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Frida Marcela Heras

26 de mayo de 2018

“Esa persistente equis de los destinos, estrella de los


rumbos, cruce de los caminos, que tiende su masa
oblicua por los contrarios puntos y alarga sendos brazos
para enlazarlos juntos.”
Alfonso Reyes

I. Delimitación del tema

La crueldad en la violencia generada por el crimen organizado en Ciudad


Juárez en la contemporaneidad.

II. Pregunta de investigación

¿Cómo pensar una transvaloración de la crueldad a partir de la violencia


generada por el crimen organizado en Ciudad Juárez como espacio fronterizo?

III. Estado de la cuestión

Ciudad Juárez, en boca de todos, en oídos de todos. Los medios de


comunicación han sido, sin duda, los promotores de una imagen sobre esta
ciudad fronteriza, una imagen de pérdida y barbarie para el ojo ajeno, una
imagen de vulnerabilidad y paranoia para el ojo habitante. Medios de
comunicación que se han vuelto la aguja con la que se tejen no sólo las
perspectivas, opiniones y reacciones, sino, el propio tejido social (o lo que
queda de éste). Estadísticas, cifras, récords de homicidios… Números es lo
que ofrece la prensa, de la mano con juicios de valor y condenas apresuradas,
cada nota atravesada por su respectiva alerta apocalíptica. Títulos como ‘En 27
horas, ¡25 ejecutados!’, ‘La morgue, saturada’, ‘Contabilizan 220 homicidios en
diciembre; ayer matan a ocho’, ‘Exterminan a drogadictos’, ‘La mano de
Satanás nos ha hostigado’, ‘Se convierte Juárez en una ciudad fallida’, parecen
favorecer el montaje del miedo y constituyen una pieza más en la maquinaria
del Estado punitivo contemporáneo. La borradura de los sujetos como sujetos
activos con historia(s) parece ser el paisaje recurrente de la multiplicidad de
noticias y artículos que existen sobre Ciudad Juárez.

En su libro Capitalismo Gore, Sayak Valencia analiza el surgimiento en


territorio tijuanense de nuevas identidades, sujetos endriagos, a partir de la
reinterpretación del vínculo entre el crimen y el capitalismo. Sayak se pregunta
a qué grado las necroprácticas, a través de la ejecución, espectacularización y
comercialización de la violencia, transfiguran los vínculos y las formas de vivir y
vuelven al crimen “una respuesta ‘racional’ a un entorno socioeconómico
totalmente anómalo”. El planteamiento de Sayak al respecto del
necroempoderamiento como “procesos que transforman contextos de
vulnerabilidad en posibilidad de acción y autopoder, pero que reconfiguran
desde prácticas distópicas y autoafirmación perversa lograda por medio de
prácticas violentas”, me parece sumamente pertinente. Al introducir este
concepto, parece darle cabida a la creación a partir de la destrucción, a la vida
a través de la muerte, sin embargo, a pesar del valor que pretende darle a esta
forma alternativa de subsistir, la connotación ‘negativa’, moralista, de
conceptos como violencia, poder, crueldad no deja de hacerse presente. Hay
culpas y, para Sayak, todas le competen al sistema capitalista, gore. ¿Hay
cabida para la culpabilización cuando hablamos de violencia y crueldad? Es
posible pensar la responsabilidad, pero, ¿culpa? Inclusive, al introducir la
culpa, estos sujetos endriagos y los receptores de su violencia parecen
victimizados por Sayak; si hay un necroempoderamiento pero desde la
pasividad, desde un lugar de determinación, inevitabilidad e inmovilidad, un “no
hay de otra”. Mi trabajo buscaría ir más allá de la lógica económica, más allá
de lo inevitable; pretendería generar interrogantes que desestabilicen lo ya
pensado sobre la crueldad y abran paso a lo por pensar.

Por otro lado, Inocencio Reyes, en su texto digital Ciudad Juárez: en la orilla
del silencio, plantea un análisis trágico, un pensar esa ciudad norteña y
fronteriza desde el horror, lo extremo, lo inevitable y lo indeleble. Asegura que
lo mortífero de la ciudad se debe a la “debilidad del poder civil y la fragilidad del
valor ciudadano”. Según Inocencio, Ciudad Juárez experimentaba (texto escrito
en el 2010) la muerte del ímpetu, tanto político y social como religioso y moral.
¿La guerra, la exacerbación de la violencia, la lucha territorial y de poder(es),
son evitables mediante un ímpetu ciudadano? A su vez, habla de la
indiferenciación e indiferencia producidas por la delincuencia organizada, una
igualación, una borradura de rostros, nombres e historias mediante el miedo y
la sangre. Esto me parece de suma importancia; una igualación que
reconfigura el vínculo social. La identidad se busca, encuentra y forma a partir
del otro. Este miedo, este riesgo, provoca la recomposición de la sociabilidad.
Cercanía y alejamiento. Mirar y ser mirado. O no… Inocencio equipara el
vínculo social con una cultura moralista, mismos que parecerían ser la
salvación para la ciudad: “La familia y el grupo social son garantías de dignidad
frente al estado y ante el desmesurado poder de la violencia criminal.” ¿Qué
pasa cuando es la familia, cuando son los grupos sociales, los que ejecutan y
coparticipan en esta violencia? ¿Qué pasa con la crueldad que se gesta ahí?

Ciudad abatida: Antropología de la(s) fatalidad(es), un libro escrito sobre y


desde Ciudad Juárez, analiza la irrupción de la violencia en esta ciudad
fronteriza, considerándola como una violencia sistémica tan ubicua y
aparentemente ineludible que se presenta como una fatalidad colonizadora.
Los autores, a través de análisis, entrevistas y etnografías pretenden buscar la
vida en la muerte constante dándole un lugar a la voz de una ciudad
resguardada y autocensurada, desenmascarando el rostro de una población
que se ha convertido en sólo-mirada, mirada del sufrimiento ajeno, pasividad
en la espera de la probable propia muerte. Se analizan los cruces entre
diversas formas de vivir, presenciar o enfrentar la violencia, desde el
posicionamiento de indefensión ante una nube de desgracia apabullante, el
autoexilio y el atrincheramiento, hasta la protesta y exigencia. Algo primordial
del texto es que asume un posicionamiento de rechazo a miradas
epidemiológicas y deterministas, a perspectivas que colocan a los sujetos
como datos y a la idea de una simple “normalidad interrumpida”. En este texto
es posible leer la esperanza, el anhelo de que sea posible subvertir los
discursos de inevitabilidad, desconfianza del otro y de indefensión ante el
Estado penal, propulsor de paralegalidades violentas; los autores buscan
alentar a la gente habitante a que, por medio de su protesta y acción,
conserven la memoria y generen discursos que pongan un alto, que fomenten
la resistencia para así contrarrestar la fatalidad. Pasar de la socialidad del
resguardo a la socialidad del reconocimiento, desterrando la dominación
institucional que se legitima como protectora mediante la construcción de
enemigos, estrategias de “mano dura” y el encierro voluntario de la población.
El texto no lo plantea así, pero esta socialidad del reconocimiento, ¿podría
reconocer(se) en estos escenarios de crueldad y violencia? ¿Cómo hacer de la
socialidad del reconocimiento procesos de encuentro e intercambio más allá
del reconocimiento de un otro y, más bien, un reconocimiento del propio lugar
ante el otro?

IV. Justificación

¿Cómo ver la crueldad particular de la violencia ejercida y provocada por el


crimen organizado sin los lentes moralistas? Es difícil, casi imposible, la
búsqueda de textos o medios que pretendan analizar la crueldad que irradia un
espacio fronterizo fuera de esta óptica. Se ha obviado este concepto al hablar
de frontera, al hablar de crimen, al hablar de Ciudad Juárez. Discursos
fronterizos, discursos sobre la frontera fuera de ella y dentro de una (o de la)
moral. Ciudad Juárez, frontera geográfica y discursiva por excelencia, con sus
matices singulares, identidad(es), historia en proceso escritural y su forma
distintiva de derramar sangre(s) y cuerpos, acallar ciertas voces y permitir
ciertos gritos, tanto en agua como en arena, parece reclamar una
transformación. (O seré yo, hija del desierto, el borde y el río, quien pretende
una mirada distinta, aun cuando sólo sea discursiva). Ciudad Juárez, territorio
sumamente mediatizado y criminalizado, en donde, sin duda, la exacerbada
violencia de los últimos años ejercida por el crimen organizado y el Estado han
contribuido a su fama. 13,633 homicidios de 2006 a 2016 vuelven a esta
ciudad un interrogativo; la frontera como distintivo de una crueldad que nos
atañe a todos. ¿Qué pasa ahí? ¿De qué maneras singulares se manifiesta y
vive la crueldad en este espacio fronterizo? Crueldad, imperativo no sólo
fronterizo, no sólo criminal, sino humano, que, sin embargo, se hace presente
explícita y brutalmente en dicho territorio. Este trabajo pretende descolocar a la
crueldad como bestial y ajena y recolocarla como inextricable del vínculo, como
espejo del ser, fuera de toda crítica moralista, a partir del caso específico de la
violencia presenciada y ejercida en Ciudad Juárez.

V. Objetivo
a. General

Reivindicar la crueldad, pensada como ejercicio y como respuesta,


repensándola transvalorativamente, con el hipotético propósito de
territorializarla*, desde otro lugar, dentro de un espacio
desterritorializado como Ciudad Juárez.

*Por territorialización entiendo la producción de territorios, “de geografías


que vinculan cuerpos, hábitos, conceptos, haciendo plausibles sus
relaciones, que crean cercanías y alejamientos y permiten recorridos con
sentido(s).” (Arte y Territorio, 2011)

b. Particular(es)

Definir conceptos de violencia, crueldad, crimen organizado y


transvaloración.

Reconfigurar Ciudad Juárez, abrirle un espacio distinto, en un plano


escritural, a través de la descripción, la narración, el análisis y el
cuestionamiento.

Analizar el impacto de la crueldad tanto en el territorio como en la


población y sus procesos de vinculación.

Reposicionar la crueldad ejercida no sólo por el “criminal” sino, a su vez,


por el receptor (¿coparticipe?, ¿demandante?) de su violencia.
Analizar el lugar que ocupan y el rol que juegan los actores de la
violencia, dando lugar al reconocimiento del propio (tanto de la escritora
de este trabajo como de los posibles lectores). Diferenciar entre culpa y
responsabilidad.

VI. Planteamiento del problema


a. Pregunta general

¿Cómo pensar una transvaloración de la crueldad a partir de la violencia


generada por el crimen organizado en Ciudad Juárez como espacio
fronterizo?

b. Preguntas secundarias

¿Qué se entiende por violencia, crimen organizado y transvaloración?


¿Cómo ha sido entendida la crueldad, cómo se entiende ahora y cómo
podría llegar a entenderse?

¿De qué manera(s) la conceptualización, colonización y proliferación del


crimen organizado en Ciudad Juárez ha impactado al territorio, sus
habitantes y sus modos de vinculación?

¿De qué manera(s) la exacerbación de lo cruel mediante la violencia


implícita y (sumamente) explícita han desestructurado y reestructurado
las lógicas de vida y muerte, de lazo, red e identidad?

¿Cómo influye la condición de frontera en la relación Estado-crimen


organizado-población y en el ejercicio de la crueldad de los mismos?

¿Qué papel juega la población permanente y temporal, tanto aquellos


con nombre como aquellos huérfanos e innombrados, ante y desde lo
cruel?

¿Hay una violencia y una crueldad permitidas? ¿Para quiénes están


permitidas y para quiénes prohibidas y porqué?
¿Hay cabida para la culpabilización al hablar de violencia y crueldad?

c. Hipótesis de trabajo

Hay crueldad en el ejercicio del poder del crimen organizado, el cual, por
definición, es violento. Hay crueldad en el posicionamiento de los
sujetos “independientes” al crimen organizado ante y desde esta
violencia, es cruel el lugar que toman los sujetos frente a otros, hay
crueldad en su mirada, en su exigencia, negativa y evitación de ser
mirados (retomando conceptos como socialidad de resguardo,
seguritización, entre otros). Hay crueldad en las llamadas víctimas. La
frontera es cruel. Hay crueldad en el juego recíproco entre Estado,
crimen organizado y población fronteriza. Es posible transvalorarla,
brindarle otra mirada y analizar las dinámicas de crueldad de cada actor
involucrado, ya sea voluntariamente o no.

VII. Marco Teórico


VIII. Índice
~ Consideraciones conceptuales
~ Ejercicio del poder
- Estado, crimen organizado, población (juegos y dinámicas entre
ellos)
- Necropolítica (¿?) y colonización
~ Violencia y crueldad
- Permitida (como transgresión o ley) o prohibida
- Cómo sostén, defensa y supervivencia
- Cómo lazo social
~ Ciudad Juárez: territorio de límite, desierto y transgresión
- Condición fronteriza
- Violencia particular (recorrido histórico, quizá)
- Estado: estrategias (ej. Operativo Conjunto Chihuahua-CDJ)
- Discursos mediáticos: espectáculo, entretenimiento, distracción,
miedo.
- Habitantes permanentes y temporales (de paso)
- La voz: toma de la palabra
~ Devenir del sujeto cruel
- Culpa y responsabilidad (diferencia)
- La crueldad como propia, reconocimiento

IX. Referencias bibliográficas

Gómez, A., Herrera, A. & Monterrey, P. (2011, mayo). Desterritorializar. Arte y


Territorio: ¿de qué hablamos cuando hablamos de arte, territorio y paisaje?
Recuperado de: http://arteyterritorio.blogspot.mx/2011/05/desterritorializar.html

INEGI
http://www.inegi.org.mx/sistemas/olap/proyectos/bd/continuas/mortalidad/
defuncioneshom.asp?s=est

Reyes, I. (2010, 31 de octubre). Ciudad Juárez: En la orilla del silencio. Letras


Libres. Recuperado de: http://www.letraslibres.com/mexico/ciudad-juarez-en-la-
orilla-del-silencio

Salazar, S. & Curiel, M. M. (2012). Ciudad abatida. Antropología de la(s)


fatalidad(es). México: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Valencia, S. (2010). Capitalismo gore. España: Editorial Melusina

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