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2 EI Dios en la imagen 276. Par sera uy atu desea {ogra cones pubes in hombre dea Lireuuray on eno ri pei ac tes ttn dep mo ums maquina Ac Gece ‘i pat, apie age ot Io gue mi fahbene actin crt cat a bon Ehptes que proabienente feet Fogel [Scye pn dei gen ln parece on rete hate si de ae eae ZT, Sire ples qu encrbes I o ‘ala, To Bara cn on Eormtos, Lume Werrorsru, Comma iy olor En las escarpdas laderas del desfiladeeo de Alzou, en la aldea de Rocamadour, en ‘Querey, hay una imagen muy venerada de lt Virgen (fig. 12). Ciera compafiera mia de profesibn realiza un largo viaje para visitarla, al igual que muchos peregrinos lohan checho desde la Edad Media hasta la época moderna, Algunos van con el abjeto de Ile- gar cspecificamente a Rocamadour, para otros, esta ciudad! ex un alto en el camino ha- ‘cin cl gran santuario de Compostela, Mi compara no acude con la esperanza de cu- rarse de ninguna enfermedad, pero epensari acaso como decenas de miles de personas antes que ella que obtendra algin beneficio por aproximarce a la pequefta esarua de Nuestra Sears de Recamadous? No va con la intencién de orar alli sino quizé para ver qué tiene Ia imagen que la ha hecho tan famosa, 0 tal vex porque muchas otras per~ sonas han ido ya. No lo sabemos; no podemos descifrar con exactitud sus motivos, Todo lo que podemos hacer es permanecer alertas# la atracti€n de la imagen. Y por ‘es0 mi compafiera realiza el arcluo viaje y + abre paso entre la muchedusnbre que se agolpa en la sencilla capilla donde esta alojuda, Toso lo que encuentra —o eso cree— 45 esuna escultura pequefa en apariencia significance y bastante fea, No puede creet que se le hayan atribuide tention poceses Deberia ser mds bonita, mis imponente. 4No podia creerlo —declara a su regre- co-—: después de um viaje tan largo, rode bo que vi fue una Virgen fea ¢ pequefia eon pesto de acrogancia en la cara, {Me enojé mucho al verlals Se enojé con id. La cuesién, por el momento, no es la degepcian scatida al comprender que to milagroso es tan mun dano y ein ordiquris. Con ssto yaestamos todos familiarizades. Lo que importa es la respuesta, que se basa en la iden de la pre sencia, seen el hecho de fa representacion, Ein fales casos, lo representado se subardi- na ala presencia: mi aeniga estaba eenfada— dicon ef objeto que vios, no venfadada con éllar, Lo que sucede, naturalimente, ex que cuando uno esti irritado 0 exasperado a ve- fe resulza mis facil gstarlo con alguien que con algo (y en questeo andliis de ta iconoclasia veremos parte de la compleji- dad de este campo psicolgieo). Peso aun Aasiyel signo se ha conivertid én la encams. in viva de to que significa. Aiguien suge- rind tal ver que a los creyentes, su fe Fuerte ebngeaita en ellalos inclina can facilidad a verli presente, desembacazadla de toda fo ‘que Constituye su reptesentacion sin vida Quiai la sugerencia vaya en el sentido de que no se puede creer que ta Vingen txtd en ¢l cuadio —0-a el euadeo— a menos que, [para empezar, creamos ef la Virgen, En: sanees, queriendo que alla ¢sté alll, que exista (por cl amor que le profesarnos). nos cOnecntramos conscientersente en la imar Ben y, una vex mis, To que en ella esta re- ptesentado se hace preseate, Esti, et un sentido totalmente literal, representads. Es Aecisivo este paso de fa representacion 2k prcscatactin, de ver tun objeto que repre senta a la Virgen, a-verla 2 ella realmente estel objeto. £)aé sucede?; ecdmo procede- ‘reams sin entrar en el andlisis de ls natura 46 12, La Virgen de Recuaour, Jez reaposicional de las teorias sobre bi fe en las eclaciones entre la naturaleza de las creencias y los informes que dan testimonio de ellas? En el afio 787 el Segundo Concilio de Nicea puso fin ala primera gran etapa te fa iconoelasia en Bizancio. A fin de rofutar fos argumentes de fos fcococtatss (condea sados en fa decisidn del primer concitio aconoelasta de 754), reuns6 un vasto compus dé material en fayve de Jas imagenes y dela adoration de éstas, Hubo complicadas disca- siones tgenicas tomadas de los primeros padres priegos asi come de Ios excritores bi- zantinos mas recientes: pero también hubo historias y relatos. De los Apotogistas y de fas Vidas de los Santos se eneresucaron inrwmecables snécibotas, codas con la finalidad de ilustrar las ventajas y beneficios derivados de las imagenes. Una de tales historian fue extraida de la vida de San Juan et Ayunador, patriarca de Constantimopla (murié en 395), escrita por su discipulo Fotino. Ef marido de una mujer cice estaba habitado por un demonio maligna. Fatino fue 4 visitas 21a esposa una noche ella ledijo que durante tres aos habia buseade sin éxi- t» ayuda de los mogjes y en los santuarios. Finalmente habla acudida a un venerable emmitafio y éte le habia darlo las siguientes inscruccioncs ‘Veal pasriacca Jets y, de repress, trae una insagen de Ja Virgen bendeciga por él. ‘Colveals a la entrada de tu cass, asegurindote de poneria de espatclas 1 (a ciudad. Toro ef que habice en tu casa yen benubocido... Bb expire sexi expulsad y ahuyenta- do. ¥ no velveri a acescarmy « ti porque Dios exath cetca', Al dia siguiente por tanto, Fotino condujo a la mujer aciée ef parrtarca, pero éste se Neg® a acceder & su peticide. Le parecia indigno que &l, también un pecedor, Ase el instrumente del milagro. Esto desconcertd al ingenioso Fotino, pero né pot mucho tiempo, Se le ocurrié una altersativa y entrege a la mujer una imagen tan bonita ye tanco valor como para haber sido entregada de verdad pore} parziarca. Esta la fib en ef muro de enteuds «12 case y sv esposo tand conforme a lo previsto, La euraeion, somo esesibié Potino, fue obra de la imagen, que era sel Lagat —0 mas bien la prucim simbalica— de a Virgen madres! Ein cate pens dingua, transmit en griggo por uaa deliberada catacsésis —Ba tapas inp mci: paribenss Bina —, se encuentra el meolly del asunto. EB} comentaris- ta contemporineo mis destacado de las actitudes hacia las imagenes en la primera época del Imperio Bizantino lo ha llamado wina retirada de Gitima hora del abisea del animisme puro». Pero introducir agui ta nacién de aanimisenon parece implorar una 9 dos preguatas. 13s un poto prematuro. El concepto de animistno continia sin st analizady —aurigue tengamos una vaga idea de-lo que significa*. En este punto podria exponerse 14 cuestion con mas detalle y claridad. Nani, LF, ae Ble 85s. 2 Ind cok. Be > Kitzinger, 1954, pag, 147, Pare wo sechaw mis aronado de las nociones le animinmo, véanac is capiilos 4 y Ny, ¢0 Particular, la seccioa intvoduernets del capitulo 11, a Esti claro que pasa Fotino y para la esposa del desgraciado hombre la Virgen obré &! milagro, pero no la Virgen en sentido abstracto, ni fue tampoco que la Visgen rege. ‘fats intencionadamente ala tierra para realizar el milagro. Fue la Virgen de la imagen Fotino sabe que ésta no puede estar realmente en la imagen; por es0 te cotrige ¥ dice gue cl milagro Fue obra de la Visgen representada por la imagen. Pero no es una cues. tiGn tan fii. ¢Quiere decir que cl milagro podia haber sido realizado tinicamente por | Viegen representada con esa forma concreta —en otras palabras, por ese abjeta f- urativo en particular, por ese tipo determinado de imagen? ¢¥ slo porque la imagen tenia una procedencia especial y habia sido colocada enrrectamente —como el relate ‘arece sugerit? En tal caso, Ia eficacia, el resultado obtenida, sccebe especificamente a ‘a imagen; es la imagen, no la Virgen la que se cree que funciona. Ahora bien, natural- mente la imagen sélo funciona debido a la fusi6n de imagen y prototipo, y ésta es pre~ ‘sisamente la fusién contra Ia que siempre se han eacarnizado todas las teorias sobre las inigenes. En ese obligatorio encarnizmiento radica el reconocimiento ticito de la eficacia producida por la fusién, Nos detendzemas un poco en las respuestas basadas en la petcepeidn de que lo re- presentado en una imagen esti realmente presente, 0 presente en ella. Pero quizis en Toque respecta a tales respuestas no se teate de que los cuerpos estén presentes; es come a estuviesen presentes, Cuando, come Fotino, pensamos que fa Virgen estd en la ima- Ben, © que Ja Figura en la fotografia cs el desnudo vivo, zpensamos slo metaforica. ‘mente?, go metonimicamente? Si asi fuera, las madalidades de respuesta pefiladas en site libro prueban el poder constructivo del pensamiesito metafdtico y metonimico, asi como la manera que toda percepeién anula la representacién con la realidad (no jamos a debatir aqui sobre la percepcidn desde cl punto de vista visual ni neuro I6gieo): Con todo, asi como Fotina se detuvo a tiempo (cal filo del abismo del animismo Puro»), nos damos cuenta de que también lo hacemos nosotros. Nos precipitamos 10» bre el retrato que nos hace sevias, ahuecamos las manos para fecoger la sangre que ‘mana del cuerpo de Cristo, damos un cespingo ante los asesinos liechos de eers, y hie- eno: acordamos de que slo se trata de retratos, esculturas policrornadas, modelos de cra. Por consiguiente, tan pronto como esbocemos las consccuencias de ercer qu lo representado en una imagen esti presente de verdad cn ella deberemos preguntarnose scusindo se socava la fe por la conciencia de que la imagen cs meramente el objeto figu- fado de lo que representa? Tal vex descubramios que asi nunca la fe ni le respuesta pict den © jganan intensidad, Quiés csta cucstion permanezea en un segundo plano para siempre. No podemos decidirlo ain. n Una notable ceremonia practicada en el Africa Occidental presenta cuestioncs si milares de fusion ¢ inkerencia, pero nos permite al mismo tiempo abundar un poce ‘mas en los clemenios de la respuesta. Hasta que fue suprimido por las autoridades co- 1 Para declaraciones mix enérgias pero menos redicaes, véaxe Gordon 1979, pigs 7-20 —me- nos radiales porque reduce la cocsin a os aspectonlingsticos y seendotieon, 48 loniales, el cults adel ghoyd del pucblo Nupa de Nigeria utilizabs una mascaradiferen« te de todas Ias demas que se empleaban en el antedicho pais. No era antropomarfica en grado alguno, sino: hecha de pao blanco, con forms de cilindro y lo suficiente- ‘mente ancha para dar cabida a un hombre. Este ciliadeo se suspendia de un marco de bambd con forma circular que sc fijaba al extremo de una estaca de gran altura, casi cuatro metros. Verla debia de eausar un cfecto pavoroxo y aterrador cuandoel hombre dentro de ella la movia hacia adelante a velocidad variable, 1a veces saltando y co sriendo o inclinando la pértiga hacia un lado y otro, levantindola y bajindola y ha- iendo mecerse el tubo de telan”. No-es de extrafiar que la mascara del ndaks ghops se ttilizara con dos objetivos: asustar por una parte 4 las aovicios y poner en guardia + fos Jévenes durante ¢| principal rito de iniciacién conocido como el gun, y neuttalizar, por la otra, a las personas soxpechosas © acusadas de ser hechiceres. ‘Tras deseribir asi la ceremonia, el antropologo que investigé el culto nda ghond ‘con mayor profundidad antes de que ste fucse suprimido, sefialo. que auna ves dentro dde la miscara, e bailarin es inseparable de la cosa que “representa”: él es el ndats ghana [el «Abuclo» 0 «Antepasado Ghoyén], repiten todos en la aldea, y no ya Fulanoo Men- {gano, al que conocen y con el que han hablado anresw. El antropéloge quiso compro: bar la veracidad de tal aseveracin de una manera quizis un tanto ingenua: «lina ver, durante la ceremonia, ofreci comida y algo de beber al hombre de la miscara”, dando a emender que lo necesitaria después de su agotaciora aetuacién. Se burlaron de mi ofrecimnienta y me dijeron que “los espiritus no comen”.» Son significativas las conse- ‘cuencias que se desprenden de todo esto: «Todo aqucl que ne haya sido iniciaco en la sociedad maki shod o no haya cumplido con los ritos preparatorios morini asesinado por la mascara tan pronto come se introduzca cn ella. La miscara, naturalmente, noes mis que un trozo de tela que hay que cortae y confeccionag; muchas de ellas mucstran arches y remiendos, Pero una vez que se ha operado el sacrifieio en ellas, dejan de ser tun simple objeto material y se convierten en la cosa misma que simbolizans". ‘Hasta qué punto las palabras empobrecen Ia percepeiént «Salo un trom de tela» y un simple objeto materials, cuando esto cx justamente Jo que la miseata 0-3, pucs 10 €s otra cosa qué el mismisimo adaés shod: y para ser investida con el espiritu vivo ha de tener determinadas caracteristicas externas y ser consagrada de un modo especi- fico, Lo que sucede en este casode Africa Occidental es lo mismo que en el caso de Bi- zancio. La imagen, una vez preparada, montadz, adornada yataviada adecuadamente, se convierte en el doewr del espiritu. Pasa a ser lo que sc cree que representa, Naturalmente hay una diferencia: en el ejempla africano citado, la mixcara —al ‘gual que tantas otras utilizadas en ceremonias rituales de culturas no oceidentales— «ati animada en el sentide mis literal cela palabra’. Asi pucs, puede decinse, el expin « Véase Nadel, [1954}, 1970, pigs 190-91, 198-201 y 208-28 acerca de este tema y de otras cul ‘om afines muy importantes entre lor hanaa y los yous. * td, pi. 190. Td agg. 190.91 * Merete la pens recordar, no obstante, ls freevencis con la queen Oxcidente indigenes gue pas even estar animadas por posses sobrrensturals esta literaimente animadas por persogas qu ete. Fan saear alge partido —sapicinual, social, material 0 los trcr=~ de ls aparicsones. Lnconteamos ‘mathisimas eemplon en las postrimecrias dela antiguedad (como en la esplendida obra stiviea de 9 tu ingresa eo el objeto material sélo- con la mediacién de un ser vive. Pero sean cuales sean los tecnicismos de es mediacién, el hecho sigue siendo que las respucstan a la miscara estin determinadas por fa fusitn de signo y significado que ya hemos sefiala- do a propdsito de las imagenes en Oxcidente, y que la eficacia, en todos fos casos, de pende exclusivamente de esta conflacién. Ahora bien, uma vez mis, la cucstién mo © tan sencilla, La imagen sole parece adquirir su pocier o eficacia después de haber sido consagrada, rito que confiere 2 la emerae matetialidad de la maseara o imagen poderes no atribuibles al material por si solo". ‘La miscarandaks ghysd, de forma alargada y sencilla, inspita terror; puede ahuyen- tara los espiritus malignos; y es tanta su fuerza que, si no se realizan los ritos apropia~ dos, puede matar. Si alguien no muestra el debide respeto a ls mdscara (y smtatis mmudan- dis, al propio mda phoys), corre el riewgo de sufrir unt horrendo castigo. Nadel recverda Ia historia de un yoruba que ese burld de ella y se negé a deseubrirse la cabeza (como deben hacer todos en su presencia)s, Al instante (asi se lo contaron al autor) fue dersi- bado y cayé muerto''. En cuanto se eonsagea la imagen, hay que venerarla como co- rresponde ¥ venerarla siempre; insultar a la imagen ex insultar 2 lo que lla. enearna, representa o significa; y un terrible castige adviene sobre quienes han incurrido em se- ‘mejante crimen de lesa majestad. ero no hemos presentade el caso african silo por su interesante paralclismo ct- nogrifico con nuestro ejemplo occidental de inherencia y fusién. También son sor~ prendentes los demds paralelismos, incluida la ides del respeto debido —exigido real- mente a la imagen después de la consagraci6n, El problema radica cn que nosotros, en Occiddente, estamos poco dispuestos a reconocer estas cosas —si es que Ilegamos 2 reconocerlas en algsin caso. Preferimos no saber nada de las respucstas que trascienden las diferencias cronolégicas y culturales y nos negamos 1 reconocer la cxistencia de-los aspectos de la respuesta a todas las imagenes que anteceslen a la objetividad y la obser vaciéa racional. Los historiadores del arte dejan a ttn. lado los sintomas del poder de las imigenes cuyas raices son mis profundas que lasde la atraccidn ol rechazo estéti~ co mas 0 menos anodinos. Nada aos euesta creer que en las culturas primitivas se €on- sidere que las imagenes participan de la-vida de aquello que representan o incluso de li vida de otras cosas a las que no representan, En cambio, no nos gusta pensar aside no- sotros mismos ni de nuestra sociedad. Nos negamos —o nos hemos negado durante decenios — a reconocer las huellas del animismo presentes en nuestro modo de perci- bit y responder a las imagenes: no necesariamente del «animismos en e! sentido etno- grifico que se dio a este termino en el siglo x1X: transferencia de los espiritus a los ob- jetos inanimados, sino en el sentido del grado de vida 0 de vivacidad que se considera inherente a una imagen, ‘Alijanér) y,e0.3o que wlas imigenes crstianas ve refiere, en ls Edod Media y duranve ba Re forma (aunque loa ejemplos de imagenes erisriaaasson a menudo, aunque no siempre, simples alega ‘cones presentadas por ls exitioas en relacién con el uso de Ins imagenes). ' atc tipo de consagraciéa 0 de investidusa quizs proceds, por supueste, del talento artatico del creador de la imagen, Esto, u've, explicaria las cualidades civioas (cast divinas)atribwicas « ‘muchos artivas yanexanos y (por otra parte) las frecuemtes exigencias de que el artista fueea wna per soaa de bien con una conducta y una moralidad sin mancha (véase tambien capitulo 13, seeei6a IL ‘efa) Véase la descripcion de Nadel, (1954] 1970, pags. 197-208 50 ‘ities ncaa Es or la razén pot la quc hemos presentado aqui el ejemplo del pueblo Nu} muiscara, aparte del danzante que se mueve dentro de ella, no nos proporciona ningrin astro de scmejamm con algo vive qué nos ayude a comprender por qué se leatribuyen {as cualidades del ser vivo al que representa. Hemos excagido este Caso precisamente Por el poxler que tiene una simple forma cilindrica y por las fuertes respuestas que al parecer es capaz de surcitar, La transferencia de poderes a abjetos con formas rudi- ‘mentarias y primitivas estaba en la raiz misma de las discusiones sobre el animismo que cuvieron lugar a finales del siglo xex y principios del xx, pere-Ficilmente se elvida el papel —y 1a antigiedad— de este fendmeno en la cultura occidental? Que los metenritos negros coneeicias camo haitwdis fucron en un principio objetos de culto y adoracién en Ia antigua Grecia ex un hecho recogide por escrite desde los Dtimeros tiempos; y por algunos de los escritores grieaus mis antiguos saberox que Jos troncos informes llamados éreader hicicron las veces de estatuas de-culeo de algu- fos dhioscs"'. Incluso en época tan tardia como ¢! siplo 1v, cl apalogista cristiane Acno- bio rememoré que antes de su conversiéa, cada vezque veia wna de estas piedras «un- ida con accite de olivan Ia adoraba y se encomendaba a ella; y pretendia recibir bene ficios de lo que mds tarde comprendié que era un material inscnsible, «como si hubie- 14 alguna fuerza presente cn ella». Pese a todas sus motivaciones polémicas o satisi- is, uno toma con sexiedad estas historias y recuerdos. La arcaica imagen de maclera (Uamada bay) de la diosa Hera que estaba en Samos fue robada un dia por unos pira- tas titrenos. Lamentablemente, su barco no quiso moverse. Entonees los piratas hicie- ron una ofrenda a la imagen y la depositaron en la playa. Cuando los carianos de Sa mos la hallaron alli creyeren que se habia escapado ella sola, por su cuenta, eautométi- Carnente» (autumatis spededrakenai). Para impedie que volviesc a hacerlo la encadenaron al tronco (des) de un drbol antes de volver a fijarla finalmenteen su pedestal de! tem plo®. Plutarco cuenta que habia en Pellene una dreiar de Artemisa que se mantenia cux "Acerca dela disqubsicioncs sobre animiamno de losiglos x28 y xx, véane bs seceidn ntrodueto fin del capitulo 11, ® Actualicate se consider que Brite es un voctblo ineacpérado sf vocabulasio gricgo pero ‘cuya procedencia noes griega ni indecuropea; yease P. Chantruine, tudor le atlas ots Paste 1996, Pix 2. Pero los execlentes articulos del Disease des amrigaiesgecges ef rtpane de E.Saylic Kev. arp die, cn Dal, 1, 413-14) y F, Lenoemant (a, bull, en DA, |, 842-47) comstituyen toda. ‘ia una fuente extranrdnaria de referencias hisicas y wiles —majores que las de-Josarticulos de FE eisch y K. Tumpel sobre los mismos temas, en ja enciclopedia de Pauly (RS, 3, cola 723-28 y RE 5, enls. 2719481, respectivamente) Armobio, Ader natives, 1.39, Todas las referencias de este tipo leben consideraree polémi- «a8 a laze los asgumentos sobre idolariay culo a imgenes paganas ce alrededor dele 200, Ex efecto, come wbserva Clere (1995, pa 11), eb fragmento ca. particular es una traduecién fel del Albjanim, 30 de Laciano (acerex sel entusista teligposo Rutilianus). '* Est ca la aioe ofcocida por Menodoto de Samos, citala en Atenen, Dejpacipbidal, 15. 11615 Gr, Hist. 541 F), Véase tambiga Meuli, 1975, pigs 1040-62, Desde fas estatuas ce Désabo que Cuvieron que ser eneadenadis para que no anduvicrsh @ sc eacaparan, a las de protectares de la chu codes que ruvieron que ser mantenidas ea el lugar quc ocupeban,inmimerables son las histori en 81 ‘bier la mayor parte del afio. Sélo en unas determinados dias la sacerdorisa de la diosa Ia Hevalsa co procesibn y en tales ocasiones nadie pedis mirar directamente a [a inna- gen, Sus ojos causaban terror y muerte y volvia catériles a los arboles'*. En relatos como éste hallamos algunas de las formas més tipicas en que se atribu- yen poderes vivos a innigencs rucimentarias e infotmes. Los batulia estabin investictos de divinidad y animados por ella, Una vez untados con aceite incluso obran milagros ‘para Sus suplicamtes. 1.ag breéader sirven como imagenes de culto, son los ée! sagrados de determninadas diases. ‘También son ompyprbei, Pueden moverse y se ven impedidas pura hacerlo si se lay encadena. Y puedes causar dado, sobre todo si su wista se posa en tle guien en Ia oasién equivocada, Incluso estos objets primitives y apenas formados ($i es qué tienen alguna forma cualquicra que sea) muestran loa dos atsitvutes primarios ide fa vida: movilidad y visidn, Sus miembyos —cstén fisicamente indicados 0 existas, sélo como idea—, se cree que pueden moverse por si solos; sus ojos Janzan destellos que denotan la realidad divina y ‘a amenaza divina”, La leecién que de esto se desprende es, entonces, que ne se debe menospreciar cl poder afectivo de las formas que se aproximan a la humana (6 aninyal) aunque s6lo sea de modo muy indiferenciado —digamos, por ejemplo, las que Unies y exclusivamente tienen forms eilindrica o rectangular—, y luego ligar esta idea con los sefatos en que se les atsibuyen poderes, No importa ahora si tales atribuciones nacen de en divinidades arbéreas o ao". La cuestion se resume en esta pregunta: con la percepcién a lo largo de Ia historia que hace a tos hombres hablar asi del origen e las imagenes? ‘Las estaruas de culto griegas ms antiguas que pueden Hamarse propiameste ests- ‘tuas ene} sentido genérice actual eran conocidas como Jos xéana. stabaa hechas de madera, aunque quid hubjese algunas excepciones realizadas en piedra, Se ve que et término era bastante generalizada, en muy potas ocasiones parece intercambiable con cl de Aaiasrs, No se sabe con seguridad de ning xéans que haya sobrevivido hasta nuestros dias, pero algunas representaciones impresas en manedas o pintadas en -vasi- jas nos permiten hacernos una idea de eémo debieron haber sido los mis antiguos. troncos de dsboles con forma plana a modo de tablones, coronados a veres Con una ca beza esculpida de la divinislal que xe suponia represen taban (fig. 13)". Otros parece que tuvicron incisiones en forma de lineas para sugerit sus extrernidaties, pero las ma~ nas y los pies no Hegaron a estar separados del tronca. Exam grandes y de una piezi, Yanto mis imponentes por cuanto la cabeza daba la impresion de cstar aiskada (es prer cisamente a estas Cabezas a las que los estudiosos han dedicado, signifieativamente, ly Jas que 9 rerienen a la fea abjeos cormalmerte inmbviles, Véanue al respecto las obras de cul (1975) y de Merkelbach (1971), asi como el espitulo 4, seceién VL 6 Phurarco, Vade de Arata, 32. 17 Exto 00 es dificil de entender si tenemos en cuenta el malestar que nos esusaa fas rucimenta- sas ssculturas afrieanas con los ojos de Curquesas que miran fijumeste, de asa form inquictante » -feamente penerrante La cuestion se ha sgatada tl miximo, dewde & terreno de I especulaeién, cn ls tres cultos Hevadas 1 cabo por los ancropélogos y por los extutiowas det mando clisico. «Para mie ejemplo cc eata Forma en panscuay,véae cambién Mag, 1950, lina 1, no 58, Para uma ilustricién especialmente bueno, que ademas oftece algunos indicios de ls marcas ru ‘mentarias en los propios troncos, véase G. K. Jenkins, ctnciet Grevk Coin, Londres, 1972, 1. sina 277. mayor atencion)" Es probable que los prime tos de todos cuteciesen ce manos, pies y of0s eran achrinas, apedar, asmmateas, como se dice en una fuente comparativamente tardia®. Probablemente podria transmitirse mejor ta maturaléad primitiva de estos Idolos si, por analogia con el gricgo, los Hamiramos asin manos, sin pics y sin ojosn™ Como los bainula, se suponia que los sana ‘habjan caido del cielo, rwzin que daa pie a la sreencia de que tenian poderes divinos. Pero igualmente podria deberse esa creencia a la 13. Dracma procedente de Ainos Enel e- forma exterior de lasestatuas y alos lugares en vero, imagen de culto de Hermes Perfe- que eran encontradas. [in lo que atafic a la raios (niglo tv aC; May, num, 443). primera, parecen arcaicas y austeras, y estas

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