Capítulo 1612

"¿Maestro de artes marciales de Jiangbei?" Cuando escuchó esto, Lei

San se sorprendió un poco, "La tierra de Jiangbei, los fuertes son como
nubes, y el desarrollo de las artes marciales supera con creces a
Noirfork".

“Esta persona, tal vez realmente pueda hacerlo. Ericson, date prisa para
contactar y preguntar ".

Lei Lao San también convenció a Ericson.

Ericson reflexionó por un momento y luego dijo: "Estás hablando del

Maestro Zheng He, ¿verdad?" "Está bien, llamaré para preguntar".

De hecho, Ericson no tenía mucha confianza en Zheng He.

Después de todo, el río Mochizuki es una espada que puede romper la

existencia de montañas y ríos, y Zheng He obviamente no tiene tal
habilidad.

Sin embargo, con la idea de que un caballo muerto sea un médico de

caballos vivo, Ericson preguntó.

Sacó su teléfono y lo abrió, estaba a punto de llamar a Zheng He.

Sin embargo, en este momento, solo se escuchó un estallido.

En medio del ruido ensordecedor amortiguado, todos solo vieron que

la pared detrás de él se había agrietado.

Las grietas en forma de telaraña se extienden en todas direcciones a

una velocidad visible a simple vista.

Al final, la grava explotó y apareció un enorme agujero en la pared.

Como la boca abierta de un demonio, el viento barrió el polvo y barrió

toda la habitación al instante.
Los tazones de té y las teteras de porcelana de la mesa fueron movidos
por el viento, y hubo un alboroto que rompió en el suelo.

"Esto esto…"

Todos quedaron atónitos de inmediato. Esos ojos, llenos de miedo y

pánico, miraron al frente.

Vi allí, una figura, el demonio que acababa de salir de las

profundidades de Jiuyou, así, parado allí.

La mitad de su cuerpo, colocado en la oscuridad infinita fuera de la

ventana.

La otra mitad está bajo la tenue luz de la habitación.

Luz y sombra, luz y oscuridad, así, se entrelazaron y parpadearon.

Como un diablo caminando entre el mundo y el infierno.

Hasta que, Lei Lao San vio su rostro por completo.

"¡¡¡Río Mochizuki !!!" “Eres tú ~” ¿Qué?

Es como una enorme roca que se adentra en el mar y genera enormes

olas.

La exclamación de Lei Laosan indudablemente hizo que todos tuvieran

miedo de orinar.

Uno a uno miró a la vieja figura que se interponía entre la luz y la

oscuridad como un fantasma, con un rostro viejo pálido y un gran
temblor por todas partes.

"Él ... él es, el dios espada japonés, Wang ... Wangyuehe ...

¿Es posible que no puedan manejarlos en una olla?

Ericson y otros casi todos orinaron en ese momento.

Hay una conciencia moribunda.

Las caras bonitas de Helen Qiu y Xu Lei estaban tan pálidas como el
papel, y sus hermosos ojos estaban llenos de pánico.

Incluso los hombres grandes como Chen Ao que han experimentado la

tormenta difícilmente pueden calmarse, y mucho menos mujeres como
Helen Qiu.