Está en la página 1de 43

ula

GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL


irtual

PLAN DE PERFECCIONAMIENTO DEL PERSONAL MILITAR SUBALTERNO


CURSO III – CABO PRINCIPAL – ÁREA MILITAR
ASIGNATURA: DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL
DE LOS CONFLICTOS ARMADOS II

PROTECCIÓN DE
PERSONAS EN LOS
CONFLICTOS ARMADOS
CAPÍTULO

4
OBJETIVOS GENERALES DE LA ASIGNATURA OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL CAPÍTULO

Que los Suboficiales cursantes desarrollen la capacidad de:


Conocer de modo específico los Derechos y Conocer el Estatuto del Combatiente y del
Obligaciones que le competen en razón de la Prisionero de Guerra.
Legislación vigente.
Incorporar hábitos de conductas según los prescriptos Conocer el procedimiento para la protección de
por las Leyes Internacionales. población y bienes civiles.
Aplicar y valorar la importancia de un proceder apegado
a Derecho en el curso de acciones bélicas Reconocer la diferencia entre combatiente,
Conocer y valorar la Legislación vigente nacional e mercenario y espía.
internacional relativa a los Derechos Humanos.
Los contenidos que encontrará en este capítulo son:
Tema Pág.
1. Crímenes Contra la Humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
2. Estatuto del Combatiente y del Prisionero de Guerra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
3. Derechos y Deberes de los Prisioneros de Guerra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
4. Cautiverio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
5. Fin del Cautiverio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
6. Crímenes de Guerra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
7. Oficina de Información y Sociedades de Socorro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
8. Heridos, Enfermos, Náufragos y Desaparecidos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
9. Protección de la Población Civil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
10. Protección de los Niños. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
11. Protección de Bienes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
12. Servicios de Protección Civil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 1


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

1. CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD

Definición. Enunciación
Son crímenes contra la humanidad (o de “lesa humanidad”) las pérdidas de
vida que se ocasionan como consecuencia de un ataque en forma generalizada o
sistemática contra una población civil, con conocimiento de dicho ataque por parte
de quien lo ordena.

El Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia, en el caso “Erdemovic”,


ha expresado que “los crímenes contra la humanidad son serios actos de violencia
que dañan al ser humano, destruyendo aquello que es más esencial para él: su vida,
libertad, bienestar psíquico, salud y/o dignidad”.

Son actos inhumanos aquellos que, por su extensión y gravedad, van más
allá de los límites tolerables para la comunidad internacional, la que debe
forzosamente demandar su castigo.

El individuo, la víctima, deviene de un concepto mucho más amplio: la


Humanidad.

Hay aquí una cercana conexión con la Cláusula Martens, que expresa que
los crímenes contra la humanidad son:

 Asesinato.

 Exterminio.

 Esclavitud.

 Deportación o traslado forzoso de población.

 Cárcel u otra privación grave de la libertad física en violación de normas


fundamentales del derecho internacional.

 Tortura.

 Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado,


esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 2


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

 Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia, fundada en


motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, sexuales
u otros universalmente reconocidos como inaceptables según el derecho
internacional, en conexión con cualquier acto.

2. ESTATUTO DEL COMBATIENTE Y DEL PRISIONERO DE GUERRA


En el Derecho Internacional Humanitario es consustancial la conjunción de
intereses humanitarios y militares, reflejado en la interacción existente entre las
normas relativas a la conducción de las hostilidades y las normas de protección de
las víctimas, y precisamente lo que le da coherencia al sistema es la correcta
aplicación del Principio de Distinción recogido en el Articulo 48 del Protocolo
adicional I de 1977: “… las partes en conflicto harán distinción en todo momento
entre población civil y combatientes y entre bienes de carácter civil y objetivos
militares y, en consecuencia, dirigirán sus operaciones únicamente contra objetivos
militares.”

Dice el Protocolo I en su Art. 43.2 “…Los miembros de las fuerzas armadas


de una Parte en conflicto son combatientes, es decir, tienen derecho a participar
directamente en las hostilidades” y, en consecuencia, se constituyen en únicos
sujetos activos de la acción militar, a la vez que únicos sujetos pasivos pues son
considerados objetivos militares, solamente ellos pueden ser atacados.

Esto nos lleva a considerar qué es lo que entiende el Derecho Internacional


Humanitario por combatiente y cuál es su estatuto.

ESTATUTO DEL COMBATIENTE Y DEL PRISIONERO DE GUERRA

A. Principios Generales
Los miembros de las fuerzas armadas de una Parte en conflicto son combatientes, con excepción del
personal sanitario y religioso y del personal militar de la protección civil (Reglamento de La Haya, art.
1 y 3; P. I, art. 43, 67), y sólo los miembros de las fuerzas armadas son combatientes.

Los combatientes tienen derecho a participar directamente en las hostilidades (P. I, art. 43), es decir,
a realizar actos de guerra que por su naturaleza o su finalidad están dirigidos directamente contra los
combatientes o los otros objetivos militares de las fuerzas armadas adversas.

Todo combatiente que caiga en poder de una Parte adversa es prisionero de guerra (C. III, art. 4; P. I,
art. 44).

B. Las Fuerzas Armadas


Definición general
Las fuerzas armadas de una Parte en conflicto se componen de todas las fuerzas, grupos y unidades
armados y organizados, colocados bajo un mando responsable de la conducta de sus subordinados
ante esa Parte, aun cuando ésta esté representada por un Gobierno o por una autoridad no
reconocidos por una Parte adversa. Tales fuerzas armadas deberán estar sometidas a un régimen de

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 3


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

disciplina interna que haga cumplir, inter alia, las normas de derecho internacional aplicables en los
conflictos armados (P. I, art. 43).

Están comprendidos en la definición de las fuerzas armadas:


- el ejército de una Parte en conflicto (Reglamento de La Haya, art. 1; C. III, art. 4; P. I, art. 43, 44);
- las milicias y cuerpos de voluntarios que formen parte del ejército o que lo constituyan (Reglamento
de La Haya, art. 1; C. III, art. 4; P. I, art. 43);
- los marinos mercantes organizados para participar directamente en las hostilidades (C. III, art. 4) y
que participan, de hecho, en ellas;
- los miembros de una insurrección en masa, es decir, la población de un territorio no ocupado que
tome espontáneamente las armas para combatir contra las tropas invasoras, si lleva las armas a la
vista y respeta las leyes y costumbres de la guerra (Reglamento de La Haya, art. 2; C. III, art. 4);
- las fuerzas policiales (organización paramilitar o servicio armado encargado de hacer respetar el
orden), siempre y cuando se haya notificado a las otras Partes en conflicto (P. I, art. 43).

Todas las personas de esas categorías son combatientes.

Condiciones de reconocimiento de las fuerzas armadas


Estas condiciones son las siguientes:
- subordinación a una Parte en conflicto;
- organización de tipo militar;
- mando responsable;
- exigencia de respetar las normas de! derecho internacional aplicables en caso de conflicto armado
(P. I, art. 43).
Se dispensa de la condición de organización y de mando responsable a la insurrección en masa, pero
el reconocimiento sólo es válido durante el período de invasión (Reglamento de La Haya, art. 2; C. III,
art. 4).

Composición de las fuerzas armadas


Las fuerzas armadas se componen:
- de combatientes (véase más adelante);
- de no combatientes (personal sanitario y religioso, protección civil) que no tienen derecho a
participar en las hostilidades (C. I, art. 21, 22; C. II, art. 34, 35; P. I, art. 43, 67);
- de personas civiles que siguen a las fuerzas armadas sin formar directamente parte integrante de
ellas, tales como tos tripulantes civiles de aviones militares, corresponsales de guerra, proveedores,
miembros de unidades de trabajo o de servicios encargados del bienestar de los militares (C. III, art.
4). Esas personas son naturalmente no combatientes.

C. Los Combatientes
Estatuto
Sólo los combatientes tienen derecho a atacar al adversario (Reglamento de La Haya, art. 1, P. I, art.
43). Cuando son capturados, deben ser considerados prisioneros de guerra, lo que significa que no
pueden ser castigados por haber cometido actos de hostilidad (P. I, art. 44).

Respeto del derecho de los conflictos armados


Los combatientes están obligados a respetar las normas del derecho internacional aplicables en los
conflictos armados (P. I, art. 44). Si no respetan estas normas, pueden ser castigados, pero no
pierden su estatuto (C. III, art. 85; P. I, art. 44), salvo en caso de ser condenados por crimen de
guerra en los países socialistas (reserva al art. 85 del III Convenio). Con respecto a la excepción
relativa al signo de visibilidad, véase más adelante.

Condición general de visibilidad


Los combatientes están obligados a distinguirse de la población civil cuando toman parte en un
ataque o en una operación militar preparatoria de un ataque (P. I, art. 44).

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 4


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Situación excepcional
En situación excepcional (territorio ocupado, conflicto asimétrico, contraguerrilla), los combatientes
pueden ser dispensados de la condición general de visibilidad (P. I, art. 44), pero sólo por decisión del
mando responsable ante la Parte en conflicto. En esos casos, basta con que se distingan de los
civiles llevando sus armas abiertamente durante la operación y durante el tiempo en que sean visibles
para el adversario cuando toman parte en un despliegue militar previo al lanzamiento de un ataque en
el que deben participar (P. I, art. 44), (es decir, según una opinión bastante generalizada, durante
todo movimiento en dirección a la base de ataque).

Pérdida del estatuto


El combatiente cogido en flagrante delito de violación de la disposición relativa a la situación
excepcional pierde su estatuto de combatiente (P. I, art. 44), sea que no lleve las armas abiertamente
según las condiciones previstas, sea que se aproveche abusivamente de tal situación. La pérdida del
estatuto de combatiente acarrea la pérdida del estatuto de prisionero de guerra, así como eventuales
acciones penales, incluso por cimero hecho de haber llevado armas. El trato de prisionero de guerra
sigue estando garantizado, incluidas las garantías del procedimiento judicial (P. I, art. 44).

Alcance de la norma de visibilidad


Esta norma no tiene por objeto modificar la práctica de los Estados, generalmente aceptada,
concerniente al uso del uniforme por los combatientes asignados a las unidades armadas regulares y
uniformadas de las Partes en conflicto (P. I, art. 44). Esto significa que la norma se aplica solamente
en la táctica de guerrilla, a menos que las Partes en conflicto prefieran, incluso en esta situación,
operar con las tropas uniformadas o provistas de un signo distintivo fijo y reconocible a distancia,
utilizado en forma permanente (C. III, art. 4; P. I, art. 44).

Casos especiales:
- el mercenario, si no es miembro de las fuerzas armadas de una Parte en conflicto, no tiene derecho
al estatuto de combatiente (ni de prisionero de guerra) (P. I, art. 47);
- el espía cogido en flagrante delito de espionaje, no tiene derecho, incluso si es miembro de las
fuerzas armadas al estatuto de combatiente (ni de prisionero de guerra) (P. I, art. 46);
- los niños menores de quince años no tienen, en principio, derecho al estatuto de combatiente y no
deben ser reclutados (P. I, art. 77);
- el parlamentario que se aprovecha de su posición privilegiada para provocar o cometer un acto de
traición pierde su inmunidad (y, en caso dado, puede ser tratado como espía) (R La Haya, art. 34);
- el estatuto de un combatiente perteneciente a un movimiento de liberación nacional no reconocido
por el adversario es incierto (P. I, art. 43). Si este adversario es Parte en el Protocolo, no puede
negarse el estatuto cuando el movimiento de liberación nacional ha efectuado la declaración prevista
en el artículo 96, párrafo 3 del Protocolo.

D. Los Prisioneros de Guerra


Nota preliminar
Quien tiene el estatuto de prisionero de guerra debe necesariamente ser tratado como tal. No
obstante, ciertas categorías de personas tienen derecho al trato de prisionero de guerra, al menos de
manera provisional, sin tener el estatuto correspondiente:
- sea porque su estatuto de combatiente no se ha dilucidado aún;
- sea porque no tiene acceso a ese estatuto por no ser combatientes.

La diferencia reside en una cierta libertad de movimientos o en la repatriación anticipada (por ejemplo,
para el personal sanitario y religioso) (C. I, art. 30; C. II, art. 37; C. III, art. 33), en otras medidas
preferenciales (internados militares, C. III, art. 4; niños combatientes, P. I, art. 77) o en el
encausamiento penal por el hecho de haber llevado armas en caso de que se haya denegado
definitivamente el estatuto de combatiente (C. III, art. 5; C. IV, art. 68; P. I, art. 45), salvo para los
niños combatientes.

Estatuto de prisionero de guerra


En caso de captura, tienen estatuto de prisionero de guerra:

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 5


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

- los combatientes (C. III, art. 4; P. I, art. 44), excepto:


- el espía cogido en flagrante delito (P. I, art. 46);
- el mercenario (P. I, art. 47);
- el combatiente que no lleva al menos las armas abiertamente durante el combate, en situación
excepcional reconocida (P. I, art. 44), o que abusa de esa situación excepcional;
- los civiles autorizados a seguir a las fuerzas armadas (C. III, art. 4);
- los miembros de tripulaciones, incluidos los comandantes, pilotos, grumetes de la marina mercante y
tripulantes de la aviación civil (salvo trato más favorable) (C. III, art. 4);
- la población civil alzada en masa (C. III, art. 4);
- el personal militar de la protección civil (P. I, art. 57);
- los ciudadanos de países neutrales incorporados a las fuerzas armadas de una Parte en conflicto
(Convenio núm. V, art. 17).

Trato del prisionero de guerra


En caso de caer en poder del enemigo o ser internados, gozan del trata, pero no del estatuto, de
prisionero de guerra:
- el personal sanitario y religioso de las fuerzas armadas incluidas las sociedades de socorro que
colaboren con las fuerzas armadas (C. I, art. 28; C. III, art. 33);
- los militares internados en territorio ocupado (C. III, art. 4);
- los militares internados en país neutral (C. III, art. 4);
- toda persona que haya participado en las hostilidades, en espera de que se determine, en caso
dado, su estatuto (C. III, art. 5; P. I, art. 45);
- los combatientes cogidos en flagrante delito de espionaje o sospechosos de haber actuado como
mercenarios, en espera de que el tribunal falle sobre su caso (P. I, art. 45);
- los combatientes que hayan perdido su derecho al estatuto de prisionero de guerra por no haber
cumplido la condición de visibilidad ola de llevar abiertamente las armas (P. I, art. 44);
- los niños combatientes (P. I, art. 77);
- los parlamentarios retenidos temporalmente (Reglamento de La Haya, art. 33).

El III Convenio de Ginebra de 1949, en su Artículo 4 enumera y clasifica


por categorías a las personas que tienen derecho al tratamiento de prisioneros de
guerra.

Por Ley 23.379 sancionada el 25 de setiembre de 1986, la República


Argentina, aprueba los Protocolos I y II adicionales a los cuatro Convenios de
Ginebra del año 1949. El Ministerio de Defensa en su Manual de Derecho
Internacional de los Conflictos Armados, con respecto a los combatientes y
prisioneros de guerra, expresa:

Combatientes y prisioneros de guerra


1. Todo combatiente, que caiga en poder de una parte adversa será prisionero
de guerra.
2. Aunque todos los combatientes están obligados a observar las normas del
derecho internacional aplicables en los conflictos armados, la violación de
tales normas no privará a un combatiente de su derecho a ser considerado
como tal o, si cae en poder de una parte adversa, de su derecho a ser
considerado prisionero de guerra, salvo lo dispuesto en los incisos 3 y 4.
3. Con objeto de promover la protección de la población civil contra los efectos
de las hostilidades, los combatientes están obligados a distinguirse de la

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 6


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

población civil en el curso de un ataque o de una operación militar


preparatoria de un ataque. Sin embargo, dado que en los conflictos armados
hay situaciones en las que, debido a la índole de las hostilidades, un
combatiente armado no puede distinguirse de la población civil, dicho
combatiente conservará su estatuto de tal, siempre que, en esas
circunstancias, lleve sus armas abiertamente:
3.1. Durante el enfrentamiento militar.
3.2. Durante el tiempo en que sea visible para el enemigo, mientras está
tomando parte en un despliegue militar previo al lanzamiento de un
ataque en el que va a participar.
4. El combatiente que caiga en poder de una parte adversa y no reúna las
condiciones enunciadas en el inciso 3, perderá el derecho a ser considerado
como prisionero de guerra, pero, no obstante, recibirá las protecciones
equivalentes, en todos los sentidos, a las otorgadas a los prisioneros de
guerra por el III Convenio y la presente publicación. Esta protección
comprende las protecciones equivalentes a las otorgadas a los prisioneros de
guerra por el III Convenio en el caso de que tal persona sea juzgada y
sancionada por cualquier infracción que haya cometido.
5. El combatiente que caiga en poder de una parte adversa mientras no participa
en un ataque ni en una operación militar preparatoria de un ataque, no
perderá, a consecuencia de sus actividades anteriores el derecho a ser
considerado como combatiente y prisionero de guerra.
6. El presente artículo no privará a una persona del derecho a ser considerado
como prisionero de guerra conforme al Artículo 4 del III Convenio.
7. El propósito del presente artículo no es modificar la práctica generalmente
aceptada por los Estados en lo que respecta al uniforme que han de llevar los
combatientes pertenecientes a las unidades armadas regulares y uniformadas
de una parte en conflicto.
8. Además de las categorías de personas mencionadas en el Artículo 13 de los
Convenios I y II, todos los miembros de las Fuerzas Armadas de una Parte en
un conflicto, tendrán derecho a la protección concebida en virtud de esos
Convenios si están heridos o enfermos o en el caso del II Convenio, si son
náufragos en el mar o en otras aguas.

Categorías de Combatientes
Recapitulando sobre todo lo dicho hasta ahora en relación con los sujetos
combatientes, podemos clasificarlos atendiendo a la legitimidad o ilegitimidad de su
actuación, en:

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 7


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Los combatientes legítimos. Son los que cumplen los


requisitos individuales y colectivos ya indicados y que, en
consecuencia están autorizados para ejercer la violencia
bélica gozando de la plena protección prevista en el
Derecho de la Guerra.

Los combatientes ilegítimos. Son los que participan


directamente en las hostilidades sin cumplir con los requisitos individuales y
colectivos ya conocidos. La consecuencia inmediata es que no tienen derecho
al Estatuto de Combatiente (salvo en el caso, previsto en el Art. 44.2 del Protocolo
I, de que la falta de condiciones se deba exclusivamente a haber cometido, con
anterioridad a su captura, alguna violación de las normas del Derecho Internacional
aplicable en los conflictos armados, ya que en este caso conserva su estatuto, con
independencia de que pueda ser objeto de represión penal).
En esta categoría encontramos a los espías y los mercenarios.

Espías

Al respecto, el Manual de Derecho Internacional de los Conflictos Armados


del Ministerio de Defensa, expresa:

Sólo se considerará espía a quien, procediendo de modo


deliberadamente clandestino o con falsos pretextos, recoge o
trata de recoger informes en la Zona de Operaciones de un
beligerante con la intención de comunicarlos a la parte contraria.
Consecuentemente, no serán considerados espías (PI, Artículo 46):

 El miembro de las FFAA de una Parte en conflicto que, en favor de esa parte,
recoja o intente recoger información dentro de un territorio controlado por una
Parte adversa siempre que, al hacerlo, vista el uniforme de las Fuerzas
Armadas a que pertenezca.

 El miembro de las Fuerzas Armadas de una Parte en conflicto que sea


residente en territorio ocupado por una parte adversa y que en favor de la
Parte de que depende, recoja o intente recoger información de interés militar
dentro de ese territorio, salvo que lo haga mediante pretextos falsos o
proceda de modo deliberadamente clandestino. Ese residente no perderá su
derecho al trato de prisionero de guerra y no podrá ser tratado como espía, a
menos que sea capturado mientras realiza actividades de espionaje.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 8


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

 El miembro de las Fuerzas Armadas de una Parte en conflicto que no sea


residente en territorio ocupado por una Parte adversa y que haya realizado
actividades de espionaje en ese territorio, a menos que sea capturado antes
de reintegrarse a las Fuerzas Armadas a que pertenezca. En otros términos,
el espía que se hubiese incorporado al ejército a que pertenecía y fuese
hecho prisionero por el enemigo, deberá ser tratado como prisionero de
guerra y no podrá ser responsabilizado por sus anteriores actos ni castigado
sin juicio previo (RLH, 30).

El militar o reservista residente en territorio ocupado por el enemigo no tiene


obligación de vestir uniforme, por lo que esta circunstancia no lo califica como espía.
Para serlo debe utilizar "pretextos falsos" o "proceder de modo deliberadamente
clandestino", es decir usar engaños u ocultaciones especialmente dirigidas a la
obtención de información.

En síntesis, No es espía si:


Clandestino significa "secreto,
oculto" y todo miembro de un
 se limita a ver o a escuchar, movimiento de resistencia vive
 es un mero receptor de información en su vida necesariamente ocultándose,
guardando el secreto de ser un
ordinaria,
combatiente.
 no usa pretextos falsos para averiguar,
 no usa procedimientos deliberadamente clandestinos, aunque se
oculte aparentando ser un civil.

Es lícito el engaño y la ocultación para no ser descubierto como combatiente


en los momentos en que no se enfrenta militarmente, ni se despliega para lanzar el
ataque. No le está prohibido usar pretextos falsos ni procedimientos deliberadamente
clandestinos para disimularse en el medio civil. Puede actuar como si fuera un simple
habitante más, siempre que no lo haga de tal manera en la obtención y reunión de
información.

Mercenarios

El Artículo 47 del Protocolo I (Ginebra - 1977) quitó a los mercenarios el


derecho al Estatuto del Combatiente y del Prisionero de Guerra.

Esta novedad se introdujo por la ingente presión de los Estados africanos,


en cuyos países el mercenario es un guerrero tremendamente eficaz caracterizado
por su crueldad y su desprecio por el cumplimiento de las leyes y usos de la guerra.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 9


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Se entiende por mercenario toda persona:

 Que haya sido especialmente reclutada, localmente o


en el extranjero, a fin de combatir en un conflicto
armado.
 Que de hecho, tome parte directa en las hostilidades.
 Que tome parte en las hostilidades animado, esencialmente, por el deseo de
obtener un provecho personal y a la que se haga efectivamente la promesa,
por una Parte en conflicto o en nombre de ella, de una retribución material
considerablemente superior a la prometida o abonada a los combatientes de
grado y funciones similares en las Fuerzas Armadas de esa Parte.
 Que no sea nacional de una Parte en conflicto ni residente en un territorio
controlado por una Parte en conflicto.
 Que no sea miembro de las Fuerzas Armadas de una Parte en conflicto.
 Que no haya sido enviado en misión oficial como miembro de sus Fuerzas
Armadas por un Estado que no es Parte en conflicto.

3. DERECHOS Y DEBERES DE LOS PRISIONEROS DE GUERRA


Derechos
El Derecho Internacional Humanitario organiza la protección del prisionero
de guerra sobre la base de considerarlo víctima del conflicto armado. Los Derechos
de los Prisioneros están establecidos en el III Convenio de Ginebra.

No serán objeto de ataque ni el enemigo fuera de combate, ni el que se


rinda o que exprese la intención de rendirse, ni el que se lance en paracaídas de una
aeronave en peligro.

En efecto, cuando el combatiente ha expresado claramente su intención de


rendirse o está incapacitado para seguir haciendo uso de su derecho a la acción
hostil y es capturado, el cambio que experimenta en su situación personal es
dramático, porque lógicamente se siente en total y absoluto desamparo,
frecuentemente herido, a merced del enemigo, en trance de permanecer privado de
libertad por un tiempo indeterminado y alejado de su patria y de sus familiares.

Todos los combatientes capturados son


prisioneros de guerra, háyanse rendido o no. Pasan a
ser personas protegidas, conforme a lo dispuesto en el
Derecho de los Conflictos Armados, desde el momento
en que caen en poder del adversario.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 10


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Los prisioneros de guerra están en poder de la Potencia enemiga, y no de


los individuos o de los cuerpos de tropa que los hayan capturado. Está prohibido
matar o maltratar a un combatiente que haya sido tomado prisionero o que esté
fuera de combate (hors de combat).

Los prisioneros de guerra deben ser identificados y están obligados a


proporcionar su número de matrícula, graduación, nombres y apellidos, así como la
fecha de nacimiento. No están obligados a proporcionar ningún otro dato.

Los prisioneros deben conservar la vestimenta militar y el equipo de


protección, como por ejemplo: botas, cascos, chalecos antibalas, caretas antigás,
distintivos de graduación, etc.

Todos los prisioneros deben ser desarmados y someterse a un registro


exhaustivo. Esto se debe realizar de forma que no se infrinja la prohibición de trato
inhumano o degradante y de que se respete la protección especial otorgada a las
mujeres y a los niños combatientes.

Mujeres deben ser tratadas con todas las consideraciones debidas a su


sexo y se beneficiarán, por lo menos, de un trato tan
favorable como el que reciben los hombres. Se tomarán
medidas especiales para garantizar su protección
contra actos de violencia física, incluida la violencia
sexual y los actos contrarios al pudor. Después, en los
campamentos de prisioneros de guerra, deben estar
detenidas en locales separados de los hombres.

Niños Combatientes: un aspecto particularmente trágico de los conflictos


modernos es la participación activa de niños en las hostilidades, tanto niños como
niñas. Esto parece tener poco que ver con las tradiciones culturales y mucho que ver
con el oportunismo y la escasez de soldados.

Estos niños soldados operan con poco o ningún


entrenamiento y, a menudo, se alimentan sólo con alcohol y
drogas. Por supuesto que pueden ser enemigos formidables y
tenaces a quienes enfrentar. No queda más remedio que
hacerlo pero, con el debido respeto y un mínimo de compasión
por su difícil situación.

Si se reclutan niños en las fuerzas armadas o éstos participan directamente


en las hostilidades, se les debe garantizar, si son capturados, un trato y condiciones
de cautiverio acordes con su edad, sean o no prisioneros de guerra. En ninguna
circunstancia, podrán recibir trato menos favorable al debido a los prisioneros de
guerra. En particular, estos niños soldados deben estar detenidos en lugares
separados de los adultos, excepto si están en unidades familiares.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 11


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Personal sanitario y religioso. Los miembros del personal sanitario y


religioso retenido en poder de la Potencia detenedora para asistir a los prisioneros
de guerra no serán considerados como prisioneros de guerra.

Sin embargo, disfrutarán, por lo menos, de todas las ventajas y de la


protección del III Convenio, así como de cuantas facilidades necesiten para prestar
su asistencia médica y sus auxilios religiosos a los prisioneros de guerra.

Quejas y solicitudes. Los prisioneros de guerra tendrán derecho a


presentar a las autoridades militares en cuyo poder estén, solicitudes por lo que
atañe al régimen de cautiverio a que se hallen sometidos.

También tendrán derecho, sin restricción alguna, a dirigirse (personalmente o


por mediación del “hombre de confianza”), a los representantes de las Potencias
protectoras, para indicarles los puntos sobre los cuales tienen motivos de queja en
cuanto al régimen de cautiverio.

Deberes
Por lo que atañe a los Deberes de los Prisioneros de Guerra, se derivan,
en general, de las Leyes de la Guerra y de las Normas de la Disciplina Militar.

Relativo al interrogatorio del prisionero, este tiene la obligación de


declarar sus nombres y apellidos, su grado, su fecha de nacimiento y su número de
matrícula o, a falta de este, una indicación equivalente. Sin embargo, no podrá
ejercerse ninguna tortura física o moral ni presión alguna sobre los prisioneros de
guerra para obtener información de cualquier índole. El prisionero solo está obligado
a dar esta información y ningún dato más.

Los prisioneros de guerra que, por razón de su estado físico o mental, sean
incapaces de dar su identidad, serán confiados al Servicio de Sanidad. Se
determinará, por todos los medios posibles, la identidad de estos prisioneros, a
reserva de las disposiciones del párrafo anterior.

El interrogatorio de los prisioneros de guerra deberá ser en un idioma que


comprendan.

Los prisioneros de guerra deberán ser tratados humanamente en toda


circunstancia y con reserva de cualquier trato privilegiado basado en la graduación,
el sexo, el estado de salud, la edad o las aptitudes profesionales, serán todos
tratados de la misma manera.

En particular, no podrá someterse a ningún prisionero a mutilaciones físicas


o a experimentos médicos o científicos, de cualquier índole que sean, que no
justifique el tratamiento médico del prisionero y que no sea en su interés. Sin

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 12


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

embargo, se exceptúan las donaciones de sangre para transfusiones o de piel para


injertos, a condición de que se hagan voluntariamente.

No se expondrán inútilmente a peligros mientras se espera su evacuación


de una zona de combate. Cuando sean capturados en condiciones de combate
infrecuentes, que impidan su evacuación, serán liberados y se adoptarán todas las
precauciones posibles para garantizar su seguridad.

Los capturados a los que no se les reconoce el Estatuto de Prisionero de Guerra


(espías, mercenarios o combatientes aislados), tienen derecho, en todo tiempo, a
las garantías fundamentales derivadas de su condición de persona humana.

Representantes de los prisioneros de guerra


En todos los lugares donde haya prisioneros de guerra, excepto aquellos
donde estén los Oficiales, los prisioneros elegirán libremente y en votación secreta,
cada seis meses, o en caso de vacantes, en el momento que estas se produzcan, a
“hombres de confianza", encargados de representarlos ante las autoridades
militares, las Potencias protectoras, el CICR y cualquier otro Organismo que les
preste ayuda. Esos hombres de confianza son reelegibles.

En los campamentos de Oficiales y similares, o en los campamentos mixtos,


se reconocerá como hombre de confianza, al Oficial prisionero de guerra más
antiguo y de más alta graduación.

El hombre de confianza es el intermediario apto para actuar en favor del


bienestar físico, moral e intelectual de los prisioneros de guerra.

Interviene no solo para la distribución de los socorros, sino para aliviar,


siempre que sea posible, los rigores de la disciplina, asistir a los prisioneros en sus
dificultades con la autoridad detentora y, llegado el caso, en las discrepancias que
puedan ser objeto de sanciones penales o disciplinarias.

4. CAUTIVERIO
Desde el momento de la captura, la Potencia detentora debe proporcionar al
prisionero de guerra una tarjeta de captura mediante la cual puede comunicar su
cautiverio a su familia y a la Agencia Central de Búsquedas.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 13


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Evacuación
Según los Artículos 19 y 20 del III Convenio, los prisioneros de guerra serán
evacuados, en el más breve plazo posible después de haber sido capturados, hacia
campamentos situados lo bastante lejos de la zona de combate como para no correr
peligro.

Sólo se podrá retener, temporalmente, en una zona peligrosa a los


prisioneros de guerra que, a causa de heridas o enfermedad corran más peligro
siendo evacuados que permaneciendo donde están.

La evacuación de los prisioneros de guerra se efectuará siempre con


humanidad y en condiciones similares a las de los desplazamientos de las tropas de
la Potencia detenedora.

La Potencia detenedora proporcionará a los prisioneros de guerra


evacuados agua potable y alimentos en cantidad suficiente así como ropa y la
necesaria asistencia médica; tomará las oportunas precauciones para garantizar su
seguridad durante la evacuación y hará, lo antes posible, la lista de los prisioneros
evacuados.

Condiciones del Internamiento


Solo podrá “internarse” a los prisioneros de guerra en establecimientos
situados en tierra firme y que ofrezcan todas las garantías de higiene y de
salubridad. No se podrá enviar a un prisionero de guerra a lugares en los que esté
expuesto al fuego de las zonas de combate, ni se lo podrá retener en las mismas, ni
podrá utilizarse su presencia para poner ciertos puntos o ciertas regiones a cubierto
de las operaciones militares.

La Potencia detentora asume, en general, la responsabilidad por la vida y


el mantenimiento de los prisioneros de guerra, los que deben permanecer en buen
estado de salud. Las mujeres y los niños menores de quince años serán objeto, si
son prisioneros de guerra, de un respeto especial y serán protegidos contra
cualquier forma de atentado al pudor.

La Potencia detenedora tendrá la obligación de tomar todas las medidas


necesarias de higiene para garantizar la limpieza y la salubridad de los
campamentos y para prevenir las epidemias. Los prisioneros dispondrán, día y
noche, de instalaciones conformes con las reglas higiénicas y mantenidas en
constante estado de limpieza. En los campamentos donde haya prisioneras de
guerra se les reservarán instalaciones separadas.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 14


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

En cada campamento habrá una enfermería adecuada, donde los


prisioneros de guerra reciban la asistencia que requieran así como el régimen
alimenticio apropiado. En caso necesario, se reservarán locales de aislamiento para
quienes padezcan enfermedades contagiosas o mentales.

Los prisioneros de guerra gravemente enfermos o cuyo estado necesite


tratamiento especial, intervención quirúrgica u hospitalización habrán de ser
admitidos en una unidad civil o militar calificada para atenderlos, aunque su
repatriación esté prevista para breve plazo.

Se prevé que los prisioneros de guerra reciban en toda circunstancia, la


asistencia que necesiten y sean atendidos, de preferencia por personal médico, de
la Potencia a que pertenezcan y, si es posible, de su misma nacionalidad.

Solo podrán ser trasladados los prisioneros de guerra a una Potencia


Parte en el Convenio y cuando la Potencia detentora se haya cerciorado de que la
misma desea y puede aplicar el Convenio. En lo que respecta a los traslados en el
territorio de la Potencia detentora, se llevarán a cabo siempre con humanidad y en
condiciones que no sean menos favorables que aquellas en las cuales se benefician
las tropas de la Potencia detentora para sus desplazamientos.

Los prisioneros de guerra enfermos o heridos no serán trasladados mientras


su curación pueda correr peligro a causa del viaje, a no ser que su seguridad lo exija
terminantemente.

En el III Convenio no solo figuran las condiciones materiales del


internamiento; muchos artículos versan sobre las condiciones morales. Se refieren
no solo a la religión y a las actividades intelectuales y deportivas, sino también al
trabajo considerado como idóneo para permitir a las personas preservar su dignidad
y el equilibro de su salud, protegiéndolas contra el aburrimiento y el ocio.

Para que el trabajo de los prisioneros no se transforme en explotación


inhumana o en participación inmoral en la actividad bélica de la Potencia detentora,
se limita mediante una serie de normas muy estrictas.

Se autoriza que los prisioneros de guerra envíen y reciban cartas y tarjetas


sin franqueo. Las cartas y las tarjetas deberán expedirse por los medios más rápidos
de que disponga la Potencia detenedora; no podrán ser demoradas ni detenidas por
razones de disciplina.

Socorros
Los prisioneros de guerra estarán autorizados a recibir, por vía postal o por
cualquier otro conducto, paquetes individuales o colectivos que contengan, en
especial, alimentos, ropa, medicamentos y artículos para satisfacer sus necesidades
por lo que atañe a religión, a estudio, incluidos libros, objetos de culto, material

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 15


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

científico, formularios de exámenes, instrumentos de música, accesorios de deporte


y material que permita a los prisioneros continuar sus estudios o ejercer una
actividad artística.

Los socorros previstos son individuales o colectivos; pero en el


Convenio se prefiere claramente el envío de un modelo uniforme de socorros para
todos los prisioneros de un campamento, que les distribuirá el hombre de confianza
de los mismos. Los socorros médicos se enviarán en paquetes colectivos.

Asimismo, los representantes de la Potencia protectora, del Comité


Internacional de la Cruz Roja o de cualquier organismo que socorra a los prisioneros
y a cuyo cargo corra la transmisión de dichos envíos colectivos, controlarán la
distribución de paquetes de socorro a sus destinatarios. Los envíos de socorros
están exentos de todos los derechos de entrada, de aduanas o de cualquier otra
índole.

Disciplina
A fin de garantizar la disciplina de conformidad con el honor militar, cada
campamento de prisioneros de guerra estará bajo la autoridad directa de un Oficial
responsable, perteneciente a las Fuerzas Armadas regulares de la Potencia
detentora.

Este Oficial dispondrá del texto del Convenio que conocerá perfectamente,
así como de las disposiciones pertinentes del Protocolo I. Además, se fijarán esos
textos en cada campamento en el idioma de los prisioneros de guerra, en lugares
donde todos los prisioneros puedan consultarlos.

Habida cuenta de la dignidad de las personas, se autorizará el uso de


insignias de graduación y de nacionalidad así como de las condecoraciones.

Los jefes militares deben velar para que los miembros de las Fuerzas
Armadas bajo su mando conozcan sus obligaciones en virtud de lo dispuesto en los
Convenios y en el Protocolo; además, les incumbe impedir toda infracción contra
esas disposiciones, reprimirlas y, si es necesario, denunciarlas a las autoridades
competentes.

Medidas disciplinarias

El principio admitido en el Convenio es que los prisioneros de guerra


quedarán sometidos a los reglamentos, leyes y ordenanzas generales vigentes para
las Fuerzas Armadas de la Potencia en cuyo poder se encuentren.

Una cláusula general de indulgencia protege a los prisioneros de guerra


contra la interpretación demasiada rígida de las leyes y de los reglamentos, cuando

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 16


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

se trate de saber si una infracción cometida por un prisionero de guerra será


castigada disciplinaria o judicialmente.

La Potencia detentora velará para que las autoridades competentes utilicen


la máxima indulgencia en la apreciación de la cuestión y recurran, siempre que sea
posible, a medidas disciplinarias más bien que a medidas judiciales.

Las sanciones disciplinarias solo podrán ser dictadas por el Comandante


del Campamento o por un Oficial que él designe, excluyendo a los prisioneros de
guerra.

Se prevé alguna atenuación en la aplicación de las penas disciplinarias,


como la autorización de permanecer al aire libre por lo menos dos horas, la
autorización de leer y escribir, así como la de enviar y recibir cartas.

 En ningún caso los castigos disciplinarios de los prisioneros, serán


inhumanos, brutales o peligrosos para la salud.
 La duración de un castigo no excederá de treinta días.
 En el caso de que se imponga a un prisionero de guerra un nuevo castigo
disciplinario, el cumplimiento de cada uno de los castigos estará separado
por un plazo de al menos tres días, si la duración de uno de ellos es de diez
días o más

Las sanciones judiciales, solo los Tribunales Militares podrán juzgar a los
prisioneros de guerra. Además, las autoridades militares y los tribunales de la
Potencia detentora solo podrán castigar a los prisioneros de guerra con las penas
que se prevén, por los mismos actos, para los miembros de las Fuerzas Armadas de
esa Potencia, y se prohíben:
 los castigos colectivos por actos individuales,
 los castigos corporales,
 el encarcelamiento en locales no iluminados por la luz solar,
 cualquier forma de tortura o de crueldad.

Es importante observar que, para los prisioneros de guerra acusados en virtud


de la legislación de la Potencia detentora, sigue vigente el Convenio, aunque
hayan sido condenados.

Después de haber cumplido los castigos disciplinarios o judiciales que se les


haya impuesto, los prisioneros de guerra no podrán ser tratados de manera distinta a
los otros prisioneros.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 17


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Evasiones o tentativas de evasión

En el Convenio se atribuye una importancia especial a las evasiones o


tentativas de evasión. Se admite que son conformes al honor militar y a la valentía
patriótica. Por lo tanto, los castigos aplicados en esos casos son limitados.

Por supuesto, se permite hacer uso de armas contra los prisioneros que se
evaden o intentan evadirse, pero esta práctica es un recurso extremo al que siempre
precederán intimaciones según las circunstancias.

El Art. 91 del III Convenio, dice: Se considerará lograda la evasión de un


prisionero de guerra cuando:

1. haya podido incorporarse a las Fuerzas Armadas de que dependa o a las de


una Potencia aliada;
2. haya salido del territorio bajo el poder de la Potencia detenedora o de una
Potencia detenedora o de una Potencia aliada de ésta;
3. haya llegado a un barco con bandera de la Potencia de la que dependa o de
una Potencia aliada, y que esté en las aguas territoriales de la Potencia
detenedora, a condición de que tal barco no esté bajo la autoridad de ésta.

Los prisioneros de guerra que, tras haber logrado su evasión en el sentido


del presente artículo, vuelvan a ser capturados, no podrán ser castigados por su
anterior evasión.

Un prisionero de guerra que intente evadirse y sea capturado antes de haber


logrado la evasión en el sentido del Art. 91 no será punible, incluso en el caso de
reincidencia, más que con un castigo disciplinario.

El prisionero nuevamente capturado será entregado inmediatamente a las


autoridades militares competentes.

Diligencias judiciales

Las diligencias judiciales contra un prisionero de guerra se llevarán a cabo


tan rápidamente como las circunstancias lo permitan y de modo que el proceso
tenga lugar lo antes posible.
Ningún prisionero permanecerá en detención preventiva a no ser que la
misma medida sea aplicable a los miembros de las Fuerzas Armadas de la Potencia
detenedora por infracciones análogas, o que lo exija el interés de la seguridad
nacional. Esta detención preventiva no durará, en ningún caso más de tres meses.

Procedimiento judicial. Las garantías de procedimiento judicial forman


parte de las garantías fundamentales, lo que significa que deben garantizarse

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 18


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

incluso a los prisioneros a los que no se reconoce el Estatuto de Prisionero de


Guerra.
El procedimiento judicial debe ser regular, es decir incluir, por lo menos, las
garantías siguientes:

 información sin demora de los Sólo podrá juzgarse al prisionero una sola
detalles de la infracción que se le vez por el mismo hecho, de conformidad
atribuya, que debe ser un acto con la misma legislación y con el mismo
delictivo en el momento de procedimiento judicial.
cometerse,

 presunción de inocencia,

 ausencia de presión sobre el detenido para que se declare culpable,

 juicio en presencia del acusado y, en principio, público.

Se reconocen y se garantizan los Derechos y Medios de Defensa y, a este


respecto, el prisionero de guerra tendrá derecho a:

 ser asistido por uno de sus compañeros prisioneros,

 ser defendido por un abogado calificado de su elección,

 hacer comparecer testigos y

 recurrir, si lo considera necesario, a los oficios de un intérprete


competente.

Tendrá derecho, en las mismas condiciones que los miembros de las


Fuerzas Armadas de la Potencia detentora, a recurrir en apelación, en casación,
contra toda sentencia pronunciada contra él, y la misma será inmediatamente
comunicada a la Potencia protectora.

Pena de muerte. Se informará a los prisioneros de guerra y a las Potencias


protectoras, tan pronto como sea posible, acerca de las infracciones punibles con la
pena de muerte en virtud de la legislación de la Potencia detenedora.

En principio, podrá dictarse la pena de muerte por infracciones pasibles de la


pena capital en las Fuerzas Armadas de la Potencia detentora.

Esta sentencia no podrá ejecutarse automáticamente.

Como el acusado no es nacional de la Potencia detentora, ni tiene respecto


a ella deber alguno de fidelidad y se encuentra en su poder por circunstancias
ajenas a su voluntad, tiene derecho a las circunstancias atenuantes
correspondientes, que el Tribunal deberá tener en cuenta.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 19


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

En la medida de lo posible, no se dictará la pena de muerte contra:


 las mujeres encintas o las madres con niños pequeños. Si fuera dictada, no
será ejecutada.
 los niños combatientes o sea prisioneros menores de 18 años en el momento
de la infracción.

Se fija en los Convenios un plazo de seis meses por lo menos, entre la


sentencia de la pena de muerte y su ejecución; además, en el articulado del
Convenio se contempla la intervención de la Potencia protectora en caso de
sentencia de muerte.

Prisioneros de guerra en poder de la República Argentina

En relación con lo establecido por el Artículo 100 del Convenio III de


Ginebra de 1949 relativo al trato debido a los Prisioneros de Guerra y a la
información a suministrar a los Prisioneros de Guerra y a las Potencias
protectoras referente a las infracciones punibles con la pena de muerte; la
República Argentina informará que en su legislación no se encuentra
prevista la imposición de la pena de muerte, pues ésta ha sido abolida,
tanto para civiles como para militares. Dicha limitación, conforme a los
principios generales del Derecho Internacional Humanitario, resulta
extensible a todas aquellas personas protegidas, en los términos de dicho
Derecho, y que estuviesen en cualquier circunstancia o status, bajo la
responsabilidad del Estado Argentino en caso de conflicto armado.

5. FIN DEL CAUTIVERIO


Repatriación
En un proyecto de acuerdo tipo, adjunto al Convenio, se enumeran muchos
casos en los que se puede aplicar este principio. Se requiere la competencia de
comisiones médicas mixtas, designadas al comienzo del conflicto.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 20


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Las Partes en conflicto tendrán la obligación de repatriar, (sin consideración


del número ni de la graduación y después de haberlos puesto en condiciones de ser
trasladados) a los prisioneros de guerra gravemente enfermos o heridos, de
conformidad con lo que expresa el Art. 110:

Serán repatriados directamente:

1. los heridos y los enfermos incurables cuya aptitud intelectual o física


parezca haber sufrido considerable disminución;

2. los heridos y los enfermos que, según las previsiones médicas, no


puedan curar en el transcurso de un año, cuyo estado requiera un
tratamiento y cuya aptitud intelectual o física parezca haber sufrido
considerable disminución;

3. los heridos y los enfermos curados cuya aptitud intelectual o física


parezca haber sufrido considerable y permanente disminución.

Podrán ser hospitalizados en país neutral:

1. los heridos y los enfermos cuya curación pueda preverse para el año
que siga al fecha de la herida o al comienzo de la enfermedad, si el
tratamiento en país neutral permite prever una curación más segura y
más rápida;

2. los prisioneros de guerra cuya salud intelectual o física se vea, según


las previsiones médicas, seriamente amenazada por el mantenimiento
en cautiverio, pero a quienes pueda sustraer de esa amenaza una
hospitalización en país neutral.

No se podrá repatriar a ningún prisionero de guerra herido o enfermo contra


su voluntad, durante las hostilidades.

Ninguna persona repatriada podrá emplearse para el servicio militar activo.

Las situaciones que pueden presentarse al finalizar una guerra, han


demostrado que tal como estaba enunciado en el principio del Convenio de los
Prisioneros de Guerra del año 1929, a saber: “que se requiere la repatriación de
los prisioneros al concertarse la paz”, podía serles desfavorable porque la
experiencia demuestra que puede pasar un tiempo muy largo entre el cese de las
hostilidades y el restablecimiento de la paz.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 21


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Para remediar esta situación, en el III Convenio, Art. 118 se estipula que:

“Los prisioneros de guerra serán liberados y repatriados, sin demora, tras


haber finalizado las hostilidades activas.”

Los prisioneros de guerra estarán autorizados a llevar consigo los efectos


personales, su correspondencia y los paquetes que hayan recibido; podrá limitarse
el peso de estos efectos, si las circunstancias de la repatriación lo requieren, a lo
que el prisionero pueda razonablemente llevar; en todo caso, se permitirá que cada
prisionero lleve, por lo menos, veinticinco kilos. Los demás objetos quedarán en
poder de la Potencia detenedora, que los remitirá tan pronto se acuerde con la
Potencia de la que dependa el prisionero las modalidades de transporte y pago de
gastos que ocasione.

Se prevé una excepción en lo que respecta a la repatriación inmediata de los


prisioneros condenados o acusados por delitos de Derecho Penal, que podrán ser
retenidos hasta el fin de la causa y, eventualmente, hasta el cumplimiento de la
pena.

Fallecimientos
Los prisioneros de guerra tienen derecho a hacer su testamento. Para ello,
en el Convenio se prevé que los testamentos de los prisioneros de guerra se
redactarán de manera que se ajusten a las condiciones de validez requeridas por la
legislación del país de origen, que tomará las medidas necesarias para dar a
conocer esas condiciones a la Potencia detentora.

Tras la solicitud del prisionero de guerra, y en todo caso después de su


muerte, el testamento será transmitido sin demora a la Potencia protectora; una
copia, certificada como fiel, será remitida a la Agencia Central de Información.

En el Convenio se puntualizan las condiciones de inhumación (o en ciertos


casos de incineración) que permitan garantizar el respeto a los muertos y tener en
cuenta el deseo de las familias; en el Protocolo se completan esas disposiciones; en
caso de un fallecimiento cuya causa se ignore, ello será objeto de una investigación
para determinar las responsabilidades, habida cuenta sobre todo, de las
indemnizaciones eventuales que puedan percibir los derecho-habientes.

Los certificados de fallecimiento se enviarán, en el más breve plazo, a la


respectiva oficina de información sobre los prisioneros de guerra.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 22


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

6. CRÍMENES DE GUERRA
Son crímenes de guerra:

 Las infracciones graves de los convenios de Ginebra del 12 de agosto de


1949, a saber, cualquiera de los siguientes actos contra personas o bienes
protegidos por las disposiciones del Convenio de Ginebra pertinente:

 Matar intencionalmente.

 Someter a tortura a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos


biológicos.

 Infligir deliberadamente grandes sufrimientos o atentar gravemente contra


la integridad física o la salud.

 Destruir bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada por cada


necesidad militar, a gran escala, ilícita y arbitrariamente.

 Obligar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a prestar


servicio en las fuerzas de una Potencia enemiga.

 Privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra persona de sus


derechos a un juicio justo imparcial.

 Someter a deportación, traslado o confinamiento ilegales.

 Tomar rehenes.

 Otras violaciones graves de las leyes, usos aplicables en los conflictos


armados internacionales dentro del marco del derecho internacional, a saber,
cualquiera de los actos siguientes:

 Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o


contra civiles que no participen directamente en las hostilidades.

 Dirigir intencionalmente ataques contra objetos civiles, es decir, objetos


que no son objetivos militares.

 Dirigir intencionalmente ataques contra personal, instalaciones, material,


unidades o vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la
paz o de asistencia humanitaria de conformidad con la Carta de las
Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección otorgada a
civiles u objetos civiles con arreglo al derecho internacional de los
conflictos armados.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 23


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

 Lanzar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará pérdidas


de vidas, lesiones a civiles o daños a objetos de carácter civil o daños
extensos, duraderos y graves al medio natural que sean claramente
excesivos en relación con la ventaja militar general concreta y directa que
se prevea.

 Atacar o bombardear, por cualquier medio, ciudades aldeas, pueblos o


edificios que no estén defendidos y que no sean objetivos militares.

 Causar la muerte o lesiones a un enemigo que haya depuesto las armas o


que, al no tener medios para defenderse, se haya rendido a discreción.

 Utilizar de modo indebido la bandera blanca, bandera nacional o insignias


militares o el uniforme del enemigo o de las Naciones Unidas, así como
emblemas distintivos de Convenios de Ginebra, y causar así la muerte o
lesiones graves.

 El traslado, directa o indirectamente, por la Potencia ocupante de parte de


su población civil al territorio que ocupa, o la deportación o traslado de la
totalidad o parte de la población del territorio ocupado, dentro o fuera de
ese territorio.

 Los ataques dirigidos intencionalmente contra edificios dedicados al culto


religioso, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los
hospitales y los lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, siempre
que no sean objetivos militares.

 Someter a personas que estén en poder del perpetrador a mutilaciones


físicas o a experimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no
estén justificados en razón de un tratamiento médico, dental u
hospitalario, ni se lleven a cabo en su interés, y que causen la muerte o
pongan gravemente en peligro su salud.

 Matar o herir a traición a personas pertenecientes a la nación o ejército


enemigo.

7. OFICINA DE INFORMACIÓN Y SOCIEDADES DE SOCORRO

Agencia Central de Búsqueda


La Agencia Central de Prisioneros de Guerra (actualmente Agencia Central
de Búsqueda), instituida bajo los auspicios del Comité de la Cruz Roja Internacional
(CICR), ha prestado asistencia a los prisioneros y a las respectivas familias durante
las dos últimas Guerras Mundiales y durante los numerosos conflictos registrados
desde el año 1945.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 24


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Esta Agencia tiene en sus archivos más de cincuenta millones de fichas que
son una documentación única para determinar los derechos de los prisioneros o de
las respectivas familias.

Concentra, en particular, los datos relativos a los prisioneros de guerra, que


ha podido obtener, por conducto oficial o privado en particular, para determinar su
identidad y todas las indicaciones que les conciernen acerca de traslados,
liberaciones, repatriaciones, evasiones, hospitalizaciones y fallecimientos.

Esos resultados se reafirman en el Convenio donde consta, además de la


obligación que incumbe a los Gobiernos de instituir oficinas oficiales para reunir y
transmitir los datos relativos a los prisioneros de guerra, la posibilidad de recurrir a la
precitada Agencia Central de Información sobre los prisioneros de guerra instituida
en país neutral por el CICR.

A fin de facilitar la actividad de las Oficinas Nacionales y de la Agencia


Central de Información, los Estados deberán concederles franquicia postal, así como
todas las ventajas previstas en el articulado del Convenio y, en la medida de lo
posible, la franquicia telegráfica o, por lo menos, considerables reducciones en las
tarifas. Estas facilidades fueron refrendadas en el Convenio Postal Universal, Art. 37
(Actas de la Unión Postal Universal, Bruselas, 1952).

Las familias tienen derecho a conocer la suerte corrida por sus miembros.
Así pues, en caso de desaparición, tan pronto como las circunstancias lo permitan y
a más tardar desde el fin de las hostilidades activas, cada Parte en conflicto buscará
a las personas que le haya señalado una Parte adversa y comunicará todos los
datos pertinentes a fin de facilitar la búsqueda.

Sociedades de Socorro y del CICR


Las Sociedades de Socorro, el Comité de la Cruz Roja Internacional (CICR)
y las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, desempeñaron durante
las dos Guerras Mundiales, un cometido tan importante en favor de los prisioneros
de guerra, que en el Convenio se dedica un artículo para estimular su actividad.

En esta disposición se estipula que las Potencias deben concederles las


facilidades necesarias, así como a los respectivos delegados debidamente
acreditados, para visitar a los prisioneros, distribuirles socorros, material religioso,
educativo, recreativo o para ayudarlos a organizar recreos en los campamentos. Se
reconocerá y respetará en todo momento la situación particular del CICR a este
respecto.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 25


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Derecho de visita de las Potencias protectoras y del CICR

En el Convenio se prevé, además, que los representantes o los delegados


de las Potencias protectoras sean autorizados a trasladarse a todos los lugares
donde haya prisioneros de guerra, especialmente a los lugares de internamiento, de
detención y de trabajo; tendrán acceso a todos los locales ocupados por los
prisioneros.

Los delegados del CICR se beneficiarán con las mismas prerrogativas. La


designación de esos delegados se someterá a la aprobación de la Potencia en cuyo
poder se hallan los prisioneros de guerra que se visitan.

Las Partes en conflicto darán al CICR todas las facilidades que estén en su
poder para que pueda desempeñar las tareas humanitarias que se le atribuyen en
los Convenios a fin de prestar protección y asistencia a las víctimas de los conflictos;
el CICR también podrá ejercer cualquier otra actividad humanitaria en favor de esas
víctimas con el consentimiento previo de las Partes en conflicto.

La Liga de Sociedades de la Cruz Roja y las Sociedades Nacionales de la


Cruz Roja y de la Media Luna Roja también recibirán las facilidades necesarias para
poder desplegar sus actividades humanitarias.

8. HERIDOS, ENFERMOS, NÁUFRAGOS Y DESAPARECIDOS


Los Convenios de Ginebra I y II coinciden en el tratamiento de la protección
a los heridos, enfermos y náufragos. La diferencia entre ambos
textos consiste en que el Convenio I se refiere a los heridos y
enfermos de las Fuerzas Armadas en campaña, mientras que el
Convenio II concierne a los heridos, enfermos y náufragos de
las Fuerzas Armadas en el mar.

En el Protocolo I, se extiende dicha protección a los civiles.

La autoridad deberá registrar todos los elementos adecuados para identificar


a los heridos, enfermos y muertos caídos en su poder; y en el plazo más breve
posible, transmitirá esa información a la Oficina Nacional prevista en los Convenios,
para que sea transmitida a su vez, a la Parte adversa, en particular por mediación de
la Agencia Central de Búsqueda (ACB) del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Cuando esa información no sea transferida por mediación del CICR y de su Agencia
Central, cada Parte en conflicto velará para que sea también facilitada a la Agencia
Central.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 26


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Terminología

Heridos y Enfermos Náufragos

Son personas, militares o civiles, Son personas, militares o civiles,


que debido a un traumatismo, una que se encuentren en situación de
enfermedad u otros trastornos o peligro en el mar u otras aguas a
incapacidades de orden físico o secuencia de un infortunio que los
mental tengan necesidad de afecte o que afecte a la nave o
asistencia o cuidados médicos y aeronave que los transportaba y
que se abstengan de todo acto de que se abstengan de todo acto de
hostilidad. hostilidad

Se consideran comprendidos en el concepto: “heridos y enfermos” a las


parturientas, mujeres encintas, recién nacidos y los inválidos que se abstengan de
todo acto de hostilidad.

Protección. Prohibiciones

En toda circunstancia, los heridos, enfermos y náufragos, cualquiera sea la


parte a que pertenezcan, serán respetados, protegidos, tratados humanamente y
recibirán, en la medida de lo posible y en el plazo más breve, los cuidados médicos
que exija su estado. No se liará entre ellos ninguna distinción que no está basada en
criterios médicos.

La población civil respetará a los heridos, enfermos y náufragos aunque


pertenezcan a la parte adversa y no cometieran acto alguno de violencia contra
ellos.

En interés directo de éstos, también serán protegidas las unidades sanitarias


militares o civiles, que estén bajo el control de la autoridad competente.

Las Partes contendientes podrán hacer un llamamiento a la caridad de los


capitanes de los barcos mercantes, yates o embarcaciones neutrales, para que
recojan a bordo y cuiden a los heridos, enfermos o náufragos, así como para que
recojan a los muertos.

Las naves que respondan a este llamamiento, así como las que
espontáneamente hayan efectuado dichas tareas de asistencia, gozarán de
protección especial y de facilidades para la ejecución de las mismas.

Se prohíbe someter a los heridos, enfermos y náufragos a cualquier acto


médico que no esté indicado por su estado de salud y que no esté de acuerdo con
las normas médicas, generalmente reconocidas, que se aplicarían en análogas

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 27


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

circunstancias médicas a los nacionales no privados de libertad de la Parte que


realiza el acto. Se prohíben, en particular, las mutilaciones físicas, los experimentos
médicos o científicos y las extracciones de tejidos u órganos para trasplante, aún
con el consentimiento de los interesados, salvo que estén justificados en las
condiciones del párrafo anterior.

Búsqueda de muertos, heridos, enfermos, náufragos y desaparecidos

El principio general que rige este tema es el derecho que asiste a las familias
de conocer la suerte corrida por sus miembros.

En todo tiempo, pero especialmente después de un combate, las Partes en


conflicto adoptarán sin tardanza cuantas medidas sean necesarias para buscar y
recoger a los heridos, enfermos, náufragos y desaparecidos, ampararlos contra el
saqueo y los malos tratos y proporcionarles la asistencia necesaria, así como para
buscar a los muertos y evitar su despojo.

Prescripciones relativas a los muertos. Las Partes contendientes deberán


realizar una efectiva comprobación de los fallecimientos por medio de minuciosos
exámenes médicos.

Asimismo, cuidarán que la inhumación, incineración o inmersión de los


cadáveres se efectúen previa identificación y registro de los muertos.

Heridos recogidos por barco o aeronave de guerra neutral o


desembarcado en puerto neutral. Cuando se recoja, a bordo de un buque o
aeronave de guerra militar neutral, a heridos, enfermos o náufragos, se tomarán las
medidas convenientes, cuando el Derecho Internacional lo requiera, para que no
puedan volver a tomar parte en operaciones de guerra. Igual procedimiento se
seguirá cuando dichas personas sean depositadas en un puerto neutral, con
consentimiento de la autoridad local, salvo acuerdo en contrario entre la potencia
neutral y las potencias beligerantes.

Entrega de heridos, enfermos o náufragos a un beligerante. Todo buque


de guerra de una Parte beligerante, podrá reclamar la entrega de los heridos,
enfermos o náufragos que se hallan a bordo de barcos‑hospitales militares, de
barcos‑hospitales pertenecientes a sociedades de socorro o particulares, así como
de naves mercantes y demás embarcaciones cualquiera fuere su nacionalidad,
siempre que el estado de salud de aquéllos permita la entrega y que el buque que
los reciba disponga de las instalaciones adecuadas para garantizar a éstos su
tratamiento.

Heridos caídos en poder del adversario. Los heridos, enfermos y


náufragos de un beligerante que caigan en poder del adversario, serán considerados
prisioneros de guerra debiéndoseles aplicar las normas relativas a éstos.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 28


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Protección del personal sanitario y de unidades sanitarias

El personal sanitario, sea civil o militar, permanente o temporal, será


protegido y respetado en toda circunstancia.

Las unidades sanitarias civiles y militares serán respetadas


y protegidas en todo momento no pudiendo ser objeto de ataques.
Asimismo, los buques‑hospitales no podrán ser atacados ni
apresados.

La protección establecida para las unidades sanitarias podrá cesar


únicamente cuando se haga uso de ellas con el objeto de realizar actos perjudiciales
para el enemigo, por ejemplo: alojar a soldados sanos, instalar puestos de
observación militar, etc. La protección cesará después de una intimación o
advertencia que, habiendo fijado un plazo razonable, no surta efectos.

En tiempo de paz las Partes contratantes o en tiempo de guerra las Partes


contendientes, podrán crear en su propio territorio o en territorios ocupados, zonas y
localidades sanitarias, con el objeto de proteger de los efectos de la guerra a los
heridos, enfermos y al personal encargado de la organización y administración de
dichas zonas.

Personal sanitario retenido. Podrá retenerse a los miembros del personal


sanitario militar que caigan en poder de la parte adversa, a fin de que presten
asistencia a los prisioneros de guerra sólo en la medida exigida por estado sanitario
y el número de éstos.

Será considerado personal sanitario y por lo tanto les serán aplicables las
mismas normas al personal sanitario de las sociedades de la Cruz Roja y de otras
sociedades nacionales de socorro voluntario reconocidas por sus gobiernos.

Material de las unidades sanitarias. Requisa. Limitaciones. El material


(camillas, aparatos de cirugía, medicamentos, etc.) de las unidades sanitarias que hayan
caído en poder de la parte adversa, quedará asignado al servicio de los heridos y
enfermos. En territorio ocupado, el ocupante no podrá requisar las unidades
sanitarias civiles, su equipo, su material y los servicios de su personal, en tanto que
estos recursos sean necesarios para prestar los servicios médicos requeridos por la
población civil y por los heridos y enfermos que ya estén bajo tratamiento.

Los bienes muebles e inmuebles de las sociedades de socorro y de otras


sociedades de socorro autorizadas siempre se considerarán como propiedad
privada. Sin embargo, el ejército adverso o el ocupante podrán requisarlos
provisionalmente una vez que se hayan tomado medidas para la asistencia de los
heridos y enfermos.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 29


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Cometido de la población y de las Sociedades de Socorro

Se autorizará a la población civil y a las


Sociedades de Socorro, tales como las Sociedades La población civil respetará a los
Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna heridos, enfermos y náufragos,
Roja, incluso por iniciativa propia, a recogerlos y aunque pertenezcan a la Parte
prestarles cuidados, aun en las regiones invadidas adversa, y no ejercerá ningún acto
u ocupadas. No se molestará, procesará, de violencia hacia ellos.
condenará ni castigará a nadie por tales actos
humanitarios.
La autoridad podrá, además, hacer un llamamiento a la población civil o a las
Sociedades de Socorro para recoger y prestar cuidados a los heridos, enfermos y
náufragos, y para buscar a los muertos y comunicar dónde se encuentran.

Lo mismo sucede en lo que atañe a la guerra marítima con respecto a los


barcos mercantes, yates o embarcaciones neutrales a las que se puede recurrir para
que tomen a bordo a los heridos, enfermos o náufragos y les presten asistencia, así
como para que recojan a los muertos.

9. PROTECCIÓN DE LA POBLACIÓN CIVIL


El principio básico del Derecho de Guerra, es que
los civiles (personas que no participan directamente en las hostilidades) no son
combatientes ni integran las fuerzas militares, y por ello no son objetivos militares (no
deben sufrir ataques) y deben ser respetados y tratados con humanidad.

El IV Convenio de Ginebra de 1949 sobre “Protección de personas civiles en


tiempo de guerra” (que se aplica en todos los conflictos internacionales o internos de un
Estado) ampara especialmente a “todas las personas que no participen directamente
en las hostilidades” y preceptúa que "los heridos y enfermos serán recogidos y
cuidados".

En los casos de ocupación (total o parcial) de territorio de otra Alta Parte


contratante, aunque no medie resistencia militar, el Convenio también resguarda a
las personas que estén en poder de un ocupante y no sean súbditas suyas.

Están prohibidos:
 Los atentados a la vida, a la salud y a la integridad corporal o mental,
especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos
crueles, torturas y suplicios.
 La toma de rehenes, las penas colectivas o toda amenaza en dicho sentido.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 30


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

 Los atentados a la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y


degradantes, la prostitución forzada y cualquier forma de atentado al pudor.
 Las condenas dictadas y las ejecuciones efectuadas sin previo juicio por un
Tribunal regularmente constituido y dotado de las garantías judiciales
reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados.
Con respecto a las condenas, se establece:

 Que toda persona detenida, presa o internada por actos relacionados con
el conflicto armado, será informada sin demora de las razones de la
medida. Será puesta en libertad lo antes posible, en cuanto desaparezcan
las circunstancias justificantes de tal detención.

 No se condenará ni penará por infracción penal relacionada con el


conflicto armado, sino en virtud de sentencia de un Tribunal imparcial,
constituido con arreglo a la ley y que respete los principios generalmente
reconocidos para el procedimiento judicial ordinario, en particular:
 los de defensa,
 la ley penal anterior al hecho del proceso, salvo otra posterior más
benigna,
 presunción de inocencia del acusado,
 derecho a no declarar contra sí mismo,
 derecho a la prueba legal,
 derecho a hallarse presente al ser juzgado,
 derecho a interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo,
 derecho a testigos de descargo,
 derecho a no ser juzgado ni condenado por la misma Parte que
anteriormente ya lo hubiese sentenciado, según la misma ley y con el
mismo procedimiento,
 derecho a ser informado de su derecho a recurrir la condena.
Respecto de los crímenes de guerra y de los crímenes contra la humanidad,
son aplicables las normas procesales y sustantivas del Derecho Internacional;
recibirá al menos trato humanitario y gozará de las garantías a que se ha hecho
referencia.

Las mujeres encintas y las madres con niños de corta edad a su cargo,
serán atendidas con prioridad absoluta en caso de ser arrestadas, detenidas o
internadas por razones relacionadas con el conflicto armado. Se procurará evitar
imponerles la pena de muerte por delitos relacionados con el conflicto armado; y, de
ser impuesta, no se la ejecutará.

Los niños serán objeto de respeto especial; se los protegerá contra cualquier
forma de atentado al pudor. Se les proporcionarán los cuidados y ayuda que

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 31


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

necesiten. Se evitará que los menores de quince años participen directamente en las
hostilidades. Se procurará reclutar en primer lugar a los de mayor edad, de los
comprendidos entre 15 y 18 años. Y aquellos que participen directamente en las
hostilidades gozarán de la misma protección, fueren o no prisioneros de guerra.

Por infracción relacionada con el conflicto armado, no se ejecutará la pena


de muerte a menores de dieciocho años.

Ninguna Parte contendiente evacuará al extranjero, a niños que no fueren


nacionales suyos. Se exceptúa la evacuación temporal por razones imperiosas de
salud o seguridad, previo consentimiento escrito de padres o principales
responsables de su guarda.
En los Convenios de Ginebra, existen normas que protegen contra la
arbitrariedad y los abusos de los contendientes. Además de eso (en el Protocolo I)
se protege a los civiles y a las poblaciones civiles de los efectos directos de las
hostilidades mediante la prohibición de ser atacados.

Civil Población civil

Persona no combatiente, no Comprende a todas las


integrante de las Fuerzas personas civiles, aun cuando
Armadas, ni tampoco la que haya miembros aislados de las
toma las armas para rechazar Fuerzas Armadas mezclados
a un invasor sin haber tenido con los civiles.
tiempo para organizarse.

La población civil y los bienes de carácter civil no deben ser atacados; ello
está terminantemente prohibido. Pero sí pueden sufrir incidentalmente los efectos de
las hostilidades que ocurran después de haberse adoptado "todas las precauciones
factibles en la elección de los medios y métodos de ataque para evitar o al menos
reducir, en lo posible, el número de muertos y heridos civiles”, así como “los daños a
bienes de carácter civil”.

Cuando los muertos y heridos civiles, y los daños en los bienes civiles (que
se haya previsto ocurrirían incidentalmente en un ataque) fueran "excesivos en relación
con la ventaja militar concreta y directa prevista”, tal ataque no debe ser realizado:
será suspendido o anulado.

Es obligatorio comparar la ventaja militar con los perjuicios incidentales en


las personas y bienes civiles, a fin de tomar la decisión que corresponda. Tales
perjuicios, siempre serán incidentales, no queridos, no buscados, inevitables para
lograr el objetivo, y el objetivo debe tener un valor militar suficiente como para
justificarlos.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 32


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Cuando se pueda elegir entre varios objetivos militares para obtener una
ventaja militar equivalente, se optará por el objetivo cuyo ataque se espere que
presente menos peligro para las personas civiles y los bienes de carácter civil.

Siempre que las circunstancias no lo


impidan, debe darse preaviso a la
población civil de que se realizará un
ataque que puede afectarla.

Lugares protegidos

Existen ciertas localidades o zonas cuyo ataque está prohibido porque


carece de justificación (localidades no defendidas o ciudades abiertas a la ocupación del
adversario) por estar unilateralmente excluidas de las hostilidades, o por haberse así
convenido entre ambos contendientes.

10. PROTECCIÓN DE LOS NIÑOS


El derecho internacional humanitario establece claramente que se han de
respetar los derechos de los niños en los conflictos armados. Sin embargo, esta
norma no siempre impide que los niños sufran, de diferentes formas, los efectos de
la violencia. A continuación Kristin Barstad, asesora del Comité Internacional de la
Cruz Roja (CICR) sobre protección de menores, describe la forma en que la
Institución aborda este tema.

Los niños afectados por conflictos armados gozan de protección jurídica


especial. Los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales de
1977 ofrecen protección específica a los niños durante los conflictos armados. En
efecto, conforme al derecho internacional humanitario, los niños se benefician de
dos niveles de protección: la protección general que se les confiere como personas
civiles o personas que no participan o han dejado de participar en las hostilidades, y
la protección específica de la que gozan en su calidad de niños.

Más de 25 artículos de los Convenios de Ginebra y sus


Protocolos adicionales, se refieren específicamente a los niños y
comprenden normas sobre la pena de muerte, el acceso a los
alimentos y a la atención sanitaria, la educación en zonas de
conflicto, detención, separación de los familiares y participación
de los niños en las hostilidades. Los derechos garantizados por la
Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por
prácticamente todos los países del mundo, son aplicables durante los conflictos
armados.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 33


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Además de las preocupaciones relacionadas con la separación de la familia,


el reclutamiento y la detención, ya mencionadas, el CICR siempre promueve el
respeto de los derechos del niño en general, por ejemplo en relación con el acceso a
la educación.

Muchos niños quedan separados de sus familiares durante los conflictos


armados y no es posible adoptarlos, sino muy raras veces. Los menores no
acompañados y separados no deben ser adoptados precipitadamente en medio de
una emergencia. La experiencia ha demostrado que la mayoría de los menores no
acompañados tienen padres u otros familiares deseosos y capaces de cuidarlos y
que, mediante una búsqueda eficaz, es posible encontrarlos.

Por lo tanto, si existe esperanza razonable de localizar a los familiares, y si


la reunión con la familia responde al interés superior del niño, la posibilidad de la
adopción no debe considerarse.

Toda adopción exige la previa determinación de que responde al interés


superior del menor y debe ajustarse a las leyes nacionales, internacionales y
consuetudinarias aplicables. Siempre debe darse prioridad a la adopción por parte
de familiares, independientemente de dónde residan. Si ello no fuera posible, se
dará preferencia a la adopción dentro de la comunidad de origen del niño o al menos
dentro de su propia cultura.

El Convenio de La Haya sobre la Protección de los Niños y la Cooperación


en materia de Adopción Internacional y la Recomendación de 1994 relativa a la
aplicación de Convenio a Niños refugiados y a otros niños intencionalmente
desplazados constituyen el marco que reglamenta las adopciones internacionales.

El cometido del CICR es prestar asistencia a todas las víctimas de la guerra


a fin de proteger su vida y aliviar su sufrimiento. La ayuda responde a las
necesidades evaluadas. Las necesidades básicas de los niños son casi las mismas
que las de los adultos, como los alimentos, agua, alojamiento, atención sanitaria,
etc. Debido a su edad, también tienen otras necesidades más específicas, que el
CICR se esfuerza por satisfacer, proporcionando, por ejemplo, surtidos para bebés,
atención sanitaria materno-infantil, material educativo y otros artículos.

El derecho al acceso a la educación no cesa a causa de los conflictos. La


educación tiene un papel fundamental en la satisfacción de las necesidades y el
respeto de los derechos de los niños en situaciones de conflicto y en el período
posterior a un conflicto, tanto en lo que se refiere a la prevención como a la
rehabilitación. En lo que respecta a la salud psicosocial de los menores, la
educación ofrece no sólo el marco de una actividad habitual, sino también la
posibilidad de expresarse y la oportunidad de interactuar con los pares.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 34


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

La condición de estudiante es valiosa, porque puede proteger al niño del


reclutamiento forzado, aunque, en realidad, la situación de riesgo sigue existiendo,
porque en algunos casos, se han reclutado niños mientras se encontraban en la
escuela. Las escuelas pueden proporcionar aptitudes de vida que son de gran
importancia en situaciones de conflicto. Y, por último, pero no menos importante, lo
que los niños aprenden en la escuela es una de las pocas cosas que no pueden
quitarles, vayan a donde vayan.

La complementariedad y la cooperación entre todas las organizaciones


interesadas, incluidas las autoridades, son fundamentales para el cuidado y la
protección de todas las personas afectadas por conflictos armados. En el caso de
los menores no acompañados y separados de sus familiares, es necesario
establecer funciones directivas en ámbitos claves. Por ejemplo, el CICR estaría a
cargo de las búsquedas, mientras otra organización (o las autoridades) se
encargaría del cuidado temporal de los niños. La tarea de cada organismo depende
de su cometido y de los conocimientos y la capacidad con que cuente para encarar
una situación determinada. Toda organización que desee trabajar en favor de los
niños separados de sus familiares debe coordinar sus actividades con los otros
socios. Sin duda alguna, el CICR se adhiere a este principio.

Como para las demás personas civiles, el CICR promueve el respeto de los
derechos y la dignidad de los niños y les presta asistencia para mitigar los efectos de
los conflictos armados. Aunque el CICR actúa de forma imparcial para ayudar a
todas las víctimas de conflictos, los niños tienen necesidades especiales que el
CICR se esfuerza por satisfacer. Algunas de esas necesidades son las siguientes:

 Niños separados de sus familiares a raíz de un conflicto. Uno de los


cometidos del CICR consiste en la búsqueda transfronteriza de familiares.
Cuando encuentra un niño separado de sus familiares a causa de un
conflicto, el CICR, a pedido del niño o de su tutor, registra los datos del niño y
procura encontrar a sus familiares a fin de restablecer el contacto. Si la
búsqueda culmina con éxito, el primer paso es facilitar la comunicación entre
el niño y los familiares, por ejemplo mediante llamadas telefónicas o mensajes
de Cruz Roja. Si las condiciones de seguridad lo permiten y el niño y los
familiares están de acuerdo, el CICR organiza el reencuentro familiar. Nuestra
labor termina tras efectuar un seguimiento después de la reunificación y
comprobar que el niño se encuentre bien.
Entre 2003 y 2006, el CICR ayudó a 6.237 menores no acompañados y
separados a restablecer el contacto con sus familiares. En 2006, 775 niños se
reencontraron con sus padres.

 Niños relacionados con fuerzas armadas o grupos armados. El CICR está


muy preocupado por la cuestión del reclutamiento de niños; su prioridad es
prevenir el reclutamiento. La prevención se realiza por dos vías: mediante la
promoción de normas dentro de marcos jurídicos claros, y a través de
nuestras actividades en el terreno.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 35


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Además de su activa participación en la elaboración de las leyes aplicables


durante los conflictos armados, el CICR organiza cursos de formación para
las fuerzas armadas, las fuerzas policiales y los portadores de armas, a fin de
promover el conocimiento del derecho humanitario y de otras normas
fundamentales.
En el terreno, el CICR mantiene contactos permanentes con los grupos
armados y las autoridades y fuerzas gubernamentales, a fin de recordarles
tanto sus obligaciones como la prohibición de reclutar niños. De este modo,
hemos podido desmovilizar a muchos niños, sobre todo en Asia y África. El
CICR realiza los máximos esfuerzos por encontrar a los familiares de los
niños desmovilizados y facilitar la reunificación familiar, siempre que las
condiciones de seguridad lo permitan y que el reencuentro con sus allegados
beneficie al niño.
Entre 2003 y 2006, el CICR ayudó a 1.740 niños desmovilizados a reunirse
con sus familiares. En 2006, los niños soldados que se reencontraron con sus
seres queridos fueron 306.

 Niños privados de libertad. El CICR visita a personas privadas de libertad,


con inclusión de detenidos menores de edad, en las siguientes situaciones:
conflictos armados internacionales, conflictos armados no internacionales y
disturbios internos. De las 41.918 personas visitadas en 2006, 1.682 eran
niños.
Los centros de detención no son lugares adecuados para los niños. Por esta
razón, el CICR hace todos los esfuerzos posibles porque las autoridades
detenedoras tengan en cuenta las necesidades particulares y los derechos de
los niños privados de libertad.
Por ejemplo, si la edad de un niño está por debajo de la edad de imputabilidad
penal establecida en un determinado país, el CICR solicita su liberación. Del
mismo modo, el CICR interviene si un niño es condenado a muerte o si ha
estado en detención preventiva ilegal por un plazo prolongado. También
solicita la liberación por motivos humanitarios, por ejemplo en caso que
medien razones de salud.
Además, los niños no deben estar detenidos en compañía de adultos, a
menos que, en circunstancias excepcionales, tal situación los beneficie.
También deben tener acceso adecuado a los alimentos, al agua, a la atención
sanitaria y a la educación. Cuando las condiciones de detención no son
adecuadas para los niños, el CICR presenta observaciones a las autoridades.
Podemos proporcionar parte de la ayuda necesaria si las autoridades no
pueden hacerlo. El CICR también facilita las visitas familiares para los
menores detenidos. En 2006, el CICR facilitó 71 visitas de familiares a
menores detenidos.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 36


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

11. PROTECCIÓN DE BIENES


Además de la protección general que tienen los bienes que “no contribuyen
eficazmente a la acción militar”, ni cuya anulación ofrezca una "ventaja militar
definida", existen ciertos bienes que gozan de una protección especial; ellos son:

 Bienes culturales y los lugares de culto.

 Bienes indispensables para la supervivencia de la población civil.

 Medio ambiente natural.

 Obras e instalaciones que contienen fuerzas peligrosas.

Bienes culturales y lugares de culto


Los bienes culturales están esencialmente protegidos por la Convención de
La Haya del 14 de mayo de 1954 y el Artículo 53 del Protocolo I adicional a los
Convenios de Ginebra del año 1949.

Son bienes culturales:

 Los muebles e inmuebles que tengan gran importancia para el patrimonio


cultural de los pueblos: monumentos de arquitectura, arte e historia, religiosos
o seculares; los campos arqueológicos; obras de arte, manuscritos, libros,
etc., de interés artístico, histórico o arqueológico; colecciones artísticas,
bibliotecas, archivos, etc., de importancia.

 Los edificios donde sean guardados.

 Los centros monumentales que comprendan un número considerable de


bienes culturales.

Las Partes contratantes asumen el compromiso de adoptar previsiones en la


paz para que queden salvos durante eventuales hostilidades.

Los contendientes deben respetarlos, conservarlos y protegerlos de daños,


robo, pillaje, ocultación o apropiación. No pueden ser requisados cuando fueren
transportados en convoyes especiales exclusivos, señalizados, bajo control de
inspección internacional; no podrán ser atacados, embargados, capturados u objetos
de presa. Este amparo comprende también a los medios de transporte.

Ciertos bienes culturales de suma importancia, restringido de refugios para


bienes culturales y "centros monumentales" pueden ser colocados bajo protección
especial siempre que no estén próximos a un gran centro industrial, objetivo militar

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 37


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

sensible, aeródromo, fábrica militar, puerto, estación ferroviaria importante o gran


línea de comunicaciones y no sean utilizados para fines militares. La protección
especial acuerda inmunidad y cualquier acto de hostilidad respecto de ellos, salvo
necesidad militar ineludible determinada por un jefe de división.

En cambio, la protección general entraña salvaguardia y respeto de los


bienes salvo necesidad militar imperativa.

Emblema protector de bienes culturales. Es un escudo en


punta, partido en aspa, color azul ultramar y blanco. El escudo
contiene un cuadrado azul ultramar con un vértice ocupante de la
parte inferior del escudo. En la parte superior hay un triángulo del
mismo color. A los lados quedan sendos triángulos blancos limitados
por las áreas azul ultramar y los bordes laterales del escudo. El
emblema se emplea aislado o en grupos de a tres en posición
triangular, con un escudo en el vértice inferior (ver figura).

El Artículo 53 del Protocolo I, prohíbe:

 realizar actos de hostilidad contra monumentos


históricos, obras de arte o lugares de culto que
constituyen el patrimonio cultural o espiritual de los
pueblos;

 utilizar tales bienes en apoyo del esfuerzo militar;

 hacerlos objeto de represalias.

Bienes indispensables para la supervivencia de la población civil

Se prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar bienes indispensables para


la supervivencia de la población civil con el fin de privarlos de ellos, o para hacer
padecer hambre a civiles, desplazarlos u otros propósitos. Ejemplos: zonas agrícolas
que producen artículos alimenticios; cosechas; ganado; instalaciones y reservas de agua;
obras de riego.

La prohibición no existe cuando son utilizados:


 exclusivamente para subsistencia de los miembros de sus Fuerzas
Armadas.
 en apoyo directo de operaciones militares. En este caso, se cuidará
que la población civil no padezca hambre ni se vea obligada a
desplazarse.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 38


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Una Parte contendiente puede obviar esta prohibición para defender su


propio territorio.

Medio ambiente natural

En la realización de la guerra se velará por la


protección del medio ambiente natural contra daños
extensos, duraderos y graves.

Esta protección incluye la prohibición de emplear


métodos o medios de hacer la guerra que hayan sido
concebidos para causar, o de los que quepa prever que causen, tales daños al
medio ambiente natural, comprometiendo así la salud o la supervivencia de la
población.

Obras o instalaciones que contienen fuerzas peligrosas

No pueden ser atacadas las obras o instalaciones


que contengan fuerzas peligrosas (aunque sean objetivos
militares), cuando el ataque pueda producir la liberación
de tales fuerzas y causar, en consecuencia, pérdidas
importantes en la población civil. Los objetivos militares
próximos tampoco serán atacados si se corre ese
riesgo, salvo si se los utiliza en apoyo regular,
importante y directo de operaciones militares y no hay
otro medio para impedirlo. Ejemplos: presas, diques, centrales nucleares de energía
eléctrica.

No rige la prohibición de ataque para:


 Las presas o diques, si se utilizan para funciones distintas de su destino
normal, en apoyo regular, importante y directo de operaciones militares,
siempre que una manera factible de poner fin a tal apoyo sea atacarlos.
 Las centrales nucleares de energía eléctrica, solamente si suministran
corriente eléctrica en apoyo regular, importante y directo de operaciones
militares, y si el ataque es el único medio factible de impedirlo.

Las Partes contendientes se esforzarán por no ubicar objetivos militares en


la proximidad de las obras o instalaciones antedichas.

Las Partes contendientes pueden utilizar el emblema protector para estas


instalaciones.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 39


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Signo internacional especial para las obras e instalaciones que


contienen fuerzas peligrosas (presas, diques y centrales nucleares de energía
eléctrica). Consiste en un grupo de tres círculos iguales de color naranja vivo a lo
largo de un mismo eje, distanciados entre sí por la longitud del radio.

Sobre superficies extensas, el signo (grupo de tres círculos) puede ser


repetido tantas veces como sea oportuno. Debe ir colocado en una bandera
rectangular, de fondo blanco, cuyos lados mantienen un radio de distancia de los
círculos.

12. SERVICIOS DE PROTECCIÓN CIVIL


Los Servicios de Protección Civil están destinados a proteger a la población
civil contra los peligros de las hostilidades y de las catástrofes, a ayudarla a
recuperarse de sus efectos inmediatos, a facilitar las condiciones necesarias para su
supervivencia. Estas tareas son:

♠ Servicio de alarma.

♠ Evacuación.

♠ Habilitación y organización de refugios.

♠ Aplicación de medidas de oscurecimiento.

♠ Salvamento.

♠ Servicios sanitarios, de primeros auxilios y de asistencia religiosa.

♠ Lucha contra incendios.

♠ Detección y señalamiento de zonas peligrosas.

♠ Descontaminación y medidas similares de protección.

♠ Previsión de alojamiento y abastecimientos de urgencia.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 40


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

♠ Ayuda en caso de urgencia para el restablecimiento y mantenimiento del


orden en las zonas damnificadas.

♠ Medidas de urgencia para el restablecimiento de los servicios públicos


indispensables.

♠ Servicios funerarios de urgencia.

♠ Asistencia para la preservación de los bienes esenciales para la


supervivencia.

♠ Actividades complementarias necesarias para el desempeño de cualquiera de


las tareas mencionadas, incluyendo entre otras cosas la planificación y la
organización.

Los Servicios de Protección Civil, su personal y bienes, serán respetados y


protegidos. Salvo casos de imperiosa necesidad militar, los Organismos y su
personal tienen derecho a desempeñar sus tareas de protección civil. Solo la Parte a
la que pertenezcan puede utilizar con otros fines los bienes dedicados a la
protección civil.

En los territorios ocupados, las autoridades facilitarán el cumplimiento de las


tareas de protección civil, no se dificultará su desempeño, ni se los obligará a dar
prioridad a los intereses de la Potencia ocupante.

Los bienes dedicados a la protección civil no serán afectados a otros fines ni


requisados, si con ello se perjudica a la población civil, salvo que fueren necesarios
para satisfacer otras necesidades de esa población y solo mientras exista tal
necesidad. Los refugios civiles no serán requisados ni destinados a otros usos.

El personal no debe cometer tareas perjudiciales para el enemigo, ni utilizar


los edificios, refugios y material con ese fin. Si lo hicieren serán intimados con un
plazo razonable; si no cumplieren, perderán la protección de que gozaren.

El personal, lugares y bienes dedicados a la protección civil


serán identificados con un triángulo equilátero azul sobre fondo
color naranja (ver figura), además de otras señales que se
convengan entre las Partes en conflicto.

Personas y bienes protegidos

Son personas y bienes protegidos aquellos a los que (conforme a una


disposición general o especial, fijada por normas establecidas, o por otras fuentes de
Derecho) está prohibido, o no deben ser objeto de ataques y, por lo tanto, no pueden
ser considerados "objetivos militares" (IV Convenio de Ginebra y Protocolo I y II de
1977).

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 41


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

Esta protección puede ser:

 General o especial. Todos los civiles gozan de protección general, pero


ciertos civiles tienen, además, su propia protección especial establecida
expresamente en función de un interés humanitario valioso (ejemplo: personal
sanitario).

 Absoluta o condicionada. La protección absoluta no admite excepciones.


Así sucede con ciertos bienes, zonas y localidades protegidas, a las que
anteriormente hemos hecho referencia. La protección condicionada a las
circunstancias juega dentro de la fórmula "en cuanto fuere posible".

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 42


ula
GRUPO CAPACITACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL
irtual

BIBLIOGRAFÍA

• Ministerio de Defensa, Manual de Derecho Internacional de los Conflictos


Armados, Min. Def., 2010.

• Comité Internacional de la Cruz Roja, DICA 1 (lección 2 y 3), pdf extraído de


Internet de la página Web de la Cruz Roja en julio de 2011

• Pág. Web: Comité Internacional de la Cruz Roja: Personas Protegidas,


http://www.icrc.org/spa/war-and-law/protected-persons/index.jsp (set 2011)

• Pág. Web: Comité Internacional de la Cruz Roja: Estatuto del Combatiente y del
Prisionero de Guerra,
http://www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/5tdm4r.htm (set 2011)

• Nuño Luco, Renato, Guerra Aérea y Derecho Internacional Humanitario, pdf


extraído de Internet en julio 2011
http://www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/63km23.htm (set 2011)

Nota: Todas las imágenes de este capítulo fueron extraídas de Internet.

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 4 – Página 43

También podría gustarte