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EL ABORTO TERAPÉUTICO EN EL CAMPO PROFESIONAL

OBSTÉTRICO PERUANO:
Una propuesta que puede cambiar vidas

KEYLI AROLY RAMÍREZ AMESQUITA


Estudiante de Obstetricia
I ciclo – UNJBG – 2023 I

En nuestro país, el aborto terapéutico es legal desde el año 1924. Este


procedimiento permite a la mujer proteger su vida y su salud gracias a la
interrupción temprana del producto, que bien puede ser el feto o el embrión.
Aunque el aborto sea penalizado, este tipo de interrupción consentida es legal
en el Perú de acuerdo al artículo 119 de 1991 del Código Penal peruano. Sin
embargo, la falta de información, los prejuicios y el desconocimiento por parte
de los trabajadores de la salud han provocado que el acceso a este
procedimiento se retrase de manera significativa. Pese a ser legal o “no
punible”, son muy pocas las mujeres, adolescentes e incluso niñas que
lograron acceder a este, produciendo embarazos no deseados, efectos
negativos en la salud de cada una, menos oportunidades en la sociedad y, por
ende, más pobreza. Pero, ¿por qué pese a las consecuencias que conlleva, se
sigue dando esa brecha en cuanto al acceso de este procedimiento? El rol de
los profesionales, como los ginecólogos y las o los obstetras influye en esta
problemática, pues al ser legal, cada uno debe tener conocimiento básico de
todo el proceso, cuáles son las condiciones para que sea posible llevarse a
cabo un aborto terapéutico y orientar adecuadamente, con un enfoque
humanístico y ético, a la paciente si en caso sea “apta” a fin de que ella y solo
ella tome la decisión que crea correcta. Debido a lo mencionado, es de suma
importancia que el aborto terapéutico sea un tema tratado a profundidad en la
carrera de obstetricia en nuestro país, no solo en el campo de la medicina, ya
que, al fin y al cabo, las y los futuros obstetras trabajarán de la mano con los
futuros médicos que hay en nuestro país a fin de quitar esa barrera que hasta
la actualidad afecta los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. El
presente ensayo tiene como fin analizar de manera objetiva cuáles serían los
beneficios de que las y los estudiantes de obstetricia sean capacitados en
cuanto al aborto terapéutico durante sus años de formación profesional para la
vida y derecho de las féminas de nuestro país. A continuación, sustentaré mi
postura con los siguientes argumentos.
Si bien es un hecho que el 27 de junio del año 2014 se aprobó la Guía
Técnica Nacional para la Estandarización del Procedimiento de la Atención
Integral de la Gestante en la Interrupción Voluntaria por el Ministerio de Salud,
PROMSEX dio a conocer que el bajo conocimiento de dicho marco normativo
por parte de los profesionales del campo de la salud ha ocasionado que se
produzcan casos de gran vulneración de derechos de la mujer, como el de
“Camila” en el año 2017, una niña indígena que lastimosamente se embarazó
producto de una violación y fue víctima de dicho desconocimiento. Los
profesionales que la atendieron no le permitieron acceder a un servicio que el
Estado provee, ocasionando que la niña sufra graves consecuencias a nivel
psicológico y social.

Según el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y


Reproductivos (PROMSEX), “negar la existencia del aborto terapéutico en los
servicios de salud es silenciar una parte clave de la obstetricia”. Ello significa
que los profesionales de la salud al desconocer de este tema o ponerlo como
segundo plano, ocasionan que un componente importante de la obstetricia que
es velar por la salud, salud sexual y reproductiva de la mujer.
Desde años atrás se ha evidenciado que los estigmas y el ser juzgados
por la esfera social ha promovido que los estudiantes de medicina y obstetricia
se nieguen e incluso que se pongan en contra de las interrupciones durante la
gestación. En un estudio realizado por Juan Gabriel Álvarez, llamado “Actitudes
y conocimientos frente al aborto en estudiantes de la E.A.P de Obstetricia de la
Facultad de Medicina de San Fernando” en el año 2014, “se pudo concluir que
los estudiantes de la escuela académica profesional de Obstetricia ingresan
con escasos conocimientos y una actitud a favor del aborto; sin embargo con la
formación académica de sucesivos años de estudio, la actitud se torna en
desacuerdo con las prácticas abortivas en sus diferentes formas.” Esto significa
que, durante su formación profesional, la influencia y la enseñanza impartida
evitan que estos profesionales garanticen un conocimiento mayor del aborto
terapéutico, que lo apliquen de manera práctica y que sepan orientar sobre
este tema en los establecimientos de salud en los que trabajarán.
En el año 2017, FESGO aplicó una encuesta a 132 profesionales de la
salud, para valorar sus conocimientos, actitudes y prácticas en relación con el
aborto. Un 23% de total de profesionales encuestados indicaría que el marco
legal del país no permite la interrupción del embarazo, contradiciendo la norma
legal que protege el derecho de esa mujer a acceder a un aborto para proteger
su salud y su vida. Es decir, un poco más de la quinta parte no sabe realmente
que este procedimiento es punible, por lo tanto, ese desconocimiento es una
barrera que persiste para garantizar el derecho de las mujeres a decidir sobre
su salud.
En un estudio realizado por la FIGO (International Federation of
Gynecology and Obstetrics) en el año 2020, de 321 casos registrados sobre
aborto terapéutico, solo 52 se dieron en pleno confinamiento. Falta de
capacitación a profesionales, poca información a gestantes y restricciones
afectaron el servicio. Tal y como indica este organismo, una causa principal de
este suceso fue la falta de capacitación a profesionales, pues no hay una
adecuada formación en este tema y no se les brinda información a estos
profesionales para que lleven a cabo todas las pautas para el desarrollo de esa
interrupción.
En conclusión, la propuesta de que en la carrera de obstetricia de todas
las universidades de nuestro país se toque a mayor profundidad el tema del
aborto terapéutico sin tabúes es algo beneficioso no solo para los mismos
profesionales, sino también para reforzar los derechos sexuales y reproductivos
de las mujeres, niñas y adolescentes que requieran pasar por ese proceso,
porque al estar capacitados en esa área, las y los obstetras en formación van a
poder brindar la información pertinente, verídica y parcial a fin de que las
pacientes puedan decidir de manera autónoma. Por eso, reafirmo mi postura
señalando que debemos entender que es imprescindible que el aborto
terapéutico sea un tema que se trate a profundidad en la carrera de obstetricia
en nuestro país y de esa manera, se capacite a los profesionales de ese mismo
campo. Como solución es que todos los docentes de la carrera cumplan con
impartir enseñanzas respecto a ese tema. Esa enseñanza debe ser priorizada
por encima de la postura moral o religiosa que tengan, ya que se está hablando
de algo legal. Las universidades deben velar y garantizar que los estudiantes
de obstetricia reciban información del tema a lo largo de su formación
académica sin impedimento alguno.

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