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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO

UTESA,
CEDE MOCA

ASIGNATURA:

HISTORIA DEL DERECHO

TEMA:

EL DERECHO CASTELLANO

PRESENTADO POR:
GALAXIS CRISTHAMBAR HICIANO DIFO
Matrícula 1201186

PRESENTADO A:

Félix Ramón Colón Bejarán

Moca, República Dominicana


INTRODUCCIÓN

A continuación, el trabajo a presentar trata algunos temas de interés que son


plenamente históricos y representan acontecimientos importantes como es las
civilizaciones que se formaron en aquella época, la colonización de América,
entre otros tantos temas considerados de arraigo en la sociedad.

Dentro de los temas tratados además esta la España boba y los cuatros
periodos, como fluyeron los españoles para la conquista de América y cuales
fueron sus causas y consecuencias.

De esta manera esta investigación ilustra y ayuda a recordar como sucedieron


algunos acontecimientos históricos que marcaron la humanidad y sirvieron de
referente para enriquecer los hechos y llenar de conocimientos a estudiantes,
estudiosos de la historias y el publico en general.
1. El Derecho Castellano y el Derecho en la sociedad Taína.

El derecho castellano proviene de lineamientos del derecho romano en la Edad


Media. Esas disposiciones se adecuaron al reino de Castilla. Podemos decir que
a partir del legado del Papa Alfonso XI se considera un lineamiento jurídico
castellano en los territorios del reino español. Fue así como las conquistas de las
Indias se incorporaron al sistema político y

jurídico de Castilla. dentro del derecho castellano, nacieron una variedad de


derechos que se

crearon a lo largo de la Reconquista (expulsión de los moros de España).Una de


las fuentes del derecho castellano fue el Ordenamiento de Alcalá con el que se
intentó ordenar las decisiones de los reyes castellanos en la aplicación de los
diferentes derechos que coexistieron en aquellos años.

El derecho castellano a fines del siglo XV (siglo de los descubrimientos


geográficos por arte de los europeos) estaba constituido por un conglomerado
de ordenamientos que distinta procedencia para su debida aplicación, para la
cual primeramente había que seguir el orden de prelación que se encontraba
establecida en el Ordenamiento de Alcalá.

Se puede decir que el derecho castellano proviene del derecho taino, ya que,
incluye la costumbre indígena, las Bulas pontificias, las Capitulaciones entre la
Corona y los descubridores y colonos, y la costumbre criolla.

El principal conflicto de estos dos derechos fue, que el Derecho taino buscaba
defender a los tainos de los abusos de los españoles, mientras que el Derecho
castellano, se basaba en explotar a los residentes de las islas que conquistaban.

Es particularmente interesante que el Derecho de Indias se creó en América para


los indios y para los territorios indígenas. Y tal vez fue gracias a sus novedosas
normas, inspiradas por defensores de la dignidad de los aborígenes, que fue
posible imponer ciertos límites a la barbarie del conquistador y encomendero
español.
2. La conquista y la colonización de América: Determinar qué clase de
derecho fue implantado al momento del descubrimiento.

Tal fue el Derecho internacional de Francisco de Vitoria, y tal fue la doctrina de


la escuela moderna de Derecho internacional, por él fundada. Su sistema
únicamente en parte hubo de ser aceptado en la época en que Vitoria vivía.

3. Sus Causas y Consecuencias. Analizar la aplicación de la justicia y


la economía en la América Colonial. El Derecho Colonial
Dominicano.

La llegada del navegante Cristóbal Colón y sus acompañantes a la Isla de Santo


Domingo el 5 de diciembre de 1492 tuvo un impacto negativo muy profundo en
el uso y conservación de los recursos naturales, el medio ambiente y los
acuíferos encontrados, debido a la depredación incesante del entorno y a la
explotación inmisericorde de sus habitantes originarios desarrollada por ellos.

Al llegar a estas tierras Colón quedó maravillado con la belleza de la Isla, su


exuberante vegetación, sus múltiples cuencas hidrográficas y la forma natural en
que vivía su gente, lo que le lleva a definirla como una especie de paraíso terrenal
en su carta del 15 de febrero de 1493 al tesorero de la Reina Isabel I de Castilla,
el judío cristianizado Luis de Santangel ( ), quien había aportado un millón de
maravedíes al Proyecto del Almirante en su Primer Viaje:

“La Española es maravilla: las sierras y las montañas, las vegas y las campiñas
y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganado
de todas las suertes y para edificar villas y lugares. Los puertos de la mar, aquí
no habría creencia sin vista, y de los ríos muchos y grandes y buenas aguas, los
más de los cuales traen oro. En los árboles y frutos y yerbas hay grandes
diferencias de aquellos de la de Juana (Cuba, JC): en esta hay muchas especias
y grandes minas de oro y de otros metales. La gente de esta isla y de todas las
otras que he hallado, habido o no haya habido noticias, andan todos desnudos,
hombres y mujeres, así como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se
cobijan un solo lugar con una hoja de yerba o una cosa de algodón para que ello
hacen”.

De igual modo, en carta enviada al Cabildo de Sevilla a finales de 1493 por el


Doctor Diego Álvarez Chanca( ) -quien fue enviado por los Reyes Católicos a
acompañar a Cristóbal Colón-, da un panorama extenso del medio ambiente y
los recursos naturales que había en la Isla de La Española por aquella época:

“Desde que llegamos a esta Española, por el comienzo de ella era tierra baja y
muy llana, del conocimiento de la cual estaban todos dudosos si fuese la que es,
porque aquella parte ni el Almirante ni los otros que con él vinieron habían visto,
y aquella como es grande es nombrada por provincias, y a esta parte que primero
llegamos llaman Haytí, y luego a la otra provincia junta con ésta llaman Xamaná,
y a la otra Bohío, en la cual ahora estamos; así hay en ellas muchas provincias
porque es gran cosa, porque según afirman lo que la han visto por la costa de
largo, dicen que habrá 200 leguas: a mí me parece que a lo menos habrá 150;
del ancho de ella hasta ahora no se sabe; allá ha ido hace cuarenta días a
rodearla una carabela, la cual no ha venido hasta hoy.

Es tierra muy singular, donde hay infinitos ríos grandes y sierras grandes y valles
grandes rasos, grandes montañas: supongo que nunca se secan las yerbas todo
el año. No creo que hay invierno ninguno en ésta ni en las otras, porque por
Navidad se hallan muchos nidos de ave, de ellas con pájaros y de ellas con
huevos. En ella ni en las otras nunca se ha visto animal de cuatro pies, salvo
algunos perros de todos colores, como en nuestra patria, la hechura como unos
bosques grandes; animales salvajes no hay. Asimismo, hay un animal de color
de conejo y de su pelo( ), el tamaño de un conejo nuevo, el rabo largo, los pies
y manos como un ratón, suben por los árboles, muchos los han comido y dicen
que es muy bueno de comer; hay muchas culebras, aunque no son grandes;
lagartos, aunque no muchos, porque los indios hacen tantas fiestas con ellos
como haríamos allá con los faisanes; son del tamaño de los de allá, salvo que
en la hechura son diferentes, aunque en una isleta pequeña, que está junto con
el puerto que llaman Monte Cristi, donde estuvimos muchos días, vieron muchos
un lagarto y muy grande que decían que sería de la gordura de un becerro( ), y
es tan correcto como una lanza, y muchas veces salieron a matarlo y con la
mucha espesura se metían en la mar, de manera que no se pudo atrapar. Hay
en esta isla y en las otras infinitas aves de las de nuestra patria y otras muchas
que allá nunca se vieron: de las aves domésticas nunca se ha visto acá ninguna,
salvo en la Zuruquia había en las casas unos patos, los más de ellos blancos
como las nieves y algunos de ellos negros, muy lindos, con cretas rasas,
mayores que los de allá, pero menores que los gansos.

Por las costas de esta isla corrimos al pie de 100 leguas, porque hasta donde el
Almirante había dejado la gente, habría en este compás, que será en el centro o
mitad de la isla. Andando por la provincia de la llamada Xamaná parados
echamos en tierra uno de los indios que el otro viaje había llevado vestidos y con
algunas cosillas que el Almirante le había mandado dar…Salieron a la barca en
llegando a tierra muchos indios, de los cuales algunos traían oro al cuello y a las
orejas; querían venir con los cristianos a los navíos y no los quisieron traer,
porque no llevaban licencia del Almirante; los cuales desde que vieron que no
los querían traer se metieron dos de ellos en una canoa pequeña y se vinieron a
una carabela de las que se habían acercado a tierra, en la cual los recibieron con
su amor, trajéronlos a la nave del Almirante y dijeron, mediante un intérprete,
que un rey fulano( ) los enviaba a saber qué gente éramos, y a rogar que
quisiéramos llegar a tierra porque tenían mucho oro y le darían de ello y de lo
que tenían de comer: el Almirante les mandó dar sendas camisas y sombreros y
otras cosillas, y les dijo que porque iba a donde estaba Guacanagarix no se
podría detener, que otro tiempo habría que le pudiese ver y con él se fueron”.

“La Isla Española tiene de longitud, desde la Punta de Higüey hasta el cabo del
Tiburón, más de cientos cincuenta leguas, y de latitud, desde la costa o playa de
Navidad, que es al norte, hasta el cabo de Lobos, que es de la banda del sur,
cincuenta leguas. Está la propia ciudad en diez y nueve grados a la parte del
mediodía. Hay en esta muy hermosos ríos y fuentes, y algunos de ellos muy
caudalosos, así como el del Ozama, que es el que entra en la mar, en la ciudad
de Santo Domingo; y otro, que se llama Reiva ( ), que pasa cerca de la villa de
San Juan de la Maguana, y otro que se dice Batibónico ( ), y otro que se dice
Bayna ( ), y otro Nizao, y otros menores, que no quiero expresar. Hay en esta
isla un lago que comienza a dos leguas de la mar, cerca de la villa de la Yaguana,
que dura quince leguas o más hacia el Oriente, y en algunas partes es ancho,
una, y dos, y tres leguas, y en las otras partes todas es más angosto mucho, y
es salado la mayor parte de él, y en algunas es dulce, en especial donde entran
en él algunos ríos y afluentes. Pero la verdad es que es ojo de mar, la cual está
muy cerca de él, y hay muchos pescados de diversas maneras en el dicho lago,
en especial grandes tiburones, que de la mar entran en él por debajo de tierra, o
por aquel lugar o partes que por debajo de ella la mar espira y procrea el dicho
lago, y esto es la mayor opinión de los que el dicho lago han visto. Aquella Isla
fue muy poblada de indios, y hubo en ella dos reyes grandes, que fueron
Caonabo y Guarionex, y después sucedió en el señorío Anacaona. Pero porque
tampoco quiero decir la manera de la conquista, ni la causa de haberse apocado
los indios, por no detenerme ni decir lo que larga y verdaderamente tengo en otra
parte escrito, y porque no es esto de lo que he de tratar, sino de otras
particularidades de que vuestra majestad ( ) no debe tener tanta noticia, o se le
pueden haber olvidado, resolviéndome en lo que de aquella isla aquí pensé decir,
digo que los indios que al presente hay son pocos, y los cristianos no son tantos
cuantos debería haber, por causa de que muchos de los que en aquella isla
había se han pasado a las otras islas y Tierra Firme…”.

Esa situación comenzó a cambiar en el momento mismo en que los españoles


iniciaron el proceso de conquista, sojuzgamiento, colonización y explotación de
los habitantes nativos y de los recursos naturales que había en la isla, rompiendo
así el equilibrio existente entre la biodiversidad natural y el ser humano.

Ya para el 12 de diciembre de 1492, el Almirante había llegado a la parte norte


de la Isla, a lo que hoy se llama Cabo Haitiano, bautizado por él como Cabo de
La Concepción, donde estaba ubicado el asiento del cacique Guacanagarix del
cacicazgo de Marién. Allí toma posesión de forma solemne de la Isla y la
denomina con el nombre de La Española.

El propósito principal del viaje de Colón era la obtención de oro, razón por la cual
envió varias comisiones a explorar el entorno para adquirir informaciones que le
condujeran a los lugares donde se pudiese encontrar el preciado metal. Sus
primeras indagatorias en la parte Noroccidental fueron infructuosas, ya que lo
obtenido fue insignificante con respecto a sus expectativas.

El 25 de diciembre Colón construye el Fuerte de La Navidad, tras estrellarse su


nave Santa María contra un arrecife coralino en el Cabo, lo que le obliga a dejar
39 de sus hombres para que continuaran las exploraciones mientras volvía a
España a informar de sus hallazgos a los Reyes Católicos. Antes de partir tomó
muestras de todo lo encontrado para impresionar a los monarcas, logrando
enteramente su objetivo.

En 1493 regresa con más 1,500 hombres, todo tipo de animales domésticos,
plántulas y semillas de frutos que se cultivaban en España y en las Islas
Canarias. Al llegar al Fuerte de La Navidad, encontró que el mismo había sido
destruido y quemado por los aborígenes del cacique Caonabo y que todos sus
compañeros habían sido aniquilados.

Al encontrar este panorama desolador y comprobar que Guacanagarix no tenía


responsabilidad en el hecho, decide avanzar hacia el Este de la Isla y en la
desembocadura del río Bajabonico estableció la primera ciudad europea en
América, designándola bajo el nombre de La Isabela, garantizando así la
seguridad del oro que le habían informado existía en el Cibao (que Colón creía
se trataba de Cipango, hoy Japón).

La obsesión de Colón con el oro era tal que llegó a afirmar: “Con él se hace
tesoro y quien lo tiene hace cuanto quiera en el mundo y llega a echar hasta las
ánimas del Paraíso”. Con el propósito de verificar las informaciones que tenía de
que el Cibao había mucho oro, envió a los misioneros Alonso de Ojeda y Ginés
Gorvalán. Estos regresaron con la noticia de que los ríos por los cuales pasaron,
corría el oro en abundancia.

El 14 de marzo de 1494, Colón partió con sus hombres hacia el Cibao, pasando
por Santiago de los Caballeros y llegando hasta el valle que bautizó con el
nombre del Valle de la Vega Real, al cual comparó con el “Paraíso Terrenal”, por
su inmensa belleza y su agradable clima.

Colón llegó hasta las márgenes del río Yaque del Norte y su afluente el río Bao,
así como por los ríos Yuna, Camú y otros no menos importantes, cuyos cauces
arrastraban en sus arenas abundante oro. Estos ríos estaban rodeados de
bosques y abundante madera preciosa en condiciones vírgenes.

A partir de ese momento los conquistadores ponen en práctica múltiples


sistemas socio-económicos que privilegiaban el lucro, al margen de toda
consideración humana o ética, que protegieron con la instalación de diferentes
fuertes militares: Santo Tomás, La Concepción, La Esperanza, Santo Domingo,
Torre del Homenaje, Torre de Haina, San Felipe, Samaná, San Luis y otros.

La primera medida implantada por los Reyes Católicos en la isla La Española, a


través del Almirante Cristóbal Colón, fue obligar a los indígenas a pagar tributos
en oro, incluyendo a menores de catorce años. Así los aborígenes quedaron
adscritos al lavado de oro y las excavaciones mineras. El sistema de tributación
impuesto por la corona española a los nativos consistía en obligar a todo
aborigen de catorce años en adelante a pagar trimestralmente un cascabel de
oro en oro molido o pepitas de oro, si vivían en las zonas auríferas del Cibao o
en las inmediaciones de Haina, o una arroba de algodón, equivalente a 25 libras,
a los demás.

Hacia el año 1496 el adelantado Bartolomé Colón fundó la ciudad Nueva Isabela,
que luego pasaría a denominarse Santo Domingo, al ser traslada en 1502 por el
comendador Nicolás de Ovando de la margen oriental a la margen occidental del
río Ozama, tras ser destruida por un violento huracán, muy próximo a las minas
de Haina. De este modo se iniciaban en la Isla de La Española las llamadas
factorías colombinas.

El sistema de repartimientos de indios entre los españoles y el sistema de


encomiendas fueron puestos en práctica como resultado de la rebelión del
Alcalde Mayor de la Isabela, Francisco Roldán, por disposición del almirante
Cristóbal Colón en el año 1498 y por Nicolás de Ovando el 20 de diciembre de
1503, con la anuencia de la corona española, quien le dio legitimidad a través de
las Leyes de Burgos, firmadas por el rey Fernando II el 27 de diciembre de 1512
en la ciudad de Burgos, tras el pronunciamiento del Sermón de Adviento del 21
de diciembre de 1511 por parte de Fray Antón de Montesinos.. Estos sistemas
contribuyeron al genocidio o etnocidio de los pobladores originarios de la Isla en
poco menos de 50 años, si se parte del dato de que en promedio se estima que
la población nativa era de alrededor de 300 mil personas a la llegada de los
conquistadores españoles a estas tierras en 1492 y tan sólo quedaban alrededor
de 500 en 1548, al someterlos a trabajos intensivos en la búsqueda del oro y en
los sistemas de producción agrícola.
Alrededor de la ciudad de Santo Domingo crecieron a partir de 1520 los cultivos
de caña de azúcar, base de la nueva economía una vez agotadas las minas de
oro. Impulsadas las obras por el presidente de la Real Audiencia, Alonso de
Fuenmayor, y por el oidor Zorita, este último construyó el fuerte de San Fernando
para vigilar el acceso desde el río.

El sistema de plantaciones aplicado por los españoles a partir de la segunda


década del siglo XVI jugó un papel sumamente dinámico en la incorporación de
las tecnologías altamente desarrolladas de la época al cultivo, explotación,
acarreo y procesamiento industrial de la caña de azúcar a través de los trapiches
y los ingenios azucareros. De igual manera sirvió como eje para la utilización de
la mano de obra esclava tanto para las labores agrícolas rudimentarias y semi
especializadas de la industria azucarera. A partir de ese momento comienza en
gran escala el proceso de contaminación de las fuentes acuíferas rurales y
urbanas y del entorno ambiental, al tiempo que se crean mecanismos de
sojuzgamiento y explotación humana cada vez más crueles e irracionales.

4. Influencias del segundo periodo español en el derecho dominicano:


Conocer los diferentes procesos y períodos de la segunda etapa de
la intervención española y sus diversas consecuencias jurídicas.
La Era de Francia concluyó en 1809 cuando Juan Sánchez Ramírez,
apoyado por las milicias de Puerto Rico y una escuadra inglesa, se levantó
en contra del régimen galo y devolvió a España la colonia de Santo
Domingo, episodio que se denomina "La Reconquista de España".
Sánchez Ramírez era un rico hacendado, con él triunfa el latifundismo
como estructura económica y social, y el conservadorismo y el
tradicionalismo como ideología. Su victoria fue la vuelta a la dominación
colonial precisamente en los momentos en que se inicia la lucha
emancipadora de varios países hispanoamericanos. A este segundo
período del régimen espai1ol se le llama "Espaf'1a Boba" y cubre los años
de 1809 hasta el 1821. Se subdivide en 1809-12; 1812-14; 1814-20; y
1820-21. En el primero y en el tercero se restablecieron las antiguas leyes
e instituciones y en el segundo y el cuarto estuvieron en vigencia bs leyes
e instituciones liberales de la Constitución de Cádiz. 22 Conforme al texto
gaditano se estableció un régimen judicial para las provincias
peninsulares y otro para las de ultramar. Para las primeras se creó un
Tribunal Supremo, audiencias provinciales como Corte de Apelación,
Jueces de Letras para las Primeras Instancias y alcaldes municipales para
asuntos de menor cuantía o de simple policía. las segundas no tenían
recursos ante el Tribunal Supremo, las decisiones de las Audiencias en
apelación sólo podrían ser objeto de un recurso de "nulidad" ante la más
cercana. Los grados ordinarios en materia civil eran la Primera Instancia
ante el Juez de Letras, la Apelación ante la Real Audiencia y el recurso
de nulidad ante la Audiencia más próxima. En materia penal sólo hubo
dos grados: la Primera Instancia ante el Juez de Letras y la apelación ante
la Real Audiencia (14). Un limitante del liberalismo del texto de Cádiz, en
lo que se refiere a la di visión de los poderes, es que el rey -que tenía el
Poder Ejecutivo-sería el que designaría a los jueces, con lo que se
mantiene una vieja tradición propia del absolutismo monárquico. -El
9/X/1812 las Cortes dictaron una Ley de Organización Judicial para todo
el reino, por la que se restructuró la justicia en Santo Domingo en el marco
de la referida Carta Magna. La España Boba concluyó en 1821 cuando el
Lic. José Nú11ez de Cáceres, segw1do hombre en el mando, dio un golpe
incruento y emancipó al país de España. Fracasó en su intento de integrar
el Estado Independiente de la Parte Espai1ola de Haití -como denominó
a su proyecto político-a la Gran Colombia. Durante los dos meses y medio
que duró su régimen mantuvo las Leyes de Indias y las instituciones
políticas y judiciales hispanas.

5. La España Boba. Los cuatros Períodos.

La España Boba fue un período de la historia de la República Dominicana.


La guerra de Independencia en la que se encontraba sumida España y el hecho
de que los Virreinatos más ricos estuviesen en proceso de independencia eran
la causa de que, por parte de las autoridades peninsulares, hubiese un escaso
interés hacia la Capitanía General de Santo Domingo en el periodo comprendido
entre 1809 y 1821. A esto se ha de sumar el hecho de que Santo Domingo había
agotado las riquezas que llamaban la atención en España. La poca atención de
las autoridades españolas hizo que este periodo fuera conocido popularmente
como la «España Boba» por su inoperancia e incompetencia.

Ocupación francesa

El periodo de ocupación francesa en Santo Domingo no generó grandes críticas.


Este fue un periodo de gran bonanza económica, donde el gobernador de la isla,
el general Jean-Louis Ferrand, se cuidó de no dañar el orgullo hispánico,
acatando el decreto napoleónico de 1803. En el mismo ordenaba respetar los
usos y costumbres españolas y sus organismos jurídicos. Esta armonía fue
quebrada cuando Ferrand prohibió el trato comercial con los haitianos,
especialmente ganado y madera.

Batalla de Palo Hincado

La situación se tornó más compleja cuando, a principio de 1808, los franceses


invadieron España. Los partidarios de España se organizaron rápidamente,
retornando algunos del exilio, especialmente de la colonia española de Puerto
Rico. El gobernador Ferrand, conocedor de su superioridad en armas de fuego
precipitó un gran contingente, decidido a terminar de un solo golpe con la
conspiración. Los criollos, conocedores de su inferioridad bélica, concentraron a
sus pocos fusileros en las alturas o en la retaguardia del enemigo y con el resto
de las tropas forzaron un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Las tropas francesas
fueron prácticamente aniquiladas y su comandante ordenó la retirada hacia
Santo Domingo. Poco después, libre de la persecución de los criollos hispánicos,
Ferrand se quita la vida de un balazo. Este hecho se conoce como la batalla de
Palo Hincado y se libró el 7 de noviembre de 1808.

Reconquista

El líder de la revuelta, Juan Sánchez Ramírez, se convirtió en el nuevo


gobernador de Santo Domingo en 1809, iniciando una era conocida en la
historiografía dominicana como la España Boba. Dicho periodo culminó el 1 de
diciembre de 1821, con la Independencia efímera de José Núñez de Cáceres.
La economía en la parte oriental sufrió un serio revés. Apenas se producía para
subsistir, no había suficiente circulante, además, España estaba más interesada
en sus territorios de ultramar mayores y apenas enviaba fondos para los
empleados de la corona.

Conspiraciones

Durante el período que siguió a la Guerra de la Reconquista ocurrieron varias


conspiraciones orientadas a derribar el poder español, especialmente durante
los años 1810, 1811 y 1812, años en que la situación económica se volvió
insoportable para la élite intelectual. Algunas de ellas buscaban crear un país
independiente mientras que otras buscaban la anexión a Haití u otros países.

Este período de infructuosas conspiraciones fue iniciado por Manuel del Monte,
un pariente cercano del Comisario Regio Francisco Javier Caro. Del Monte fue
descubierto, reducido a prisión, sumariado y remitido a Cuba, sin mayores
consecuencias, ya que pudo volver a vivir en Santo Domingo gracias a la
influencia ejercida por su pariente en la Corte.

Otro conspirador fue un habanero conocido por el nombre de don Fermín, quien
en 1809 tramó con el propósito de declarar a Santo Domingo independiente de
España. Fue acusado de sedicioso y encerrado durante siete años en Fortaleza
Ozama antes de ser embarcado hacia la Península de Santo Domingo.

Golpe de Estado de los cuatro sargentos franceses

Hubo en estos mismos tiempos un complot de cuatro sargentos franceses que


intentaron dar un golpe de Estado para restituir la Colonia al Gobierno francés,
pero fracasaron en su intento y fueron fusilados.

Revuelta de los negros

Cuando las autoridades se negaron a libertar a los esclavos y evitaron aplicar


varias disposiciones de la nueva constitución liberal Española de 1812 que
conferían la nacionalidad, no así la ciudadanía, a los hijos de los libertos y la
posibilidad de que los esclavos compraran su libertad, hubo una conjura
de libertos y esclavos para erradicar la esclavitud y adherirse a la República de
Haití. Descubiertos, sus líderes fueron condenados a muerte y sus cabezas
fueron expuestas en varios puntos alrededor de la capital. Los demás culpables
fueron condenados a prisión y azotes. Pedro Seda, José Leocadio, Pedro
Henríquez, y alguien solo conocido como Marcos fueron los cabecillas de esta
revuelta.

6. La Independencia Efímera. El Derecho Francés en la isla de Santo


Domingo: Distribuir las diversas intervenciones ocurridas en el
período francés- haitiano. Distinguir la labor de los dominicanos a
través de los diferentes procesos de implantaciones de derecho y el
alcance de la independencia dominicana.

Se conoce como Independencia efímera al período de la historia de


la República Dominicana que transcurre entre la proclamación del Estado
Independiente del Haití Español el 1 de diciembre de 1821 y su anexión a
la República de Haití el 9 de febrero de 1822, debido a una ocupación del
ejército haitiano encabezado por Jean Pierre Boyer.

Fue proclamada por un sector de la pequeña burguesía urbana, liderada por


el político, académico, literato, fabulista, militar, periodista y catedrático
dominicano, José Núñez de Cáceres, quien utilizó la literatura como arma de
denuncia social y política en el país.

En Santo Domingo tuvo un impacto directo mucho más fuerte que en ninguna
otra colonia española, y sus consecuencias resultaron bastante
negativas, llevando a la ruina a una economía que empezaba a
transformarse, mientras la población descendía de forma alarmante.

Se conoce como Era de Francia a la administración francesa en Santo


Domingo, actual República Dominicana, en la coyuntura de las guerras
Napoleónicas. En virtud del Tratado de Basilea de 1795, España cedió sus
posesiones de la isla Española a cambio de las Provincias
Vascongadas y Cataluña que habían sido ocupadas por la Francia
revolucionaria, lo que supuso la reunificación política de la isla en 1801 (Año
de ejecución del tratado) luego de un siglo de división.
A pesar de su brevedad, esta produjo cambios importantes en la sociedad
dominicana, especialmente en el aspecto demográfico, pues se produjo una
emigración masiva de colonos (especialmente aquellos de mayores recursos)
hacia Puerto Rico, Venezuela y Cuba, unos por lealtad a España, y otros por
las cruentas masacres perpetradas por los revolucionarios
haitianos comandados por Jean-Jacques Dessalines. La colonia perdió dos
tercios de su población y la casi totalidad de las familias aristocráticas más
antiguas y tradicionales de la isla; además la población dominicana pasó de
ser mayoritariamente blanca a ser esencialmente mulata. El establecimiento
de franceses y el retorno de algunos emigrados apenas atenuó este declive
poblacional.

Tratado de Basilea, cesión a Francia y revolución haitiana.

Se inició en 1795, cuando Francia logró la posesión de toda la isla por


el Tratado de Basilea, por el que España cedió el este de la colonia de Santo
Domingo a consecuencia de las guerras revolucionarias francesas. En ese
momento, los esclavos liderados por Toussaint Louverture en Saint-
Domingue (colonia occidental) estaban en rebelión contra Francia. Ante la
inestabilidad existente por la guerra, el brigadier español Joaquín Antonio
García y Moreno mantuvo el control del territorio.

El 26 de enero de 1801,2 Toussaint Louverture llegó a Santo Domingo,


recibió la capitulación de Garcia y Moreno (que sale de la isla el 22 de febrero
con el resto de soldados españoles), proclamó la abolición de la esclavitud
en nombre de la República Francesa y tomó el control total de la isla.

Poco después, Napoleón envió un ejército para someter a Louverture y


restablece la esclavitud en Francia en 1802.3 Incluso después de su derrota
por los haitianos, una pequeña guarnición francesa permaneció en la antigua
colonia española. Muchos de los colonos españoles emigrados regresaron.
En 1802 un ejército enviado por Napoleón bajo el mando de Charles
Leclerc capturó a Toussaint Louverture y lo envió a Francia como prisionero,
donde fallece en 1803. Sus sucesores y la fiebre amarilla lograron expulsar a
los franceses de nuevo de Saint-Domingue. Haití declaraba la independencia
en 1804, pero Francia retuvo el control del Santo Domingo español.
Invasión haitiana de 1805

Jean-Jacques Dessalines, después de coronarse emperador como Jacobo I


de Haití, invadió a finales de febrero de 1805 a la otrora colonia española de
Santo Domingo, sus tropas avanzaron por dos rutas, la una por el norte
(Dajabón-Santiago-La Vega-Santo Domingo), comandada por Henri
Christophe, y la otra por el sur (Hincha-San Juan-Azua-Baní-Santo Domingo),
comandada por Dessalines. En su avance por la ruta sur, el emperador
haitiano halló que los habitantes de San Juan y Baní habían evacuado sus
ciudades para protegerse, por lo que él consideró que la población autóctona
no merecía su clemencia. El 6 de marzo, al aproximarse a la ciudad capital,
Dessalines ordenó incendiar la villa de San Carlos (ubicada en los
extramuros de la capital) e inició el asedio de la capital. El 25 de marzo
ordenó el exterminio total de la población en su poder, efectuándose un
traslado masivo a las grandes ciudades haitianas para matarlos en las plazas
públicas mediante aplastamiento (por caballos y acémilas)
y desmembramiento. Tres días más tarde, arribaron a Santo Domingo
tres fragatas y dos bergantines franceses; Dessalines decidió la retirada de
sus tropas a Haití. En abril, Dessalines y Christophe junto a sus tropas
arrasaron Santiago, Moca, La Vega, Azua, San Juan, Baní, entre otras
ciudades, y masacraron a los moradores de estas que no habían huido a
la Cordillera Central, aniquilando a unas diez mil personas. Estas matanzas
sentaron la base de dos siglos de animadversión entre ambos países.

Millares de dominicanos abandonaron la isla: unos 100 000 dominicanos se


exiliaron en Venezuela, estableciéndose mayormente en Coro y Maracaibo;5
mientras que alrededor de cuatro mil dominicanos huyeron a Cuba,
afincándose principalmente
en Baracoa, Matanzas, Camagüey y Guantánamo.6 Una cantidad
indeterminada de dominicanos también emigró a México y Puerto Rico.

Entre los venezolanos de ascendencia dominicana se encuentra la familia


Nouel, con alrededor de 2000 miembros en Venezuela.

Guerra de la Reconquista
Los franceses se afianzaron en la parte oriental de la isla, y la mantuvieron
hasta que fueron derrotados por los habitantes hispanohablantes en la batalla
de Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808 y la capitulación final tras el
asedio de Santo Domingo, el 11 de julio de 1809, con la ayuda de la Marina
Real Británica.

La primera batalla tuvo lugar en Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808,


cuando el general Juan Sánchez Ramírez, líder de un ejército de soldados
locales y puertorriqueños, atacó por sorpresa a una guarnición del ejército
francés bajo el mando del gobernador el general Jean-Louis Ferrand, que
más tarde se suicidó. La noticia fue escuchada por el general Dubarquier que
tenía guarnecidos 2000 soldados en Santo Domingo. El español puso sitio a
la ciudad el 27 de noviembre de 1808, con la ayuda de 6 fragatas de la Marina
Real, y las tropas bajo el mando del general Hugh Lyle Carmichael. Santo
Domingo fue devuelta al control español el 9 de julio de 1809, entrando el
pueblo dominicano en el período de su historia conocido como "la España
Boba".

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