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Guión del Radioteatro (Podcast)

Jandry Mijas, Juan Ledesma, Matías Mora, Saheli Exantus

Unidad Educativa Marista Pío XII

Lengua y Literatura

Lic. Darwin Cuenca

09 de octubre de 2023
Fabricación de las Armas.

GUIÓN DEL PODCAST (RADIO TEATRO)

Enlace Vocaroo del Podcast: https://voca.ro/1gIDQtqPSvQ2

NARRADOR :

Canto decimoctavo de ‘’La Iliada’’.

Fabricación de las armas.

AQUILES:

(Habla con un sentimiento de frustración).

¡Oh, qué desgracia! ¿Por qué nuestros valientes soldados están retrocediendo nuevamente,
huyendo en confusión hacia las naves aqueas? Siento que los dioses han cumplido el terrible
destino que mi madre me había predicho: que el más valiente de los mirmidones moriría a
manos de los troyanos antes que yo. Es probable que el valeroso hijo de Menecio haya perecido.
¡Qué tragedia! Le ordené que, después de haber alejado a los enemigos, regresará directamente
a las naves en lugar de enfrentar valientemente a Héctor en combate

NARRADOR:

Mientras estos pensamientos llenaban y daban vueltas en su mente y corazón, el hijo del
ilustre Néstor, con lágrimas de impotencia en los ojos, llegó y le comunicó la triste
noticia.

ANTíLOCO:

(Habla con una voz que causa tristeza hacia los oyentes).

Oh, Aquiles, esto es una catástrofe. Lamento profundamente tener que darte esta noticia
devastadora y funesta, algo que nunca debería haber ocurrido.
Patroclo ha perdido la vida en el campo de batalla, y tanto troyanos como aqueos están librando
una encarnizada batalla alrededor de su cuerpo despojado de armadura, ya que Héctor, con su
yelmo ondeante, ha tomado su equipo.

NARRADOR:

Y así, Aquiles siguió ese doloroso ritual. Una nube oscura de tristeza se cernió sobre él. Tomó
un puñado de cenizas con ambas manos y las arrojó sobre su cabeza , ensuciando su hermoso
rostro y manchando su túnica divina. Luego se dejó caer al suelo, ocupando un amplio espacio,
mientras se arrancaba el cabello con las manos.

Las esclavas que Aquiles y Patroclo habían capturado salieron de sus aposentos, llenas de
tristeza. Lloraban con amargura, golpeándose el pecho y sintiendo que las fuerzas las
abandonaban. Antíloco también lloraba, derramando su pena y sosteniendo a Aquiles, cuyo
corazón se desgarraba en sollozos. Un gemido angustioso escapó de los labios de Aquiles, y su
madre, la venerable Tetis, lo escuchó desde las profundidades del mar, cerca de su anciano
padre. Sus lamentos llenaron la gruta blanquecina mientras las nereidas, todas las ninfas del
mar, se congregaban a su alrededor. Golpeaban sus pechos en señal de duelo.

Tetis, liderando el lamento, exclamó:

TETIS:

(Habla con voz temblorosa y entristecida).

"Escuchad, mis hermanas nereidas, para que podáis entender la profunda pena que
embarga mi corazón. ¡Ay de mí, desdichada! ¡Ay de mí, madre afligida de un valiente!
Cuidé y nutrí a un hijo excepcional, fuerte y destacado entre los héroes. Lo crié como
una planta en tierra fértil y lo envié a Troya en esas elegantes naves para luchar contra
los troyanos. Pero ya no regresará a la morada de Peleo. Mientras él vive y ve la luz del
sol, sufre y, aunque me acerque, no puedo aliviar su tormento. Iré a ver a mi amado hijo,
y él me contará la causa de su angustia, ya que no está participando en la batalla."

NARRADOR:

La venerable madre se aproximó al heroico joven, quien suspiraba con pesar. Rompiendo el
silencio con sus lamentos, abrazó su cabeza y, con una voz llena de tristeza, expresó sus
palabras conmovedoras de esta manera:

TETIS:

(Habla con una voz consoladora).

Mi querido hijo, ¿por qué lloras? ¿Qué tristeza te atormenta? No me ocultes nada, háblame.
Zeus ha escuchado tus peticiones, esas que elevaste con tus manos, y ha decidido que los aqueos
sufran sin tu ayuda, congregados junto a las naves, enfrentando calamidades terribles.
¿Cómo podría reformularlo?
NARRADOR:

Exhalando profundos suspiros, contestó Aquiles, el de los pies ligeros:

AQUILES:

(Suspira).

(Habla con una voz triste).

Madre mía, lo que el gran Zeus predijo se ha vuelto realidad, pero ¿cómo puedo encontrar
consuelo cuando he perdido a mi querido amigo Patroclo? Lo valoraba tanto como a mi propia
vida. Ahora ha muerto, y Héctor, después de matarlo, ha tomado sus espléndidas armas, un
regalo de los dioses. Desearía que te hubieras quedado en el mar con las ninfas inmortales, y
que mi padre, Peleo, hubiera tomado una esposa mortal. Pero es demasiado tarde para las
lamentaciones. Solo podré encontrar consuelo si Héctor paga con su vida la muerte de Patroclo.
Solo entonces consideraré volver a la vida, de lo contrario, no tendré motivo para seguir entre
los vivos.

NARRADOR:

Antíloco, interrumpiendo los llantos de Aquiles, expresó con voz entrecortada su ingeniosa
pero arriesgada propuesta.

ANTÍLOCO:

(Con voz entrecortada e intentando motivar a Aquiles).

¿Qué opinas de si, en lugar de lamentarnos continuamente y herirte a ti mismo, recurrimos a


las divinidades benevolentes y majestuosas? Podríamos implorarles que permitan el regreso de
Patroclo, tu apreciado amigo, desde el reino de los muertos, donde su alma yace en soledad.
Esto te evitará más lamentos y a tu respetable madre más angustia.

NARRADOR:

Aquiles, inicialmente percibiendo las palabras de Antíloco como un desaire hacia su compañero
y las deidades, reacciona enérgicamente. Sin embargo, en un segundo pensamiento, contempla
la propuesta y, reflejando sobre su propio tormento interno, pronuncia lo siguiente.

AQUILES:

(Con gran energía y felicidad).

Tu proposición puede albergar la clave para mitigar mis penas y para evitar que mi amada
madre soporte la agonía de verme sufrir. Me consagrare con fervor a suplicar incesantemente
a las divinidades que consideren hacer realidad mi anhelo.
NARRADOR:

(Habla con voz que genera suspenso hacia los oyentes)

De pronto, Aquiles, Antíloco y Tetis, aún con los ojos empañados de lágrimas, avistan a lo
lejos el cuerpo de Patroclo, moviéndose de una manera siniestra y su semblante, un reflejo
de oscuridad. Aquiles, con el corazón acelerado, y en un atisbo de clarividencia, comienza
a comprender que tal vez, solo tal vez, los dioses compasivos han atendido su anhelado
deseo.

Efectos de sonidos que se utilizarán en el radioteatro (podcast)

Cenizas #1. https://www.videvo.net/es/efecto-de-sonido/polvo-de-escombros-


08/415445/?q=polvo#rs=au dio-download Desierto #2. https://pixabay.com/es/sound-
effects/desert-monolith-6369/https://pixabay.com/es/sound -effects/epic-storm-thunder-
rainwindwaves-no-loops-106800/ Caída de Aquiles #3.
https://pixabay.com/es/sound-effects/121-101565/
Llanto de las mujeres. #4
https://pixabay.com/es/sound-effects/female-fake-crying-64957/
Llanto de Antíloco. #5
https://pixabay.com/es/sound-effects/hombre-llorando-127719/
Gemido o clamor de Aquiles. #6
https://pixabay.com/es/sound-effects/groan-crescendo-82041/
Golpe en el pecho de Nereidas y Ninfas. #7
https://pixabay.com/es/sound-effects/punch-6-166699/
Suspiro de Aquiles #8.
https://pixabay.com/es/sound-effects/deep-breath-sigh-104109/
Sonido de suspenso. #10
https://pixabay.com/es/sound-effects/wrong-place-129242
Sonido de felicidad ante la resurrección de Patroclo. #11
https://pixabay.com/es/sound-effects/a-fragment-of-hope-12482/

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