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GIULIOMARIA
Los tres protagonizaron una de las páginas más oscuras de Italia y del
Vaticano en la década de los años sesenta y setenta. Juntos tejieron una
red oculta de intereses financieros, políticos y criminales que implicaría a
la mafia, la Iglesia y a sectores del gobierno italiano. Todos compartieron
simpatías por la extrema derecha. Licio Gelli incluso participó en la
Guerra Civil española como voluntario en el frente de Málaga junto al
bando nacional.
Roberto Calvi (izq) y Michele Sindona (dcha)
El cuerpo de Calvi
El nombre de Calvi y de Sindona apareció en la lista. El descubrimiento de
la infiltración masónica en el Corriere della Sera hundió el periódico y
alentó las sospecha sobre la verdadera naturaleza del Banco Ambrosiano.
El regulador italiano descubrió un agujero de más de 2.000 millones de
dólares. El instituto de crédito estaba condenado a la bancarrota cuando
el IOR de Marcinkus, que había avalado la mitad de la deuda del
Ambrosiano, exigió la devolución de un crédito de 1.000 millones de
dólares. La Iglesia dio la espalda a su antiguo socio de negocios.
Calvi fue detenido en 1981, pero obtuvo la libertad provisional a la espera
del juicio. Para salvarse pidió ayuda a la mafia y consiguió fugarse a
Londres. La principal plaza financiera de Europa era también una de las
principales bases de operaciones de Cosa Nostra. Aquí Calvi buscó una
solución para él y su Banco, o al menos para vengarse de quienes lo
habían traicionado. Lo único que encontró fue la muerte, colgado debajo
del puente de los Frailes Negros, con los bolsillos llenos de piedras y con
15.000 dólares. El día anterior, su secretaria se había suicidado tirándose
de la cuarta planta de la sede del Ambrosiano.
El envenenamiento de Sindona
En 1984, dos años después de la muerte de Calvi, Estados Unidos
extraditó Michele Sindona a Italia, donde fue condenado por el asesinato
del comisario Ambrosoli. Pasaron sólo dos días desde la condena a cadena
perpetua al café con cianuro que lo mató después de tres días de agonía.
¿Quién puso el veneno en la bebida? ¿Fue homicidio o suicidio? Según
una versión de los hechos, el mismo Sindona puso el cianuro en el café.
No quería matarse: su objetivo era obtener beneficios carcelarios y la
posibilidad de cumplir la condena en Estados Unidos. Pero se equivocó
con la dosis.