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AÑO XX -*- BARCELONA 7 DE OCTUBRE DE I 90I NúM. r.032

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CABEZA DE NINO, dibujo de Emilio Puohs


Ó50 L A ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA NÚMERO 1.032

SUMABIO Asambleas provinciales á todos los hombres afectos Desde Colombia, pues, se hace un llamamiento á
T e x t o . - Á'evi'sia kispano-aiiicridiiiti, por R. Beltráñ UiSzpide. al régimen de libertad y democracia. Europa para que procure avenir á los contendientes,
-El viéjecilo del <Htraldo,^ por Alejandro Larrubiera. - Los hispanoamericanos que escriben en el Heral- evitando los trances y consecuencias de una guerra
Aupislo Holniberg, por J. de S. - ¡Despidiáa!, por 5. - T-ns do de París enaltecen á Castro, cuyas energías han fratricida que sólo puede favorecer al imperio yan-
das i/iiiscaras, por Ernesto García Ladeve^e. - A'Í'HÍ j ' Taiihi, impedido que los yanquis pongan mano sobre los qui, con grave daño á las relaciones económicas en-
por M, - Nuestros grabados. - Miscelánea. - Problíma de aje-
drez. - Un iiiisicrio, novela ilustrndíi (coniinuaciún). - Repú-
lagos de asfalto, y que, procediendo con hábil polí- tre los pueblos del antiguo y nuevo mundo.
blka Argeitiina. Sierras de Córdoba. Capilla del Monte, por tica, logra atraerse la amistad y acaso el apoyo de También en el campo opuesto, Castro, que des-
Juslo Solsona. Alemania, imperio del cual son stíbditos los princi- confía de los Estados Unidos, halaga á Alemania y
G r a b a d o s . - Cabeza de uifio, dibujo de Emilio Fuchs. - Di- pales negociantes de Caracas. «Castro - dicen - es el procura runovar amistades con Erancia, enviando á
bujo de Triado que ilustrad articulo El viejeeilo cidiHcral- ídolo del pueblo; tiene de su parte á las masas, á la Parí.s delegado especial para asentar las bases de un
do.h- Augusto Holiiiberg. - líos retratos y el cuadro Lectura
interesante, obras de Augusto Ilolmberg. - ¡Desfiedidal, cua- clase media ilustrada y á la mayoría de los comer- tratado de comercio. La muerte de un ilustre diplo-
dro de Ricardo Erugada. - S. E. el cardenal Casa/las.- Bar- ciantes de la colonia extranjera, que no transigen con mático que representaba á España en Caracas, le
celona. Llegada del obispa S. E. el tardenal Casonas. En la la codicia de los norteamericanos ni con el predomi- brinda triste ocasión de prodigar á la madre patria
estación. - La comitiva á la salida di: la estación. - Montimai- nio de los conservadores clericales.» señaladas muestras de deferencia. Por decreto de 10
lo á Nliisy 7'aiilet en Barcelona. — Edificio construido en .Sa-
rria, dedicado d A'lnsy Tauiet. - El hamjiiete de boda, cuadro Contra este predominio protesta en sus manifies- de agosto, Cipriano Castro hizo saber que era moti-
de l'abln Salinas. - Los cmfcradorcs rusos y ¡us cuatro hijas. tos Uribe, el jefe de la revolución liberal en Colom- vo de duelo oficial la muerte del Excmo. señor don
— Grupo de ocho fotografías de las sierras de Córdoba en bia, que insiste una y otra vez en la necesidad de de- Agustín González del Campillo, mandó que el pabe-
Buenos Altes. - El segador, cuadro de Hans Olde. rrocar el gobierno reaccionario de su país. «Hay que llón nacional se enarbolaseá media asta en todos los
crear - dice - gobiernos afines, entre los cuales reinen edificios públicos durante tres días, dispuso que el
simpatías recíprocas, y aquél es el ünico que rompe Poder ejecutivo federal presidiera el entierro c invi-
R E V I S T A HISPANO-AMERICANA la armonía. Cuando el liberalismo sea una doctrina tó á la ceremonia al cuerpo diplomático, á los altos
Venesirela y -Colombia. - VA mamorándum. de Venezuela. - Cle- comtín á los tres países, estará allanado el camino cuerpos oficiales y á los empleados dependientes de
ricales y liberales en América, -Coalición contra Colombia. para pactar la reconstitución de la entidad fundada los ministerios del Despacho ejecutivo y de la Go-
- La cuestión de Panamá- - Llamamiento i Europa. - Duelo por el genio de Bolívar.» bernación del distrito federal.
oficial en Venezuela por la mucrle de un diplomático espa-
ñol. - El imperialismo yanqui y sus consecuencias. - Más
En el Express, de Lieja, Carlos Sanz atribuye
dalos sobre los intereses europeos en la América central. - también á maniobras del clericalismo la causa del
*
Nuevos jefes de Estado. conflicto actual. En Colombia, en el Ecuador, en * *
Venezuela, en Nicaragua, en Costa Rica, los ciuda- El imperialismo yanqui va produciendo sus natu-
Aiín no está resuelto el conflicto entre Venezuela danos se han dividido en dos campos, los que odian rales efectos. Los hispano-americanos ya no pueden
y Colombia; antes al contrario, presenta caracteres á Roma y los que se someten 6, la autoridad de la considerar á la gran República de ^\'ásli¡ngton como
de mayor gravedad por la participación que en él iglesia. En estos últimos tiempos, los segundos llevan modelo de pueblo libre, justo y progresivo, ni como
toman El Ecuador y Nicaragua. En memorándum la peor parte. Predomina en Venezuela el bando ra- amparo contra tentativas d e colonización ó conquis-
dirigido á las potencias, Venezuela expone los hechos dical; á los gobiernos ecuatorianos que decretaban ta por parte délas potencias europeas.Se apartando
que le han dado origen, y atribuye al gobierno de en nombre de la Santísima Trinidad, substituyó el ella, porque comprenden que es su mayor enemigo,
Colombia toda la responsabilidad de ellos. vencedor de los guerrilleros católicos, el general Al- y tienden á establecer más íntimas relaciones con
A mediados de julio era la situación verdadera- faro; son liberales Iglesias y Zelaya, que presiden éstas, en las que hallarán seguramente, cuando la
mente normal. Las comisiones científicas encargadas respectivamente las Repúblicas de Costa Rica y Ni- ocasión sea oportuna, sostén y defensa contra aquel.
de fijar sobre el terreno la línea señalada en el laudo caragua. Queda Colombia como único refugio de El nuevo estado de cosas que se inicia en América
de España de 1901, trabajaban junta y separada- las congregaciones religiosas, siempre dispuestas á es fruto de la política de Mac Kinley, Si hoy los his-
mente con el ahinco de poner cabo á tarea de tal favorecer á los enemigos de Castro, de Alfaro, de toriadores encuentran las raíces de la decadencia de
entidad para los dos países. La Repüblica venezola- Iglesias y de Zelaya. España en los mismos días de Carlos V y de Felipe
na, por medio de extensa circular, había expresado á Con el apoyo del gobierno colombiano, Rangel I I , en futuros tiempos los que historien la disgrega-
sus hermanas de América el vivo deseo que tenía de invade á Venezuela, y expediciones análogas se ha- ción y ruina de los Estados Unidos del Norte de
contribuir con la mayor eficacia posible á la obrada bían preparado contra el Ecuador y Nicaragua á las América, tendrán que investigar la causa en los últi-
armonía y fraternidad que está llamada á realizar la órdenes del Dr. Calderón y del general Arbán. Cas- mos años del siglo x i x .
próxima conTerencia de Méjico. tro ha rechazado la invasión en Venezuela, y toma la
Pocos días después aparecían en el Táchira los ofensiva; el Ecuador y Nicaragua brindan su concur- » -»
invasores acaudillados porRangel. No eran, segiín el so á Venezuela; Costa Rica, ya mal avenida con
memorándum, gente venezolana, armada con fusiles Colombia por cuestión de fronteras, seguirá proba- En la anterior Revista señalábamos la importancia
d e Colombia y equipada en secreto por sus autorida- blemente el ejemplo d e aquéllas. Entra en juego el y valor que alcanzan los intereses europeos en Amé-
des, sino tropas de línea pertenecientes á dicha Re- gobierno de Washington, cuya intervención en el rica. Ahora insistimos en el tema con motivo de un
pública y salidas en pleno día de su natural acanto- conllicto rechaza Castro; pero como Colombia está breve artículo de la Revue Diplomathjuc que reco-
namiento para efectuar la agresión. No se trataba de aislada, con la guerra civil en el interior y la amena- mienda á Europa la conveniencia de seguir muy
grupos sigilosamente reunidos que atraviesan las fron- za de cuádruple alianza en el exterior, surge el peli- atentamente la marcha de los sucesos y prepararse
teras, favorecidos por la imposibilidad de la total vi- gro, gravísimo para la América española, de que para hacer frente á las complicaciones económicas
gilancia de ellas, sino de fuerzas militarmente orga- acepte auxilio más ó menos directo de los yanquis. que pudieran sobrevenir si los Estados Unidos lo-
nizadas que cruzan á plena luz el territorio vecino graran imponerse en la América central.
para traer á él el desorden y la guerra bajo la bande- Ya desde luego, en la situación presente, las con-
ra ó el nombre de un asilado revolucionario. Los adictos al gobierno de Colombia y sus man- tiendas políticas y la guerra en esas Repúblicas oca-
Venezuela creyó procedente inquirir hasta dónde tenedores en Europa califican d e intriga política esa sionan mayor perjuicio á los intereses de nacionali-
pudiera caber la responsabilidad del acto consumado campaña emprendida en nombre y defensa del libe- dades europeas que al capital y al tráfico de los
á las autoridades superiores de Colombia, y al efecto ralismo, y niegan toda razón á Venezuela para pro- norteamericanos. En términos generales, la interven-
dirigió una nota á la Legación de esta República en vocar la guerra. Sostienen que ninguna parte han ción económica y financiera de éstos en la vida de
Caracas. Contestó el ministro colombiano con mani- tomado las autoridades superiores de Colombia en los pueblos de la América central es muy secundaria
festaciones de sorpresa por la noticia de la invasión, la intentona de Rangel y atribuyen á la desapodera- respecto de Europa. Concretándose á Francia, sos-
y con el parecer de que el hecho no había podido da ambición de Castro las agresiones contra esa Re- tiene el autor del artículo á que nos referimos, mon-
efectuarse «sino contrariando las órdenes terminan- pública. Teme el presidente de Venezuela que una sieur Meulemans, que la influencia francesa en la
tes comunicadas á todos los empleados civiles y mi- nueva revolución le prive del mando supremo; sus América del Centro puede estimarse como prepon-
litares de las fronteras de Colombia, en el sentido enemigos personales y políticos, que son muchos, no derante. Más de 800 millones de francos están com-
de hacer observar estricta neutralidad en los asuntos cejan en su empeño de derribarle, y necesita guerra prometidos en empréstitos, ferrocarriles y grandes
domésticos de los Estados vecinos.» Ofrecfaademás con el extranjero para unir bajo una banderaá todos empresas agrícolas, sin contar los 1.500 millones
remitir á Bogotá la nota de Venezuela. los venezolanos y evitar su propia ruina. que representa el canal de Panamá.
La respuesta no satisfizo al gobierno de Castro, el En cuanto a la intervención ó ayuda de los Esta- También Alemania acrece su influencia en esta
cual resolvió, mientras llegaba la del gobierno colom- dos Unidos, á juzgar por,Io que dicen los partidarios región americana, sobre todo en Guatemala, donde,
biano, mantener en suspenso sus relaciones con la del actual gobierno de Colombia y según cartas par- según el cónsul general de los Estados Unidos en
Legación. En tales circunstancias, era difícil y poco ticulares que tenemos a l a vista, no parece dispuesto esa República, es el capital norteamericano el prime'
grata la situación del ministro de Colombia en Ca- aquél á coadyuvar en los fines y aspiraciones de los ro con relación á los ferrocarriles; pero en cuanto al
racas, por lo que decidió embarcarse para su pafsj yanquis. «Todo este embrollo de guerra internacio- comercio, los alemanes figuran en primera línea.
como lo hizo el 12 de agosto, sin el menor inconve- nal de Venezuela y el Ecuador y Nicaragua contra Hasta en Honduras, país en que mayor predomi-
niente de parte del gobierno venezolano. Colombia tiene por objeto tomar el istmo de Pana- nio consiguieron los capitalistas yanquis, inspiran
A los cuatro días, el 15 de agosto, el ministro de má.» Así nos escribe persona muy respetable de éstos ya poca confianza y se admite la posibilidad
Relaciones exteriores de Venezuela firmaba el mc- Bogotá, Da á entender, sin duda, que los Estados de substituirlos. El mismo presidente de la República,
morándttm á que nos referimos, en cuyo ultimo pá- Unidos, procediendo con esa artera política que años general Sierra, declaró no ha mucho que si el sindi-
rrafo se «protesta solemnemente ante los pueblos hace vienen practicando y que alcanzó su apogeo y cato norteamericano encargado de las obras del fe-
civilizados del mundo contra la agresión de una sus triunfos n.ás aparentes bajo la presidencia del rrocarril del Norte abandonaba la contrata y ésta
parte del territorio nacional por fuerzas militares difunto Mac Kinley, han promovido el conflicto ó prescribía legalmente, no faltarían recur.sos para lle-
pertenecientes al ejército regular de Colombia y con- procuran agravarlo con propósito de que el canal de var á cabo tan importante vía de comunicíición.
tra los actos por ella cometidos.» Panamá pase directamente á sus manos, ó bien caiga
el istmo en poder de otra República menos opuesta
« « que Colombia á sus designios.
Confía nuestro comunicante en que Colombia lo- El 31 de agosta, á medianoche, el general Alfaro
La prensa liberal avanzada de América y Europa grará imponerse á sus enemigos; pero «como la agi- entregó la presidencia de la República del Ecuador
simpatiza con Venezuela. Presenta á Colombia como tación puede prolongarse y de esta revuelta se apro- á su sucesor, el general Plaza. D. Germán Riesco ha
país dominado por el clericalismo, donde miles de vecharán los consabidos pescadores (los yanquis), tomado posesión de la presidencia de Chile el lí'
frailes y monjas viven como parásitos y ponen em- ¿no querrá Europa hacer algo por su propia causa y de septiembre.
peño en alejar del gobierno, d d Congreso y de las la de la civilización?» R. BKLTRAN RÓZPIDK.
NÚM ERO 1.032 L A ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA 651

I • La chiquilla suspiró con tristeza, y sin responder dre cayó tendida sobre la alfombra, y que yo sah'de
palabra fijó en mí sus ojos y los vi anegados de casa de mi madre en brazos del abuelo, que me es-
Aquella noch e no oímos en la calle la. voz para llanto. trechaba mucho contra su pecho, y que me besaba,
nosotros tan conocida del pobre vieiecíto del I/c- Comprendí entonces el dolor de la pobre y callé: me besaba, mientras que yo, muy asustada, le decía
raido. confieso que soy de los que enmudecen y se anona- llorando que me llevase donde mi madre... Y desde
~ ¿Quíí le pasará?, jios preguntamos sorprendidos, dan ante el dolor ajeno. aquel día no hemos vuelto á verla, es decir, noches
En los años que llevaba de traernos el periódico - ¡ P o b r e abuelito mío!, musitó la niña. antes de morir el pobre, cuando volvió de vender
10 había faltado ni una sola noche. - ¿ L e querías mucho, verdad?.. El Heraldo¡ me dijo: «Acabo de ver á tu madre...
iV eso que algunas eran bien cruelesl - Todo lo que diga á usted sería.poco, ¡más que Iba en un coche... He corrido detrás, pero los caba-
•NI la nieve ni la ventisca atemorizaban al viejo á nadie! llos corrían mucho más que yo... jSi no estuviera ya
^ue, invariablemente, entre nueve y diez de la noche, - ¿ M á s que á tus padres?.. tan viejo ni tan achacoso!..»
dejaba oir su vocecita asmática, trémula, corriendo Volvió la niña á enmudecer y á suspirar penosa- Y al recordar estas frases, la niña, mirando rece-
^ lo laríío de la calle: mente: de sus ojos se escaparon dos lágrimas, que losamente en tomo suyo, dijo con acento de triste
- ¡El Heraidoool.. como dos gotas de agua resbalaron por las rosas de convicción:
En la i'iltima sílaba encajaba una nota aguda, pro- sus mejillas. - P a r a mf que esto ha adelantado su muerte.
ongada, que iba á perderse en el espacio como un «¿Habré sido sin querer indiscreto?, me dije. ¿Ha- — Y si tu madre te encontrase, ¿qué harías?, pre-
Jamen to. bré despertado una nueva aflicción en esta alma ino- gunté resuelto a sondear el fondo de aquella alma
Oíamosle subir la escalera todo lo más de prisa cente?..» pura.
que le permitían sus piernas, resoplando fatigoso y Aquí llegaba en mi mudo soliloquio; la nena, re- - S i mi madre me encontrase, repitió confusa la
cansado; tiraba del llamador, y al abrir la puerta des- fregándose los ojos con el dorso de la manga, mur- muchacha, ¿qué haría? ¿Qué iba á hacer?..
tacabase en el pasillo su figura simpática y humilde: muró bajito, con dejo amargo, como si su espíritu E interrumpiéndose un momento, concluyó dicicn-
íiebia de tener mucho frío á pesar de la capa en que I infantil experimentara una cruel sensación; dome con energía impropia en sus años, con timbre
se envolvía: una capa pardusca que casi le llegaba á - Yo no tengo padres,,. de voz en que vibraba salvaje dignidad:
Jos muslos, con los embozos de paño deshilacliados - ¿ S e han muerto?.. - ¡ N a d a , señorito!.. ¡Seguiría vendiendo ¿^///r-
y grasientos; una bufanda de color ceniza rodeaba - Mi madre, no; nii padre, ¡no sé quién es!, repli- raldo, como si tal madre tuviesen.
su cuello, y entre la bufanda y un sombrero hongo có sombríamente.
ALEJANDRO LARRUBIERA.
clCíormado, antiquísimo, que se le hundía hasta las - ¿ Y vives sola?..
cejas, vcfasele la cara rugosa y escuálida, con el bi- [Dibujo de Triado.)
- A h o r a sí... ¡Sola!... Antes tenía á mi viejito.
gote canoso, encrespado, y en los ojillos una mirada - ¿Y cómo es que no vives con tu madre?..
de suprema melancolía. - ¡ P o r q u e no!, replicó valientemente la nena con AUGUSTO HOLMBERG
^onrefase siempre que entregaba el ejemplar del acento que temblaba como si sintiera miedo ó asco
periódico, murmuraba un «Hasta mañana» y seiba, invencible. Entre los ilustres pintores cuya producción artís-
resonando al poco tiempo en la calle su vocear tré- Cambió de tono, y con frase pintoresca y desali- tica se ha desarrollado en una época en que nadie
Tií •*' '^"^^ ^^ repetía dos ó tres veces, cada vez más ñada prosiguió, cual si tuviera ansia de volcar de una ha pretendido disputar á Munich la supremacía del
débil para nosotros, hasta que concluíamos por sólo vez todas las desdichas que, como nubarrones, obs- arle en Alemania, merece figurar en primera línea
Oír muy lejana la nota final, aguda y prolongada del curecían el rosado cielo de su naciente espíritu: Augusto Holmberg, cuyas obras le caracterizan co-
pregón. - M i r e ustedj señor: el abuelito me ha contado mo artista que siente intensamente todo lo noble y
El no oir óste, llegó á preocuparnos: en el azaroso muchas veces, muchas, que la culpa de todas nues- que cautiva poderosamente por su magistral dominio
"ajín de la vida, había concluido por sernos á to- i tras penas la tenía mi madre... Y así debe ser; el de la forma y por la delicadeza y elegancia del co-
03 los de la familia muy simpático el viejecito del pobre, siempre que se acordaba de ella, lloraba co- lorido.
mo un chicó,.. Porque no me faltase ámf nada, salía Nacido en la capital bávara en i . ' de agosto de
ir todas las noches á vender El Heraldo... Por el día, 185 I, asistió á la escuela preparatoria de la Acade-
estaba al cuidado de una bolera que hay en el paseo mia, en donde trabajó dos años como escultor; reci-
Supusimos que el pobre hombre se encontraría de Areneros... Y luego, por la noche, á correr lodo bió al mismo tiempo lecciones de dibujo de Dyck y
^'crmo, ó tal vez viéndose muy achacoso habíase Madrid con el periódico á cuestas... ¡Una vida muy Echtcr, y fueron tan notables sus progresos en este
retirado del ajetreo de la reventa. perra!.. ¡Y todo por mi madre!.. arte, que el segundo de sus citados maestros le
Al cabo del tiemoo, concluímos por olvidar al Hizo alto la niña en su relato, como si temiera aconsejó que abandónasela escultura para dedicarse
'^uen viejo. ha'berse aventurado en él más de lo que quería, y yo, á la pintura exclusivamente. En 1SC8 ingresó en la
Cierta noche entró la criada en el comedor dicién- para alentarla, excitada mi curiosidad, hube de repe- Academia, trabajando bajo la dirección de Hiltens-
I "^^ 1.^0 una niña como de doce años, vestida de tir insidiosamente: berger, Strahuber y Anschütz, este último profesor
.-.^.'^'S'Ji'oso, deseaba continuar sirviéndonos el pe- - ¡Y todo por tu madrel.. del natural; en 1870 entró en la escuela especial del
'lódico. - Segrtn me ha dicho mi abuelo, antes de yo na- famoso Diez, y en 1872 ganó dos veces la gran me-
, 7 ^^^i^n parece, es la nieta del viejecito, nos indi- cer tenía una tienda de vinos que era una de las me- dalla de plata.
'^o la fámula, jores de Madrid... Se ganaba en ella mucho dinero... En 1873 e,\pusosü primera obra en la Exposición
•~ ¡Que pase!, la ordenamos. De la noche á la mañana abandonó mi madre la Universal de Viena: era un cuadro de grandes di-
' poco rato, una vocecita de timbre melodioso taberna,.. Mi abuelo creyó volverse loco del disgus- mensiones, titulado Molino de vicnío, que no sólo le
P'"í;guntaba desde la puerta del comedor: to. Traspasó la tienda y se dedicó á hacer viajes á valió una medalla, sino que además tuvo una ilustre
""iDan ustedes su permiso?.. Barcelona, á París, á todos los sitios donde creía compradora, la esposa del feldmariscal Eenedeck.
-•jAdelante, niña! encontrar á mi madre,.. AI cabo de ocho años, y Dedicóse después á pintar naturaleza muerta y cua-
nn •'^'^ en la habitación una muchachita que más cuando ya la daba por muerta, supo que estaba en dros de género de la época del rococó; uno de estos
J"e nieta de un vendedor de periódicos parecía hija Madrid. No se me olvidará nunca la vez primera que • últimos, lyisídcncia di' pnicctres, fué premiado en
^ un aristócrata: tan fina, eletíantc y esbelta era su vi al abuelo,.., [y eso que yo era aún muy niña, ten- 1S75 en Londres con la gran medalla de oro. En
U 1^^' ^'^" blanco como el alabastro su cutis, tan de- dría poco más de seis años!.. Entró en casa de mi 18S0 obtuvo en Dusseldorf la medalla del Estado
cado su rostro que encuadraba el pañolillo negro madre, una casa muy bonita, con mucho lujo, que prusiano por su lienzo El hallazgo del monograma.
belV"*^^''^ su cabeza y por el que so escapaban re- parecía un palacio como el de esos señorones de la Su fama artística estaba, por consiguiente, bien
des los rizos de sus áureos cabellos. aristocracia,.. AI ver al abuelo, mi madre d¡ó un cimentada cuando comenzó á pintar lo que en lo
oin^ ^^ buenas noches, señores, dijo bajando los grito muy grande... El abuelo sacó un revólver, y yo, sucesivo había de constituir su especialidad, esas
zad ^ '^"^^'^'''di'índoselc las mejillas como avergon- llena de miedo, l l a m e a Juan, uno de los criados figuras de cardenales y monjes, esos interiores, esos
que teníamos... Mi madre se arrodilló á los píes del admirables retratos que le han conquistado renom
, ~-<íVel abuelito?, lo pregunté cariñosamente, ¿qué abuelo..,, y no sé más... Es decir, sí; que sonó un bre universal.
's pasa? tiro, que vino Juan, que sujetó al abuelo, que mi ma- En los cuadros de Holmberg admiramos el talento
653 LA ILUSTRACIÓN ARTISTICA NÚMÜRO I-O32

con que el pintor sabe deleitar nuestro espíritu, el Bellas Artes de Munich de 1S9S la segunda medalla
arte con que combina los elementos accesorios de de oro y otra segunda medalla en la Exposición
sus lienzos y la verdad con que reproduce las belle- Universal d e Paris de 1900.
zas inagotables de la naturaleza. El artista cautiva En el propio año de 1900 terminó su gran cuadro
nuestros ojos por la maravillosa armonía que en sus para la capilla de la cárcel de Stadelheim, junto á
obras imprime; los brillantes tonos de luz directa Munich, que representa á la Virgen, como Consuelo
que al través de una ventana se filtra en un interior de los afligidos.
y los reflejos de la misma luz al penetrar en una es- La mayoría de sus demá.s lienzos han sido vendi-
tancia aparecen tan dos en Inglaterra, en donde Holmberg cuenta con
bien fundidos, cons- muchos y muy ilustres admiradores.
tituyen un fondo tan Varios viajes á Italia, que el artista emprendió
hermoso alas figuras para ampliar sus estudios, le han servido de gran
que en la composi- estímulo y de provechosa enseñanza, y le han pro-
ción entran y forman porcionado abundante botín artístico. En 1879 visitó
con éstas un conjun- París por encargo del rey Luis I I de Baviera, y en
to tan armónico, que 18S5 recorrió Bélgica y Holanda, estudiando los te-
nada supera a l a sen- soros artísticos de aquellos países.
sación de placer que Sus vastos conocimiento.s, su talento artístico y la
la contem[)lación de energía de su carácter le han conquistado además la
sus pinturas produ- confianza y el respeto de tos centros oficiales: en
ce. E n sus pinturas, 1S85 se le concedió el título de real profesor y en
no s o l a m e n t e nos 1897 fué nombrado conservador de la Galería de Pin-
atraen la perfección turas de Schlessheim, en reemplazo de Lossow, cargo
técnica q u e revela que desempeñó con gran lucimiento hasta 1899.
en su autor lo mucho En esta ultima fecha, su talento organizador, poco
VA i l u s t r e pinlor alcni.'íii que quiere y puede, frecuente entre los artistas, movió al gobierno á nom-
la profundidad con Relríilo de niil", pintado por Aiií;usbi ] l(ihiilicr¡í
ArriüSTO lIOLMnF.Rr. brarle conservador y director de la Galería Central
que observa y la fide- do Pinturas de Munich y á confiarle al año siguiente
lidad con que reproduce los objetos, sino sobretodo la dirección de la Nueva Pinacoteca, en donde no por el desamor de quien no quiso teriderle una mano
el don que le distingue de influir sobre nuestro pen- tardó en sentirse la influencia poderosa de su gran cuando la vio hundida en la sima en que él mismo
samiento y sobre nuestra sensibilidad mediante la actividad. la arrojara,
hábil combinación de formas y colores: sus obras no Holmberg se halla en posesión de multitud de Y aquella madre, sin derecho á dejarse abatir por
son tínicamente cuadros; son también poesías. honores y distinciones extranjeros, pero su mejor el dolor, demasiado creyente ó demasiado amante
Entre los muchos lienzos que Holmberg ha pinta- timbre de gloria son sus obras. - J. DE S . para buscar en su muerte ó en la de su hijo ó en la
do, mencionaremos sólo algunos de los más impor- de ambos el término de tantos sufrimientos, apercí-
tantes. b e s e á luchar desesperadamente por su existencia,
Su hermoso cuadro Ef jiumismátUo fué premiado IDESPEDIDA! que es la de su niño, y á redoblar sus esfuerzos para
en la Exposición de Bellas Artes de Viena de 1SS4 no sucumbir en su dolorosa peregrinación por este
(Vcasücl ciiidr-. de Kicardn linigada.) valle de lágrimas, confiada en que Dios y la socie-
con la medalla de Carlos Luis y en la de Amberes
de 1S85 con otra medalla. Su Joven erudito y su La historia que Brugada ha sintetizado de modo dad no la desampararán y la ayudarán á llevará cabo
t a n admirable su .santa y heroica empresa.
en su precioso ¡Pobre ilusa! Podrá perdonarla Dios, que es todo
lienzo.esunade amor y bondad; pero la sociedad es implacable, no
tantas; uno de perdona. Bien pronto hubo de comprenderlo así la
esos dramas que desdichada. Cuando, tras corta ausencia, volvió á la
la sociedad pre- fábrica llevando en brazos á su pequeñuelo, su pre-
para con puni- sencia fué acogida con murmullos y cuchicheos que
ble indiferencia se clavaron en su corazón como acoradas espinas.
y de los cuales De sus propias compañeras, unas pocas la compade-
se entera, cuan- cieron; las más miráronla con burla y desprecio. V
do la acción lle- el director, acaso un viejo libertino, no queriendo
ga á su punto tolerar tamaño escándalo ni hacerse encubridor de
culminante, con una falta que la moral condena, hizo decir á la infe-
hipócrita indig- liz madre que podía darse por despedida,
nacióncasisiem- ¡Despedida!
pre, con verda- Tentada estuvo de ahogar con sus propias manos
dero e s p í r i t u al inocente niño, no tanto por librarse ella de la pe-
c r i s t i a n o casi sada carga, como por evitarle á él los tormentos que
nunca, en este mundo le esperaban; pero en un momento
Ella, una po- de lucidez vio el calvario que había de recorrer con-
b r e muchacha vertido por el más grande de los amores en florida
criada entre pri- senda, en cuyo término estaba el premio de sus pa-
vaciones y es- decimientos y de sus sacrificios, y sintió.sc con ener-
trecheces y ave- gías para vencer los mayores obstáculos y llegar a l a
zada desde niña suspirada meta.
al rudo trabajo IJoró, suplicó, humillóse, imploró un pedazo de
del que depen- pan para alinientflr i su Ilijoj n^ás tedo fyé en vano,
de su subsisten-
cia, Nacida en
la privilegiada
tierra en donde
L R C T U R A I N T E R E S A N T E , cuadro de Augusto Holmberg todo es poesía,
en aquella re-
(Exposición del Palacio de Cristal de Munich de 1901) gión sin par de
nuestro suelo en
Orífice fueron adquiridos por la Real Pinacoteca de donde la naturaleza toda habla á los .,_ sentidos,, yj
Munich y por el Museo de Leipzig en 1885 y 18S6 abrasada por el fuego de aquella sangre ardiente que
respectivamente, aviva los latidos del corazón y apaga los movimien-
En 1887, por encargo del ayuntamiento de Mu- tos del cerebro, sintió la necesidad de amar, y amó
nich, pintó el retrato del príncipe regente de Bavicra con toda la fuerza de su alma, sin recelos, sin cálcu-
para el grandioso salón de las nuevas Casas Consis- los, sin reservas, sólo por saciar la sed de cariño que
toriales, y el propio príncipe adquirió en aquella la consumía.
ocasión uno de sus cuadros. El, cualquiera: un señorito, un chulo, un obrero,
En la Exposición de Viena de 1S88 obtuvo la gran un seductor de oficio, el ave de rapiña á quien le
medalla de oro del Estado por el citado lienzo El bastó mostrar las garras para que la codiciada presa
numismático, premiado en 18S5. se dejara aprL^ionar en ellas.
En 1S94 encargóle el Estado para el altar de la Su amor, para ella un poema, una conquista más
iglesia catedral de Obernburg del Main un cuadro para él, para el mundo una pasión vulgar.
de grandes dimensiones que habfa de representar á Juraron amarse eternamente, ella con el corazón,
«Jesucristo crucificado cerniéndose sobre la ciudad él con los labios, primero en la calle ó en el paseo,
y sus alrededores,» encargo que Holmberg ejecutó á la entrada ó á la salida del taller, luego en la reja,
de una manera brillante. Poco después pintó un más tarde en la modesta vivienda que la presencia
nuevo retrato del príncipe regente, destinado á la del amante convirtió á los ojos de la enamorada en
nueva aula de la Universidad de Wurzburgo. paraíso de deleites y venturas.
El heráldico, que representa á un cardenal junto Después, el abandono, las lágrimas arrancadas,
á una ventana abierta, le valió en la Exposición de más que por la vergüenza propia, por la ingratitud,
Retrato pintado por Augusto llolmlicrj^
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654 LA ÍLuSTRAcrÓN ARTÍSTÍCA

la orden era irrevocable y debía cumplirse inmedia- - ¡Yo creo que era ^ sir Murray!, dijo lord Brog- Sinderley ocultaba algún secreto que nadie había
tamente. hill con una sonrisa. podido ó había osado penetrar.
Y aquí podría darse por acabada esta historia, una -¡Vamos!, exclamó sir Murray. ¡Lord Broghill Al período de brillantes fiestas de aquel reinado
de tantas, poniéndole cada cual el epílogo que le disimula! ¡No puede dudarse que era á él á quien
pareciese mas conforme con la lógica ó que mejor miraba!.. ¿Verdad, lord Rosebery?
respondiese á sus sentimientos; pero el autor del - ¡Estoy seguro de ello!, respondió el interpelado.
lienzo que nos ha inspirado estas líneas ha querido - ¡ D e no serlo sir Murray, es lord Clifford el fa-
dejar resuelto el problema en todos sus términos, y vorecido!, murmuró lord Broghill maliciosamente,
la solución que nos presenta, ni puede estar más ad- - ¡ N o ! , contestó lord Clifford. ¡A quien miraba
mirablemente expresada, ni puede ser más hermosa era á lord Broghill!
ni más conmovedora. La solución está en la inefable -¡Sí, sí! ¡Era á éi! ¡Era á él!, repitieron lord Ro-
mirada que la desventurada madre dirige á la Vir- sebery, sir Murray y sir Richard Willis.
gen, mirada que encierra una oración sublime y un Durante toda la noche no se habló más enWhite-
tesoro de esperanzas: es una invocación ferviente Hallque de la máscara de la careta de color de rosa.
que aquella mujer abandonada de los hombres eleva ¿Quién era? Nadie la reconocía...
á la Madre purísima, convencida que no ha de des- Por fin, se dijo que no habitaba Londres, sino uno
ampararla, porque perdona á los pecadores y consue- de los condados; que era de una belleza incompa-
al á los afligidos. - S. rable; que el rey había encargado su retrato il Van
Djck, pintor
ya de la cor-
te; que se lla-
maba Lucila
de Sinderley
y que era so-
brina de lord
Wilmot,hom-
brean! bicioso S. K, Ki, CABnRNAU CASANAS, ohispD cIc ]}arcelon«
que no perdo-
naba m e d i o siguió el período de terribles convulsiones y de san-
de captar.se la grientas luchas, que terminó con la ejecución de
voluntad del Carlos L
monarca... Un verdugo enmascarado ejecutó la sentencia

EAUCELONA. - Llegada deí obispo S. E. el cardenal OiRafi.as


En la estación >

LAS DOS MÁSCARAS


La gran sala de fiestas del palacio de AVhiteHall
resplandecía.
La nueva reina de Inglaterra, Enriqueta de
Francia, acababa de poner á la moda los bailes de
máscaras en la corte de Carlos L
Enriqueta con sus refinados gustos de francesa
caprichosa y iSuckingbam con el lujo y el despilfa-
rro en él habituales, habían organizado un baile
que, por su gran fausto, por su brillantez y por su
animación indescriptibles, dejó memoria durante
largo tiempo.
Unos cuatrocientos invitados, pertenecientes la
mayor parte á la aristocracia inglesa, llenaban la
gran sala y los salones contiguos, iluminados por La cuniiliv.i á la salida de lii estación
miles de luces.
Los hombres iban con trajes pintorescos de los que, Y, al acabar el baile, también-^se decía, y no había dictada contra el rey. En aquella época de la histo-
en distintas épocas, se hablan usado en las diversas más que verlo, que lord Broghill, tan famoso por sus ria los verdugos mataban con careta.
comarcas del país. Las mujeres, cuyos disfraces eran muchas victorias de amor, estaba locamente enamo- Al morir Carlos 1, divulgóse el rumor de que en
variadísimos-siendo muchos celebrados por su ele- rado de Lucila de Sinderley. la conjuración tramada para su fuga había tenido
gancia y su riqueza, -llevaban cubierto el rostro con Aquella pasión naciente fué un golpe mortal para parte principalísima una mujer de extraordinaria be-
caretas de terciopelo, de seda ó de encajes. otra mujer hermosa, la riquísima Jane Graff, con lleza. Í''ué ésta buscada con singular empeño, no
Una de las máscaras en que más se fijaron todos quien lord Broghill iba á casarse en breve plazo. sólo por todo Londres, sino por todo el país, y al fin
llamaba la atención, no sólo por la originalidad de Cada vez que el galán inconstante miraba á Luci- se supo que era Lucila de Sinderley.
su traje de antigua anglonormanda y por las admira- la, recibía Jane una puñalada en su corazón. Cada Presa en una casa de campo, cerca del castillo de
bles joyas que lucía, sino principalmente por su arro- vez que la máscara de la careta de color de rosa di- Holmby, y condenada á muerte, lloraban por ella
gante y graciosa figura. rigía hacia lord Broghill sus ojos azule.s, de otra ca-. todos cuantos habían sentido la irresistible fascina-
El éxito que obtuvo fué inmenso. reta confundida entre las ciento que pasaban salía ción que su belleza causaba, y al ir la sentencia á
Su careta de color de rosa no permitía ver más una implacable mirada de odio. cumplirse no había quien no esperase el perdón de
que unos ojos azules. Y al irse Lucila del baile, oyó estas palabras, que Lucila. Parecía imposible que fueran á destruir los
Casi todas las mujeres que asistían al baile mira- le dijo al oído una voz de mujer: hombres aquella hermosura sin par... Ni siquiera se
ban á aquella máscara con envidia, mientras los hom- -¡Mascarita de color de rosa, te acordarás de creía que el verdugo tuviese valor para cortar aque-
bres, siguiéndola con la vista afanosos, apenas po- mí! lla cabeza.
dían disimular la atracción que ejercía sobre ellos. El amor de lord Broghill por Lucila de Sinderley Era la víspera de la ejecución, y el perdón no ha-
Algunos atreviéronse á ace/carse ¿ la desconocida, fué creciendo, llegó á ser delirante. bía llegado; pero se dijo que el verdugo estaba en-
para verla mejor, ó buscando ocasión y pretexto para Jane Graff, convencida de que sa infortunio ya no fermo, lo cual dio alguna esperanza á los que que-
hablarla, y el mal poeta Rochester hizo hábilmente tenía remedio, se alejó de Londres y vistió de luto rían ver taJ/ejecírcTóh suspendidayáLucila salvada...
llegar á sus oídos un improvisado madrigal que cau- por sus muertas esperanzas. Mas nO" tardó en correr la noticia de que, antes
só en ella, sin duda, una impresión de disgusto, pues La reina hizo cuanto pudo porque Lucila diera su del amanecer, llegaría otro verdugo y la joven sería
la misteriosa belleza volvió su espalda al poeta cor- mano á lord liroggíll; mas la encantadora joven, seguramente ejecutada al rayar la aurora.
tesano. cuya hermosura sin igual era un verdadero prodigio, Aiín no había amanecido cuando la muchedumbre
Luego clavó sus ojos en un grupo que formaban no se decidía á prometer nada, é iba siempre apla- rodeaba ya el tablado siniestro que acababa de le-
lord Rosebery, lord Cliíford, lord Broghill, sir Mu- zando el momento de tomar una resolución. vantarse frente á la prisión de Lucila.
rray y sir Richard Willis; mantuvo allí fija un buen Nadie se explicaba aquella resistencia de Lucila. Esta apareció entre los vagos é inciertos albores
rato su mirada... y pasó, dejándolos confusos bajo el Atribuíanla muchos á ensoberbecimiento de la her- del día, y junto á ella se vió avanzar con paso firme
encanto de la divina luz que sus ojos despedían. mosa, que quería seguir siempre adorada y festejada al verdugo, cuyo rostro cubría una máscara negra.
- ¿A quién miraba?, preguntábanse los del grupo por todos. Creían algunos que temía la venganza de Al ir á descargar el verdugo sobre su víctima el
unos á otros. Jane Graff... Pensaban la mayor parte que Lucila de golpe fatal, dijo d Lucila:
NÚMERO 1.032 LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA
655
- En un baile de la corte en que la política, afilióse á la fracción del
me quitaste el amor del hombre que partido liberal, que dirigía ya por en-
yo adoraba, murmuré á tu oído: tonces el Sr. Sagasta; fué periodista
<(¡Mascarita de color de rosa, te acor- y diputado, y por su talento y ener-
darás de mí!» Las dos máscaras vol- gía se conquistóla jefatura de sus co-
vemos hoy á encontrarnos. La más- rreligionarios barceloneses.
cara negra tiene que devolver á la A raíz de la revolución de Í 8 G 8
máscara de color de rosa el golpe fué elegido concejal y en 1872 alcal-
que de ella recibió en aquel baile. de de Barcelona, Durante el período
¡Varaos á quedar en paz! ¡Tií aque- republicano permaneció r e t r a í d o ,
lla noche me arrancaste-el corazón, pero después d e la Restauración
yo ahora te arranco la vida! entró de nuevo en el Ayuntamiento,
Y Lucila, oyendo aquella misma y bien puede decirse que desde en-
voz de mujer que había oído en tonces consagró todas sus activida-
White-Hall, se llevó al otro mundo des, todas sus energías, todos sus
el secreto que se ocultaba tras de talentos al mejoramiento de su ciu-
aquella máscara negra. dad querida, á la que pospuso su
tranquilidad, su propio bienestar, su
E. GARCÍA LADEVESE. fortuna, su porvenir y el de su fa-
milia.
Asombra la lista de las obras por
RfUS Y T A U L E T su iniciativa y gracias á sus esfuerzos
realizadas para el desarrollo material
Aunque tarde, por circunstancias de Barcelona, de la que quería hacer
• lamentables que no hemos de men- la ciudad más grande y más hermosa
cionar, Jiarcelona ha pagado la deu- del Mediterráneo, la inmensa urbe
da que hace tiempo tenía contraída que se extendiera desde el Tibidabo
con uno de sus hijos más plecaros, y al mar y desde el Llobregat al Be-
desde el día 28 de septiembre líltimo, sos, con largas y anchas calles, espa-
el alcalde digno de memoria impe- ciosas plazas, bellos jardines y mag-
recedera, tiene en el sitio que fué níficos monumentos.
teatro de una do sus mayores glorias A él se deben los paseos de Colón
un monumento, costeado por sus- y de San Juan, la Granvfa de la iz-
cripción publica, que perpetuará su quierda, la calle del Marqués del
recuerdo en nuestra ciudad. Duero y la Rambla de Cataluña, esa
Alzase el monumento, que es obra obra llevada á cabo como por arte
del escultor Sr. Kuxá y del arquitec- mágico, que convirtió en poco tiem-
to Sr. ^^•alqués, á la entrada del Salón po un torrente inmundo y unos des-
de San Juan, junto al Palacio de montes indignos de la población más
Bellas Artes y delante de una de las modesta, en hermosa vía á cuyos la-
entradas laterales del Parque: consis- dos no tardaron en levantarse sun-
te en un gran pedestal de estilo Rena- tuosos edificios; él fué quien preparó
cimiento sobre el c u a l se alza un la agregación de los pueblos del lla-
obelisco; en la parte anterior de éste no, el plan general de alcantarillado,
se ve una matrona, representación el de urbanización del importante ba-
de nuestra capital, que corona el rrio llamado la Fransa Xica y la
busto de Rius y Taulet, sostenido aprobación del proyecto de la refor-
por una cartela situada en el tercio ma de Barcelona; él quien construyó
inferior de la columna; al otro lado ios jardines de las plazas de la Uni-
de esta estatua hay otra que repre- versidad y d e Urcjuínaona, quien
senta á un joven, símbolo del Traba- abrió la gran avenida Fivaller que
jo, con el cuerpo desnudo y empu- enlaza la ciudad antigua con la ciu-
ñando un mazo de herrero. Como fi- dad nueva; él quien levantó los mer-
gura accesoria, un ángel ofreciendo cados de hierro de San Antonio, de
una rama de laurel al eximio patricio. la Concepción, de la Barceloneta y
En la parte posterior, una gran fi- lÍARCELONA. - MONUMENTO Á KIuS Y TAULET, Hostafranchs, quien ensanchó el Par-
gura alada que simboliza la Victoria solcranemcntc inaugurado el día 27 de seplieinbre último, obra de D. Miguel Fuxií (escal:or} que llevándolo hasta el mar, quien
y dosgenios que representan la Cien- y de D. Pedro Falques (arquitecio) creó el magnífico cementerio del
cia y las Bellas Artes; en el basamen- Oeste, quien restauró sabiamente el
to, una inscripción en grandes caracteres con el buto de veneración al barcelonés ilustre diciendo, interior de las Casas Consistoriales, quien erigió á
nombre de Rfus y Taulet, y en los ángulos del mis- siquiera en breves conceptos, lo que fué y lo que Colón el monumento más grandioso de cuantos en
mo, cuatro bajos relieves en los que aparecen indica- por Barcelona hizo aquel hombre, modelo de ciuda- Europa y en América se han dedicado al descubridor
das las principales obras que á éste debe ISarcelona. danos. del Nuevo Mundo, quien, «en una p a l a b r a - c o m o
El monumento, aunque sencillo, tal vez más de D. Francisco de Paula Ríus y Taulet nació en ha escrito recientemente uno de los maestros de la
lo que correspondía á la persona en cuyo honor se Barcelona en 26 de septiembre de ÍS33, y después literatura catalana, - h i z o en pocos años de la anti-
ha erigido, es de cuada y pequeña
excelente efecto, B a r c e l o n a una
y si en sus líneas ciudad nueva, mo-
se admiran una dernizada y espa-
sobriedad y una ciosa c o m o no
elegancia que hon- puede haber en
ran al Sr. Falques, el mundo otra ca-
en la parte escul- pital d e provin-
tórica, así en el cia.»
busto de exactísi-
mo parecido, co- En otro orden
mo en las figuras de i d e a s , debe
ampliamente con- consignarse tam-
cebidasyperfecta- bién que inauguró
mentemodeladas, laGaleríadeCata-
como en todos los lanes ilustres, co-
accesorios, encon- menzó en la igle-
tramos una nueva sia de la Cindade-
demostración del la el panteón que
talento y de las ha de encerrar los
excepcionales do- restos de los más
tes artísticas del preclaros hijos de
Sr. Vuxá. esta tierra, coad-
Vistft general del edificio conslruído en Sarria por suscripción pública y dedicado por la ciudad de Barcelona á Rías y Taulet yuvó eficazmente
La personalidad á la erección de
de Rfus y Taulet los monumentos
es tan conocida y respetada, no sólo en Cataluña y de cursar con gran aprovechamiento la primera en- á Aribau, á Clavé y i Giiell, levantó estatuas á Wifre-
en el resto de España, sino que también fuera de señanza, estudió en nuestra universidad Filosofía y do el Velloso, el fundador de la nacionalidad cata-
nuestra patria, que podríamos prescmdir perfecta- Derecho, obteniendo en todas las asignaturas de lana, á Berenguer, al conceller Casanova, á Roger de
niente de harer su biografía y reseñar su obra; pero ambas carreras las más brillantes notas. Dedicado al Lauria, á Fabré, el autor de nuestra catedral, á Vi-
creeríamos faltar á la misión de LA ILUSTRACIÓN ejercicio de la abogacía, su bufete fué bien pronto ladomat, á Albert, á Desclot y al general Prim.
AKTÍSTICA si en esta ocasión no rmdiéramos un tri- uno de los mejores de nuestra ciudad; y atraído por Y como coronamiento de labor üm extraordinaria.
3^^A,
EL BANQ^UETE D E ^UADRO DE P A B L O SALINAS
ó;S LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA NÚMERO 1.032

su obra magna, la Exposición Universal de 188S, dar cuenta en breves términos de la llegada del nuevo obispo ta á los primeros afios del siglo último y nos hace vivir por un
que si emprendida en condiciones normales hubiera á nuestra capital. El recibimiento que Barcelona dispensó á su momento In vida de nuestros abuelos y asistir auna de sus fies-
prelado fué verdaderamente entusiasla: á esperarle en la esta- las características.
revelado al hombre de genio, llevada á cabo tal ción fueron, aparte de todas las autoridades y del elemento
como lo fué, improvisadamente, teniendo que luchar eclesiástico y oficial, representaciones de lodos los elementos
contra enemigos de fuera y de dentro, combatida que integran la vida corporativa científica, literaria, industrial,
por todos los medios, aun los más reprobables, y di- mercantil y artística de esta ciudad, y las personalidades mds El Segador, c u a d r o do H a n s Olde.—tos que creen
salientes en todas las ramas del saber y de la actividad huma- rjue sólo los artistas nacidos en las regiones meridionales pue-
ficultada y casi imposibilitada por obstáculos que nos. Mas no fué esto lo que imprimió carácter á la manifesta- den pintar cuadros llenos de luz; los que se imaginan que los
parecían invencibles, reveló en su orga- pintores del Norte únicamente son capaces de
nizador alientos d e gigante y abnegacio- trasladar ul lienzo interiores sombríos y paisajes
nes de héroe. brumosos, tienen un conceplo muy equivocado
de lo que es el arle en los países septentrionales.
l."«Jiiro que la Exposición se hará, pese También allí hay quien siente el sol y quien sabe
á quien pese, aunque me cueste la vida,» fijarlo en sus obras con tanta fuerza y tanta in-
dijo un día á los que querían hacerle tensidad Como pudiera hacerlo el que nació y vi-
desistir de su intento ante las dificulta- vió en !n risuefia Italia ó en la luminosa Andalu-
cía. En todas las exposiciones se ha visto con-
des inmensas suscitadas por la oposición firmado esto que decimos, y aun pudióramos aña-
que en el Senado se hacía al proyecto. dir que por extrafía ley de los contrnsles, á me-
Y la Exposición se hizo, y á visitarla acu- dida que los pintores del Mediodía han ido
dieron monarcas, príncipes, magnates y accnluando la nota vaga y obscura, rayana A
veces en tétrica, sus colegas del Septentrión se
gentes de todo el mundo, y en el puerto han enamorado cada vez más de las tonalidades
de Barcelona recibieron nuestros reyes el claras y alegres. Como ejenqilo de ello, uno de
homenaje más grandioso que haya podi- los innumerables que podríamos citar, valga el
do tributarse á un soberano, y aquella bellísimo cuadro de Ilans Olde, artista residente
en las orillay del Báltico: esta olira, ]iinlada á
inolvidable fecha marcó en la historia de plena Ur¿, nos ofrece todos los lonos brillantes y
nuestra ciudad el comienzo de una era cálidos que pudiera amasar en su paleta el más
nueva, el ingreso solemne de nuestra ca- meridional de los pintores; contemplándola los
pital en la vida moderna de los grandes ojos se sienten deslumhrados por los rayos del
pueblos. sol y parece que nuestros pulmones respiran la
atmósfera de fuego que sobre los campos (Iota
No habían transcurrido aún dos años, durante las horas abrasadadoras del corazón del
cuando Ríus y Taulet fallecía en sus po- ostfo.
sesiones de Olérdola; la segunda parte de
su juramento quedaba cumplida: la Ex-
posición se había hecho, pero á costa MISCELÁNEA
de la existencia del que la realizara.
Pudo haber ocupado en la corte pues- B e l l a s A r t e a . - DAEMSTAPT. - En el ^íu-
Suo de Darmsladt se ha verificado recientemente
tos eminentes que le fueron ofrecidos, y una exposición de grabados japoneses, que son
alguno de ellos aun otorgado sin consul- propiedad de J. Bing y que ofrecen gran interés
tarle; pero ni aceptó las ofertas ni admi- para el estudio de las bellas nrtes japonesas.
tió el nombramiento ante la idea de te-
ner que abandonar Barcelona.
Pudo haber sido rico sin más que T e a t r o s . - E n Viena la censura ha prohibi-
aceptar lo que espontáneamente le da- do la ruprcscnlación de la tv.idncción alemana del
ban aquellos á quienes .sus obras benefi- drama Elceíra, de Pérez Galdós.
ciaban, y murió pobre. — En el Nuevo Teatro de Leipzig se ha estre-
Este es su mejor elogio; esta la prueba nado con gran aplauso una ópera de C-irlos Weiss
más elocuente de su amor inmenso á su El judio polaío, cuyo libreto está inspirado en la
ciudad natal. novela de Ercltmnnn-Chatrian del mismo título.
La figura de Ríus y Taulet, ya grande Los r.MPBRADORES Uli KUSIA Y SUS CIJATRO HIJAS
~ La partitura original de la ópera de Mnzart
actualmente, se agigantará á medida que T.as hodas de Fígavo, que poseía el edÍLor de mú-
el tiempo pase, y las futuras generaciones barcelo- ción, sino la parte que el pueblo tomó en ella, llenando las sica F. Simrnck, ha sido por éste legada un su testamento á la
nesas, á las cuales n¡ siquiera llegará el recuerdo de calles por donde haljfa de pasar !a comitiva, saludando al car- Real Biblioteca de Berlín.
denal Casafins can muesirasi de carifio y de respeto y acompa-
muchas falsas glorías de nuestros días, pronunciarán ñándole durante todo el trayecto con sus aclamaciones y sus /'flí'/í.-Se ha estrenado con gran éxito en Folies-Dnima-
con admiración y con respeto el nombre del ciuda- aplausos. Al llegar á la catedral, el obispo fué recibido por tiqucs Veltidc Toiasson, gracioso vaudeville de Valabrcguc y
dano ilustre é integérrimo, al cual irá perpetuamen- lodo el cabildo y beneficiadas, resonando en la plaza estruen- Ordonneau.
te unido el dictado de «gran Alcalde de Barcelo- dosos vivas á nuestro prelado, y después de haber ora<io breves
inslanles al pie del Ara Sania y de haber dado desde el aliar Barcelona. - SE ban estrenado: en Novedades la bellísima
na.> - M. mayor la bendición á lá multitud que llenaba e! templo, diri- ópera de Mehul /osef, que ha obtenido escaso éxito, grncias
gióse al palacio episcopal, en donde un batallón de cazadores á las deficiencias de ejecución y al poco cuidado con que ha
le tiibutó los honores de ordenanza que corresponden .ásu alta sido puesta en escena; y en Romea, Toalle Frin¿, pieza en un
N U E S T R O S GRABADOS jerarquía. En el salón del Trono, el deán del cabildo y el al- acto de D. José M." l'ons.
calde salud Ton al prelado, encomiando los méritos que á ésle
liOS e m p e r a d o r e s d e R u s i a y s u s hi.iaa,—i:i adornan y ofreciéndole el afecto, la obediencia y el concurso
actual tsnr de Riisín, NicoMs If, cnsósc en 14 de noviembre de de sus respectivas representaciones; el cardenal Casafías pro- NecroloffÍB.—ílan fallecido:
1S94 "^oii la gran daquüsa de Ilessc, Alcjaildr.i I'eoilorowrn. nunció breves y sentidas frases agradeciendo tales mani[esta- Pedro Antonio Torres, aplaudido autor dramático catalán.
De este malrimorio han nacido cuatro hijas: las grandes du- cioncs, declarando que su misión de paz lo es también de es- Adolfo Winter, eminente profesor de la facultad de Medici-
i|ues.is Olga, Tatiana, María y Anastasin, que vinieron al mun- fuerzo y de lucha contra los enemigos de la iglesia y ofrecién- na de la Universidad de Leipzig.
do en 3 de noviembre de i S95, 29 de mayo de 1897, 14 de ju- dose á lodos como amigo, como padre y pastor espiritual, dis- Carlos Ludxvig, notable paisajista alemán.
nio de 1899 y 16 de junio del presente afio. Díccse, yes lomíís puesto á sacrificar su vida por el bien de sus diocesanos.
probal)le y hasta lo más lógico tratándose de un monarca y LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA saluda efusivamente al carde-
más aún tle un autócrata ruso, que el tsar desea vivamente te- nal Casafias, cuyos talentos, virtudes y bondades han de ser AJEDRoHZ
ner un hijo varón; pero hasta ahorala suertenoseha niAsirado fecundo manantial de bienes para esta diócesis, y de cuyo
acendrado amor á Barcelona, á la ciudad en donde se desen- PROLÍLILMA K Ú M E R O 25Ó, POR V. KOHNI.EIN.
propicia A sus deseos, ¡o cual debe ser una contr.inedad no pe-
queña para un soberano del carácter y de la significación de volvieron las primeras etapas de su brillantísima carrera, pue- • NEGRAS (4 piezas) '
Nicolás II. den esperarlo todo sus diocesanos.
n b o ti e f B h

C a b e z a d e n i ñ o , dibujo d e Emilio Fuohs.—Para


apreciar el talento de un artista no siempre se necesita exami- El b a n q u e t e de boda, c u a d r o d e Pablo Sali-
nar obras de las que el vulgo llama importantes porque hieren n a s . — En dos grandes géneros pueden agruparse las obr.i.s
poderosamente su imaginación, bien por tratarse en ellas de pictóricas: uno de ellos habla directamente a! corazón ó al en-
asuntos interesantes, de composiciones complicadas ó de bri- tendimiento, el otro sólo se dirijíc á los sentidos; el primero
llantes efectos de colorido, sino que basla muchas veces un es- hace sentir ó pensar, el segundo recrea los ojos. ¿Cuál de ellos
tudio, un boceto, un dibujo, es decir, una de esas producciones llena mejor tos fines del arte? Cuestión es esta que todavía no
en las cuales, por la simplicidad de elementos que en ellas en- ha encontrado una solución absoluta y definitiva, ya que ha
Iran. nada distrae la atención y puede, por ende, analizarse
mejor la solidcí del trabajo. T«t sucede con la cabe/-a de ntfio
de Emilio Fuchs, que artísticamente considerada vale tanto
sido resuelta de muy distinto modo, según las varias circuns-
tancias de lugar y tiempo. Dejemos, por consiguiente, que tra-
tadistas y críticos sigan estudiando y discutiendo este asunto,
m m Él ¿ •
cornil un cuadro: mírese como se quiera esta obra, se verán en y aceptando la definición de un eminente escritor, según la
ella las cualidades que acreditan la valí^ de un gran dibujante. eual flel arte es la libre reproducción de lo bello,» admitamos
Ejecutada con exquisita delicadena sin pecar de frivola, admi- como buenas todas las obras que á este concepto respondan.
rablemenle detallada sin degenerar en exlreniadanicntc minu- Y en el número de ellas debe ser incluida indudablemente la
ciosa, lo que más sorprende en ella es la expresión que el autor del celebrado pintor cspaflol Pablo Salinas, que reproducimos
ha logrado imprimir en aijuel simpático rostro, la dulzura de en el presente número y en la cual el autor ha prodigado, en
aquellos labios, la intensidad de aquella mirada, la suavidad un reducido espacio, innumerables bellezas, una riqueza de
de aquel cutis, es decir, lo que más contribuyo á producir la formas y de colores deslumbrante. La época en que la escena
ilusión de que en aquellas facciones hay la manifestación de un Se desarrolla préstase como pocasá esos alardesdcnnaginación,
alma, de que por debajo de aquella piel circula la sangre, de á esos efectos pintorescos, á esos prodigios de dibujo y de co-
que tienen vida, en suma, los trazos que el lápiz ha ido dejando lorido que son propios de la escuela en quc fué maestro el ma- a ti o d Q t g ii
en el papel. Y cuando un artista logra este resultado, bien pue- logrado cuanto ilustre Kortunyyen la que se han educado mu-
de afirmarse que ha llegado á la meta del arte que cultiva. chos y muy eminentes pintores españoles contemporíneos, Sa- IÍLANCA-S {6 piezas)
linas entre ellos. El ham/uele de boda merece ser considerado Las blancas juegan y dan mate en cuatro jugadas.
como uno de los cuadros más hermosos que dentro de estas
tendencias se han producido: todo en él se halla admirable- SOLUCIÓN AL rR0Di.EMA Kti.\i. 255,-rOR B. WAUUIÍNER.
B a r c e l o n a , L l e g ' a d a d e l o b i s p o S. E . e l c a r d e - mente combinado sin la menor conrusión, todo tiene verdadero
n a l O a s a ü a g . — A raíz del nombramiento de S. K. el carde- carácter, los personajes, los trajes que visten, los muebles que
nal Casarías para la sede barcelonesa, publicamos la biografía adornan la estancia, las pinturas, estatuas y tapices, M\ servicio i.T!i_i;-cg I. Cualquiera.
del ilustre purpurado; boy, por consiguiente, nos limitamos á de mesa, constituyen un conjunto armonioso que nos transpor- 2. D ó T mate.
NÚMERO 1.032 LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA 659

Scnm;I:i scilirc uiu lnil;icn Trente LÍ l:i mcsítá escritorio úc su guljincle, líslrclla rcílcxiniialia

UN MISTERIO
^FOVELA POR I-ÍETíR-V G R E V I L L E . - I L U S T R A C I O N E S D É M É N D E Z BRINGA

(CONTrNUACIÓK)

1 Indescifrable! No lo había sído nunca el semblan- - ¡ U n a carta! ¡Matarse por una cartal ¿Es posi- la esposa de mi hermano. A los Erunaire nada pue-
te de la joven, y menos en aquellos momentos en ble? ¡El desgraciado estaba loco! de tampoco reprochárseles...
l u c se esforzaba con inquieta curiosidad por atrave- - Eso creemos, dijo Benoist. Las miradas de Benoist dijeron con tanta claridad:
S'ir la, máscara de indiferencia con que Benoist disi- ~ Creemos.,,, ¿quién es ese otro? «¡Ah! ¿Habéis pensado en esto?,» que la anciana lo
mulaba su propio deseo de saber algo. Pero el joven - El substituto encargado de la información y yo. adivinó perfectamente.
estaba sobradamente preocupado para que no se - ¿ H a y una información?, exclamó Mad. Montclar - ¡ P o b r e querida míal, dijo levantándose y estre-
obcecara cada vez más; así e;; que no tardó en inter- con cierto horror, ¿Una información en esta casa tan chando á Estrella entre sus brazos. Espero que no
pretar la inquietud de la viuda como una manifesta- digna y respetada? se habrán atrevido á manchar con sus suposiciones
ción de que su conciencia estaba turbada. - E r a preciso. Tranquilícese usted, no obstante, ni á ti ni á tu familia...
Maci. Montclar adivinó la molestia que á ambos apreciable señora el secreto está tan bien guardado - Así lo espero, repuso Estrella rodeando con
Ocasionaba aquel silencio hostil, y para acabar con como es posible; pero es indispensable que la causa uno de sus brazos la cintura de Mad. Montclar y
•^lla, hizo á ]3enoÍ3t la pregunta que desde largo rato de la muerte de Raimundo se averigüe y que si ha mirando á Benoist con cierta altivez que los rasgos
í^sotiiaba ;t los labios de Estrella. lugar á ello se le vengue. de su rostro no disimularon. ¿Es á mí, caballero, á
- ¿ H a oído usted decir algo que se relacione con ~ Sí, es verdad. Pero ¡una información! La justicia quien se acusa de haber tenido alguna intervención
^^ fatal suceso? aquí..., ¡es muy duro! En fin, puesto que es preciso.., en la muerte de mi esposo?
, Benoist, antes de contestar, miró á Estrella. Esta - ¿ P o r eso es por lo que se me ha interrogado?, - T o d a v í a no, señora, respondió el joven devol-
•1' Se había ruborizado ni palidecía; esperaba la res preguntó Estrella con naturalidad. viéndola reto por reto.
puesta con los labios ligeramente entreabiertos y el - Precisamente, señora. Un indicio había hecho - Sr. Benoist, responda usted, dijo Mad. Mont-
^^icrpo inclinado hacia adelante, en actitud de pres- suponer que el autor de esa carta tiene relaciones clar. ¿Se acusa á mi sobrina?
tar suma atención. en Lava I. - T o d a v í a no, señora, como he tenido el honor
El joven decidió dar a conocer á sus ínterlocuto- - R a i m u n d o no conocía á nadie en ese pueblo, de decirlo ahora mismo.
fas los motivos que, segiui todas las presunciones, contestó Mad. Monlclarj no repuesta todavía por - Pero ¿se la acusará?
'"^pulsaron á Raimundo al suicidio. completo de las emociones que había experimenta- - Es probable. Son muchas las personas que tie-
~ Se dicen muchas cosasj respondió midiendo do. ¿Hay allí guarnición? nen noticia de que ha habido una carta, y no soy yo
perfectamente el alcance de sus palabras. Hay abso- - Sí, y por ese lado se están haciendo ahoia ave- por cierto quien se lo ha dicho, os lo aseguro: se
'•Jta resistencia á creer en un accidente... riguaciones. trata de averiguar lo que el tal escrito contenía, y
- c Q i i é puede suponerse entonces?, observó nia- Benoist no dejaba un momento de observar el de eso á suposiciones ofensivas, no hay más que un
aame Montclar llevando d sus labios, por un movi- semblante de Estrella. paso.
"iienLo nervioso, el pañuelo que tenía en la mano; ~ ¿ Q u é opina usted con relación á esa carta?, Estrella pensaba entretanto: «Ayer era Mad. de
"osotras, que debiéramos saberlo todo, nos hallamos preguntó ésta. Algo debe usted presumir acerca de Polrey quien se expresaba en este sentido, hoy es ese
^" complüta obscuridad... su contenido. hombre á quien no conozco...»
•~ No tan completa, estimable señora, El joven vaciló un instante; la serenidad de Es- -Caballero, dijo la joven, ¿be cometido alguna
Ambas mujeres, por un mismo impulso, se incor- trella le exasperaba. injusticia? .Sin saberlo, ¿he perjudicado á alguien?
Pof'iron, mirándole atentamente. - T e m e m o s , dijo, que fuese una revelación, ver- ¿Qué interés pueden tener, si no, personas que no
~ Kstá ya probado, con seguridad, que Raimundo dadera ó falsa, de hechos tales que... conozco, en despedazar la reputación de una mujer?
^ncontró entre su correspondencia una carta que -¿Algün anónimo? - N a d a sé, señora, como he tenido la honra de
**^yo repulidas veces y que ha sido la causa determi- - No es probable. Raimundo hubiera despreciado decir. No me censure usted por haberla avisado;
nante de 5Q fatal resolución. un anónimo. creí que debía hacerlo, atendida mi amistad con Rai-
„--¿Una carta?, dijo Mad. Montclar. ¿Dónde está? - ¿Qué podía decir?, exclamó Mad. Montclar algo mundo y el respeto que me infunde cuanto con su
•íQ"¿ decía? exaltada. Nuestra familia es, á Dios gracias, sin ta- buen nombre se relaciona.
- No lo sabemos. La carta ha desaparecido; Rai- cha. ¡Si hubiera habido alguna vez, no diré una - N a d a lemas, hija mía, exclamó abrazándola
mundo debió quemarla... con otros papeles quizás. mancha, sino sólo una sombra en la casa,.. Pero no, Mad. Montclar; si te acusan, yo te defenderé. Tu
,, ^'^' joven miró á Estrella, que con los ojos lijos en estamos limpios como el armiño, lo mismo los desgracia es ya por sí bastante grande para que se la
'e escuchaba con vivísimo interés. Beaurand, que los Vernon, de cuya familia procedía haga mayor por medio de la calumnia. Nadie se
• í.

6óá •'LÁ^ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA NÚMERO I.O;2

atreverá-á decircontra-ti-una-palabraycuando se vea amor con elitiempo,7 al que por tanto DO le era po- Atormentada por estas dudas, Estrella resolvió
que tu honor está sostenido por el mío. Abrázame, sible de antemano Iiacer el juramento de amarle á aclararlas en seguida por medio de Mad. Montclar;
sobrina, y preséntate ante el mundo con la frente él solo y para siempre. pues por delicado y peligroso que fuese tal propósi-
alta. Serás: defendida y hasta'vengada si'es .preciso, Esta misma,duda expresó con toda franqueza á to, lo juzgaba de todo punto necesario; y por otra
¿no es verdad,'Sr."iBenoist? Mad. Moiitclar cuando ésta fué.á solicitar su.con- parte, las palabras que la anciana había contestado
El joven se inclinó silenciosamente, mientras por sentimiento, aprobando,la anciana aquella escrupu- á Teodoro Benoist le infundían alguna confianza en
algunos mbmentos.se fijaban^en las,suyas:las mira- losa delicadeza; pero, como suele hacerse siempre el cariño de aquella buena señora. Para delensa de
das de Estrella, quien parecía preguntárlü:«¿Q.ué te en semejantes circunstancias, dejando á-un lado su propio honor, consideraba la joven preciso co-
he hecho para que seas mi enemigo?» ' aquella objeción de una alma inocente y leal. nocer el carácter de Raimundo más íntimamente
Otra mirada de"Benoist pareció responderla: «¿Por - Tienes el corazón demasiado noble, querida que puede ser conocido por una novia el de su pro-
qué estaba tu retrato hecho pedazosentre lasceni- niña, le contestó la tía de Raimundo, para que dejes metido.
zas de la chimenea?» de amar á un ser que aprecias yquesiente por.ti tan Decidida á interrogar á su tía, cerró el escritorio
Pero la joven no.le coraprendió.^No tenía noticia tierno apasionamiento. y dJó orden para que preguntasen á aquélla si se
de'estos pormenores. Estrella consintió, pues...; pero cuando sola en el dignaba recibirla.
gabinete que había sido preparado para la joven pa- La anciana le contestó dirigiéndose inmediata-
VII reja, penetraba con implacable precisión hasta lo mente á las habitaciones de la joven viuda.
más profundo de su alma, se arrepentía amargamen- En medio de su horrible desesperación, lo que
Sentada^en.una.butaca frente a l a mesita escritorio te de haberse dejado convencer y de no-haberse más agobiaba acaso á ac|uella pobre mujer era su so-
de su gabinete, Estréilareflexionaba. mantenido firme en la negativa. ledad. Durante los illtimos meses que habían trans-
Habíase colocado allí.para escribir á alguien, para Y no es que sintiese la joven tal arrepentí miento currido, la agitación de una gran casa llena de obre-
confiar sus penas y pedir una muestra de-simpatíaj únicamente por el egoísta afán de disfrutar reposo y ros, las continuas idas y venidas necesarias para los
pero al destapar el tintero notó que no tenía á quién dicha, sino porque le agitaba sordamente un vago preparativos de «un gran casamiento,» llenaron sus
dirigirse. temor inspirado por las palabras de Teodoro Benoist. oídos y distrajeron su .-inimo; de aquí que el triste
Nuestras costumbres exigen que una joven^no ten- Estaba segura de que nada tenía que censurarse; silencio que poco después impuso el luto á aquella
ga, por decirlo asf, vida propia, y que participe üni- pero ¿era posible que se hubiese dirigido contra ella mansión, y que no pudo menos que comunicarse á
camente de la de su familia, no recibiendo ni hacien- una acusación tan grave, que Raimundo prefiriera todos los pormenores de la vida material de dos mu-
do visitas más que acompañada de su madre, salvo morir que revelársela? Y,si era así, ¿para su.mismo jeres unidas en un mismo sufrimiento, que no debía
acaso á las amigas cuyo trato ha sido aprobado por esposo no hubiera sido mejor infligir al hombre ena- comunicarse al exterior, pareciese á Mad. Montclar
todos; y si esto sucede por regla general, con-más morado el disgusto de una negativa? Además, ;se una envoltura odiosa, algo como una camisa de
razón aiín se encuentra aislada completamente una hubiera nadie atrevido á calumniar tan gravemente fuerza que aprisionaba su alma, y hacía que sintiera
huérfana, desde el momento en que cualquier catás- á quien no fuera una huérfana, abandonada á pesar gran complacencia en poder libertarse de ella.
trofe la priva de las personas que más inmediata- de los que en apariencia la sostenían? -¿Querías hablarme, sobrina?, dijo dirigiéndose
mente la rodean. «Raimundo viviría sin duda, si no hubiese sido á Estrella.
Estrella, que no había tenido necesariamente otras yo su esposa,» pensaba Estrella, poseída de la ma- La joven la hizo colocarse cómodamente en un
relaciones que las de la baronesa de Polrey, se hizo yor tristeza. sillón, antes de contestar. Muchas veces había visto
cargo en aquel momento d e q u e estaba sola en el V añadió por una reacción bien natural en las cir- á Raimundo ocuparse también delicadamente en
mundo. No contaba ni con una mujer á quien co- cunstancias en que se hallaba: procurar la comodidad de su lía y juzgaba muy na-
municar sus sufrimientos, ni con un hombre cuyo «Y yo no me vería despeñada en este abismo de tural reemplazarle. Esta atención hizo que acudieran
apoyo pudiese pedir. Cierto que Mad. Montclar le peligros, ni envuelta en esta serie de disgustos.» á los ojos de la anciana algunas lágrimas, que se
profesaba cariño desde que quiso hacerle la esposa La pobre mujer estaba, en efecto, absolutamente apresuró á secar.
de su sobrino, casi su nuera; pero aquella amistad sola en el mundo. Nada relacionado con su vida an- - Dispénseme usted, querida tía, dijo Estrella,
era de fecha muy reciente, y por otra parte, ¿no po- terior la había seguido al hotel de Bcaurand, pues una pregunta que le parecerá en sumo" grado imper-
drían acaso modificarla los acontecimientos? los pocos objetos á que profesaba íntimo cariño, los tinente; pero, en la situación en que nos encontra-
Realmente; no contaba con nadie en quien des- había enviado á la quinta donde se propuso pasar el mos, ¿no le parece á usted justo que nos valgamos
ahogar las angustias que oprimían su corazón, pues verano. Estos, tan pocos en numero y de tan escasa de todos los medios necesarios para que se disípela
precisamente era Mad. Montclar la mujer con quien importancia, no dejaron, sin embargo, cuando la obscuridad que nos envuelve?
menos posibilidad tenía la joven viuda de hablará joven los vio alejarse, de atraer ásus labios una son- - Habla, contestó Mad I\rontclar.
sus anchas de las cuestiones que la atormentaban. risa de lástima y de melancolía á la vez. - ¿ H a notado usted alguna vez en su sobrino al-
¿Cómo había de poder iniciar siquiera con ella-las «He vivido siempre provisionalmente, había dicho guna exaltación..,, alguna particularidad que pcrniila
candentes dudas que rodeaban el trágico misterio? en aquella ocasión á M a d . de Montclar: en el con- atribuir su último actoá un rasgo de sobreexcitación
Jamás, hasta entonces, dabía sentido Estrella la vento, como educanda que aspira á marcharse; en mental?
necesidad de un apoyo. Su infancia triste, pasada casa de Mad. de Polrey, aguardando el día de mi - J a m á s , respondió con firmeza la anciana; Rai-
junto á una madre enferma'y melancólica, la habituó casamiento... ¡Espero que Beaurand será mi vivienda mundo poseía uno de los espíritus más equilibrados
desde muy niña á contar tan sólo con su propio es- definitiva!» y sanos que pueden hallarse. Su único punto débil,
fuerzo, influyendo ello en gran parte para que el fon- ¡Ah! Tampoco era éste su definitivo domicilio... si tal puede llamarse un sentimiento lan sagrado,
do de aquel dichoso ser estuviera constituido, como Su imaginación, excitada, la hacía verse ya, para era una vivísima sensibilidad para con todo lo que
elementos principales, por un buen humor raras ve- una época más ó menos lejana, recorriendo errante se refería á su padre, cuyo trágico y prematuro fin le
ces perturbabie y una sonriente resignación contra y sola siempre los hoteles de las grandes ciudades de impresionó de un modo violentísimo. Para todo lo
las adversidades. Europa, estremeciéndose ante la idea de que, como demás, su cabeza estaba perfectamente organizada y
Durante lósanos que pasara en un convento, todo á tantas otras ricas en bienes y pobres en amigos, la su cerebro no podía ser más sereno.
le divirtió, le gustó todo, hasta suy estudios, mos- rodearía una turba de aduladores interesados, de - iSu padre!.., exclamó Estrella. No había pensa-
trándose siempre buena compañera, sin ese exclusi- mujeres maestras en el arte de fingir, y de mendigas do en esto. ¿No puede ser posible que la carta,.., esa
vismo algo receloso que conduce á formarse un disfrazadas de grandes señoras, carta, ya sabe usted cuál, tuviese relación con algún
círculo particular de amigas; resultando de todo ello Pero ¿tenía enemigos? ¿Cómo era posible que una episodio de la vida de su padre?
que siendo muy popular entre las colegialas, no tra- joven modesta, sin un carácter violento, que no ha- Mad. Montclar se incorporó enrojecida; y con la
bó ninguna de esas relaciones íntimas de la adoles- bía tenido, puede decirse, vida propia, hubiera llega- mano derecha levantada, exclamó con una animación
cencia, que tanta importancia tienen cuando las do á crearse ún odio tan implacable que la condujese extraordinaria en ella:
jávenes^dan los primeros pasos en la vida. á obtener tan desastrosos resultados? - ¡Yo aseguro, puedo jurar, que en la vida de nn
Las señoritas de Polrey no eran de carácter á pro- La calumnia, cuando por primera vez sentimos sus hermano nada hubo que pueda servir de pretexto
pósito para inspirarle muy vivos sentimientos. Juntas efectos, nos encuentra siempre inermes y consterna- para una acusación deshonrosa! [Nada, jamás!
aparecieron en sociedad, siendo Estrella la mayor de dos. Nuestro primer impulso en estos casos, no és - Pero, qirerida tía, la calumnia no necesita pre-
todas, y juntas también se rieron de lo que les pare- de indignación, sino de estupor. «¿Cómo es posible texto alguno...
ció cómico; pero nada profundo se escondía bajo que se me aborrezca basta tal punto?,» es la reflexión - En ese caso Raimundo hubiera vivido para bus-
aquella pequeña capa de agua que rodaba sobre gui- que inmediatamente ocurre á toda persona honrada car al calumniador y matarle, después de haberle
jarros. La señorita lirunaire comprendía perfecta- y justa. Al principio parece un sueño inverosímil lo confundido.. No, no, sobrina, esa suposición no es
mente c|ue una vez casadas, las tres compañeras ocurrido, y hasta llega á suponerse que todo se debe admisible.
marcharían con rumbos bien distintos, en los que no á un error que no se lardará en reconocer y reparar, - E n t o n c e s , dijo la joven con calma, renuncio a
era probable que se encontrasen en lo sucesivo. Las siendo preciso que transcurra un .buen lapso de pensar en ello. Tfa, ha perdido usted un sobrino que
Polrey tomarían la vida desde el punto de vista de tiempo para que nos convenzamos de que somos era para usted un hijo; pero yo.,,, yo lo be perdido
un cotillón bien dirigido y se asegurarían brillantes real y positivamente nosotros los seres á quienes se todo... Sin parientes, sin amigos..., bien lo ve usted,
parejas; Estrella deseaba algo más serio: su aspira- odia. recibo muchas tarjetas, peio ni una sola carta en que
ción era encontrar un esposo, ilnico á quien profesa- Estrella se hallaba aún en el período de estupor; se contenga una frase de afecto... Raimundo lo
se afecto y amor inmenso hasta la tumba. pero además de la reflexión que hemoí- expuesto, en constituía todo para mí; me entregaba á él con la
Su ideal lo encontró casi en Raimundo de Beau- su cerebro, no del todo despejado, erooezaba á aso- más absoluta confianza... Se ha ido sin dejarme una
rand; casi, porque el afecto no tardó en sentirlo á mar otra idea. «¿Por qué Raimundo no habría ido sola palabra de despedida, y me encuentro mil veces
impulsos de una grande y ardiente simpatía; sólo el lealmente á comunicarla lo que ocurría?» ¡Ella le más sola que la víspera de mi casamiento. Si hubiese
amor faltaba...; pero Estrella abrigó la esperanza de hubiera demostrado al instante cuan infundada era muerto aquel día, todos hubieran tenido lágrimas
que más tarde lo sentiría. la calumnia! para compadecerme... Ahora no veo en torno mío
A pesar de todo, no aceptó el proyecto de boda Poco á poco esta consideración fué sobreponién- más que indiferencia y hostilidad... ¡Dispensadme,
sin haber sostenido antes cierta lucha interior, que dose á toda.s las demás. Raimundo i^ra bueno y pues, si trato de buscar una causa á la espantosa
hizo decir maliciosamente á Valentina de Polrey; honrado, no le había visto nunca dar muestras de catástrofe cjue me ha quitado todas las alegrías y que
«Es que se hace rogar;» cuando estaba bien lejos de cóleras absurdas, ni de ridiculas credulidades; ¿cómo amenaza desposeerme hasta del honor!
la mente de Estrella tan mezquino propósito. explicarse entonces que hubiera obrati.o con tal pre- La joven había pronunciado eslas palabras con 1-^
La verdadera causa de las vacilaciones de la joven cipitación? ¿Acaso un acceso de locura? Pero ¿era mayor sencillez, por más que las lágrimas se agolpa'
era que le parecía casi peligroso casarse con un posible un rapto semejante, sin que nada tO hiciera ban á sus ojos.
hombre á quien no estaba segura de que profesaría presumir de antemano? Mad. Montclar, emocionada, se levantó, y estrc-
NÚMERO 1.032 L A ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA
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chandola entre sus brazos, la besó con ternura en la -Provisionalmente, no hay o t p remedio. Por fiebre reglamentada que admira á los forasteras que
frente, exclamando: cierto que debo devolver á usted los papeles que se la ven por primera vez; transeunt^Ss, apresurados
-iFIija mía, ten confianza en raí; buscaremos encontraron en el gabinete de su desgraciado ami- unos, con paso .lento-otros,-trabajadoras, ancianos
juntas! go... El paquete no es muy grande. ¿Quiere usted prudentes con'marcha' cansina, dependientes carga-
llevárselo y entregarlo á quien de derecho corres- dos de.paquetes, una muchedumbre inmensa iba y
VII ponde? ' ' i I •, : : 1 •véni'á.'Sífl q'iiei'íiingAjno estorbase el paso á lós'de-
- B u e n o , contestó Ben'óist con vago,disgusto. más, deteniéndose casi todos por. un rñovimientb
- ¿ N a d a ha averiguado usted?, dijo Andrés líolvín Bolvín abrió un cajón de su mesa y sacó un pliego involuntario, yá para ver correr el agua* ó ya en el
ííl ver entrar en su despacho á 13enoist, de quien en el que se contenían las ultimas cartas leídas por muelle para contemplarla suntuosa masa de verdura
acababa de recibir la tarjeta. Raimundo, En la parte superior del paquetito estaba que desde el puerto Real se extiende hasta el Troca-
-Absolutamente nada. Estamos en el caso de el sobre timbrado en Laval. El substituto lo miró dero, teniendo por coronamiento el Arco i^e Triunfo,
pensar si nos habremos equivocado por completo. atentamente, y por decitlo así, con pesar. dorado en aquellos momentos, como una de las
Vo creo que será preciso hacer algunos trabajos ~ El secreto está aquí, dijo tocándolo ligeramente puertas del Paraíso, por la luz espléndida de la ma-
fuera de la capital. con un dedo; pero el sobre es mudo... Sr. Benoist, ñana.
— Fuera he investigado ya, repuso el joven substi- ¿quiere usted un consejo, nada más que un consejo Bajo los plátanos que apenas verdeaban, los cajo-
tuto, Se lian practicado diligencias en provincias, en de todo punte desinteresado? Guarde usted ese so- nes de los libreros de viejo atraían grupos de curio-
todas partes donde M. de lieaurand tenía relaciones bre; no hable de él á nadie; quizás algiln día la carta sos que se asemejaban un tanto, salvo en el zumbi-
o coinpañeros; se han hecho averiguaciones en los que falta vendrá por s í s o l a á colocarse en su envol- do, á un enjambre de abejas sobre un campo de to-
"•egimicntos, entre los que habían estado á las órde- tura, y entonces lo sabrá usted todo. millo. Benoist los miró con verdadera envidia.
nes del capitán ó que hubieran podido conocerle - ¿ Q u e no hable de él'á nadie? ¿Ni siquiera á Aquella gente era feliz, picoteando, por decirlo
con cierta intimidad; poro no se ha descubierto el Mad. Montclar?
así, la ciencia ó el arte que se contenían en los li-
menor indicio que pueda indicarnos una pista. - Es perfectamente inútil, pues se ha evidenciado bracos, harto caros para lo que permitían sus bolsas,
- ¿ N i nada tampoco que confirme á usted en sus ya que esa pobre señora no puede ayudarnos en y que después de cien veces hojeados suelen acabar
sospechas?, insistió Teodoro. nada. por ser leídos desde la portada al índicej aquellos
El teniente se encontraba en un estado de ánimo y.,. ;á Mad. de Beaurand? seres no estaban como, él mortificados por una idea
especial/simo. Su razón, su sentimiento del honor, su - Aconsejo á usted que no hable de él á nadie, obcccadora, maldita, casi odiosa, hija de alglín ger-
respeto hacia la mujer se rebelaban contra la idea repitió el magistrado con una sonrisa algoescéptica. men absurdo... Mientras rebuscaban, con la nariz
Y^ que Mad. de Beaurand pudiese de cerca ó de - S i n embargo, si ella reconociese el sobrescrito,- junto al libro: entreabierto, á la luz de aquel claro
lejos hallarse relacionada con las causas que origina- si... sol de mayo, aquellos seres tenían cuando menoSjel
"on la muerte de su marido, y sin embargo, se había - Es poco probable que reconozca~una'escritura" alma sana y tranquila...; pero él, ¿qué habría hecho
despertado en su interior una desconfianza noble, que se asemeja á; Ia.de todas líiSjpersonaS;que np. ,paja-j:}ye una:tao: m5lv££da:y penosa, idea, se hubiese
puramente instintiva, cuando la vió tan tranquila en tienen ó que han perdido la costumbre de escribir; fijado,en su cerebro?
apariencia junto al cadáver aiín caliente del hombre esta ciase de caligrafía desconcierta.los^esfuerzps de
. Buscando.la.caJma,donde.los^emás.parecían qn-
<^oti quien acababa de casarse. Hubiera dado cuanto los más peritos. Siempre estará usted á t i e r a p o d e
contrarla, se acercó al azar á uno de los puestos y
poseía por encontrar al autor de la caria y obtener hablarle de esto, si las circunstancias lo exigen. abrió el primer volumen que le vino á mano. Era un
la seguridad de que sus sospechas eran una locura, - No obstante... libro inútil; lo.dejó.en su sitio y, tomó otro: era una
pero al mismo tiempo puede decirse que deseaba Bolvín apoyó ligeramente el extremo de su índice novela relatando un drama judicial, y tenía por títu-
tener la certidumbre de que no se había engañado. en el brazo de Teodoro, diciéndole al mismo tiempo: lo: Buscad la mujer. Impaciente ya, lo soltó también,
La duda era angustiosa, ansiaba de cualquier modo - Tenga usted en cuenta que si Mad. de Beau- apoderándose, con objeto de hojearlo-, de un paquete
y a toda costa salir de ella, y esto era precisamente rand no sospecha nada, va usted á poner en sus.ma- de folletos, no tardando en ver sobre una cubierta
lo que no podía conseguir. nos, sin provecho alguno, un objeto que constante- amarilla esta inscripción en grandes caracteres: Pro-
- ¿ N a d a ha venido á probar que esa carta contU' mente ha de preocuparía. cesos celebres.
viera lo que dijo usted?, repitió Benoist al ver que - Pero, exclamó Benoist, sabe que se sospecha No cabía dudar que la fatalidad perseguía á Be-
"Olvín no había contestado á su pregunta. de ella... noist, quien continuó su paseo á lo largo del muelle,
-¡Francamente... no!, repuso el joven magistrado - ¿Quién se lo ha dicho? mirando los árboles de las Tullerías y esforzándose
iiirando con cierta preocupación un papel que tenía - ¡Yo! En un momento de mal humor... La vi, en por impregnarse del sereno ambiente que reinaba en
tíxtendido sobre ¡a mesa. No, y sin embargo no pue- verdad, demasiado tranquila... aquel rincón de París, casi mudo, casi inmóvil, cuyo
do borrar de mi ánimo la impresión que me produjo - Ha cometido usted una falta. Mad. de Beau- silencio sólo alteran de vez en cuando las trompetas
'a extraordinaria calma de Mad. de Beaurand. ¡Era rand desconfiará de usted... del cuartel de dragones dando algunas notas musi- •
tan poco natural aquella actitud! - C r e o mejor que va á odiarme, sí no lo hace ya. cales, que se oyen más allá de las poéticas ruinas del
- Es una mujer que tiene un gran imperio sobre - L o uuo no impide lo otro; muy al contrario, Tribunal de Cuentas. De repente se detuvo para
sí misma, observó Teodoro con alguna irritación. observó el substituto con una sonrisa algo burlona. acordarse del punto adonde se dirigía, pues observó
- Es evidente. Hemos tenido la suerte de conocernos, caballero, y que los pies raaquinalmente le llevaban hacia la calle
-Bolvín empezó á hacer dar vueltas entre-sus-de- el caso-deque-.se-trata-llama-tanto más mi-atención, -de-Lille. - -•
Qos á un cortapapeles de marfil, cuyos movimientos en cuanto me inspiraba su amigo de usted grandes «¿Qué tengo,que.ha,cei: allí?,l',se.pregun,tó encole-
'iiareaban en sumo grado á su interlocutor. De re- simpatías, lo que me perríiite*- hablar á' üs'téd'de un rizado esta" vez cofitfa'éí mismo¿ y dirigiéndose en su
pente dejó sobre la mesa aquel dichoso objisto, di- modo extrafiofesiffnal. Gúard'e,'>pY3es,''el'.sobré'para' inleríbf^'Iós Tnás" sévferos'-calificativos,- emprendió' á
ciendo: usted, y cuente conmigo taptas veres como pueda grandes pasos-,el caminojde la calle Drouot, donde
- Mire usted, hay cosasque una vez leídas ü oídas serle Útil, por insignificante .que sea lo-que.tcnga -estaban-skuadas sus-habitaciones de-splterq.
se graban perfectamente en la memoria y no pueden que pedii-me; pero si llega usteci á averiguar algo,
olvidarse jamás. Cuando Enrique IV fué asesinado particípemelo. IX
7 dispénseme usted esta pequeña pedantería histó- -Convenido, repuso Benoist, estrechándola ma-
•"lea, - no faltó uno de sus contemporáneos que es- no del magistrado. Transcurridos los quince primeros días del luto,
cribiera, refiriéndose á María de Médicis, una frase Cuando el ex militar se vió en la calle, respiró dos dedicados á la inevitable y penosa tarea de poner en
4iie no consta siquiera de una docena de palabras: ó tres veces con gran fuerza, como si esperase que orden todos los asuntos de la familia, Mad. Montclar
*No se mostró muy admirada de la muerte de su el aire libre disipara su disgusto; pero nada logró, había propuesto á Estrella irse á la quinta de Beau-
'V=^"do)> Pues bien: esa frase ha pesado y pesará pues conforme iba andando por la orilla del Sena, rand, proyecto que la joven, con todos los rodeos
Siempre sobre el nombre de aquella reina. su frente se nublaba más y más, y sentía que iba au- imaginables, declaró que no estaba dispuesta á
- ¡ Q u e acaso era inocente!, añadió Benoist. mentando la preocupación ' en; su'ánimo. Por fin, aceptar.
- Puede ser... y hasta es probable, Al ver á ma- como si en ello tratase de encontrar un poderoso - E s ya bastante, querida tía, dijo, la pena que
aame de Beaurand, se evocó en mí ese recuerdo y elemento de distracción, se detuvo en el muelle, me causa vivir sola con usted en el hotel de París,
"O puedo substraerme á él. contemplando el,admirable paisaje de piedra que donde con otro debíamos acompañaros;.ahórreme
- E s t e no es el método científico, dijo Benoist ante su'vista se extendía. usted, pues, el pesar de que principie de nuevo para
•evantándose. El hermoso sol de lUna mañana de primavera do- mí ese-sufrimiento en una casa que no conozco y
- S e han hecho muy singulares descubrimientos raba los árboles de'las alamedas, que tan hermoso donde experimentará usted tan dólorosas-emociones
iierced asemejantes intuiciones, replicó Bolvín, que conjunto de verdura forman junto al agua del río, como yo. '
•continuaba sentado. Observe usted bien, caballero, bajo el pabellón de Flora; las esculturas del Louvrc Este'razonamiento era por sí solo lo bastante jus-
l ú e está muy lejos de mi ánimo la idea de una acu- se presentaban con un lustre brillante al contacto to para (¡ue Mad. Montclar dejase de atenderlo.
sación; pero no puedo librarme del presentimiento de aquella'luz vivísima, y despedía rayos comoiuna Estrella había heredado de su madre una casa de
""^ que M. de Beaurand se ha dado muerte... por aureola el dorado fondo sobre elque seicvanta atre- campo situada á poca distancia de Chartres, lo sufi-
causa de su esposa. vido el'Genio alado de Antonio Mercié. cientemente á propósito para que con ^facilidad pu-
- "".Loque no sería una razón para que ésta supiese Los botecillos, los remolcadores y las almadías 'diese dotársela de todas las comodidades, y lo bas-
^'.quiera de qué se trataba, respondió Benoist con cruzaban en todos sentidos el agua verde y pajiza tante modesta para que no fuera preciso llevar allí
ciertaaspereza. que besaba murmurando.los pies de los arcos de les muchos criados. A esta casa decidieron retirarse las
~ E n efecto...; pero entonces, ¿á.qué venía esa puentes; las golondrinas lanzaban agudos y repetidos dos^mujeres durante la primavera. '
serenidad que llamó la atención de usted y la mía? píos azotando ligeramente la superficie de las peque- Mad. Montclar había abrigado la esperanza de
El joven no supo qué contestar. ñas y encontradas ondas, y;Ias lavanderas cantaban
que alejándose del hotel y de la quinta de Beaurand,
~ AdiÓH, dijo, puesto que nada tengo que comu- alegreniente;en ¡]as_bálMsJayaderos, óy,énd.Qse_bien. .se.e.v.iíaEÍa_r£cuerdos-dolorosos,.pero no-contó con
" ' c a r á usted, ni nada le queda á usted que decirme. distintas sus risas en los-intervalos en que se apaci- la poderosa fuerza de evocación que caracteriza á
••^ojvín se levantó, diciendo; ' ' guaba-ointaríto^él AiurmulloideÜrío.- •: ':'¡ .-. t rr
JÉiertos-órganismos.-Ka-visión-sangrienta de Raimun-
, - Sr. Benoist, siento que no me sea posible hacer . Fxeote4Tla.-;EscueJa:de J3ellaS.Arte^¡ íinilQs,^extre-: do.coniCl tiemble'problema que entrañaba, la siguió
, ™enor luz sobre este asunto, tan dolorosamente mos del puente del Carrousel, ondeaban en altísi- al asilo donde se había refugiado, y acudieron ade-
^"scuro; dispénseme usted si no he obtenido mcjo- mos--másj:i¡l¿s [gajlardetes-devariados, co?orp-">,anun-^ Tnaeásü roenloriá cbn-^claridad sorprendente escenas
•^^s resultados.,. cian'fio ¡una, Exposición; los cocijes, los ómnibus y de la infancia _^ de su sobrino, que había creído por
„ ~cE3 que considera usted terminadas las dili- todíijclase :de vehículos circulaban q:on una^ anima-' [ completo gívjdad as. . i . , ,
Scncias? Clon metódica, por decirlo así, con esa esppcie de, ' " ('Cffiííiftuani}
662 LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA NüMEuo 1,032

REPÚBLICA ARGENTINA.-SIERRAS DE CÓRDOBA. - CAPÍ LLA D E L M O N T E

La Naturaleza ha sido sumamente pródiga en esta I Mucho se habla, con justicia, de ciertas localida- I cas sobrepujarán á las inmejorables condiciones de
parte de la República Argentina; porque á una be-1 des de Europa, sobre todo de Francia, Italia, Suiza, j la parte de la Sierra de Córdoba conocida por «Ca-

REPÚBLICA ARGENTINA.-SiERHAS DE C Ó R D O B A , - I . CAI-ILLA IJF.L MO.NTE. - 2. Kío Pin MICRO (de fotograííns ilc lii Socitidnd Futugráficii Argentina de Aficionados)

REPÚBLICA ARGENTINA. - SIERRAS DE CÓBDOUA. - C A P I L L A DIÍL MONTK. - i. H O T E L AscoiriiiNCA. - 2 . ESTANCIA KN Í L A 1'AZ», CASA Y GRAN tACO, PROPIEDAD
•DEi. ExcMO. S B . l i . JULIO A. ROCA, PRKSIDENTIÍ DE LA R E P Ú B L I C A . - 3 . VISTA PANOKÍÍMICA DI; LAS CERCANÍAS DBL IÍOTÍIL Ast.ociiiN<;A (de íoto^raffiís de D. l'cmaiulo Aleniíín)

UEPUBLICA ARGENTINA.-SiiiRiiAS D E CÓRDOBA. - r. FERROCARRIL A C O S Q U I N . - 2 . CAPILLA IIIIL MONTK. - 3. «LUÍÍ .MOiNiüüiiibá


(dfi rotograflas dé líi Sociednd Folográfica Argentin:i de Aficionados}

lleza panorámica hermosísima, le ha juntado un cli- Grecia y de la misma España como sitios de agrada- pilla del Monte,» rival, quizá tínica en América, del
ma delicioso, templado, lleno de perfumes y efluvios ble temperatura y de condiciones atmosféricas pro- famoso valle de Oruro, perteneciente á la vecina
medicinales que son regocijo del espíritu y fortaleza picias para la curación de personas débiles, más ó Repiíblica de iJolivia.
del cuerpo. menos afectadas de los pulmones; pero creo que po- «Capilla del Monte» es una población desparrama-
NÚMKKO 1.032 LA iLudTKACióN ARTÍSTICA ÓÓ3

da. Más que pueblo, es un conjunto de quintas, es- Muy cerca de él se admira una gran cascada na- tanto en el ganado caballar cuanto en el vacuno y
tancias, chacras y ranchos artísticamente colocados, tural, donde el sol quiebra sus rayos, transformándo- ovejuno, y los extensísimos alfalfares.
como de intento, para recreo de la vista, especie de los en miíltiples iris. A poca distancia se levantan los gigantes de pie-
nacimiento mágico, hecho por la propia mano del En una loma se levanta la iglesia, de construcción dra llamados «Los Monigotes» por la estructura es-
artífice divino, como para hacer juego a l a abundan moderna con pujos de pequeña catedral por imitar pecial de su forma, y no muy lejos hay un rincón
CLa de aguas que por doquier brotan en purísimos en su interior el estilo gótico y por las dimensiones encantador llamado «La Calera,» paisaje abrupto y
manantiales; ya de una gruta, ya de una resquebra- de cimientos y paredes de medio metro de espesor, salvaje, pero de belleza superior.
jadura de la roca, formando cristalinos arroyuelos ó necesarios en previsión de posibles temblores y for- Para el iourista y hasta para el enfermo le sirve
tumultuosos torrentes que, bajando de las cumbres tísimos vientos. Fué costeada por las donaciones de como de aperitivo ó de prólogo á la contemplación
inas elevadas, llevan unos y otros su contingente al los veraneantes, de los Sres. Arguelles, dueños del de hermosura tanta el viaje en ferrocarril desde
no Primero. hotel, y especialmente de la muy rica señora doña Córdoba, capital de la provincia de su nombre, vía
Rodeado de arboleda, de flores y de rumorosas Carolina Estrada de Martínez, la que fué madrina el «Cosquin» y «Cruz del Eje.» Obra atrevida por el
aguas, se levanta el espléndido «Hotel Ascochinga,» día de la inauguración, efectuada el 15 de enero de trazado en que abundan curvas muy cerradas, gran-
|ln.mado así en recuerdo de los primitivos pobladores 1S99, teniendo por padrino al presidente de la Re- des declives, precipicios espantosos, altísimos puen-
de aquellos valles, los indios ascochíngas. Está situa- piíblica D. Julio A. Roca. tes é interminables túneles.
do á una altitud de 673 metros sobre el nivel del Y ya que hemos mencionado al digno jefe de Es- Con razón los cordobeses están orgullosos de su
mar. Posee en comodidades y confort cuanto puede tado que hoy dirige los destinos de la nación argen- i tierra.
apetecer la persona más delicada en gustos ó de sa- tina, agregaremos que muy cerca del lugar que á la I Las fotografías que reproducimos son unas debi-
'ud; siendo notables sus baños y piletas de natación, ligera describimos, posee una espléndida estancia das al caballero argentino D. Fernando Alemán,
cuyas aguas, traídas de las alturas vecinas por medio llamada «La Paz,» llena de bellezas, acumuladas á iourista entusiasta, admirador de aquellos poéticos
de acequias, unen á su pureza la cualidad benéfica copia de años y trabajo. Pero lo más pintoresco es valles, distinguido miembro de la «Sociedad Foto-
y curativa para los dolores reumáticos. Tiene actual- el grandioso lago artificial, surcado constantemente gráfica Argentina de Aficionados,» á q u e pertenecen
itiente 35 habitaciones ricamente amuebladas, saldn por una colección casi completa de palmípedos de las otras. Sociedad que tantas alabanzas nos ha me-
dji baile, gran comedor, jardines hermosísimos, luz las castas más variadas y raras, y la gran avenida de recido y á la cual tantas atenciones le debe L A
Y^^ctrica por todas partes, producida por la fábrica corpulentos álamos. Además del hermoso edificio ILUSTRACIÓ.>Í ARTÍSTICA.
del propio establecimiento. hay que admirar también el cruce de animales finos. Buenos Aires. JUSTO SoLSONA,

Se recela cqntra los FlüjOS, la


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G
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Anemia, Clorosis,
Empobnclmíaata da la Sanira,
Debilidad, etc.
GELISa CONTÉ
Áprobsdiu por la Academia de Uedirint út Faris.

| F Q O X l Z l ^ J O r a y d a o UC que secDnoce, 011 pucion 6

Las
I U i 3 J U M M U U H k M M B M Í M B U l fácil el labor del parto y
Personas que conocen las •Hedalla de OrodelaS*^def'•deParis detienen las perdidas, rñ '
LABELONYE y C", 99,^ Calle dv'Abouklr. Parla, y en todas las farmacias.
DEU DOCTOR

DEHAUT r)E] i»-A.iais


SO titubean en purgarse, cuando lo necesitan. VOZ y BOCA
No temen el aseo niel cansancio, porque, contra
lo que sucede con los demás purgantes, este no
obra bien sino cuando se toma condueños alimentos
y bebidas fortiñcantes, cual el vino, el café, el té.
Pepsina BonH
IHiií* Pcrli iCiDOIi DE IIDICIU

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i lo! Sírí PREDICADORES. ABOGADOS.!
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PROFESORES y CANTORES p4r;t faciülar la
Cada cual escoge, para purgarse, la hora y la XM4IIM «D Itl BipDiloloDaí iDlimulocU** di amloioii áo Ja voz.—PnKCio : 1 2 KIILSS.
comida que mas le convienen, según sus ocupa- IfiUS - ITOl • TIERi - PfilUDCIPIlU - flRIS líxigir en el rotulo a /irTtut
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ciones.-^ Como el cansancio que la purga DISPEPSIAS
k.. : j

ocasiona queda completamente anulado por OABTRITI8 - O A S m A L O l A a


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664 ,LA ILUSTRACIÓN. ARTÍSTICA NÚMERO 1.0^2

LIBROS 'M\í-A^^i. CINCO A S O S D E M I V I D A , por Alfredo Drey-


/ « . ( . - T r e s cosas están todavía en la memoria
ENVIADOS Á. E S T A REDACCIÓN d e t o d o s : los accidentes, las luchas, los apasio-
namientos á que dio lugar en Francia la celebre
POR AUTORES á EDITORES • causa ürcyfus, y ofrece, por tanto, gran interés
d e acuiali<iad el libro q u e nos ocupa y en el que
ÜRxoi'ErtiA lisi'EClAl-, por P¿drú ^iaiuón. ~ el desdicliiido capitán narra los tormentos sufri-
Folleto en que se describen los aparatos ortopé- dos durante los cinco afins transcurridos desde
dicos cl^ )a casa I'edio R a m ó n , d e Barcelona, s e q u e comenzó el proceso hasta que s e d e c r e t ó la
e s p o n e n algunos ciisos de curaciones ¿ otadles y revisión del mismo, y piula Ins crueles ansieda-
se publican los juicios, d e varios médicos y de la des de aquella de.sgraciada familia, Cnuo aiios
prensa. l i a sido impreso en Barcelona y se re- de mi vida es el diario d e un luárlir; n o es el Ü-
mite gratis A quien lo pida á su autor. bri) m a d u r a m e n t e c o n c e b i d o , sino el conjunto
de las cartas escritas por el infeliz preso, en las
cuales s e a d m i r a lo ípie m á s s e estima en esta
L A V E R D A D E R A V I D A , por León Toluoi. - L a clase de obras, la sinceridad, mezcla d e gritos
casa Maiicci, de Barcelona, h a publicado esia de desesperación, d e conformidad y sobre lodo
interesante obra en la cual es á n expuestas con la d e esperanza en que al fin brillará la inocencia.
serenidad propia de las almas grandus las ideas H a sido editado por la casa Maucci, de Barce-
filosófico-religiosas de] ilustre novelista ruso, lona, forma un tomo de más dt; 250 páginas con
inspiradas en las doctrinas d e Tesucristo. E s in- varias ilustraciones y s e v e n d e á u n a peseta.
(ludablemente uno d e los libros en que aparece
más de relieve la personalidad moral de Tolstoi.
l'orma un tomo d e 250 páginas que se vende á
una peseta. E l . PADRE GoRIOT, pot / / -L,!/¡iihíZí, - fia-
da hemos d e decir en elogio d e esta hermosa
obra q u e , como todas las del ilustre novelista
L A B O F E T A D A , por Narciso OUer. — 'La. í B ¡ - irancé.s, conserva, á pesar del tiempo transcurrido
blioteca M Í y n o n , í que con tanto éxito edita en desde que fué escrita, tocio el interés, toda la
M a d r i d e l Sr. Kodrigucz S e r r a , acaba d e publi- frescura d e cuando s e publicó p o r primera vex,
car esta interesante novela d e l maestro .de la li- privilegio de los libros de los verdaderos genios.
teratura catalana, del eminente novelista Narci- La edición que acaba de d a r á luK el conocido
so Oller. E l n o m b r e d e éste, t a n conocido y a d - ' editor bircelonés D . Luis T a s s o , está esmerada-
mirado en España como fuera d e ella, celebrado mente traducida por el Sr. G a r d a Bravo y se
por los más notables escritores cspafloles y ex- vende á_ una, peseta.
tranjeros, es la mejor garantía d e la bondad d e _ ___, » •
esta obra, en cuyas páginas, aparte del interés
d e la narración, hay esc espíritu d e observación E t . PARTIDO KOMiiKiSTA, por />. Maund
profunda, ese vigor, ese movimiento del corazón Len-nzo ffAyol. — Folleto en q u e su autor ex-
h u m a n o q u e caracterizan ¡il ilustre a u t o r de Z « plica por ([ué se ha aficionado a! partido que
fióre (for, de La Papaüoiia y de tantas otras jo- acaudilla D . Francisco Romero Robledo, que
y a s literarias. E l libro, ilustrado con el retrato según él s e sintetiza en las palabras: Patria, L i -
del autor y con varios dibujos de Torres Garcfa, berlad y Democracia, y del cual espera la rege-
esiií elegantemente impreso y se vende á tres neración de nuestra patria. H a sido impreso en
reales. .Madrid cu la I m p r e n t a Espaflola.

Laa c a s a s e x t r a n j e r a s q u e deaoBii a n u n c i a r s e en LA, I L U S T R A O I Ó N A R T Í S T I C A .diríjanse p a r a informes á los Sres. A. L o r e t t e , B u e C a u m a r t i n


niim. e l , Paría.—Las e a s a e e s p a ñ o l a s p u e d e n dirigirse á D. Claudio Rialp, P a s e o d e Gracia, 9 6 , BEircelona

A ' R A B E DE D/E N T I G I O N
, FACIUTA .SAUDADELOSDlEIfTES PREVIENE D HACE DESAPARECERij
JaltP" lili lllllli lillllll lllllllll llllllllll ' * r ^ f ^ Vft F a n h Raint-ÜBnlfi [ f J I IlÜlSSUFRIMIEIlTQSy todas los ACCIDEHIES deis PñlMtííADEKTKIÚIL^
ELPAP£L OLOS CIGARROS DE fíL" BARRAL
disipan casi I N S T A N T Á N E A M E N T E los A c c e s o s . ' E t í J f l S E EL S E U O OFIGÍAL DEL GOBIERNO FRANCÉS M-
AW,'at. ifli fai, r « - ^ '
DE A S M A Y T O D A S L A S SUFOCACIONES. rULliñHzñE^^^i aELD?DELABARRE

^jS.R^n^2Í\^ ^^STi^
- I.AIT ASTKl'IIKUOUB

' Proveedor •26 Diplomas " -- • XAL LECHE ANTEFELICA'


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de Honor.
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aiMcdáilaal-.TrVí-U PECAS. LENTEJAS, TLZ ASOLEADA
A ,3MIPULLIP03, TEZ UAltHOBA
d e O r o • •'••^-•^•¡'^^ OV*í^ AHHUGAS PllECOOEB .c? ^ *
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