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INSTITUTO MEXICANO DE

PSICOONCOLOGÍA

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

SEGUNDO CUATRIMESTRE

TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD

BEATRIZ BELEM BARRERA SANTIAGO

ENSAYO FINAL

PROFESOR: DRA. SUSANA POLO SCOTT


Introducción

La teoría de las etapas del desarrollo psicosexual de Sigmund Freud es una


de las teorías más influyentes en la psicología y ha sido objeto de estudio y debate
durante muchos años. Esta teoría se centra en la idea de que la sexualidad es una
fuerza motivadora importante en la vida humana, y que el desarrollo psicológico
humano se basa en el progreso a través de una serie de etapas psicosexuales. En
este ensayo, se explorará en profundidad la teoría de Freud, su desarrollo, y sus
implicaciones en la psicología y en la vida cotidiana.

Desarrollo

Según Freud, existen cinco etapas diferentes que un individuo debe


atravesar en su camino hacia la madurez. A continuación, se detallarán cada una
de estas etapas de manera sencilla y se presentarán ejemplos para ilustrarlas. Cada
etapa se caracteriza por una zona erógena particular que se convierte en el foco
principal de la atención y la energía sexual del individuo. El fracaso en resolver los
conflictos en cada etapa puede tener un impacto negativo en el desarrollo
psicológico futuro del individuo.

La primera etapa del desarrollo psicosexual de Sigmund Freud es la etapa


oral, que se extiende desde el nacimiento hasta los 18 meses de edad. Durante esta
etapa, el bebé satisface sus necesidades a través de la boca y la lengua, como la
lactancia y el chupeteo. Esta etapa se considera la más importante porque es la
primera experiencia sexual que tiene el ser humano.

Según Freud, la satisfacción oral es la fuente principal del placer en esta


etapa, y el niño aprende a confiar en el mundo a través de la alimentación. Si el niño
no recibe la atención adecuada durante esta etapa, puede desarrollar un
comportamiento oral fijo, como chuparse el dedo o morderse las uñas, como una
forma de compensar la falta de satisfacción oral. Si los padres no responden
adecuadamente a las necesidades orales del bebé, esto puede tener
consecuencias negativas en el desarrollo del niño en las etapas posteriores.
Además, Freud también creía que el comportamiento oral fijo podía
manifestarse en la edad adulta como una dependencia de la comida, el alcohol, el
tabaco o cualquier otra sustancia que pueda satisfacer la necesidad oral. Por
ejemplo, si un bebé no recibe suficiente leche materna o es forzado a cambiar de
lactancia a una fórmula demasiado pronto, puede convertirse en un adulto que
busca la satisfacción a través de la comida o el tabaco. De manera similar, si un
bebé no es consolado adecuadamente durante un período de llanto prolongado,
puede desarrollar una personalidad oral fija y buscar la satisfacción a través del
chupeteo o el morderse las uñas.

La segunda etapa es la etapa anal, que ocurre entre los 18 meses y los 3
años. Durante esta etapa, el niño aprende a controlar sus intestinos y a usar el baño.
Si el control de los intestinos se convierte en una fuente de conflicto entre el niño y
los padres, puede desarrollar una personalidad anal-retentiva o anal-expulsiva.
Freud creía que la forma en que los padres manejan el proceso de entrenamiento
para el control de esfínteres puede tener un gran impacto en el desarrollo
psicológico del niño. Si los padres son demasiado estrictos y críticos durante este
proceso, el niño puede desarrollar sentimientos de vergüenza y duda en sí mismo.
Si los padres son demasiado permisivos y no imponen límites claros, el niño puede
desarrollar una personalidad anal retentiva y ser perfeccionista o controlador en su
comportamiento.

La personalidad anal-retentiva se caracteriza por ser perfeccionista,


ordenado y controlador, mientras que la personalidad anal-expulsiva se caracteriza
por ser desordenado y desorganizado. Por ejemplo, en la edad adulta, la
personalidad anal retentiva puede manifestarse en comportamientos como el orden
excesivo, la limpieza compulsiva o la tendencia a acumular objetos. Por otro lado,
la personalidad anal expulsiva se manifiesta en comportamientos como la falta de
control de impulsos, el desorden y la falta de responsabilidad.

La tercera etapa es la etapa fálica, que ocurre entre los 3 y los 6 años.
Durante esta etapa, el niño comienza a explorar su propia sexualidad y la de los
demás. La atención se centra en los genitales, y los niños comienzan a desarrollar
una comprensión de la diferencia entre los sexos. Este es un período crucial en el
desarrollo, y si se produce un trauma, puede resultar en una personalidad masculina
o femenina fijada. La personalidad masculina se caracteriza por ser agresiva y
dominante, mientras que la personalidad femenina se caracteriza por ser pasiva y
sumisa. Por ejemplo, si un niño es regañado por masturbarse, puede desarrollar
una personalidad sexualmente reprimida

La cuarta etapa es la etapa de latencia, que ocurre entre los 6 y los 12 años.
Durante esta etapa, los intereses sexuales del niño se suprimen temporalmente, y
se centran en el aprendizaje y el desarrollo social y cognitivo. Según Freud, esta
etapa es crucial para el desarrollo de la personalidad y la formación de relaciones
sociales y emocionales. Los niños aprenden a relacionarse con los demás y a
desarrollar habilidades sociales y emocionales que serán importantes para su vida
adulta. También aprenden a desarrollar habilidades cognitivas y académicas, como
el pensamiento crítico y el razonamiento lógico.

Durante la etapa de latencia, los niños tienden a formar amistades con


miembros del mismo sexo y a evitar la intimidad con el sexo opuesto. Sin embargo,
algunos niños pueden experimentar curiosidad sexual durante esta etapa y pueden
explorar su sexualidad a través de juegos o fantasías.

Por ejemplo, un niño puede decidir unirse a un equipo deportivo o un club


después de la escuela para socializar con sus compañeros y desarrollar habilidades
sociales. Otra niña puede decidir unirse a un grupo de baile para desarrollar su
habilidad en el arte y socializar con amigos con intereses similares. Estas
actividades también ayudan a los niños a desarrollar su autoestima y confianza en
sí mismos.

La quinta y última etapa es la etapa genital, que comienza en la pubertad y


se extiende hasta la edad adulta. Durante esta etapa, los intereses sexuales del
individuo se reavivan y se dirigen hacia las relaciones sexuales maduras y
satisfactorias.
Según Freud, en esta etapa se desarrolla la capacidad para establecer relaciones
sexuales saludables y satisfactorias. El individuo comienza a buscar relaciones
emocionales y físicas más profundas con otros y puede experimentar una amplia
gama de emociones, incluyendo el amor y la intimidad. También se establecen
patrones de comportamiento y preferencias sexuales.

La sexualidad se convierte en una parte importante de la vida de la


persona, y puede ser una fuente de placer y satisfacción, así como de conflicto y
tensión emocional. El individuo puede sentirse atraído hacia el sexo opuesto, del
mismo sexo, o ambos, y puede experimentar diferentes formas de expresión
sexual. Por ejemplo, un individuo en esta etapa puede tener relaciones sexuales
con una pareja amorosa y disfrutar de la intimidad emocional y física que la
relación ofrece. También puede elegir explorar diferentes formas de expresión
sexual, como la exploración del BDSM o la poligamia.

Conclusiones

En conclusión, la teoría de las etapas del desarrollo psicosexual de Sigmund


Freud describe cinco etapas de desarrollo psicológico que se basan en la idea de
que la sexualidad es una fuerza motivadora importante en la vida humana. Las
etapas incluyen la etapa oral, la etapa anal, la etapa fálica, la etapa de latencia y la
etapa genital. Cada etapa tiene su propio conjunto de desafíos y conflictos que
deben resolverse para que el individuo pueda avanzar en el desarrollo. Aunque la
teoría ha sido criticada por su enfoque en la sexualidad y su falta de atención a otros
factores importantes en el desarrollo, ha sido influyente en la comprensión de cómo
la sexualidad puede influir en la personalidad y ha inspirado nuevas teorías que han
ampliado y modificado sus ideas.

Referencia

 Schultz, D. P., & Schultz, S. E. (2010). Teorías de la personalidad: Teorías psicoanalíticas


(9.a ed.).

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