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TRABAJO PRÁCTICO

Universidad Nacional de Lomas de Zamora


Facultad de Derecho
Seminario de Ética y Formación Profesional
Cátedra: Dr Galderisi Hugo
Comisión: Miércoles 10 a 12hs
Turno: MAÑANA

Tema: “Temas de siempre. Notas sobre lo que insiste en no perder


actualidad.” Santiago Kovadloff - “50 cosas que hay que saber sobre
ética” Ben Dupré.

Alumno: Agustina Florencia Borrelli.

Dirección de correo electrónico: agustinaborrelli97@gmail.com.ar


Lugar: Lomas de Zamora
Fecha: 04 de Octubre de 2023
En el presente ensayo se realizará un análisis general sobre el libro “Temas de siempre. Notas
sobre lo que insiste en no perder actualidad.” del escritor y filósofo Santiago Kovadloff; y un
análisis específico sobre cinco capítulos de éste.-
A su vez, se dedicará un apartado a cinco capítulos del libro “50 qué hay que saber sobre la
Ética” de Ben Dupré.-

El hilo conductor en la obra de Kovadloff.

Durante toda la obra Santiago Kovadloff se dedica a desentrañar distintos temas que resultan
-a simple vista- como cuestiones que ya han sido analizadas e incluso sobre analizadas por
filósofos sociólogos, escritores, entre otros. Pero es en el desentrañamiento del verdadero
significado de los tópicos que plantea, en donde recae lo virtuoso de este compendio de notas.
El autor comparte sus propias vivencias y añade referencias de quienes han influido en su
pensamiento, ya sean sus padres, sus profesores de la Universidad o filósofos y pensadores.
Explica con claridad problemáticas que penetran en lo más profundo de cada uno de los
lectores.

Este libro es una invitación a reflexionar sobre interrogantes tales como ¿qué es el amor?
¿Cual es la diferencia entre amor y enamoramiento? ¿Qué es estar aburrido? ¿Cómo
afrontamos el fracaso? ¿Cuál es el mejor momento para partir?. Aborda cuestiones de la vida
cotidiana y cómo se reflejan en nuestro actuar.

Meditación del fracaso.


Siempre se ha visto al fracaso con una connotación negativa, un suceso del cual hay que
avergonzarse, algo a lo cual debemos temer e intentar que no acontezca.
Kovadloff propone que no fracasa quien comete un error o se encuentra ante un resultado
negativo, sino quien no puede recuperarse o sortear ese obstáculo que se presenta. Divide a
los miembros de la sociedad en dos, dependiendo de cómo reaccionen ante el fracaso: unos,
logran convertir el fracaso en aprendizaje; los otros, se niegan a reconocerlo.
Concluye en que fracasa quien no acepta el fracaso, quien lo niega, quien descree del fracaso,
quien solo se avergüenza, quien no considera entre las posibilidades, el fracaso. Se puede
interpretar que, en contraposición al fracaso, triunfa quien se sobrepone al fracaso, quien lo
supera y hace de ese error, un aprendizaje.
Varios autores confirman esta hipótesis y agregan que hay que estar preparado para fracasar,
que es una capacidad que se adquiere a través de los constantes fracasos y de cómo cada
individuo reacciona a ellos. Si permanecen paralizados ante la materialización del fracaso o si
se hace de ese fracaso un simple escalón en la escalera a la superación personal.-

Estar solo.
La soledad, al igual que el fracaso tiene, a priori, una connotación negativa. El autor propone
distintos tipos de soledad. La soledad que provoca el secreto; la soledad de la hiperconexión
causada por las redes sociales y la globalización; la soledad de quien anhela la compañía de
un otro; la soledad de sentirse ajeno al resto, diferente.
Actualmente, parecería muy difícil que una persona considere que se encuentra sola ya que
siempre se puede estar conectado con el otro a través de diferentes medios de comunicación.
Abundan los medios técnicos para comunicarse: Instagram, Whatsapp, Twitter, Telegram,
Tiktok, Discord, Twitch, entre muchas otras. Hay miles de maneras de “acercarse” al otro,
pero en la práctica generan aislamiento y una gran sensación de soledad.-
Kovadloff propone que se debe valorar la soledad y aprovecharla para conectar con uno
mismo y con las cosas que nos rodean y resaltan en la soledad.

Aburrirse.
El sentirse aburrido provoca un sentimiento de apatía en quien lo padece. Todo da igual, no se
siente interés por nada. Se vive en la monotonía. Al igual que en el apartado sobre la
soledad, la sobre abundancia de medios técnicos tiene un papel muy importante, ya que todos
estos estímulos intentan “exterminar de raíz” el aburrimiento. En una realidad de
consumismo y capitalismo, el aburrimiento es contraproducente para los intereses del
mercado.
El autor plantea que el aburrimiento es una parte necesaria de la vida, que debe ser tomada
como un llamado de atención para cambiar ese aspecto de la vida con el cual no se está del
todo conforme.-

El amor.
Se plantea en este capítulo la diferencia entre el “amor” y el “enamoramiento". El autor
propone al enamoramiento como una emoción de una “naturaleza apasionada”,
temperamental, que no admite variaciones, pasajero, momentáneo, fugaz. Por otro lado,
describe al amor como una pasión también, pero bien administrada en el tiempo. Algo que
para perdurar debe mutar, transformarse a través del tiempo y soportar las adversidades que
se presenten.
A su vez, relata que hay amores y enamoramientos memorables, aquellos que se cuentan en
las novelas, en los poemas y también aquellos que son relatados por quienes rodean a cada
individuo o los que se pueden experimentar en carne propia.

El odio.
El autor reflexiona sobre cómo el odio puede surgir a partir de los prejuicios. Ser prejuiciosos
forma parte de la idiosincrasia del ser humano, por lo que las distintas ideologías políticas,
económicas, religiosas o raciales que se perpetúan desde el inicio de los tiempos, provocan
una reacción negativa frente a quien no comparte el mismo pensamiento que uno.
Expone que más allá de que el paso del tiempo pareciera eliminar algunos prejuicios, hay
otros que nacerán y se fortalecerán al mismo tiempo. Las sociedades avanzan, los tiempos
cambian, pero algunos prejuicios -aunque escondidos o disimulados- permanecen en el
inconsciente colectivo. Es al día de hoy, cuando se pensaba que el nazismo había quedado
derrotado tiempo después de la finalización de la segunda guerra mundial, observamos el
resurgimiento de grupos de jóvenes con pensamientos fascistas que se congregan en distintas
partes del mundo.
Kovadloff también plantea que una manera de superar los prejuicios y lograr un cambio
positivo es desde la enseñanza y la pedagogía, que ayuda a construir a los aprendices un
pensamiento crítico.-.

El miedo, sus huellas, sus formas.


El miedo es un mecanismo de defensa ante un posible peligro que tiene el ser humano, una
emoción necesaria para la supervivencia.
Kovadloff plantea la diferencia entre el miedo y el temor, siendo este último una antesala a la
amenaza, un preaviso. Siendo el miedo la amenaza en sí. Si se expresara en términos
jurídicos, el temor sería el delito en tentativa y el miedo el delito consumado.
También plantea el miedo que los individuos tienen a sí mismos. Este miedo que en la
sociedad actual es inhibido por la gran cantidad de estímulos que hacen sentir a los
individuos acompañados, pero que en realidad se encuentran solos y atemorizados de esa
soledad.
La sociedad consumista ha vuelto realidad aquella distopía que planteaba Aldus Huxley en su
libro “Brave new world” y que confirma en su ensayo posterior “Brave new world,
revisited”. La adicción a las pantallas ha convertido a la sociedad en personas adaptadas a su
posición social, sin ningún cuestionamiento, que no han aprendido a disfrutar de la soledad.
Sobre todo, una sociedad donde los lazos fundamentales que unían a los individuos, han sido
destruidos y sustituidos por los medios tecnológicos.-

Habiendo realizado un somero recorrido por algunos de los capítulos de este libro, solo queda
concluir que la lectura de éste es un boleto de ida a la introspección. Es una obra que provoca
reflexiones acerca de cuestiones relacionadas a la existencia; invita al lector a analizar de
manera crítica ciertos comportamientos humanos. Además, presenta una perspectiva
innovadora sobre temas de uso cotidiano.
Esta obra pregona el encontrarse a uno mismo, reflexionar. Aceptar y adoptar la soledad,
como un hecho positivo y de construcción personal. Transgredir los prejuicios, superarlos,
para dejar de lado el odio. Utilizar el fracaso y el miedo como motores de la enseñanza y no
como hechos que paralizan al individuo. Ver el aburrimiento como una señal de alerta.
Valorar la amistad -como manifestación del amor-, saber diferenciarla del compañerismo, de
la amabilidad. Morir mientras se vive, no cuando ya se ha vivido todo.

50 cosas qué hay que saber sobre ética - Ben Dupré.-


Previamente a iniciar el análisis de la obra literaria de Ben Dupré, se realizará un breve
repaso sobre el significado de la ética, su distinción con la moral; y algunos otros conceptos
que serán útiles al momento de introducirse en la lectura de los capítulos subsiguientes.
¿Qué es la ética? Etimológicamente, la palabra “ética” proviene del griego “ethos” que tiene
dos acepciones. Cuando encontramos la palabra escrita con una “E” larga (ηthos), significa
morada, residencia o lugar donde se habita. Cuando está escrita con una “E” corta (εthos),
significa carácter, como forma de vida o forma de ser. Esta última podría ser interpretada
como la moral de la persona. Cómo actúa en esa morada (ηthos) donde reside.
La ética como ciencia filosófica, analiza las conductas humanas morales. ¿Qué es la moral?
Es el objeto de estudio de la ética. Son acciones o hechos morales.

El bien y el mal.
En este capítulo, el autor analiza una de las cuestiones principales analizadas por la ciencia de
la ética. ¿Qué es lo que está bien y qué es lo que está mal?.
El autor ejemplifica esta cuestión a través de un interrogante: “¿Está bien usar embriones
humanos en la investigación médica que puedan salvar vidas en el futuro?” Para resolver
esta cuestión hay que introducirse en los valores. Es decir, en la importancia o el peso que
dispensamos sobre las cosas. Las elecciones que realice una persona, van a verse afectadas
por el valor que le otorgue a ciertas cosas. En el caso planteado por el autor, hay valores que
chocan, por lo que se genera un conflicto que se deberá dilucidar.
Los filósofos han tratado la cuestión del bien y el mal a lo largo de los siglos, con distintas
posturas que coinciden o no entre ellas. Aristóteles (384 - 322 a.C) propone que para alcanzar
la felicidad, el camino es el obrar y el vivir bien. Por ejemplo, San Agustín (354 - 430 d.C)
analiza el mal como “solamente un vicio, una alteración o corrupción del bien”1; y asimila el
bien con Dios y que las ideas como la justicia, la verdad, provienen de Dios.
El autor hace un recorrido por la filosofía angloamericana, exponiendo que a mediados del
siglo XX los autores dejaron de tratar “cuestiones morales significativas”y se limitaron a
conceptualizar términos morales. A partir de 1960, los filósofos volvieron a analizar
cuestiones reales. Se ocuparon de tópicos como la guerra, la pobreza, los derechos de la
mujer, entre otros.
Se concluye que la filosofía debe volver a los principios fundamentales de la ética.

Los fines y el medio.


El autor comienza dando un ejemplo similar a aquel que puede haber sido escuchado por el
lector en varios medios, siendo este:: un tren va marchando sin frenos cuando se encuentra
frente a una bifurcación de las vías, en una vía se encuentra una persona anciana, en la otra,
un grupo de niños. Es facultad del lector, que tiene en su poder la palanca que conducirá al
tren por una vía u otra, elegir qué vida salvará. Para que quien escucha este cuento varíe en su
respuesta, a veces se pone a una persona querida en una vía y un grupo de personas en otra,
para poner en confrontación el valor que se le atribuye a cada persona.
En el capítulo en cuestión, el autor cambia la elección de accionar una palanca por la de
esgrimir o no una mentira y que de ello dependa la vida de una o varias personas. Es aquí
donde se pone en cuestión si el fin (salvar o no personas) justifica los medios (mentir o no).
Hay autores que consideran que las consecuencias que deriven de una acción, son las que hay
que valorar para determinar si dicha acción estuvo bien o mal. Para otros autores, las acciones
son buenas o malas por sí mismas, es decir, tienen un valor intrínseco.
Por un lado, se encuentra el sistema de obligaciones y consecuencias, el sistema deontológico
de Kant que propone el imperativo categórico y el deber ser. En este sistema los derechos se
convierten en deberes: “las leyes del mundo inteligible habré de considerarlas para mi como
imperativos, y las acciones conforme a este principio, como deberes” (KANT, I.
Fundamentación de la Metafísica de las costumbres, Op. Cit., p. 60).
Por último, el utilitarismoconsecuencialista de Bentham y Mill. Este sistema, hace prevalecer
el resultado de la acción a la luz del objetivo previsto. Es decir, que le quita peso a la acción
en sí misma y lo que se evalúa es la acción a la luz del resultado que se obtuvo y el que se
deseaba obtener.

Ética de la virtud.
En este apartado, el autor refiere a que los filósofos se han apartado de la tarea de explicar
qué tipos de personas debemos ser y se han centrado, principalmente, en las acciones que
realizan las personas.
Los pensadores de la Antigua Grecia, tales como Platón y Aristóteles, estaban profundamente
interesados en cuál era la mejor forma de vivir. Para Aristóteles, el ser humano tiende hacia el
bien, para ser una buena persona debe comportarse de la manera adecuada; también considera
que para alcanzar la felicidad -que es el fin último del ser humano- debe ejercer la virtud,
alcanzando así la perfección. La función de la virtud es vivir bien.
El autor también propone que los autores griegos hablaban de cuatro virtudes -valor, justicia,
templanza e inteligencia- pero tanto Aristóteles como Platón, consideran estas virtudes son
diferentes caras de una misma moneda. Si se tiene una virtud, se tienen todas. Platón va más
allá y plantea que todas las virtudes son parte de la misma: el conocimiento. Ambos
consideraban que la virtud se ejerce a través del raciocinio.
Más cerca en el tiempo, la filósofa Elizabeth Anscombe realiza un ensayo que remonta el
pensamiento filosófico aristotélico sobre la virtud y se aparte de las concepciones kantianas y
utilitaristas que predominan en la modernidad. De esta forma, alentó a otros autores a teorizar
sobre el carácter moral, la sabiduría y la virtud.
En conclusión, el autor considera que se debe prestar más atención a quién se es, más que qué
se hace.

La clonación.
En este capítulo, el autor comenta brevemente la historia de “Dolly” la primera oveja clonada
y cómo el éxito de este experimento trajo aparejada la discusión ética sobre el posible uso de
estas técnicas en seres humanos.
La sociedad siempre le ha impuesto mucho valor a los lazos de sangre, por lo que la
clonación podría ser una técnica de reproducción para parejas infertiles o progenitores del
mismo sexo que deseen tener descendencia que esté genéticamente enlazada a ellos. Por
supuesto, hay quienes consideran que esto le quitaría mérito a otras prácticas, tales como la
adopción; y quienes consideran que se debería ayudar a quienes lo necesiten.
También, el artículo propone las discusiones que se han desarrollado sobre la clonación de
personas queridas que hayan fallecido. Esto resulta descabellado, ya que no se puede
reemplazar a una persona adulta o a un niño fallecido, con una “copia” genética, que
seguramente no tendrá las mismas vivencias ni la misma personalidad que su “original”.
Por último, se plantea el conflicto interno que podrían tener aquellos individuos que resulten
ser el clon de otra persona, en la búsqueda de su propia identidad. Así como la posible
discriminación o consideración sobre ser individuos “de segunda” por ser clones de otra
persona.

El medio ambiente.
Se plantea en este capítulo, el origen de la ética del medio ambiente. A raíz del crecimiento
poblacional y su incidencia en el calentamiento global, se debieron reexaminar las conductas
con el planeta y el valor que se le otorga.
Se puede encontrar un punto de inflexión en la relación con el medio ambiente con la
industrialización. Este sistema ha mejorado la calidad de vida, la velocidad de producción,
entre otras; pero ha propiciado un deterioro severo y acelerado en los diferentes ecosistemas.
El autor propone tres corrientes teóricas sobre la relación con el ambiente.
La primera es la llamada “gestión inteligente” que surge alrededor del año 1960, donde se
empieza a generar cierta conciencia colectiva sobre la importancia del cuidado del medio
ambiente. Parte desde el informe de Brundtland, realizado en marzo de 1987 en el marco de
la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo. Este informe fue de gran
importancia porque marcó los tres pilares del desarrollo sostenible: la sostenibilidad
económica, social y ambiental. A través del cambio en nuestra manera de producir, se puede
lograr una estabilidad en estos tres aspectos, satisfaciendo las necesidades de la generación
presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras a satisfacer sus propias
necesidades.
La segunda es la “ecología profunda” una corriente más radical que rechaza la superioridad
del ser humano en relación al resto de las especies que habitan la tierra. Considera que
nuestra obligación moral no es con las generaciones presentes ni futuras sino con el planeta.
Considera que se debe vivir en armonía con todos los componentes de la naturaleza. El autor
propone que esta corriente se mueve hacia lo místico con su postura de respetar las especies
animales, los objetos inanimados, a los animales que pueden representar cierta amenaza para
la vida humana, generando una contradicción o incoherencia.
Por último, el autor habla sobre la “Hipótesis de Gaya”, cuya idea principal es que la Tierra
mantiene su existencia a través de distintos mecanismos por sí misma, pudiendo los seres
humanos ser parte de ella o no siendo meramente una especie más de las miles que habitan en
ella. Se debe tomar una postura sobre el planeta y hacerla valer, ya que la Tierra sobrevivirá,
pero esta situación incluye a los seres humanos, necesariamente.
En conclusión, se debe salvar el planeta, para salvarnos a nosotros mismos.

Realizando un análisis general de estos cinco capítulos que han sido examinados, se puede
observar que el autor realiza una enumeración y explicación de diferentes tópicos que
atraviesan la vida del ser humano, desde su inicio hasta su fin.
Realiza consideraciones sobre las diferentes posturas filosóficas que analizan estos temas,
con sus pensadores o referentes.
Indaga sobre el comportamiento humano y cómo deben ser realizadas las acciones humanas,
afectando o no al otro, transitando la vida desde la bondad para poder alcanzar la felicidad o
perfección y a su vez, que las acciones afecten lo menos posible en su relación con el otro y
con el planeta.
Bibliografía:

(1) Maxwell, J. C. (2011). El lado positivo del fracaso. Grupo Nelson.


(2) Pérez, M., & Quiroga-Garza, A. (2019). Uso compulsivo de sitios de redes sociales,
sensación de soledad y comparación social en jóvenes. Redes. Revista hispana para el
análisis de redes sociales, 30(1), 68-78. https://doi.org/10.5565/rev/redes.809.-
(3) 50 cosas que hay que saber sobre ética - Ben Dupré
(4) Temas de siempre. Notas sobre lo que insiste en no perder actualidad.
(5) Boff, L. (2003). Ética y moral. La búsqueda de los fundamentos (5ª ed.). Bilbao:
Editorial Sal Terrae.
(6) Belandria, C. R. (2016). Objeciones de San Agustín al maniqueísmo. Revista
Dikaiosyne, (31), 95-109.
(7) Yarce, J. D. C. (2009). Una Aproximación a La Propuesta Deontológica Kantiana (La
Idea de Libertad). Pensamiento y Poder, 1(4), 113-126.
(8) Adair, P. (1999). Bentham, Godwin, Mill: tres utilitaristas en busca de la justcia
social.

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