Está en la página 1de 1

EL VENSEDOR

El relato comienza explicando que la riña entre los dos niños escolares (Cancio y Juncos) se
originó por un incidente de manos producido a la hora del recreo. La pelea se realiza a las
afueras de la escuela, a la hora de salida. Gran número de muchachos se juntan llevando a
los dos contrincantes hasta las cercanías de un cerrillo, lejos de la presencia del profesor.
El narrador, junto con Leonidas (ambos también escolares) siguen al grupo. Llegados al
lugar, los rivales se alistan para pelear y el resto de alumnos hacen apuestas sobre quien
será el vencedor. El narrador se circunscribe a describir los gestos y acciones de ambos
contrincantes; siente algo de simpatía por Cancio, un niño de clase acomodada a quien
conoce más que a Juncos, que es de clase pobre. Leonidas también se pone a favor de
Cancio. Ambos, Juncos y Cancio, se dan mutuamente fuertes puntapiés y puñetazos, hasta
hacerse sangrar. Juncos parece llevar las de perder, y entonces ingresa a defenderlo un
niño mayor, lo que provoca que otro aún más grande intervenga, armándose una tremenda
confusión, hasta que el resto de muchachos impone el orden y hacen reiniciar la pelea
entre los dos contrincantes. El narrador se compadece de Juncos al verlo maltrecho y se
pone entonces a favor suyo, alentándolo a dar duro a su rival. Juncos saca entonces todas
sus fuerzas y derriba finalmente a Cancio con un potente puñetazo, dejándole con un ojo
herido y el párpado muy hinchado. El grupo de alumnos retorna al pueblo, pero Juncos se
aparta a un costado del camino y se sienta con la cabeza gacha. Leonidas se le acerca y
descubre que está llorando.

También podría gustarte