Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen
Durante las últimas cuatro décadas el campo del comportamiento electoral se ha visto
beneficiado por renovados desarrollos teóricos que fueron acompañados por una
tupida investigación empírica: 1) la hipótesis del voto económico, surgida a partir de la
teoría de la elección racional; 2) el desalineamiento partido-clase, que cuestionó el
“congelamiento” de los clivajes sociales; y 3) los desarrollos referidos a la
mediatización de la política, que desplazaron la atención desde las predisposiciones
de largo plazo hacia los candidatos, las campañas electorales y los issues. El artículo
presenta las principales líneas argumentales de tres de estos enfoques y reflexiona
acerca de sus implicaciones concretas para el análisis de la conducta electoral.
Abstract
Over the last four decades the field of electoral behavior has been benefited by
renewed theoretical developments which were accompanied by a bushy empirical
research: 1) hypothesis of economic voting, arising from the theory of rational choice;
2) class-party dealignment, which questioned the "freezing" of social cleavages; and 3)
developments about the mediatization of politics, which moved the attention from the
predispositions long-term towards candidates, election campaigns and the issues. The
article presents the main plot of three of these approaches and thinks of their specific
implications for the electoral behaviour analysis.
Key words: electoral behavior - economic voting – class voting – mass media -
political campaigns
1
El presente trabajo es una versión revisada del informe preliminar del proyecto de investigación CYTMA
DER 08/2006, en el que se vuelca la recopilación bibliográfica realizada para la investigación. Agradezco
a Marina Acosta y Franco Delle Donne por su entusiasta colaboración en esta etapa del proyecto y a
Miguel Ángel López Varas por sus valiosos comentarios y sugerencias.
2
Introducción
Los debates de la Ciencia Política que tuvieron lugar durante las tres últimas décadas
del siglo XX hasta nuestros días, han tenido un particular impacto en el campo del
comportamiento electoral. Algunos de ellos dieron origen a nuevas explicaciones
derivadas de teorías preexistentes, como es el caso de la hipótesis del voto económico
surgida a partir de la teoría de la elección racional (Downs 1957). Otros cuestionaron
la vigencia de enfoques hasta entonces ampliamente respaldados, a partir de
renovadas investigaciones empíricas. Tal es el caso del “congelamiento” de los
clivajes sociales previsto por Lipset y Rokkan (1967), y cuestionado a partir del
debilitamiento del voto de clase, especialmente en los países donde más fuerte había
sido ese vínculo. Finalmente, de la mano de lo que los sociólogos analizan como el
tránsito a la era de la información (Castells 1997) surgieron los desarrollos referidos a
la mediatización de la política, desplazando la atención desde las predisposiciones de
largo plazo hacia los candidatos, las campañas electorales y los issues. El propósito
de este trabajo consiste entonces en presentar las principales líneas argumentales de
cada uno de estos enfoques de la conducta electoral -el voto económico, el des
alineamiento partido-clase y la mediatización de la política- y analizar sus
implicaciones concretas para el análisis de la conducta electoral.
Esta hipótesis postula el desempeño económico del gobierno como un factor de alto
impacto en la decisión de los votantes, y ha sido puesta a prueba en elecciones
celebradas en contextos geográficos e institucionales diversos. La percepción sobre
los cambios en el propio bienestar económico y el del país, así como las expectativas
futuras sobre su evolución, permitirían explicar tanto las movilidades de los electores
en sociedades con fuerte estabilidad electoral y alineamientos partidarios, como los
resultados de elecciones en países con sistemas partidarios débiles, y por tanto,
electoralmente inestables. Investigaciones realizadas en Europa, América y Oceanía,
en sistemas parlamentarios y presidencialistas, para elecciones legislativas y de la
primera magistratura, han corroborado con éxito el impacto de la performance
económica del partido oficialista en la decisión de voto, y han mostrado que en
algunos casos constituye uno de los factores de mayor peso a la hora de confirmar a
un gobierno o desplazarlo del poder (Kinder et al 1979- Fiorina 1981-Lewis Beck
1985, 1986).
3
políticos y los eventos dan forma al impacto de las condiciones económicas sobre la
popularidad de un partido; en otras palabras, el grado y la forma en la cual los partidos
politizan las condiciones económicas mitigarían el impacto de estas condiciones sobre
su popularidad.
Al menos dos tipologías sobre el voto económico han trascendido por su replicabilidad
en distintos contextos nacionales. La más antigua surge de la combinación de de la
dimensión temporal de estas percepciones económicas, con la dimensión
personal/social. En tanto las percepciones retrospectivas evalúan la situación
económica actual en comparación con el pasado, las percepciones económicas que
miran hacia el futuro ofrecen una pauta de qué y cuánto cree la gente que es capaz de
garantizar hacia adelante el partido o el candidato en cuestión. Al respecto Erikson et
al (2000) sostienen que esas especulaciones sobre el futuro toman necesariamente en
consideración la experiencia pasada reciente percibida por el votante, es decir, cuán
buena o mala ha sido la gestión del partido que está en el gobierno. Por lo tanto aún
cuando se comporten como votantes prospectivos, los electores responderían a la vez
a los indicios recogidos en el pasado.
En cuanto a las percepciones que miran el propio bolsillo (ego trópicas o
egoístas) vs. las que miran la economía del país (socio trópicas o altruistas), las
mismas hacen referencia a la esfera o dominio económico al que dirigen su atención
los electores al momento de evaluar los resultados de la gestión del gobierno 2. La
literatura sobre el tema ha conjugado estas dos dimensiones dando origen a lo que se
conoce como el “voto campesino” (peasants) y el “voto banquero” (bankers) (Erikson,
Mackuen-Stimson 2000). El voto campesino tipifica a aquellos electores que hacen
primar las evaluaciones personales–retrospectivas en su decisión de voto, en tanto
que el voto banquero corresponde a aquellos que priorizan las evaluaciones
prospectivas acerca de la economía del país.
Asimismo, la vinculación entre economía y voto en los estudios sobre el
comportamiento electoral refiere a la dimensión de accountability de la representación
2
En una temprana investigación Kinder y Kiewiet (1979) rechazan la idea de vincular una motivación
altruista al voto socio trópico, puesto que los ciudadanos podrían creer que la mejora de las condiciones
macroeconómicas los beneficiarán a ellos personalmente en el largo plazo. Es decir que el uso del
adjetivo “socio trópico”, que refiere a una orientación hacia fines o necesidades societales, en oposición a
fines puramente individualistas o egoístas, podría inducir a argumentaciones erróneas. Investigaciones
más recientes, en cambio, descreen que exista una vinculación directa entre tales evaluaciones
personales y las socio trópicas (Kinder-Adams-Gronke 1989).
6
El debate sobre la persistencia de la clase social como factor explicativo del voto se
enmarca en una discusión más amplia que refiere a las transformaciones en la
sociedad moderna acaecidas en los últimos cuarenta años. Ello implica discutir los
cambios en la acción colectiva en estas sociedades, las transformaciones en los
actores sociales tradicionales y el surgimiento de otros nuevos. También, identificar las
características propias de este proceso y sus consecuencias, para el caso
latinoamericano.
El renovado interés que cobró en los noventa la polémica en torno de la
problemática clase social-voto, queda reflejado en la tupida literatura que desde
7
3
Ver también Cavarozzi 1992 y 1996.
9
5
El planteo remite a la idea de los efectos contextuales. Siguiendo a Hauser (1974), un efecto contextual
es cualquier efecto sobre el comportamiento individual que aparece debido a la interacción social con el
entorno.
12
evidencia significativa sobre la continuidad del rol del contexto social en el voto de
clase en Gran Bretaña.
6
Cavarozzi y Abal Medina (2001) proponen el uso del término “configuraciones partidarias” porque esta
noción permite incluir relaciones partidarias de diferentes niveles de estructuración, legitimación y
continuidad. Así, distinguen entre: sistemas de partido; b) partidos sin sistema; c) políticos sin partidos.
13
7
Este análisis está previsto para la segunda etapa del proyecto (CYTMA DER 008/2006).
14
importante en el último quinquenio de los '90 ... (si bien) en la última década del siglo
disminuye la fuerza del apoyo obrero al peronismo, (ello) no implica que la vinculación
clase-voto haya desaparecido: en el momento más bajo de esta vinculación (de 1991 a
1999), el peronismo obtenía en promedio el 70 % de apoyo de los trabajadores
manuales votantes…(por lo tanto, y)… más allá de los avatares de la política en la
ciudad de Buenos Aires a lo largo del siglo XX, el voto de clase exhibe una tendencia
lineal creciente en todo el período, que se distingue de las "fluctuaciones sin
tendencias" encontradas en las investigaciones sobre el tema en los países
industriales avanzados” (Jorrat y Acosta 2003: 637)8.
8
Para un análisis del caso chileno ver López Varas 2004 y 2006.
15
El relieve que han cobrado en las últimas décadas las campañas electorales, tanto en
términos de impacto en la performance electoral de los partidos y candidatos, de
profesionalización y consiguiente incremento de los gastos que generan, como del
espacio que ocupan en la discusión académica, merecen una mención especial dentro
de la descripción de este proceso de mediatización de la política. Junto con los
estudios sobre los efectos de los candidatos y los líderes en el voto, las campañas
electorales son consideradas entre los factores de corto plazo que inciden en el
comportamiento electoral. Como ya se apuntó en trabajos anteriores (Espíndola y
Tagina, 2003; Espíndola 2002a), a partir de los noventa Europa y América Latina
asiste a un proceso creciente de americanización de las campañas electorales,
entendido como la adopción de ciertos elementos específicos de las campañas
norteamericanas y de las actividades profesionales conectadas con ellas, como parte
de un proceso más amplio de modernización y que se manifiesta en cinco áreas: la
personalización de la política; la “cientifización” de la política; la desvinculación de los
ciudadanos con respecto a los partidos; el desarrollo de estructuras autónomas de
comunicación; y el desarrollo de una ciudadanía pasiva (Swanson y Mancini 1996). Si
17
4. Reflexiones finales
Durante las últimas cuatro décadas el campo del comportamiento electoral se ha visto
beneficiado por renovados desarrollos teóricos que fueron acompañados por una
tupida investigación empírica. Si bien no son los únicos, los enfoques sobre el voto
económico, el des-alineamiento partido-clase y la mediatización de la política, han
recibido una importante atención entre los estudiosos de este campo de la disciplina,
compitiendo por su poder y alcance explicativo del comportamiento de los electores.
En cuanto a la hipótesis del voto económico, la accesibilidad de sus
indicadores ha operado a favor de la difusión de este enfoque. Todos los barómetros
de opinión pública que miden el comportamiento electoral han incorporado en las
últimas décadas preguntas referidas a la evolución de las percepciones sobre la
economía y por otro lado, los datos a nivel agregado sobre al menos algunas de las
variables macroeconómica consideradas relevantes, están disponibles en archivos y
páginas web de organismos oficiales en todo el mundo. Ello ha permitido el desarrollo
de estudios comparados de amplio alcance en lo que hace a la cantidad de elecciones
consideradas, los países incorporados a estos análisis y la variabilidad de las
características institucionales asociadas a los mismos, otorgando amplia apoyatura
empírica y por tanto robustez a las conclusiones que estos estudios arrojan.
El enfoque del voto de clase, utilizado sobre todo para el análisis de los casos
europeos requiere partidos representativos de clases, con una fuerte identidad
ideológica y fácilmente ubicables en el espectro izquierda derecha; sin embargo,
aunque América Latina es heterogénea en términos de tipos y estructuración de sus
partidos y sistemas de partidos, el mismo constituye hoy todavía una referencia
obligada para los estudios electorales de la región.
Finalmente, los estudios sobre comunicación política, referidos a campañas
electorales, agenda setting y en general, a la influencia de los medios de comunicación
en la vida pública constituyen en la actualidad un sub-campo de investigación con
amplio desarrollo, muy vinculado -aunque no exclusivamente ligado- al del
20
Bibliografía
Alvarez, R., Nagler, J., Voter choice in 1992: economics, issues and anger, American
Journal of Political Science, 39.
Alvarez, R., Nagler, J., Willette, J., 2000, Measuring the relative impact of issues and
the economy in democratic elections, Electoral Studies 19.
Anderson, C., 2000, Economic Voting and political context: a comparative perspective,
en Electoral Studies 19.
Andersen, R., y Heath, A., 2000, Social Class and Voting: A multilevel analisys of
individual and constituency differences, Center for Research into Elections and
Social Trends – Working paper Nº 83.
Anduiza, E., y Bosch, A., 2004, Comportamiento político y electoral, Ariel, Madrid.
Berelson, B., Lazarsfeld, P., y Mc Phee, E., 2000, Voting: A study of Opìnion Fomation
in a Presidential Campaign, Chicago University Press, citado en Andersen, R.,
y Heath, A., Social Class and Voting: A multi-level analisys of individual and
constituency differences, en Center for Research into Elections and Social
Trends – Working paper Nº 83.
Cantón, D. y Jorrat, R., 2002 , Economic evaluations, partisanship, and social bases of
presidential voting in Argentina, 1995 and 1999, International Journal of Public
Opinion Research, 14 (4).
Castells, M., 1997, La era de la información, Volumen 2, Madrid: Alianza.
21
Kramer, G., 1983, The Ecological Fallacy Revisited: Aggregate versus Individual- Level
Findings on Economics and Elections and Sociotropic Voting, American Political
Science Review, 77(March): 92 - 111.
Lazarsfeld, P., 1952, La campaña electoral ha terminado, Public Opinion Quarterly, 53.
Leithner, C., 1993, Economic Conditions and The Vote: A Contingent Rather Than
Categorical Influence, Cambridge University Press.
Lewis-Beck, M., 1985, Comparative Economic Voting: Britain, France,
Germany, Italy, presentado en el Congreso Mundial de la Asociación
Internacional de Ciencia Política, París.
Lewis–Beck, M., Paldam, M., 2000a, Economic voting: an introduction, en Electoral
Studies 19, Pergamon.
Lewis–Beck, M., Nadeau, R., 2000b, French electoral institutions and the economic
vote, en Electoral Studies 19.
Lipovetsky, G., 1993, La era del Vacío. Ensayos sobre el individualismo
contemporáneo, Anagrama, Barcelona.
Lipset, S., y Rokkan, S., 1967, "Cleavage structures, party systems and voter
alignments: An introduction", en S.M. Lipset y S. Rokkan (eds.), Party Systems
and Voter Alignments, Nueva York, Free Press.
López Varas, Miguel. 2004. El Voto de los sectores Populares. Revista Política 43:
285-298.
Mair, P., 1999, Critical Commentary: Four Perspectives on the End of Class Politics?
En Evans (comp) The End of Class Politics? Class Voting in Comparative
Perspective, Nueva York: Oxford University Press.
Manin, B., 1992, “Metamorfosis de la Representación”, en Dos Santos, M. ¿Qué queda
de la representación?, Caracas: Nueva Sociedad.
Manin, B., 1998, Los Principios del Gobierno Representativo, Madrid: Alianza.
Markus, G., 1992, The Impact of Personal and National Economic Conditions on
Presidential Voting, 1956-1988, en American Journal of Political Science, 36(3).
Maravall, José María, 2003, El Control de los Políticos. Madrid: Taurus.
Mc Combs, M. y Shaw, D., 1984, “¿Qué agenda cumple la prensa?” en El poder de los
medios en la política, Buenos Aires: GEL.
Muraro, H., La Emergencia del Voto “Económico” en la Argentina de la Post-Transición
Democrática, Inédito.
25
Noelle-Neuman, E., 1995, La espiral del silencio. Opinión Pública: nuestra piel social,
Paidós, Barcelona.
Noelle-Neuman, E., 1995, La espiral del silencio. Una teoría de la opinión pública, en,
El nuevo espacio público, Barcelona: Gedisa.
Norris, P., 2002, Campaign communications en LeDuc, L., Niemi, R., y Norris,
P. (comps.), Comparing Democracies: New Challenges in the Study of
Elections and Voting, London: Sage.
Pakulski, J., 1993, The dying of class or marxist class theory?, International Sociology,
8 (3).
Pakulski, J., 2002, Foundations of Anti-class análisis, Chapter 6, en Wright, E., Edit,
Alternative Foundations of Class Analysis,
http://www.ssc.wisc.edu/~wright/Found-all.pdf consultado el 1 de marzo de
2008.
Pakulski, J., y Waters, M., 1996, The Death of Class, Sage, Londres, citado en Jorrat,
R. y Acosta, L., Enero-marzo 2002, “¿Ha muerto el voto de clase? Las
elecciones porteñas del siglo XX”, Desarrollo Económico, 42 (168).
Paldam, M., Nannestad, P., 2000, What do voters know about the economy?, A study
of Danish data, 1990-1993, Electoral Studies 19.
Panebianco, A., 1988, Political Parties: organisation and power, Cambridge:
Cambridge University Press.
Samuels, David. 2004. “Presidentialism and Accountability for the Economy in
Comparative Perspective”. The American Political Science Review 98 (3): 425-
436
Sartori, G, 1992, Elementos de Teoría Política, Alianza, Buenos Aires.
Saperas, E., 1987, Los efectos cognitivos de la comunicación de masas, Barcelona:
Ariel.
Stokes, S., 2001, Public Opinion and Market Reforms: The Limits of Econmic Voting en
Stokes, S. (eds.) Public Opinion end Economic Reforms in New Democracies,
New York: Cambridge University Press.
D. Swanson y P. Mancini, (comps), 1996, Politics, Media, and Modern Democracy,
Westport: Praeger.
Sartori, G, 1992, Elementos de Teoría Política, Buenos Aires: Alianza.
Tagina, María. L.,1998, “Evaluaciones económicas e intención de voto por el
partido oficial. Las elecciones presidenciales de 1995 en la Ciudad de Rosario”,
en Boletín SAAP, dSociedad Argentina de Análisis Político, 4(6).
Tagina, María. L.,2001, “Percepciones económicas, clase social y voto
26