Título: "Silencio en Nochebuena"

Personajes:

Narrador: Encargado de guiar la historia y establecer la escena.

Raúl: Un padre que lucha contra la pérdida de empleo y la desesperanza.

Miguel: Un tío soltero, distante emocionalmente pero con buen corazón.

Luis: Un adolescente, hijo de Raúl, enfrentando la dura realidad de una Navidad sin
alegría.

Escena 1: Sala de estar de la familia en vísperas de Navidad

Narrador: En una sala sombría, Raúl intenta mantener la compostura mientras

coloca el árbol de Navidad. Miguel llega, cargado con su propia carga emocional, y
Luis observa en silencio.

Luis: (murmurando) Este año no parece Navidad.

Raúl: (suspira) No podemos permitir que la situación nos robe la Navidad, Luis.

Miguel: (fríamente) La Navidad no significa mucho para mí.

Escena 2: Descubriendo el significado de la Navidad

Narrador: Durante la cena, la tensión entre los personajes se intensifica.

Luis: (frustrado) ¿Por qué no podemos tener una Navidad normal como antes?

Raúl: (tratando de explicar) Estamos pasando por un momento difícil, hijo. Pero la
Navidad aún puede tener significado.

Miguel: (cínico) El significado de la Navidad se desvaneció hace tiempo.

Escena 3: Revelaciones familiares

Narrador: Secretos y frustraciones familiares salen a la luz, desgarrando aún más la

atmósfera.
Luis: (descubriendo una realidad) ¿Perdimos la casa?

Raúl: (con voz quebrada) Sí, Luis. Pero estamos juntos, eso es lo que importa.

Miguel: (revelando su propia lucha) No he estado trabajando mucho tiempo

tampoco.

Escena 4: Unión en la adversidad

Narrador: La familia, a pesar de sus diferencias y dificultades, busca un destello de

esperanza.

Luis: (mirando al árbol) Tal vez podamos encontrar algo de alegría en lo poco que
tenemos.

Raúl: (sonríe débilmente) La Navidad no se trata de lo que tenemos, sino de a quién

tenemos.

Miguel: (reflexionando) Quizás podamos encontrar la magia de la Navidad en

ayudarnos mutuamente.

Narrador: Y así, en la oscuridad de la adversidad, la familia comienza a reconstruirse,

aprendiendo que la verdadera magia de la Navidad no reside en las luces brillantes,
sino en la fuerza de la unidad familiar en medio de la tormenta.