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La Psicología Histórico Cultural, una cuestión metodológica1

Félix Temporetti
Facultad de Psicología UNR

“Utilizando una metáfora de Spinoza, hemos comparado nuestra


ciencia con el enfermo de muerte que busca una medicina que no
ofrece ninguna esperanza: ahora vemos que sólo el bisturí del cirujano
puede salvar la situación. Nos espera una sangrienta operación:
muchos manuales habrán de ser hechos añicos, lo mismo que el velo
en el templo; muchas frases perderán la cabeza o los pies, mientras
algunas teorías serán mutiladas justamente por el tronco. Sólo nos
queda ya precisar el límite, la línea de separación, el trazo que
describirá el futuro bisturí.” (Vigotski 1927 / 1991:380)

El más que interesante y bienvenido libro de Ernesto Flores pone al alcance de


los lectores latinoamericanos una rigurosa y lúcida interpretación de la Psicología
Histórico Cultural. Al mismo tiempo realiza una inquietante invitación a estudiosos
más versados sobre el tema, para que indaguen y reflexionen sobre la producción
teórica y práctica de la llamada “psicología marxista” y discutan “la validez de sus
teorías para explicar a un sujeto en crisis, en medio de una crisis civilizatoria
general” (Flores Sierra, 2017:4). Desde el inicio nos advierte que esta teoría no
es neutra, por la misma naturaleza de su contenido, es una Psicología que
explicita su perspectiva de construcción y su compromiso ideológico y político.
Una Psicología que, contrariando las lógicas institucionales hegemónicas, alienta
la autonomía, el pensamiento crítico, la libre elección y la capacidad de tomar
decisiones comprometidas y comprometedoras.
Por otro lado, y en estrecha relación con lo anterior, Ernesto nos provoca,
esbozando otro asunto de candente actualidad: la necesidad de construir teoría
psicológica latinoamericana, un proyecto que debe hacerse en contexto, en el
propio espacio geopolítico donde transcurre la vida de quienes lo habitan.
Constituye un desafío que obliga a situar las investigaciones, análisis y la
producción de teoría en la peculiar realidad histórica y cultural de nuestros
pueblos y en la interpretación que tengamos de ella. La construcción de una
Psicología Latinoamericana nos guste o no, es una tarea que debemos proyectar
y conducir quienes convivimos y habitamos el Sur; quienes somos testigos y
partícipes de los sutiles mecanismos de colonización, en todas sus dimensiones,

1
Prologo al libro de Ernesto Flores Sierra Psicología Histórico Cultural. Quito. Ecuador. 2018

1
como de los procesos históricos de emancipación que aún persisten en la
conciencia histórica de los pueblos. Hay un mensaje claro que divulga este libro:
¡no existe una psicología, neutra, construida desde ningún lugar!
Para esta tarea, la perspectiva abierta por la Psicología histórica y cultural, en
particular la vigotskiana, constituye una referencia insoslayable y un potente
instrumento cuando se pretende producir conocimientos y alentar
transformaciones en torno a la humana condición. En la misma se destaca el
enfoque metodológico elaborado por Vigotski. Esta herramienta metodológica es
un contenido transversal y destacado en todas las secciones y apartados que
configuran el libro de Ernesto Flores. Y, dada la importancia asignada a la misma,
el carácter controversial, polémico, motivado en buena medida por la disputa en
su significado, considero oportuno formular algunas apreciaciones sobre el tema
con la intención de remarcar su importancia y contribuir al intercambio y
discusión que estoy seguro alentará la lectura del Libro.
La manera en que Vigotski revisó, problematizó y formuló la cuestión
metodológica en el campo de la Psicología implicó, en principio, una crítica
sistemática a la producción y utilización de los conocimientos científicos
académicos sostenidos por las teorías psicológicas más relevantes de su época.
Las mismas habían sido influenciadas, en mayor o menor medida, por los
principios metodológicos de la tradición ilustrada -racional empirista- y
positivista.2
Mientras que el Positivismo en Psicología restringía el núcleo de lo metodológico
a una cuestión de procedimientos técnicos y de métodos relacionados a alguna
versión de lo empírico y de lo experimental, ignorando los supuestos de los cuales
partía, Vigotski reinterpretó lo metodológico como un proceso conceptual y
procedimental reflexivo y de crítica sistemática. Según su visión, el proceso de
investigación está atravesado por principios que sostienen quienes investigan,
sean o no conscientes de ello. Tales principios o supuestos nutren las decisiones
que se deben tomar en cada uno de los momentos en que transcurre la

2
Tradición ilustrada -racional empirista- que se conforma en los inicios de la modernidad europea entre el s. XVI y el s.
XVII, se transforma luego con el Positivismo del s. XIX y el Neopositivismo del s. XX y con la que aun hoy se sigue
discutiendo al ser una matriz fundacional aún hegemónica, con sus más y con sus menos, en el proceder científico en
nuestras Academias Universitarias y en los procesos de enseñanza y /o transmisión de los conocimientos en todas las
instancias de la educación formal (Temporetti, 2014).

2
indagación: desde la problematización del asunto en cuestión, el recorte del
objeto de estudio, la determinación de las unidades de análisis, la elaboración de
conjeturas, la selección, modificación o invención de los métodos para ponerlas
a prueba, la comunicación de las conclusiones y saberes convalidados a las que
se arriba.
En este sentido Vigotski se inspiró en numerosas fuentes entre las cuales se
destacan el pensamiento de Baruch Spinoza y la interpretación que realiza de los
principios fundamentales del materialismo histórico y dialéctico. Desde ahí
construyó la perspectiva, la mirada conceptual para observar, nombrar, explicar
y comprender los fenómenos humanos. Su pensamiento estaba lleno de ideas,
intuiciones originales y de procedimientos metódicos rigurosos al mismo tiempo
que ingeniosos. “…era como el último Wittgenstein: a veces aforístico, a veces
esquemático, elocuente en sus iluminaciones.” (Bruner, 1986:82). En síntesis, su
proceder metodológico, que aún hoy sigue siendo complicado de entender para
muchos, no se ajustaba con precisión a un modelo hipotético deductivo de
derivaciones proposicionales y, además, la escritura académica en la cual se
expresó formaba parte de una tradición literaria ensayística la que adoptó en los
inicios de su trayectoria científica y mantuvo hasta su última obra. Su proceder
académico era, junto al de Sigmund Freud, una atrevida provocación al statu quo
de las nacientes ciencias humanas de la época.
Si pensamos no sólo en las consecuencias científicas sino también en las
profesionales, podemos imaginar que el modelo de psicólogo / psicóloga que se
infiere de la Psicología Histórico Cultural supone una formación amplia y general
en Humanidades y Ciencias Sociales. Lo ideológico y político no le son ajenos,
reconoce que las teorías no son neutrales, ni producto de una inmaculada
concepción, por lo cual, no se tiene que disfrazar de objetivista neutral para posar
en la foto de la Academia o del Gremio. La conciencia crítica es la mejor
herramienta que puede adquirir para librarse de los prejuicios y esquivar la
alienación tanto en sus prácticas profesionales como de investigación. Esta
conciencia crítica no surge de un mero ejercicio meta reflexivo o meta cognitivo
cuasi natural. Por el contrario, la crítica se sostiene una actitud de sospecha socio
cultural hacía los saberes o conocimientos heredados sobre un asunto preciso y

3
concreto. Sospecha que avanza y se consolida desde la certeza que tales saberes
o conocimientos han sido construidos desde una perspectiva que responde a
intereses de clase y a personas concretas que los defienden y luchan por ellos.

La ontología en la Psicología 3

Tal como se indicó anteriormente, la tesis metodológica de Vigotski afirma que


la investigación y producción de conocimiento científico en la Psicología está
guiada por supuestos y / o principios básicos que orientan y conforman su
desarrollo. Entre esos supuestos fundamentales están las hipótesis ontológicas
relacionadas con lo psíquico: cómo se concibe su naturaleza, sus orígenes y el
significado que se le asigna en el comportamiento humano. Entre los años 1925
hasta su muerte en 1934, Vigotski introdujo de manera sistemática esta cuestión
ontológica en la investigación psicológica dando lugar a lo que en la actualidad
se denomina “ontología científica”, concepto que da cuenta de las “…ideas
ontológicas que figuran en la ciencia y en la tecnología, o al menos que
desempeñan un papel heurístico en ellas o bien que se presentan en la
fundamentación axiomática de ciertas teorías fundamentales.” (Bunge, 1975:52)
Vigotski sostuvo que las hipótesis ontológicas debían explicitarse y discutirse,
entre otras razones, para evitar que actúen como prejuicios en la investigación y
puedan orienten la misma cumpliendo una función de descubrimiento y de
creación de hipótesis. De este modo las hipótesis ontológicas ayudan a los
investigadores a ver lo que los observables no muestran por sí mismos. Esta
decisión le condujo no sólo a poner de manifiesto su propia ontología en relación
con el psiquismo sino también a criticar de manera sistemática los supuestos
ontológicos subyacentes en otras teorías psicológicas de su época.

3
La ontología ha sido caracterizada como la disciplina filosófica que se ocupa de estudiar los rasgos más generales del
ser y del devenir. Son conceptos ontológicos los referidos a ser o al ente. Lo que interesa aquí está relacionado con lo
psíquico, su posibilidad real, sus propiedades al constituirse en un concepto estructurante en el campo disciplinario de la
Psicología.

4
Lo psíquico.

En un texto fechado en 1930 (Vigotski, 1930 /1991) Vigotski analizó tres términos
que consideraba relacionados con los principios de estructuración de la propia
ciencia psicológica: psique, conciencia e inconsciente. Afirmó que antes de
ponernos a estudiar los hechos debemos decidir sobre la “realidad” de los
conceptos, sobre todo cuando los mismos no surgen directamente de
observaciones ni encuentran una solución experimental. “Estamos ante una
cuestión filosófica que es preciso resolver teóricamente antes de que podamos
ocuparnos de explicar hechos concretos.” (Vigotski 1991:95). Las explicaciones
que se den sobre los tres términos estarán relacionadas con los sistemas
filosóficos en los que cada investigador se inspire y nutra. Las mismas organizan
sistemas distintos al tener un valor metodológico que determina el rumbo y los
procedimientos de los que se nutren las investigaciones. ¡Eh ahí el quid de la
cuestión! Y, disculpen la insistencia, los supuestos ontológicos sobre el psiquismo,
nos guste o no, seamos conscientes de ello o lo ignoremos, determinarán
diferentes concepciones sobre la humana condición, su estudio y sobre los modos
de proceder en consecuencia en relación con los otros. Orientarán, además, la
manera de entender y llevar adelante la educación, emprendimiento proyectivo
e intencionado exclusivo de los humanos. Todo esto constituye un problema vital
en la psicología marxista y aparece esbozado en el texto de Ernesto como una
inquietante sugerencia para discutir su actualidad, en los tiempos que nos
circundan.
Entre los supuestos que organizan el “núcleo duro” (Lakatos, 1978) del programa
de la Psicología Histórica Cultural, vamos destacar tres que en conjunto
constituyen una gran hipótesis metodológica que direcciona todo el proceso de
investigación y construcción de conocimientos:
Lo psíquico es un componente originario, irreductible, singular en la humana condición.

Lo psíquico es un componente originario, irreductible, singular en un sistema complejo


en su unidad con otros elementos.

Lo psíquico es un componente originario, irreductible, singular en un sistema complejo


en su unidad con otros elementos, que se modifica, transforma en un proceso de
desarrollo dialéctico constructivo.
5
Consideremos cada uno de ellos por separado para poder captar mejor su
significado y las consecuencias teóricas metodológicas que implican:

Lo psíquico es un componente originario, irreductible, singular en la humana


condición.

Lo psíquico es un componente originario, irreductible, en el paquete social y


biológico inicial de la vida. “La psicología dialéctica… reconoce lo irreductible de
la singularidad cualitativa de la psique y afirma que los procesos psicológicos son
únicos.” (Vigotski 1991:100). Aunque la vida es inherente al niño ya en el período
del desarrollo embrionario se admite, desde el nacimiento, “la existencia de
rudimentos psíquicos... Una vida psíquica relacionada con los centros
subcorticales y una corteza todavía inmadura en el sentido estructural y funcional
...” (Vigotski 1996:281). La existencia de los rudimentos psíquicos en el recién
nacido se pone en evidencia en la expresividad de los movimientos que ponen
de manifiesto sus estados de alegría, euforia, dolor, pena, ira, miedo, susto o
asombro. Se incluyen además los movimientos instintivos provocados por el
hambre, la sed, la saciedad, la satisfacción, etc. y la existencia de estados de
conciencia nebulosos, confusos, en los cuales lo sensitivo y lo emocional se hallan
fundidos como estados sensitivos emocionales o estados de sensaciones
marcadas emocionalmente. Pero, además, Vigotski describió una comunidad
psíquica entre el bebé y la madre presente desde el momento del parto. La
consideró una conciencia primaria de comunidad psíquica, que antecede a la
aparición de la conciencia del «yo» diferenciado y separado. (Vigotski 1996:306).
Posteriormente, en el período postnatal, Vigotski localizo el surgimiento y el inicio
de la construcción de la vida psíquica individual. Un avance fundamental en la
conquista de la singularidad humana que, por lo señalado anteriormente,
acontece en dialéctica con lo social, con el colectivo humano que cuida y protege
la nueva vida (Vigotski, 1996:279).
Pero, reconocer la existencia originaria de lo psíquico, ya sea consciente o
inconsciente, no significa entenderlo como una realidad independiente o la
existencia de ideas innatas, sino que, por lo contrario, se lo entiende como

6
componente ligado a otros, en un sistema y en un proceso complejo de
construcción.
También confronta y contradice todas las tesis empiristas, sean del empirismo
objetivo o del subjetivo. En este sentido Vigotski nos advirtió que los reflexólogos
de Pavlov primero y los conductistas después, desde su materialismo ingenuo y
reduccionista, “…niegan la existencia de toda vida psíquica en el recién nacido,
consideran que es un autómata vivo que percibe y actúa en función de
determinadas conexiones nerviosas, que carece por completo de todo lo que
pueda parecer psique.” (Vigotski, 1996:280).4

Lo psíquico es un componente originario, irreductible, singular en un sistema


integral, complejo.

La Psicología Histórico Cultural adopta un punto de vista monista integral que, en


coherencia con el materialismo dialéctico, constituye un supuesto esencial en
todas las investigaciones. Esta psicología dialéctica afirma, en principio, que el
objeto de la disciplina “…no lo constituye el fenómeno psicológico neutral, sino
el fenómeno psicofisiológico integral único, que convencionalmente
denominamos fenómeno psicológico.” El mismo consiste “… en analizar un
fenómeno en su totalidad como una configuración y sus partes como elementos
orgánicos de la misma. Por consiguiente, la tarea fundamental de la psicología
dialéctica consiste precisamente en descubrir la conexión significativa entre las
partes y el todo, en saber considerar el proceso psíquico en conexión orgánica
en el marco de un proceso integral más complejo.” (Vigotski, 1991:109 y 103).
Esta hipótesis ontológica tiene una referencia directa a Spinoza para quien lo
psíquico era una parte de la propia naturaleza y estaba directamente ligada a las
funciones de la materia altamente organizada de nuestro cerebro. De aquí
emerge otra exigencia metodológica: no debemos estudiar los procesos

4
En la actualidad ocurre algo similar con el computacionalismo (Bruner, 1991), esa versión de la psicología cognitiva que
ya no habla de psique sino de cognición y, en la misma operación política metodológica, sustituye la expresión pensar
por la de procesar información y reflexión por metacognición. Es una versión nueva del dualismo mecanicista y
reduccionista, presentado en esta oportunidad como dualismo funcional, una estrategia para investigar que equipara la
mente humana a un sistema cognitivo computacional y estudian los procesos cognitivos o bien prescindiendo del cuerpo
o reduciéndolos a esquemas cerebrales (Searle, 2004).

7
psíquicos, fisiológicos, sociales y culturales de forma separada, puesto que
desgajados del conjunto se nos hacen totalmente incomprensibles; debemos
abordar pues el proceso en su totalidad. (Vigotski, 1991, 1995).

Asimismo, cuando se analizan los fenómenos humanos, este enfoque holístico,


estructural diferencia lo individual de lo colectivo y los aborda formado parte de
un sistema. Por citar dos ejemplos: (a) Los bebes no tienen mayor grado de
conciencia, ni regulan con decisión voluntaria sus acciones, ni hablan por sí
mismos… pero, tienen madre, padre, abuelos, hermanos y vecinos que le prestan
sin más, conciencia, lenguaje, significados a sus acciones. Esa es la condición
humana natural. Por eso se puede afirmar que lo psicológico comienza siendo
social, colectivo, comunitariamente compartido y avanza hacia un progresivo
proceso de individuación y singularidad, sostenido siempre en la comunicación
intersubjetiva y en el lenguaje como instrumento privilegiado. (b) El pensamiento
humano tiene un arraigo en una psicología individual, pero al mismo tiempo es
un hecho o acontecimiento social y público, forma parte del colectivo, del grupo
o comunidad. El pensar, el imaginar, el memorizar, el hacer, el conocer, etc. etc.
no ocurre solo en el individuo sino también y al mismo tiempo en los lugares
habituales donde vive, convive y habita. “Su lugar natural es el patio de la casa,
la plaza del mercado y la plaza de la ciudad.” (Geertz, 1973 /1991: 52). En esta
línea de pensamiento Vigotski reafirmó una expresión atribuida a Freud: “Toda
psicología individual es una psicología social” (Vigotski, 1924 /2006)

La psicología dialéctica propone en los inicios de 1930 un modelo de análisis para


los fenómenos humanos que parte de la complejidad sobre los requisitos que
Clifford Geertz reclamara en los inicios de 1970 desde la América del Norte “…lo
que necesitamos es buscar relaciones sistemáticas entre diversos fenómenos, no
identidades sustantivas entre fenómenos similares. Y para hacerlo con alguna
efectividad, debemos reemplazar la concepción "estratigráfica" de las relaciones
que guardan entre sí los varios aspectos de la existencia humana por una
concepción sintética, es decir, una concepción en la cual factores biológicos,
psicológicos, sociológicos y culturales puedan tratarse como variables dentro de
sistemas unitarios de análisis.” (Geertz. 1973/1991:51) De este modo lo humano

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podría ser representado como un objeto complejo que se asemeja a un enredo
de componentes, a un sistema de funciones en movimiento.

Esta hipótesis de un modelo integral complejo lo diferencia del modelo


estratigráfico de la tradición racional empirista y positivista. Por ejemplo, en la
psicología subjetiva, debido a su enfoque idealista y dualista, lo psíquico se
separa del proceso global del que es parte integrante y se lo considera como algo
independiente que existe paralelamente a los procesos fisiológicos, sociales y
culturales. En la perspectiva de esta psicología subjetiva dualista es posible
reconocer dos doctrinas principales: la de la acción recíproca que defiende la
hipótesis según la cual entre los procesos psíquicos y cerebrales pueden existir
interrelaciones y la del paralelismo que sostiene la hipótesis según la cual la
psique es capaz de actuar en forma paralela a los procesos cerebrales. En ambos
casos lo psíquico aparece como una fuerza mecánica especial independiente que
se interrelaciona y, en el campo de la psicología el conocimiento debe construirse
de forma puramente psicológica. También la concepción del monismo integral
complejo se va a diferenciar del monismo simple de los materialistas ingenuos
mecanicistas, reduccionistas que identificarán lo psíquico con lo físico y, de esta
manera o bien niegan la realidad de lo psíquico o, a lo sumo, lo consideran un
epifenómeno del funcionamiento neurofisiológico y del aprendizaje.5

Lo psíquico es un componente originario, irreductible, singular en un sistema


integral, complejo, que se modifica, transforma en un proceso de desarrollo
dialéctico constructivo.
“…en la nueva sociedad, nuestra ciencia (la Psicología) se hallará en el centro de
la vida. «El salto del reino de la necesidad al reino de la libertad» planteará
inevitablemente la cuestión del dominio de nuestro propio ser, de subordinarlo a
nosotros mismos. En la futura sociedad, la psicología será en realidad la ciencia
del hombre nuevo. Sin ella, la perspectiva del marxismo y de la historia de la
ciencia sería incompleta.” (Vigotski, 1927 / 1991:406)

El desarrollo humano, desde la gestación hasta la edad adulta, constituye una


unidad dialéctica, un sistema complejo en transformación vital donde se
entrecruzan y entrelazan los hilos de lo biológico, lo psicológico, lo social y lo

5
Estos materialistas reduccionistas en la actualidad del s. XXI agitan banderas de cientificidad bajo el Programa de las
Neurociencias cognitivas donde el amo y señor de todo entendimiento y proceder sobre lo humano pasó a depender del
encéfalo y su funcionamiento. En la divulgación propagandística de estos saberes contemporáneos hay un predominio de
concepciones animistas y antropomórficas en expresiones tales como “El cerebro que piensa”, “El cerebro que ve” o “El
cerebro que desea”. Hay un mecanicismo ingenuo, contradictorio y arrogante en la expresión: “Educando al cerebro” que
se pronuncia y se escucha sin ningún rubor ante algunos psicólogos y educadores que escuchan absortos. Al respecto
sugiero el interesante análisis crítico al respecto realizado recientemente por Antonio Castorina (Castorina, 2016).

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cultural. Es una organización estructural en movimiento dramático generado por
conflictos y contradicciones diversas en el transcurrir de la evolución, el desarrollo
y la historia. Desarrollo que acontece de manera general y al mismo tiempo en
forma diversa y singular con las peculiaridades de cada edad y cultura. En el
proceso del desarrollo histórico, el hombre social modifica los modos y
procedimientos de su comportamiento, transforma sus inclinaciones naturales y
funciones, elabora y crea nuevas formas de comportamiento específicamente
culturales. (Vigotski 1995; 1996). Si desconocemos la génesis de las funciones
superiores no podemos explicar lo psíquico y esto conduce inevitablemente a
quedar restringido a una concepción esencialmente metafísica o a negar su
existencia. (Vigotski,1995:19)

A modo de una síntesis forzada, por tratar de aprehender lo esencial en un breve


espacio, enunciaré las que considero tesis principales de la concepción
vigotskiana, por ende, marxista sobre el desarrollo vital humano. Esta manera de
entender el desarrollo humano provoca transformaciones radicales en la
metodología de la investigación utilizada para producir conocimientos sobre el
mismo. Entre las tesis y enunciados conceptuales y metodológicos de la
Psicología Histórico Cultural, elaboradas a partir de la interpretación de los
escritos de Vigotski,6 considero relevante destacar los siguientes:
(1) La afirmación de que el desarrollo en su totalidad transcurre entre la trama de
una complejidad de componentes reconociéndose la predominancia en el punto
de partida de los componentes biológicos y sociales. Pero es la sociedad y no la
naturaleza la que debe figurar en primer lugar como el factor determinante de la
conducta del hombre. Este desarrollo no sigue una curva de ascensión uniforme.
Por el contrario, se evidencian conflictos de avances y retrocesos, de formación
y destrucción. En él se incluyen no solo cambios evolutivos, sino también
revolucionarios. Para poder comprender el desarrollo humano han de introducirse
los conceptos de conflicto y contradicción o choque entre los diversos
componentes del mismo.

6
Los textos de Vigotski especialmente consultados corresponden a los publicados en las Obras Escogidas Tomos I, II,
III y IV publicados por la Editorial Aprendizaje Visor de Madrid (España) entre 1991 y 1996.

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(2) La tendencia a estudiar los procesos íntegros y el intento de descubrir las
estructuras que subyacen en los fenómenos psicológicos conducen a reformular
el análisis psicológico de tal modo que permita revelar los nexos dinámico-
causales y las relaciones que subyacen en los procesos complejos. Se subrayan
tres aspectos en dicho análisis: (a) Se parte del análisis del proceso y es
conveniente diferenciarlo del análisis del objeto. La misión principal es restablecer
genéticamente todos los momentos del desarrollo de dicho proceso; convertir el
objeto en proceso y estudiarlo en movimiento. El análisis genético considera que
el proceso psíquico sufre cambios, transformaciones que acontecen en distintos
tiempos y duraciones. Ese desarrollo puede ser observado, por ejemplo,
utilizando el método genético experimental o el comparativo. (b) El análisis
genético atiende al descubrimiento de la génesis del fenómeno, su base
dinámico-causal. Dicho análisis se convierte en la explicación científica del
fenómeno que se estudia y no sólo su descripción.7 (c) Si encontramos procesos
ya fosilizados o que se han petrificado por repetición en un largo período de
desarrollo histórico (una forma es la naturalización) es necesario convertir el
objeto en movimiento y lo fosilizado en proceso. Esta fosilización se manifiesta
sobre todo en los llamados procesos psíquicos automatizados o mecanizados. Por
su apariencia externa no revela su naturaleza interior perdiendo todos los indicios
de su origen. (Vigotski 1995:105)
(3) El uso de herramientas y de signos constituyen las dos formas culturales básicas
para entender el desarrollo y la organización de la psicología individual humana.
Las raíces genéticas de las mismas se encuentran en la edad del bebé. (Vigotski,
1995:18). Configuran la actividad mediadora base estructural de las formas
culturales del comportamiento. La utilización de los signos pone de manifiesto
una cierta analogía con el empleo de las herramientas. Pero al lado de rasgos
similares en una y otra actividad se reconocen rasgos distintivos fundamentales.
La diferencia, por naturaleza y por historia, es su distinta orientación. Las
herramientas como medios de trabajo sirven para dominar los procesos de la

7
No se limita a describir, sino que tiene que explicar “…resulta necesario el análisis científico, el saber descubrir bajo el
aspecto externo del proceso su contenido interno, su naturaleza y origen.” (Vigotski, 1995:104) Con la descripción del
fenómeno no basta «Si la forma de manifestarse y la esencia de las cosas coincidieran directamente, sobraría toda
ciencia». (C. Marx, E. Engels)

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naturaleza, están dirigidas hacia afuera y debe provocar cambios en el objeto.
En cambio, el signo es el medio de que se vale el hombre para influir
psicológicamente, bien en su propia conducta, bien en la de los demás.8 Vemos,
por tanto, que la herramienta orientada al exterior y el signo orientado al interior,
cumplen técnicamente distintas funciones psíquicas. El signo y el modo de su
empleo es el determinante funcional en la estructura superior del desarrollo
psicológico y el foco de todo el proceso. (Vigotski, 1995:123). Los signos
constituyen componentes esenciales que sostienen y alimentan la dimensión
semiótica de la humana condición.
(4) En el comienzo de la vida, en los inicios del desarrollo, lo psicológico es social y
luego se individualiza. Las funciones psíquicas superiores son al principio
relaciones sociales reales entre los hombres y el empleo de signos, entre ellos la
palabra, es lo más relevante en el desarrollo cultural. Por lo cual el signo se inicia
como medio de relación social, de influencia sobre los demás y tan sólo después
se transforma en medio de influencia sobre sí mismo. Se puede afirmar, por
ejemplo, que me relaciono conmigo mismo tal como los otros se relacionaron
conmigo o que se reconoce un nexo genético entre las discusiones que mantiene
el niño y su capacidad para reflexionar. De este modo queda claro que la palabra
solo puede explicarse si salimos de lo individual y recurrimos a un sistema social
donde los individuos la utilizan esencialmente para comunicar “…y si queremos
saber cómo funciona la palabra en la conducta del individuo, debemos analizar,
ante todo, cual ha sido su función anterior en el comportamiento social de los
hombres.” (Vigotski, 1995:147). Vigotski cita a Pierre Janet para quien la palabra
fue al principio una orden para otros siendo por ello el medio fundamental para
dominar la conducta. “Por ello, si queremos clarificar desde el punto de vista
genético de donde procede la función volitiva de la palabra, …de dónde le viene
su poder sobre la conducta, llegaremos indefectiblemente, tanto en la
ontogénesis como en la filogénesis, a la función real del mando. Tras el poder de
la palabra sobre las funciones psíquicas se alza el poder real del jefe sobre el
subordinado; desde el ángulo genético, la relación de las funciones psíquicas

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Se considera que todo estímulo condicional creado por el hombre artificialmente y que se utiliza como medio para
dominar la conducta —propia o ajena— es un signo. (Vigotski, 1995)

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debe incluirse en las relaciones reales entre los hombres.” (Vigotski, 1995:148)
Es inevitable hacer referencia en este apartado sobre la relevancia de esta tesis
para orientar las investigaciones sobre la realidad existencial actual e histórica de
los pueblos latinoamericanos. La psicología de individuos, grupos y comunidades
construida sobre relaciones de dependencia y dominación; las marcas que dejan
en el lenguaje, en los cuerpos, en los gestos y actitudes. Y para orientar nuestras
prácticas profesionales orientadas en el campo de la salud o de la educación
donde la toma de conciencia sobre las condiciones de la existencia pasa,
necesariamente, por un proceso crítico que promueva la emancipación.
(5) Si bien la investigación experimental nos aporta conocimientos válidos sobre el
desarrollo humano desentrañando los procesos, mecanismos y leyes que regulan
el mismo no hay que limitarse a ello. En la perspectiva metodológica adoptada
rige la creencia que los resultados de la investigación experimental no constituyen
un reflejo exacto de lo que ocurre en la vida cotidiana. La investigación no genera
una teoría científica ya hecha para aplicar sino un certero saber para contrastar
con las realidades humanas interrogadas. Es necesario preguntarnos de qué
manera transcurre en las condiciones de la vida cotidiana los procesos de
desarrollo investigados en algún laboratorio o sala de experimentación. La
producción de conocimiento en el campo de la psicología, más allá de los métodos
experimentales o de experimentación que utilice, no debe perder de vista a los
humanos concretos situados en una clase social, en una identidad sexual, en un
contexto histórico cultural. En este sentido la teoría y la metodología de una
psicología dialéctica se transforman en instrumentos básicos para la construcción
de un saber que transciende la investigación experimental y que debe ser
contrastado, revisado y enriquecido en la vida real. Además, es necesario tener
en cuenta que el curso de la exposición de la investigación, tanto en forma oral
o escrita, jamás coincide directamente con el proceso efectivo de la investigación,
tan sólo es una buena interpretación de los hechos acaecidos.
(6) El desarrollo psicológico humano, tanto general como de cada función, constituye
un proceso natural siendo el autodominio una meta necesaria. El punto de partida
está en reconocer que los procesos del comportamiento humano son procesos
naturales en el sentido que los mismos están supeditados a las leyes de la

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naturaleza al igual que todos los demás procesos. “A partir de aquí se nos plantea
la cuestión más importante: ¿Qué debemos entender como dominio de la
conducta propia?” (Vigotski 1995:126). Al igual que otros procesos de la
naturaleza no presupone la abolición de las leyes básicas que rigen esos
fenómenos sino la subordinación a ellas. La ley básica del comportamiento
humano es la ley del estímulo-reacción. La llave para el dominio del
comportamiento nos proporciona el dominio de los estímulos por lo tanto el
dominio de la conducta es un proceso mediado que se realiza siempre a través
de ciertos estímulos auxiliares. Como se sabe, sometemos la naturaleza,
obedeciendo sus leyes. Lo que más caracteriza el dominio de la conducta propia
es la elección. El control del propio comportamiento se transforma en un
componente fundamental para el ejercicio de la libre elección.
(7) Y un último asunto de relevancia, si bien no menos importante que todos los
otros aquí tratados, pero, insoslayable desde la Psicología Histórica Cultural. Me
refiero al tema de la libertad y su ejercicio. La libre elección en tanto característica
esencial de la humana condición y problema acuciante e insoslayable de
indagación en el desarrollo humano. Al respecto Vigotski no duda en hacer
referencia a sus fuentes de inspiración. Una de ella, su querido filósofo, Baruch
de Spinoza: “No podemos dejar de señalar que nuestra idea de la libertad y el
autodominio coincide con las ideas que Spinoza desarrolló en su «Ética».”
(Vigotski, 1995:301). La otra referencia obligada de sus tesis sobre el libre
albedrío está en el pensamiento Engels: «…El libre albedrío, por lo tanto, no
significa más que la capacidad de tomar decisiones con conocimiento del asunto»
(K. Marx, E. Engels, Obras, tomo 20, pág. 116. Edición rusa) (Vigotski, 1995:300)
El libre albedrío, por lo tanto, no consiste en estar libre de los motivos, sino en
que los individuos toman conciencia de la situación en la que se encuentran.
Reconocen de alguna manera sus límites y sus posibilidades; identifican los
mecanismos que determinan su comportamiento y proyectan adecuaciones a las
circunstancias limitantes, cambios moderados o revolucionarios de las mismas.
En cualquier caso, comprometen la toma de conciencia de la necesidad de elegir
que constituye, en última instancia, una necesidad gnoseológica. La libertad
humana consiste precisamente en que el ser humano piensa, establece

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conexiones, reflexiona, toma conciencia y actúa en consecuencia, asumiendo sus
decisiones como agente activo comprometido con una ética. Por eso cada paso
en la historia del desarrollo humano, a medida que la cultura tiene un
protagonismo mayor, es un paso en el camino hacia la libertad de pensamiento
y de acción para lo cual es absolutamente necesaria la imaginación creadora.
Finalmente considero importante compartir una advertencia, producto de mi
experiencia histórica en el estudio de los escritos de la denominada Psicología
Histórico Cultural, y que puede ser de utilidad para los lectores del Libro. Para
comprender la propuesta teórica y metodológica de dicha teoría y de manera
especial, para leer a Vigotski, descubrí que es necesario adoptar la crítica como
una herramienta básica en la interpretación. Es necesaria una reflexión crítica
sistemática de los esquemas y modelos que organizan nuestros conocimientos e
influyen en nuestras hipótesis lectoras. Somos hijos de la ilustración racional
empirista y del positivismo y ésta ha sido -y sigue siendo- la matriz socio cultural
dominante tanto para pensar y hacer la investigación y para conducir la educación
formal en todos los niveles (Temporetti, 2015). Debemos estar precavidos sobre
esta situación ya que todos los autores que intentan construir una psicología
tomando como referencia el marxismo, con sus más y con sus menos, parten de
una crítica y una divergencia ontológica, epistemológica y metodológica con la
tradición ilustrada -empirista y racionalista- y con el positivismo. La criba de
nuestras propias creencias se hace viable a partir de comparar, contrastar,
conversar, debatir y discutir. Estas actividades son esenciales para promover la
toma de conciencia y constituyen verdaderos antídotos contra el tedio de la
repetición alienante.
Y algo más para finalizar, mi agradecimiento a Ernesto Flores por la confianza
depositada para elaborar este prólogo. En esta tarea, la lectura atenta de sus
escritos me brindo una nueva oportunidad para releer a Vigotski y para
reorganizar mis conocimientos sobre la Psicología Histórico Cultural. Estoy
persuadido de la vigencia de la misma, no solo para comprender la idiosincrasia
de los pueblos de la América sino también como una herramienta singular para
avanzar en sus procesos de emancipación ante cualquier clase de subordinación
y servidumbre. Una Psicología Histórico Cultural que constituye una herramienta

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privilegiada para caminar y avanzar hacia la utopía de la construcción de un
hombre nuevo en una sociedad cada vez más justa, libre, diversa, solidaria y en
la cual se consolide una democracia plural que procura el bien estar y el bien vivir
de todos y todas en armonía con la madre tierra.

Rosario, Argentina 24 de marzo de 2018

Referencias Bibliográficas

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Bunge, Mario (1975) Ontología y ciencia. Dianoia: anuario de Filosofía, (21), 50-59.
Castorina, Antonio (2016) La relación problemática entre neurociencias y educación.
Condiciones y análisis crítico. Propuesta Educativa Número 46 – Año 25 – Nov. 2016 – Vol2 –
Págs. 26 a 41. Buenos Aires. FLACSO Argentina.
Flores Sierra, Ernesto (2017) La Psicología Histórico Cultural, en prensa.
Geertz, Clifford. (1973) La interpretación de la cultura. Barcelona. Gedisa 1991
Lakatos, I (1978) La metodología de los programas de investigación científica. Madrid. Alianza
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Searle, John (2004) La mente. Una breve introducción. Bogotá, Norma 2006
Temporetti, Félix (2014) Entre la escalera ascendente y la espiral recurrente. En: Itinerarios
Educativos la revista del INDI. Año 7, N° 7 Pág. 83-97. FHUC. Santa Fe
Vigotski, Lev (1924) La psicología del arte. Barcelona, Paidos 2006
Vigotski, Lev (1927) El significado histórico de la crisis de la Psicología. Tomo I Obras Escogidas.
Madrid. Aprendizaje Visor / MEC 1991
Vigotski, Lev (1930) La psique, la conciencia, el inconsciente. En: Vigotski, L. Tomo I Obras
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Vigotski, L. (1930) El primer año. Tomo IV Obras Escogidas. Psicología Infantil. Segunda parte:
problemas de la psicología Infantil. Pág. 275. Madrid. Aprendizaje Visor, 1996.
Vigotski, L. (1931) Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores. Tomo III Obras
Escogidas. Madrid. Aprendizaje Visor, 1996.

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