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Dado que los líderes son más visibles que los seguidores, la mayor parte de la
bibliografía sobre el liderazgo se ha centrado en los líderes y ha pasado por alto el
papel que desempeñan los seguidores en los aciertos y fracasos de las
organizaciones. Sin embargo, el liderazgo es sólo una parte de una dualidad, puesto
que no puede haber líderes sin seguidores. El liderazgo efectivo requiere que haya
seguidores efectivos. Asimismo, en gran medida, los puntos de vista convencionales
respecto a los seguidores han coadyuvado a que el conocimiento sobre éstos sea
escaso. El diccionario Webster define al seguidor como “alguien que sigue las
opiniones o enseñanzas de otra persona”. Esta definición incorpora la idea de que los
seguidores son parejas pasivas en la diada constituida por líder y seguidor hasta que
reciben instrucciones explícitas de un líder y luego proceden a seguirlas sin
cuestionarlas. Los seguidores efectivos hacen más que sujetarse a la visión dispuesta
por el líder; también contribuyen a crear dicha visión dispuesta por el líder; también
contribuyen a crear dicha visión. Asumen la responsabilidad de cumplir con su trabajo,
toman la iniciativa para resolver problemas y cuestionan a los líderes cuando piensan
que están equivocados.
Seguidor Seguidor
Activo
Eficaz Conformista
Seguidor
Pragmático
Seguidor Seguidor
Pasivo Enajenado Pasivo
En las investigaciones sobre los seguidores se han descrito cinco estilos, usando
una combinación de dos tipos de conducta – el razonamiento crítico
independiente y la participación activa. La primera conducta se refiere a la
capacidad de análisis y evaluación de decisiones del seguidor. Esta capacidad
significa que el seguidor posee la base necesaria de conocimientos y es capaz de
pensar en forma crítica. Quienes piensan en forma independiente van más allá de
los manuales y los procedimientos; cuando la racionalidad exige acciones o
decisiones independientes, están dispuestos a seguir sus convicciones. Son
creativos, innovadores y cuentan con la disposición para ofrecer una crítica
constructiva cuando es conveniente. A la inversa, lo opuesto de esta persona es
aquella que no tiene un razonamiento independiente. Este personal dependiente,
no crítico, se sujeta a los procedimientos o instrucciones preestablecidas con muy
pocas desviaciones – aún cuando las circunstancias las pudieran exigir. Aceptan
las ideas del líder sin que medie una evaluación independiente de su parte. La
segunda conducta – participación activa – se refiere a la disposición del seguidor
para tomar la iniciativa, participar y en general ir más allá de los requerimientos
cuando realiza su trabajo. El individuo activo toma la iniciativa en la solución de
problemas y toma de decisiones, es muy visible en la unidad de trabajo, e
interactúa con los compañeros de trabajo en muy distintos niveles. Lo opuesto a
esta persona es el individuo pasivo que apenas se hace notar en dicha unidad. Su
grado de participación o interacción se concreta a realizar lo que se le ha dicho
que haga. Elude la responsabilidad que rebasa lo que estipula la descripción de su
función y necesita supervisión constante.
Para realizar ambas funciones en forma eficaz es menester hallar una forma de
integrarlas. No se trata de una tarea sencilla, en virtud del elevado potencial que
esto tiene de conflictos y ambigüedad en las funciones. Los líderes son
responsables de todo lo que pasa en su unidad de trabajo, y se les pide también
que deleguen buena parte de su responsabilidad y confieran autoridad a sus
seguidores para que resuelvan los problemas por su cuenta. Asimismo se espera
que capaciten y desarrollen a los seguidores, lo que puede significar capacitar a
alguien que finalmente desea el trabajo del líder, aun cuando éste no se encuentre
preparado para cederlo. La forma de equilibrar estas exigencias contrapuestas, y a
menudo conflictivas, y hacerse cargo del doble papel de ser un buen líder y un
buen seguidor es un tema que merece más atención en las investigaciones de la
que ha recibido hasta ahora.
EJERCICIO SEGUIDORES EFICACES
LIDERAZGO, 7-4, pág. 236
Robert N. Lussier – Christopher F. Achua
Piense en su jefe actual (o alguien con quien haya trabajado antes) y responda cada pregunta sobre su conducta con
ayudad e la escala siguiente.
5 4 3 2 1
____ 1.- Cuando las cosas no marchan bien, apoyo y aliento a mi jefe.
____ 2.- Tomo la iniciativa de realizar más que mi trabajo normal sin que tengan que decirme que haga las cosas.
____ 3.- Asesoro y preparo al jefe cuando es conveniente, como cuando se trata de un gerente sin experiencia, y
en situaciones particulares en las que el jefe necesita ayuda.
____ 4.- Cuando el jefe tiene una idea que no es buena, expreso mi interés y trato de mejorar los planes, en lugar
de sólo instrumentar una decisión mediocre.
____ 5.- Busco y aliento que el jefe me dé retroalimentación con toda sinceridad, en lugar de evitarla y actuar a la
defensiva cuando me la ofrece.
____ 6.- Trato de aclarar mi función en las tareas, asegurándome de entender las expectativas que mi jefe tiene
respecto a mi y de mis estándares de desempeño.
____ 7.- A mi jefe le muestro mi aprecio, dándole las gracias cuando hace algo por mí..
____ 9.-Me resistiría a la influencia inapropiada de mi jefe; si me lo pidiera, no haría nada que fuese ilegal o falto de
ética.
Sume los números de los reactivos 1 a 9 y coloque su puntuación aquí ______ y en el continuo que aparece a
continuación.
Cuanto mayor sea su puntuación, más eficaz será en general como seguidor. Sin embargo, su jefe ejerce también un
efecto en su condición de seguidor. Un mal jefe puede afectar su comportamiento, no obstante, asegúrese de tratar
de ser un buen elemento.
Habilidades de un buen seguidor
▪ Observar las conductas de un líder.
▪ Tomar la iniciativa.