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1 5 D E AG O S T O D E 2 0 1 4

29 de septiembre–5 de octubre
Las mujeres
en el prop ósito de Jehová
PÁGINA 3 CÁNTICOS: 86 y 104

6-12 de octubre
La Palabra de Dios es viva:
¡us émosla!
PÁGINA 18 CÁNTICOS: 114 y 101

Edici ón de letra grande PRIMERA PARTE


34567̇ AUGUST 15, 2014
Vol. 135, No. 16 Semimonthly SPANISH

ART ÍCULOS DE ESTUDIO

˝ Las mujeres en el prop ósito de Jehová


¿Qué efecto ha tenido en hombres y mujeres la re-
belión de Edén? Analice las experiencias de algu-
nas mujeres fieles del pasado y averigüe el papel que
hoy tienen las cristianas en el propósito de Dios.

˝ La Palabra de Dios es viva: ¡usémosla!


Todos los proclamadores del Reino quieren tener
buenos resultados en su ministerio. Veremos algu-
nas maneras de usar la Biblia junto con los tratados
para iniciar conversaciones con las personas y lle-
garles al corazón.
Las mujeres
en el prop ósito de Jehová
“Las mujeres que anuncian las buenas nuevas
son un ejército grande.” (SAL. 68:11)

¿QU É RESPONDER ÍA?


¿Qu é efecto tuvo en hombres y mujeres la rebeli ón
de Ed én?
¿C ómo sirvieron a Jehová las mujeres en el pasado?
¿Qu é papel tienen hoy las mujeres en la predicaci ón
de las buenas nuevas?

JEHOVÁ creó la Tierra con un propósito: “para ser


habitada” (Is. 45:18). Al primer ser humano, Adán,
lo creó perfecto y le dio un hermoso hogar, el jar-
dín de Edén. ¡Cómo disfrutaba Adán contemplando
los majestuosos árboles, escuchando el murmullo de
los arroyos y viendo jugar a los animales! Pero le fal-
taba algo muy importante. Jehová lo sabía, y por eso
1, 2. a) ¿Qu é regalos recibi ó Ad án de Jehová? b) ¿Por qu é
le dio Jehová una esposa a Ad án? (Vea la ilustraci ón del prin-
cipio en la edici ón normal.)
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 3
dijo: “No es bueno que el hombre continúe solo. Voy
a hacerle una ayudante, como complemento de él”.
Entonces hizo que Adán cayera en un sueño profun-
do, tomó una de sus costillas y “procedió a construir
de la costilla [...] una mujer”. ¡Qué feliz se sintió Adán
al despertar! “Esto por fin es hueso de mis huesos y
carne de mi carne —exclamó—. Esta será llamada
Mujer, porque del hombre fue tomada.” (Gén. 2:
18-23.)
2 Adán recibió de Dios un regalo muy especial,

pues la mujer iba a ser la ayudante perfecta para él.


Además, ella tendría el privilegio de dar a luz hijos.
De hecho, “Adán llamó a su esposa por nombre Eva,
porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el
que viviera” (Gén. 3:20; nota). ¡Qué hermoso regalo
le dio Jehová a la primera pareja humana! Tendrían la
capacidad de procrear otros seres humanos perfectos.
De ese modo, toda la Tierra acabaría siendo un pa-
raíso lleno de personas perfectas que tendrían la labor
de cuidar a los demás seres vivos (Gén. 1:27, 28).
4 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
3 Para recibir las bendiciones que Jehová les tenía
preparadas, Adán y Eva debían obedecerle y aceptar
su autoridad (Gén. 2:15-17). Solo así podrían cum-
plir su propósito para ellos. Pero, por desgracia, le hi-
cieron caso a “la serpiente original”, Satanás, y peca-
ron contra Dios (Rev. 12:9; Gén. 3:1-6). ¿Qué efecto
ha tenido esta rebelión en las mujeres? ¿Qué hazañas
realizaron algunas mujeres fieles del pasado? ¿Por
qué a las cristianas de nuestros días se las puede lla-
mar “un ejército grande”? (Sal. 68:11.)
EL EFECTO DE LA REBELI ÓN
4 Cuando Dios le pidió cuentas por lo que había
hecho, Adán ofreció esta pobre excusa: “La mujer
que me diste para que estuviera conmigo, ella me
dio fruto del árbol y así es que comí ” (Gén. 3:12).
Además de no asumir su responsabilidad, le echó la
culpa a su esposa y, en realidad, a Dios mismo,
3. a) ¿Qu é deb ían hacer Ad án y Eva para que Jehová los ben-
dijera, pero qu é ocurri ó? b) ¿Qu é preguntas contestaremos?
4. A los ojos de Jehová, ¿qui én fue el responsable del peca-
do de nuestros primeros padres?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 5
quien amorosamente se la había dado. Aunque los dos
pecaron, a los ojos de Jehová el responsable fue Adán.
Por eso el apóstol Pablo escribió que “por medio de
un solo hombre [Adán] el pecado entró en el mun-
do, y la muerte mediante el pecado” (Rom. 5:12).
5 Satanás convenció a nuestros primeros padres de
que no necesitaban que Jehová los gobernara. Eso
hizo surgir esta pregunta fundamental: ¿quién tiene
el derecho a gobernar? A fin de responderla de una
vez y para siempre, Dios permitió que durante un
tiempo los seres humanos se gobernaran a sí mis-
mos, pues así se demostraría que cualquier gobierno
independiente de él está condenado al fracaso. A lo
largo de los siglos, el gobierno del hombre ha hun-
dido a la humanidad en una calamidad tras otra.
Solo en el siglo pasado murieron en distintas guerras
unos 100 millones de personas, entre ellas millones
de hombres, mujeres y niños inocentes. Sin ningu-
5. ¿Qu é ha quedado demostrado al permitir Dios que los se-
res humanos se gobiernen a s í mismos?
6 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
na duda, ya ha quedado más que demostrado que
“no pertenece al hombre que está andando siquiera
dirigir su paso” (Jer. 10:23). Por eso aceptamos a
Jehová como nuestro gobernante (lea Proverbios 3:
5, 6).
6 Tanto hombres como mujeres han sufrido mu-
cho en este mundo dominado por Satanás (Ecl. 8:9;
1 Juan 5:19). Sin embargo, las mujeres han sido vícti-
mas de algunas de las peores crueldades. Por ejemplo,
por todo el mundo, 1 de cada 3 mujeres ha sido agre-
dida por su esposo o su compañero. Y en algunas
culturas se favorece a los bebés varones, pues se cree
que cuando crezcan asegurarán la continuidad del
apellido familiar y mantendrán a sus padres y abue-
los. En algunos países, la gente no quiere tener niñas,
y se practican muchos más abortos de niñas que de
niños.
7 Dios detesta que se maltrate a las mujeres. Él las
6. ¿Qu é trato reciben las mujeres en muchos pa íses?
7. ¿Qu é comienzo les dio Jehová al hombre y a la mujer?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 7
trata con imparcialidad y respeto. Veamos un hecho
que lo demuestra. Cuando creó a Eva, la hizo perfec-
ta, con cualidades que la convertían en un maravillo-
so complemento de Adán, no en su esclava. Esta es
una de las razones por las que, al final del sexto día
creativo, “vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!,
era muy bueno” (Gén. 1:31). Sí, todo lo que Jehová
hizo fue “muy bueno”. Tanto al hombre como a la
mujer les dio el mejor de los comienzos.
MUJERES QUE TUVIERON
EL APOYO DE DIO S
8 En general, el comportamiento de los seres hu-
manos —hombres y mujeres— empeoró tras la rebe-
lión de Edén, y durante el siglo pasado se volvió peor
que nunca. La Biblia predijo que esa conducta sería
una marca de “los últimos días”, y no hay duda de
que la maldad del hombre está hoy tan extendida que,
verdaderamente, estos son “tiempos críticos” (2 Tim.
8. a) ¿C ómo se ha comp ortado la gente en general?
b) ¿A qui énes ha apoyado Dios a lo largo de la historia?
8 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
3:1-5). Sin embargo, siempre ha habido hombres y
mujeres que han confiado en Dios, han obedecido sus
leyes y lo han aceptado como gobernante. A estos el
“Señor Soberano Jehová” los ha apoyado (lea Salmo
71:5).
9 Cuando Dios destruyó con un diluvio el mundo

violento de los días de Noé, muy pocos seres huma-


nos sobrevivieron. De hecho, si los hermanos y her-
manas de Noé estaban vivos en ese momento, ellos
también murieron bajo las aguas (Gén. 5:30). ¿Quié-
nes quedaron con vida? La misma cantidad de muje-
res que de hombres: Noé, su esposa, sus tres hijos y
las esposas de estos. Dios los salvó porque lo obede-
cieron y cumplieron su voluntad. Los miles de millo-
nes de seres humanos que estamos vivos hoy somos
descendientes de aquellas ocho personas que tuvieron
el apoyo de Jehová (Gén. 7:7; 1 Ped. 3:20).
10 Años después, las esposas de los patriarcas fieles
9. ¿Cu ántas personas sobrevivieron al Diluvio, y por qu é?
10. ¿Por qu é tuvieron el apoyo de Dios las esposas de los pa-
triarcas fieles?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 9
también tuvieron el apoyo de Dios. Eso no habría
ocurrido si hubieran estado descontentas con la vida
que llevaban (Jud. 16). Es difícil imaginar a Sara, la
respetuosa esposa de Abrahán, quejándose por tener
que dejar las comodidades de Ur y vivir en tiendas en
tierras lejanas. Más bien, “Sara obedecía a Abrahán,
llamándolo ‘señor’” (1 Ped. 3:6). Recordemos tam-
bién a Rebeca, que fue un regalo de Jehová y una ex-
celente esposa para Isaac. No nos extraña leer que “él
se enamoró de ella y [...] halló consuelo después de
la pérdida de su madre” (Gén. 24:67). ¡Y qué conten-
tos estamos hoy de tener entre nosotros mujeres fie-
les que son como Sara y Rebeca!
11 Durante sus años de esclavitud en Egipto, el pue-

blo de Israel aumentó muchísimo, y el faraón ordenó


matar a todos los varones hebreos que nacieran. Sin
embargo, las parteras hebreas Sifrá y Puá, posible-
mente las encargadas de las demás parteras, fueron
valientes y desobedecieron la orden. Por su temor re-
11. ¿C ómo demostraron ser valientes dos parteras hebreas?
10 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
verente a Jehová, se negaron a cometer aquel horrible
crimen, y él las recompensó dándoles una familia pro-
pia (Éx. 1:15-21).
12 En los días de los jueces de Israel, una mujer que
tuvo el apoyo de Dios fue la profetisa Débora. Ella
animó al juez Barac y ayudó a los israelitas a librar-
se de sus enemigos. Sin embargo, predijo que el mé-
rito de la victoria sobre los cananeos no se lo llevaría
Barac. Dios haría que Sísara, el jefe del ejército cana-
neo, cayera mediante “la mano de una mujer”. Y así
sucedió, pues una mujer llamada Jael, que no era is-
raelita, fue quien lo mató (Juec. 4:4-9, 17-22).
13 Abigail fue otra mujer extraordinaria que vivió
unos once siglos antes de Cristo. Ella era sensata,
pero su esposo, Nabal, era un hombre inútil, grose-
ro e irrazonable (1 Sam. 25:2, 3, 25). David y sus
hombres habían protegido a los siervos y rebaños de
Nabal durante un tiempo, pero cuando le pidieron
12. ¿Qu é podemos destacar de D ébora y Jael?
13. ¿Qu é nos dice la Biblia sobre Abigail?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 11
provisiones, él “les gritó reprensiones” y no les dio
nada. David se enfureció tanto que se propuso acabar
con Nabal y sus hombres. En cuanto Abigail se ente-
ró, les llevó comida y bebida a David y sus hombres,
y así evitó la matanza (1 Sam. 25:8-18). Más tarde
David le dijo: “¡Bendito sea Jehová el Dios de Israel,
que te ha enviado este día a mi encuentro!” (1 Sam.
25:32). Tras la muerte de Nabal, David se casó con
ella (1 Sam. 25:37-42).
14 Muchos hombres, mujeres y niños murieron
cuando los babilonios destruyeron Jerusalén y su tem-
plo en el 607 antes de nuestra era. Las murallas de
la ciudad se reconstruyeron en el 455, bajo la super-
visión de Nehemías. Entre quienes participaron en la
reparación de las murallas estuvieron las hijas de Sa-
lum, que era “un príncipe de la mitad del distrito de
Jerusalén” (Neh. 3:12). Está claro que ellas se ofre-
cieron de buena gana a realizar un trabajo humilde.
¡Cuánto valoramos a las muchas cristianas que en
14. a) ¿En qu é labor participaron las hijas de S alum? b) ¿En
qu é se parecen muchas cristianas de hoy a las hijas de S alum?
12 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
nuestros días apoyan felices y de distintas maneras los
trabajos de construcción que la organización lleva a
cabo!
MUJERES LEALES DEL SIGLO PRIMERO
15 En el siglo primero de nuestra era, Jehová ben-
dijo a varias mujeres de maneras muy singulares. Una
de ellas fue una joven virgen llamada María. Estando
comprometida con José, quedó embarazada milagro-
samente por espíritu santo. ¿Por qué la eligió Dios
para que fuera la madre de Jesús? Sin duda porque te-
nía las cualidades necesarias para criar a su hijo
perfecto. ¡Qué honor ser la madre del hombre más
extraordinario que ha vivido en la Tierra! (Mat. 1:
18-25.)
16 Jesús trataba con mucha bondad a las mujeres.
¿Recuerda cómo trató a una mujer que llevaba doce
años padeciendo hemorragias? Cuando ella se acercó
desde atrás entre la multitud y le tocó la ropa, ¿qué
15. ¿Qu é honor le concedi ó Dios a una mujer llamada Ma-
r ía?
16. ¿C ómo trataba Jes ús a las mujeres? D é un ejemplo.
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 13
hizo él? En vez de regañarla, le dijo amablemente:
“Hija, tu fe te ha devuelto la salud. Ve en paz, y que-
da sana de tu penosa enfermedad” (Mar. 5:25-34).
17 Entre los discípulos de Jesús había algunas mu-
jeres que lo atendían a él y a los apóstoles (Luc. 8:
1-3). Y en el Pentecostés del año 33, unos 120 hom-
bres y mujeres recibieron el espíritu de Dios de un
modo especial (lea Hechos 2:1-4). Jehová lo había
predicho con estas palabras: “Derramaré mi espíritu
sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas cier-
tamente profetizarán. [...] Yaun sobre los siervos y so-
bre las siervas derramaré en aquellos días mi espíritu”
(Joel 2:28, 29). Con ese milagroso suceso, Jehová in-
dicó que le había retirado su apoyo a la apóstata na-
ción de Israel y que ahora favorecía al “Israel de
Dios”, compuesto por hombres y mujeres (Gál. 3:28;
6:15, 16). Entre las cristianas que predicaron las bue-
nas nuevas en el siglo primero estuvieron las cuatro
hijas de Felipe el evangelizador (Hech. 21:8, 9).
17. ¿Qu é suceso milagroso ocurri ó en el Pentecost és del
a ño 33?
14 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
“UN EJ ÉRCITO GRANDE” DE MUJERES
18 En la década de 1870, un puñado de hombres y
mujeres demostraron tener un profundo interés en
encontrar la manera correcta de adorar a Dios. Ellos
prepararon el camino para quienes hoy están cum-
pliendo estas palabras proféticas de Jesús: “Estas bue-
nas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra
habitada para testimonio a todas las naciones; y en-
tonces vendrá el fin” (Mat. 24:14).
19 Aquel pequeño grupo de sinceros Estudiantes

de la Biblia ha crecido hasta los aproximadamente


8.000.000 de testigos de Jehová que hay en la actua-
lidad. Y a ellos se suman más de 11.000.000 de per-
sonas que asistieron a la Conmemoración de la muer-
te de Jesucristo en el año 2013. En casi todos los
países, la mayoría de los que asistieron fueron muje-
res. Por otro lado, en todo el mundo la cantidad de
18, 19. a) Con respecto a la adoraci ón verdadera, ¿qu é pri-
vilegio ha concedido Dios tanto a hombres como a mujeres?
b) ¿Con qu é palabras se refiri ó el salmista a las mujeres que
predican las buenas nuevas?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 15
proclamadores del Reino que sirven a tiempo comple-
to supera el millón, y la mayor parte de ellos son mu-
jeres. Como vemos, Dios ha concedido también a
mujeres el gran privilegio de representarlo. Verdade-
ramente se han cumplido estas palabras que escribió
el salmista: “Jehová mismo da el dicho; las mujeres
que anuncian las buenas nuevas son un ejército gran-
de” (Sal. 68:11).
A LAS MUJERES FIELES
LES ESPERAN GRANDES BENDICIONES
20
El tiempo no nos daría para hablar de las nume-
rosas mujeres fieles del registro bíblico. Pero podemos
buscar su historia en la Palabra de Dios y en artícu-
los que han aparecido en nuestras publicaciones. Pen-
semos, por ejemplo, en el caso de Rut. Meditar en su
lealtad nos beneficiará muchísimo (Rut 1:16, 17.)
¿Y qué hay de la reina Ester? Leer el libro bíblico que
lleva su nombre y artículos sobre ella nos fortalecerá
la fe. ¿Por qué no programamos tareas de estudio
de este tipo para nuestra Noche de Adoración en
20. ¿Qu é tareas de estudio podr íamos programar?
16 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
Familia? Y si estamos solos, podemos analizar esos
temas en nuestro estudio personal.
21 No hay ninguna duda de que Jehová bendice la
labor evangelizadora de las cristianas y las apoya en
tiempos difíciles. Por ejemplo, ayudó a nuestras her-
manas a mantenerse leales bajo el nazismo y el comu-
nismo. Muchas de ellas sufrieron y hasta perdieron la
vida por obedecer a Dios (Hech. 5:29). Hoy igual que
en el pasado, todos los cristianos, tanto hombres
como mujeres, han elegido a Jehová como su gober-
nante. Y él, como hizo con los israelitas de la antigüe-
dad, los toma de la mano y les dice: “No tengas mie-
do. Yo mismo ciertamente te ayudaré” (Is. 41:10-13).
22 Muy pronto, hombres y mujeres fieles transfor-
marán la Tierra en un paraíso y enseñarán a millones
de resucitados los propósitos de Jehová. Hasta en-
tonces, atesoremos todos nuestro privilegio de servir
“hombro a hombro” a nuestro Dios (Sof. 3:9).
21. ¿C ómo han demostrado muchas cristianas su lealtad a
Jehová en tiempos difíciles?
22. ¿Qu é privilegios les esperan a los siervos fieles de
Jehová?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 17
La Palabra de Dios es viva
¡us émosla!
“La palabra de Dios es viva, y ejerce poder.” (HEB. 4:12)

¿QU É CREE USTED?


¿Qu é les dará más fuerza a las presentaciones
que usamos en la predicaci ón?
¿C ómo nos ayudan los tratados a utilizar la Biblia
cuando hablamos con las personas por primera vez
y al volver a visitarlas?
¿C ómo podemos imitar la actitud de Pablo
cuando nos preparamos para predicar?

¿SE IMAGINA cómo se sentiría si tuviera que pre-


sentarse ante el gobernante más poderoso de la
Tierra y hablar a favor del pueblo de Jehová? Posi-
blemente no se sentiría a la altura. Quizás estaría
nervioso o asustado y no sabría qué decir. ¿C ómo
se prepararía? ¿Qué podría hacer para añadir fuer-
za a sus palabras como mensajero del Todopode-
roso?
1, 2. ¿Qu é misi ón le encarg ó Jehová a Mois és, y qu é le
prometi ó?
18 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
2 Moisés se encontró en esa situación. Jehová le
había dicho a él, “el más manso de todos los hom-
bres que había sobre la superficie del suelo”, que iba
a enviarlo al faraón para rescatar a su pueblo de
la esclavitud y la opresión que sufría en Egipto
(Núm. 12:3). El faraón era un hombre grosero y or-
gulloso. A pesar de eso, Jehová quería que Moisés
le diera una orden: ¡dejar que varios millones de
esclavos salieran del país! (Éx. 5:1, 2.) Es natural
que Moisés le preguntara a Jehová: “¿Quién soy yo
para que vaya a Faraón y para que tenga que sacar
a los hijos de Israel de Egipto?”. Moisés debió de
sentirse incapaz de cumplir aquella misión. Pero
Dios le prometió que no estaría solo. Le dijo: “Yo
resultaré estar contigo” (Éx. 3:9-12).
3 ¿De qué tenía miedo Moisés? De que el faraón

no recibiera o no escuchara a un mensajero de


Jehová. Y también tenía miedo de que sus propios
3, 4. a) ¿De qu é ten ía miedo Mois és? b) ¿Qu é sentimien-
tos parecidos a los de Mois és podr íamos tener?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 19
hermanos israelitas no creyeran que Jehová lo había
elegido a él para sacarlos de Egipto. Por eso le dijo
a Jehová: “Supongamos que no me crean y no es-
cuchen mi voz, porque van a decir: ‘No se te apare-
ció Jehová’ ” (Éx. 3:15-18; 4:1).
4 Lo más seguro es que usted nunca tenga que
presentarse ante un poderoso gobernante. Pero ¿al-
guna vez se le ha hecho difícil hablarles de Dios y
del Reino incluso a personas comunes y corrientes?
La respuesta de Jehová a Moisés y lo que ocurrió
después nos enseñan a todos una impactante lec-
ción.
“¿QU É TIENES EN LA MANO? ”
5
Cuando Moisés expresó su temor de que na-
die tomara en serio sus palabras, Dios lo preparó
para lo que le esperaba. En el relato de Éxodo lee-
mos: “Entonces le dijo Jehová: ‘¿Qué tienes en la
mano?’, a lo cual él dijo: ‘Una vara’. En seguida
5. a) ¿Qu é puso Jehová en manos de Mois és? (Vea la ilus-
traci ón del principio en la edici ón normal.) b) ¿C ómo forta-
leci ó eso la confianza de Mois és?
20 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
dijo: ‘Arrójala a tierra’. De modo que él la arrojó a
tierra, y esta se convirtió en una serpiente; y Moi-
sés empezó a huir de ella. Jehová ahora dijo a
Moisés: ‘Alarga la mano y agárrala por la cola’.
De modo que él alargó la mano y la agarró, y esta
se convirtió en una vara en la palma de su mano.
‘Para que —según dijo él— crean que se te ha apa-
recido Jehová’ ” (Éx. 4:2-5). Por el poder de Dios,
¡una simple vara cobraba vida! Con ese milagro,
Moisés podría demostrar que Jehová lo había envia-
do y que lo apoyaba. Jehová le dijo: “Esta vara la
tomarás en tu mano para que ejecutes con ella las
señales” (Éx. 4:17). Teniendo esa prueba en sus ma-
nos, Moisés pudo pasar a la acción y representar
con plena confianza al Dios verdadero ante su pue-
blo y ante el faraón (Éx. 4:29-31; 7:8-13).
6 Cuando nosotros pasamos a la acción y lleva-
mos el mensaje bíblico al prójimo, se nos podría
6. a) ¿Qu é debemos tener a mano cuando predicamos, y por
qu é? b) ¿Por qu é dijo Pablo que “la palabra de Dios es viva,
y ejerce poder”?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 21
hacer la misma pregunta: “¿Qu é tienes en la
mano? ”. En muchos casos tendremos la Biblia en
la mano y estaremos listos para usarla. Aunque hay
quienes ven la Biblia como un simple libro, es mu-
cho más que eso: es la Palabra escrita de Jehová,
mediante la cual él nos habla (2 Ped. 1:21). En ella
se encuentran las promesas de Dios sobre lo que su
Reino hará. Por eso el ap óstol Pablo escribió: “La
palabra de Dios es viva, y ejerce poder” (lea He-
breos 4:12). ¿Por qué dijo que “la palabra de Dios
es viva”? Porque las promesas de Dios no son pala-
bras muertas, ya que él siempre se está encargando
de que se cumplan (Is. 46:10; 55:11). Cuando una
persona comprende este hecho, lo que lee en la Bi-
blia “ejerce poder” en su vida, es decir, tiene un pro-
fundo efecto en ella.
7 Jehová ha puesto en nuestras manos su Palabra
viva, la Biblia. Con ella podemos demostrar que el
mensaje que llevamos es verdadero y procede de él.
7. ¿C ómo podemos utilizar “la palabra de la verdad correc-
tamente”?
22 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
No sorprende que Pablo, después de escribir su car-
ta a los Hebreos, le diera a Timoteo este conse-
jo: “Maneja la palabra de la verdad correctamente”
(2 Tim. 2:15). ¿C ómo podemos también nosotros
seguir ese consejo? Seleccionando bien los textos bí-
blicos que vamos a leerles a quienes nos escuchen
con el objetivo de llegarles al corazón. Los tratados
que se presentaron en el 2013 están pensados pre-
cisamente para eso.
LEA UN TEXTO B ÍBLICO
BIEN SELECCIONADO
8 Todos los nuevos tratados tienen el mismo for-
mato, así que si aprendemos a usar uno de ellos, sa-
bremos usarlos todos. Un superintendente de servi-
cio de Hawái (Estados Unidos) escribió: “No nos
imaginábamos lo eficaces que serían estos nuevos
tratados tanto de casa en casa como en la predica-
ción pública”. ¿Por qué son tan eficaces y fáciles
de usar? Él ha comprobado que la manera como
8. ¿Qu é dijo sobre los nuevos tratados un superintendente
de servicio?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 23
están escritos invita a las personas a expresarse con
mucha más facilidad, y eso a menudo lleva a buenas
conversaciones. Le parece que es por la pregunta y
las varias opciones de respuesta que aparecen en la
primera página, pues así la persona no tiene que
preocuparse de que su respuesta sea incorrecta.
9 Cada tratado nos invita a leer un texto bíblico
bien seleccionado. Fijémonos, por ejemplo, en el tra-
tado ¿Dejaremos de sufrir alg ún d ía? Sin impor-
tar que la persona elija “sí”, “no” o “tal vez” como
respuesta a la pregunta, vaya a la página siguiente
y, sin añadir nada más, dígale: “Esto es lo que dice
la Biblia”. Entonces lea Revelación 21:3, 4.
10 Igualmente, cuando use el tratado ¿Qu é es
para usted la Biblia?, dará lo mismo cuál de las
tres respuestas elija la persona. Solo dígale: “Fíjese
en lo que la Biblia misma dice”. Entonces abra el
tratado y lea el texto citado: “Todo lo que está es-
9, 10. a) ¿C ómo nos ayudan los tratados a utilizar la Bi-
blia? b) ¿Qu é tratados le han dado mejores resultados, y por
qu é?
24 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
crito en la Biblia es el mensaje de Dios”. A conti-
nuación podría añadir: “En realidad, este pasaje
dice mucho más”. Luego abra la Biblia y lea 2 Ti-
moteo 3:16, 17.
11 Según c ómo reaccione la persona, quizás pue-
da leer y analizar más del tratado. En cualquier
caso, además de darle el tratado, tendrá la satisfac-
ción de haberle leído algo de la Palabra de Dios,
aunque sea uno o dos versículos en la primera visi-
ta. En otro momento podrá volver y seguir la con-
versación.
12 En la última página de cada tratado está el en-
cabezamiento “Pregúntese”. Debajo hay una pre-
gunta y textos bíblicos que puede analizar cuando
vuelva a visitar a la persona. En el tratado ¿C ómo
ve el futuro?, la pregunta es “¿C ómo hará Dios de
este mundo un lugar mejor?”, y los textos son Ma-
teo 6:9, 10 y Daniel 2:44. Por su parte, en el tratado
11, 12. a) ¿Qu é satisfacci ón podr á tener si utiliza bien los
nuevos tratados? b) ¿C ómo pueden ayudarle los tratados a
prepararse para volver a visitar a las personas?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 25
¿Ser á posible que los muertos vuelvan a vivir?, la
pregunta es “¿Por qué envejecemos y morimos?”, y
los textos son Génesis 3:17-19 y Romanos 5:12.
13 Utilice los nuevos tratados como trampolín
para comenzar estudios bíblicos. En su parte de
atrás hay un código QR (código de respuesta rápi-
da).1 Cuando se escanea con un dispositivo móvil,
se abre una página de nuestro sitio de Internet con
un video que invita a las personas a estudiar la Bi-
blia. Los tratados también anuncian el folleto Bue-
nas noticias de parte de Dios y animan a leer algu-
na de sus lecciones. Por ejemplo, el tratado ¿Qui én
controla realmente el mundo? invita a leer la lec-
ción 5, y el tratado ¿Qu é hace falta para ser una
familia feliz ? nos dirige a la lección 9. Si emplea-
mos los tratados como se espera que lo hagamos,
podremos usar la Biblia cuando hablemos con las
personas por primera vez y al volver a visitarlas.
1 QR Code es una marca registrada de Denso Wave Incor-
porated.
13. ¿C ómo podemos usar los tratados para comenzar cur-
sos b íblicos?
26 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
Y eso nos puede llevar a comenzar más cursos bí-
blicos. ¿Qué más puede hacer para utilizar la Pala-
bra de Dios eficazmente en la predicación?
HABLE DE UN TEMA
QUE LE INTERESE A LA PERSONA
14 Cuando predicaba, Pablo se esforzaba por en-
tender las circunstancias del “mayor número de per-
sonas” posible (lea 1 Corintios 9:19-23). ¿Con qué
fin? Él mismo escribió que era “para [ganarse] a ju-
díos [...,] los que están bajo ley [...,] los que están
sin ley [...,] los débiles”. Deseaba llegar a “gente de
toda clase” para al menos salvar a algunos (Hech.
20:21). ¿C ómo podemos imitar la actitud de Pablo
cuando nos preparamos para llevar la verdad a “gen-
te de toda clase”? (1 Tim. 2:3, 4.)
15 En Nuestro Ministerio del Reino se sugie-
ren presentaciones todos los meses. Pruébelas. Pero
¿y si a la gente de su territorio le interesan otros te-
mas? Entonces piense qué podría decir para desper-
tar su interés. Por ejemplo, pregúntese: “¿Cuáles
14, 15. ¿C ómo puede imitar la actitud de Pablo hacia el
ministerio?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 27
son las circunstancias de las personas con las que
voy a hablar? ¿Qué es lo que más les preocupa?”.
Entonces piense en un texto bíblico que las pueda
ayudar. Un superintendente de circuito comenta lo
que su esposa y él hacen para emplear la Biblia: “La
mayoría de las personas nos permiten leer un ver-
sículo si somos breves y vamos al grano. Después
de saludarlas amablemente, con la Biblia ya abierta
en la mano, les leemos el texto bíblico”. Vamos a
ver algunos ejemplos de temas, preguntas y textos
bíblicos que han dado buenos resultados. ¿Por qué
no los prueba?
16 Si vive en una zona donde la violencia y los de-

litos son frecuentes, podría preguntar: “¿Se imagi-


na usted que un día todos los periódicos publicaran
la noticia de que toda la Tierra está en paz, libre de
disturbios, y todo el mundo está alegre? Eso es lo
que dice la Biblia en Isaías 14:7. De hecho, la Biblia
contiene muchas promesas de Dios de que pronto
16. ¿C ómo podr ía usar Isa ías 14:7 en la predicaci ón?
28 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
veremos tiempos de paz”. Entonces ofrézcase a leer-
le una de esas promesas.
17 Donde usted vive, ¿es difícil ganarse la vida?
Si es así, podría iniciar una conversación preguntan-
do: “¿Cuánto tiene que ganar alguien para que su
familia pueda vivir bien?”. Después que la persona
responda, dígale: “Hay quienes ganan mucho más
que eso, pero sus familias siguen sin ser felices. Por
eso, ¿qué es lo que de verdad se necesita?”. Enton-
ces léale Mateo 5:3 y ofrézcale un curso bíblico.
18 ¿Están las personas de su localidad sufriendo
por alguna tragedia reciente? Podría decir: “He lla-
mado a su puerta para ofrecerle algo de consuelo”.
Entonces lea Jeremías 29:11 (léalo). Luego podría
añadir: “¿Vio usted las tres cosas que Dios quiere
que tengamos? ‘Paz’, ‘un futuro’ y ‘una esperanza’.
¡Qué bueno saber que él quiere que seamos felices!
17. ¿C ómo podr ía usar Mateo 5:3 en una conversaci ón?
18. ¿C ómo podr ía usar Jerem ías 29:11 para consolar a la
gente?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 29
Pero ¿será posible eso? ”. Ahora abra el folleto Bue-
nas noticias por alguna lección que encaje.
19 ¿Son religiosas las personas de su zona?
En ese caso podría empezar diciendo: “Si un ángel
viniera y le hablara, ¿lo escucharía?”. Entonces lea
Revelación 14:6, 7 (léalo). Luego podría añadir:
“Este ángel dice ‘teman a Dios’ y ‘adoren al que
hizo el cielo y la tierra’. ¿Sabe usted cómo se llama
el Creador del cielo y de la Tierra?”. Entonces lea
Salmo 124:8, que dice: “Nuestra ayuda está en el
nombre de Jehová, el Hacedor del cielo y de la
tierra”. Después ofrézcase a explicar más cosas so-
bre Jehová.
20 Con un joven podría comenzar una conversa-
ción diciendo: “Me gustaría leerte unas palabras de
19. ¿C ómo podr ía usar Revelaci ón 14:6, 7 para hablar con
personas religiosas?
20. a) ¿C ómo podr ía usar el texto de Proverbios 30:4 para
ense ñarle a alguien el nombre de Dios? b) ¿Hay alg ún ver-
s ículo b íblico en particular que le haya dado buenos resulta-
dos en la predicaci ón?
30 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
la Biblia que plantean una cuestión muy importan-
te”. Entonces lea Proverbios 30:4 (léalo). Luego
podría decir: “¿De quién se habla aquí? No hay nin-
gún ser humano que encaje en esta descripción,
¿no te parece? Así que está claro que se habla del
Creador.1 La pregunta es: ¿cómo podemos averi-
guar su nombre? Me gustaría enseñártelo en la Bi-
blia”.
APROVECHE EL PODER
DE LA PALABRA DE DIOS
21 Nunca se sabe qué efecto tendrá en alguien un
texto bíblico bien seleccionado. Por ejemplo, dos
Testigos de Australia llamaron a la puerta de una
mujer joven. Uno de ellos le preguntó: “¿Sabe us-
ted cómo se llama Dios?”. Y entonces le leyó Sal-
mo 83:18. La joven cuenta el efecto que tuvieron en
1 Consulte la sección “Preguntas de los lectores” de la re-
vista La Atalaya del 15 de julio de 1987, p ágina 31.
21, 22. a) ¿C ómo puede un texto bien seleccionado cam-
biar la vida de una persona? b) ¿Qu é piensa hacer usted en
su ministerio?
15 DE AGOSTO DE 2014 PRIMERA PARTE 31
ella esas palabras: “¡No me lo podía creer!” Cuan-
do se fueron, subí a mi auto y fui a una librería que
estaba a 35 millas [56 kilómetros] para comprobar
si las otras Biblias decían lo mismo. También bus-
qué el nombre en un diccionario. Cuando me con-
vencí de que Dios se llama Jehová, me asaltó una
gran pregunta: ‘¿Qué otras cosas no sé?’ ”. Poco
después, ella y su futuro esposo comenzaron a es-
tudiar la Biblia, y al cabo de algún tiempo se bau-
tizaron.
22 La Palabra de Dios verdaderamente cambia la

vida de quienes la leen y aprenden a confiar en las


promesas de Jehová (lea 1 Tesalonicenses 2:13).
El mensaje de la Biblia tiene más poder para llegar
al corazón de alguien que cualquier cosa que noso-
tros podamos decir. En efecto, la Palabra de Dios
es viva y tiene mucho poder. ¡Usémosla siempre que
podamos!
Visite www.jw.org/es o
escanee el código5
32 LA ATALAYA

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