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Historia mitológica de Ofiuco

Ofiuco está representado por un hombre sosteniendo a una serpiente, según la mitología griega,
se trata de Asclepio y esta es su historia;

Asclepio está considerado dios de la medicina, dios sanador, cuyo origen es probablemente la
deificación de un héroe vestida luego de leyenda. En muchos lugares se representaba como un
hombre de larga barba al igual que Zeus, pero con aspecto benigno.

Sus atributos eran el báculo y una serpiente enredada en él. En algunas representaciones aparecía
un perro tumbado a sus pies. También solía llevar tablas para escribir, emblema de la ciencia
médica.

Fue hijo de Apolo (dios del Sol) y de Corónide, hija a su vez del rey Flegías. El inmortal Apolo
sorprendió a la mortal Corónide bañándose desnuda en un lago y, perdidamente enamorado, la
dejó embarazada. Sin embargo, Flegías la obligó a casarse con su novio de siempre, Isquis.

El cuervo, que era el animal que informaba a Apolo de las cosas que pasaban en la tierra, y que
entonces tenía un plumaje totalmente blanco, le contó la supuesta traición de su amada y Apolo
de la furia que sintió lo maldijo, por lo que el cuervo se volvió negro para toda la eternidad.

El vengativo dios solar convenció a su hermana Artemisa (diosa de la caza) de que la matara para
castigar su infidelidad. Más tarde, en el momento en que su cuerpo iba a consumirse en la pira
funeraria, Apolo arrancó al feto del cadáver de su madre y confió su hijo al centauro Quirón, quien
lo educó y le enseñó las artes de la medicina y de la caza, aunque de su propio padre que era
también dios de la salud, recibiría muchos más conocimientos que le caracterizarían como
prototipo del médico.

Asclepio puso esta ciencia al servicio de los hombres, por lo que fue objeto de un culto fervoroso
durante toda la antigüedad. Millares de enfermos acudían cada día a sus santuarios buscando
alivio para sus males.

En su trayectoria como sanador llegó incluso a resucitar a los muertos, entre ellos a Hipólito, el
hijo de Teseo. Para ello utilizó la sangre del flanco derecho de Medusa, regalo de Atenea, que era
la que daba la vida (la sangre del flanco derecho de Medusa daba la vida mientras que la del flanco
izquierdo ocasionaba la muerte debido a un potente veneno.)

También resucitaría a Capaneo, Licurgo y Tindareo, Glauco y hasta al conocido cazador Orión.
Zeus, ante las quejas de Hades, dios de los muertos, y para evitar que el orden del mundo se
alterase con los poderes de Asclepio, decidió fulminarlo con un rayo.

Apolo vengó a su hijo matando a los cíclopes, hijos de Zeus y encargados de fabricarle los rayos
con los que podía asesinar a voluntad. Asclepio, sin embargo, no fue precipitado al Tártaro
después de su muerte (si te condenaban al Tártaro caías para siempre en el olvido), sino que le fue
devuelta la vida, con lo que se cumplió una profecía hecha por Euipe, hija del centauro Quirón
(predijo que aquel niño renovaría sus destinos dos veces y que muriendo semidiós, sería
convertido en dios), e incluso le fue concedida la inmortalidad, convirtiéndose en la constelación
llamada Ofiuco.

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