Y prometen que van a entregarse a él y cumplir las órdenes; piden que proteja a Mandubracio
de la injuria de Casivelono y lo envíe a la ciudad, el cual gobierna y posee el poder. César a
estos les manda dar cuarenta rehenes y trigo para el ejército y los envía a Mandubracio. Velozmente ellos cumplieron las órdenes: Enviaron cuarenta rehenes y trigo. Defendidos los Trinobantes de la injuria de todos los soldados, los Cenimaños, Segonciacos y Ancalites, enviadas las legiones, se rindieron a César.