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En Dios confío

Semana de Mayordomía

Infantil
EL
DIOS
QUE DA
una semana alegre y llena de amor.
Que Dios bendiga cada actividad realizada esta semana y el Espíritu
Santo pueda estar con ustedes.
Gracias por todo lo que harán a favor de los pequeños.

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EN DIOS CONFÍO
Sermones de Mayordomía

Diseño de portada:
Wilkin Santana

Diagramación:
David Soriano

Impresión:
Impresos y Diseños El Remanente
809.412.8885 / remanenteudom@gmail.com

UNIÓN DOMINICANA
MINISTERIO DE MAYORDOMÍA

Copyright© 2023
Se prohíbe la reproducción total o parcial de este material sin
permiso escrito del autor.
9 de diciembre de 2023

Apreciados pastores, ancianos, directores de grupos y líderes de mayordomía de las iglesias de la


Unión Dominicana.

¡Bendiciones en abundancia en el nombre de nuestro Salvador Jesucristo! Que el Dios Santo y Rey
del universo continúe dándole sabiduría para conducir a la iglesia por el camino del reavivamiento y
la reforma. Bajo el lema: «Misión Nehemías, ¨Yo Ir騻

Una vez más tenemos la oportunidad de celebrar juntos la semana mundial de mayordomía previa
a la ofrenda de gratitud, que este año lleva por título “En Dios confío” tomado del Salmo 56. De este
salmo se han preparado ocho sermones que esperamos sean de ayuda espiritual para todos nuestros
hermanos y hermanas en todas las iglesias del país.

Hacemos un llamado a cada iglesia y grupo hacer todo lo posible para que esta semana se celebre
en grande en su iglesia y que ninguna otra actividad interrumpa con esta semana de fiesta espiritual
y adoración a nuestro Dios.

Agradezco de todo corazón a cada escritor de los sermones, por su esfuerzo y dedicación para que
este material sea una realidad. Que Dios le bendiga junto a su familia y les pague con la vida eterna.

Esta semana inicia el sábado 9 de diciembre y terminará el sábado 16 con la ofrenda de gratitud a
nuestro poderoso, santo y rey Jesús. Porque ¡En Dios confío!

Con fe y confianza en la gran victoria que nos dará nuestro Dios Todopoderoso, el sábado 16 de
diciembre. Su compañero de milicia.

Atentamente,

Pr. Joel Fernández Aragonéz


Director de Mayordomía, Vida Familiar
y Espíritu de Profecía
Unión Dominicana

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En Dios confío

CONTENIDO

No. TÍTULO PÁGINA

I «En Dios confío, ten misericordia de mí» 5


Pastor Osiris Pichardo

II «En Dios confío, ¿qué puede hacerme el hombre?» 11


Pastor Cristian Beras

III «En Dios confío, mis lágrimas en tu redoma» 15


Pastor Jorge Mateo

IV «En Dios confío, él está a mi favor» 21


Licenciado Ambiorix García

V «En Dios confío, cantaré mis alabanzas» 27


Pastor Mario Herazme

VI «En Dios confío, Él peleará mis batallas» 31


Pastor Ruddy Mejía

VII «En Dios confío, te tributaré alabanzas» 37


Pastor Miguel Ángel Cuevas

VIII «En Dios confío, me ha librado de la muerte» 43


Pastor Joel Fernández A.

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I
En Dios confío,
ten misericordia de mí

Texto escogido:
«Dios, ten misericordia de mí, porque me devoraría el hombre;
me oprime combatiéndome cada día». Salmo 56: 1

Propópisito
Mostrar que la misericordia de Dios es real para con sus hijos. Que su misericordia es eterna.
Que su misericordia no tienes fecha de caducidad. Sus misericordias son nuevas cada mañana. Su
misericordia nunca se agota. El Salmo 56 es un recordatorio de que nuestra fe y confianza en Dios
pueden ser una fuente de protección y seguridad. David no solo pide a Dios que lo libere de sus
enemigos, sino que también pide misericordia y muestra su confianza en la respuesta divina. Esto es
una muestra del poder de la oración y la fe: nuestra petición a Dios no solo es una forma de buscar
ayuda, sino que también es una forma de demostrar nuestra fe y confianza en Él. Al confiar en Dios y
seguir orando, podemos encontrar paz y seguridad en momentos difíciles.

Introducción
El libro de Salmos es una colección de poemas y oraciones que se utiliza en la liturgia judía y
cristiana. El Salmo 56 es una oración de súplica y socorro atribuida al rey David. En el primer versículo,
David clama a Dios para que lo libere de sus enemigos, y clama por misericordia y lo proteja de
aquellos que se levantan contra él.

La petición de David en Salmo 56: 1 también revela una actitud de reconocimiento de la


dependencia de Dios. A menudo, nos inquietamos por nuestras preocupaciones y problemas y
tratamos de resolverlos nosotros mismos. Sin embargo, la oración de David demuestra que reconocer
nuestra necesidad de Dios es un primer paso importante para pedir ayuda y sentir la protección
divina. Reconocer nuestra dependencia de Dios puede ayudarnos a encontrar la solución a nuestros
problemas y a confiar en el poder de Dios para ayudarnos.

La súplica de David en Salmo 56: 1 puede ser aplicada en nuestras vidas cotidianas. Cuando
enfrentamos situaciones difíciles, podemos buscar la ayuda de Dios y orar para pedir su protección
y asistencia. Pero también es importante recordar que nuestra fe en Dios debe ser más profunda que
simplemente buscar su intervención en momentos de necesidad. Al fortalecer nuestra fe y nuestra

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En Dios confío

relación con Dios regularmente, podemos encontrar consuelo, paz y protección en nuestra vida
diaria. La oración no solo es una forma de buscar ayuda; también es una forma de fortalecer nuestra
relación con Dios y nuestra fe en su poder y benevolencia.

I. La misericordia de Dios es para siempre.


«¡Alabemos al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia permanece para siempre!» (Salmo 136:
1) Su misericordia son nueva cada mañana (Lamentaciones 3: 22-23).

¡La misericordia de Dios es para siempre! Su deseo de obrar a favor de la humanidad sigue vigente
en la Tierra. Su misericordia nunca se agota. Tampoco se ha debilitado ni ha disminuido.

«Alabemos al Señor… Su misericordia permanece para siempre». Grandes y poderosas cosas


pasaban cuando el pueblo de Israel declaraba esas verdades. Son palabras de adoración y alabanza a
Dios.

Cuando Salomón terminó de construir la casa de Dios, sonaron las trompetas y todos cantaron
al unísono, con trompetas, címbalos y otros instrumentos de música alabaron al Señor diciendo:
«¡Alabemos al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia permanece para siempre!». (2 Crónicas. 7:
3).

El rey Josafat designó a algunos para que alabaran al Señor, y que fueran delante del ejército
cantando: «¡Demos gloria al Señor, porque su misericordia es eterna!» (2 Crónicas 20: 21).

Han pasado miles de años desde que Dios declaró que Su misericordia es de generación en
generación; (Lucas 1: 50; Salmo 103: 17), y Él sigue mostrándonos su misericordia hoy. Él abunda
en misericordia para con los que le invocan. Atrévete a ensanchar tu fe para recibir la abundante
misericordia de Dios, y confiesa con tu boca: “El Señor es bueno; Su misericordia es para siempre.
(Salmo 136: 5). ¡Su misericordia ha estado conmigo hasta el día de hoy!

a). La misericordia de Dios es eterna


Su misericordia es por los siglos y hasta los siglos. No se gasta, no cambia. Más la misericordia de
Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos
de los hijos (Salmo 103: 17). ¿Por qué dice esta Escritura que la misericordia es eterna? Bueno, no fuera
eterna si el que la posee no fuera eterno, pero sabemos que Dios es eterno, y que todos sus atributos
son eternos sí. La palabra eternidad la podemos definir de esta manera: que no tiene ni principio ni
fin, siempre ha existido, al igual que su misericordia.

b). Su misericordia no tiene límites


Alguien dijo una vez: Si todo el cielo fuera papel, si todos los árboles fueran bolígrafos y toda
el agua de la mar fuera tinta, con todo nunca se pudiera describir el gran amor de Dios. Así es la
misericordia de Dios, es tan grande que no se puede describir, su misericordia es sin límites. Porque
más grande que los cielos es su misericordia, y hasta los cielos tu verdad (Salmo 108: 4). Note que el

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TEN MISERICORDIA DE MÍ

versículo dice: más grande que los cielos ¿cómo puede usted explicar la misericordia de Dios en su
vida? ¿que hizo Dios por usted cuando se encontraba hundido en el lodo del pecado? Creo que ahora
podemos entender lo grande que es la misericordia de Dios.

c). La misericordia de Dios prolonga la vida


Verdaderamente sino hubiese sido por la misericordia de Dios, ni usted ni yo estuviésemos aquí.
Él nos guardó de muchos peligros, nos preservó la vida y sabes por qué razón lo hizo, porque tenía y
tiene un plan con nosotros. Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos
y pecados (Efesios 2: 1). Se acuerda cuando Ezequías enfermó y Dios le envía mensaje con el profeta
Isaías que el iba a morir, fue entonces cuando Ezequías se humilló y Dios en su misericordia le dio
otros quince años de vida. (Isaías 38: 1-5) La Escritura dice: Por la misericordia de Jehová no hemos
sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu
fidelidad.

d). La misericordia de Dios estimula al arrepentimiento


Dios dice en su Palabra que Él no oye al pecador, más si este se arrepintiera, Dios se mueve a
misericordia, lo perdona, lo limpia con su sangre preciosa y lo hace una nueva criatura (2 Cor. 5: 17);Y
sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a
ése oye (Juan 9: 31.) Dios hace su parte cuando la persona hace la suya. Más el impío, si se apartare de
todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de
cierto vivirá; ¿no morirá? (Eze. 18: 21.) El impío es aquel que no practica la piedad, pero si se aparta de
sus pecados alcanzará misericordia. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a
Jehová vuestro Dios; Porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia,
y que se duele del castigo (Joel 2: 13).

e). La misericordia de Dios perdona el pecado


En virtud de la caída del hombre todos los hombres han llegado a ser pecadores. El pecado es la
única cosa que mantendrá al hombre fuera del cielo; el cielo es un lugar santo y nada malo entrará
jamás en él. Ya que el pecador ha quebrantado la ley de Dios, solamente Dios le puede perdonar sus
pecados. ¿Que Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?
¿No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia? (Miq. 7: 18). Ningún hombre,
por más religioso que este sea podrá perdonar sus pecados, solo Aquel que derramó su sangre en la
cruz; Cristo Jesús el dador de la vida. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (I Juan 1: 9).

f). La misericordia de Dios hace posible la salvación.


Ningún hombre puede salvarse así mismo por bueno que este sea, podrá ser la persona más dadivosa
y servicial, pero esto no lo salva. En las Escrituras encontramos a un hombre llamado Cornelio. Este
hombre era bien dadivoso y oraba a Dios y era una persona muy buena, pero le hacía falta ser salvo.
(Según el capítulo 10 del libro de los Hechos.) No importa cuán grandes cosas haga el hombre, todavía
necesita la salvación y está a través de nuestro Salvador y Señor Jesucristo. Ponga mucha atención a

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En Dios confío

lo que dice la Palabra: Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por
su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo (Tito 3:
5). No somos salvos por los sacrificios ni por las obras que hacemos, sino por la gracia y fe en Cristo.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Efesios
2: 8).

II. Dios te dará la victoria sobre tus enemigos.


Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente,
anda buscando a quien devorar. (1 Pedro 5: 8). “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6: 12). Estamos en guerra, tenemos
enemigos. La imagen de un enemigo (o enemigos) que persigue, que acecha, que quiere pisotear,
devorar y destruir al que confía en Dios, es un tema que se repite en los salmos; ese enemigo puede
ser alguien de un pueblo extraño o del mismo pueblo de Dios; y no importando que enemigo sea y
que magnitud de dificultad, prueba o crisis se levante, siempre hay una confesión y una respuesta de
fe y confianza en Dios.

a). La Victoria de Cristo es nuestra victoria


No olvidemos que tenemos enemigos visibles e invisibles. y si tienes que enfrentar hasta el Diablo
mismo con todos sus demonios, mira a Jesús y su sacrificio en la Cruz del calvario, pues allí en la Cruz,
Cristo los venció a todos: “Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2: 15); La cruz, es el lugar donde la luz venció a las
tinieblas, el bien al mal, el amor que no busca lo suyo al egoísmo, a la avaricia y al orgullo; ¡Cristo
venció! ¡Y por medio de él y en él somos más que vencedores! Pelea la buena batalla de la fe, echa
mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante
de muchos testigos (1 Timoteo 6: 12). (Romanos 8: 38; 1 Corintios 15: 57; 1 Juan 5: 4-5; Apocalipsis 12:
11; 17: 14) ¡Gloria al Cordero!

No hay nada que temer, clama a Dios con fe, pues, “Satanás no puede soportar que se recurra a
su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oración ferviente,
toda la hueste Satanás tiembla.” (La oración, pág. 306).

¿Te sientes sin fuerzas? ¿Estás débil? Hay esperanza en Jesús hay victoria en Jesús. “Satanás
tiembla y huye delante del alma más débil que busca refugio en ese nombre poderoso (Jesús).” (El
Deseado de todas las gentes – Capítulo 12 - La victoria).

“No hay nada al parecer tan débil, y no obstante tan invencible, como el alma que siente su
insignificancia y confía por completo en los méritos del Salvador. Mediante la oración, el estudio de
su Palabra y el creer que su presencia mora en el corazón, el más débil ser humano puede vincularse
con el Cristo vivo, quien lo tendrá de la mano y nunca lo soltará.” (El Ministerio de curación, pág. 134).

Y aún más, “Dios enviaría a todos los ángeles del cielo en ayuda, antes de permitir que sea vencido

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TEN MISERICORDIA DE MÍ

por Satanás” (Hijos e hijas de Dios, pág. 37).

Dios te ama tanto y te respalda tanto, que si fuese necesario ante el conflicto ¡Todo el cielo se
vaciaría a tu favor! “El corazón de Dios suspira por sus hijos terrenales con un amor más fuerte que la
muerte. Al dar a su Hijo nos ha vertido todo el cielo en un don.” (El Camino a Cristo – Capítulo 2, p. 14).

III. La Misericordia de Dios y su Palabra


David confiaba en Dios y le conocía, se aferraba a su misericordia, y la fuente de esa certeza y
seguridad que tenía no eran las circunstancias ni sus sentimientos, sino la Palabra de Dios!

El término hebreo para misericordia es jánan, significa “favorecer”, “compadecerse, “ser benigno”,
“ser amigable”, el salmista le ruega a Dios que tenga misericordia de él, es decir, favoréceme,
compadécete de mí, muéstrame tu bondad y quien tú eres, y en medio de tantos enemigos que tengo
ya, no seas tú mi enemigo, pues tú eres mi mejor amigo, defiéndeme Señor!

“Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido.” (Salmo 25: 16);

“Ten piedad de mí, Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones.” (Salmo 51: 1);

“Ten misericordia de mí, Jehová, porque a ti clamo todo el día.”; “Mírame, y ten misericordia de
mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.” (Salmo 86: 13, 16);

“Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.” (Salmo 119:
132);

La misericordia es la acción manifestada del corazón amoroso de Dios; misericordia, piedad, gracia
y salvación son inseparables, pues son la manifestación y esencia misma de su propia naturaleza y
carácter como Dios.

Por ello el salmista se aferra a Dios y clama por su misericordia.

Dios no está escaso de misericordia, su misericordia es en abundancia,

“Pero yo a ti oraba, Jehová, en el tiempo de tu buena voluntad; Dios, por la abundancia de tu


misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame.” (Salmo 69: 13);

Para David la vida solo tenía sentido en la misericordia de Dios, para él la misericordia de Dios era
mejor que la vida misma, por tanto, le alababa: “Porque mejor es tu misericordia que la vida, mis labios
te alabarán.” (Salmo 63: 3). La tierra está llena de tu misericordia (Salmo 119: 64).

La misericordia de Dios es y será siempre más grande que tú pecado, más grande que tu problema
y necesidad, “porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los
que te invocan.” (Salmo 86: 13).

9
En Dios confío

La misericordia de Dios es ya un motivo más que suficiente para alabarlo, adorarlo y agradecerle.

Tal como David y también como Jeremías, seamos sinceros y agradecidos, reconozcamos hoy y
cada día que realmente ante un mundo en caos como el que vivimos, es, “por la misericordia de Jehová
no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana.
¡Grande es tu fidelidad! (Lamentaciones 3: 22-23); Por eso en ti confió.

Conclusión
Nunca se aparte de mi tu misericordia. La misericordia es un regala de Dios para sus hijos. La
misericordia está en el corazón de Dios. Su misericordia es eterna, no tienes fecha de caducidad.

• El salmo 56 asegura a los creyentes que el Señor es nuestro defensor en tiempos de angustia
y dificultades.
• Este salmo es una oración por liberación y defenza contra los enemigos.
• Este salmo es una evidencia de que Dios responde a las oraciones de sus hijos cuando
maquinan contra ellos.
• Este salmo 56 nos recuerda que en medio de pruebas y tribulaciones; tenemos un Dios
amorosos que defiende a sus hijos cuando claman a él por ayuda.
• En conclusión, el salmo 56 es un poderoso recordatorio de que Dios es nuestro único
libertador y defensor contra todos los enemigos.
• Este salmo nos enseña la importancia de poner nuestra confianza en el Dios todo poderoso
en medio de la adversidad de la vida.

Llamado:
Como mayordomos de Dios, hagamos memoria de su misericordia y beneficios, expresemos
nuestra adoración, gratitud y alabanza a Él, con el mismo sentir expresado en Isaías 63: 7.

“De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová conforme a todo lo que
Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según
sus misericordias y según la abundancia de sus piedades.”

¡En Dios confió!

Pr. Osiris Pichardo


Asociación Central Dominicana

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II
En Dios confío,
¿Qué puede hacerme el hombre?

Texto escogido:
2. Todo el día mis enemigos me pisotean, porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia
Salmo 56: 2-4, según la (RVR95)
3. En el día que temo, yo en ti confío 4. En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. No temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmo 56: 3-4 RVR95.

Propósito
Enseñar que nuestro Dios es poderoso, que no hay nadie que nos pueda dañar cuando Jehová está
a nuestro lado.

Introducción
Los salmos son por lo general oraciones cantadas, que representan las vivencias y las creencias de
los autores y su entorno. Algunos salmistas reflejaban su educación, historia, fe y de muchas maneras
su condición actual en los salmos. Si tomamos como ejemplo a David; todo el tiempo él demuestra
la circunstancia en la cual estaba viviendo; huyendo de Saúl, como puede ser el caso de este salmo;
cuando fue traicionado por algún hombre en el cual confiaba o esperaba algo mejor; cuando su familia
vino a él a la cueva de Adulam (Salmo 133); entre otras experiencias que podrían ser contadas como
historias teológicas en las que ellos esperaron en el Todopoderoso y por su puesto Él los libró.

A. El clamor a Dios (ver 2).

El versículo 2 inicia hablando de los enemigos. Muchos salmos hablan de enemigos; a menudo
son pueblos extranjeros; pero muchas veces son del mismo pueblo de Israel, pero con motivos
malos. Los enemigos a veces se refieren a adversarios espirituales y el NT también los aplica así.
Justamente podemos aplicar estos salmos a los peligros de adversarios físicos y humanos y también a
los adversarios espirituales, pues los dos nos ponen en peligros reales.

Charles Spurgeon, comentando este Salmo, dice: “Si podemos clamar a Dios así contra enemigos
humanos, mucho más contra el enemigo de nuestras almas, el diablo… Cuanto más violento es el

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En Dios confío

ataque de Satanás, más fuerte será nuestro clamor por liberación.” Hablando de los poderes enemigos
en estos salmos individuales, el teólogo Kraus habla del “carácter demoníaco y alevoso de ellos”. Dice:
“Esos poderes pretenden separar de Dios a los pobres, a los justos y a los enfermos… Se describen
poderes ocultos y prototípicamente malos: fuerzas del destructor, enemigo de la vida, de lo que separa
de Yahvé y corrompe la creación.”

Precisamente pensando en esas situaciones, en Jeremías 33: 3 hay una promesa: Clama a mí y
yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Esto es una promesa
que hace el Señor, que clamemos a él, sin importar las circunstancias en las que nos encontremos;
sólo tenemos que clamar; porque Dios quien es nuestro refugio nos responderá ¿Te imaginas cuanta
misericordia tiene Dios con nosotros? ¡Aleluya!

El salmista usa varios vocablos para referirse a los hombres que quieren destruirlo. Aquí hombre
es ʿEnosh que a veces conlleva la idea de debilidad. El salmista sabe que Dios es más poderoso que sus
enemigos. Más poderoso que el diablo, que todos los hombres juntos, que la muerte y que el hades,
por eso él levanta su clamor a Dios para que tenga misericordia de él.

¿Quién es mi enemigo?

B. Algunos piensan que nuestros enemigos son los impíos solamente, los de otras
denominaciones, seguidores de la Bestia; puede ser que en algunos casos sea así; sin embargo,
muchas veces nuestros enemigos son los mismos que nos acompañan a lugares a desarrollar
nuestra labor, que están con nosotros aplaudiéndonos, alabándonos por lo que hacemos,
y resulta que estos pueden ser nuestros más feroces enemigos, uno de los que moja con
nosotros en el plato (Marc. 14: 20).
C. El salmista hace una pregunta retórica ¿Qué puede hacerme el hombre? Lo cierto es, que
el hebreo dice carne en vez del hombre ¿Qué puede hacerme la carne? En el evangelio de
Mateo capitulo 10: 28 nos dice: No temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden
matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma, es decir, la vida para siempre.
Cuando nuestra confianza está en Dios, no precisamos temer a nada ni a nadie. El versículo
4 es el estribillo, se repite en otros versículos del Salmo. En Dios alabaré su palabra; En Dios
he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
D. Una declaración de fe
II. Lo que el salmista está presentando es que no hay que temer del hombre, de lo que le
pueda hacer; y si le temo, el antídoto es confiar en Dios. Confiar en Dios cuando no haya
ninguna razón de temer puede ser una fe sólo nominal. “Pero confiar en Dios cuando las
razones para alarmarnos son muchas y agobiantes, es la fe vencedora de los elegidos de Dios
(Spurgeon).” ¿Cómo puede uno aumentar su fe? La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de
Dios (Rom. 10: 17). Nótese cómo el salmista concuerda: En Dios, cuya palabra alabo, en Dios
he confiado. Porque se basa en las promesas de Dios, la fe puede ser específica, no sólo un
sentimiento vago.

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¿QUÉ PUEDE HACERME EL HOMBRE?

Conclusión
Algunas veces pensamos que los enemigos del pueblo de Dios se encuentran en las naciones
enemigas solamente. Lo cierto es, que podemos tener enemigos dentro de la misma iglesia; personas
no transformadas por el Espíritu Santo que tienen veneno en sus lenguas y que desearían vernos
arrastrados en el piso. Es muy agradable saber que el Señor nos libra no sólo de los enemigos de
afuera, sino también de los que están más cerca; en Dios he confiado. No temeré. ¿Qué puede hacerme
el hombre? No tengas temor, Jehová sigue al control y siempre lo estará, sólo confía en él.

Llamado
En las turbulentas aguas de la tempestad del gran conflicto, Jesús desea estar a tu lado para cuidar
de ti ¿Se lo permitirás? Sé que lo harás, que Dios te guíe de la mano hasta la patria celestial.

¡En Dios confió!

Pr. Cristian Beras


Director de Mayordomía
Asociación Central Dominicana

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En Dios confío

Espiritualidad | Evangelismo | Desarrollo

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III
En Dios confío,
mis lágrimas en tu redoma

Texto escogido:
«Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro?»
Salmo 56: 8 RV95

Introducción:
¿En algún momento de la vida has tenido que enfrentar una situación difícil, un problema para el
que no tienes solución? ¿Frente a alguna crisis no te ha quedado otro camino, sino el tener que salir
huyendo? ¿Sabes qué es llorar abundantemente? El salmista estaba siendo perseguido por Saúl, su
vida está en peligro en medio de los filisteos, tiene que recurrir a pasar por loco, para poder preservar
su vida. En medio de su andar por el desierto, las lágrimas recorren sus mejillas y solamente puede
encontrar refugio al recordar que no está solo, que el Todopoderoso está a su lado en medio del dolor,
de la crisis y la persecución, entonces exclamó: ¡En Dios confío! ¡En Dios confío! ¡En Dios confío!

I. DIOS ESTÁ EN CONTROL

a. ¿Alguna vez te ha tocado huir, salir corriendo, escapar de un lugar donde no te conviene
estar, porque está en peligro no solamente tu integridad física, sino también tu integridad
espiritual? Muchas personas prefieren pelear todas las batallas, no saben cuándo ha llegado
el momento de dejar de luchar, de entender que esa no es su batalla, sino que es Dios el que
peleará por ellos, porque solo en Él la victoria está segura. En algunas ocasiones cuando
humanamente no hay salida, es necesario escapar por nuestra vida. El salmista David sabe lo
que es luchar y mantenerse firme en medio de la adversidad, luchó contra Goliat y venció,
pero también sabe lo que es huir y esconderse, como cuando Saúl o los filisteos buscaban su
muerte. El cristiano debe tener la capacidad de saber cuáles batallas luchar y cuáles pasar
por alto, dejando que Dios sea Dios.
b. El Salmo 56: 9 comienza hablando de huidas, la palabra que el texto bíblico usa para “huir” da
el sentido de una vida errante, de alguien que es sacudido, alguien que no tiene paz porque
es movido constantemente; esta palabra revela las circunstancias cambiantes en la vida de
David, en un momento estaba en la casa de su padre, en otro momento, en el frente de batalla
contra Goliat, en otros, era músico del rey Saúl, soldado del ejército, en otro era un fugitivo
del rey, luego lo vemos buscando provisiones en el templo, en otro momento, era un loco

15
En Dios confío

dentro del territorio filisteo, en otro, era un errante en medio del desierto, etc.
Huir de un lado a otro, es la imagen que el salmista usa para ilustrar su triste realidad. En Éxodo
15: 8, “huir” se traduce como una masa de agua o presa que retiene las aguas de un estanque que
están con continuo movimiento, que no tiene reposo ni de día ni de noche. Cuántas personas habrán
vivido realidades similares a la de David, llenos de problemas que los hacen moverse de un lugar a
otro, es más, es posible que esté hablando a personas que han tenido que mudarse de muchos lugares,
cambiar varias veces de trabajo, universidad, relaciones afectivas, en fin, huyendo. En ese proceso,
sin importar las situaciones difíciles que hayas experimentado, puedes confiar en que Dios ha estado
a tu lado.

c. El salmista tiene la seguridad que los continuos movimientos de lugar y circunstancias que ha
tenido que hacer no han pasado por alto delante del Todopoderoso. Él dice: “Tú has contado”,
cuando te detienes a contar las cosas buenas y malas que te han ocurrido ¿cómo queda
el resultado final? Hay personas que son especialistas en contar los momentos de alegría
y felicidad, celebran los cumpleaños, los aniversarios de boda, el nacimiento de un nuevo
miembro en la familia, la graduación, creando así, una gran lista de logros y victorias.
Es bueno contar las cosas positivas que nos pasan y mirar con gratitud las misericordias de
Dios en nuestro favor. Pero al mirar hacia atrás no vemos solamente momentos de alegrías
y triunfos, sino que al mismo tiempo vemos momentos de dificultad, derrotas, lágrimas y
muchas situaciones difíciles que nos han sobrevenido, que al final de la jornada son las que
han formado nuestro carácter y han hecho de nosotros lo que somos hoy. El Dios al que
servimos, trasciende las circunstancias de la vida y aún en medio de las noches más oscuras
de nuestro andar, nos da su compañía.
El salmista reconoce que Dios ha estado pendiente de los momentos difíciles de su vida y
aunque estos momentos y circunstancias llevan a muchos a cuestionar, a David, estos actos
aparentemente negativos le daban seguridad, ya que él, sabía que Dios no los había pasado
por alto. En esta hora puedes tener la confianza que Dios ha contado tus huidas, al final
comprenderás que Dios tenía razón, aun cuando no entendías, Dios te llevó por el mejor
camino; el salmista fue perfeccionando su carácter en medio de las pruebas y los cristianos
son refinados en medio de los grandes desafíos de la vida diaria.

II. DIOS CONOCE TUS LÁGRIMAS


a. El autor bíblico utiliza el verbo “poner” en su forma imperativa en la segunda persona del
singular, así que no es una opción, sino un mandato, este es un grito de desesperación de
alguien que está atravesando una situación muy difícil, pero tiene a alguien que lo puede
auxiliar, tiene un Dios todopoderoso que lo puede sostener. El escritor declara que es Dios
quien tomará las lágrimas y las colocará en un lugar seguro. En el tiempo antiguo, algunos
tenían la práctica de guardar en un recipiente las lágrimas, para recordar los momentos de
crisis que vivieron en el pasado, pero el autor bíblico tomó esta imagen para declarar su
confianza en Dios, porque no es David que va a guardar sus lágrimas, sino que es Dios que las

16
MIS LÁGRIMAS EN TU REDOMA

guardará, esto es un símbolo de que el Señor está al tanto del sufrimiento que experimentan
sus hijos. ¿En esta hora, estaré hablando para alguien que sabe qué es sufrir, alguien que ha
pasado por momentos muy dolorosos? en medio de tu agonía, puedes confiar en Dios porque
él tiene cuidado de sus hijos.

b. El texto bíblico define de una forma clara, lo que Dios iba a tomar eran las lágrimas del
salmista, quien demostró confianza aún en medio de los momentos más turbulentos de su
vida. Sabemos que las lágrimas son el producto del dolor que hay en el corazón, son una
expresión del llanto que embarga un alma angustiada y no era para menos, el ungido de
Dios lloraba en medio de su difícil situación. Llorar no es sinónimo de falta de fe, llorar es la
expresión humana ante el dolor, el mismo Jesús lloró (Juan 11: 35). Lo más importante cuando
tengas que llorar, es recordar que lo puedes hacer con la esperanza de que Dios está al
control y que esas situaciones adversas no durarán para siempre.
Confía, porque tus lágrimas no simplemente caen al piso o en tu sábana, sino que el
Todopoderoso está pendiente de ti, él siempre obrará en tu favor. Cada creyente puede
tener la confianza en Dios porque él tiene un cconocimiento íntimo de sus preocupaciones
y dolores. No tienes que cargar tus penas, no tienes que vivir sumergido en tus lágrimas y
dolores del pasado, Jehová está dispuesto en tomar tus cargas y llevarlas en sus hombros.

c. En los tiempos antiguos el Redoma era un frasco que estaba fabricado de piel de animal,
servía para almacenar y cargar agua o vino. El salmista quiere tener la seguridad de que
Dios, que es el juez justo, tiene su caso en sus manos y que él obrará en su favor. El mismo
Apóstol Pablo recordaba las lágrimas del joven Timoteo (2 Tim 1: 4), cuánto más, Dios tendrá
en cuenta las penas de sus hijos, el Padre eterno es poderoso en consolar, hará que quienes
sembraron con lágrimas recojan con gozo. Lo que se siembra como lágrima, brota como
perla. Sin importar las lágrimas que en algún momento del pasado hayas derramado, puedes
seguir confiando en que Dios está en control.
En Apocalipsis 21: 4 encontramos una extraordinaria promesa de parte del Creador, en el
contexto de la restauración final, dice: “enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya
no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya
pasaron.” El Dios que conoce tu dolor, al final secará tus lágrimas y serán cambiadas por gritos
de júbilo y exclamaciones de victoria. Hay esperanza, después de las lágrimas del presente,
vendrá un futuro glorioso lleno de la alegría eterna que da estar en la presencia de Dios.

III. UN REGISTRO COMPLETO


a. Existen personas que acostumbran a escribir las cosas que le han ocurrido, tienen un diario y
registran de forma continua las vivencias de la vida diaria, tanto los aspectos positivos, como
los negativos, para que, en algún momento, tal vez en el futuro, puedan volver a leer esas
experiencias pasadas y recordar lo vivido. El salmista utiliza la imagen de cartas o registros,
donde se anotaban los eventos del pasado.

17
En Dios confío

Malaquías 3:16 declara: “Delante de Dios está escrito “un libro de memoria”, en el cual quedan
consignadas las buenas obras de “los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre”.
Las palabras expresadas con fe y los actos de amor, están escritas en el cielo. Nehemías 13:
14 dice: “¡Acuérdate de mí por esto, Dios mío; no borres las obras de piedad que yo hice por
la Casa de mi Dios!”. En el libro de las memorias está registrado todo acto de justicia en favor
de los demás.
Elena de White declara: “está registrada fielmente toda tentación resistida, todo pecado
vencido, toda palabra de tierna compasión expresada. Y está consignado todo acto de
sacrificio, todo padecimiento y pesar, sufridos por causa de Cristo. El salmista dice: “Tú
cuentas los pasos de mi vida errante: pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están en tu libro?”
Salmo 56: 8” (Conflicto de los Siglos, 473). El registro que Dios tiene de sus hijos es perfecto,
sin importar el momento y la circunstancia, puedes expresar con toda seguridad, ¡en Dios
confío! ¡en Dios confío! ¡en Dios confío!
Los seres humanos podrán olvidar, pero el Todopoderoso no pasa por alto las experiencias
de cada uno de sus hijos. Hay un registro de tus actos de bondad y de las adversidades que
has tenido que enfrentar por causa del evangelio. “todo acto de justicia está inmortalizado,
y están apuntados también todo acto de sacrificio, todo padecimiento y pesar sufridos por
causa de Cristo” (CS 535)

CONCLUSIÓN
El salmo 56: 8 nos recuerda que aún en medio de las dificultades, podemos tener la seguridad
que Dios cuida de sus hijos. El salmista está convencido que Dios guarda un registro de las angustias
durante las peregrinaciones de su vida. Este depósito escrito es semejante a guardar las lágrimas
del que sufre en un frasco o en una bolsa de piel. En ambos casos se utiliza el modo imperativo
para mostrar lo importante que es este registro, de modo que, sólo los que deciden ser fieles a Dios
permanecen para salvación en los registros celestiales. Junior Kelly Marchena no se equivocó al cantar

Lágrimas ves caer Y te ayuda a vencer Él la ve caer


Sufriendo estas Dios siempre comprende tus lágrimas Y a tu lado Él siempre
Y no lo puedes soportar está
Pruebas siempre habrán
Contigo llora Él
Dios siempre a tu lado está Y lágrimas vendrán
Y te ayuda a vencer
Y no te dejará Cuando el dolor
Dios siempre comprende
Dios siempre comprende Va oprimiendo el corazón
tus lágrimas
Tus lágrimas
Contigo llora Él
Jesús a tu lado está
Y te ayuda a vencer
Te cuidará Enjuga tu llorar
Dios siempre comprende
Cuando herida tu alma está Dios siempre comprende tus lágrimas
tus lágrimas.
Él la ve caer
Te cuidará
Y a tu lado Él siempre está
Cuando herida tu alma está
Contigo llora Él

18
MIS LÁGRIMAS EN TU REDOMA

LLAMADO:
• Te gustaría decir en esta hora ¡En Dios confío!, a pesar de las adversidades que me toca
enfrentar.
• ¿Al saber que Dios conoce tus huidas y tus lágrimas, decides mantener tu confianza firme en
el Señor?
• ¿Decides depender solo de Dios?

¡En Dios confió!

Pr. Jorge David Mateo Mejía


Director de Mayordomía y Jóvenes
Asociación Dominicana del Este

_______________________________

1 Pagán, Samuel. 2007. Comentario De Los Salmos. Miami, FL: Editorial Patmos.

2 Henry, Matthew, y Francisco Lacueva. 1999. Comentario Bı́blico de Matthew Henry. 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.

3 Nichol, Francis D., y Humberto M. Rasi, eds. 1994. 1 Crónicas a Cantares. Traducido por Víctor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeister.
Vol. 3. Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana.

4 Walton, John H., Victor H. Matthews, y Mark W. Chavalas. 2016. Comentario del contexto cultural de la Biblia: Antiguo Testamento. Traducido
por Nelda Bedford de Gaydou, Arnoldo Canclini, Raimundo Ericson, y José Antonio Septién. Novena edición. El Paso, TX: Editorial Mundo
Hispano.

19
En Dios confío

Espiritualidad | Evangelismo | Desarrollo

20
IV
EN DIOS CONFÍO,
ÉL ESTÁ A MI FAVOR

Texto escogido:
«Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí».
Salmo 56: 9 RV95

Introducción:
«No te abandona». «El que siempre está a tu lado»; son algunos eslóganes publicitarios de uno
de los productos más famosos y vendidos en la industria del desodorante en todo el mundo. Estas
frases promocionales son un recordatorio de lo que el antitranspirante hace por el consumidor: no
abandonarlo, estar ahí para él; por supuesto, ya sabemos en cuáles momentos.

Nuestro Dios, sin ser jefe de ninguna empresa multinacional que presume ostentosamente
«estar a nuestro lado» en situaciones potencialmente vergonzosas, mediante muchas declaraciones
registradas en las Escrituras, ha procurado que no olvidemos que, en todas las circunstancias,
favorables o desfavorables, alentadoras o desalentadoras, Él está con nosotros, por nosotros y para
nosotros. Toda la Biblia no es más que una revelación de un Dios que está: un Dios que no solamente
existe, sino que también está presente.

Ya que el propósito principal de esta disertación es mostrar que debemos confiar y alabar en
Dios sin importar la situación por la que estamos pasando, te invito a que juntos basemos nuestros
pensamientos en uno de los tantos pasajes bíblicos que nos enseña la razón de fondo para considerar
a Dios digno de confianza y alabanza: la certeza de que Él está. Estudiemos juntos Salmo 56: 9.

Conociendo Salmo 56: 9 dos ideas.

He aquí el texto en cuestión: “Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clame. Esto
sé: Dios está a mi favor.” (Salmo 56: 9).

La declaración hecha por el salmista David contiene dos ideas. En primer lugar, lo que sucede
cuando él clama: sus enemigos son vueltos atrás. En segundo lugar, una convicción sobre Dios: Él está
a su favor.

A simple vista, la verdad puesta de manifiesto por el salmista es la siguiente: cuando clamamos a
Dios, él se manifiesta porque está de nuestra parte.

21
En Dios confío

Exploremos la primera idea

David dice: “Serán luego vueltos atrás mis enemigos”. Es importante saber que, si bien es cierto
que los Salmos son oraciones, himnos, poemas y alabanzas, hay que tener en cuenta también que
estos tipos de textos son mayoritariamente, en gran medida, autobiográficos: tienen que ver con
las experiencias vividas por el autor en un momento determinado. Por lo tanto, son declaraciones
confinadas a circunstancias específicas. El Salmo 56 fue escrito por David cuando huía de la presencia
de Saúl, y por el gran temor que tuvo, cuando se fue a Aquis rey de Gat, cambió su comportamiento
fingiendo estar loco (1 Samuel 21: 13-15).

El salmista suplica: “Dios, ten misericordia de mí, porque me devoraría el hombre; me oprime
combatiéndome cada día. Todo el día mis enemigos me pisotean, porque muchos son los que pelean
contra mí con soberbia” (Salmo 56: 2).

El clamor del salmista está más que justificado, no solo por el hecho de estar rodeado de enemigos,
sino por la naturaleza hostil de la intención de ellos hacia él. Los enemigos de David, según el sentido
del término original, eran personas hostiles. No eran meros adversarios ni muchos menos opositores
o gente que pensaban distinto a él. Eran personas que querían quitarle la vida. De ahí que su clamor
sea una constante en los salmos imprecatorios (Salmos 55: 16-19; 61: 1-3). Cará es la palabra hebrea
para clamor y, además de significar «llamar», su raíz está relacionada con «venir» y «encontrar». Más
que elevar un grito de auxilio a Dios, el salmista demanda su intervención. Es por ello que el día en
que él clama, sus enemigos se dan a la fuga, huyen, retroceden, porque saben que de su lado está Dios.

Exploremos la segunda idea

“Esto sé: Dios está a mi favor.” La convicción de David es la razón de fondo de su clamor y,
consecuentemente, la retirada de sus enemigos. Seguridad similar a la mostrada es la que se encuentra
en Salmos 135: 5 y 140: 2, respectivamente: “Yo sé, ciertamente, que Jehová es grande, y el Señor
nuestro, mayor que todos los dioses, [y también] “Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del
afligido y el derecho de los necesitados.”

Tanto en la expresión «Esto sé» como en las expresiones similares de las porciones anteriormente
mencionadas, la mejor traducción sería «Esto he conocido», porque sugiere la idea de que el salmista
ya tenía experiencia con la «compañía de Dios». Y en esto es que radica su certeza: en que ya Dios
se había manifestado. Solo alguien que había experimentado la presencia protectora del Señor en su
vida podía realizar una afirmación tan audaz: “A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque
Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos
mi deseo” (Su convicción genera confianza: “En el día que temo, yo en ti confío”)

22
ÉL ESTÁ A MI FAVOR

Aplicando Salmo 56: 16 El Dios que está a mi favor

Tres son las lecciones o enseñanzas que se desprenden de nuestro estudio:

1. Debemos clamar al Dios que está a nuestro favor. Como ya hemos aprendido, el clamor
del salmista «provocó» que Dios actuara. Y es que ese es el modus operandi de la Deidad (ej.
Éxodo 2: 23-25; 3: 7-9). La oración es el motor que genera la movilización de todo el cielo. La
intervención de Dios en tus conflictos familiares, laborales y personales solo está a distancia
de una oración. Solo tienes que clamar (Jer. 33: 3). Elena G. de White nos recuerda: «Las
mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no son las que se ganan mediante el
talento o la educación, la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan
en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se aferra al poderoso
brazo de la omnipotencia». (Patriarcas y Profetas, pág. 200).
2. Debemos confiar en un Dios que está a nuestro favor. Un mundo que inhala y exhala
maquinaciones, traiciones y conspiraciones de todo tipo, que se ha convertido en el cultivo
de la incertidumbre y la desesperanza es la mejor explicación del porqué somos cómo somos
actualmente: personas desconfiadas de todos y de todo. La buena noticia es que tenemos
un Dios digno de confianza que está a nuestro favor. Con él de nuestra parte, tenemos la
total seguridad de que todo lo que suceda nos ayudará para bien (Rom. 8: 28). Ante el miedo,
la tristeza, los problemas y en todo momento, confía. Esta es la promesa: “Tú guardarás en
completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. Confiad en
Jehová perpetuamente, porque en Jehová, el Señor está la fortaleza de los siglos” (Isaías 26: 3
-4).
3. Debemos alabar a un Dios que está a nuestro favor. Clamamos, confiamos y alabamos porque
está a nuestro favor. Esto último, la alabanza, es una expresión de gratitud, es una respuesta
con himnos, cánticos y una vida de consagración (Mat. 5: 16) a ese Dios que ha estado y
siempre estará a nuestro lado. La alabanza a Dios era una práctica frecuente en el diario
vivir de David. De hecho, por eso él y otros autores escribieron Salmos: por la necesidad, no
solo de anunciar las obras de Dios, sino regocijarse en Él. ¿Cuándo fue la última vez que lo
alabaste por estar ahí en tus momentos más amargos y de mayor necesidad? ¿Cuándo fue la
última vez que como el salmista tomaste la decisión de rendirte ante ese Dios que es digno
de confianza?
El mensaje que se desprende de nuestro texto bajo consideración tiene una fuerte resonancia
para cada uno de nosotros, debido a los días en los que nos ha tocado vivir. Así como en sus días
David estuvo rodeado de enemigos que amenazaban su integridad física y espiritual, los hijos de Dios
se encuentran, hoy más que nunca, bajo los ataques de muchos enemigos, principalmente los del
Archienemigo de Cristo y de todo aquel que lo sigue. La fórmula, la estrategia por excelencia para
obtener la victoria en el gran conflicto entre el bien y el mal por nuestro corazón es la de abrazar el
triunfo de nuestro Señor en la Cruz, apropiarnos de sus beneficios espirituales (perdón, justificación
y santificación) y practicar el consejo del apóstol Santiago, cuando dijo: “Someteos, pues, a Dios;
resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4: 7).

23
En Dios confío

Llamado y apelación
Ilustración: Jesús, reportándose

Un sacerdote daba su recorrido por la iglesia al mediodía, cuando, al pasar por el altar decidió
acercarse para ver quién había venido a rezar. En ese momento se abrió la puerta, el sacerdote frunció
el ceño al ver a un hombre acercándose. Estaba sin afeitar, vestía una camisa rasgada y su abrigo era
viejo y deshilachado. El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue.

Aquello fue el comienzo de una rutina diaria. Siempre llegaba aquel hombre a la iglesia al mediodía,
se arrodillaba brevemente y volvía a salir. El sacerdote, un poco temeroso, empezó a sospechar que
se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la Iglesia y cuando el hombre se
disponía a salir le preguntó: “¿Qué haces aquí?”. El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media
hora libre para el almuerzo y aprovechaba ese momento para rezar: “Solo me quedo unos instantes,
sabe, porque la fábrica queda un poco lejos, así que solo me arrodillo y digo: SEÑOR, SOLO VINE
PARA AGRADECERTE... CUAN FELIZ ME HACES. TE PIDO PERDÓN POR MIS PECADOS... NO SÉ
MUY BIEN COMO REZAR, PERO PIENSO EN TI TODOS LOS DÍAS... ASÍ QUE JESÚS, ESTE ES JAIME,
REPORTÁNDOSE”.

El Padre, avergonzado, le dijo a Jaime que estaba bien y que era bienvenido a la Iglesia cuando
quisiera. El sacerdote entonces se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón ante el gran
calor del amor de Jesús. Mientras lágrimas corrían por sus mejillas, en su corazón repetía la plegaria
de Jaime: “Señor, solo vine para agradecerte... cuan feliz me haces. Te pido perdón por mis pecados...
no se muy bien como rezar, pero pienso en ti todos los días... así que Jesús, soy yo, reportándome”.

Jaime y el sacerdote se hicieron amigos. Jaime se confesaba y recibía a Jesús en la Eucaristía con
gran devoción. El padre por su parte aprendía mucho de la pureza y la fe de Jaime.

Cierto día el sacerdote notó la ausencia del viejo Jaime. Los días siguieron pasando sin que
Jaime volviese por la iglesia, por lo que el Padre comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la
fábrica a preguntar por él; allí le dijeron que estaba en el hospital. Le contaron que desde que Jaime
internó en el hospital se sentía su ausencia en la fábrica. Sus compañeros a menudo le molestaban
porque siempre era recto y al mismo tiempo muy gentil. En el fondo todos lo admiraban y ahora lo
extrañaban.

La enfermera no podía entender por qué Jaime estaba tan feliz. El sacerdote se acercó al lecho de
Jaime con la enfermera y ésta le dijo: “Ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a donde recurrir”.
Jaime escuchó aquellas palabras y dijo: “La enfermera está equivocada... ella no sabe que todos los
días, desde que llegué aquí, al mediodía, un querido amigo mío viene, se sienta en mi cama, me agarra
de las manos, se inclina sobre mí y me dice: “JAIME, SOLO VINE PARA AGRADECERTE... Y DECIRTE
CUAN FELIZ ME HACES. TE AMO Y PERDONO TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTO ESCUCHAR TUS
ORACIONES... Y ESTAS SIEMPRE EN MI CORAZÓN.... ASI QUE ESTE ES JESÚS, REPORTANDOSE”.

24
ÉL ESTÁ A MI FAVOR

Dios nunca está ausente, siempre está presente. Ha estado ahí contigo en los momentos de dudas;
ha estado contigo en los momentos de crisis; ha estado contigo en los momentos de ansiedad. Ha
estado contigo venciendo a tus enemigos. Sin lugar a dudas, Dios ha estado ahí y seguirá estando ahí.
¡Confía, Él está ahí! La cruz es la evidencia irrefutable de un Dios que está a nuestro favor. Se hizo
hombre en la persona de Jesús. Él es Emmanuel: Dios con nosotros. Cuando el temor toque la puerta
de tu vida y la de tu hogar, trae a tu memoria una de las últimas palabras expresadas por Jesús: «En el
mundo tendréis aflicciones, pero confiad, yo he venido al mundo» (Juan 16: 33).

Oración
Hoy es un buen día para confiar; ahora es el momento para confiar. ¿Confías? Confía, Él está a tu
favor. Sellemos este compromiso elevando una plegaria al cielo.

¡En Dios Confío!

Lic. Ambiorix García


Director de Mayordomía y Tesorero
Asociación Dominicana del Norte

25
En Dios confío

Espiritualidad | Evangelismo | Desarrollo

26
V
EN DIOS CONFÍO,
CANTARÉ MIS ALABANZAS

Texto escogido:
«En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué
puede hacerme el hombre?» (Salmo 56: 10-11).

Introducción
El Libro de los Salmos es una colección de himnos y oraciones a Dios que en los tiempos del
antiguo testamento fue utilizado para la adoración en el templo, para la oración y la alabanza en la
sinagoga y como himnario y guía con fines devocionales en el hogar. A través de todos los salmos
vemos esos diferentes himnos, alabanzas, oraciones y peticiones hecha al Señor.

Una de estos pedidos se encuentra en el salmo 56. Este salmo parece haber sido popular entre los
otros escritores bíblicos, ya que se cita en otra parte. Los versículos 4 y 11 se recogen en el Salmo 118:
6 y son citados por el autor de Hebreos en 13: 6. Pablo se refiere al versículo 9 en Romanos 8: 31. La
primera parte del versículo 13 se cita en el Salmo 116: 6 con sólo una ligera alteración, y la última frase,
“la luz de la vida”, reaparece en el tercero de los dichos “Yo soy” de Jesús en el Evangelio de Juan: “Yo
soy el luz del mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan
8: 12).

En este maravillo salmo, el salmista expresa una oración de confianza aun cuando está en serias
dificultades, entona su canto de confianza a Dios. En toda la narrativa se nos enseña a confiar, a tener
nuestra esperanza puesta en Dios en medio de la soledad y el temor por las cosas de la vida. Pero,
¿Que es la confianza? ¿Cómo podemos confianzas en medio los problemas de la vida? ¿Qué hizo el
salmista David cuando se sintió solo y atemorizado?

CONFIANZA EN MEDIO DEL TERMOR Y LA SOLEDAD.


En el contexto de este salmo, David ya era el rey ungido de Jehová, pero estaba siendo perseguido
por el rey Saúl. En esta oportunidad estaba solo y se refugió en la ciudad de Gat de donde era Goliat el
filisteo, Se trata del período entre la visita al tabernáculo de Nob y la llegada de David a Adulam. Aquis
era el rey y le dieron aviso de que David estaba en la ciudad.

27
En Dios confío

“Y los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿no es éste de quien cantaban
en las danzas, diciendo: Hirió Saúl a sus miles, ¿Y David a sus diez miles? Y David puso en su corazón
estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat. Y cambió su manera de comportarse delante de
ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por
su barba. Y dijo Aquis a sus siervos: He aquí, veis que este hombre es demente; ¿por qué lo habéis traído
a mí? ¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de
entrar éste en mi casa?” (1 Samuel 21: 11–15).

Como podemos evidenciar David está solo, desesperado, asustado en medio de una ciudad llena
de filisteos, sin saber a dónde ira sabiendo que el rey de Israel estaba detrás de él. Su vida estaba en
peligro. Aquí tenemos pues su oración en medio de esta terrible circunstancia:

“Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome


cada día. Todo el día mis enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean contra mí con
soberbia En el día que temo, yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra. En Dios he confiado; no
temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Salmo 56: 1-4).

¿Alguna vez has tenido miedo? ¿Te has sentido solo y desesperado? ¿Has dudado de alguna
promesa de la Palabra de Dios? Podemos temer y sentirnos solos, el temor y la soledad es algo que
experimentaremos con frecuencia en medio de este mundo tan difícil que vivimos. El joven que mató
al león y al oso, que mató a Goliat y fue un exitoso joven capitán en el ejército de Israel, no negaba la
presencia del temor. Había momentos en los que tenía temor. Sin embargo, sabía qué hacer con ese
temor y soledad, proclamar con valentía su confianza en Dios. La confianza en Dios es la respuesta
ante la soledad y el temor en este mundo en el que vivimos. Y en este salmo podemos encontrar
aliento para enfrentarlo.

II. EN EL DÍA QUE TEMO, YO EN TI CONFÍO

El temía, pero ese miedo no llenaba toda su mente, porque agrega, ‘Yo en ti confío’. (vers. 3).
Muchos no sirven a Dios ni hablan una palabra en su nombre a otros por miedo, y esperan el momento
en que ya no tengan temor de hacerlo. David les aconseja: muchas veces he sentido miedo, pero “yo
confío en Dios”. Otros salen de sus casas pensando en que alguna situación negativa podría ocurrir
que les afecte, ante estos pensamientos, como el salmista, puedes expresarle al Señor: ‘Yo en ti confío.’
O tal vez, en medio de momentos difíciles y escasos han dudamos de devolver a Dios nuestros bienes
y sus recursos, la oración de David también es propicia: ‘Yo en ti confío.’ Nunca debemos esperar que
el temor desaparezca antes de hacer lo que Dios indica, simplemente debemos ejercita nuestra fe y
expresa con toda seguridad: Señor, ‘Yo en ti confío.’

Es una evidencia de crecimiento espiritual cuando en medio de los temores de la vida nosotros
podemos confiar en Dios, ya que por lo regular el ser humano cuando siente miedo, recurre a sus
propia confianza, recursos y ayuda externa. Sin embargo, la confianza en Dios es fundamental y con
ella alabar las promesas expresadas en su Palabra para nosotros.

28
CANTARÉ MIS ALABANZAS

III. EN DIOS ALABARÉ SU PALABRA

Es por eso que, en medio de la declaración de su confianza en Dios, David llama la atención sobre
la alabanza de la palabra de Dios.

“En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué
puede hacerme el hombre?” (Salmo 56: 10-11).

Su confianza en Dios estaba directamente relacionada con la Palabra de Dios. No era una espe-
ranza ciega o un deseo arrojado al cielo; se basaba en el carácter revelado de Dios y sus prome-
sas reveladas en su Palabra.

Ahora bien, ¿Por qué confiar en la palabra de Dios? Aún más, si decimos que confiamos en El,
¿Cómo podemos alabarlo por su palabra? ¿Qué es alabar a Dios en su Palabra? Dios es conocido a
través de su Palabra, ella es su auto revelación para nosotros. David declara la grandeza de la palabra
de Dios. Así es como sabía que Dios estaba con él. No era solo un deseo, un sueño o una esperanza.
Estaba bien fundamentado porque Dios lo dijo en su palabra.

Por eso su confianza no era en el hombre, en su propia prudencia, en sus fuerzas, en nada de
tierra, su confianza estaba en la palabra de Dios, de ahí, alabaría las grandes promesas que están
registradas en la Palabra de Dios.

En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?: David repite esta frase
nuevamente, predicando no de confianza a sí mismo. Dado que Dios era por él (confirmado por su
palabra), David no tenía por qué temer lo que el hombre pudiera hacerle. En la Biblia vemos promesas
maravillosas.

• “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque
yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y
si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá
en ti.  Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por
tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.” (Isaias 41: 1-3).
• ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8: 31)
• “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28: 20)
• “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. (Isaías 41: 10).

CONCLUSIÓN
Los temores son parte de la vida, mientras vivamos en este mundo de pecado se presentarán
dificultades que intentarán poner en duda la introversión de Dios en nuestro favor. Sim embargo, este
salmo nos enseñanza sobre la confianza en Dios y que esta confianza se basa en su Palabra. Alabare
a Jehová por su palabra, ellas son fieles y verdadera. Tal confianza nos debe inspirar cada día a sentir

29
En Dios confío

gratitud por esa bendición. Que nuestra oración sea la de Juan Calvino quien una vez dijo: “Aunque
hoy parece que Dios me ha dejado, porque no veo su ayuda, todavía descanso en su palabra. Si sucede
lo mismo mañana y pasado mañana, persistiré en alabarlo.”

APELACIÓN
Es casi seguro que durante el transcurso de este año te ha sentido con temor, solo o abandono,
ha sido momentos de mucha tristeza e inseguridad. Sin embargo, mirando ese pasado te das cuenta
que Dios has estado contigo, que su presencia no acompaño, antes bien, te dio fe para confiar en
las promesas de su Palabra. Esa Palabra que nos hacen alabarlo, alabar a Dios por su fidelidad con
nosotros ¿Esta dispuesto a confiar y alabar a Dios en este momento?

¿En Dios confío!

Pr. Mario Herazme


Distrito de Villa Duarte
Asociación Dominicana del Sureste

30
VI
EN DIOS CONFÍO,
ÉL PELEA MIS BATALLAS

Lectura bíblica:
«En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?».
(Salmo 56: 11)

Introducción
Un día, un campesino que se dirigía a Constantinopla fue detenido por una anciana que le pidió
que la llevara. Él la subió al carro y continuó su viaje. De pronto la miró, se asustó y le preguntó:
«¿Quién es usted?». La anciana le respondió: «Yo soy el cólera».

Asustado, el campesino ordenó a la anciana que se bajara e hiciera el resto del camino a pie, pero
ella lo convenció de que la llevara con él, prometiéndole que no iba a matar a más de cinco personas
en Constantinopla. Como garantía de la promesa le entregó una daga, diciéndole que era la única
arma con la que ella, el cólera, podía ser asesinada. Luego, añadió: «Me reuniré contigo en dos días. Si
no cumplo mi promesa, podrás matarme».

En Constantinopla murieron ciento veinte personas en aquellos dos días. El hombre, enfurecido,
fue a la ciudad a buscar a la anciana. Cuando la encontró, levantó la daga que ella misma le había dado,
y le dijo: «Prometiste que no matarías a más de cinco personas y murieron ciento veinte, así que voy a
matarte, tal como acordamos». Pero ella lo detuvo, diciendo: «Yo he cumplido mi acuerdo, solo maté
a cinco personas. El miedo mató a todos los demás».

En nuestro tema de hoy, seguiremos hablando de un personaje que le plantó cara al temor. ¿Quién
fue?, ¿cómo lo hizo?, ¿podemos nosotros también enfrentar nuestros temores?

Contexto histórico y literario del pasaje

Nuestro texto se encuentra en el libro de los Salmos (heb. Tehilim). Dicho libro está formado
por cinco libros separados entre sí por una doxología que aparece al final del último Salmo de cada
sección. En el caso que nos ocupa, el Salmo 56 pertenece a la sección del libro segundo (42-72). El
Salmo 56 es similar en tema, estructura y estilo a su gemelo, el Salmo 57. Consta de dos partes. Una de
ellas es un pedido de liberación (Salmo 56: 1-4); la otra alaba a Dios por la liberación obtenida (Salmo
56: 5-11). Al final de cada sección aparece un estribillo. Se añaden al poema dos versos de gratitud
(vers. 12,13).

31
En Dios confío

Este salmo fue escrito en circunstancias muy adversas, y expresa la plena confianza en Dios que
vence todo temor. El sobrescrito del Salmo 56 dice que David lo compuso como resultado de lo que
le sucedió con los filisteos, quizás en su segunda visita al rey de Gat, después que Saúl lo persiguiera
tan implacablemente como para poner en grave riesgo su misma vida (1 Sam. 21: 10).

Para esta ocasión, abordaremos el versículo 11, el cual forma parte del estribillo del Salmo 56 (p.
ej.: vers. 4, 10, 11).

I. El verdadero fundamento de la confianza


A. En Dios

En esta primera parte del pasaje aparecen dos verbos contrastantes y ambos son la antítesis uno
del otro, porque donde hay confianza no puede haber temor, y donde hay temor no hay confianza.
Cada una de estas actitudes lucha por el sitial en el corazón humano. Pregunto: ¿qué hay en tu
corazón, miedo o confianza? ¿Domina el miedo el curso de tus pensamientos y decisiones, o lo hace
la confianza?

A pesar de la realidad del temor en la experiencia humana, el salmista expresa que él no temerá.
Para comprender mejor esta actitud del salmista, hay que señalar lo siguiente.

El personaje principal del Salmo 56 no es David, sino Dios, cuyo nombre ᾽elôhîm aparece 9 veces en
el salmo (vers. 1, 4, 7, 9, 10, 11, 12, 13) y 1 vez Jehová (vers. 10). En los Salmos 42-83 ᾽elôhîm es principalmente
un sustituto de Yhwh (uso intercambiable). Algunos eruditos consideran que el vocablo ᾽elôah es la
versión singular de la forma plural común ᾽elôhîm, la cual viene de una raíz que significa “poder”. Se
usa el plural para referirse al Dios de Israel, para intensificar o reforzar la idea expresada: la plenitud
de Dios. Revela el poder divino de Dios. Lo describe como el Fuerte y Poderoso, el Dios de la Creación
(Gén. 1: 1; Éx. 20: 2; Dan. 9: 4).

Obtener una vislumbre de quién es Dios es el primer paso para vencer aquello que te roba la paz
y tranquilidad, para derribar los problemas gigantes que amenazan con aplastarnos. Usted le sirve a
un Dios vivo, a un Dios que no está muerto. Un Dios en cuyo diccionario no existe la palabra imposible
ni la palabra derrota. Para David, Dios era su fuente de poder, su fuente de fortaleza, su fuente de
confianza. David estaba profundamente convencido acerca de quién es Dios, y usted, ¿lo está? ¿Quién
es Dios para ti?

II. El antídoto para el temor


A. He confiado

Conocer el amor, poder y grandeza de Dios nos conducirá a depositar nuestra confianza en su
persona. «He confiado» (heb. batach) es la declaración de fe del salmista. Para el virus del temor,
existe un antídoto: la confianza en Dios. «He confiado» es igual al «creer en» del Nuevo Testamento.

32
ÉL PELEA MIS BATALLAS

«Confiar» (heb. batach) viene de una raíz que significa «buscar refugio». Expresa la idea de «estar
seguros», «tener esperanza». Ningún poder, humano o demoniaco puede atemorizarnos porque
nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Posiblemente, al igual que David, te persigue un Saúl
para destruirte, o estás enfrentando una crisis o problema tan grande y fuerte como Goliat, el Dios
que inspiró el Salmo 56 te dice, no temas, porque yo peleo tus batallas.

Es un Dios simplemente incomparable. Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay
fuera de nuestro Dios? (2 Sam. 22: 32).

No siempre evitará que te echen al horno, pero caminará contigo en medio del fuego, no siempre
evitará que te echen al foso, pero cerrará la boca a los leones. Ni siempre evitará que tu cuerpo, cual
leño seco, sea consumido por el fuego; pero te dará una paz y un gozo que las más fiera llamas en
modo alguno pueden destruir. Todo ello, porque tienes una esperanza que te eleva por encima de las
penurias del tiempo presente.

Junto con el salmista podemos decir: Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal
alguno, porque tú estarás conmigo… (Salmo 23: 4). Haciéndose eco de la seguridad que quien deposita
su confianza en Dios, el Salmo 91 dice: «El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del
Todopoderoso (Salmo 91 :1)».

III. La pregunta del millón


A. ¿Qué puede hacerme el hombre?

Si tenemos a un Dios amoroso y Todopoderoso, y que, además, pelea nuestras batallas; la pregunta
del millón es: ¿Qué puede hacerme el hombre? (Heb. 13: 6).

El salmista usa varios vocablos para referirse a los hombres que quieren destruirlo:

a. VERSÍCULO 1

Aquí hombre es «enosh», vocablo que se usa para designar al hombre débil y frágil. Se nota un gran
contraste entre «Dios», el poderoso, y «enosh», el débil. El salmista sabe que Dios es más poderoso
que sus enemigos.

b. VERSÍCULO 4

En el vers. 4 es basar, «carne»: Perecedero, efímero, transitorio (Isa. 10: 18). La Escritura atestigua
«Que toda carne (heb. basar) es hierba, y toda su gloria como flor del campo (Isa. 40: 6)».

Grandes imperios, cuyo poder y gloria parecían inacabables, han gobernado en la historia, sin
embargo, ellos han pasado pero la palabra de Dios permanece para siempre. Daniel capítulo 2 ilustra
bien este punto, ya que nos presenta una secesión de imperios comenzando desde Babilonia hasta
nuestros días, y todos tienen un mismo destino: son destruidos y desmenuzados por la roca (Dan. 2:
44). Todos estos poderes han podido y podrán atestiguar que el pueblo de Dios, aunque parezca débil

33
En Dios confío

y sean pocos en número, Dios pelea sus batallas.

Los enemigos de David son numerosos (vers. 2), implacables (vers. 1-2, 5), poderosos (vers. 1, 2)
y astutos (vers. 5-6). Sin embargo, son meras criaturas (vers. 1, 4) y no pueden luchar contra Dios.
Aunque son astutos, la palabra de Dios es más segura (vers. 6, 11). Por tanto, el rey elegido de Dios
confía en Él a pesar de grandes dificultades contra él en la tierra, porque reconoce que Dios está a su
lado y que lo cuida (vers. 8, 9).

Como bien escribió Mark Finley: «La presencia de Dios es el antídoto contra el miedo».

c. VERSÍCULO 11

Hombre aquí es «adam» y encontramos un eco de la creación. En Génesis 1 aparecen los nombres
᾽ lôhîm y adam (heb. adam como nombre y para designar a la especie humana). El primero es el
e

Creador, el segundo es la criatura. Adam es inferior a ᾽elôhîm, adam nunca estará al mismo nivel de
᾽elôhîm. De hecho, la criatura (adam) existe y vive gracias al Creador (᾽elôhîm). Nada en la naturaleza se
puede equiparar al poder de ᾽elôhîm.

De hecho, la narración de Génesis rechaza el tema central de la religión pagana: la edificación de


la naturaleza. No da indicios de que Yahveh necesitara establecer su supremacía sobre otras deidades.
No hay una conquista de otros dioses o monstruos. El Dios de Génesis 1 es verdaderamente el Dios
del universo. De modo que David no teme a la criatura que amenaza su vida, puesto que la vida tanto
del pueblo de Dios, como de sus enemigos están en las manos del Dios todopoderoso. David sabe
perfectamente que el Dios del universo pelea sus batallas.

Conclusión
Un grupo de turistas en una región montañosa de Escocia quería apoderarse de algunos huevos
que estaban en un nido situado en un lugar inaccesible frente a un precipicio. Trataron de convencer
a un niño que vivía por allí cerca de que podía bajar hasta donde estaba el nido si le ataban a una soga,
que sería sostenida por ellos desde arriba.

Le ofrecieron una gruesa suma de dinero, pero como no era gente conocida, el muchacho se negó
a bajar. Le dijeron que no le pasaría nada, pues ellos sostendrían firmemente la soga.

Por fin el muchacho dijo: - La única condición que pongo para bajar, es que sea mi papá el que
sostenga la soga.

Los hombres no confían en los extraños. Yo necesito conocer a una persona antes de depositar
en ella mi confianza.

Para el salmista, Dios no era un desconocido, por eso pudo confiar en Él en momentos de premura.

34
ÉL PELEA MIS BATALLAS

Apelación
El miedo aplasta nuestro espíritu, debilita nuestro sistema inmunológico, quiebra nuestra fuerza
de voluntad y nos hace impotentes en nuestra batalla con el enemigo. El miedo estrangula nuestra
alegría y destruye nuestros sueños.

La respuesta a ese miedo que nos paraliza no es enfocarnos en dejar de tener miedo, sino
recordar que tenemos a alguien especial a nuestro lado cuando tenemos miedo. A alguien que está
ahí fortaleciéndonos para seguir adelante a pesar de las emociones que sentimos. Tenemos a alguien
que es más grande que nuestros miedos, más grande que nuestras preocupaciones y más grande que
nuestras ansiedades.

La Sierva de Dios aconseja: «Poned vuestra confianza en Dios. Orad mucho y creed. Si confiáis,
esperáis, creéis y os aferráis de la mano del Poder Infinito, seréis más que vencedores». (Testimonios
Selectos, t, 5, pág. 42).

Si te domina el temor, es porque estás peleando con tus fuerzas; la confianza prevalece cuando
permites que Dios pelee tus batallas.

O jalá que, como el salmista, puedas decir de todo corazón: Tú eres mi protector, mi lugar de
refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto
escondite (Salmo 18: 2 DHH).

¿Hay alguien que en este instante le quiere decir a Dios: Señor, yo no puedo, pero tú si puedes; por
favor, ¿ven y pelea mis batallas? (invitar a la audiencia a levantar la mano, o colocarse de pie, y luego
orar).

¡En Dios confío!

Pr. Ruddy Mejía


Director de Mayordomía
Asociación Dominicana del Nordeste

___________________________

Mark Finley, Esperanza: Cómo vivir en un mundo destrozado (Miami: FL, IADPA, 2021), 23, 24.

Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Miami, FL: IADPA, 2018), 30.

https://www.devocionalescristianos.org/2007/08/historias-cristianas-confianza.html. Accesado el 11 de septiembre del 2023.

https://m.egwwritings.org/es/

35
En Dios confío

Espiritualidad | Evangelismo | Desarrollo

36
VII
EN DIOS CONFÍO,
Te Tributaré Alabanzas
Texto escogido:
«Sobre mí, oh Dios, están tus votos; Te tributaré alabanzas» .
Salmo 56: 12

Introducción
Gracias a Dios aún no se ha perdido la buena práctica de compartir nuestras experiencias con
Dios a manera de testimonio público en la iglesia; los testimonios son buenos para fortalecer la fe de
todos lo que escuchan, y aun del mismo que lo expresa.

Los testimonios suelen ser estructurados en dos partes básicas. La primera de ellas es la narración
de una experiencia o momento complejo y desafiante para la fe, que viene a ser el reconocimiento,
en el cual podemos ver los actos de Dios a nuestro favor. Luego de reconocer a Dios interviniendo,
viene la segunda parte que sería la reacción. En esta solemos: agradecer, alabar, dar gloria y hacer
compromisos con El. Y es precisamente lo que vemos en el Salmo 56.

El salmo que estamos estudiando este año nos presenta al rey en lamentos por un grupo de
personas que están en su contra, son sus perseguidores astutos, pero son simples mortales que no
superan a su Dios y Señor. Mientras narra sus lamentos llegamos al reconocimiento, “En el día que
temo, yo en ti confío” Salmo 56: 3. Esta es una declaración que nos viene bien en hacer nuestra. Y
luego de reafirmar su confianza en Dios llega nuestro texto central diciendo “Sobre mí, oh Dios, están
tus votos; Te tributare alabanzas” v.12. Veamos lo que nos enseña.

El valor de la palabra
El salmista inicia expresando que sobre él están los votos de Dios. Esta manera de expresarse indica
un compromiso respaldado por una persona que está determinada a no fallar. Siempre han existido las
personas que no le dan valor su palabra, pero siempre han sido reconocidos como confiables aquellos
que cumplen aún a expensas de su bienestar propio, en otras palabras, cumplen con sacrificio.

El salmista está comprometido porque sabe que es la manera más lógica de reaccionar a tanto
bien de parte de Dios. Al comprender que su vida ha sido preservada por la intervención del supremo
protector, ¿Cómo no cumplir en las buenas y en las malas con las promesas que ha hecho? Si Dios ha

37
En Dios confío

sido tan bueno, ¿Cómo no reaccionar imitando su fidelidad?

Claramente todo cristiano debe ser un hombre y mujer de palabra, sabiendo que Dios lo requiere
y lo respalda con sus propias acciones. El señor nos manda a que todo nuestro hablar sea respaldado
por un historial de seriedad, para que sea “vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto,
de mal procede. Mateo 5: 37. En otras palabras, cuando nuestra reputación es la correcta no hoy que
agregar más comentarios a nuestras respuestas. No tenemos que jurar o hacer grandes discursos
esperando que nos crean.

Dios es nuestro ejemplo


Una canción que se hizo popular en los 90 decía así: “todo lo perfecto viene de Dios”. Seguro que
la recuerdas, y es verdad, en este caso los valores que de alguna manera tienes proceden de Dios que
personaliza todo bien. Así que, si eres una persona de palabra firme, en definitiva, debes dar crédito
a Dios. Un ejemplo de la fidelidad de nuestro Señor es aquel que vemos en las profecías; las mismas
eran dadas en su nombre como garantía de cumplimiento, y por tanto debían ser verdaderas. En
Daniel 2: 45 el profeta termina diciendo que la profecía y la interpretación que recibió de Dios eran
verdaderas y fieles. Y es que, si Dios lo dijo, también lo cumplirá.

Tomando esto en cuanta, debemos ser sabios imitando a Dios, pues no es de gratis que Dios dejo
plasmado en su palabra este asunto de los votos, hay todo un capítulo sobre ello. No se espera que
una persona que ha recibido de Dios todo bien, sea descuidada en el trato o promesa en la que se
encuentra envuelto.

Una vez una hermana fue confrontada por su hijo pequeño, el niño mostraba indiferencia
mientras era corregido por ella debido a su mala conducta. El pequeño se dio vuelta diciendo que no
le preocupaba nada, pues su madre nunca cumplía ni los castigos ni las recompensas que le ofrecía.
Hay un efecto esperando en nuestro futuro y el de nuestros hijos, porque “...todo lo que el hombre
siembre, eso también segará.

Los votos deben cumplirse


El salmista dijo que los votos estaban sobre él. Estaba consciente de que eran una obligación. Los
votos son como contratos que hacemos con Dios, y que debemos cumplir. Su cumplimiento no deber
ser tomado a la ligera, porque no solemos hacer eso con los contratos firmados con simples seres
humanos.

En el caso de una persona cualquiera, que no cumpla con los compromisos adquiridos, sabemos
que alguna consecuencia llega a su puerta. En el caso de los votos que hemos hecho a nuestro Dios,
la historia sigue siendo la misma, se espera que cumplamos con la persona poderosa y bondadosa que
vive actuando a nuestro favor.

Cierto comentario nos aconseja que “cuando hicieres voto a Dios, no dilates en cumplirlo …

38
TE TRIBUTARÉ ALABANZAS

cumple pues lo que has prometido. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. Pero
lo mejor de todo es prometer y cumplir. Los votos a Dios hechos en momentos de confrontación con
El tienen poder, si son guardados, para elevarnos a nuevos niveles de devoción y servicio; pero un voto
quebrantado compromete nuestra situación ante El y socava la estructura misma del carácter (Deut. 23:
21–23)”.

En otras palabras, fallarle a Dios es fallar en la construcción de un carácter firme, un carácter


que necesitaremos en el momento de ser probados. Ya sabemos que de este mundo solo llevaremos
el carácter que fórmanos en una relación sincera con Dios. Esta noche debemos comprometernos a
cumplir con los votos siendo cristianos fieles. Y mientras somos fieles a nuestros votos nos mantenemos
unidos a la fuente de poder

Elena White nos recuerda que: «Cuando los cristianos se someten al solemne rito del bautismo, el
Señor registra el voto que hacen de serle fieles. Este voto es su juramento de lealtad. Son bautizados
en el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo. Así están unidos con los tres grandes poderes
del cielo. Se comprometen a renunciar al mundo para observar las leyes del reino de Dios. Por lo
tanto, han de andar en novedad de vida... No han de seguir por más tiempo métodos deshonestos.
Han de obedecer los estatutos del reino del cielo. Han de buscar el honor de Dios. Si son fieles a su
voto, serán provistos de gracia y poder que los habilitará para cumplir con toda justicia. “A todos los
que le recibieron, diles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre”.» —Carta
129, 1903. { Ev. 226. 6; Ev.307. 3 }

Entonces podemos entender que el salmista sintiera el peso de cumplir con su compromiso, es
que de una manera u otra nos mantiene en una buena relación con Dios. Esto es debido a que el pasar
por alto los votos es alejarnos en la relación que siempre ha querido mantener con nosotros. Por lo
tanto, recordemos lo dicho en el libro de Números 30: 2 “si un hombre hace un voto al Señor… no
faltara a su palabra.

Pagar el tributo
La conciencia de un voto o compromiso nos lleva a la segunda parte del texto. En la misma se
habla de tributo. Definitivamente la palabra tributo nos lleva a pensar en aquella manera, en la que se
relacionaban los reyes antiguos con sus dirigidos. En aquellos tiempos un rey superior y un rey vasallo
establecían un pacto que incluía, entre otras cosas, ser leal y la entrega de tributos.

Se define la palabra tributo como la cantidad de dinero o de bienes que el vasallo debía entregar
a su señor como reconocimiento de obediencia y sometimiento. Por lo que es notorio que el salmista
use una palabra como esta, porque el verdadero rey es Dios. En otras palabras, él era un siervo de
Dios, él era su sirviente o vasallo.

Un rey vasallo podía ser el rey, y anterior dueño de la zona conquistada, a la que el conquistador le
concede seguir en su trono como su representante, a cambio de lealtad y de tributos. Pero también
tenemos al rey que es puesto como representante del superior en aquella comarca, y que debería estar

39
En Dios confío

agradecido, porque antes no era rey. Nosotros somos más parecidos aquel rey que es puesto como
representante. Antes no teníamos nada y ahora él nos llena de privilegios. ¿Cuántas veces hemos visto
de donde Dios ha tomado jóvenes y señoritas para ponerles en posiciones de privilegio? ¿Cuántas
veces has recordado de donde el Señor te tomó para darte los privilegios que hoy tienes? Estas son
preguntas que, de manera personal, nos ayudan a recordar que debemos ser vasallos agradecidos.

David es consciente de que su llegada al trono no fue por linaje real, él llega porque el verdadero
Rey de este mundo le dio el privilegio de estar allí por un tiempo determinado. Por lo cual la respuesta
de del rey es “te tributare alabanzas”.

Podemos ver varias versiones de este texto, y aunque esta última es la más común, tenemos otra
que nos presentaran este texto diciendo: “te ofreceré ofrendas de gratitud” “te ofreceré acciones
de gracia” “te ofreceré sacrificio de alabanza” etc. De cualquier manera, la reacción del salmista es
la de un vasallo. Te ofreceré sacrificios de acción de gracias». Podemos imaginarlo haciendo todo lo
posible para agradar a su Rey, lo podemos imaginar dando todo lo que entiende agradable y bueno.
Así debe ser nuestra experiencia, cuando nuestro Rey y Dios es parte de nuestra día a día, lo menos
que podemos hacer es buscar lo mejor de nosotros para ponerlo a sus pies.

Tomando esto en cuanta, mientras dedicamos nuestros talentos a Dios, mientras traemos nuestras
ofrendas, el motivo deber ser la acción de gracias a Dios. Cuando traemos ofrendas de gratitud, lo
hacemos por agradar a nuestro Dios con una parte de todo aquello que nos ha dado. Es una señal de
gratitud.

En fin, cuando un rey tenía en mente revelarse contra su superior, en lo primero que pensaba era
en retener el tributo. Por eso es frecuente ver en la conducta de aquellos que se están alejando de
Dios una renuencia a la adoración. Si hay que orar, salen del salón buscando cualquier excusa. Si se le
invita a participar en un programa que requiere un poco más de sacrificio de tiempo, nunca pueden.
Y si se hace algún llamado al compromiso, se distraen con cualquier cosa. Mi querido hermano, hoy
es el día para reconocer a Aquel que nos ha dado todo. ¡Entrega a Dios tu vida completa!

La experiencia de Jonás
Al buscar otras referencias sobre la reacción correcta al cuidado de Dios y la disposición cumplir
con los votos, encontramos el caso de Jonás, que guarda similitudes con el caso de David en este
salmo.

Ya hemos hecho mención de que el salmista hace reconocimiento de la protección de Dios en


medio de las amenazas de sus enemigos diciendo “en el día que temo, yo en ti confío”. Luego de
ese reconocimiento viene la declaración de recordatorio de los votos al Señor y su resolución de
cumplirlos.

En la historia de Jonás, él es confrontado por el capitán de la nave debido a la sorprendente


tormenta que amenazaba sus vidas. Luego es lanzado al mar, por su propia recomendación. En tanto
estaba dentro del gran pez, el declaró que estaba asustado “Cuando mi alma desfallecía en mí, me
acorde de Jehová. Y mi oración llego hasta ti en tu santo templo” Jonás 2: 7. Tanto David como Jonás,

40
TE TRIBUTARÉ ALABANZAS

en tiempo de temor recordaron a su Dios, y su Dios estaba con ellos. David que temía, mientras que
Jonás desfallecía. Son expresiones sinónimas al referir el mismo sentimiento.

La reacción a esta misericordiosa compañía y posterior liberación es el cumplimiento de los votos


“Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagare lo que te prometí. Jonás 2: 9.; y David dice
recordar sus votos y tributar alabanzas. Las alabanzas son un tipo de ofrenda junto a las de valor
monetario, comercial y de servicio.

Hermanos queridos toda promesa que elevemos al Seños debe ser cumplida. Claro que toda
aquella promesa que tenga sustento en su voluntad expresada en la Biblia.

Por lo visto Jonás tenia votos pendientes, y pudiéramos inferir que alguno de ellos era, ir donde
Dios le mandara. Se puede pensar que es así porque la tormenta era una reacción divina al fallo de
Jonás, y luego, su declaración posterior parece delatarlo.

Ciertamente no nos gusta pensar en Dios creando tormentas cuando fallamos, pero tanto en
la experiencia de David como en la de Jonás encontramos consecuencias de sus acciones que no
llegaron por azar. Hay tormentas que vienen de Dios para que reaccionemos.

Esto nos debe hacer reflexionar en que ciertamente, puede que alguna dificultad actual esté
llegando como un escarmiento de parte de nuestro Padre, para hacernos recapacitar. Y también
reconocer su amor en el rescate que finalmente llegara cuando reconozcamos nuestros errores.

Mi hermano y hermana, hoy es un buen día para clamar a Dios y hacer compromiso de pagar
votos, aquellos que sabemos, están sobre nosotros (pendientes).

Puede ser que recuerdes tener un don espiritual que no usas, mientras sabes que le prometiste
a Dios usarlo para su gloria. Quizá es buena idea recordar, que en el voto de bautismo prometimos
apoyar la iglesia y su obra a través de nuestra influencia personal, diezmos, ofrendas y una vida de
servicio. Un voto que nos libra a cada uno de más males de los que podemos imaginar. Y un voto, que
de cumplirlo traerá más satisfacción y alegría de lo que podemos soñar.

Piensa en el tiempo, los talentos, los tesoros y el cuidado templo, esos elementos de nuestra
mayordomía en los que de alguna manera prometimos ser fieles. También pensemos en la obra de
salvación que hemos visto durante este año, las grandes obras de Dios a nuestro favor. Pensando de
esa forma, es posible que nuestra ofrenda de Gratitud este año deba ser más que una buena ofrenda
monetaria, sino más bien, traer junto a ella todo lo demás que debemos al Señor.

Llamado
El llamado es a cumplir con los votos para la gloria de Dios y la bendición de nosotros y nuestras
familias. Lo que salga de tus labios, cuidaras de cumplirlo, tal como el voluntariamente has hecho voto
al Señor tu Dios, lo cual has prometido con tu boca. Deuteronomio 23: 23

¡En Dios confío!

41
En Dios confío

Pr. Miguel Ángel Cuevas


Director de Mayordomía
Asociación Dominicana del Sur

Espiritualidad | Evangelismo | Desarrollo


42
VIII

EN DIOS CONFÍO,
ME HA LIBRADO DE LA MUERTE

Texto Base
“Porque ha librado mi alma de la muerte y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz
de los que viven” (Salmo 56: 13, RV 95).
La versión Dios habla hoy dice: “Porque me has salvado de la muerte, porque me has librado de caer,
a fin de que yo ande en la luz de la vida, en la presencia de Dios” (Salmo 56: 13, DHH, 1996).

Propósito
Mostrar que no importan los problemas, las pruebas, aflicciones, el dolor, aun las amenazas de
muerte, confía en Dios. A través de las Escrituras Dios se revela abiertamente para que entendamos
que Él es fiel a su palabra (2 Tim. 2: 13), que no cambia ni tiene sombra de variación (Sant. 1: 17), y que
tiene compasión de sus hijos (Jer. 31: 3), que ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el
final del mundo (Mat. 28: 20).

El propósito de este tema es animarte a poner toda tu confianza en Dios. Esto llenará tu alma de
fe y te permitirá vivir una vida libre de temor, porque tu fe estará anclada en Aquel que es la Roca de
tu salvación.

Introducción
Partamos de una premisa… Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido miedo.
¿A qué podemos tener miedo o temor? Podemos enumerar diferentes situaciones que causan en
nosotros esa emoción: Soledad, fracaso en nuestra vida matrimonial o profesional, una enfermedad,
amenazas de muerte etc. Lo importante aquí es como reaccionamos cuando nos llegan esos momentos
de temor. Situaciones difíciles que muchas veces amenazan nuestra confianza en Dios.

A David le llego una situación difícil. Estaban a punto de matarlo. El Salmo 56 es un salmo de
lamentaciones en el que el salmista clama a Dios por ayuda y protección contra sus enemigos. David
expresa su confianza en Dios y le pide que juzgue a sus enemigos. Además, este Salmo 56 ofrece una
demostración profunda de cómo mantener la fe viva en tiempos de temor y momentos difíciles. Este
Salmo revela el cuidado compasivo de Dios por David y nos asegura que nuestros gritos de ayuda no
caerán en saco roto.

43
En Dios confío

Este salmo 56 muestra que podemos confiar en el carácter y poder de Dios, incluso ante el peligro
y la incertidumbre. Esta Salmo enfatiza la importancia de poner nuestra confianza en Dios en medio
del temor y en circunstancias difíciles.

Este Salmo revela el cuidado compasivo de Dios por David en medio de su angustia. David
encuentra consuelo en saber que Dios ve su situación y comprende su dolor. Este Salmo nos recuerda
que cuando nos sentimos solos, asustado o abrumado por los desafíos de la vida, Dios está allí con
nosotros. David reconoce que solo Dios puede librarlo de aquellos que le desean el mal.

David abre su corazón a Dios en este Salmo, expresando su temor y acude a la ayuda divina. A pesar
de la intensidad de sus emociones elige confiar en el poder de Dios. A pesar del miedo que sentía,
depositó toda su confianza en Dios. ¿No deberíamos nosotros hacer lo mismo y confiar plenamente
en Dios cuando nos llegan las amenazas?

I. Dios es fiel

¿Qué es Fidelidad?: La fidelidad es una actitud de alguien que es fiel, constante y está comprometido
con respecto a los sentimientos, ideas u obligaciones que asume. Deriva de la palabra en latín “fidelitas”
que significa servir a un dios. Fidelidad es una característica de quien es leal, en quien se puede
confiar y creer, porque es honesto y respetable. La fidelidad: Capacidad para no engañar, ni traicionar,
ni mentir a los demás (Diccionario de la lengua española, 2017).

Las sagradas Escrituras revelan la fidelidad de Dios; “De generación en generación es tu fidelidad.
(Sal 119: 90). “grande es tu fidelidad” (Lam. 3: 23). “Conoce a Jehová tu Dios, Dios fiel” (Deut. 7: 9). “Fiel
es Dios” (1 Cor. 1: 9). “Fiel es Dios”. (1 Cor.10:13). Fie es el que prometió (Heb. 10: 23). Pero fiel es el Señor”
(2Tes. 3: 3). “Él es fiel y justo” (1 Juan 1: 9). “Tu fidelidad alcanza el cielo azul! (Sal. 36: 5). “Su fidelidad
es por todas las generaciones”. “Si fuéremos infieles él permanece fiel: no se puede negar a sí mismo”
(2 Tim. 2: 13). La fidelidad es como el cinturón de Dios: “La justicia será el cinturón de sus lomos, y la
fidelidad lo será de su cintura.” (Isaías 11: 5).

Elena G. de White dijo: “El que se hace súbditos de Cristo, en su vida debe notarse la bondad, la
honradez y la fidelidad” (Deseado de todas las gentes, p. 82). Luego afirmó: “Los fieles cruzarán por
las puertas perlinas de la nueva Jerusalén” (RH, 3 de abril 1888). Más adelante dijo: “La prosperidad
espiritual de todo miembro de la iglesia depende de un esfuerzo personal y de la estricta fidelidad a
Dios” (5T 382).

El Salmo 56 nos recuerda que, aunque el mundo esté lleno de peligros e incertidumbres, Dios
permanece fiel. El prometió nunca abandonarnos. Como cristianos adventistas del séptimo día,
podemos encontrar fortaleza en medio de nuestros miedos y enfrentar con valentía cualquier desafío
que se nos presente. Este Salmo es una poderosa expresión de fe y confianza en Dios en medio del
miedo y el peligro.

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ME HA LIBRADO DE LA MUERTE

II. Confianza en Dios


• Este versículo 13 es un recordatorio de la importancia de confiar en Dios en cada momento de
dificultad. A menudo, cuando nos enfrentamos a problemas o desafíos perder la fe y sentirnos
solos pareciera ser normal. Sim embargo, el salmista nos muestra que Dios está siempre
presente y que podemos confiar en el para protegernos y guiarnos en todo momento.
• En la vida cotidiana, suele haber muchos obstáculos que nos hacen sentir débiles e incapaces
de hacer frente a ellos. El salmista nos recuerda, en Dios he confiado. No temeré”.
• Si confiamos plenamente en Dios y su plan para nuestras vidas, podemos encontrar consuelo
y fuerza para vencer cualquier situación que nos llegue. Si confiamos podemos sentirnos
animados y seguros en momentos de oscuridad y miedo.
• Es buena noticia saber que en medio de toda situación que nos presenta la vida, Dios siempre
está con nosotros, por tal razón, la victoria está asegurada. (Isa. 43: 1-3; 41: 10).
David se sentía acorralado y perdido, temía por su vida, y no tenía ningún plan de escape que
pudiera funcionar. David había sido valiente protegiendo su rebano de leones y oso; fue el que venció
a Goliat con una simple honda, pero ahora sentía mucho miedo, no negó la presencia de temor en su
corazón. Dijo: tengo miedo Señor (Salmo 56: 3-4). El temía, pero ese temor no llenaba toda el área de
su mente, ya que añade, yo en ti confió.

Cuando confiamos en Dios su Palabra es como pan para el hambriento:

 No temas, porque yo estoy contigo; no te angustie, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te


ayudare; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41: 10).
 Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostengo tu mano derecha; yo soy quien te dice: No
temas, yo te ayudaré. (Isaías 41: 13).
 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿Quién
podrá amedrentarme? (Salmo 27: 1).
Entonces, cuando el temor nos inunde, correremos a los pies de Cristo, derramemos nuestro
corazón delante de Él, traigamos a nuestra mente sus promesas y podremos decir como el salmista:
“Pongo mi confianza en ti… y no tendré miedo”.

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre
te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41: 10).

 Dios es quien nos sana y nos salva. (Deut. 32: 39).


 Dios está cerca de quienes le invocan. (Salmo 145: 18).
 Dios es quien nos libra de la muerte. (2 Cor.1: 10).
 Dios nos da la verdadera paz. (Juan 16: 33).
 Los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones. (1 Ped. 3: 12;
Salmo 34: 15).

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En Dios confío

 Amo a Jehová, pues el oye mi voz y mis suplicas. (Salmo 116: 1).
 Con mi voz clame a Jehová y el me respondió desde su monte alto. (Salmo 3: 4).

III. Lecciones que debemos recordar siempre del salmo 56.


1. En el momento en que el miedo amenaza con abrumarnos, es crucial recordar que Dios
ha prometido nunca dejarnos ni abandonarnos, aunque a veces no lo vemos, él está con
nosotros.
2. A pesar del miedo que podemos sentir en algún momento de la vida, debemos estar seguro
que Dios es nuestro refugio y que esta al cuidado de sus hijos.
3. Este salmo nos enseña que la verdadera fuerza proviene de poner nuestra confianza en Dios.
4. Como creyentes, este salmo 56 nos anima no solo a reconocer nuestro miedo, sino a buscar
la liberación de nuestros enemigos, en Dios.
5. Este salmo nos enseña que, sin importar las circunstancias, nuestro Padre celestial siempre
está listo y dispuesto a responder nuestras oraciones en cada momento.

IV. Aplicaciones prácticas para nuestra vida


Entonces, ¿cómo podemos aplicar este versículo a nuestra vida cotidiana?

En primer lugar, es importante recordar que debemos confiar en Dios en todo momento, incluso
cuando las cosas parecen oscura e imposible. Debemos mantener nuestra fe, sabiendo que Dios nos
guiará a través de todas las tormentas.

Es segundo lugar, debemos recordar que no debemos dejar que el miedo nos impida actuar. A
menudo es el miedo que no nos deja avanzar. No tengas miedo siga adelante confiando en el Señor.

En tercer lugar, debemos recordar que la vida es un viaje lleno de altibajos, pero con la ayuda de
Dios podemos superar cualquier desafío que se nos presente. Debemos confiar en que Dios nos guiará
a través de toda la dificultad y el sufrimiento, y al final, nos ayudará a llegar al camino de la esperanza.

En cuarto lugar, la verdad es que la vida está llena de incertidumbres, pruebas y desafíos, y a
menudo nos encontramos en situaciones que no sabemos qué hacer. Pero este salmo nos enseña que,
hacer en tales momentos, podemos confiar en Dios para guiarnos y protegernos. No importa cuán
difícil sea la situación, podemos acudir al Señor con toda confianza y en todo momento, sin temor a
lo que los demás puedan hacer contra nosotros.

En quinto lugar, este versículo también nos ensena a reflexionar sobre la forma de vivir en este
mundo, sin dejar que otros influyan de manera negativa en nuestra vida. A vecen tenemos que rechazar
las opiniones de los demás, y seguir lo que es correcto.

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ME HA LIBRADO DE LA MUERTE

Conclusión
En conclusión, la comprensión de este salmo 56 proporciona cinco lecciones importantes para
tener fe en medio del miedo:

1. Este Salmo nos recuerda que debemos confiar plenamente en el cuidado compasivo de Dios
y buscar su liberación cuando enfrentemos el peligro.
2. Así como David encontró consuelo al buscar refugio en Dios, también podemos encontrar
consuelo en Jesús, en cada prueba que enfrentamos.
3. A través del ejemplo de David, aprendemos que expresar nuestros temores a Dios y aferrarnos
a la fe traerá una profunda sensación de paz y seguridad. Estas verdades son la garantía de
nuestra permanencia en Cristo.
4. David conquistó su temor recordándose que Dios era la fuente de su seguridad. Y aunque
sus enemigos eran poderosos, David ya no sintió miedo. Cuando comenzó a caminar por fe,
dejando que Dios tomara el control de su vida. Este es el secreto de la victoria.
5. Usted y yo hoy, podemos disfrutar de la misma sensación de seguridad cuando rendimos
nuestras vidas a Dios. No importa la situación que estemos pasando, de peligro, familiar,
económicas, incluso amenazas de muerte. Confiar en Dios es la garantía de la victoria. ¡En
Dios confío!

Llamado
Te invito, mi hermano y hermana, amigos a depositar toda tu confianza en Dios, porque él ha
demostrado en todo tiempo que es un Dios en quien se puede confiar. Sus promesas son fieles y
verdaderas, y sus misericordias son nuevas cada mañana. Dios ha afirmado: o estaré con ustedes
todos los días, hasta el fin del mundo. (Mat. 28: 20). No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes,
porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de
mi justicia. (Isaías 41: 10).

¡En Dios confió!

Pr. Joel Fernández A


Director de Mayordomía,
Vida Familiar y Espíritu de Profecía
Unión Dominicana

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En Dios confío

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ME HA LIBRADO DE LA MUERTE

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