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Ausencia de Pablo de la iglesia

Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de
corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro;
por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó.
Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros,
delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo.

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Un Amor a distancia
Vivimos en un tiempo donde la fidelidad es difícil de conseguir, más de una vez hemos escuchado
alguna frase que hace alusión a la imposibilidad de mantener relaciones a distancia y parece ser
que las estadísticas solamente refuerzan estas afirmaciones.
Pablo y la iglesia en Tesalónica estaban atravesando por una separación forzada y los opositores
de Pablo en el ministerio estaban queriendo hacer dudar a la iglesia de la sinceridad de Pablo
y sus compañeros de ministerio.
Los misioneros sólo habían podido estar poco más de tres semanas en Tesalónica antes de salir
huyendo a causa de la persecución de los opositores. Por dicha razón habían tenido que estar
ausentes en la etapa de crecimiento de la iglesia en Tesalónica.
Pablo en los versículos anteriores acaba de expresar su actitud, su servicio cuando estuvo presente
en Tesalonica y en estos versículos que estaremos estudiando él expresa su actitud en la ausencia
física.
1. Un amor que no separa la distancia
Quisiese centrar esta enseñanza en el afecto, en el amor pastoral que Pablo hace evidente en sus
palabras. Muchas veces queriendo evitar el exceso de emocionalismo de muchas iglesias
liberales caemos en una frialdad innecesaria en el ministerio.
Sin embargo, Pablo, aquel teólogo con discursos profundos y complejos nos hace entrever en este
escrito un tinte sentimental. Pablo abre su corazón a los hermanos que a través predicación
habían venido a Cristo
El mismo en el 2:11 usa la figura de un padre y más atrás en el 2:7 la de una madre, tal era el amor
del apostol hacia los hermanos, había sido privado de la compañía de sus hijos en Cristo.
El verbo que RV60 traduce como “separados” en griego tiene un sentido más fuerte, y sólo
aparece aquí, es una palabra compuesta que significa “ser arrancados de”, esta era la intensidad
del sentimiento de Pablo, contra su voluntad había sido sustraido de la compañía de sus amados
hermanos.
El amor entre hermanos en Cristo debe ser el que aquí vemos reflejado, la pandemia nos forzó a
separarnos físicamente durante algún tiempo y lo resentimos porque la iglesia fue echa para
habitar en armonía física. Más la ausencia física jamás debe ser razón de negar el afecto al
hermano y más aún cuando no hay impedimento para congregarnos y visitarnos en este tiempo de
post pandemia en donde hay tanto que sanar y muchas veces reconstruir .
2. Un amor que supera la adversidad
Un amor genuino se forja en la adversidad y esta ocasión no era la excepción, el enemigo,
Satanas se había opuesto a los intentos de los hermanos para ir a Tesalónica y mayormente a los
de Pablo. Pero contrario a desanimarse por la oposición y a desistir, mucho más habían buscado la
posibilidad, Pablo dice que él lo intentó una y otra vez
Ciertamente el enemigo siempre está listo a influenciar negativamente en aquellos asuntos que
promueven los intereses del reino de Dios. Sin embargo creemos en un Dios soberano que reina
sobre todo y aún emplea los planes y acciones de Satanás para su gloria.
Descansemos entonces en que el secreto plan de Dios jamás fracasará, y en torno al crecimiento,
desarrollo y comunión de sus hijos el plan de dios no ha sido frustrado, y aunque temporalmente
fuimos separados de la comunión entre hermano, debemos retornar con mayor pasión a la
comunión.
3. Un amor que siembra para lo eterno
Pablo termina esta parte elogiando a los hermanos, les llama “nuestra esperanza, nuestro gozo,
nuestra corona” y lo son “delante del Señr Jesucristo en su venida”. El apostol no vislumbra
solamente la satisfacción temporal en la vida terrenal de lo que estos hermanos pudiesen producir
en él, sino que va más allá y apunta a lo eterno, a la segunda venida del Señor.

Ciertamente, muchas veces el ministerio resulta cansado y trae consigo sus propias dificultades,
sin embargo hermanos en nuestra labor de liderear, pastorear, enseñar, discipular apuntemos más
allá, y miremos al Señor Jesús llamándonos a entrar en la eternidad por lo aquello que habremos
sembrado en su nombre, escuchemos su voz diciendonos “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Y que eso sea nuestro ánimo y
fortaleza en tiempo de debilidad.

Sembremos pues en Cristo este amor fraternal entre los hermanos, un amor que no apaga la
distancia ni la ausencia, un amor que se fortalece en la oposición y adversidad, un amor que
siembra y perdura para la eternidad.

La difícil doctrina del amor de Dios

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