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Jorge Seboride nacién: a partir del siglo XIV se produjeron una serie de cambios ~ccondmicos, que establecieron espacios més am- plios para el desarrollo de su actividad; politicos, que con- formaron un poder cencralizado en ese espacio ampliado— que condujeron progresivamente a la convergencia de la idea del Estado’ como poder centralizado, con la vincula- cidn a un lugar y & una comunidad de origen. El resultado fue la coincidencia de la realidad politica estatal con Ia rea- lidad “natural” constituida por Ia nacién que se esté cons- truyendo. Es decit, se consolidarin los primeros Estados- raciones, Ambitos en los que la conciencia de pertenecer a Ja misma comunidad se ird potenciando para fortalecer los Janos ene los integrantes de una “nacién”, entendida como el sustrato humano de un Estado. Esta conformacién de las Estados-naciones se hizo a ex- pensas de otras naciones posibles, como judios y borgofiones, ‘moriscos y alsacianos, Los grandes Estados homogeneizaron la poblacién y las minorias fueron presionadas hasta conseguir su integracién dentro de la comunidad nacional. La continui- dad de estas minorias explica la existencia de estos nacionalis- ‘mos no oficiales, que en algunos casos van a llegar més tarde a inrumpir con fuerza en el Ambito del Estado-nacién triunfan- te. El conocido caso de los vascos dentro del Estado espafiol constiuye un ejemplo conocido y conflictve. En resumen: en un largo periodo histérico que se pro- longa desde el siglo XVII hasta la actualidad, los Estados, Primero en Europa, més tarde en todo el mundo, han ido propiciando una imagen histérica homogénea del pasado de la:nacién, han inventado un pasado nacional oficial cx- paz de fundamentar la existencia de naciones entendidas como grupos humanos de pasados histéricos comunes y definidos por caracterfsticas éenico-culturales propias que los distinguen de otros grupos vecines. 82 Los regimenes politicos Las instituciones pueden ser estudiadas desde dos pers- pectivas: 1) constituyen la estructura organizativa del po- der politico, seleccionando la clase dirigente y asignando su papel a los diversos individuos comprometidos en la lu- cha politica: son un conjunto de normas y procedimien- tos que garantizan la repeticién de determinados compot- tamientos y hacen posible el desempefio ordenado de la lucha por el poder y el ejercicio del mismo, E] nexo entre la estructura del eégimen y los valores adoptados por el mismo es estrecho, en el sentido de que la Los regimenes politicos fueron ya objeto de una clasif cacién por parte del filésofo | la cual fue 83° Jorge Sabordo - utilizada hasta una época relativamente reciente. EI distin- gufa la monarquia gobierno de uno solo-, la aristocracia gobierno de pocos~ y la democracia gobierno de todos~: ‘A-cada una de estas formas “puras” correspondfa una forma “corrupta’: Ia titania, la oligarqula y la demagogia. La dife- rencia entre las formas “puras’ y las “cortupras” residia en que en las primeras el gobierno es administrado en interés general, y en las corruptas en interés de quienes detentan el poder. El criterio sobre el que se fundaba esta distincién cera el mtimero de los gobernantes y es claramente inadecua- do, en tanto no toma en cuenta el hecho de que el gobierno es siempre ejercido por pocos. Nicolis|Maguiavela, por su parte, reduce los regimenes politicos dos: monarquia y repiblica, incluyendo en este iltimo las repiiblicas aristo- criticas y Jas republicas democriticas. La diferencia esen- cial radica entonces entre el gobierno de uno solo y el go- bietno de una asamblea, un cuerpo colectivo. Montesquiew' planted, a su vez, en el siglo XVIII una clasficacién diferente, agregando a la monarqufa y a la re- piblica el despotismo, definido como ei gobiernc de uno solo “pero sin leyes ni frends’. La idea de clasificar los regimenes politicos a partir de los aspectos formales de sus instituciones fue progresiva- mente reemplazada por una aproximacién de caricter s0- ciolégico. La misma consiste en individualizar los caracte- res esenciales de los regimenes politicos a partir ce las di- ‘versas formas que adopta la lucha por el poder. ‘Las dos principales aportaciones provienen del mates ialismolhistricoly de las concepciones que destacan el papel auténomo del Estado, Por una parte, el materialismo histérico establece una relacién estrecha entre el modo de produccién y la organi- zacién politica; la misma es de condicionamiento reciproco. 84 Sociedad, Eade, Naibn ta apreximacinconcepoual Entonces, a lo largo de la historia se han sucedido diferen- tes modos de produccién'* modo de produccién asitico, cesclavitud, feudalismo- a los que les corresponderian dife- rentes tipos de organizacién politica -impetios despoticos orientales, democracia griega pero excluyendo a la masa de esclavos, monarquias feudales En esta linea de argumentacién, el desarrollo del capi- talismo, que implica el surgimiento del trabajador libre como figura social dominante, hace posible la irrupcién de la democracia representativa; este régimen no puede existir sin condiciones sociales que faciliten la participacidn poli- tica. Podsfamos resumic la cuestién afirmando que la de- ‘mocracia representativa nacié cuando primero la burguesia y luego todo el pueblo tomaron conciencia de ser los prota- {onistas del desarrollo econémico y pretendieron influir en i participando en el control del poder. Sin embargo, el estudio del modo de produccién ino agota el conjunto de factores que ejercen influencia sobre el funcionamiento de los regimenes politicos. La fsonomia que adquieren éstos depende, entre otros factores, de los rasgos del sistema de Estados, ambito en el que se mani- fiesta el cardcter relativamente auténomo de la vida politica respecro de las estruccuras econémicas y sociales. Por ejem- plo, los tebticos de la “razén de Estado” explican la diferen- te evolucién de las escructuras estatales vinculindolas con cl papel desempetiado por el Estado en cl sistema politico internacional. Asi, el florecimiento de ls lbertades politicas y ef auzogobierno local en Gran Bretafa y Estados Unidos 14, Se define como modo de prducién a la elation exiscente entre un detezminado desirollo de las fuerzas producivas ls relaciones de produce idm em las que entran los sujetos que partcipan en los process produces 85 Jorge Seborido ‘Asimismo, la configuracién del régimen politico se vineula con las caracterlsticas del sistema de partidos; se ha afirmado que el accionar de éstos, otientado hacia el ‘mantenimiento de su poder, puede llegar a tener més im- portancia. que Ja férmula juridico-constitucional con la que son definidos. Para sintetizar, la posibilidad de establecer una tipologt de los regimenes politicos puede fundarse en las vincula- ciones establecidas por el materialismo histérico entre el modo de produccién y las estructuras politics, balancean- do esta tendencia al determinismo con la concepcién de la relaciva autonomia de! poder politico 86 democriticos, sefalando que el gobierno toma sus decisiones de acuerdo con los deseos y la aprobacién del pueblo, express da de alguna forma particular: Sin embargo, en algunos casos el sustantivo aparece acompariado de adjetivos ~dersoeraia real democracia formal, democracia socialisa, etc~ que dan lugar a pensar on la existencia de respuestas muy diferentes frente a la pregunta: qué er la democracia? ‘Seguidamence, tras avanzar en una definicién de de- mocracia, pasaremos revista al origen y evolucién histérica del concepto, destacando algunas caracteristicas de su de- bate actual Jorge Saborido (BROPOHIGA No obstante, pueden extraerse dos ideas que se vinculan con ella: a. la soberanta del pueble; b. la igual- dad. Las mismas llevan a la distincién entre gobierno de! pueblo respecto del gobierno para el pueblo. La discusién respecto de qué sentido se le atribuye a estas dos expresio- nes se realizara seguidamente, vinculada con la evolucién histérica del significado del concepto democracia. a. Democracia y soberanfa del pueblo Este régimen se caracterizaba por ser Spanticipativa’, es decir por permitir la participacién real del ciudadano en las decisiones colectivas. Los principios fundamencales so- La ciudades griegas eran comunidades pequefias, lo que facilitaba la intervencién de los ciudadanos en la vida pa- blica. Atenas, para citar el ejemplo més conocido, tenia menos de 400,000 habitantes, de los cuales la mitad eran esclavos, los que por definicién no participaban de la vida politica; ademas, campoco tenfan estaturo de ciudadanos las mujeres y los extranjeros. La organizacién del poder en la democracia ha sido descrita por Aristételes: 88 Sociedad, Eade, Navin: ona aprosimaciin conceptual El fandamento del régimen democritico es a libertad (en efec- to, suele decirse que sélo en este régimen se participa dela liber- tad, pues éste es, segin afirman,el fina que tiende toda demo- cracia). Una caracteristica de la libertad ese ser gobernado y {gobernar por turn y, en efecto lajusticia democritica consste ‘en que todos tienen igual valor, no setin los merecimientos: y siendo esto lo justo, forzosamente tiene que ser soberana la mu- chedumbre, ylo que apruebe la mayoria, eso tiene que ser lo justo. Todos ls ciudadanos deben tenero mismo, de forma que cenllas democracias resulta que los pobres tienen mis poder que los icos, puesto que son mis nummerosos y lo que prevalece esa opinién de la mayorfa, Esta es, pues, una caracterstica de la libertad, que todos los partidarios de la democracia consideran ‘como un rasgo esencial de este régimen. Otraes vivir como se ‘quiere, pues dicen que esto es resultado de la libertad, puesto {que lo propio del escavo es vivir como no quiere. Este es el segundo rao esencal dela democracia,yde aqui vino aides de rnoser gobernado, y sino, por urno. (Aristételes, Politica, Madrid, Centro de Estudios Constitu- cionales, 1983.) La democracia no era un régimen que satisfacta a los filésofos griegos. Platén (428-347 a.C.) la rechaz6, de- fendiendo en cambio una estructura jerérquica, donde el gobierno estuviera en manos de los sabios. También Aristételes la vio como mal menor, sin mostrar mayor en- control de los asuntos puiblicos deberia estar en manos de 89 Jorge Saboride una minorfa calificada, con habilidad, saber y experiencia para decidir lo mas conveniente para todos. La aristocra- cia era su régimen, pero como todos los regimenes “pu- ros" se corrompfan, la democracia pasaba a ser “el mas, soportable de los malos gobiernos" tedrico de la soberania popular, Juan Jacobo daba de las posibilidades de la democracia: No hay gobierno que esté tan sujeto a las guerra civiles ya las agitacionesintestinas como el democritico o popular, acausa de que no hay ampoco ninguno que propenda tan continuamentea cambiar de forma nique exja més vgilan se. Bajo este regimen, el ciudadano debe armarse de fuerza y de constancia y repetic todos los dias, ene fondo de su corazdin lo «que deciael virtuoso Palatino en la dieta de Polonia: “prfiero la libertad con peligro a la escavitud con sosiego”, Si hubiera un valor parasostner- pueblo de dioses esearia gobernado demacriticamence, Un go- bierno tan perfecto no conviene a loshombres. (Rousseau, J.J, Det Contrato Social Madrid, Alianza, 1991.) un famoso discurso pronunciado en febrero de 1794, Maximiliano Robespierre (1758-1794), lider de la fraccién. 90 Sociedad Estado, Necbn: wna aprosimaciin conceptual jacobina,"> detallé lo que podia brindar un Estado “de- La etapa de gobierno jacobino ~asociada al Terror— ge- neré inicialmente un profundo rechazo entre la clectualidad europea: las concepciones liberales en as- ‘eenso tomaron inicialmente distancia respecto de las posi 15, Los jacobinos constituyeron ol sector mas tadicalizado de ls revlu- conaiosfrancees, jerciendo el poder durante algo mis de un alo, entee 1793 y 1794. Debido a las dificultades incernas~revuetas earmpesinasy de grupos que alzaban banderas federalists frence al gobierno de Paris- y externas -amenaza de invasibn exranjers~ que experimentaba lt evel cin, apearon al Teeor como méodo de contol y de defensa dela revolu- iin, Una ver estabilizada In situaién, en un clima de conteolditaoral, tuna coalicién de oposivres los derrocé viclentamente, mandando a la gullocina a Robespierre y alos principales disigentesjacobines. 16, Cit, por F. Chatelee y otts: Fieri de! pensaicnte police, Madi, “Teenos, 1992, p. 98. a1 Jorge Saborido Para dl, la libertad de los modernos, que es la que de- fiende, es la libertad individual respecto del Estado, de la ‘que son manifestacién concreta las libertades civiles y la libertad politica, aunque no necesariamente extendida a todos los ciudadanos. La libertad de los antiguos implicaba en cambio, como vimos, la participacién directa de los ciuda- danos en la formacién de las leyes a través de una democra- ia asamblearia. Por Jo tanto, durante varias décadas la vision que se tenfa de la democracia, rechazada como simbolo de anarquia, era la democracia directa o partcipativa De alli que la cozriente principal del liberalismo en la prime- ta mitad del siglo XIX ~representada, ademés de Constant, por Alexis de Tocqueville (1805-1859) y John Stuart Mill (1806-1873)~ recelara de la democracia como forma de gobierno, Sin embargo, progresivamente fue ganando fuer- 1a la idea de que se podia establecer una relacién entre el Estado liberal, entendido como la autoridad que recono- ce y garantiza derechos como el de la libertad de pensa- miento, de religin, de imprenta, de reunidn, con la de- mocracia patlamentaria 0 representativa, donde la tarea de hacer las leyes no concierne a todo el pueblo reunido en asamblea, sino a un cuerpo restringido de representan- tes elegidos por aquellos citudadanos a quienes se les reco- nozcan los derechos politicos. A partir de ese nuevo escenario, la linea de desarro- Io de la democracia en los regimenes representativos se orienté en una direccién muy clara: la gradual amplia- cién del derecho de voro que, restringido en un princi- pio a una exigua parte de los ciudadanos, con criterios basados en la renta, la cultura y el sexo, se ha ido exten- diendo de manera progresiva hasta abarcar, al promediar el siglo XX, a todos los ciudadanos de ambos sexos que ha- yan alcanzado un cierto limite de edad (suffagio universal) 92 Sociedad, Einado, Navin: wna aprosimacisn conceptual En pocas palabras, a lo largo de un proceso prolongado, aque llega hasta nuestros dis, la democratizacién ha con- sistido en una transformacién més cuantitativa que cuali- tativa del régimen representativo. b. Democracia ¢ igualdad Hasta aqui se ha hablado de la democracia en el sen- «ido de la creacién de un conjunto de reglas destinadas a que el poder politico sea distribuido de manera efectiva entre la mayor parte de los ciudadanos. La otra San de un ideal crucial es la de democracia como expr de igualdad. El anilisis del concepto de igualdad aplica- do a los integrantes de una sociedad es de hecho enor- memente complejo, por lo que nos limitaremos sélo a algunos de sus aspectos. En principio, podemos referimnos a dos temas vincula- dos con la idea de igualdad en el dmbito social: 1) da igual dad frente a la ley; 2) la igualdad de derechos. BI principio de la igualdad ance la ley se explica histéricamente a partir de la necesidad de abolir todo tipo de discriminaciones provenientes de las sociedades basadas en el privilegio. La Constitu- cién francesa de 1791, promulgada en pleno pe- iodo revolucionario, cerraba su Preambulo con esta frase: “...ya no hay en ninguna parte de la nacién, ni para el individuo, algin privilegio 0 excepeién al derecho comtin de todos los france- ses”. Se expresaba entonces en el derecho a una jurisdiccién comiin y al acceso a los principales ‘cargos civiles y militares independientemente del 93 Jorge Seborido Sociedad, Eade, Nec: wna aprosimactin conceptual origen del individuo.” De esta manera, sc afirma- ba la idea de que los sujetos originarios de la socie- dad son los individuos en tanto tales. En cuanto a la igualdad de derechos, se refire al | disfrute equitativo por parte de los ciudadanos de algunos derechos “fundamentales’ que estin garan- tizados por medio de una disposicién constitucio- nal, La cuestidn se presenta a la hora de determina cules son esos derechos, que pueden ser extrema- ! damente variados: igual satisfaccién de las necesi- dades fundamentales, igualdad de oportunidades | redistribucién del acceso a las distintas posiciones } de la sociedad-, nivelacin de la riqueza, etc ‘Alejados de ests posiciones estén quienes, como John (. 1921), sostienen que una sociedad “bien orde- nada’ es aquella que comparte un ideal de justicia que se por lo que sintetizaremos los diferentes posicionamientos. Por una parte, autores como el estadounidense Robert (1938-2002) han fundamentado argumentaciones 18, Norick, R.: Anarguia, Estado y Uopia, Mésico, Fondo de Cultura 17 En las sociedades organiadas partir dl prvilepo, ls beneicaros de Econémica, 1988. tos no pagaban determinados impuesos, eran los inicos que podian 19, Rawls, J Tord del uci, México, Fondo de Cultura Eeonémics, acceder a los rangos mis altos de a jerarqula military burocritca, ete 1979, 4 95 Por lo tanto, si bien desde la antigtiedad han existido grupos que, siguiendo a un jefe, luchaban por la obtencién del poder es lo 2 fNEFROEAATSIGIORDC cone acceso al roder de la cn algunos paises de Europa Pe lg occidental y Estados Unidos, que puede hablarse de la apa- ricién de partides politicos en el sentido moderno. A lo lar 7 rl Longe Saborido La mis seria critica que se ha realizado a los partidos politicos es que la complejidad de sus estructuras organizativas conduce al desarrollo de tendencias oligirquicas, en tanto se produce una estabilizacién del liderazgo, ejercido por politi- cos profesionales que extin en condiciones de manipular la demanda politica de los integrantes en funcién de sus inte- reses, orientados a la perpetuacién en el poder. Esta eftica, expresada bajo la forma de una “ley” (la ley cde Michels), ha sido a su ver cuestionada, porque el estu- dio de las especificas circunstancias hist6ricas muestra que se trata de un fenémeno que a veces se verifica de manera clara pero en otros casos no se manifiesta directamente. Es razonable sostener como hipétesis que la existencia 20, Robersa Michel (1876-1936) formulé a llamada “ly de hiero de las ‘ligarquis”, que sostenia qu ls partidos politicos rendian inevitablemene ‘ser controlados por una minora que se perperuaba ene poder. Los argu ‘mentos de Michels han sido utilizados en abundancia por as coneepeiones antidemocrétca pata afirmar que el gobierno del pucblo es iereaizable. 98. Saciedad, nado, Nac: wna apreximacin conceptual de rendencias oligirquicas y poco democriticas dentro de los partidos politicos se vincula con el nivel y la intensidad de la participacién; cuanto mayor ¢s el involucramiento de los ciudadanos en las circunstancias politicas, menores son las posibilidades de que los partidos puedan organizar y consolidar una estructura que opere a espaldas de los recla- mos de los milicantes y adherentes, 99 A lo largo de un proceso, que s¢ inicia con el derrum- bamiento de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial y culmina con el hundimienco del llamado “so- cialismo real” en la Unién Sovietica y los patses de Europa del Este hacia fines de la década del ’80 y principios de la del ’90 del siglo pasado, se ha verificado una consolidacién de la democracia, como el mejor (0 el menos malo) de los regimenes que la humanidad ha sido capaz de poner en prictica. Sélo en los margenes de la vida politica de la ma- yor parte de los paises, o en concepciones de muy escasa repercusidn efectiva, se cuestiona la idea de que la demo- cracia es la forma de gobierno que cuenta con més contro- les capaces de disminuir las imperfecciones y desvi provenientes del ejercicio del poder. Sin embargo, lo dicho no implica dejar de llamar la aten- cin, como de hecho lo han hecho incluso sus defensores Inds fervientes, respecto de los problemas que se producen, en los regimencs democriticos, Seguidamente pasarcmos revista a algunos de ellos, en la medida que dan cuenta, mis alli de su generalidad, de ciertas constantes que involuctan a todos los regimenes existentes. Creemos que 101 Jorge Saborido esta revision servi itd para comar conciencia de que, si bien pueden detectarse m are los contflictos belicos de signo nacionalista respon- den a esa tendencia. Por otro lad, cualuier fe pall or incluyendo a las democracias, necesita mantenes, pot ‘motivos de seguridad, ciertas zonas secretas excluidas de la {uz pailica: fondos reservados, centeos de inteligencia, Fsos medios no deben convertirse nunca en un fin en si mismo ni deben prevalecer cuando claramente violan derechos 21, Bsa enumeracin resume resume los argumentos de V. Camps: Fnradeccén a ‘efile politica, Barcelona, Critica, 2001 ene 102 Sociedad, Eade, Nac: wna aproximacién conceptual individuales. La méxima “el fin no justifica los medios” debe ser un principio invulnerable en una democracia. La se- Como se desprende de lo dicho hasta aqui, la democra- cia es, fundamental aunque no exclusivamente, un proce- dimiento para tomar decisiones colectivas. El mismo acta a través del voto de los ciudadanos o de sus representantes legidos por sufragio universal. Finalmente, la decisién adoprada es la votada por la mayoria de los ciudadanos 0 de representantes de la ciudadania; es decir por aquellos parti- citado es el de que Hitler Ilegé al poder como resultado de clecciones democriticas. La democracia puede volverse con- tra s{ misma y quedar anulada como consecuencia de una decisién electoral. Este es un problema extzemadamente di- ficil de resolver: ;cémo se evita un resultado anticdemocrético cuando todo patece indicar que la mayoria quiere ese re- sultado? La respuesta reside en que la democracia no es 103 Jorge Sabor Sinicamente un procedimiento de cleccién de representan- cia hecha en ef apartado correspondiente a las ideas as0- ciadas al eérmino democracia tiende a mostrar la ampli- cud de su significado. « Bdeterioro insieuctonal Los partidarios politicos, el parlamento, los sindica- de partidos politicos, en particular, esti demostrando gra- ves deficiencias; consecuencia en parte de la ya analizada tendencia a desarrollar estrategias que derivan en una con- centracién de poder, dando la espalda a los ciudadanos. A pesar de lo fundado de estas criticas, en una democracia los partidos politicos parecen imprescindibles. Los llama- dos “movimientos sociales”, que asomaron con fuerza en la segunda mitad del siglo XX como alternativa a los par- tidos politicos, han acabado en general siendo absorbidos por el mismo régimen que cuestionaban. Sin embargo, el caso de la Argentina lo demuestra, en especial aunque no exclusivamente, bajo la forma de organi 104 Sovieded, Eade, Nacin: wna aprosimacién conciptual ‘eee Frente a expresiones como “interés comiin’, “bien co- iin’, “intereses generales”, actualmente se sostiene que ©. El concepto de ciudadania La democracia nace en Grecia cuando el individuo se concibe a si mismo bisicamente como ciudadano, como servidor de la pols para ello es preciso desarrollar una par- ticular “cultura civica”. En la actualidad la ciudadania es tun derecho formal, reconocido por la constitucién y por la ley positiva, pero olvidado como conjunto de derechos po- 105 Soriedad, Estado, Nac: wna aprosimacién conceptual Lacomupeisn convinces habliramos dea need node defender lade smocracia, sino de creasla” Este no es un problema especifico de la democracia sino del poder en todas sus formas; la tendencia a utilizar ‘Creemos que con estas palabras conservan toda su vi- bienes y privilegios puiblicos para fines privados es natural gencia en el nuevo siglo, en todo aquel que se dedica a gestionar y administrar lo piiblico. A diferencia de lo que ocurre con las dictaduras, Para finalizar, transcribiremos un comentario reali- zado hace ya medio siglo por el historiador britanico Edward H. Carr, en el que destacaba la necesidad de enfrentar los problemas que engendraba la “democracia masiva” del siglo XX: ‘cuestin de grado. Algunos paises hoy dia son més democriticos ‘que otros. Pero tal vez ninguno sea muy democtitico deaplicarse luna estrictadefinicién de democracia. La democracia masiva es lun cerritori dificil y hasta ahora en gran medida inexplorado;, \ ‘nos acercariamos al objetivo y tendefamas un lema mucho més 22, Cit por]. Avbaster: Demaeraia; Madrid Alianza, 1992, p. 153. 106 107

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