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Cuadernos de la S.E.C.F., N.O 6, febrero 1998, pp.

177-189 «11 Reunión sobre Ordenación de Montes»

ORDENACIÓN DE MONTES EN GALICIA

Alberto Rojo *, Santos G. Arenas ** & Guillermo Riesco *

* Escola Politécnica Superior de Lugo. Universidade de Santiago de Compostela. Campus de Lugo.


27002 LUGO
** Servicio de Montes e Industrias Forestais de Lugo. Conselleria de Agricultura, Gandería e Montes.
Xunta de Galicia. Ronda da Muralla, 194,3°.27001 LUGO

1. INTRODUCCIÓN Comunidad Valenciana (41 %), teniendo el


resto de comunidades porcentajes por debajo
Galicia es una de las regiones españolas
del 40%. Además, la superficie forestal
con mayor vocación forestal, como 10
gallega representa un 11,3% del total forestal
demuestra el hecho de que 1.879.892 hectá-
español y, en valor absoluto, ocupa el cuarto
reas de su territorio son terreno forestal
lugar nacional, por detrás de Andalucía,
(XUNTA DE GALIcrA, 1992), 10 que supone
Castilla-León y Castilla-La Mancha (MINIS-
aproximadamente dos terceras partes de su
TERIO DE AGRICULTURA, PESCA y ALIMENTA-
superficie total, tal como se indica en la
CIÓN, 1995).
tabla 1.
Los datos anteriores sitúan a Galicia a la La estimación del porcentaje de la superfi-
cabeza de las comunidades autónomas espa- cie forestal de Galicia ocupada por repobla-
ñolas en cuanto a porcentaj e de superficie ciones encuentra serias dificultades, princi-
forestal, por delante del País Vasco (59%), palmente por la enorme variedad de mezclas
Cantabria (51,7%), Cataluña (42,5%) y entre especies forestales, y por que las más

Tabla 1. Ocupación del suelo en Ga/icia. Fuente: Mapa Forestal de Ga/icia de 1986 - Plan Forestal de Galicia
(XUNTA DE GALICIA, 1992)

FORMACIÓN SUPERFICIE (ha) O/o

Monte arbolado 957.031 32,7


Monte hueco y riberas 19.045 0,7
Matorral 903.816 30,9
Total terreno forestal 1.879.892 64,3
Terreno no forestal (*) 1.046.347 35,7
Total 2.926.239 100,0
(*) Incluye plantaciones lineales

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Tabla 2. Superficie ocupada por las principales especies forestales en Galicia y porcentaje sobre el
terreno forestal de la región. Fuente: Mapa Forestal de Galicia de 1986 (XUNTA DE GALlC/A, 1992).
ESPECIE SUPERFICIE (ha) %

Pinus sylvestris 39.085 4,0


Pinus pinaster 291.985 29,9
Pinus radiata 23 .11 0 2,4
Mezclas y otras coníferas ( 1) 29.235 3,0
Total coníferas 383.415 39,3
Quercus robur 17.048 1,8
Quercus pyrenaica 31.459 3,2
Castanea sativa 11.911 1,2
Mezclas y otras frondosas (2) 131.95 1 13,5
Total caducifolias 192.369 19,7
Eucalyptus sp. 36.384 3,7
Pinus y Eucalyptus 177.100 18,1
Eucaliptos y otras frondosas 8.578 0,9
Total Eucaliptos y sus mezclas 222.062 22,7
Pinus y Quercus 44.542 4,6
Pinus y otras frondosas 133.688 13,7
Total mezclas pinos y caducifolias 178.230 18,3
Total 976.076 100,0
Incluye: monte arbolado (monte alto, monte bajo, monte medio y repoblaciones), monte hueco y riberas.
No incluye: matorral ni superficies de regeneración en incendios.
( l ) Pinus pinea y mezclas.
(2) Quercus ilex, Q. suber, Betula celtiberica, Alnus glutinosa; árboles de riberas, otras frondosas.

representativas en la actualidad, que son proporción del territorio forestal gallego,


exóticas, se encuentran ampliamente natura- posiblemente por encima del 75%, se
lizadas. Sin embargo, la consideración de la encuentra poblado por masas artificiales o
superficie ocupada por cada especie y sus cuyo origen se encuentra en antiguas repo-
mezclas (tabla 2), y teniendo en cuenta el blaciones. Esta cifra coincide con la estima-
carácter autóctono o exótico de las mismas, ción de DÍAZ-FIERRos, (1988), al considerar
puede dar idea del porcentaje de terreno que la vegetación natural de Galicia ocupa
forestal originado por repoblaciones en algo menos de110% del total de su territorio.
Galicia.
Además, el ritmo de repoblación se ha visto
A pesar de que Pinus sylvestris y P. pinas- incrementado en los últimos años. Esto se ha
ter son especies autóctonas de Galicia, la debido, por una parte, a la aplicación de la
mayor parte de su superficie actual proviene Ley 5/77, de Fomento de la Producción
de repoblaciones (aunque Pinus pinaster se Forestal (Tit.IV, Cap.II), a partir de la cual se
haya naturalizado ampliamente a partir de han transformado numerosos consorcios en
ellas), por 10 que puede deducirse de los convenios, siendo Lugo la provincia que más
datos de la tabla anterior que una elevada ha trabajado en este sentido. Por otro lado, la

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aparición del Reglamento 92/2080, de A nivel productivo, las zonas litorales se


Establecimiento de Ayudas a las Medidas pueden considerar climáticamente de
Forestales en la Agricultura, que se ha desa- primera calidad, perteneciendo a la clase 1
rrollado en el Estado Español por los R.D. de potencialidad productiva potencial defi-
378/93,2086/94 y 152/96, y en la Comunidad nida por GANDULLO & SERRADA (1977),
Autónoma de Galicia por el Decreto 250/93 debido a la elevada disponibilidad hídrica y
(Programa Regional de Ayudas a las Medidas al régimen térmico suave, que permite
Forestales en la Agricultura) y por diferentes extender el período vegetativo a todo el año
órdenes anuales, ha traído como consecuencia en muchas estaciones (DíAZ-FIERROS & al.,
la repoblación directa, por parte de particula- 1981 ).
res, de muchas tierras que se encontraban
cubiertas por matorral. El resto del territorio (exceptuando las
áreas por encima de los 1.200 m de altitud,
Por otra parte, las condiciones del medio donde el frío invernal restringe el crecimien-
natural gallego son óptimas para el desarro- to), pertenece a la clase 11 de potencialidad
llo de la riqueza forestal (entendiendo como productiva forestal (GANDULLO & SERRADA,
tal no sólo la producción, sino todos los 1977), con limitaciones débiles por aridez o
beneficios derivados del uso múltiple del por frío, principalmente en toda la zona
monte). En efecto, la heterogeneidad del montañosa sublitoral (DÍAZ-FIERROS & al.,
medio físico de Galicia produce una cierta 1981).
diversidad de climas, aunque por su situa-
ción en el borde oeste del continente euro- Por otro lado, en la actualidad los recursos
peo, todos ellos poseen un carácter general forestales juegan un papel cada vez más
húmedo, con precipitaciones anuales que importante dentro de la economía gallega,
oscilan entre 600 y más de 3.000 mm pues cuando fue presentado el Plan Forestal
(XUNTA DE GALICIA, 1992). Resalta también de Galicia (XUNTA DE GALICIA, 1992), se
la existencia de temperaturas suaves y la estimaba que el sector forestal representaba
falta de grandes contrastes térmicos estacio- algo más del 4% del producto interior bruto
nales, debido al papel unificador y modera- total de la región y proporcionaba empleo a
dor del mar, aunque aparece un claro cerca de 40.000 personas. Todo ello, a pesar
gradiente de aumento de la continentalidad de la pérdida de más de un millón de hectá-
del clima en las direcciones N-S y O-E reas por incendios en los veinte años prece-
(CARBALLEIRA& al., 1983). dentes.
La orografía gallega se caracteriza por una Además, en la generalidad de los montes
altitud media de 508 m, con dos terceras gallegos no se aplica una selvicultura correc-
partes de su territorio situadas por debajo de ta, o no se aplica ninguna, por 10 que existe
los 600 m de altitud, y con pendientes supe- un amplio margen en el que se podría incre-
riores al 20% en casi la mitad de su superfi- mentar su producción, especialmente de
cie (XUNTA DE GALICIA, 1992). forma cualitativa, manteniendo la superficie
Los grupos litológicos más representados forestal actual. Si a todo esto se añade que
(cubriendo cerca del 90% del territorio) son, algo más de 900.000 hectáreas, casi una
por una parte granitos y granitoides y, por tercera parte de la superficie total gallega,
otro lado, rocas esquistosas más o menos está formada por matorrales (tabla 1), gran
metamorfizadas, ambos plenamente favora- parte de los cuales podrían ponerse en
bles para la producción forestal cuando la producción (lo que ya está ocurriendo en la
profundidad del suelo o razones climáticas actualidad, como consecuencia de la aplica-
no 10 impiden. Los suelos tienen un carácter ción de las órdenes de ayudas a medidas
general ácido (con pH entre 4 y 5,5), 10 cual forestales comentadas anteriormente), es
representa una limitación para muchos culti- posible afirmar que se puede incrementar
vos agrícolas, pero no afecta a la producción notablemente el peso del sector forestal
forestal (XUNTA DE GALICIA, 1992). gallego.

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Tabla 3. Propiedad del monte en Galicia según formaciones vegetales. Fuente: Mapa Forestal de Galicia de /986
- Plan Forestal de Galicia (XUNTA DE GALlC/A , /992)

FORMACIÓN
PROPIEDAD MONTE MATORRAL MONTE HUECO lOfAL
ARBOLADO y RIBERAS
Particular 780.284 402.113 15.301 1.197.698
Vecinal 144.579 470.720 3.744 619.043
c.A. y Estado 19.198 11.636 - 30.834
Municipal 12.970 19.347 - 32.317
Total 957.031 903.816 19.045 1.879.892

Considerando, por tanto, la extraordinaria interior) y condiciona, consecuentemente,


riqueza y potencialidad productiva del monte una dispersión fraccionada de la propiedad
gallego, así como su importancia dentro de de la tierra (DEL ALAMO, 1991).
la economía de la región, y precisamente por
La titularidad actual de los montes galle-
todo ello, resalta el casi nulo desarrollo que
gos viene reflejada en la tabla 3, en la que se
ha tenido la ordenación de montes en
muestra también la superficie ocupada por
Galicia, donde podrían conseguirse resulta-
cada formación vegetal.
dos espectaculares con la aplicación genera-
lizada de los principios dasocráticos. De ella se deduce que, del total de superfi-
cie forestal gallega, un 63,7% es de propie-
Las causas de este abandono son variadas,
dad privada particular, un 32,9% es de
y tienen su origen, fundamentalmente, en las
propiedad privada vecinal, y el resto, sola-
condiciones estructurales y sociales del
mente un 3,4%, es de las instituciones públi-
medio rural gallego y en inadecuadas políti-
cas (municipios, Comunidad Autónoma y
cas forestales.
Estado). Sin embargo, la Administración
forestal gallega gestiona un cierto número de
montes mediante consorcios o convenios.
2. CONDICIONES ESTRUCTURALES Y Por ejemplo, en la provincia de Lugo un
SOCIALES DEL MONTE EN GALICIA 71 % de la superficie arbolada gestionada por
la Administración está conveniada, y un
Son numerosos los autores que consideran
25% consorciada, directamente o a través de
el desarrollo forestal de Galicia claramente
la Diputación (SERVICIO DE MONTES E INDUS-
mediatizado por la titularidad de los montes,
TRIAS FORESTAIS DE LUGO, 1996).
y por el pequeño tamaño y gran dispersión
de la propiedad (entre otros, VILLARES, 1983; Por otro lado, aproximadamente tres cuar-
BALBOA, 1990; PRADA, 1990; PÉREZ MOREI- tas partes de los montes vecinales que se
RA, 1991; Rico, 1995), 10 que disminuye la encuentran en producción (un 24% de la
rentabilidad de las explotaciones y dificulta superficie clasificada como de esa titularidad
la aplicación de planteamientos dasocráticos. para toda Galicia) son gestionados por la
Administración forestal, mientras que el otro
Galicia posee alrededor de 31.000 núcleos
cuarto restante es gestionado directamente
de población habitados, un 50% del total
por las comunidades propietarias o mediante
español, 10 que evidencia la enorme disper-
contratos con empresas del sector.
sión territorial de la población (salvando la
concentración demográfica que se produce El origen histórico del reparto del suelo
en las zonas litorales y en las capitales del proviene del sistema tradicional de aprove-

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chamiento de los montes en Galicia. A gran-


des rasgos, este sistema se caracterizó por el Tabla 4. Estimación del número de propietarios de
usufructo en común por parte de los vecinos montes particulares y tamaño medio de las propieda-
des en Galicia. Fuente: Padrón Municipal de
(sistema de foros) de las tierras de monte, habitantes de 1986 - Plan Forestal de Galicia
consideradas como un complemento esencial (XUNTA DE GALICIA, 1992).
de las pequeñas explotaciones agro-ganade-
ras (fertilización, pastos, madera, leña, etc.), N¿ Propietarit)s Superficie
siendo el origen de los montes vecinales en Provincia particulares media (ha) de
mano común y de los montes privados pro in- la propiedad
divisos.
La Coruña 246.888 1,70
Posteriormente, y gracias principalmente a Lugo 116.280 3,23
apropiaciones de pequeñas parcelas del Orense 137.234 1,80
común, repartos de montes, redenciones Pontevedra 172.216 0,90
forales y al proceso desamortizador del siglo
pasado, una gran parte de la superficie fores- Galicia 672.718 1,78
tal pasó a manos de particulares, no sin origi-
nar numerosos conflictos en el medio rural
(GUITIÁN, 1989; BALBOA, 1990; PÉREZ ANTE- Sin embargo, en la actualidad, y principal-
LO, 1995). mente por la entrada en la Unión Europea,
con el consiguiente abandono de las activi-
dades agrícolas y ganaderas, se ha incremen-
2.1. Los montes privados particulares tado notablemente el interés forestal de los
propietarios privados.
El resultado tangible del proceso histórico
ha sido una preponderancia de la propiedad El problema, de cara a una posible ordena-
forestal particular. Además, este tipo de ción de este tipo de fincas, radica en la
propiedad ocupa las mejores tierras, por 10 pequeña extensión de las mismas, tal como
que es la de más alta productividad forestal, se muestra en la tabla 4, lo que dificulta
y en ella se concentra una mayor proporción enormemente su gestión y rentabilidad.
de terreno arbolado (tabla 3). El análisis de los datos de la tabla anterior
El sistema de aprovechamientos más gene- pone de manifiesto que el tamaño medio de
ralizado en este tipo de propiedad es la la propiedad forestal oscila entre 1,5 y 2 ha,
«corta de oportunidad», es decir, el monte es repartidas en un alto número de parcelas, por
un complemento a otras actividades, agríco- 10 que éstas son aun más pequeñas; se estima
las o ganaderas, por 10 que se convierte en que más del 80% de las mismas tienen un
una especie de «hucha» o «seguro» al que tamaño inferior a media hectárea, 10 que no
acudir cuando se necesita dinero, despreocu- impide que los montes particulares sean los
pándose generalmente de aplicarle los cuida- que aportan la mayor parte de la madera
dos culturales adecuados. También contribu- producida en la actualidad (PÉREZ MORElRA,
ye a ello el hecho de que muchos propieta- 1991).
rios de terrenos forestales viven actualmente Con tal estructura resulta imposible la
en las ciudades, y sólo van a sus propiedades ordenación de montes, al no cumplirse la
en contadas ocasiones. Por eso, cuando se condición de extensión suficiente, necesaria
deciden por repoblar, 10 hacen con especies para la consecución del objetivo dasocrático
de turno corto y de nula o escasa selvicultura de rendimiento sostenido (MACKA Y, 1944;
posterior, para rentabilizar una tierra a la que MADRIGAL, 1994).
no quieren (o no pueden) dedicar tiempo. El
envejecimiento de la población rural está La inmediata solución que se plantea para
provocando un efecto similar de abandono este problema es la reunión de propietarios
de los montes. en una asociación, que debe intervenir acti-

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vamente en la gestión. Esto permitiría reali- muy contadas ocasiones en terrenos de


zar ordenaciones a escala parroquial, organi- monte con fines forestales, donde la división
zando la demanda de productos forestales y parcelaria es, muchas veces, aún más acusa-
protegiendo así a los pequeños propietarios da (ZUGASTI, 1993). Además, sería necesario
del envilecimiento de los precios del merca- utilizar unos nuevos criterios de valoración
do (MADRIGAL, 1994). en los que no sólo se tuviese en cuenta el
valor de la tierra (como ocurre en las valora-
Dentro del asociacionismo destaca la posi- ciones agrarias), sino también el valor del
bilidad de establecer una adecuada red de arbolado.
vías forestales, hoy en día inexistente, y que
debe cumplir una doble función de saca de Los resultados de la concentración parce-
productos y de infraestructura en la lucha laria forestal son, por tanto, anecdóticos,
contra incendios. Tales vías deberían justifi- siendo de destacar la llevada a cabo en algu-
carse en un plan de ámbito superior, a nivel nos lugares del ayuntamiento de Trabada
comarcal, que debe ser la verdadera unidad (Lugo).
de ordenación. Sería, por ello, muy intere-
sante recuperar la filosofia de las ordenacio- El método de ordenación más aplicable a
nes de comarcas, recogidas en las anteriores este tipo de montes (una vez que se hubiese
instrucciones de ordenación de 1930 (aunque realizado la concentración parcelaria y reuni-
nunca se llevaron a la práctica), y lamenta- do los propietarios en asociación) es el de
blemente ignoradas en las actuales. División por Cabida, dado que la mayor
parte de las especies plantadas por particula-
Desde hace varios años existen en Galicia res son de crecimiento rápido y se pueden
grupos que trabajan a favor de la agrupación aprovechar a turnos cortos. Además, este es
de propietarios de terrenos forestales, como el sistema que produce mayores rendimien-
la Asociación Forestal de Galicia (A.F.G.) o tos por hectárea y el más sencillo. La elec-
la Asociación para el Fomento de La ción de cortas a hecho en uno o varios tiem-
Riqueza Forestal de Galicia (AFRIF O GA) , pos, o en fajas, dependerá en cada caso del
aunque la tarea en este sentido no ha hecho riesgo de erosión y del tamaño de las super-
más que empezar. ficies de corta.
Por otro lado, un paso previo y comple- En aquellos lugares donde existan especies
mentario al asociacionismo forestal, necesa- y calidades de estación tan dispares que
rio para que éste sea efectivo, es la concen- aconsejen la adopción de edades de madurez
tración parcelaria de tierras forestales. En distintas, podría pensarse en utilizar el méto-
efecto, el asociacionismo, si no va acompa- do de Ordenación por Rodales, cuya exhaus-
ñado de la concentración, exige un elevado tiva gestión quedaría justificada por la eleva-
grado de participación para ser efectivo, ya da producción de estos terrenos. Sin embar-
que resultaría muy dificil realizar cualquier go, con este método no se consigue un
tipo de trabajos selvícolas o de infraestructu- rendimiento sostenido en productos, 10 que
ra si éstos han de realizarse en terrenos de puede resultar un inconveniente a la hora de
propietarios no asociados. Y, a la inversa, si convencer a los distintos y numerosos
a la concentración no le sigue el asociacio- propietarios de la necesidad de ordenar
nismo, sería posible realizar diferentes traba- conjuntamente sus terrenos.
jos por la disponibilidad de terreno, pero se
perdería la consideración del monte como Actualmente, la legislación de la
una única entidad, al quedar enclaves (de los Comunidad Autónoma de Galicia prevé una
no asociados) de mayor o menor importancia serie de ayudas para la realización de
en su interior (ZUGASTI, 1993). proyectos de ordenación y planes técnicos, a
través de la Orden de 13 de mayo de 1996,
La concentración parcelaria, que se está que contempla la subvención de hasta un
realizando en el sector agrario gallego desde 50% del coste de este tipo de trabajos. Las
hace más de 30 años, se ha acometido en ayudas consisten en una prima por hectárea,

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Tabla 5. Distribución provincial del monte vecinal en mano común en Galicia, según formaciones vegetales
(superficie en ha). Fuente: Plan Forestal de Galicia (XUNTA DE GALlClA. 1992).
FORMACIÓN
PROVINCIA MONTE MONTE HUECO
ARBOLADO Y RIBERAS MATORRAL TOTAL
La Coruña 15.579 82 16.588 32.249
Lugo 53 .327 2.280 140.760 196.367
Orense 58.193 1.162 205.962 265.317
Pontevedra 17.480 220 107.410 125.110
Galicia 144.579 3.744 ' 470.720 619.043

que depende de la superficie del monte que vecinos integrantes en cada momento del
se vaya a ordenar, conforme a la siguiente grupo comunitario que se trate, y sin asigna-
escala, y con un máximo de 2,5 millones de ción de cuotas, lo que los diferencia de los
pesetas: montes comunales castellanos, de propiedad
municipal.
Montes de <200 ha .... . 3.130 ptas/ha
Montes de 200-400 ha ...... 2.610 ptas/ha En los montes vecinales en mano común
Montes de 401-1.000 ha ...... 2.100 ptas/ha los aprovechamientos se regulan de acuerdo
con determinadas normas, aprobadas en
Montes de >1.000 ha ...... 1. 600 ptas/ha
asamblea general por la mayoría de los veci-
nos comuneros.
Estas ayudas son aplicables tanto a los
montes particulares como a los vecinales en Estos montes ocupaban en 1992 una terce-
mano común. ra parte de la superficie forestal gallega
(tabla 3), cifra que actualmente es algo
mayor, ya que Los Jurados Provinciales
2.2. Los montes vecinales en mano común siguen clasificando montes vecinales. Su
Los montes vecinales en mano común son distribución por provincias se muestra en la
una figura específica de Galicia y provincias tabla 5, donde se señalan las superficies
limítrofes (ABREU, 1995), y representan la correspondientes a las distintas formaciones
pervivencia del sistema tradicional de apro- vegetales.
vechamiento del monte gallego.
El número de comunidades con monte
Recientemente, ha sido regulada su decla- vecinal en 1992 era de 2.430, y la superficie
ración, organización y aprovechamiento por media por monte era de 255 hectáreas
la Ley 13/1989 de la Comunidad de Galicia, (XUNTA DE GALICIA, 1992), suficiente para
y su Reglamento (Decreto 260/92). Según se ser gestionados mediante proyecto de orde-
recoge en el arto 1 de dicha Ley, son montes nación. No en vano, se ha dicho que estos
que pertenecen a agrupaciones vecinales en montes son los únicos latifundios existentes
su calidad de grupos sociales y no como enti- en Galicia, denominándolos también latifun-
dades administrativas, y que se aprovechan dios populares (OLIVA, 1995). Parece
consuetudinariamente en régimen de comuni- evidente que el esfuerzo ordenador se debe
dad, sin asignación de cuotas, por los miem-
centrar, en un futuro inmediato, en este tipo
bros de aquellas en su condición de vecinos.
de predios, según se prevé, por otra parte, en
En definitiva, son montes de propiedad el arto 49 del Reglamento de la Ley de
particular colectiva, correspondiente a los Montes Vecinales en Mano Común.

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Por otro lado, los montes vecinales ocupan tado y con medios para atender a estos
las tierras de peor calidad, por 10 que su requerimientos en los Servicios Forestales
productividad potencial es menor y, al Provinciales (un sólo ingeniero suele tener
contrario de 10 que sucede con los montes fácilmente a su cargo superficies superio-
privados, sólo una pequeña parte de ellos (un res a las 30.000 hectáreas); y, por otro
24%) se encuentra arbolado (tabla 5). El lado, a que la tarea ordenadora no se
resto, 470.000 hectáreas en cifras redondas, considera como una prioridad al no haber-
está dominado por matorrales, y potencial- se contemplado, sorprendentemente, en las
mente podría, mediante una adecuada políti- actuaciones previstas en el Plan Forestal
ca de repoblaciones y asistencia selvÍcola de Galicia.
posterior, transfoffilarse en montes arbolados
- Problemas de límites entre montes. El
en unos pocos decenios.
saneamiento de la propiedad es una condi-
Incluso, puesto que el mayor tamaño de ción previa e imprescindible para poder
estos montes 10 permite, sería la oportunidad comenzar los trabajos de ordenación de
de reintroducir en ellos frondosas (o mezclas cualquier monte. En ese sentido, la Ley
con coníferas) de menor rentabilidad inicial, prevé que la Administración debe realizar
pero que a largo plazo diversificaría la oferta como tarea prioritaria, y de forma gratuita,
de madera y aumentaría su calidad; además, los deslindes de los montes vecinales en
se conseguiría recuperar parte del terreno mano común. Desgraciadamente, se ha
perdido en la región por este tipo de especies hecho muy poco en este sentido hasta el
y potenciar el uso múltiple del monte galle- momento.
go. Para ello, sería necesario una política de - El cambio de los antiguos consorcios en
ayudas a repoblaciones que favoreciera a las los nuevos convenios ha dado lugar, en
especies autóctonas mucho más de 10 que algunos casos, a una disminución de las
ocurre actualmente. superficies primitivas y a una multiplici-
En cuanto a su ordenación, el arto 49 del dad de usos, 10 que dificulta la realización
Reglamento de la Ley de Montes Vecinales de proyectos de ordenación global izado-
en Mano Común establece que para el apro- res. Este problema se presenta cuando la
vechamiento de los mismos, cuando éstos superficie a dividir pertenece a distintas
posean superficies entre 25 y 250 hectáreas, comunidades, cada una con intención de
será necesario la realización de un plan destinar su porción de monte a un uso dife-
técnico; y por encima de esas 250 hectáreas rente (forestal, agrícola, etc.).
se exige un proyecto de ordenación. Tales Resulta paradójico que, en la actualidad,
planes o proyectos deben ser aprobados por prácticamente ningún monte vecinal en
la Administración, que además subvenciona mano común mayor de 250 hectáreas y
hasta un 50% de su costo, tal como se ha gestionado por la Administración se encuen-
comentado anteriormente. tre ordenado, por 10 que ella misma está
infringiendo la Ley. La Administración
Sin embargo, hasta el presente estas medi-
debería exigir la realización de proyectos de
das legales no han surtido efecto en la prácti-
ordenación en estos montes, estableciendo
ca, principalmente por las siguientes causas:
un período de tiempo suficientemente largo
- El corto lapso de tiempo transcurrido (por ejemplo, 3 ó 5 años) para permitir a las
desde que se promulgó la Ley (de 1989) y comunidades de propietarios adaptarse a esta
el menor desde la aprobación de su obligación. Lógicamente, también se debería
Reglamento (de 1992). exigir el cumplimiento y seguimiento de
tales proyectos (planes anuales y revisiones),
- La nula exigencia por parte de la 10 que obligaría a un refuerzo de personal en
Administración para que se realicen tales los servicios provinciales. Además, debería
ordenaciones, debido, por una parte a la fomentarse, aquí también, la realización de
endémica falta de personal técnico capaci- ordenaciones a escala mayor a la de monte.

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No sería descabellado pensar en establecer como los gallegos sí son rentables), o se apli-
algún tipo de convenio entre la Consellería can fuera de tiempo en muchos casos.
de Agricultura, Gandería e Montes y las
Tratar de convencer a los vecinos de la
Universidades de Santiago de Compostela y
necesidad de cambiar el sistema tradicional
Vigo, que permitiera la realización de
de explotación (por ejemplo, de la necesidad
proyectos de ordenación en este tipo de
de cortar los peores y más delgados pies en
montes por parte de los alumnos de las titu-
laciones de Ingeniería Técnica Forestal e varias claras, en vez de los de mayor diáme-
tro; o retrasar la corta a hecho a la edad
Ingeniería de Montes. Estos trabajos, que
adecuada) puede dar lugar a situaciones
servirían como Proyectos Fin de Carrera a
conflictivas, parecidas a las ocurridas el
los alumnos, estarían tutorados por un profe-
pasado siglo al iniciarse la ordenación de
sor universitario y por un ingeniero del
montes en otros puntos de la Península
Servicio Provincial correspondiente. De esta
(RoJO & MANUEL, 1992), e incluso en la
manera, se lograría la doble misión de mejo-
propia Galicia (BALBOA, 1990; RIco, 1995),
rar la formación de los futuros técnicos
al creer los vecinos que se está tratando de
forestales con un trabajo eminentemente
limitar sus derechos sobre algo que, real-
práctico, y de aumentar el número de montes
mente, es suyo.
vecinales en mano común ordenados.
Con tales medidas, la mejora del sector Por otra parte, muchos propietarios consi-
forestal sería notable, aunque sólo afectara a deran que no hay necesidad de realizar
la superficie actualmente arbolada en este complicados planes para el aprovechamiento
tipo de montes (144.579 hectáreas), o a una de sus montes, cuando ellos ya están hacien-
parte importante de la misma. do algo parecido, porque tienen dividido el
monte en zonas, cada una de las cuales se
Resulta necesario comentar que la aplica- corta en un determinado año.
ción de la ordenación a este tipo de montes se
va a encontrar con dificultades a la hora de Sería necesaria, por tanto, una importante
tratar de introducir criterios selvícolas racio- labor de extensión forestal, que ayude a
nales, muy diferentes a los que tradicional- cambiar la mentalidad distorsionada por la
mente se vienen utilizando en la realidad práctica de muchos años y cree una cultura
desde hace muchos años. Por ejemplo, es una forestal hoy en día inexistente. La
práctica común en pinares la corta a hecho Administración debería poner especial
prematura. En otros sitios, aunque más anec- empeño en esta primordial tarea, teniendo
dóticamente, se realizan cortas por selección como referencia los positivos resultados de
de diámetros, mal denominadas entresacas, y la extensión agraria.
que no son otra cosa que cortas de huroneo En este tipo de montes, por su mayor
de carácter antiselvícola, ya que, al contrario tamaño, podría ya pensarse en la aplicación
de 10 que debería hacerse, mantienen en pie de otros métodos de ordenación distintos al
los peores ejemplares; esto impide que se de División por Cabida, aunque éste será,
concentre la producción en los mejores árbo- con toda seguridad, el más adecuado en la
les, por 10 que, además, se disminuye la cali- mayoría de los casos. Ciertos montes, los
dad y el rendimiento que sería posible obte- mayores, y según las especies que los
ner. Otro caso diferente es el de las masas de pueblen, podrán ordenarse mediante los
Pinus sylvestris de las sierras lucenses y métodos de Tramo Único o Tramo Móvil.
orensanas, que sus propietarios pretenden
aprovechar a hecho, ya que este es el sistema
que se emplea con el pino del país y con el 2.3. Los incendios forestales
radiata, y que aplican por extensión al pino
El problema de los incendios es uno de los
silvestre de modo equivocado.
más importantes del sector forestal gallego.
Además, no se suelen realizar claras ni Las causas del elevado número de incendios
podas (que en montes altamente productivos que se producen anualmente son variadas,

185
A. RoJO & al. «Ordenación de montes en Galicia»

complejas y, muchas veces, relacionadas con Administración perjudicaron a los verdade-


los conflictos surgidos por la propiedad y ros propietarios de los montes. Se debe
aprovechamiento de los montes. intentar, además, compatibilizar los diferen-
tes usos (ordenaciones de uso múltiple) y
Sin entrar en mayores consideraciones, tratar de eliminar, pero siempre de forma
parece lógico suponer que el elevado «ries- progresiva, las actividades perniciosas para
go» de incendios de los montes ha debido el monte.
retraer en muchos casos la actividad ordena-
dora en Galicia, ante la posibilidad de que se
perdiera en poco tiempo no sólo la masa
forestal (con todo lo que ello supone), sino 3. LOS CONDICIONANTES POLÍTICOS
también el dinero, tiempo y trabajo inverti- La ordenación de montes en España no
dos en la ordenación. comenzó hasta finales del siglo XIX. En
Cualquier política forestal que se pretenda 1911 había ya cerca de 430.000 hectáreas
realizar en Galicia debe partir de la erradica- ordenadas en toda la Península (OLAZÁBAL &
ción de este problema, tal y como se recono- MARTÍNEz, 1911), no incluyéndose en ellas
ce en el Plan Forestal de Galicia, en el que se ningún monte gallego. La explicación de
considera objetivo prioritario (X UNTA DE este hecho parece radicar en el mantenimien-
GALICIA, 1992). En este sentido, en el año to del sistema tradicional de explotación del
1990 se creó el Servicio de Defensa Contra monte gallego, en el que lo forestal no era
Incendios Forestales (S.D.C.I.F.), que ha más que un complemento a otras actividades
logrado reducir espectacularmente la superfi- (agricultura y ganadería). Así, los primeros
cie anual quemada mediante el refuerzo de intentos de los técnicos forestales de introdu-
las tareas de detección y extinción, y con la cir una regulación forestal, mediante los
ayuda de una climatología favorable en sus Planes Provisionales de Aprovechamientos
primeros años de existencia. Muy importante (instrumentos provisionales de gestión hasta
ha sido la creación de una estructura contra que se ordenaran los montes, según la Ley
incendios de ámbito comarcal, lo que ha de Montes de 1863), se encontraron con la
permitido acercar al monte al personal técni- oposición radical de los vecinos, que vieron
co cualificado del S.D.C.I.F., aumentando peligrar su modo de vida y su fuente de
notablemente su eficacia. sustento (FENECH, 1884; GUITIÁN, 1989;
BALBOA, 1990). Además, los efectos de la
Sin embargo, hoy en día el número de desamortización, conflictos de límites y
incendios sigue siendo aún muy elevado, por propiedades, y el minifundismo forestal, difi-
lo que se puede asegurar que no se ha solu- cultaron también el inicio de la ordenación
cionado el problema desde su raíz, profunda- en los montes gallegos. Esta situación se
mente inculcado en la sociedad rural gallega. extendió hasta la Guerra Civil.
Precisamente, la ordenación de montes Posteriormente, entre las décadas de los
podría ser un instrumento estabilizador en años cuarenta y setenta, se repoblaron en
este sentido. Al aumentar las rentas de los Galicia cerca de 237.000 hectáreas a través
montes, la ordenación provocaría que las del Patrimonio Forestal del Estado (P.F.E.).
comunidades propietarias comenzaran a La política repobladora del P.F.E. se dirigió
verlos como una fuente de riqueza, conven- casi exclusivamente a conseguir masas arbo-
ciéndose de la necesidad de cuidar ese patri- ladas, olvidándose de la selvicultura poste-
monio. Esta vinculación del hombre rural rior y, consecuentemente, de la ordenación
con su entorno natural ha demostrado ser de las masas creadas. Además, en Galicia los
una manera efectiva de que no se produzcan consorcios no se realizaron con los vecinos,
incendios en los montes. En el caso gallego, verdaderos dueños de la mayor parte de los
sería necesario mucho tacto a la hora de montes, sino con los ayuntamientos, que
realizar las ordenaciones, y no repetir errores eran sus representantes legales según la Ley
del pasado, en los que las actuaciones de la de 10 de marzo de 1941 por la que se ratifi-

186
Cuadernos de la s.E.CF., N.O 6, febrero 1998 «II Reunión sobre Ordenación de Montes»

caba la creación del P.F.E. (GUITIÁN, 1989; mental la aplicación generalizada de una
RICO, 1995). Lógicamente, los intereses de selvicultura planificada, es decir, la ordena-
los regidores municipales no coincidían con ción, y no limitarse exclusivamente a la
los de los vecinos, por lo que se restringieron consecución de unas masas forestales que,
antiguos usos (por ejemplo, repoblación de sin un seguimiento y, por tanto, sin un rendi-
pastizales), desligando del monte a la pobla- miento sostenido, pueden ser un nuevo foco
ción rural, que perdió todo interés por su de tensión en el medio rural, provocando y
cuidado y mejora al cambiar el uso tradicio- reactivando conflictos y problemas como el
nal que venían haciendo de esos terrenos de los incendios.
(leñas, aprovechamiento del tojo para cama
En este sentido, llama poderosamente la
del ganado, etc.). Todo esto conllevó nume-
rosos conflictos, entre ellos la quema de atención el hecho de que el Plan Forestal de
Galicia no contemple de forma alguna la
muchas repoblaciones (consecuencia de los
ordenación de montes. La única referencia al
perímetros de repoblación obligatorios).
respecto que contiene es la necesidad de
Como es de suponer, esta situación no armonizar los diferentes usos del medio
favoreció la realización de proyectos de rural, pero en ningún momento se habla de
ordenación. Afortunadamente, las leyes ordenación, ni se incluye dentro de las accio-
sobre montes vecinales en mano común nes previstas para la consecución del plan.
promulgadas desde finales de los años sesen-
ta han intentado solventar estos conflictos
(GUITIÁN, 1989; BALBOA, 1990; PÉREzANTE-
LO, 1995), por 10 que actualmente los montes 4. CONCLUSIÓN
vecinales en mano común pueden volver a La ordenación de montes no ha tenido
ser un foco importante para introducir y implantación en Galicia, a pesar de ser ésta
extender los criterios dasocráticos en una región en la que potencialmente podrían
Galicia, como ya se ha comentado. conseguirse muy buenos resultados dasocrá-
Más recientemente, la entrada de España ticos.
en la Unión Europea ha repercutido de forma Casi la mitad de la superficie forestal
importante en el sector forestal de Galicia. El gallega se encuentra poblada por matorral,
déficit maderero de la U.E., que se verá mientras que en las zonas puestas en produc-
incrementado en los próximos años a pesar ción no se están consiguiendo rendimientos
de la reciente entrada de Suecia y Finlandia óptimos, entre otras causas, por una falta de
en la Unión, no puede solucionarse exclusi- infraestructuras y de tradición y cultura
vamente a costa de los países del tercer forestales.
mundo, ya que esta forma de actuar choca
con la creciente sensibilización medioam- La estructura de la propiedad ha condicio-
bientalista en Europa. Por esa razón, resulta nado también el escaso desarrollo del sector
necesaria una política de elevada tasa de forestal. Casi dos terceras partes del territo-
autoabastecimiento. La alta productividad de rio forestal es de propiedad privada particu-
parte del territorio gallego, con rendimientos lar, con parcelas de tamaño medio inferior a
de los más altos de Europa, sobre todo en lo media hectárea, 10 que impide su ordenación
que respecta a especies de crecimiento rápi- si no se realiza anteriormente un concentra-
do poco exigentes, ha colocado a Galicia en ción de terrenos forestales y una reunión de
el punto de mira. propietarios en una asociación forestal, que
debe ser el elemento canalizador de la
Nos encontramos, por tanto, en un
gestión. Hasta el momento es casi nulo 10
momento especialmente importante de cara a
realizado en este sentido.
aumentar, y sobre todo mejorar, la superficie
arbolada de Galicia, y a incrementar la Prácticamente, el otro tercio de la superfi-
producción (en cantidad y calidad) de los cie forestal gallega 10 ocupan los montes
montes ya poblados. Para ello, sería funda- vecinales en mano común, con un tamaño

187
A. RoJO & al. «Ordenación de montes en Galicia»

medio de 255 hectáreas, lo que, teóricamen- Edicións Xerais de Galicia. Vigo.


te, permite su ordenación. Sin embargo,
CARBALLEIRA, A., C. DEVESA, R. RETUERTO,
hasta el presente no se han gestionado de
E. SANTILLAN & F. UCIEDA; 1983.
esta manera debido a importantes conflictos
Bioclimatología de Galicia. Fundación
relacionados con el mantenimiento del siste-
Pedro Barrié de La Maza. La Coruña.
ma tradicional de explotación y con la
propiedad, entre los que destacan las usurpa- DEL ALAMO, J.C.; 1991. Un país de excep-
ciones de la misma provocadas por la políti- cionales condiciones para el desarrollo fores-
ca repobladora del Patrimonio Forestal del tal. AITIM, 50. Extra Galicia: 15-21.
Estado tras la Guerra Civil. Actualmente, la
Ley 13/89 de Montes Vecinales en Mano DÍAZ-FIERROS, F.; 1988. La naturaleza en
Común, y su Reglamento 250/92, de la Galicia. Editorial Repsol-Incafo. Madrid.
Comunidad Autónoma de Galicia, intentan DÍAZ-FIERROS, F., F. UCIEDA, R. RETUERTO,
paliar este problema, devolviendo estos A. CARBALLEIRA, & L. TURC; 1983.
terrenos a sus legítimos dueños. Además, Productividad climática potencial de cultivos
Galicia es de las pocas Comunidades y bosques en Galicia. Xornadas de Estudio
Autónomas que en su legislación forestal del s.E. G. Area de Ciencias Agrarias.
hace referencia a la ordenación de montes,
obligando a la realización de planes técnicos FENECH, A.; 1884. Los montes públicos de
en montes con superficies entre 25 y 250 Galicia. Revista de Montes, VIII: 505-511;
hectáreas, y proyectos de ordenación cuando 532-546.
superan las 250 hectáreas, previendo GANDULLO, 1.M. & R. SERRADA; 1997. Mapa
también ayudas para su realización y el de productividas forestal
deslinde gratuito de estos montes.
GUITIÁN, L.; 1989. Propiedad del monte y
Por estas razones, es posible concluir que ordenación forestal en Galicia. V Coloquio
nos encontramos en un momento óptimo de Geografía Agraria. Departamento de
para potenciar en Galicia la ordenación de Geografía, Universidad de Santiago de
montes, que se debe extender de forma Compostela: 87-98.
importante en los próximos años. La labor
dasocrática se deberá centrar en los montes MACKAY, E.; 1944. Fundamentos y métodos
vecinales en mano común, mientras no se de la ordenación de montes. Primera parte:
\ generalice el asociacionismo forestal conjun- Conceptos fundamentales. Ordenación teóri-
tamente con las concentraciones de terrenos ca. Escuela Especial de Ingenieros de
forestales. Montes. Madrid.
La aplicación generalizada de los criterios MADRIGAL, A.; 1994. Ordenación de montes
dasocráticos puede representar un importante arbolados. ICONA, Colección Técnica.
foco de mejora y riqueza en el sector forestal Madrid.
de Galicia, además de potenciar el uso múlti- MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA y
ple del monte, recuperar parte de la cubierta ALIMENTACION; 1995. Hechos y cifras del
arbórea original, mejorar las infraestructuras sector agroalimentario español. Edición
del medio rural y contribuir a eliminar un 1995. Secretaría General Técnica. Madrid.
problema tan grave como el de los incendios.
OLAZABAL, S. DE & A. MARTÍNEZ SANZ;
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