas las evidencias de la historia
ro es necesariamente una virtud en el campo de la teoría política, del confirmán esa suposición. Ella nos permite historiar y predecir los pasos
nismo modo que la antigüedad tampoco es un defecto. La circunstan- que cualquier hómbre de estádo pr€sente
-o
futuro- haya
áado o eité dispuesto a dar en la-pasado,
escena política. Miramos sobre su
ia de que una teoría política que tal teoría- sea algo com-
rletamente nuevo implica, por -siloestanto,existe
una prevención en su contra hombro cuando redacta sus documentos, oímos las conversaciones que
ntes que un prejuicio favorable respecto a su solidez. Por el contrario, mantiene con otros hombres de estado, leemos y anticipamos sus pen-
I hecho de que una teoría política haya sido desarrollada hace cientos o samientos más recóhditos. Al pensar en términos 4g-ir"ü9*{es definido
niles de años la teorÍa del equilibrio del poder-, no suscita ne- comoFpqdqf, pensamos del mismo modo que et y coffiffioóupados
esariamente la -como
presunción de que sea anticuada y no responda a la obser'üáffifts entendemos sus pensamientos y acciones tal vez mejor
ealidad actual. Las teorías políticas deben someterie a la doble prueba que él mismo, que es parte fundamental de la escena política.
e la ¡azón y la experiencia. Descartar una teoría simplemente porque El concepto de interés definido como poder impone al observador
loreció hace varios siglos significa incurrir en. un prejuicio moderno que una disciplina intelectual, confiere un orden racional en materia de
a, por Bentada la superioridad del presente sobre el pasado, Asimismo, polltlca y posibtllta la comprensión teórica de la polltica. Desde el punto
xhumar una teorfa por razones de moda o extravagancia implica reco de vlsta de loc actores, proporciona una dlsciplina racional a la acclón
ocer guc en pol{tics podemos tener opinioncs pero no verdades. y crGe oaa magnlflca continuldad en polftlca cxterlor quo haee lntÉll5lbls
Pare el reallrmo, la teorla conai¡te en la verlfleaelón do lor heehor y lrr que llev¡n adal¡nte B¡tado¡ Unldo¡, Inglaterra o Rullr;. arlml¡m€,
l¡r CL ¡¡¡ ¡¡p¡6!E rtSlonll, eontlnuoi ¡utoesn¡l¡tÉnt€, lnC€PondlÉütɧEnte
lLna teoría realista de la política internacional 15
14 Teorla y prdctica de la política internacional
quien más tarde lo colocó en el patíbulo y finalmente quien destruyó
de las motivaciones, preferencias o cualidades morales e intelectuales de la revolución de la que había sido líder.
los sucesivos estadistas que lleguen a la cima del poder en cada uno Los. buenos motivos proporcionan seguridad contra las políticas
de esos países. Por lo tanto, una teoria realista de la política internacio- deliberadamente malas, pero no garantizan la bondad moral o el éxito
nal nos permitirá éludir dos falacias populares: la preocupación por las político de las políticas que inspiran. Si se desea entender una política
motivaciones y la preocupación por las preferencias ideolói¡icas. 'exterior, resulta importante conocer no tanto los motivos primarios
Buscar la clave de una política exterior exclusivamente, en las mo- del estadista sino su habilidad intelectual para coinprender lo esencial
tivaciones, de los hombres de estado es fútil y engañoso. Es fútil por- de la política extranjera así como su habilidad política para trasladar
que la motivación es uno .de los aspectos psicológicos más inasibles, esa comp."nsión a un acto político exitoso. De donde se desprende que
siempre expuesto a la deformación subjetiva que intróduce tanto el la ética jtnga, en forma abstracta, la calidad moral de los motivos, en
interés del actor como del observador. ¿.Realmente sabemos cuáles son tanto Ia teoría política debe juzgar Ias cualidades políticas del intelecto,
nuestros motivos? ¿Y qué sabemos de los motivos de los demás? la voluntad. y la acción.
Aunque tuviéramos acceso a los reales motivos que animan a los Una teoiía realista de la política internacional también eludirá otra
hombres de estado, ese conocimiento contribuiría muy poco a la com- falacia popular, la de igualar las políticas exteriores de un estadista
prensión de la política exterio.r y bien podría confundirnos. No obstante, con s.rs- simpatías filosóficas o políticas y deducir las primeras de las
es verdad que eI conocimiento de la motivación de los hombres de esta- últimas. Los estadistas, especialmente bajo las condiciones contemporá-
do puede entregarnos una entre las muchas claves posibles que orientan neas, bien pueden recurrir a la costumbre de presentar sus políticas
su política exterior. Pero en modo alguno será la clave que nos permita exteriores én términos de sus simpatías filosóficas y políticas a. los
predecir el rumbo de esa política exterior. La historia Ro muestra una efectos de conseguir apoyo popular para ellas. Pero distinguen, con Lin-
correlación exacta y necesaria entre la calidad de los motivos y la coln, entre su deber oficiat, que consiste en .pensar y actuar en función
calidad de la política exterior. Esto es cierto tanto en términos morales del interés nacional, y sll deseo personal, que tiende a la corporización
como políticos. en todo el mundo de los propios valores morales y principios políti-
No se puede concluir de las buenas intenciones de un estadista que cos. El realismo político no requieÍe ni condona la indiferencia hacia
su política exterior será moralmente loabld o políticamente exitosa. Al los ideales políticos o los principios morales, pero sí reclama una
enjuiciar sus motivaciones, podremos decir que no llevará adelante, de nítida diferenciación entre lo deseable y lo posible, entre lo que es
modo intencional, po'líticas moralmente censurables, pero no estaremos deseable en todas partes y en cualquier tiempo y lo que es posible bajo
en condiciones de decir nada sobre las posibilidades de éxito que tiene. circunstancias concretas de tiempo y lugar.
Si querernos conocerlas cualidades morales y políticas de sus actos, Es evidente que no todas las políticas exteriores han seguido un
éstos son los que deben ocupar nuestra atención y no los motivos que curso tan racional, objetivo y no emocional. Los elementos contingentes
los han impulsado. ¿Cuántas veces los estadistas han sentido el impulso de personalidad, prejuicios y preferencias todas las debi,lidades del
de mejorar el mundo y, sin embargo, han terminado empeorándolo? intelecto y la voluntad de que es capaz el -yser humano- suelen apartar
¿Cuántas veces se han fijado determinado objetivo y en cambio han
a las políticas exteriores de su curso racional. Cuando la política ex-
terminado consiguiendo otro que nadie deseaba? terior es implementada bajo condiciones de control democrático, es espe-
cialmente necesario manejar las emociones populares a los efectos de
La política de apaciguamiento de Neville Chamberlain estuvo
-hasta lograr apoyo para la propia irolítica. No obstante, una teoría de política
donde se puede jüzgar- inspirada por buenos motivos. Seguramente
exierior- que aspire al racionalismo necesita, por ahora, deshacerse
fue, como Ia de ningún otro primer.ministro británico, la que menos como sea de esos elemento§ irracionales, al tiempo que construye un
en cuenta tuvo consideraciones acerca del poder personal y su objetivo
marco de política exterior que integre la esencia racional que se halta
sólo se concentró en la preservacién de la paz y el logro de la felicidad
para todos los implicados. Sin embargo, la política de Chamberlain en la expériencia, sin las desviaciones contingentes provenientes del
racionalismo que también se encuentran en la experiencia.
ayudó a que sobreviniera la segunda guerra mundial y acarreó inena- Estas desviaciones de la racionalidad, que no son resultado de capri'
rrable miseria a millones de seres humanos. Por otra parte, los motivos chos personales o de la psicopatología personal de quien ejecuta la
que animaban a Winston Churchill tenían un alcance mucho menos uni- polftici, sólo pueden parecer contingentes desde el ventajoso punto de
versal y estaban mucho más estrechamente dirigidos hacia el poder vlsta de la racionalidad, aunque sean elementos de un coherente sistema
personal y nacional; sin embargo, la política exterior que surgió de
de irracionalidad. Vale la pena explorar la posibilidad de construir una
esos motivos inferiores fue ciertamente de calidad moral y polltica su-
contrateorfa de la polltica irracional.
perlor a la que llevó a cabo su predecesor. Juzgado en función dc sus
Cuando ge obstrva el desarrollo del pensamiento norteamericano
motivos, Robespierre fue uno dc los hombres más virtuosos que hayan robre polltlca exterlor, reBulta sorprendente la perslste¡gh dc actltudor
exictldo alguna vez. Fue el radicallsmo utóplco, nacldo de una poalción €rróneit quo hen ¡obrovlvldo dlferente¡ modalld¡dc;- ¡ lo.
vlrtuo¡a, qulcn lo llevó a m6ter c'áquelloa menoa vlrtuo¡oÉ guÉ é1, -baJo
ló Teorla y práctica de la politica internacional ÍJna teoría realista de la política internacional 17

embates de los argumentos intelectuales y de la experiencia politica. explicarse o justificarse con referencia a conceptos, instituciones o pro-
Una vez que esta perplejidad el verdadero sentido aristotélico- cedimientos tradicionales.
se somete a los resultados de-en la búsqueda de comprensión racional, Todas estas situaciones tienen una característica común. El hecho
llegamos a una conclusión al mismo tiempo confortadora y perturba- moderno de la interdependencia requiere un orden político que lo tenga
dora: nos encontramos en presencia de fallas intelectuales compartidas en cuenta; no obstante, la superestructura legal e institucional, que se
por todos nosotros en modos y grado diferentes. En conjunto propor- remonta al siglo xrx, supone la existencia de una multiplicidad de es-
cionan el perfil de cierto tipo de patología de la política internacional. tados naciones autosuficientes, impenetrables, soberanos. Estos rema-
Cuando la mente humana se acerca a la realidad con el propósito de nentes de un orden legal e institucional obsoleto no sólo se interponen
emprender una acción la acción.política es una de las instancias en el camino hacia una transformación racional de las relaciones interha-
más conspicuas-, a menudo-y suele despistarse en alguno de estos cuatro cionales a la luz de la desigualdad del poder y la interdependencia de
fenómenos mentales: remanentes de un adecuado modo de pensar y los intereses, sino que también vuelven precaria, si no imposible, la po-
actuar previo que ahora se ha vuelto obsoleto ante una nueva realidad sibilidad de políticás más racionales dentro del defectuoso entramado
social; interpretaciones demonológicas de la realidad que reemplazan de un sistema tal.
una realidad ficticia por personas malvadas más que por Es una característica del pensamiento primitivo la personalizaciírt
situaciones en verdad-poblada
inmanejables- por la que se vive; negativa a
aceptar la existencia de un amenazante estado de cosas, que es negado de los iiroblemas sociales. La tendencia es particularmente fuerte cuando
mediante. una verbalización ilusoria; confianza en la iqfinita maleabi- el problema parece no susceptible dé una comprensión racional y de
lidad de una realidad ciertamente turbulenta. un manejo satisfactorio. Cuando una persona o un grupo de personas
es identificado como causante ctre la dificultad, esto parece volver eI
Los hombres responden a las situaciones sociales con modelos repe- problema tanto intelectualmente accesible cuanto susceptible de solu-
titivos. La misma situación, reconocida en su identidad gracias a situa- ción. Así, creer en Satán como la fuente del mal nos hace "entender"
ciones previas, sólo requiere entonces la identificación de un caso partr- la naturaleza del mal al concentrar la búsqueda de su origen y su con'
cular para aplicarle el modelo preformado apropiado a é1. Así, la mente trol sobre una persona particular cuya existenciá física presumimos. La
humana sigue el principio de economía de esfuerzos, obviando un exa- complejidad de los conflictos políticos excluye soluciones tan simples.
men de novo de cada situación individual y el modelo de pensamiento y Las catástrofes naturales no se evitarán quemando brujas; la amenaza
acción adecuado a ella. Sin embargo, cuando las circunstancias experi. de una poderosa Aleinania estableciendo su hegemonía sobre Europa
mentan cambios dinámicos, los rnodelos tradicionales dejan de ser apro- no se evita desembarazándose de una sucesión de líderes germanos.
piados; deben ser reemplazados por otros que reflejen tales cambios. De Pero al asociar el problema con ciertas personas sobre quienes tenemos
otro modo, se produciría una brecha entre los modelos tradicionales y esperamos tener- control, reducimos el problema, intelectual y prag-
las nuevas realidades, y pensamiento y aciión se desencontrarán. -o
máticamente, a proporciones manejables. lJna vez que hemos identifi-
En el plano internacional no es exagerado decir que la propia es- cado a ciertos individuos o grupos de individuos como la fuente del mal
tructura de las relaciones internacionales se refleja en las insti- nos parece haber entendidoél riexo causal que lleva desde los individuos
-como
tuciones políticas, en los procedimientos diplomáticos y en los acuerdos al pioblema social; ese aparente entendimiento suglere la aparente solu-
legales- ha tendido a estar en desacuerdo con la realidad de la política ción: eliminemos a los individuos "responsables" de él y habremos re-
internacional. Mientras la primera asume la "igualdad soberana" de to- suelto el problema.
das las naciones, la última se caracteriza por una marcada desigualdad en- La superstición aún domina nuestras relaciones dentro de la socie-
tre las naciones, dos de las cuales son llamadas superpotencias porque tie- dad. El modelo de pensamiento y acción demonológico ahora se ha trasla-
nen en sus manos un poder sin precedentes de destrucción total, en dado a otros campos de la acción humana, cercanos al tipo de indagación
tanto muchas de ellas reciben el nombre de "miniestados" puesto que racional y acción que ha desalojado a la superstición de nuestras rela-
su poder es minúsculo aun comparado con el de las naciones estado tra- ciones con la naturaleza. Como dijo William Graham Summer, "la can-
dicionales. Es este contraste e incompatibilidad entre la realidad de Ia tidad de superstíción no ha cambiado mucho, pero ahora acompaña a la
polltica internacional y los conceptos, instituciones y procedimientos ¡,glftica y no a la religión".l Los numerosos fracasos de Estados Unidos
creados para hacerla inteligible y controlarla, quien ha causado, al menos cn reconocer y responder a la policéntrica naturaleza del comunismo es
por debajo del nivel de grandes potencias, la inmanejabilidad de las un primer ejemplo de este defecto. El corolario de su indiscriminada opo-
relaciones internacionales hasta lÍmites de anarqula. El ter¡:orismo in. slción al comunismo es el indiscri.minado apoyo a gobiernos y movimien-
ternacional y las diferentes reacciones de los gobiernos ante é1, el invo- tos que profesan y practican el anticomunismo. Las políticas norteame'
lucramlento de gobiernos extranjeros en la guerra clvil libanesa, la§ ricanas en Asia y Latinoamérica han derivado de esta posición simplista,
opcracloncs mllltarea de Estadoc Unldos en el iudÉste a¡lático o la
intorvenclón mllltar de la Unlón §ovlétlea en Europa orlcntsl bo pueden I "Morat of thr Pr¡r¡nt ¡nd luturc", en Wat and Ofhar Etlcllrt Naw Hlvan,
t¡rh llnlwr¡lty Prr.¡, lgll, pÉ¡, ¡19,
l8 Teorla y práctica de ta política internacional IJna teoría realista de la política internacional 19

La guerra de vietnam y nuestra incapacidad para llegar a acuerdos con política exterior racional que la experiencia nunca llega a asumir
Chiña continental aquí su razón de sér. Lo mismo vale para por completo.
"rr"oitru.on
la teoría y práctica de la contraiñsurgencia, incluyendo los asesinatos.en Al mismo tiempo, el realismo político considera. que una política
!r^n "r"áu bajo el programa Fénix én Vietnamenfoque y los intentos de asesi- exterior racional es una buena política exterior; sólo una política exte-
ñato asesinatosl dÉ estadistas. Signos de similar han sido rior racional minimiza los riesgos y maximiza los beneficios y, además,
-o más recientemente en Centroamérica'
eviclentes cumple simultáneamente con el precepto moral de la prudencia y el
El enfoque demonológico de la política internacional fortalece otra requerimiento político del éxito. El realismo político pretende que el
tendencia pa1ológica, la de negarse a reconocer y vérselas efectivamen- registro fotográfico del mundo político se parezca todo cuanto sea
te con una^reaüdád amenazante. El enfoque demonológico ha desplazado posible al retrato pintado. Ccnsciente de la inevitable brecha entre
nuestra atención e inquietud hacia los adherentes al comunismo -indi- üna buena política exterior decir, una racionat- y una política
vidualmente en lo intérno y en lo internacional, movimientos políticos, exterior conio las que existen-es
actualmente, el realismo político sostiene
gobiernos extranjeros- alejándolas de la real amerlazai el poder de los que la teoría no sólo debe apoyarse sobre los elementos racionales de
óstados, sean comunistas o no. El macartismo no sólo significó el más 1árealidad política, sino ademáJque ta política exterior debe ser racional
marcado ejemplb norteamericano del enfoque demonológico, sino que en vista de sus propios propósitos morales.y prácticos.
también fue uño de los más extremos expofientes de este tipo de juicio Por lo tanto, no resulta un argümento consistente contra la teoría
erróneo: .confundió la ampliamente ilusoria alaireruaza de subversión do- aquí presentada el hecho de que la actual polÍtica exterior no se desa-
méstica con la real amenaza del poder soviético. rrolle --o no pueda desarrollarse- de acuerdo con sus preceptos..Ese
Finalmente, forma parte de este enfoque de la política creer que argumento malinterpreta la intención de este libro, que consiste en pre-
no hay problemas más irremediables que puedan parecer- real- sentar no una indiscriminada descripción de la realidad política, sino
mente insolubles si -poi
existen esfuerzos bien intencionados, bien financiados una teoría racional de la política internacional. Lejos de quedar invali-
y competentes. En otra parte he intentado poner al de-scubierto las raí- dada por la circunStancia de que un perfecto equilibrio de poder rara
Les intelectuales e históricas de esta creencia;2 aquí me limitaré a señalar vez se produce en Ia realidad, supone que la realidad, aI ser defectuosa
su persistente"fortaleza, a pesar de mucha experiencia en contrario, en este sentido, debe entenderse y evaluarse como una aproximación
hu sido la gueira de Vietnam y la declinación general del po- a un sistema ideal de equilibrio del poder.
"o*b
derío norteamericano. Esta preferencia por las soluciones económicas a 3. El realismo supone que su concepto clave de interés definido
problemas políticos y militares se encuentra sólidamente apoyada por como poder es una categoría objetiva de validez universal, pero no
ios intereses de los pbtenciales receptores del apoyo económico, quienes otorga al concepto un significado inmutable. La idea de interés es, en
prefieren el obviaménte provechosortraslado de las ventajas económicas efecto, la esencü de la política y resulta ajena a las circunstancias de
ál penoso y riesgoso regateo diplomático. tiempo y lugar. Recogiendo la experiencia de la antigua Grecia, Tucídides
La diferencia entre la política internaciopal tal como se presenta afirmó que "la identidad de intereses es el más sólido lazo que une a
en la actualidad y Ia teoría racional que se desprende de ella es seme- los estados y a los individuos". En el siglo xrx, lord Salisbury retomÓ
jante a la que existe entre una fotografía y un retrato del_ mismo rostro. la idea al señalar que "el único lazo que perdura'l entre las naciones es
i.a fotografía muestra todo lo que puede verse a simple vista; el retrato' "la ausencia de intereses contrapuestosr'. George Washington lo elevó a
en cambio, no muestra todos los detalles, pero nos permite ver -al principio general de su gobierno:
menos lo intenta- algo que no suele surgir de una simple ojeada: las
Tan solo un pequeño conocimiento de la naturaleza humana bastará
características humanas de la persona retratada. para convencernos de que el principio rector para gra! parte de la
EI realismo político no sólo contiene elementos teóricos sino tam- humanidad es el inte4és y que, en mayor o menor medida, casi todos
bién factores noimativos. Sabe que la realidad política está llena de los hombres se encuentran bajo su influencia. Por razones de virtud
contingencias e irracionalidades sistémicas Y, Por lo tanto, apunta a pública, durante cierto tiempo, o en determinadas circunstanci?s,
most"ir la típica influencia que ejercen sobre la política internacional. ios hombres pueden afectar una conducta totalmente desinteresada.
Pero no son razones suficientes como para producir una permanente
POr otra parfe, tiene en común con cualquier teoría social la necesidad actitud en acuerdo con normas más refinadas y obligaciones socia-
de enfatiáar los factores racionales de la realidad política para aspirar les. Pocos son los hombres capaces de hacer un constante sacrificio
a una completa comprensión teórica. En rlltima instancia, estos factores de todos sus intereses privados en beneficio del bien común. Re-
raclonalcs ion los qúe dan inteligibilidad a la realidad en el marco de la sulta vano clamar contra la corruptibilidad de la naturaleza humana
tcorfa. El realismo Polltico preaenta una construcción teórlca de una cn este aspccto; Ia realidad es así, ha sido demostrada,por la expe-
rlencia dc- cadn época y cada nación, Deberíamos cambiar en gran
t tolantlrlo ffcñ t.rfi¡r Pourff Po¡ltlol) ohlor¡o' IrnlYlnlüy ol ohlor|p ¡'I ¡., medlda ls naturaleza clcl hombre antes de poder pensar cn un cam'
lora, ble de eemlno, Nln¡una lnatltuclón que construya Bobre oras ba§e§
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20 Teoría y prdctica de la política internacional Una teoría realisfa de la política internacional 2l

que no séan las de la verdad presuntiva de esta máxima puede llegar terés es el parámetro permanente mediante el que debe juzgarse y diri-
a tener éxito.¡ girse.la acción política, la conexión contemporánea entre er interés y er
Esrndo-nación es producto de Ia historia y, en consecuencia, está conde-
En nuestro siglo, estas ideas encontraron eco y elaboración en Max nac{a a desaparecer con el trancurso de la historia. Nada en la posición
Weber, quien escribió: realista está en contra del supuesto de que la presente ¿iviiión del
mundo político en Estados-naciones vaya a ser reemplazada por uni-
Los intereses e ideales- y no las ideas son quienes dades mayores de distinto carácter, mas ae acuerdo con las poienciati-
-materiales
dominan directamente las acciones de los hombres. No obstante, dades técnicas y las exigencias morales del mundo contemporáneo.
las "imágenes del mundo" creadas por estas ideas a menudo han EI realista se aleja de otras escuelas de pensamiento ante la vital
servido como indicadores para determinar los caminos por los cuales cuestión de cómo debe transformarse el mundo contemporáned. Se en-
el dinamismo de los intereses impulsa el movimiento de las acciones.a
cuentra persuadido de que esa transformación sólo podrá concretarse
Sin embargo, el tipo de interés determinante de las acciones polí- mediante el cuidadoso manipuleo de las fuerzas perennes que modelaron
ticas en un período particular de la historia depende del contexto político el pasado y que configurarán el futuro. El realista no logra convencerse
y cultural dentro del que se formula la política exterior. Los objetivos de que esa transformación puede lograrse a través de una simple con-
que persiguen las 'naciones en sus políticas exteriores pueden incluir frontación de Ia realidad política, regida por sus propias leyes.
toda la gama de objetivos que cualquier nación haya perseguido o pueda 4. El realismo político conoce el significado moral de ra acción polí-
perseguir en el futuro. tica. También tiene conciencia de la inevitable tensión entre los precep-
Las mismas observaciones se aplican al concepto de poder. Su con- tos morales y los requerimientos de una exitosa acción política. Tampoco
tenido y eI modo en que se usa están determinados por el entorno polí- pretende eludir rápidamente ese conflicto, ya que de ese modo sólo
tico y cultural. El poder puede comprender cualquier cosa que establezca conseguiría distorsionar tanto el problema político como el moral ha-
y mantenga el control del hornbre sobre el hombre. En consecuencia, ciendo aparecer los hechos políticos como mucho más satisfactorios mo-
el poder abarcá todas las relaciones sociales' que sirven a. ese fin, desde ralmente de lo que en realidad son y las leyes morales como menos
la violencia física hasta el más sutil lazo mediante el cual una mente cxigentes de lo que efectivamente son.
controla a otra. El poder cubre el dominio del hombre por el hombre,
El realismo sostiene que los principios morales tiniversares no pueden
ya se trate de Ia circunstancia en que se halla disciplinado por fines mo'
aplicarse a los actos de los Estados en una formulación abstiacta y
rales y controlado por salvaguardas constitucionales, como sucede en
universal, sino que deben ser filtrados'a través de las circunstanciai
las democracias occidentales, o de esa bárbara e indómita fuerza que
concretas de tiempo y lugar. El individuo puede sostener, como indivi-
encuentra sus leyes en su propia fortaleza y su única justificación en
tluo: Fiat iusticia, pereat mundus (hágase justicia aunque el mundo pe-
su engrandecimiento.
rezca). El Estado; en cambió, no tiene derecho a decir lo mismo 1n
El realismo político no presupone que las actuales condiciones bajo nombre de los que tiene a su cargo. Tanto el individuo comb el Estado
las que se desarrollan las políticas exteriores, con su extremada inesta- dcben juzgar la acción política a la luz de principios morales universales
bilidad y la siempre presente amerraza de una escalada de la violencia, tales como el de la libertad. Mientras el individuo tiene el derecho
no puedan cambiarse. El equilibrio de poder, por ejemplo, es induda- m<¡ral de sacrificarse a sí mismo en defensa de este principio moral,
blemente un elemento coristante en todas las sociedades pluralistas, el Estado no tiene el derecho de per:mitir que su desaprobáción mo-
como bien lo supieron los autores de The Federalist. No obstante, es I'nl a una determinada violación de la libertad interfiera en el re-
capaz de operar, como lo hace en Estados Unidos, bajo condieiones sultado exitoso de una acción política inspirada en el principio moral
de relativa estabilidad y conflictos pacíficos. Si los factores que han de la supervivencia nacional. No puede existir moraliáad pólítica sin
permitido el surgimiento de estas condiciones pueden ser duplicados
pn Ia escena internacional, análogas condiciones de estabilidad y paz ¡rrudencia, esto es, sin consideración de las consecuencias políticas de
una acción aparentemente moral. El realismo, pues, consideia a la pru-
también prevalecerán en ella, como ha ocurrido durante largos tramos tlcncia consecuencia de más peso entre lal acciones políticas aiter-
en la historia de ciertas naciones. ttntivas--lacomo la suprema virtud en política. En abstracto,la ética jazga
Lo que es verdad en el carácter de las relaciones internacionales Ios actos en función de su acomodamiento a los principios moralés;
-ia
tamblén lo es en el Estado-nación como punto de referencia final de la c{licn polftica los juzga según sus conlecuencias pbtiticás. Las filosofías
polltlca exterior contemporánea. Mientras el realista piensa que el ln- eldsica y medieval conocían esto al igual que Lincoln, quien señaló:
, The Wiltlno, ol G.otoc Wathlngtofl, cdltado por John O. Fltrprtrlok, Unltld
Eürtc¡ Prhtln¡ Oltloc, Wa¡hln¡tsn, l93l.aa, vol, X, pa¡, tet' [Ia¡o laa cosas. como mcjor sé. hacerlas, como mejor puedo y asf
. Mrrl¡nn¡ w.b.r, Nu V¡-tbc¡, J, o, B, Mohr, ll\¡b-hlgr, l9ür Dl3l, t{?{t! Var¡. contlnueré haeléndoleu hÁata el fin, Sl él fin mc jüstit'lca, toáo lo
d..a¡nm.tt J.¡ n retomt.órtoloÑ, t,0, U ttobf, Tt¡bE¡13r, qut t€ ha dlcho rn eontrr de mf no tendr{ nln¡üna impoiieneñ
l§:Ha}ffi.1v.b.¡,
E

22 Teoría y prdctica de la política internacional Una teoría realista de la política intetnacional 23

Si el fin demuestra que estaba equivocado, ni diez ángeles jurando sus sectores? EI abogado se pregunta: ¿t.sta política está de acuerdo
que había actuado correctamente me salvarían. con las normas legales? El moralista se pregunta: ¿Esta política está
de acuerdo con los principios morales? Y el realista político se pregunta:
5. El realismo político se niega a identificar las aspiraciones mo- ¿Cómo efecta esta política el poder de la nación?
rales de una nación en particular con los preceptos morales que gobier- El realista político no ignora la existencia y relevancia de otros
nan el universo. DeI mismo modo que establece la diferencia entre verdad parámetros de pensamiento distintos a los políticos. Pero como realista
y opinión, también discierne entre verdad e idolatría. Todas las naciones político no puede subordiriar esos parámetros a los políticos. Y se aleja
§e sienten tentadas pocas han sido capaces de resistir la tentación áe otras esiuelas cuando' éstas imponen parámetros de pensamiento
durante mucho tiempo--y de encubrir su.s propios actos y aspiraciones propios de otras esferas a la actividad política. Es,aquí donde el realis-
con los pSopósitos morales universales. Una cosa es saber que las nacio- mo toma distancia de la "aproximación legalista-moralista" a la política
nes están sujetas a la ley moral y otra muy distinta pretender saber qué internacional. Que este apartamiento no es, como lo hemos explicado,
es el bien y el mal en las relaciones entre las naciones' Hay una enorme una mera creación imaginaria sino una proyección del corazón mismo
diferencia entre Ia creencia de que todas las naciones se someten al de la controversia puede comprobar'se ¡nediante muchos ejemplos his-
inescrutable juicio de Dios y la convicción blasfema de que Dios siem= tóricos. Tres nos serán suficientes.s
pre está del lado de uno y de que los deseos propios coinciden exacta- En 1939 la Unión Soviética atacó a Finlandia. Este acto puso a
mente con los deseos de Dios. Francia e Inglaterra ante dos problemas, uno legal y el otro político.
La liviana ecuación entre un nacionalismo particular y los consejos ¿La acción soviética violaba el Pacto de la Liga de las Naciones?r y, en
de la provincia es moralmente indefendible; en ella radica ese pe- ese caso, ¿qué contramedidas debían adoptar Francia e Inglaterra? El
cado de soberbia contra el que tanto los trágicos griegos como los problema legal podía esclarecerse fácilmente puesto que obviamente la
profeias bíblicos han prevenido a gobernantes y a gobernados. La Unión Soviética había hecho algo que el Pacto prohibía. El problema
ecuación es también políticamente perniciosa porque puede'engendrar político dependía en primer lugar del modo en que la acción de. Rusra
la distorsión del juicio que, en medio del frenesí enceguecido de una afectaba los intereses de Ffancia g Inglaterra, y, luego, de la distribución
cruzada, destruye naciones y civilizaciones en nombre de principios mo- de poder existente por ese entonces entre Francia e Inglaterra, por
rales, ideales o del propio Dios. una parte, y la Unión Soviética y otras naciones potenQialmente hosti'
Por otra parte,-es precisamente el concepto de interés, definido en les por otra. En tercer término dependía también de la influencia que
términos de poder, el qué nos pone a salvo tanto de esos excesos mora- h's éventuales contramedidas podían llegar a tener sobre los intereses
les como de ésa locura política. En efecto, si consideramQs a todas las de Francia e Inglaterra, comQ, asimismo, sobre la futura distribución
naciones, incluida la nuestra, como entidades políticas en pos de sus del poder. Como principales miembros de la Liga de las Naciones,
respectivos intereses definidos en términos de poder, entonces estare- Francia e Inglaterrá se ocuparon de que la Unión Soviética fuera expul-
mos en condiciones de hacer justicia con todas. Y nos encontraremos en sada de laLlga y no pudieron unirse a Finlandia en'la lucha contra la
condiciones de hacer justicia en un doble sentido: estaremos en aptitud Unión Soviética a causa de la negativa sueca a permitir que tropas ex-
de juzgar a otras naciones del mismo rnodo como juzgamos a la nuestra tranjeras pasaran por su territorio para llegar a Finlandia. si no hu-
y, aI hacerlo de este modo, seremos capaces de llevar adelante políticas bierá sido por esta negativa sueca, muy rápidamente Francia e Inglaterra
que respeten los intereses de otras naciones al tiempo que protegen y se habríar encontrado en guerra contra Alemania y la Unión Soviética
prom.reu"., los nuestros. En política, la moderación no puede ser más al mismo tiempo.
que el reflejo de la moderación en el juicio moral. La política de Francia e Inglaterra fue un ejemplo clásico de lega-
6. La diferencia, entonces, entre realismo político y otras escuelas lismo a[ permitir que una solución legal, legítima dentro de su propia
de pensamiento es muy profunda. A pesar de lo mucho que se ha mal' esfera, determinara sus actos políticos. En lugar de oponer ambas cues-
enténd¡do y malinterpretado la teoría política del realismo político, tiones, la legal y la de poder, atendieron sólo a la cuestión legal y
resulta imposible hablar de contradicción entre sus actitudes intelec' la respuest^-qué obtuvieron no estuvo en función del problema que
tuales y mbrales én materia política. condicionaba su propia existencia como países.
En el aspecto intelectual, el realista político mantiene la autonomla El segundo ejemplo ilustra la "aproximación moralista" a la poll
de su esfera política, del mismo modo como el economista, el abogado tica internacional. Tiene que ver con el estatuto internacional del gobier-
o cl moralista mantienen la suya. Piensa en términos de interés, defi' no comunista de China. El ascenso'de este gobierno colocó al mundo occi'
nido como poder, del miimo modo como el economista piensa en térmi'
nos cl¡¡ inteiés cntendido como bcneficio; el abogado, en la conformidad s Otro! clomDlot Duodon conaultarge 6n Ha¡xB i, Morgenthau, "Anothor 'Clr€at
tle los nctos coR las reglas legales; y el moralista, en la conformtdad de »cUetcl--ih6'Mtiónrf Íniarut of thc Unthdpfi. §teü€.l' et. r¡e AmQllcan Pollttasl
lii¡i'rL'nii¡iiui,-vói,-XUi¡,-diot¡murs de 1062, gl9 y rgutcntc!, V_éen¡e sdcmár
lor ectoa eon los prlnelplos morelec, Bl ece¡nomlst§ Ee pregunt§l ¿Cómo
afGell e:te polltlei la rlqueza de h coeleCad e, el ¡ü€ns¡, E alluno¡ de ¡',H['r"ffiEl!:ü[iH.'r6|g'.lT.jx; í9lL:salü96,',"Júlrt.T?t ,'1Í'11,'."?L3'"
24 'l'eorla y prd,clica de ta polttica internacional
Ilna lcorla realista de la pofitica internacional Zs
dental ante dos problemas, uno moral y otro porítico. naturaleza He apoyado enfáticamente su modo de actuar porque lo considero
y las políticas de.ese gobierno estaban-de acuárdo con¿La los principios un modelo de lo que,deben hacer quienes c."ir., {u" los tratados
morales del mundo occidental? ¿Debería el mundo occidental mantener deben observarse cbn buena fe y comb parte de la rioral internacio-
relaciones con tal g-obie-rno? Lirespuesta a ra primera pregunta sóro nal. Asumo esta posición como un nortéamericu.ro qrr" rro se siente
podía ser negativa. No obstante, esa primera negaiirra no nicesariamente más inglés qúe aiemán, qr. p..ááe servir lealmente los intereses
debía extenderse a la segunda p."gúrtu. El paiámetro á" p"rrrumiento cte su paÍs, pero. que también intenta hacer todo lo que le es posible
aplicado a Ia primera en favor de la justicia_ y la decencia y que, por ro ianto, se'sienie
. prrncrpios -er mo.ál--consistía
la.naturaleza y Ias políticas
iencilramente ár,
der gobierno comunista de china "o*puru"
con ros,
obligado a
-juzgar a todás las naciones"pdr su'conducta en ocasiones
determinadas.
de moralidad occidentales. por otra parte, la segunda cues-
-la política-
tión debió someterse a la complüada'prueba de los in-
tereses-en juggo y al poder de cada parte, y riinfruenóia ¿e uno u otro Esta defensa realista de la autonomía de Ia esfera política frente a
curso de acción sobre esos intereses y ese poder. puede haber ocurrido Ia.subversión que significan otras modalidades de peniamiento no im-
que el resultado de esa prueba levará a acónsejar que lo más sabio era plica desprecio ni disgusto por la existencia e impoitancia de esas otras
no mantener relaciones con el gobierno de chiná. Llégar a tal conclusión modalidades de pensamiento. significa, más bien, la aspiración a que
sin haber mediado la aplicación de esa prueba y dindo una cada una tenga su propia esfera y función. El realismo pólíti.o se apoya
.,orl a un problema típicamente porítico no habría sido respuesta en una concepción pluralista de la naturaleza humana. El hombre real
realidad lo fue- un ejemplo clásico d.el "acercamiento moralista,,-comoa en la
es una combinación del "hombre económico", del "hombre político,,, det
política internacional. "hombre moral", del "hombre religioso,,, etc. Un hombre que sólo tu_
viera una proyección "política" r".iu una bestia, yu qú" carecería
EI iercer caso ilustra con craridad el contraste existente entre el "o*o que sólo fr"r"',r.r,,rrombrt
de todas las contenciones.r¡orales. Alguien
realismo y la aproximación legarista-morarista u ta potiti"a moral" sería un loco, puesto que descónoc".ia Ia prudencia. euien sólo i
externa.
rnglaterra, en tanto garante dJ la neutraridad ¿" se[gi;, decraró fuese "hombre religioso" sería un santo, ya que noionoceríu
ra uuiolúto
guerra a Alemania en agosto de r9r4 porque esta úrtirña
violado la neutralidad de Bélgica. La acción uritanica pueae "u.i¿"
t uuiu los deseos mundanos. ""
se. justifi
cada tanto en términos realistas como regarirtur-*oiJtiri"..
s" podría - Al dar por sentados todos estos aspectos de ra naturaleza humana,
el-realismo político también acepta que para comprender a cada
argumentar en forma.rearista que por sigros había sido axiomáticá para uno
la política exterior británica *itui qu" io, países na¡os queaaran bajo ellos es preciso ubicarra dentro de ius propios términos. o sea que de
control de potencias hostiles. por lo ianto no fue la violación de la neu_ se desea entender ar "hombre religioso;, pii*"ro debe abltraerse si
ese
tralidad belga en sí misma, sino ras intenciones hostiles der viorador, aspecto de todos los demás que componen Ia naturaleza humana y
tra-
lo que determinó la actitud británica. si la violadora hubiese ,ú;-;# tarlo como si fuera el único. Además deben aplicarse a Ia esfera .etigiosa
nación distinta a Alemania, es muy posibte q"e l"lrui"rru'r" hubiese las pautas de pensamiento concordantes con eila, aunque sin
olvidar que
abstenido de intervenir. Fue ésta É posición as,rmiáa po, ,i. Edward existen otras pautas que también operan sobre las inclinaciones
religiosas
Grey, ministro de Relaciones Exteriorés británico a".u"t! del hombre. Lo que es verdad en esta faceta de la naturaleza humana,
¿r período. En
1908 el subsecretario de Reraciones Exteriores Hardingá también lo es en las demás. Ningún economista moderno, por ejemplo,
ie'tormuto 9t
siguiente comentario: "si en el transcurso de una g,-,".iu consideraría a su ciencia y a las interrelaciones de ésta con otras cien-
contra Alema-
nia, Francia violara la
o Rusia movieran un dedo -neutraridad belga es muy dudoso que Inglaterra cias de otro modo. La economía sc ha convertido en una teoría autónoma
en favor dJ h neutialidad de bélgi"á; p".o, de todas las actividades económicas del hombre precisamente a través de
en cambio, si fuese Alemania quien viorara la neutralidad
beiga es muy un proceso de diferenciación de otras modaridades del pensar y me-
n¡olable que los cursos de accibn fuesen totalmente ñ;t"J, A ro que diante el desarrollo de normas aplicables'a su propio objetá. Er prápósi-
sir Edward Grey replicó: "Exactamente". También se pueden considerar
Ios aspectos morales y legales que aparejaba la violación to del realismo político consiste en propender a un desarrollo urrálogo
de la neutrali_ en eI campo de la política.
dad belga-, y-a que las caréncia, *o.á1"" y legates del
acto, ,,;"or;ffi;'-
temente de los inrereses en juego y de rá identidad Pertenece a la naturareza d,e ras cosas er hecho de que
ael viátaüor, justifi- política basada en principios como los expricad.or una teoría
caban la intervención.hritánica-y iambién la norteamericana.
la posi-ción.que,adoptó Theodore Roosevelt en su carta Esta fue
der zz de enero
"" ""ririga unsusten-
unánime; Io mismo podría decirse de cuaiquier poriti"u-""iErio.
apoyo
de 1915 a sir Edward Grey: tada en las mismas bases. Tanto la teoría como la-política van
contra dos
corrientes de nuestra cultura que no pueden porr"ir" ae acuerao
con ras
P.ar1m! el nudo de-ra situación ha sido Bélgica. si Ingraterra premisas y resultados de.una óu¡etivá teoría iacional a"iu
o Fran. poriti"a. una
cia hubiesen actuado.conrra netgi"l"orno ió ha h;¿iiailemania, de esas corrientes subestima el papel der poder en ra sociáalJ;;;;;ñ
habrla opuesto del mismo -oao-iáru ;ñ;;; ñ';;*"ó me
mentos que provienen de ra experiencia y ra filosofía ael sitlo
i'Atemanta. *r*;1"
26 Teorla y práctica de la polÍtica internacional

ella nos ocuparemos detenidamente más adelante.ó La otra corriente,


opuesta a la teoría réalista y práctica de la política, proviene de las pro'
pias relaciones que existen, y que deben existir, entre la mente humana
y la esfera política. Por motivos que discutiremos más adelante, en sus
operaciones cotidianas la mente humana no puede estar frente a frente
con la verdad de la política. Debe enmascarar, distorsionar, empequeñe-
cer o embellecer la verdad cuando se encuentra implicada en procesos
políticos, especialmente si son de política internacional. Sólo mediante
esa ficción el hombre puede vivir en paz consigo mismo y con los de-
más en tanto animal político. I

Es, por lo tanto, inevitable que una teoría que intenta entender la 1

política internacional tal como es en la actualidad, y tal como debiera


ser en su naturaleza intrínseca antes que como la gente desearía que
La Ciencia de la
fuera, deba remontar una resistencia psicológica que no existe para la
mayor parte de las otras ramas del.conocimiento. Por eso mismo un Políuca Internacional
Iibro destinado a la comprensión teórica de la política internacional exige
una explicación y una justificación especial. (

COMPR,ENSION DE LA POLITICA INTER,NACIONAL

Diferentes aproximaciones
Este libro tiene dos propósitos. El primero consiste en detectar y enten-
der las fuerzas que movilizan las relaciones políticas entre las naciones
y comprender los modos por los cuales estas fuerzas actúan entre sí,
sobre las relaciones políticas internacionales y sobre las instituciones.
En la mayor parte de las demás ciencias sociales esta finalidad se daría
por sentada, ya que el fin natural de toda investigación científica im-
plica el descubrimiento de las fuerzas que subyacen en los fenómenos y
Ia modalidad en que operan. Al acercarnos al estudio de la política inter-
nacional no se puede dar por descontado este propósito; antes bien, re-
quiere un énfasis especial. AI respecto, el doctor Grayson Kirk ha se-
ñalado:

Hasta hace muy poco, el estudio de las relaciones internacionales


en Norteamérica ha estado monopolizado por investigadores que han
adoptado alguna de las siguientes tres aproximaciones. Primero,
han sido historiadores, quienes han considerado las relaciones inter-
nacionales como mera historia reciente ante la cual el estudiante se
siente en desventaja debido a la ausencia de un adecuado y asequible
conjunto de datos. Un segundo grupo, el de los juristas internacio-
nales, se ha ocupado razonable y primariamente de los aspectos lega-
les que surgen de las relaciones interestatales; sin embárgo, pocas
veces han realizado esfuerzos serios a los efectos de indagar en las
razones fundamentales que hacen dg este nexo legal algo incompleto
e inadecuado. Finalmente, se encuentran quienes poco se han preo-
cupado por las relaciones internacionales tal como se dan en la rea.
lidad, ya que postulan la construcción ideal de un sistema que la§
ó Va¡nr. péflnil 0? y ilSulontc!' organlee, Sólo tnrdla y recientemente hemos visto cctudiantes apll.
:

28 Teorfa y prd.ctica de la polttica internacional a ciencia de la polltica internacional 29

cados al examen de las fuerzas fundamentales y constantes del mun- Fl peor vicio _de las discusiones políticas es ese dogmatismo que se
do político y de las instituciones que las repreáentan, si bien no con basa. en grandes principios o en hipótesis en vez dé apoyarse en un
la intención de elogiarlas o condenarlas sino sencillamerrte como preciso examen de las cosas tal como son y de la natuialéza humana
parte de un esfuerzo para lograr un mejor entendimiento de estos tal como e§. . .. Nos constrgirUos un idéal que eleva y mejora el
impulsos básicos que determinan las políticas internacionales de actual estado de cosas y casi inconscientemeñte empezámos a asu-
los estados. De este modo encontramos,.ál fin, al científico de la po- mir que este ideal es algo ya existente; de ahí a establecer bases de
lítica moviéndose en el campo internacional.l espe-gulación sin raíces en la realidad no existe prácticamente ningu-
na distancia. ... Todo el método de especulación abstracta so6re
tópicos- políticos se encuentra viciado. Sé ha hecho popular porque
El profesor Charles E. Martin ha retomado las observaciones del no es demasiado difícil. Es más fácil imaginar un mundo nuevo que
doctor Kirk agregando que aprender a conocer el que tenemos. Es más fácil embarcarse en es-
peculaciones basadas en unas pocas hipótesis que estudiar la historia
.-..eI problema_ que deben enfrentar los estudiantes y los profesores de los estados y las instituciones. Es más fáóil tomar al vuelo.un
de relaciones internacionales consiste, específicaménte, én el dua- dogma popular que analizarlo.para ver si es verdadero o falso. Todo
lismo,qu,e deriva de movernos en dos 4reai diferentes y opuestas: el esto lleva a la confusión, a admitir frases hechas y banalidades, a
área de las instituciones de la paz, a ia que se relacióna el arreglo mucha discusión pero a pocas conclusiones en el cámpo de la pros-
de las disputas, y el área del poder político y de la guerra. Así-es peridad de las naciones.3
y no podemos escapar a ese dualismo .. . Creo que uno de los ma-
vores errores en nuestra actitud al enseñar durante los últimos Límites aI enúendimiento
veinte años ha sido probablemente el de dejar de lado la institución
de la guerra y menospreciar los libros que estudiaban la influencia La más formidable dificultad que se opone a la indagación teórica en
del poder político. Pienso que los científicos de la política han come-
tido un gran error al actuar de este modo. Nos corresponde a noso- la naturaleza y en las modalidades de la política inteinacional consiste
tros estudiar la política del poder, sus implicaciones y las situacio- en la ambigüedad del material con que debe trabajar el observador. Los
nes que se desarrollan en torno a ella; también es tema que debe hechos que se procura entender son, por una parté, sucesos únicos. ocu-
ocupar nuestra atención el de la institución de la guerra.2 rrieron de ese modo una vez, nunca antes ni después. por otra parte,
son análogos en tanto implican manifestaciones de determinadas fuerzas
Definida en estos términos, la política internacional como disciplina sociales. Y las fuerzas sociales son producto de la naturaleza humana en
académica es distinta de la historia reciente, de los hechos contempo- acción. sin embargo, bajo condiciones similares deberían manifestarse
ráneos, del derecho internacional y de la reforma política. de modo semejante. Pero, ¿dónde se encuentra la línea que divide lo
La política internacional comprende más que la historia reciente y similar de lo único?
los acontecimientos contemporáneos. El observador se ve asediado, por Esta ambigüedad de los hechos a comprender mediante una teoría
la escena contemporánea con su énfasis y perspectivas siempre cambian- de la política internacional implica decirlo al pasar- una
tes. No encuentra un piso firme sobre el cual apoyarse ni parámetros,de -conviene
instancia especial dentro de las limitaciones generales del conocimiento
evaluacién objetivos a menos que se interne en-lo! principlos fundamén- humano. "Como ningún acontecimiento y ninguna forma
tales, que sólo surgen de la correlación entre los acontecimientos recien- Montaigne- es completamente igual a otra, tampoco ninguna -observaba
es corn:
tes y el pasado más distante con las permanentes cualidades de la natu- pletamente diferente de otra: una ingeniosa mezclá reatizadá por la natu-
raleza humana subyacentes en ambos términos. raleza. si no hubiera ninguna similitud en nuestros rostros no podríamos
La política internacional no puede reducirse a las normas legales y distinguir al hombre:de la bestia; si no existieran diferencias no podría-
a las instituciones. Opera dentro de la trama de tales normas y a través mos distinguir a un hombre de otro. Todas las cosas tienen en común
del instrumental de tales instituciones. Pero nunca llega a ser idénti- alguna similitud; todo ejemplo es vacilante y las comparaciones que se
ca a ellas del mismo modo como la política norteamericarra, a nivel na- derivan de la experiencia son siempre impeifectas. sin embargo, siem-
cional, tampoco es idéntica a la Constitución de Estados Unidos, a las pre es.posible encontrar modo de eitablecer comparaciones. ylas leyes
leyes federales o a las oficinas del gobierno federal. se vuelven útiles y adaptables a cualquier asunto si se las somete a inier-
En lo que tiene que ver con esfuerzos orientados a introducir refor- pretaciones forzadas y parciales",a una teoría de la polÍtica internacional
mas en política internacional sin haber hecho previamente el esfuerzo debe estar constantemente en guardia contra esa "interpretación torzada
para tratar de entender lo que es la política internacional, compartimos y parcial'l de los hechos políticos.
el punto de vista de William Graham Summer:
3
^._ "Democracy and Responsible Government,, en The Choltenge ol Fao$ and
I Amerlcan Joumal ol International Law, vol. Bg. 1945. Other Essays, YaIe Universily press, New Haven. 1914. Dáss. Z+St+á.' -'
Dá,cs. 869/?0.
.-- +_T!re_pssaus of Micher-de-^M-ontaisn_e_,_editairo v'tiaduóiáo'óói ¡ocot zrliltn,
_ - 2 Proce_ed,lngs ol the.Eight_conference ol reachers bi lnterruiflonat Lau and,
R'elatcct subtects, carnegie rtndownient for Ínternauonal 'péaéá úáJtringtoñ,- tsl6, +Ir"-a.A. Knopf, Nueva york, ril,
1e36, vor. pás.2?d. La-'úits;aitti ói-áit Didñii;
Montalgne.
pÉ9, 06.
30 Teorla y prdctica dc la pollticu internacional
La ciencia de la política internacional 3l
Al comparar esos hechos aprendemos lo que son los principios de la nlnn cs una simple modificación del principio general subrayado por las
política internacional. Una determinada situación política produce la conccpciones de washington y Monroe o constituye un apartamienio radi-
formulación y la ejecución de una determinada política exterior, Al cal dc Ias tradicionales políticas exteriores norteámericanas? si así fuera,
enfrentarnos con una situación política diferente nos preguntamos: ¿En
¿sc justifica a la luz de las nuevas condiciones? En términos generales,
qué difiere esta situación de la anterior y en qué se le parece? ¿Las simi-
¿las diferencias en la posición internacional de Estados unidos en 1796,
litudes y diferencias permiten el mantenimiento de la esencia de aquella 1823, l9l7 y 1947 justifican las diferentes políticas externas formuladas
política en tanto deben cambiarse algunos aspectos de ella? ¿O las dife- y c.iccutadas en vista de esas diferentes situaciones políticas? ¿cuáles
rencias vician de tal modo las analogías que determinan la inaplicabili- son las similitudes y diferencias de la situación con la que Europa enfren-
dad de la política anterior? Si se desea entender la política internacional, fó a Estados unidos en 1917, l94r y 1947 y en qué medida iequieren
captar el significado de los acontecimientos contemporáneos y prever similares o diferentes políticas externas por parte áe Estados uniáos?
cuál será su influencia en el futuro, se debe ser capaz de cumplir Ia iQué significado tienen estos cambios en la política exterior britá-
doble tarea intelectual implÍcita en estas cuestiones. Se debe estar en nica? ¿Han crecido en medio de los manejos y la perfidia de príncipes y
condiciones de distinguir entre las similitudes y las diferencias de dos estadistas? ¿o deben atribuirse a la inspiraóion proaucida por lJ acu-
situaciones políticas. Además, debe poderse valorar la importancia de mulada sabiduría de un pueblo consciente de que las fuerzas perma-
estas similitudes y diferencias para políticas exteriores alternativas. Tres ne¡tes se sobreponen a las circunstancias individuales y determinan las
series de hechos, escogidos al azar, pueden ilustrar este problema y sus rclaciones con el continente europeo?
dificultades. Los desastres que sobrevinieron a estos tres intentos de conquista
El 17 de setiembre de 1796 George Washington pronunció un discur- c«:ntinenfal,.¿constituyen otros tantos accidentes debidos a causas áispa-
so de despedida en el que delineaba los principios de la política exterior rcs? ¿o la similitud en los resultados sugiere similitudes en la situación
norteamericana en términos de abstención con respecto a los asuntos eu- política global, similitudes que implican una lección a ser tenida en
ropeos. El 2 de diciernbre de 1823 el presidente Monroe envió un cucnta por quienes deseen intentarlo de nuevo? y más particularmente,
mensaje al Congreso en el que formulaba los principios de la política
¿cs Ia política de Ia unión soviética posterior a la segunda guerra mun-
exterior norteamericana en términos similares. En 1917, Estados Uni- clial similar a las de Napoleón, Guillermo II y Hitrerly supóniendo que
dos se unió a Francia y a Gran Bretaña contra Alemania, que amena-
zaba la independencia de ambos. En l94l Estados Unidos siguió un curso lo se.a, ¿la política que despliega Estados unidos habrá de ser semejin-
tc a la que ejecutó en l9L7 y l94l?
de acción similar. El 12 de marzo de L947, en un mensaje elevado al Con- A veces, como en el caso de los cambios en la política exterior bri-
greso, el presidente Truman reformuló los principios de la política exte- tánica, la respuesta parece clara: los cambios pro-ceden de la sabidu-
rior norteamericana en términos de una contención mundial del comu-
nismo.
En 1512, Enrique VIII de Inglaterra estableció una alianza con los
Habsburgo contra Francia. En l5l5 celebró una alianza con Francia con-
r'ía antes que del capricho. sin embargo, la mayor parte de las veces,
trn especial cuando manejamos el presente y él futuro, la respuesta
tlcbc ser-tentativa y sujeta a especifiCaciones. ios hechos de los qué oeu"
dcrivar la respuesta son esenóia]-ente ambiguos y están sométidos a
I
tra los Habsburgo. En 1522 y 1542 se unió a los Habsburgo contra Fran- continuos cambios. Para quienes tratan cle enóarar Lsta realidad de otro
cia. En 1756 la propia Gran Bretaña se alió con Prusia contra los Habs- rnodo la historia no aporta otra cosa que no sean falsas analogÍas. cuan-
burgo y Francia. En L793 Gran Bretaña, Prusia y los Habsburgo se alia- clo tales hombres han tenido bajo su iesponsabilidad la política externa
ron contra Napoleón. En 1914 Gran Bretaña se unió a Francia y Rusia cle sus países, siempre han terminado en medio de deiastres. Guiiler-
contra Austria y Alemania y, en 1939, con Francia y Polonia contra Ale- nro II y Hitler no aprendieron nada del destino de Napoleón puesto que
mania. pcnsaron que nada podía enseñarles. euienes erigieion el óonsejo ^de
Napoleón, Guillermo II y Hitler trataron de conquistar el continente washington en dogma que había que sostener a se equivoóaron
europeo y fracasaron. no menos que aquellos que pretendieron ignorarlo."iegu.
¿Existen, dentro de cada una de estas tres series de hechos, similitu- El acuerdo de Munich de 1938 es otro caso de esta índole. Retros-
des que nos permitan formular un principio de política internacional para ¡'rcctivamente, por supuesto, sabemos por la experiencia práctica que
cada serie? ¿O cada hecho es tan diferente de los demás en cada una It.tc un fracaso y de esa experiencia hemos desarrollado lás categorías
de las series corno para requerir una política diferente? La dificuttad leóricas que demuestran que estaba condenado a ser un fracaso. Nó obs-
para tomar esta decisión es la medida de la dificultad para formular jui- ltnlc, rectreldo muy bien el consenso que obtuvo en su tiempo el acuerdo
cios correctos en política externa, en proyectar sabiamente el futuro y rlc Munich debido a sus conclusiones pbr parte de teóricos y practicantes
en hacer lo correcto, del modo correcto y en el tiempo correcto. cle la política internacional y tambiéñ por el hombre comúñ. Fue visto
¿Debemos considerar que las políticas externas delineadas en las des- entonccs como un gran acto de habilidad de estadista, conlo una concc-
pedidas de Washington y Monroe son compatibles con la doctrina de sién hccha a rn supucsto triunfador en aras de la paz. Asf lo consideré
Truman? O para poncr cl problcma cn otros términos, ¿la doctrina de'l'ru. ('rltoncei E, ll, (lurr y nsf lo cnticncls ahora A, J. p. Tnylor. L¡r falln cn el
La ciencia de la politica internacional 33
32 Teorla y prdctica de la polltica internacional
cl hornrigucro y a reproducirse hasta que la próxima catástrofe las
razonamiento, de la que poca gente fue tal vez tampoco podía ser' obliguc a recomenzar.
Io- consciente en su momento, consistía-y en volver a despreciar las con-
Pcro la sociedad humana no tiene este tipo de habilidad recuperati-
tingencias inherentes en la predicción política. Lo que retrospectivamen-
v¿r mccánica. Las sociedacles tienen un punto límite al igual que los indi-
te se revela como la sencilla verdad, era entonces completamente desco-
vidu«"¡s, más allá del cual la resistencia humana no consigue activar la
nocido para cualquier prospectiva y no podía ser determinado por ningún
otro medio que no fuera una vaga corazonada. capacidad de recuperación, especialmente si se trata de una devastación
Tomemos finalmente el problema contemporáneo de la guerra nu- masiva sin precedentes. Una vez que se llega a ese punto, la propia civi-
clear. De tanto en tanto, los ejecutores de política norteamericanos espe- lización entra en colapso. La ubicación exacta de ese punto en la escala
culan abiertamente sobre la posibilidad de "vencer" en una guerra nu- do las reacciones humanas está más allá de la comprensión teórica. Al
clear. En esto reflejan los cc¡mentarios realizados por los líderes milita- rcspecto sólo podemos tener corazonadas que la experiencia confirmará
res rusos, aunque no por líderes políticos tales como Brezhnev, quien o no.
más de una vez ha advertido que una guerra termonuclear sería suici- La primera lección que debe aprender el estudiante de política in-
da para ambas superpotencias. Particularmente durante Ia década de los tcrnacional nunca olvidar- es que la complejidad de los problemas
ochenta, cuando volvían a ganar intensidad las tensiones de la guerra
-y imposibilita
intcrnacionales las soluciones sencillas o las profecías infa-
fría, en ambos países se oyeron voces apoyando la creencia de que la libles. Allí bifurcan su camino el charlatán y el letrado. La ambigüedad
victoria en una guerra nuclear no era algo impensable y reclamaban tlc los hechos en las relaciones internacionales surge a medida que se
un vasto aumento en los gastos de defensa que contemplara el subsi- profundiza el conocimiento de las fuerzas que configuran la política en-
guienté aumento de las fuerzas estratégicas. Es posible desarrollar una I rc las naciones y de los instrumentos de acuerdo que regulan sus rela-

teoría de la guerra nuclear que sólo la considere como otra clase de vio- ci<¡nes políticas. Toda situación política supone el juego de influencias
lencia, mucho mayor en magnitud pero no diferente a los demás tipos contradictorias. Bajo determinadas condiciones alguna de esas tenden-
de violencia con los que nos ha familiarizado la historia. De esta supo- cias habrá de prevalecer. Pero nadie es capaz de prever esa circunstan-
sición se deriva que la guerra nuclear va a ser mucho más terrible que cia. Lo más que puede hacer el estudioso es relevar las varias tendencias
cualquier guerra convencional, pero no ha de ser necesariamente intole- cluc en forma potencial son inherentes a una determinada situación in-
rable ya que tomaremos las medidas necesarias que permitan, al menos a tcmácional. Puede también indicar las condiciones que favorecen la
algunos de nosotros, sobrevivir. En otfas palabras, una vez que se co- ¡rrcponderancia de una de las tendencias y calcular las posibilidades de
mienza a seguir esta hipótesis teórica acerca de la naturaleza y ias con- las distintas condiciones y tendencias que prevalecen en la actualidad.
secuencias de la guerra nuclear, lógicamente se llega a la conclusión de Debido al constante cambio de los hechos de la política internacional,
que la política exterior de Estados Unidos no necesita limitarse para It¡s asuntos del mundo reservan sorpresas para quienes intentan prever
tratar de evitar la guerra nuclear sino que Estados Unidos también debe el l'uturo apoyándose en sus conocimientos del pasado y en las evidencias
prepararse para sobrevivir a un acontecimiento semejante. Entonces se rlcl presente. En t776 Washington declaró que "el destino de nuestra
vuelve perfectamente legítimo suscitar el siguiente problema: puesto ttación dependerá, con toda probabilidad, de los esfuerzos de unas cuan-
que cien millones de norteamericanos morirán en una gueffa nuclear y las semanas". Y, sin embargo, sólo siete años más tarde llegó a su fin la
nueve décimas partes de la capacidad económica de Estados Unidos que- gucrra de la independencia. En febrero de 1792 el primer ministro Pitt
ciará destruida, ¿cómo se las ingeniarán los norteamericanos sobrevi- ,iustificó la reducción de los gastos militares (en especial los drásticos
vientes para reconstruir los Estados Unidos con la décima parte rema- nplicados al personal de la marina británica) y hasta llegó a hablar de
l¡ente de la capacidad económica? nlnyores reducciones para el futuro al sostener que "incuestionablemente
El elemento contingente en esta teoria de la guerra nuclear es su nlrnca ha existido una época en la historia de este país durante la cual,
pronunciada incertidumbre, típica en todos los niveles del análisis teó-
¡ror la situación de Europa, podamos como ahora aguardar con toda con-
rico y predicción en el campo de la política, tanto doméstica como inter- l'ianza quince años de paz". Sólo dos meses más tarde el contingente eu-
nacional. Aun si se aceptaran todas las estimaciones de muertes y des- r'opco se encontraba en guerra. Antes de un año Inglaterra se veía invo-
trucción material, todos los índices de recuperación, aun en ese caso es- Iur:r'acla en el conflicto. Se iniciaba así un período de guerra casi con-
ta teoría continuaría manteniendo un alto grado de incertidumbre en lo linrra quc se prolongó prácticamente durante un cuarto de siglo. Cuando
que tiene que ver con las reacciones frente al tipo de devastación huma- lot'tl Cranville llegó en 1870 al cargo de secretario de Relaciones Exterio-
na y material que produce la guerra nuclear. Obviamente, si una socie- t'cs británico, fue informado por el subsecretario permanente que "nun-
dad humana altamente compleja puede homologarse en su modo de c:u, clurant«: su larga experiencia, había percibido tanta calma en los asun-
operar a una primitiva sociedad de hormigas, su habilidad para la re- It¡s cxtcriorcs y que no estaba en conocimiento de ningún asunto impor-
cuperación puede darse por descontada. Si la mitad de las hormigas de Irtr¡lc clutc clcbiera someter a consideración del nuevo secretario". Ese
un hormiguero son destruidas junto a nueve décimas partcs dcl hormi- turlstn«r dfa el prfncipc Lcopolclo de Hohenzollern-Sigmaringen aceptó la
guero, es scguro que las hormigas sobrevivlentes volverán u rcconstruir
34 Teorla y prdclica de la polltica internacional
La ciencia de la polltica internacional 35
corona de España, acontecimiento que tres semanas más tarde suscitó u¡rualcs del producto
la guerra franco-prusiana. bruto nacional norteamericano (años 1953-ó3) es-
tt¡ble_coun margen de error der 40 0/o.6 En octubre d,e l'966,1a prud.ential
-bles,¿cuando las profecías de los grandes estaclistas resultan tan ende- Lifc Insurance company predijo que en 1967 los gastos de consumo iban
qué podemos esperar de mentes menos esclarecidas? ¿cuántos li- a nlcanzar los 31 billones de dóhrés y que el conjirnto de inversiones tre-
bros escritos antes de la primera guerra mundial no afirmaion que las -Ei
grandes guerras eran imposibles y que a lo sumo serían de muy corta ¡rulfn a los 7,5 billones de dólares. octubr i ae sol comunicó que
I,s gastos de consumo habían sido de 27 billones de dólares, lo que su-
duración? ¿Hubo algún libro escrito entre ambas guerras mundiales ponc un error de 15 oto, y que las inversiones sólo habían llegadó a los
que imaginara lo que iba a ser la política internaciónal en la novena 7 billones de dólares. Por su parte el council of Economic Advisors
década de nuestro siglo? Al comienzo de ra segunda guerra mundial, sobrccstimó el crecimiento del producto bruto nacional para el mismo
¿quién l¡ab¡ía podido adivinar lo que sería er *,.,ñdo potitico al terminar rutlo cn aproximadamente un doce por ciento.
la contienda? ¿En 1945 quién haúría podido imaginar lo que sería el
mundo en 1955 ó en 1960 lo que llegaríá a ser en rgTo ó 19g0? ¿eué con-
fiatza podemos tener entonces en quienes hoy nos cuentan cómo será er
mundo mañana y el día siguiente y en el año 2000?s COMPN,ENSION DEL PR,OBLEMA
En 1979 los servicios de informaciones, y en particular ra central DE LA PAZ INTERNACIONAL
Intelligence Agency (c.r.A.), fueron criticadoi por iu fracaso en adver-
tir, a los ejecutores de política norteamericana iobre ros trastornos que l'lst¿rs cuestiones nos llevan al segundo propósito de este libro. Ning¡in
culininarían con el derrocamiento del sha de Irán. El propio presidente csluclio de la política, y seguramente ningún estudio de política inter-
carter adoptó la actitud sin precedentes de censurar públicamente a las lrucional de las últimas décadas del sigló veinte, puede'ser capaz de
más altas autoridades de inteligencia por su falta de previsión. tliv«¡r'ciar el conocimi"ltg d9 la acción y ae no inteiesarse er, .qúél por
.bajo. dQué sucedió para que ocurriera esa falta de previsión en gente ru propio-v1lor. La polÍtica internacional ya no es más, como lo frr" páru
otras circunstanciai inteligente y responsable? La respuesta se llslarlos unidos durante la mayor parte dL su historia; una serie de inci-
encuentra en la naturaleza del material empírico con que se minejaron. dentcs, gravosos o benéficos, pero-que no ponían en tuestión la propia
El observador se enfrenta con una multitud de raciár'es: ;;y" totáüdad rrxistcncia y destino de la nación. La existencia y el destino de Estados
conforma el futuro. Para prever el futuro, el observador tilne que co- [Jrrirl«¡s estuvieron más profundamente afectados por los .acontecimien-
nocer todos estos factores, su dinámica, sus acciones y reaccionés mu- tr¡s domésticos de la guerra civil que por los que rievaron, y se desarro-
tuas y así sucesivamente. Lo que en un momento determinado conoce llell¡n cn torno, a las guerras .on México y España, ¡i al corolario
Y p¡ede llegar a conocer no es más que un pequeño fragmento de la tle llo<¡sevelt a la doctrina Monroe.? "^o.,
realidad total. Debe y sólo el futüro- mostrarí quién eligió D«¡s hechos de nuestro tiempo han variado ra rerativa importancia
correctamente entre -conjeturar
las muchas conjeturas posibles. que Estados unidos prestaba a la política interna y a la internacional.
Así, en el caso de Irán, ros servicios de inteligencia conjeturaron Ante t«rdo, al momento de escribir estas líneas Estados unidos es una
mal. En lugar de censurarros indiscriminadamente] uno debé respon- de lus clos más poderosas naciones de ra tierra. sin embargo,
derse dos preguntas: ¿se puede determinar con exáctitud er momento "o*-
"., pode-
¡rar.ción con sus competidores actuares y potenciares, no ei tan
en que estallará el descontento popular? si la respuesta es afirmativa, l'ostl como para ignorar las consecuencias que sus políticas implican
¿qué podría haber hecho Estados únidos en esa ocasión? En el mejor lrern su posición con respecto a las demás náciones. ñesde el fin de la
caso, la respuesta a la segunda pregunta es: muy poco. probablemente
§uel'rn civil hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, no tuvo
por esta razón los servicios de inteligencia preitaron menos atención det¡rnsiada importancia la política que üstuviera Estad.os unidos hacia
a rrán de la que le hubieran dedicadoln otrá circunstancia. ¡u¡ vecinos latinoamericanos, china o España. La autosuficiencia de su
Es interesante señalar que la ciencia de los economistas, supuesta- prupio ¡r«rder, unida al ejercicio del equiiibrio de poder, le evitó a Es-
me-ntg la.más precisa de las ciencias sociales ya que rr, lstlo¡ unirlos una desmedida ambicióri producto del éxiio-y del temor
-i.r.upu,
tral, la riqueza, es cuantitativo por definición, tu*ui¿" "orr..pro ""rr_
a" Y frrrstrnción que tienen raíces en el frácaso. Los éxitos o ios fracasos
predicciones confiables. El examen de un amplio ntimero de ", pronósticos no prcocupaban especialmente a Estados unidos. No obstante, ahora
s La falibilidad de las profecías en cuestiones ñ Vlkl,()¡' Zarno\f,ltz. An Appraisot
internacionales queda. demos_
trada por los fantristicos erroies cometiáós-ñáiñ;.1'.;,t^.;T¿-ü;des'siempre ol Short-Term Economic Forecasts, National
taron de pronosticar la naturareza áe tá ñr6¡ma--gueira. r,a-tristóila ae estos pro- tra_ B r¡ ¡'cnr ¡ _ r ¡f Irk :« rnomlc néseárctrl-'ñüá*i Íb.t, -ri¡"02.
I0¡tc ur.¡lsrlo se oncuéntra en el rñóñiaje de Theodore
?
al con.
nósticos, desde Maouiavelo af generai f.-c. rütEi, es'ra tii¡iñiiá^te-'aeaucciones
lógicas, plausibles tn sf misñas,- li"ió-"iñ'c-o¡exibn-con--iál-ctnliingencias
"¡. preru rlol fl (to. drctombro- do.lgo,r. rn e-t proóilmla ei de-iech;de Roosevelt
ñü;;, untdo8 e
E[ -eeiliai puiióí, pái'"já-pió,'p'ionostrcó
desarrolto hrstórico conremporáneó. der lrrtÉrvénlr on k¡¡r uaunt«rs rntornos ¿e ioí paiiás.ratrnóL-má:ircai-os]'üi-'texto puede
1ú23 quo el arma decisrva -de_ ra_ sesunal-guá'ira munafat -oi en
lbü e'rñi
The Relormatton ol War, E. p. puttl'on andCó;npini, ñu-ouñ-vñrñ,'¡oztr. gas. véaoo Jñli'ulllulllil',ll,,1:"f ,'i,';i:::1.'"\,í!;"#rtiLf nf,f,W"'p:i¡mf*:iinfFl:
Hnr4rf, Nrrovn Yo¡k, lfl0t, pdC, '6Ce,
3ó Teorfa y prdctica de la polÍtica internacional La ciencia de la política internacional 37

ha desbordado las fronteras de su propio castillo continental para tomar propuestas para el mantenimiento de la paz internacional? O más par-
al resto del mundo como amigo ó enemigo. Se ha vuelto peligroso y ticularmente, ¿cuál es el valor de la propuesta de transformar la socie-
vulnerable, temido y temeroso. dad internacional de naciones soberanas en una organización suprana'
El riesgo que implica ser muy poderoso, pero no omnipotente, se cional semejante a un Estado mundial? Y, finalmente, ¿cuál debe ser et
agrava a causa del segundo hecho: una triple revolución en la estructura programa de acción que tenga presente las lecciones del pasado y que
política del mundo. Primero, el sistema multiestatal del pasado, cuyo sepa adaptarlas a los problemas del presente?
centro estaba en Europa, fue reemplazado por un sistema mundial y
bipolar, cuyos centros están fuera dé Europá. por otra parte, la unidaá
moral del mundo político ha caractérizado a la óivilización occi-
dental durante la mayor parte-quede su historia- se ha bifurcado en dos
sistemas de pensamiento y acción incompatibles que en todas partes se
disputan Ia Iealtad de los hombres. Finálmente, L *ode.rra técnologia
ha hecho posible la guerra total que implica la destrucción universal. La
preponderancia de estos tres nuévos elementos de la política interna-
cional-contemporánea no sólo ha vuerto extremadamenie difícil la pre-
servación de la paz mundial, sino que también ha incrementado los iies-
gos propios de la guerra hasta el punto en que la guerra nuclear total
se ccinvierte en un absurdo que se invalida a sí mismo. Dado que Esta-
dos unidos mantiene una pósición de poder predominante en nuestro
mundo y por lo tanto una responsabilidad co-rrelativa, la comprensión
de las fuerzas que moldean la política internacional y de los factores
que determinan su curso se ha transformado para Eitados unidos en
algo más que una tarea intelectual interesante. se ha convertido en
una necesidad vital.
- los
-Pensar
Ia política internacional desde el ventajoso punto de vista
de Estados unidos actuales equivale, entonces, a reflexionar sobre
los problemas vitales que enfrentá h política exterior norteamericana
en nuestro tiempo. si bien durante todos los tiempos la promoción d.e
los intereses nacionales norteamericanos para coñrertir a EE.uu. en
una- potencia entre potencias ha significado la principal preocupación
de la política exterior norteamericána, en esta- épocá, cúando hemos
asistido a dos guerras mundiales y hemos aprendiáo a lrevar a cabo la
guerra total con armas atómicas, la preservación de la paz pasa a ser
la primera preocupación de todas las naciones.
Por esa razón este libro ha sido planeado en torno a los conceptos
{e podel.y de paz. se trata de ros conceptos centrares para ra discusión
de la política mundial en las décadas fináres der, sigro uáirrt",
acumulación srn
auurrruracron sin precectentes
precedentes de poder de desdest'ruéción otoisa
destrucción otorga""u"a"
rt ""á
z la
a paz
.,az.
una urgencia que nunca antes tuvo. En un mundo cuya cra tuerza rnottiz
ftierza motriz
es la aspiración de las naciones soberanas en pos der poder, ta pa, sáto
puede mantenerse mediante dos artificios. uno es el'mecanismo auto-
regulatorio de las fuerzas sociales, que se manifiesta a través de la lucha
por el poder en el campo internacional o, dicho de otro modo, por el
equilibrio de poder. El otro consiste en limitaciones normativas a esa
lucha, bajo forma de leyes internacionales, moralidad internacional y
opinión pública mundial. puesto que ninguno de estos artificios, ta"l
como operan en la agtya]i$f, parece capaz de mantener la lucha por
el poder dentro de indefinidos llmites pacfficos,
-cs otras trcs prcguntas
cleben plantearsc y responderso: ¿cuál el valor cle lns piinjipnles

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