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SELECCIÓN PANAMEÑA DE FUTBOL

La selección panameña de futbol resultó eliminada de participar en el


Mundial Qatar 2022 a pesar de ser probablemente la más talentosa selección
que hemos tenido, con un director de amplio conocimiento; y con jugadores
con la actitud adecuada para ser competitiva.
Lamentablemente nos topamos con 4 selecciones que pasan por su mejor
momento como lo son Canadá, USA, México y Costa Rica. Y a pesar de sacar
muy buenos resultados y seguir dando muestras de un constante
crecimiento, no se pudo lograr el objetivo principal que era la clasificación a
un mundial por segunda vez en nuestra historia.
Se debe apoyar a la formación de nuestros jugadores, se debe seguir
invirtiendo en campos de juego y preparación técnica, física y táctica de los
muchachos que les gusta este deporte y que quieren hacerse un espacio en
la corta historia futbolística de nuestro país.
En su participación se vieron grandes pasajes en que se pudo observar la
capacidad técnica y la disposición mental de los jugadores para soportar los
momentos difíciles y sobreponerse para remontar los marcadores adversos,
lo que nunca habíamos visto en una selección panameña. Sin dejar de
mencionar la disposición de ir al ataque en cada posesión de balón, otra
característica de la cual carecían las anteriores selecciones, lo que dice
mucho de la influencia del director técnico.
A todos los panameños nos habría encantado que nuestra selección
clasificara pero debemos recordar que el desempeño de las selecciones es
como las olas, a veces están en su punto más alto, a veces en su punto más
bajo y otras veces en un punto medio. Por ello no siempre clasifican las
mismas selecciones, ni quedan campeones los mismos equipos.
Por esas variaciones en el desempeño es que selecciones como España y
Francia que antes de 1998 no habían ganado un mundial, ya han ganado al
menos uno. Y por esas variaciones es que ya ninguna selección tiene su
clasificación segura.
De ahí que países con mucha tradición y éxitos futbolísticos han optado por
nacionalizar jugadores extranjeros de gran calidad para reforzar sus falencias
en determinadas posiciones. Países como Alemania, México, España y Francia
aprovechan sus poderosas ligas para captar talentos y luego nacionalizarlos
con el objetivo de incluirlos en sus selecciones.
Incluso hay países que buscan mejorar el biotipo de jugadores a futuro,
promoviendo que los jugadores extranjeros tengan hijos en el país en el que
juegan para que esos hijos luego puedan ser elegibles para pertenecer a la
selección del país que adoptó a sus padres.
Todos los países deberían haberse acostumbrado a que países sin una gran
historia futbolística en algún momento van a crecer, desarrollarse y llegarán a
ser competitivos. Y deben recordar que en algún momento ellos mismos
fueron pequeños y les tocó recorrer un largo camino para poder llegar al
lugar en que se encuentran.
Tanto el futbol como todos los deportes, así con la vida misma es un vaivén
de éxitos y fracasos. Matemáticamente el rendimiento deportivo cumple con
un comportamiento cíclico donde existen crestas y valles, donde las crestas
son los altos rendimientos y las valles son los bajos rendimientos.
Panamá ahora mismo pasa por una cresta del ciclo y debemos disfrutarlo y
mantenernos en ella lo más posible. Pero eventualmente eso puede variar ya
sea para mejor o para peor. Y debemos ser conscientes de que eso
inevitablemente ha de suceder.
Es por ello que cuando escucho a algunos periodistas del área que
desmeritan nuestros logros asegurando que las otras selecciones de Concacaf
han decaído y no entienden o no quieren entender que Panamá ha crecido
futbolísticamente y que por ahora deben acostumbrarse a que cuando se
enfrenten a nosotros van a sufrir y tendrán que dar lo mejor de sí.
Por lo anterior es de mucho mérito que nuestro país, con sus limitados
recursos económicos, con sus campos en condiciones precarias, con una liga
profesional insipiente, con una corta historia futbolística, con pocos
jugadores y directores extranjeros de buen nivel, haya conseguido crecer y
ser protagonista en su Confederación.
Nuestra selección que clasificó al mundial de Rusia 2018 nos dio una gran
alegría y es motivo de orgullo. Independientemente de los resultados
obtenidos en su primera participación en un mundial y haber competido en
un grupo en que dos de las selecciones quedaron entre las cuatro finalistas.
Debemos exaltarles y no criticarles como algunos mal intencionados que con
el ánimo de perjudicar al técnico Hernán ¨El Bolillo¨ Gómez, aseguraron que
la nuestra fue la peor selección de ese mundial.
Les recuerdo que el calificativo ¨peor selección¨ es una observación
cualitativa y no cuantitativa. Por lo que si queremos hacer una comparación
cualitativa habría que ver si Panamá fue peor que las otras selecciones que
fueron eliminadas en la misma fase que nuestra selección. Como por
ejemplo Alemania, que con todos los recursos y con una selección compuesta
por jugadores de muchas nacionalidades fue eliminada en la misma fase de
Panamá y ante selecciones que no quedaron entre las semifinalistas.
Muchas veces nos ponemos demasiado exigentes con nuestros jugadores, sin
tomar en cuenta los escasos recursos con que cuentan y las dificultades que
pasan para poder desarrollar sus habilidades, aptitudes y superar las
limitaciones que la vida y el deporte les imponen. Y muy pocas veces
aportamos a su formación, apoyando los clubes y ligas de pequeños talentos
y de jugadores ya formados.
Por más que nos guste este deporte y por más que deseamos ver a nuestro
país entre los más grandes representantes de nuestra región, debemos ser
conscientes de que no podemos exigir, sino los apoyamos. Y no nos
referimos al apoyo de gritar y hacer barra durante los partidos, sino de forma
monetaria, mínimamente asistiendo a los partidos de las ligas y pagando las
entradas para ver a nuestros jugadores locales.
Para mí resulta inconcebible que algunos comentaristas y periodistas
deportivos ataquen, denigren y ofendan a jugadores y directores técnicos
con el único objetivo de ganar sintonía y audiencia. Lo que no contribuye en
nada al reforzamiento psicológico y emocional de nuestros muchachos.

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