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PLAN DE PERFECCIONAMIENTO DEL PERSONAL MILITAR SUBALTERNO


CURSO III – CABO PRINCIPAL – ÁREA MILITAR
ASIGNATURA: DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL
DE LOS CONFLICTOS ARMADOS II

DERECHO
INTERNACIONAL
CAPÍTULO

2
OBJETIVOS GENERALES DE LA ASIGNATURA OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL CAPÍTULO

Que los Suboficiales cursantes desarrollen la capacidad de:


Conocer de modo específico los Derechos y
Obligaciones que le competen en razón de la
Legislación vigente. Conocer cómo se aplica el DICA en los
conflictos armados.
Incorporar hábitos de conductas según los prescriptos
por las Leyes Internacionales. Reconocer los Principios básicos del Derecho
Internacional de los Conflictos Armados.
Aplicar y valorar la importancia de un proceder
apegado a Derecho en el curso de acciones bélicas

Conocer y valorar la Legislación vigente nacional e


internacional relativa a los Derechos Humanos.

Los contenidos que encontrará en este capítulo son:

Tema Pág.
1. Derecho Internacional de los Conflictos Armados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

2. Evolución del Derecho y sus principales elementos constitutivos . . . . . . . . . . . . 5

3. Aplicación del Derecho Internacional de los Conflictos Armados . . . . . . . . . . . . 13

4. Principios Básicos del Derecho Internacional de los Conflictos Armados. . . . . . 15

Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados II – Cap. 2 – Página 1


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1. DERECHO INTERNACIONAL DE LOS CONFLICTOS ARMADOS


Derecho Internacional
El Derecho Internacional es uno de los temas de mayor importancia para las
Naciones Unidas. El mandato sobre las actividades en este campo proviene de la
Carta de las Naciones Unidas, en cuyo preámbulo se establece el objetivo de
"crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las
obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional".

El Derecho Internacional es la colección de razones jurídicas


internacionales que regulan las leyes de los Estados y otros sujetos de
Derecho Internacional, que son representados por sus Cortes Supremas.

El Derecho Internacional está formado por las normas


jurídicas internacionales que regulan las leyes de los Estados. Los
acuerdos y tratados internacionales, las notas diplomáticas, las
enmiendas y los protocolos forman parte de esta rama del Derecho.

Las normas pertenecientes al Derecho Internacional pueden


ser bilaterales (entre dos partes) o multilaterales (más de dos partes).
Los Estados suelen comprometerse a aplicar dichas normas en sus
propios territorios y con un estatus superior a las normas nacionales.

El Derecho Internacional siempre ha estado enfocado a la preservación de


la paz y a evitar el estallido de conflictos bélicos.

El Derecho Internacional se divide en:

 Derecho Internacional Público, supone el conjunto de principios que regulan


las relaciones jurídicas de los Estados entre sí.

 Derecho Internacional Privado, tiene como principal objetivo la resolución


de conflictos de jurisdicción internacional. Se encarga de definir cuál es la ley
aplicable y de determinar la condición jurídica de los extranjeros.

Derecho Internacional de los Conflictos Armados


El Derecho Internacional de los Conflictos Armados es una rama del
Derecho Internacional, que es el Derecho que los Estados han convenido en
aceptar como jurídicamente vinculante en sus tratos con otros Estados.

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Por ejemplo, los Convenios de Ginebra de 1949, núcleo del Derecho


Internacional de los Conflictos Armados, han sido aceptados por casi todos los
Estados miembros de las Naciones Unidas.

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) o Derecho Internacional de


los Conflictos Armados (DICA), es la vertiente del Derecho Internacional
Público que abarca el conjunto de normas convencionales y
consuetudinarias aplicables en los conflictos armados, las que regulan
los métodos y medios de combate y protegen a las personas y los
bienes que son afectados por el conflicto.

En resumen, el Derecho Internacional de los Conflictos Armados:

 es una rama del Derecho Internacional;


 rige las relaciones entre Estados durante los conflictos armados;
 se aplica también a los conflictos en el Estado;
 trata de reducir al mínimo los sufrimientos, las pérdidas y los daños
ocasionados por la guerra;
 impone obligaciones a las personas de los Estados implicados, en particular a
los miembros de las Fuerzas Armadas;
 no está concebido para obstaculizar en modo alguno la eficacia militar.

Terminología

Las expresiones "Derecho Internacional Humanitario" y


"Derecho Internacional de los Conflictos Armados" (DICA) y
“Derecho de la Guerra”, pueden considerarse como
equivalentes; la elección de una u otra dependerá
Finalidad
esencialmente de las costumbres y del público.
Las Organizaciones Internacionales, las Universidades o los La finalidad del DICA es limitar y
Estados emplearán más bien la expresión "Derecho atenuar los efectos de los conflictos
Internacional Humanitario" (DIH) o "Derecho Humanitario" armados.
(DH), mientras que, en las Fuerzas Armadas, específicamente
en el ámbito de la Fuerza Aérea Argentina, se adoptó la Por ello, en el DICA se concilian las
denominación: “Derecho Internacional de los Conflictos necesidades de la hostilidad con las
Armados” (DICA). exigencias humanitarias y se
distingue entre lo que está permitido
(licitud) y lo que no lo está.

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Origen

El origen del DIH se remonta a las normas dictadas


por las antiguas civilizaciones y religiones. La guerra
siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y costumbres.
La codificación del DIH a nivel universal comenzó en
el siglo XIX.
Desde entonces, los Estados han aceptado un
conjunto de normas basado en la amarga experiencia de
la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio
entre las preocupaciones de carácter humanitario y las
exigencias militares de los Estados.
En la misma medida en que ha crecido la comunidad
internacional, ha aumentado el número de Estados que ha
contribuido al desarrollo del DIH.
Actualmente, éste puede considerarse como un
Derecho verdaderamente universal.

¿Dónde se encuentra el Derecho Internacional Humanitario?


El DIH se encuentra esencialmente contenido en los cuatro Convenios de
Ginebra de 1949, en los que son parte casi todos los Estados. Estos
Convenios se completaron con otros dos tratados: los Protocolos adicionales
I y II de 1977 relativos a la protección de las victimas de los conflictos armados.

Hay otros textos que prohíben el uso de ciertas armas y tácticas militares o
que protegen a ciertas categorías de personas o de bienes.
Son principalmente:

 la Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes


culturales en caso de conflicto armado y sus dos Protocolos,
 la Convención de 1972 sobre Armas Bacteriológicas,
 la Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus
cinco Protocolos,
 la Convención de 1993 sobre Armas Químicas,
 el Tratado de Ottawa de 1997 sobre las Minas Antipersonal,
 el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño
relativo a la participación de niños en los conflictos armados.

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2. EVOLUCIÓN DEL DERECHO Y SUS PRINCIPALES ELEMENTOS


CONSTITUTIVOS

El Derecho Internacional de los Conflictos Armados se compone del Derecho


Internacional Consuetudinario y del Derecho de los Tratados o Derecho
Convencional.

El Derecho Internacional de los Conflictos Armados se basa obviamente en


nuestras costumbres y tradiciones, así como en la experiencia en conflictos armados
a través de la historia.
Ejemplo: la prohibición universal del envenenamiento
como método de guerra, que se remonta a tiempos
inmemoriales cuando, por ejemplo, los militares de ambos
bandos dictaban órdenes para que no se envenenasen los
pozos de agua, tanto en beneficio propio como de la
población civil, porque podrían necesitar el agua alguna
vez.

Con el transcurso del tiempo, estas costumbres, tradiciones y experiencias


se han desarrollado en “derecho imperativo”, a saber: Derecho Internacional
Consuetudinario y Derecho Convencional. Ambos son vinculantes desde el punto de
vista jurídico.

Represión de las infracciones


Finalidad. Alcances

La existencia de un aparato de sanciones en el DICA condiciona, de manera


fundamental, su eficacia.

Su propósito es punitivo como el de todo sistema de sanciones, pero este


andamiaje tiene, ante todo, un propósito preventivo dado que su incorporación al
derecho interno de los Estados condiciona su influencia sobre los comportamientos
de las personas y sobre la actuación del propio Estado, tanto para prevenir como
para castigar.

En los Convenios y en el Protocolo I se prevé que los Estados tomarán todas


las medidas legislativas necesarias para determinar las sanciones penales
adecuadas que han de aplicarse a las personas que cometan o den la orden de
cometer cualquier crimen de guerra y buscarán a las personas acusadas de haber
cometido o de haber dado la orden de cometer esos crímenes, incluidos los que
resulten de una omisión contraria a un deber de actuar. Asimismo deberán hacerla
comparecer ante sus propios tribunales, sea cual fuera su nacionalidad o podrán, si

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lo prefieren, y según sus disposiciones previstas en su propia legislación, entregarlas


para que sean juzgadas por otro Estado interesado, si éste ha formulado contra ellas
cargos suficientes.

También es posible llevar sospechosos de haber cometido un crimen de


guerra ante la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, Países Bajos (CI49,
CII50, CIII129, CIV146 y Estatuto de Roma 1998).

Consecuencia de la universalidad de la represión. La extradición será de


derecho cada vez que el Estado requerido no haya hecho comparecer al imputado
ante sus propios tribunales o ante la Corte Penal Internacional. Así, como esos
crímenes dependen de diversas jurisdicciones posibles, difícilmente quedarán sin
ser sancionados.

Derecho Internacional Consuetudinario


El Derecho Internacional Consuetudinario dimana de la práctica general y
consecuente que aplican los Estados por un sentido de obligación jurídica.

La importancia más obvia de las normas de Derecho Internacional


Consuetudinario es que son de obligado cumplimiento para todos los Estados.
Esto tiene ciertas consecuencias muy importantes. Incluso aunque un Estado no sea
Parte en un determinado tratado, queda vinculado a las disposiciones del mismo
que, bien codifican el Derecho Internacional Consuetudinario existente, bien se han
convertido, de por sí, en normas consuetudinarias.

Ejemplo: el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg decidió que las


disposiciones anexas al IV Convenio de La Haya de 1907 (Reglamento de La
Haya) reflejaban el Derecho Internacional Consuetudinario y que, por
consiguiente, vinculaban a Alemania, que era parte en la Convención, aunque
estuviese implicada en un conflicto con Checoslovaquia, que no era parte en el
Convenio. Cabe también destacar que el Derecho Internacional Consuetudinario
vincula, asimismo, a actores que no son Estados.

El Derecho Internacional Consuetudinario es también importante para


regular asuntos no incluidos en los Tratados de Derecho Internacional de los
Conflictos Armados. Por ejemplo, pocas son las normas codificadas aplicables en
Conflictos Armados No Internacionales, pero hay un sustancial cuerpo de normas de
Derecho Internacional Consuetudinario que rige la conducción de las operaciones en
tales situaciones de conflicto.

El hecho de que haya una posterior codificación de normas vigentes de


Derecho Internacional Consuetudinario en tratados o en convenios, no significa que
las normas consuetudinarias dejen de existir o que no se pueda ya recurrir a las
mismas. De hecho, continúan existiendo y evolucionan por separado, a la par de las
normas de los tratados.

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Esto queda plasmado en lo que se conoce como Cláusula de Martens, que


figura por primera vez en el Preámbulo del II Convenio de La Haya de 1899, para
luego pasar a ser un artículo común de cada uno de los Convenios de Ginebra.

En la Cláusula de Martens se reafirma que, aunque una Parte denuncie el


Convenio, esto:

“No surtirá efecto alguno sobre las obligaciones que las Partes en
conflicto hayan de cumplir en virtud de los principios del derecho de
gentes, tal como resulta de los usos establecidos entre las naciones
civilizadas, de las leyes de humanidad y de las exigencias de la
conciencia pública.”

En resumen, el Derecho Internacional Consuetudinario tiene una importancia


considerable: a veces, constituye la piedra angular del Derecho Moderno de los
Tratados, mientras que otras veces, ha evolucionado a partir del Derecho de los
Tratados e incluso colma los vacíos en que éste no existe.

Derecho de los Tratados o Derecho Convencional


El Derecho de los Tratados o Derecho Convencional se basa en las
siguientes ramas del Derecho:

 El Derecho de Ginebra. La finalidad de esta


rama del Derecho es proteger a las víctimas de
un conflicto en poder del adversario: civiles que
no participan o han dejado de participar en las
hostilidades, prisioneros de guerra y militares
fuera de combate, entre otros.
Los cuatro Convenios de Ginebra cubren
precisamente esta clase de situaciones, a saber:

 I Convenio de Ginebra, protege, durante la guerra, a los heridos y


enfermos de las fuerzas armadas en campaña.
Este Convenio es la versión actualizada del Convenio de Ginebra sobre los
combatientes heridos y enfermos, posterior a los textos adoptados en 1864,
1906 y 1929. Consta de 64 artículos, que establecen que se debe prestar
protección a los heridos y los enfermos, pero también al personal médico y
religioso, a las unidades médicas y al transporte médico. Este Convenio también
reconoce los emblemas distintivos. Tiene dos anexos que contienen un proyecto
de acuerdo sobre las zonas y las localidades sanitarias, y un modelo de tarjeta
de identidad para el personal médico y religioso.

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 II Convenio de Ginebra, protege, durante la guerra, a los heridos,


enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el mar.
Este Convenio reemplazó el Convenio de La Haya de 1907 para la adaptación a
la guerra marítima de los principios del Convenio de Ginebra de 1864. Retoma
las disposiciones del I Convenio de Ginebra en cuanto a su estructura y su
contenido. Consta de 63 artículos aplicables específicamente a la guerra
marítima. Por ejemplo, protege a los buques hospitales. Tiene un anexo que
contiene un modelo de tarjeta de identidad para el personal médico y religioso.

 III Convenio de Ginebra, abarca el estatuto y el trato debido a los


prisioneros de guerra.
Este Convenio reemplazó el Convenio sobre prisioneros de guerra de 1929.
Consta de 143 artículos, mientras que el Convenio de 1929 constaba de apenas
97. Se ampliaron las categorías de personas que tienen derecho a recibir el
estatuto de prisionero de guerra, de conformidad con los Convenios I y II. Se
definieron con mayor precisión las condiciones y los lugares para la captura; se
precisaron, sobre todo, las cuestiones relativas al trabajo de los prisioneros de
guerra, sus recursos financieros, la asistencia que tienen derecho a recibir y los
procesos judiciales en su contra. Este Convenio establece el principio de que los
prisioneros de guerra deben ser liberados y repatriados sin demora tras el cese
de las hostilidades activas. Tiene cinco anexos que contienen varios modelos de
acuerdos y tarjetas de identidad, entre otras.

 IV Convenio de Ginebra, protege a las personas civiles incluso en los


territorios ocupados durante la guerra.
Los Convenios de Ginebra que se adoptaron antes de 1949 se referían sólo a
los combatientes, y no a las personas civiles. Los hechos acaecidos durante la
Segunda Guerra Mundial pusieron en evidencia las consecuencias desastrosas
que tuvo la ausencia de un convenio que protegiera a los civiles en tiempo de
guerra. Este Convenio adoptado en 1949 toma en consideración la experiencia
de la Segunda Guerra Mundial. Consta de 159 artículos. Contiene una breve
sección sobre la protección general de la población contra algunas
consecuencias de la guerra, sin referirse a la conducción de las hostilidades, las
que se tomaron en cuenta más tarde, en los Protocolos adicionales de 1977. La
mayoría de las normas de este Convenio se refieren al estatuto y al trato que
debe darse a las personas protegidas, y distinguen entre la situación de los
extranjeros en el territorio de una de las partes en conflicto y la de los civiles en
territorios ocupados. Define las obligaciones de la Potencia ocupante respecto
de la población civil y contiene disposiciones precisas acerca de la ayuda
humanitaria que tiene derecho a recibir la población civil de territorios ocupados.
Además, contiene un régimen específico sobre el trato de los internados civiles.
Tiene tres anexos que contienen un modelo de acuerdo sobre las zonas
sanitarias y las zonas de seguridad, un proyecto de reglamento sobre los
socorros humanitarios y modelos de tarjetas.

 Artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra marcó un gran


avance, ya que abarca los Conflictos Armados No Internacionales, que
nunca antes habían sido incluidos en los tratados. Estos conflictos pueden

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ser de diversos tipos. Puede tratarse de guerras civiles, conflictos armados


internos que se extienden a otros Estados, o conflictos internos en los que
terceros Estados o una fuerza internacional intervienen junto con el
gobierno.
El Artículo 3 común establece las normas fundamentales que no
pueden derogarse. Es una suerte de mini convenio dentro de los
Convenios, ya que contiene las normas esenciales de los Convenios de
Ginebra en un formato condensado y las hace aplicables a los conflictos
sin carácter internacional:
 Establece que se debe tratar con humanidad a todas las personas que
no participen en las hostilidades o que caigan en poder del adversario,
sin distinción alguna de índole desfavorable. Prohíbe específicamente
los atentados contra la vida, las mutilaciones, la toma de rehenes, la
tortura, los tratos humillantes, crueles y degradantes, y dispone que
deben ofrecerse todas las garantías judiciales.
 Establece que se debe recoger y asistir a los heridos y los enfermos.
 Concede al CICR el derecho a ofrecer sus servicios a las partes en
conflicto.
 Insta a las partes en conflicto a poner en vigor, mediante acuerdos
especiales, la totalidad o partes de los Convenios de Ginebra.
 Reconoce que la aplicación de esas normas no afecta el estatuto jurídico
de las Partes en conflicto.

Dado que la mayor parte de los conflictos armados actuales no son de


carácter internacional, es de suma importancia aplicar el artículo 3 común.
Es necesario que se lo respete plenamente.

 El Derecho de La Haya. Su finalidad es sentar normas para la conducción de


las operaciones, cómo se ha de llevar el combate, estipulando, por ejemplo,
acerca de lo que puede ser objetivo de ataque y cómo atacarlo. Contiene
normas que limitan los efectos destructivos del combate, que serían excesivos
respecto a lo realmente necesario para lograr el objetivo o misión militar.

Evolución del Derecho Convencional

El Derecho Internacional de los Conflictos Armados ha atravesado un


proceso de dinámicos cambios en años recientes, por haberse aprobado nuevas
disposiciones para ir a la par con la naturaleza cambiante de los conflictos.

Las nuevas disposiciones combinan, a menudo, aspectos de ambos


Derechos de La Haya y de Ginebra. Algunos ejemplos son:

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La Convención de La Haya de 1954 para la protección de los


bienes culturales en caso de conflicto armado y su Protocolo I de
1954 y el Protocolo II, el más reciente, de 1999.
La Convención de 1972 sobre la prohibición del desarrollo, la
producción y el almacenamiento de armas bacteriológicas.
Dos Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, de 1977: el Protocolo
I relativo a los Conflictos Armados Internacionales y el Protocolo II relativo a
los Conflictos Armados No Internacionales y fijan límites a la forma en que se
libran las guerras.
La Convención de las Naciones Unidas de 1980, relativa a las armas
convencionales, con los Protocolos que abarcan:
 fragmentos no localizables,
 minas, armas trampa y otros artefactos
(enmendado en 1996),
 armas incendiarias,
 armas láser cegadoras (aprobado en 1996).
El Convenio de 1993, relativo a armas químicas.
La Convención de Ottawa de 1997 sobre la
prohibición de minas antipersonal.
En 2005, se aprobó un tercer Protocolo adicional, que establece un
emblema adicional: el cristal rojo, que tiene el mismo estatuto internacional
que los emblemas de la cruz roja y de la media luna roja.

Prohibición de la Guerra
Es importante destacar que el Derecho de la Guerra contuvo hasta hace
algunas décadas un conjunto de normas cuya finalidad era reglamentar el
“Derecho a la Guerra” que tenía todo Estado soberano.

Este conjunto de normas, conocido como jus ad bellum (Derecho a la


Guerra) completaba el conjunto del Derecho de la Guerra como rama integrante del
Derecho Internacional Público.

Esta regulación jurídica de la guerra considerada en aquel entonces “lícita”


se refería a los procedimientos para recurrir al uso de la fuerza armada y tenía por
propósito excluir del ámbito de las relaciones internacionales el recurso abusivo a la
guerra, con la finalidad de disminuir su frecuencia como medio de solución de las
controversias internacionales.

Lo cierto es que hoy en día esta parte del Derecho Internacional


prácticamente ha desaparecido, por cuanto la prohibición de recurrir a la fuerza con
el objetivo antes señalado ha quedado definitivamente consagrada desde octubre de

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1945 por el Art. 2 inc. 4º de la Carta de las Naciones Unidas, el que contiene una
prohibición general del uso de la fuerza:

"Los Miembros de la Organización, en sus relaciones


internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso
de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia
política de cualquier Estado, en cualquier otra forma
incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.”

Sin embargo, hay situaciones en las que las Naciones Unidas autorizan el
empleo de las Fuerzas Armadas, a saber:

 Cuando asiste el Derecho de Legítima Defensa (individual o colectiva); es el


caso de un Estado (o un grupo de Estados) que es objeto de una agresión por
otro Estado (o grupo de Estados).

 Cuando el Consejo de Seguridad (basándose en el Capítulo VII de la Carta de


las Naciones Unidas), decide el empleo colectivo de la fuerza, mediante:

 medidas coercitivas (o de fuerza), cuyo objetivo es restablecer la paz,


contra un Estado que sea amenaza para la seguridad internacional;
 medidas para mantener la paz, en forma de misiones de observación o
de misiones de mantenimiento de la paz.

 Cuando asiste el Derecho de los pueblos a la libre determinación. De


hecho, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Resolución 2105,
aprobada en 1965, "reconoce la legitimidad de la lucha que los pueblos bajo
el dominio colonial libran por el ejercicio de su derecho a la libre
determinación y a la Independencia (...)".

Hechas estas salvedades, llegamos a la conclusión de que en nuestros días


el jus ad bellum (Derecho a la Guerra)
prácticamente ha desaparecido, de modo que lo
Recordar:
que aún queda del Derecho de la Guerra está en
los dos cuerpos de normas mencionados: el ius in bello: Derecho en la Guerra
Derecho de Ginebra y el Derecho de La Haya.
Ambos constituyen el Derecho en la Guerra, el ius ad bellum: Derecho a la Guerra
jus in bellum o Derecho Internacional
Humanitario, cuya importancia y actualidad no
puede pasarse por alto.

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La finalidad del Derecho Internacional Humanitario (como ya dijimos), es


limitar los sufrimientos provocados por la guerra, garantizando (tanto como sea
posible), la protección y la asistencia a las víctimas.

Así pues, se aborda la realidad de un conflicto sin entrar en consideraciones


relativas a los motivos o a la legalidad del recurso a la fuerza; únicamente se regulan
los aspectos que tienen un alcance humanitario, lo que denominamos “ius in bello”
(Derecho en la Guerra).

En caso de Conflicto Armado Internacional, a menudo resulta difícil


determinar qué Estado es culpable de una violación a la Carta de las Naciones
Unidas. Ahora bien, el sistema del Derecho Internacional Humanitario se aplica sin
importar el culpable.

Derecho de los Derechos Humanos


El tema del Derecho Internacional de los Conflictos Armados quedaría
incompleto si no mencionamos brevemente otra rama del Derecho Internacional,
(aplicable tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz): el Derecho de los
Derechos Humanos.
Su finalidad es proteger los Derechos de los ciudadanos ante las
autoridades del Estado. Los Derechos, figuran en instrumentos de las Naciones
Unidas como el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas y
en convenios y cartas zonales en Europa, África y América.
Todos los derechos que figuran en estos Tratados están vigentes en todo
momento. Aunque un Estado puede derogar, en condiciones sumamente concretas,
ciertos Derechos Humanos en caso de urgencia pública que ponga en peligro la
existencia de la nación, siempre es aplicable cierto número de derechos fundamentales.
Para los militares, los dos más importantes que hay que recordar son:

 El Derecho a la Vida: incluso en conflictos armados, actos como matar a


prisioneros y dar muerte a rehenes son contrarios al Derecho.
 La prohibición de la tortura: no se puede someter a nadie a tortura ni a
tratos ni castigos crueles, inhumanos o degradantes. La violación y la
agresión sexual también pueden constituir tortura.

Todos los demás Derechos se pueden modificar, pero nunca suprimir. Por
ejemplo, en un conflicto armado internacional, se puede detener a ex combatientes
como prisioneros de guerra pero, incluso en un conflicto armado, es ilegal detener a
personas de manera indiscriminada y mantenerlas incomunicadas durante un largo
periodo de tiempo, sin haber sido debidamente autorizada su detención.

El Sistema de Derechos Humanos y el Derecho Internacional de los


Conflictos Armados se deben considerar complementarios. No debe haber
diferencias en el respeto de los Derechos Humanos, ni en tiempo de guerra ni en

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tiempo de paz, pues, sobre todo en situaciones de conflicto peligran más estos
derechos y las personas civiles acudirán a las Fuerzas Armadas para buscar
protección.

3. APLICACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS


CONFLICTOS ARMADOS
El Derecho Internacional de los Conflictos Armados se emplea incluso
cuando no ha habido una declaración formal de guerra. Se aplica
en dos clases de situaciones bien distintas.

 Conflictos Armados Internacionales


Ejemplos: la Guerra del Golfo, la Guerra de las Islas
Falkland/Malvinas
 Conflictos Armados No Internacionales
Ejemplos: Sri Lanka, Chechenia.

Antes de definir estos términos, cabe mencionar por qué


decimos ahora conflicto en vez de guerra.
La respuesta es clara. De conformidad con lo estipulado en la Carta de las
Naciones Unidas de 1945, aprobada poco después de los horrores de la Segunda
Guerra Mundial, queda prohibido el uso de la fuerza por parte de un Estado contra
otro (Art. 2). Los Estados pueden recurrir a la fuerza en el ejercicio de su derecho
inherente, individual o colectivo, de legítima defensa (Art. 51) o como parte de
sanciones militares autorizadas por el Consejo de Seguridad (Artículos 43-48).
Por consiguiente, desde entonces, los Estados han evitado declarar la
guerra. Los Convenios de Ginebra de 1949 adoptaron deliberadamente la
expresión más general de “conflicto armado”, para abarcar el alcance total de las
situaciones y evitar debates jurídicos acerca de la definición exacta de guerra.
Hoy los Estados son renuentes a hablar de guerra o a reconocer que existe
un estado de guerra, pero como es sabido, los conflictos armados existen realmente.

Un Conflicto Armado surge cuando hay luchas entre Estados o violencia


armada prolongada entre las autoridades del Gobierno y grupos armados
organizados o, sencillamente entre grupos armados organizados.

Un Conflicto Armado Internacional surge cuando un Estado hace uso de sus


fuerzas armadas contra otro o varios Estados. El término también se aplica a
todos los casos de ocupación militar total o parcial, incluso cuando no se
oponga resistencia armada a la ocupación. Ahora carece de importancia que
los Estados de que se trata consideren estar en guerra entre sí o el hecho de
cómo califiquen el conflicto. Un conflicto armado internacional finaliza con el

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cese de las hostilidades o de la ocupación territorial. No obstante, los


prisioneros de guerra que permanecen en poder de las partes continúan bajo la
protección del derecho hasta que los liberen.

Los Conflictos Armados No Internacionales, también llamados conflictos


armados internos, tienen lugar en el territorio de un Estado y en ellos no
participan las fuerzas armadas de ningún otro Estado. Un ejemplo es el empleo
de las fuerzas armadas del Estado contra grupos de disidentes, de rebeldes o
insurgentes. Otro, el de dos o más grupos armados que luchan en un Estado,
pero no necesariamente con la participación de tropas gubernamentales.

Niveles inferiores de violencia interna, en el Derecho de los Conflictos


Armados, no hay disposiciones relativas a situaciones de disturbios internos y
tensiones en que haya manifestaciones violentas y motines.

¿Qué cubre el Derecho Internacional Humanitario?


El DIH cubre dos ámbitos:

 La protección de las personas que no participan o que ya no participan en las


hostilidades.
 Una serie de restricciones de los medios de guerra, especialmente las armas,
y de los métodos de guerra, como son ciertas tácticas militares.

¿En qué consiste la "protección"?


El DIH protege a las personas que no toman parte en las hostilidades, como
son los civiles y el personal médico y religioso. Protege asimismo a las personas que
ya no participan en los combates, por ejemplo, los combatientes heridos o enfermos,
los náufragos y los prisioneros de guerra.

Esas personas tienen derecho a que se respete su vida y su integridad física


y moral, y se benefician de garantías judiciales. Serán, en todas las circunstancias,
protegidas y tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable.

En particular, está prohibido matar o herir a un adversario que haya


depuesto las armas o que esté fuera de combate. Los heridos y los enfermos serán
recogidos y asistidos por la parte beligerante en cuyo poder estén. Se respetarán el
personal y el material médico, los hospitales y las ambulancias.

Normas específicas regulan asimismo las condiciones de detención de los


prisioneros de guerra y el trato debido a los civiles que se hallan bajo la autoridad de
la parte adversa, lo que incluye, en particular, su mantenimiento, atención médica y
el derecho a corresponder con sus familiares.

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El DIH prevé, asimismo, algunos signos distintivos que se pueden emplear


para identificar a las personas, los bienes y los lugares protegidos. Se trata
principalmente de los emblemas de la cruz roja y de la media luna roja, así como los
signos distintivos específicos de los bienes culturales y de la protección civil (que
veremos más adelante).

Restricciones a que están sometidos los medios y métodos de hacer la guerra

El DIH prohíbe, entre otras cosas, los medios y los métodos militares que:

 no distinguen entre las personas que participan en los combates y las


personas que no toman parte en los combates, a fin de respetar la vida de la
población civil, de las personas civiles y los bienes civiles;
 causan daños superfluos o sufrimientos innecesarios;
 causan daños graves y duraderos al medio ambiente.
El DIH ha prohibido, el uso de muchas armas, incluidas las balas explosivas,
las armas químicas y biológicas, las armas láser que causan ceguera y las minas
antipersonal.

¿Cómo aplicar el Derecho Internacional Humanitario?


Se han de tomar medidas para garantizar el respeto del DIH. Los Estados
tienen la obligación de dar a conocer las normas de ese Derecho a las respectivas
Fuerzas Armadas y al público en general. Deben prevenir y, si procede, castigar
todas las violaciones del Derecho Internacional Humanitario.

Para ello, deben, en particular, promulgar leyes para castigar las violaciones
más graves de los Convenios de Ginebra y de los Protocolos adicionales,
denominadas crímenes de guerra. Asimismo, habría que aprobar una ley que
garantice la protección de de los emblemas de la cruz roja y de media luna roja.

Se han tomado medidas a nivel internacional, creando dos tribunales para


castigar los crímenes cometidos en los conflictos de ex Yugoslavia y de Ruanda.
Una Corte Penal Internacional ha sido creada por el “Estatuto de Roma” aprobado
en 1998.

4. LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DEL DERECHO INTERNACIONAL


DE LOS CONFLICTOS ARMADOS
Así como las operaciones militares tienen principios de ataque, defensa,
retirada, etc., lo mismo ocurre con el Derecho Internacional de los Conflictos
Armados, que dispone de un conjunto de principios claramente definidos. Estos

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principios son prácticos, reflejan la realidad de los conflictos y, ante todo, nada
incluyen que no pueda aplicar en el combate un soldado profesional.

Logran un equilibrio entre la humanidad y la necesidad militar, y son


aplicables en todo momento, en todo lugar y en todas las circunstancias. Se han de
tener en cuenta como asunto de rutina en cualquier evaluación, planificación y, por
supuesto, formación de índole militar que se realice.

DISTINCIÓN
Se debe hacer siempre una clara distinción entre combatientes y personas civiles o
la población civil como tal. Por supuesto que se puede atacar a combatientes, salvo
cuando queden al margen de la acción, como por ejemplo cuando estén fuera de
combate. Las personas civiles están protegidas y no pueden ser objeto de ataques, pero
pierden esa protección cuando participan directamente en las hostilidades mientras dure
tal participación.
Asimismo, siempre se deben distinguir entre objetivos militares que se pueden
atacar y bienes de carácter civil que han de respetarse.
La palabra “bien” abarca toda clase de bienes, públicos o privados, muebles o inmuebles.

PROPORCIONALIDAD
Cuando se atacan objetivos militares, se debe preservar en todo lo posible a la población
civil y los bienes de carácter civil, para que no sufran daños incidentales o colaterales.
Los daños incidentales no deben ser excesivos en relación con la ventaja militar concreta
y directa que ustedes prevén en sus operaciones.
El empleo excesivo de la fuerza infringe claramente el Derecho de los Conflictos
Armados.

NECESIDAD MILITAR
Toda actividad de combate debe justificarse por motivos militares; están prohibidas las
actividades que no sean militarmente necesarias.
Está prohibido atacar a pacíficas personas civiles o quienes estén fuera de combate,
porque con ello no se obtiene ventaja militar alguna. En las normas de los tratados
internacionales se tiene debidamente en cuenta la necesidad militar.
No se puede invocar como excusa la necesidad militar para invalidar el derecho de los
conflictos armados.
Toda acción emprendida para destruir bienes del enemigo y requerida por la necesidad
militar tiene que avenirse con los principios de distinción y de proporcionalidad. No se
puede recurrir a la necesidad militar como excusa para la dejadez, la indiferencia o el
comportamiento no profesional.

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LIMITACIÓN
En todo conflicto armado, el derecho de las Partes en conflicto a elegir los métodos o
medios de combate no es ilimitado.
Queda prohibido el empleo de armas, proyectiles, materiales y métodos de tal índole que
causen males superfluos o sufrimientos innecesarios.
Queda prohibido el empleo de métodos o medios que hayan sido concebidos para
causar, o de los que quepa prever que causen daños extensos, duraderos y graves al
medio ambiente natural.

BUENA FE
La buena fe entre adversarios es un principio consuetudinario de la guerra. Los militares
deben interpretar de buena fe el Derecho de los Conflictos Armados. Asimismo, se debe
demostrar buena fe en las negociaciones entre adversarios y con organizaciones
humanitarias.

TRATO HUMANO Y NO DISCRIMINACIÓN


Todas las personas deben ser tratadas con humanidad y sin sufrir discriminación por
razones de sexo, nacionalidad, raza, religión o convicción política.
Quienes estén fuera de combate, como combatientes que se rinden, tripulación que se
lanza en paracaídas de un avión abatido, heridos, enfermos y náufragos, así como
prisioneros de guerra y demás personas cautivas y detenidas, han de ser identificados
como tales y tratados humanamente.

PROHIBICIÓN DE REPRESALIAS
Se prohíben las represalias, es decir las violaciones del Derecho como respuesta a otras
violaciones del Derecho contra los heridos, los enfermos y los náufragos, el personal
sanitario y los servicios sanitarios, el personal y los servicios de protección civil, los
prisioneros de guerra, las personas civiles, los bienes civiles y culturales, el medio natural
y las obras e instalaciones que contienen fuerzas peligrosas.

SUBSIDIARIEDAD (REGLA DE MARTENS)


En los casos no previstos en los Convenios, en el Protocolo o en otros acuerdos
internacionales, o en caso de denuncia de esos acuerdos, “las personas civiles y los
combatientes quedan bajo la protección y el imperio de los principios del derecho de
gentes derivados de los usos establecidos, de los principios de humanidad y de los
dictados de la conciencia pública”.

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BIBLIOGRAFÍA

• Ministerio de Defensa, Manual de Derecho Internacional de los Conflictos


Armados, Min. Def., 2010.
• Comité Internacional de la Cruz Roja, DICA 1 (lección 1), pdf extraído de Internet
de la página Web de la Cruz Roja en julio de 2011.
• Página Web de las Naciones Unidas: http://www.un.org/es/
Derecho Internacional:
http://www.un.org/Depts/dhl/spanish/resguids/specilsp.htm
• Pág. Web de La Cruz Roja, pdf
¿Qué es el Derecho Internacional Humanitario?,
http://www.icrc.org/spa/resources/documents/legal-fact-sheet/5v5jw9.htm
Los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales
http://www.icrc.org/spa/war-and-law/treaties-customary-law/geneva-
conventions/index.jsp

Nota: Todas las imágenes de este capítulo fueron extraídas de Internet.

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