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Ansaldi, W: Orígenes y desarrollo de la burguesía en América Latina, 1700-1955.

Cap XVI, Notas sobre la formación de la burguesía argentina, 1780-1880.

Su campo de análisis está centrado en como se forman las clases sociales argentinas y cómo una de
ellas logra acceder y mantenerse en el poder. Parte de la potencialidad explicativa de las categorías de
Gramsci abarcando no solo las relaciones sociales sino también el problema del poder, en particular el
ejercicio de la hegemonía y/o coacción de una clase sobre otras. Toma la idea de que las clases sociales
son realidades estructurales pero no solo en el plano de las relaciones sociales donde ellas se manifiestan
sino también en cuanto al complejo de actividades practicas y teóricas con las cuales la clase dirigente
no solo justifica y mantiene su dominio sino también logra obtener el consenso activo de los
gobernados.
Toma también la idea de crisis orgánica (crisis de hegemonía, que implica una ruptura de la relación
orgánica entre los grupos sociales y sus partidos, entre las bases sociales y los actores sociales que ellos
engendran – esta ruptura implica un desfase entre la estructura y su edificio jurídico político) para
explicar al periodo que se abre en la argentina de 1806 a 1880.
Su hipótesis es que mientras la burguesía bonaerense se construye como clase y como fracción
hegemónica dentro de la burguesía argentina, construye el Estado provincial y le Estado nacional;
al mismo tiempo la edificación de estos revierte en la de aquella. Hay un simultáneo y dialéctico
proceso en el cual la clase construye al Estado y el Estado construye la clase.
Acerca de la génesis de la burguesía argentina. El proceso de formación de la burguesía argentina
reconoce varias vertientes, para llegar a este deberá reconstruir tal proceso en dos vertientes: el de las
burguesías regionales y el de la transformación de estas en una clase de alcance nacional. Puede
considerarse como comienzo de la gestación de la burguesía argentina el último cuarto del siglo XVIII,
donde comerciantes y terratenientes producen reacomodamientos que modifican cualitativa y
significativamente su estructura de clases. Las reformas introducidas por el poder colonial (borbónicas)
refuerzan la tendencia que presenta Buenos Aires a su ascenso como ciudad comercial y burocrática al
favorecer la radicación de un nuevo grupo de comerciantes peninsulares que poseen mayor interés en
obtener altas ganancias. Corresponde aquí señalar a los hacendados como integrantes de una fracción
protoburguesa donde se percibe que el puente de su unión con los comerciantes es que sus intereses
necesitan de la expansión hacia el mercado externo.
En tales condiciones la coincidencia de intereses entre hacendados, comerciantes rioplatenses
librecambistas y comerciantes ingleses tiende a hacerse mas firme y plantea un conflicto de intereses
con los monopolistas burócratas de la colonia. Esta contradicción va dejando lugar a otra de carácter
político que plantea la cuestión del poder y su ejercicio: independencia o continuidad de la situación
colonial.
Tanto comerciantes libre importadores como hacendados constituyen fracciones de una misma clase
en formación, la burguesía porteño – bonaerense que exhibe un escaso desarrollo económico – social, lo
que es apreciable en la escasa acumulación del capital, la improvisación comercial, el descuido del
ganado, etc. Así los terratenientes ganaderos solo producen atendiendo al mercado externo y al
incremento del volumen de las exportaciones, los comerciantes aspiran a mantener y acrecentar las
importaciones y exportaciones sin reinvertir las ganancias en manufacturas e industrias y en ambos
casos estas fracciones están lejos de constituir una clase burguesa con intereses nacionales, esto es,
fundados en el desarrollo del mercado interno y una industrialización autónoma.
El nudo histórico 1806-1812. El poder colonial es sometido a la acción convergente de dos agentes
destructivos: las invasiones inglesas y la caída de la monarquía borbónica en España, así de 1806 a 1810
el Virreinato platense asiste a la apertura de una crisis orgánica donde el desplazamiento del virrey
Sobremonte y la imposición de Liniers por obra de las milicias criollas y el Cabildo porteño abrirán el
camino que llevara a la declaración formal de la independencia jurídico – política. En estos años se pone
de manifiesto el agotamiento del grupo social dominante – expresión de la dominación colonial – y la
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desintegración del bloque ideológico correspondiente. Frente a él aparece el empuje de los actores
sociales engendrados por las modificaciones estructurales. Esta ruptura entre la burguesía criolla (hasta
entonces subalterna) y la ideología dominante es un aspecto inicial esencial de la crisis orgánica,
consolidado por el desarrollo de una conciencia política e ideológica acerca de su propia personalidad
histórica la que la lleva a definir sus intereses particulares como generales. De entre todas las clases
subalternas la burguesía comercial y terrateniente bonaerense será la fracción dominante – hegemónica
de la nueva clase fundamental del bloque histórico que reemplazara al antiguo sistema colonial. La crisis
orgánica deviene en revolución anticolonial donde es la cuestión sobre el control del Estado la que no
encuentra definición precisa y prolonga la crisis: durante siete décadas se intentara dar una respuesta que
permita la consolidación de una clase capaz de dominar la sociedad argentina y construir un Estado
Nacional, en 1880 ha de cerrarse la crisis abierta en 1806.
En el plano económico aparecen 3 cuestiones conflictivas: la política aduanera, el comercio exterior
y el mercado interno; en las tres difieren los intereses y posiciones de las clases dominantes de Bs.As.,
del litoral y del interior; en ninguna se encuentra una política viable para su solución a escala nacional.
El fracaso de la burguesía bonaerense desnuda los limites de su desarrollo estructural y de su conciencia
de personalidad histórica propia. Ante ella las demás provincias constituyen un frente policlasista,
heterogéneo, sin coherencia ideológica y sin una estrategia única, consecuencia del distinto grado de
desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción que existen en ellas. 1820 trae
modificaciones en Bs.As. que aunque pierde primacía política a escala nacional (el espacio rioplatense
se fragmenta en provincias autónomas) gana en el terreno económico, la burguesía terrateniente será la
mayor beneficiaria del nuevo orden político.
La trilateralidad del conflicto social rioplatense. Varios procesos se desenvuelven con el desarrollo
de la crisis orgánica. 3 de ellos aparecen en un plano destacado: la creación de la nación, la constitución
del mercado interno y la formación del Estado nacional. Los 3 son otra expresión del proceso de
constitución de la burguesía como clase fundamental de la sociedad argentina. Cuando en 1880 se
soluciona la crisis orgánica tres pasajes alcanzan niveles decisivos: de las burguesías y/o protoburguesias
regionales a una burguesía nacional; de los mercados regionales al mercado nacional: de los aparatos
estatales provinciales a un Estado nacional. Esta transición que se opera a nivel interno coincide con la
que se produce a nivel externo, en el mercado capitalista, muy en especial en las formaciones centrales.
Es mas forma parte de ella en tanto se integra al proceso de acumulación y expansión mundiales del
capitalismo.
Tanto la estructura del interior como del litoral son heterogéneas aunque en el litoral existe un área
dinámica capaz de subordinar a las mas retrasadas que no encuentra similitud en las regiones interiores
al menos hasta 1870-80. Así el interior se constituye como varias regiones donde se ven estructuras
sociales y ritmos de transformación desiguales. Sin embargo en cada región hay una clase dominante
enfrentada a sus subalternas pero también contradicciones que les son impuestas por otras clases
dominantes de otras regiones. En este sentido las guerras civiles aparecen como el lugar en donde se
expresan las contradicciones sociales.
La heterogeneidad estructural es uno de los elementos que explica las características de la formación
social rioplatense decimonónica pero no el único. A su lado hay que colocar la debilidad estructural de
clases y fracciones actoras del proceso. Es esta la que obstaculiza el camino hacia la formación de la
nación, del mercado interno y del Estado nacional, objetivos logrados relativamente cuando la fracción
terrateniente de la burguesía del litoral logra hacer de sus intereses particulares los generales de la
nación. Ella es la fracción más dinámica de la sociedad argentina que surge a partir de la burguesía
comercial y en estrecha relación con el mercado mundial y la clase dirigentes de Inglaterra, vanguardia
del proceso de expansión capitalista a escala mundial. La expansión y penetración del modo de
producción capitalista no trae consigo la destrucción radical de los modos y formas no capitalistas
imperantes en el interior: los somete, los transforma, los absorbe convirtiendo a sus clases dominantes
en aliadas fundamentales. Desde el punto de vista político las antiguas clases dominantes del interior

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articulan con la burguesía del litoral una alianza (PAN) que les permite beneficiarse en los usos del
poder estatal.
El Estado nacional es posible cuando se constituye el bloque histórico capitalista a escala de todo el
país afianzado por esa alianza de clases dominantes regionales cuya columna forman los terratenientes
bonaerenses. Pero de ninguna manera puede reducirse la constitución de este nuevo bloque histórico a la
alianza de clases ya que junto a ella se afirma la dirección política e ideológica de la burguesía del litoral
sobre el conjunto de la sociedad. La alianza ensancha la base social de la hegemonía terrateniente a nivel
de la estructura económica. La dirección política e ideológica la afianza en el control de la sociedad
política y la sociedad civil. La vinculación orgánica entre uno y otro nivel es efectuada por los
intelectuales y ella constituye el bloque histórico. El hilo conductor esta dado por la coincidencia de
intereses estructurales que llevan a la constitución de una sociedad capitalista dependiente, coincidencia
que se revela en dos niveles articulados: la lucha contra los sectores capitalistas urbanos y regionales, en
el plano interno; la adecuación a las condiciones creadas a escala mundial por la división internacional
del trabajo y el imperialismo, en el externo. El primero de los planos tiene que ver con la necesidad de
construir un mercado interno y un Estado nacional que monopolice el uso de la violencia y favorezca la
creación y acción de las instituciones encargadas de generar, modificar, readaptar, difundir y consolidar
la ideología de la clase fundamental - tarea que dará jerarquía a los intelectuales y a las organizaciones
con funciones ideológicas (escuelas) El plano externo favorece tanto a la limadura de asperezas entre
comerciantes y terratenientes como el acercamiento entre el interior y el litoral ya que la importancia del
sector externo realza el poder de puerto de BsAs al concentrar actividades y entidades vinculadas
directamente con el comercio de importación – exportación. Los dos planos coinciden en la
concentración del poder político y económico en la ciudad.
El análisis de los movimientos y conflictos sociales argentinos indica la incapacidad de las clases
subalternas rurales y urbanas de construir un bloque o frente común para oponer a su antagonista de
clase durante el periodo de transición al capitalismo dependiente.
La acumulación originaria. En este periodo nos encontramos en el Rió de la Plata en la primera fase
de la acumulación originaria, la de adquisición. Dentro de esta fase la segunda manera de incrementar el
patrimonio aparece como la más importante y es la adquisición de propiedades excepcionalmente
baratas, en particular en Bs.As. aquí aparecen peculiaridades del capitalismo argentino: La burguesía no
acumula comprando tierras a sus anteriores propietarios sino al Estado que a través de un proceso de
expansión de fronteras que desaloja a los indios y gauchos consolida la propiedad terrateniente. La
mayoría de las veces no la compra, es decir, la obtiene gratis o a un costo extremadamente bajo.
En términos económicos altas ganancias y escasa inversiones constituyen la dinámica de la
expansión ganadera bonaerense que se constituye desde 1820 en el sector económico, social y político
más importante de la sociedad rioplatense. La aparición y el desarrollo del saladero constituye el
elemento divisor de funciones dentro del sector o fracción de los hacendados: cría e invernada. El
saladero se constituye así como una actividad industrial capitalista en la que el hecho dominante es que
quienes la ejercen son terratenientes o comerciantes deviniéndolo, o barraqueros en donde el capital
invertido es accesorio a otras actividades (ganadería y comercio) y no constituye un capital comercial
devenido industrial y que como tal adquiere autonomía y termina dominando a aquel.
En el periodo se va produciendo una clara división del trabajo, una especialización de comerciantes
en donde, en líneas generales, los comerciantes británicos controlan el comercio exterior, los
rioplatenses el interior aunque en uno y otro haya alguna presencia nacional o extranjera y los
hacendados porteños mantiene el control de la producción aunque relegan el transporte y la
comercialización.
Aspectos importantes y determinantes que pueden inferirse: a) los limites económicos de la
burguesía incapaz de controlar la comercialización de ultramar y el transporte; b) la exportación de
excedente a través del control del transporte a distancia y de la comercialización (esta exportación de
excedente beneficia a la burguesía inglesa y sus adelantados en la capital rioplatense); c)el plusvalor

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generado en el interior de la sociedad bonaerense es apropiado por los ganaderos pero la masa del
plusvalor se reparte entre estos y los comerciantes ingleses; d) la alianza de clases que se articula entre la
burguesía inglesa y los ganaderos. En cuanto al interior se produce un desplazamiento hacia la esfera de
la producción aunque la actividad económica dominante sigue siendo la distribución y cambio, la
circulación de mercancías, lo que hace que los comerciantes sean los que detenten el poder.

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