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LOS VALORES DE LA NAVIDAD

Navidad; tiempo maravilloso en el que se respira generosidad, humildad, gratitud, solidaridad, reconciliación,
paz, amor… donde el nacimiento del Niño Jesús es motivo de festividad, y su enseñanza cobra vida en la
humanidad. Durante esta época estamos llamados -más que nunca-, a vivir los valores que sobresalen en la
tradición navideña.
Es de gran interés considerar la importancia de los valores más representativos de la Navidad, así como
transmitirlos a los hijos y vivirlos en familia. Destacamos los siguientes:

Generosidad
Es el acto de entrega hacia los demás, es donarse cada quien en su máxima
expresión de forma desinteresada y amorosa, recibiendo a cambio, la satisfacción
que sólo la generosidad puede proporcionar.
En Navidad hay varios personajes que se destacan por su espíritu generoso, entre
ellos, los Reyes Magos En cuanto a ellos, no sólo fueron dadivosos al brindarle
al Niño Dios sus mejores ofrendas –incienso, mirra y oro-, sino también por el
esfuerzo y el tiempo dedicado para poder llegar al humilde establo de Belén.
Estos tres hombres dejaron su hogar para recorrer tierras lejanas, se enfrentaron a las dificultades propias de una
travesía inexplorada, y todo su sacrificio tenía un solo propósito: adorar al Niño Dios.
Como este ejemplo, ayuda a reflexionar sobre la práctica de la generosidad, en especial en época de Navidad, en
donde debe existir un propósito enérgico de regalar tanto ayuda material, como espiritual: un gesto amable, una
sonrisa, una porción de nuestro tiempo o trabajo, entre otros.
Humildad
El contexto donde se originó el nacimiento del Niño Dios, es la principal representación de humildad.
Recordamos entonces el fragmento de la Oración para todos los días que hace parte de la Novena al Niño Dios:
“(…) En retorno de él, os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado suplicándoos
por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el
pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de
todo lo terreno que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.”
Dios se hizo hombre en un establo, un lugar sencillo que contaba con lo necesario -o tal vez menos-, donde el
calor de algunos animales y varios pastores, eran la única compañía de Jesús, José y María. Era una fiesta
espléndida, alegre, pero austera; Dios no necesitó comodidades ni lujos para entregarse al mundo. La celebración
por su nacimiento era gigantesca en amor y sencilla en lo terreno.

Solidaridad
Solidarios como fueron los pastores, los Reyes Magos, quienes dejaron sus quehaceres para custodiar al Niño
Dios, José y María en la humilde morada.
La Navidad es sinónimo de solidaridad, de cooperación, de servicio, de sensibilidad ante las necesidades del otro.
Ser solidarios con la familia, con quien nos sirve en la tienda, con el compañero de trabajo, con el anciano que
cruza la calle… Durante estas fechas brotan por todos lados las oportunidades para ser solidarios, y aunque están
allí durante todo el año, el espíritu navideño hace que los buenos sentimientos afloren y se actúe en
consecuencia.
Muchas son las personas que por diversas razones no pueden celebrar la Navidad; que sea pues un motivo para
vivir la solidaridad en carne propia.
Paz y Reconciliación
“Navidad, es la fiesta dedicada al perdón generoso y comprensivo que aprendemos de un Dios
compasivo.” *Meditación del día primero de la Novena de Navidad.
En Navidad no hay lugar para el rencor. Es el momento propicio para retractarse por una ofensa, para acercarse
a quien se ha agredido, también para perdonar y olvidar a quien nos agravió, para sorprender con un gesto
cariñoso, para repartir nuestro amor a todos aquellos que nos rodean.
Del perdón nace la paz, mensaje que anunciaron los ángeles en Belén. La paz es el estado pleno que se vive
cuando hay perdón, donación, gratitud y cooperación; es el producto que surge del conjunto de valores.
Navidad es paz, el natalicio de Jesús así lo transmite, es su deseo imperante hacia la humanidad: “paz en la
tierra”.
Amor y Esperanza
El nacimiento del Niño Dios es la representación majestuosa del amor. Amor simbolizado en José y María, en su
pleno abandono para recibir a Jesús en cuerpo y alma. Por ello decimos que la Sagrada Familia es el emblema
del amor y de ahí que la Navidad sea la celebración familiar más estupenda del año, puesto que el Niño Dios
nace en cada núcleo familiar, como símbolo de esperanza y fortaleza.
La Navidad es la ocasión para que aquellas familias que están débiles, se fortalezcan; las que estás apartadas, se
unan de nuevo; para las que están heridas, se sanen…
En esta Navidad, hagámonos conscientes de cada valor que el Niño Jesús trae al mundo y también llevemos
dicha conciencia a la acción.
ACTIVIDADES
1.Escribe en tu cuaderno un resumen de cada valor navideño representado.
2.Representa, por medio de un dibujo en tu cuaderno, un valor navideño.

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