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Explicación del abuso y la adicción

Algunas personas beben socialmente y nunca desarrollan un problema con el


alcohol, mientras que otras se vuelven dependientes o adictas. Las causas del abuso y la
dependencia de sustancias son complejas, resultado de una combinación de factores
biológicos, psicológicos, sociales y culturales que varían de una persona a otra, así como
de qué droga o drogas psicoactivas consuman.

En los factores biológicos hay evidencia de una base genética para el abuso del
alcohol. Las personas cuyos padres biológicos tienen problemas de abuso del alcohol
tienen mayor probabilidad de incurrir en el alcoholismo, incluso si son adoptadas y
criadas por gente que no abusa del alcohol. Algunos psicólogos señalan diferencias
hereditarias en los niveles de la enzima del estómago mencionada antes y, a partir de
ello, deducen que la gente que nace con niveles más altos de la enzima tiene que
beber más alcohol para obtener los mismos efectos psicológicos que quienes nacen
con niveles más bajos de la enzima. Las personas también parecen diferir
genéticamente en su tolerancia al alcohol en la sangre y en las maneras en que
reaccionan a éste, aunque no se ha identificado el mecanismo genético específico que
podría poner a la gente en riesgo de desarrollar alcoholismo.
Factores psicológicos, sociales y culturales El hecho de que una persona consuma una
droga psicoactiva y los efectos que tenga esa droga, son cosas que también dependen de
las expectativas de la persona, el escenario social y las creencias y valores culturales.

existe amplia evidencia de que las expectativas influyen en la conducta relacionada con la
droga. El escenario en el que se consumen las drogas es otro determinante importante de
sus efectos. En este escenario, las sustancias psicoactivas están claramente definidas
como medicinas, la dosis es supervisada por los médicos, y los pacientes las toman para
mejorar, no para «elevarse». En contraste, en las juergas de adolescentes, fiestas de
cerveza de universitarios y clubes nocturnos, la gente bebe específicamente para
embriagarse y toma otras drogas para «elevarse».
Pero incluso en esos escenarios, algunos individuos participan sin consumir o abusar de
las drogas, y los motivos para consumirlas varían. Una persona que bebe o fuma
marihuana porque piensa que necesita una droga para superar las inhibiciones sociales y
ser aceptada tiene más probabilidad de caer en el abuso que alguien que consume la
misma sustancia en las mismas cantidades porque quiere divertirse. El ambiente familiar
en que crece un niño también moldea las actitudes y creencias acerca de las drogas. Un
estudio reciente sugiere que dichos niños tienen mayor probabilidad de abusar del alcohol
si su familia tolera la desviación en general o alienta la búsqueda de excitación y placer.
Más todavía, los adolescentes que han sufrido ataques físicos o abuso sexual en su hogar
están en mayor riesgo de abusar de las drogas

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