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POLÍTICA

Los banqueros que sellaron la amistad entre Dios y la mafia

Publicado el 17/06/2017Actualizado el 13/07/17 - 18: 43

GIULIOMARIA

PIANTADOSI giulio.piantadosi@elindependiente.com @gmpiantadosi

El banquero italiano Roberto Calvi fue encontrado ahorcado en un


andamio del Blackfriars Bridge de Londres, el puente de los Frailes
Negros, la madrugada del 18 junio 1982. Llevaba una semana
desaparecido. Cuatro años más tarde, el 20 marzo 1986, otro banquero,
Michele Sindona, falleció después de beber un café envenenado con
cianuro en una cárcel de máxima seguridad próxima a Milán, donde
cumplía cadena perpetua.

En común estos dos banqueros muertos en circunstancias misteriosas


tenían un amigo: el empresario Licio Gelli. Sus actividades fueron más
allá de los negocios: estuvo detrás de un proyecto golpista para subvertir
el orden democrático en Italia. Gelli les sobrevivirá a ambos: morirá en
2015 en la comodidad de su casa a los 96 años.

La red oculta implica al Vaticano, la mafia y el gobierno italiano

Los tres protagonizaron una de las páginas más oscuras de Italia y del
Vaticano en la década de los años sesenta y setenta. Juntos tejieron una
red oculta de intereses financieros, políticos y criminales que implicaría a
la mafia, la Iglesia y a sectores del gobierno italiano. Todos compartieron
simpatías por la extrema derecha. Licio Gelli incluso participó en la
Guerra Civil española como voluntario en el frente de Málaga junto al
bando nacional.
Roberto Calvi (izq) y Michele Sindona (dcha)

Años sesenta: crear valor, sumar enemigos


Todo empezó en el Milán de finales de los años sesenta. Calvi y Sindona
trabajaban entonces para crear un polo financiero ‘blanco’, cercano a la
Iglesia y a la Democracia Cristiana, el partido que se perpetúa al frente del
gobierno italiano desde el final de la II Guerra Mundial, en 1945. Michele
Sindona había creado la Banca Privada, a la que participa también el IOR,
el Instituto para las Obras Religiosas, la banca del Vaticano. Roberto
Calvi, estaba escalando posiciones dentro de la Banca Ambrosiana, la caja
fuerte de la diócesis de Milán, cuyo obispo, Giovanni Montini, se había
convertido por aquel entonces en el Papa Pablo VI. De ahí el apodo de
«banquero de Dios».

Calvi y Sindona son opuestos, pero comparten intereses

Sus caracteres eran opuestos: Roberto Calvi era introvertido y silencioso.


Michele Sindona, extrovertido y vividor. En común, la fama de banqueros
agresivos. A base de fondos de inversiones y OPAs hostiles, se
convirtieron en los personajes más denostados de la alta burguesía
milanesa. Pero el gobierno de Roma miraba favorablemente su trabajo: en
1974 nombró a Sindona «hombre del año».
Llegan los setenta: aparecen un cardenal y un masón

Licio Gelli (izq) y el Cardenal Marcinkus (dcha)


Desde 1971 el arzobispo de Chicago, Paul Marcinkus, llamado el
«guardaespalda» de Pablo VI, estaba al frente del IOR. A través de la
Banca Privada de Sindona, el IOR movía a Suiza el dinero Vaticano para
sortear al regulador italiano, que quería fiscalizar las cuentas de la Iglesia.
Sindona era un experto en paraísos fiscales. Con una red de sociedades
tapaderas se ocupaba de blanquear el dinero procedente del tráfico de
drogas entre las familias mafiosas de Cosa Nostra en Sicilia y los Gambino
de Nueva York. Sus intereses en América eran tan fuertes que acabaría
comprando la Franklin National Bank.

En la Logia P2 participan jueces militares, políticos y empresarios

En 1975 Sindona favoreció el encuentro entre Calvi y Licio Gelli. Gelli


invitó a Calvi a entrar en la logia masónica P2 (Propaganda 2), de la que
formaban parte diputados, magistrados, empresarios, militares y
miembros del servicio secreto italiano. No era sólo un estado dentro del
estado, era una organización con un claro objetivo político. Convertir
Italia en un país autoritario controlando la prensa, reformando la
república en sentido presidencial y limitando el papel de los sindicados y
de los jueces.
Termina la amistad de Calvi y Sindona
Parte del plan pasa por el Banco Ambrosiano de Calvi, que a finales de los
años setenta copará la editorial Rizzoli, propietaria del Corriere della
Sera, el diario más influyente de Italia. El nuevo director y el consejero
delegado fueron elegidos entre los miembros de la P2.
Sindona encargará a la Mafia el asesinato del liquidador de sus bancos

Mientras tanto, Calvi había instaurado con el arzobispo Marcinkus y el


IOR un sistema para triangular fondos hacia Luxemburgo, Suiza y las
Bahamas. Dinero que se utilizaba para financiar organizaciones como
Solidarnosc en Polonia, los Contras en Nicaragua y detener la influencia
de formaciones marxistas. Es el mismo Marcinkus a constituir, en las islas
Bahamas, la Cisapine Overseas: la sociedad donde acaba el dinero a través
de un sistema de compensaciones entre instituciones financieras.
La situación se precipitó cuando las tapaderas que sostienen los bancos de
Sindona se desploman. El Franklin Bank quebró, la Banca Privada acabó
en administración concursal. Sindona pidió ayuda a Calvi para tapar los
agujeros, pero este se la negó. La mañana del 13 noviembre 1977 las calles
de Milán aparecieron tapizadas por carteles que denunciaban las
irregularidades del Banco Ambrosiano. Era una venganza de Sindona.
Calvi esquivará las investigaciones sólo porque el juez titular es víctima de
un atentado de un grupo terrorista de extrema izquierda.

Finales de los setenta: cae el castillo de naipes


El círculo estaba a punto de cerrarse sobre los dos banqueros. En 1979
Sindona pidió ayuda a Cosa Nostra para asesinar al joven comisario
Ambrosoli, encargado de la liquidación de sus bancos. Escapó a Estados
Unidos, pero tampoco allí estaba al seguro: las investigaciones del FBI
sobre la bancarrota de la Franklin (la más grave en EEUU hasta entonces)
le obligaron a simular un falso secuestro para huir de Nueva York.

La policía italiana descubrirá la P2 siguiendo la pista de Sindona

Pasó por Austria, Grecia e Italia antes de reaparecer en Nueva York y


entregarse a las autoridades. Lo encontraran en una cabina telefónica, con
una herida en la pierna para dar credibilidad al falso secuestro. Durante
los desplazamientos de Sindona, la policía italiana identificó a uno de los
mafiosos que acompañaban al banquero. Sus movimientos llevaron al
chalet donde vivía Licio Gelli. En una maleta encontraron la lista con los
más de 900 miembros inscritos a la P2.
Años ochenta: Calvi se queda sin amigos

El cuerpo de Calvi
El nombre de Calvi y de Sindona apareció en la lista. El descubrimiento de
la infiltración masónica en el Corriere della Sera hundió el periódico y
alentó las sospecha sobre la verdadera naturaleza del Banco Ambrosiano.
El regulador italiano descubrió un agujero de más de 2.000 millones de
dólares. El instituto de crédito estaba condenado a la bancarrota cuando
el IOR de Marcinkus, que había avalado la mitad de la deuda del
Ambrosiano, exigió la devolución de un crédito de 1.000 millones de
dólares. La Iglesia dio la espalda a su antiguo socio de negocios.
Calvi fue detenido en 1981, pero obtuvo la libertad provisional a la espera
del juicio. Para salvarse pidió ayuda a la mafia y consiguió fugarse a
Londres. La principal plaza financiera de Europa era también una de las
principales bases de operaciones de Cosa Nostra. Aquí Calvi buscó una
solución para él y su Banco, o al menos para vengarse de quienes lo
habían traicionado. Lo único que encontró fue la muerte, colgado debajo
del puente de los Frailes Negros, con los bolsillos llenos de piedras y con
15.000 dólares. El día anterior, su secretaria se había suicidado tirándose
de la cuarta planta de la sede del Ambrosiano.

Nunca se esclarecerá la dinámica de la muerte de Calvi

Después de 35 años y cinco juicios (tres en Reino Unido) todavía no se ha


esclarecido si Calvi se suicidó o fue asesinado, como sostiene la familia. El
juez del tribunal de Londres que archivó el caso fue expedientado por la
comisión disciplinar de la magistratura británica por irregularidades en el
juicio. La muerte de Calvi permitió a sus familiares ingresar tres millones
de dólares de los seguros. La última investigación veía en Licio Gelli el
instigador del asesinato, junto a la mafia. El sumario recibió el carpetazo
final el pasado noviembre por la imposibilidad de averiguar los hechos.

Último acto: Sindona acaba en la cárcel, Gelli no

El envenenamiento de Sindona
En 1984, dos años después de la muerte de Calvi, Estados Unidos
extraditó Michele Sindona a Italia, donde fue condenado por el asesinato
del comisario Ambrosoli. Pasaron sólo dos días desde la condena a cadena
perpetua al café con cianuro que lo mató después de tres días de agonía.
¿Quién puso el veneno en la bebida? ¿Fue homicidio o suicidio? Según
una versión de los hechos, el mismo Sindona puso el cianuro en el café.
No quería matarse: su objetivo era obtener beneficios carcelarios y la
posibilidad de cumplir la condena en Estados Unidos. Pero se equivocó
con la dosis.

La maldición de la logia masónica P2 cayó también sobre el «venerable


maestro» Licio Gelli. Fue condenado por numerosos delitos, entre ellos el
crack del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi. Sin embargo, apenas pisó
la cárcel: por las «precarias condiciones de salud» que le permitieron vivir
hasta los 96 años, consiguió un tratamiento benévolo por parte de la
magistratura y siempre vivió bajo arresto domiciliario.

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