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Personajes de La ratonera

Mollie Ralston
Es la esposa de Giles y heredera y dueñ a de la casa Monkswell Manor, la cual luego la convierte en
una casa de huéspedes.

Ella se caracteriza por ser una chica guapa y dulce de 30 añ os de edad.

Giles Ralston
Un hombre un poco arrogante pero guapo, tiene 30 añ os de edad y es esposo de Mollie Ralston.

Christopher Wren
Un hombre de unos 23 añ os quien es hiperactivo, ademá s de ligeramente afeminado.

Lleva el pelo largo y descuidado y una corbata de punto que parece propia de un artista.

Sus modales son confiados, casi infantiles.

Señora Boyle
Una mujer de mediana edad, corpulenta de clase media-alta, muy crítica con la calidad del servicio
de la casa de huéspedes.

Comandante Metcalf
Un hombre de mediana edad, musculoso, un militar con actitud sería y extremadamente blando,
sobre todo con Mollie.

Señorita Casewell
Es una joven de aspecto hombruno, mujer joven de 24 añ os, con características poco femeninas y
ordinarias.

Señor Paravicini
Se trata de un extranjero moreno y de edad avanzada, luce un bigote bastante llamativo.

Es una versió n algo má s alta de Hércules Poirot, este extranjero que llega inesperadamente a la
posada.

Posee una personalidad algo extrañ a y le gusta asustar a la gente.

Sargento Trotter
Un joven sargento, entra a la mansió n de forma muy educada, llega en esquís por la densa nieve que
había.

Fue designado por la direcció n de la policía para investigar el asesinato en Culver Street.

Resumen de La ratonera

El argumento de la obra se centra en las experiencias vividas por los ocho personajes
principales de la trama, los cuales son incapaces de salir de la casa de Monkswell Manor a
causa del clima nevado tan intenso que había afuera.

Los problemas comienzan con un crimen cometido en la ciudad de Londres, del cual todos y
cada uno de ellos son sospechosos de haber llevado a cabo.
El día que se inaugura esta casa de huéspedes, la pareja que la maneja recibe a sus cinco
primeros visitantes, de los cuales uno hace acto de presencia de forma completamente
inesperada.

Al día siguiente, aparece un detective a informales a todos que el asesino de una mujer en
Londres se había dirigido a Monkwell Manor, lo cual causa mucha consternación en todos.

Esta persona ha dejado como pistas una dirección, la de la casa, y una canción que habla de tres
ratones ciegos.

Esto da a entender que quien haya asesinado a la mujer, aún desea cometer otros dos crímenes y
el siguiente objetivo está en ese lugar.

Ya que las condiciones climáticas no podían ser peores, todos quedan varados en la casa, en la
que se lleva a cabo un segundo asesinato, haciendo ver como sospechosos a todos los que allí se
encuentran.

Este hecho crea discordia entre todos los que están en la casa ya que, como es lógico, nadie
confía en nadie y cualquiera de ellos puede ser el causante de los crímenes.

Teniendo en cuenta que no les queda de otra, el detective logra convencer a los demás de idear
un plan para dejar al asesino al descubierto antes de que sea demasiado tarde.

Lo más increíble de todo ocurre al final, cuando finalmente queda desenmascarado el asesino.

Resultó ser el propio detective, quien se supone que fue a la casa a recoger pistas y a evitar el
siguiente crimen, que sería cometido por él mismo.

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