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Mapa V.

7 Provincias según coeficiente de Gini, 2004


Esp
MC PP 0.47 Sal
0.62 0.48 0.52
Val
0.61 MTS
Daj 0.53
0.66 SRod
0.66 Stgo Dua
0.49 0.51 Sam 0.52
EP
0.52 LV SRam
SJ 0.55 MN 0.57
0.52 0.54 MP ES
0.47 HM 0.52
Az SJO 0.52 LA
0.53 SC 0.56
0.48 0.50 SD 0.48 SPM
Bao 0.47 0.53 LR
0.54
Ind Per
0.45 0.48 DN 0.53
Leyenda
Bar
Ped 0.47 Gini mayor o igual a 0.61
0.45
Gini entre 0.56 - 0.60
Gini entre 0.51 - 0.55
Gini menor o igual a 0.50
Fuente: ODH/PNUD con base en Banco Mundial - BID

Se aprecia también que las provincias Zona fronteriza: población,


del Suroeste y Monte Plata son las que regis- Mapa V.8 densidad por km2, 2002 e
tran menor ingreso medio. ingreso medio, 2004
La región Noroeste más la provincia de
MC 111,014
Santiago, el Este y el Nordeste tienen un 5,708 pesos
58h / Km2
nivel de ingreso que puede calificarse como Daj 62,046
medio alto. Sin embargo, las cuatro provin- 4,814 pesos
61 k / Km2
cias del Noroeste son las que poseen la SRod 59,629
5,074 pesos
mayor concentración del ingreso. Les siguen
54 h / Km2
las provincias La Altagracia y Sánchez Ra- EP 63,879
1,900 pesos
mírez. Señalar que las zonas más pobres del 45 h / Km2
país, las cuatro provincias de la región de
Enriquillo y Monte Plata, registran la menor
concentración del ingreso. En otras palabras,
dada la estructura económica actual cuando
aumenta el ingreso medio en una provincia
de estas zonas aumenta la concentración del Bao 91,480
Ind 50,833 2,511 pesos
ingreso. 2,596 pesos
71 h / Km2
25 h / Km2

V.6 La actividad económica


y las regiones
Como se discutió en el capítulo I, una Ped 21,207
2,582 pesos
región puede constituirse como un campo Fuente: ONE y Banco
10 h / Km2
Mundial - BID
de fuerzas que expulsa o atrae determinadas

252 / CAPÍTULO V
actividades e implica una cierta homogenei-
dad interna en cuanto a su funcionamiento. Las provincias de la frontera: uso de la tierra
Cuadro V.5
y comparación nacional, 2003
Para los fines de este informe solamente
hemos considerado aquellas regiones con- Distribución del uso Uso de la
solidadas, que pueden ser geográficamente de la tierra en % tierra de la frontera en
Usos
contiguas o no, determinadas por dinámicas Frontera Nacional porcentaje de lo nacional
económicas que han definido ciertos espa- Total bosques 32.5 33.4 21.2
cios. Aunque en este informe nos limitamos Total agricultura 32.2 38.4 18.3
al análisis de las provincias de la frontera, del Agricultura
turismo y de zonas francas, estamos cons- Mixta 19.4 11.2 37.6
cientes de la necesidad de profundizar más Arroz 3.6 3.5 22.2
en este tipo análisis en República Do- Café 3.0 2.2 29.2
minicana. Caña 1.1 9.4 2.6
Cultivos intensivos 5.2 5.9 19.2
Total manglares 1.8 0.7 52.2
V.6.1 La frontera Total matorrales 27.2 16.1 36.8
La frontera entre República Dominicana Total no data 0.1 0.6 4.1
y Haití es convencional, no natural. Se com- Escasa vegetación 2.9 1.1 57.4
parten territorios de montañas y valles a lo Pasto 2.9 8.0 7.9
largo de una línea de 501 kms, que tiene en Presas 0.1 0.2 14.3
el extremo norte la desembocadura del río Zona poblada 0.4 1.6 5.4
Dajabón y en el extremo sur la desemboca- Total general 100.0 100.0 21.8

dura del río Pedernales. La región fronteriza Fuente: ODH/PNUD con base en SEMARN
está integrada por siete provincias: Monte-
cristi, Dajabón, Santiago Rodríguez, Elías Pi-
ña, Independencia, Bahoruco y Pedernales;
El tercer gran uso de la tierra en la zona
aunque su área de influencia puede llegar
fronteriza son matorrales, 69% más intenso
hasta Valverde e incluso Barahona y San Juan
que el promedio nacional, lo que implica
de la Maguana (Mapa V.8).
que ésta región concentra el 36.8% de mato-
rrales del país.
Uso de la tierra en la frontera
Finalmente, hay que destacar que la re-
La región fronteriza ocupa una exten-
gión fronteriza concentra más de la mitad
sión equivalente a un quinto del territorio
del total de los manglares y humedales del
nacional, donde el 32.2% de las tierras está
país en Montecristi (58.2%), Independencia
dedicado a la agricultura, lo que representa
(20.7%) y Pedernales (12%). Al mismo tiem-
un 16% menos de intensidad que el prome-
po, concentra el 57.4% de toda la tierra con
dio nacional (38.4%). Las tierras de la fronte-
escasa vegetación del país, principalmente
ra orientadas a la agricultura representan el
en Pedernales, Bahoruco e Independencia
18.3% de toda la tierra con fines agrícolas de
(Anexo V.8).
República Dominicana.

Una tercera parte de la frontera está ¿Qué se produce en la región


ocupada por bosques, mayoritariamente fronteriza?
secos y coníferos abiertos. El total de bos- En 2005, existían 27 productos de ori-
ques de esta región representa una quinta gen agrícola que cubrían el 100% de la super-
parte de los bosques nacionales (Cuadro ficie agrícola de la región fronteriza. El prin-
V.5). cipal cultivo era el arroz (Cuadro V.6), que

CAPÍTULO V / 253
Cuadro V.6 Principales productos de la región fronteriza, 2005

Estructura Estructura La frontera en porcentaje del país


de la frontera del país
Cultivos Siembra Cosecha Siembra Cosecha
Rendimiento
en % de en % de en % de en % de Siembra Cosecha Producción
/Tarea
tareas tareas tareas tareas
Arroz 44.9% 16.3% 50.4% 13.0% 17.3% 18.0% 25.4% 1.41
Maíz grano 10.2% 3.2% 7.8% 2.1% 25.4% 21.9% 19.1% 0.87
Hab. negras 10.1% 2.7% 4.4% 0.9% 45.0% 44.4% 34.9% 0.79
Guandul 9.5% 2.4% 5.1% 1.5% 36.2% 22.8% 18.9% 0.83
Yuca 5.6% 1.7% 6.4% 1.2% 17.2% 19.7% 16.5% 0.84
Hab. rojas 4.9% 1.5% 5.9% 1.6% 16.0% 12.7% 8.0% 0.63
Maní 3.1% 1.2% 0.9% 2.1% 68.9% 8.0% 54.3% 6.77
Aguacate 1.5% 1.0% 0.6% 1.3% 53.8% 11.3% 10.3% 0.92
Guineo 1.4% 35.2% 1.4% 18.2% 19.5% 27.8% 26.9% 0.97
Plátano 1.3% 20.2% 3.2% 40.5% 7.9% 7.2% 10.7% 1.49
Batata 0.9% 0.4% 1.9% 0.5% 9.3% 10.4% 10.9% 1.05
Auyama 0.9% 0.4% 1.5% 0.6% 11.7% 8.8% 11.2% 1.26
Lechosa 0.7% 1.1% 0.4% 0.4% 35.0% 35.4% 49.2% 1.39
La Ley 28-01 da amplios Total 95.0% 87.2% 89.6% 84.1%

incentivos fiscales a Fuente: ODH/PNUD con base en información de la Secretaría de Estado de Agricultura

todas las empresas que se


instalen en las provincias concentraba el 45% de las tierras bajo siem- to de la producción del país con apenas el
de la frontera bra, lo que a su vez representaba el 17.3% de 1.4% de la tierra sembrada de la zona, que,
la superficie cultivada del país y el 25.4% de además, representa la quinta parte de las
la producción nacional. Este renglón se con- plantaciones en el territorio nacional. Casi el
centraba en Montecristi y Dajabón. 80% de la producción de guineo se concen-
tra en Montecristi.
El maíz en grano era el segundo gran
renglón de producción, con el 10% de la En general, la productividad de los culti-
superficie de la zona y el 25% de toda la tie- vos en la zona está por debajo de la media
rra sembrada a nivel nacional. Este cultivo nacional, con excepción del arroz que es un
estaba concentrado en Elías Piña, Inde- 40% más productivo, el maní que es 6.8
pendencia y Bahoruco. veces más productivo. La productividad del
guineo está en el promedio nacional y el plá-
El tercer renglón de producción era la
tano es el 50% más productivo.
habichuela negra, con el 10% de la superficie
de la zona, lo que representaba en 2005 casi
la mitad de toda la tierra que se dedica a este La ley 28-01 y la Zona Especial
de Desarrollo Fronterizo
cultivo en el país. Las provincias más activas
Mediante la Ley 28-01 se establece que
en este cultivo son: Independencia, Peder-
todas las empresas industriales, agroindus-
nales y Elías Piña.
triales, agropecuarias, de metalmecánica, de
Otros rubros de importancia son el zonas francas, turísticas, metalúrgicas y ener-
guandul, concentrado en Bahoruco, Elías géticas, así como todo tipo de empresas per-
Piña e Independencia; la yuca, en Dajabón, mitidas por las leyes dominicanas que exis-
Santiago Rodríguez y Montecristi, y el gui- tan o se vayan a instalar en el futuro en las
neo, del cual la zona genera más de un cuar- provincias de Pedernales, Independencia,

254 / CAPÍTULO V
Elías Piña, Dajabón, Montecristi, Santiago Según el Consejo de Coordinación de la
Rodríguez y Bahoruco, disfrutarán de un Zona Especial de Desarrollo Fronterizo, la
conjunto de incentivos, entre los que están: implementación de la ley ha generado desde
2005 una inversión en la zona de 5,300 millo-
a) La exención del 100% del pago de
nes de pesos, unos 9,900 mil empleos en 44
impuestos internos, de aranceles aduaneros
empresas en operación y se han aprobado
sobre materias primas, equipos y maquina-
138 empresas.
rias, así como cualquier tipo de impuestos
durante un período de 20 años. Más de la mitad de las empresas y el em-
pleo están en Montecristi. Santiago Rodrí-
b) Una reducción del 50% del pago de
guez absorbe el 22% del empleo y el 4% del
libertad de tránsito y uso de puertos y aero-
capital invertido, seguido en importancia por
puertos.
Pedernales, Independencia y Elías Piña. En
c) Una reducción del 50% de cualquier cuanto al tipo de empresas van desde metal-
otro impuesto, tasa o contribución existente mecánica, embotelladoras, plásticos, cosmé-
al momento de promulgarse esta ley o que ticos, casabe, carnes, ensamblaje y explo-
se establezca en el futuro, mientras estén tación minera hasta madera y agroindustria.
vigentes los 20 años de las exenciones. Esta ley puede ser una oportunidad
para generar actividad económica en la zona En 1960 la población
d) El plazo de los 20 años empieza a
correr después de cinco años de la entrada fronteriza. Para ello, es necesario que se de la frontera
en vigencia del reglamento. Toda empresa cumplan rigurosamente los criterios para ser representaba el 9%
que se establezca con posterioridad a este beneficiario de los incentivos y se apliquen
con transparencia.
del total, en 2002
plazo sólo disfrutará de la parte del período
de exención vigente, contado a partir del día
sólo el 5.4%
siguiente de cumplido los cinco años. La población
La población de las provincias de la
e) Para aplicar esta ley se crea un Con- frontera entre República Dominicana y Haití
sejo de Coordinación y una Oficina Técnica se multiplicó por 1.67 veces entre 1960 y
Ejecutiva. 2002, mientras que la población nacional lo
hizo en 2.81 veces. Los habitantes de esta
Cabe señalar que esta ley fue modifica-
zona han pasado de representar el 9% de la
da en 2005, restableciendo el pago de ITBIS,
población nacional, en 1960, a ser sólo el
el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC),
5.4%, en 2002.
aplicándose solamente a los derivados del
alcohol y el tabaco, y se dispuso como con- El crecimiento de la población en la
dición para recibir la exoneración arancela- frontera se ha estancado. En la década de los
ria que las materias primas e insumos cam- 90 apenas creció un 0.2% acumulativo anual.
biaran de partida arancelaria. Sin embargo,
En la frontera se repite el mismo patrón
el 7 de marzo de 2007, la Suprema Corte de
que en el resto del país, la población se hizo
Justicia declaró como inconstitucional la Ley
más urbana, al extremo de que la población
de 2005 porque violaba los derechos adqui-
rural disminuyó un 12% durante los años 90.
ridos, de manera que la Ley 28-01 queda
como originalmente estaba planteada. Se Las provincias de la frontera son expul-
llegó a un acuerdo con las empresas benefi- soras netas de personas; es decir, las perso-
ciarias para que estas actúen como agentes nas que emigran de esas provincias son más
de retención del ITBIS, pero sin pagarlo en numerosas que las que inmigran hacia ellas.
sus compras. Por cada persona que va a la región fronteri-

CAPÍTULO V / 255
za a vivir, 2.4 habitantes de esa zona emigran ducto dentro de la vivienda, un 44%
a otro lugar del país. menos que el promedio, y apenas una
tercera parte del promedio nacional
Las condiciones de vida de la tiene inodoro.
población fronteriza
El desempeño de las provincias de la Lo mismo ocurre en cuanto al aspecto
frontera en términos del Índice de Empode- físico de las viviendas. Según la característi-
ramiento Individual (IEI) es relativamente ca de la vivienda, las siete provincias están
bajo. Todas están por debajo de la media entre un tercio o dos tercios por debajo del
nacional y tres de las siete provincias fronte- promedio nacional.
rizas (Elías Piña, Bahoruco y Pedernales) tie-
A pesar de concentrar el 5% de la pobla-
nen los peores valores del país. El patrón de
ción, las provincias fronterizas tienen una
pobre desempeño se repite en la mayoría de
participación de apenas el 0.3% en la canali-
los indicadores de empoderamiento por
zación total de los recursos de los bancos
provincia, aunque la situación de las tres
múltiples y una participación del 0.6% en la
demarcaciones situadas al norte de Elías
captación total de dichos recursos.
Piña es relativamente mejor que las situadas
al sur. Las provincias de la frontera sobresalen
por la baja incidencia de empleos en indus-
El Anexo V.9 ofrece un perfil estadístico trias manufactureras, que es menos de la mi-
de las provincias fronterizas, donde se apre- tad del promedio nacional, y la alta inciden-
cia que: cia del empleo agrícola, 2.5 veces más que el
• El 5.4% de la población del país vive en la promedio nacional (22.5% frente al 8.9%).
frontera. La mayoría son hombres (la tasa En cambio, el porcentaje de ocupados
de feminidad es 94%) y sólo la mitad vive en instituciones del Estado es casi el doble
en zonas urbanas (frente a dos tercios que a nivel nacional como vimos en el capí-
para todo el país). tulo III, y los ayuntamientos constituyen una
• Las provincias fronterizas tienen una tasa importante fuente de empleo. En algunos
de analfabetismo que casi duplica la casos, como Independencia, llegan a repre-
nacional. Igualmente, el porcentaje de sentar hasta el 7.5% de la PEA ocupada en
jefaturas de hogar con educación post- 2006 y en todas las provincias de la región
primaria es mucho menor. No obstante, está por encima del 3.4%, con excepción de
el porcentaje de niños y niñas entre 6 y Montecristi, que está en 2.1%.
13 años que asiste a la escuela es el
mismo en esta zona que en el resto del
En resumen
país.
Las siete provincias fronterizas ocupan
• La incidencia de la pobreza es un 50% el 22% del territorio nacional y representan
superior a la media nacional y triplica la el 5.4% de la población, con una densidad
incidencia de la pobreza extrema. de habitantes que es poco menos de un
cuarto del promedio nacional, aunque hay
• En términos de servicios, las provincias
provincias como Pedernales y Bahoruco,
de la frontera se encuentran en peor
cuyas densidades equivalen al 6% y al 40%
situación que el resto del país. Los hoga-
del promedio nacional, respectivamente.
res que reciben energía del tendido eléc-
trico son un 17% menos que el promedio El uso de la tierra es fundamentalmente
nacional; los que reciben agua del acue- agrícola, pero en un porcentaje menor que

256 / CAPÍTULO V
el promedio nacional. Una tercera parte de V.6.2 Las provincias del turismo
la tierra está dedicada a bosques, mayorita- En 2006, República Dominicana contaba
riamente seco40, y conífero abierto41, con- con 63.3 mil habitaciones y 695 hoteles
centrando una quinta parte de los bosques repartidos en toda la geografía nacional. Sin
nacionales. Esta región posee la mitad de los embargo, el 72% de los hoteles y el 68% de
manglares y humedales del país, localizados las habitaciones estaban concentrados en
en Montecristi y Pedernales. Al mismo tiem- dos provincias: La Altagracia y Puerto Plata.
po posee más de la mitad de la tierra con
Entre 2002 y 2006, el número de habita-
escasa vegetación, principalmente en Peder-
ciones aumentó en 8.6 mil. La provincia La
nales, Bahoruco e Independencia.
Altagracia concentró el 76.5% de las habita-
Los productos agrícolas más importan- ciones nuevas y Puerto Plata, el 12.4%. En el
tes de la región (medidos en superficie sem- mismo período San Pedro de Macorís perdió
brada) son: arroz, maíz y habichuelas. Otros el 8.3% de sus habitaciones y Samaná ganó
rubros de importancia son: guandul, yuca y el 7.9%. Es decir, las dos primeras se conso-
guineo. Estas provincias se han beneficiado lidan como los principales polos de desarro-
de la Ley 28-01, que crea un conjunto de llo turístico, mientras que Samaná se convir-
incentivos fiscales para las empresas que se tió en un polo emergente y San Pedro de
establecen en ellas. Macorís en uno que se desvanece (Cuadro Las condiciones de vida
V.7).
La población de la zona registra bajos promedio de las
niveles de bienestar, medido por el IEI, y Para los fines de este informe solamen- provincias de turismo
altos niveles de privaciones. Son provincias te consideraremos a La Altagracia y Puerto
de emigración neta, con una tendencia Plata como provincias turísticas. Éstas ocu-
son peores que el
decreciente de crecimiento y pérdida relati- pan una extensión equivalente al 10% del promedio nacional y
va de población. Las condiciones de vida territorio nacional, con una población que en La Altagracia es peor
están por debajo de las medias nacionales, representa el 5.8%, siendo La Altagracia la
que en Puerto Plata
siendo la agricultura, el comercio al por segunda provincia en extensión del país,
mayor y otros servicios (educación, salud, con un territorio 62% más grande que el de
servicio doméstico), las principales fuentes Puerto Plata; pero con una población
de empleo. menor, equivalente al 58% de esta última. La

Cuadro V.7 Provincias turísticas: algunos indicadores, 2002-2006

Habitaciones % de empleos
Establecimientos en hoteles
(promedio y restaurantes
Provincia Distribución del de los que
2002-2006) Estructura
Estructura Estructura
(promedio incremento entre declararon
2002 2006
2002-06) 2002-2006 empleos
(Censo 2002)
LA 18.8% 39.2% 44.3% 40.9% 76.5% 17.0%
PP 52.9% 27.3% 25.3% 27.2% 12.4% 12.4%
SPM 2.4% 7.9% 5.7% 6.9% -8.3% 5.6%
Sam 4.7% 4.2% 4.7% 4.0% 7.9% 10.9%
MTS 1.2% 3.3% 3.1% 3.2% 1.6% 4.6%
LR 0.0% 1.2% 0.9% 1.1% -0.5% 7.9%
Total 80.0% 83.10% 84.0% 83.2% 89.6% 9.6%
Fuente: ODH/PNUD con base en Banco Central

CAPÍTULO V / 257
densidad de población de las provincias es Población
diferente. Puerto Plata tiene 2.8 veces más Entre 1960 y 2002, la población de las
habitantes por kilómetro cuadrado que La dos provincias turísticas se multiplicó por
Altagracia (60 habitantes por km2 ). 1.9, alcanzando más de medio millón de
personas. Este comportamiento estuvo por
La Altagracia registró un ingreso per
debajo de los 2.8 veces en que se multipli-
cápita de 5,688 pesos en 2004, que represen-
có la población total. La explosión se pro-
taba un 17% más que la media nacional. Al
dujo en los años 90, período que concentró
mismo tiempo, registra valores elevados de
el 45% de las 260 mil personas que se suma-
concentración del ingreso y tasa de pobreza,
ron a la población de las dos provincias
superiores al promedio nacional en un 6.5%
entre 1960 y 2002. En las dos últimas déca-
y un 14%, respectivamente. Por su parte,
das del período se acumuló el 75% del
Puerto Plata registra un ingreso per cápita
aumento.
ligeramente por debajo de la media nacional,
pero mejores indicadores de distribución y El crecimiento de la población en las
pobreza: un Gini que es 91% del valor nacio- zonas turísticas se distingue por su fuerte
nal y una tasa de pobreza de apenas un 3.7% componente urbano. Éste se multiplicó por
superior a la media del país. 7.2 veces, con un gran impulso en la década
de los 80; mientras que a nivel nacional se
multiplicó por 5.9 veces entre 1960 y 2002.

Las dos provincias fueron expulsoras


Empleados y trabajadores de zonas francas por provincia
Cuadro V.8 netas de población en las décadas de los 60,
del país según el Censo 2002
70 y 80, pero se convirtieron en receptoras
Empleados/as Distribución netas en la de los 90. La Altagracia acaparó el
Provincia Ocupados/as Porcentaje
ZZFF de ocupados/as
11.2% de toda la emigración neta nacional,
Stgo 361,626 57,477 15.9 35.1%
mientras que Puerto Plata recibió el 1.4%, lo
DN 1,073,900 23,347 2.2 14.3%
que significó que en la década de los 90 un
SPM 115,068 17,688 15.4 10.8%
SC 192,456 16,582 8.6 10.1% cuarto de la población de La Altagracia eran
LR 87,764 12,017 13.7 7.3% inmigrantes, mientras que en Puerto Plata
LV 140,377 10,994 7.8 6.7% era el 1.8%, con relación al final de los 80.
Val 61,860 6,636 10.7 4.1%
Esp 84,566 5,509 6.5 3.4% Condiciones de vida
PP 114,956 3,298 2.9 2.0% Puerto Plata registra un nivel más eleva-
Per 60,288 3,255 5.4 2.0%
do de empoderamiento humano que La
MN 56,318 2,149 3.8 1.3%
Altagracia, ocupando las posiciones 5 y 20,
Bar 54,475 1,490 2.7 0.9%
Dua 101,239 1,256 1.2 0.8% respectivamente. La Altagracia se caracteriza
LA 72,810 434 0.6 0.3% por tener un ingreso medio un 20% más ele-
SRam 49,934 413 0.8 0.3% vado que Puerto Plata, pero un nivel de
HM 31,681 376 1.2 0.2% equidad un 15% menor.
ES 32,042 289 0.9 0.2%
MP 62,592 122 0.2 0.1% Hay que recordar, como fue señalado
Sal 35,125 76 0.2 0.0% en el capítulo I, que La Altagracia es una de
Ped 7,765 53 0.7 0.0%
las tres provincias en donde menos se ha
MC 40,181 50 0.1 0.0%
aprovechado la riqueza por habitante para
Subtotal 2,837,023 163,511 5.8 100.0%
Resto 337,571 11 mejorar las condiciones de vida de la pobla-
Total 3,174,594 163,522 5.2 100.0% ción, mientras que Puerto Plata es la segun-
Fuente: CNFZE y Censo 2002 da en donde las condiciones de vida de la

258 / CAPÍTULO V
población están por encima de la riqueza
Empleos de zona franca por provincia, cambio
potencial por habitante. Cuadro V.9
y estructura, 2000-2006
Las provincias turísticas fueron recepto- Cambios acumulados
ras netas de inmigrantes en la década de los Provincia Estructura 2000-06 Nivel en el 2006
90. Sin embargo, en 2002, el número de per- 2000 2006 Cantidad Porcentaje a
Base 2000
sonas que llegaron a vivir a la provincia y el Stgo 32.3% 33.6% -13,756 28.4% 0.784
número de personas que se fueron casi se LR 8.4% 4.3% -10,124 20.9% 0.389
igualó. El Anexo V.10 resume los principales SPM 10.7% 8.4% -8,497 17.5% 0.596
indicadores sobre las condiciones de vida de LV 6.9% 4.7% -6,607 13.6% 0.514
la población, de donde se concluye que, en PP 1.9% 0.8% -2,547 5.3% 0.329
Per 2.4% 1.5% -2,419 5.0% 0.487
general, La Altagracia registra peores condi-
Val 3.9% 3.9% -1,969 4.1% 0.747
ciones de vida que Puerto Plata y ambas Esp 3.1% 3.0% -1,687 3.5% 0.725
están peor que la media nacional. SC 9.6% 12.0% -1,066 2.2% 0.943
LA 0.8% 0.4% -999 2.1% 0.357
MN 1.9% 2.1% -691 1.4% 0.815
V.6.3 Las zonas francas Dua 0.5% 0.5% -302 0.6% 0.704
El Censo 2002 registraba 163 mil perso- Bar 0.7% 0.8% -182 0.4% 0.865
Sal 0.2% 0.1% -156 0.3% 0.561
nas que trabajaban en zonas francas y para el
MP 0.1% 0.0% -108 0.2% 0.312
mismo año el Consejo Nacional de Zonas
SRam 0.2% 0.2% -25 0.1% 0.936
Francas de Exportación (CNZFE) reportó MTS 0.0% 0.0% -2 0.0% 0.923
170 mil, cifras de magnitudes similares. ES 0.1% 0.2% 80 -0.2% 1.506
Según el Censo 2002, un 5.2% de las perso- Ind 0.0% 0.1% 128 -0.3% -
nas que trabajaban estaban ocupados en las Az 0.0% 0.1% 197 -0.4% -
SJ 0.0% 0.1% 203 -0.4% -
zonas francas del país. De ese total, un 35%
Ped 0.0% 0.2% 229 -0.5% 13.722
estaba en Santiago, un 14.3% en el Distrito
HM 0.3% 0.6% 408 -0.8% 1.776
Nacional; entre un 10% y un 11%, en San MC 0.0% 0.5% 689 -1.4% -
Pedro de Macorís y San Cristóbal, y alrede- SD+ DN 16.0% 21.7% 690 -1.4% 1.022
dor de un 7% en La Romana y La Vega. Estas Total 100.0% 100.0% -48,513 100.0% 0.754
seis provincias absorbían el 85% del empleo a El valor negativo indica aumento y el positivo disminución

total de zonas francas del país (Cuadro V.8). Fuente: ODH/PNUD con base en CNZFE

El peso del empleo directo de zonas


te. En Santiago, San Pedro de Macorís y La
francas al interior de la provincia era diferen-
Romana era superior al 14%; es decir, el
empleo de zonas francas tenía una inciden-
Pérdidas de empleos de cia que era casi tres veces más importante
Cuadro V.10 zonas francas en la provincia que el promedio nacional. En San Cristóbal y
de Santiago La Vega, el empleo de zonas francas era un
60% superior al promedio del país, y en el
2001 -8,974 Distrito Nacional era menos de la mitad, aun-
2002 4,513 que en términos absolutos estaba en segun-
2003 -529
do lugar, después de Santiago.
2004 7,286
2005 -10,193 Entre el año 2000 y 2006, el empleo de
2006 -5,859 zonas francas pasó de casi 197 mil a poco
Total -13,756 más de 148 mil (Anexo V.11), lo que significó
Fuente: Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación pasar de 6.5 ocupados en zonas francas por
cada 100, en el 2000, a 4.3, en 2006. Se per-

CAPÍTULO V / 259
mil personas, de las cuales casi 40 mil
Cuadro V.11 PEA y desocupados en el municipio de Santiago, 2006 estaban desempleadas y de ellas, 23 mil
Desocupados
eran cesantes. Durante el año 2006, el
PEA % desempleo aumentó un 0.7% entre abril
Semestre PEA
ocupada Desocupados
Total Cesantes Nuevos y octubre, lo que significó una pérdida de
Abril 293,251 255,313 37,938 21,823 16,115 12.9%
3,500 empleos, en términos absolutos,
en esos seis meses (Cuadro V.11).
Octubre 302,950 261,519 41,431 24,969 16,462 13.7%
2006 298,101 258,416 39,685 23,396 16,289 13.3% En síntesis, las cifras del CNZFE y del
Fuente: ODH/PNUD con base en ENFT
Banco Central, si bien reportan un
aumento del desempleo no reflejan las
dieron en total 48,500 empleos. El 80% de la magnitudes que se han venido denun-
pérdida se concentró en cuatro provincias: ciando públicamente de 30, 40 y hasta 50
mil empleos. Aquí cabrían dos hipótesis:
• Santiago, que acumuló el 28% de la pérdi- que los instrumentos estadísticos del
da total en los seis años, lo cual significó Banco Central y el CNZFE son deficientes
más de 13 mil empleos menos, llevando el y no captan la magnitud del desempleo
nivel de empleos directos de las zonas en toda su intensidad o que estamos en
francas en 2006 a un 22% por debajo del presencia de un problema real, acrecenta-
que tenía en 2000 (Cuadro V.9). El registro do por el capital social de la región Norte
de las pérdidas de empleos indica que los del país, que ya fue analizado en el capítu-
años de mayor intensidad de pérdidas fue-
lo II. Sin embargo, la respuesta a esta dis-
ron 2001, 2005 y 2006, según el Consejo
yuntiva requiere más investigación que
Nacional de Zonas Francas de Exportación
escapa a los límites de este informe.
(CNZFE) (Cuadro V.10 y Anexo V.11).
• La Romana perdió más de 10 mil emple-
Las estadísticas de empleo y desempleo
os en total, que representa el 21% de las
que recoge el Banco Central en la
pérdidas totales, lo que significó bajar el
Encuesta de Fuerza de Trabajo muestran
nivel de empleos durante 2006 al 40%
que la tasa de desempleo del municipio
del que tenía la provincia en el año 2000.
de Santiago en 2006 era de un 13.3%, más
En términos relativos, la pérdida de
baja que el promedio nacional de ese año
empleos de zonas francas en esta provin-
de 16.2%. Según estas cifras, la fuerza de
cia ha sido mucho más intensa que en
trabajo total del municipio ronda las 300
Santiago; sin embargo, la capacidad de
movilización social ha sido menor.
Participación del empleo
Cuadro V.12 de zona franca en el total • En San Pedro de Macorís las pérdidas fue-
de ocupados, 2000-2006 ron ligeramente más bajas en términos
absolutos, lo que implicó bajar el nivel de
Año %
empleos al 60% del que se tenía en 2000.
2000 6.5%
2001 5.8% • La Vega fue el cuarto gran perdedor de
2002 5.5% empleos: casi la mitad de lo que tenía en
2003 5.6% el año 2000. Finalmente, otro grupo de
2004 5.9% provincias registró pérdidas marginales de
2005 4.7% empleos. Por su parte, el Distrito Nacio-
2006 4.3%
nal, Montecristi, Hato Mayor registraron
Fuente: ODH/PNUD con base en CNZFE y BCRD
una leve ganancia de puestos de trabajo.

260 / CAPÍTULO V
La crisis de las zonas francas: guntarse: ¿por qué no se hizo nada? ¿Qué
un problema local42 hubiera pasado con el sector de zonas fran-
El aporte principal de las zonas francas a cas de haberse tomado medidas a tiempo?
la sociedad dominicana ha sido en empleos.
La gran lección aprendida es que el lide-
En el momento de mayor auge 1998- razgo político y empresarial del sector, el
2000, empleaban unas 195 mil personas, lo CNZFE y la Asociación Dominicana de Zonas
que representaba más del 7% de la pobla- Francas (ADOZONA), hicieron muy poco
ción ocupada; pero en 2006, los empleos para advertir y corregir los efectos negativos
eran 148 mil, es decir, el 4.3% de la pobla- de situaciones que se habían creado muchos
ción que trabaja (Cuadro V.12). años atrás y que, de enfrentarse a tiempo,
hubiesen tenido un menor impacto sobre la
El aporte de las zonas francas al PIB ha
actividad.
sido reducido, nunca estuvo por encima del
5.4% y en 2006 era de apenas un 4.3%. Si Hay que destacar que una cosa es el
bien el impacto nacional es reducido, el sector textil y otra es la industria de la con-
impacto en las diferentes regiones es fección de zonas francas. El sector textil no
amplio. Las zonas francas han sido un factor está agotado y se puede reestructurar
de primer orden para el desarrollo de algu- pasando a una producción de “paquete
nas provincias y zonas del país. completo”. Lo que sí se agotó fue el esque- El impacto del
ma de querer exportar sobre la base de un crecimiento del PIB
¿Era previsible la crisis?43 uso intensivo de mano de obra barata y de en el empleo se reduce
La crisis actual de las zonas francas no es un régimen de incentivos dual en la econo-
en todas las áreas de esta actividad, sino mía dominicana.
principalmente en el sector textil, que en el
año 2000 representaba el 73% del empleo y
V.7 El empleo y el desempleo
el 51% de las exportaciones del sector, mien-
Probablemente la más importante de
tras que en 2006 absorbía el 53.5% del
las capacidades humanas es la de genera-
empleo y generaba el 35% de las exportacio-
ción de ingresos propios. La libertad huma-
nes totales de zonas francas.
na no puede ser compatible con una situa-
La crisis era previsible y se desaprove- ción en la que las personas no sean capaces
chó la oportunidad en los momentos de de satisfacer sus necesidades fundamenta-
auge del sector para reestructurarse. Vea- les o cuando para satisfacerlas quedan en
mos: era sabido desde el momento en que una situación de dependencia, bien sea de
se firmó el acuerdo de la Organización la asistencia pública o de las relaciones
Mundial del Comercio (OMC), en 1994, que sociales primarias. Por lo tanto, para la
las barreras de entrada al mercado nortea- población en edad y en condiciones de tra-
mericano para los productos textiles de los bajar, el empleo es el creador de capacida-
países que competían con República des por excelencia.
Dominicana desaparecerían el 1 de enero
Al igual que otras capacidades, tener un
de 2005. Sin embargo, se hizo muy poco
empleo que permita ampliar las libertades
para reestructurar a la industria de confec-
de una persona depende tanto de las condi-
ciones.
ciones personales de quien busca trabajo
Por otra parte, se sabía de la entrada de como de sus niveles de educación y salud,
China a la OMC, sobre todo después de un así como de factores externos (lugar en que
largo debate de más de 15 años. Cabría pre- se nace, nivel de actividad económica, etc.).

CAPÍTULO V / 261
Cuadro V.13 Tasa de desempleo por regiones, por sexo y condición, 2006
Nuevos como % de la PEA, Cesantes como % de la PEA,
Tasa de desempleo por sexo
Regiones por región y sexo, 2006 por región y sexo, 2006
Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres
Distrito Nacional 17.4 11.3 25.1 6.7 4.2 10.0 10.7 7.1 15.2
Cibao Norcentral 12.8 7.6 21.3 5.9 2.4 11.7 6.8 5.2 9.6
Cibao Central 15.3 9.1 28.0 9.3 5.2 17.9 5.9 3.9 10.2
Cibao Nordeste 16.4 8.0 31.0 10.1 3.2 22.0 6.3 4.7 9.1
Cibao Noroeste 12.3 6.8 23.2 6.3 1.6 15.4 6.0 5.1 7.8
Valdesia 19.9 11.1 33.2 7.9 3.3 14.6 12.0 7.7 18.6
El Valle 12.7 4.9 30.9 8.6 2.6 22.6 4.1 2.3 8.3
Enriquillo 23.4 13.1 39.1 18.9 10.2 32.2 4.5 2.9 6.8
Este 15.2 7.1 28.4 6.0 2.5 11.7 9.2 4.5 16.7
Total 16.2 9.2 27.0 7.6 3.6 13.8 8.6 5.6 13.2
Fuente: ODH/PNUD con base en ENFT 2006

Lamentablemente, en República Domi- El desempleo regional


nicana no se producen estadísticas de em- Desafortunadamente, la economía do-
pleo por provincia y mucho menos por minicana se ha caracterizado históricamente
municipio. A lo más que se llega en la pers- por convivir con elevados niveles de desem-
pectiva territorial es a distinguir regiones, pleo. Durante el decenio pasado, a pesar del
Distrito Nacional, resto urbano y rural. alto crecimiento económico, el grado más
bajo de desempleo ampliado44 que se regis-
tró fue de un 13.8%, en 1999. La elasticidad
El empleo
producto empleo es baja. En la última déca-
Para el año 2006, el 56% de la población
da (1995-2006), por cada 1% de crecimiento
en edad de trabajar tenía un empleo o esta-
en el PIB el empleo solamente aumentó un
ba buscándolo; es decir, pertenecía a la
0.54%, que es aproximadamente la mitad lo
Población Económicamente Activa (PEA).
que acontece en América Latina. Esta rela-
En el Anexo V.12 se muestra la tasa glo- ción se reduce aún más en los dos últimos
bal de participación por regiones de planifi- años, a poco más de un tercio del promedio
cación; es decir, es la relación porcentual latinoamericano.
entre el número de personas que compo-
En 2006, la tasa de desocupación nacio-
nen la fuerza de trabajo o Población Econó-
nal era 16.2%, con grandes diferencias entre
micamente Activa (PEA) y el número de per-
las regiones (Cuadro V.13). Por ejemplo, el
sonas que integran la Población en Edad de
desempleo en las provincias más pobres del
Trabajar (PET). Se aprecia que el Distrito
Suroeste, en la región Enriquillo (Barahona,
Nacional registra el mayor nivel de actividad,
Bahoruco, Independencia y Pedernales) al-
mientras que la región de El Valle es la que
canzó el 23.4%, casi el doble del de las pro-
registra la menor tasa de participación. En el
vincias del Cibao Noroeste (Valverde,
Anexo V.13 se presenta la situación de ocu-
Santiago Rodríguez, Montecristi, Dajabón),
pación por zona de residencia. Según datos
con un 12.3%.
de 2006, el 16.2% de la población nacional
está desempleada, donde el 53% son perso- El desempleo es más intenso en las
nas cesantes y el 47% entran al mercado de mujeres que en los hombres. A nivel nacio-
trabajo por primera vez. nal es casi tres veces superior, con excep-

262 / CAPÍTULO V
ción del Distrito Nacional que es 2.2 veces y Igualmente ocurre con las cesantes
el Cibao Norcentral, 2.8 veces. Pero en zonas femeninas, que llegan a ser casi cuatro veces
como El Valle y el Este es 6.3 y 4 veces supe- más que los hombres, como acontece en El
rior, respectivamente. Valle y el Este.

La estructura del desempleo refleja que


Desempleo en los principales
la categoría del cesante es ligeramente supe- municipios
rior al desempleo de los que ingresan por El Distrito Nacional, Santo Domingo
primera vez al mercado de trabajo. Sin em- Oeste, Santo Domingo Norte y Boca Chica
bargo, en regiones como Enriquillo y El tenían un desempleo promedio durante
Valle, el desempleo de los que ingresan al 2006 superior a la media nacional (16.2%),
mercado de trabajo es muy superior a los mientras que Santo Domingo Este y Santiago
cesantes: 4.2 y 2.1 veces superior, respectiva- tienen un desempleo inferior a la media. En
mente. Esta situación es más moderada en el todos los municipios, el desempleo femeni-
Cibao Central y Nordeste. En el Distrito no supera más del doble el desempleo mas-
Nacional y Valdesia, el problema está en los culino, con excepción de Santo Domingo
cesantes. Cabe señalar que no fue posible Norte, que es 3.10 veces. (Cuadro V.14).
detectar un patrón entre el desempleo y
alguno de sus componentes (cesantes y V.7.1 Salarios
nuevos) por regiones. Los salarios ponen en evidencia nume-
rosos aspectos del funcionamiento del mer-
El desempleo de las personas que ingre-
cado laboral. Las personas menos calificadas
san al mercado de trabajo por primera vez a
estarán en desventaja para exigir una justa
nivel nacional y por regiones es un proble- retribución por su esfuerzo y condiciones
ma con sesgo femenino, ya que en las dife- dignas de trabajo. También existen factores
rentes regiones la cantidad de mujeres que culturales que limitan las oportunidades
intentan ingresar al mercado de trabajo por laborales, como, por ejemplo, los roles asig-
primera vez es casi cuatro veces superior al nados en la vida pública y privada a los hom-
desempleo de los hombres en la misma bres y a las mujeres en función de su géne-
situación, con un extremo en el Noroeste en ro, o la identificación de algunos tipos de
donde el desempleo femenino es más de 9.6 trabajo con un sexo exclusivamente (secre-
veces superior y un mínimo en el Distrito tarias mujeres, choferes hombres, gerentes
Nacional (2.38 veces). hombres).

Cuadro V.14 Desempleo en los principales municipios del país, 2006

Estrato Total Nuevos Cesantes


Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres
Distrito Nacional 18.6% 12.5% 25.5% 7.6% 5.1% 10.4% 11.0% 7.4% 15.1%
Santo Domingo Este 15.3% 10.2% 21.9% 5.7% 3.5% 8.5% 9.7% 6.7% 13.5%
Santo Domingo Oeste 17.9% 11.9% 25.8% 6.2% 3.8% 9.4% 11.6% 8.0% 16.4%
Santo Domingo Norte 18.5% 9.8% 30.5% 7.9% 3.8% 13.5% 10.6% 6.0% 17.0%
Boca Chica 17.7% 11.8% 26.2% 5.9% 3.7% 9.3% 11.8% 8.2% 17.0%
Santiago de los Caballeros 13.3% 8.5% 20.4% 5.5% 2.5% 9.8% 7.8% 6.0% 10.6%
Nacional 16.2% 9.2% 27.0% 7.6% 3.6% 13.8% 8.6% 5.6% 13.2%
Fuente: ODH/PNUD con base en ENFT 2006

CAPÍTULO V / 263
Cuadro V.15 Salarios mínimos vigentes a agosto 2007

Salario mensual
Categoría de trabajador Resolución
en pesos
Trabajadores que prestan servicios en empresas grandesa 7,360 1/2007
Trabajadores que prestan servicios en empresas medianasb 5,060 1/2007
Trabajadores que prestan servicios en empresas pequeñasc 4,485 1/2007
Trabajadores del campo, por jornada de 10 horas diarias 150 (por día) 1/2007
Vigilantes en empresas de guardianes privados 6,210 1/2007
Trabajadores que prestan servicios en hoteles, bares y restaurantes 5,575 2/2007
considerados grandesa
Trabajadores que prestan servicios en hoteles, bares y restaurantes 4,000 2/2007
considerados medianosb
Trabajadores que prestan servicios en hoteles, bares y restaurantes 3,600 2/2007
considerados pequeñosc
Trabajadores de la construcción y sus afines 3/2007
- no calificado 321.6 (por día)
- calificado 352.8 (por día)
- ayudante 414 (por día)
- operario de tercera categoría 537.6 (por día)
- operario de segunda categoría 613.2 (por día)
- operario de primera categoría 766.8 (por día)
- maestro de cada una de las áreas 966.0 (por día)
Trabajadores de asociaciones sin fines de lucro que prestan servicios de salud, 5,000 5/2006
rehabilitación y educación a personas con discapacidad

Trabajadores de zonas francas industriales 4,450 6/2004


2/2005
Trabajadores de zonas francas en las áreas económicamente deprimidas 3,600 6/2006
Operadores de máquinas pesadas del área agrícola 4/2005
- Recolección de algodón 1.00 (por saco)
- Recolección de arroz y maíz 4.00 (por saco)
- Recolección de sorgo 2.00 (por saco)
a Empresas grandes son aquellas cuyas instalaciones y/o existencias superan los 4 millones de pesos.
b Empresas medianas son aquellas cuyas instalaciones y/o existencias superan los 2 millones de pesos y no exceden los 4 millones de pesos.
c Empresas pequeñas son aquellas cuyas instalaciones y/o existencias son menores a 2 millones de pesos.

Fuente: Secretaría de Estado de Trabajo [www.set.gov.do]

Adicionalmente, existen diferencias de El mercado de trabajo dominicano


poder entre los empleados y los empleado- No hay evidencias de que el funciona-
res, por lo que el Estado debe regular el miento del mercado de trabajo se caracteri-
mercado para asegurar un justo trato y con- ce por barreras de entrada que expliquen la
diciones mínimas a la población trabajadora. escasez de empleo. En el caso dominicano,
Asimismo, debe proporcionar a todas las el mercado funciona con bastante movili-
personas el acceso a una educación de cali- dad. Las regulaciones laborales no son res-
dad y servicios adecuados de salud para evi- trictivas en cuanto a los ajustes del nivel de
tar que la pobreza se perpetúe. salarios ante cambios del mercado. Según

264 / CAPÍTULO V
afirman el Banco Mundial y el Banco tampoco otorgan a las familias las oportuni-
Interamericano de Desarrollo (BID), los cos- dades para alcanzar otras libertades.
tos indirectos de la mano de obra en el país
están por debajo de los promedios de
América Latina45. V.8 Hacia una nueva ruralidad
La agricultura constituye la actividad
Los salarios mínimos sectorial de mayor impacto en el territorio
Los salarios deben reflejar la justa retri- dominicano. La mayor parte de las tierras
bución por el esfuerzo realizado y son la del país se dedican a actividades agropecua-
principal fuente de ingresos de las familias rias y forestales. Entre ellas tienen particular
trabajadoras. Todas las resoluciones emiti- importancia las zonas cañeras, las cuales
das por la Secretaría de Estado de Trabajo ocupan el 9% del territorio nacional, siendo
(SET), a través del Comité Nacional de una de las actividades sectoriales que ocu-
Salarios, para definir los salarios mínimos pan mayor proporción del territorio nacio-
que rigen en el país para los trabajadores y nal. Para el año 2003, ocho provincias con-
trabajadoras de los diversos sectores, consa- centraban el 84% de toda el área dedicada a
gran a los salarios como una fuente de crea- este producto47.
ción de oportunidades46.
El cultivo de la caña fue por mucho
En el Cuadro V.15 se detallan los sala- tiempo el soporte del desarrollo agrícola y
rios mínimos vigentes para algunas activida- agroindustrial del país, así como parte
des de servicios, los cuales resultan muy
importante de la dinámica de la economía
bajos para que los trabajadores, trabajadoras
nacional. Sin embargo, en términos de terri-
y sus familias tengan un nivel de vida decen-
torio, su impacto no fue solamente como
te. Por ejemplo, si comparamos el salario
actividad económica, sino que alrededor de
mínimo de una persona que trabaje en una
las plantaciones se creó un modo de vida
empresa mediana (5,060 pesos) con el costo
que impactó significativamente el entorno
de la canasta del consumidor nacional,
sobre la base del uso de personas traidas de
vemos que ni siquiera alcanza para cubrir el
Haití que vivía en condiciones de extrema
costo de consumo de una familia del quintil
pobreza, lo cual no favoreció la tecnificación
más pobre, que es 6,969 pesos (Anexo V.14).
de la producción, sino que, por el contrario,
De igual manera, una persona que tra- se fundamentó en el aprovechamiento de
baje en el sector rural, que gana 150 pesos una mano de obra no calificada y barata.
por jornada de 10 horas de trabajo, obtiene
Para discutir y analizar la nueva rurali-
al mes 3,750 pesos por 25 días de trabajo.
dad en República Dominicana, el Equipo
Con este ingreso sólo podría afrontar el
Coordinador del Informe sobre Desarrollo
pago del 54% del valor de la canasta del con-
Humano 2008, junto con la Secretaría de
sumidor del quintil más pobre. En todos
Estado de Agricultura (SEA), la Organización
estos casos, nos referimos a los trabajadores
de Naciones Unidas para la Agricultura y la
y trabajadoras que pertenecen al sector for-
Alimentación (FAO) y el Instituto Tecnoló-
mal de la economía.
gico de Santo Domingo (INTEC), convoca-
En definitiva, los salarios mínimos esta- ron, en noviembre de 2006, a un Foro de
blecidos por la Secretaría de Estado de Desarrollo Humano para discutir amplia-
Trabajo son insuficientes para garantizar la mente sobre la nueva ruralidad en República
subsistencia mínima de las personas trabaja- Dominicana y su relación con el desarrollo
doras y sus dependientes. Sobra decir que humano48. La cuestión básica que guió el

CAPÍTULO V / 265
Conclusiones del Foro sobre “Nueva ruralidad en República Dominicana y desarrollo humano. La nueva
Recuadro V.2
ruralidad: ¿sigue siendo la parte atrás de lo urbano o es una oportunidad para el desarrollo humano?”

¿Qué es lo rural? nución relativa, pero no absoluta, de la población rural, la predominancia de los
hombres frente a las mujeres (107.9 hombres por cada 100 mujeres). La tasa
El Foro discutió los conceptos de “ruralidad”, “espacio rural” y “campo”, los
de fecundidad rural mayor que la urbana (3.3 hijos/as por mujer de frente a 2.8
cuales se definen como negación de algo o como expresión de atraso. Esto coin-
hijos/as), un mayor porcentaje de hogares nucleares en el campo que en el resto
cide con la definición de la Real Academia de la Lengua Española de la palabra
del país, aunque se observa una diferencia cualitativa importante, puesto que las
“rural” como sinónimo de “inculto y tosco”. También se recurre a definiciones
estructuras nucleares monoparentales responden a estructuras expandidas al
arbitrarias para distinguirlo de lo “urbano”. En República Dominicana basta un
favorecer la integración de otros miembros de la familia o vecinos.
decreto para convertir a una población de rural a urbana. En el Foro se generó
el consenso sobre la necesidad de definir lo rural como zonas de espacios abier- En las zonas rurales todavía predominan prácticas de apoyo mutuo y coopera-
tos, con fuertes vínculos interpersonales, en las cuales hay estrechas relaciones ción, que se sustentan en experiencias de reciprocidad y en patrones que favo-
entre los recursos naturales, principalmente la tierra y las actividades producti- recen el apoyo familiar a mujeres sin consorte y en cierta forma alivian la situa-
vas. Partiendo del enfoque de capacidades, Pedro Juan del Rosario, analiza la ción crítica de empobrecimiento. El fenómeno migratorio, sin ser exclusivo del
evolución histórica de la ruralidad dominicana. Indica que el desplazamiento de desplazamiento campo ciudad, ha repercutido de forma evidente en la constitu-
la pequeña producción ha implicado una crisis en la población, en la produc- ción del espacio rural en el país y de las familias.
ción, en la gestión de los recursos naturales y en la articulación social. Estos
Luz Adelma Guillén analiza la situación de la mujer rural y las diferentes apro-
cambios han conducido a la sobreexplotación de los recursos naturales, la
ximaciones desde las instituciones públicas. Destaca las serias limitaciones de
degradación de los suelos, el déficit en el suministro alimentario doméstico y
las mujeres para acceder a activos productivos. Las cifras oficiales dan cuenta de
han provocado un dramático cambio en la relación familia-tierra y en la vida de
un reducido número de mujeres como propietarias de predios, siendo éstas sis-
las comunidades, impulsando las migraciones y profundos cambios culturales.
temáticamente marginadas de los procesos de reforma agraria. El problema se
La pobreza se ha convertido en la nota más característica de dicho cambio, lo
hace más complejo dada la inexistencia de estadísticas diferenciadas por género
que ha abierto el espacio a un cuerpo teórico conocido como “nueva ruralidad”,
y el sesgo patriarcal de quienes diseñan los instrumentos para recoger la infor-
que es un intento de abordar las condiciones de vida de la gente en un nuevo
mación. En lo referido al crédito, en los años en que se reportan los datos clasi-
contexto internacional globalizado (con mayor articulación entre mercados loca-
ficados por género, los préstamos canalizados a mujeres representan menos del
les, regionales y mundiales).
3% de la cartera del Banco Agrícola.

La equidad en el espacio rural dominicano En las labores no agrícolas continúa la exclusión de las actividades consideradas
“para hombres”. Es el caso de construcción, transporte, administración pública y
Las expresiones de inequidad en las condiciones de vida (ingresos, servicios cuerpos castrenses, donde la presencia femenina no llega al 10%. Luz Adelma Gui-
públicos, patrones demográficos, migraciones y condiciones de vida de las muje- llén analiza las iniciativas para fortalecer a la mujer en las políticas de desarrollo
res) en las zonas rurales son por lo regular resultado de desequilibrios territo- rural, sin que se haya alterado de forma significativa el patrón de desigualdad.
riales a favor de los asentamientos urbanos. El análisis empírico de las condicio-
nes de vida en las áreas rurales dominicanas presenta algunas mejorías en las
últimas décadas. No obstante, sigue siendo en todos los casos inferior al prome- La eficiencia productiva en el campo
dio nacional y muy por debajo de la situación en los asentamientos urbanos. Juan José Espinal aborda la dimensión productiva del campo desde el enfoque
Como lo señala Isidoro Santana, los niveles de ingresos muestran una marcada de desarrollo humano. Destaca el aporte general a la economía, reconociendo la
disparidad. La mitad de los hogares del primer decil de ingresos residen en el disminución en el aporte al PIB, que ha llegado a significar el 11.7% (2004). El
área rural, pero apenas el 25% de los del decil de más altos ingresos. En los últi- análisis de lo que se reconoce como la contribución ampliada, arroja una reali-
mos años los ingresos promedios en las ciudades han sido entre 1.5 y 2.4 veces dad diferente, al estimarse el aporte superior al 25%. El crecimiento de los
los ingresos promedios del campo. bienes y servicios agropecuarios en las últimas tres décadas muestra un prome-
En lo concerniente al mercado laboral, se destaca que menos de la mitad dio anual del 2.5%, mientras el crecimiento total de la agricultura fue del 5.5%.
(41.5%) de los empleos en el campo es en la agricultura. Apenas el 33.8% de las Más allá de los valores numéricos, los cambios más significativos de los últimos
mujeres campesinas participa en actividades económicas remuneradas, contra dos años lo representan el desplazamiento de la agricultura por la pecuaria
un 51% en la zona metropolitana y un 42% en otros centros urbanos del país. como la actividad de mayor peso en el sector. Esta tendencia resultó más aguda
en 2005 cuando el subsector ganado creció un 17%, mientras la producción
En lo concerniente al acceso a la infraestructura y servicios públicos, sólo la edu-
agrícola decreció un 2%. En toda Centroamérica y el Caribe, apenas Costa Rica
cación básica exhibe una leve desventaja para las ciudades. No obstante, no hay
tiene un mayor valor agregado por trabajador que República Dominicana. En
diferencia en la cobertura en el acceso a la educación y a los servicios de salud.
cuanto a las economías rurales, en la actualidad se reconoce que están insertas
Agudas asimetrías territoriales se observan en las condiciones de la vivienda,
en el proceso de globalización, a pesar de ser el sector de mayores limitaciones
servicios de agua potable y electricidad, y en el uso de combustibles sólidos (leña
para articularse a las disciplinas comerciales, tanto a nivel doméstico como en
y carbón). Las inequidades que se expresan no han sido debidamente enfrenta-
la mayoría de los países del mundo. El proceso de apertura crece al interior del
das por las políticas públicas.
sector agropecuario y las influencias de esta apertura marcan el rumbo de la
Fátima Portorreal analiza la sociodemografía de la zona rural. Destaca la dismi- dinámica agrícola y de la economía global.

266 / CAPÍTULO V
Conclusiones del Foro sobre “Nueva ruralidad en República Dominicana y desarrollo humano. La nueva
Recuadro V.2 cont.
ruralidad: ¿sigue siendo la parte atrás de lo urbano o es una oportunidad para el desarrollo humano?”

Entre las nuevas vinculaciones posibles para la zona rural en el país se encuen- del Estado porque no ha promovido el protagonismo de los actores del campo ni
tra el turismo (ecoturismo, turismo rural) y la producción agropecuaria. El DR- ha hecho prevalecer sus intereses. Las políticas públicas han favorecido proce-
CAFTA tendrá implicaciones en los esquemas institucionales y se prevén cam- sos de extracción de excedentes y de subordinación de las comunidades campe-
bios en los precios de bienes e insumos y, eventualmente, en los precios del tra- sinas, generando situaciones de desapoderamiento de las mismas, destacando
bajo y la tierra agrícola, así como resultados diferenciados por grupos de pro- que ha prevalecido el interés por favorecer procesos extranacionales y elitistas.
ductos. En las frutas y vegetales, el acuerdo puede tener efectos dinámicos. Los En ese tenor, sobresale el impulso de la legislación agraria basada en el Sistema
granos básicos (arroz, habichuelas y maíz) se reconocen como perdedores Torrens, la ejecución de políticas con sesgo antiagrícola de industrialización sus-
netos. Algunos productos tienen ventajas comparativas (café, cacao, tabaco y titutiva, la promoción de los paquetes tecnológicos de la revolución verde, entre
cultivos con mercados especiales como orgánicos y comercio justo). Por últi- otras. Estas políticas quiebran dinámicas propias de las comunidades campesi-
mo, se encuentran aquellos con “fuertes limitaciones”, que son los rubros nas, mientras las estructuras burocráticas se han utilizado para generar proce-
pecuarios. sos de cooptación del campesinado mediante prácticas clientelistas de diversa
índole. En lo productivo, el interés ha sido proveer alimentos baratos para los
Además de las limitaciones del comercio agrícola internacional generadas por
sectores populares de los centros urbanos. La intervención de los gobiernos
las políticas proteccionistas de los países desarrollados, hay factores internos
municipales no presenta todavía cambios significativos y se limita a la figura
con un marcado efecto negativo en el comportamiento del sector agropecuario
anacrónica del alcalde pedáneo y una que otra obra de infraestructura para el
dominicano. Dentro de estos factores cabe mencionar: a) la desarticulación de
ocio. El gran desafío es convertir las instituciones públicas con incidencia en el
la política sectorial; b) la ineficiencia institucional en la ejecución de proyectos
campo en promotores de la autogestión comunitaria. El cambio exigido deman-
de desarrollo agropecuario y forestal; c) la baja productividad de algunos rubros,
da, más allá de una reforma en el sector público, un nuevo contrato social con
debido a la falta de innovación tecnológica; d) el deterioro de los recursos natu-
el campo.
rales y del patrimonio, la reducción de la cobertura forestal y la salinización de
los suelos irrigados, y e) los impactos negativos de las políticas macroeconómi- Cualquier estrategia de gestión territorial en el campo deberá incluir la diversi-
cas implementadas en el país durante los últimos tres decenios. ficación de las actividades económicas. La dependencia de la agricultura de la
zona rural disminuye las alternativas laborales, crea una mayor presión sobre
los recursos naturales y desestima las enormes ventajas asociadas al eslabona-
El empoderamiento de las comunidades y actores/as rurales
miento con otros sectores productivos. En fin, el gran desafío es colocar el
José Horacio López ofrece una lectura crítica en torno al papel de la intervención campo dominicano en la agenda nacional.

Fuente: ODH/PNUD

debate fue si la nueva ruralidad sigue siendo Esta definición tiene múltiples inconve-
la parte atrás de lo urbano o si es una opor- nientes, principalmente porque no distin-
tunidad para el desarrollo humano. Las pre- gue entre los tamaños de las aglomeraciones
sentaciones de ese debate y las conclusiones humanas ni criterios como disponibilidad de
generales fueron publicadas en forma de infraestructura o servicios, ni mucho menos
libro y complementan este informe. El la estructura económica ni las relaciones
Recuadro V.2 presenta un resumen de las económicas y sociales. Pero la más impor-
ponencias allí presentadas. tante limitación que tiene es que con fre-
cuencia las y los habitantes de un lugar cam-
bian de ser considerados “rurales” a “urba-
La definición de la población rural nos” por una simple disposición administra-
El análisis parte de la definición usada tiva, sin que haya cambiado ninguno de los
en República Dominicana de lo que es atributos que suelen definir tal condición.
población rural. Toda población ubicada en Esto se produce por la ligereza con la que se
cabeceras de municipios y de distritos muni- cambia la denominación de demarcaciones
cipales se considera urbana y, por diferencia, geográficas, las cuales pasan sucesivamente
la parte restante es rural. de parajes a secciones, de secciones a distri-

CAPÍTULO V / 267
tos municipales para después ascender a remuneración, y entre un 15% y un 20%
municipios e incluso a capitales provincia- más que en empleos de remuneración
les. En el Anexo V.15 se resumen diferentes media o elevada. Muchas personas que se
criterios para definir la ruralidad en algunos dedican a la agricultura permanecen atrapa-
organismos internacionales. dos en actividades de baja remuneración
debido a su carencia de destrezas mínimas
La nueva ruralidad (88% sólo tiene educación primaria), su ele-
Los cambios provocados por la globali- vada edad (la mitad tienen más de 40 años)
zación y la urbanización han desdibujado la y a la insuficiencia de inversiones comple-
identidad entre lo sectorial agropecuario y mentarias en infraestructura básica en las
lo rural. En efecto, el ingreso de los hogares zonas rurales.
rurales proviene de actividades no agrícolas
Estas evidencias confirman en parte las
en proporciones cada vez mayores, una cre-
conclusiones del Foro de Desarrollo Huma-
ciente proporción de las personas que traba-
no sobre la nueva ruralidad, en cuanto a que
jan en la agricultura tienen residencias urba-
han variado los múltiples elementos estruc-
nas y muchos de los empleos rurales no
turales que conforman la ruralidad.
agrícolas no guardan relación significativa
con la agricultura, sino que crecen estimula- ¿Qué elementos diferentes incorpora la
En República nueva ruralidad? Del Rosario51 los resume
dos por nuevas demandas de consumo de la
Dominicana, la población urbana49. También una parte cre- en los siguientes aspectos:
población urbana es la ciente de la actividad agropecuaria ocurre
• Inserción cada vez mayor de las econo-
que vive en las en las zonas urbanas, en lo que se denomina
mías rurales en el proceso de globaliza-
“agricultura urbana”. El resultado ha sido
cabeceras de ción, diluyendo las fronteras y diferen-
una “nueva ruralidad”.
cias entre el mercado (local, regional,
municipios y distritos
Algunas cifras ilustran esta nueva reali- nacional y global).
municipales dad, según reportaba el Banco Mundial y el
• Creciente fusión entre las áreas rurales y
Banco Interamericano de Desarrollo (BID)50
urbanas en algunas zonas y en otros pro-
en 1997, el 40% de las y los trabajadores
blemas de despoblación.
rurales se dedicaban a actividades no agríco-
las, tales como el transporte, las zonas fran- • Reorientación de la producción agrícola
cas, el comercio y el turismo; este porcenta- hacia productos exportables (nichos) o
je aumentó al 70% en 2004. Esta situación para la actividad turística.
refleja la segmentación del mercado laboral
• Aumento del peso de las actividades no
rural, caracterizado por un sector rural no
agrícolas en las zonas rurales.
agrícola más dinámico y mejor pago, aunque
bastante heterogéneo, y el sector agrícola • Mayor dificultad de las sociedades rura-
deprimido y de menor remuneración. les para ajustarse a las imperfecciones de
los mercados (financieros, de tecnología,
Según muestra el informe del Banco
información, trabajo y tierra), las cuales
Mundial y el BID, las y los trabajadores rura-
se ponen al descubierto con el proceso
les con mayor nivel educativo, en grupos de
de liberalización.
edad intermedia, mujeres, y que residen
próximos, a áreas urbanas y a municipalida- • Ausencia de instituciones públicas para
des con zonas francas, tienden a dedicarse a dar soporte a estas nuevas dinámicas, en
actividades no agrícolas y ganan un 37% donde lo agropecuario no es lo mismo
más que los agricultores en empleos de baja que lo rural.

268 / CAPÍTULO V
• Nuevas demandas sobre el espacio rural:
objetivos ambientales, necesidad de faci- Gráfico V.8 Índice de Intensidad de Pobreza Rural, 2002
lidades de recreación y presión de las
áreas urbanas densamente pobladas, 0.9 1 1.1 1.2 1.3 1.4 1.5
entre otras. Una de las tendencias más
SPM 1.45
importantes es la que tiene que ver con Stgo 1.41
el aprovechamiento de las ventajas paisa- HM 1.39
jísticas de los territorios (turismo verde, Dua 1.34
etiquetaje de productos, denominación LA 1.34
de origen), ecológicas (biodiversidad) y SRod 1.31
sociales. SJO 1.28
PP 1.26
Para este informe la “nueva ruralidad” MN 1.25
refleja una modificación de la construcción LR 1.24
social del espacio rural que es dinámica, SRam 1.24
SJM 1.23
multidimensional, heterogénea y territorial,
Daj 1.22
pero abierta52.
Pede 1.22
¿Por qué una nueva visión de lo rural? Bar 1.20
ES 1.20
Porque las inequidades entre los urbano y lo
LV 1.18
rural en República Dominicana no se han
MTS 1.17
podido reducir53. Según el Censo 2002, el Esp 1.16
36% de la población vive en zonas rurales, si SC 1.16
le descontamos el Distrito Nacional, que MP 1.16
“por definición es urbano”, el 41% vive en Salc 1.14
zonas rurales, pero la mitad de las personas Bao 1.13 Media nacional,
pobres vive en las zonas rurales (51%); es Sam 1.13 sin DN 1.24
EP 1.12
decir, la pobreza rural es un 24% superior a
Indep 1.09
lo que le correspondería si estuviera equita- Az 1.09
tivamente distribuida en ambas zonas. En Valv 1.06
todas las provincias, la intensidad de la MC 1.05
Equidad
pobreza rural54 es mayor al Índice de Equi- SD 1.00
dad, con excepción de Santo Domingo y Per 0.96
Fuente: ODH/PNUD
Peravia, y en 10 provincias está por encima
del promedio nacional. En el largo plazo, las
más allá de lo agropecuario, refleja un modo
acciones encaminadas a corregir la situación
de vida55.
de inequidad en la ruralidad no han tenido
efectos satisfactorios en las últimas tres Es necesario superar el aparato ideológi-
décadas (Gráfico V.8). co de las “sociedades modernas”, que conti-
núan asociando lo rural con la expresión de
Esta situación plantea la necesidad de
lo salvaje, tradicional y atrasado, y, por otro
nuevos instrumentos de política, una forma
lado, lo urbano es lo civilizatorio, avanzado y
diferente de intervenciones, dado que las
desarrollado56.
dinámicas que explican la pobreza rural se
han modificado, llevándonos al contexto de Hay que reconocer que existe un poten-
la nueva ruralidad. Ya no se puede seguir cial en el medio rural para el desarrollo. Hay
haciendo lo mismo porque sencillamente la un acervo de capital físico, cultural, natural,
naturaleza de lo rural cambió. La ruralidad va humano y social que, acompañado de inicia-

CAPÍTULO V / 269
tivas novedosas, tanto tecnológicas como or- V.9 El proceso de urbanización
ganizativas, puede generar procesos de em- El área poblada de República Domi-
poderamiento de los actores sociales y eco- nicana se estimaba en 2003 en 701.4 kilóme-
nómicos orientado al mejoramiento en la tros cuadrados, lo que representaba el 1.6%
distribución del ingreso nacional, la supera- del territorio. Esto significó un notable
ción de la pobreza y la participación ciudada- incremento con respecto al estudio de 1996,
na. Se hace necesario potenciar una cultura según el cual las áreas pobladas sólo repre-
agrícola y rural que permita la conservación sentaban el 0.82% del territorio. En el
de la biodiversidad y los recursos naturales. Cuadro V.16 se aprecia que las provincias
con mayor cantidad de kilómetros cuadra-
Finalmente, señalar la creciente impor-
dos poblados son Santo Domingo, Santiago
tancia del desarrollo focalizado en unidades
y el Distrito Nacional, que en conjunto
territoriales. El territorio o dimensión espa-
representan el 51.6% del territorio poblado
cial está adquiriendo mayor importancia en
del país, evidenciando la gran concentración
la formulación y ejecución eficaces de las
del territorio poblado.
políticas de desarrollo, acompañadas de
procesos de descentralización, democratiza- El proceso de urbanización del país ha
ción, autonomía municipal y desarrollo local avanzado de manera firme en los últimos 50
República Dominicana con un enfoque participativo. Esto supone años. Han convergido diferentes circunstan-
vivió una urbanización el desarrollo de acciones afirmativas para cias que han ido modelando ese proceso y
visibilizar y apoyar la participación de las que están asociadas a la dinámica económica.
tardía en la década
mujeres y jóvenes y otros grupos excluidos
de los 70 de la toma de decisiones en el desarrollo na- El impulso
cional desde lo rural. La mayor aceleración se registró duran-
te la década del 70 cuando se ejecutó, tardía-
En resumen mente comparado con América Latina, una
Una estrategia de enfoque territorial política deliberada de desarrollo industrial y
para el desarrollo rural supone cambios en urbano. Esta política fue acompañada con
la visión al pasar de un enfoque del pequeño un agresivo programa de inversiones públi-
productor al de la familia rural ampliada, del cas en los centros urbanos, al tiempo que se
empleo agrícola al multiempleo, de una polí- congelaba el salario por casi una década a
tica agrícola genérica a políticas diferencia- partir de 1966. La contraparte de controlar el
das de acuerdo a tipos de unidades familia- salario fue mantener los precios de los pro-
res, de la producción agrícola a los encade- ductos agrícolas bajos e intervenidos57.
namientos de ésta con la agroindustria y los
Al mismo tiempo se mantuvo una im-
servicios, de la antítesis entre mercado/Esta-
portación de alimentos subsidiados58 de
do como mecanismo de regulación a la re-
Estados Unidos y durante las décadas del 70
construcción de las instituciones como me-
y 80 el tipo de cambio estuvo sobrevaluado a
diadoras entre la sociedad civil, el Estado y el
través del sistema múltiple59. A largo plazo
mercado. Es el transitar de la finca y la co-
estos mecanismos contribuyeron a descapi-
munidad, a la microregión, de políticas
talizar a las actividades agrícolas y a empobre-
homogéneas a diferenciadas, de eludir la
cer las zonas rurales.
necesidad del acceso a la tierra a incluirlo
junto a otros recursos, del agricultor jefe de En los 70, la población urbana creció un
familia como sujeto a las familias entendida 5.5%, más de un 80% superior al promedio
desde una perspectiva de género. nacional y seis veces superior al crecimiento

270 / CAPÍTULO V
de la población rural. El aumento de la
Cuadro V.16 Superficie poblada por provincia
población urbana (1.3 millones) fue el doble
en km2 y porcentaje del total, 2003
del incremento de la misma población en
década del 70 (663 mil) y Santo Domingo Zona Territorio poblado en Distribución del
concentró casi la mitad del aumento de la Provincia poblada el territorio total de la territorio poblado
(km2) provincia por provincia
población total y de la urbana60, elevando la
participación de ésta en la población total de SD 193.3 14.9% 26.1%
Stgo 106.4 3.8% 14.3%
un 20.3% a 27.8%. En el tiempo, esta década DN 82.8 90.4% 11.2%
concentra casi un tercio de los 2.7 millones SC 32.8 2.6% 4.4%
de personas en que aumenta la población LA 30.5 1.0% 4.1%
PP 29.3 1.6% 3.9%
total de Santo Domingo entre 1960-2002, LR 23.7 3.7% 3.2%
desempeño que nunca fue superado en nin- SPM 22.9 1.8% 3.1%
guna otra década del período (Anexo V.23). Bar 18.8 1.2% 2.5%
Dua 17.4 1.1% 2.4%
El resultado en términos de la dinámica LV 17.3 0.8% 2.3%
Val 16.9 2.1% 2.3%
de población fue una inmigración neta hacia MN 13.7 1.4% 1.8%
Santo Domingo. El 86.8% del total que inmi- SJ 13.2 0.4% 1.8%
gró en la década del 60 y el 84.8% en la déca- Az 12.9 0.5% 1.7%
Esp 12.9 1.6% 1.7%
da del 70 se dirigió a la zona metropolitana MC 11.7 0.6% 1.6%
de Santo Domingo. Per 11.1 1.4% 1.5%
SRam 8.8 0.7% 1.2%
HM 8.3 0.6% 1.1%
Las crisis en la década de los 80 Bao 7.5 0.6% 1.0%
Durante los 80, el área rural se mantuvo MTS 7.4 0.6% 1.0%
Sal 6.5 1.5% 0.9%
abandonada; en parte por los ajustes macro- Ind 6.2 0.4% 0.8%
económicos de la primera mitad de la déca- MP 4.6 0.2% 0.6%
da, asociado al cambio del modelo hacia la Daj 4.6 0.5% 0.6%
SRod 4.5 0.4% 0.6%
economía de servicios, y, en parte, por la SJO 3.4 0.4% 0.5%
misma política del Dr. Balaguer, quien acele- EP 3.3 0.2% 0.5%
ró la construcción de infraestructura urbana Sam 3.3 0.4% 0.4%
ES 3.2 0.2% 0.4%
en el segundo quinquenio de la década. Ped 2.4 0.1% 0.3%
Todo ello contribuyó al empobrecimiento Total 741.5 1.6% 100.0%
relativo del campo y al movimiento de la Fuente: ODH/PNUD con base en SEMARN
población hacia las ciudades. Durante este
período la población aumentó en 1.7 millo-
a Santo Domingo; es decir, 10 puntos
nes de personas, de los cuales el 69% se
porcentuales menos de lo acontecido en
ubicó en la zona urbana y el 31% en la zona
la década pasada.
rural.
c) Durante este decenio, Santo Domingo
Por otra parte, según los registros del
se convierte en la provincia con mayor
Censo 1993, se modifican algunas tenden-
población rural.
cias:
d) Nueve provincias tienen un crecimiento
a) Se desacelera el crecimiento urbano.
negativo en la población rural: San José
b) Se mantiene la concentración de la po- de Ocoa, San Pedro de Macorís, La
blación en Santo Domingo, pero a un Altagracia, Barahona, Elías Piña, Monte
ritmo inferior. Del 1.7 millones de Plata, Santiago Rodríguez, San Juan y
aumento de la población total, el 37% va Duarte.

CAPÍTULO V / 271
Los 90, la economía de zonas francas las nuevas actividades económicas: el
y turismo 17.9%, a Santiago; el 12.7%, a San Pedro
En la década de los 90 cambia el escena- de Macorís; el 11.2%, a La Altagracia; el
rio urbano con la consolidación de la econo- 9.4%, a San Cristóbal; y el 5.9%, a La
mía de servicios y la creación de nuevos Romana.
polos de atracción de población.

La dinámica de acumulación fue gene- En resumen


rando mejores oportunidades de ingresos y En las últimas cuatro décadas, la pobla-
empleo en las zonas urbanas, pero sobre ción se multiplicó por 2.7, concentrándose
todo creando un entorno de mejores servi- principalmente en Santo Domingo, aunque
cios sociales e infraestructuras básicas, aun- se registra una tendencia a desconcentrarse
que con desbalances por ciudades y al inte- en la década de los noventa, siendo la déca-
rior de las ciudades y provincias, lo cual da de los setenta cuando se produce la
constituyó un factor fundamental en el pro- mayor concentración relativa en Santo
ceso de atracción de flujos migratorios. Domingo. Destaca el aumento sostenido de
San Pedro de Macorís, que es la segunda
En la década del noventa se aprecian provincia que más multiplica su población
nuevas tendencias de la población: desde 1960.
a) Durante este decenio la población total La provincia de Santiago conserva su
aumenta 1.3 millones de personas; esto posición como la segunda más poblada,
resulta de que la población urbana mantiendo relativamente constante su parti-
aumentó en 1.4 millones y la rural se cipación en la población total (9% a 10%).
redujo de 100 mil personas. En la década de los 90, por primera vez,
b) Por primera vez, ocho provincias dismi- algunas provincias registran disminuciones
nuyen su población total, registrando absolutas de población, mientras que las
un crecimiento negativo: Bahoruco, provincias de Santiago, La Altagracia, La Ro-
Dajabón, El Seibo, Sánchez Ramírez, mana y San Pedro de Macorís explican un
Salcedo, San Juan, Santiago Rodríguez y tercio del aumento de la población total.
Elías Piña.
V.9.1 Las ciudades en transición
d) Se redistribuye el incremento de pobla-
Hoy, con el proceso de globalización, las
ción en un número mayor de provin-
ciudades están en transición hacia un orde-
cias. Es decir, cinco provincias61 registra-
namiento en redes que crea nuevos vínculos
ban un incremento de población casi
sobre la base de permitir la comunicación
igual que Santo Domingo.
instantánea entre espacios distantes, orde-
e) En 18 provincias se registró un creci- nando los procesos de producción, en
miento negativo en la población rural: donde lo importante es estar dentro de la
Valverde, Bahoruco, Hato Mayor, Daja- red sin que sea relevante la ubicación física.
bón, El Seibo, Barahona, Sánchez Ramí-
No obstante, en sociedades tan desigua-
rez, San Juan, San José de Ocoa, San-
les como la dominicana, las ciudades son la
tiago Rodríguez, Duarte, María Trinidad
expresión de la dinámica de la desigualdad y
Sánchez, Monte Plata, Azua, Elías Piña,
los barrios marginados no son una expre-
Pedernales, Salcedo y La Vega.
sión física de la ocupación del espacio, sino
f) Del total que inmigró, el 57% fue a pro- el resultado de la ausencia de desarrollo hu-
vincias que emergían como pilares de mano y parte de la mecánica social que crea

272 / CAPÍTULO V

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