V.
Padre, te encomendamos a los sacerdotes jóvenes, ayúdalos
y sostenlos, para que aprendan a ser verdaderos pastores. R.
V. Señor, aumenta en nuestros sacerdotes el amor a su comuni-
dad, su entrega generosa y su celo apostólico. R.
V. Padre, bendice a los sacerdotes cansados, maltratados, ca-
lumniados, incomprendidos, tristes, solos, olvidados, concé-
deles tu amor y tu gracia para te sirvan con alegría. R.
V. Señor, concédenos sacerdotes sabios y santos para que pue-
dan servir con sabiduría y amor a nuestras comunidades. R.
V. Padre, te pedimos más sacerdotes para las comunidades so-
las, para los pueblos y ciudades que los necesitan. R.
V. Señor, danos sacerdotes entregados, con un profundo amor a
la Eucaristía y a los demás sacramentos, con un verdadero
amor a la Santísima Virgen María. R.
V. Padre, concédenos sacerdotes que reflejen en sus palabras y
actitudes las virtudes de tu Hijo Jesucristo, Buen Pastor. R.
V. Señor, te pedimos sacerdotes con el don de la palabra, que
reconcilien a los pecadores contigo y que atraigan a los jóve-
nes hacia ti. R.
V. Padre, escucha nuestras plegarias, danos sacerdotes que te
bendigan de rodillas ante tu presencia sacramental. R.
V. Señor, por tu inmensa bondad concédenos sacerdotes que
evangelicen los medios de comunicación social, la cultura, la
política, la economía y la educación. R.
V. Padre, te pedimos nos concedas sacerdotes entregados total-
mente a tu servicio, apóstoles incansables, que estén dis-
puestos a darlo todo por ti. R.
Bendición cón el Santísimó
Se hace la bendición del modo acostumbrado.
Elaborado por la Comisión de Liturgia y Espiritualidad
de la Arquidiócesis Primada de México
Durango 90, 9o Piso, Col. Roma
COLEAM Con las debidas licencias
8 1
SEMANA EUCARÍSTICA
PARROQUIAL
“Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote”
Cantó
Gloria, Gloria, (2)
A Jesús el Señor, al Cordero de Dios,
al nombre sobre todo nombre(2).
Invócación inicial
De rodillas
V. Padre Nuestro, Ave María y Gloria (3 veces).
Oración
Todos la recitan.
Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento,
que quisiste perpetuarte entre nosotros
por medio de tus Sacerdotes,
haz que sus palabras y gestos sean los tuyos,
que su vida sea fiel reflejo de la tuya.
Que ellos sean los hombres hablen a los hombres de Dios
y que intercedan por ellos ante ti.
Que no tengan miedo a dar su vida por su esposa la Iglesia,
sirviéndola como ella quiere ser servida.
Que sean verdaderos testigos tuyos en nuestro tiempo,
caminando por las sendas que tú mismo caminaste
y que pasen por ellas haciendo el bien a todos.
Que sean celosos de su vocación y de su entrega,
fieles a sus compromisos, amantes de su propia identidad
y que vivan con alegría el don recibido.
Te lo pedimos por tu Madre Santa María:
Ella, que estuvo presente en tu vida,
esté por siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amén.
Alabanza a Diós Padre pór el dón del Sacerdóció
De Pie
V. Padre Santo, te agradecemos el don de la vida y de la fe que
nos has concedido.
R. Bendito seas por siempre Señor.
V. Padre Santo, te agradecemos tu infinito amor al enviamos a tu
Hijo Jesucristo, que se hizo hombre como nosotros, murió y
resucitó para salvamos. R.
V. Padre Santo, gracias porque por medio de tu Hijo instituiste la
Santa Eucaristía y el Sagrado Mandamiento del Amor. R.
V. Padre Santo, gracias por entregamos en tu Hijo Jesucristo Su-
mo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Orden del Sacerdocio. R.
V. Gracias Padre porque al enviar a tus sacerdotes, sigues en-
viando a tu Hijo, y te aseguras que den un fruto abundante
que permanezca. R.
V. Gracias Jesús, por haber instituido la Iglesia, fundada en las
columnas de los apóstoles. R.
V. Gracias Jesús, por ofrecer el Don del Sacerdocio a los hom-
bres, para perpetuar tu amor al pueblo de Dios. R.
V. Gracias Jesús, porque has llamado a los que tú has querido
para que sean sacerdotes y los has convertido en «Otros Cris-
tos». R.
V. Gracias Jesús, porque cada sacerdote hace presente a Cristo,
Buen Pastor, y participa de tu ser sacerdotal. R.
V. Gracias Jesús, porque tus sacerdotes prolongan tu salvación
con la predicación del Evangelio, con la celebración de los
sacramentos y con sus actitudes de bondad y servicio. R.
2 7
Segunda Lectura
De la primera carta del apóstol san Pedro
2,1-10.
Sean santos en su comportamiento, como es santo el que los
ha llamado, pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy Santo».
Ustedes mismos como piedras vivas van construyendo un templo
espiritual dedicado a un sacerdocio consagrado, para ofrecer por
medio de Jesucristo, sacrificios espirituales agradables a Dios.
Ustedes, en cambio, son descendencia elegida, reino de sa-
cerdotes y nación santa, pueblo adquirido en posesión para anun-
ciar las grandezas del que los llamó de la oscuridad a su luz admi-
rable. Sean compasivos, fraternales, misericordiosos y humildes; no
devuelvan mal por mal, ni injuria por injuria; al contrario, bendigan,
ya que han sido llamados a heredar la bendición.
Dichosos si tienen que padecer por hacer lo que Dios quiere.
Apacienten el rebaño que Dios les has confiado, no a la fuerza sino
con gusto, como Dios quiere; y no por los beneficios que pueda
traerles, sino con ánimo generoso; no como déspotas con quienes
les han sido confiados, sino como modelos del rebaño.
Así cuando aparezca el supremo Pastor, recibirán la corona de
la gloria que no se marchita.
Palabra de Dios.
Momento de meditación personal en silencio.
Oración pór el bienestar de lós Sacerdótes
De pie
V. Señor, concédele la salud y la fortaleza al Santo Padre el Pa-
pa Francisco. R.
R. Te lo pedimos, Señor.
V. Padre, derrama tus gracias y bendiciones sobre nuestro
Arzbispo Carlos Aguiar y sus obispos auxiliares. R.
V. Señor, concédeles la salud a todos los sacerdotes enfermos y
ancianos. R.
V. Libra Señor a tus sacerdotes de vivir su vocación con el cora- V. Gracias Espíritu Santo, por consagrar con tu poder a los sacer-
zón dividido. Que ni las riquezas ni el apego a personas y dotes el día de la ordenación, y preservarlos en el mundo. R.
lugares les impida vivir una entrega generosa y sin límites. R. V. Gracias Espíritu Santo, porque siempre estás en comunión con
V. Concede a tu hijos sacerdotes la audacia de optar por los po- el sacerdote cuando celebra la liturgia, y preside todos los
bres y necesitados, que no haya enfermos olvidados por pas- sacramentos. R.
tores, familias en crisis desatendidas, jóvenes sin la orienta- V. Gracias Espíritu Santo, porque con tu gracia el sacerdote pue-
ción y la presencia esperanzadora del sacerdote. R. de guiar a la comunidad cristiana que se le ha encomendado.
V. Que sean nuestros sacerdotes motivo de unión en la comunidad. R.
Que vivan la comprensión y el diálogo al construir el Reino. R. V. Gracias Espíritu Santo, porque ayudas y sostienes al sacerdo-
V. Padre, inspira a tus sacerdotes con la luz de tu Espíritu Santo, te en su conversión diaria, para que pueda servir mejor a sus
para que prediquen el tesoro de la Palabra de Dios y evitando hermanos. R.
todo subjetivismo prediquen las verdades que nos conducen V. Gracias Espíritu Santo, porque impulsas a los sacerdotes a
a la salvación plena. R. vivir el mandamiento del amor todos los días R.
V. Dios de bondad, te pedimos sacerdotes creativos para llevar Cantó
el evangelio a los diferentes ambientes sociales. No permitas El Señor es mi pastor, la vida ha dado por mi,
en tus elegidos la pereza y el desánimo, por eso insistente- yo su voz he de escuchar y suyo siempre seré.
mente te pedimos. R.
1. Yo soy el Buen Pastor: doy la vida a mis ovejas;
Cantó por su nombre yo las llamo y con gran amor me siguen.
1. Hazme un instrumento de tu paz:
donde haya odio, lleve yo tu amor; 2. Yo no soy el mercenario que abandona a sus ovejas
donde haya injuria, tu perdón, Señor; cuando ve venir al lobo que las mata y las dispersa.
donde haya duda, fe en Ti. 3. Yo conozco mis ovejas y ellas también me conocen,
Maestro: ayúdame a nunca buscar como el Padre me conoce, y también conozco al Padre.
querer ser consolado como consolar. Lectura
ser entendido como entender, Sentados
ser amado como yo amar. De la carta a los hebreos
2. Hazme un instrumento de tu paz: Hb 5,1-7
que lleve tu esperanza por doquier; Todo sumo sacerdote, en efecto, es tomado de entre los
donde haya oscuridad lleve tu luz; hombres y puesto al servicio de Dios a favor de los hombres, a fin
donde haya pena, tu gozo Señor. de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Está en grado de ser
3. Hazme un Instrumento de tu paz; compasivo con los ignorantes y los extraviados, ya que él también
es perdonando, que nos das perdón; está lleno de flaquezas, y a causa de ellas debe ofrecer sacrificios
es dando a todos, como Tú nos das, por los pecados propios, a la vez que los del pueblo.
muriendo es que volvemos a nacer.
6 3
 Nadie puede recibir esta dignidad, sino aquel a quien Dios
llama, como ocurrió en el caso de Aarón. Así también Cristo no se
apropió la gloria de ser sumo sacerdote, sino que se la confirió Dios
quien le dijo: «Tú eres mi Hijo yo te he engendrado hoy».
O como dice también en otro lugar: «Tú eres sacerdote para
siempre a la manera de Melquisedec».
El mismo Cristo, que en los días de su vida mortal presentó
oraciones y súplicas con grandes gritos y lágrimas al que podía sal-
varlo de la muerte, fue escuchado en atención a su actitud reveren-
te; y precisamente porque era Hijo, aprendió sufriendo a obedecer.
Llegado a la perfección se convirtió en causa de salvación eterna
para todos los que le obedecen, y ha sido proclamado por Dios Su-
mo Sacerdote a la manera de Melquisedec.
Palabra de Dios.
Momento de meditación personal en silencio.
Cantó
Deja tu patria, deja tu casa y ven tras de Mí,
Sigue mis huellas, contigo estoy.
Toma tu alforja, toma el callado y ven tras de Mi
Ven a la tierra, que te mostraré.
Te digo ven, ven tras la luz;
toma tu cruz y sígueme.
Te digo ven, no temas ya,
pondrás tu pie, sobre la mar.
Toma tu pueblo, por el desierto te llevaré,
por mar adentro, contigo estoy.
Deja tu patria, deja tu casa y ven tras de Mí,
sigue mis huellas, contigo estoy.
Oración de intercesión pór lós Sacerdótes
De pie
V. Pedimos al Señor preserve a sus Sacerdotes del mal.
V. Padre amoroso, tú que conoces nuestra condición humana,
apiádate de tus hijos sacerdotes y perdónales sus faltas.
4 5
R. Padre, santifica a tus sacerdotes.
V. Padre bueno, fortalece a tus sacerdotes para que celebren tus
sacramentos con fe profunda, y para que se sientan compro-
metidos a vivir la Palabra que predican. R.
V. Señor, concede a tus sacerdotes vivir la alegría de la entrega,
anteponiendo a sus gustos personales las necesidades de la
comunidad a la que sirven. Dales a ellos, que un día se con-
sagraron a Ti, la alegría de la renuncia diaria. R.
V. Padre infinitamente bueno, protege a tus elegidos de la rutina
en el ejercicio de su ministerio, da gracias especiales a quie-
nes sufren problemas físicos o morales y muéstrales la alegría
de compartir tan de cerca los padecimientos de Cruz. R.
V. Dios de misericordia, renueva cada día en tus sacerdotes
amor a tu presencia real en la Eucaristía, que ungidos por Es-
píritu Santo, no irradien otra cosa que tu presencia en todas
las realidades del mundo. R.
V. Dios de amor, Que sean tus sacerdotes ejemplo de obedien-
cia y diálogo con nuestro obispo, que fomenten la vida ecle-
sial en todos sus niveles, que nos enseñen a amar al Papa,
sucesor de Pedro y nos muestren con claridad sus enseñan-
zas que actualizan la Palabra de Dios. R.
V. Señor, que nuestros sacerdotes imiten a Cristo casto, pobre y
obediente. No permitas que abandonen la riqueza de la ora-
ción y se entreguen a negocios y actividades ajenas a su vo-
cación. R.
V. Padre Eterno que amas a tus hijos infinitamente, te pedimos
sacerdotes enamorados de María, Madre de la Iglesia, que se
nutran de este tierno amor y la propongan a ella como inter-
cesora de las gracias de Cristo, en sus advocaciones. R.
V. Señor, no permitas que tus sacerdotes se aíslen y se cierren a
la dirección espiritual. Queremos sacerdotes comprometidos
con su formación permanente, en contacto amistoso y frater-
nal con sus compañeros de presbiterio. R.