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EL CONFLICTO ÁRABE-

ISRAELÍ: ¿POR QUÉ


OCURRE REALMENTE?
Por Mario A Olcese

Antecedentes del problema

Todos los que leemos las noticias nos quedamos pasmados al ver
tanta violencia en el mundo, y en particular, en el Medio Oriente. Y
es que el conflicto árabe-israelí ya viene teniendo miles de años,
desde que los hebreos tomaron la “tierra prometida” con Josué a la
cabeza. Sí, las tensiones entre árabes y judíos se remontan a los
tiempos bíblicos del Antiguo Testamento. Esta lucha se inició en
realidad con una disputa familiar cuando el patriarca Abraham
desheredó a su hijo mayor (Ismael), dejando todos sus
considerables bienes al menor (Isaac). Por desgracia, muy pocas
personas comprenden esto. Pero las exigencias y reclamos árabes
(los descendientes de Ismael) a la fortuna familiar yacen bajo cada
asalto o atentado árabe contra Israel en la actualidad. La furia y la
envidia por las posesiones heredadas por Isaac—-tanto materiales
como espirituales--- explican el odio de los árabes hacia los judíos,
un odio que ha sido encendido en los descendientes de Ismael por
muchísimas generaciones hasta el día de hoy.

El Arreglo de Dios con Respecto a Una Promesa

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Para comprender el origen de la disputa familiar uno tiene que
acudir a la biografía de Abraham reseñada en la Biblia. Ella nos
dice que Dios llamó a Abraham para que saliera de Harán cuando
tenía setenta y cinco años de edad. Su esposa para ese entonces
tenía sesenta y cinco años, pero era estéril. Esto significaba que
Abraham no tenía prole con su esposa. No obstante, Dios hizo un
pacto con Abraham en el sentido que le daría un heredero que
tanto había anhelado. La promesa fue anunciada a Abraham con
estas palabras solemnes:

“Pero Jehová había dicho a Abraham: Vete de tu tierra y de tu


parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a
los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra” (Génesis 12:1-3)

Abraham obedeció la orden de Dios, saliendo de Harán con su


sobrino Lot y con sus esposas y siervos. Cuando la comitiva de
Abraham entró a Cannán, Dios prometió aún más:

“A tu descendencia daré esta tierra” (Génesis 12:7)

Con excepción de algún tiempo pasado en Egipto, Abraham vivió


durante los siguientes doce años en la tierra que Dios le había
prometido no a él, sino a su simiente (descendencia). Todavía no
tenía el heredero que Dios le había prometido, de modo que para
ayudar a Dios a cumplir su palabra, Sara entregó a Abraham su
sierva egipcia Agar en calidad de concubina. De la unión de
Abraham y Agar nació Ismael.

El Hijo Prometido

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Pero Ismael no era el hijo prometido por Dios aun cuando
Abraham mantuvo esta convicción por muchos años. No hay duda
de que a menudo él contó al muchacho las tremendas promesas
que Dios había hecho con referencia a sus descendientes.

Cuando Abraham ya contaba con cien años, el Señor volvió a


aparecérsele y le confirmó el pacto, y luego agregó:

“A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.


Y la bendeciré, y vendrá
a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.”
Entonces Abraham cayó sobre su rostro y se rió, y dijo para sí:
“¿A hombre de cien años ha de nacer hijo?¿Y Sara, ya de noventa
años, ha de concebir?”.

Entonces Abraham le pidió a Dios que cumpliera sus promesas por


medio de Ismael, argumentando: “Ojalá Ismael viva delante de ti.”
“No”, replicó Dios, “Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él
como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. Y en
cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le
haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce
príncipes engendrará, y haré de él una gran nación. Mas yo
estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este
tiempo el año que viene” (Génesis 17:15-21).

En esta ocasión Dios igualmente ordenó a Abraham que ratificara


el pacto, demandando que todo varón de su casa fuese
circuncidado, tanto los que habían nacido como siervos, como los
que él había comprado con su dinero. Aun hasta el día presente
tenemos una notable verificación de este pacto, pues los judíos,
como han hecho durante siglos, todavía observan esta ceremonia.
Los árabes, todos descendientes de Ismael, siguen también esta
costumbre similar. Pero ellos generalmente posponen la
circuncisión hasta los trece años de edad. ¿Por qué? La razón es

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que Ismael, en la ocasión en que Abraham circuncidó a todos los
varones, tenía trece años.

Cuando nació Isaac al año siguiente, Ismael perdió sus derechos de


primer heredero, pues era hijo de una esclava. De acuerdo con la
costumbre, el primer heredero recibía usualmente una doble
porción de los bienes de la familia. Aparentemente por este tiempo
todavía Ismael era candidato a heredar al menos una parte menor
de los bienes. Pero entonces, durante una celebración de
cumpleaños de Isaac, sucedió un incidente que produjo el
repentino exilio de Ismael y de su madre de la casa de Abraham. El
registro contenido en las Escrituras para esa ocasión es el que
sigue:

“Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete


el día que fue destetado Isaac. Y vio Sara que el hijo de Agar la
egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de
su hijo Isaac. Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a
su hijo, porque el hijo de la sierva no ha de heredar con Isaac mi
hijo” (Génesis 21:8-10).

No se nos dice cuál fue exactamente la ofensa que Ismael cometió


en esta ocasión pero Sara la consideró lo suficientemente seria
como para demandar que Agar y su hijo, para el bien de todos,
dejaran la casa de Abraham.

Todo esto sucedió hace cerca de cuatro mil años. ¿Puede un pueblo
aborrecer durante tanto tiempo sin olvidar los motivos de ese odio?
Los árabes pueden. El árabe es, con mucho, el hombre más
consciente de sus antepasados sobre la faz de la tierra. Todos
reclaman a Ismael como su progenitor. Y algunos pueden nombrar
a sus antepasados durante generaciones y generaciones.

Así es que los árabes pueden recordar verdaderamente, y sus


esfuerzos de siglos para apoderarse por la fuerza del territorio de

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Israel llenan páginas, tanto en la historia bíblica como en la
profana. Pero la rivalidad no para allí. También halla expresión en
la fe islámica, la que reclama para la progenie de Ismael todo lo que
ha sido prometido a los hijos de Isaac. Mahoma, que vivió desde el
año 570 hasta el 632 de nuestra era, fundó la fe que hoy tiene más
de 500 millones de fieles. En efecto, el próspero mercader de La
Meca que se convirtió en predicador fue el único hombre en la
historia que ha escrito todo un testamento de una fe mayor. El
Corán, que es como se llama la obra, tiene alrededor de los dos
tercios de la extensión del Antiguo Testamento hebreo.

La fe islámica a menudo ha sido usada para mantener los antiguos


sentimientos árabes contra los judíos en su punto de mayor
tensión. Especialmente cuando se ven rodeados por problemas
económicos o por otras crisis en casa, los líderes políticos
diestramente desvían la atención de las masas de estas situaciones
embarazosas alentando el resentimiento contra los sionistas. A
menudo, también, las estaciones de radio árabes combinan sus
acostumbradas diatribas contra Israel con citas antijudías sacadas
del Corán.

El Exilio Judío

Los Judíos siempre han sido objeto de odios y persecuciones por


parte de sus enemigos árabes y no árabes. La pugna por el dominio
territorial judío llevó al pueblo al destierro en varias ocasiones,
comenzando con los egipcios, babilonios, y romanos. Cuando
Cristo aparece en la historia y en su pueblo, los suyos no le
recibieron con interés (Juan 1:12), no obstante, algunos pocos le
aceptaron y siguieron, Jesús predijo el castigo de su pueblo y su
destierro mundial. El profetizó lo siguiente:

“Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las


naciones. Y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los
tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:24).

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“Así dice Jehová el Señor:...Os tomaré de entre las naciones, y os
recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestra propia tierra”
(Ezequiel 36:22,24).

“Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta
tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los
arrancaré” (Jeremías 24:6).

“Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las


ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán
del vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.
Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados
de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo” (Amós
9:14,15).

Así vemos que el Señor profetizó la destrucción de la ciudad de


Jerusalén, y la dispersión mundial de los judíos, mas estableció que
Jerusalén volvería a manos de los judíos (no árabes) en los
últimos tiempos, y que harían fructificar la tierra prometida.

En el año 70 d.C, el General romano Tito entró con sus ejércitos a


Jerusalén para aplastar una rebelión judía, destruyendo el templo
hebreo y matando a más de un millón de judíos. El resto de judíos
escapó a diferentes países del mundo. Mientras tanto, la ciudad de
Jerusalén sería dominada por naciones no judías hasta que se
cumpliesen “los tiempos de los gentiles” predichos por Cristo.
A continuación daremos una reseña de los acontecimientos
acaecidos a los judíos hasta el año 70 d.C, fecha en que fueron
finalmente dispersados a todos los países.

1.- El llamamiento de Abraham 2,000 a.C


aproximadamente
2.- Israel entra en la tierra prometida (Canaán) 1,350 a.C Bajo
Josué

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3.- Gobierno del rey Saúl 1,040-1000 a.C
Aproximadamente
4.- Gobierno de David 1,000-960 a.C
Aproximadamente
5.- Gobierno de Salomón 960-920 a.C
Aproximadamente
6.- Inauguración del templo 950 a.C
7.- Israel dividido en dos partes (Norte y Sur) 920 ó 933, ó 976 a.C
8.- Caída de Israel (parte Norte) 722 a.C por Asiria
9.- Los 3 ataques de Nabuconodosor contra
Jerusalén 606, 597,y 586 a.C
10.- Destrucción del templo 586 a.C
11.- Regreso de Babilonia bajo Zorobabel 536 a.C
aproximadamente
12.- Reedificación del templo 516 a.C
13.- Israel bajo Grecia 332 a.C
14.- Israel bajo Egipto 302 a.C
15.- Israel bajo Siria 198 a.C
16.- Antíoco Epífanes profana el templo 168 a.C
17.- El motín de los Macabeos 167-162 a.C
18.- La limpieza del templo 165 a.C
19.- Pompeyo conquista Jerusalén 63 a.C
20.- Rebelión contra los romanos 66-70 d.C
21.- Destrucción del templo y diáspora mundial Judía 6
de Agosto el 70 d.C

Israel en la Dispersión— dominio no Judío en Israel


(cronología):

22.- El motín de Bar Cochebas 132-135 d.C


23.- La destrucción total de Jerusalén 135 d.C
24.- Israel bajo los Persas 614-636 d.C
25.- Israel bajo los árabes 636-1099d.C
26.- La Mezquita de Omar Inaugurada 691 d.C

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27.- El Tiempo de las Cruzadas 1099-1291 d.C
28.- Israel bajo los árabes 1291-1517 d.C
29.- Israel bajo Turquía 1517-1917 d.C
30.- El Primer congreso Sionista 1897 d.C
31.- La Fundación de Tel Aviv 1909 d.C
32.- General Inglés Allenby conquista Palestina 1917 d.C
33.- Mandato de los ingleses sobre Palestina 1918-1948 d.C
34.- Inauguración de la Universidad Hebrea 1925 d.C
35.- Proclamación del Estado de Israel (regreso de la
Diáspora mundial) 1948 d.C
36.- La Guerra del Sinaí 1956 d.C
37.- La “guerra de los 6 días” 5-10 Junio de 1967
38.- Jerusalén nuevamente en poder Judío 1967 d.C
39.- La Guerra del “Yom Kippur” 1973 d.C

Como se puede ver en la reseña en los puntos 35 y 38. el pueblo


judío en la diáspora ha estado regresando a su tierra y han
recuperado el control de su capital Jerusalén. ¿Se puede decir
entonces que en el año 1967 se cumplió la profecía de Jesús escrita
en Lucas 21:24 en relación al fin de “los tiempos de los gentiles”?
Aun hoy día vemos cómo siguen regresando a Israel judíos de
Argentina, Rusia, y de muchos lugares del mundo.

Población Judía por Años en Israel

1856.................................10,600
1882.................................24,000
1895.................................47,000
1914..................................85,000
1922.................................83,000
1931..................................174,600
1939.................................449,000
1948.................................758,700

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1951..................................1’404,400
1961..................................1’981,700
1967..................................2’383,600
1972..................................2’723,600
2000..................................5’000,000

Como se puede ver claramente, los judíos siguen regresando a su


tierra tal como Jesús lo profetizó hace dos milenios. Sin duda Dios
sigue tratando con la simiente libre de Abraham, o sea con los
descendientes de Isaac, el progenitor de los hebreos para la
posesión de la tierra prometida. Todos estos hechos indican que
Dios les ha dado a los hebreos la posesión de la tierra prometida,
hecho que nadie puede cambiar. No habrán tratados ni convenios
posibles que puedan variar esta decisión divina. Las guerras, los
conflictos, los atentados terroristas, las presiones internacionales,
etc., jamás podrán desposeer a la simiente libre de Abraham la
herencia legítima de las promesas de Dios. El Todopoderoso es la
máxima y la última palabra sobre este asunto territorial. Dios
definitivamente castigará a los que quieren desconocer su pacto
con Abraham y su descendencia hebrea:

“Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando


mi santuario en medio de ellos para siempre” (Ezequiel 37:28).

“Porque he aquí rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan


cabeza...han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean
nación, y no haya más memoria del nombre de Israel...sean
afrentados y turbados para siempre; sean deshonrados, y
perezcan (tus enemigos)” (Salmo 83:2,17).

Resumen:

1.- Dios llamó a Abraham para darle un territorio para él y su prole


o simiente.

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2.- La simiente de Abraham proviene de Sara, la madre de los
judíos, y no de Agar, la
sierva.
3.- Los árabes no son los herederos de la tierra, pues son hijos de la
sierva.
4.- Los árabes serán bendecidos de otra forma por medio de la
simiente de Sara.
5.- Jesucristo es la simiente de Abraham que heredará la tierra y el
reino de David.
6.- Los árabes que luchen contra Dios y su simiente electa, serán
castigados
severamente por el Todopoderoso.
7.- Jesucristo pondrá fin al conflicto árabe-israelí cuando regrese
desde los cielos con
los ángeles de su poder.

Para Mayor Información Escribir a:

molceses@hotmail.com

Literatura Paralela:

1.- Israel en la Profecía


2.- El Reino de Dios

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