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1. Introducción
En ingeniería civil, el estudio de suelos se divide en suelos gruesos y finos, basados en sus
dimensiones y composición. Los suelos gruesos contienen partículas como grava y arena,
con diámetros mayores a 0,075 mm, mientras que los suelos finos, como limo y arcilla,
tienen partículas más pequeñas. Comprender estas categorías es fundamental para prever
el comportamiento y las propiedades del suelo en proyectos de construcción, influyendo en
características como permeabilidad y retención de agua.
Los suelos se clasifican en gravas, arenas, limos y arcillas según su granulometría. Además
de sus propiedades físicas, el color y el olor del suelo pueden variar debido a minerales y
materiales orgánicos presentes. El color afecta las propiedades térmicas y de absorción de
calor del suelo, mientras que el olor puede indicar la presencia de componentes específicos.
En ingeniería civil, entender estas propiedades es esencial para construir estructuras
seguras y duraderas. Las características del suelo, como capacidad de carga y estabilidad,
tienen un impacto directo en la calidad y longevidad de las construcciones, destacando la
importancia de realizar estudios minuciosos del suelo antes de iniciar proyectos. 
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2. Instrumentación
En la granulometría, los tamices con mallas de distintos tamaños son fundamentales para
separar por tamaño las partículas en muestras de suelo, son dispositivos con mallas de
diferentes tamaños que permiten separar las partículas de suelo según su tamaño. Estas
mallas se disponen en una serie de aperturas ascendentes, donde cada tamiz retiene
partículas de un tamaño menor al de su apertura y permite que las partículas más pequeñas
pasen a través de ella.
Los tamices utilizados en el análisis granulométrico se
organizan en una serie de tamaños estándar, expresados en
milímetros o micrómetros, que van desde aberturas más
grandes hasta aberturas más pequeñas. Por ejemplo, los
tamices pueden variar desde tamaños como 75 [mm], 50
[mm], 25 [mm], 10 [mm], 4.75 [mm], 2.36 [mm], 1.18 [mm],
0.6 [mm], 0.3 [mm], 0.15 [mm], hasta tamaños mucho más
finos.
Se inicia con la muestra en el tamiz superior de abertura
grande. Tras apilar (imagen) y agitar los tamices en orden
decreciente, las partículas quedan atrapadas por tamaño.
Tras agitar un tiempo fijo, se pesa el material retenido en
cada tamiz para obtener distribución de tamaños. Haciendo
uso de los tamices, se separan los distintos tamaños de
partículas que fueron analizados en el laboratorio.
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3. Desarrollo
Los suelos se dividen en cuatro categorías principales según su tamaño de partícula: grava,
arena, limo y arcilla. En la categoría de suelos gruesos se encuentran gravas y arena,
mientras que en la categoría de suelos finos se encuentran limo y arcilla.
Grava: La grava constituye un tipo de suelo grueso compuesto por fragmentos de roca de
diversos tamaños, generalmente superiores a 2 [mm]. Debido a su gran tamaño, la grava
presenta una excelente capacidad de drenaje y resistencia a la compresión, lo que la
convierte en un material de elección en la construcción de cimientos, carreteras y sistemas
de drenaje.
Arena: Otro ejemplo de suelo grueso es la arena, compuesta por partículas de roca de
tamaño que oscila entre 0,0625 [mm] y 2 [mm]. La arena se caracteriza por su capacidad de
drenaje y permeabilidad. Es utilizada en la elaboración de concreto, mortero y sistemas de
filtración, debido a sus propiedades únicas.
La cohesión del suelo, una propiedad fundamental influenciada por la composición
mineralógica y la estructura interna de este, juega un papel crucial en la estabilidad y el
comportamiento de los cimientos, las estructuras de retención y otras obras civiles. Los
suelos finos, en particular el limo y la arcilla, exhiben cohesiones significativas debido a las
fuerzas de Van der Waals y otros mecanismos de atracción molecular presentes en sus
partículas diminutas. Esta cohesión puede llevar a la formación de estructuras cohesivas que
a menudo presentan comportamientos plásticos y viscosos en respuesta a las tensiones
aplicadas.
Se ha observado que la cohesión del suelo fino puede ser tanto una ventaja como un
desafío. Por un lado, proporciona una mayor resistencia al corte y a la erosión, lo que puede
ser beneficioso en condiciones de carga y estabilidad. Por otro lado, puede dificultar la
compactación y el drenaje, lo que podría afectar la capacidad de carga de las estructuras y
la calidad del terreno para la construcción.
Las diferencias más destacadas entre el limo y la arcilla:
Tamaño de partícula:
Limo: Las partículas de limo son las más grandes entre las partículas de suelo, con un
diámetro de aproximadamente 0.002 a 0.05 milímetros. Son visiblemente más pequeñas
que las partículas de arena, pero son perceptibles al ojo humano.
Arcilla: Las partículas de arcilla son las más pequeñas, con un diámetro inferior a 0.002
milímetros. Son microscópicas y requieren una lupa o un microscopio para ser observadas
claramente.
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Textura y consistencia:
Limo: Los suelos limosos tienen una textura suave y sedosa al tacto. Cuando están mojados,
tienden a ser pegajosos y resbaladizos.
Arcilla: La arcilla es conocida por su textura fina y pegajosa. Puede ser extremadamente
pegajosa cuando está mojada y muy dura cuando está seca. La arcilla seca puede agrietarse
y formar superficies duras.
Capacidad de retención de agua:
Limo: El limo tiene una capacidad moderada para retener agua. Puede retener agua más
tiempo que la arena, pero menos que la arcilla.
Arcilla: La arcilla tiene una alta capacidad para retener agua debido a su pequeño tamaño
de partícula y a su naturaleza altamente absorbente. Puede mantener el agua durante
mucho tiempo, lo que puede resultar en problemas de drenaje y dificultades para el
crecimiento de las plantas.
Drenaje y porosidad:
Limo: Los suelos limosos tienen un drenaje mejor que los suelos arcillosos debido a su mayor
tamaño de partícula. Sin embargo, el drenaje puede ser lento en comparación con la arena.
Arcilla: Los suelos arcillosos tienen un drenaje deficiente debido a la compactación y a la
capacidad de retención de agua de las partículas de arcilla.
Cohesión y plasticidad:
Limo: El limo tiene cierta cohesión y plasticidad, pero en menor medida que la arcilla. No es
tan maleable como la arcilla cuando está mojado.
Arcilla: La arcilla es altamente cohesiva y plástica cuando está mojada. Puede ser moldeada
y amasada fácilmente, lo que la hace útil en la cerámica y la construcción.
La experiencia de laboratorio se basó en tocar ambos materiales y verificar las propiedades
ya mencionadas, además se intentó modelar tanto la arcilla como el limo, en donde solo el
primer material logró unirse para ser modelada, además se cambió la cantidad de agua
presente en la masa para analizar cómo se comportaba el material, al disminuir la cantidad
de agua (aumentando la temperatura con el calor de las manos al amasar) se observó que
se comenzaba a fisurar la masa hasta generar que se divida la masa, en cuanto al limo, al
agregarle agua no se producían grandes cambios en cuanto a su plasticidad.
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En resumen, el limo y la arcilla difieren principalmente en el tamaño de sus partículas,
textura, retención de agua, drenaje, plasticidad y otras propiedades físicas. Estas diferencias
afectan su comportamiento en términos de uso agrícola, construcción y otras aplicaciones.
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Tras concluir la experiencia de laboratorio, se confirma que cada tipo de suelo posee
características físicas únicas, perceptibles tanto a simple vista como al tacto. Desde los
suelos gruesos, donde la grava destaca por su tamaño de partícula y la arena por su textura
granulada y rugosa. Hasta los suelos finos, los cuales comparten una textura similar al talco
cuando se encuentran secos, y a simple vista son difíciles de diferenciar debido a la
pequeñez de sus partículas, pero al humedecerlos se vuelven discernibles en limos y arcillas;
la arcilla húmeda presentaba una textura pegajosa además de ser fácil de moldear; en
cambio el limo se sentía más suave y sedoso, y era menos maleable. En resumen, es esencial
conocer y saber identificar los distintos tipos de suelo debido a sus implicancias en el
desarrollo de las obras civiles, desde el diseño de cimentaciones y sistemas de drenaje, hasta
la evaluación de riesgos geotécnicos, todo esto con el fin de garantizar la seguridad,
estabilidad y durabilidad de las estructuras. – Ignacio Robles
Esta experiencia fue muy enriquecedora, ya que, además de poder ver lo estudiado en la
catedra, pudimos tocar los diversos materiales, adicionar/disminuir la cantidad de agua,
junto con poder palmar los materiales y verificar de manera didáctica las características ya
mencionadas de los suelos finos, con especial énfasis en los limos y las arcillas. – Catalina
Rodríguez.
En conclusión, esta experiencia de laboratorio permite comprender de la manera practica
las importancias, propiedades y diferencias de los suelos finos, específicamente limo y
arcilla. Tener conocimientos de sus características como drenaje, porosidad, capacidad de
retención de agua, entre otros, es fundamental para identificar los diversos tipos de suelos
en los proyectos de construcción de ingeniería civil. Además, aprender a reconocer de
manera practica las propiedades ya mencionadas, permite desarrollar herramientas para
abordar de mejor manera situaciones reales en terreno. – Nicole Ureta.
5. Referencias