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Silva Sifuentes 2000 - Arcaico Pp. 42-62
Silva Sifuentes 2000 - Arcaico Pp. 42-62
Lynch– que los primeros moradores de esta región a recolectores de plantas, evidenciados no sólo por
CULTURAS PREHISPÁNICAS
descendieron por la cadena montañosa o ladera an- la ocurrencia de piedras de moler, sino también por
dina occidental. Un dato que apoya esta hipótesis las típicas huellas de desgaste dental por el consu-
es que en el Pleistoceno final la zona serrana tenía mo constante de productos vegetales. No fueron
mayor vegetación en comparación a hoy, en tanto pues cazadores a tiempo completo. Aún no es claro
que el llano costeño fue quizá más árido. Agrega si los pobladores del norte (Piura, La Libertad) ca-
Bonavia que las diferencias culturales de los grupos zaron fauna pleistocénica. Es evidente que consu-
serranos y costeños serían resultado de la adapta- mieron vizcachas, lagartijas grandes, etc. Pero el
ción al medio ambiente y en menor grado a la exis- consumo de estos animales no es generalizable a la
tencia de tradiciones culturales distintas. costa central y sur, aun cuando la recolecta fue
Es también sugestiva la hipótesis de Ruth también primordial.
Gruhn (1988) y A. Bryan (1986) según la cual la En cuanto al tamaño del grupo o los grupos de
costa recibió grupos antiquísimos que luego pene- cazadores o recolectores, éste posiblemente no so-
traron a la sierra, sin excluir la posibilidad de que brepasó los 50 individuos por banda. Una cantidad
simultáneamente hubiera habido desplazamientos mayor pudo demandar más inversión de energía y
por la sierra y el flanco oriental de los Andes. tiempo para obtener alimentos.
¿Cuál fue su base alimenticia? Los datos apuntan al La estrategia de mantener una baja densidad de-
aprovechamiento de caracoles terrestres, recolecta mográfica contribuyó por otro lado a reducir con-
marina, animales pequeños. flictos entre los individuos. El efímero liderazgo es-
Los estudios de Dillehay, Rossen y Netherly tuvo en este contexto vinculado a tareas cooperati-
(1992) en quebrada Las Pircas, valle medio de Za- vas y de extracción de recursos para la subsistencia
ña, revelan restos de 8 000 años, correspondientes diaria.
V
EL ARCAICO EN LOS ANDES CENTRALES
56
Origen de las civilizaciones andinas
y la selva por efecto de las llu- CORRELACIÓN DE CRONOLOGÍAS PARA LOS PERÍODOS
CULTURAS PREHISPÁNICAS
vias. En la costa, en cambio, el LÍTICO Y ARCAICO (*)
ambiente se tornó árido y seco,
aunque surgieron numerosos ?
manantiales debido a las descar- 1500
gas de los ríos que descienden al 1650
1750 PRECER MICO
Pacífico. TERMINAL
1800 Gaviota
A comienzos de este siglo el 1800
1900
PRECER MICO
término Arcaico se refería a la vi-
ALGOD N
da aldeana, sin considerar el pro- Conchas ?
PERŒODO ARCAICO
ARCAICO PRECER MICO
ceso de domesticación de plantas 2100
SUPERIOR Per odo VI
y animales u otras estrategias de Playa TARDŒO
subsistencia especializada, sea re- Hermosa
colecta selectiva o pesca. Éstas 2500 2500 2500 2500
también propiciaron el sedenta- Encanto
rismo y surgimiento de aldeas en Per odo V 3750
el litoral Pacífico, particularmen- ARCAICO Corvina PRECER MICO
INFERIOR 4200 4200
te en la costa norte y central. Por MEDIO
Canario
eso, Willey y Phillips (1975:106) Per odo IV 5000
LŒTICO
5000
emplearon criterios flexibles para Luz
PERŒODO LŒTICO
ESTADIOS
sado en el uso de utensilios para de la
procesar vegetales silvestres, tales 9500 costa
10,000 Per odo I central
como piedras para moler, batanes Recolectores
no ? ?
y cestas de fibra vegetal.
diferenciados
El Arcaico se relaciona con el 20,000 +
* Varios autores
surgimiento de la tribu, que FECHAS SON "A. DE C."
comprende un conjunto de ban- Y NO EST N CALIBRADAS
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Silva Sifuentes
puesta a las condiciones ambientales. Esos patrones o cuando el ecosistema se agota por el uso excesivo
CULTURAS PREHISPÁNICAS
de vida demandaron del trueque o intercambio pa- de los suelos. Por eso, el autor recomienda averi-
ra obtener alimentos que no se producían localmen- guar las causas que motivaron el cultivo y la gana-
te. De manera pues que los pastores altoandinos, los dería y por qué estas estrategias fueron universal-
pescadores del litoral, o los habitantes de la zona se- mente aceptadas. Se han construido modelos para
rrana Quechua, trocaron productos para balancear explicar este cambio. G. Childe popularizó la “teo-
su alimentación diaria. ría del oasis”, según la cual, al desecarse el Cercano
El Arcaico duró aproximadamente 3 000 años Oriente luego de concluido el Pleistoceno, hace
(de 6 000-5 000 a 1 800 a.C.) y en el esquema de unos 10 000 años, los seres humanos optaron por
Lanning (1967:26,27) corresponde al Precerámico concentrarse en los oasis, generándose una inevita-
IV-VI. Lumbreras (1976:14-18) lo divide en Inferior ble simbiosis flora, fauna y hombre. R. Braidwood
y Superior. MacNeish et al. (1975:8) lo ubican des- replicó que no hubo desertificación en esa región
de el Período 5 hasta el Período 7. Quilter proponiendo más bien que la agricultura fue pro-
(1991:392) lo clasifica en Precerámico Medio, Tar- ducto de la especialización en el manejo de plantas
dío y Terminal. Kaulicke (1994:156) en Temprano y animales en “áreas nucleares”, una de las cuales
(10 000-7 000 antes del presente), Medio (7 000-5 fue los Zagros y las cadenas montañosas que se pro-
000 antes del presente) y Tardío (5 000-3 500 antes yectan hacia el Cercano Oriente. “Área nuclear” es
del presente). una región cuyo ambiente ofrece recursos poten-
Para este trabajo consideramos varios aspectos, cialmente domesticables. Mesoamérica y los Andes
entre los que figuran la domesticación de plantas y centrales se ajustan a esa definición, al igual que
animales, formas de subsistencia, patrones funera-
rios y la arquitectura ceremonial del Arcaico Tardío
(2 500-1 800 a.C.). Antes examinaremos el surgi-
miento de la agricultura y los modelos que intentan
explicarlo a nivel mundial. Seguidamente, revisare-
mos los Andes centrales, tanto en la costa como en
la sierra.
ORÍGENES DE LA AGRICULTURA
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Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
sureste de Asia. Por su rápido.
parte, C. Sauer propuso La agricultura debe ser
que la agricultura se ori- vista antes que como un
ginó en tierras tropicales evento repentino, como
bajas del sureste de Asia, un proceso que surgió
difundiéndose luego al en los Andes centrales
Cercano Oriente. En este luego de que se logró el
modelo se defiende sola- sedentarismo. Este fe-
mente un centro de do- nómeno se relaciona en
mesticación. la puna a la domestica-
L. Binford propuso ción de los camélidos y
que los desajustes demo- a la subsecuente vida
gráficos y los cambios pastoril. En la costa
climáticos que devinie- central el sedentarismo
ron luego del Pleistoce- se adopta como resulta-
no motivaron el traslado do de la especialización
de zonas ribereñas o del La domesticación del algodón (aproximadamente 2 500 a.C.) en la recolecta marina y
litoral a lugares menos significó un paso trascendental para los pueblos del Arcaico en la pesca. En ambas zo-
la medida que su fibra permitió elaborar cordeles, bolsas,
poblados y con menos redes y otros utensilios que mejoraron la calidad de vida de los nas la agricultura se in-
recursos de tierra aden- antiguos pobladores de la costa. corporó posteriormente.
tro, propiciando nuevas Solamente en los valles
formas de subsistencia, como el cultivo. Flannery interandinos (región Quechua de Pulgar Vidal, en-
acoge un modelo parecido para el suroeste de Asia, tre 2 300 y 3 500 m de altura) la agricultura se des-
donde el aumento demográfico colmó los hábitats cubrió antes.
de cazadores y recolectores de las montañas y tie- La producción de alimentos implica un conjun-
rras bajas de Palestina, obligándolos a ocupar zo- to de ventajas relacionadas: residencia fija, produc-
nas marginales con menos recursos, donde se in- tos en cantidades considerables a pesar de las se-
tentó producir artificialmente. Por otro lado, Flan- quías y las plagas, y reducción del tiempo requerido
nery encuentra semejanzas entre el Cercano Orien- para abastecerse de alimentos, resultando un exce-
te y Mesoamérica en tanto que en ambas áreas dente temporal que puede utilizarse en otras activi-
nucleares hubo utilización estacional de los recur- dades económicas y sociales.
sos y del ambiente. En ciertas zonas de los Andes Por otro lado, todo complejo agrario, sea en el
este proceso fue similar. Para el caso de Mesoamé- nivel de tribu o de estado, cuenta con plantas prin-
rica afirma Flannery que la adaptación fue selectiva cipales que constituyen la base de su alimentación,
a ciertos recursos que podrían crecer en varios am- junto a plantas secundarias o complementarias.
bientes y estacionalmente. Lo indispensable fue en- La producción de las plantas principales puede
tonces estar en el lugar y momento precisos, para hacerse mediante el cultivo de semillas o granos
lo cual se organizó y programó el desplazamiento (caso del maíz en Mesoamérica y los Andes, o de
de los individuos. trigo y cebada en el Cercano Oriente) o mediante la
La agricultura no fue un simple “oportunismo vegecultura o cultivo de raíces (sembrío de yuca en
cultural” repentino. Es un proceso que aún conti- la Amazonía).
núa y se originó en diversos lugares del mundo, En cuanto a los sistemas agrícolas, Wolf (1966)
existiendo distintas clases de plantas y animales: define los siguientes: barbecho a largo plazo, barbe-
maíz, frijoles, zapallos, maní, papa, algodón y otros cho sectorial, barbecho a corto plazo, cultivo per-
en América; cereales (trigo, cebada, etc.), ovejas y manente y el cultivo permanente de parcelas favore-
cabras entre el Mediterráneo y la India; arroz, mijo, cidas. Otra clasificación divide a los sistemas agrí-
cerdos en China; zapallos, arroz, taro y camotes en colas en extensivos e intensivos: los primeros (agri-
el sureste de Asia. Por otro lado, el gradualismo y cultura de roza) requieren grandes superficies de te-
el enfoque ecológico en la domesticación se contra- rreno pero presentan bajo rendimiento por hectá-
ponen al concepto de “revolución neolítica” defen- rea; los segundos ocupan superficies más pequeñas
dido por V. Childe, para quien la agricultura fue un obligando a una mayor inversión de energía.
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Silva Sifuentes
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Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
un ambiente de sabana o bosque algún momento del Arcaico, aun cuándo
no sabemos en qué lugar en
abierto, menos húmedo. En la particular. De cualquier forma este
costa peruana fue identifi- tubérculo andino fue el alimento
cada con fechas de 3 000 básico de los pueblos
prehispanicos desde el sur de
al presente, pero esta re- Chile hasta Colombia. Hoy
gión no es su centro de forma parte de la
domesticación. Una ma- alimentación mundial.
nera de inferir su uso es
a través de la presencia de papas en Chiripa
de ralladores o procesa- (Bolivia), con fechados
dores de yuca amarga, los de 2 400 años antes del
cuales tienen de 3 000 a 4 presente.
000 años al presente en Ve- Los restos de papa descu-
nezuela y Colombia. biertos en Monte Verde, Chile,
Papa dulce (Ipomoea batatas): anteceden a S. tuberosum, que ac-
México, los Andes orientales de Perú tualmente se encuentra en Chile y la
y la Amazonía son los centros posibles de do- parte central-oeste de Argentina llamándosele
mesticación de este tubérculo, aunque los botáni- malla. Alcanza de 3 a 4 cm de diámetro y se la cul-
cos se inclinan por América del Sur. Los vestigios tiva entre 700 y 2 000 m de altura. No es amarga y
posiblemente más antiguos provienen de la costa se la consume conjuntamente con otras variedades
peruana. silvestres que crecen en la parte central sur de Chi-
Maní (Arachis hypogaea): Se desconoce su an- le. Ugent, Dillehay y Ramírez (1987) postulan que
cestro, pero posiblemente deriva de una especie pudo existir más de un centro de domesticación de
oriental de los Andes, específicamente localizada este tubérculo: el bosque costeño del sur de Chile y
debajo de los 1 800 m de altitud en el noroeste ar- los Andes centrales.
gentino o en Bolivia. La muestra arqueológica más Quinua (Chenopodium quinoa): Existen varias
antigua proviene de la costa y tiene 3 800 años. formas silvestres en América del Sur, aparte de otras
Achira (Canna edulis): Se presume que procede especies independientemente cultivadas en Mesoa-
del flanco oriental de los Andes y probablemente mérica. MacNeish et al.(1975) señalan que existía
fue domesticada en Perú, Bolivia o el norte de Ar- quinua en Ayacucho antes de 6 500 al presente,
gentina. Fue encontrada en la costa peruana, Huaca aunque este hallazgo es dudoso. Las zonas más con-
Prieta (valle de Chicama) y en Casma, hacia el año fiables con restos de quinua son el noroeste de Ar-
4 300 antes del presente. gentina con fechas de 2 000 años antes del presen-
Papa (Solanum spp): Existen formas silvestres en te y la costa peruana con 1 000 años antes del pre-
América del Sur y posiblemente en Mesoamérica, sente.
aun cuando debe advertirse que en zonas al norte Cañihua (Chenopodium pallidicaule): Es un gra-
de Colombia, la papa se incorporó al cultivo sólo no semidomesticado y tiene la particularidad de
después de la conquista española. En los Andes dispersar sus semillas con mucha facilidad. Su pre-
existen unas 150 variedades de papa (Solanum tube- sencia en el registro arqueológico no es significati-
rosum) pertenecientes a los grupos Tuberosum va, probablemente por problemas de conservación.
(Chile central y sur), Andigena (de Venezuela al Calabazas y zapallos (C. ficifolia, C. moschata, L.
norte de Argentina), Chaucha (Perú y Bolivia), siceraria, C. maxima): Probablemente son las plan-
Phureja (de Venezuela a Bolivia central) y Stenoto- tas más antiguas que se domesticaron en nuestro
mum (Perú y Bolivia), cuyas historias son todavía continente, apareciendo tanto en América del Sur
difusas. En Monte Verde, Chile, se identificó una es- como en México. Muestras de las tres primeras es-
pecie más antigua, llamada S. maglia, fechada en 13 pecies, fechadas entre 4 500 y 5 000 años antes del
000 años (Ugent, Dillehay y Ramírez 1987). presente, se hallaron en varios sitios de la costa ta-
MacNeish propone que en Ayacucho se la cono- les como Huaca Prieta (Chicama), Virú y Casma,
ce domesticada desde hace 5 000 años antes del pre- aparte de Ancón. C. maxima sólo existe en América
sente, y en la cueva Tres Ventanas (Alto Chilca) se- del Sur, pero es más reciente, y debe derivar de la es-
ría aún más antigua. Existen también datos acerca pecie C. andreana, cuyos ancestros se hallan en Ar-
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Silva Sifuentes
Los Gavilanes
(HUARMEY)
(CHICAMA)
Huaca Prieta
PRESENTE
(ANCASH)
La Galgada
Las Haldas
(CHILL N)
(MOCHE)
(CASMA)
(CASMA)
El Para so
FAMILIA
DESCONOCIDO ro con fechas de 7 600 antes del presente y proba-
Avocado
blemente su domesticación se produjo en los Andes
(Persea americana)
orientales.
Frijol com n
(Phaseolus vulgaris) Con respecto a los frijoles jack (Canavalia spp),
Frijol Lima
(Phaseolus lunatus) se tiene noticias de dos especies en América del Sur,
Frijol Jack
(Canavalia sp.) pero sólo una de ellas, la C. plagioesperma, es la más
Chirimoya
(Annona Cherimolia) conocida. No se sabe aún cuándo y dónde fue do-
Guaba
(Psidium Guajava) mesticada, pero se han recogido muestras en la cos-
Yuca
(Manihot esculenta)
ta peruana con 4 000 antes del presente y en Ayacu-
Man
(Arachis sp.)
cho entre 3 700 y 4 800 antes del presente.
Papa Ají (Capsicum): Pickersgill (1989) distingue tres
(Solanum tuberosum)
Camote clases: C. pubescens, C. baccatum, C. annuum-chinen-
(Ipomoea batatas)
C scaras de frijol desconocido se encontraron en Huaynun .
se-frutescens. Derivan de ancestros distintos y en
* Quilter 1991. consecuencia debieron domesticarse independien-
temente. Las dos primeras fueron al parecer domes-
gentina y Bolivia. Otra forma ancestral es posible- ticadas en la zona tropical sur de América del Sur,
mente C. ecuadorensis, identificada en estado silves- C. annuum en México y C. chinense en la Amazonía.
tre en Ecuador. La especie L. siceraria sería más an- Algodón: Esta planta presenta dos especies dis-
tigua en la sierra, si tomamos en cuenta los restos tintas: Gossypium hirsutum de Mesoamérica y
encontrados por MacNeish en Ayacucho, en donde Gossypium barbadense de América del Sur. En el no-
se asocia a las fases Chihua (4 200-3 100 a.C.) y Ca- reste de Brasil se encontró otra variedad genuina-
chi (3 400-3 100 a.C.). mente silvestre llamada G. mustelinum. Siguiendo a
Por ahora, los restos más antiguos provienen de Stephens, Pickersgill (1989) sostiene que los tipos
México. L. Siceraria (calabaza) apareció en Guilá ecuatoriano y amazónico de la especie G. barbaden-
Naquitz (estado de Oaxaca) y se remonta a 7 400-7 se se domesticaron por separado. Del mismo modo,
600 a.C., en Ocampo (Tamaulipas) retrocede a 7 el tipo “marie-galante” fue domesticado en la actual
000 a.C., y en la cueva de Coxcatlán (Puebla) a 5 Colombia o en el noreste de Brasil. Los algodones
050 a.C. Por otro lado, C. pepo (la calabaza del ve- de Ancón y otros sitios arcaicos de la costa peruana
rano) fue descubierta en Guilá Naquitz con fechas son de la especie G. barbadense.
de 8 750-7 840 a.C. y en Ocampo alcanza 7 000 a.C.
(Flannery 1986:6, cuadro 1.1). LA COSTA: DE LA RECOLECCIÓN Y LA
Estas plantas se consumen verdes o maduras, PESCA A LA AGRICULTURA
hervidas o asadas. También se cortan en trozos que
luego se secan al sol y se almacenan para su poste- El Arcaico costeño fue inicialmente conocido a
rior consumo. El ser humano las adaptó a diversos partir de los estudios de J. Bird en Huaca Prieta (va-
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Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
resultado de un largo proce-
so de adaptación a la costa,
en el que la recolección ma-
rina, el sedentarismo, la
pesca subsecuente y la pos-
terior introducción de la
agricultura caracterizaron,
en ese orden, las estrategias
básicas de subsistencia.
Recolección,
sedentarismo y pesca
en la costa
La zona Ancón-Chillón
Parte posterior de la Unidad contiene restos de una larga
I de El Paraíso. El Paraíso ocupación correspondiente
fue construido con piedras al Arcaico de la costa cen-
canteadas y luego enlucidas tral. Existen tres compo-
con un revoque de barro que
posiblemente recibió una nentes ambientales que se
aplicación de pintura. Su asocian a esta etapa en la
cercanía al mar y el hecho mencionada zona: las lo-
de encontrarse en la terraza
aluvial del Chillón sugieren
mas, el litoral y el valle bajo
un modo de vida que del Chillón. Estas áreas po-
combinó pesca y agricultura siblemente fueron explota-
incipiente. das siguiendo un sistema
programado de aprovecha-
miento de recursos, de ca-
Herramientas de piedra rácter estacional y desde un
encontradas en las lomas de asentamiento base. Lanning
los alrededores de Ancón,
norte de Lima (Lanning (1963) encontró piedras
1967). Corresponden a para moler y morteros en
campamentos de recolectores campamentos de lomas, así
especializados. Canario: a-
b; Corvina: c; Encanto: d-e;
como restos marinos en
Luz: f-h; Arenal: i-n. asentamientos a 7 km del li-
toral. También encontró
restos de zapallos y plantas
lle del río Chicama) y F. Engel (1957, 1958, 1960, en las márgenes del Chillón y alrededor de los ma-
1964, 1966a y b) en la costa central, sobre todo en nantiales que antiguamente existieron en las inme-
Chilca, Paracas, río Omas y El Paraíso (valle del diaciones. Estos vegetales fueron aprovechados me-
Chillón), entre otros. A estos esfuerzos se unieron diante campamentos de invierno en las lomas (ju-
los emprendidos por Lanning (1963, 1967) y Pat- nio-noviembre) que al llegar el verano se secaban,
terson (1971) en la zona de Ancón-Chillón durante por lo que la fauna pequeña se vio forzada a trasla-
los primeros años de la década de 1960. darse hacia el interior en busca de pastos.
Huaca Prieta, Chilca y El Paraíso constituyen si- Lanning propuso una secuencia que sigue a Chi-
tios clásicos del Arcaico, por los datos que contie- vateros compuesta por las fases Arenal, Luz, Cana-
nen. El primero destaca por sus mates pirograbados rio, Corvina, Encanto, Río Seco y Chuquitanta. A
y sus tejidos de algodón con figuras zoomorfas y an- partir de Canario y Corvina se observan otras ten-
tropomorfas. El segundo es conocido por sus vi- dencias económicas, reflejadas en un conjunto de
viendas circulares semisubterráneas con paredes de herramientas. La fase cultural Canario (al este de
cañas. El tercero corresponde al asentamiento más Ancón) se compone de batanes y piedras para mo-
grande del Arcaico Tardío en esta parte del conti- ler y en la fase Corvina se recuperaron materiales
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Silva Sifuentes
semejantes, marcando un patrón de subsistencia 070 ± 120 a.C. Los entierros en este lugar fueron
CULTURAS PREHISPÁNICAS
orientado cada vez más a la recolecta de recursos envueltos en pieles de animales y esteras de fibra
marinos y plantas silvestres. Puesto que estas fases vegetal, apareciendo algunos en posición extendida
se formularon a partir de materiales recuperados en y otros en posición flexionada. En Cabeza Larga es
superficie, investigadores como Moseley (1975) tie- destacable un entierro múltiple con algunos esque-
nen muchas reservas en aceptarlas. letos desarticulados que suman alrededor de 60 in-
La fase Encanto (3 600-2 500 a.C.) presenta los dividuos.
materiales culturales más obvios asociados a patro- Tomando como base la información recuperada
nes de vida sedentaria. Los asentamientos de esta en estos sitios, Lanning (1967) propuso que en la
fase son pequeños y se ubican junto a Pampa del costa central predominó un patrón de subsistencia
Canario, 5 km al oeste de Ancón, en un ambiente basado en la recolecta marina, pesca, caza de leones
con cerros de baja elevación y de lomas. Las excava- marinos y aves, cultivo de algodón y zapallos.
ciones de Lanning en sitios Encanto proporciona- El esquema de Lanning fue modificado y amplia-
ron restos de zapallos, fragmentos de cuerdas he- do por los estudios de M.E. Moseley (1975) al aña-
chas con fibra vegetal, que sugieren la fabricación dirse otras divisiones cronológicas y prescindir de
de esteras simples, anzuelos elaborados en molus- las fases Canario y Corvina, tal vez porque fueron
cos, etc. formuladas con materiales de superficie. En el cua-
Entre los asentamientos Encanto identificados dro cultural correspondiente al Arcaico de Moseley,
por Lanning (1967) en ambiente de lomas, destacan éste se inicia con la etapa Encanto, hacia el 3 600
un cementerio y restos domésticos en el bajo Chil- a.C., le sigue el Precerámico con Algodón, hacia 2
ca, cuyas fechas RC-14 lo ubican entre 3 600-2 500 500 a.C., y luego el período Alfarero (correspon-
a.C. Chilca proporcionó restos de zapallo, algodón diente al Formativo) hacia los 1 750 a.C. (ver tam-
y tal vez frijoles, aparte de una significativa ocu- bién cuadros de Quilter 1991 y Burger 1992, Figs.
rrencia de productos marinos. El citado autor con- 40-41).
sidera que este asentamiento es uno de los mejores
representantes de la adaptación Encanto al litoral. Encanto (3 600 a.C.)
En Ancón (contrafuerte sur de la bahía) el asen- Las excavaciones de Moseley en el sitio de En-
tamiento del Yacht Club es también de la tradición canto (5 km al este de Ancón) ratificaron los argu-
Encanto; allí se recuperaron restos de especies ma- mentos de Lanning, pues se recuperaron abundan-
rinas que fueron la base de la alimentación. Adicio- tes restos alimenticios del litoral y en menor pro-
nalmente se descubrieron algodón y zapallos culti- porción restos de zapallo, esteras hechas de fibra ve-
vados, aparte de guabas y ají. Además, se encontra- getal mediante la técnica del entrelazado, así como
ron tejidos y redes para pescar hechos de algodón, restos de otras plantas y algunos huesos de cérvidos
así como cordeles y anzuelos de molusco. Por otro cuyo hábitat fueron las lomas. Por muestras RC-14
lado, en Chilca se hallaron restos de viviendas ela- recuperadas en una excavación se obtuvo un fecha-
boradas con cañas y entierros envueltos en esteras, do de 2 770 ± 80 a.C. Moseley (1975:31) concuer-
colocados en posición extendida, y con piedras so- da con Lanning al proponer que Encanto corres-
bre el tronco del individuo. En cambio, los entierros ponde a una etapa en la que la alimentación provi-
del Yacht Club presentaban momias en posición fle- no del mar, complementada con algunas plantas
xionada, con las rodillas hacia el pecho y envueltas cultivadas.
con esteras. El patrón de asentamiento durante la etapa En-
Otro sitio con patrones económicos similares es canto comprendió sitios localizados en puntos equi-
Pampa, en la bahía de Ventanilla, a pocos kilóme- distantes entre el mar y las lomas, favoreciendo de
tros al sur de Ancón. Las excavaciones de Lanning esta manera el acceso a los dos ambientes. El propio
en este sitio proporcionaron al menos tres especies valle del Chillón formó parte de este patrón, pues
de zapallo (C. moschata, C. andreana, C. ficifolia), las terrazas aluviales fueron utilizadas para el culti-
moluscos en abundancia, león marino y aves. Estos vo de algunas plantas, sobre todo zapallos.
pobladores fueron pescadores y cultivadores a la
vez, pero luego optaron por la pesca. Precerámico con algodón
Más al sur, en la península de Paracas, existe Esta etapa fue propuesta en 1957 por F. Engel,
otro asentamiento relacionado a la tradición Encan- basado en el hecho de que el algodón aparece como
to llamado Cabeza Larga, fechado por RC-14 en 3 material de tejidos simples entrelazados y de redes
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Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
E E do un lugar doméstico y sus habitantes consumie-
D D
B N
R A E ÍSO
LU VE GR U ron plantas cultivadas tales como zapallos, ají y
TO A O C O N
Q RA
N T A
C
A M
P
M
I N
C
H N
C
N
T TA PA guaba. Según Cohen (1975) se incorporan por pri-
A L
EN PA CA YA B PU EL E mera vez los frijoles lima (Phaseolus lunatus) y la lú-
cuma (Lucuma bifera). La base de la alimentación
ESTADIO FASE
fue, sin embargo, el pescado, mamíferos marinos,
mariscos y aves del litoral.
LÍTICO ENCANTO
Gaviota: Esta fase contiene materiales de Ancón,
Ventanilla y El Paraíso. Este último es un enorme
complejo arquitectónico compuesto de 8 o 9 edifi-
1
cios que se extienden por unas 50 hectáreas en la
PAMPA
1 margen sur del Chillón. Su construcción requirió
de la cooperación de los pobladores de esta zona. Si
PLAYA bien la base de la alimentación fue el mar, las exca-
HERMOSA
vaciones proporcionaron abundantes restos de za-
1 pallos, ají, lúcuma, etc. Cohen (1975) indica que en
esta fase se agregan nuevas plantas tales como jíca-
1
PRECERÁMICO 2 ma (Pachyrrhizus tuberosus), maní (Arachis hypo-
CON ALGODÓN gaea) y posiblemente papa dulce (Ipomoea batatas).
CONCHAS En 1983, Patterson propuso tres fases para el Ar-
caico de la costa central: Paloma, representada por
2
los sitios de La Paloma y Chilca 1 del valle de Chil-
3
ca, ubicada entre 6 000 y 3 250 a.C. Es definida por
un modo de vida recolector, pescador y cazador, en
2 3 el que la unidad productiva básica fue la familia nu-
2
GAVIOTAS clear. Los sitios son pequeños, quizá con poblacio-
nes de 20 a 75 personas. Por sus restos funerarios
CERÁMICA se postula que hubo división laboral por sexo y
Cronología del Arcaico Tardío en Ancón (Moseley 1975).
edad. Se observan cultivos al final de esta etapa.
La siguiente fase es Conchas, entre 3 250 y 2 350
para pescar en innumerables asentamientos del Ar- a.C. Es la consolidación del modo de vida previo,
caico Medio de la costa peruana. Los restos más an- con gran preferencia por el consumo de recursos
tiguos de algodón proceden de Padre Abán, valle de marinos, pero también con cultivos en pequeña es-
Moche, del sitio AS-8 del valle de Supe, y Pampa en cala. El más importante fue el algodón, pues sirvió
el lado norte de la bahía de Ventanilla. Los ejempla- para fabricar cuerdas y mantas más duraderas en
res en forma de semillas, fibras y bollos de algodón comparación con las de fibra vegetal. Remarca Pat-
encontrados en Ventanilla y Ancón pertenecen a la terson (1983:26) que esta fase destaca por la “emer-
especie Gossypium barbadense. Moseley gencia de trabajos colectivos” para construir gran-
(1975:29,30) propuso una secuencia en base a los des estructuras y por el constante intercambio entre
tipos de tejidos y técnicas utilizadas para trabajar grupos del litoral y valle adentro. Entre los edificios
esta especie, sobre todo para el Arcaico Tardío (en- cuya construcción se inició al final de esta etapa se
tre 2 500 y 1 800 a.C.) de la zona de Ancón-Chillón: hallan El Paraíso en el Chillón, Río Seco de León en
Playa Hermosa: Fue definida con materiales de Chancay y Áspero en Supe.
Camino, Banco Verde y Yacht Club. Destaca por sus La tercera fase es La Florida, ubicada luego del 2
tejidos simples entrelazados y por el consumo por 300 a.C., distinguible por la predominancia de la
primera vez de ají (Capsicum baccatum). Muchos agricultura. La Florida es un centro ceremonial en
restos marinos indican que el mar fue la principal forma de U situado en la urbanización La Florida
fuente de alimentación. del distrito del Rímac. Su monumentalidad revela la
Conchas: Fue propuesta con materiales de Punta existencia de diversas jerarquías sociales. Discutire-
Grande. Se trata de un asentamiento que presenta mos este tema en el capítulo sobre el Formativo
cuatro plataformas construidas sobre la base de un Temprano.
65
Silva Sifuentes
La Paloma, km
CULTURAS PREHISPÁNICAS
54 de la
carretera
Panamericana
Sur, margen
norte del río
Chilca. En
primer plano,
estructura de
piedras
canteadas de
posible uso
ceremonial.
A pesar de que Lanning, Moseley y Patterson cerca de 30 ha, además de exhibir un recinto de 12
proponen nombres y fechas distintas para el desa- por 12,5 m de lado, con subdivisiones interiores,
rrollo del Arcaico en la costa central (entre 5 000 y cuya función fue más allá de la doméstica.
1 800 a.C.), ellos coinciden al plantear que esta eta- Otros asentamientos con estructuras piramida-
pa presenta sedentarismo sin agricultura, pues la les del Arcaico Tardío (3 000-2 500 a.C.) son Ban-
subsistencia dependió de los recursos marinos. No- durria (12 km al sur de Huacho), Río Seco de León
tan también que luego de la introducción de la agri- (Chancay), Áspero (Supe), Culebras (Huarmey) y
cultura surgieron en el Arcaico Tardío complejos ar- Los Chinos (Nepeña). Bandurria tiene cuatro fechas
quitectónicos ceremoniales. RC-14 consistentes: 4 420 ± 140, 4 530 ± 80, 4 480
R. Fung (1972, 1988) examinó también esta ten- ± 70 y 4 300 ± 90 antes del presente, y sus materia-
dencia, al igual que B. Pickersgill y R. Smith (1981) les, incluyendo el pequeño edificio, son semejantes
y J. Quilter (1991), señalando que el tránsito al se- a los de Río Seco de León (Fung 1988: 95). Este úl-
dentarismo sin agricultura en la costa es un largo timo presenta además, viviendas de distintas di-
proceso que se remonta quizá a los 6 000 a.C., el mensiones sugiriendo la existencia de jerarquías so-
mismo que es observable en La Paloma (Chilca) y ciales.
en las lomas de Iguanil (Chancay). En La Paloma se Más al norte, en El Áspero, valle de Supe se do-
obtuvieron fechas de 4 360 ± 340 a.C. para restos de cumentaron restos de 17 edificios que cubren un
viviendas, pero Fung postula que este tipo de asen- área de 13 ha. Los más estudiados son Huaca de los
tamientos se vuelve frecuente entre 3 500 y 3 000 Sacrificios y de los Ídolos, cuyas fechas se ubican
a.C., observándose la ocurrencia de plantas cultiva- entre 2 500 y 3 000 a.C. (ver Feldman 1985:77 pa-
das tales como zapallo, frijol y algodón, las que se ra las fechas de ambos edificios). Se distinguen por
agregaron al patrón alimenticio y tecnológico coste- exhibir recintos de tipo ritual en sus plataformas su-
ño que hasta ese momento dependía del mar y de la periores, los cuales en opinión de Feldman serían
recolecta de plantas silvestres. expresiones de organizaciones políticas equipara-
Otras aldeas similares, aunque con sus particula- bles a jefaturas o señoríos.
ridades, fueron ubicadas en Nazca, Paracas, Chilca Igualmente, en Supe se han descubierto última-
1 y Asia en el valle de Omas. R. Fung llama la aten- mente estructuras con fogones ceremoniales en la
ción sobre el sitio de Asia (2 200 a.C.) pues cubre localidad de Caral, que anteriormente se conocía
66
Origen de las civilizaciones andinas
como Chupacigarro (Shady 1997). Estos edificios cursos comestibles, éstos no tuvieron niveles nutri-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
se construyeron con técnicas similares a las emplea- tivos significativos.
das en El Paraíso, Chillón, lo que indica que nume- Las plantas cultivadas fueron parte importante
rosos pueblos de la costa central mantuvieron con- del complejo alimenticio, aunque Quilter advierte
tactos durante el Arcaico Tardío. Revela asimismo que fueron complementarias a la subsistencia basa-
que la sociedad alcanzó niveles sociopolíticos que da en recursos marinos. Destacan desde sus co-
se hallan más allá de la organización tribal, pues la mienzos las calabazas (Lagenaria siceraria) y poco
arquitectura monumental y los recintos dedicados a después el ají. A su vez, el algodón (Gossypium bar-
ritos sugieren la existencia de segmentos sociales badense) fue de valiosa ayuda para obtener cordeles
distintos, que no necesariamente responden a divi- y tejidos. Otras plantas consumidas son frijoles
siones de sexo o edad. (Phaseolus lunatus, P.
J. Quilter (1991) vulgaris, Canavalia sp.),
examinó el Precerámico frutas tales como lúcu-
Tardío (4 450-3 800 al ma (Lucuma bifera lucu-
presente o 2 500-1 800 ma), guaba (Psidium
a.C. en su esquema), el guajava), pacae (Inga
cual se caracteriza por feuillei) y dos clases de
la amplia difusión de la tubérculo: jícama
agricultura y la cons- (Pachyrrhizus tuberosus)
trucción de edificios y achira (Canna edulis).
monumentales. Según Además, en Huaynuná
el citado autor esta eta- (Casma) se han recupe-
pa se distinguió por una rado, según Quilter,
alimentación mixta de vestigios de papa do-
recursos marinos y mesticada (Solanum tu-
plantas domésticas y berosum) y papa dulce
silvestres. Sin embargo, (Ipomoea batatas). Por
los moluscos y el pesca- otro lado, Smith postula
do fueron la base de la que las semillas de algo-
dieta, para lo cual se dón halladas en La Gal-
emplearon técnicas de gada (Ancash) fueron
pesca tanto para la zona partidas para obtener su
del litoral como para aceite (citado en Quilter
mar adentro. Al respec- 1991:399).
to, Wilson (1981) duda El maíz es otra plan-
de que hubiera pesca le- ta que requiere trata-
jos de la orilla durante miento especial. Quilter
esta fase. Se consumió Bolsas hechas en fibra vegetal que, llenas de piedras, menciona las muestras
tiburón (Carcharhinida- eran colocadas una sobre otra para formar las de maíz encontradas
de), raya (Mylobatidae), plataformas y paredes de los edificios del Arcaico costeño. en Ecuador, con fechas
Fueron encontradas por J. Quilter (1985) durante sus
arenque (Clupeidae), an- excavaciones en El Paraíso. de 7 000 antes del pre-
choveta (Engraulidae), sente, y en Chile, con
múgil (Mugil cephalus), una edad de 6 800 al pre-
corvina (Sciaena deliceosa), etc. Las ballenas eran sente. Con relación al maíz de la fase Chihua de
cazadas cuando se acercaban demasiado a la orilla, Ayacucho (6 450-5 250 al presente) y a las varieda-
en tanto que los leones marinos y las tortugas de des provenientes de Los Gavilanes (Huarmey) y
mar cuando venían a aparearse en la playa, en ene- Guitarrero (callejón de Huaylas), éstos son ligera-
ro de cada año. Igualmente se consumió moluscos mente posteriores al de Ayacucho. Quilter asevera
de arena y del litoral rocoso (Mesodesma sp., Alauco- que los análisis isotópicos en huesos de Huaricoto,
mia sp., Mytilus sp.), y crustáceos tales como can- fase Chaucayán (4 150-2 750 al presente), revelan
grejos, incluyendo el de río (Parastacus spp.), pero que el maíz fue consumido en el callejón de Huay-
Quilter asevera que a pesar de existir diversos re- las, aunque no fue la base de la alimentación.
67
Silva Sifuentes
PERÍODO DO SITIOS
FORMATIVO Mollendito (Islay) e Ilo (Moquegua).
PERÍODO
INFERIOR A partir del 3 500 a.C. se observan cambios en la
INICIAL ASIA alimentación al superponerse a la “cultura del an-
zuelo” un patrón de subsistencia marina comple-
1700 EL PARAÍSO
QUIANI RÍO SECO mentada con fauna terrestre, y por la ocurrencia de
anzuelos hechos en espinas de cactus, que forman
SUPERIOR
2500 BANDURRIA ÁSPERO char sus recursos, pero también para el cultivo en
HUACA PRIETA pequeña escala. Pertenecen a esta cultura los sitios
INFERIOR
V OSARIO PARACAS
PARACAS 514 PIEDRAS NEGRAS Faldas del Morro y El Laucho en Arica. En el lado
4200 CHILCA I peruano figuran Catarindo, Matarani, Mollendito y
PALOMA los niveles superiores de Toquepala. Posiblemente
IV CHINCHORRO TEMPRANO VEGAS la agricultura y la alfarería se introdujeron en esta
6000 TRES VENTANAS
zona hacia los 500 a.C. o tal vez antes, pero defini-
III PARACAS 96
8000 tivamente después de haberse extendido en la costa
LITICO
68
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
estructura cuyo diámetro alcanza 12 m. Generalmente, como en este caso, los individuos
fueron enterrados en sus unidades domésticas. El
Paracas. Cabeza Larga: Presenta en- que se aprecia está rodeado con cañas y sus pies
tierros en zanjas parecidos a los encon- cubiertos con vegetales (Quilter 1989, entierro
trados en el Río Grande de Nazca. 58).
Fechados en 3 060 ± 120 a.C.
Nazca. Río Grande: Los entie- rros dispuestos alrededor de esta es-
rros se colocaron en zanjas excava- tructura, con los cuerpos flexionados
das en la arena y llevaban esteras, y las manos hacia el rostro.
redes y mantas como parte del Chillón. El Paraíso: Se encontra-
ajuar funerario. La fecha es de 3 ron 5 entierros, dos de los cuales te-
500 a.C. nían un infante. Estaban envueltos
Valle de Omas. Asia: Destaca el en mantas de algodón y parece que
hallazgo de 49 entierros al interior fueron enterrados en el relleno, sin
y alrededor de una estructura rec- mayor tratamiento mortuorio. Uno
tangular de adobe y piedras. Es de los adultos fue envuelto con teji-
notable la frecuencia de entierros dos de algodón y luego introducido
sin cabeza, sobre todo el entierro a una estera de junco. Su cabeza fue
23 que tenía además una honda cubierta con una cesta.
atada al abdomen. Los entierros Chancay. Río Seco de León: Wendt
sin cráneo no tienen tantas ofren- (en Quilter 1989) excavó 42 entie-
das como los demás. Las cabezas rros, hallándolos en posición flexio-
fueron enterradas aparte, sugirien- nada, algunas veces de costado, en
do que hubo costumbre de obtener decúbito dorsal o ventral. Apareció
cabezas-trofeo. Los cuerpos estaban un entierro de 2 cráneos con huesos
flexionados, envueltos en esteras y co- de infante y cubierto con un tejido y
locados en hoyos de forma oval. Adicio- piedras. Excepto por cuatro entierros,
nalmente, se aplicó pigmento rojizo y una todos tenían una roca sobre el cuerpo.
piedra sobre el cadáver. Las tumbas presen- Ancón. Colinas: J.C. Muelle y R. Ravines
tan objetos de uso diario, tales como prende- (en Quilter 1989) excavaron el entierro de
dores, cuentas, mantas y otros de posible uso ri- una persona adulta colocada en posición semifle-
tual. A veces se empleó una manta adicional para xionada, con la cabeza al este. El cuerpo estaba cu-
cubrir al muerto, quizá por razones decorativas. bierto con una estera y llevaba en la cintura una red,
Es destacable igualmente que las fosas fueron además de tejidos de algodón. Destaca la presencia
delineadas con piedras y tierra, y en algunos casos de trenzas de cabello humano.
se dejaron marcadores de madera para señalar la Huacho. Bandurria: R. Fung (1988:77) excavó
ubicación del entierro. Los cuerpos tenían la cabeza entierros de infantes en cestas de fibra vegetal (po-
hacia el oeste, detalle que al parecer estuvo genera- siblemente junco). Resalta aquél asociado con una
lizado entre los habitantes del valle bajo de Omas. piedra de forma irregular envuelta con tejido de al-
Chilca 1: C. Donnan (en Quilter 1989) encontró godón.
7 entierros en la estructura 12, la cual posiblemen- Supe. El Áspero: R. Feldman (en Quilter 1989)
te tuvo funciones domésticas y ha sido fechada en 3 encontró en la sección superior de Huaca de los Sa-
350 a.C. Los cuerpos fueron colocados en posición crificios el entierro de un adulto sin ofrendas y el de
extendida, con la cabeza al norte o noroeste. Cinco un infante. Este último fue posiblemente sacrifica-
corresponden a varones de 20 a 40 años y los dos do. Feldman propone que se trata de un infante de
restantes a mujeres jóvenes. El varón más joven te- alto status pues tenía un collar compuesto por unas
nía un brazalete hecho en conchas. Además, uno de 500 cuentas hechas en molusco, huesos, piedras.
los varones y una mujer fueron enterrados con las Estaba flexionado y envuelto con tejidos de algo-
cabezas colocadas cerca de la cadera. Engel (en dón. Junto al infante hubo también dos grupos de
Quilter 1989) por su parte excavó 8 entierros par- tejidos, unos de color blanco y otros a rayas marro-
cialmente quemados, al interior de un vivienda cir- nes. Ambos estuvieron debajo de una piedra con
cular. Además, en el exterior aparecieron 40 entie- cuatro patas.
69
Silva Sifuentes
2 800 a.C. y sus viviendas tenían un espacio ocurrencia de obsidiana (una roca vol-
techado de 10,9 m2 promedio, dispuestas cánica para fabricar herramientas
una junto a la otra, sugiriendo que las ac- cortantes), traída tal vez desde
tividades se realizaron en el exterior. Huancavelica y Spondylus, un
Cerca o al interior existían entierros y molusco de aguas calientes
hoyos de 20 cm a 1 m de diáme- (Ecuador).
tro. Rasgo similar se aprecia en Las excavaciones pu-
los fogones, pero los del exterior sieron al descubierto
son más grandes, de forma ovoi- unas 420 viviendas, lo
de, con cantos rodados, huesos y mo- que indicaría una baja
luscos. Destaca en este asentamiento una estruc- densidad demográfica que se mantuvo
tura cuadrangular de 9 m de lado, en cuyo in- constante por más de 2 000 años.
terior se descubrió un entierro con mantas Tomando en cuenta la informa-
de algodón fechado en 2 170 ± 200 y ción recuperada en 251 entie-
1 900 ± 120 a.C. rros, J. Quilter definió algu-
La alimentación se basó nas pautas funerarias de
en los recursos marinos los habitantes del bajo
(91%), destacando es- Chilca. Los cadáveres se
pecies como “cabrilla” y envolvían en esteras de
anchovetas, a las que se fibra vegetal y luego eran
añadieron plantas culti- colocados debajo del piso de
vadas y productos de las las casas o en el exterior. Pre-
lomas aledañas figuran- dominan los jóvenes (28%) y el pro-
do zapallos (Cucurbita fi- medio de vida se ubica entre 20 y 35
cifolia), frijol (Phaseolus sp.), años, aunque también hubo seis diferentes
guaba (Psidium gua- Reconstrucción isométrica de unidades domésticas encontradas en de 50 años. La mor-
ba), oca (Oxalis sp.) Chilca. Los materiales empleados incluían madera, cubierta vegetal, talidad infantil al-
y begonia (Begonia huesos de ballena, etc. Debido a su fragilidad prácticamente han canzó 40%, siendo
desaparecido y únicamente se encuentran las huellas de las bases. Las
geranifolia). Esta úl- viviendas que se ilustran corresponderían a los poblados costeños de la malnutrición un
tima se consumió se- Chilca (Quilter 1989). problema endémi-
co. La mayor fre-
cuencia de niñas fallecidas sugiere a Quilter un po-
sible infanticidio femenino, tal vez para controlar
el tamaño de la población. Por otro lado, se detectó
tuberculosis, carcinomas y osteoartritis, esta última
provocada por el gran esfuerzo necesario para por-
tar pesos considerables desde la playa hasta la al-
dea. Otra enfermedad fue la exostosis auditiva –do-
lencia que se adquiere por bucear frecuentemente
en aguas frías–, y un pronunciado desgaste de los
molares, confirmando así la hipótesis de una ali-
mentación basada en recursos marinos.
El enterramiento característico colocaba al indi-
viduo en posición flexionada, con las rodillas hacia
el pecho y las manos sobre el rostro o la pelvis. Al-
gunas veces se ataron hombros y piernas, y a menu-
do el cuerpo fue enterrado envuelto con una estera.
70
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
destruyó y abandonó la vi- órganos y
vienda en donde se enterra- huesos con
ba al individuo. La fosa vegetales y
que servía para depositar otros mate-
al cadáver era oval (40 cm riales, así co-
de profundidad) y se deli- mo reemplazo
neaba con yerbas o arbus- de la piel para
tos. Algunos no tienen cubrir el cuer-
ofrendas y entre las más po con arcilla.
comunes figuran Las momias fue-
adornos, discos ron enterradas
de moluscos, junto con otros
pigmento rojo individuos en fosas
y piedras para poco profundas, que
moler. Antes de muchas veces conte-
cubrir el fardo se nían uno o varios in-
colocaban piedras dividuos. A comienzos
calientes que en mu- del Arcaico, en el com-
chos casos chamusca- plejo Chinchorro (8 000
ron las mantas. d.C.), los cadáveres fueron
También se ha- momificados y enterrados
cía fuego sobre la en posición extendida. Al final
tierra que cubría Entierros característicos en posición flexionada, ambos del sexo femenino. del Arcaico (3 000-1
al muerto y se de- La de la izquierda fue enterrada en el interior de una vivienda y la de la 000 a.C.) este patrón
jaba una piedra de derecha en el exterior de otra. Al momento de su muerte tenían poco más se modificó a posición
mar, a veces con de 30 años. Es difícil saber por qué la de la izquierda estaba atada flexionada y al entie-
(Quilter 1989, entierros 9-10).
una cuerda de fi- rro individual, corres-
bra vegetal, sobre el suelo que cubría al entierro. pondientes al patrón Quiani, que además se distin-
Los varones jóvenes y los que tenían prestigio por gue por el uso de una señal de entierro, rasgo que
sus actividades en el grupo recibieron mejor trata- continuó hasta el Formativo de esta región cuando
miento. Ser enterrada al interior y al centro de una aparecieron los túmulos funerarios.
vivienda reflejaría status elevado de la persona. Los entierros del Arcaico Tardío de Ilo (Moque-
Quilter postula que las costumbres funerarias de La gua) son semejantes a los del norte de Chile, sobre
Paloma son conservadoras, pues muestran estabili- todo Punta Pichalo, Quiani y Camarones 5. Precisa-
dad por cientos de años. mente un entierro del sitio Kilómetro 4, situado al
Los patrones mortuorios de este asentamiento se norte de la ciudad de Ilo, tiene parecidos con di-
parecen a los de otras aldeas del litoral, sobre todo cha zona, pero a la vez es singular en varios aspec-
de la costa central. Esa semejanza se expresa en la tos. Ha sido fechado en 3 750 ± 60 y 3 760 ± 70 d.C.
posición flexionada del individuo, envuelto con y tiene la particularidad de llevar tejidos de algo-
mantas y ofrendas, y en el cuidadoso tratamiento de dón, que no es propio del norte de Chile, pues en
los niños y las mujeres; parece en cambio que la dicha zona se empleó fibra vegetal o lana de camé-
orientación del cadáver no fue importante. Sin em- lido. Por otro lado se encontraron paletas para aspi-
bargo, cabe destacar que los entierros de adultos va- rar alucinógenos, práctica extendida en esta región
rones en el sitio de Asia (valle de Omas) y Culebras (Wise, Clark y Williams 1994).
(Huarmey) fueron hechos con esmero y presentan
mayor cantidad de objetos, en comparación a los de PESCA VERSUS AGRICULTURA:
niños y mujeres. Otros elementos comunes son los SEDENTARISMO Y DESARROLLO
entierros múltiples y el uso de pigmento rojo y fuego. POLÍTICO
En la zona de Moquegua, Tacna y el norte de
Chile las costumbres funerarias presentan particu- Indudablemente los recursos marinos fueron
laridades tales como momificación, evisceración, una fuente permanente de alimentos que favoreció
71
Silva Sifuentes
Reconstrucción isómetrica
CULTURAS PREHISPÁNICAS
(fachada oriental) de la
Unidad I de El Paraíso o
Chuquitanta, valle bajo
del Chillón;
es posiblemente el
asentamiento del
Arcaico Tardío
más grande
de la costa.
72
Origen de las civilizaciones andinas
con respecto al progreso y desarrollo sociopolítico preguntas veamos primero la domesticación y có-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
en la costa, dada la inmensa cantidad de mariscos mo se detecta e infiere su presencia en el registro
en los basurales y la ubicación de las aldeas a lo lar- arqueológico.
go del litoral. Según sus argumentos los recursos
marinos no estuvieron en capacidad de sostener por Domesticación animal
sí solos poblaciones grandes durante el Arcaico Tar- Los animales domesticados en los Andes son los
dío. Concuerda con Wilson al admitir que la sub- camélidos (llama, alpaca), el cuy y el venado. Este
sistencia fue mixta, pero con participación comple- último pasó a su estado silvestre por selección cul-
mentaria de la pesca y la recolecta marina. La achi- tural impuesta por los primeros criadores, quienes
ra (Canna edulis), dice Raymond (1981:815), es una observaron que los camélidos eran más importan-
planta resistente a las sequías y alimenta una mayor tes desde el punto visto económico (Wing 1972,
cantidad de personas en comparación al maíz o los 1977).
recursos marinos. La domesticación animal es inferible por la ocu-
En 1983, Quilter y Stocker reconocieron que la rrencia de patrones relacionados con su aprovecha-
hipótesis sobre el rol del mar es coherente. Para miento o por cambios en el propio organismo. En
ilustrar esta idea utilizaron datos recuperados en La cuanto se refiere a los camélidos se infiere que fue-
Paloma (Chilca). Los mariscos preferidos por los ron seleccionados deliberadamente por el prome-
habitantes de ese asentamiento proceden del litoral dio de edad. Es decir, una alta proporción de hue-
rocoso (Alaucomia ater), pero también mencionan sos de animales jóvenes sugiere que éstos eran pre-
otras especies de mar adentro. Esto último se sus- ferentemente sacrificados como parte de un esfuer-
tenta por la presencia de osteomas en los oídos de zo por controlar la especie. La existencia de huesos
los varones, debido al buceo constante. Este rasgo de animales recién nacidos es igualmente otro indi-
se observa también en esqueletos de Huaca Prieta cador, pues es sabido que éstos mueren cuando es-
(Chicama), fechados en 2 200 a.C. Añaden que la tán en cautiverio por infecciones ocasionadas en
agricultura no es inmune a los cambios climáticos los corrales. Otro indicio es la mayor frecuencia de
producidos por El Niño, pues éste se asocia a inun- huesos de camélidos sobre los de cérvidos, correla-
daciones en la costa que dañan los cultivos. Por eso, ción que expresa selección deliberada de una espe-
Quilter y Stocker (1983:554) reconocen que las cie en particular, camélidos en este caso. De acuer-
grandes construcciones del Precerámico Tardío fue- do a E. Wing, es en sitios de la puna hacia el tercer
ron resultado de economías mixtas, basadas en la milenio a.C. donde se producen estos cambios,
pesca y agricultura. tanto en la edad de los animales como en su fre-
cuencia. Por su parte, J. Wheeler postula que este
LA SIERRA: DOMESTICACIÓN DE fenómeno sucedió en las punas de Junín, región en
CAMÉLIDOS, PASTOREO Y AGRICULTURA donde aparentemente la especialización en caméli-
dos se generaliza alrededor del 5 500 y 4 200 a.C.
Los cazadores-recolectores de la sierra modifica- Por otro lado, la caza continuó y coexistió con el
ron progresivamente sus patrones económicos de pastoreo como una estrategia importante. Otra téc-
subsistencia posiblemente en el sétimo milenio, se- nica para inferir domesticación es la observación
gún restos de frijoles domesticados encontrados en de los cambios en la estructura ósea y la dentición.
la cueva El Guitarrero (callejón de Huaylas), con fe- Sobre este punto E. Wing, J. Wheeler, J. Kent y K.
chas de 8 500 a.C., así como restos de zapallos en la Moore reconocen que no es sencillo distinguir un
fase Piki (5 600 a.C.), Ayacucho. Asimismo, infor- camélido doméstico de uno silvestre (en muestras
mación sobre especialización en camélidos e inicios arqueológicas) tomando en cuenta solamente un
de su domesticación fue descubierta en las punas de indicador, pues las diferencias son sutiles. Al tama-
Junín en el quinto milenio a.C. ño y peso deben añadirse por ejemplo los rasgos
Estos datos revelan que pastoreo y agricultura dentales.
se adoptaron simultáneamente en la sierra, y luego Antes de presentar descripciones concernientes
algunos grupos, sobre todo los asentados en la re- a restos de camélidos estratigráficamente docu-
gión Quechua (2 300 a 3 500 m de altitud) los in- mentados en las punas de Huánuco y Junín, nos
corporaron a su acervo cultural. Pero, ¿qué es la detendremos brevemente en dos animales, perros y
domesticación animal? ¿Qué efecto tuvo en la evo- cuyes, que también fueron importantes durante el
lución de la sociedad? Para aproximarnos a estas Arcaico.
73
Silva Sifuentes
74
Origen de las civilizaciones andinas
tienen la finura de las confeccionadas en lana de al- ñas para dicha era geológica en los países del norte
CULTURAS PREHISPÁNICAS
paca o de vicuña. Alpacas y llamas proporcionan andino, aun cuando éstos deben aparecer en las pu-
también carne, cuero, guano para prender fuego, y nas. Sorprende que no existan restos de llama y vi-
huesos como materia prima para diversos tipos de cuña en el Pleistoceno andino, a pesar de que se los
utensilios. Existen dos tipos de llama, una grande y encuentra en toda la era pleistocénica en el sur de
otra pequeña. La grande es especialmente utilizada América del Sur.
para transportar carga. Las alpacas se dividen en
cambio tomando en cuenta las características de su Llamas
lana, destacando la variedad suri con pelo largo y Aparecen desde Huánuco (Perú) hasta el sur y
recto, y la huacaya, que posee pelo ondulado y cor- actualmente no existen llamas silvestres. Su presen-
to. El cruce de llamas y alpacas da como resultado cia en Ecuador puede ser una introducción tardía,
un tipo llamado huarizo, si el progenitor es llama, y acentuada sobre todo por los incas. Se han recupe-
misti cuando el progenitor es alpaca. De la vicuña rado vestigios en el Pleistoceno boliviano y en las
macho con alpaca se produce el paco vicuña. pampas de Argentina. Tal vez el género Auchenia en-
La llama tiene orejas largas, y su hocico, cuello y senadensis del Pleistoceno Medio de Argentina es el
cabeza son generalmente más grandes en compara- mismo Lama glama. Otros géneros del Pleistoceno
ción a las alpacas. La cola de la llama es semi-recta Tardío de Tarija (Bolivia), tales como Palaeolama
en tanto que la alpaca tiene la cola pegada al trase- crequi Boule, Auchenia intermedia Gervais y Auche-
ro. La alpaca es más tímida, pero ambas son grega- nia castelnandi Gervais, podrían ser también Lama
rias y polígamas, con una gestación de 11 meses. glama.
Consumen pastos y musgos y su distribución no es
homogénea, pues sus hábitats no son necesaria- Guanacos
mente idénticos. Las llamas pueden encontrarse en Restos fósiles de esta especie se descubrieron en
altitudes sobre los 3 000 metros y las alpacas siem- el Pleistoceno de Argentina. Hoy está confinada a
pre están por encima de los 4 200 metros de eleva- las alturas, desde el norte de Perú hasta el sur del
ción (propiamente en la puna). No son animales continente. Sin embargo, parece que sólo se halla en
que migren de sierra a costa, y tampoco son anima- las alturas de Cuzco e Ica y corresponde a la subes-
les que provean leche, o que sirvan como cabalga- pecie Lama guanicoe cacsilensis Lönnberg. Hace dé-
dura o para halar arado. En tiempos prehispánicos cadas aún se le veía en las alturas de Huánuco.
y actuales la llama se utiliza para llevar carga, pero
en cantidades pequeñas. La alpaca no tiene la capa- Alpacas
cidad para llevar carga y fue criada primordialmen- Fueron identificadas como Auchenia lujanensis y
te por su lana, que en la década de 1970 fue después sus fósiles fueron recuperados en el Pleistoceno Su-
de los minerales el recurso de exportación más im- perior de Argentina, en la zona pampeana. Actual-
portante procedente de la puna (Gade 1977). mente se distribuye en el altiplano sur de Perú y en
¿Cuál es la antigüedad y distribución de los ca- el oeste de Bolivia. No existen alpacas silvestres hoy
mélidos sudamericanos? Pascual y Odreman (1974) en día.
observan que deben existir restos de
camélidos extinguidos en el Pleistoce-
no Superior, sobre todo Lama oweni y
Lama angustimaxilla de Bolivia y Ar-
gentina, así como Eulamaops parallelus
de Argentina. En el norte andino exis-
ten datos de una especie de paleollama
que vivió en el Pleistoceno, pero no
hay restos concretos de llamas o vicu-
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Silva Sifuentes
Sus restos más antiguos han sido documentados cuenta significa domesticación y cría (Wing
en depósitos del Pleistoceno Superior de Argentina 1976:80).
y Bolivia. Hoy se distribuyen en el altiplano sur de Ramiro Matos (1976:53) propuso que “los pri-
Perú y oeste de Bolivia, noroeste argentino y la par- meros pasos hacia la vida de una sociedad ganadera
te chilena adyacente, Junín (Perú), La Rioja y San de llamas y alpacas” en Junín se produjeron entre
Juan (Argentina). los años 3 500 y 2 000 a.C., y la fase de Criadores
El hábitat de los camélidos en el pasado es un as- Iniciales, llamada K’ellka Wasi, se asigna a los 4 000
pecto que reclama estudios más acuciosos. Bonavia a.C. En un cuadro posterior elaborado por R. Matos
(1991:115-116) informa de restos encontrados en y J. Rick (1981:48) se plantea tentativamente la
la costa y costa central norte con fechas de 4 000 ocurrencia de criadores de llamas y alpacas a co-
a.C. y en la costa de Chile se documentaron camé- mienzos del Precerámico Medio, cuya fecha RC-14
lidos con 9 000 a.C. Por eso existe la posibilidad de es de 4 630 a.C. R. Matos por su parte añade que en
que estos animales sean originarios de zonas más las subsiguientes fases Ondores y Chupaca se cris-
bajas, explicándose su presencia actual circunscrita talizan el pastoreo en las punas y la agricultura en
a las punas por el arrinconamiento que los cazado- pisos ecológicos más bajos. En otras palabras, la
res les impusieron hace miles de años. Esta hipóte- agricultura fue una tecnología que se introdujo en
sis se refuerza con datos paleoambientales y geoló- la zona luego de haber sido ocupada por pastores de
gicos, pues durante el Pleistoceno Tardío la actual llamas y alpacas durante cientos de años.
puna estuvo cubierta de nieve, ya que el manto gla-
cial descendió hasta los 3 900 m de altura. Uchcumachay
Esta cueva proporcionó datos de una clara ten-
La puna de los Andes centrales y su rol dencia a la especialización en camélidos entre 7 000-
en la domesticación de los camélidos 5 550 a.C., incrementándose luego a 5 500-4 200
sudamericanos a.C. Wheeler, Pires-Ferreira y Kaulicke plantearon
En algún momento del Post-Glacial Medio, 6 000 que el quinto milenio marcó cambios significativos
a.C. aproximadamente, los cazadores de las punas pues la abundancia de camélidos supone un mane-
de la sierra central (Junín, Pasco, Huánuco, Ayacu- jo deliberado de estos animales. Adicionalmente
cho, Huancavelica) estaban plenamente compene- existen dos huesos de perro doméstico (Canis fami-
trados con ese ambiente y sus recursos, sobre todo liaris) fechados entre 4 200-2 500 a.C., marcando
con los camélidos, cuyo hábitat actual es funda- así el paso definitivo a la domesticación de llamas y
mentalmente la altiplanicie. Cardich (1964: 44) in- alpacas. D. Pearsall (1989), con datos de la cueva de
sistió desde el principio en que los cazadores de Panaulauca, puna de Junín, propone fechas más re-
Lauricocha fueron “poblaciones definitivamente cientes que concuerdan con la información botáni-
asentadas en la zona”. En tal sentido, no es difícil ca, situando el proceso pleno de animales en cauti-
deducir que este sedentarismo propició la crianza verio y su manejo hacia los 2 000 a.C.
de llamas y alpacas.
El tránsito a la crianza y pastoreo de llamas y al- San Pedro de Cajas
pacas ha sido primordialmente estudiado en las pu- Esta zona contiene también evidencias sobre uti-
nas de Junín, sobre todo en las cuevas de Pachama- lización de camélidos en el Precerámico Tardío
chay, Uchcumachay y Telarmachay. Esta región fue (más o menos 2 500 a.C.). Los restos óseos descu-
probablemente un centro de domesticación de ca- biertos en Cuchimachay, Acomachay A y B, Telar-
mélidos, pues tiene las condiciones ecológicas nece- machay y Utco I son porcentualmente consistentes
sarias para el desarrollo de estos animales (Matos en cuanto a la preferencia por estos animales se re-
1976, Wheeler, Pires-Ferreira, Kaulicke 1976). Vea- fiere. En Cuchimachay el alto porcentaje de caméli-
mos los datos recogidos en estas cuevas. dos, que alcanza a 82,3%, sugiere que esta cueva fue
ocupada todo el año y que la alimentación se basó
Pachamachay en la carne de camélidos. Acomachay A presentó
Los huesos que más abundan en esta cueva a huesos de camélidos por encima del 90% y Acoma-
partir del Precerámico Tardío corresponden a camé- chay B 81% para la capa 3. En el estrato 5 del son-
lidos; concretamente, el 56% corresponde a anima- deo 1 de Telarmachay se recuperaron numerosos
les jóvenes, revelando que el ser humano ejerció huesos de camélidos tiernos. Wheeler (1976:127)
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