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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Universidad Nacional de San Juan


Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales
Departamento de Geofísica y Astronomía
Licenciatura en Geofísica

“DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE
VELOCIDADES SÍSMICAS A PARTIR DE LA FUNCIÓN
DEL RECEPTOR EN EL FLANCO ORIENTAL DE LA
SIERRA VALLE FÉRTIL - LA HUERTA”
Gabriel Gallardo Giozza
Profesor Asesor: Dra. Patricia Alvarado
San Juan

2011

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

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Resumen
El proyecto sismológico SIEMBRA (“SIerras-Pampeanas Experiment using a Multicomponent
BRoadband Array”) desarrollado durante enero de 2008 y diciembre de 2009 desplegó un total de
40 estaciones sismológicas de banda ancha en las provincias de San Juan, San Luis, Mendoza y
La Rioja, con el objeto de estudiar en detalle la estructura de corteza y litosférica en esta región.
En este trabajo se han utilizado datos de cuatro de estas estaciones instaladas en el flanco oriental
de la Sierra de Valle Fértil – La Huerta (Sierras Pampeanas Occidentales), en las localidades de
Chucuma, La Majadita, Los Rincones y Valle de la Luna (CHUC, MAJA, RINC y LUNA,
respectivamente) correspondientes a los registros de tres componentes de 24 telesismos de
magnitud superior a 6,5 que ocurrieron durante el SIEMBRA. Para este conjunto de datos se
obtuvieron funciones del receptor lo que permitió analizar la estructura cortical incluyendo a la
discontinuidad de Mohorovicich (“Moho”). Específicamente este análisis consistió en explorar la
estructura de velocidades sísmicas en función de la profundidad para la corteza a lo largo de la
Sierra Valle Fértil – La Huerta. Los resultados obtenidos indican la presencia de dos
discontinuidades a profundidades de corteza media a superior probablemente relacionadas con
zonas de fallamiento de despegue regionales, obteniéndose valores de velocidades sísmicas de
ondas P y S indicativas de una composición máfica para la corteza de este sector de acuerdo con
las comparaciones realizadas utilizando observaciones petrológicas de este sector y otras regiones
tectónicas del mundo. La profundidad del Moho ha sido estimada en 50 km para la zona
suroriental de la sierra con una mayor profundización hacia el noroeste mostrando los efectos de
una tectónica compresiva en el ambiente de Sierras Pampeanas. Además, el modelo de corteza
propuesto sugiere un incremento de las velocidades de ondas P y S para la corteza inferior. Estos
resultados, son consistentes con los resultados de otros trabajos geofísicos realizados previamente
a nivel regional estableciéndose en esta oportunidad, un modelo cuantitativo para la estructura
cortical de la Sierra de Valle Fértil- La Huerta que puede correlacionarse con información
petrológica observada en superficie.

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Índice

Índice.............................................................................................................................. 4
Introducción................................................................................................................... 5
Marco geológico............................................................................................................ 7
Subducción horizontal.................................................................................................... 14
Antecedentes de estudios geológicos y geofísicos de la región..................................... 19
Datos y Métodos: Proyecto SIEMBRA y Función del Receptor................................... 27
Procesamiento y análisis de los datos............................................................................ 35
Modelado de velocidades sísmicas................................................................................ 49
Discusión........................................................................................................................ 59
Conclusiones.................................................................................................................. 69
Bibliografía.................................................................................................................... 71

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Introducción
Las provincias geológicas argentinas, principalmente las de la región occidental, se
destacan por tener una génesis debida a sucesivas colisiones y acreciones de cada uno de los
distintos terrenos que componen a las mismas. La Sierra de Valle Fértil-La Huerta, de rumbo
NNW-SSE, es una estructura que se ubica en la provincia geológica de Sierras Pampeanas hacia
el este de la Precordillera y del terreno Cuyania. En la Figura 1 se observa la localización de la
zona de estudio.

Figura 1. Localización de la zona de estudio en el recuadro correspondiente a la Sierra de Valle Fértil - La Huerta.
Esta Sierra estaría relacionada a una falla inversa que inclina hacia el este situada en el flanco occidental de la
Sierra que daría origen a su levantamiento.

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Además, yace en las proximidades de la zona afectada por el proceso orogénico Famatiniano. De
manera sintética, el terreno compuesto Cuyania, atribuido al supercontinente Laurentia, colisionó
contra la provincia de Sierras Pampeanas, de edad más joven que el primero (e.g., Dalla Salda et
al., 1992; Ramos 2000; Thomas and Astini, 2003; Castro de Machuca et al., 2008). Esta colisión
se dió al sur del orógeno famatiniano, centrándose el estudio de este trabajo en la Sierra de Valle
Fértil - La Huerta. Los estudios geoquímicos y petrológicos de la zona indican que en la misma
se desarrolló una importante actividad magmática desde la primitiva subducción hasta el
acercamiento y colisión del terreno de Cuyania, lo que podría haber causado una densificación de
la corteza inferior y un intenso metamorfismo, disminuyendo la impedancia acústica en la zona
de transición del Moho al manto subyacente. Superimpuesto a los procesos descriptos, existió un
importante proceso de rifting Cretácico que habría generado estructuras de fallamiento
antecesoras al sistema de deformación andino, tal como la Falla de Valle Fértil-La Huerta
(Ramos, 2004).
Bajo la región de estudio, la placa de Nazca subduce actualmente bajo la placa
Sudamericana con bajo ángulo (geometría de subducción horizontal), por lo que, en
consecuencia, importantes desplazamientos de acortamiento son observados por reactivación de
las fallas de la región, con un movimiento de tipo inverso (ej. Ramos et al., 2002).
Con el objeto de mejorar el conocimiento de la estructura de corteza relacionado con la
estructura litosférica más profunda se han desarrollado experimentos sismológicos en la región de
subducción horizontal tal como el proyecto SIEMBRA (Sierras-Pampeanas Experiment using a
Multicomponent Broadband Array). Estudios anteriores como los de Snyder et al. (1990), Gilbert
et al. (2006), Otamendi et al. (2006), Anderson et al. (2007), Castro de Machuca et al. (2008),
Gimenez et al. (2008), Lince Klinger et al. (2008), Alvarado et al. (2009) han abordado los
procesos de deformación regional en la zona de estudio. El objetivo principal de este trabajo es
determinar un modelo de velocidades para una de las estaciones levantadas en la sierra,
comparándolo luego al de las otras estaciones, para así poder determinar la estructura general de
la Sierra de Valle Fértil - La Huerta y las principales variaciones en la estructura de la misma
hasta los 60 km de profundidad aproximadamente. La estructura que se determina es comparada
con un modelo petrológico aproximado, con el objeto de lograr un modelo geofísico más

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representativo consistente con los espesores de corteza que se determinan.

Marco geológico

La corteza continental del margen occidental sudamericano, entre los 30ºS y 36ºS debe su
origen a la sucesiva acreción de terrenos hacia el sudoeste de Gondwana (Ramos et al., 1986;
Ramos, 2000). Durante la misma, estos nuevos bloques han ido condicionando los eventos
tectónicos subsiguientes y siendo estos últimos eventos los más influenciados por el carácter
hereditario de las acreciones previas. A continuación se describen las distintas etapas de este
proceso.

Evolución tectónica regional

Las principales orogenias, su distribución y sus edades pueden observarse en la Figura 2 y


Tabla 1 (basado en Keidel, 1921; Windhausen, 1931; Groeber, 1938; Borello, 1969; Dalla Salda
et al., 1989 y Ramos, 1989; entre otros):

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Figura 2. Distribución de la orogenia ándica actual (del lado izquierdo) y de los principales sistemas orogénicos que
existieron sobre la región de acuerdo a la información que muestra la Tabla Nro.1 (basado en Keidel, 1921;
Windhausen, 1931; Groeber, 1938; Borello, 1969; Dalla Salda et al., 1989 y Ramos, 1989; entre otros. Figura
modificada de Ramos (1999). En los recuadros se ve la zona de estudio.

Tabla 1. Principales ciclos orogénicos con sus edades y orogenias correspondientes cuyas referencias son las
mismas indicadas para la Figura . Extraído de Ramos (1999)

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Tal como se deduce de las figuras anteriores, el primer bloque en colisionar fue el cratón
del Río de la Plata, junto a otro grupo de bloques menores que conforman actualmente parte de
Brasil, Uruguay y este de Argentina hace 560-530 Ma. aproximadamente (Ramos, 1988; Martino
et al., 1995; Rapela et al., 1998; Basei et al., 2001; Trindade et al., 2006). Este proceso habría
desarrollado las actuales Sierra de Córdoba en el entonces margen activo con su correspondiente
arco magmático de rumbo norte-sur y zona de subducción (Rapela et al., 1998). Posteriormente,
se produjo la colisión del terreno Pampia contra Gondwana, uniéndose este primero con el cratón
del Río de la Plata, hace 530-151 Ma. (Kraemer et al., 1995; Escayola et al., 1996; Simpson et al.,
1998; y Ramos et al., 1999).
Entre 490 y 460 Ma., se desarrollaron dos sistemas orogénicos simultáneos que han
llevado a numerosas discusiones. Por un lado, el levantamiento del cordón Famatiniano, el cual
ha sido relacionado al régimen convergente a lo largo de más de 1700 km del margen occidental
de Pampia (Astini et al., 1995; Pankhurst et al., 1998, 2000). Por otro lado, simultáneamente, se
produjo la colisión de un terreno de basamento de edad grenviliana y afinidad geológica a
Laurentia (South et al., 1992; Dalla Salda y Mozetic, 1999; Thomas y Astini, 2003; Castro de
Machuca et al., 2008). La interpretación de este terreno conocido como Cuyania es la de un
bloque compuesto conformado por otros dos, Pie de Palo y Precordillera; los cuales se unieron
muy tempranamente antes de acrecionarse contra Gondwana sin presentar un arco magmático en
Sudamérica para el Ordovícico (Ramos, 2004). Vujovich and Kay, (1998) y Vujovich et al.
(2004) han mostrado evidencias de la existencia de una sutura entre Pie de Palo y Precordillera
definida por rocas ofiolíticas de edad grenviliana y la ausencia de algún márgen de subducción
activo dentro del terrane Cuyania para el Ordovícico. Una de las interpretaciones predice que
Cuyania se separó de Laurentia aproximándose a Gondwana durante el cierre del océano Iapetus.
Discusiones sobre el tema e interpretaciones alternativas son propuestas por Baldis et al. (1989),
Aceñolaza et al. (2002); Finney et al. (2005); Rapela et al. (2007); Casquet et al. (2008); Vaughan
y Pankhurst (2008), entre otros.
La Figura 3 muestra las principales suturas y afloramientos del terreno Cuyania, el cual
incluye los bloques de Precordillera y Pie de Palo, según la interpretación de Ramos et al. (1989).
La Figura 4 muestra el modelo evolutivo de colisión propuesto por Ramos et al. (1989).

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Para el Paleozoico tardío, alrededor de los 360 Ma, otro terrane alóctono (Chilenia u
Occidentalia) colisiona contra Cuyania (Ramos et al., 1986; Davis et al., 2000), dejando como
evidencia un cinturón ofiolítico en el margen oeste de Precordillera, junto a la Cordillera Frontal
(Caminos, 1979). Respecto de esta aloctonía, varios autores aun debaten si Chilenia, el terrane
acrecionado, es parte de Cuyania que se separó y volvió a colisionar o si se trata de un terreno
exótico (Ramos et al., 1986; Dalla Salda et al., 1992; Rapela et al., 1998; entre otros).
El modelo propuesto por estos y otros autores corresponde a una evolución tectónica tanto
parautóctona como alóctona atribuida a esta región.

Figura 3. Geología, terrenos acrecionados en base a zonas de sutura y fajas ofioiticas y límites del terreno
compuesto de Cuyania. En la misma se resalta como la colisión entre los bloques de Precordillera y Pie de Palo ha
desarrollado una importante sutura norte - sur sin registros de actividad magmática y que afectaría a la Sierra de
Valle Fértil, mostrada en el recuadro rojo (basado en Ramos et al., 1989). Figura modificada de Ramos (1999).

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Figura 4. Colisión de los terrenos de Famatina y Cuyania. El recuadro en rojo muestra la posición de la Sierra de
Valle Fértil paso a paso en este modelo evolutivo (basado en Ramos et al., 1989). Figura modificada de Ramos
(1999).

Durante el Mesozoico, importantes eventos extensionales relacionados a la apertura del


océano Atlántico Sur afectaron las suturas paleozoicas de los terrenos acrecionados llevando al

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desarrollo de depósitos continentales de tipo rift como la Cuenca Cuyana y otras cuencas de la
región (Ramos and Kay, 1991; Franzese et al., 2003). Estos procesos extensionales se dieron
hasta cerca de los 165 Ma. (Ramos, 1999; Rossello y Mozetic, 1999). A partir de los 130 Ma, la
acción conjunta de la expansión del océano Atlántico Sur y de la subducción en el margen oeste
de Gondwana llevaron a una reactivación compresional e inversión tectónica de estructuras
antiguas asociadas a los levantamientos de Sierras Pampeanas (Ramos et al., 2002) y al inicio del
desarrollo del arco magmático ándico. La Sierra de Valle Fértil estaría asociada a una falla
reactivada cuya penetración dentro de la corteza, extensión longitudinal y características
estructurales sugieren su asociación a una falla maestra invertida que muestra deformación en el
bloque superior de la misma (Snyder et al., 1990; Ramos, 2004).
Tanto la Figura 5 como la Figura 6 muestran una marcada correlación entre los
lineamientos distensivos con los de las estructuras actuales, lo cual demuestra la reactivación del
fallamiento propuesta por Snyder et al. (1990) y Ramos (2004). Esta, en consecuencia, pudo
haber actuado como control en los estilos estructurales tanto someros como profundos en la
Sierra de Valle Fértil – La Huerta.

Figura 5. Vista en secciones verticales de los eventos distensivos que ocurrieron en los inicios del Mesozoico. En el
recuadro se destaca el límite Pampia - Cuyania, donde se emplazaría la Sierra de Valle Fértil (Basado en Uliana y
Biddle, 1988; Uliana et al., 1989). Figura modificada de Ramos (1999).

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Figura 6. Sistemas de rift triásicos y la Cuenca Cuyana. En el recuadro de la figura del lado derecho se resalta la
zona estudio con el objeto de destacar la marcada correlación entre lineamientos o zonas de debilidad previas y el
emplazamiento de cuencas distensivas observados. Estas estructuras se mantienen en la actualidad para el caso de
la Sierra de Valle Fértil (Basado en Rosello, 1999; Mpodozis y Ramos, 1989).Figura modificada de Ramos (1999).

Al hacer un análisis de los afloramientos de los distintos bloques acrecionados se


observan marcadas diferencias en las composiciones de los mismos. Hacia el este de Sierras
Pampeanas predominan rocas como esquistos de baja presión y altas temperaturas y gneisses con
protolitos sedimentarios, granitoides que pueden llegar a dimensiones batolíticas y rocas
subordinadas básicas y ultrabásicas (Martino et al., 1995; Baldo et al., 1996; Varela et al., 2000;
Rapela et al., 2002; Otamendi et al., 2006). Hacia el oeste de Sierras Pampeanas y Precordillera,
en cambio, se obervan terranes caracterizados por rocas básicas a ultrabásicas, secuencias
metamórficas metacarbonáticas y calco-silícicas y algunos pocos granitoides (McDonough et al.,
1993; Quenardelle and Ramos, 1999; Ramos et al., 2000; Vujovich et al., 2004). Este hecho, en
combinación con los procesos acrecionarios y extensionales preándicos ha dado lugar a zonas de

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anisotropía y a zonas de debilidad que controlan la deformación ándica.


La Figura 7 muestra la configuración actual de los terrenos acrecionados, tras los
episodios evolutivos antes mencionados, con las principales suturas marcadas en cada uno de los
límites de los terrenos descriptos anteriormente que afectaron la región (basado en Coira et al.
,1982; Ramos, 1986 y 1989; Toselli et al., 1987; Ramos y Vujovich, 1993; Götze et al., 1994;
Sureda et al., 1999).

Figura 7. Resumen de los terrenos acrecionados del margen occidental de Sudamérica y sus respectivas suturas. En
el recuadro central se observa la zona de estudio. Dentro de este recuadro se destaca la extensa longitud del
lineamiento relacionado con el levantamiento de la Sierra de Valle Fértil - La Huerta (basado en Coira et al. ,1982;
Ramos, 1986 y 1989; Toselli et al., 1987; Ramos y Vujovich, 1993; Götze et al., 1994; Sureda et al., 1999). Figura
modificada de Ramos (1999). L1 y L2 representan líneas sísmicas estudiadas por Snyder et al. (1990).

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Composición litológica

Al hacer un análisis de los afloramientos de los distintos bloques acrecionados se


observan marcadas diferencias en las composiciones de los mismos. En las Sierras Pampeanas
Orientales predominan rocas como esquistos de baja presión y altas temperaturas y gneisses con
protolitos sedimentarios, granitoides que pueden llegar a dimensiones batolíticas y rocas
subordinadas básicas y ultrabásicas (Martino et al., 1995; Baldo et al., 1996; Varela et al., 2000;
Rapela et al., 2002; Otamendi et al., 2006). Las Sierras Pampeanas Occidentales y Precordillera,
en cambio, se caracterizan por rocas básicas a ultrabásicas, secuencias metamórficas
metacarbonáticas y calco-silícicas y algunos pocos granitoides (McDonough et al., 1993;
Quenardelle y Ramos, 1999; Ramos et al., 2000; Vujovich et al., 2004). Este hecho, en
combinación con los procesos acrecionarios y extensionales preándicos han dado lugar a zonas de
anisotropía y a zonas de debilidad que controlan la deformación ándica.

Subducción horizontal

Las causas que dan origen a la geometría de subducción horizontal de la placa de Nazca
alrededor de 31°S siguen siendo objeto de estudio (Gutscher et al., 2000; Hacker et al., 2003).
Este tipo de morfología habría ocurrido en épocas anteriores en otras regiones tales como el oeste
de Norteamérica y, muy posiblemente, en la zona central de la región de la Puna-Altiplano,
definiendo los controles para los depósitos de mena posteriores (Isacks et al., 1986; Bird, 1988;
James y Sacks, 1999; Kay et al., 1999; Kay y Mpodozis, 2001; Saleeby, 2003; Humphreys, 2008;
Wells y Hoisch, 2008). A nivel global, solo el 10% de la longitud total de márgenes convergentes
exhiben una geometría de placa subducida horizontal (Gutscher et al., 2000).
La región de estudio presenta la subducción de la placa de Nazca bajo la placa
Sudamericana aproximadamente a los 31,5ºS en posición horizontal a unos 100 km de
profundidad, bajo la zona andina de trasarco (Barazangi e Isacks, 1976; Cahill e Isacks, 1992).
Esta convergencia se produce a unos 7,5 cm/año y según un acimut de 74° (DeMets et al., 2010).

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Esta geometría sería relativamente joven de tan solo 7 a 5 Ma desde su transición de una
subducción inclinada a una subducción horizontal, acompañada de la disminución hasta la
ausencia de la actividad volcánica de arco y retroarco de acuerdo a la variación registrada en la
distribución, petrología y geoquímica de las rocas volcánicas (Kay et al., 1991) (Fig. 8).
Simultáneamente, se ha observado el desarrollo de las fajas plegadas y corridas de piel fina de
Precordillera y piel gruesa de las Sierras Pampeanas (Allmendinger et al., 1990; Kay y Abbruzzi,
1996).

Figura 8. Esquema de migración del arco magmático debido a la subducción horizontal (basado en Kay et al., 1991).

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Los trabajos pioneros que han permitido obtener imágenes de la geometría de subducción
se basaron en el mapeo de la sismicidad de la zona de Wadati-Benioff sismicidad global
(Barazangi e Isacks, 1976; Cahill e Isacks, 1992). Estudios más recientes han redefinido esta
geometría aprovechando la mayor detección de sismicidad por redes sismológicas más densas
localizadas, obteniendo un mejor detalle para los contornos de la parte superior de la placa de
Nazca subducida. Así, se infiere que la placa de Nazca se horizontaliza a unos 100 km de
profundidad entre los 31°S y 32°S, desarrollando una forma elongada la cual se extiende hacia el
noreste por unos 200 km antes de reiniciar su descenso hacia las zonas más profundas del manto
(Reta 1992; Smalley et al., 1993; Pardo et al., 2002; Anderson et al., 2007, Alvarado et al., 2009).
La figura 9 muestra la distribución de epicentros para dos perfiles de dirección W-E a
latitudes 31,5°S y 32°S, respectivamente (Pardo et al., 2004). Estas dos líneas muestran sismos
justo por debajo de la localización de la Sierra de Valle Fértil – La Huerta.

Figura 9. Distribución de sismicidad a ~31ºS (arriba) y ~32ºS (abajo) que muestran la geometría de subducción
horizontal de la placa de Nazca (línea sólida) por debajo de Sudamérica y la localización relativa de la Sierra de
Valle Fértil – La Huerta mostrada por el triángulo en color ocre (Pardo et al., 2004).

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Uno de los posible orígenes de la subducción horizontal en esta región podría relacionarse
con la subducción de la dorsal oceánica asísmica de Juan Férnandez (Yañéz et al., 2001).
Estudios como los de Pilger y Hand-schumacher (1981) sugieren que la cordillera de Juan
Fernández proviene de un hotspot localizado en el océano Pacífico hacia el suroeste de la
trinchera (Fig. 10). Modelos magnéticos de Yañez et al. (2001) han diseñado una reconstrucción
cinemática de la dorsal subducida hasta el Mioceno. Estos modelos proponen una migración del
margen continental sudamericano hacia el oeste y la migración y ensanchamiento del arco
volcánico hacia el este para los últimos 10 Ma en buena correlación con los estudios de Kay et al.
(1991) y Kay y Mpodozis (2002). Sin embargo, experimentos tridimensionales de Martinod et al.
(2005) han indicado que una dorsal de dimensiones moderadas como la de Juan Fernández no
sería capaz de generar la boyancia necesaria como para que la placa subducida desarrolle la
geometría horizontal a 100 km de profundidad.

Figura 10. Imágenes satelitales obtenidas de Google Earth que muestran la posición del hotspot de Juan Férnandez
desde la actualidad (punto rojo) hasta hace casi 20 Ma según los trabajos de Snyder et al. (1990). El recuadro en
rojo dentro de la ampliación señala la zona de estudio)

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Estudios sismológicos regionales con función del receptor han mostrado una señal
bastante débil, atribuida a la falta de impedancia acústica por el carácter regional de la red
sísmica o bien por la posible inclinación de la placa hacia el norte a los 30°S (Gilbert et al.,
2006).

Figura 11. Localización del Moho mediante función del receptor y focos sísmicos que indicarían la posición de la
zona de subducción plana. 'VF-LH' señala la ubicación de la Sierra de Valle Fértil – La Huerta (Gilbert et al.,
2006).

Anderson et al. (2007) muestran sismos de placa y su morfología con más detalle. Von
Huene (2008), propone que la morfología se relaciona con la subducción de montes submarinos
los cuales condicionarían la distribución de la actividad sísmica ya sea por el cambio de relieve o
por la variación de las propiedades físicas de los materiales.
Alvarado et al. (2009) señala que hacia el este de la Sierra de Pie de Palo se observa una
importante reducción en la densidad de la sismicidad de placa de la zona, probablemente
atribuida a la liberación local de volátiles, los cuales tenderían a inhibir el nucleamiento de la
sismicidad. Una posible relación a esta liberación de volátiles es el cambio de fase tal como la
transición de basalto a eclogita en puntos donde la placa inmediatamente descendería hacia las

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zonas más profundas del manto. Esto coincide con el patrón de sismos observados (Kirby et al.,
1996).
Respecto de la estructura litosférica por encima de la placa subducida horizontal, se han
encontrado zonas de correlación espacial entre la misma y la deformación de las Sierras
Pampeanas Occidentales, las cuales se resumen como sigue: 1) Acople de la placa subducida con
la litósfera sobreyacente (Bird, 1988); 2) Enfriamiento y endurecimiento de la litósfera por la
transmisión de esfuerzos compresivos más allá de la trinchera (Gutscher, 2002); 3) Una mayor
área de acoplamiento compresional a través de la interface de subducción, con un acortamiento
más regional de la corteza terrestre (Saleeby, 2003); 4) Una correlación simple entre la
composición de la corteza y las estructuras disponibles para deformación compresional
(DeCelles, 2004); 5) debilitamiento de la corteza debido a la migración hacia el este del
volcanismo (Ramos et al., 2002); mayor generación de sismos corticales (Alvarado et al., 2009);
mayor engrosamiento de la corteza continental (tema abordado en este trabajo para las Sierra de
Valle Fértil-La Huerta).

Antecedentes de estudios geológicos y geofísicos en la


Sierra de Valle Fértil - La Huerta

El cordón famatiniano es un arco volcánico relacionado con la subducción del bloque


alóctono de Laurentia ocurrida entre 500 Ma y 460 Ma. El mismo se extiende con rumbo
aproximadamente Norte-Sur y en su región central (28ºS a 33ºS), la colisión del terreno Cuyania
desde el oeste contra el terreno Pampia habría finalizado con la actividad magmática de la región.
Estos procesos expusieron niveles plutónicos profundos mientras que otras rocas eruptivas
complementarias de la colisión estarían representadas en la Sierra de Famatina y la región de la
Puna-Altiplano (ver Figuras 2 y 13; Alba, 1979; Turner y Mendez, 1979; Mannhein y Miller,
1996; Ramos et al., 1996; Thomas y Astini, 1996; Toselli et al., 1996; Pankhurst et al., 1998;
Coira et al., 1999).

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Figura 12. Unidades litológicas de la Sierra de Valle Fértil – La Huerta y ubicación de las estaciones sismológicas
SIEMBRA (triángulos amarillos) utilizadas en este trabajo (modificado de Otamendi et al., 2006).

Saavedra et al. (1998), Pankhurst et al. (2000) Astini y Dávila, (2004) y Delpino et al.
(2007) han logrado reconstruir las ubicaciones actuales del antearco, arco principal y trasarco del
cordón magmático famatiniano. Los estudios realizados en la zona han demostrado que no
existen relictos cristalinos de basamento de prearco aunque en el complejo La Resina (Fig. 12),
ubicado del lado occidental de la Sierra de la Huerta, se observa un afloramiento ígneo
grenviliano el cual pudo pertenecer ya sea a un basamento prearco litosférico o a una parte del
continente Laurentia. Respecto del sector oriental de la sierra, este se construyó dentro del terreno
Pampia (Quenardelle y Ramos ,1999; Ramos, 1995). La litología ígnea dominante en la Sierra de
Valle Fértil-La Huerta, al igual que en las sierras de Los Llanos, Chepes, Ulapes y Famatina
(véase Figura 1), conformadas por batolitos de escala regional corresponde a granitoides calco-
alcalinos meta-aluminosos.
Los datos geocronológicos obtenidos por Rapela et al. (2001), Pontoriero y Castro de

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Machuca, (1999), Pankhurst et al. (1998, 2000) y Roeske et al. (2005) de migmatitas y
afloramientos ígneos muestran que el metamorfismo habría ocurrido casi al mismo tiempo que el
plutonismo, ya que los picos de metamorfismo registran 466 Ma mientras que el magmatismo de
la región ha sido datado con edades que van desde los 500 Ma a los 460 Ma.
De acuerdo con Otamendi et al. (2006) se establece que las curvas de Presión -
Temperatura del arco principal se corresponden con un metamorfismo regional de contacto,
observándose también retrogresión post-pico atribuida a una colisión orogénica muy cercana a la
extinción del magmatismo.
Tal como se describe más adelante, la información de presión y temperatura de picos de
metamorfismo propuestos por Otamendi et al. (2008) ha sido utilizada para describir las
mineralizaciones observadas en muestras de roca de la Sierra de Valle Fertil – La Huerta con el
objeto de predecir valores de parámetros petrofísicos tales como velocidad de ondas P, de ondas S
y de densidad entre otros a partir de comparaciones con una extensa base de datos para distntas
composiciones y tipos de roca (Hacker et al., 2003 y Hacker y Abers, 2003).

Figura 13. Los gráficos P-T para las Sierras de Valle Fértil – La Huerta, de San Luis y de Chepes y las trayectorias
estimadas para las mismas. La trayectoria observada en las curvas representa los valores de presión y temperatura y
su evolución para un intervalo de tiempo, determinados en función del análisis cristalográfico de muestras
obtenidas por Otamendi et al. ( 2006).

Otros estudios geofísicos realizados en la región, abarcan a la sísmica de reflexión

22
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

profunda, gravimetría, magnetometría y GPS (Snyder et al., 1990; Gimenez et al., 2008; Lince
Klinger et al. 2008; Alvarado et al. 2009 y Perarnau et al. 2010). A continuación se describen
parte de estos trabajos debido a que sus resultados son comparados con los parámetros estimados
en el presente trabajo.
Entre 1981 y 1982 se desarrolló un estudio de sísmica de reflexión profunda en conjunto
con YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) de los que se obtuvieron 90 km de registros sísmicos
utilizando vibroseis en dos líneas que se muestran en la figura 7. Además, el mismo estudio
incluyó un relevamiento gravimétrico logrando un modelo combinado de mayor detalle en los
primeros 20 kilómetros de la corteza, aunque sus estudios brindaron información de estructuras
para TWT de hasta 10 segundos, lo que es una profundidad aproximada de hasta 30 km,
suponiendo una velocidad de 6 km/s constante. Cabe destacar que en Snyder et al. (1990) se
supuso un espesor de corteza de alrededor de 40 km a 45 km y, al no observar un reflector
señalador del Moho, se concluyó que la corteza inferior poseía propiedades similares al manto
superior.

Figura 14. Ejemplo de los resultados para una línea sísmica obtenida por Snyder et al. (1990), con algunas de las
fallas interpretadas. Nótese la pérdida de señal a grandes profundidades de alrededor de 6 segundos (~20 km si se
asume una velocidad de 6 km/s). Modificado de Snyder et al. (1990).

A profundidades mayores que 20 km las líneas sísmicas muestran una gran pérdida de la
señal, lo cual implica una variación paulatina de las propiedades físico-químicas de la corteza

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inferior, lo que significaría la densificación y el incremento de las velocidades de ondas P y S a


profunidades cada vez mayores. Del modelo de velocidades obtenido a partir de la utilización del
método de Dix para el cálculo de velocidades interválicas (Dix, 1955), pudo determinarse no solo
un perfil estructural sino también un perfil con las velocidades estimadas para el subsuelo lo que
hace posible su correlación con unidades litológicas. Los resultados obtenidos de Snyder et al.
(1990) se muestran en la Figura 15. Los mismos muestran valores elevados de velocidad de
ondas P a profundidades relativamente someras bajo la Sierra de la Huerta. Estudios
gravimétricos más recientes en la misma región también muestran valores elevados de densidad a
profundidades de corteza superior a media en esta región aunque consideran en su análisis la
contribución de la placa subducida en las anomalías observadas (Smalley e Introcaso, 2001;
Lince-Klinger et al., 2008) (Fig. 16).

Figura 15. Modelo sísmico-gravimétrico obtenidos por Snyder et al. (1990) para los primeros 20 km. Estos estudios
sin embargo se extienden a mayores profundidades como se discute en el texto.

24
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 16. Resultados de modelados gravimétricos para anomalías observadas en la Sierra de Valle Fértil – La
Huerta considerando los efectos de la placa horizontal subducida (extraído de Lince-Klinger et al., 2008).

Otros estudios sismológicos y gravimétricos combinados a una escala más regional han
mostrado que las anomalías se ajustan por un modelo de corteza engrosado de más de 40 km de
espesor en el que no se esperarían elevaciones topográficas significativas debido a la presencia de
una corteza densificada en sus niveles profundos sin precisar de la contribución gravimétrica de
la placa subducida (Corona, 2007; Alvarado et al., 2009). Estas apreciaciones serían consistentes
con los modelos de eclogitización parcial para la corteza inferior propuestos por Snyder et al.
(1990) y Gilbert et al. (2006). La Figura 17 muestra una comparación entre las diferentes
propuestas para los modelos sísmicos-gravimétricos relacionados con una corteza engrosada
descriptos.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 17. Comparación de los modelos de densidades propuestos por Smalley e Introcaso (2001) y Corona (2007)
descriptos en Alvarado et al. (2009).

Finalmente se citan entre los antecedentes de relevancia, los estudios de GPS por Brooks
et al. (2003). Sus observaciones por un período de menos de 10 años ha determinado un campo
de vectores de velocidades para la cordillera de los Andes y la región de trasarco entre 26º y 36º
de latitud sur. Su propuesta incluye un bloque ándico entre las placas de Nazca y el resto de
Sudmérica que mostraría una disminución significativa de los acortamientos corticales en una
región coincidente con el sistema de fallamiento de Valle-Fértil-La Huerta.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 18. Comparación entre mediciones de velocidades de GPS observadas (en negro) y modeladas para dos
placas en convergencia (verde) y otro modelo que incluye un bloque ándico (rosa). Note la buena correlación entre
este modelo y la megaestructura de fallamiento de la Sierra de Valle Fertil-La Huerta la cual, aparentemente
provocaría un frente importante para la deformación de acortamiento hacia el interior de este bloque. Las
estaciones utilizadas en este trabajo (triángulos amarillos) se encuentran sobre esta línea de acortamiento.
(modificado de Brooks et al., 2003)

El acortamiento en la zona andina de retroarco se extiende sobre la zona de subducción

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horizontal precisamente en la región abarcada por la Sierra de Valle Fértil-La Huerta (Brooks et
al., 2003) (Fig. 19). Estos estudios junto con los anteriormente citados permiten evidenciar que
esta Sierra se encuentra sometida a esfuerzos de acortamiento y engrosamiento cortical
resultando de importancia investigar la influencia de la composición litológica y estructura en
profundidad relacionada con esta deformación. En este trabajo se estudian modelos de
velocidades a profundidades de corteza con técnicas simológicas de avanzada y se correlacionan
con información petrológica que predicen velocidades y densidades similares a profundidades
intracorticales y de corteza.

Figura 19. Modelo propuesto para las velocidades de GPS observadas por Brooks et al. (2003) fuertemente
sustentado por la presencia de estructuras activas como la falla inversa de Valle Fértil-La Huerta. En este trabajo se
estudia un modelo de velocidades sísmicas en función de la profundidad sobre una base sismológica y petrológica
para la Sierra de Valle Fértil-La Huerta. Los triángulos amarillos señalan la localización de las estaciones
utilizadas en este trabajo (modificado de Brooks et al., 2003).

28
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Datos y Métodos: Experimento SIEMBRA y Función


del Receptor
El proyecto SIEMBRA (Sierras Pampeanas Experiment using a Multicomponent
Broadband Array) desplegó 40 estaciones sismológicas de banda ancha en San Juan y otras
provincias vecinas entre 30°S y 32°S provenientes del Programa IRIS-PASSCAL (Integrated
Research Institutions for Seismology - Program for Array Seismic Studies of the Continental
Lithosphere) de EEUU entre diciembre 2007 y diciembre 2009 (Fig. 21). Las estaciones
consistieron en 32 sensores de banda ancha tipo STS-2, 4 sensores Guralp 3T y 4 sensores
Trillium 40T de tres componentes (vertical, norte-sur, este-oeste) conectados a registradores
Quanterra, GPS y un sistema de alimentación eléctrica con paneles y baterías (Fig. 20 y 21), los
cuales operaron continuamente entre diciembre de 2007 a enero de 2010 aproximadamente.

Figura 20. Esquema de instalación para las estaciones sismológicas utilizadas del experimento SIEMBRA.

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Figura 21. Amplitud versus frecuencia para los sensores de banda ancha utilizados en este trabajo (extraído de
IRIS-PASSCAL).

Este experimento fue desarrollado entre la Universidad de Arizona de EEUU, la UNSJ y


el Instituto Nacional de Prevención sísmica de Argentina con financiamiento del organismo
National Sciences Foundation de EEUU y logró un activo intercambio de investigadores,
estudiantes y técnicos de las instituciones mencionadas favoreciendo un ambiente de cooperación
para las tareas de campo, procesamiento e interpretación de datos. Cabe destacar que este
proyecto tuvo como antecedente un experimento previo entre las mismas instituciones e
investigadores principales. El mismo cubrió un área más extensa entre 30°S y 36°S abarcado
desde la costa chilena hasta la zona central de Argentina aunque con menor número (22) de
estaciones de banda ancha (proyecto CHARGE-Chile Argentina Geophysical Experiment).
Las tareas de campo consistieron en el diseño de una red de estaciones sismológicas
temporales y la instalación, mantenimiento durante el tiempo en que se desarrolló el proyecto y
levantamiento de las mismas. El diseño de la red se centró en abarcar parte de la región argentina
que sobreyace la zona de subducción horizontal para estudiar este fenómeno y su interacción con
la placa Sudamericana superior continental, extendiéndose a las provincias de San Juan,
Mendoza, San Luis y La Rioja. Algunos de los requisitos tomados en cuanta para seleccionar un
sitio fueron: 1)- alta relación Señal-Ruido (SNR) (Relación Señal-Ruido) observada en sitios

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

remotos, alejados de ruidos culturales provenientes de caminos, pueblos, ciudades, molinos, entre
otros; 2)- proximidad a afloramientos rocosos con el objeto de mejorar la señal sísmica de sismos
que no atenúen la misma. Esto ayuda a obtener la señal de la manera más limpia posible,
disminuyendo la presencia de reflexiones múltiples, atenuaciones y otros artefactos sísmicos que
se suelen generar por la presencia de capas meteorizadas y sedimentarias cercanas a la superficie;
3)-seguridad, un aspecto de vital importancia y en el que se basa gran parte de la logística
desarrollada. El objetivo es vandalismos que generan pérdidas de información y económicas.
La instalación de las estaciones, se organizó en dos etapas: 1)- la verificación de los
instrumentos antes de ser desplegados en terreno y la instalación propiamente dicha. En cuanto a
la primera parte, se instalaron las 40 estaciones sismológicas de banda ancha en laboratorios,
verificando su funcionamiento completo y/o los posibles errores que pudieran ocurrir.; 2)- la
instalación propiamente dicha consistió en la construcción de la infraestrucutura apropiada que
incluyó aislantes, recipientes y conectores entre otros, donde se acomodaron cada uno de los
componentes siguiendo el esquema de la Figura 24. Especial atención se prestó a las conexiones
y el aislamiento de los componentes, ya que la sensibilidad del instrumento se encuentra
íntimamente relacionada con las variaciones de temperatura, presión y humedad a la cual está
sometido el instrumento.
El mantenimiento y de las estaciones implicó la visita periódica a cada una de ellas para
verificar su buen funcionamiento y extraer datos mediante el cambio de discos duros que
contienen la información con la que se trabaja. La periodicidad con la que se realizan las visitas a
las estaciones depende principalmente de la capacidad de almacenamiento aunque en este caso se
mantuvo un periodo de tres meses para las visitas con el objeto de obtener datos para ir
procesando la información. Finalmente, el levantamiento de las estaciones procuró dejar el sitio
limpio quitando el impacto negativo que la construcción del mismo pudiera haber creado. En la
Figura 26 se observa un ejemplo de la dinámica de trabajo empleada durante el desarrollo del
proyecto. Más información sobre las etapas descriptas para el trabajo en terreno con este tipo de
redes puede obtenerse de Gallardo (2010).

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 22. Foto ilustrativa mostrando el trabajo con una estación sismológica. Los instrumentos fueron
transportados en cajas plásticas aislantes hasta su instalación. Para el mantenimiento de la misma, se procedió a la
comunicación con el registrador QUANTERRA (note que la Figura 24 denomina a este registrador DAS) utilizando
una computadora de mano “CLIE”.

Respecto al análisis de datos, cabe destacar que ambos proyectos SIEMBRA y CHARGE
han sido los primeros en determinar Funciones del Receptor debajo de las estaciones desplegadas
en la zona de subducción horizontal con el objeto de determinar la estructura cortical y
litosférica. El presente trabajo estudia la estructura de corteza aplicando esta técnica para cuatro
estaciones del proyecto SIEMBRA instaladas a lo largo de la Sierra de Valle Fértil-La Huerta
(Fig. 27). Las mismas se localizan de acuerdo con el siguiente detalle:
 CHUC: Localidad Chucuma (Lat.: -31.06998°; Long.: -67.28517°; Elevación: 871 m)
 MAJA: Localidad La Majadita (Lat.: -30.68821°; Long.: -67.50925°; Elevación: 952 m)
 RINC: Localidad Los Rincones (Lat.: -30.27286°; Long.: -67.72497°; Elevación: 1252 m)
 LUNA: Localidad Valle de la Luna (Lat.: -30.16342°; Long.: -67.83687°; Elevación:

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

1386 m)

Figura 23. Distribución de las estaciones utilizadas en el experimento SIEMBRA. (Más detalles pueden obtenerse
desde www.geo.arizona.edu/SIEMBRA)

Las cuatro estaciones mencionadas registraron un total de 24 sismos con epicentros a


distancias telesísmicas (30º a 95º equivalente 3500 km y 11200 km, respectivamente); estos
sismos tienen una magnitud mayor que 6.5. Luego de una examinación cuidadosa de los
registros sismológicos de tres componentes para cada sismo registrados, se seleccionaron un total
de 74 registros. También hubieron registros no utilizables debido a una relación Señal/Ruido
(SNR) demasiado baja y a errores en el funcionamiento que a veces producía sismogramas vacíos
para alguna de las componentes. Es importante destacar que para la técnica utilizada en este
estudio es imprescindible contar con las tres componentes y el picado correcto del primer arribo
de la onda P evitando así generar datos de pobre calidad para la aplicación de algoritmos y

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

asegurando una buena interpretación de resultados.

Función del Receptor

Las funciones de receptor son series de tiempo que se determinan a partir de sismogramas
de tres componentes, que muestran la respuesta relativa del movimiento de la superficie por
debajo del sensor o sismómetro. Se debe tener en cuenta que la forma de ondas es el resultado de
la superposición de ondas sísmicas convertidas de P a S cuando encuentran en su viaje una
discontinuidad o contraste en las propiedades sísmicas del subsuelo para luego incidir
verticalmente en el punto donde se encuentra la estación sismológica. La utilización de registros
de banda ancha, permite variar las frecuencias y diseños de filtros apropiadas para la
identificación de las fases sísmicas más apropiadas. Además se utilizan otras conversiones
(reverberaciones) tales como PpPs, PsPs + PsSs para determinar las mismas interfaces en
profundidad agregando de esta manera, más observaciones con el objeto de obtener soluciones
para la estructura de velocidad-profundidad más robustas (Fig. 25).
La amplitud de cada arribo depende del ángulo de incidencia y de los contrastes y
propiedades geométricas de las discontinuidades del subsuelo donde existen cambios en las
velocidades sísmicas. Los tiempos de arribo de cada fase (Ps, PP, entre otras) se separan de
acuerdo con la mayor o menor profundidad a la que se observa el contraste de velocidades
sísmicas.

Figura 25. Reflexiones, conversiones de ondas y reverberaciones (fases múltiples) para un modelo de una capa
(corteza) sobre un substrato (manto) mostrando un registro sísmico correspondiente a la función del receptor para
ese modelo de corteza (Ligorria y Ammon, 1999).

Cada sismograma observado está compuesto, sin embargo de varios efectos originados en

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la fuente sísmica, en la propagación de las ondas (secuencia de reflexiones desde que la onda
viaja desde el hipocentro a la estación con sus correspondientes impedancias) y por el filtrado del
propio instrumento que registra la onda (Fig. 21). Sin embargo, el objeto de estudio es la
estructura próxima al receptor. Langston (1979) utilizó las tres componentes observadas para
separar la información de la fuente, aislando así la respuesta a la estructura proximal a la estación
sísmica. A esta señal relacionada con la estructura próxima a la estación sísmica la denominó
función del receptor (Fig. 26).

Figura 26. Mediante la deconvolución se eliminan los efectos debidos a la fuente, resultando solo los debidos a la
estructura (Ligorria and Ammon, 1999).

Si bien los primeros estudios en el dominio de la frecuencia se deben a Phinney (1964),


fue Langston (1977) quien extendió sus procedimientos utilizando funciones complejas en el
dominio de la frecuencia y transformándolas de vuelta al dominio del tiempo. En esta
deconvolución usó un método de estabilización de “nivel de agua” (water level stabilization
method) y un filtro gaussiano pasa-bajo para eliminar ruidos no filtrados por el nivel de agua.
Este último es elegido por tener forma simple, distorsión de fase nula y ausencia de lóbulos
laterales.
La función de receptor se determina por la siguiente ecuación, donde la componente
vertical del sismograma de un telesismo proveniente de una incidencia vertical es
deconvolucionada de la componente horizontal del sismograma del mismo telesismo:

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

R(ω) es la transformada de Fourier de la componente radial (horizontal) de movimiento


Z(ω) es la transformada de Fourier de la componente vertical de movimiento
Z’(ω) es el complejo conjugado de Z(ω)
E_R(ω) es la transformada de Fourier de la función del receptor radial
G(ω) es el filtro Gaussiano que se decida utilizar, quedando expresado por :

El método de estabilización de “nivel de agua” se realiza para evitar que el denominador


sea cero en la ecuación anterior. Por esta razón, en el espectro de amplitudes se propone una cota
mínima para la cual toda amplitud menor o igual a ésta se iguala a la misma, tal como se observa
en la Figura 27, junto a un ejemplo de efectividad mostrado por Ligorría y Ammon (1999).
Así el cociente E-R que representa la función del receptor elimina aquellas características
comunes a ambos registros (horizontal y vertical) tal como la respuesta de la fuente sísmica,
estructura común e instrumento. Luego se observa solamente un intervalo de tiempo entre la
llegada de onda P directa y S directa, asegurando que cualquier onda S que se observe en la
componente horizontal o función del receptor entre estas llegadas en ese periodo de tiempo
corresponda a una conversión de onda P a S y no a la onda S directa que llega más tarde.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 27. Ejemplo de aplicación del filtro “nivel de agua” como una metodología utilizada por Ligorria y Ammon
(1999) en el cálculo de la función del receptor y sus resultados.

Procesamiento y análisis de los datos


Haciendo analogía con la visión de un ser humano, uno de los límites de la geofísica es la
mayor distancia para disntinguir correctamente los objetos. De la misma manera que un objeto de
determinado tamaño se hace cada vez más complicado de visualizar a medida que se aleja, el
análisis a profundidades mayores hacia el centro de la tierra se hace cada vez más complicado
también, perdiéndose resolución progresivamente. Este hecho es el desafío a superar utilizando
técnicas, nuevo equipamiento, “banda ancha en el registro”, superposición de datos
independientes y estudios complementarios para determinar con mejor detalle la forma y
composición del subsuelo. Tanto en sísmica (niveles superficiales de la tierra) como sismología
(niveles profundos), la pérdida de resolución vertical se debe a dos causas derivadas de las
propiedades físicas de las rocas: atenuación y pérdida de frecuencias.
El subsuelo actúa como un filtro pasabajo de manera tal que la onda sísmica, además de
atenuarse por la pérdida de energía que se distribuye en áreas cada vez mayores a medida que
avanza un frente de ondas, las mayores frecuencias disminuyen también su contribución a la
señal. De esta manera la longitud de onda de la señal tiende a aumentar y por ende se pierde
resolución para definir cambios de propiedades determinados por máximos de amplitudes por
ejemplo que dejan de ser angulosos. La figura 28 ilustra de manera sencilla la pérdida de

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

frecuencias respecto de la profundidad (Snyder et al., 1990):

Figura 28. Pérdida del ancho de banda efectivo respecto de la profundidad (expresada por el tiempo de ida y vuelta
TWT) (extraído de Snyder et al. 1990).

Otro efecto a considerar es el incremento de velocidades sísmicas con la profundidad. Tal


como muestran diversos trabajos, como el de Christensen y Mooney (1995), existe una marcada
tendencia de incremento de la velocidad de las fases P y S respecto de un factor principal: la
profundidad, aunque también la existencia de cambios mineralógicos condiciona estos cambios.
La velocidad es a su vez determinante de la longitud de onda por lo cual un incremento en la
velocidad trae como consecuencia el incremento de la longitud de onda. Este estiramiento de
onda puede observarse en la figura 29, donde se ilustra la amplitud de una onda ideal respecto del
tiempo y respecto de la profundidad, y el efecto en la misma al incrementarse la velocidad
progresivamente.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 29. Imagen representativa de la distorsión de una onda en función del tiempo que proviene de una menor
profundidad (izquierda) y mayor profundidad (derecha) donde se ha incrementado la velocidad sísmica.

La pérdida de resolución con la profundidad es uno de los factores a tener en cuenta al


procesar los datos sísmicos, ya que uno de los primeros pasos en esta etapa es el realce de la
relación SNR, filtrando la mayor cantidad de ruido posible. En consecuencia, hay que tener una
idea aproximada de las frecuencias involucradas para no eliminar aquellas relacionadas con
buena información ni confundir las mismas con el ruido que siempre existe. En los estudios
realizados, se aplicó un filtro cuadrado entre 0,5 hz y 2,5 hz, de manera tal que la resolución
aproximada de estudio corresponde a unos 2 km.
Un resumen de los pasos llevados a cabo en el procesamiento de los registros, seguido en
este trabajo se detalla a continuación:
Una vez que los datos son obtenidos y seleccionados para cada una de las cuatro
estaciones del experimento SIEMBRA mencionadas oportunamente, es necesario recortar la traza
sísmica con el objeto de disminuir tiempos de cálculo y filtrar información innecesaria a los
efectos de la investigación que se realiza. Esto se logra determinando el tiempo aproximado de
arribo de los telesismos ocurridos durante el desarrollo del proyecto. Así, se confecciona una base
datos de todos los telesismos de magnitud superior a 6.5, es decir ocurridos a distancias
epicentrales angulares comprendidas entre 30º y 95º con diferentes acimuts. Para estas distancias,
es posible calcular el tiempo de arribo de la fase P directa a la estación sísmica tomando en
cuenta el tiempo origen del sismo; también se calcula el tiempo de arribo de la fase de onda S

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

esto se realiza utilizando programas como TauP (Crotwell y Ritsema, 1999). Tal como se
mencionara anteriormente, sobre un total de 96 registros se encontró un total de 74 registros
útiles correspondientes a 24 telesismos. Los eventos seleccionados son posteriormente ordenados
y renombrados de acuerdo a sus fechas para procesarlos y obtener las funciones del receptor
correspondientes.
A continuación se investigaron distintos filtros observando aquellas frecuencias que
produjeran los mejores resultados para la relación SNR. Esto se logró mediante el uso del script
'prepro.sh', el cual genera una macro para ejecutarse dentro del software SAC (Seismic Analysis
Code) (Goldstein & Snoke, 2005). Este software ofrece una plataforma específica para el análisis
de ondas sísmicas, en el que es posible picar primeros arribos, aplicar filtros establecidos y
combinar los registros sísmicos. Una de las etapas consiste en rotar las componentes horizontales
norte-sur y este-oeste para poder generar dos nuevos registros horizontales: uno en la dirección
radial, la cual está alineada en la dirección acimutal epicentro-estación sísmica y el otro, en
dirección tangencial perpendicular a la dirección radial y vertical. En la figura 30 se observan los
registros observados de las tres componentes (vertical, norte-sur y este-oeste) sin ningún filtro
(primeros tres registros) y con un filtro frecuencial cuadrado de 0.5 hz a 2.5 hz; obtenidos por la
estación CHUC (localización en figura 3) para un sismo de magnitud 6.9 y a 9 km profundidad
ocurrido el 8 de febrero de 2008 en las coordenas 10.67ºN; 41.9ºE, es decir 48.12º de distancia
epicentral. También se indica el picado del tiempo de arribo T 0 para la llegada de la onda P
directa. Para el cálculo de la función de receptor solo se tomará en cuenta los arribos entre la
llegada de onda P y S directas.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 30. Registros sísmicos obtenidos por la estación CHUC (ver localización en la fig. 13). Los tres registros
superiores muestran los sismogramas observados para las componentes este-oeste, norte-sur, vertical,
respectivamente antes del procesamiento. Los tres registros inferiores muestran estos registros filtrados y rotados
(radial, tangencial y vertical, respectivamente) luego del procesamiento. Note la mayor amplitud para el arribo de
ondas P en el registro vertical y la llegada de ondas S segundos más tarde.

Una vez obtenidas estas componentes y cortadas las trazas sísmicas entre el arribo de
onda P y S, se realiza una deconvolución de la componente vertical de la componente radial
mediante la utilización del script 'runem_rad'. Este script solicita en su configuración un valor
para la curva gaussiana que acompaña al cálculo de la función del receptor y el número de
iteraciones y margen de error para el cálculo de la misma. El valor de este parámetro corresponde
al de una frecuencia y puede ser el de la frecuencia dominante del registro o una frecuencia que
permita realzar los rasgos en estudio. En el presente trabajo, se utilizaron valores que variaron de
0.5 a 2.5, de los cuales los resultados para 2.0 fueron los mejores en términos de calidad de la
señal y separación de fases correspondientes a conversiones y reverberaciones. La figura 31
muestra dos funciones del receptor sintética para un modelo de corteza ideal y otra observada
para uno de los sismos que se analizaron en este estudio para la estación CHUC.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 31. Función del receptor sintética (arriba) correspondiente a un modelo de corteza ideal y otra obtenida a
partir de datos observados para un sismo real registrado por la estación CHUC a más de 4000 km de distancia
epicentral.

Una vez obtenidas las funciones del receptor, utilizando similares parámetros para cada
estación se normalizan y ordenan siguiendo diferentes criterios para su posterior análisis. Uno de
estos criterios consiste en ordenar las funciones del receptor según el backacimut. El backacimut
es el ángulo que forma una dirección estación sísmica-epicentro con el norte geográfico. Este
proceso se realiza dentro de MATLAB utilizando una macro denominado 'stack_azz_plot.m'. Esta
macro no solo ordena los registros de función del receptor de acuerdo a su backacimut sino que
realiza un suavizado de la curva de los mismos y suma funciones del receptor para backacimut

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

muy próximos entre sí. Los resultados obtenidos para las cuatro estaciones se muestran en las
figura 32.

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Figura 32. Resultados de función del receptor para la componente radial en función de bakcacimut para las
estaciones a) CHUC, b) RINC, c) MAJA y d) LUNA (ver localización de las estaciones en la Figura 13).

Los resultados de la estación LUNA muestran amplitudes exageradas debido a la baja

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

calidad de los datos originales. Pese a este inconveniente, la distribución de máximos y mínimos
de la señal es consistente con los resultados de otras estaciones, por lo que se decidió continuar el
procesamiento incluyendo a esta estación..
Otro criterio para el análisis se basa en la determinación del parámetro del rayo sísmico.
Este parámetro se define como:
p = r.sen i/v
donde p es el parámetro del rayo, r la distancia al centro de la Tierra e i el ángulo entre el rayo
sísmico y el radio vector entre el centro de la Tierra y el rayo para cualquier punto P. Como puede
apreciarse, este parámetro se mantiene a lo largo de la trayectoria de un rayo a pesar de las
variaciones en distancias y velocidades y es sensible a la distancia entre el punto de emisión de
energía y el punto de recepción (a mayores valores del parámetro del rayo, mayores distancias
recorridas por el rayo). Utilizando MATLAB se procedió a graficar los valores de amplitud de la
función del receptor en función respecto del parámetro del rayo sísmico corriendo el script
'move_out_3mult_pro.m'. Esta macro es capaz de acomodar los registros según el eje de
ordenadas representando los valores de amplitud con una escala de colores (rojo para los
máximos y azul para los mínimos) de acuerdo a su tiempo de arribo y la intensidad de los mismos
varía de acuerdo al contraste de velocidades. El mismo código permite además, configurar curvas
teóricas para los arribos de fases estimados para un determinado modelo de velocidades, de
manera tal que se facilite aproximar un modelo de corteza para la estación bajo análisis. Los
registros obtenidos denominados “moveout plot” se muestran en las Figuras 33.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figuras 33. Resultados de función del receptor en función del parámetro del rayo sísmico para las estaciones a)
CHUC, b) RINC, c) MAJA y d) LUNA y los eventos mostrados en la Fig. 30.

A partir de estas representaciones de los datos, es posible proseguir con el análisis e

47
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interpretación de los datos.


El análisis de los datos consistió en determinar los reflectores más significativos situados
en profundidad bajo cada estación, prestando atención a la correlación para distintos backacimuts
en una misma estación sino también entre cada una de ellas.
El análisis individual para cada una de las estaciones estableció importantes correlaciones
de los arribos para los siguientes tiempos: 1,5 segundos, 4 segundos, 6,5 segundos y 12 segundos.
Estos valores pueden variar en un margen de +/- 0,5 segundos siendo esta variación mínima para
valores de backacimuts próximos entre sí, de manera tal que se pueden atribuir a reflexiones
principales o a múltiples ocasionadas por cambios en las propiedades del medio.
Posteriormente se realizó un análisis combinado, comparando cada uno de los arribos de
las estaciones para los mismos eventos, determinando también una importante correlación entre
las estaciones. En la figura 34 se observa cómo se procedió para una de las estaciones y luego la
superposición de todas las correlaciones realizadas. El procedimiento para realizar estas figuras
fue el siguiente: En el eje horizontal se distanciaron las estaciones de manera proporcional a la
distancia existente entre ellas, ubicadas de sur a norte. Luego se encerraron con ventanas de
distintos colores los máximos más representativos para cada uno de los eventos en cada una de
las estaciones. Las ventanas de color verde señalan arribos detectados alrededor de los 2
segundos, las azules cerca de los 4 segundos, las rojas cerca de los 7 segundos y las amarillas
para los 12 segundos. La información obtenida permite observar de manera general si existe
correlación de los datos tanto para cada estación como para las estaciones entre sí, observándose
muy buena correspondencia para los datos con tiempos de arribo mayores a los 4 segundos,
aunque para tiempos menores (ventana verde) la ausencia de correlación observada puede
deberse a la debilidad de la señal en las estaciones MAJA y RINC.

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Figura 34. Detección de los principales reflectores para la función del receptor bajo cada estación. Note la buena
correlación entre los registros para las cuatro estaciones para retardos similares en las ventanas alrededor de 4
segundos (azul), 7 segundos (rojo) y 12 segundos (amarillo).

En función de estos resultados se puede observar una marcada correlación entre los
registros donde los reflectores señalan los eventos posibles que generan amplitudes significativas

49
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positivas o negativas más importantes. Si bien los marcadores verdes no parecen tener
correlación entre las distintas estaciones, los análisis posteriores con el modelado de estructuras
de velocidades sísmicas si muestran un arribo correlacionable para estas profundidades.

Modelado de velocidades sísmicas para la estimación


de la estructura cortical

La determinación de un modelo de velocidades en función de la profundidad es el último


y más importante paso de este trabajo para la Sierra de Valle Fértil- La Huerta. Para ello se ha
utilizado un método directo, utilizando como valores de referencia para las velocidades aquellos
aconsejados por Christensen y Mooney (1995) para litologías similares y además, los
antecedentes de otros estudios realizados en la región.
Para entender la metodología empleada se utilizará el modelo propuesto (Tabla 2 y Figura
35) por Perarnau et al. (2010) para el suroeste de la Sierra de Pie de Palo (Figura 1), presentando
este modelo, siguiendo por la ejecución de procesos y finalizando con la construcción de las
curvas (gráficos) de “move out” para un modelo general, considerando estructuras de corteza que
se van haciendo más complejas con el fin de comprender la dinámica de generación de modelos
de velocidades y cómo afectan cada uno de sus parámetros la respuesta de función del receptor.

Tabla 2. Modelo de velocidades propuesto por Perarnau et al. (2010) para la Sierra de Pie de Palo.
Modelo 1 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs
Capa 1 13 13 5,9 3 1,97
Capa 2 28 15 6,3 3,4 1,85
Capa 3 47 19 6,72 3,94 1,81
Capa 4 8,2 4,4 1,86

50
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Figura 35. Modelos de velocidades sísmicas obtenido con funciones del receptor telesísmicas para la Sierra de Pie
de Palo por Perarnau et al. (2010) y su comparación con otros modelos para esa región

La metodología utilizada consiste en generar un modelo ideal para lo cual se utiliza el


script 'make_synth'. Este pequeño programa parte de una definición de un modelo de estructuras
de velocidades establecido por el usuario y genera los arribos para distintos fases que se esperan
de acuerdo a las velocidades y profundidades de posibles reflectores. Así, se producen funciones
del receptor para todos los parámetros de rayo y para todos los backacimuts. Los parámetros que
se deben asumir para el modelo de corteza son la cantidad de capas del subsuelo, su espesor,

51
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densidad, velocidad de ondas P, velocidad de ondas S, rumbo y buzamiento de las mismas. En


todos los casos se trabajó con un modelo simple con capas horizontales sin buzamiento. Respecto
de la densidad, la función del receptor es poco sensible a su variación. Por ello, se utilizaron
valores estimativos de este parámetro para rocas de corteza. Así, se generan tres registros
sintéticos, para las componentes vertical, radial y tangencial, tal como se aprecia en la Figura 36,
a partir del modelo de la Tabla 2.

Figura 36. Registros sintéticos vertical, radial y tangencial para el modelo de la Tabla 2.

Para estos registros sintéticos se calculó posteriormente la función del receptor, utilizando
el registro radial y vertical a fin de determinar la función del receptor sintética, tal como se
observa en la Figura 37.

Figura 37. Función del receptor sintética para los registros radial y vertical sintéticos mostrados en la Fig 36
correspondientes al Modelo 1 (Tabla Y).

52
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Para la construcción de los registros sintéticos se procede de manera similar a la


establecida en el apartado 'Procesamiento y análisis de los datos', donde se explica cómo se
cargan datos en MATLAB y luego se grafican con la macro 'move_out_3mult_pro.m'. Los
siguientes casos presentados (Tabla 3), son variaciones al modelo de Perarnau et al. (2010) (Tabla
3), construidos con el objeto de comprender la mecánica empleada para la determinación del
modelo de velocidades obtenido al final en este trabajo.

Tabla 3. Distintas variaciones al Modelo 1 de la Tabla 2 con el que se diseñaron los gráficos 'move out' de ejemplo.
Resaltados en letra negrita se encuentran las variaciones al modelo original.
Modelo 1 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs
Capa 1 13 13 5,9 3 1,97
Capa 2 28 15 6,3 3,4 1,85
Capa 3 47 19 6,72 3,94 1,81
Capa 4 8,2 4,4 1,86
Modelo 2 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs
Capa 1 30 30 5,9 3 1,97
Capa 2 45 15 6,3 3,4 1,85
Capa 3 64 19 6,72 3,94 1,81
Capa 4 8,2 4,4 1,86
Modelo 3 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs
Capa 1 13 13 7 3 2,33
Capa 2 28 15 6,3 3,4 1,85
Capa 3 47 19 6,72 3,94 1,81
Capa 4 8,2 4,4 1,86
Modelo 4 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs
Capa 1 13 13 5,9 5 1,18
Capa 2 28 15 6,3 3,4 1,85
Capa 3 47 19 6,72 3,94 1,81
Capa 4 8,2 4,4 1,86

53
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Modelo 5 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs


Capa 1 13 13 5,9 3 1,97
Capa 2 28 15 6,3 3,4 1,85
Modelo 6 Prof. (km) Espesor (km) Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs
Capa 1 13 13 5,9 3 1,97
Capa 2 28 15 6,3 3,4 1,85
Capa 3 47 19 6,72 3,94 1,81

El ajuste de una estructura de velocidades consiste en un método de prueba y error. Por


ello el modelo final se va aproximando a partir de una dinámica gráfica observada en el diseño de
respuesta a los modelos que se proponen. Una observación que se hace es que el número de
máximos y mínimos observados es siempre mayor a la cantidad de capas que se asumen, tal
como se ve en el ejemplo de la Figura 41, el cual supone un modelo de dos capas sobre un
semiespacio cuyo contacto se encuentra a los 13 km de profundidad. En los ejemplos mostrados a
continuación (Figuras 38, 39, 40, 41 y 42) se muestran cómo afectan las variaciones de
parámetros al gráfico de 'moveout'. Respecto de la nomenclatura de las fases, la misma representa
la fase a la que hace referencia (P o S) de manera que siempre que ascienda a la superficie desde
una discontinuidad 'h' se la representa con minúscula y si se dirige a la discontinuidad 'h', ya sea
descendiendo en la capa o ascendiendo por debajo de ella se usa letra mayúscula (Fig. 25).
Entonces, las fases mostradas en el gráfico de 'move out' corresponden a:
Ps: Asciende como P hasta el horizonte reflector donde se convierte y luego asciende como una
fase de onda S hasta el receptor.
PpPs: Asciende como P hasta el horizonte reflecto, luego sigue su viaje hacia la superficie como
onda P, desciende como P hasta el horizonte y asciende como S hasta el receptor
PsPs+PpSs: Es la suma de dos fases, la primera que asciende como P hasta el horizonte, luego
asciende como S hasta la superficie del receptor, desciende como P hasta el horizonte y asciende
como S hasta el receptor; y la segunda que asciende como P hasta el horizonte, luego asciende
como P hasta la superficie del receptor, desciende como S hasta el horizonte y asciende como S
hasta el receptor.

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Figura 38. Funciones del receptor para el Modelo 2 de la Tabla 3. En este casó se usó un espesor de la capa 1 de 30
km en lugar de 12 km. Como resultado se ve un marcado retraso para todas las fases ya que para profundidades
mayores a los 30 km, donde se encuentra la nueva interfase, las velocidades promedio serán muy influenciadas por
los valores de la capa 1. Las líneas continuas y punteadas muestran las fases del modelo original, a modo de
comparación.

Figura 39. Funciones del receptor para el Modelo 3 de la Tabla 3. En este caso se utilizó una velocidad de fase P de
la capa 1 de 7 km/s en lugar de 5,9 km/s. Como resultado se ve un ligero adelanto en las fases que involucran a P
dentro de la capa 1 (las que poseen 'p minúscula') y un ligero retraso acompañado de variaciones de amplitud en los
arribos de las Ps debido a la variación de los contrastes de Vp y Vs entre capas. Las líneas continuas y punteadas

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

muestran las fases del modelo original, a modo de comparación.

Figura 40. Funciones del receptor para el Modelo 4 de la Tabla 3. En este caso se utilizó una velocidad de fase S de
la capa 1 de 7 km/s en lugar de 5,9 km/s. Como resultado se ve un marcado adelanto en las fases que involucran a S
dentro de la capa 1 (las que poseen 's minúscula') acompañado de una marcada atenuación de los reflectores,
debida a que, ya que la función del receptor se basa en los cambios de velocidades de onda P a S, a medida que
estas velocidades sean más cercanas, la amplitud de las reflexiones observadas disminuirá muy considerablemente e
incluso afectando a las capas subsiguientes. Las líneas continuas y punteadas muestran las fases del modelo
original, a modo de comparación.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 41. Funciones del receptor para el Modelo 5 de la Tabla 3. En este casó se usó sólo una capa sobre un
semiespacio, en consecuencia, los únicos reflectores que se observan son los correspondientes a los de la primera
capa. Las líneas continuas y punteadas muestran las fases del modelo original, a modo de comparación.

Figura 42. Funciones del receptor para el Modelo 5 de la Tabla 3. En este casó se usaron sólo dos capas sobre un
semiespacio, en consecuencia, los únicos reflectores que se observan son los correspondientes a los de la primera y
segunda capa. Las líneas continuas y punteadas muestran las fases del modelo original, a modo de comparación.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Tal como se observó en las figuras 38 a 42, es posible explorar cuáles serían los mejores
parámetros que pueden combinarse para producir curvas de arribos para las funciones del
receptor primarias y múltiples sintéticas que indican la posición teórica de los arribos para ese
modelo de velocidades sísmicas determinado. Estas curvas pueden así compararse con las curvas
observadas para determinar el mejor modelo de velocidades.
Otro aspecto a destacar en la metodología utilizada es que diferentes modelos pueden
presentar resultados similares, razón por la cual es necesario emplear rangos de valores como
condiciones de borde a la hora de diseñar las capas, de manera tal que el modelo no sea solo
matemáticamente correcto sino también geológicamente el más representativo. En base a esto, en
el presente trabajo se realizó una búsqueda para el mejor modelo de corteza que logre predecir los
arribos de función del receptor para la estación CHUC observando los valores de velocidades que
predice la composición litológica de las rocas expuestas en superficie. Para su determinación se
utilizaron como valores de referencia muestras extraídas de afloramientos de la región (tabla
muestras) a las cuales se les realizaron cortes delgados en laboratorio. Para estos cortes se
determinaron las composiciones modales mediante conteo convencional de puntos utilizando un
microscopio óptico polarizado. Utilizando condiciones de presión y temperatura para picos de
metamorfismo de Otamendi et al. (2006) para la Sierra de Valle fértil-La Huerta se utilizaron
planillas de cálculo de Hackers y Abers (2004), obteniendo valores de velocidades de ondas P y S
para las muestras antes mencionadas (Tabla muestras).
Los resultados encontrados fueron luego comparados y contrastados con los arribos
observados para las otras tres estaciones en búsqueda de un modelo que muestre consistencia
para todas las estaciones sino también de una potencial variación en los parámetros del modelo de
corteza de norte a sur para la Sierra de Valle Fértil-La Huerta. En la tabla 4 y figura 43 se
presentan los resultados obtenidos para el mejor modelo de velocidades bajo la estación CHUC.

Tabla 4. Modelo de velocidades sísmicas estimado bajo la estación CHUC que predice mejor las funciones del
receptor observadas.
Capa Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs Espesor (km) Profundidad (km)
1 5,93 3,1 1,91 12 12

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

2 6,19 3,5 1,77 16 28


3 6,5 a 6,9 3,7 a 4 1,76 a 1,73 22 50
4 8,1 4,5 1,8 semisespacio semiespacio

Figura 43. Modelo de velocidades sísmicas para ondas P (Vp), ondas S (Vs) en km/s y la relación Vp/Vs en función
de las profundidades (eje horizontal) en km estimado bajo la estación CHUC que predice mejor las funciones del
receptor observadas de acuerdo al detalle que muestra la Tabla 2.

Como puede observarse, si bien el software no es capaz de generar un modelo que siga
una ley de velocidades en función de la profundidad, es decir donde las velocidades dentro de las
capas que lo constituyen sean variables, se simuló esta situación agregando un mayor número de
capas de pequeño espesor (1 km) donde las velocidades sísmicas son levemente diferentes con

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

respecto a la de las capas anterior y posterior emulando un gradiente de la velocidad con la


profundidad y de un salto mayor para marcar las discontinuidades. Este modelo de capas de
velocidades escalonadas cada 1 kilómetro de espesor produjo los mejores resultados.
La Figura 44 muestra los valores obtenidos (Tabla 4) para la Sierra de Valle Fértil – La
Huerta con los obtenidos para la Sierra de Pie de Palo (Tabla 2), obtenidos por Perarnau et al.
(2010)

Figura 44. Comparación de los modelos obtenidos para la Sierra de Valle Fértil (Tabla 4) con los obtenidos por
Perarnau et al. (2010) para la Sierra de Pie de Palo (Tabla 2).

Discusión

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

El modelo de velocidades sísmicas obtenido consistente en tres capas de velocidades que


se incrementan con la mayor profundidad apoyadas sobre un semiespacio (Tabla 2 y figura 40) se
corresponde con un gráfico de moveout como el que se muestra en la Figura 42.

Figura 45. 'Moveout plot' sintético obtenido para la estructura de corteza correspondiente al modelo de velocidades
sísmicas propuesto que se muestra en la Tabla 2 y Figura 41.

Este modelo ha sido comparado con los datos observacionales de función del receptor
para la componente radial bajo la estación CHUC (ver localización en la Fig. 3).

61
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 46. 'Moveout plot' sintético (Fig. 42) de la estación CHUC indicando el modelo de velocidades utilizado
superpuesto a datos observacionales.

El modelo propuesto consistente en dos reflectores situados a 12 km y 28 km para una


corteza de espesor total de 50 km muestra una buena correspondencia con las observaciones para
bajos y elevados de valores de parámetro del rayo. Las reflexiones múltiples muestran un ligero
desajuste pero esto se debe a que estos arribos provienen de un modelo sintético o a una posible
inclinación de los reflectores. En cuanto al primer reflector situado a 12 km, está ajustado para un
promedio, ya que debido a la falta de resolución y al fallamiento existente (ej. Snyder et al.,
1990), podría esperarse un desajuste de hasta 0,5 segundos, tal como se indicara en la Figura 34
(correlaciones de ventanas). Para analizar las velocidades propuestas se abordan dos aspectos:
una comparación con otros estudios realizados para esta y otras regiones y una comparación en
base a observaciones directas realizadas sobre muestras de rocas colectadas en afloramientos
representativos de la región.
Uno de los antecedentes que merecen destacarse obtenido a partir de una metodología
similar corresponde a la estructura de velocidades determinada para el flanco occidental de la
Sierra de Pie de Palo (Perarnau et al., 2010). Estos autores han obtenido un modelo de
velocidades de dos capas sobre un semiespacio con discontinuidades ubicadas a 13 km y 28 km
para un Moho situado a 47 km de profundidad (Figura 44).

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Comparando los valores observados en la Figura 44, es posible advertir que existe una
buena correlación entre el modelo propuesto por Perarnau et al. (2010) para la Sierra de Pie de
Palo y los determinados en este trabajo para la Sierra de Valle Fértil. Se observa igual número de
capas que ajustan el modelo cortical y las profundidades son bastante similares excepto para la
tercera capa, en donde se observa para la Sierra de la Huerta una corteza ligeramente más gruesa
que aquella correspondiente a la Sierra de Pie de Palo por Perarnau et al. (2010). Las velocidades
sísmicas también son bastante similares para las capas superiores; los niveles más profundos de la
corteza muestran diferencias con los modelos de Perarnau et al. (2010) y Alvarado et al. (2009)
en el sentido que éstos últimos no exploran velocidades variables a estas profundidades de
corteza cercanas al Moho como el modelo obtenido por Calkins et al. (2006) con función del
receptor de sismos locales de la placa de Nazca subducida bajo San Juan. Estos resultados
sugieren un cambio en la composición de las rocas a medida que se exploran niveles más
profundos de la corteza. Con esto es posible atribuir a los reflectores detectados a 12 km y 28 km
a fallas que actúan a nivel regional.
Una comparación con los modelos y propiedades de las rocas que se conoce a nivel global
para regiones continentales señala que tanto los valores de velocidad de onda P como los de onda
S establecidos tanto para la corteza superior como para la inferior se corresponden con aquellos
valores promedios determinados por Christensen y Mooney (1995) para un gran conjunto de tipos
de rocas (Fig. 47 y 48).

Figura
47.
Veloci
dades
de
ondas
P (Vp)
para
las
distint
as
facies
observ

63
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

adas para 20 km de profundidad en regiones continentales por Christensen y Mooney (1995). Las zonas coloreadas
con amarillo y ocres comprenden el rango de velocidades observados para las capas 1 y 2 del modelo propuesto
(Tabla 4).

Figura 48. Los valores estimados para Vp (promedio) según el trabajo realizado por Christensen y Mooney (1995)
para rocas en zonas continentales a distintas profundidades. La zona coloreada representa el rango de valores de
velocidades determinado para la capa 3 en este trabajo comparable con observaciones globales para rocas de
profundidades de 30 km a 50 km (Tabla 4).

Siguiendo otro criterio se procedió a comparar con estimaciones de parámetros


petrofísicos obtenidos a partir de muestras colectadas en terreno representativas de la
composición de la Sierra de Valle Fertil- La Huerta, cuyo análisis petrológico predice valores de
velocidades ondas P y S (Vp y Vs), entre otros parámetros. Este trabajo ha sido realizado por B.
Castro de Machuca y G. López (comunicación personal) a partir de estudios sobre la composición
y evolución de la Sierra de Valle Fértil – La Huerta de Otamendi et al. (2006) aicados a las
planillas de Hackers and Abers (2003). Los resultados que se han obtenido se muestran en la
Tabla 3. El procedimiento seguido para estas determinaciones fue explicada brevemente en el
apartado 'Modelado de velocidades sísmicas para la estimación de la estructura cortical'.
Comparando con los valores obtenidos en el modelo de CHUC (Tabla 4), se puede
observar que los valores de la capa 1 con Vp de 5,93 km/s y Vs de 3,1 km/s tienen una buena
correspondencia con los valores de velocidades que predicen las muestras leucomonzogranito,

64
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

leucosienogranito, diorita y tonalita. Así mismo, los valores de velocidad para la capa 2 de Vp de
6,19 km/s y Vs 3,5 km/s también muestran una buena correlación con los valores de velocidades
de ondas sísmicas que predice el análisis petrológico para las muestras de metatonalitas y
metadioritas de la Tabla 5. En cuanto a los valores de velocidades obtenidos sismológicamente
con función del receptor para la capa 3 de Vp entre 6,5 km/s y 6,9 km/s y Vs entre 3,7 km/s y 4
km/s, no parecen existir muestras observadas que sugieran una composición litológica de
velocidades sísmicas comparables en profundidad. Sin emabrgo, Christensen y Mooney (1995)
muestran valores de Vp, Vs y Vp/Vs para otras regiones tectónicas similares a los obtenidos por
el modelo de función del receptor de telesismos para anfibolitas tal como se muestra en la Tabla
6.

65
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Tabla 5. Resultados del análisis petrológico de muestras de rocas de la Sierra de Valle Fértil-La Huerta suponiendo
parámetros de presión-temperatura para picos de metamorfismo de acuerdo con Otamendi et al. (2006) (B. Castro
de Machuca y G. López, comunicación personal).

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Metatonalita Qda Rosarito (Rserg)


Leucomonzogranito (A53)

Leucosienogranito (Ri 15)

Metatonalita (arenoso A9)

Metadiorita Qz (AR5`)

Metadiorita Qz (Y90)
Diorita Qtz (AR5´)

Tonalita (Ri16)
P (GPa) 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6
T (°C) 805 805 805 805 805 805 805 805
Physical properties calculated with Hashin-Shtrikman average:
H2O (wt%) 0,1 0,2 1,2 0,8 0,6 0,6 1,1 0,8
rho (g/cm3) 2,64 2,63 2,82 2,73 2,78 2,79 2,87 2,86
Vp (km/s) 5,85 5,84 5,88 5,80 6,14 6,29 6,28 6,52
Vs (km/s) 3,49 3,33 3,25 3,25 3,63 3,56 3,45 3,63
K (GPa) 48 51 58 53 56 63 68 71
G (GPa) 32 29 30 29 37 35 34 38
Poissons 0,22 0,26 0,28 0,27 0,23 0,26 0,28 0,27

Physical properties calculated with Hashin-Shtrikman, Voigt and Reuss bounds:


Vp H-S max 5,88 5,86 5,93 5,84 6,19 6,34 6,33 6,54
Vp H-S min 5,83 5,81 5,82 5,76 6,10 6,25 6,22 6,49
Vp Voigt 5,92 5,90 6,07 5,94 6,29 6,44 6,45 6,59
Vp Reuss 5,78 5,77 5,73 5,69 6,00 6,15 6,12 6,45
Vp VRH 5,85 5,84 5,90 5,81 6,15 6,30 6,28 6,52
Vs H-S max 3,51 3,35 3,28 3,28 3,64 3,58 3,47 3,64
Vs H-S min 3,48 3,32 3,21 3,22 3,61 3,55 3,42 3,63
Vs Voigt 3,54 3,37 3,36 3,33 3,66 3,60 3,52 3,65
Vs Reuss 3,44 3,28 3,13 3,16 3,57 3,50 3,35 3,62
Vs VRH 3,49 3,33 3,24 3,25 3,62 3,55 3,43 3,63
K H-S max 48 51 59 54 57 65 69 72
K H-S min 47 50 57 53 55 62 66 71
K Voigt 49 52 62 56 60 68 72 74
K Reuss 47 50 56 52 53 60 64 69
K VRH 48 51 59 54 57 64 68 71
G H-S max 33 29 30 29 37 36 35 38
G H-S min 32 29 29 28 36 35 34 38
G Voigt 33 30 32 30 37 36 36 38
G Reuss 31 28 28 27 35 34 32 37
G VRH 32 29 30 29 36 35 34 38

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Gabronorita-hn-px (VF)-J23
Peridotita-px-hn (R6)

Gabro oliv-J14(VF)

Norita oliv-J22(VF)
Gabbro La Huerta
P (GPa) 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6
T (°C) 805 805 805 805 805
Physical properties calculated with Hashin-Shtrikman average:
H2O (wt%) 0,3 0,6 0,6 0,1 0,2
rho (g/cm3) 3,34 3,22 2,96 3,09 3,11
Vp (km/s) 7,69 7,23 7,07 7,64 7,64
Vs (km/s) 4,41 3,99 3,90 4,30 4,32
K (GPa) 111 100 88 104 104
G (GPa) 65 51 45 57 58
Poissons 0,26 0,28 0,28 0,27 0,27

Physical properties calculated with Hashin-Shtrikman, Voigt and Reuss bounds:


Vp H-S max 7,70 7,25 7,07 7,66 7,69
Vp H-S min 7,69 7,20 7,06 7,62 7,60
Vp Voigt 7,77 7,43 7,11 7,73 7,79
Vp Reuss 7,64 7,10 7,02 7,55 7,54
Vp VRH 7,71 7,26 7,06 7,64 7,67
Vs H-S max 4,41 4,01 3,91 4,31 4,35
Vs H-S min 4,40 3,98 3,90 4,28 4,28
Vs Voigt 4,43 4,07 3,95 4,37 4,41
Vs Reuss 4,38 3,91 3,85 4,21 4,22
Vs VRH 4,40 3,99 3,90 4,29 4,32
K H-S max 111 100 88 105 105
K H-S min 111 99 88 104 104
K Voigt 114 107 88 106 108
K Reuss 110 97 87 103 103
K VRH 112 102 88 105 105
G H-S max 65 52 45 58 59
G H-S min 65 51 45 57 57
G Voigt 65 53 46 59 61
G Reuss 64 49 44 55 55
G VRH 65 51 45 57 58

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Tabla 6. Comparación entre los resultados obtenidos para la capa 3, correspondiente a la corteza inferior de la
Sierra de Valle Fértil – La Huerta y las observaciones de Christensen y Mooney (1995) para otras regiones
tectónicas del mundo.
Velocidades Este trabajo Facies anfibolíticas y de esquistos verdes
sísmicas según Christensen y Mooney (1995) para
presiones de 0,2 Gpa a 1 GPa
Vp (km/s) 6,5 a 6,9 6,88 +/- 0,22 a 7,04 +/- 0,2
Vs (km/s) 3,7 a 4 3,91 +/- 0,15 a 3,99 +/- 0,13
Vp/Vs 1,76 a 1,73 1,76 +/- 0,04 a 1,78 +/- 0,4

La diferencia entre los valores observados de velocidades sísmicas utilizando el modelado


de ondas sísmicas y aquellos provenientes de análisis petrológicos, en niveles de corteza inferior
parecería indicar una variación en las propiedades de la corteza a profundidades cercanas al
manto. Esto podría estar relacionado con una mayor densificación tal como una posible
eclogitización parcial, de acuerdo con los modelos propuestos por los trabajos de Snyder et al.
(1990), Gilbert et al. (2006), Corona (2007) y Alvarado et al. (2009). Se observa además mayores
valores de velocidades sísmicas en la corteza inferior bajo la Sierra de Valle Fértil que bajo la
Sierra de Pie de Palo para espesores similares de corteza cercanos a unos 50 km (Perarnau et al.,
2010), aunque estas diferencias no han sido exploradas con mayor detalle.
Las densidades sintéticas estimadas a partir de las muestras de rocas obtenidas se
corresponden con las velocidades sísmicas estimadas por este trabajo, de acuerdo con los trabajos
de Snyder et al. (1990) y de Christensen y Mooney, (1995).
El análisis de la estructura realizado para la estación CHUC (Fig. 3 y 46) se extendió a lo
largo de la Sierra de Valle Fértil-la Huerta para las otras estaciones MAJA, RINC y LUNA. Para
ello, se procedió a comparar el modelo propuesto para CHUC con los gráficos de moveout
correspondientes a las funciones de receptor para las otras estaciones MAJA, RINC y LUNA.
Los resultados de este análisis se describen a continuación.
Los modelos determinados para cada una de las estaciones se muestran a continuación:

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Localidad Majadita (MAJA)


Tabla 7. Modelo de velocidades estimado para la estación MAJA

Capa Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs Espesor (km) Prof. (km)


1 5,93 3,1 1,91 12 12
2 6,19 3,5 1,77 16 28
3 6,5 a 6,9 3,7 a 4 1,76 a 1,73 22 50
4 8,1 4,5 1,8

Figura 49. Registro sintético de función del receptor para la estación MAJA (Fig. 3), con el modelo de velocidades
encontrado para la misma(Tabla 7)

Localidad Los Rincones (RINC)


Tabla 8. Modelo de velocidades estimado para la estación RINC

Capa Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs Espesor (km) Prof. (km)


1 5,93 3,1 1,91 12 12
2 6,19 3,5 1,77 16 28
3 6,5 a 6,8 3,7 a 4 1,76 a 1,73 25 53
4 8,1 4,5 1,8

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 50. Registro sintético de función del receptor para la estación RINC (Fig. 3), con el modelo de velocidades
encontrado para la misma (Tabla 7)

Localidad Valle de la Luna (LUNA)


Tabla 9. Modelo de velocidades estimado para la estación RINC

Capa Vp (km/s) Vs (km/s) Vp/Vs Espesor (km) Prof. (km)


1 5,93 3,1 1,91 12 12
2 6,19 3,5 1,77 16 28
3 6,5 a 6,8 3,7 a 4 1,76 a 1,73 26 54
4 8,1 4,5 1,8

71
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

Figura 51. Registro sintético de función del receptor para la estación RINC (Fig. 3), con el modelo de velocidades
encontrado para la misma (Tabla 7).

Los datos observados en las Tablas 7, 8 y 9 nos permiten advertir que las estaciones
localizadas más hacia el norte que la estación CHUC indican un arribo de mayor intensidad
positivo y de mayor retraso, lo cual se correlaciona con un aumento paulatino del espesor de la
corteza total hacia el norte para la Sierra de Valle Fértil - La Huerta. Esto ha sido interpretado
como un mayor contraste de velocidades y un mayor espesor de corteza, de manera similar a lo
propuesto por Smalley e Introcaso (2001) (Fig. 17). Combinando los modelos de las Tablas 5, 7,
8 y 9 y lo observado en las figuras 46, 49, 50 y 51, y en función de lo dicho anteriormente se
propone una mayor densificación y un menor espesor de corteza para la zona sur de la Sierra de
Valle Fértil – La Huerta mientras que, para el norte de la misma, se observa un engrosamiento de
la corteza donde los procesos de densificación son escasos comparados a los observados en el
extremo sur.
Por último, debe mencionarse que estos modelos de velocidades que presentan una
corteza relativamente gruesa (el espesor promedio de corteza según Christensen y Mooney, 1995
es de 41 km) muestran correspondencia con trabajos como los de Stauder (1997), Brooks et al.
(2003) y Alvarado et al. (2005). Estos trabajos proponen que los mecanismos focales inversos

72
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

observados en ese sector por Stauder (1997) y Alvarado et al. (2005), junto al alto acortamiento
propuesto por Brooks et al. (2003) son consistentes con mecanismos de engrosamiento cortical,
lo cual también es observado en el presente trabajo.

Conclusiones

A partir de las funciones del receptor registradas para telesismos en cuatro estaciones
sismológicas de banda ancha del proyecto SIEMBRA instaladas en las localidades de Chucuma ,
Majadita, Rinconada y Valle de la Luna (CHUC, MAJA, RINC y LUNA) que registraron la
sismicidad local, regional y global continuamente desde enero de 2008 hasta diciembre de 2009,
se ha determinado un modelo de corteza continental consistente en velocidades sísmicas de ondas
P y S en función de la profundidad representativo de la estructura de la Sierra de Valle Fértil-La
Huerta entre las latitudes 30ºS y 32ºS. La misma es parte de las Sierras Pampeanas Occidentales,
disponiéndose como una cadena elongada en sentido noroeste-sureste con elevaciones de hasta
2.200 m que actualmente sigue elevándose por la actividad de la falla inversa del mismo nombre
situada en el flanco occidental de la sierra. En cuanto a la composición, es notable la naturaleza
máfica a ultramáfica del basamento expuesto en superficie. Los principales resultados obtenidos
para el modelo sísmico de la corteza en este sector con este trabajo se resumen a continuación:
- la estructura de la sierra puede representarse por un modelo de tres capas (corteza) apoyadas
sobre un semiespacio de mayor velocidad comparable a aquellos que se conocen para el manto.
- las capas que se reconocen corresponden a cambios de velocidades sísmicas de ondas P y S
encontrados a 12 y 28 km de profundidad aproximadamente. Estos niveles podrían
corresponderse con niveles de despegue (decollements) para los sistemas de fallamiento inverso
activos que se conocen a escala regional. Esta interpretación es consistente con los resultados de
estudios para el oeste de la Sierra de Pie de Palo (ej. Perarnau et al., 2010) y el límite con la
Precordillera (Comínguez y Ramos, 1991). En cuanto a las velocidades obtenidas, las mismas
tienen una gran correspondencia con las muestras de campo y poseen valores para la onda P de
entre 6,4 km/s a 6,9 Km/s; ubicados entre los correspondientes a composiciones principalmente

73
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

máficas, lo que implica una marcada presencia de material máfico para toda la estructura de la
corteza.
- la discontinuidad de Mohorovich detectada a unos 50 km de profundidad aproximadamente bajo
la estación CHUC se encontraría a niveles más profundos (de 53 km y 54 km) bajo las estaciones
localizadas hacia el noroeste de la misma, mostrando un engrosamiento de la corteza continental
hacia el norte de la Sierra de Valle Fértil – La Huerta. Estos valores superan ampliamente los
niveles conocidos para la corteza continental promedio de uso 41 km (Christensen y Mooney,
1995). Cabe destacar que los valores de amplitudes más altos observados para LUNA y RINC
respecto de CHUC y MAJA indican también una disminución en la velocidad de ondas P y S,
indicando que el retraso observado en la detección del Moho no solo se debe a un posible
engrosamiento de la corteza en esta zona sino también a una disminución de la velocidad de las
ondas P y S debido a la ausencia o escasez de densificación como se observaría hacia el sur. Otra
explicación posible es una disminución de componentes máficas para la región norte de la Sierra
de Valle Fértil – La Huerta.
- los valores observados de Vp y Vs a medida que aumentan las profundidades presentan bastante
concordancia con las proposiciones de procesos de densificación (ejemplo: eclogitización)
anticipadas por otros autores para niveles profundos de la corteza cercanos al manto (Snyder et
al., 1990; Gilbert et al., 2006; Corona, 2007 y Alvarado et al. , 2009, Perarnau et al., 2010).
- los resultados encontrados para las velocidades sísmicas son consistentes con una composición
similar a las de las facies de esquistos verdes a anfibolitas a medida que se incrementa la
profundidad llegando a niveles representados por una eclogitización parcial. Esto se basa en los
análisis de composición mineralógica realizados por B. Castro de Machuca y G. López
(comunicación personal) y por comparación con litologías para otras regiones del mundo.
También se observa una concordancia entre los valores encontrados y las predicciones
establecidas a partir de la historia evolutiva. Tal como se habló en los primeros capítulos, existe
una importante presencia de material máfico en la sierra, el cual puede deber su origen al
basamento del terreno Cuyania, de composición más máfica que la del terreno Pampia situado
más hacia el este.
- el modelo de velocidades presenta muy buena correspondencia con los mecanismos de

74
Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

engrosamiento cortical acompañados de la reactivación de la antigua sutura entre Cuyania y


Pampia, soportados por los trabajos de Stauder (1997), Brooks et al. (2003) y Alvarado et al.
(2005).

Es deseable contar con mayores estudios futuros que permitan mejorar el modelo
propuesto tal como el análisis de señales de función del receptor de sismos locales con hipocentro
en la placa de Nazca subducida en posición horizontal. Esto permitiría aumentar la resolución con
señales de mayor frecuencia. La instalación de estaciones de banda ancha permanentes en este
sector o durante períodos de tiempo más largos favorecería ampliar la base de datos y mejorar así,
la precisión de la estimación de parámetros sísmicos así como también el muestreo de mayor
detalle de muestras rocas y su análisis petrológico que permita pronosticar la composición de la
corteza en profundidad. Esto sería particularmente importante para sectores localizados hacia el
norte del Sierra de Valle Fértil donde la escasez de datos con alta relación señal-ruido ha
dificultado un mayor análisis.

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Gabriel Gallardo Giozza Trabajo Final de Licenciatura en Geofísica

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