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En el Banquete, el diélogo sobre el amor, Sécrates, al terminar de hablar, da la palabra a-una mujer: Diotima, Ella no parti pa en esos intercambios ni en esas comidas entre ‘no ser que no iotima seré muy dialéctica, Pero de una dialéctica diferente de lo que habitualmente lamamos dialéctica. En efecto, no pasa, por oposici6n, del primer termino al segundo pata legar a una sintesis de los dos como en Hegel. Establece de entrada el intermediario, que ya no seré abandonado como medio ‘o camino. Asi pues, xm " Eso se sefiala respecto al tema pero también se pone perpetus- ‘mente en escena, en juego, en la exposicién del tema, ‘Asi Diotima refita de inmediato que el amor sea un gran Dios y que sea amor de las cosas bellas. A ciesgo de falar al respeto a Jos Dioses, también afirra que el amor no es nj bello ni bueno. ‘Lo cual lleva a su interlocutor a creer immediatamente que es feo y malo, incapaz como e8 de captar la existencia ola instancia deo ‘que se encuentra entre lo que permite el devenir entre ignorancia y clencia, Si en cada instante no tviéramos algo que aprender del fencuentxo con la realidad, entre la realidad y el saber ya estable- ido, no perfeccionartamos nuestra sabiduria, Y no volverse mas sabio significa volverse mas ignorante. : « esta manera, éntre el saber y la realidad, tiene lugar el in- termediario que permite el encuentro y a transmutacién o trans- valoracién entre Jos dos. La dialéctica de Diotima tiene cuatro términos, por lo menos. El mis acd, los dos polos del encuentro y el més alld, pero un més allé que nunca suprime el mis acd. Y asi indefinidamente. El mediador nunca es sbolido en un sa ber indefectible. Todo est siernpre en movimiento, en deveniz. Yel mediador de todo elloes, entre otros, o de modo ejemplar, el amor, Nunca cumplido, siempre deviniendo, i YY, como respuesta a la protesta de Sécrates de que el amor es ‘un gran Dios, que todos Io dicen o lo piensan como ial, ella rie. Su réplica no es en absoluto iracunda, efecto de la oscilacin entre contradictorios, es una risa que se fandamenta en oteo terreno. Riendo, entonces, le pregunta 2 Sécrates quiénes son esos todos. De igual modo que deshace sin cesar la seguridad o la dausura .de 10s términos opuestos (Diotia deshace todo conjunto.de unin dades reducidas @ una similitud para, constituir-un, toda: 4-—¢Te! ‘efieres ~dij ella~ a todos los.que-nd sabero también alos que sa- mn? asf lente a todos, por supuesto..Enfonces « ‘Apaciguade’asf la tensién entre los opuestos, Diot demuestra, que el «todos» no existe, dela misma mancra que Syms fea fe, le Bong, a0 Bb dela Pade Piso pequehas cores requerides por el contest seguiznos la trad ap. de Me Martinez Heerninde2, Bangute, e, Dialogs (vl II) Grados, Made, 1989, p. 445-246}, 52 1883 ima rauesta, tampoco existe la posicién del amor como siendo desde slempre un ‘gran Dios, gNo ensefia nada ya definido? Un método del devenir. sabjo, culto, mas perfecto en el amor y en el arte. Asi interrogs" sin cesar a Socrates sobre sus posiciones sin aportar, magistfal- ‘mente, verdades ya constituidas. Ensefia mis bien a renunciar a2, las verdades ya establecidas. Y, cada vex que Sécrates cree tenet algo por seguro, ella deshace su seguridad, La seguridad de él, pero también todas las que ya estin fijadas en la lengua. Todas las. entidades, sustantivos, adverbios, frases. son paciente y alegre: mente cuestionadas. Para el amor, Ja demostracién no es tan dificil de establecer, ‘puesto que, si el amor poseyera todo lo que desea, ya no desearia. + Tiene que carecer para seguir deseando, Sin embargo, si no par- ticipara en nada de las cosas bellas y buenas, tampoco podria de- searlas. Es, por lo tanto, de forma muy especifica, un intermediario, @Pierde por ello su estatus de Dios? No necesariamente, No es ni ‘mortal ni inmortal: entre lo uno ylo oro. Lo que puede calificarse de demi6nico, Amor es un Demon. Pues su funcion es transmitira Jos dioses lo que proviene de los hombres y a los hombres lo que proviene de los dioses/ Como todo To que és deménico, el amor ‘es complementario de los diases y de los hombres para poner el todo en relaci6n consigo mismo, Se requiere un ser de naturaleza media para que hombres y dioses puedan entrar en relaciones, en conversacién, durante la vigilia y el suefio. Eso se traduce en. forma de adivinacién, de ciencia de los sacerdates que atafie a Jas casas vinculadas a los sacrficios, las iniciaciones, [os encanta mientos, a prédicacién en general y la magia. "Lo démones que sirven de mediadores entre horabres y dio- 4&8 sbiffiniérosos y muy diversos. El amor es uno de ellos. ¥ su filiaci6n es muy particular: hijo de Recurso, que a su vez es hijo “Pde Aildatla,'j de Pobreza, concebido el dia en el que se celebraba * » *Y el naciniiehts de Afrodita, De este modo, €l andr eS siémipre pos ‘bre'y «duro y seco, desarrapado y sin casa, duerme siempre en dl suclo y descubierto, se acuesta ala intemperie en las puertas y al Borde de los caminos, compafiero siempre inseparable de la indi ‘gencia por tener la naturaleza de su madre, Pero, por otra parte, de acuerdo con la haturaleza de su padre, estéal acecho delobello : % y de lo bueno; es valiente, audaz y activo, hébil cazador, siempie urdiendo alguria trama, vido de sabidurfa y rico en recursos, pasa toda su vida flosofando, un formidable mago, hechicero y sofista. ‘Noes por naturaleza ni inmortal ni mortal, sino que enel mismo dfa unas veces florece y vive, cuando esté en la abundancia, y otras muere, pero recobra la vida de muevo gracias la naturaleza de su padre. Mas lo que consigue siempre se le escapa, de suerte que “Amor hunca esté falto de recursos ni es rico, y esti, demas, en el medio de la sabidurfa y a ignorancia. Pues ia cosa es como sigue: inguno de los dioses es filbsofo o desea ser sabio, porque ya Io es, como tampoco se aplica ala filosofia cualquier otro que sea, sabio. Por otro lado los ignorantes ni se dan a filosofar ni desean hhacerse sabios, pues en esto precisamente es la ignorancia una cosa molesta: en que quien noes ni bello, ni bueno, ni inteligente se crea a s{ mismo que lo es suficientemente. Asi, pues, el que no ‘ree estar necesitado no désea tampoco lo que no cree necesitar. “—gQuiénes son, Diotima, entonces ~dije yo los que se dedican 2 la hilosofia, sino som los éabios ni los ignorantes? —Hasta para ‘un nifio es ya evidente ~dijo~ que son los que estin en medio de estos dos, entre los cuales estaré también Amor. La sabiduria, en efecto, es una de las cosas més bellas y Amor es amor de lo bello, de modo que Amor es necesariamente flésofa, y por ser filésofo 6, por tanto, intermediario entre el sabio y el ignorante.”»* ‘Amor es, pues, intermediario entre las parejas de opuestos: pobreza-riqueza, ignorancia-sabiduria, fealdad-belleza, suciedad- Jimpieza, muerte-vida ete. ¥ eso estaria inscrito en su naturaleza debide a su genealogia y su fecha de concepcién. ¥ amor es filésofo, ‘clamor es filosofla, Esta no es un saber formal, fjado, estereotipa- do, abstraido de todo sent; Es bisqueda de amr, amor alo bello, amor a la sabidurfa, que es una de las cosas més bellas. [1 filbsofo seria, como el amor, alguien pobre, sucio, un poco vagabiindo, es- tarfa siempre fuera, durmiendo ala intemperie, pero seria muy cu- oso, hdbil urdiendo tramas y «trucos» de todo tipo, reflexionando sin cesar, hechiceto, sofista, ora exuberante, ora moribundog Nadal 2036 trad, esp, p. 249) , 2 i 54 {que ver con la representacion que nos hacemos generalmente del ‘il6sofo: un hombre calto correctamente vestido, de buenos mods- Jes, que lo conoce todo y nos-ensefia doctamente el corpas de ls" cosas ya codificadas, HL fildsofo no es nada de cso, Esa especiede , desarrapado que busca a la intemperie el encuentro con la realidad, #” elabtazo, el conocimiento (éco-nacimiento?) con lo que en ella pue- de encontrarse de amable, bello, sabio. ¥ esta btisqueda incesante Taha heredado de su madre. Filésofo por parte de madre. Hbil en ate por parte de padre, Pero 6 pasta por el alior I Galleza la sabidurfs, proviene de su madre, y de le fecha en la que fue conce- bido. Deseado y querido, adems, pot su madre. eA qué se debe que el amor y el filésofo generalmente se xe- ‘presenten de otto modo? Al hecho de que son imaginades como ‘eriados y no como amantes. Como amado, Amor, de igual y dife- rente modo que el fldsofo, se imagina con una belleza sin igual, delicado, pérfecto, feliz. Mientras que el amante es de una na. turaleza totalmente distinta, El va hacia lo que es arnable, bello, perfecto, etc. No lo posee. Es pobre, infeliz, esti siempze en busca dc... Pero ¢qué busca o qué ama? Ama que las cosas bellas lleguen ‘ser suyas, ésa es la respuesta de Sécrates. Pero gqueé le ocurriria si esas cosas Ilegaran a ser suyas? A esta pregunta que vuelve a plantearle Diotima, Sécrates no puede responder. Intercambian- o. 58 segtin el cuerpo como segiin el almavs, Y Sécrates no entiende en. absoluto una revelacién tan clara...Noventiende tina fecundidad) segiin ef cuerpo y segiin el alma. eLa unién de hombre y mujer es, efectivamiente, un alumbramiento y es una obra divina, pues Ja fecundidad y la procreacién es lo que de inmortal existe en el SeF vivo, que eS mortals’ Parece que este enuinciado de Diotima no se hi entendido nunca. La propia Diotima, por otro lado, va a acentuar a continuacién el aspecto de la procreacién, Pero eit primer momento, hace hincapié en el caxicter de alumsbramiento divino en tode unién entre el honibre y la mujer, presencia de lo inmortal en el ser vivo mortal. Tédo artiér seria cveacién, poten- calmente divina, carnino entte laicontlicién de mortal y la cond: cién de inmortal. El amor es fecindo antes de toda procreacién, Y¥ de una fecundidad meditimmica; deménica. Que a cada unola) asegura el devenir inmortal de lo-viviente. Pefo no puede haber procreacién de naturaleza divina én lo que no est en armonfa. ¥ no hay armonta posible de lo feofsino de lo belld con lo divino. Ast, segéin Diotima, el amor enti® hombre y mujer es bello, ar- ‘monioso, divino. Debe serlo para‘que la procreacién pueda tener ugar, Bsta no es bella ni constitlye Ja meta del amor. El amor tiene como fin realizar lo inmortal eno mortal entre los ammantes, ‘Ya efiision que produce al nifio eriva de la alegria de acercarse a un objeto bello. Un objeto feo, ei cambio, conlleva el repliegue, Ja salvaguardia de la fecundidad,}el peso dolorosamente Nevado de las ganas de procrear. La procréacién y el alumbramiento en la Dalleza, ése.s el objeto del amor. ®n especial porquela eternidad y lo imperecedero de un ser mortél se manifiestan asf La fecundidad del amor entre‘amiarites, regeneracién’ de‘und por el otto, pasajea la inmortalidid enn y otro, Bor unio} otto;* © parece convertitse en condicién dé ld prodreacién ¥ rio'écitea & sf. Diotima le dice de este modg'a ‘Séckates que la ereaciGin des? + Jo bello, de la obra (gsolitaria, eX-esta ocasi6ns} no basta,-que hay que procrear conjuntamente el silo; gue esa’sabidiuria est ‘4: Bid, 206b fad esp. p54 5 bi 56 oom mioaRa inscrita en el propio mundo animal, Diotima sigue riendo al ver que Sécrates va a buscar sus verdades fuera dela realidad cotidia- na més evidente, que 61 no ve, que ni siquiera percibe. Que sumé" todo dialéctico o dial6gico olvida ya las verdades mis elementalés, Que su discuiso sobre el amor se olvida de mizar, de informarse acerca de qué es el estado amoroso, Y de interrogarse sobre su ‘cause, De forma sorprendente, Diotima habla de causa. Podria esperarse que su método no entrara en ls cadena de les causali- dades, cadena que salta u olvida a menudo el intermediario comp medio generador. La eausalidad, habitualmente, no forma parte de su procedimiento, La toma prestada del mundo animal y la ‘evcca 0 la invoca con respecto a la procreacién. fin hugar de dejar germinar'o taadurar al nifo en el seno del amor y la fecundidad entre hombre y mujer, busca tna causa para el amor en el mur do animal: la procreacién, El método de Diotima se encalla en ese ~ punto, A partir de ese mornento, arrastrard el amor a una esqui- ‘ia entre mortal ¢ inmortal. El amor perderi su cardcter demé- nico, gActo fundador de la metaisica? Estarén Tos enamorados ‘segiin el cuerpo y los enamorados segim el alma. Pero el pasaje perpetuo de mortales 2 inmortales que se concedfan los amantes se difumina. El amor pierde su divinidad, su mediumnidad, sus ‘cualidades alquimicas etre las parejas de opuestos. Ahora el me- diador es el nifio,no el amor. Al ocupar el lugar del amor, el nifio «ya no puede ser amante. Es puesto en el lugar del movimiento incesante del amor. Amado, sin duda. Pero geémo set ammado sin set amante? ¢¥ acaso el amor no se ve atrapado ahi, en el emado, cohtrariamente a lo que Diotima querfa al principio? Un amado uees unjin que sustituye al amor entre hombres y mujeres. Un ainaid6 qi é¥ um querer, incluso un debery un medio para aleanzar “" B faiditalidad, que los amantes no pueden obtener 0 a la que “no ‘pueden terider entre ellos, Es el fracaso del amor, también para el nifo. Sila pareja de amantes no pueden disponer el lugar del mor comio tercer término entie ellos, no pueden continuar siendo amantes ni pueden alumbrax amantes. Algo se paraliza en elespacio-tiempo, con la pérdida de un medio vital intermediario yde un trascendental al que se pueda acceder sin dejar de estar Vivo. Una especie de triéngulo teleolbgico se instaura en hugar 7 de una marcha perpetua, una transvaloracién perpetua, un deve- nir permanente. El amor era su vehfculo, Pero, sila procreacin se convierte en su objetivo, corre el riesgo de perder su mévil {nterno, su fecundidad wen sf, su lenta y constanie generacién, Tegeneracin. Este error de método, de la originalidad del método de Diotima, se comtige poco después para confirmarse a-conti- nuacién. Aunque, otra vez, ella no estd presente. Séorates cita sus Palabras, Tal vex Sécrates las deforma sin quererlo ni saberlo. Pox otro lado, el siguiente paivafo se opoie a lo que acaba de «afirmarse. Habla de cémo, en nosotros, hay renovacién perma- hente)De cémo, en nosotros, hay incesantemente pérdida de lo antiguo, de lo ya muerto en 16 mis fisico que tenemos —los cabe- los, Jos huesos, la sangre, todo nuestro cuerpo y en nuestra parte ‘spiritual: nuestro carécter, nuestras opiniones, nuestros descos, ‘nuestras alegrias y penas, nuestros miedos. Ninguno de estos ele. ‘mentos nunce es, para nosotros, idéntico a lo que era, algunos to- man existencia mientras que otros se pierden. ¥ lo raismo ocurre ‘con Jos conocimientos que se adquieren y se olvidan ~renovindose. de este modo constantemente, «De esta manera, en efecto, se con- serva todo lo mortal, no por ser siempre completamente lo mismo, ‘como lo divino, sino porque lo que se marcha y esté ya envejecido

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