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ESTUDIO DE CASOS

CASO: CARLOS.

Carlos, alrededor de 55 años, fue enviado a terapia por su mujer, muchos años
atrás. El motivo de consulta fue agresividad hacia terceros, violencia verbal y
física, pero nunca con miembros de su familia. Y reacciones temerarias, que
podían causar su detención por sus transgresiones de la ley de convivencia
ciudadana.
Por ejemplo, si en la carretera un vehículo iba a mucha velocidad, Carlos,
aceleraba y superaba esa velocidad haciendo piruetas con su coche para
causar temor en el otro conductor. Si encontraba su coche apresado entre
otros coches por el estacionamiento, rompía las ruedas, o hacía llamativas
ralladuras, poniendo: “Otra vez va a estacionar donde corresponde”.
Carlos reconoce lo que son conductas trasgresoras de otros, pero no
comprende su furia por mantener, de cualquier manera, la ley social.
Su familia actual consta de su mujer, que es dos años menor que él. Se
casaron cuando ella tenía 16 años y Carlos 18. Él había huido de su casa, y
ella pidió autorización para casarse.
Esta pareja tiene tres hijos. El mayor es un muchacho con una leve deficiencia
física, que imposibilitaría su trabajo deseado para su futuro. Intervenciones
quirúrgicas y certificados no del todo ciertos, conseguidos mediante la
influencia de su padre, facilitaron que finalmente pudiera ingresar en su
deseada profesión. La segunda hija es una mujer que se dedica a lo mismo
que su padre, aspecto identificatorio del cual el padre está muy orgulloso y ha
colaborado con ella en muchos contratos y relaciones. Esta hija tiene un novio
muy descalificado por Carlos, ya que no reúne las condiciones sociales ni
económicas que él hubiera deseado para su hija. La tercera hija nace después
de casi 10 años, con respecto a los anteriores. Esta es una mujer que en el
futuro se dedicará a un trabajo similar a la madre.
Carlos se describe como un padre muy afectivo, muy generoso, aspecto que lo
demuestra en la compra de propiedades para sus hijos y también en hacer
diligencias para ellos. Era frecuente en las sesiones que su mujer y sus hijos lo
llamaban para que les hiciera trámites, o los llevara incluso a otras ciudades.

Historia familiar
Su padre no es español, hizo fortuna cuando era muy joven en su país de
origen, trataba siempre a sus hijos con una actitud de terrateniente y el trato a
sus empleados era con afecto, pero con mucha severidad y autoridad.
Su madre española se casa cuando este hombre quiere retirarse laboralmente
y vivir cómodamente en España. Los comentarios de la madre ante sus hijos
eran que admiraba y quería mucho a su marido a pesar de la gran diferencia
social. Ella pertenecía a una familia de abolengo.
En cuanto a los hermanos de Carlos, las tres primeras mujeres son ejecutivas
laborales, una de ellas vive fuera de España y viene dos o tres veces por año
para solucionar problemas legales. Después de estas tres hijas, casi 10 años
más tarde, nace Carlos. Esto le hace pensar que su nacimiento puede ser
similar a su hija menor. Que quizás no eran hijos buscados, pero si asumidos
posteriormente con cariño.
Durante su infancia, Carlos recuerda momentos muy gratos, con una frase
repetida por su padre: “las mujeres deben estudiar para no ser putas”, los
varones, éste daba por hecho que se dedicarían al mundo laboral del padre.
La situación cambia y se torna muy difícil cuando Carlos comienza a ser un
adolescente. No obedece las pautas, especialmente de su padre. Sale hasta
tarde, dispone de bastante dinero que recibe de sus padres, bebe mucho, tiene
varias novias a la vez, a veces no regresa a su casa. Usa uno de los coches sin
carnet de conducir, etc.
Carlos se describe como un típico joven de la época, de inicios de la
democracia española, comenta que su padre no le demuestra afecto por su
carácter rebelde y porque cree que es el preferido de la madre.
La relación con el padre empeora notoriamente. Carlos relata escenas de
franca violencia de éste con él. Látigos, ponerle la cabeza bajo el agua, golpes
en la cabeza. Él no se defiende, aunque podría hacerlo físicamente. Dice que
le temía mucho e imponía gran autoridad. Su recuerdo es que solo madre sale
en su defensa.
Esta situación dura casi un año, Carlos tiene casi 18 años. Un día en la comida,
el padre comienza a protestar y focalizar sus enfados con Carlos: vago, inepto,
tonto, falto de inteligencia etc. Éste entonces se levanta, y tira al suelo a su
padre, al caer, coge una silla, se la tira encima y comienza a darle patadas. El
padre no se puede levantar, las hermanas corren a sus habitaciones, la madre
se refugia en la cocina. Carlos se dirige al padre diciéndole: “Nunca más me
vas a volver a ver”. O tú o yo, y en eso elijo seguir con vida.
Se refugia en la casa de un profesor que le tiene mucho afecto, comienza
a trabajar en cualquier trabajo. Conoce a la que será su mujer y se casa. Muy
jóvenes se instalan en un apartamento que posee la familia materna. Allí va a
visitarlo con frecuencia su madre y alguna vez, alguna de sus hermanas. El
padre nunca asistió.
Cuando murió su padre, él se enteró por sus hermanas, pero no asistió al
entierro. Cuando murió su madre sí pudo juntarse con sus hermanas en la
iglesia y despedirse de ella.
Según el relato de Carlos, ya en el trabajo futuro le fue cada vez mejor por su
relación muy afable y cercana con los empleados. Esta relación con sus
trabajadores se mantiene en la actualidad, donde se comporta con ellos casi
como amigos en cuanto a viajes y hospedajes.
Me pregunto: ¿Era una manera de suplir una familia y hermanas que él había
abandonado o lo habían excluido hace mucho tiempo?
Carlos refiere NO tener amigos, excepto una secretaria, a la que después de
un tiempo tuvo que despedir por razones económicas.
La relación con sus hermanas ha sido siempre muy conflictiva, por temas de
herencia familiar por línea paterna. Mantienen intereses económicos en común,
pero con muchos problemas de litigios, juicios, y jamás llegan a un acuerdo.
Por lo que yo pude observar en el tratamiento que duró casi seis años, Carlos
con sus astucias impedía y bloqueaba cualquier entendimiento o solución que
llevara a la disolución de las empresas familiares, que es el deseo incesante de
todas las hermanas.

Primer tiempo
Carlos entra en la consulta, y se queda mirando unos libros de mi biblioteca.
Yo me siento, espero unos minutos en silencio, y le pregunto: ¿Qué miras? (Mi
pregunta va dirigida obviamente a más allá de los libros).
Carlos: Estoy mirando unos libros de arte que me gustaría tener, Chillida me
gusta mucho, aunque ha tenido una familia muy jodida y les cerraron el museo.
Yo me sonrío y le pregunto: ¿Y qué más miras Carlos? ¿A quién miras?
Guillermo: Bueno… no sé miro a la gente pasar, miro a los que hacen trampas
continuamente en este gobierno corrupto, miro que no puedo hacer nada con
ellos. A veces miro la vida como un espectador. Anoche fuimos a ver una
película con mi mujer y mi hijo, de acción, son las que me gusta
Guillermo: Mirar como espectador.
Carlos: Si, ¡soy un buen espectador y diagnosticador!
Guillermo: ¿Y qué diagnosticas?
Carlos: La locura de la gente.
Guillermo: El espectador no es el actor.
Carlos: Bueno… no seré actor de esta vida, pero yo les arreglo los problemas,
mira mi mujer, mi hijo, un verdadero chofer.
Guillermo: Chofer.
Carlos: Si no fuera por mí, no irían a ninguna parte.
Guillermo: Y tú que haces mientras tanto.
Carlos: Miro cómo la gente pasa y vive.
Guillermo: Quizás desde tu retiro, mirar ha pasado a ser lo que antes era
diferente por ser visto por tu trabajo tan activo.
Carlos: Es una situación de mierda, me han retirado.
Guillermo: Chofer, secretario.
Carlos: Si casi imprescindible.
Guillermo: Efectivamente ellos te necesitan mucho. ¿Quiénes prescindieron de
ti?
Carlos: Creo que nadie. En el banco han necesitado mi dinero, mis suegros sin
mi estarían en un geriátrico.
Guillermo: Para algunos somos imprescindibles.
Carlos: ¿Te refieres a mi familia? Yo dejé de existir para ellos, pero no me
importa en absoluto, no es el caso.
Pausa.
Carlos: Te voy a traer una foto de pequeño, allí estamos toda la familia, es
invierno y todos tenemos abrigos muy caros, pero yo parezco el hijo del chofer
de mi padre.
Guillermo: Bueno ahora eres chofer pero sin uniforme.
Nos reímos.
Segundo tiempo

Carlos me había comentado en una sesión de la fragilidad de mi puerta y su


cierre fácil de violentar. El hacía frecuentemente alusiones críticas a mi
consulta: cristales, calefacción, seguridad de la misma, etc. Algunas veces
pudimos trabajar sus propias fragilidades y temores a intrusión de personas,
clientes y sus hermanas. (era muy difícil trabajar solo sobre la proyección de
sus fantasías.)
En ese tiempo de cuestionamientos de la consulta, ocurrió algo muy
sorprendente: un día, a la hora de la sesión de Carlos, entro a la consulta, y
Carlos está instalado en el diván. Por supuesto que me sorprende mucho, pero
me doy cuenta, por mi reacción, que en una parte de mí, ¿esperaba esta
intrusión?
Me sonrío y le digo: ¿Qué tal? ¿Pasabas por aquí y dijiste subo a darle un
saludo a Guillermo?
Se sonríe y le digo que trate de pensar en lo que ha ocurrido.
Carlos: Es para que veas que no son fantasías mías, te puede ocurrir…
Guillermo: Ok, ya veo que me pueden ocurrir: más realista y práctico imposible.
Carlos: Te dije que cambies la cerradura, que no es segura, pueden entrar a
robarte.
Guillermo: ¿Robarme?
Carlos: Mejor prevenir. (Silencio mío largo)
Guillermo: ¿Robar?
Carlos: Yo te he contado, que hace un tiempo fui con mi secretaria al estudio
de abogado que defiende a mis hermanas, y saqué una serie de papeles. Fue
por defensa propia, este abogado es un ladrón.
Guillermo: El que roba a un ladrón tiene mil días de perdón, ¿y quién te
defiende a ti?
(Carlos ha cambiado tres veces de abogado porque, según él, son ineficaces.
Un tema que ha reiterado en las sesiones es que si bien él solo terminó
bachillerato, ha estudiado mucho sobre leyes. Esto es probable que sea asi
porque en muchas reuniones ha cuestionado a abogados y el termina
ganando)
Guillermo: De todas maneras, aunque con fallos hay una cerradura, un espacio
privado y tú pasas de él. ¡Gracias por la demostración! Pero no aceptas que
hay normas aunque imperfectas, y tu placer es transgredirlas continuamente.
Carlos: (Se sonríe) ¿No recuerdas las normas que teníamos que cumplir de
niños?, ¡hasta la tortura!
Guillermo: Si, claro que recuerdo tu sufrimiento, pero algo podemos hacer con
negociar las pautas que no son torturas y no crear tus propias leyes.
(Esto abre “nuevamente” el aspecto de su padre que castigaba a los hijos pero
especialmente a él, su sufrimiento pasivo, y sus planes de matarlo en el futuro.
Las fantasías parricidas son con veneno de uso en agricultura).
Carlos: Sin embargo nadie puede decir nada con respecto a mi familia, jamás
les he levantado la mano, ni un grito.
Guillermo: Bueno… a
tu familia no…, pero a tu padre era una manera de herirlo fuertemente.
Carlos: Si me he vengado con otras personas es por su ilegalidad. No soporto
la gente que no respeta a las leyes.
Guillermo: ¡Vaya si lo sé!... pero tú no esperas a un mediador que las haga
cumplir. Tú eres una ley superior y total. Robin Hood y el Zorro no son solo
cuentos infantiles… Tú encarnas y haces tu propia ley.
Fueron varias sesiones donde tratamos el tema de ser el la Ley y no someterse
a ella alegando fallas e injusticias. Sin hablar con este término, pero su
máscara de justiciero esconde a su temor a reconocer sus pérdidas, renuncias,
castraciones.
Creo que lo que ocurrió con su entrada intempestiva a mi consulta tuvo las
características de un acto, no un acting. Como lo diferencia Lacan: en
el acting hay una falla en el analista, y el paciente realiza este acting para
demostrarle su falla. En el acto hay algo predeterminado, y preparado. Aunque
en ambos hay un déficit simbólico.
Tercer tiempo
En el transcurso de la terapia, Carlos ha evolucionado bastante bien. Lo
percibo menos agresivo con los que él entiende como transgresores de la Ley,
puede pensar más. Esto favorece que haya aumentado su simbolización y
conectar su historia pasada con momentos de su historia presente. Yo no
podría hablar de un circuito completo analítico, entendido esto como una
renuncia de su omnipotencia infantil, y especialmente acercarse a sus fantasías
constitutivas y poder tomar otro lugar en sus relaciones sociales y poder
mostrar sus carencias y recibir ayuda.
Tuvo una intervención hepática y cardíaca, que favoreció que se acercara más
a sus fallas y subjetivar algo de ellas. (Desde lo Real, el cuerpo, hacia lo
Simbólico).
Construyó, él con obreros, una casa en el norte de España; la casa está
construida con la posibilidad de cuatro viviendas completas, con diferentes
entradas. Esto lo hizo pensando en sus hijos y él y su mujer. Me mostró fotos al
respecto. Solo tienen en común las entradas, un jardín posterior y un garaje a
compartir.
Lo que ocurre es que los hijos se reúnen poco para lo que él quisiera. Su hijo
varón se ha casado y han tenido una hija.
Entra y me comenta:
Carlos: No vendré la semana siguiente porque me voy al norte. Me llevo a mi
niña, estaré solo con ella unos días.
Guillermo: ¿Es la primera vez que vas con tu nieta de canguro?
Carlos: Es mi perra, tú la conoces, va atada en un arnés cumpliendo todas las
normas, en semejante jardín puede estar a su aire, aquí vive en un piso
aunque la sacamos a pasear en Madrid.
Guillermo: ¿Qué te gustaría hacer allí?
Carlos: Bueno… terminar de sembrar, es una lástima que vaya solo.
Guillermo: Solo pero con planes y la “nieta”.
Carlos: Desde que terminamos la casa, creo que hemos estado toda la familia
solamente unas navidades, el resto del año imposible juntarnos. Hace poco
tuvimos una fuerte discusión, ya que mi hijo quiere alquilar su parte para el
mes de verano y con ese dinero irse con su familia a otra parte de veraneo…
¿Para eso he construido una casa de familia? Finalmente será una casa de
alquiler.
Guillermo: Quizás no sea incompatible: familiar y alquiler.
Carlos: Es imposible. Yo no me veo con una familia de extranjeros que viva al
lado mío y compartiendo el patio.
Guillermo: Es doloroso cuando los hijos crecen y tienen sus propios planes,
¡pero también te he escuchado muy orgulloso de sus logros! Es cierto que la
ausencia de ellos muestra más la soledad y tus dificultades.
Carlos: Va mi mujer con amigas, yo no les hago ni caso, es otro mundo para
mí.
Guillermo: Otro mundo.
Carlos: A los muertos hay que enterrarlos, vamos siempre al cementerio de la
familia de mi mujer. Nunca se me ocurriría ir a ver a mí padres. ¿Qué será de
ellos?
Guillermo: No lo sé de tus padres… pero has encontrado otros
padres/suegros cuidados por ti hasta su final.
Carlos: La familia de mi mujer decía que era por interés y que les había sacado
dinero. Mi mujer sabe que no he tocado nada de la herencia de ellos.

CASO: CHARLES

El primero de los asesinatos fue cometido el 27 de julio de ese año. Tres


personas se dirigieron a casa de Gary Hinman, un músico de 34 años, al cual
pretendían cobrar una deuda, y tras discutir dos horas con él, uno de los tres
hombres perdió la calma y le asestó un golpe con la pistola, dejándole
inconsciente. Tras una llamada, Charles Manson, el líder de una comuna a la
que se denominó posteriormente “La Familia Manson” y a la que pertenecían
estos hombres, acudió al lugar acompañado de otro hombre. Tras interrogar
insistentemente a Gary con la finalidad de averiguar donde se escondía el
dinero y ante la resistencia de éste, Manson empuñó una espada que utilizó
para cortarle la oreja a la víctima. Posteriormente, Manson ordenó a su grupo
que averiguaran donde se encontraba el dinero y que trasladaran a Gary hasta
el rancho donde residía todo el grupo. Estuvieron toda la noche registrando la
casa pero no consiguieron acceder al dinero. Ante un nuevo intento de huída
por parte de la víctima, Bobby Beausoleil, uno de los hombres de Manson,
apuñaló a Hynman dos veces en el pecho dejando que se desangrara antes de
morir. Posteriormente borraron todas las huellas dactilares y uno de los
hombres, con un dedo empapado de la sangre de Gary Hinman, garabateó en
la pared “Politic Pig”(cerdo político) junto con la señal tosca de una garra de
gato, simbolizando a “los panteras negras” ( Black panthers). Cerraron todas
las puertas con llave y decidieron cubrir a Hinman. Cogieron el coche de
regreso al rancho Spahn, lugar de residencia del grupo de Manson, pero en el
camino pararon para tomar una taza de café y unos dulces. ¿Hay algo mejor
que una taza de café después haber trabajado toda la noche? El siguiente de
los asesinatos no tardaría en producirse. Así, tres semanas después, el 8 de
agosto, tres mujeres y un hombre pararon su coche frente al número 10050 de
Cielo Drive, en Hollywood. Era la residencia de la actriz Sharon Tate y el
director de cine Roman Polanski. Tex watson, el hombre del grupo, ya había
estado allí anteriormente y conocía la mansión. Tras cortar los cables de
teléfono que conectaban la mansión con el exterior, los cuatro saltaron la verja
de seguridad y entraron en la casa. Llevaban ropa de repuesto, varios cuchillos
y el revólver de la “familia” ( una Buntline Especial del 22). Cuando se
disponían a entrar en el interior de la casa, un coche salía en ese preciso
momento. Era un joven de 18 años. Tex, el hombre del grupo introdujo el
revolver por la ventanilla del coche y disparó cuatro veces al pecho de joven.
Tras romper una cristalera para entrar en el recinto y mientras Linda, una de las
chicas, vigilaba desde el exterior, los otros tres encontraron a Voytek
Frykowsky, un playboy de 32 años, amigo de la familia Polanski, durmiendo en
un sofá. Cuando despertó observó el revolver frente a su cara.Fue atado con
una toalla mientras iban explorando el resto de la casa. En ese momento se
encontraban también dentro de la casa Jay Sebring, famoso peluquero de
Hollywood de 35 años, Abigail Anne Folger, de 25 años y heredera de una gran
fortuna de los negocios del café, así como la propia Sharon Tate, por entonces
embarazada de ocho meses. Todos murieron apuñalados por Tex y con la
ayuda de las chicas de la “Familia Manson”. Frykowski fue encontrado con 51
puñaladas. Abigail Folger fue apuñalada varias veces tras cortarle el cuello. Jay
Sebring, el osado peluquero que suplicó por la vida de Sharon Tate, fue
apuñalado cuatro veces por Tex. Finalmente, Sharon Tate, todavía ilesa y sin
vigilancia intentó escapar. La respuesta de los asesinos fue inmediata. Mientras
las mujeres la sujetaban, Tex, el cabecilla del grupo, la apuñaló hasta morir.

La psicopatía en el siglo XXI: Apuntes para la reflexión También en esta


ocasión, y con la sangre de Saron Tate, Sadie,una de las chicas del grupo
dibujó en la pared la palabra “pig” (cerdo). Más tarde, Charles Manson y otros
miembros del grupo volvieron a la casa con la finalidad de limpiar cualquier
huella que pudieron dejar durante los forcejeos y volvieron al rancho Spahn
para dormir plácidamente. En esta ocasión, no esperaron mucho tiempo para
cometer un nuevo asesinato. Fue la noche siguiente, la del 9 de agosto cuando
asesinaron al matrimonio Labianca. Los Labianca eran unos ricos y prósperos
hombres de negocios. Por eso, también en esta ocasión, “la familia Manson”
pretendía obtener dinero. Cuando entraron en la casa encontraron al señor
Labianca en pijama. Tras pedirles dinero, la pareja Labianca accedió y el grupo
se marchó. Estos se sintieron aliviados pero por poco tiempo. Unos minutos
después, dos de las chicas entraron de nuevo en la casa, cogieron un cuchillo
de la cocina y un tenedor de trinchar y obligaron a la señora Labianca a
ponerse bocabajo en la cama, tapándole el rostro con una funda de almohada.
De nuevo Tex, fue el encargado de retirar al señor Labianca el pijama
asestándole cuatro puñaladas en el cuello. Tras un momento en que el cuchillo
permaneció en la herida olvidado, Tex lo volvió a apuñalar repetidas veces;
cubrió al señor Labianca con otra funda de almohada, hasta que éste murió
axfisiado y desangrado. La señora Labianca no corrió mejor suerte, pero en
esta ocasión son dos de las chicas las encargadas de asesinarla. Leslie sujetó
a la señora Labianca mientras Katie se encargaba de su apuñalamiento. El
ruido producido por el asesinato de ésta alertó a Tex, el cual haciendo gala de
nuevo de su crueldad y ensañamiento, le llegaron a asestar hasta 41
puñaladas entre ambos. Además, Tex grabó en el vientre del señor Labianca la
palabra “War” (guerra).Usando la sangre de la señora Labianca, alguien puso
en la pared “Death to pigs muerte a los cerdos) y algunas otras inscripciones.
La investigación policial y el juicio A pesar de que los asesinatos poseían
elementos comunes ( pintadas con sangre en la pared con las mismas
palabras, “cerdos”) la policía no encontró conexión entre los diferentes
asesinatos. Cada uno de los diferentes crímenes parecía carecer de un móvil
racional. Tras la detención de Bobby Beausoleil como presunto autor del
asesinato de Gary Hinman, el primero de los tres cometidos por la familia
Manson, la policía seguía sin poder establecer una conexión clara entre el resto
de los crímenes. Fue el hecho de que se cometiera el asesinato en la mansión
de Sharon Tate posteriormente a la detención de éste lo que alertó a la policía.
La custodia de Bobby indicaba que éste no había estado sólo en el asesinato
del músico. Bobby mantenía frecuentes relaciones con un extraño grupo de
hippies del rancho Spahn, propiedad de Charles Manson. Sin embargo, la
existencia de un superviviente en la mansión de Sharon Tate, el joven guarda
que vivía en una casa situada en la parte posterior del jardín, así como la
ausencia de Polanski de la mansión, y sobre todo, el contenido siniestro de sus
películas, con argumentos similares a los acontecidos en su casa, impedían
que la policía avanzase en la investigación. Una redada realizada en el rancho
Spahn para realizar una búsqueda de drogas y tarjetas de crédito robadas,
finalizó con la detención de 24 miembros de la familia Manson. La confesión
posterior de una de las detenidas a su compañera de celda sobre los
asesinatos puso a la policía en la pista de la relación de los tres crímenes. El
juicio de Manson comenzó el 15 de Julio de 1970 y tuvo una duración de nueve
meses y medio. Durante todo el jucio, Manson presentó un comportamiento
extravagante, escribiendo mensajes mecanografiados. “Me he inmunizado
contra vuestra sociedad” y repartiéndolos entre los asistentes. Un grupo de
fieles seguidoras intentaban boicotear el proceso judicial rapándose la cabeza y
cantando canciones para elogiar a su líder. Hubo una ocasión en que Manson
se levantó del banquillo y se abalanzó contra el juez amenazándole con
cortarle la cabeza. En la acusación participaron algunas de las chicas de su
gran “familia”, pero sobre todo, el tan temido y cruel Tex Watson confesó la
manipulación ejercida por Manson a la hora de empujarles a cometer crímenes.
Finalmente, Manson y tres de sus seguidoras, Atkins, Kremwinkel y Van
Houten fueron sentenciados a la pena de muerte. Sin embargo, nunca fueron
ejecutados con esta pena, ya que el 16 de febrero de 1972, California revocó la
pena de muerte. La Familia Manson y un grupo de seguidores formaron una
comuna en el rancho Spahn, propiedad de un octogenario, en pleno desierto
californiano. En ocasiones, al rancho Barker, situado en Panamint Valley
constituía una segunda residencia. La familia Manson era un grupo cambiante
y disperso, pero con un promedio de unos 30 o 35 acólitos. Tres cuartas partes
de ellos eran mujeres y niños. Aquellos que habían estado bajo la influencia de
Manson durante años y que eran sus más fieles seguidores , fueron los
encargados de cometer los atroces asesinatos. Charles Milles Manson, un
delincuente habitual, salió de prisión el 21 de marzo de 1967, a la edad de 32
años. Cuando regresó al mundo exterior, se encontró con una sociedad
cambiante, donde las consignas pregonadas eran la paz y el amor. Era la
época hippy de los años 60, y en california se vivió con especial intensidad.
Para Manson, esta era la sociedad ideal, donde los jóvenes desafiaban a la
autoridad, se ponía en duda el sistema, y sobre todo, había un elevado número
de jovencitas que se enfrentaban y abandonaban a sus familias. Manson
intentó adaptarse a esta contra cultura social y comenzó a mantener relaciones
sexuales con jovencitas de clase media, inmaduras y fácilmente vulnerables. El
sexo y las drogas, en concreto el LSD, fueron sus dos formas de acercarse a
este nuevo mundo de sensaciones que aparecía ante sus ojos. Se convirtió en
el principal administrador de LSD del grupo, aunque con la finalidad de
controlar la situación, siempre consumía una cantidad menor. De esta manera,
y con la reclusión de mujeres de clase media en un principio ( sólo una mujer
de la familia poseía antecedentes penales) Manson conformó una familia,
donde había 3 mujeres por cada hombre. Manson era el nuevo gurú, el
gobernante supremo del grupo y ahí comenzó su capacidad de influencia en
todos sus miembros, con el propósito de conseguir una total adhesión de éstos.
Mantuvo también contactos con un miembro del famoso grupo Beach Boys, ya
que intentó, de manera nula, conseguir éxito en la música. A mediados de
1968,la familia Manson estaba ya casi completa. Necesitaban otros medios de
transporte y comenzaron a vivir en chozas en Topanonga canyon, debido al
rápido crecimiento de nuevas incorporaciones a la comuna. Aquellos jóvenes
de clase media que se incorporaron inicialmente a la comuna comenzaban a
convertirse en jóvenes marginados, malnutridos y sus vidas comenzaban a ser
primitivas y casi salvajes. Los contenedores eran su principal fuente de
alimento. La infancia de Manson La infancia de Manson Charles Milles Manson
nació el 11 ó 12 de noviembre de 1934. Su madre fue incapaz de recordar la
fecha exacta. Su madre, una mujer con una personalidad dependiente e
inestable tuvo a Manson a la edad de 16 años. Su juventud impidió que pudiera
hacerse cargo de manera competente de su hijo. Además su esposo, los
abandonó antes de que Manson naciera.. Así, Manson, fue abandonado
sistemáticamente entre los diferentes familiares que conformaban la familia
extensa de la madre. Sus abuelos se hicieron cargo del niño mientras su madre
y su tío cometían robos en gasolineras etc. Finalmente, su madre fue detenida
y encarcelada. Manson permaneció con sus abuelos maternos hasta que
decidió irse a vivir con una tía. La madre de Manson, una vez en el exterior,
volvió a por su hijo. Juntos emprendieron una vida nómada juntos, rozando
siempre un estilo de vida criminal hasta que su madre encontró a un nuevo
hombre. Ante la indiferencia de su nueva pareja por el niño, la madre de
Manson lo abandonó de nuevo en un hogar para niños. De este modo, la vida
de Manson se convirtió en un ir y venir de reformatorios y hogares tutelados,
cometiendo numerosos delitos como el robo de coches y comida, quebrando
continuamente la libertad condicional e intentando sobrellevar el sadismo
dominante en este tipo de instituciones. Esto provocó un enfado crónico y un
resentimiento en la persona de Manson que no le abandonó nunca en su vida
adulta, convirtiéndose en un joven adulto resentido con la sociedad y dispuesto
a vengarse de todos los males que esta injusta sociedad le había hecho. A
partir de los 16 años, Manson pasó por numerosos reformatorios, hasta que fue
puesto en libertad y bajo la tutela de unos tíos. Posteriormente conoció a la que
iba a ser su primera mujer y con la que se casó en 1955. Aunque Manson hizo
verdaderos esfuerzos por llevar una vida ordenada en su matrimonio, la
influencia de una persona mayor que él y el robo de un vehículo para éste, le
condujo a su ocaso. Fue detenido y encarcelado durante cinco años. Más
tarde, tras cometer un delito al pasar con dos chicas por la frontera del estado y
por intentar pasar un cheque falso, fue nuevamente perseguido. Se escapó a
México, pero fue finalmente capturado. En esta ocasión , su condena duró 10
años en Terminal Island, donde permaneció hasta los 32 años, momento en
que inicia la formación de su nueva “familia” en el rancho Spahn.

En la actualidad, Manson y el resto de los asesinos cumplen condena en


diferentes cárceles californianas. El comportamiento en prisión de Manson ha
sido problemático durante estos años y en ocasiones ha sido aislado en celdas
de castigo.

La libertad condicional es impensable para él. Si embargo, para alguna de las


acusadas es posible de la libertad condicional próximamente.
CASO

El paciente es un joven de 23 años, soltero y que trabaja sin sueldo en la


granja familiar.

Motivo de consulta: Este paciente fue derivado al servicio de siquiatría debido a


su extrema lentitud e indecisión. Su condición había empeorado los últimos
cinco años. Durante este tiempo había estado atormentado con ideas de que
podría haber hecho algo malo sin pensar o que podría haber perjudicado a
otras personas. Sentía la necesidad de controlar su comportamiento para estar
seguro de que no había causado daño a nadie. La primera vez que notó este
problema fue cuando estaba estudiando en la universidad. Vivía allí y
permanentemente tenía el pensamiento, cuando lavaba la ropa, de que podría
haber mezclado la ropa suya con la de otros compañeros. También temía
haber usado dinero que le habían prestado o que le había sacado a otros
estudiantes, aunque en realidad nunca pedía prestado y siempre se aseguraba
de pagar todo lo que debía. Se sentía con la obligación de controlar
permanentemente si había cerrado la canilla o apagado la luz y los artefactos
eléctricos. De lo contrario pensaba que alguien podría verse afectado o que
podía causar algún daño. Al final pasaba tanto tiempo controlando las cosas
que tenía poco tiempo para estudiar y dejó la universidad sin aprobar nada. Al
año siguiente fue convocado al servicio militar donde se le dio tanto para hacer
que no tuvo oportunidad de controles. Al regresar a su casa la necesidad de
controlar todo volvió aún más fuerte que antes. Casi no podía conducir un auto
porque si pasaba personas o animales en la ruta, debía pararse para ver si no
estaban lastimadas. No podía salir a cazar con su padre porque después de
cada tiro se tenía que asegurar de que nadie a su derecha, izquierda o aún
detrás hubiera sido herido. Lo hacía aun sabiendo que esto no era posible. Su
capacidad de trabajo disminuyó porque tenía que pensar en cada tarea antes
de poder hacerla. Y debía controlar cada una; después de terminarla. Se lo
veía parado, inmóvil con ojos bajos, absorbido en sus pensamientos. Durante
las conversaciones comunes decía muy poco porque se trababa en el medio de
las oraciones, o en el medio de las palabras. Cuando decía algo debía
reconsiderarlo y controlarlo antes de continuar. Trató de sobreponerse a la
necesidad de controlar todo pero no lo logró. Gradualmente perdió la confianza
en sí mismo, se sintió sin ganas y fatigado, perdió toda iniciativa y pasaba
mucho tiempo descansando o durmiendo. No sentía la sensación de que
estaba siendo controlado o influenciado desde afuera, y nunca tuvo
alucinaciones. Antecedentes: El paciente nació y se crió en una granja. Le fue
bastante bien en la escuela y luego tuvo varios trabajos como granjero y realizó
estudios posteriores. Los dos años anteriores a la consulta, trabajó sin sueldo
en la granja de la familia. Cuando tenía 16 años su madre se suicidó en el
curso de un estado depresivo. Según el médico de la familia, ella sufría de
trastorno bipolar. En el momento de ocurrido el hecho el paciente no mostró
problemas aparentes en aceptar su muerte. Tiene un hermano y una hermana
que viven en la misma casa. Su padre se casó nuevamente y su esposa parece
ser bien aceptada por los hijos.

Datos actuales: El paciente parecía reservado y algo distante con


movimientos duros y desgarbados. Estaba vestido de manera simple y
correcta. Hablaba muy lento y respondía preguntas después de largas pausas.
Se lo veía un tanto deprimido y su autoestima era baja. La comunicación no
tenía colorido emocional, pero aparte de eso su conversación no parecía
perturbada. No se sospecharon síntomas psicóticos y no mostró formas de
llamar la atención ni trató de sacar partido de la entrevista. Al final de la
segunda entrevista tuvo cierta dificultad para retirarse y luchaba contra la
compulsión de verificar si no se estaba llevando algo que no le pertenecía.
CASO:

La paciente es una joven de 18 años, de clase media, soltera y con relación de


pareja estable desde hace 3 años. Está estudiando 2º de Bachillerato mientras
trabaja como dependienta en una tienda familiar de decoración. Vive en un
pueblo de tamaño mediano. Respecto a su familia es hija única. Sus padres
están casados, su madre es ama de casa y su padre es comercial. Acude
consulta derivada por su psiquiatra por problemas de ansiedad. Durante la
primera entrevista la paciente muestra un aspecto pulcro, aseado y saludable.
No presentas dificultades para explicar su problema, aunque aparenta
encontrarse en tensión durante su explicación. Acude acompañada de su
madre, quien se presta atenta durante toda la entrevista. La interacción entre
ambas es buena. Juan José Saval Manera 77 Cuenta que su madre tuvo un
embarazo normal y con su propio desarrollo evolutivo adecuado. Expone que
tiene una buena relación con su madre aunque la describe como “muy
maniática”. Actualmente mantiene una relación normal con su padre pero de
pequeña “le tenía miedo porque era muy estricto” y a quien “le gusta tenerlo
todo bajo control”. No presenta problemas psicológicos previos, pero su madre
tiene problemas de ansiedad. Su padre tiene problemas de epilepsia. Su
estado de salud es bueno. No presenta problemas de alimentación ni de sueño.
Verbaliza que tiene “alguna amiga que otra” y que su tiempo libre lo dedica a
estudiar, a escuchar música e Internet. Parece tener buenas habilidades
sociales. En el instituto y en el trabajo comenta que no tiene problemas con sus
compañeros/as pero hace un par años repitió 3º de la ESO porque “no hacía
los deberes”. Es consciente del problema y dice que esto le supone dificultades
porque “es un secreto para mis amigas, ninguna lo sabe” y “me gustaría
quitarme estas manías que tengo y así poder tener más amigos, porque no los
voy a poner ocultar siempre, pueden ir a más y me da vergüenza que la gente
se entere”. Actualmente lleva casi cuatro meses en tratamiento farmacológico
con el antidepresivo tricíclico clomipramina (Anafranil 1-0-1) del que no sufre
efectos secundarios. La medicación ha reducido la frecuencia de sus
obsesiones pero no las ha conseguido erradicar por completo. No ha recibido
previamente tratamiento psicológico. Motivo de consulta En la actualidad
presenta distintos rituales de comprobación que aparecen en su casa (piso y/o
chalet) y en el coche. El nivel de perturbación y ansiedad es elevada, pues las
comprobaciones son reiteradas y éstas implican actividades diarias y vitales
para la paciente. Dice que “tiene muchas manías”. Indica que si las puertas de
su casa o chalet están abiertas, las va cerrando. Según dice “le doy fuerte, a
veces incluso me hago daño”. Le ocurre lo mismo con las luces y grifos. Para
ello, realiza un recorrido donde comprueba que las luces, puertas y grifos están
apagados o bien cerrados. Desde hace unos meses comprueba varias veces si
lleva todo lo necesario en el bolso (móvil, monedero, llaves, etc.), también lo
hace cuando lo guarda en la taquilla de su trabajo y del instituto. Cuando era
pequeña, no recuerda a qué edad, recuerda estar en una casa sola y “que pasó
mucho miedo”. Desde que obtuvo el carnet de conducir hace unos seis meses
también realiza una serie de rituales en el coche, dice que “le doy vueltas para
confirmarlo”: cuando lo aparca comprueba que las ventanillas están subidas,
que están todas las puertas bien cerradas a pesar de tener cierre centralizado,
comprueba que las luces estén apagadas, el freno de mano echado y el
volante bloqueado. Además, cuando conduce piensa que “me pueden pasar
cosas” y que cuando ve animales o gatos “pienso que se me puede cruzar un
animal y me da mucha ansiedad, lo paso fatal” estas se pueden catalogar como
obsesiones de violencia física hacía sí u otro por parte de uno mismo
(Steketee, 1999). A pesar de esto no evita coger el coche. Estas verificaciones,
al igual que las anteriores, las suele realizar varias veces seguidas hasta que
se queda tranquila. A pesar de que nunca se ha quedado dormida tiene tres
despertadores en su habitación, les pide a sus padres que los comprueben
cada noche. También comenta que todos los días se ducha dos veces porque
“le gusta”. Hace 5 años aproximadamente se dejó una puerta de su casa y su
padre le “echó la bronca”. Desde entonces, no recuerda un momento de no
hacerlo. Describe a su padre como “superperfeccionista y muy estricto, de
pequeña se enfadaba muchísimo y constantemente me caían broncas”. Él
siempre dice que “la vida es una organización” pero ahora está todo bien. A su
madre la describe como “maníaca de la limpieza”. Hace tres años tuvo una
temporada de “mucha ansiedad” por los estudios, lloraba y le daba mucha
importancia de que todo saliera bien, ahora eso está controlado y ya no le
pasa.
CASO:

Antecedentes personales

A los ocho años acude a psicólogo infantil por ansiedad y alteraciones de


conducta tras un accidente de coche. Sin otro contacto con salud mental hasta
los veinte años, momento en el que acude a un psiquiatra que diagnostica
síndrome ansioso depresivo y onicofagia y trata con Sertralina. Acude a
tratamiento psicológico desde hace tres años, por sintomatología depresiva y
obsesiva, pero de forma inconstante, abandonando muchos profesionales que,
según refiere, "no me sacaban del agujero". A raíz de una operación de
rinoplastia realizada hace un ano, de resultado insatisfactorio, ingresó por
estado depresivo protagonizando durante el ingreso múltiples alteraciones
conductuales que incluyeron fugas, consumo de drogas y peleas con
profesionales y residentes. Al alta recibe el diagnostico de Trastorno Limite de
la Personalidad y trastorno obsesivo compulsivo y es derivada para atención en
hospital de día.

Antecedentes familiares

Padre con demencia por enfermedad vascular en etapas iniciales.

Madre diagnosticada de trastorno ansioso depresivo y consumo perjudicial de


alcohol.

Hermano mediano con posible Trastorno Bipolar.

Situación basal

Licenciada en económicas, con pareja desde hace ocho años, vive con sus
padres en el domicilio familiar. Ha tenido dos trabajos como consultora
inmobiliaria de pocos meses de duración, de los que fue despedida.
Actualmente está en paro.

Biografía

La paciente es la menor de tres hermanos, de 39 y 38 años de edad. Su padre,


jubilado en la actualidad, trabajaba como director de una promotora
inmobiliaria. Su madre regentaba una tienda de arte. La familia refiere un
desarrollo sin alteraciones. La madre comenta "fue una niña que llegó por
sorpresa, y tal vez nos pilló algo mayores, de pequeña se pasaba el tiempo con
la cocinera y con una chica que la cuidaba. Temo no haberle dado demasiado
cariño".
La familia es económicamente solvente y todos los hermanos estudian en
colegios privados de élite. RB era una niña inquieta, charlatana, con una
actividad motora excesiva y caprichosa; comenta al respecto: "siempre me
salía con la mía, nunca me negaron nada". Durante la etapa escolar no existen
alteraciones el rendimiento académico o la socialización, aunque se recuerda
constantemente castigada por ser bastante revoltosa. Durante la adolescencia
inicia consumo perjudicial de cannabis y alcohol, la relación con sus padres y
hermanos se vuelve conflictiva, protagonizando peleas y huidas de casa y
establece su primera relación de pareja seria, con un chico con el que está
cuatro años. "Al salir con el dejé de lado a mis amigas, yo solo hacía lo que él
hacía y lo que él quería, pero también le mangoneaba, nos peleábamos mucho.
Con el además empecé a consumir...". Inicia estudios universitarios de
económicas en una universidad privada, que completa con un rendimiento
adecuado pero a los que la paciente quita mérito "aprobaba todos los
exámenes copiando, con chuletas o con pinganillo". Inicia en los primero años
de universidad una relación con su actual pareja, con la que lleva casi nueve
años "Empezamos a salir porque era el mejor amigo de mi novio y al final ellos
se enfadaron por mi." En estos años, la relación sufre múltiples altibajos con
infidelidades, separaciones y peleas que en ocasiones llegan a la agresión
verbal y física. Tras terminar estudios universitarios empieza a trabajar en una
inmobiliaria por recomendación de un amigo de su padre, pero pierde el trabajo
a los pocos meses "creo que los compañeros influyeron en esto porque me
veían con demasiado entusiasmo, creo que creyeron que iba de trepa y al final
fueron a por mí.". En esa época comienza consumo de cocaína, alteraciones
ansioso depresivas y manifiesta síntomas disfóricos en relación con su cuerpo,
especialmente su nariz, consultando a multitud de profesionales para intentar
corregir el defecto. Consigue otro trabajo por recomendación pero lo pierde de
nuevo a los pocos meses sin saber precisar motivos. Recuerda una ocasión en
la que saliendo con sus compañeros de trabajo se emborracha y protagoniza
una pelea con un policía, pero no sabe hasta qué punto este episodio pudo
influir en su despido. Tras la operación estética de nariz, pagada por su novio y
a los que los padres se niegan, manifiesta intenso malestar con los resultados y
retoma tratamiento psicológico.

Enfermedad actual

Destaca un comportamiento multiimpulsivo, que se inicia durante la


adolescencia y se mantiene con carácter grave hasta el momento de la
evaluación. La paciente se muestra incapaz de controlar el consumo de tóxicos
(cocaína principalmente) y alcohol y, durante los episodios de intoxicación,
frecuentemente conduce en estado de embriaguez, tiene peleas, se va a casa
de personas desconocidas o desaparece durante varios días sin establecer
contacto con su familia. Refiere asimismo excesivos gastos y una conducta
sexual promiscua y de riesgo.

Hipereractiva emocionalmente, experimenta episodios de intensa disforia y


tristeza que alternan con momentos de euforia que duran horas o minutos. Con
las personas más cercanas muestra un comportamiento imprevisible y voluble,
con frecuentes episodios de ira en forma de agresiones verbales y físicas. Se
muestra especialmente dura con su madre, hacia la que alterna sentimientos
ambivalentes de compasión y desprecio. La relación con su pareja, altamente
conflictiva (infidelidad, amenazas, agresiones, insultos), le resulta poco
satisfactoria pero se siente incapaz de ponerle fin por miedo a sentirse perdida,
desvalida y "acabar mal". Lo describe bien como "un enfermo, un loco que va a
acabar conmigo" bien como "la única persona que está ahí siempre y que me
quiere". Tiene además relaciones inestables pero de alta intensidad emocional
con chicos con los que se ve a espaldas de su pareja. Mantiene amigas de la
infancia que sirven de apoyo con las que protagoniza frecuentes peleas y
reconciliaciones pero reconoce que frecuentemente se aprovecha de ellas para
conseguir que justifiquen o escondan los episodios de descontrol o infidelidad;
los sentimientos hacia ellas son igualmente variables. A pesar de las frecuentes
muestras de mal genio, puede mostrarse excesivamente influenciable y pasiva
"una amiga me propuso robar bolsos en el corte inglés y yo como vi que era
fácil y ella me lo decía lo hice...". Suspicaz con las personas desconocidas, se
siente diana de burlas referidas a su aspecto físico, llegando a afirmar que
escucha como las personas la insultan por la por la calle "me llaman fea y me
dicen que parezco un mono" Al hablar de sí misma muestra frecuentes auto
descalificaciones, se siente inmensamente inferior a sus hermanos "que son
tan perfectitos" e incapaz de asumir ninguna responsabilidad. No tiene una idea
clara de sí misma, de lo que puede ser y valer, ni siquiera de las cosas que le
gustan "Elegí la carrera porque me lo dijo mi padre, no veo a que me podría
dedicar, creo que no sé cómo soy como debería ser". Siente que si no tuviera
el apoyo estable de su pareja y padres se disolvería. Aunque se muestra en
ocasiones dura y mezquina con los miembros de su familia, llora
frecuentemente pensando en la posibilidad de que sus padres falten y pueda
quedarse sola. Manifiesta una preocupación excesiva e irracional por un
defecto físico menor (desviación nasal tras operación estética), acompañada de
conductas de comprobación (mirarse al espejo, sacarse fotos, preguntar) que
duran horas y suponen un malestar intenso y abandono de algunas
actividades. La paciente reconoce solo ocasionalmente que puede estar
magnificando la importancia de este defecto. Estas conductas de malestar
hacia el defecto y comprobación se hacen más frecuentes en las etapas de
mayor estabilización anímica y conductual, aparecen de forma episódica
permaneciendo días con distinta intensidad y remitiendo parcialmente de forma
espontánea.

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