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Derecho Penal.
Carnet: 6650-22-14481
Sección: “B”
La extradición
La extradición es el procedimiento judicial ,penal administrativo por el cual una persona
acusada o condenada por un delito conforme a la ley de un Estado es detenida en otro Estado y
devuelta al primero para ser enjuiciada o para que cumpla la pena ya impuesta. La palabra
proviene del latín ex que significa "afuera” y traditio que significa "transmisión".
Si bien existe una cooperación internacional muy activa para la represión de los delitos, continúa
existiendo la regla de que un Estado está obligado a conceder la extradición de un delincuente
extranjero, solamente si existe tratado internacional con el Estado requirente o Convención
Internacional sobre extradición, de la que ambos estados sean firmantes. Cuando no hay tratado o
convención internacional, el Estado requerido está facultado para acordar la extradición, pero no
está obligado a concederla. Sin embargo, la obligación señalada no es absoluta pues siempre el
estado requerido conserva la facultad soberana de no conceder la extradición si de acuerdo a su
legislación interna no se cumplen los requisitos establecidos para tal efecto.
Requisitos
En la mayor parte de los tratados de extradición se requiere que el Estado que la pide demuestre
la existencia de causa para enjuiciar o castigar al requerido; que el delito imputado se haya
tipificado como tal tanto en la legislación penal del Estado requerido como en la del Estado
requirente.
La extradición, en la mayor parte de los tratados en vigor experimenta ciertas limitaciones, Una
de ellas y tal vez la de mayor relevancia, es la de la nacionalidad de la persona requerida.
Por regla general, la mayoría de los Estados niegan la extradición de sus propios nacionales,
algunos que se han mostrado dispuestos a acordar la extradición de sus propios nacionales, a
saber: México, Reino Unido, Estados Unidos, Argentina, Chile, República
Dominicana, Uruguay y Colombia.
Extradición a políticos
No se concede la extradición por delitos políticos, porque estos dejan de serlo al atravesar una
frontera. Como ilustra el jurista José Irureta Goyena: “en el Estado a cuyas leyes se ampara, el
delincuente político no representa un peligro; y en el Estado de cuyos gobernantes se escapa, no
existe justicia que le ofrezca garantías”.
La doctrina llama “delitos políticos puros” a los que son delitos contra la organización política
interna y el gobierno de un Estado, y que no contienen elemento alguno de delincuencia común y
por otro lado están los llamados “delitos políticos relativos” que son infracciones en las cuales un
delito común está involucrado o conectado con el acto inspirado en un móvil político.
El Derecho De Antejuicio
El Derecho de antejuicio es la garantía que la constitución política de la República o leyes
específicas otorgan a los dignatarios y funcionarios públicos de no ser detenidos ni sometidos a
procedimiento penal ante los órganos jurisdiccionales correspondientes, sin que previamente
exista declaratoria de autoridad competente que ha lugar a formación de causa, de conformidad
con las disposiciones establecidas en la presente ley. El antejuicio es un derecho inherente al
cargo, inalienable, imprescriptible e irrenunciable. El derecho de antejuicio termina cuando el
dignatario o funcionario público cesa en el ejercicio del cargo, y no podrá invocarlo en su favor
aun cuando se promueva por acciones sucedidas durante el desempeño de sus funciones.
Procedencia del Antejuicio: El antejuicio se origina por denuncia ante el juez de paz o querella
presentada ante juez de primera instancia penal. La denuncia o querella podrá ser presentada por
cualquier persona a la que le conste la comisión de un acto o hecho constitutivo de delito por
parte de un dignatario o funcionario público y no simplemente por razones espurias, políticas o
ilegitimas.