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Querida Mater:

Hoy nos encontramos frente a ti con el corazón encendido porque nos has llamado a la misión
de ser “Coenaculum Familiae”

Te queremos dar gracias por los frutos que tu amor ha fecundado en nuestras vidas a lo largo
de estos años de camino. Con tu apoyo, hemos crecido en fe y en unidad, en compromiso y en
oración tanto en nuestro matrimonio como en nuestro grupo de vida.

Te pedimos perdón por todas aquellas veces en las cuales nuestra falta de voluntad y pereza
pudieron mas que nuestro amor por el Padre y por ti. Nuestro corazón humano es débil y
necesita de tu intercesión constante, de tu sostén, guía y ejemplo.

Hoy te ofrecemos, junto con nuestras vidas y las de todos los que amamos, nuestro
compromiso de ser cenáculo vivo: un lugar de encuentro intimo contigo y con el Espíritu Santo
para nuestra familia y para el mundo. Queremos que todo aquel que llegue a nosotros
encuentre siempre una comunidad dispuesta al servicio y que persiga la santidad.

Ayúdanos Mater, al igual que lo hiciera el Padre Kentenich, a caminar de tu mano hacia el
Padre, haciendo lo ordinario extraordinario en cada ámbito de nuestras vidas

“Quedamos en eso, permanecemos fieles”

Amen

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