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Sin embargo, antes de adentrarme en los sistemas compositivos del interior de los libros es
necesario mencionar los tamaños de papel y, por ende, el tamaño estándar de algunos libros.
Elegir medidas estándares para imprimir libros colabora a ahorrar costes y evitar desperdicios
de papel. Esto no invalida que puedan imprimirse libros con el tamaño que se desee. De
hecho, muchas editoriales eligen otros tamaños para sus libros, por diversos motivos que
exceden este espacio.
No todos los tamaños de papel se corresponden con el tamaño de los libros, pero sí algunos de
ellos y eso aborda esta entrada.
Existen distintos tamaños de papel empleados por la industria gráfica que derivan, de uno u
otro modo, en diferentes tamaños de libros.
La procedencia de las normas y/o estándares que rigen los tamaños de papel es relevante.
Sobre todo, para ahorrar costes de producción. El hecho de usar tamaños estándares que
emplea la industria gráfica de un país evita el desperdicio de papel.
Una editorial ahorrará una gran cantidad de dinero si cada plancha de papel es aprovechada
casi en su totalidad. Igual un autor que publica por su cuenta.
La serie papel DIN nació en Alemania en 1922 y significa Deutsches Institut für Normung
(Instituto Alemán de Normalización). Años más tarde, esta estandarización pasó a estar
tutelada por la International Organization for Standardization y cambió su prefijo a ISO.
Referirse a DIN o ISO es indistinto, ya cualquier impresor entenderá de qué tamaño estamos
hablando.
Las características de los tamaños de papel ISO están recogidas en la norma número 216 (DIN
476), que fija tres series: A, B y C. Y las tres se rigen por sistema métrico decimal.
La serie A es la más utilizada y tiene su origen tamaño A0, que equivale a un metro cuadrado
de papel. Los sucesivos tamaños —A1, A2, A3, A4, etc.— se definen dividiendo por la mitad el
tamaño anterior por el largo. Es decir, cada tamaño equivale a la mitad del tamaño superior o
al doble del tamaño inferior.
Las medidas de la serie B —con tamaños intermedios entre los A— también suelen emplearse
para libros. Y junto a la serie C se emplea mayormente para la confección de bolsas y sobres.
DIN A4 y DIN A5 son los tamaños de papel más utilizados en la industria gráfica española para
ahorrar costes.
Las tres series están compuestas por “tamaños finales”, aquellos que el usuario recibe y que
difieren de los usados por la industria gráfica.
El papel para imprenta se caracteriza por ser más grande que el que recibe el usuario. Para
poder imprimir un libro en tamaño A5 el papel debe ser, necesariamente, más grande que 148
× 210 mm. Y esto independientemente de la impresión en pliegos.
Cuando se prepara un PDF para imprenta se indican las marcas de corte. Es decir, se
especifican unas marcas que es por dónde deben ser guillotinadas las páginas que
conformarán el libro. Para ello, el tamaño del papel donde se imprime un libro debe tener
mayor tamaño que este.
Para atender a esta cuestión existen las series ISO RA y SRA recogidas en la norma ISO 217.
“Papel. Formatos brutos”. Cubren el papel en bruto, no recortado, para la imprenta comercial
y son un poco más grande que ISO/DIN A.
Aunque algunos ya están en desuso podría decirse que actualmente se emplean dos sistemas:
Gustavo Sánchez Muñoz, señala además los tamaños Letter, Legal, Tabloid y Executive
estadounidenses. Estos se encuentran en la mayoría de impresoras y programas y son muy
usados en Estados Unidos, Canadá y América Latina.
Este estándar denominado ANSI A —más conocido popularmente como Carta o Letter— es el
equivalente al A4 que utilizamos en Europa.
De este estándar, también deriva el tamaño de libros 5,5 × 8,5 pulgadas (“media carta”),
mayormente empleado en libros de ficción en las plataformas de impresión bajo demanda. En
Europa, el equivalente a esta medida es el tamaño A5.
La otra medida muy utilizada, sobre todo para libros de no ficción, es 6 × 9 pulgadas (US
Trade), equivalente a un libro 15 × 23 cm.